ReportajePYV La negligencia en el manejo de las refinerías destruye el carro del progreso energético en Venezuela. Accidentes continúan en las refinerías venezolanas | AUTOR Mandy Zambrano | Algunos atribuyen este fenómeno a la disminución en inversiones y la falta de experiencia de sus trabajadores | 20 | p e t r o l e o y v E n Venezuela, tras la huelga petrolera de 2002, muchas fueron las transformaciones que sufrió la estatal PDVSA en el ámbito administrativo e industrial. No obstante, la ocurrencia de continuos accidentes en sus plantas de refinación es uno de los hechos que más ha llamado la atención de la opinión pública en estos últimos años. Dentro de la industria petrolera, las plantas de refinación –cuyo proceso de transformación de crudos en productos derivados ameritan sólidas normas de seguridad industrial–, no están exentas de sufrir eventuales acciden- tes. Todo lo contrario. La complejidad de los procesos industriales que se ejecutan dentro de las mismas, las expone constantemente a peligros que afectan la vida de sus trabajadores e inciden en la producción de los productos finales de las plantas. Pero diversos son los factores que pueden incidir en aumentar los accidentes: por ejemplo, estructuras e instalaciones deficientes y personal poco calificado. En los últimos 9 años se ha evidenciado en Venezuela un cambio sustancial en las políticas de manejo de PDVSA, la industria más importante de dicha nación. Esas modificaciones FOTO EyePress News ReportajePYV responden a decisiones de índole política que han alterado la dirección de los distintos ámbitos de la estatal petrolera. Al mismo tiempo, se han generado hechos que -ajenos en un principio a los cambios políticos- sin embargo también han provocado cambios en la normal trayectoria profesional de la empresa. Nos referimos al caso concreto del lamentable aumento de accidentes y siniestros ocurridos en los últimos cinco años. Cabe destacar que el origen de esos cambios data del año 2002, cuando se dio inicio a la huelga petrolera, producto de las acentuadas diferencias políticas que imperaron en ese entonces en la vida pública venezolana, y que marcó un hito en la historia de hidrocarburos de la nación. Tras finalizar el paro petrolero se abrió una etapa de desconcierto que ameritó una concepción distinta en la conducción del timón de la principal fuente de ingresos económicos del país caribeño. No obstante, las consecuencias no se hicieron esperar. El gobierno de Venezuela implementó una política de despidos masivos a los trabajadores que se habían sumado al paro. Esto signiFOTO Archivo PYV ficó la salida de unos 20 mil empleados. Desde entonces, la ocurrencia de accidentes en las principales plantas de refinación de crudo del país –El Palito, Puerto La Cruz y el Centro de Refinación de Paraguaná (que integra las plantas de Amuay, Cardón y Bajo Grande– fueron en franco aumento. Accidentes 2003-2008: noticia frecuente PDVSA no ha publicado estadísticas oficiales de los decesos ocurridos en las plantas de refinación venezolanas durante los últimos cinco años. No obstante, informes de prensa dan fe de sucesos ocurridos en ese período y que los mismos se han incrementado durante los años 2006 y 2007. El suceso más relevante durante 2003 fueron las muertes de Guillermo Pérez y Rafael Álvarez, trabajadores del área de Mantenimiento de la refinería El Palito, ubicada en la parte noroccidental de Venezuela, en el estado Carabobo. Otros dos empleados también resultaron heridos en este incidente. Refinería El Palito, Venezuela ¿refinando negligencia? En enero de 2004, la Refinería de Puerto La Cruz, ubicada al nororiente del país, presentó una fuga de gas cloro que se produjo a través de una válvula de admisión de un cilindro, situación que ocasionó irritación en los ojos y escozor en el rostro de cuatro trabajadores, al tiempo que produjo síntomas de afección respiratoria en los habitantes de las zonas aledañas del lugar. Sin embargo, este incidente podría quedar pequeño frente a otros que hasta la fecha no sólo han arrojado importantes daños materiales y ecológicos, sino también trágicas pérdidas humanas. Un ejemplo de los daños ecológicos ocurridos se remonta a marzo de 2005, fecha cuando habitantes de las zonas adyacentes a la Refinería de El Palito presenciaron el derrame de unos 60 mil barriles de crudo en las costas cercanas al lugar. Tras este incidente que se produjo luego de que se fracturó una brida que unía una tubería de 32 pulgadas de diámetro con la válvula de la entrada al tanque, p e t r o l e o y v | 21 | ReportajePYV las autoridades de la planta se vieron en la necesidad de activar un nuevo plan de contingencia para confinar el daño ocasionado. Para 2006, PDVSA contabilizó 16 accidentes y constantes paralizaciones en sus refinerías. Entre los sucesos más relevantes sucedidos durante este año en Amuay destaca el ocurrido el 22 de marzo, en el que falleció un trabajador de la Gerencia de Operaciones de nombre Alberto Medina, al momento en que procedía a poner fuera de servicio uno de los compresores de hidrógeno bargo no oficialmente trabajadores declararon que hubo 10 heridos). En noviembre también se presentó en Amuay un accidente, en el momento en que trabajadores intentaban arrancar el horno de la Unidad Hidrodesulfurizadora #4, luego de haber realizado una paralización de mantenimiento programada. En la refinería Cardón, igualmente ocurrieron diversos incidentes a lo largo de 2006: hubo un “conato de incendio” en la planta HDT-1, donde empleados de la planta aseguraron que “un grupo de trabajadores presentó lesiones y cuadros de intoxicación por gases a causa de un conato de incendio”; se presentó una explosión en un horno del centro de refino; una falla eléctrica provocó la temporal paralización de las operaciones; tres empleados sufrieron quemaduras cuando se ejecutaban trabajos a la Unidad de Alquilación; y la unidad de Craqueo Catalítico tuvo que cerrar, sin que se explicaran las causas, entre otros incidentes. Por su parte, la refinería El Palito tuvo varias fallas en su Planta de Craqueo Catalítico Fluidizado y suspendió complemente sus operaciones por un tiempo, por “problemas de interconexión con el Sistema Eléctrico Nacional”, según PDVSA. Las actividades de la refinería Puerto La Cruz también se vieron afectadas por el mismo problema. Ramón Marcano, ex gerente de Operaciones de ese centro, ha afirmado que el personal que opera carece de conocimientos para su buen funcionamiento y acotó que la estatal no ha ejecutado los trabajos de mantenimiento requeridos. Para 2007, según los reportes de PDVSA la situación mejoró un poco: sus cinco refinerías El sistema de escogencia del SISDEM se basa más en criterios sociales y políticos que en aspectos de índole profesional de la planta con el fin de realizar una inspección. Otras dos personas resultaron gravemente heridas. Nueve días después un trabajador de una cooperativa que hacía trabajos para PDVSA sufrió lesiones tras caerse de una plataforma de la Unidad de Coquización Retardada. Falleció luego de 11 días. Otro accidente en julio ocasionó quemaduras a dos trabajadores que realizaban operaciones de mantenimiento a la misma unidad. Ese mes sucedió también en la misma refinería un incendio de grandes proporciones, en la Unidad de Destilación #5. Debido al tiempo que se mantuvo la instalación bajo llamas, muchos de sus componentes se volvieron inservibles. Según PDVSA, en el incidente no se produjeron lesionados, debido a que sucedió cuando se estaba realizando el cambio de turno de los operadores de planta (sin em- | 22 | p e t r o l e o y v sufrieron 12 fallas, lo que incluyó 1 muerto: Alberto Carrasco, quien pertenecía a la nómina de la contratista Petro Advance. Hubo una cantidad indeterminada de heridos, y a lo largo del año múltiples fallas en las diferentes instalaciones, incluyendo un accidente en la planta de alquilación de la refinería de Puerto La Cruz a mediados de diciembre. El año 2008 no comenzó muy bien, registrándose a principios de enero, justo antes del cierre de esta edición, la paralización por unos días de la refinería El Palito. ¿Poco entrenamiento? El economista venezolano Héctor Malavé Mata en su libro “La Trama estéril del petróleo” (2006) menciona como un obstáculo en el diagnóstico de la situación petrolera la escasa información divulgada por PDVSA con relación al resultado de sus operaciones, al tiempo que toca el tema del personal. “La penuria informativa sobre las actividades básicas de la explotación, asociada a la poca transparencia en la administración de los recursos de esta empresa, es resultado en parte del déficit de capital humano calificado que persiste en la propia industria a raíz de las destituciones laborales efectuadas durante el conflicto petrolero 2002-2003”. Por su parte, el ingeniero industrial Francisco Javier Larrañaga, ex Gerente de Control de Gestión de Refinación de PDVSA y ex Director del Centro Internacional de Educación y Desarrollo (CIED), sostiene que haber perdido capacitación y preparación del personal afectó los estándares de mantenimiento y uso de la tecnología en las refinerías. “En el pasado no existía esa situación porque nosotros llegamos a tener menos de 2 accidentes al año, en cuanto a incidentes mayores se refiere. Mientras que en 2007 se llegaron a registrar más de 17 incendios, solamente en las ReportajePYV refinerías de Amuay y Cardón”. Esta cifra contradice la versión oficial de 12 fallas en todas las refinerías en 2007. Según Larrañaga, PDVSA “llegó a tener escuelas excelentes en la formación del personal y esos centros derivaron en la creación y consolidación de lo que fue Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo (INTEVEP); lo que a su vez se tradujo en la obtención de más de mil patentes en desarrollo de tecnología y diseños especiales para la industria petrolera, especialmente en el área de la refinación”. En este sentido, Larrañaga considera que entre los criterios más importantes que se deben considerar en los procesos de seguridad industrial de las plantas, destaca que el uso de tecnología y sistemas automatizados, los cuales son un factor determinante en los procesos de calidad de refinación de crudo, requiere de mano de obra especializada, pero sobre todo de una óptima gestión del conocimiento. Entre estos centros de capacitación también estaba el CIED, organismo que fungía como la organización que canalizaba e impulsaba, a través de programas de especialización, la formación continua y técnica que necesitaba el personal que ingresaba a PDVSA. En 2004, PDVSA decidió dar término a las operaciones de este centro. Durante los meses siguientes, se crearon nuevos organismos relacionados con el manejo de lo recursos humanos como el Sistema de Democratización de Empleo (SISDEM), el cual tiene como propósito, entre otras cosas, la “participación y control de las comunidades organizadas, en la selección de los candidatos a ocupar los empleos temporales en las contratistas que ejecutan o prestan sus servicios”, según comunicado público con fecha 15 de agosto de 2007, suscrito por dirigentes y autoridades del sector público en el estado Anzoátegui. Se ha alegado que el sistema de escogencia del SISDEM se basa más en criterios sociales y políticos que en aspectos de índole profesional. Eddie Ramírez, dirigente de Gente del Petróleo –organización creada con los trabajadores despedidos durante el paro de 2002–, ha comentado que se contrata “personal de acuerdo a criterios sociales, si alguien tiene tres hijos, tiene preferencia sobre alguien que tiene dos hijos, si alguien ha trabajado tres meses tiene menos preferencia que alguien que haya trabajado una semana, porque el que ha trabajado una semana tiene más necesidad”. En la actualidad no se conoce información sobre centros de formación y capacitación del personal que ingresa a trabajar en la industria de hidrocarburos venezolana. Francisco Javier Larrañaga comenta sobre los índices de siniestros: ¿Normalmente cuál debería ser el rango de ocurrencia de accidentes en las grandes refinerías? En las grandes refinerías se manejan muchos índices, pero existe uno que se denomina Índice de Frecuencia Bruta (IFB), el cual mide el número de accidentes por millón de horas hombre de exposición. Por ejemplo, si en un año hubo un Índice de Frecuencia Bruta de 1, quiere decir que por cada millón de horas hombres que se haya trabajado ha ocurrido un solo accidente. Mientras que el Índice de Frecuencia Neta (IFN) se refiere a acciden- tes que han sido fatales y se mide de la misma forma. ¿En resumen, durante el tiempo que usted laboró en el área de refinación de PDVSA cómo fueron esos índices? En la industria venezolana de la refinación se había logrado alcanzar IFB por debajo de 2 anualmente, mientras que los IFN llegaron a estar por debajo de 0,5 y 0,2. Un comportamiento excelente que indicaba que estábamos muy bien situados en materia de seguridad industrial. Estadísticas ausentes No ha salido fácil, aparte de los reportes aislados en la prensa, dar con la cifra total de incendios, muertos y heridos. Javier Larrañaga desconoce la existencia de nuevos estudios y estadísticas de las operaciones de refinación levantados por PDVSA partir del año 2002, “los reportes anuales, índices y número de accidentes eran públicos. Hoy en día, yo no conozco estadísticas del 2003 hasta la fecha”. En la actualidad, PDVSA ha tenido que activar planes de contingencia para impe- dir consecuencias mayores. Sin embargo puede generar preocupación que una industria del calibre y complejidad como la de la refinación petrolera, sustente la seguridad de instalaciones y recurso humano en operativos coyunturales y no en un plan estructural y permanente de procedimientos y normas estrictas a seguir, con un personal altamente entrenado y especializado. La preservación de vidas humanas está en juego. | PYV | p e t r o l e o y v | 23 |