Tribunal Superior de Justicia de Islas Canarias, Las Palmas (Sala de lo Social).Sentencia núm. 875/1999 de 28 septiembreAS\1999\7089 Tribunal Superior de Justicia de Islas Canarias, Las Palmas (Sala de lo Social). Sentencia núm. 875/1999 de 28 septiembre AS\1999\7089 NULIDAD DE ACTUACIONES: desestimación: inexistencia de indefensión. REVISION DE HECHOS PROBADOS: DESPIDO PROCEDENTE: enfermedad. desestimación. realización de actividades incompatibles con la situación de baja por PRUEBA: informe de detectives: validez. INCONGRUENCIA: inexistencia. MULTA: inexistencia de mala fe. Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm. 640/1999 Ponente: Ilmo. Sr. D. humberto guadalupe hernández Desestimando el recurso de suplicación interpuesto por el actor frente a la Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 1 de Las Palmas de Gran Canaria, de fecha 12-12-1998, la Sala confirma la Resolución recurrida. En Las Palmas de Gran Canaria, a 28 de septiembre de 1999. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, compuesta por los Ilmos. Sres. citados al margen. EN NOMBRE DEL REY ha dictado la siguiente SENTENCIA NUM. 875/1999 En el recurso de suplicación interpuesto por don Diego R. P. contra la sentencia de fecha 12-12-1998, dictada por el Juzgado Social núm. 1 de esta Provincia, en los autos de juicio 911/1998, sobre despido , ha actuado como ponente el Ilmo. Sr. D. Humberto Guadalupe Hernández. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO. -Según consta en autos se presentó demanda por don Diego R. P. contra Boluda Offshore, SA, y que en su día se celebró la vista, dictándose sentencia con fecha 12-12-1998 por el Juzgado Social núm. 1 de esta Provincia. SEGUNDO. -En la sentencia de instancia y como hechos probados se declararon los siguientes: «I.-La actora prestó sus servicios por cuenta y bajo la dependencia de la entidad demandada, desde el día 30 de marzo de 1978 con la categoría de Primer Oficial, cargo que desempeñó hasta el mes de julio de 1995, fecha en la cual alcanza la categoría de capitán grupo uno, ascendido de primer oficial, y salario 11 de febrero de 2012 © Thomson Aranzadi 1 diario prorrateado de 19.444 pesetas. II.-Desde el día 30 de marzo de 1978, hasta el mes de julio de 1995 y con la categoría de primer oficial, cobraba sueldo diario prorrateado de 15.080 pesetas. III.-La relación entre la demandada y el actor a partir del mes de julio de 1995, ha de encuadrarse en el art. 610 del Código de Comercio y en el RD 1382/1985, de 1 de agosto ( RCL 1985\2011, 2156 y ApNDL 3023), y en particular en sus artículos 9.3 y 11.3, para determinar los efectos del despido. IV.-La demandada es una sociedad mercantil, dentro del sector de la Marina Mercante y con objeto social de actividad de salvamento marítimo, actuando sus buques bajo contrato público por la Sociedad Estatal de Salvamento, encontrándose el actor empleado como capitán en el buque "Catalunya". V.-Por medio de carta de despido, remitida por la demandada y fechada en 18-8-1998, recibida por el actor al día siguiente, toda vez su remisión por burofax, textualmente se hace constar: "Señor: La dirección de esta empresa se ha visto obligada a proceder a su despido con efectos del día de hoy, ante la grave transgresión de la buena fe contractual observada en su conducta mientras se hallaba en situación de incapacidad temporal por rotura de menisco de la rodilla derecha desde el día 19 de junio de 1998, ya que durante la misma ha estado realizando actividades incompatibles con tal situación, tales como transportar bolsas y utensilios, limpiar el maletero del coche, conducir (día 21 de julio), pasear perros, nuevamente conducir, acudir a bares y verbenas participando activamente en las mismas, bailando sevillanas y permaneciendo largo tiempo de pie en la barra (día 22 de julio); efectuar compras en un supermercado, transportando bolsas con los artículos comprados; nuevamente conducir largas distancias y a gran velocidad (días 24, 25 y 26 de julio), actividades todas ellas que desarrolló con toda normalidad, sin aparentar dolencia o limitación funcional alguna, y como ya se ha dicho, incompatibles con el tratamiento adecuado para la enfermedad diagnosticada, lo que justifica la imposición de la sanción de despido que se le ha aplicado". VI.-En fecha 19 de junio del corriente, el actor se situó en incapacidad temporal con un diagnóstico de "Rotura de menisco", haciendo constar que el interrogante que el facultativo expresó, hace pensar que los dolores que en aquel día y anteriores, presentó el actor, pueden ser confundidos con alguna otra enfermedad radicada en la rodilla. En el caso de que el actor presentase rotura del menisco interno le están vedados los movimientos de flexo-extensión de la rodilla, pues en el caso de rotura, el movimiento de la rodilla puede llegar a bloquearse. El período estimado de baja era de un mes. VII.-Por informe pericial del doctor O. G., ratificado en el acto del juicio, la enfermedad que el actor presenta es la de "artrosis femoro-patelar", con causa en un accidente de tráfico sufrido con anterioridad por el actor y con síntomas fácilmente confundibles con la rotura de menisco interno, aunque el perito antes dicho afirmó en presencia judicial que dichos dolores remiten al cabo de quince días, tras un tratamiento médico con antiinflamatorios, que el actor siguió, hecho probado que se deduce de su propia confesión judicial, con lo cual a fin del mes de junio había recuperado la movilidad de su rodilla sin dolor. Parece que dicha enfermedad es compatible con la actividad lúdica y personal del actor en los días 20 a 26 de julio, pues caso de ser una lesión de menisco, la flexo-extensión de la rodilla le puede producir bloqueo en su movimiento. VIII.-Se tiene por reproducido el Convenio Colectivo de empresa de "Boluda Offshore, SA", puesto que se halla en el ramo de prueba del actor y la demandada no impugnó su contenido en el acto de la vista. IX.-No consta sanción anterior al actor por parte de la demandada. X.-Ha quedado probado que entre los días 20 a 26 de julio del corriente año, el actor desarrolló actividad lúdica y personal, tal y como se deduce del informe confidencial del detective señor R. A., ratificado en presencia judicial, y que se tiene por reproducido, vista la no impugnación del documento y que en resumen da cuenta de los hechos consignados en la carta de despido. XI.-La fecha del alta del actor es la de 15 de agosto de 1998, permaneciendo a partir de dicho día en vacaciones. XII.-El día 28-8-1998 se celebró el preceptivo acto de conciliación, teniendo un resultado de sin efecto. XIII.-No consta que el actor haya ostentado cargo sindical alguno». TERCERO. -La sentencia de instancia contiene el siguiente fallo: «Que desestimando la demanda interpuesta por don Diego R. P., contra la sociedad mercantil anónima "Boluda Offshore", en la persona de su representante legal, debo declarar y declaro la absolución en instancia de cuantas imputaciones se hacían en la demanda en contra de las demandadas, con imposición de multa de 50.000 pesetas por Tribunal Superior de Justicia de Islas Canarias, Las Palmas (Sala de lo Social).Sentencia núm. 875/1999 de 28 septiembreAS\1999\7089 mala fe y temeridad manifiesta en la interposición de la demanda a la parte actora, haciendo estar y pasar por esta declaración a aquella parte». CUARTO. -Contra dicha sentencia se interpuso recurso de suplicación por la parte actora, siendo impugnado de contrario, remitidos los autos a esta Sala, señalándose fecha para la votación y fallo de la resolución, habiéndose cumplido con las formalidades legales. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.La sentencia de instancia desestima la demanda del actor, capitán de buque, que fue despedido el 18-8-1998, declarando la procedencia del despido. Contra la misma se alza el recurrente, formulando el presente recurso de suplicación, con base en un motivo de nulidad y varios motivos de revisión fáctica y de censura jurídica. Antes de entrar en el examen de cada uno de los motivos quiere destacar la Sala el carácter eminentemente técnico y formal que es propio del recurso de suplicación, y el carácter extenso farragoso y confuso del recurso formulado, en el que en primer lugar y bajo la expresión «antecedentes» propone, con incorrecta técnica procesal, la adición de determinados hechos probados que son en realidad comentarios a los hechos probados de la sentencia y que no se apoyan en documentos o pericias, así como la supresión de otros, sin cumplir las exigencias del art. 191 letra b) ( RCL 1995\1144 y 1563) que, según interpretación jurisprudencial debe existir error evidente del Juzgador que resulte de la documental o pericial. Por ello la Sala estima que dada la inconcreción de las alegaciones contenidas en estos antecedentes, y la no indicación de los documentos o pericias que ponen de relieve el error evidente, procede desestimar tales alegaciones para examinar aquellas que bajo la expresión de «motivos de suplicación», se recogen en el citado escrito de recurso. SEGUNDO.Así, en primer lugar y con amparo en la letra a) de la Ley de Procedimiento Laboral, pretende la parte recurrente que se repongan los autos al estado en que se encontraban en el momento de producirse la infracción que denuncia, por entender que al entregarle los autos no estaban foliados los bloques de documentos de la demandada. A la hora de dar solución a dicho motivo hay que tener en cuenta que la Ley de Procedimiento Laboral exige no solamente la infracción de procedimiento, sino que la misma ha de producir indefensión; y esta última exigencia no se da en el supuesto objeto de recurso, pues si algo no ha habido es indefensión. Y de ello es clara prueba el hecho de que la parte ha articulado su recurso con una gran extensión (54 páginas), alegando siete submotivos de revisión de hechos probados con invocación en varios casos de la documental que lo ampara y ocho motivos de censura jurídica, con los que cuestiona todo el contenido de la sentencia, por lo que al no existir indefensión el motivo ha de decaer. TERCERO.En segundo lugar y con amparo en el artículo 191 letra b) de la Ley de Procedimiento Laboral, pretende la revisión de los hechos probados, formulando los siguientes submotivos: a) Pretende, en primer lugar, la supresión del hecho probado tercero, por entender que se establecen en él fundamentos jurídicos, y aunque es cierto que el contenido del mismo no es propio de un hecho probado, sin embargo, la pretensión revisoria no debe prosperar al ser intrascendente de cara al fallo por lo que luego se dirá. b) Postula en segundo lugar la adición de un hecho probado siguiente tenor literal: «... es de aplicación el art. 90.2 de la Ordenanza de Trabajo de la Marina Mercante de 20 de mayo de 1969 ( RCL 1969\1259 y NDL 19412), que establece: "Por la naturaleza especial y múltiple de la representación que ostentan y funciones encomendadas a los Capitanes, Pilotos y Patronos con mando de buque, el Naviero o Armador podrá libremente disponer el cese de aquéllos, con derecho por parte de los mismos a reintegrarse al cargo que, dentro de la empresa, viniesen desempeñando con anterioridad a su designación para el mando de la nave. Una vez reintegrado a su anterior puesto, la relación jurídico-laboral podrá extinguirse de acuerdo con las normas generales..."»; motivo que ha de ser rechazado, en primer lugar porque en realidad lo que se pretende es la transcripción de una norma y en segundo lugar porque, además, es intrascendente de cara al fallo como luego se verá. 11 de febrero de 2012 © Thomson Aranzadi 3 c) En tercer lugar solicita la supresión de la referencia que se hace en el hecho tercero del art. 610 del Código de Comercio; cuestión ya resuelta anteriormente al desestimar el primer submotivo. d) En cuarto lugar solicita la adición de un nuevo hecho probado relativo a las facultades del Capitán, sin concretar la redacción propuesta, ni citar el documento en que basa la pretensión revisoria, por lo que el motivo ha de decaer. e) Propone en quinto lugar que se recoja que según el Convenio Colectivo la jornada laboral puede ser hasta de 12 horas, motivo que ha de ser igualmente desestimado porque es intrascendente a efectos del fallo, como luego se verá. f) Por último propone la adición del siguiente hecho probado: «... no se recomiendan trabajos que requieran esfuerzo físico o larga permanencia en bipedestación...»; motivo que igualmente ha de decaer, pues para que un motivo revisorio pueda prosperar es necesario que exista error evidente del Juzgador que resulte de las pruebas documentales y periciales, error que no existe en el caso de autos, pues el Juez ha valorado los informes médicos distintos obrantes en autos para llegar a la conclusión a la que llega, reflejando el contenido de unos y otros, e incluso recogiendo de modo más o menos impreciso la redacción que postula la recurrente, al hablar en el hecho probado séptimo del informe del doctor O. G. CUARTO.Con amparo en el artículo 191 letra c) de la Ley Procedimiento Laboral, alega el recurrente infracción de normas sustantivas, y, en concreto, del artículo 105 de la Ley de Procedimiento Laboral, por entender que la empresa no ha probado el incumplimiento alegado. Para dar solución al motivo alegado hay que tener en cuenta que lo que la empresa le imputa al actor es la transgresión de la buena fe contractual, por realizar, estando de baja, una actividad que perjudica el proceso de curación, lo que puede implicar un fraude al empresario, que ha de sustituir al trabajador y continuar cotizando por él a la Seguridad Social y un fraude a la Seguridad Social (nutrida de fondos públicos) en cuanto el trabajador viene percibiendo una prestación económica de ella, destacando la jurisprudencia que hay que estudiar caso por caso para tratar singularmente el supuesto enjuiciado, ponderando en especial el factor humano al que ha de prestarse máxima importancia; y por ello hay que entender que no es desleal el que hallándose en situación de incapacidad temporal realice cualquier actividad, sino que sólo es sancionable aquella actividad que a la vista de las circunstancias concurrentes es susceptible de perturbar la curación del trabajador o evidencia la aptitud laboral de éste con la consiguiente simulación, en perjuicio de la empresa (SSTS 24-7-1990 [ RJ 1990\6465]; 14-5-1990 [ RJ 1990\4318] y 14-11-1991 [ RJ 1991\8224]). A partir de tal criterio jurisprudencial, y vista la declaración fáctica y la prueba practicada el motivo ha de decaer, pues la empresa ha practicado prueba bastante que acredita tanto el hecho de la baja médica como la actividad realizada durante parte de dicho período de baja, por lo que resulta incomprensible el motivo invocado. QUINTO.Alega además y con idéntico amparo procesal infracción de los artículos 20.4 y 20.2 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995\997), motivo que ha de decaer igualmente, pues el empresario no viene obligado a verificar el estado de enfermedad del trabajador, configurando el artículo 20.4 un derecho que no es incompatible con el empleo de un detective privado para comprobar la actividad que en situación de baja está efectuando el trabajador; y sin que venga obligado el empresario a supervisar o controlar las bajas médicas que dan los Servicios Médicos de la Seguridad Social. SEXTO.También, con el mismo amparo, alega la parte recurrente la infracción de la doctrina gradualista del Tribunal Supremo en materia de despido, por entender que es desproporcionada la sanción impuesta habida cuenta la conducta imputada al actor. Para dar solución a dicho motivo hay que tener en cuenta que el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores exige que el incumplimiento sea grave y culpable. En el supuesto objeto de autos consta que el actor, en situación de baja médica por un problema en una de sus rodillas, y con la indicación médica de reposo cuando menos relativo, vino haciendo una vida normal, saliendo constantemente a la calle, conduciendo su vehículo, paseando a un perro, visitando bares, acudiendo a centros lúdicos donde llegó a bailar como mínimo en una ocasión sevillanas, etc.; conducta que es evidente que no podía realizar de tener una rotura de menisco, y que perjudicaba al Tribunal Superior de Justicia de Islas Canarias, Las Palmas (Sala de lo Social).Sentencia núm. 875/1999 de 28 septiembreAS\1999\7089 proceso de curación de ser, como sostuvo en el juicio el perito médico de la actora, una artrosis postraumática. Y clara prueba de ello es que dicho perito fijó en 15 días la curación, pese a lo cual la baja duró aproximadamente unos tres meses, haciendo el actor todo tipo de actividades que manifiestan que o ya estaba curado, pese a lo cual continuaba de baja, o estaba retrasando el proceso de curación. Partiendo de tales datos que resultan de la sentencia quiere destacar la Sala que no se trata de que el actor realizase una actividad puntual, un día concreto, que pudiese poner en peligro su proceso de curación, sino que se trata de una actividad reiterada, mantenida en el tiempo que pone de relieve o manifiesta que se está afectando el proceso de curación, o que éste no es necesario, conducta que realiza el actor de modo consciente y que a juicio de la Sala, por circunstancia y reiteración, implica una gravedad suficiente para justificar la sanción impuesta, no encontrando la Sala desproporcionada su imposición por lo que el motivo debe decaer. SEPTIMO.Igualmente, con el mismo amparo alega infracción de los artículos 512, 578 y 602 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y 1255 y siguientes del Código Civil, relativos a la prueba. Todo el argumento del motivo se ampara en la falta de prueba de los hechos de la carta de despido, desconociendo el recurrente la propia jurisprudencia que el mismo cita en el recurso y según la cual el informe de los detectives es una prueba válida, que el Juzgador ha tenido en cuenta, y recoge en el hecho probado décimo, donde de forma incorrecta da por reproducido el mismo, y tiene en cuenta su contenido, ratificando en el juicio, y con base en la cual llega a la convicción que plasma luego en los razonamientos jurídicos, por lo que el motivo debe decaer. OCTAVO.Asimismo y también con amparo en el artículo 191 letra c) de la Ley de Procedimiento Laboral, alega infracción del artículo 359 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y del artículo 24.1 y 2 de la Constitución Española ( RCL 1978\2836 y ApNDL 2875), motivo que igualmente ha de decaer, pues aunque la sentencia recurrida no pueda ser considerada como un modelo de sentencia, lo cierto es que cumple los requisitos mínimos que contempla la Ley de Enjuiciamiento Civil, ya que contiene la declaración de hechos probados, los fundamentos de derecho, con indicación del origen probatorio de los hechos probados, y el fallo; y frente a la contradicción alegada conviene destacar que las referencias a las dos posibles lesiones del actor, rotura de menisco o artrosis femoro-patelar aparecen mencionadas en relación con los dictámenes médicos que las declaran, destacando el Juzgador en sus fundamentos sexto y séptimo que tanto en uno como en otro supuesto ha habido una conducta sancionable, al entender el Juzgador que fuese cual fuese el padecimiento, éste era incompatible con la vida que hacía el actor; sin que se aprecie, tampoco, ni vulneración del derecho a la tutela judicial, ni de la presunción de inocencia, pues se ha practicado en juicio prueba abundante que el Juzgador ha valorado con arreglo a las reglas de la sana crítica. NOVENO.También, y con el mismo amparo alega aplicación incorrecta de la Sentencia del Tribunal Supremo 25-2-1984 ( RJ 1984\921) y 24-2-1984 ( RJ 1984\918) por entender que las actividades que se presumen cometidas por el actor no han sido probadas, motivo redundante que ha de ser desestimado, con fundamento en las razones expuestas en el fundamento de derecho séptimo. DECIMO.Igualmente y con el mismo amparo alega el recurrente infracción de la jurisprudencia relativa a la validez de los testigos de referencia, motivo que ha de decaer, pues el testimonio del detective es un testimonio directo, a lo que hay que añadir que la jurisprudencia invocada no veta el testimonio de referencia, sino que aconseja su recepción restringida y con cautela. UNDECIMO.Por último alega el recurrente infracción de los artículos 94.2 y 97.3 de la Ley de Procedimiento Laboral, motivo que ha de prosperar en cuanto a la pretensión de que se deje sin efecto la sanción impuesta, pues exigiendo el artículo 97 mala fe o temeridad manifiesta, de los hechos y de la prueba no resulta en modo alguno ni una conducta de mala fe, ni temeridad, limitándose el actor a accionar contra el despido, por lo que no cabe hablar de conducta sancionable en los términos en que lo hace el Juzgador de instancia, quien no concreta por otra parte en qué ha consistido la mala fe, ni cuáles son las razones que le llevan a sancionar. 11 de febrero de 2012 © Thomson Aranzadi 5 DUODECIMO.Por lo expuesto procede la desestimación del recurso de suplicación y la confirmación de la sentencia de instancia, salvo en el punto relativo a la sanción pecuniaria impuesta que se deja sin efecto. Vistos los preceptos legales citados, sus concordantes y demás disposiciones de general y pertinente aplicación, FALLO Desestimamos el recurso interpuesto por don Diego R. P., contra la sentencia de fecha 12-12-1998, dictada por el Juzgado Social núm. 1 de esta Provincia y, confirmamos la misma, excepto en el punto relativo a la imposición de la multa que se deja sin efecto. Notifíquese esta sentencia a las partes en legal forma y al Ministerio Fiscal, y una vez firme, devuélvanse los autos originales al Juzgado de lo Social de procedencia, con testimonio de esta Resolución, procediéndose al archivo del Rollo, sin más trámite. Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. En Las Palmas de Gran Canaria, a 28 de septiembre de 1999. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, compuesta por los Ilmos. Sres. citados al margen EN NOMBRE DEL REY Ha dictado el siguiente AUTO Que por la representación de don Diego R. P., se presenta en esta Sala escrito de fecha 29-4-1999, contra la sentencia de fecha 12-12-1998, dictada por el Juzgado de lo Social número Uno de esta Provincia en los autos de juicio núm. 911/1998, sobre despido , ha actuado como Ponente el Ilmo. Sr. D. Humberto Guadalupe Hernández. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO. -En fecha 18-9-1998, el demandante don Diego R. P., presentó demanda por despido, contra la sentencia de fecha 12-12-1998, que turnado correspondió al Juzgado de lo Social número Uno de esta Provincia. SEGUNDO. -Por providencia de 20-10-1998 se señaló juicio para el día 1-12-1998 que se celebró con asistencia de todas las partes. TERCERO. -Por sentencia de fecha 12-12-1998, se declaró la procedencia del despido, desestimándose la demanda. CUARTO. -En fecha 1-3-1999 se interpuso recurso de suplicación, que fue admitido a trámite. QUINTO. -El 29-4-1999 se presentó escrito por la parte actora, hoy recurrente, solicitando la práctica de diligencia para mejor proveer, o, alternativamente, proponiendo documental al amparo del 231 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995\1144 y 1563). FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.A la hora de resolver la cuestión planteada, como incidental en el recurso, en el escrito de 29-4- 1999, hay que tener en cuenta que, aunque la Ley de Enjuiciamiento Civil, es de aplicación supletoria en el ámbito del orden social, por lo que respecta a la prueba pericial hay que tener en cuenta lo dispuesto en el artículo 93 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995\1144 y 1563) que excluye de este ámbito todo lo relativo a la insaculación de peritos, lo que ha llevado a la doctrina a sostener que todas las normas de la Ley de Enjuiciamiento Civil acerca del procedimiento probatorio en materia pericial (arts. Tribunal Superior de Justicia de Islas Canarias, Las Palmas (Sala de lo Social).Sentencia núm. 875/1999 de 28 septiembreAS\1999\7089 611, 612, 613, 614 y 616) no son de aplicación en el procedimiento laboral, pues al desaparecer la insaculación desaparece todo el sistema contradictorio de admisión del medio de prueba y de nombramiento del o de los peritos. La parte invoca como fundamento de su pretensión en su escrito el hecho de que el perito médico de la actora no está colegiado en Las Palmas, y, por tanto, no reúne el requisito de ser del partido judicial, precepto pensado para el procedimiento de insaculación y que no es aplicable al previsto en la Ley de Procedimiento Laboral, donde se dispone que la parte que desee utilizar este medio de prueba deberá comparecer al juicio con su perito, al que se le exige únicamente que tenga el título en la ciencia o arte a que pertenezca el puesto sobre el que ha de versar el dictamen, por lo que no cuestionada la condición de médico de perito la pretensión ha de ser desestimada, al postular el impugnante un requisito no exigido por la Ley de Procedimiento Laboral. SEGUNDO.A mayor abundamiento hay que tener en cuenta que el perito en el acto del juicio declaró expresamente (y así consta en acta) que era médico del Hospital Militar de Valencia, lo que implicaba desde ese momento que la parte actora conocía el hecho de que el médico no ejercía en el partido judicial, y aunque éste no es un requisito exigido por la Ley de Procedimiento Laboral, ni la parte quería cuestionar por tal motivo el porcentaje, pudo y debió oponerse, formulando la correspondiente protesta, lo que hace igualmente extemporánea su pretensión, que como ya se ha dicho debe ser desestimada. Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación. LA SALA RESUELVE 1.-Que debemos desestimar y desestimamos las peticiones que de forma alternativa y subsidiaria se formulan en el escrito de fecha 29-4-1999. 2.-Hacer saber a las partes que contra este Auto procede Recurso de Súplica ante esta Sala, que podrá interponer en el plazo de cinco días , desde la notificación de esta resolución. 3.-Una vez firme, devolver los autos al Juzgado de procedencia con certificación de esta resolución. Así por este nuestro Auto, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. El presente texto se corresponde exactamente con el distribuido de forma oficial por el Centro de Documentación Judicial (CENDOJ), en cumplimiento de lo establecido en el artículo 3.6 b) del Reglamento 3/2010 (BOE de 22 de noviembre de 2010). La manipulación de dicho texto por parte de Editorial Aranzadi se puede limitar a la introducción de citas y referencias legales y jurisprudenciales. 11 de febrero de 2012 © Thomson Aranzadi 7