Cuando queremos comprometernos
en una misma fe,
una tarea, un compromiso,
siempre es Pentecostés.
8
Junio
Solemnidad
de Pentecostés
SIEMPRE ES PENTECOSTÉS
Hch 2, 1-11 l Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar.
Sal 103 l Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
1Cor 12, 3b-7. 12-13 l Hemos sido bautizados en un mismo espíritu,
para formar un solo cuerpo.
Jn 20, 19-23 l Como el Padre me ha enviado, así también
os envío yo. Recibid el Espíritu Santo.
Cuando decimos SÍ a la Iglesia
con plena lucidez,
soplan de nuevo vientos del cielo
porque es Pentecostés.
Cuando el Señor alienta en nosotros,
siempre es Pentecostés.
Cuando el amor nos lanza a la vida,
siempre es Pentecostés.
(Cesáreo Gabarain)
Monasterio de Nuestra
Señora de la Piedad
Dominicas Contemplativas
Palencia
[email protected]
www.diocesispalencia.org
[email protected]
Como el Padre me ha enviado, así también
os envío yo. Recibid el Espíritu Santo
A
l anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Juan 20, 19-23
E
n la liturgia, la fiesta de Pentecostés tiene un
significado: culminación del Tiempo Pascual.
Durante 50 días, hemos celebrado, con gozo, el
misterio de Cristo resucitado y glorioso. Cierto,
que no es este día cuando se hace presente el
Espíritu Santo, Él nos ha acompañado desde el
primer día de Pascua, como relata el evangelio
de San Juan.
P
ero San Lucas, en su libro “Hechos de los
Apóstoles”, retrasa un poco la fecha, porque
los profetas habían anunciado una “ley” nueva,
la del Espíritu, que perfeccionaría la ley antigua,
cuya fiesta tenía lugar aquel día.
E
E
L
a acción del Espíritu Santo es
vigorosa y patente. En los
primeros discípulos: estaban llenos de tristeza y miedo. Reciben
el Espíritu y salen a la calle a proclamar las maravillas de Dios, y
en diversas lenguas, para que se
enteren todos. El Espíritu les lleva a la verdad plena: que Jesús
de Nazaret es el Mesías, el Señor; comprenden todo lo que Él
les ha enseñado; y ya no les importa sufrir por Él, hasta derramar su sangre.
E
sta transformación que se
aprecia en los discípulos, no
fue exclusiva en ellos. La actividad del Espíritu es perenne en la
Iglesia a través de diversos carismas. En primer lugar, bajo el impulso del Espíritu Santo podemos confesar que Jesús es “el Señor”. La diversidad de
carismas no puede ser motivo de competencia o enfrentamiento. Se trata de complementariedad.
l Espíritu Santo desciende y se comunica de
forma solemne y llamativa, sobre María la
Madre de Jesús, que está reunida en oración
junto con los discípulos. Ellos son como el germen de la Iglesia que nace a impulsos del Espíritu Santo para continuar la obra encomendada
por el Maestro.
tentaciones, hasta su muerte y
resurrección. El mismo Espíritu
será quien dirija toda la actividad misionera de la Iglesia.
l Espíritu Santo está presente en toda la obra y vida de Jesús, desde la encarnación, su bautismo en el Jordán que le lleva al desierto donde experimenta las
l ¿Tengo presente que mi vocación en la Iglesia es para el
bien común?
l
¿Y que ese bien común, se expresa en alegría y servicio?
¿Me acuerdo de invocar al Espíritu Santo, para que mi vida
sea testimonio de fe y de caridad cristiana?
l
0
