El conductismo se originó con la obra del psicólogo americano John Broadus Watson, él afirmaba que la psicología no estaba interesada en la mente o en la conciencia humana, en lugar de ello estaría interesada solamente en nuestra conducta, de esta manera los hombres podrían ser estudiados objetivamente como las ratas y los monos. La obra de Watson se basaba en los experimento de Iván Pávlov, quien había estudiado las repuestas de los animales al condicionamiento. Hoy el conductismo es asociado con Burrhus Frederic Skinner, quien edificó su reputación al comprobar las teorias de Watson en el laboratorio. Los conductistas o psicólogos que estudian estos fenómenos han elaborado teorías estímulo-respuesta que explican el aprendizaje humano o la ausencia del mismo en función de las reacciones o respuestas de una persona a los estímulos, creen que el desarrollo de las respuestas a estímulos se efectúa mediante dos procesos: - El condicionamiento clásico - El condicionamiento operante La pasión por la investigación fue el motor que impulsó a Pávlov durante toda su vida. Después de dejar de lado su plan inicial de seguir el deseo de su padre de convertirse en un sacerdote de la congregación rusa ortodoxa, se graduó como médico a los 35 años y pasó las dos décadas siguientes estudiando el sistema digestivo, que le valió el premio nobel en 1904, el primero que le concedían a un científico ruso. Pero sus originales experimentos sobre el aprendizaje, a los cuales dedicó los últimos 30 años de su vida, fueron los que le otorgaron a este incansable científico un lugar en la historia. El cambio de rumbo en las investigaciones de Pávlov se produjo a raíz de un descubrimiento accidental. Después de estudiar la secreción de saliva de los perros, descubrió que al poner la comida en la boca de un perro, éste comenzaba a salivar automáticamente. Al principio Pávlov y sus discípulos estudiaron el fenómeno en forma más objetiva y decidieron realizar experimentos, juntaron varios estímulos neutros como el sonido, con la colocación de comida en la boca para ver si el perro comenzaba a salivar ante la sola aparición del estímulo neutro, las respuestas fueron afirmativas. Justo antes de colocar la comida en la boca del perro para producir la salivación, Pávlov le hizo oír un sonido, después de varias repeticiones de sonido y comida, el perro comenzó a salivar solo ante el sonido anticipando la llegada de comida. Se había establecido una relación condicional entre la respuesta de salivar y el sonido que originalmente no provocaba la salivación. Se dice entonces que la salivación del perro ante la comida es una respuesta incondicional; la salivación tras oír la campana es una respuesta condicional que depende de la relación que ha existido entre el sonido y la comida. El estímulo del sonido del metrónomo que originalmente era neutro funciona ahora como un estímulo condicional. Este estímulo condicional (sonido), funciona para el perro como una señal que avisa que el estímulo incondicional (comida), está a punto de aparecer. Los principios de condicionamiento clásico se aplican a la salud y al bienestar de las personas, los ex consumidores de crack y cocaína suelen volver a sentir la necesidad de drogarse cuando encuentran elementos asociados a las sensaciones que les producía, los especialistas en adicciones aconsejan que se alejen de todo aquello relacionado con la euforia que les provocó el consumo De igual forma los consejeros a veces ofrecen a los alcohólicos experiencias que puedan revertir sus asociaciones positivas con el alcohol El condicionamiento clásico puede tener efectos sobre el sistema inmunológico, cuando un sabor específico acompaña a una droga que influye en las respuestas del sistema inmunológico, el sabor por si sólo puede llegar a producir la respuesta inmune. Mediante el condicionamiento clásico un organismo asocia diferentes estímulos que no puede controlar, con la implementación del condicionamiento operante, los sujetos asocian los comportamientos con sus consecuencias, por tanto es más probable que repitan los comportamientos recompensados que los castigados. Burrhus Frederick Skinner fue director de una universidad inglesa y aspirante a escritor, quien en busca de un nuevo rumbo, ingresó a la carrera de psicología, se convirtió en una figura muy influyente y controvertida del conductismo moderno Consiguió explicar un simple hecho de la vida que el psicólogo Edward Thorndike denominó la ley del efecto, la conducta recompensada tiende a repetirse. A partir de esta ley, Skinner desarrolló una tecnología del comportamiento que revelaba principios que permitieron enseñarles a algunas otras especies conductas muy poco habituales. Imaginemos que quiero condicionar a una rata hambrienta para que presione una barra después de observar cómo se comporta el animal antes del entrenamiento, estoy realizando modificaciones sobre las bases de los comportamientos existentes, puedo darle comida a la rata cuando se aproxime a la barra, una vez que la rata se acerca regularmente, voy a tratar de que se acerque más antes de premiarla, hasta que reciba el premio. Con este método de compensaciones sucesivas, recompenso las respuestas que cada vez se acercan más al comportamiento deseado, esto sirve a los investigadores y entrenadores para lograr un moldeamiento gradual de las conductas complejas. Si un experimentador refuerza una paloma para que picotee después de ver una cara humana pero no después de ver otras imágenes, la paloma aprenderá a reconocer las caras humanas. Después de haber sido entrenadas para discriminar entre las flores, las personas, los coches y las sillas, las palomas por lo general pueden identificar a cuál de estas categorías pertenecen los nuevos dibujos de objetos. Mediante el entrenamiento, las palomas aprendieron a discriminar entre la música de Bach y la de Stravinsky. Los padres pueden utilizar reconocimientos para enseñar buenos modales en la mesa, premiando formas de comer cada vez más parecidas a las del adulto, esto parece simple, pero en el procedimiento de moldeamiento, el entrenador recompone los comportamientos existentes, esperando y premiando la aproximación a la conducta deseada. Así mismo, en la vida cotidiana recompensamos y moldeamos continuamente el comportamiento de los demás afirmaba Skinner, pero a menudo no lo hacemos a propósito. A veces recomponemos de manera inconsciente algunos comportamientos que nos molestan. Consideremos la forma en que algunos profesores utilizan las recompensas, como todos sabemos algunos niños tienen más facilidad que otros para los estudios y obtienen 10 sin mucho esfuerzo, los demás no reciben recompensa. Sería mucho mejor que el profesor le aplicara los principios del condicionamiento operante y premiara a las mejores graduales, es decir las aproximaciones sucesivas hacia el dictado de palabras perfecto que los alumnos verán como un desafío. La mayoría de las personas creen que los reforzadores son recompensas, en realidad cualquier cosa que sirva para incrementar una conducta es un reforzador, incluso el hecho de pegarles unos gritos a los estudiantes si éstos aumentan la conducta agresiva. Lo que es un reforzador en una situación, por ejemplo, la comida cuando tenemos hambre puede no funcionar en otra situación; existen dos clases de reforzadores básicos, el positivo y el negativo, el primer tipo refuerza una respuesta al presentar un estímulo por lo general agradable después de la respuesta. La comida es un reforzador positivo para los animales, la atención, la aprobación y el dinero son reforzadores básicos positivos para la mayoría de las personas. El segundo tipo, reforzadores negativos, refuerza una respuesta al reducir o eliminar un estímulo desagradable, las consecuencias que afectan el comportamiento aportan un reforzador negativo. Los reforzadores primarios o básicos, como conseguir comida o evitar una descarga eléctrica son innatos y producen una satisfacción, los reforzadores condicionados son aprendidos y obtienen su poder de la asociación con los reforzadores primarios. Si una rata en una caja de Skinner aprende que una luz anuncia la llegada de una comida, se esforzará por encender la luz, que se convierte en reforzador secundario asociado con la comida. La vida está llena de reforzadores secundarios como el dinero, las buenas calificaciones, un tono de voz agradable, una palabra de elogio, cada uno de los cuales está vinculado a otras recompensas básicas, los reforzadores secundarios o condicionados potencian nuestra capacidad de influir en los demás. Por otro lado, el efecto del castigo es lo opuesto al del reforzamiento, ya que éste incrementa el comportamiento mientras que el primero lo disminuye, por lo tanto un castigador es toda consecuencia que reduce la frecuencia de un comportamiento anterior. Los castigadores rápidos y seguros pueden limitar comportamientos no deseados de manera eficaz. Los defensores de la educación sin violencia sostienen que el castigo físico tiene sus desventajas, el comportamiento castigado no se olvida sino que se suprime, el castigo físico puede aumentar la agresividad al demostrar que la agresión es una forma de solucionar los problemas, además, el castigo puede crear miedo, la persona que recibe el castigo puede asociar el miedo no solo con la conducta indeseable sino también a la persona que lo aplica o con el contexto en el que ocurre, por ejemplo, un niño puede llegar a tener miedo del maestro que lo castiga y no querer ir más a la escuela. Hace una generación, Skinner y otros científicos defendían el uso de las máquinas y los libros de texto, que dividían el aprendizaje en pequeños pasos y que ofrecían un reforzamiento inmediato para las respuestas correctas. Pensaban que estas máquinas y estos textos revolucionarían la educación y permitirían a los maestros concentrarse en las necesidades especiales de sus alumnos. Aunque la revolución que anticipó Skinner no sucedió, al final de su vida creyó que ese ideal se podía conseguir, afirmaba, "la buena formación exige dos cosas: se debe decir inmediatamente a los estudiantes si lo que hacen está bien o mal, si está bien se los debe dirigir a que continúen hacia el próximo paso. Los ordenadores eran su última esperanza, para la lectura y los ejercicios de matemáticas, el ordenador podría ser el profesor que estimula la actividad de los estudiantes, explica las lecciones de acuerdo con el ritmo de aprendizaje de cada uno, comprueba si tiene varios vacíos conceptuales, ofrece una recompensa inmediata y guarda registros exhaustivos de los resultados para que pueda examinarlos el profesor que supervisa la clase. Con la mejora de los sistemas de examen en línea, el nro cada vez mayor de programas de aprendizaje interactivo y la posibilidad de utilizar los recursos de internet, estamos más cerca que nunca de alcanzar el ideal de Skinner.