nin« ÓRGANO EXTREMISTA DEL Año V.—Apartado 768.—N." 162 HUMORISMO POPULAR Madrid, 26 de enero de 1935 COMO LAS PROPIAS ROSAS, por Areuger Después de una larga preoaración se hace así, y cumple uno con todo el mundo religiosamente^ 6íf señor; como un abad. Oficinas: Avenida Pi y Margal!, 9 Número 162.—Pág. 2 ~. GRACIA Y JUSTIC Madrid, ZG de enero de 1935 VERDE Y CON ASAS..., por Lasauga El ministro señor Cid ha asistido « una fiesta tíuirina en un cortijo de Sevilla. {De lo» diarios) ^. JNational-Kadio, la emisora ideal 487,5 ! jnetros, 973 kilociclos. Pureza de sonido y formalidad. Anuncios selectos. Conciertos comerciales. Ondas largas, ondas cortas, ondas rizadas. Revisada por la censura y por un buen mecánico. de, socialista, se han hallado tres rifles, 60 pistolas, dos dagas y 20 estoques. Cuesta de Enero.—El sargento de e»te puesto, con cuatro guardias a sus órdenes, ha logrado descubrir dos fusiles, 20 escopetas, seis revólveres, una ametralladora, un cañón y 90 navajas largas. Boletín meteorol^ico: Navia de Lieda.—^En casa de un minero ¡Ejem!... ;Jam, jaaaam, jum, jom, socialista han aparecido 100 cartuchos jBaajamjum!... ¡¡Jamü ¡Caray! Compre usted las acredita- de dinamita y noventa y tantas pistolas. disimas pastillas LAviada del Cerro.—Al que fué presiKofory dente de la Casa del Pueblo de este pue#6 eífecto radicaL blo se le han ocupado fusiles, escopetas, trabucos, pistolas, revólveres, ha"Boia,", diario hablada chas, cuchillos y gfanzúas. toa que no Aticulo de fondo: parecen son las pesetas. "Ea... de I^iToax." Nosotros, que somos más radicales que ¿Qué les parecen a ustedes las notila aspirina, tenemos que decirle, sin em- cias de Prensa? bargo, al señor Lerroux que, cuando se ¿Cómo no tienen ahora los i>eriódl•B presidente del... no se puede... eos sus corresponsales de guerra? (Bueno; sig-amos adelante, aunque no ¡Caray con los marxlstas! ¡Se han • e pueda.) cargado a Krupp! Porque lo que le ocurre a la política Si los socialistas, eo vez de ser con•spafiola es que... ni ése ee el camino. trarios a la guerra, fueran partidarios, ¿Por qué? ya podrtan pertrecharse Alemania, Francia, Inglaterra y demás, que iban a haPorque..., sin embargo. cer un papelito... Se acabó el diario hablado. Con previa . censura, los periódicos salen tartamudos. Peticiones de radioyentes: T UD diario hablado tiene que tartamuEl abonado número 47.868 pide que dear también. purguemos nuestra emisora de ciertos ruidos parásitos. Tenemos que decirle que siquí no hay Anuncio interesante: nadie de izquierdas republicanas, más o L a Oíochez Histórica menos marxistoides. (Tienda de "antiquités" i El, 263.598 y otros muchos más nos P a r a satisfacción y encanto de los aficionados inteligentes, véase la lista sen- j acusan de que se nos ve la antena. •acional de nuestras novedades más an- j Nosotros no tenemos nada que decir. I El 326 pide música de baile. tiguas: Cabeza disecada del buey Apis, que ' ¡Caray, qué optimista en estos tiemmató Ramsés XVH, después de desas- ¡pos: trosa lidia. El 87.000, que le toquen "ÍA InterVarias partidas de nacinúento de Cris- I nacional", con letra de Ventura Gassol. tóbal Colón. I y un concierto de bofetadas a Rivas Un cuproníquel del tiempo del César. i Cherif, "suite". • El 46.064, capicúa que nos debe seis Patinette fenicia. Cuadro flajnenco: t&bia interesantial- I meses, pide que se reserve Rodrígfuez, m a que representa a Femando de los I estos días tan duros, y que guarde cama Rioe cantando fandanf^uiUoe sefardíes , un mes o dos. I — ¿ P a r a no oírme, verdad, diatinguididel siglo XVI. 1 simo abonado? E^<^ufe socialista del sigio X\'IL ¡Perfectamente! Cierro, y hasta denPala de panadero, antiquísima, de tro de un mes o dos. cuando Cordero era joven. ¡A ver si ya no sopla entonces el Mandil de masón, siglo X V m . con Kanchitas de san^^re y bolsillo interior. fresco de la fusión de izquierdas! "Au Bü primer sable mandado fabricar por. la Generalitat. Bolsa de trabajo. (Servicio especial y in^tuito de If»tlonal-Radio.) Obrero parado, actualmente en la mayor indigencia, actuante en todas las kuelgas políticas, se encuentra de más por abandono Casa del Pueblo. "Nurse" germano-española se ofrece p&ra todo. Si la e n t u f a n , i>erdonará la vida. Trabajador en paro forzoso desea oche c diez colocaciones. Escribid a M. Cordero Pérez. Tocudo Tordad trabajarU. circo. Pirijtmme m. Cipriano Rrras. LA BECERRA (que es algo bestia).—^¿Cid y con capa? ¡Me apue»to un cuemo a que este tío es el Cid "Capeador"!... MANOS ¡Nada en la mano^ nada en la manga! ¿Se van dando ustedes cuenta del panorama? Digno de k » Alpes bávaroe, ¿verdad? Avizoremos. El amigo Bolívar—¡hola, pichi, BoHvar, ¿cómo te va? ¿Y la panda?— se ha deslizado por los paáiUos del Congreso, ha trotado hasta su escaño y ha mostrado su faz falaz al asombro de la Cámara, que no acertaba a explicarse el bolivaresco desahogo del autocomunistoide. La Cámara, no; pero nosotros, sí. Se trata de un tanteo de exploración para implantar un número de "varietés" muy socorrido en los escenarios frivolos: si truco de la prestidigitación. Y don Bolívar viene a tantear el ambiente para dejar paso a los prestidigitadores acreditados, que vienen ensayando los traeos tres meses y pico. Y luego, cuando lleg^uen los maestros, irán desenvolviendo los juegos de ilu- MENUDO CISCO, por Orbegozo Música de discos: T r i e i c y Dencá»**, duetto cómico, co•üendo. *%aroe qoe te aoroe", oon música de Bin^rer. "AlbomoB, degc—¡do**, polca. "Azafia en Etiopia", jazz. ' X a propiedad es ya au rob* ea Aatarias", cuento cómico. "¡«toé malita ea üspakar*, soleares, por el "Niño De los Ríos". *Vr«Bea en el Congreso", música sola. Todos estos discos los ponen ustedes «n 0tt gramófono y pasan una tarde divertida. Noticias de Pren«a: CTclwilyt» del Duque.—La Guardia eiVü ec ha ineautado de 40 fusiles. 92 escopetas y 302 bombas. Iterrcifctte de Arriba.—Ka un regieg o forcetiecido es la cuadra d«l aleal- LIMPIAS —Dice mi señorita que el cisco que nos envía es demasiado menudo. —Pues dila que si lo quiere más gordo, ahí tiene «I que ha armado FernarMJo de los Ríos. sionismo y fantasía con absoluta lia^ pieza. Don Granujiento de la Bacalada, bien arremangado, mostrará un vapos» cito al público. —¿Qué ven ustedes aquí? Un baroc^ ¿no? Evidente. Es un barco. Un b a x co cargado de... fusiles, ametralladoras, pistolitas... Fijenss bien... Visto por todos, ¿ n o t Pues íihora me meto en esta sala 5 , a la una. a las dos. a las tres... ¡Xadk en la mano, nada en la manga! .¡; F-v»< poradoü Tras él, se presentará átm E3y (3arballeira de la Tenebrosidad j la Fitina. —¡Eu sou el mais millor ilusionista de España! ¡Ey Carballeira...! Eiquí vou mo»* trar unas casas vellas fumeando co« mais de quince mortos, ¿eh? Pues a la de una, a la de dos, a la de tres... ¡Na» da na mano, nada mais na manga I Después vendrá Galarza, magnífica eacamoteador, acreditado en la PeEln» sula. Y, poco a poco toda la «troupeí^ Ante «1 país se exhibirán los asesk< natos, los incendios, los atropello.s crW rainales, los robos... Y la "troupe" prestímana los irá pi»i zando nuevamente, y lo que fué un r»i bo descarado se convertirá en una dioa nación; eV asesinato alevoso se troca» rá en una aplicación de glándulas da Voronoff; el incendio, en nuevas cona* tracciones... Y, analmente, como gran batuda, don Granujiento se nos mostrará con laa pulquérrimas vestiduras del ángel de la guarda; don Ey Carballeira, de ninfaf don Galarza PiliU, de vestal, y asi •«« oesivamente... ¿Habrá intermedios cómicos? Ya los hubo y los seguirá habiendo. Por ejemplo, cuando Calvo Sotelo quh so leer las declaraciones de don Fe»» naado en el Cong;reso. Don Santiago se opuso enérgicamentSd ¿Por qué? Ya lo dijo. Por decoro. ¿Por decoro de don Femando? Bueno. He aquí al Barbas decorado. Pero decorado de «La reina m o r a x ¡Pérez! ¡Arriba el telón! El día que se reanudaron las sesiones de Cortes hubo dot grados bajo cero y más viento que el día anterior. Pero era viente de fronda y frío de cámara frigorífica. AÑO V NUMERO 162 PAGINA 3 ti Madrid, 26 de enero de 1935 COMO EN LA EDAD MEDIA L A R E F O R M A MINISTERIAL, por Kin Tenemos que lanzar grandes gritos de indignación En nombre y representación de las izquierdas conscientes, ya definitivamente unidas por el lauío que acaba de tenderles por narices don Alvaro de Albornoz y Liimiñana, tenemos que escribir este articulo en serio y con alg^unos toques honestisimos de la más pura juridicidad. El caso es tan grave que requiere una g^an prudencia. (Acércate, Pruden-' cia, y ayúdanos.) I-.0 que vamos a decir está comprobado y ratificado. Y, !ay de la censura si nos impide ejercitar nuestro derecho inalienable de descubrirle al país más o menos productor lo que esté ocurriendo! Si el lápiz rojo sirviera pava impedir la defensa de una libertad que nos ha costado carísiina, noaotios renegaríamos de la hora, en que se descubrieron las minas empleadas en eso^ lápices sangrientos. áe nos ha engañado. Palabra. Al caer en ello, por poco nos desnucamos da indignación. Los lectores van a juzgar ai somos razonables o si estamos locos perdidos. Se afirmó que la declaración del estado de guerra obedecía al elegante movimiento revolucionario. ¡Mentira! Se nos aseguró que la censura tenia por único objeto in^pedir el fomento cultural de las inquietudes perturbadoras. ¡Mentira también! Ahora hemos descubierto cortésmente la triste verdad. Todos los resortes excepcionales movidos por el Poder público durante cuatro meses se han empleado para sumirnos en la májs negra de las soluciones reaccionarias. V- nosotros, auténticos izquierdistas, hombres que se perecen por este gran ideal con enchufes que se llama liberalismo extremista, lo vamos a descubrir todv.'. Hemos de hablar a vocea. ¿Cómo que no? Hemos de hablar a gritos para despertar las conciencias soñolientas de nuestros conciudadanos. .i\ie la censura oprimiera despiadadamente el fomento revolucionario, que los guardias se pasearan por las calles con tercerolas no perseguía más finalidad que retrotraernos' a la Edad Media, después de una laboriosa gestación. Lo que se ha hecho no tiene nombre y hay que bautizarlo o, por lo menos, inscribirlo en el Registro civil. lAh!, señor Lerroux, ¡qué enorme decepción acaba usted de proporcionarnos a I ).í verdaderos demócratas, amantes del laicismo! De modo que tantas medidas de rigor para frenar las plumas y las lenguas, tantos dias de largas conversaciones, de cálculos, cabalas, zurcidos y trenzados ¿venian a parar a esto? A esto que es el golpe más terrible para las izquierdas y el triunfo más ensoberbecedor a que podían aspirar los reaccionarios... ¡a que un Abad, y por añadidura Conde, sea ministro! Se nos entrega asi al clericalismo absorbente y a la despótica aristocracia. i E á que se pretende que pasemos sin protestar tamaño agravio a nuestras convicciones? ¡Ah! Pues no. Si el nuevo ministro aspira a seguir en él cargo tendrá que dejar de ser Abad y titularse ex Conde. En otro caso, nosotros seguiremos abstenidos de la vida parlamentaria y no concurriremos a las elecciones municipales para evitar una paliza. Está esto claro? Pues a otra cosa. —¡Bueno, es que se ven " c a " cosds!... Una República laica y d«* mocrática, y con un ministro que es Abad y además Conde. nes de pesetas de las arrambladas en áe ministros. Es decir, que o "pita" pael atraco de Asturias. ra acá o romero para allá. Descontadas la.s cantidades que res Conque los gobiernos verán lo qu« cataron los guardias y las que se gas- hacen. taron en propaganda contra España, esos ocho millones debieron haber sido prorrateados en el reparto social; En los Estados Unidos se han sino que, sin duda para despistar, los cerrado centenares de fábribeneficiados continúan en la miseria, sacrificándose por la causa. cas de camisas. Aquí no po—Continúa en Roma el señor Pita dríamos hacerlo, porque ya Romero. Y no regresará como no sea nos sobran descamisados. LOS MINISTROS VIAJAN Las grandes obras que se van a hacer en España AYER In; .idcion ruturisia dei año 1945 .1. orno cambian las circunstancias con el tiempo! H- aquí, al t;abo de unos pocos años. la situación a que han veiddo a paral algunos que, allá por los años 33 y 34. aproximadamente, figuraban como personaje.'^ más o menos importantes. Azaña ya no es uada, de nuevo: corno a la nada, de la que unca debió salir Mscrlbe; pero, ¡bah!, como si borrara. Marcelino Domingo ya .ii siquiera escribe artículos. Se-los publicaban zqmo ^ político, no oomo a periodista; peri. como en política no ha vuelto a pintar, y la fragilidad humana de los editores es tan grande... Hnelc come en 'in asilo ile París por dos francos. Cordón toca el «;saxofón> en i^ón. Martínez Barrio ya no es más que masón, y, por haber alcanzado el grado •'?6 bajo oero, se congela en Sevilla Ossorio ba vuelto al Ateneo, para coiii''nlar otra vez como un chaval. San Flomán se aburrió de la política, ya que la política se aburrió de él. De los RÍOS puso academia de baile en ! calle de la Berenjena. Este hombre .letras de su barba, fué siempre inu> frivolo. Albornoz vende patatas fritas a la inglesa en una esquina de la plaza del Progreso. Todos los demás de parecido esfilo fallecieron hace ya veinte afloa. • c; i j j ,\. ..¡ae ¡lacieron uiu-rLa.i... —Todavía no se han celebrado nuevas elecciones desde noviembre del 33. Si no fuera por el inconveniente del sufragio, la democracia resultaría el régimen ideal. Pero tiene ese pequeño inconveniente. No hay nada perfecto en este mundo —Faltan todavía por averiguar el paradero y i empleó de ocho mtllo- (De nuestro enviado especial Curro Carro Cerco.) VILUACASPA, 18.—Ha Uegado a esta población el ministro de Obras públicas socialistas, don Indalecio Prieto, para asistir a la inauguración de las obra^ del pantajio del "Bujero", que servirá para regar más de 50.000 hectáreas de terreno. Tres kilómetros antes de la llegada al pueblo esperaban al ministro las au- A G E N T E S D E TURISMO, por don Pako Uüii Faiidaugüitii üci- .Vl.ui/.aiiaici que cuenta por éxitos de verdadero escándalo sus actuaciones. En el Norte tal entuüiasino sienten |>or él que lo tiraron recientemente flores..., pero con tiesto y todo, .actualmente se arranca por unas falsetas que le acreditan de ser un verdadero flamenco. i, . _ ...j.¡ ili' baik- i'inlini and •Uargarett", cuyas actuaciones en París son muy comentadas. Trabajan en "cabarets" y "dancing" le lujo, y no piensan volver por mucho tiemiio. -Vhora están entendiéndose para un nuevo baile rival de la "carioca", y en el que eUos son maestros de "caradu-roca". toridades, la Guardia ivii y una carava»' na de catorce automóviles, dos «motos»; más de cuarenta burros, acompañador de sus familias, y el vecindario en mauía. También esperaban al señor Prieto la directiva de la Casa del I*ueblo. con todos los pendones de la comarca, las niña? las escuelas municipales luciendo lacitos rojos y la band- muni-ílpal, que estrenaba instrumentos. Apenas se ..ivisó el •-tauto» el señor ministro se desbordó el entusiasma, M soltaron cientos de palomas y se áiapararon miles -•- cnhetes; pero al ver que el «auto» que avanzaba por la > tera no era el del ministro, sino dA un tratante en puerco que se había anticipado, el vecindario se dedicó a cazar alondras, urracas, grillos y escarabajos peloteros, para que sustituyeran a las palomas que sa habían soltado. Por fin llegó el señor Prieto, acompañado de su hijo y de varios entusiastas. El pueblo enronqueció de vitorearle y le acompañó en hombros hasta la plaza. El señor Prieto se tocaba con la clásica boina. Oon Indalecio subió al Aymitanuento, donde se celebró una recapción. El alcalde, señor Cacahuete, pronunció ur. brillante discurso, y el señor Prieto lo abrazó emocionado. La banda tocó la Internacional y las niñas de la-s escuelas csmtaron el coro de "La del Soto del Parral" y el ministro prometió solemnemente volver el año próximo a oírlo nuevamente, ya que para entonces se la sabrían mejor. LA niña Tortuoso Camueso, hija del [presidente de la Casa del Pueblo, recita GRACIA Número 162.—Pág. 4 AQO»IT<-'OV O F LA u s a poesía alusiva al nainistro, que le áecfa ncí: L.a Juventud Socialista del pueblo de ViUacaspa aaludan al señor Prieto, gloria, prez y honra de España. Después el Ayuntamiento obsequió al ministro con un pavo de honor, y a los acompañantes con pájaros fritos, torraos, palodur—que aquí se da muy . bien—y aguardiente de higo. El señor Prieto fué nombrado hijo adoptivo del pueblo, y se descubrió la lápida que da su nombre a la antigua calle de las Beatas. Después, y acompañado de t e . . . el pueblo, se fué al sitio llamado "El Bujero", donde con un pico de plata inauguró las obras del pantano. Primero se le obsequió con un banquete y después hmcó el pico. Al regresar al pueblo se detuvo en el cementerio, donde depositó flores en la tumba del conocido socialista P a c o el CTiispa, que murió el afio pasado de un cólico de habas. E s t a noche luce en honor del ministro el alumbrado público en las calles, cosa que no se hacia desde la época de' la Dictadura. El pueblo esta en fiestas. HOY (De'nuestro enviado especial P a c o Pis o Peco.) VTLiACASPA. 18.—LJegó el ministro de Obras públicas, señor Cid, al que el pueblo en m a s a le hizo objeto de un recibimiento apoteósico. El señor Cid fué subido en unas angarillas tres kilómetros antes de Uegar al pueblo, y acompañado por una caravana de catorce automóviles, dos cmoÍOB» y una porción de burros. El alcalde señor Cacahuete, jefe local del partido agrario, pronunció un discurso de exaltado patriotismo y adhe«ión al señor Cid. La Banda municipal tocó el himno de RegTjeiro (Luis) y las niñas de las E s cuelas municipales cantaron el coro de "JjB. del Soto del Parral" con gran entonación. N o se equivocaron m á s que dos veces. La niña Tortueso Camueso, hija del VAYA CHAPUZA, por F a n « • ^ B u e n o se va a poner tu tío CHJando vea que se ha roto el ret r a t o de Azaña. El del engrudo. — No te apures, porque con la rabia que le tengo, ahora le pego y luego le cuelgo • n ia pared. Y CRISIS, por JUSTICIA Madrid, 2 6 de e n e r o de 1 9 3 5 Ferv? — ¿ t i señor A b a d ' —¡Presente! — P u e s que tenga la bondad de dar dos pasos al —^¿A quién mi vista examina? frente. — A l presidente. — P u e s dígame lo que quiera. —¡Qué tonto! Ahí va la c a r t e r a de Marina. —¡Caramba! ¡Divinamente! I tienen que pedir el dinero presiatio a ! un a m i g o para pagarse el cubierto, y le obsequian con una comida que el obsequiado no paga, naturalmente. Lo lógico seria que el afortunado au, tor, en caso tal, pagara aunque no fueI ra m á s que un dia el cocido de sus adI miradores o, en su defecto, el de loe I pobres del distrito donde viva. i Con esta consideración nos atrevemos a proponer algo que nos hemos sacado de la cabeza como si fuéramos un Martínez de Velasco, y que estimamos pnede ser una solución para el más terrible de los problemas, el de la crisis econóI mica, crisis que por cierto no se arre: gla con un zurcido m-^-í o r n e n c bien hecho. Vamos a ver si n c i explicamos, y y a veremos luego si se nos entiende. Dando su parte a la lógica, los que contraen méritos para el banquete y, por la.s razones ya expuestas, deben ser los qu« paguen la comida P. FW admira'iores y amigos. Con esto, el noventa por ciento de los españoles podrían comer de vez en cuando. Porque figúrense ustedes: dados los éxitos, triunfos y motivos que dan los gobernadores de la situación y todas las altas personalidades de la política, 9i éstos dieran en la manía de ajustarse al criterio que veníamo- exponiendo, los banquetes pagados por ellos y a los que asistirían no mil doscientos comensales sino doscientos mil, se sucederían ininterrumpidos y /la felicidad, que casi siempre y en parte radica en una buena digestión, reinaría por doquiera. El pueplo sería dichoso y la sociedad una balsa de aceite en la que podrían freír los filetes que casi todos los españoles mereceiTio.s. Qué. „iíac(: la n¡t~^ Nosotros para empezar i>roponemea ya desde estas columnas un homenaje nacional a los nuevos ministros, en la seguridad que sí pagan ellos el banquete que por cabeza les corresponde, contarán de antemano con la adhesión y simpatía de m á s de treinta millones de españoles. I>os de la península, islas adj^acentes, posesiones y emigrados en todos los rincones de la tierra. Obras públicas. Doctor Albiñana, el pueblo arde en júbilo. El alcalde, señor Cacahuete, jefe del Las juventudes agrarias partido conservador, h ' hecho un llamadel pueblo de Villacaspa, miento al vecindario para que acuda a saludan al señor Cid, esperar al ministro en masa. que es lo más grande de España. El jefe del partido tradicionalista, seSeguidament se descubrió la lápida ñor Camueso, ha compueFto una poesia que da el nombre del señor Cid a la que recitará su hija, en honor del señor Albiñana. que empieza así: calle de Prieto, antes Beatas. El señor ministro fué a visitar a la Lsis ju-entudes católicas anciana Eufrasia Pérez, que fué a m a del pueblo de Villacaspa, de una sobrina del cuñado de la portera saludan al grande hombre. del señor Cid. que es el Doctor Albiñana. Luego marchó al sitio llamado «El Bujero», donde con un pico de plata inauLas niñas de las Escuelas municipales guró las obras del pantano que se v a a están ensayando el coro de "La del Soconstruir y que dará agua a 500.000 hec- to del Parral". La Banda municipal estáreas. trenará instrumentos. Se dará el nomE s t a noche luce el alumbrado públi- bre de Doctor Albiñana a :a calle de Cid, co en honor del ministro, cosa que no antes Prieto y mucho antes Beatas. ocurría desde la época de la Dictadura. Se ha abierto una suscripción para Reina gran entusiasmo. regalar al ministro '1 pico de plata con que inaugurará las obras. Se ha sorteado entre los ancianos para que represente el papel de veterano (De nuestro corresponsal.) de la guerra de la Independencia, y lo ¡"ARZA", CELEDONIO! VILLACAJSPA. 18.—Al conocerse la visite el ministro. noticia de _ue próximamente vendrá a Reina gran entusiasmo.—(Corresponeste pueblo a poner la primera piedra E n las escuelas que inauguraron los sal.) de las obras para construir el pantano ediles socialistas de Madrid, en la gloEl dnende de oro y azul llamado «El Bujero» el ministro de riosa época de su euforia m á s o menos administrativa, se olvidaron de una cosa tan trivial como la calefacción, ya que en la capital de España, a pesar de la PROBLEMA SOLUCIONADO vecindad del Guadarrama, hace en Invierno ia m i s m a temperatura de la Co»t a Azul que disfruta don Inda del Tubo y del Petróleo. Pero, en cambio, pusieron en ellas tant a s cosas bellas, adquiridas sin suba.9ta, claro está, que parecen palacios de loe cuentos "milimanochescos". ¡Hasta camas turcas, Celedonio! — ¿ Q u e no te lo crees? Lee las reseñas de las últimas sesiocunio. Por una de eeae cosas absurdas, Ein Málaga s e ha celebrado un bannes y te convencerás. propias de los hombres cuando Hega, por quete de mil doscientos cubiertos, lo ¡Oh la paternal bondad de los sociacual indica la próspera sdtuación econó- ejemplo, a centenaria una obra teatral listas y sus colegas, que, por si algún mica de la referida capital andaluza. y el autor ha cobrado, por lo tanto, chico o alguna chica se desmayaba por Ahí es nada mil doscientos señores que cientos de mi^es de pesetas, se reúnen congelación, le preparaban y a blando s e permiten el lujo de comer pagando, unos cuantos señores, que a lo peor lecho donde caerse! además, por él condumio, seguramente la cantidad de quince pesetas por lo m e nos, cáfra realmente astronómica para NOTICIAS FRESCAS, nr- AV la gran mayoría de los ciudadanos. Bl banquete fué homenaje al gobernador y ex escritor notable, don Alberto Insúa, que, por lo visto, en su puesto trabaja como un negro que tuviea-a e) alma blanca. N o queremos en e s t a s lineas regatear—ni siquiera en la bahia malagueña—los méritos que t e n g a don Alberto para que mil do-scientas persona " reúnan a comer en su honor Nuestro objeto ee otro. Aprovechar la noticia para exponer un punto de vista Don Ale.—"Un hipi/,. t que puede ser solución para m á s de Asi gobierna cualquiera. Obrando muy de ligeií; [cuartilla un problema político. Un Gobierno, aunqu» y a su patria denigrando. un teléfono cualquiera, fmanido, Nunca nos heimoe podido explicar por de "cotilla" don Fernando i ven qué cosa más sencino es tan fácil de formar, qué se dan banquetes a los que, con hizo en un diario eztranllJa?' pues no es coser y cantar, Ijera motivo de un suceso venturoso para aunque es labor de zu»» l e ü e s , s e lea a u m e n t a el c»uda] o el peIcidoi. jefe del Bloque Nacional poesia que decía así: recitó i MAÑANA Procedimiento infalible para que todos los españoles podamos comer ¡Camas turcas: las mejores, las más caras! GRACIA Madrid, ZQ de enero de 1935 íYA Y ESTA! JUSTICIA Número 162.—Pág. 5 I mis, agotado el intelecto, casado ei esfuerzo con el resultado, éste ha sorprendido gratamente al país. Poique ahora, en vez de aquello, tenemos a don "Ale" en la Presidencia; a Jalón, en Comunicaciones; a Vaquero, en Gobe'nación; a Cid, en Obras pabticas, y a Anguera de Sojo, en Trabajo. X, como colofón pinacular de la mag» na obra, tenemos también a don Gerardo Abad Conde en... ¿Dónde está don Gerardo Abad Conde? Bueno, ya lamente podía casar con la modestia lo leeremos en los Presupuestos. neoclásica y estupefaciente de! sastre. "Guernikako arbola", y súbete quinco Se trataba de un empeño invertebrado de queso. y amorfo. Era preciso dar la sensaIsidro FUE^NTELAKREYNA ción de que la obra respondía al intento. Y así, cuando se produjeron los j Nota de la Dirección.—Ha dejado d« acontecimientos motivadores de la ga- pertenecer a esta redacción Isidro Fuenrata, t e n í a m o s a don "Ale" en lal telarreyna. Presidencia; a Jalón, barajando las ^^^,^.§^^&^^«»s^§^«^^«,§,5^.§.^.s«^ cuadrillas de Comunicaciones; a Va- «««*^*^*^*^«*^«*^*'«*5*^*^'^''«^^'^*^^^^^*^^ quero, en Gobernación; a Cid, en Obras "El rey Borís ha dado un golpúblicas; a Anguera de Sojo, en Trabajo... pe de Estado." Pero un golpe ¥ AL CABO... en la propia cabeza de la rede la dura jornada, puestas en movimiento las neuronas, sudorosa la dervolución. Y no vayan ustedes a cree rse que ha sido tan mollar •• mmm »« iPUES ASI QUE NO HA COSTADO TRABAJO? POR SI ACASO Suponemos, lógricamente pensando. que nuestros lectores eataráui perfectamente informados de loa acontecimientos políticos que justificaron últimamente la reorganización ministerial, que el señor Lerroux calificó con ese envidiable humor—¡Dios se lo conserve en aumento!-—de zurcido. Pero como puede ocurrir que a l ^ n lector, distraído con esas minucias de los atraquillos, de los atropellíOos, de las faenas del "Almirez", de los juicios •umarisimos. etc.. no se haya enterado a fondo de aquella justificación, vamos a esbozar una liviana síntesis de aquellos evenementos, que escribiría Insúa •i no fuese gobernador. LA CRISIS FUE... Porque el señor Martínez de Velasco hondamente escubriciado por la desaglutinación carcadusa del priscorcio, solicitó, de manera cordialísima, una desjunglación del equinoccio, orientada hacia la perífrasis del metacardio. Naturalmente, el señor Gil Robles, jefe de la minoría más numerosa y estracaturcíada de la Cámara oscura, no podría poner paquidermos ni ieucocitos a los anhelos fosfóricos del señor Martínez de Velasco, y se apresuró a dar todo g-énero de facilidades para la solución <le la tracamundana. POR SU PARTE... el señor Lerroux, informado del perígorcio latente, orientó el resultado hacia una facecia reiterativa que él, en su copioso buen humor—Dios se lo conserve hasta la consumación de los siglos—; bautizó con el nombre de zurcido. Y YA DE ACUERDO los dos Poderes neoclásicos, a la manera de Hugo, no quedaba más, sino aguardatr el informe del guardaagujas de Cuenca (Guadalajara, U. A. J. 7), para ofrecer a la viudita pública una solu- ción pertinaz, plausible y con carácter sintético y protervo. ASI, PUES, el jefe del Gobierno requirió las hachiperres menesteroses y comenzó su labor neumogástrica del corcusido, en cuya labor incurriríamos en los falaces atisbos de los hermeneutas vernáculos si tratásemos de influir sobre la opinión para sojuzgar aquélla. Exu^ka, Eureka, Eureka, que quiere decir Lamamié de Clairac en jrugoesloveno. No, no y no. La tarea que, durante las finidas jornadas ha pasado sobre los macizos omoplatos del señor Lerroux es suficiente a justificar la resistente consistencia de su robusta anatomía. ¡Ahí es nada! Intentar la fusión del alcaloide etéreo con la masa gaseosa; pretender la trabazón marmórea de la gelatina inconcusa con la fibra pertinaz... Pero, precisamente, por reconocer lo avieso e interplanetarlo del intento, no podemos restar, ¿qué vamos a poder?, ni un átomo de vertebración ancestral, al éxito logrado por el presidente en suspenso de la Asocia-ción de la Prensa. HABÍA QUE DAR GUSTO a Scila y a Caribdis. Empero el patos no podía quedar horro de satisfacción. Asi, pues, la vista aquilina gutiérrez de don Alejandro tendió sus lumínicos rayos hacía la escuadra y el compás y solucionó el jeroglifico. ¿Que la solución no establece un concordato eficiente entre el anhelo del paisaje y la realidad pantanosa y ecuménica? Evidente. Pero también es persona Pórtela Valladares y Sigerico sigue sin estremecerse. Y don Alejandro, traspuesto el Rubicón de la hiperestesia, no tenia m4s remedio que sojuzgar el átomo, y k» sojuzgó; y había de resolver la crisis, y la solucionó. No era mollar la tarea, ¡ni mucho menos! Aquella imagen del surcido so- VESTIDA Y SIN NOVIO, por Areuger INJUSTICIAS QUE HAY. por "Cyrano" Siendo este el reverso de la nueva moneda que se ha puesto en circulación, el anverso debió ser este otro, o no hay lógica en el mundo, Facundo. ¡VAYA SUSTO! Hemos ganado a Francia después de m partido más malo que el de Martínez Barrio ¿Elstamos en Madrid - Parí»? LA NOVIA.—Padrino, ¿quiere usted ponerme las flores en agua hasta n>ejor ocasión? Hemos vivido unos días que no sabíamos SI estábamos en Madrid, en París o en Madrid-París. Tal ha sido la afluencia de galos que nosotros, que estamos acostumbrados al «piri» y al «¡anda nínchí, estás que chutas!», hemos pasado las «moras» para entendernos con la gent«, porque el partiJo ha ejercido más influencia sobre los españoles que si hubiera venido a Madrid Mr. Laval. Y con ese afán de europeizarnos, el político, el menestral, el guardia de la porra, y hasta el mendigo, nos han colocado una de «comprar pa», de «aurrevoire> y de «pardone vous», que atontan. Loa franceses, en cambio, muy diplomáticamente, ban hecho grandes elogios de cuanto hay que admirar en Madrid, como el cocido, la Puerta del Sol, el Palacio de Comunicaciones, las entradas del iMetror^ con sus racimos de pobres, y las sesion-es del Congreso. También han querido visitar, cesa curio.%. a Manolo, pero no ha podido ser. En su deseo de mostrarse admirados de todo lo nuestro, antes de llegar a Chamartín se velan grandes grupos de franceses, con la boca abierta, contemplando los "autos", saltando cerro», subiendo picachos, salvando baches y pasando toboganes a 60 por hora. —¡Oh, mon Dieu! ¡Esto es magavilioso! ¡Magavilioao! Después acababan de asombrarse al ver colgados de los arboles, de los postes de c(Miduccióa eléctrica, o guatean- do por los tejados, a cientos d« "eatuí siastas" que no quenan perderse el encuentro. Y más aún al entrar al campo y ver ocho o diez compañías de guardias distribuidas por el campo y los alred». dores. Lo dicho. Hemos estado dos rtias creyéndonos en plena Vílle Lmniére, aveo deux demimoudaines, etc.. ¡Perdón! ;AL FIN, DICHOSOS CON UN 3-0 Ya podemos respirar con tranquilidad, después del nudo que hemos tenido toda xma tarde en Chamartín durante el partido España-BYancia. Porque, la verdsui, creíamos que el gallito galo iba a salir del campo coma el de Morón, o sea, sin plumas y cac»> reando... pero poco. Pues, si, sL El león rojo estuvo toda la tarde como un minino junto al brasero, dormitando con los ojos cerrado» y quitándose las moscas con la cola, y al gallo se aprovechó de ello, y le estuvo dando la murga durante todo el encuentro. Menos mal que nos metimos el índice en la glotis y nos quitamos el nudo que nos ahogaba como si i'estapáramoa una g^eosa, ai ver en el marcador un 2 por el lado de acá, y un O, como ua aro, allende la frontera, Pero conste que el susto ha sido máa grande que el que se han llevado últimamente los radicales, antes de la cri* si». N á n i M o lli^í.—jt:»¿ GRACIA Las urnas fiel Sarre se "proniinciaron" en alemán del más "gamado". ¡También ha sido gana de gastar papeletas "Bardomero"! La disposición municipaJ respecto a las calles congestionadas, va contra Pedro Rico. (Pero no se lo digan ustedes a nadie.) Y JUSTICIA Madrid, 26 de enero de 1935 Tras de esta cortina está la nueva estación basurera y otras cosds dignas de aplauso, pero poco vistosas, ¿saben? Elso es. El automóvil del señor ministro de Agricultura le partió el talle a una robusta acacia, cuando dicen que el ministro venía de asistir a una "fiesta del árbol". Y la gente dice: "Si fiestas, ¿para qué topetazos?" J« , ¡Paradójico! _. pev^TRio, Se d e m i m b ó una viga de veinti siete toneladas del viejo viaducto. Esa «K>rme viga es un alambrito comparada con la derrumbada viga del socialismo. PRODIGIO CAUGRAFICO v , - u l E Í ! r " ''°''»f»<'ro Zopenqnillo, qu« se compromete a eicriWr en una wperfícré de 0Bc« Srlüfí^j - ^ «J*?."* •"*•«" •**' "™»ño por el aüjo de armai. El osado Zopenqni. n o j n b » d* copar el "Qnijole" en m» Jadi>,"U Divina Comedia" en un guisanM y ^ t a . "Woia metaana en vá» lenteja. Madrid, 26 de enero de 1935 GRACIA Y JUSTICIA Número 162.—Pág. 7 "FOOTBALL" PARLAMENTARIO REGÜEIRO, AMIGOS MÍOS, M A R I N A , ¿ D O N D E E m o c i ó n preliminar ¡Señores, cómo está el campo! ¡Hace frío y echa lumbre! La gente discute a gritos. —Veréis cómo no le podemos.. •—Que se cree usted eso. Nuestro once está cañón. Lástima que no juegue Quincoces. —Confio en que Calvo Sotelo, que sustituye a Goicoechea. ausente, hará un buen discurso. —Tendrá que contestarle Gil Robles, Bl alude a la C. E. D. A. •—Sí, si, desde luego; pero Marculeta Bo es manco. • —¡Anda! Pues no le digo a usted na4a de Regueiro. Ese si que chuta como «na fiera. —Ya veremos, después de la explicación que se propone dar Lerroux sobre •1 proceso de la crisis. —Es de esperar que gane España. —Hombre, los franceses se muestran muy esperanzados. A todo esto, sigue llegando un genUo Inmenso. Autobuses, "taxis", coches particulares, peatones. El público se agolpa a las puertas, que son insuficientes para dar paso a la multitud. Los pasillos están llenos. Fuerzas de Asalto mantienen el orden. Los ujieres no dan abasto a servir vasos de agria •on azucarillo. Llega Zamora, que es aplaudido por tal grupo de incondicionales. También lÁngara es objeto de cariñosas demostraciones de simpatía. El señor Martínez de Velasco, requerido por un grupo de periodistas, declar a que, por su parte, está dispuesto a no crear dificultades. La emoción va creciendo por momentos. Unos apuestan por el Madrid y otros por Ventosa. Y así va pasando la tarde. El señor Alba se dirige a la presidencia, y el público aplaude cuando Zamora y el capitán del equipo francés se cambian el acostumbrado ramo de flores. Alineación d e los equipos Llegada la hora, los equipos se alinean perfectamente. Uno enfrente del •tro. El francés, del lado de la portería francesa, y el español, al lado de la española. • En los escaños hay muchos diputados. En el banco azul, el jefe del Gobierno y los ministros de la Gobema«ión y de Instrucción pública, que por primera vez posa en tan mullido asiento, y adopta una elegante postura, par a demostrar que él sigue siendo melquiadista, digan lo que quieran sus adversarios. Regueiro cambia algunas palabras eon Gorostiza, que se muestra preocupado y se da masaje en la mano izquierda. Los franceses están muy serios. Nos•tros, también; para qué les vampa a íecir a ustedes otra cosa. ^ El señor Alba abre la sesión con las Cormalidades de ritual. Suena el pito del arbitro, que es un hombre bastante fotogénico, según nos dicen los impresionadores de películas, y empieza el partido El p r i m e r t i e m p o Saca el equipo francés. La pelota va. a parar a Muguerza, y éste la lanza a Hilario, que la echa fuera con un gesto de desdén. El señor VENTOSA dice que no ha podido explicarse la crisis, ni su tramitíición, y que espera que se la expliquen, a. ver si logra entenderla. . El señor LERROUX, en nedio de una gran expectación, recuerda todo lo ocurrido en las crisis anteriores y examina detalladamente la salida de los señores Saniper e Hidalgo. Después se refiere ai piauLoatnieaíy de la cuestión de confianza por el se&or Calvo Sotelo cuando era presidente del Consejo, y como los diputados ríen y el •eñor Calvo Sotelo hace gestos de extrañeza, el señor Lerroux añade: —Quería referirme a la salida del seftor Villalobos... ESTA? ALBIÍÍANA.—^Alijo, no. Al padre. España hace el segrundo tanto, qila descorazona a los del equipo de enfrente, " El señor GIL ROBLES.—Nosotros no hemos querido crear dificultades. Es cierto que nos creímos en nuestro derecho al pedir mayor participación en el Gobierno; pero como nos dimos cuenta dé las circunstancias, que son las que mandan... ROMANONES.—Esa frase es mía. GIL ROBLES.—Pero yo la repito. ROMANONES.—Me alegro. GIL ROBLES.—Y añado que, al apre< ciar las circunstancias, desistimos do nuestro legitimo derecho. El señor MARTÍNEZ DE VELASCO. Lo mismo digo. Estoy en un todo do acuerdo con el señor Gil Robles y con el señor Lerroux, y no desespero de esUrlo algún día con el señor Calvo Sotelo y con el señor Ventosa. El señor LEJRROUX: Como verán los señores diputados, la cosa es clarísima y no creo que necesite más ex—¿Esa pirámide que lleva será para indicar que esta etapa par- plicaciones. lamentaria va a ser piramidal? Terminado el tiempo reglamentario, acaba el partido con dos tantos a fa— E s o es un metrónomo, c a m a r a d a , para medir el r i t m o . vor de España contra cero de los franceses. El señor ALBA: Se levanta la a*CALVO SOTELO. — Pero, ¿por qué descubridor de mezclas inconcebibles, peme confunde su señoría con Villalobos, ro sabrosas, se hincha de hacer "cock- sión. si este señor es de Salamanca y yo de tails". Alocución i m p o r t a n t e Galicia? Además no he gobernado con Compuesto lo anterior, nos enconla República. Segundo tiempo tramos con que ea la imprenta se han LEERROUX.—Pero confío en que su Los escaños se pueblan nuevamente. confundido las cuartillas del partido de señoría, mediante algunas rectificacioAlineados otra vez los equipos, saca "football" Francia-España con Jas do nes, podrá gobernar. el capitán francés, y la pelota va a los la reseña de la sesión del Congreso. Y, GIL ROBLES.—^Antea que yo, de nin- medios, donde la recoge Marculeta. claro, asi no van a entender palabra al guna monera. (Aplausos en Acción Poa enterarse de los motivos del reEl señor CALVO SOTELO suelta un pular. ) ajust. cañonazo que rebota en el banco azul LERROUX.—Yo no digo que antes. Habla del informe de Fernando de los ~ Como de todas maneras se iban a Apunto una posibilidad. quedar en ayunaa, dejamos las cosa* A todo esto, Lafuente ha pasado el Ríos, publicado en Francia. Los frajiceses quisieran hacer un como están, y a quien Dios se la dé, balón a Marculeta, Marculeta a RegueiSan Pedro se la bendiga. ro y Regiieiro lo dispara contra la por- "goal", pero se quedan con las ganas El señor ALBA: Le advierto al señor tería francesa. Pero el balón va alto, da en el larguero y no alcanza al por- Calvo Sotelo que ese informe no s e puetero ni hace «goal». ¡Qué lastima, que- de leer, por decoro de España CALVO S O T B L O . - y el desdecorador rido Bolívar! El señor LERROUX continúa dicien- paseándose por ahí tan tranquilo. Bien. do que la crisis ha sido resuelta del Hablemos de .otra cosa. La crisis no se mejor modo que se podía resolver, sin ha explicado; Se nos estuvo diciendo Vamos a recorrer el Duero. Nada m&a. resentimientos para nadie. Estoy se- durante un mes que era un problema de El Duero, que es más largo que un guro—añade—que he complacido a to- acoplamiento y proporcionalidad, y al socialista. Pues lo vsimos a recorrer eix dos, precisamente por no haber com- fin resulta que todo se reduce a proveer cantados y con fervor admirativo para placido a nadie, si se exceptúa el señor con el señor Abad Conde, que no es todos los pueblos de su cuenca. Abad Conde. Hombre, por cierto, y Ma- conde ni abad, la cartera de Marina. Nos sirve de guía Federico Garci« rina, ¿dónde está? MARINA.—Yo parto muy lejos de Sanchiz, el hombre de lajs charlas ratig^ Entonces todos caemos en la cuenta aquí. niñeas y de la cabellera abundosa. de qué el único ministro que se enCALVO SOTELO.—Me parece que no y no nos vamos a cansar, porque en cuentra ausente del banco azul es el hay ofensa para su señoría. vez de seguir nosotros la linea serpe». señor Abad Conde. Pero Zamora ha parado ya el zam- teante del Duero, será el Duero el quo Se le va a buscar; entra, y todos lo bombazo- de los franceses, que han es- se deslice ante nuestra vista por el e»tado a punto de marcar un tanto, y el cenario de la Comedia. encuentran muy agradable. LERROUX: Aquí lo tienen ustedes. guardameta español oye una ovación esPreparémonos a oír. Federico tiene ya truendosa. Me parece que no es mal tipo. las manos trenzadas y se dispone a dsK CALVO SOTELO: Pero no es muy CALVO SOTELO termina su discurso esos pasitos cortos con que se adelanta católico. refiriéndose a la reforma constitucional a la batería. El medio centro francés arroja el ba- y al proceso por el alijo de armas. Federico, ¡a escena! lón sobre Cilaurren; éste lo tira a Aedo, que lo recoge de cabeza; se produce una «meíee> de todos los diablos. Al POSTURAS Y COMPOSTURAS, por Don Pako fir, Regueiro se hace con la pelota y atiza un cañonazo, con el que marca el primer «goal» para España. El descanso El señor MARTIN (agrario) dice que va a ocuparse de los trigos. Los diputados abandonan en tropel el salón, y el señor Martín se lamenta tristemente de esta indiferencia ante un problema tan complejo, que nos da el pan de cada día. E. señor ALBA: Tiene i-azón au sefioría. No se concibe que cuando se discuten cuestiones de esta índole, que afectan a la economía nacional, haya representantes del país que abandonen el salón. Inmediatamente cede la presidencia ; señor Casanueva y se ausenta del bemicicio. Los jugadores cambian impresiones. Los franceses se muestran muy contrariados por el tanto que les metió Regueiro, y los españoles se sienten seguros de su triunfo definitivo. El público bebe cervezas y gaseosas. ¿ P A R L A M E N T A R I S M O O M Ú S I C A ? (Dib. de Areuger.) FEDERICO, ¡A KCENA! En el bar, Perico Chicote, que cada dia es más "bannan", toas "chic" y oiáa í —¡Ya parece c|ue estan ftrmes los cuatro..i, los cuatro pies (M b a n c o . . azul. N ú m e r o 162.—¥kf. GRACIA 9 T SECCIÓN FEMENINA JUSTICIA M f t n M , 9 9 wti M M T O ^kt 1989 LA HERENCIA DE LA DIFUNTA, por Borrón Lo que se Uevará la primavera próxima Van llegando a mis manoe los figuriles más interesantes de los que durant e la próxima primavera han de lucir Buestras damas de gran mundo. Como estamos a final de la cuesta de enero y mi marido no tiene para llevarme al "cine", me entretendré en daros algunos detalles. Y a veráis; digo, y a veréis. (¡Cómo s e l a e nota que he estado en Rusia.') Traje para damas inarxistas y siniilaree.—Es un amor de traje. En raso enc a m a d o rabioso—muy rabioso, casi bi- SECCION FEMENINA 4r6fobo—, con adornitos de piel de conejo o de liebre. D e liebre mejor, porque •orre mfta. A la cintura, una ancha cinta formando lazo. ÍA cinta es a rayas azules y Maneas, como los trajes de lo<s presidiarios norteamericanos, y Ueva atada sobre el lazo una cadenita de gran duraalón. Casi, csLsi perpetua. B e t a preciosa combinación se complet a con un lindo gwrro, figurando una guia de ferrocarriles, con los itinerarios Intemacionales más corrientes y la mas e r a mejor de atravesar las fronteras en aajBo de apuro. BJB un modelo de la rué de la Guerra Democratique. Como réplica, los modist o s de la rué de la Paix han lanzado otro ^ue. seguramente ha de imponerse. Se trata de un vestido limpio, modesto, aseado, y de un capazo para llevar la comida al marido. Con este vestido y con comida sana y abundante para llevar en el capazo, no cabe duda que la mujer marxista destacará en la próxima temporada. Todo lo demás, de chapiris y traJecltos con la espalda a la intemperie, Bon cuentos de camino. D e camino que Bo Ueva m á s que al fracaso y al ridiculo. Auguramos un gran éxito a los modistos de la rué de la Palx. ;Y a ver si duran! E l éxito y la Patx. Traje francamente soviético.—Como SQ sabe, en B^pafia esta clase de vestidos no puede cuajar, según recientes y reiteradas experiencias que han fracasado ruidosamente. Sin embargo, como curiosidad y para que no digan que no estam o s al tanto de la marcha del mundo. Tamos a explicar el modelo 1935. La cabeza, descubierta; la cara, descubierta; la nuca, descubierta. La parte del cuerpo que empieza en la g a r g a n t a y t e r m i n a en la cadera, irá descubierta por delante y por detrás. Lá que empieza en la cadera y termina en los tobillos, irá descubierta por detrás y por delante. Y y a sólo queda procurar que los zapato» sean de la misma clase que el rest o de la vestimenta. Los días de lluvia podr* usarse para^ guas, pues, naturalmente, sin tela. EH raraiaje y la caña, y y a está bien. E s t a moda tiene la ventaja de que es igualitaria y democrática, estando al alcance de todas las fortunas. Aunque, clafo, el paraguas debe costar lo suyo. ces sigruen en París Dencás y s u s secuaces, se llevarán hasta las farolas del alumbrado público. E s t a diversidad de noticias nos desconcierta un poco. Porque esperar hast a la primavera nos parece excesivo. Pero, nn fin . CORBESPONDENCIA FEMENINA -Miosotis (Granada).—Mi opinión es que ese hombre no pretende más que burlarse de usted. Ande con cuidado. Eso de que se casará cuando Azafia sea otra ve : presidente del Monsejo, es com o aquello otro de cuando las ranas críen pelo, sólo que más moderno. U n a extremeña.—También usted me parece una equivocada. Lo que usted cfee una novela romántica no pasó de ser un peligro g^avisinio, por fortuna conjurado. Cuando durante su viaje oficial se detuvo ante sus floridas ventanas don Marcelino Domingo y estuvo alabando la "frondosidad" de sus macetas, no fué porque se hubiera enamorado de usted. Por fortuna dejó en seguida de ser ministro de Agricultura. Si no llega a ser por eso, la aplica la Reforma agraria y la amuela. Consuélese y a olvidar... 3Iorentta y con sal (Madrid).—No se enternezca aunque v e a llorar a los hombres. N o conviene fiarse. Si nos fuéramos a enternecer cada vez que llora Ossorio. estaríamos m á s blandos que el chantilly. Paquita, la chalequera.—¿ Que presume de ser alguien y, sin embargo, dice "haiga" y "manificencia" ? Pues no hay duda. Ese ha sido diputado socialista en las Constituyentes. u n a rubia encantadora.—Se ve que de modesta tiene usted poco. Aunque, en efecto, sea encantadora, no debe llamárselo usted misma. Me pregunta qué significa soñar con que se ha implantado el "soviet" en España. E s un sueño m u y sencillo de interpretar. Significa que tiene usted sucio el estómago. A purgarse y a otra cosa. U n a espiritual.—El que en ese pueblo h a y a subido tan enormemente el precio del jamón sólo puede obedecer a una de estas dos causas: o que hay triquinosis o que está fthi pasando unos días don Luis Bello. Son las dos catástrofes mayores para el jamón. Anrorita y su prima (Burgos).—Suicidarse es una barbaridad siempre; pero si es cierto que su papá quiere obligarlas a leer los artículos de Marcelino Domingo, tienen ustedes disculpa. ¡Pobrecillas! H a y padres crueles. Libertaria REPOLLO "El Pueblo" dice que en el Japón "los campesinos pobres venden a sus hijas". Y aquí los revolucionarios ricos las ultrajan y las fusilan. PÓRTELA,—Pues, señor, cada vez que hurgamos en un arca, sale la ropa más sucia. OTRO QUE SE LAS PIRA Manolo^ como Chevalier se marcha a Hollywood La semana pasada circuló por los medios cinematogiáficos una noticia bomba. N o se ha llegado a conocer en su totalidad porque, claro, estas gestiones y el humor herpético siempre se llevan con cierto recato; pero, de todas maneras, algo podemos adelantar a nuestros lectores. Manolo se nos va a HoUywood. U n a poderosa empresa cinematográfica, sutilmente asesorada, ha concebido la idea de llevárselo como <vamp> para la filmación de una €cinta> interesantísima. Se trata de una cosa al modo de «Vuelan mis canciones>, o quizá algo m á s romántica. U n a biografía centra) —la de Manolo—, y en t o m o a ella, la resurrección de un ambiente singularmente bello, dulce y acariciador: el bienio rupestre pilotado por el hasta ahora genial estadista. Toda la parte primera de este «film» estará dedicada a presentamos el nacimiento, la infancia terrible y la primera juventud del protagonista. Hay episodios muy teatrales; por ejemplo, el nacimiento de Manolo, que coincidió, como es sabido, con una pavoros a epidemia de cólera morbo; el dia que cumplió los ocho años, subrayado con un terremoto que casi hundió media América; su mayoría de edad, en que florecen las verrugas y hace su aparición el dengue. Seguirá luego, como ocurrió con Scbúbert lo que pudiéramos llamar <la Al nuevo periódico "Ya" le han impuesto una multa. ¿Ya? L A MODA E N P.*RIS I>E FRANCIA P o r lo que se refiere a Parts especial•aente, nos comunican detalles de lo que se nevará e s t a primavera. Desde luego K » detalles conftisos y hasta contradictorios. U n o s dicen que «e Qevarin los vestid a de g a s a . Otros dicen que s e llevarán los de cre•atin. X otros a u n dicen que ai p a r a enton- El señor Casares Quíroga ha llegado a esta población a hacer propaganda política, pues, a lo visto, en la Península no le hacen caso. (De los diarios de Villa Cisneros, la populosa capital africana.) vida oscura y con rodilleras oel ge» nio». Su estancia, algunos días de! mea —el día 1 siempre—, en el ministerio de Justicia, cumpliendo una misión tan entristecida como lo es la de iepositario de últimas voluntades. Y, por último, entramos tumu'tuosíki mente en la tercera fase de ¡a mcreW ble vida de Manolo: asalto al Poder y entronización en el mismo de todaa cuantas personas habían tomado café con Manolo en La Granja. Y de aquí p'alante, la caraba. Desfilarán por la pantalla, viMiea« do los suntuosos trajes de la época d« las dietas y resucitando las curiosísi' m a s costumbres del fabuloso inslant*^ todas las figuras de aquel momerj*o. Veremos a don Bruno sin y con co»» bata; a Muiño poniendo el ascensor y subiendo en el rjscensor con la eiegai»" cía de un Menjou; a don Caín Ortega merendando <sanwiches> de cura párroco; a don Inda .-prendiendo a s*»t mar en su despacho del ministerio dt Hacienda... Habrá «conjuntos tan impresionantea como las sesiones del Parlamento» reconstituyente. Y si la casa prouuctora logra b a e « | celuloide todos sus propósitos, veremo» una serie de cuadros dedicados a x*. construir meticulosamente los hechoi más gloriosos de aquella época. Para ;odar el episodio de <Casa« Viejas> se cuenta con la valiosísima colaboración de una tribu comanOre. La escena del cigarrillo en el bal» con será mejorada, si cabe, con un t a » . g i argentino especialmente escrito, qu« será cantado por Manolo entre 1aa< zamiento y ianazmiento de hume Y como el propósito y a hemt.t^ dk cbo que e s realizar una segunda ve». sión de «Vuelan mis canciones» tai»» bien aqui la cosa acaba mal. Manolo, como Schúbert, rasga <sa incompleta!, y se 1 ve avanzar sjgV gilosamente por entre e s a s tinieblas áa la noche, huyendo de los serenos v d« kw faroles encendidos, para detener^ se ante una puerta, en cuyo dintel at iee: «Juzgado especial.» Manolo llega. Duda. Se decide. Y entra... Y no sabemos lo que pasará de»» pues. ¿Triunfarán loe buenos? Creemoe que sí. Porque conocemos al público y nos consta lo arriesgada que seria dejar Pin castigo al mon». truo-xi doctor Falkenstein y BU cuft> drilla. MadiM, t% de «Mve üe 1995 GRACIA SE Y JUSTICIA N á m e r o 162.—P&g. t EXPLICA CADA "QUISQUE" COME SEGÚN SU IDIOSINCRACIA • • "í •$: mmm Celso.—Servidme lo que gustéis. N« Federi(H>.—¡Seria el primero que se de su familia. ¿ Cuánto tiempo ci-ee usCUADRO PRIMERO se puede con vosotros. té que durará, a mucho tirar? la diese llevando pantalones!... iVn gabinete de eonsolta. Kl doctor, El doctor.—En medicina todo cálculo El doctor.—Señores: me he referido Federica,—Tenia otros dos pequeño», VMeríca y Liborio). a la importancia en abstracto. ¿Uste- es aventurado. Iguales enfermedades Celso.—¡Ocho chorizos! ¡Si no esl»" des desean conocer el diagnóstico de producen a veces distintos resultados, lio hoy, ya no me muero nunca! £1 doctor.—¿Quién es el enfermo? según la naturaleza de los enfermos. ese señor? Federica.— ¡Quiés callarte!... Federica Habla tú. Federica. — Pero, aproximadamente... Federica,—¡ Natuialmente! Liborio.— ¿Qué tal te encuentras? El doctor.—¿Es usted? El doctor.—¿En qué grado son pa- ¿Un añejo? Celso.—Mucho mejor. Claro que a ra» LJborio.—No, señor. ¡Menuda saluz rientes ? El doctor.—Acaso menos. tos... .\yer pa.sé una tarde muy mCH aae gasto yo desde chiquitito y cómo Federica,—Primos lejanos. Vivimos Liborio.—No es mucho un año. Aun- lesta. eomo!... en el Puente de Vallecas. que fueran dos... ¿Usté cree que votará Federica.—Comiste muy poco. No • • Federica.—;Más que don Inda! Liborio.—Hasta esta mañana no he- en las próximas elecciones municipales? te pué dejar solo. El doctor.—¿ La señora ? mos sabido que estaba enfermo. Noa Federica.—Yo voy a ir haciéndome Celso.—Al contrario. Tuve que tomar tratamos i>oco. despacio un abrigo negro. medio kilo de bicarbonato. Federica.—¡No lo quiá Dios! Liborio.—¡Cómo lo va a sentir la ruFederica.—Venimos a verle de tarde Liborio.—No te pese. El doctor.—Ustedes dirán, entonces... en tarde. Y por cierto que poquísimas bia esa!... Celso.—Por eso lo hice. La verdad Liborio.—¡Rompe ya, mujer! Federica.—Creo que le ha puesto us- es que no creí volver a estar tan aninos recibió como es debido. Federica Dilo tú, que eres el más veces Liborio.—Tampoco le importa eso té un plan. mado. He pasado tantos sustos... •Uegao. El doctor.—Rigurosísimo. Espeix) que mucho al señor doctor, digo yo... Liborio.—Gracias a nosotros has !•• Ldborio.—¡Qué más da!... ustedes le ayuden a cumplirlo. En el vantao cabeza. Y al cerdo. Federica.—Pero a mi, sí. ¿O es que El doctor.—Bueno, señores, mientras porque sea un carca reaccionario y ten»e ponen ustedes de acuerdo sobre ga cuatro perras tié derecho a mirarOTRO PRACTICO quién ha de explicarme el objeto de nos como asomao a un tercer piso esm visita, voy a proseguir la consulta. tando nosotros en la calle? Liborio.—No tanto, mujer; pon un Federico.—¡Hítese quieto, hombre! Liborio.—¡Si en seguida acabamos! principal. En cuanto a sus ideéis... Federica.—¿Vas a negar ahora que Federica,—Son cuatro palabras solasOn de opresor? •aentc. Liborio.—No lo niego. Ocno veces me Ubvrio.—Anda, mujer; pregúntaselo. Federica.—¡Qué pesao te pones, Lá- ha querido íiherrojar la voluntad colocántoorio: ¿Por qué he de ser yo? ¿No dome en una de sus obras. Es un cavernícola. Siempre creyendo que te bus«re^- tú su palíente? J,)b«rio.—Por la sangie, pero no por camos las vueltas pa quedarnos con la •idesLlogia", que es lo que importa. sus cuatro cuartos. Como vive solo y ¿Pariente un carca que de seguro ha- no tié más familia que nosotros... El doctor.—Terminemos: ¿ustedes delará dao pa la suscripción destina a la fuerza pública? Si me lo hubiá dao sean saber si es grave la enfermedad a mi, aun pué que transigiera con sus que padece don Celso? Federica. — Pase lo de don Celso. Meas; pero así, vamos hombre, ¿de ¡Pues claro! ¿A qué hemos venido a cuándo?... El doctor.—Lio dicho, señores. Voy a vei-le a usté? Liborio.—Estamos preocupaos en lo tocar el timbre. Pueden pasar a esta que coge. La criada nos ha dicho que •ala contigua y resolver a sus anchas. usté dijo que lo que tenía mi primo es Uborio.—^No, hombre, no; que te- de cuidao. aemos "muchisma" prisa. Federica—No seas candido. Bicho Federica.—¡También usté qué poca malo nunca la diña. Un poco de diWli«alma tiene! ¡Burgués tenia usté que dá senecta, producida por lo que tos sa—"Navega, velero mío, sin temor •er!... Hiemos sabido que ayer noche bemos. tué usté llamao pa reconocer a ua tío El doctor.—Y si lo sabían ustedes, ojeroso y regular de viejo, que se en- ¿por qué se han molestado en visitarme? eontraba bastante mal. Liborio.—¡Hombre, eso tié la mar de caso de su primo, soy yo quien menos Celso.—A los tres os debo reconoid» El doctor.—¿Dónde vive ese señor? gracia! No se enfade usté. Ya sabe us- puedo heicer. miento y habéis venido a ser iguales Uborio.—Eai la calle de la Espá Federica.—¿No podrá beber ni comer en mi corazón. té lo pesas que se ponen las mujeres. El doctor.—¡Ah!, si; don Celso. Hágase cuenta de que no ha dicho ná y de too? Federica,—Gracias, primo. El doctor.—Muy pocas cosas. PaulaFederica—¡Qué don Celso ni qué dígame si de verdá ee de cuidao lo que Liborio.—¡El cerdo es lo mejor dti •umplidoa! Celso, o el señor Celso, o, tié "el Aceituno". Le hemos encontrao tinamente, para que el esfuerzo sea mundo! El otro día nos lo decia el in*> menor, ha de llegar a lo por mí señadico... xa&B Danamente, "el Aceituno", según poco relleno. le dicen, por lo verde que ha sío toa su Celso.—A mi me dijo todo lo c<)*« El doctor.—^Muy grave, sí, señores. lado. Liborio.—¿Y no puede atracarse de trario la primera vez que me visit*. •vida. Es una arteriesclerosis avanzada con un chorizos de los gordos ni de butifarra Federica.—Se equivocaría. Y puest» Liborio.—^Mujer, aqui al doctor no le principio de dilatación de la orta, estatutista ? que vas mucho mejor, ya «no hace faJk teaporta si mi primo fué verde o amaritáborío.—¡ PobrecUlo! El doctor.—^Prohibido en absoluto. Si llo. £9 que m&a y el que menos ge las Federica,—¡Ya era hora! Tos tene- tal hiciera y quebrantara mi plan, abre- ta que vuelva a visitarte. Celso.—Siempre ha sido el coddlM trae, ¿verdad, señor doctor? mos que morir. viaría su vida. Ustedes no pueden figuFederica.—Pero no como "el AceituEl doctor.—Siento no poder propor- rarse lo perjudicial que resulta para to- mí plato favorito. Federica Siempre fué de los tuyo% •o", que de joven... cionarles mejores Impresiones. dos, y en particular para determinados me acuerdo. ¿Quiés una morcilla * • El doctor.—Bien, señoree mios, nada Federica,—Na, hombre. P a eso somos enfermos, la carne de cerdo. El puerco, postre? de eso tiene importancia. tan halagador al gnsto, es, en la mayoCelso.—No. Después del jamón, la* Uborio.—¿Lo ves cómo el señor docría de los casos, dañino. salchichas y los chorizos, me serta in*" tor tampoco io da Importancia? Liborio.—¡Qué cochino! P A R A E N L O Q U E C E R , por Cañavate posible pasar un bocado más. El doctor.—Quienes deseen conservar Federica.—Esta tarde pues merendar au salud deben cuidar su alimentación, un buen trozo del salchichón que hay dando preferencia en ella a las frutas empezao. y hortalizas. Focó pan y poco vino. Celso.—Gracias, gracias. Vosotros, en Liborio.—¿Qué noe cuenta usté? ¡Va- cambio, os estáis descuideindo, y eee ya un plan! no debe ser. Bien está que me aten» Federica.—Ni una palabra más. Va- dáJs, puesto que asi lo sentís, y qiM mos a preparar el nuestro. Dios os lo premie; pero sin que abandonéis vuestras comidas. Afortunada» CUADRO SEGUNDO mente poseo lo necesario para que to« (Un comedor confortable.—Celso Fe- dos podamos vivir con holgura. Tú, Federico y Uborio, sentados a la mesa.) derica, sólo recargas mis platos. EJa C<elso.—No puedo más. Voy a reven- cambio, los vuestros siempre se componen de acelgas y frutas. tar. Federica. — Nosotros estamos Wea, Federica. Si no has comido ná. Asi Con cualquier cosilla... estabas de malo cuando se nos ocurrió Celso.—No sé cómo SLgTadeceros... venir, que si no llega a ser por nosLiborio.—Comiendo y bebiendo. otros, ¿ande estarías a estas horas? Celso Ya lo hago. Oeíso. Y yo os lo eigradezco en lo Federica,—Cuanto más, mejor. que vale. No puedo dudar de vuestro Celso.—Gracias, primos. cariño. Pero tanto peca lo mucho como lo poco, y ahora como demasiado. Liborio.—Hombre... Liborio.—¡Bah! Un niño come más Federica,—E:SO de primos... Atrévete que tú. Anda, sírvete este gordo, a !a saluz del de la Costa Azulenca. "Presenta la dimisión el GoFederica.—No; déjame a mi. Bate largo, a la de Paco. bierno búlgaro". ;Qué vulgaEL REPUBLICANO.—Unión, iusion, infusión... ¡Válgame el Cielo, Liborio.—¡Los dos m í * grandes! Beres son en Bulgaria! qué confusión! be más vtaM>. N ú m e r o 162.—Pág. 16 con este delgaducho, que paece que te mira... Celíso.—Voy a reventar. Federica—¡No será tanto! ¿Qué notas? Ceiso.—í Venga, qué demontreí ¡A vuestra salud! Liborio.—¡No! ¡A la de la causa! GRACIA Y JUSTICIA Madrid, 26 de enero de 1935 £N EL BOIS, por Bailarín CASCAJO — - ^ — Arte de gobernar: "Una cuartilla, un lápiz y un teléfono" Felicitamos al director de la Telefónica, al que desde ahora reputamos el mejor estadista de España CÜ.^DKO TERCERO (La iBii^ma decoración del cuadro primero.—El doctor, Federica y Liiborio.) El üoctor.—¿De qué ae quejan ustedes ? Yo hace tienapo que dejé de asistirle. Fedeiica.—No es por ahi. Usté nos aseguró que nuestro primo no acabaría el año de pie si comía a tó pasto cosas grasientas, v ah' le tié usté, taa orondo. HA doctor.—¿Dónde? Liborio.—^En casa, completamente curado y más gordo que el de Navidad. Ayer llamamos por curiosidad a otro médico; le reconoció muy afectuoso, y nos dijo que le encontraba "jamón". Federica.—¡ Naturalmente! Liborio.—¿A qué lo achaca usté? Eli doctor.—^No puedo explicármelo. Será sólo en apariencia. Su primo de ustedes es un artrítico muy avanzado, y el tratamiento que yo le señalé es el Indicado en tales casos. Puede que haya engordado para morir, Como los otros? Puede. Federica.Pero ni éste ai yo podemos esperar un «Ha más de rabia que sentimos. Además, que se nos ha acabao el pretexto de la cura«i6n. Nos volvemos al Puente. Uborio.—¡Bien se ha columpiao usté, •migo! Federica.—¡Miá que decirnos que el infeliz cerdo era dañino, y que comiéramos acelgas!... Lil)orio.—Asi estamos, por seguir sus •onsejos, que no nos sostenemos de pie. Federicaj—A mi me da ca mareo, que voy a tener que salir a la calle apoya en Una silla. Liborio.—Y yo aentao raí ella. Por liarnos de usté. El doctor.—Eso es una inconvenieaeia que no puedo consentir. Liborio.—EiSo es una verdaz. Nos debía usté pagar daños y perjuicios. Federica.—Por lo menos el abrigo negro que me hlce. Lil>orio.—^No es eso sólo. Es que nos va a ser dificiiillo restablecemos por aiiora. El doctor.— ¿Por qué? Federica.—Parque el primo de éste ha acabao con tos los cerdos. El doctor.—Nos encontramos ante im caso clínico interesante. No quiero quedarme sin ver a su pariente. Ustedes, claro, no dan importancia a esos excesos gastronómicos. Pero la tiene, y mucha. No comprendo cómo ha podido resistirlos... Liborio.—Hombre, conío no sea que pii primo, que, por cierto, no ha tenido mmca las ideas que creíamos, se haya oxigenado lo suyo en sus campañais políticas de propaganda por los pueblos.Porque ha de saber usté que no hace tanto que le eligieron dirigente sociar Usta... El doctor.—jAcabáramofl!... TELÓN RÁPIDO Don Alejandro Lerroux ha dicho qi» es inmortaL Menos mal Otra frase: "El columpio de la duda." No cabe duda que nos seguimos columpiando. ¿Quién ha dicho que la eorganización ministerial ha tardado mucho? Todo el intríng^is estaba en Estado, y no ha habido que esperar a loa nueve meses. ^ E s e que ves es el obrero español don Inda. EL AMIGO.—Cómo se le notan los ayunos y disgustos. ¡Qué desnutrido está el pobrecillo! Vernos abandonando el laicismo, Eln el Gobierno ya figura como miaiatro Abad Conde. Ahora sólo falta que le den una cartera al "Abad de Belre" don Basilio Mvarez Nuestro deseo no alcanza al señor Sar cristán, ese señor que creemos que es algo de la Empresa que publica el "Heraldo", Ese sacristán es de la capiUita política de Albomoa. De modo que ¡narices! Tenemos tan poca fe en los lioTibrea públicos, que esperamos ver aJ señor Royo Villanova como presidente de IH "Generalitat" CONJUGACIONES No encuentro ripio seguro; es muy duro el conjugar con apuro sin consonantes seguras: .' «Yo censuro>, «Tú censuras>. Yo, que y a voy siendo viejo, no me quejo, y oigo conjugar perplejo conjugaciones ya viejas: «Yo aconsejo», «Tú aconsejas». Con la discusión no puedo; me da miedo oír conjugar muy quedo, entre tapias y paredes: «Yo no cedo»i «Tú no cedes». De' conjugacionea harto, yo me aparto del que quiere en el reparto conjugar por todas partes: «Yo comparto», «Tú compartes». Ese conjugar eterno, vaya al cuerno, ya que en el argot onodemo se conjuga en laa caverna»: I6í«*í''^ « í o gobierno.'/, «TÚ gobiernas». Tiene cada cual su puesto sin pretexto; pero hacen, torciendo el gesto, conjugaciones como éstas: «Yo protesto», «Tú protestas». No "falta quien siendo el ganso del remanso, conjuga tranquilo y manso nadando entre las migajas: «Yo descanso», «Tú.... trabajas». A la vez, conjugar puedo con denuedo "Ir y Quedarse", sin miedo, opuestos, según verás: "Yo me (juedo" '.'Tú... t e vas" Nadie en gramática parda se acobarda; con los verbos apechuga, elige los que prefiere y cada cual los conjuga como quiere. Luís de TABIQtHE Pasado mañana se estrena en AVENIDA Desffle de Primavera La mejor película de Franciska Gaal A C T U A L I D A D E S DESDE EL PRÓXIMO LUNES Federico G. Sanchiz ¿Por qué está tan callado don Emiliano IgJesíeis? ¿Es que no sabe batilar más que contra el Estatuto? Si es así nos explicamos que aun no haya sido ministro, habiéndolo sido hast a Pita Romero. L,.^ U G A QUK APRIETA La gran pelea del jueves nos ha quitado el sueño Estamos con el alma en una g ^ t a ante el partido Francia-España. Eso de que con los franceses jueguen un Alcázar, un Rio, un Nicolás y un Gonzáles nos ha quitado el sueño, hasta tal punto^ que hemos perdido varios kilos de peso y no los encontramos por ninguna parte. Por ello hemos dejado a un lado la célebre Liga y no nos hemos preocupado de la zurra que le ha dado el Athlétic al VaUencia, ni de la somanta que le dio el Madrid al Rácing de Santander, ni de la penaera que le dio el Sevilla al Barcelona, ni de los sopapos que lea han dado a los donostiarras los ovetenses. Eso para nosotros tiene menos iiuportancia que las declaraciones de Martínez Barrio en Sevilla. ¿Que ne El Ferrol hubo una de todo con el Nacional? ¿Y qué? ¿Que en Aranjuez la Guardia civU tuvo que hacer una exhibición le tiro a las nubes con los máuses? ¿Qué es eso? ¿Que dos o tres árbi'.ros han tenido que salir p'or las alcantarillas de los campos, como Dencás? ¡Valiente cosa! ¿ Qué representa la pedrada en el coco de un arbitro, o el botellazo en un temporal de cualquier delantero centro, o cuatro o seis tiros al aire para hacer entrar en razón a unos escandalosos, comparados con la gran pelea del gallo y el león? ¡El gallo y ei león; Parece una fábula de Samaniego, y, sin embargo, ea una página internacional que hace temblar a la Sociedad de Naciones más que el conflicto de El Chaco. Y a nosotros, porque que nos hagan dos tantos un GÍonzílez o un Nicolás seria el colmo en sa charla cinematográfica —Estoy arruinado. He necesitado vender todas las "obligaciones" que tenía. —Pues mira: si yo pudiera librarme de las que tengo, sería feliz. Algo sobre España ExclasiviM Noticiario Español Si se suprimiera la cartera de Marina, ¿cómo se resolverían las crisis? Hadrid, 26 dt> cmro «e 19S& __. l a H A U l A I a \J i3 t t\^ ±^ ULUxv-x V M n Jt.\jmm •• ^ B ^ tW«"^ Dencás escribe una esquela\ su poquito intemperante. A lo mejor va a Por-tela, si es que no tiente baxtante. > El Sarre, a ^ en Aletnania, e» asunto concluido. Tanobién en £»paña hay Sajrre< el s'ha r e . iuvenecido. Tanta» ida» y venida* > tanta terca actividad, quiero, amigo, que me diga* ¿M»t de alguiu utilidad?,'' ''' La importación en América se ha reducido bzi&tante. < Por aquí hay algún sujeto qUSJKfidDoJe^^iqiporta'^ a oadie. Canta ei cuco, canta el cuco. (¿Está preparando «u truco?) On guardia carbcnLcaao..., una chica asesinada... Va aclarándose el fregado aunque la Prensa de al lado dice que no ha "pasao" nada Por costumbre inveterada la pobre no se ha enterado de nada. Número 1G2.—Pág. 12 GRACIA Y JUSTICIA Madrid, 26 de enero de 1935 '^Wfé gracia de salir premiada, entre 146 orii L.a semana oe o s íCso ha sido UL semana anterior. Va- ginales presentados. Han pasado dos años: las hojas de mos, algo asi, sólo que a la inversa de lo que fué para los dirigentes socialis- los árboles se han caído y han vuelto a toides y esquerrosos la primera sema- salir dos "eces; don Inda se ha establecido en el extranjero, y Salazar Alonna del mes de octubre pasado. Las cuatro obras estrenadas: "No so se ha hecho seiscientas setenta y dos jujuéis con esas cosas". "La Papiru- fotografías con seiscientas setenta y dos sa "Los Sandovales" y "Las ansio- sonrisas. sas", en Eslava. Victoria, la Comedia ¿En todo ese tiempo, tú, lector, has y Mara^nllas, respectivamente, ban si- escrito alguna nota para la partitura do otros tantos triuníos. Ni el más le- de "Er niño perdió" ? ¿ Que no ? Pues ve roce de taconeo se oyó en las cua- el maestro Moreno Torroba, tampoco. tro salas; los aplausos fueron muchos. La obra, sin música, no puede estreClaro que no fueron iguales los cua- narse, porque da la casualidad de que tro éxitos, ni los cuatro taquilleros de es una zarzuela. Los periódicos que los cuatro teatros están a estas horas abrieron el concurso enmudecen... A Se rumorea que algunos intentan volver a lanzarse a la caMe.,. igualmente fatig'adcks de despachar lo- los autores no les han devuelto ni el licalidades: unos k) están más que otros, breto... ¡A ver si hay formalidad allNo hagas caso, pues yo estoy en el secreto. ¡Como hace tanto naturalmente. ?Tina vezL frío, lo que quieren es que los calienten otra vez! .\o puede ser igual, ¡gracias a Uiosl, Dimitri ESCALPELHOFF Gí éxito de la obra de Benavente ai de " L d s ansiosas" — ¡repugnante titula, por quereí darle gusto a unos y a poi cierto!—. Para que ustedes se conotros, cosa que es Imposible. venzan de que no fueron iguales, les diremos que, al final del éxito de la —¡Pobre don Alacandro! obra del Maravillas, los autores habla—¡Bah!, no mucho. Es muy ancho ron ai público, y Benavente, en Eslava, de espalda y muy largo de años, y ya no nabló. le sale todo por ima fiambrera. —¿Y no ensaya nada la compañía ¡.-\.un hay ciases: del guiñol Nacional? "No juguéis con esas cosas" es, no una lección pero s; un consejo a la juHombre, claro que si; tiene qu« ventud actual, entre la que, como se —¡Gracias a Dios que hemos ven- ponerles a :as obras viejas títulos nue- representar algo y es posible que ponsabe, figura poi derecho propio doña cido la terrible cuesta de enero! vos, ya está. Margarita Nelken. La juventud hará mal que bien, van llegando a —SI, como a las calles. de ese consejo el caso que suele hacer- la —Y, las empresas teatrales. No se —Pero no es sólo la cuestión de las se de ellos cuando no van acompaña- lo cima creerán algunos. obras lo que enturbia la vida del teados de algún dinero; pero, como dijo —Quien menos se lo cree es don tro Nacional. Albornoz antes de dimitir el cargo: los Alacandro, el popular empresario del —^También hay otras obras, ya lo consejos no se dan para que se sigan, Coliseo Nacional. sé: las de consolidación, que, ¡cuidasino para descargar la conciencia del —¿Pues no era tan optimista? do si llevan tiempo! que los da. —SI, pero.. —Y el que llevarán todavía. Ade"La Papirusa está muy bien, "aun—Además, ¿no está subvencionado? más, es preciso decorar la Sala. que" no le haya gustado a nuestro ex —Naturalmente. —Y apunUlar el Gabinete. ministro en el Uruguay señor Diaz Cañedo; y a ese "aunque" subrayado por —Aún queda otra dificulttui. La de —¿Y no cuenta con los espectadonosotros, den ustedes la significación res? siempre; la de todos los teatros: dique quieran, incluso la diametralmenficultad de orden i temo que se refie—Con la mayoria. te opuesta a la que tiene en sentido re a la organización de compañía. —¿Entonces...? gramatical Pues, ¿no la tiene bien organi—Entonces no hay que olvidar otros Asquerin» parece un afiliado a la detalles Por ejemplo: las obras. L^a zada? Orga, aoB^iK felizmente para él, no empresa del Nacional no tiene obras. —Pero no faltan descontentos. Conlo es. Irene López Heredia, muy guajuntar una compañía es un trabajo —¡Qué raro, siendo tantos los 'tupa y muy guapa. ímprobo. El galán quiere que contratores! "Los Sandovales' tieien gracia denten también a su mujer y a su cuñaPues ahí está lo malo: que todos tro y fuera de la cárcel: se ríe uno ando- el actor de carácter, que a veces llevan su mamotreto en el bolsillo y tote aquella relativamente nueva clase dos quieren estrenarlo, y unos y otros tiene un carácter del demonio, unpode frescos. ne el contrato de su hija: el galán Y ' L a s ansiosas' es menos mala que se estorban. El resultado es que no hay cómico, al enterarse de todo esto, quieobras y que don Alacandro se ve foralgunas de las últimas llamadas revisre colar también a un tío suyo. Y el Caii en escena «El alijo>, un melotas que han sido grandes éxitos de ta- zado a recurrir al repertorio. —El público no quiere repertorio. empresario se vuelve loco de remat» drama que ofrece la novedad de no quilla y de congestiones. tener un traidor solo, sino varios —^Todo es cuestión de título. Con Seguimos, eso a , en el campo de la —¿Y quién es "' autor? ordinariez; ese será, por lo visto, el Dicen que don Manuel Azaña, que SERVICIO DE SOCORRO, por Km camposanto o cementerio del género en es el dramaturgo -n.sible de 'f IzEspaña. No nace falta ser un profeta para predecirlo. quierda Pero, decididamente, hay quien tie—¿Y don Domingo Marcelino? ne vocación de enterrador. —Ese puede que haya colaborado. Quizá posibilitara alguna escena. —Pues si la obra es de Azaña. trac Un caso pmtoresco, ejemplo de cóbajará la Xirgu. mo se entiende entre nosotros la vida —Tiene un papel de posadera en el teatral. Lo contamos para que se aniepilogo, que se desarrolla en Badalona. men aquellos de nuestros lectores que vacilen en acudir a un concurao de obras teatrales en el que, a lo mejor, ¿PARA AFEITARSE? ofrecen de premio un par de jamones ¿PARA LAVARSE? de Jabugo o 14,50 en metálico. Bueno, además de la gloria. ¿PARA FREGAR? Ljas autores madrileños Carlos Jaquotot y Martm Gamero, ya muy Para todos los usos, no hay que aplaudidos en vanas ocasiones, tuviedudarlo . ' un solo momei to ron la humorada-<jue luego les ha resultado compietainente herpética- de acudir a uno de esos concursos, convoes el ^que les han dado a los socado por los periódicos üarceloneses cialistas. Tienen jabón hasta pa'•Día Gráfico' y 'La Noche", que no ra hacer pompas. son, feüzmente para sus redactores y ¿líos habían llegado a figurarse lectores, órganos de ningún Dencás, el que esto era Imposible; pero anda pocero. Ei prermo dei tai concursito era nada que menos que una partitura del maestro ¡MENtJDO JABÓN! Moreno Torroba. :Un jamón! Y con la alegría con que se acude a todos los concursos—^no siendo a los de acreedoHa desaparecido de su domicilio un niño moreno con corbata Antigüedades. Objetos de arte. res—, Jequotot y Martin Gamero acu- blanca, llamado Pepito Martínez de Velasco. El que lo encuentre, puedieron a éste con una zarzuela titulaPedro López, Pez, 15. Prado, 3 da "E3r niño perdió", que tuvo la des- de llevarlo de una oreja al domicilio de Lerroux. K^BL GL MEJOR JABO^ Madrid, 26 de enero de 1935 GRACIA Y JUSTICIA Nnmero 162.—Pág. 13 UNA VUELTA AL RUEDO IBÉRICO So pretexto de acompañar a los ministros, nos hemos divertido !a mar salada y hemos comprobado el estado inmejorable del país Y no han repartido ni cinco entie los obreros. El ejemplo de Asturias tambie:. El vecindario de Despeñacarros soporta todavía, desde principios del bienio, a su alcalde socialista, y, acostumbrado a éL d'ce que va le aguant;i con gusto; En Cairizosa de lOo L-iaiios no .¡aieren, de ningún modo, que se hable más de elecciones. Han roto las urnas, y al que ose llevar otras 1° vomperpn la cabeza. Esto nos nace soíspevjnai que nají (Jado con el estado político ideal. Como esta semilla—sembrada poi la Reforma agoraría—^siga fructificando y haya en España muchos Carrizosas, varaos a tener que elegir los ministres y los diputados echándolos a suerte. Finalmente, en Retrueque, Tres Pedruscos. Corete, Villalpaca y cien pueblos más, se escarba la tierra y salen, en profusión fabulosa, verdaderos haces de fusiles y escopetas y montonea de bombas, como patatas monstruosas. Es la cosecha de este año. De mod» que quienes de verdad están trabajando los campos este ¡«fio ^in to.s ciiardias civile."!. y el señor ministro, contrariado, tieLa proposición fué ovacionada, y allá VACACIONE:S PARLAsalió el camarada Lipúndiez a seguir, en ne que duplicar los kilómetros de su caMENTARIAS minata, lleno de sudor y de polvo, como Las vacaciones parlamentarías se pue- calidad de escudero espontáneo, la hue- el otro Cid. lla oficial de los activísimos consejeros. den interpretar de diversos modos: o AQUEL .\LrORNOZ... De él son las deslabazadas, pero vecomo reposo absoluto o como dulce no Otra contrariedad tiene el señor mihacer nada para aprovechar la tregua en rídicas notas adjuntas, que al lector aviel estudio de problemas sueltos, que no sado pueden dar una idea de la España nistro de Obras públicas, cuarenta kilómetros más allá. La visita es a un •e estudiarían detenidamente en medio de última hora. EL ASOMBRO DEL SESOR CID pantano, completamente listo. ^el ajetreo de los otros días; o bien, te—¿Está terminado?—inquiere el ml,El señor Cid. que lo mismo ha estado ^^t vacaciones para no parar, como han ^'echo laudablemente algunos ministros, en los pantanos, que en un tentadero. nistro. cumpliendo, sin duda, el hermoso lema ^e don Quijote, cuyo descanso era el pelear. Kso, si; han batido el '•record" de los viajes ministeriales. Ya, al final, el sefior Cid, que hasta se salió de la Península, tuvo el heroico rasgo deportivo de ofrecemos un vuelco de automóvil. . ,^iSA U E i - U t i . t t . A .'4L«r>,..t.KiA! ¡El Cid tenia que hacer siempre honor a su ilustre apellido! La conclusión que hemos sacado de El sefior Jiménez Fernández no se nuestro vistazo al campo español, en ha quedado tampoco atrás. Hombre pos del señor Jiménez Fernández, ea «uñante del campo se ha dado por todo que, o éste reforma la Reforma, o la *1 un tute que le ha acreditado de "as". Reforma le deforma a él. I Asi se conoce a España, viajando por Tiene, pues, la palabra el actual seella! ñor ministro de Agricultura. En política, como en todo, el movlLugar donde se ha realizado la Re«niento se demuestra andando. forma, donde se ha dado tierra al labrador, éste se muere de hanjbre. OTRO CAMPEÓN Nuestro inquietísimo redactor señor Y no hay que echarle tierra al asunLiptindiez ha tenido el honor de incorto, DO: es urgente la contra-Reforma, porarse, fuera de concurso, a ese gran No me explico por qué se ha tardado tanto en reorganizar el porque el hambre no espera, y porque "cros.s" ministerial. hay que hacer que sus desdichados auGobierno. tores muerdan la tierra en este asunto. El hombre estaba tomando parte en -¿Por qué? E! fracaso seria cómico si no fuera el marathón de baile asesino que se —Porque zurcir es como coser y cantar. trágico. celebraba en Price, cuando he aquí que la autoridad, con humanitario acuerdo, iQué alcornoques. —Sí, y nunca falta un roto para un descosido. lo suspendió. Nos referimos larcbíén a las alcorLipúndiez, p á l i d o , desencajado, con noques, que, como todo ei resto de la unas ojeras como ciruelas pasas, se pre- que en un zoco del Protectorado, sin —Si, señor ministro-:-dicele el parien- flora nacional, pasan por la sequía essentó una mañana en nuestra Redac- duda no guarda de todas sus excursio- te del ingeniero, que está aJli teniendo pantosa... de los cerebros que la aborción, se presentó dando tumbos y bai- nes un "recuerdo más imborrable que és- cuidado con aquello, aunque él es maes taron en mal hora. lando aún. Asi había ido por la calle. No damos los detaüfs esp;;iuznante3 te que se ha apresurado a contar a los tro nacional. —¡Nos han suspendido!—murmuró. periodistas; —^Pero falta el agua—indica el señor que pudiéramos dar, porque luego los —¿ En qué ? izquierdistas se sacuden la mosca con —En algunas partes he visto un pri- Cid. —¡E¡n el concurso de baile: la cola, diciendo que cuando ellos man—Cid; digo, sí. moroso puente, listo para el tráfico; peSe sentó desolado en un sillón; pero ro..., buscaba por todas partes la carredaban, el campo era un edén y lo han —¡Pues no entiendo entonces! ya no se podía estar quieto; se levantó tera... y me decían que aún no había —Es que..., ee que., el señor Alloor- estropeado después p?.ra echarles a de nuevo y continuó dando bandazos. noz, ¿le recuerda su señoría?, dijo que ellos la culpa... El estado de nuestro compañero nos llegado ninguna carretera para aquel aquí no saltaba el agua mientras no ¿Se acuerdan ustedes de aquella puente... Por el contrario, me metía tan llenó de pena. Quisimos acostarle, pero se declararan las responsabilidades de enorme cantidad de calabazas sabias contento por una carretera preciosa, 8e dio a patalear, y no había modo. Adedel bienio? Bueno, pues están perdila Dictadura. Y el agua... se ha ido. mfes, seguía brincando en la cama, que plana como la palma de la mano, y de das las calabazas. pronto... NOTAS VARIAS era la mesa grande de la biblioteca. ¿ Se acuerdan ustedes de cuantas veEn sus incesantes andanzas del "su- ces fueron muchos mandados a escar—¡Eh, "cuidao", señor mmistro, que No sabíamos qué hacer, cuando he a<lui que al compañero Gandúmbez sé le "entoavía" no habemos puesto el puente! permarathon" ministerial, nuestro in- d£ir cebollinos? Pues ni imo solo tra—^Pero, entonces, ¿para qué queremos cansable redactor ha ido anotando otros baja en el único trabajo que merec an. ocurrió una de esas ideas geniales que esta carretera ?—^protestaba el señor Cid. pormenores, menores, pero no menos Buele tener cuando no tiene dinero. ¿Dónde están los ceporros aquellos? —Eso decimos "tos" aquí—tercia un expresivos. ¿Qué cosecha han dado los ajos y —¡Que le manden a acorapafiar a los En '.^aldelacoja preguntó si tenían alcebollas del rulo destructor Indalecio rústico de los alrededores. ministros en "us viajes! guna presa, y le \:ontestaron que sí, Prieto ? que la "tía" Gabriela, por haberle pe;A freii rábanos, si .DJ nubíera: gado a una vecina. En Balduque dei Este panorama es el que le ha oajQUE BONITO VA A ESTAR! Duque están envalentonados, y, en vis- rado el baile a nuestro camarada. ta de que no se liquida la revolución, Vamos a ver ahora, después d:> .as "El Ayuntamiento aprueba la cons- han asaltado la sucursal de un Banco activas vacaciones de los señores Cid trucción de un muro en lo que antes jera y lo han liquidado ellos. y Jiménez Fernández, a qué son nos parte del edificio de Caballerizas". El ejemplo de Asturias. tocan, y con qué ritmo, sobre todo. . (r>e la Prensa) f^ í«<í«««^«--V'>^^>^««'««^<í«««aS««^$^©«^©íS«^«^$©©«$««iS.-^^ E n el próximo n ú m e r o de GRACIA Y JUSTICIA van a leer ustedes cosas pintorescas. P o r si no se h a levantado para entonces la censura, le hemos mandado a los censores una caja de puros, clase extra, p a r a que nos dejen decir lo que nos dé la gana. Y entonces se va a a r m a r la gorda, pero de qué modo. E n t r e tanto, mant«ndr*.mos ei secreto, como en el E s t a t u t o de Prensa, p a r a que la novedad les coja a ustedes desprevenidos. Nosotros no decimos nada. Que nos registren. Nos basta con re comendarles a nstedes seriamente que no dejen de leer el próximo número de GRACIA Y JUSTICl* que t r a e r á unas maravillosas secciones y sorpresa» nifcs descacharran tes qne la reintegración de Bolívar al Concreso. EL FIJACAMtL.t5j.—¡Minos, sue nos vonios a inTiajr , picr. GRACIA N ú m e r o 162.—P&g. 1 4 Y JUSTICIA Madrid, Z9 de e n e r a de 19S9 mees LA FIGURA DE LA SEMANA ^mm •• EL NUEVO ACADÉMICO N o queremos condeaar al olvido a ningún escritor, por muy colaborador de "El Iliberal" que sea. Nos da igual, cuando de escritores se trata, el color político con que se pinten. Cuando la gloria y la fama llegan a él en metáilico o laurel académico, los primeros en participar del regocijo, haciéndolo público, seremos siempre nosotros. Ahora bien. En el presente caso se nos ocurre una duda: el laurel académico con que ha sido distinguido el acaudalado casero don Antonio Zozaya, ¿ s e le otorga por sus méritos literarios, o por sus méritos juridicos, o por sus méritos de propietario? Hemos realizado una minuciosa investigación, de la que resulta: —¿Quién de les dos se ha comido la mermelada que había en el Primero. Literariamente el señor Zozaya no tiene otra cosa que una caraparador? terai, una cartera de estoico, de la que saca en "El Liberal" unas láminas de — Y o no he sido, yo no he sido. plomo con las que se entretiene en golpear con tozudez baturra las cabezas ds sus lectores. — Y o no he sido, yo no he hecho nada. Segundo. Jurídicamente, la cosa cambia: no tiene pleitos, y cuando algún —Pues hijos, ni que fuerais socialistas. g i u p o de^ admiradores presentó su candidatura en el Colegio de Abogados para alguna cosa, salió derrotado. Tercero. Como casero es un ángel. En cuanto un inquilino se retrasa en eJ En vista de ello, el señor BaUester Gozalvo ha emprendido un viaje, finspendieopago de la renta, lo desahucia y a otra cosa. Esto es: se cumple la ley. L^ do el banquete hasta nueva orden, al meley. sobre todo. nú, al precio de las tarjetas y a la Comí. Con estos antecedentes, el señor Zozaya podía haber sido nombrado: acasión organizadora. démico de la Lengua, presidente de la Academia de Jurisprudencia o tesorero I>e deseamos muchos triunfos como tede la Cámara de la Propiedad Urbana. Y, sin embargo, ha sido designado para te, para que el ^enlo no permanezca ignomiembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas. rado. En estas confusiones andábamos, cuando un compañero nos preguntó: ¿ E n qué dudas andas? ¿ N o recuerdas que Azaña fué ministro de la Guerra? ¿OlTidas que Companys empeñó la cartera de Marina? ¿ N o recuerdas que don Inda, sin saber sumar, fué ministro de Hacienda ? ¿ Es que no tienes todavía I.A tlliCEl»C10N Dl£ DON FIO ¿Estornuda con frecuencia? presente que el rey de la ignorancia, Domingo Marcelino, posibilitó la Reforma i I^ra que luego digan que nuestra par : nte dolor de riñones? agraria e hizo imposible la paz en el campo, que habia sido cantada hasta grina literaria no eetá al tanto. Pérez Féretro, con todos sus "micrófonos, muee¿ N o le deja dormir la tos por la.s entonces por todos los poetas bucólicos? ñochas? El caso de Zozaya tiene, en efecto, muchos precedentes. Esto aparte de trarios, cubilete de dados" y demás ca¿Tiene agujetas? ¿ N o puede anque, aunque él haya brillado con luz propia en literatura, derecho y riqueza melos de su página de globltos, no sabe lo qae nosotros. dar? urbanística, sus verdaderos baluartes fueron siempre la moral y la política. Sabemos, por ejemplo, que don Fio Bar Pues, amigo, está usted hecho poi Como siguiéramos dudando metódicamente, el compañero nos espetó, uno roja ha escrito ya el discurso para so revo. Eso se llama estar destrozado. detrás de otro, los siguientes argumentos: cepción en la Academia Española, que O es que es usted la Unión de Vamos a ver: ¿ N o escribe Arturo Mori? ¿ S í ? Pues es picapedrero de versa sobre "Psicología del novelista en Izquierdas, ¿ m e hace el favor? oficio. la vida pública", y que le contestará con Porque en ese caso ya está todc ¿ N o es escritor, asimismo. Artemio Precioso? Pues no es nada m á s que otro discurso don Gregorio Marañen, aunexplicado. que todavía ignoramos de qué se ocupará un hombre gordo, muy gordo, que nació en la Mancha, como don Quijote. ¿ N o dirige Fondevila el "Heraldo de Madrid"? Pues es un autor dramático. el sabio doctor. Sospechamos que pueda ser el tema: "Psicología del médico en ¿ E s que no es periodista Olmedllla? Pues es sevillano. Palacio y fuera de Palacio, antes y de» • ¿Duda alguien de que Pérez de Ayala es un novelista? Pues ahi está de pues de... tomar el chocolate, etc." (No embajador perpetuo en Inglaterra. hacemos reclamos gratis.) Y si todo esto no te basta, recuerda con qué extraordinaria aptitud pasó SUCESO KUITOBIAL Cordero de oficial de pala a ingeniero electricista, que elevó el "enchufe" a la Ya están Impresas y a punto de ponercategoría de máquina eléctrica de primera clase, y cuando las derechas se empeñaron en desconectarlos, quieras que no, pudo pasar a 1^ condición de se a la venta las cuatro primeras biografías de la colección "Nuestra Raza". burgués parado. Níngima de ellas, ni de las cuatro siguientes, ni de las otras, ni de las de más allá, son de Azaña, ni de Prieto, ni de ¡Que vengan los cavernícolas coa Largo, ni de Besteiro, ni de Albornoz, ni chungueo sobre si los hombrea del grude Marcelino.... po de izquierdas cuentan con masaa ¿Pero e« que ninguno de estos notabi- adictas o no! ¡Que hablen de Alborlísimos señores pertenece a nuestra raza? noz y de Cordón Ordás como de soliCONFERENCIA .NOTABLE tarios estilitas o por estilizar: Todos los periódicos han dado la noEl otro día se dio una conferencia—que, por cierto, aquí entre nosotros, fué un la- ticia. En León la Policía y los .=5eretazo—sobre "el proceso histórico de la noB persiguieron a irnos hombres que moderna organización e Ideología del es- en las sombras de la noche huían arrastrando un bulto. Una vez capturado» tado totalitario y corporativo". los perseguidos y registrados, se la il'T quién dirán ustedes que fue el con- halló al más barbián—¿qué dirán usCel'enciante-.' ,-. Primo de Rivera? ¿Aiblña- tedes?—, aparte de una cantidad territia? <•,Calvo Sotelo?-. Se equivocan, se- ble de explosivos y tóxicos, consistent« iloree. Fué don F e m a n d o de los Ríos, que en 53 cajetillas de tabaco de 0,70, ¡qué rihora le ha dado por darle cuerda a la hay que ver lo que se puede "volar" •In hueso en vez de a la guitarra, que es con ellas!, algo que ya roza lo patélo suyo. De ahí sus frecuentes incursio- tico; conviene a saber, un manifiesto^ nea en camisas de once varas, aunque se ¡el último manifiesto de Cordón, m»« las pise. ' tldo entre el zapato y el calcetín! BANQUETE APLAZADO 1 ¡Cordón, popular hasta en Leóal AI señor BaUester Gozalvo, escritor co- Para envidia de los trogloditas, que nocidísimo en su casa, se le iba a dar un jamás lograrán tal celebridad. banquete por un libro que acaira de puV'>«-'V-V'. •'*V«'*'V.>-V^<>'.---VV^'*'blicar, titulado "Final de las Constitu yentes". Ya estaba todo ultimado, el me- ¡OH! ¡A>I! Qué rico es el ricino "Naranjil" No hay otro purgante que lo supere nú rl precio de las tarjetas, la Comisión en sabor y eflcacia. Exíjalo en Parmaclaa — L a s acuarelas" sor extraordinariamente magníficas. orKtinizadora... Sólo taltabao los oomen- OD su envase con mirilla transparente i» papel cristal. —Sueno. Pues a ver qué me dices de estos " f r e s c o s " . mi(!^íSí>(m ¿Le duele la cabezota? b gran popularidad M elegante podólogo y mensajista señor Cordón «^s? GRACIA Madrid, 26 de enero de 1935 Y Mi amigo el feroz novelista ruso Cuando mi amigo, señalando las inmensas barbas negras de aquel señor instalado en el café, me informó "Te presento a Dimitri Brutaloff, el genial novelista ruso>^ me estremecí de pies a cabeza. Brutaloff era el novelista fulmigotón, el hombre que escribía con petróleo sin refinar, dinamita y tabaco de setenta. El pavor .de los burgueses y de las amas de cría. Su obra, copiosa y maloliente, contaba eon títulos tan sugestivos como estos: «Un lago de sangre y catorce pisos de esqueletos; he aquí todo>, «¡En la nu_ ca, camarada!> y «; ¡Visceras, vSsce'ras'.", una producción, como puede verse sin esfuerzo, encaminada a buscar bellas fórmulas colectivistas. Mi emoción al verme frente a semejante ejemplar fué enorme. Y mucho mayor todavía cuando mi amigo se ausentó del café y me dejó a solas con &Titaloff. ¿De qué hablarle a un tío semejan. te, sin quedar en ridículo? Creí conveniente arriesgar algunas Iniciativa a tono con mi interlocutor. —Pues, sí—dije sin darle demasiada Importancia a la cosa—; creo que si prendiéramos fuego a toda la provincia de Valladolid, haríamos algo bastante útil. Una gran carcajada salió, como un páiaro de la selva, por entre las barbas de Brutaloff. Sin duda le había parecido mezquina mi proposición. L<a amplié: —Esto, como entrenamiento. Luego podríamos extender la hoguera por Ciudad Real y, poco a poco^ llegar a Cádiz. La carcajada de Brutaloff fué ahora epilogada por una frase que me hizo estremecer. —¿Para qué quieres hacer tanto humo, Manolo de mi alma?... —¡Cómo!... ¡Esa voz!... ¡Tú!... ¡Regúlez!... —Sí, yo; pero no chilles como un cescamot>. —Pero, ¡qué ven mis ojos?... jTú jnoscovita!... —¡Chist!... ¡Calla!... —;Tú el autor de «¡¡Visceras, vís•eras!!"!... —¡PBt! —¡¡Tú con medio metro de barb»!!... —;Ah! No; la barba es auténtica; tira y te convencerás. —¿Quieres explicarme todo esto, Regúlez ? —Veo que sigues tan ingenuo como antes de aprobarse »1 Estatuto. ¡Elxplícate!... Hay COSÍIÍT que se explican por si solas... ¿Recuerdas aquel gran señor que recorría las calles de Madrid instalado bajo el pulmón de un gallo gigantesco, para atraer la atención de las gentes hacia las excelencias de su restaurante económico? —Sí. EL RE -—¿Te acuerdas de aquel otro ciudadano que lucía en el escaparate de cierto comercio un flamante temo de torero ? •—También. —Pues aplícame el cuento, y ese soy yo en estos momentos: el hombre-gallo, el hombre-torero. Una modalidad publicitaria, una forma de anuncio como otra cualquiera. —Pero, ¿^sos libros rusos?... —Escritos todos en el Colonial; por mí, algunos; otros por Peláez, aquel chico que jugaba tan bien al chapó, ¿te acuerdas? Yo soy Dimitri Brutaloff él, Leónidas Hambrientovich... Fué un asunto que se le ocurrió a Martínez. JUSTICIA Número 163.—Páir. 15 fundamos una comandita para explotar en España a los autores rusos de la postrrevolución; buenas subvenciones, no creas. Nos repartimos los papeles, y aquí me tienes hecho *1 "Ponson du Terrail" del comunismo. Chico, qué gente más buena hay; ¡cómo se tragan todo lo que les largo!... \ Í I te llevaré algún día a la casa central que Leñemos en el Puente de Vallecas. Gente muy agradable^ ya lo verás; y casi todos amigos. Ahora creo que vamos a dar «La leyenda negra de España5>, una cosa por entregas^ muy divertida; quizá colabore con nosotros don Erasmo; parece que hay gestiones... Pero disimula, que ahí viene el gerente; no conviene que sepa nuestra antigua amistad; me rebajarían el sueldo... Como te iba ái. ciendo, camarada, aquella noche, después de incendiar el Kremlin, nos comimos catorce lacayos del gran duque Cirilo. %-"^^ — U n o s dicen que es ministro da Velasco, y otros dicen que es m»» nistro de Melquíades... — ¿ Y él que dice? — E l dice que es ministro de ln»« trucción pública. Pfl$Í1 EL COCK-TAIL POLITICO cincuenta «marineras»—Valencia es puerto de mar—en cuanto nos envíe su dirección, que no consta en su pliego. Por adelantado nuestra enhorabueSoluciones: na, y nuestras más expresivas gracias Número 1.—Utreros o salmantinos. a los demás concursantes, tan animoNüm. 2.—Murió envenenada. sos. Y ¡sus V a ellos! Núm. 3.—^Vende «radios» de galena. Núm. 16. Núm. 4.—La partida desigual es CONCURSO DE ENERO breve. N ú m . 1 3 . — ¿ Q u é llevas en la B o l s a ? Núm. 5.—Junto al diván te «apero. Núm. 6.—Maragato. Núm. 7.—Con el jueves medió la semana. Núm. 8.—Una aparatosa cogida. Núm. 9.—El servil es vil.. Núm. 10.—Con dos mantas no tuvo Y —OJA— frío. Núm. 11.—^Mal de amores. Núm. 12.—^Timoteo salió timado. N ú m . 1 4 . — E n la b o d e g a Núm. 13.—^Facsímil. Núm. 14.—^Intercadente. Núm. 15.—Casilda vende coliflores. Núm. 16.—Estacada. ENJUGAN Núm. 17.—Almanaque. REIHO ANTIGUO Núm. 18.—Navidad. Núm. 19.—Besugo y lombarda. EGARD Núm. 20.—Sinónimo. Debe ser cierto, como dicen alguN ú m . 1 5 . — C o n u n jeroglífico nos de mis amables comunicantes, que «i mes ha sido duro de pelar, pues no sólo ha bajado notablemente el número de soluciouistas, sino que todos me: CIUDAD nos uno han tenido algún error, y en la mayor parte uno solo, ©1 número 4 DE NABO o el número 5, que por lo visto han sido los huesos de esta vez. Ni que decir tiene que el agraciado (al que debíamos proclamar campeón) ha sido el único acertante, don M. Calvo, de Núm. 16.—Charada I Valencia, al que haremos efectivas sus al campeón de 2.'-3.* y de 3.'-4« MIENDO En broma llaman l.'-3.' que se llama 3.'-2.'-4." RESULTADO DEL CONCURSO DE DICIEMBRE 065050050500 V I I OOEEOO CORRESPONDENCIA PIERDETEM PISTA h« hecho tan bien, tan bien...., que parece que no he hecho "na' EL SEÑOR DUALDE. por Meana Rosa Fernández (Valencia).—Gracias por su saludo. LICA se traduce así: LLA.-ATA y la C en medio. M. Cano y ML Peña (Madrid).—Gracias por su amable carta. Aun estoy haciendo intención de contestar la anterior. Veremos ai la cumplo. Día de mucho, víspera de nada. Martín Mcrtí (Yetía).—^Tiene usted razón en sus observaciones .Ha sido lástima ese número 4. Jí. Bonet :• familia (Yeola).—Agradezco su felicitación y apliqúese el_ mismo cuento. i. Alvarcx (Barcelona).—^Debo también agradecer >• felicitación y hacerle presente que, dadas mis condiciones, hace el ^©cto que i»8uelve usted los pasatiempos con un eopiritu algo bromista. Nioa«io de Pablos (Valladolid) .—He entregan a mediados de enero mus soluciones al concurso do noviembre. Como nada puedo ya hacer, le ruego que perdone. MJBRUN A veces los periódicos ¡dicen una* cosas!... Por ejemplo, esta: que el Ajnmt»« miento socialista de Granada no h a justificado los miles de duros que te» nía apartados para remediar -el par* obrero. ¿Pues en qué los había de emplear I ¡En... mantener el paro! Porque los obreros, si les diersin tra^ bajo, ¡qué habían de ser socialistas!... El primer periodista es el señor Li*> rroux. que tiene la amabilidad de aba»» tecer a diario a los informadores. Y el segundo periodista es. luego, i t censor, que los desabastece. Barrio.—Únete a nosotros. Azaña.—^Me parecen pocos los catol'» ce que tengo. Barrio.—¿ Cómo catorce ? Azaña.—Con los seis míos y los octM tuyos, tengo catorce. Barrio.—¡Asi no puede llegar Albo^ íioz a una inteligencia! .\zaña.—¿A ima intelig'encia? Pera^ ¿cuándo ha llegado a eso AU-Uro?.., ;E1 pobre Albornoz!... De Martínez Barrio a Manolo, y da Azaña a Diego, anda ya mareado. Siempre cayendo, hasta que se rompa las narices. Menos mal que este Cirano-Pinoch» tiene narices para todos los batacaao* que aún le esperan. ¡Que ya es tener! Se habla, por signos, de unos c« personajes del bienio, y socialistas pea más señas. A, B y C: A es un . indiferente a que el pobre , o no , sólo le interesa que quien esté con él sea ; Tenga o no sus -f- -f y sus . ^B es un tal X cual = A y C, que aoB 1 A es la ¡ de los analfabetos. B es un verdadero . C es una ¿ A -r B -r C son ... Ni -h ni — ni — ni -l-_ Aleluyas malas: La unión de izquierdas, ¿qué «af, Tú, yo y otro, somos tres. Ciprianito, ¿te amonadas? ¿No quedan más bofetadas?„ £ n los aeUos de Correos ¡no pongan más hombres feos! Rico, Dio« hunde al avarunt: con que lee Rerum nevaruBi. No aludimos a Perico, porque sigue laico y Rico. (iQué aleluyas! Son... prosapia, ¡ s a o iMroe un LMÍR de Tapia!) knp., Alfonso X I , 4 . MIENTRAS DURA LA REORGANIZACIÓN, por FERVA Gil Kobles obsequia con ua banquete a los periodistas... Salazar Alonso y Benzo se banouetean 2n Santander... y en París, Prieto *a una comilona a Oencás. Al señor Cid le dan nn banquete en SevillaM. y' Rociía, en Barcelona^. ícro el que va a hacer época es el ba»* quetazo que van a dar a este SulanoM.^