ai B R.ARY OF THE UNIVER.5ITY Or ILLINOIS \%19 \, V \ á\m mm GUIDO^I^SP>NO AL VIENTO LIBRO LÍI\ICO NUEVA EDICIÓN AUMENTADA BUENOS AIR^S IG-ON" HKRMiJ^íirOS — LrBBEBIA DEL COLEGIO — 18 EIDITORKS CALLE BOLIVAB 7 9 N.° 60. 5242 </ — Imp. del fobtenib, Defensa 139 ,o f¿f.3 A Ií1^ y ¿3>¿-í_<? hl.AFech,Bohvar.l6 ADYERTENCIA Hace mucho tiempo de las letras lectura, y por las que. era reclamada por los amantes personas que gustan de la buena una nueva edición de hermosas poesías del las Señor Guido. Ese vivo deseo se explica fácilmente teniendo que aquel ha vencido con sus versos el en cuenta escollo en que generalmente naufragan los escritores mediocres han r^esis: han justificado tido el embate de la título de poeta discernido á su autor, j conquistádole el corazón y crítica, es decir, los sentimientos el noble de todos los que, no por ser extraños á las cuestiones estéticas, dejan de gozar la inefable delicia de contemplar lo mas íntimo de su y comprender la belleza, sino en menos en los lumi- naturaleza, por lo nosos contornos que la caracterizan. El Señor Guido no solo ha merecido dentro de la Repúbhca el dictamen mas' lisonjero de la crítica, sino también en el extranjero. El mas eminente de los poetas contem- 4 ADVERTENCIA poráneos, Víctor Hugo, ha aplaudido su estro luminoso, y la Academia de Bellas Letras de Chile le ha llevado á su seno. El juicio del poeta francés equivaldría por sí solo al mejor de los triunfos en su vida literaria; que un y escritor ese juicio tiene pueda ambicionar mas valor, si se considera que ha sido espontáneamente pronunciado, sin que el galante haya influido para nada en La presente de una y señor Guido, por medio de. algún compromiso él. edición de las Hojas al viento que, precedida introducción debida á la elegantísima pluma de Santiago Estrada, tenemos el honor de ofrecer al Don púbhco, supera á la primera, pues contiene nada menos de diez composiciones nuevas. Por otra parte, de darle el realce sente, alientan y en no hemos omitido gasto alguno á que exigen obras que, como las elevadas regiones del fin la pre- pensamiento del arte. Los Editores. >^. INTRODUCCIÓN Los hermanos Igon han emprendido la tarea de reimprimir, aumentado, el libro lírico de Don Garlos Guido y Spano. Este empeño un huen síntoma es hozadamente, que los versos tados y leidos, en edición de un literario, pues manifiesta desem- de nuestro compatriota han ndo solici- un país en que raras veces se agota la primera libro nacional. Sobrado merecimiento tienen esos cantos para ser objeto de tan cordial acogida do, desde que, ; pero no por Un le á los predilectos amigo, Héctor F. Várela, puso la arrebató El ha de desdeñarse para parecemos en todo á bién sabemos desconocer y ello el tesoro libro de por una Don Garlos Guido y crítica justiciera Guido, decia José pertenece siglo, hecho enunciar- de la naturaleza. mano en el arca del poeta, Spano apareció sostenido y amable al mismo tiempo, que dedicó á la obra. M: Estrada á aquella raza en la u Revista Argentina, exótica en la tierra, de los que se sienten caídos en que todos vivimos. el demás hombres, tam- de sus febriles vigilias. observaciones atinadas al autor y íc los el yj anómala en nuestro seno de las realidades en Sus inspiraciones son como las reminiscencias %•. INTRODUCCIÓN 6 .i Aspiran á su región nativa y viven en el trancarte Sueñan desde su oriente hasta su ocaso, y cruzan el platónicas. místico. mundo desdeñando lo que á todos mirada absorta por lo que divisan á través de los homhres apasiona, con la lo real, en la tras- parencia de su fantasía, y conversjctndo familiarmente con que crea sus visiones y formula sus no estrofas. Gomo el genio el vate antiguo, sufre intermitencias en su contemplación ideal, ni veleidades de su numen. Guido es poeta por naturaleza, por fatalidad vivido cantando y morirá soñando. mas Otro juicio Diseñado el P7 ha : ,, , detenido vio después la luz pública. poeta en el precedente, conozcamos ahora la índole do sus versos, en las páginas de este, atildadamente escritas por el Dr. D. Pedro F. Goyena. u ha musa del Sr. Guido, enseñaba, se mantiene con noble acti- tud en una región serena, desde la cual se descubren hermosas perspectivas, y donde la pasión, perdiendo su intemperancia, llega á tranformarse en dulce y apacible sentimiento. Guido no se desliza á rie, ni se desespera. veces Una lágrima pura y por su megilla, apenas colorida, y sus labios perfumados vierte luego en sonrisa; pre una plácida, encantadora armenia. por Sr. en placeres groseros, ni se abisma en dolores se deleita profundos; no La musa del El brillante pero se con- modulan siem- Sr. Guido es clásico la corrección de la forma y por la simpatía que profesa á la alberga en sus estrofas, á pagana ; y el sentimiento que se es mas noble y mas tierno que el sentimiento espesado en de los poetas antiguos. belleza plástica ; pero su inspiración vuela, en algunas poesías, m,ayor altura que la inspiración Aceptado los versos el libro Andes, llegó á el del Sr. Chile, ~ t> Guido por sus compatriotas, pasó y despertó un honor de que informan las lineas inmediatas, lomudas de carta de D. Eduardo de la Barra, Secretario de la Bella» Letra» de Santiago de Chile. los interés justísi^nio, que le atrajo urhOr Academia de " - . IJÍTRODUCCION . r ; V : 7 ^ - " La Academia de Bellas Letras, dicen^ ha elegido á Vd. por una- nimidad miembro honorario, en calidad de correspendiente extrattf- á propuesta de su Director Don José Victorino Lastarria y Cábeme la satisfacción i^e comunicárselo, dáti- í'ero, . del que suscribe. dolé al mismo tiempo mis parabienes por la simpática acogida que encontró la proposición, entre los hombres de letras mas notables de estepais, á quienes Vd. fué presentado como modelo déla poesía americana." -' • , Las " Sojas al viento rica, ", Amé- después de haber recorrido la impulsadas por próspera fortuna, atravesaron felizmente océano, y cayeron bajo los del siglo, de Víctor Hugo. "Be recibido, escribia él al autor, vuestro Se leido con emoción los bellos y nobles versos á mi nombre. Sois luz, la libertad un generoso por espíritu. la justicia, la De Os estrecho ! la mano. manera asociábanse esta libro magnífico. que habéis unido Queréis la verdad por la paz por Os filósofo iguala en vos al poeta. Adelante felicito. El la fraternidad. Yo digo como vos : " nobles voces de la patria, América y Europa, para coronar nobles acentos de el de uno de los mayores poetas ojos á al poeta otros Don Carlos Guido y Spano. El libro que comenzó la jornada con tanto lucimiento, rodeado de tan favorables circunstancias, no podia quedar sumergido en la indiferencia ó el olvido, que es la tumba de las producciones de la inteligencia. Agotada suerte, en primera la mas edición, esta segunda correrá la mdsma breve tiempo, porque el gusto litera/rio se desarrolla aquí en la» proporciones de esos árboles de la Australia, de cuales se crecer. - ha dicho, para encomiar su fecundidad, que v En una época, se les los vé , que no villoso Cervantes, es la edad de oro de que hdblaba pero en la cual predomina el culto del el mara- preciado ' INTRODUCCIÓN 8 metal ; é^oca 'positiva en que el - Mercurio de los paganos cima de el y amor por ricas, los y de las aspiraciones del cora.zon las letras es de los un tiene altar en cada calle, y en que las realidades de la vida están • por en- sueños de la fantasía^ buen augurio paralas naciones jóvenes que atraen á su seno, con el á aliciente de la especulación, hombres de todas partes, que aspiran, al abandonar la tierra fatigada por la siembra, á encontrar en la tierra de las cosechas fecundas, una cómoda existencia. Sentimiento tan levantado debe servir de morigerador al espíritu puramente práctico, llamado, sin que ha formado uno de Don los él, á sofocar la afición estética, rasgos distintivos de nuestra raza. Carlos Guido y Spano, subdito de la ley del trabajo diario, que obliga al hombre á comer frente, pobre persona los de fortuna y el pan amasado con el sudor de la de imaginación, reúne en su rico elementos constitutivos del poeta, y conoce todas las fases amargas y consoladoras de la vida, formadas por la lucha y la esperanza. Hojear dora, que . . este libro es dá á una conocer tarea simpática, interesante, una existencioj probada por sostenida por los tiernos afectos, embellecida por bella de las artes, confortada á la realidad, forj ándose ran por el el cultivo de la mas la ilusión de sobreponer el ideal un medio mejor que aquel que nos forma- las peculiaridades de la vida de siera consola- los azares, cada hombre, ó que nos impur- carácter particular del tiempo en que nacimos. El poeta argentino ha dos de su existencia : reflejado en esas páginas todos • los perio- la sinceridad de la infancia, el arrebato de la juventud, la fortaleza de la virilidad, la severidad del raciocinio, el afecto de la familia, el cariño de la patria, el deliquio del amor, la dicha del padre, el acento rudo del jornalero que, saludando Dios cada mañana, empuña el árbol, para fundar el el á hacha, é invita á su prole á derribar hogar del hombre y del ciudadano. Sijo de América, llevando en sus venas sangre de proceres, ^' ama s.,%:. » INTRODUCCIÓN la independencia, y, sin embargo, se la frente, esclavo de un dolor que le vé sumiso, ohatido, inclinar le oprime como un yugo, que él no puede ni quiere sacudir. Ea perdido á su padre, y la primera ofrenda á memoria tan cara ; que página de sus versos consagra, parecen los gemidos desoladores de le una el corazón, una como el cierzo existencia un presen- acalorada en su regazo, de improviso asaltada por timiento que hiela es canta á su madre, y las estancias que trasmina las pie- dras del sepulcro .... El sentimiento doméstico predomina en senta reminiscencias del diálogo familiar, de dulces horas, que ora deja escapar wn el ya formula recuerdos acento marcial, ora exhibe un cuadro ó una estatua labrada con paisage, que ya pre- este libro, cincel griego en mármol italiano. Sobre sus páginas, presididas por una sombra venerable, puede espaciar la mirada la tierna doncella, como sobre un memorias ó un museo de familia, porque un vuelve el velo libro de pudoroso en- pensamiento, al tocar la realidad de ciertas imágenes, cual ese vapor que hace impalpables los contornos de los ángeles y hadas de las los pintores púdicos. El poeta argentino ha cultivado la pureza de la lengua y lapur- reza de la expresión, desdeñando, por una repulsión instintiva dé su naturaleza, la forma incorrecta y desenvuelta, tan usual en nuestros dias, y por ello inclinada al realismo desvergonzado. 8i en una colección como la presente lámpago de la inspiración, percibe las el crítico vé brillar el re- emanaciones del sentimiento, descubre la firmeza del cincel del lapidario, fáltale la decisión necesaria para desmenuzar las hijas herinosas de la fantasía, que agrupadas en simpático cia apenada de Guando una los citoj coro, endulzan con sus cantares la existen- demás homhres. ó la casualidad, reúne sensitivas y hermosas mujeres, apenas es permitido admirar sus atractivos. ^'í' 10 INTRODUCX:iON Juzgadas por otros con detenimiento las composiciones del poeta D. Garlos Guido y Spano, permítasenos solamente saludar su " Aurora ", engolfarnos en las sombras de su ''•Noche", inclinarnos en presencia de la bella y tierna " Amira ", derramar una lágrima con su " Nenia ", sonreír ante la angélica " María del Pilar ", y, ** Al Pasar ", responder como el eco, con un suspiro, al tierno la- mento de Blanca. ^ Quede ble, ahí esa lira melodiosa, suspendida del laurel inmarcesi- exhalando los aromas de las resinas orientales, arpejios de las cuerdas alemanas, ya pulsada por Buenos el hálito de las Aires, 19 de Marzo de ya herida por almas soñadoras el modulando ! 1879 S. los" plectro griego, ESTRADA. - fkl?^ CAI[ISS!MO Pboteja tu kecueedo el flébil canto Que exhalo en estas bimas suspiradas, Pálidas hojas de flexible acanto a una bota columna entbelazadas. Hoy QUE EL SILENCIO EN MI EFUSIÓN QUEBRANTO Del edén a las cumbbes sonbosadas, Filial ofbenda que sublima el llanto, Lleven mi voz las aubas pebfumadas. ¡ Alúmbreme un destello de tu Óptimo padbe Mi y desde el cielo eeega hueeto, por que dé fbutos mejobes. Mas Mi ! gloeia, ¡ AY ! que sumübgido en tu memobia. vida ya en su otoño se eepliega Como eústica tienda de pastores. , ; mp ¡ Allá van De una ! AL VIENTO son hojas sueltas planta escasa en fruto ; Humildísimo tributo Que da AUá En al mundo un corazón. van, secas, revueltas confuso torbellino, Sin aroma, sin destino, o A merced del aquilón. Esas hojas De ensueños los la vida simbolizan, Cuando puros divinizan La ventura ó el afau ^ ; ; !! ! HOJAS AL VIENTO 14 Son emblema de risueños Devaneos, que en su aurora La ilusión virgen colora, Y que nunca j ay volverán ! Hojas mustias y sombrías ¡ Ya ramas que adornaron las Tristemente se doblaron El pampero sopló allí. Las agrestes harmonías Que otro tiempo al aire dieron. De la tarde se perdieron En la bruma Allá van, Por sí, carmesí. desprendidas las ráfagas de otoño. Sin que dejen ni En su ¡ un retoño tránsito fugaz Pobres hojas esparcidas. Por el De las viento arrebatadas vegas encantadas A que dieron sombra y paz lí Á M/NUEL GOUVE>" C. Nova Frihurgo Tú que (Brasil) en mis selvas penetras Y en mis valles apartados, Por mis versos extraviados Me I pregmitas en tus Al crepúsculo no letras. oiste, Del oloroso arazá En la hojarasca, al sabia Gorgear ya alegre, ya (•)— Refiérese esta composición á ras poesías del autor, de que quien dirige sus versos. triste un cuaderno donde no conservó copia, ? se hallaban transcriptas las prime- y que se extraviara al renütirlo al amigo & ; 16 i. Aislado Di así MANUEL GOUVEA mis cantares viento en estas montañas, al Al susurro de Al rumor de Eran C. — las cañas, los palmares. suspiros de amor. Tiernos recuerdos de niño. Vibraciones de cariño En harpa del dolor. el Raudal que De las se precipita cimas victoriosas Simple guirnalda de rosas Puesta en la cruz de una ermita. Del fuego interno centellas Que en La el templo de la fama ambición de gloria inflama Ora chispas, ora estrellas. ..á?^ ; Á MANUEL C. ; ! 17 GOUVEA Eran todo y no eran nada Arranques del corazón, Sueños, delirio,' ilusión Niebla y luz de la alborada * * ¡ versos amados! se Oh mis Como de un cisne las nevadas plumas al aire entre las brumas Desprendidas Del alba No . fresca, importa han perdido. ! en su primer volido. revestida en nuevas galas, Vigorizada en límpidos raudales, Á mayores alturas ideales Desplegará mi inspiración sus La juventud ; amigo ! alas. que columbra Quizas en mi destino un sol futuro, De mi estrecha prisión derriba el muro, Y con palmas de luz mi frente alumbra. — Á MANUEL 18 Mira En íí ! ya en alto C. GOUVEA mi pendón tremola, una voz sublime, extraña, tanto que Canta;; ; me ííj trepa la montaña, dice Audaz plantando Acaso un eco de allí la tu tienda sola, v musa antigua Es esa voz, algún suspiro acaso De los Que Do el sagrados bosques del Parnaso viento de los siglos no amortigua. quier escucho en torno aquel acento Que resuena en mi De espíritu y me arroba noche llega hasta mi pobre alcoba, Remedando ya un himno, ya un lamento. Retumba en el Vibra en juncos con que se orna En las los fragor de lc§ torrentes, el rio ; peñas que azota ehmar bravio Resurte, y en los prados florecientes. ^ ! A MANUEL C. 19 GOUVEA Estalla en el turbión, ruge en el trueno. En Á la orgía, en el templo se desliza, todo cuanto hay bello se harmoniza Y á ao'itar viene mi anhelante seno. Ya no Me arrastran. ;A mí resisto; el arte, el estro, el la lira! Para ornarla Mis . ¡ Oh embriaguez hado noble, celeste j que tu mano apreste un laurel recien cortado. versos, de la vida en las bermejas Auroras, volarán raudos, vibranties. Cual en busca de cármenes fragantes Del Hybla las melificas abejas. Y ora trovando en la fortuna erguido. Ora en la tierra mísero trovando, Avanzaré cayendo y levantando. Como un león en el desierto herido. Á MANUEL 20 C. GOUYEA Yo lucharé ; diviso en lontananza De la A inmortalidad las arduas cumbres. ellas De me gloria, Con guian vividos vislumbres que iluminan mi esperanza. todo, si desmayo en el camino, Conozco bien tu bogar; mi fe ya muerta, Iré confiado á golpear tu puerta, Contigo á dividir el pan y el vino. ; ; LA ESPEI^ANZA La esperanza ! sublime, íntimo anhelo. Aspiración ideal, indefinida. Que En eleva al alas hombre de la tierra al cielo de la férvida ilusión Llama vivaz que lenta nos Al par que alumbra el consume campo de la vida, Y que en vapor disuelve j en perfume La savia del ardiente corazón. Espíritu gentil en la mirada De la En la frente del púdica virgen resplandece, Del labrador en héroe laureada. el humilde hogar ! LA ESPERANZA 22 La enciende del proscripto errante estrella Que de la patria lejos desfallece, Y al náufrasro en su barca zozobrante y guia en Sostiene el rugiente mar. ¡Flor inmortal regada con De que es el Secreto numen, Lámpara alma inagotable mina, misterioso encanto, asida á la sagrada cruz ¿Qué corazón tu ¿Tu el llanto influjo no ha sentido? claridad qué sombras no, ilumina, Si hasta en la densa noche del olvido Dulce penetra tu bendita luz? Soñando Te el porvenir que les predices. acarician los pálidos mortales, Y en su cárcel sintiéndose infelices, De tu huella anhelantes van —"¡Mas Les allá!" les repites, el vacio cerca, Benigna en pos. y con tus velos virginales ocultas su sepulcro frió, Y alzas de allí su espíritu hasta Dios!. LA ESPEKANZA 23 Cuando todo perezca, cuando Desquiciado retiemble en el el mundo espacio Y se hunda del caos en lo profundo, Tú aun vivirás ungida por la fe. Como una joven reina destronada Contemplando en ruinas su O te alzarás al cielo palacio, inmaculada Cual la blanca paloma de Noé ! : ; LJí ¡ INOCENCl/ Cuánto á su vista el corazón se ensancha Simple j modesta Del recental sin j pura. mancha Tiene la mansedumbre y la blancura Amiga de los niños, Está llena de gracia y de cariños. Há poco la soñé —fué un sueño vago Pasó como De un la sombra raudo cisne sobre Cuando ella me el terso lago. aparece Reflejada en las risas de la infancia. Una Me suave fragancia anuncia que mi vida reverdece. ! ; I LA INOCENCIA 26 I Sí, yo De frescas la vi Rubia qué digo ! Al fulgor de La cubre contemplo la aurora sonrosada. un blanco velo anchas ondas, leve, seno virginal de nieve el Que jamas la que en busca va del templo flotante En aun albas rosas coronada, y vestal Adórnala ! palpitar hizo el recelo. Al mirarla imagino Cuando en mi mente pasa Al dulce rayo que su vista enciende. Que una nube de gasa A arrebatarla vino Y en el aire azulado la suspende. Su faz Nunca Pues bañada en resplandor divino sintió el calor ella de los sonrojos, ignora hasta su ideal belleza Que acaso un numen consagró de En hinojos. sus celestes ojos Solo tremente brilla La llama azul que irradia en su pureza Su alma ingenua y Donde duermen sencilla, sus vagas impresiones. ; ! LA INOCENCIA 27 Sus castos pensamientos. Como En blancos alciones su nido aguardando en la ribera. Para cruzar el mar y hender A que el naciente Abí los vientos, sol tina la esfera. bella, serena, harmon'íosa, La virgen noble avanza Tiene al andar el aire de una diosa Y la dulce atracción de la esperanza. ¡Oh espíritus, oh genios tutelares, Llevadla inmaculada á sus altares Mas La Amor Que ;ay! súbitamente salen al camino audaz, lleva y el Tiempo diligente como marca de su El dolor de los siglos Amor vivo y en sino la frente: risueño Que por cada ventura apaga un sueño; Y el Tiempo, infatigable Que en marcha peregrino al infinito halló á la Vida, LA INOCENCIA 28 A quien después de agasajar enluta, Mezclando En al el festin néctar la mortal cicuta eterno á que convida. Y la Inocencia Fuese, y en confiada á ellos brazos del infante alado. Del césped en la Se aduerme rayo de la blanca luna; En Que en al alfombra de esmeralda, tanto que á su espalda lluvia de oro inundan sus cabellos. El viejo segador de rostro airado, Con temblorosa mano una Las rosas / le tras una arrancó de su guirnalda! MARMÓI[EA Marmórea, Como el triste, enferma ! . . . Desmayada sauce llorón que en la laguna Mira su verde faz desconsolada. En neblina se viste, en luz de luna. Ya apenas se sonríe, ya sus ojos Irradian solo Y cual si un vago y tierno anhelo, orase ante el altar de hinojos, Dulces los vuelve, sin querer, al cielo. s:Wí-\- MARMÓREA 30 En éxtasis quizas escucha , un canto Divino, melancólica plegaria. Himno tal vez de am.or ó eco de llanto De alguna alma doliente j solitaria. Acaso envuelta en harmoniosas brumas. Del aire los espíiitus alados, Con tenues La abanicos de albas plumas orean los cabellos perfumados. Languidez de torcaz! Qué alabastrina Blancura! Soñando Qué el ideal! Parece por Cuando camina los céfiros llevada. Replegando sus En fulgor de la mirada alas como un ave ella el sentimiento se ha dormido; Solo aspira á la paz, serena Á la paz de la ausencia j y grave, del olvido. . ! MARMÓREA ¡ La candidísima camelia, vierais, Con su 31 vestido blanco de amplia falda. Semejante á Desdémona ó á Ofelia Deshojando en las ondas su guirnalda Si toca el piano el instrumento gime; Si canta es murmurando una elegia Con expresión patética, sublime, Mas ella i Cómo siempre indiferente Enferma, La ! . ¿ Qué honda pena su angélico espíritu derrama El opio que ¡ fría extinguióse la celeste llama Que alimentó su seno? En j la casi calma j la exánime fiebre lentamente la ! . envenena . . ? . Traidora consume, Y á su ardor su existencia se evapora En leves ondas de inmortal perfume. . . . MARMÓREA 32 j campo auras Brisas del mar, del Efluvios de la selva y vitales. del torrente, Vivas exhalaciones matinales, Raudas venid y reáfrescad su frente De su hermosura Volvedla, y el esplendor rosado la salud Porque torne á latir que en ella espira. su pecho helado Y á vibrar de su ser la interna Está en la Protéjala En edad en que el amor. el amor Su blanca Hra. florece estrella sus divinos ojos resplandece. ¡Jamás se apague al reflejarse en ella! Á IT/LIA (1859) ¡Al fin te alzaste! tus gloriosas manos Empuñaron Que en al fin la antigua espada. tus propias cadenas afilada Ora amenaza herir á tus tiranos. ¡Ea, Italia! en los montes, en los llanos Embiste al opresor; allí Deja tu larga afrenta, Lá herencia de Tuyo Por j cimentada tus grandes ciudadanos. el triunfo será; las vengada mi fe lo jura sombras impávidas y austeras De Bruto y de Ya la Europa Y asiste, Catón. ¡Corre al combate! ha vestido su armadura, desplegando sus banderas. Noble cautiva á tu inmortal rescate! ; CHjlNT D'AMOUII^ ( LAMAT^INE ) , Naples, 1822. Si tu pouvais jamáis égaler, ó Le doux frémissement ma lyre! des ailes du zépMre A travers les rameaux, Ou l'onde qui Ou le murmure en caressant ees rives, roucoulement des colombes plaintives Jouant aux bords des eaux i^'^ ^á". Si, comme ce roseau qu'un souffle heureux anime. Tes cordes exhalaient ce langage sublime, Divin secret des cieux. ; C/NTO DE ; km\ " Ñapóles, 1822. Si tú imitar pudieras Susurro que alza oh el aura, Yagando Del lago en ; lira ! el tremulante de la arboleda errante entre el dosel estas playas el plácido nnmnuUo, O, cuando juega á orillas del agua, el tierno arrullo De la paloma fiel Si cual la frágil caña que el viento ebrio de Columpia, repitieses aquel sublime idioma, Secreto divinal. (1)— Véanse las notas L al fin del voWmen. aroma : ; : : CHANT D'AMOÜR 36 Que, dans le pur séjour oü Les anges amoureux Comme l'esprit seul s'envole, se parlent sans parole, les yeux aux yeux Si de ta douce voix la flexible liarmonie, Caressant doucement une Au La bergait Comme le souffle de Famour, mollement sur de vagues images, vent du Dans Tandis que sur Ma ame épanouie ciel la qui berce les nuages pourpre du jour les fleurs mon amante sommeille, voix murmurerait tout bas a son oreille Des soupirs, des accords, Aussi purs que l'extase oü son regard Aussi doux que Des le me plonge, son que nous apporte un songe, incífables bords. • "fe' c Ouvre les yeux, dirais-je, ó Laisse-moi, laisse-moi Ma lire vie et ton ma seule lumiére dans ta paupiére amour I ; ; CANTO DE AMOR Que al modo que los ojos, los 37 ángeles amantes Se hablan sin palabras, del éter fulgurantes En Si la harmonía la región ideal; fácil con que tu voz exhalas. Acariciando una alma que desplegó sus alas Al soplo del amor, Meciérala entre imágenes flotantes, indecisas, Cual á las blancas En En tanto que Velando mis el nubes las celestiales brisas purpúreo albor; mi amante dormita suspiros, La mis cantigas mejores diera en grato afán Tan puras como el éxtasis que Tan suaves como en sueños Que ! deja, sí, la al verla me domina. música divina las esferas dan. Diría, abre los ojos Oh entre las flores, mi luz, contemple déjame en feliz, mi Revélenme tu amor vida, ellos y bellos : CHANT D'AMOUB, 38 Ton regará Que le languissant est plus cher a premier rayón de Aux yeux la celeste prives du mon ame flamme jour. * * Un de ses bras son cou qui fléchit sous le presse, L'autre sur son beau front retombe avec moUesse Et Telle, le couvre a demi pour sommeiller, Oourbe son cou la blanche tourterelle d'albátre et Sur son oeil raméne son endormi. Le doux gémissement de son Se méle au aile sein qui respire bruit plaintif de l'onde qui soupire A flots harmonieux; Et l'ombre de ses cils, Elotte légérement que comme Qui passe sur le zéphir souléve, l'ombre d'un réve ses yeux. * * * ;; CANTO DE AMOR Tu lánguida mirada mas Que al que en dicha en -Ü^ ' mí destella, tinieblas yace, la fúlgida centeUa Del astro vencedor. * * * Doblado tiene un brazo so En la alba frente el otro La el cuello que que en medio lo la oprime. comprime. cae con morbidez Así una blanca tórtola para dormir inclina La sien, j sobre el párpado desplega el ala fina Con Del seno el Se mezcla á suave anhélito que exhala tenue las oleadas Que De dulce languidez. arrulla y harmónicas del lago gemidor sus pestañas negras la sombra temblorosa. Semeja en su semblante De im. la imagen vaporosa sueño volador. * vago. !! CHANT D'AMOUR 40 Que ton sommeil est doux, ó vierge, ó Comme ma colombe d'un cours égal ton sein monte Avec un long Deux vagues que et ! retombe soupir • . blanchit le rayón de la lune, D'un mouvement moins doux viennentl'une aprésl'une Murmurer ou mourir * * * liaisse-moi respirer sur ees lévres vermeilles Ce parfumé. souffle . . Qu' ai-je fait? tu t'éveilles. L'azur voilé des cieux Vient chercher doucement ta timide paupiére Mais toi . . . ; ton doux regard, en voyant la lumiére, N'a cherché que mes yeux. * * * Ah ! que nos longs regards Comme deux purs rayons se suivent, se prolongent, l'un dans l'autre se plongent, Bt portent tour a tour ! ! ! CANTO DE AMOR Cuan dulcemente duermes ¡ ¡ Con que igualdad tu pecho Qué oh lirio se agita ! 41 de inocencia ! qué cadencia. fácil respirar olas argentadas por la luciente luna, Dos Tan suaves en la playa no vienen una á una Besándola, á espirar * * Consiente de tus labios de rosa el perfumado Y fresco aliento aspire ... El i Oh Dios ! te has despertado cielo azul turquí Tus ojos adormidos procura dulcemente, Mas tú al abrirlos suaves al dia refulgente, Los fijas solo en mí. * * Ah ! de ambos la mirada vivaz, larga, profunda, Cual dos rayos divinos, en una se confunda. Llevando con ardor ! ! CHANT d'AMOUR 42 Dans le coeur l'un Ce jour de l'autre une treuiblante flamme. donne seul a intérieur que l'aine Le regard de Tamour Jusqu' a ce qu'une larme aux bords de ta paupiére, De son nuage errant te cachant la lumiére, Vienne baigner Comme on voit au tes réveil d'une Les larmes du matin yeux, charmante aurore qu'elle attire et colore, L'ombrager dans les cieux. * * * Parle-moi, que ta voix Chaqué parole sur me touche ta bouche Est un echo mélodieux. Quand ta voix Mon ame meurt dans résonne et Comme un mon oreille, s'éveille, temple á la voix des dieux. ! 43 CANTO DE AMOR A nuestros corazones la llama temblorosa, Aquel interno fuego que al alma fervorosa da el amor Tan solo Hasta que alguna lágrima furtiva, nube errante, De tu pupila al borde, anúblete el semblante Con sombras de Como Que al pesar, nacer la aurora, de la pinta mañana el llanto y que recogen las orlas de su manto. Su luz viene á empañar. * * Habíame ¡cuánto me encanta Tu voz Aun si callas ir cual De melodiosa! canta los en mi un templo númenes, ser, al me acento siento Reanimar y estremecer. . ! : : CHANT D'AMOUR 44 Un un mot, souffle, C'est assez Le : mon ame un silence, devanee sens interrompu des mots Et comprend Comme le Un ta voix fugitive, gazon de Comprend le la rive murmure des flots. son quí sur ta bouche expire, Une plainte, un Mon demi-sourire, coeur entend tout sans effort: Tel, en passant par Le puis souffle une méme du lyre, zéphire Devient un ravissant accord Pourquoi sous Laisse mes Rougis-tu tes cheveux me cachar ton visage? doigts jaloux écarter ce d' étre belle, L'aurore, ainsi que toi, nuage ó charme de mes yeux? de ses roses s'ombrage. „^,^^.^.,:.y...... .,-"-..-;;; _ -:-.- -.^ .;,;.•-;- - -; -. . í ' :íSS;" CANTO DE AMOR Una un palaljra, Luego el silencio 45 suspiro, — ^te miro Y basta; sé adivinar Tu idea que en Como el musgo de Comprende De mi alma el la orilla rumor del mar. tu boca el suave aliento. Una un lamento, sonrisa, Hácenme pecho el Tiernamente Vibra», si el así latir; una lira aura que espira Leve sus cuerdas va á ¿Por qué Que de brilla. el rostro me herir. ocultas con tus cabellos? deja él celosa aparte mi mano esa madeja. ¿Te ruboriza acaso, mi encanto, tu hermosura? También la aurora en rosas su candidez purpura. ; CHANT D'AMOUR 46 Pudeur, honte Ce qui ; celeste, instinct mystérieiix. plus se voile davantage brille le Comme si la beauté, cette divine image, N'était faite que pour les cieux! Tes yeux sont deux sources vives Oü vient se peindre Quand les un rameaux de Leur découvrent son Dans ce miroir Chacune de ciel pur, leurs rives azur. retractes, tes pensées Jette en pasant son éclair Comme on voit sur 1' eau limpide Flotter l'image rapide Des cygnes qui fendent Ton front, l'air. que ton voile ombrage Et découvre tour a tour, Est une nuit sans nuage Préte a recevoir le jour; CANTO DE AMOR 47 ¡Pudor, sonrojo santo! ¡oh instinto misterioso, Que dá mas sombra á aquello que Como si la brilla mas belleza, del cielo luz divina. Debiese habitar solo su esfera cristalina! Tus ojos vivos raudales Son que el cielo azul procura, Mirándose en sus cristales A través de la espesura. Tus pensamientos flamantes En ellos ravos brillantes Reflejan; así al hender Los cisnes el aire manso, Yése en el limpio remanso Yeloz su sombra correr. Tu sien ora Descubierta en y tul velada, libre ora. Es una noche azulada Que está á espera de la aurora; radioso, CHANT D AMOUR Ta bouche, qui va sourire, Est l'onde qui se retire Au souffle errant Et sur du zéphir, ees bords qu'elle quitte Laisse au regard qu'elle invite, Compter les perles d'Ophir. Tes deux mains sont deux corbeilles Qui laissent passer le jour; Tes doigts de roses vermeilles En couronnent le contour. gazon qui l'embrasse Sur le Ton pied se pose, et la grace, Comme un Aux divin instrument, sons égaux d'une lyre Semble accorder Ton plus léger et conduire mouvement. * * * CANTO DE AMOR y tu boca sonriente La ola • pura j decreciente Que hacen las brisas huir, Y del borde á que se aleja A los ojos que atrae deja Contar las perlas de Ofir. Son tus manos soberanas Dos transparentes cestillas, Sus dedos de rosas granas Les festonan Besa Leve La >el las orillas. césped tu ligera planta, gracia, y hechicera como un laúd Celeste, tus pasos guía, Y su ritmo y harmonía Te impregnan en su * 49 virtud. "« : CHANT D'AMOÜR 50 Pourquoi de Baisse, oh ! tes regards percer ainsi baisse tes yeux Que mon Dont Mets ta main dans la mienne ; bras arrondi t'entoure et te soutienne Sur ees Aux ! pleins d'une chaste flamine ou je meurs. Baisse-les, Yiens plutót, léve-toi mon ame ? tapis de bords d'un lac d'azur le front fleurs. il une colline verdoyant légéremente s'incline Pour contempler Le regard du est soleil tout le Et rbaleine de Tonde y les eaux; jour la caresse, sans cesse fait flotter Les ombres des rameaux. Entourant de ses plis Une vigne sauvage a deux cbénes leurs qu'elle embrasse, rameaux s'enlace, Et, couronnant leurs fronts. De sa pále verdure éclaircit leur feuillage, Puis sur des champs coupés de lumiére Court en rians festons. et d'ombrage ; CANTO DE AMOR I Por qué Tus ojos ? castos Áh ardientes el seno mitiga ! Le Mas j el aparta, ó moriré Tu traspasan ! j en amoroso césped, ciñéndote el florido me fuego en que me abrasan, no, vén, vén, levántate, Sobre 51 mi lazo brazo, talle sostendré. * * De un lago azul al margen se enhiesta Cuya verdeante cumbre con suavidad La El sol durante linfa una colina se inclina á contemplar el dia refléjase en el onda, Y al céfiro marino las sombras de la fronda Fluctúan sin De cesar. dos viejas encinas asidos al ramaje. Se enredan los sarmientos de fresca vid salvaje, Y orlando en grata unión Sus copas, las realzan los pámpanos sagrados, Que se entran por los valles lucientes En vivido festón. ó sombreados, CHANT D'AMOUR 52 La, dans les flanes creusés d'un roclier qui surplombe, S'ouvre une grotte obscure, un nid oü la colombe Aime a gemir d'amour; La vigne, le figuier, la voilent, la tapissent; Et les rayons du ciel, qui lentement s'y glissent, Y mesurent le jour. La nuit et le fraicbeur de ees ombres diserétes Conservent plus long-temps aux pales violettes Leurs timides couleurs; IJne soucre plaintive en habite la voúte Et semble sur vos fronts destiller goutte a goutte Des accords et des pleurs. Le regard, a travers ce rideau de verdure, Ne voit ríen que le ciel, et l'onde qui'l azinre; El sur Les voiles le sein du pácheur, Fendent ce des eaux qui, couvrant sa nacelle, ciel liquide, et battent Des rapides oiseaux. comme l'aile ; ; CANTO DE AMOR Allí, en el flanco hendido de un risco, 53 una caverna Se encuentra, verde gruta do la paloma tierna De amores va La á gemir vid, la higuera fértil, la ocultan, la entapizan, Y en ella el dia miden los rayos que deslizan De un La noche y cielo la frescura Conservan de las de zafir. de sombras tan discretas, húmedas y pálidas violetas El tímido color Un manantial sonoro de entre la piedra brota, Y canta ó se lamenta filtrando gota á gota Su virginal licor. Través de esa cortina de rústica verdura. Se ve tan solo el éter, el agua en que fulgura, Y en su cerúlea faz Del pescador la vela que Su al ; encubrir hinchada barca, aquel espejo del cielo hiende alada Cual pájaro fugaz. CHANT D'AMOUR 54 L'oreille n'entend ríen qu'une Qui, comme un long baiser, murmure sur sa rive, Ou Ou les sons Ou Techo du vague plaintive la voix des zéphirs, cadenees que gémit Philoméle, roclier dont un soupir se méle A nos propres soupirs. * * * Viens, cherchons cette ombre propice Jusqu'a l'heure oü de ce séjour Les fermeront leur cálice fleurs Aux regards Voila ton languissans du jour. ciel, ó mon étoile! Souléve, oh! sotiléve ce voile, Eclaire la nuit de ees lieux; Parle, chant, réve, soupire, Pourvu que mon regard Un regard attire errant de tes yeux. ; CANTO DE AMOR Tan solo se oye en tomo 55 la ola plañidera Que como un largo beso murmura en Del aura De Filomena O el el vago la ribera, son, canto candencioso j flébil, unidos de nuestra alma con el suspiro débil, Los ecos del peñón. * * * Vén, aquel sitio apartado Procuremos, hasta ver Se hayan sus Del sol al Ese, mi flores rayo postrer. estrella, es Levanta, levanta Tu cerrado tu cielo;' el velo. esplendor difunde Habla, canta, sueña, allí llora, Mas deten encantadora Tu mirada errante en mí. ; ! CHAXT d'amour 56 Laisse-moi parsemer de roses La tendré mousse Et prés du lit oíi tu t'assieds, oü tu reposes, Laisse-moi m'asseoir a tes pieds. Heureux Et le Sous le gazon que tu foules, bouton dont tu déroules tes doigts les fraiches couleurs! ^Heureuses ees coupes vermeilles Que present tes lévres, pareilles A Tabeille, amante des Si l'onde des Roule Des qu'elle cueille lis les cálices flétris, tiges que sa bouche Si le vent m'apporte Si la boucle qui se un efEeuille débris dénoue Vient, en oridulant sur De ma fleurs ma joue, lévre effleurer le bord : Si son souffle léger résonne, Je sens sur Passer mon les ailes front qui frissonne de la mort. ; CANTO DE AMOR Deja siembre el 57 musgo en Donde tú en descanso rosas estés, Y del lecho en que reposas me Deja Feliz la siente á tus grama que pies. huellas. El botón que abren tus bellas Manos, de rico frescor, Y esas corolas bermejas. Que libas cual las abejas Que aman del campo Si el lirio mustio la flor. que arroja Flota en la hnfa de añil, O del Gozo ramo que deshoja la esencia sutil Si su cabello ondeante Por mi rostro, al labio Perfumado llega, amante ó bien Si alcanzo á sentir su aliento. De la muerte el ala siento Rozar mi agitada sien. CHANT D'AMOUR 58 Souviens-toi de l'heure bénie Oü les dieux, d'une tendré main, Te répandirent sur ma Comme Depuis Ma 1' ombre sur vie le chemin. heure fortunée, cette vie a ta vie enchainée, Qui comme un s'écoule seul jour, Est une coupe toujours pleine, Ou mes lévres k longue haleine, Puisent l'innocence et l'amour. * * * Un jour Fanera le temps jaloux, d'une haleine glacée, comme une tes couleurs Sur ees Et sa main Ces rapides flétrira lits de gazon ; sur tes charmantes lévres baisers, helas Dans fleur passée ! dont tu me leur fraiche saison. sévres p^-.., -;,,,,,. r, ...-,- - -.-^-^',?.;_,.:;..-í,- ;^ CANTO DE AMOR Recuerda 59 dichoso instante el En que un numen inmortal Te esparció en mi vida errante, Grata sombra en campo erial. Desde entonces fortunada Nuestra existencia hermanada Dando un Es un solo resplandor, cáliz siempre Heno En que apura ávido La inocencia y el el seno amor. * * * De tí Tu fausta primavera marchitará, flor breve envidioso un dia el tiempo helado, aleve Que pasa en el verjel, Y agostará en tu boca graciosa j purp urina ¡Aymé! los raudos besos de que eres tan mezquina En su estación de miel. ; CHANT D'AMOÜR 60 Mais quand De tes yeux, voilés d'un nuage de larmes. ees jours écoulés qui t'ont ravi tes charmes Pleureront la rigueur: Quand, dans ton souvenir, dans l'onde du rivage Tu chercheras en vain ta ravissante image, Regarde dans mon coeur. La ta beauté fleurit pour des siécles sans La ton doux souvenir veille a jamáis a l'ombre De ma Comme une lampe Protege avec la La Et quand la nombre fidéHté, d'or dont une vierge sainte main, en traversant l'enceinte. tremblante ciarte. mort viendra, d'un autre amour suivie, Eteindre en souriant de notre double vie L'un Qu'elle étende Et que ta ma main et l'autre conche a cote de fidéle Dans flambeau, la tienne, embrasse encor le lit du tombeau. la mienne • — CANTO DE AMOR Más cuando el llanto 61 anuble tu frente, que los años Fugaces, desluciendo tus gracias, desengaños Te brinden j Que en vano en el dolor, memoria procures j en tu la calma —contémplala en mi alma, Del lago azul tu imagen Risueña en su esplendor. Allí tu beldad siempre florece, j siempre amado Y eterno tu recuerdo palpita, resguardado Por mi Como de una áurea Cruzando el fidelidad, lámpara, la virgen consagrada templo, encubre con La mano delicada ardiente claridad. Y cuando blanda llegue de un otro amor seguida La muerte, j que la antorcha de nuestra doble vida Fatal venga á extinguir Al lado de tu lecho también extienda el mió, Y asidas nuestras manos, ni aun el sepulcro frió Nos pueda desunir. CHANT D'AMOÜR 62 Ou plutót puissions-nous passer sur cette terre, Comme on voit en autome un couple soKtaire De cygnes amoureux Partir, en s'embrassant, du nid qui Et vers les doux climats qui'ils les rassemble, vont chercher ensemble S'envoler deux a deux! ! CANTO DE AMOR Mas antes este Como mundo de tránsito crucemos esos tiernos cisnes que Del uno 63 el otro en el otoño vemos en pos, Partir, acariciándose, de sus calientes nidos, Y hacia los dulces climas que van buscando unidos. Volar de dos en dos ÜSJ^*''-^»"' YIQ\ DE LA VIDA Esta noble sentencia Que tengo en blanco mármol ya Me dijo un sabio de ática elocuencia Con harmoniosa voz ' i> * esculpida, Es la flor : de a la inteligencia la vida. ;; LA jiURORA Huyen las sombras ya á su antro acorre ; Siniestro el crimen, La y el bubo ya grieta oscura de antigua torre Con sesgo vuelo buscando va. Parte Romeo. Dulce Julieta Toda tremante De cierra el balcón. infanda orgía vuelve Violeta Rasgado el traje y el (*) corazón. —Violeta: célebre hetaria griega, y principal figura en la bella ópera de Verái, PraTiata." "Ia ! LA AURORA 68 Fausto sus libros cierra, el misterio Buscando en vano del Son A las campanas ser Cual los — oid del monasterio, orar, nos dicen, fieles Despunta ; el alba. venid ! . . . Pálidas, bellas. recuerdos del bien que huyó. Brillan algunas dulces estrellas Con que la noche su frente ornó. Vacilan, tiemblan, se apagan Del horizonte vénse ¡ celajes de oro Salve, es la aurora ! friego. y carmin. raudal de vida. Sonrisa alegre del cielo La luego al confín. Ráfagas tenues, franjas de Limpios ; ; es blanca ninfa del sol querida. Fresca surgiendo de entre áurea mies. ; LA AURORA Dulce reflejo 69 de la mirada De Dios, contento del esplendor De su obra, cuando acabada Pudo Fué á abrasarla su inmenso amor. esta hora que á Eva divina Por vez primera contempló Adán Que en los desiertos Jacob errante llegó Al alba pura, ¡ de Palestina al Jordán. oh almas sinceras ! Labán, sus hijas Lia y Raquel Tierno bendijo so las palmeras Agar se aleja con Ismael. Y el pastor árabe, no bien rayaba Sobre las tiendas la claridad, Ágiles cabras apacentaba En las colinas ; de Galaad. ! 70 LA AURORA Soberbio ! al paso que Brotan torrentes de Como en el dia avanza y bien luz, delirio, la vista alcanza Las maravillas de un nuevo edén. ¡ Región excelsa de ensueños vagos Palacios, templos, islas, allí Se ven, ruinas, volcanes, lagos Con ¡ olas tintas en carmesí. Fiesta magnífica del grande cielo I Quién ¿ Que Al describirla jamás podrá ! ? fantasía su osado vuelo claro olimpo remontará ? Monstruos, quimeras, grifos, dragones Con ígneas alas, cruzan, Bellas y en mil y extrañas transformaciones Pueblan el aire puro y sutil. ! LA AURORA 71 Del hondo averno sombras austeras, Parece, surgen á conquistar El rojo oriente, que sus banderas Victoriosas hace flamear. Cúbrese De el éter de iris fulgentes. esmaltes ricos en fondo azul, Y leves, finas, resplandecientes. Las nubes tienden su róseo La tul. luz en ellas con mil cambiantes Se quiebra, y forma vivo arrebol. Mientras las borda con sus diamantes Trémulo el rayo del almo sol. ;E1 sol! monarca del alto coro De estrellas, magno, sacro, inmortal; Guerrero inmenso del casco de oro, Padre del dia bello y triunfal LA AURORA No bien del monte brilla en la cumbre, Cantan las aves, y en Que anima y baña La flor el verjel su regia lumbre, rebosa de incienso Y así que Su 72 ei y miel. disco soberbio asoma, lujo ostenta la creación; Levanta el vuelo la fiel paloma. Fiero, de gozo ruge el león. Del Infinito vasto santuario, Alzanle un himno Es cada un árbol la tierra, el un incensario. Cada montaña sublime ¡ Hosanna! Sedienta el el mar; altar. dia que nace expande alma de luz y amor; ¡Hosanna! ¡hosanna! Dios solo es grande, ¡Gloria en los siglos, gloria al Criador! MYp Fresca es el EN EL B/KO onda, azul j cristalina, En que baña su cuerpo de alabastro La rubia Myrta, al resplandor del astro Que pálido las sombras ilumina. La juventud divina Ennoblece sus mágicos hechizos, Mezclando en un conjunto soberano La grana Al tiria y el marfil indiano. desflocar gentil sus blondos rizos Por el Del rio Que de agua escarchados, semejaba una alba y vaporosa ondina, las grutas Jugando en sus de coral se alzaba cristales movedizos. ; ! ! : MYRTA EN EL BAÑO 74 Oculto en la vecina Margen, entre el nepente y el acanto, Detras de una florida y verde acacia. Sentí mis ojos anegarse en llanto Al ver tanta belleza y tanta gracia Ella creíase sola, Pues dejara sin velo Los encantos que á amor reservó Vinieron á besarla ola tras Una De al dulce aureola contemplarla sin mancilla sus plateadas blondas envolvióla. Yo En ole- castidad en derredor la brilla, Y Cintia En el cielo todo embebecido vano quise retirarme, en vano Un genio ¡ oh dulce arcano El tierno genio á mi existencia unido. Me embargaba el deseo, el movimiento, Y en insinuante acento, Y místico lenguaje. Así me habló invisible entre el follaje ; MYRTA EN EL BAÑO — Mortal cuya alma perturbo la duda, íí La sien inclina á la beldad desnuda, Que en su harmonioso y De El 75 sello del divinal conjimto, los cielos trasunto. Eterno augusta lleva, Púdica Venus ó inocente Eva. Sintiendo de mi culpa En ;; los sonrojos. húmeda grama la Entonces la adoré puesto de hinojos. Pidiéndola un La En destello adoré hasta que saHó del Como Que surgiendo reina del Luego al Que huye De la momento y pura. la blanca diosa del líquido elemento, amor y modo el rio esplendorosa, Liniaculada Fué de su llama. la hermosura. del ciervo fugitivo el arco de Diana cazadora apiñada fronda en los doseles MYRTA EN EL BAÑO 76 Tembloroso, furtivo, Me desliza á esperar nueva aurora la A un boscaje de mirtos y laureles. Siempre quedóle impreso Aquel recuerdo De al la inmortalidad, Inundóla, y de luz — alma ^ardiente beso que de poesía y de harmonía ! ¡QUINCE /ÑOS! ¿Quince años! ¡dulce edad En que el Como una De alma de flor se el soplo se reviste frutos de oro, que encierran De amor el supremo Edad en que elíxir. traspasado la infancia el fresco límite. La muger, De al árbol de la vida Con esplendor De abre las brisas juveniles! Yerde De las vírgenes, su llevando el sello celestial origen, Entra ufana de la vida ; ¡QUINCE Años! 78 Por los senderos difíciles, Semejante á aquellas aves Que del golfo entre las sirtes, Aunque tumultuoso Su blanco plumaje Con manso vuelo Sobre el viento rize, se ciernen las olas terribles. Edad de la rubia Cuando á la Eva aurora sublime Apareció, con asombro De los castos serafines. Bella edad cuyo horizonte Irisan ricos matices, Resplandeciente aureola Que Dios enciende y bendice Cálido oasis que invita A soñadora molicie Entre la rosa fragante Y las violetas humildes. Cuando al rumor de las palmas Y al susurro de los mimbres, Cruzan en lagos de plata Grupos de pálidas Willis. ^^^ ) ! ¡QUINCE Años! 79 Allí todo es harmonía, Todo La canta, todo vive. ilusión j la esperanza Cual dos hermanas sonríen. Entonces ¡cuántas venturas La imaginación no Que en finje. recuerdos se condensan Luego y en lágrimas tristes Lágrimas ¡ay! que derrama La juventud Como la Que de al partirse, nube fugaz oro y gualda se viste, Esparce su fresco llanto Sobre los campos fehces Antes que En esa edad dichosa Quien hay que En de otoño el éter la disipe. Es en ( i el viento al vivo la pinte que hermosa ostenta Julia La pompa de sus abriles. Y á fe que bien puede hacerlo La que La es blanca como un de los negros cabellos cisne, ! ; 80 ¡QUINCE Años! Que en leves rizos divide, Y que la caen en racimos Sobre La el cuello de alelíes. del habla melodiosa Cuyo simpático timbre Despierta en De el alma un eco ruiseñor invisible. La de los brillantes ojos Que húmedos rayos despiden, Mientras sonrientes las Con su guirnalda lia la ciñen, niña del albo seno Que bajo Como De Gracias el tul se percibe nieve entre cristales toda impureza virgen Como Que dos blancas palomas presas entre jazmines, Soñando amores del cielo Palpitan por verse La que es de libres. formas cumplida, Que deja ver cuando Unos ríe dientes que son perlas Engarzadas en rubíes. ! ¡QUINCE Años! La de las 81 manos ebúrneas, Pié que la yerba no oprime, Hermosa como el Aérea como una amor. sílfide. Mas pura que una azucena Y mas gloriosa que el ¡ Oh que nunca ¡ el cierzo ! Tan divina Que Su flor iris. helado marchite los pesares jamás sien inocente inclinen; Plácidas auras la arrullen, Tiernos halagos la mimen, Y de su amable virtud Limpio el sol y eterno brille! ; 4, -V, LAS m\k^ Queriendo coronar la mas hermosa, En tomo Y allí al sol las Horas en danza genial Del almo dia al se se juntaron, harmonizaron sonrosado albor. Mal envueltas en gasas transparentes En el éter azul, todas Mas fué La son bellas reina elegida al fin por ellas, dulce hora del primer amor. Desde entonces Con el alma está á su imperio misteriosos vínculos unida; Se confunde á la esencia de la vida, Rica en tiernas promesas al pasar, Y deja en pos dulcísimas memorias Al perderse en Como V tiempo en casto vuelo. brillan los astros Cuando : el el sol tras el en el cielo monte va á espirar. Ur^n ' ^' : : ! : símil La i un ave selva dijo á : Cuando levantas Tu voz en la espesura. Lloras ó cantas ? Contestó aquella —Se confunden mis himnos Con mis querellas. A una harpa Eoliana Preguntó ¿ el Por qué, viento di, cuando paso Das un lamento ? Y habló así el harpa — ^En mis cuerdas suspiran De amor las hadas ; ! 86 !! : SÍMIL Al ¡ rio dijo Triste un sauce : murmuras, Y entre flores deslizan Tus aguas puras Sollozó el rio — Ay ¡ Corro Dijo i el ! al sauce, tú no sabes abismo campo á la lluvia De donde mana La fuente de tu llanto Que me engalana ? —Brota en tu Contestóle, Tu Como el nutre dulce aliento ave Y el claro me seno. y el harpa rio, Sentidos son los ecos Del canto mió Como la lluvia Con que riega las flores La nube oscura. ! EN LOS GUINDOS Tenia yo dieciocho años, j Apenas No es dieciseis ; ella rubia, rosada. por cierto mas fresca Ni mas viva una fúlgida Un Conmigo fué la alborada centella. dia Adriana bella al verjel á coger fruta, Y así como emprendimos nuestra ruta, Absorto Cuan me fijé atractiva por vez primera, y cuan hermosa era Llevaba un sombrerillo De paja, festoneado, con adornos De flores de canela y de tomillo, Y realzando sus mórbidos contomos. fv* EN LOS GUINDOS 88 Un Saya corpino ajustado, corta, abultada, Labores, hacia el de distintas uno y otro lado Recogida con lazos de albas Como La nuestro paseo se alargaba, ofrecí el brazo. Que en Me arrobé al sentirla lánguidamente se apoyaba. él Confuso y sin saber Me cintas. el qué decirla. Trépeme á un desasí alto guindo, Desde cuyo ramaje de esmeralda El bello fruto ya en sazón Que ella con gracia recogió en ¡ ¡ Oh Oh pintar, la falda. delicioso instante secretos de Podré la brindo, amor ! ¿ ! Cuál mi ventura mi sangre llameante, Al ver desde Su seno la altura palpitante, Su voluptuosa y candida hermosura? i Acaso Adriana adivinó en mis ojos El fuego interno que en mi alma ardia I Esa — (c í£ la causa fué de sus sonrojos Aquella guinda alcanza, Que está en la copa ; ;; me ? ? decía, agárrate á las ramas — EN LOS GUINDOS No vayas á caer.;; Qué me darás Que madura ? ^y íí ¿Y tú si 89 me —Bermeja cual el estío en amas, las pomas las laderas, Contestó apercibiendo dos palomas Blancas, ebrias de amor: — u Lo que tú quieras ! ;; ÍSK*:»i-3^_*í.s?_;, .- ! .-:- SOÑ/BA Jamas me dijo Que bajo un Mi nombre Yo que tilo me amaba, ün en su jardín dormía. entre suspiros pronunció. la besé los labios rojos, y eUa Sin despertarse, como nunca beUa, De dia súbito mortal palideció ! ¿ Si tú no fO\ m te ofendes Escucha en lá ¿ ? por qué no decirlo ? vega montuosa del mirlo Que gime, Mi voz á NO DECIRLO tu oido el reclamo. mas blanda resuene, Y el harpa vibrante sus cuerdas estrene Diciendo^ te Te amo, En tí no adoro tu augusta hermosura. sí, hallo Que En amo el mancha; tu frente es mas pura velo que labras. ella reflejan los nobles instintos. Tus manos colmadas están de De ij miel tus palabras. jacintos. ; 94 ¿ ; POR QUÉ NO DECIRLO Por qué no me Corrió como el es Tú ? dado decirte : mi vida agua que mana escondida Del bosque en Jamás ! fondo el las espinas rasgáronla el manto, sola formaste su gloria, su encanto, Mi bello ángel blondo! Más ab desbordando mi ; ! Despéñase rauda. La paz, loca existencia la inocencia Perdió delirante: ¡ Perfume ¡ Dulcísimo vino que del alma serena y el sencilla vaso de arcilla Derrama espumante! Las rosas bermejas que orlaron mi frente Ya están desbojadas; nublóse De sombra Tú sola fulguras Cual brilla en el mi oriente importuna. en medio á sus nieblas, ara de un templo en Filtrando la luna. tinieblas ¿ POR QUÉ NO DECIRLO ? Ingenua, modesta, mas tierna que un niño. Lo sé, no merezco tu dulce Tus La cariño. castos favores. fuente sellada que cerca el granado Y el mirto, no es mia, ni el huerto cerrado De místicas flores. ¡Deleite divino bañarse en su aroma!... Más huye las sirtes la Que arrulla Al menos mis en blanca paloma las palmas. ojos contemplen su vuelo, Y un dia sus alas encumbren al cielo, Un ángel, dos almas! 95 ! MELANCÓLICA Tu dulce j Realzando La Que virginal melancolía, las gracias deslumbrantes. vivida harmonía, dio á tu rica juventud el cielo. Es cual fúnebre velo Cubriendo una diadema de brillantes '^L CLAIi^ITA Como Me ayer preguntara por Clarita contestaron .con tristeza: ¡ha muerto!... Cándido Que el lirio apenas entreabierto ábrego glacial dobla y marchita. ¡Pobre niña! de angélica pureza, De mansedumbre, de virtud modelo; Flor en la tierra, espíritu en el cielo. Recien su vida en Me sepulcro empieza! dicen que tranquila se Como un Con De el infante y que ha dormido espiró sonriendo. júbilo tal vez apercibiendo sus ensueños el edén florido. 100 CLARITA ; Oh Clarita gentil ! vaso de aroma, ¡Cuan pronto desbordando ¡ Cuan temprano te quebraste! tu vuelo remontaste Al firñíamento azul, tierna paloma! He sabido con llanto tu partida. Más si mi acento con Sigue mi alma Aspirando el dolor te nombra, el rastro de tu sombra perfume de tu vida. ¡MUEI^TAI La vi dormida para siempre ¡olí cielos! ¡Con tanta juventud! ¡tanta belleza! La aureola que ciñe su cabeza. Son los últimos rayos del ¿Qué amor. resta de esa vida sonrosada. Llena de luz, de encanto y poesía? IJn reflejo en el alma, una harmonía. El leve aroma de marchita flor! IMMOpLITAS En un lúgubre desierto, Severa, tétrica, inerte, Al pié de un sepulcro abierto. Está la pálida Muerte. ¡Terrible sombra! ¿qué abismos De su seno la abortaron? ¿En qué extraños cataclismos Los orbes se le plegaron? Del espíritu que crea Hosca rival se levanta; Derriba su altar que bumea; Toda fuerza, ultriz, quebranta. :'ü 104 IMMORTALITAS ¡Prodigio ! de las ruinas Con que su imperio circuye, Renacen obras divinas Que de nuevo En aja y destruye. su inmenso reluchar Con la creación renovada, Semeja un fúnebre mar Que uniese el ser con la nada. Sublime horror Todo en ella es misterioso. Su mudez triste Su y Un eterno dia, ;dia La Vida y profunda, frió reposo! de llanto I hacia ella vino. Hecho en En la circunda; jirones el las zarzas del manto camino. ; -^m: IMMORTALITAS Su belleza era esplendente; La luz de la inteKgencia Dios mismo imprime en su frente Con un rayo de su En esencia. sus arcanos profundos Domina Gran Que el orbe, le anima, piincipio de los mundos embellece, orna y sublima. El raudal surge espumante A su influjo, el viento zumba. Se encrespa el mar rebramante. El ronco trueno retumba^— Brillan los astros del cielo Con hermosa y dulce lumbre Cae en cascadas el hielo Derretido en la alta cumbn 105 — ; IMMORTALITAS 106 La savia ardiente fermenta De la tierra en las entrañas El volcan ígneo revienta Sacudiendo Canta el las ave sus amores En las selvas, De aljófar, El prado montañas y la aurora de gayas viste y flores, colora. Y á fin de que aun mas asombre. De su virtud fruto acerbo, Infunde su aliento Fulgurante al estalla el hombre verbo ! Los sueños en su palacio Arrullarla á veces suelen, Sombra que cruza el espacio Y que los vientos impelen. ; : IMMORTALITAS Impelen, Del infinito Cantando En océano á que aspira, el destino su prodigiosa Fué á De al sí, la la lira. margen de aquel mar vastas Que á humano j eternas olas. Muerte vino á hallar Y que se encontraron solas. Perdió el recuerdo al instante De las cosas, En lágrimas, penetrante j deshecha Sintió del dolor la flecha. Ambas ellas ignoraban Su origen; al verse juntas, De hito É en hito se miraban, luciéronse estas preguntas 107 ; 108 ! " ! ! IMMORTALITAS —" i "¿Y Quién tú?" eres tú ? " —" Soy la —"La Vida, elemento Fecundo, harmónico, fuerte, Luz y amor y movimiento... Iba á seguir ;ay! no pudo. Miro hacia atrás ; agostado El camino, áspero y rudo ¡ Noche y Entonces Cruel, un tiniebla el sintió pasado una angustia terror cobarde Vacila, cae; triste, mustia, Quiere volverse ; era tarde Agobiada, en su fatiga Sin fuerzas, perdido En la Muerte. el brío. Muerte vio una amiga, Recibió su ósculo frió, ." 1^^ IMMORTALITAS Y esta la dijo—" En mi lecho, Hermana, descansarás, Y de la nada á despecho Fresca y joven Abrazáronse te alzarás!" las dos Grandes sombras; de allí á poco El alma llegaba á Dios, De lo creado inmenso foco. Y en la fuente de verdad Sumergida, el universo A su excelsa magestad Fué espejo límpido ¡Oh misterio! de esta suerte En lazo Con y terso. místico unida, la vida está la muerte. La muerte engendra la vida! REPI^OCHE ¡ Digna ofrenda, Que con (3) pardiez, á la hermosura sensual instinto te enamora, Decirla el frenesí que te devora. El lúbrico furor que en Muerde, sí, la manzana Hambriento del Sin cuidarte Bajo si el fresco deleite tí se apura! agria ó madura que atesora, oculta roedora matiz, la larva impura. Y pues el fuego de tu sangre atizas. No La ultrajes la virtud, entre las sombras lujuria en tus carnes clave el diente. ¿De tanto incendio que obtendrás? Cenizas! Ni nombres al amor, pues si le nombras Velará en su pudor la casta frente. j "*'^ííV SENSüjlLISMO ¿Será un crimen rasgar la tenue gasa Con que O en la pomposa viña Uvas gustar y Cuando amor oculta el el el amor las ajenas bien que raudo pasa? alma nos abrasa. el Que Venus arde en Desciende gracias terrenas, el cielo las henchidas venas. mismo á las amenas ígneas regiones del placer sin tasa. Júpiter Dejo, sumo el trono esplendoroso j á Leda en Sedujo, yá la tiria cisne transformado Europa, en toro; Y en la prisión entrando voluptuoso De la Sobre blanca Danáe, derramado ella se deshizo en lluvia de oro! 8 ^s ; COI^INA — Corma, oh Corína La flor De nadie sabida será mas modesta no —Cuan fe pura bella Del lago en No \ De tu huida tu conoces —u \ Oh las linfas la dulce Vén, candido ; dioses !;; del bosque las pálidas ninfas, ! dan una idea de Orillas del ; :;; tí, DelHybla:;; ci tiembles ; Mi íc\ del templo de Yesta ! ; Xanto panal fino — lirio las Napea, íí¡ Destino!;; del verde sombras Erimanto fieles frescos laureles nos brindan su abrigo Vén pronto : ;; — í¿Te sigo. ;; /- — ! . CORINA 116 íí ¿Acaso estás La I í( \ Aquí en la dicha No me amas ? ;; Delicia inefable Al ! fin serás mía : ; ;; í£ ¡ Oh ;; y umbría Me muero las aves... Tal vez envidiosa. ! lo pido, lo quiero ^Las nupcias secretas ¡ — Te adoro soñada ventura ¡ — Nos cantan ! que imploro ? la espesura frondosa Corina c( al suelo sien ? alza el velo, levanta esos ojos Te causa sonrojos i que inclinas triste . . ¡ ¡ ! ;; en himnos suaves desmayas qué páHda ! ... ! . . . la diosa yerta ! . . Diana, está muerta !!...;; :¥ EN EL MONTE Morena, desgreñada, con los ojos Como la ascuas ardientes, De cinabrio, su aspecto De la sangre Azorada La O á por amor, me boca provoca los férvidos arrojos. me huye alcanzo... y entre el boscaje Desde entonces, lo — ignoro Sombría, melancólica y ella si me salvaje! es de ira mira LA FLOII^DE LA ESPERANZA Ot bella! entre las flores Que forman tu guirnalda, Prefiero á las mas puras La flor En En cuyo tierno de la esperanza, cáliz, cuyas hojas blancas. Arrullan dulcemente Los sueños de tu alma. Que un dia realizados Se vean, que renazcan Mas bellos cada aurora Que alumbre tu jomada, Y que feliz y hermosa Como esa estrella pálida, Conserves iumarchita La flor de la esperanza. 3^?^., Á UNA JOVEN I^USA En mi huerto hay pocas Niña flores, nabia,^ Más de inocentes olores; No han ajado sus colores Sol ni lluTÍa» Simples flores campesinas Oreadas Por las auras vespertinas, De mi vida en las ruinas Abrigadas. Al cabello de áureas ondas Prende alguna. Por si De las danzas en las rondas leves Wilas blondas A la luna ; 122 ; ; A UNA JOVEN RUSA Un mi amigo me ha mostrado Tu semblanza El amigo afortunado De quien has acariciado La ;0h qué linda! coronada De De la esperanza. esplendores juventud rosada, Semejas la reina De amada las flores. ¡Fuente sellada, manante De consuelos Espejo Hmpio j flamante Que pinta el azul brillante De Tu los cielos! boca al amor convida. Deliciosa Fresca granada partida En tí desborda la vida Harmoniosa. Á UNA JOVEN RUSA Más aunque el sentido adules, Tu alma bella Brilla en tus ojos azules, Como entre diáfanos tules Una estrella. Sobre tu blanco vestido Tu rosario Del cinturon suspendido, Pareces haber salido Del santuario. Quizás en el templo extenso, Palpitante, Toda impregnada de Implorabas al incienso. Inmenso Por tu amante. El te recuerda y derrama Tierno llanto, Diciéndome Mi : íc la reclama corazón, la reclama, ¡La amo tanto! 123 — ; Á UNA JOVEN RUSA 124 Y agrega íc muero en su ausencia Sin su amor, I Qué me importa Es un ángel de Luz y La la existencia? inocencia, flor; deidad de la harmonía Soñadora, Que en sus himnos se extasía, Y en dulce melancolía Canta ó Tu Como el lejos. lago adormecido algún astro ya escondido Los ; ;; prestigio así he sentido Desde De llora. reflejos. Y que no te conociera Flor discreta! Más sin verse Se adivina en La en primavera la pradera violeta. ! Á UNA JOVEN RUSA I Casta flor de la alba veste, Solitaria, Que cual un perfume Suba hasta Tu el agreste trono celeste plegaria! Dios tu sueño de ventura Realice; Que tu vida fresca Como el agua en Se deslice j pura la espesura 125 ; ; M CELjlDÁ De flores Tejió delicadas tu No blanca bella ! ¡ fin cayó en secreto el lazo, me ella acuerda su favor pero cayó dormido extrañes, si despierta, que al verse sorprendido Para vengarse pida sus dardos El canto, ¿ y una red oh Laura para prender en Al numen que en Por mano me Del lago, lo di, al Amor. bas dicbo, tu espíritu enagena. no temes la pérfida sirena Que atrae á los viajeros al término fatal ¿No sabes que en la lira del trovador errante. Cuando en endechas Se aguza de ? vierte su corazón amante. los celos la saña ó el puñal ? CELADA 128 ¿Las gracias no ¿ te han dado su mas gentil corona? Ignoras que las rosas marchítanse en la zona Que inflama audaz ¿Por qué dar á las el genio con ráfagas de luz musas tan religioso culto, Si está el dolor á veces entre su Como en el prado verde la Sigue antes de la vida Salvando Que á los escollos y las pompa solitaria oculto, cruz ? márgenes risueñas, las abruptas peñas tu bajel impidan el tránsito veloz ; Si quieres deliciosas, celestes harmonías, No pidas del poeta las tiernas elegías: Pulsando tu guitarra, levanta allí tu voz! ? CUENTO DE FLOIJ_ES Pues un recuerdo Un acorde á la lira, Oye este simple cuento Que es solo para Y si tienes En conocer Te diré el tí pides, y no le olvides. graciosa Elvira. empeño cómo le he aprendido. que una vez adormecido En una fresca gruta, al halagüeño Murmullo de un raudal cuya agua Un La palmera abanica, Me al silfo le contó Donde oido volador durante En un un sueño. valle risueño del sauce á la movible Se guarecen rica sombra las tímidas violetas. ; ; CUENTO DE FLORES 130 Despamarrados por su verde alfombra En El uniones secretas, tomillo, la salvia y el cantueso Bañada toda en ámbar y ambrosía, Una De rosa se erguía la aurora naciente al primer beso. El aura en grato arrullo Columpia y acaricia su capullo, Y en sus rápidos giros, Al cruzar por el prado ^ Recogiendo su aliento embalsamado, La lleva de otras flores los suspiros. Pero No la rosa bella atiende su dulcísima querella Ni ; abrid el virgíneo cáliz sino cuando Un destello de Bajó furtivo á sol, trémulo reflejarse Jamás rayo mas A través de la en y blando, ella. fino atmósfera azulada. Penetró de una rosa enamorada El seno purpurino Ni es fácil, dijo el silfo, Mas que se halle tierna flor en el frondoso valle. ! ! CUENTO DE FLORES De 131 aquella chispa del altar divino. Sagrada luz de amor y de inocencia, Pudo tanto en la rosa la influencia. Que desplegó Diola Aim sus gracias peregrinas, rubor el j la aumento la esencia: dicen que perdiera las espinas. De sus brillantes galas Alarde haciendo, al verla, voluptuosas Dejando en ella el La besan pasar las mariposas; al polvo de sus alas. Y en sus hojas bermejas. Que En la aurora purpura la estación amena, liban miel perfumada Para el rubio panal de su colmena. Mas De las abejas ;ay! cuan poco dura las flores la efímera hermosura Pues vino á ser que luego ¡Misterios de la suerte El mismo Que su casto fuego calor vital la trasmitía. ; CUENTO DE FLORES 132 Con SU aroma su espíritu absorbía, Dándola oculta en Así Que el el placer la muerte. fúlgido rayo su ser fecundara, la consume Débil se inclina y en mortal desmayo La breve flor De fresca ya Su mas Dio Le con que se adorna el Mayo, ni de gentil presume. rico al espirar; perfume en la campiña agreste esparcieron las auras ; y las flores Temerosas quizá de igual fortuna, En secreto se cuentan sus amores Al vago resplandor de la alba luna. Así decae, Elvira, La A inspiración que enciendes en el alma, grato incienso religiosa pira. En Más si verte resplandece, columbra del amor Ya no la palma, canta, suspira; Lánguida sueña, mustia desfallece, Y al fulgor de tus ojos dulce espira. " EN EL LjiGO ¿ Yes ese cisne Serena que atraviesa así deslícese tu Del mutuo amor ¡ Oh mi el lago ? vida al deleitoso halago, blanca Arsinde ! ¡ oh mi querida! ; : CELOS Yonís es bella Que por Ayer la vi Yo La celos en y orguUosa ha tiempo ; rompimos nuestros el circo — era una lazos reina! estaba con Corina, egregia cantatriz de ebúrneos brazos, Blonda romana de expresión divina, De irresistible hechizo Yonís sonriente y desdeñosa, hizo Su abanico de nácar mil pedazos. ! ; ! I[UEGO El joyante cabello ensortijado Desprende oh bella Vele apenas seno alabastrino ; el ! j el cendal de lino A inefables caricias reservado. ¡Quién mas feliz Aroma, De que yo! del regalado del cordial tu amor, en un Todo en blandos y dulce vino éxtasis divino deliquios embriagado ¡Oh mi virgen hebrea, urna De mirra y de cinamo, vén olorosa ¿ qué tardas ? Yén, que ya en vano mi pasión reprimo Y en mi fiebre de amor, púdica, hermosa, De la viña balsámica que guardas Templa mi sed con el mejor racimo I i ¡ LE En al , /MABAS Feliz quien sin Llega ! amargura puerto de salud, la dulce plenitud De una vida fresca Aquel del j pura amado cielo es Que muere joven ; Rasgando mortal el velo triunfal Sube á su olimpo soñado. ¡ Almas sin duelo ! Como una música Que en se alejan santa nuestro espíritu canta Los recuerdos que nos dejan ! !! ; ¡LE amabas! 140 Tu amigo Más al alba partid, roto el vaso de arcilla, Tu corazón sin mancilla En su esencia se impregno. ¡Oh, Lo le amabas! virginal revela tu alma Lágrimas ¡ ay de ! j llora la aurora Sobre un marchito rosal Reclinada y En triste al verte su tumba tan querida. Se comprende que Pueda envidiar á Más no Tras el la vida la muerte. es morir el dejar destino precario. En tu pecho En tu un santuario. memoria un altar — ! ! ¡RECONCILIACIÓN Ayer en La sarao el declaré ¡ nunca mi amor; lo hiciera se mostró huraña, Y pareció con su actitud severa Alzar entre ¡ Cómo Que los dos una montaña. explicar la sensación extraña sacudió mi ser! El pecho en ira y en ce Digno ce Quien conoce su ce No ce A íí Perdón,;; la dije. dolor buUente, es asaz de hallaros indulgente veros ocultar falta y mas prometo ; mi derrota en Prometer no es cumplir ¡ la cori'ije. iré rendido el olvido. ;; ñierza del hado ¡Tanto la amara yo, tan bella era! . . . Quise aun verla una vez, la vez postrera. Confuso, atribulado. Sin saber cómo, me encontré á su lado. — 142 : RECONCILIACIÓN Miróme intensamente La animaban ; el rostro los sonrojos de sultana Y un divino fulgor sus dulces ojos. — íí I Me guardáis aun rencor Exhalando su boca deliciosa Un manzana. olor de ? ;; me dijo ufana. Y luego con el aire de una diosa — íí Soñé anoche con vos Cuál no fué mi placer! — (^íQue rendido Una ! ;; ; Oh amor, presumes ícY qué soñabais?;; á mis plantas me ofertabais copa humeante de perfumes!;; 1 NUNCA I Fría como la aurora se refleja En mi alma tu candida hermosura, Y emana suave un esplendor sereno I)e mi esperanza efímera en Sobre la tumba. ella pasas sin saberlo acaso. Pues un dulce misterio la circunda, Cuando, de gracia plena, te diriges Bella No j triunfante al templo de las musas. te detengas, no, si al sauce triste Vés allí suspendida una harpa muda. Si del aura el espíritu flotante Tu dulce nombre en derredor pronuncia. — ! 144 . NUNCA ¡ Cual una virgen druida que se interna De Así la sagrada selva en la espesura, en mis ensueños te vi pasar Al rayo azul de Á tu presencia La la argentada luna. una ilusión celeste lobreguez de mi destino alumbra: Enagenado derramé á tus plantas De ámbar j nardo mis colmadas En el cielo fijaste la Sublime urnas. mirada j pálida y confusa, Extendiendo hacia mí la nivea mano, Con voz j tierna sentida ¡Nunca! .... La noche la me dijiste : —^Nunca ! noche oscureció mi alma. del dolor j de la culpa, Y el harmoniosD genio de mi vida Se perdió sollozando entre la bruma. •Sf-, NUNCA " 145 ! En las espinas del En jirones rasgó la blanca túnica; camino agreste Al viento deshojóse Con que '^; la guirnalda al verte ciñó su frente augusta. .i»í Hosca la suerte Esparció afán; en mi existencia un estéril cántico és íá tíiya(^| Que las flores brillantes del Con esencias suavísimas perfuman. olimpo ww * '4^'-^# Límpida mana y virginal De tus la fuente dias azules ; allí arrullan Los candidos amores y en sus aguas Bañan risueños sus doradas plumas. ,'^*' Sigue pues, esquivándote á mi afecto. Soñadora vestal tu fácil ruta, Y que el pesar á cuya sombra vivo Las rosas de tu sien no agoste nunca ! 10 J¿**" .1 * A .m;:¿ ; ! Á NYBIA Todo acabó extinguida ; La antigua llama siento, No exhale ni Mi altivo corazón. Que el un lamento mas profundo Rasgada ya olvido, la venda, Sobre mi amor extienda Su fúnebre ¡ Oh, cuánto crespón. te adoraba ¿Por qué no confesarlo? Cautivo sin pensarlo Me vi ^f de tu beldad Y hoy mismo que me ofendes. Si he roto mis cadenas, Á costa de hartas penas Compré mi Hbertad. 'mr ! ; ^11 k Á NYDIA 148 Soy Hinche mi vela libre. El huracán ¡ oh Nydia m Quizás tengas envidia De la perdida Yo al menos no he enturbiado La fuente refrescante En que rendido amante Tu imagen fe. adoré. ¿Por qué tiernos recuerdos Me asaltan de otros dias, Flotantes harmonias De un Aun cantó que espiró ? cuando el sol se esconda Tras las nevadas cumbres, Revelan sus vislumlnres Que fúlgido pasó. -ir Pasó densa neblina ; Me cerca Tú en y noche el festin La copa al . triste rompiste desbordar. !; Á NYDIA Me han dicho que aun De nuestro ¡ 149 te acuerdas amor inmenso, Qué mucho Imprégnase ! del incienso el altar Si fuera vengativo ; Qué mas dulce venganza, Dejar de mi esperanza Las huellas en tu edén, Y que tu adusto dueño A quien su dicha asombra, Pasar viese mi sombra, Por tu anublada LiR sien! : Más, no, nada perturbe Tu I misteriosa calma A qué agitar Que cobijó la mi amor? Olvídame, j que Dé paz á • palma el cielo tu existencia; Yo ^'uardaré la esencia De la marchita flor. i"--i- ' -.•sí; KvS^sio' — ! CONTESTACIÓN Á UN /MIGO HELENISTA ;No conoce ¡ Ay y al ! Sube al casta viento flotando el en ;No conoce En amor mi Olimpo, de su sed Á apagar Tierna el y manto griego. el fuego de Aretusa! la fuente el musa! amor y ! el ^"^ harpa usa vibrante al amoroso ruego. tanto que ya náufrago navego Corriendo en pos de mi esperanza ilusa Tú que cantando surcas del Las ondas de cristal, Al puerto en que Y allí Venus soñaste De mármol alza fino de ^"^ llega sin susto mientras invoco Feliz, á Iliso al un paraíso. Dios de Claros, ^"'^ un templo augusto la blanca Paros. * Arelusa i sinfa de Elida, bafiándose Tin dia en el Alfeo, inspiró amor al Dios del rio. Para escapar á sa persecución implord el socorro de Diana, que la transformó en una fuente." ** *** 1» Ilüo; arroyo que nace en el Claro» : Himeto y va & espirar cerca de Atenas en el golfo de £gina ciudad de Iddia, en la embocadura del Aleso, oeroa de Colopbon. Célebre ea mas remota antigüedad por su templo de Apolo. : CONST/NCIA Aunque Un recuerdo Pues de Así De ingrata la me olvidas, te reserva mi pecho tierno m-na de y infiel leal noble cristal las ricas pastillas Guiñara, presume conserva que guardara, El voluptuoso y lánguido perfume. «;- I ; ; LUISA Luisa, la vida se vá, Nos encontramos de Mas De i no te tí adoré. asombra qué cambio el cabello, Flamea apenas I nuestro edén hermosura que en Blanco Que lejos tu aun conservas suaves reflejos la Yo muy la ? mii^a, mustia la faz antigua pira ardid en las aras de tu beldad. Te acuerdas ? blanda, ¡ Mucho te quise, tierna mucho veraz ; En tí De frescas flores orné tu altar. cifraba mi fe, mi gloría, memoria ! ! 156 — ; ! LUISA Después Callo absuelto por tu sonrisa soy reo de amor, lo sé ; Pero en el Créeme, lo juro, te fondo del alma, Luisa, Hoy mismo he sido absorto cuando te veo Mi pecho amante palpita Tras tus encantos vuela aún el deseo. Lloro perdida la juventud ¡ Ay ! ya sus fiel. ! dias de oro pasaron, Raudos pasaron, no volverán Sobre mi vida se desgranaron Como las perlas En descenso de la colina. el Cuando en En ¡ de tu la tarde se oculta el sol, esta hora dulce Cómo collar. recuerda y divina, mi corazón ! LUISA Con 157 tu mantilla negra en el templo Puesta de hinojos, pura, ideal, Tus nobles gracias mudo contemplo Todo embozado Oigo los ecos Siento en te sigo audaz. de tus romanzas. mi seno vibrar tu voz, Con que halagabas mis Cantando Aun al esperanzas piano trovas de amor. creo verte pálida, esbelta, En las plateadas La cabellera de ébano suelta, noches de abril, Venir furtiva por tu jardin. Veo las ondas de tu ropaje Flotante y leve, de blanco Cuando cruzabas Como una tul. entre el ramaje. sombra, como un querub v *' , 158 LUISA Yo te esperaba, y á tu presencia Trémulo, ansioso, caia á tus pies. Solo escudada por tu inocencia, Ante Luego Vino humilde ella — tú sabes la ausencia, Soltando el lino, Lanzé á las olas Muchas han prosterné. — fué aquello vino mi el afán. frágil leño sido mis aventuras triste ó : feliz, mis desdichas, en mis venturas, Vision celeste cruzar te Tú un sueño bravas del mar. Náufrago, errante, En me coronaste La musa vi. mi primavera, fuiste de mi laúd, De mi desierto verde palmera, De mi tiniebla candida luz, . . —— ;:! ! LUISA 159 Bálsamo han sido de mis heridas Las dulces lágrimas de tu amistad. Mis ilusiones descoloridas Por un Hoy instante refrescarán. que de paso Como un te encuentro bella ensueño, perdóname Si te importuno con Piensa que es esta mi última vez la Sigo mi viaje penoso Bien y largo, proíito acaso llegaré al fin Que no En querella se mezcle nada de amargo que hagas de mí. los recuerdos Como en el fondo del mar en calma Brilla la estrella que ama Tu llevo ¡ casta imagen Oh no me ! olvides ., ai-íi' ¡ en el pastor, el adiós ! alma ; adiós .' -i — ; POESÍAS GpGAS n EPIGRAMAS Y COMPOSICIONES DIVERSAS ( TBADTJOCION ) A. ]VIigu.el UTavarrQ "STiola Estos humildes versos Acepta, caro amigo Son fruto de una noche De insomnio j de martirio. DoHente, llamé genio al De Atenas en mi auxilio, Y el genio harmonioso A mi reclamo vino. * Epigrama, cnya acepción etimológica es inscripción, llamaban los griegos á nn género de composición poética que como el madrigal de la poesía castellana " encierra un pensa- miento fino, delicado, tierno 6 galante, rese la dedicatoria & los diez expresado con gracioso ingenio y concisión. " Befiéla siguen, publicados en el ntímero 60 primeros epigramas que de la " Revista de Buenos Aires, " de que el afamado jurisconsulto y literato Dr. D. Miguel I^avarro Viola fué desde su fundación ^ uno de sus distinguidos directores. 11 ; 162 ; — POESÍAS GRIEGAS Cultor tú de lo bello Y amante de lo antiguo. Comprenderás Con su Fué De sintiera presencia alivio. así, didme el ' consuelo sus celestes himnos Del quebrantado cuerpo Triunfó el sublime espíritu Y al visitarme, flores De su sagrado tirso Me regaló, cogidas Al margen No ignoro que en mis Su pompa han Jamas CeJUo : manos deslucido tiene el reflejo Del rayo *—El ^'^ del Ceíiso. riü ele la antigua Grecia el puro que corría á brillo. las inmodiaciones de Atenas. — 163 POESÍAS GRIEGAS Pero si acaso en ellas Hallases un vestigio De sP prístina gracia, De su frescor nativo No habré soñado en vano La patria que amo Píndaro, Y en que la dulce Erina Se coronó de mirto. *~Brina : famosa poetisa de AtenaB, amiga y discípnla de Safo. ^'^ ! (PABLO EL SILENCIARIO) ¡ Cuan dulce ^ es la sonrisa, Amigos, de mi amada, j cuan suaves Las lágrimas que De sus rasgados Ayer no mas, Sin el j vierte sin enojos brillantes ojos sin ocasión precisa, menor motivo, ; la alba frente Reclinada en mi hombro, entre sonrojos La sentí Díla un que lloraba tiernamente. beso. Su purísimo En ¿ lloro deslizaba dulces perlas por su faz divina. Por qué, la dije, lloras Para que Mi — Cual lluvia matutina íí así te ? Que te hice quejes blanca Berenice ? Por que temo, repuso, que Pues vosotros volubles como te alejes. el viento. Raras veces guardáis un juramento. (RUFINO) Tus encantos Bella Praxila. la edad no ha desflorado Aun guardas las señales De la esplendente juventud. No desmayan. Las rosas de tu seno Tus gracias Conservan su frescura, su perfume. ; Ah, cuántos corazones no abrasaron Tus De ojos animados en interna llama j de un tiempo fulgor celeste ! ———— ; ) ( ¡ Oh Tu ! POSIDIPO ánfora de Cécrops ^"^ ! báquico roció Derrama, y que á torrentes Corra Yo el licor de Chios. ^"' por los convidados Lleno de gozo brindo. Zenon, ¡Silencio, Del Pórtico ! ^"'^ cisne —más vino Y tú, musa de Cleanto, También silencio, digo. A Amor hacemos sacrificios A infante alado. Tan • Cécrops ** *** después •••* : cruel como divino. fundador de Atenas. Chio 6 Chios (léase Quio) Zenon solo Nosotros Amor, ^""^ : filósofo el Pórtico Cleanto : isla del > archipiélago griego. fundador del estoicismo, daba sus lecciones en de Atenas. discípulo y sucesor de Zenon. el Pecilo llamado (ASCLEPIADES) Jugaba un día yo con Hermíone La fácil hermosura, en el recinto De un bosque de granados Llevaba en recamado En que leí flores ; como Venus el cinto, siguiendo á la que adoro Esta inscripción en caracteres de oro Consérvame tu amor, sin que : te espante El verme acaso en brazos de otro amante. */ (POSIDIPO) Para admirar de Irenium Los rosados, Cípris la tal morada de ventura esplendores. ¡Qué ramillete de preciosas De la En perfección, en púdica cabeza hermosura, alígeros amores, Dejaron aspirando á De la al pié flores Perfiles raros ! Delineaban sus formas harmonia ideales. Del exquisito mármol que dá Paros, Una estatua eminente parecía Llena de dulces gracias virginales Impregnadas de noble En esparcir su llama poesía. nunca parcos, Al verla los amores arrojaran De la purpúrea cuerda de sus arcos, Y al corazón derechas. Una lluvia mortal de agudas flechas. ; (RÜFIIÍO) Y no te lo decia, Prodicea ¿ Vamos á íc la vejez Que sea Cuando aparece Viene En el que como la ¿ No te voluble el Ya sea, primera arruga, amor se pone en fuga ? la marchitez, las canas la boca divina compite en frescor con las Los encantos de ayer están en i he advertido momento, nunca asaz temido, Llegaron ya No ? : Quién á la altiva manzanas ; ruina. hermosa en su descenso Se acerca aun sumiso a tributarla Nubes de I ; rico incienso ? Quién va á sus pies rendido á suplicarla Oh A Prodicea! el templo se derrumba tu beldad un Hoy pasamos Como ante dia consagrado. tranquilos a tu lado el frío mármol de una tumba. ? ; (MELEAGRO) Bien sé que has traicionado Mi fe, lo Tu traje están diciendo mal prendido, Tus húmedos En cabellos. tu mirada opaca Por el insomnio, veo La sombra del delito Sobre tu frente impreso, * Esa guirnalda mustia, Ese rasgado Que i No velo. vienes de la orgía venden eb secreto ? Tus despeinados bucles Revelan desde lejos. Que enamoradas manos Recreáxanse con ellos. Vacilas, se doblegan Con languidez tus miembros 171 (mbleaqro) Impuras libaciones Turbárante Muger i No el cerebro. liviana, vete. escuchas el estruendo De alegres castañuelas. De risas ¡ y de besos? Sí, vete, que lascivo El crótalo de nuevo Te llama, j nunca Pues verte mas no vuelvas. quiero. -# (ANTIPATER) Pobre manzano, al borde del camino Plantado, los rapaces me apedrean, Blanco de sus pueriles travesuras. Mis verdes ramas con tesón flañino Van siendo quebrantadas; Aquellas sobre todo que se arquean Al peso de De que i Qué las pomas ya maduras con lujo j pompa están cargadíis. presta el ver un Con pingües árbol peregrino. atributos, Fecundidad, verdor, frescura y gracia. Si la causa fatal de su desgracia Es la misma excelencia de sus frutos ? (MtLEAGRO) De alhelí blanco, De purpúreos y candidos jacintos, Con de azafrán suave, violetas silvestres matizados, Y caléndulas v Immedos narcisos, A. que junté solícito las rosas Tan gratas al amor, Una fresca guirnalda rociada Del matutino y aljófar Por que esmalte en verde mirto el he ; tejido, la frente El oro perfumado de sus de Arsinóe rizos. ,'s^-' (AGATHIAS) Oh mi ¡ novia ! te traigo aquí esta cinta Bordada con primor en fondo de oro; Con ella adorna tu cabeza airosa, Y por que aun aparezcas mas hermosa, Cubra tu ebúrnea espalda esa mantilla. Que con gracia sencilla Replegarás, velando De castidad Al modo de j de las ternura lleno. Pues todo . deseo que á decirlo con rubor Que pueda Al niveo seno vírgenes la lleva. Más oye mi Ya el el me atreva: himeneo. se concilia calor celestial de tus cariños. Rodearte Que son feliz flores de hermosos niños. de estío en la familia. Y entonces en mi anhelo Te *^ De ofreceré un sutil y blanco velo, Y una banda argentada riquísimas piedras recamada. ;: ! (FILODEMO) a Sé amar á quien me ama Mi bella, Que mas entiende sé del í^ mismo modo - Morder á quien me muerde. No mas me apesadumbres En mi pasión ardiente, M excites de las musas Resentimientos crueles. Siempre esto Mas Al te decia; tú sorda á mis preces Como Me ;^ la mar de Jdnia, contrariabas siempre. fin te llego el tumo Llorar, quejarte puedes Yo en brazos de Naías Me embriago en el deleite '1f ) ( ricos de la exhalas los perfumes Arabia ; olí bella Isías Despierta á recibir esta corona Para Sus tí por mi el Emblema de De mano flores recien Despunte la ! MARCÜS ARGEXTARIL S Aunque dormida Mas : ^X entretejida. abren ; mas apenas alba las verás marchitas los rápidos placeres humana existencia fugitiva. J- (MELEAGRO) ¡ Son ¡ Oh ! de Timo qué bellos los crespos Qué y fúlgidos cabellos gentil ¡ ! t encantadora La plácida sonrisa de Anticlea La de los grandes ojos Tienen de la preciosa Las coronas! No No ! ¡ Qué frescura Dorotea amor, tu carcax de oro guarda dardos ya, dardos que adoro, Pues Tus ! cuan perfumado El pórtico labrado ¡Y cuan ; de Heliodora ricas las sandalias De Demarion ! clavaste travieso flechas todas y delirante en mi pecho amante. 12 . \?« (PABLO EL SILENCIARIO) No ha menester coronas La rosa, ni tú velos .- Bordados, ni escofietas Con ' ' piedras, ni aderezos. . Las perlas menos blancas Son que tu Al En - tez; tus crespos oro fino vencen desaliño espléndido. El índico jacinto Destella oscuros fuegos, Mas no Como Tu tan vivos brillan tus ojos negros. boca, tu divino Talle harmonioso, esbelto, En sí el poder encierran Del ceñidor de Venus. •: - (pablo el silenciario) Tan candida belleza, Elechizos tan perfectos, Me traen anonadado Y absorto en mi embeleso. Tus ojos solo pueden Dar á mi vida Pues dulce la aliento. esperanza Se ha refugiado en •^ ÍES;-,. V .- ellos. 179 ; (MELEAGRO) mi boca Sí, Por De la rizada lo jura Timo, bucles amorosos, Por el hermosura y de Demo marmóreo cuerpo perfumado, Cuyo aroma Con la celeste delicia los sueños ha encantado; Y hasta jurar no temo De Por los . j - J la graciosa Alceste juegos amables, , y por este Velón, que cada noche vigilante Oscila al son de Que en Me Lo los labios tan solo has dejado Habla, mi canción amante y aun ¡ un le^e aliento oh amor mas ! si lo quieres, ese soplo, en tus placeres exhalaré gustoso en el momento! (MELEAGRO) De gozo La copa que tocara Labio de Oh, si el elocuente el placer que le ha cabido! su boca que la miel destila Aplicando á Quisiese, del En una sonreído la hechicera Zenofila. ¡Cuánto envidio j lia la mia febriciente amor sublime palma. aspiración beberme el alma! — ; (ANTIPATER DE TESALIA) A la sagrada sombra de tus selvas Nueve mugeres oh Helicón! ¡ nacieron, Que homenajes j ofrendas merecieron De los mortales Sus y los dioses. Ellas liras inspiradas, A los combates consagraron bellas Al amor, á De la gloria, las dichas ! pasadas A la blanda j ternísima memoria. Es el astro de Lésbos, Safo ardiente, Brillante faro de poesía De hermosm-a : Erina esplendente, Y Myro peregrina: Telesila Cantó que célebre entre todas la patria en entusiastas odas: Myrtis la del acento melodioso: (aNTIPATER DE TESALIA) 183 Rival de Homero, Anyta Nósis que alma imprime al Con ternura : infinita, El sentimiento dulce y amoroso Que la sumerge en languidez sublime. Y la viva Praxila. Hermosa y fiera Corina la guerrera, Que De la égida de Palas con que el sena virgen se cubriera en la batalla. Cantó con estro ameno En que su genio audaz Todas ellas dulcísimas Artífices brilla y estalla. mugeres. supremas de placeres Eternos, de deleites celestiales, Y de barmoniosos bimnos inmortales. ! ! (DAMÜCARIS) Dirigiéndose al retrato de Safo j Cuan De bella es ! ¡ Qué llama vivaz fantástico ingenio en su ¡ Qué brilla mirada ! exactas proporciones Y expresivas facciones ¡ Qué índole en bondad tan extremada Tanto fuego y dulzura confundidos Por la naturaleza, del artista . Modelo, pensar hacen á su vista Que la ninfa de Lésbos gentil sea A la vez una musa y Citerea. ! ODA DE SAFOAVEÍíUS Mi pecho No ¡ ¡oh reina del amor voluble! atormentes con bárbaros suplicios. Diosa inmortal, de Jove augusta hija, No tu rigor Perdóname! Me Que Tú el me aflija tus crueles artificios han contristado raudal desataran de tanto. mi llanto. sabes los pesares punzadores, Tan intensos y largos, Los disgustos amargos, Los atroces dolores Que En el corazón me traen despedazado tus voraces llamas abrasado. — ; ODA DE SAFO Á VENUS 186 En otro tiempo me escuchabas ! antes Atenta á mis desvelos, Acogias mis votos suplicantes, Y propicia dejabas por instantes El atrio esplendoroso Tu celeste bondad me Quién era el cruel á mi pasión tan caro, de los cielos. preguntaba Largo en desdenes y en ternura avaro. Que mi deseo j Ah ! juvenil burlaba! cuanto me agradaba Oir tu dulce acento Cuando me prometia Que de mi inmenso amor me Me cí decias Le irrita : íí Él huye, y olvidaría! tu lamento mas que á compasión le empeña ííYX lloro enjuga; ha de volver hambriento Cí De los ardientes besos u Por íc Una solo que hoy desdeña. ima mirada de tus ojos, sonrisa tuya, de tu lira íí Por una dulce endecha, ííLe verás cual suspira. ;! ODA DE SAFO Á VENUS u Entonces ce 187 sin curar de sus enojos, Sorda á sus preces su pasión desecha, íí Arrogante, insensible, dura, íc Ya ce Desdéñale á tu vez. Safo. le altiva, has de ver sumiso, prosternado cc\m caprichosa ley que — Ah! toma, toma I al . . Amor . que es esa profesa.;; ruego compasiva, Y en mi pecho que llora su mudanza Derrama la esperanza. Por mí que aun hagas mas mi Reanuda de mi amor Devuélveme Tu los lazos rotos, al ingrato llama ¡oh Venus! fe pretende: que en mí enciende al mortal amado De mí desamorado . Y á quien reclaman mis ardientes votos ! ODA DE SAFO Rival es de los dioses tí («> una nauser amada A. Que de ; el mancebo en frente tu beldad contempla, Y escucha de tu voz embelesado I Resonar la harmonía. y mi pecho Sonríes El corazón me se conturba, late, desfallezco Si te miro, mis labios al instante Convulsos enmudecen. Se pega al paladar mi lengua, cunde Súbita llama por mis venas, La mirada, la vista se Zúmbanme me fija anubla, los oidos. * Frió sudor Cubre, mi sien que palidece y mis miembros trémulos, crispados Lívida, sin aliento, anonadada. Me desmayo, me muero ; — , ; (SAFO) - Salve, candida estrella, de los astros El mas Tú rico en destellos divinales das todo á los pálidos mortales Benigna en tu esplendor La paz La ! al hombre vuelves, : al aprisco oveja, á su cabana la pastora, Y del deleite la inefable hora, ¡Salve, oh fanal de amor! ! : (CAMELEON DE HERACIÜA) -A^nacreonte El niño Eros en vano el aire Sobre la sien del vate está pendiente Juguete de oro y púrpura, liviano El globo aéreo que lanzó su mano Vino á caer en mi laureada frente a Vén, Anacreonte, vén \ quiero que vayas ! Conmigo á ver á Safo que A solo de tí Seguí Lésbos en al infante ¡ Sobre el Ay ! las playas. un la hija. dia renegrido Que inexorable Una mirada de desprecio — Anciano, qué ce ¿ De ;; por la azul esfera. de Lésbos cabello te espera el tiempo ha emblanquecido, me fija. quieres ? mi la lira los goces infinitos. Los guardo, del amor Para mas rozagantes sacerdotisa. favoritos. ;; sonrisa, ! (AMTA) Inscripción grabada a la entrada Pasajero ! tus denna gruta miembros fatigados Extiende aqui. Murmullos harmoniosos Agitan Templa Tu el follaje el : un raudal puro bochorno del ardiente sed apaga en él ¡ dia. oh peregrino Y en esta gruta plácido descansa Hasta que se entre el sol tras la colina. FIN DE LAS poesías GRIEGAS lk\Ml I Yeis ese mármol palpitante, oh Lydia, En sus finos contomos tan correcto Pues á fuerza de * En ser noble le censura con velada insidia Sin poder precisar nunca Quien á íí sus Aquí En el el mismos primores está, dice, el molde de un Oh, dejadle pasar De lo defecto ; las obras del cincel afecto, se fastidia. genio comprimido arte cuyo encanto Brilla cual luz fosforescente ¡ perfecto vez de admiración causara envidia. Quien De j ? sublime el ! No ha y ;;> comprendido gran secreto Augusta en su beldad fatua. : en tanto, se alza la estatua. 13 Á MI MADI^^E Buenos Ayres, 1863. Una VOZ interior, Tibra en mi seno Ora navegue en nn himno ¡ grave, oh madre sin ! lago azul cesar, mi nave. Ora con furia la quebrante el mar. Inefable poema que no alcanza liengua mortal ninguna á traducir, En que se alza pura tu alabanza, Mirra celeste en urna de zafir. ; ;; 196 Á MI MADRE Tu nombre en sus concentos repetido Se confunde á la esencia Que de Su ¡ tu amor en savia siente Cuánto De mi te la su vigor crecer. y debe mi cariño, oh cuánto Mi desnudez luego rico me Tú le manto. mismo sol. ofreció el destino de tu afecto maternal, Por escarpadas breñas De mi el crisol cubriste con tu Floreció nuestra viña al Mas ser. onda sumergido. candida fe fuiste Agenjo de mi cristalino existencia correrá el raudal. alimentas Miras en él tu ; viva, centellante. imagen resurgir Si lloras, se estremece sollozante Desborda alegre al verte sonreir. ; I ; i. ; MI MADRE 19^7 En tanto, mi labor se esteriliza En la marchita mies la tempestad ; El lia fruto de oro convirtió en ceniza, sombra amiga en densa oscuridad. Pero mientras á tientas ando en ella, Entre celajes, firme ante tu cruz, Tú me apareces apacible estrella, Y conforme es mi nocbe así es tu luz. En tal sazón, un Tráeme un suave Dame frescor de la niñez bríos tu aliento generoso, Tu piedad, Digna viento harmonioso tu ternura, tu altivez. altivez ! jamás el desconsuelo Te abatid, ni la fez del opresor La noble sangre de mi heroico abuelo Acrisola en tus venas su fervor. ^^ ; ; ; Á MI MADRE 198 En i delicado cuerpo alma romana, Quién te vio nunca el cuello doblegar A la fortuna cruel, cuando inhumana Vino á sentarse en el desierto Tu voz En nos animaba en lontananza la derrota, a Tened, En hogar? en el pesar, tu hijos, decias, voz confianza la virtud, la libertad y Dios ;; Madre he salvado aunque caído entera ! La fe inspirada en tan Ciñan otros Con al fin supremo bien; de la carrera la corona olímpica su sien. Yo buscaré refugio en De tu afecto sereno Como el humo y el santuario cordial de místico incensario Remontará mi alma al ideal ! Á MI MADRE Con mi esposa y mis Paterno me Mi mente asilé; se fijó, hijas bajo el techo náufrago, en y en Prolífico del tronco el En la la me sentí. jugo parte fronda su verdor yema, en tí tal estrecho Confortado á tu sombra Que dá á 199 ; vivaz el fruto se reparte, Y aquel se ostenta espléndido y feraz. Así tú nos animas, y lozanas Crecen tus nietas, vivido festón Que esmalta la Cuya nieve no Lo digan Del niño diadema de tus canas alcanza al corazón. la viuda, la plegaria — el pobre, el forastero en fin A quien sentaste un dia hospitalaria De la famiha al gárrulo festín. ; ! A MI MADRE 200 ¡ Guantas veces amparo el fugitivo Haltó eu tu casa, en medio De la Le á un tiempo lágrimas y pan Bella en la juventud, Mas huracán y con pecho compasivo guerra, diste al ofe-a belleza augusta adquiriste con la edad: La auréola de ingénita grandeza. Pe la virtud la excelsa ¡ Oh De mil veces fehz de haber nacido tal madre Derrocando á Mi magestad. ! ¿ Qué importa que el los fuertes haya hundido esperanza, en el polvo Salvando De la el vida, alma Sé despreciar Que me la y mi ambición ? el círculo mi abismo sé turbión pequeño medir vanidad del sueño pintó brillante el porvenir. — Á MI La MAJDBE 201 fortuna no escoge su3 privados Disputarla á menudo es ; vano afán A la turba ruin de los menguados. Que á su carro en tropel uncidos van,. Jamás quemé mi Ni á ídolos viles trémulo adoré. Tuya es la miel Para tí, ¡ incienso en sus altares, que dan mis colmenares dulce madre, la guardé. Cosecha escasa á mi afanar ! Empero Recogida con limpio corazón, Que á manera de un címbalo de Produce La Me al golpe el acero repentino son. llama de tu ingenio en mi oscilante alumbra; mi agotada juventud Aspira en sus ruinas humeante El aroma vital de tu virtud. . . — ! ; Á MI MADRE 202 Allí tienes tu altar; modestas flores Le adornan, que á la aurora recogí. En sus Con gradas, del tiempo á los rigores, nobles pensamientos En tí Tu aplauso se encierra mi fruición, y nada mas El templo de mi fama Mi prez la flor me adormí. mi gloria; ardiente ansié es tu memoria. que doblegó tu pié. Corra humilde mi vida, oscura, exigua, I Qué dá ? brillo, poder vana ilusión ¡ Guarde yo de tu amor Alze la mente á la llama antigua, la inmortal región Y aquel himno inefable que no alcanza Voz ninguna en Le Me la tierra á traducir. mi esperanza. sentiré cantar con arrullará benéfico al morir. ! I[OSA BLANCA Al margen de una fuente Desparramada en líquidos Por la cristales verde extensión del valle ameno, Crece una rosa candida, inocente. Que el ángel de los sueños ideales Perfumó acaso en su amoroso Aromas La seno. espirando, el aura pura acaricia en su trono lujuriante, Y mansa el agua que á su pié murmura. La sombra tremulante Refleja de su lánguida hermosura. ¡ Oh casta flor de perlas escarchada Que un genio Prez del Tan misterioso en pensil, suspiro tomo llueve, de la tarde bella al verla sobre el tallo leve ^ — ; : ROSA BLANCA 204 Dulcemente inclinada, Quise arrancarla ¡ Poder de ; sentí cobarde la inocencia inmaculada! Ah, quién Que pena j me sabe, me dije, oculta su existencia aflige ! Y luego entre mí mismo Pensé de esta manera, sublimado Á I la cumbre de Qué de vaga poesía, espíritu Qué extático idealismo silfo enamorado, Ha impreso en esa De su dulce i y Por qué augusto flor el sello mortal melancolía el destino ? adusto Desvaneció en su faz encantadora La llama carmesí, sangre divina Que la infundió, soñando, Voluptuoso reflejo de alguna dea la aurora Cuando asoma rosada en la colina Y entre vivos celajes centellea ¿ Cayó del cielo acaso Esbeltas He visto por y sufre ? y Hora ? y lozanas el prado á sus hermanas ! 205 ROSA BLANCA Yílas también en el festín orlando Las ánforas de oro, Mientras los triunfos del amor cantando La juventud y De la marmóreas las beldad á coro, frentes coronadas Caian deshojadas En las nectareas copas For I finas manos de Se ufana Que espumantes, marfil colmadas. la alba rosa en la tristeza desluce sus gracias rozagantes, El purpúreo esplendor de su belleza ? I Para Robó teñir sus alas fulgurantes. acaso el amor traidoramente El carmin encendido de su frente ? I Ese rumor del agua y de Los Del ave las bojas, sollozos del viento, sola el gorgéar doliente, Por ventura no son algún lamento Que acompaña barmonioso ¡ Quién lo dirá, si De las Van en galanas sus congojas ? el lujoso imperio flores, juntos la hermosura y el misterio ! — ROSA BLANCA 206 Tal vez llorosa en su capullo anida De alguna virgen que murió de amores El alma dolorida. Del dia á O en las los primeros resplandores, noches de luna perfumadas Cuando todo en Quizá los la tierna rosa palidece Al raudo beso de ¡ campos enmudece, Oh invisibles hadas ! tímidas doncellas. Pálidas novias, almas elegidas Cuando en la tarde triste distraídas Vaguéis por el jardín, Recordando tal Consagradas blandas querellas vez enternecidas, al dulce sacrificio Del amor que os consume Como un suave perfume,— Prefiriendo la gracia al artificio, Vuestras sienes radiosas. Pensativas ceñid de blancas rosas I •*- ' Á EDDA Sí, resonante, briosa, Tu voz se Dejando De tu Fué derramó como un toirente, la memoria eternamente amor en así apasionada. tus versos consagrada. que cantó Safo ; sus acentos De Léucades murmuran todavía En las rocas, con honda melodía, Y de la Grecia clásica en los vientos. I Qué numen encendió Con que I Quién En la ardiente llama tu vida férvida iluminas? te inspiró las trovas peregrinas cuyas alas se encumbró tu fama? — ; ; Á EDDA 208 Edda inmortal los ! Genios en la cuna Sin duda que tu sien acariciaron, . Y sus himnos mas tiernos te enseñaron Al divino fulgor de El eco de tu lira la alba luna. á mi retiro Llego á través del mar y del desierto Mi corazón á la esperanza muerto, Tuvo un recuerdo j exhalo un suspiro. Y quise mi homenaje entonces darte De ingenua En admiración, como á una hermana cuyos labios la elocuencia mana, Melodiosa vestal, reina del Mi hermana, De sí, las selectas en la noble poesía almas alimento El tosco metal yo, tú Yo arte. el la nota fugaz, tú la instrumento harmonía. ; Á EDDA Union 209 del pensamiento fecundante Que su eléctrica luz raudo difunde Y que un ser á otro ser liga y confunde En la expansión sublime de un instante. -AJguna vez en mis ensueños, bella Sentí á mi lado una hada Llevando en misteriosa, la alta frente esplendorosa Del almo genio j del amor Ángel, maga d visión, la estrella. en su aureola Que en vaga lontananza amo j contemplo, A encender fui la lámpara del templo Donde Si oía la vida al ideal se inmola. un harpa lejos, si *»* alguna ave En- los bosques, era ella que cantaba Ella en la flor que el aura columpiaba, Ó de la noche en el fanal suave. 14 Á EDDA 210 Ella do quier. Mi oriente purpuró, Juventud á Aqueste al la aurora el cielo, cuando la esfera Encumbraba mi De Como la hermosa luminosa espíritu en su anhelo. contemplarla en la ardua cima la inmortalidad, con fe la invoca, Y vibrantes brotaron de mi boca La estrofa alada Mas si De mi la cadente rima. acaso evocaba la presencia Beatriz celeste, en el Se perdía en Ó y momento las ráfagas del viento, entre el blanco cendal de su inocencia. Y luego al fin cual pasa por el monte Vivaz, la dulce y fausta primavera. Se disipó su imagen hechicera En en el profundo azul del horizonte. — ! ! Á EDDA Hoy empero De 211 revive en luz vestida tu voz á la magia Edda gloriosa Bella sombra que se alza victoriosa Sobre I Oh Tu el mar ardiente granadina : ^"f ! ¡ mi el él las vida. cuánto envidio amor, que en solo un ser Diera por Y turbulento de el mundo palmas de Petrarca sagrado laurel del tierno Ovidio abarca ;; EN SU CAI^TERA En su cartera encontré Los versos que copio Si á otros aquí. conmueven, no sé Pero yo al leerlos lloré Como hablaran de mí: cí si Temprano perdí De la noble verdor el juventud Su esperanza murió en ¡ Yive Dios que No Mis flor. mejor es lo turbarla en su ataúd! ilusiones pasaron Cierto, nunca ban de tomar. Aves que huyendo cantaron Y con sus alas rozaron De mi vida el turbio mar. ; ! ! ! EN su CARTERA 214 La ¡ vida qué enigma extraño ! Frágil templo del dolor La dicha La esperanza fugaz engaño. ! La muerte Ved Un ¡ oh desengaño sombras, horror ese atleta, niño Ved ! ! I ! mañana hará rodar. le esa hermosa ¡galana Estará en su tumba vana! I Qué ruina He es esa ? un altar! acercado á toda fuente Mis labios Amé Hoy ; amé la gloria ; el placer, demente contemplo indiferente Mis ambiciones de ayer. Un profundo, árido hastío Me penetra el corazón ; Nada espero, Siento en en nada tomo como fio, el frió De un marmóreo panteón. . . . 215 EN su CARTERA I Qué De hacer, á la torpe qué cueva huir reahdad? ¿Por qué causa combatir, Si ni En me es dado morir tu hueste, oh hbertad Semejo en mi rumbo Un árabe, que tras Ha dejado en ? incierto él. el desierto, Perseguido d inexperto. Sus armas y su corcel, Y que rendido á su pena. Hosco, sombrío, sin voz, Se tiende en la ardiente arena. Cubierta la faz morena, Con el flotante albornoz. ;; tf ! elegía '" Á. ineTiioria cíe ¿Tose Jff'razao "Varella Nunquaní ego te, vita frater amabilior Adspiciam posthas ? at certe semper amabo. Catülo. ¡ Será illusáo que os mortos nos escutáo, Que entre os cyprestes lúgubres da campa A voz que nasce d'alma rumoreja Suavemente nos ramos, Da e remonta ausencia eterna ate a mansáo augusta i Revive a cliamma das geladas cinzas i Existe acaso Aos suspiros Mysterios O ! um da tetro éclio que responda térra lá no céo ? abysmo onde baqueia débil pensamento, que animado ? ! ! 218 elegía ' Ao calor das saudades, entre as sombras Da noite infinda, Do amigo que ¡ em fúnebres relámpagos perdi vai em procura. Oh, Varella que ao menos nao podesse ! Dar-te o último adeus, junto ao teu leito Sollicito velar, fechar-te os olhos, máo amiga Beijar-te a e generosa, Em segredo dizer-te á despedida Que no do Inmenso ¡ ¡ Alma seio fiel que cedo Quem quando eu me esperasses te partiste te deixei imaginara Que no ameno caminho a nos No meio da harmonia e dos aromas A peder-se no azul do De nuvens O táo grato. anjo firmamento. limpo, á rebentar estrellas, triste da morte te seguia Occulto no arvoredo, esvoagando Nessas varzeas da vida, que échoaváo Can9Óes festivas, delirantes risos ? elegía 219 Tal vez mais de urna vez fugiu ao verte Franco, jovial, illuminada a fronte Do jubilo febril da juventude, Que rica de seus dons en Brilhava, sim ti brilhava: donaire, vigor, gra^a, ; Espíritu vivaz, valor, ternura. Sentir profundo, férvido enthusiasmo. Ella te deu em seu albor profusa, Risonha e bella a eiigrinaldarte Que no ¡ E em rosas. amores desfolhavas. altar dos que amores os teus ainda conservo ! Como um perfume as doces confidencias meu Que espansivo fizeste ao Nos pa^seios nocturnos, sobre as praias Que beija o Guanabara, da saudade Verde e poético carinho asylo, n'essas noites Suaves, transparentes, em que a lúa Soltando o veo diáphano, derrama Do albo throno as pallidas saphiras, Banhando a térra en luz harmoniosa, Trémula e meiga a scintillar ñas aguas. Um olhar da tua amada era bastante Para seres feliz ; teu pensamento : ! 220 elegía < A contemplava em extase, Na gloriosa aureola que a cercava Amor Da E ; ideal, ethereo ; amor divino propria e casta luz alimentado, con As arroubado ella dourando em brandos sonhos azas fugitivas da esperanza. Podesses, inmortal, colher-lhe os lirios, A tua sede saciar na fonte pura Onde germináo esparzindo ao A essencia virginal, ¿ E como Ionje o ámbar celeste! nao fazer por ti taes votos Forte pela virtude, erguida a fronte Borbulhando O em ideias peregrinas, coragáo de affectos trasbordando, No banquete da vida appareceste, E conviva de um O espumante licor libaste Tua modestia dia, entre sorrisos apenas e fé, a resignada Confianza ñas promesas do futuro, A atmosphera serena em que luziáo Teus pensam^ntos placidos e bellas, ? !; ! 221 elegía Acalmaváo com mágica influencia me Os ímpetus que entáo arremegaváo A langar meu batel em gala ornado Be alegres bandeirolas, de grinaldas, No pelago fervente dos prazeres. i Quantas vezes a dextra me estendeste Indo cegó a arrojar-me ao precipicio ? i Quantas o teu accento insinuante Veio acordar minha razáo nublada Na embriaguez das paixóes tumultuosas Tu morreste. porem, e eu vivo ainda ? Nunca mais De feliz, ! quem sabe adormeceres na esta9áo benigna E em No te verei ? plena folhagem, de sumir-te océano do infinito, como um astro A desmaiar no resplendor da aurora Lonje deixando em tanto a umbrosa senda Que arvores frondentes em penhascos, raudal murmiurante em bravas ondas, As O juntos percorremos, vi trocar-se Em ermo o prado e o meu canto em nenias ; 222 elegía E quando vim de novó procurar-te, Entornar no teu peito as mínhas penas, E por ti Jamáis perguntei, tinhas partido te esque9erei, Ate o fim dos meus ¡ ! oh nunca, nunca ! dias ! —a tua imagem Ficou-me impressa n'alma com os Mais fulgentes do spl raios da mocidade. Integra a heranga do teu nobre affecto Conservarei, e so darei-lhe parte A aquella que me faz a vida amavel, :iQue me anima se as for9as'me fallecem, Minha jovem esposa, horto fechado. Nardo a do florir meu destino á sombra. Ensinarei teu nome Que ainda na infancia aos anjos se parece E me ja que nao Das é dado ó teu sepulchro flores alastrar Ao menos a minha filha que tanto amavas, sagrarei a tua Estes versos memoria com lagrimas escritos ! l.'V — ; ; ! Á LA AI[T1STA CHILENA L. C. de T. Grata es la voz del ruiseñor que gime Triste en la ausencia de su bien perdido, Y del harpa dulcísimo el sonido. Que viento arranca en soledad sublime. el Penetrante «Su amor el acento con que exprime la virgen al doncel querido Melancólico el llanto del olvido i.. Tierno el último adiós que al alma oprime. /^ . Pero ; Oh Tu ' - es mas ideal, . mas amoroso, de Arauco harmoniosa peregrina canto divinal que el estro inflama -^ ' ' . . Cuando espontáneo, Como En el puro, melodioso, raudal de fuente cristalina lluvia de brillantes se derrama. . • , á 1»«-. % ; '%: ^. •^ #í" MÉXICO" *' (c Ya ce Agotaron su brío j del robusto cuerpo las heridas ce Ya fortaleza; busca en su flaqueza ce Por cí El firme apoyo de mi brazo. Aislado, íc Por ce Fácil México al íí la voz de sus gentes esparcidas, la guejra y la usura atormentado yugo se presenta Para saldar su cuenta un monarca de ce Enviarele ce Si resiste^ perezca. Sus vencidas (c Ciudades degradadas de su alteza ce Caerán con fiero estrago, (*)—El nombre de México es de origen indio. cion del Dioi ¿le ;£* prestado. y fulminantes En la lengua azteca signific» "2a ioSAv- laguerra " llamado Mexitli 6 Hultzilopochtli. (HUilBOLT,—Ensayo político sobre la NneT» üspa&a) 16 *' . 226 - f MÉXICO *, íc Las imperiales águilas triunfantes, c£ Desde Anáhuac ^*' vuelo soberano el , ' í£ Desplegarán por uno y otro océano. Dijo el perjuro. Apresta y Con A y provoca en su arrogancia loca aseo'undarle audaces, Al bretón De recio, al español bizarro y de Cortés descendiente Acuden. Les aguardan Digno ¡ Pizarro. los traidores. cortejo á la feroz empresa. Reyes y emperadores En Con la 77 Las soberbias haces los navios, vil pretexto 1' , \ '^í; estrecha alianza mesnada ruin!. . . ; Qué ! ¿ tanto os pesa Movidos de ambición y de venganza, El ver cuan inclinada Pende de En la justicia la balanza favor de la América ultrajada ? Ayer no mas se alzo — sonrióla el mundo ; \ i El hombre fué mas libre ; ilustres hechos | i {') — 'yj. palabra Anáhuac eigniflca " cerca del' agua. Clavijebo. . MÉXICO 227 Levantaron su fama j sus derechos, De ¡ Libertad dijo, ! Be ¡ su grandeza manantial fecundo. pechos los valientes sus hijos la amaron, repitiendo Libertad La ! j profética y tonante voz resonando alta Por Al y dilatadas zonas, grito portentoso Que cruzaba y retronante veloz por los espacios, Sentisteis vacilar vuestras coronas Y tembló el despotismo en sus palacios. Temblasteis, Ora venís sí, yá reparar la afrenta — mas qué ¿ buscáis ? ¿ que intenta Vuestra aleve ambición? ¡mengua y desdoro! Lo está diciendo el bronce que Allá de Puebla en Con el retumba torreón alzado. furia contrastado: Queréis que la RepúbHca sucumba, Y avaros y rapaces, Al cavarle la tumba, De América Sembrar El • explotar el gran tesoro, la guerra delito cubrir proclamando paces. con manto de oro. ; 228 ; ; MÉXICO Tarde, acudisteis por fortuna, tarde Que Al la amazona airada, intento cobarde, Se apercibe, se irrita, se estremece, Y rechaza indignada Las razones Que solo entienden los gobiernos viles, De no La acorrer donde el peligro crece. india de que Europa enamorada Por su A sutiles belleza está ver rodar al la ; que se sienta margen de sus ríos Las piedras preciosas Con que vuestra La que Al codicia se apacienta alarga las manos generosas extranjero huésped á quien ama Y á quien hermano llama Que tendida en su hamaca, ruminando Sus nobles esperanzas, De las selvas aspira Insultada en su fe ; — el perfume al torpe asecho. j en su derecho. El águila imperial dejará iniplume, Brava saltando del flotante lecho. MÉXICO Siéntelo así el bretón y 229 retrocede, Y con noble civismo, El que á ninguno en Renuncia También al triunfo el claro Prim magnánimo valor le cede, el se venció á sí y mismo. capitán hispano, no queriendo digo, Mancillar de sus armas la limpieza, Que Ve la prez del valor no alcanzó en vano, el robo, j la traición y la mentira, Y el brioso pecho rebosando en De México y se aleja Trocada en amistad lleva ^^^ ' ira. á España ^ la ardiente saña. Así tú repitiendo, Gran conde, Que ha I hazaña llenado la historia con su estruendo, Qué importa La la si el traidor tu acción impreca dulce patria del antiguo azteca Venció Cortés entrando y tú saKendo. Quedó A solo el francés, incendiar se atrevió, mas no sus naves como aquel grande Y fiero castellano que en un tiempo • Se abrió á Tenochtitlan ancho camino. ^"^ ? ! ! MÉXICO 230 Con mas De Ó prudencia, espera que cargadas espléndido botin serán en breve, guarida á sus haces destrozadas. César ordena que acometan ¡ César Parodia del romano En quien llegar era vencer. Huelga y triunfa en París, Aqueste y sus legiones, Del suelo mexicano, Mientras él se harta, muerden la Francia, ^"^ Pesándole la espada de La trueca por la pluma, Del héroe de De En los terrones. y borronea Farsalia, aquel rayo de Italia, ocio blando la tremenda historia, Porque le alumbre en Que tendrá en el el rincón oscuro panteón de lo futuro, El sangriento esplendor de su memoria. Mas no del porvenir las áureas puertas Al crimen coronado ; están abiertas : Empínate pigmeo Pues por mas que te busco no te veo ; ; MÉXICO 231 Obediente á su voz la hueste avanza. Vana Al c( soltando á su altivez las riendas, triunfo cierto en júbilo rebosa Yoj á México, á alzar mis tiendas, dice, Después de sepultarle en ancha ; Ya Crueles seguid ! os aguarda famélica México está de La pié, la ;; vuestra j siniestra. Lázaro vive; libertad tocóle con su vara Desde La De ; fosa. los altos cielos bendición recibe. Guerrero, de Hidalgo, de Morelos, Y á defender sus lares se prepara. Con denuedo el inválido, la furia Del invasor y el ímpetu sujeta. Del profanado hogar sabrá arrojarle A golpes de muleta, .Vengando airado de su honor Y tú el primero, la injuria. ínclito joven, fuiste, Zaragoza inmortal, quien contuviste Su ira Que embravecida despierta ; que á tu nombre un recuerdo sobrehumano. ! 232 MÉXICO Sintió la sangre helada Gimió en tumba la Como el Barre las y magno, y ; triste, el tio del tirano. viento impetuoso oudas fieras Del golfo proceloso, O esparce las espigas en las eras, Los Á tu contrarios huyeron empuje, diligentes, terrible Y el Dios de magestad u quebró los dientes Á los que Zaragoza el ! ¡ Segado en De freno de su ley mordieron. oh flor ilustre y alto mozo, ^^^^ ;; ^^^^ á la brillante gloria tu insigne victoria Tú caíste, Tu espíritu mas vive entero, ardiente, subHme en tus hermanos. Juárez, Ortega, Comonfort, cien otros Cuya fama voló de gente en gente, Blanden espada que vibró en tus manos, la Y por que al mundo Cual presagio Heredó feliz, tus hazañas asombre, Puebla eminente, y tu nombre. MÉXICO Ya la hueste imperial 233 pávida y rota, Repuesta del espanto en largo plazo, Vuelve al Del combate y vuelve á libre en La muchedumbre la la derrota. muralla indómita se estrella Del bando usurpador; rudo la embiste Y ceja y cía rechazado. tanto, La América á En sus mártires incensa, Y de México asiste Con el Dando I Qué alma anhelante á lauro á los unos la defensa, y á otros llanto. haces tú, mientras, Francia, cuya fama Fiero el orgullo militar blasona, Viendo Que oscilante del valor la llama, tu antiguo poder se desmorona, Y que rastrero el fraude se encarama Al soho de San Luis ? ¿ Cuando quebrantas El yugo maldecido, Y postras á tus plantas Con La I tronante estampido vil traición del Por ventura procer fementido perdiste el ardimiento ? ; ! 234 ! MÉXICO De tu intrépida raza Es esa que se oculta ? en Pudiste en mal I ¿ Tu bandera el combate . ? ^"^ momento Imaginar siquiera Bajo un cetro gastado é infecundo, De Puebla contrastada en los escombros, Fuerzas tener á soportar un Como \ el postizo rey que alzaste en hombros Guarte, vieja leona Sardanápalo Ya mundo desde Ya el en al circo te condena palco te contempla inerte, la revuelta arena El brutal gladiador tu sangre La ¡ plebe aplaude, el vierte. déspota se encona. Éa, pardiez, destroza tu cadena, Y entiérrale en las sienes la corona América Su te envia consejo de paz. Si en son de guerra Vienes, entonces se alzará bravia Y en su pujanza asombrará la tierra. Triunfará Anáhuac. Las dolientes almas De los ímpios que mueven sus trastornos ^ í MÉXICO Por Mixitlí, 235 Dios fuerte, confundidas, Del Popocatepetl en Rebramarán en los las cavernas, ^^^^ mugientes hornos Derribadas á angustias sempiternas. La República al fin verá cumplidos Sus destinos egregios. Zaragoza De un mundo colosal primer baluarte, Del derecho elevando No puede ya caer el estandarte —caerán sus miuros, Y transformada en noble monumento Que recuerde su gloria y su tormento, Será eterno baldón á los perjuros. Cualquiera de sus piedras calcinadas Servirá á lapidarles, arrojadas Por manos libres á su frente adusta, Y la que Puebla fué, de heroísmo ejemplo. En su tristeza augusta, Podrá no ser ciudad, mas será templo ! —— : ! — NENIA Llora, llora En -ariitaTi (*) idioma guaraní, Una joven paraguaya Tiernas endechas ensaya Canutando en el harpa En j idioma guaraní Llora, llora úrutaú En las ramas del yatay, Ya no existe el Donde nací (*•) Úrutaú como tú —ave de dulcíaimo canto. —-palmíTA. Yatay ^"^ Paraguay Llora, llora úrutaú (*) así, — ! ! 238 ; — NENIA En el Lambaré dulce mi cabana Feliz era en Vino la guerra y su saña No ha dejado nada en pié En el Lambaré dulce Padre, madre, hermanos Todo en En mi el mundo he ¡ ay perdido corazón partido Solo amargas penas hay Padre, madre, hermanos De un verde Mi úbirapitá, héroe en el Timbó, pié sepultado está De un verde Rasgado el Tengo en ijd)irapitá blanco señal de tipot/ mi ^"^ duelo, Y en aquel sagrado suelo De rodillas Rasgado (•) ay novio que combatid Como un Al ; el Tipoy— Baya, blanca que usan siempre estoy. blanco tipoy. las paraguayas. !! ; ! —— ;! ; NENIA Lo mataron No los 239 ^*^ camhá pudiéndolo rendir El fué el último en salir De Curu§ú y Humaitá Lo mataron i I Porqué, los cambá no morí cielos, Cuando me estrechó triunfante Entre sus brazos mi amante Después de Curupaití I ¡ Por qué, cielos, no morí Llora, llora úrutaú En las ramas del yatay Ya uo existe el Donde nací Paraguay como tú Llora, llora úrutaú — los negros. (^).--Cnmbá ? ? Jlí pasar AbbevUle (Francia.) Sola en el campo, en la arruinada ermita, A la trémula sombra de un almez, Hermosa como Ruth Recuerdo que la moabita. la vi la última vez. Vestía el traje villanesco, saya Corta, listada, un Festoneado con delantal cintas, de anafaya, Y una toca plegada, de percal. 16 ! ! ; AL PASAR 242 ¡ En Si pocos años que mudanza! apenas pude conocerla ¡cuan Mas En fresca que las niveas azucenas las Tenia mañanas límpidas de la cintura Flexible Su y como un mimbre voz, su dulce voz era de el Con tan profundo Que al ; un timbre canto del turpial. Y sus ojos turquíes Del Abril. fina, el rostro angelical Mas suave que ¡ gentil ! la brillaban y blando resplandor. parecer serenos reflejaban cielo azul el nítido color. Cuántas veces, de niña, Para el fuego juntando Y cuántas en las mieses Sus cabellos de oro las ramillas la encontré, amarillas acaricié ; ; AL PASAE Al volverse hacia No atinó atrás 243 j dar conmigo á recordarme, se tm'bó Mas luego que la hablé, mi acento amigo Sus recuerdos de infancia despertó. íc cí —Cómo ¡ ! vos sois Vos aquí en la ? me dijo conmovida, comarca ¿la salud ! nuevo acaso enflaquecida, £c Sentís de £( Y en procura volvéis de aire y quietud íí — cí No cual £í Enfermo y fatigado peregrino ¿í En ^Nó, Blanca, 1 ;; á otro país voy de camino eñ otro tiempo vuelvo aquí, busca.de la calma que perdí. ¿(Y bien lo siento á fé ¡ah quién me diera íí.Habitar otra vez el romeral, £í Perderme entre £í Beber el la viña en la pradera, agua virgen del raudal h? — ; AL PASAR 244 No era ese el deseo caprichoso Del que aspira á una efímera merced De olvido, de silencio, de reposo, Sentía el alma profunda sed. la Pregunté luego á la Por sü un padre, que Bajo su techo aldeana bella — Murió ¡ ! ¿ ¡Ah! me íí¡ j Ya las al pastor si vierais, acogió ella murió cuando murió ?;; Lo que empiecen Dios alejó dia hospitalario, Contestó suspirando í£ ; !;; —ííCumplirá _.im uvas á pintar de su rebaño, desierto está el hogar!;; Yo estimaba á aquel hombi-e franco, honrado, De corazón ingenuo, sin doblez. Allá en su juventud bravo soldado, Vaquero j labrador en su vejez. año — AL PASAR íí¿De qué murió?;; la u Como el tronco 245 dije. íí Estaba fuerte que veis de ese abenuz; íí Un íí Allí donde se alza aquella cruz a —¿Y dia entre la mies le halld la muerte u Para os dejó alguna hacienda? vivir, la casa, y mas ! ;; —«Lo bastante aquel íc Molino que se vé blanquear distante, íí Los bueyes, cí el sembrado y el verjel. —¡Pobre! y tu madre?;;—«Llora cí Si queréis verla os llevaré, venid, ce Está ci A la sombra tejiendo de la vid. — íí allá abajo al Es tarde yá, ;; c^to ;; el dia entero, del otero la contesté íí íí Lejos la aldea adonde voy, á íí Temo íí El consuelo á sus penas, la afligirla; el cielo la ;; y aun queda más conceda dirás. ;; AL PASAR 246 —« Mas al menos ;; Animándola repuso, los colores el rostro, u aceptareis 66 Del jardin de mi padre algunas 66 Plantadas por su ¡ mano ¿ flores os negareis ? ;; Y cdmo resistir su voz tan pura, Aquel dulce mirar, tanto candor Seguila pues, dejando Atada al tronco mi montura de un almendro en flor. * * « Ai punto en que á Hallábase la casa, Donde Ya en su Que una La al pié el jardin. entre ásperos brezos Se enredaba á A esas estrecharse el valle empieza y maleza los mirtos el jazmin. recinto, Blanca, mas ligera corza, con gracioso afán flores juntó la enredadera. violeta silvestre al arrayan. ; AL PASAR Hízome un Con ramillete infantil sonrisa ; 247 sonrojada me le dio Luego por una senda sombreada, Del arroyo á Sentámonos allí Al grato son sitio ; blandamente y bajo de aquel cielo agitación, el tierno anhelo. despierta el Como de De los sauces esa alma limpia pude leer, La vaga Que fugaz la hojarasca la torcaz. Fué en aquel Que en llevó. de la corriente el céfiro ; Murmuraba en Gemia en margen me la amor en la mujer. miel dorada rebosante las vivas abejas el panal. Derramaba su aroma refrescante La flor de su inocencia virginal. —— , AL PASAR 248 — Quisiera ce á donde ir vais, quisiera exclamó cí Conocer otras ce Vino aquí vez pasada una tierras, ?; extranjera, Oh, cuántas maravillas me contó Sombras de sueños vagos, el reflejo ce \ De una ! ;; esperanza indefinida vi Sobre su frente, cristalino espejo De un — ce pensamiento ardiente y baladí. Blanca, ;; la dije al levantarme ce Aquí ce Al hogar de ce Corra tu vida y venturosa en —ííNo ce habita la paz, conséi'vate fiel tus padres, volvereis?;; Adiós — él. íí¡Quien sabe! cuida á tu madre, que ce \ ce De los hijos la savia es ce De la vida ! y bendita de ;^ voy muy lejos. el amor los viejos, que muere último albor. ;; ! ! AL PASAR Á 249 tomar mi caballo juntos fuimos Lo que por mí pasó Cuando una j decir no sé, otra vez nos despedimos Y que en la casta frente la besé. Aléjeme ; al galope ya distante La vista volví atrás Su vestido de listas ondulante A estaba allí través del follaje distinguí. Aquel fresco recuerdo de otros dias, Su imagen que jamás podré olvidar, Se mezclan á esas vagas barmonías Que la vida acarician al pasar : ; W¡0\ HUGO ¿ Veis esas rocas negras, escarpadas, Que ¿ la onda brava rebramando azota ? Porqué el nauta pasar larga la escota, al Y en su esquife, de pié, tristes miradas Las Una dirige, y surcando su lágrima acaso, faz ruda las saluda ? Allí el viento, las alas espaciosas De vapores salinos impregnadas. Muge doliente en funeral tristeza Estallan con estruendo pavorosas Las tormentas Velando de ; la niebla fria j baja. las sirtes la aspereza. Pende á modo de pálida mortaja Turba el silencio de las playas solas El eterno tumulto de las olas. ! ! — ! ; VÍCTOR HUGO 252 convocando Invisibles clarines A oscuras guerras, bárbaras, extrañas, Suenan del mar los monstruos sublevando, Y las aves acuáticas, hurañas Voltejean con ásperos graznidos Sobre el piélago enorme, ó zahareñas Cruzan buscando En los ocultos nidos musgosas de las grietas las peñas. Vosotros, hombres libres, que sombríos En vuestra romería dura, austera. Tenéis solo una fe Ante esos agrios riscos descubrios Es Kidormur^ Allí y una bandera es Guemesey La hospitalaria tierra De la vieja Inglaterra mora un titán, Hugo ! allí j Bendita habita Hugo de cuya frente magestuosa Brotan vivas De centellas, y que luego vencido á traición, no en los combates, Logro salvar ¡ empresa gloriosa Con su acendrado honor y sus penates, ; VÍCTOR HUGO De la alma libertad el sacro fuego, Cuando en su Tan solo en 253 ilustre patria perseguida la conciencia halld guarida. De la llama inmortal firme custodio, La espada del arcángel esgrimiera Mas poderosa que Con ella el fallo bíblico escribiera En el puñal de Harmódio. caracteres ígneos, consagrados, Que al opresor condena j á sus huestes Mientras sus labios que en mejores dias Supieron entonar himnos celestes A la inocencia j De al — amor los carbones rojos de ^tocados Isaías, Los oráculos lanzan inspirados Del porvenir, en graves harmonías. El águila sintiéndose acosada Remontó hasta el olimpo, y al Tonante, Soberbia, fiera, osada. El rayo arrebató que fulminante. Con brios soberanos A la frente vibró de los tiranos. ; ! — VÍCTOR HUGO 254 Como De aquel fabuloso personaje la tragedia antigua, Filocteto, Que de Hércules las flechas poseía, Y de vencer con ellas el secreto, De Lemmos confinado en la salvaje, Agreste soledad, cuando su ultraje Vengar ansiando de dolor rugia Así el grande proscripto de la Francia, Con sublime arrogancia A los nuevos Atridas desafía Llámalos á juicio, y humillados Fueron en medio de su orgullo De el necio, sus triunfos robados. Por su profundo y En • ; colosal desprecio tiempo fijando la radiosa Mente audaz, que su arcano nos alumbra En procesión solemne, portentosa. Pasan ante Al él los siglos, y la Muerte verle en la ardua cima á que se encumbra, Cometa inmenso de Que allí la inmensa historia. no alcanza con asombro advierte, Y se postra vencida, deslumbrada Por De la aureola sagrada su virtud egregia y de su gloria. ! ; : VÍCTOR HUGO Galo de raza, de Que defendió Contra En el que 255 la heroica tierra Yercingetorix bravo poder de César, en la guerra el libre Del destino luchó contra fatal en el esclavo; la balanza. Donde de aquel bastardos descendientes. Ministros de odio, seides de venganza. Arrojaran la espada, rudo emblema El, revestido de grandeza suma, Ciñendo de su genio Arrojó en contrapeso A diadema. la la áurea pluma sagradas musas se propicia; las Prorumpe en noble canto, Y constelan su manto. La libertad, la paz y la justicia Del hogar de sus padres desterrado, Como hijo predilecto El mundo Y en Que La Del le ha adoptado, la alta frente del varón perfecto es égida á sus dioses, exultante estirpe en pontífice Sobre él al recordar magno de Atlante, colocara el fresco laurel la excelsa tiai^a. — ;! : : VÍCTOR HUGO 256 Honrad Que ¡ pueblos cantara el ! al ínclito poeta amor en su harpa de oro Al augusto Que enjugó en profeta su pendón el tierno lloro, Y al tremolarle al viento en sacro rito, Del ideal señala el horizonte. Mientras trepando audaz de monte en monte Nos guía victorioso al infinito El tiempo raudo pasa Y cuando el ala fúnebre desplega. Así Como A la flor las doblega cumbres gélidas arrasa la inmortalidad anticipaos Al genio que ; se cierne en las alturas Llevad ofrendas puras A sus aras brillantes acercaos Rosas allí enlazad con verde palma, Y los fuertes, honrados corazones. Que siempre Con La la hallara la esperanza al Verdad propicios, recobrar la calma, ofrezcan abundantes libaciones, Y nobles y gloriosos sacrificios. ;; ! : VÍCTOR HUGO Cuando caiga El terrible el coloso, (aleje el cielo momento,) que su alma, Desplegando su vuelo, A confundirse en la harmonía vuelva De la naturaleza, De su numen Bramará el — ^triste j viuda á quien escuda, la tierra mar, suspirará la selva Y como antorchas dignas solamente De sus grandes exequias, sus volcanes, En su dolor vehemente. Y en honor de sus manes, Por el creador espíritu agitada Que en sus entrañas vivido fermenta. Encenderá algún dia en sus misterios Entonces en entrambos hemisferios, Ya de sufrir cansada. Hundirá en sus cenizas De los imperios su trágica historia torpe afrenta Y en su vasta ruina, De la justicia eterna en luz bañada. Levantará gloriosa y opulenta, Navegando la esfera cristalina, Al hombre libre en la ciudad divina 257 A ERNESTO I^OSSI (*) Tierra de bendición que Apmin parte. Sublime donna, qué grandeza Italia ! ¿ Realza eternamente tu belleza Que nadie admirar puede Magna el mundo tus ruinas haciendo Mausoleo á la gloria, Tu genio por el En cascadas de luz, en tu templo alteza tristeza al arte. orbe se derrama mas esplendente Cuanto mas negra nocbe Hoy que ? cuando de Marte y en mayor Ceñiste el casco, De te vid sin amarte te envolviera. triunfas, heraldo de tu fama, Rossi, el supremo actor de vasta mente Nuestras almas conquista á tu bandera. (*) —Este soneto inserto anónimamente en contestado por Bossi con Ambos reprodúcense por el viso á el que va en la' " La Tribona " ( 1865 ) fue luego reconocido y página siguiente, usando los mismos consonantes. aqui solo por dejar consignados la admiración del autor del primero insigne trágico, y la fineza y una espontaneidad amistosa. el ingenio feliz con que supo este corresponder de impro- CÁpS Á GUIDO SPjlNO — Giovine ancor, vetusta in tua—grandezza tua— Colpisci Terra, cara, ospital che Plata il lo stranier di — L' elmo, lo scudo comprare a Onde bandir tal il tuo popólo figli tuoi raggi di luce d' prezzo la —Marte, — tu' ^altezza. — Santi virtude a Al par ^l'amarte. non cinger di dal cor ogni Grande rendi Come ^belleza é per lui dover primo Si, ch' Non aparte, — ^tristezza coll' — ^arte. —dirama ^risplendente im di giocondo in—primavera. I Non hai tu pur araldi di tua ¿ Guido poeta dalla salda il Non porta con onor la — ^£ama ? —emente tua— ^bandiera ? Ernesto Bossi, !; ! ¡VlCTOI|_POR FINANCIA Oid ! oid Que en ! es el cañón de alarma viejo París lejos el (1<3) 1 retumba Su trueno ha penetrado hasta la tumba. Veneranda, que guarda á Béranger El anciano inmortal alza su losa, Y al ver pasar de Francia las legiones. Su espíritu les manda en Que inflama el rayo de su Ellos son De ! no los veis ? sus canciones ardiente fe. los nobles hijos aquellos impertérritos guerreros, Que en Jemmapes j Fleurus con sus aceros Al Teutón consiguieron domeñar. cí Cadenas La rotas, cetros destrozados, Libertad mezclaba á la metralla El tremendo fragor de la batalla La hará de su letargo despertar ; ;? ; 264 ¡ « Sintió VÍCTOR POR FRANCIA el viejo corcel punzar ! ! ! la espuela, ;; Y el adalid por la traición vencido, Corre á templar su sable enmohecido En las corrientes rápidas del Tiempo es que el polvo á sacudir comience La bandera triunfal De Jena Rin. de tres colores ; los brillantes resplandores La alumbran el camino de Berlin ¡ Víctor por Francia Supo ofuscar La que la nación mundo con que un diá su gloria. unciera á su carro la victoria, Alzando I al ! la Justicia Qué debe el en el pavés. orbe á Prusia, férreo atleta Que á Francfort roba por hacerse rico ? Las botas de su grande Federico De Napoleón no ; Oh caben en bella Francia ! los pies. del valor la cuna. Patria de Mirabeau, patria de Si Tu hoy gimes Hugo del imperio bajo el yugo, genio sus afrentas vengará : ; ¡VÍCTOR POR FRANCIA! 265 Y á cada golpe de la heroica espada Que ciñó Lafayette, del despotismo El regio alcázar que abortó En I el abismo, sus viejos cimientos temblará. Qué sombra es esa que en Del bronce al estampido en Sobre una roca que las la mar lejana, las fronteras. ondas fieras Baten, se alza augusta en su dolor ? La fama La quiso engrandecer su nombre. libertad lo calla, Enigma de y entretanto. la historia, De su fortuna al mismo No infunde espanto vencedor. en vano cual flamígero cometa Cruzó del Sena al portentoso Su recuerdo en cien lides dejó inscripto Estampó su ; destino esta verdad Sin la virtud Á eternizar Egipto el genio es impotente sus obras Que al embate ; no hay conquista del tiempo se resista. Si no tiene por fin la libertad. : ! ¡VÍCTOR POR FRANCIA.! 266 Recoged ¡oh franceses valerosos! Estas verdadas grandes y sencillas, Y con piedras de todas las Bastillas, De Europa á La los tiranos perseguid. herencia reclamad de vuestros padres, Luz del saher, ejemplo de patricios Imitad sus sublimes sacrificios, Y Dios os guie en la sangrienta lid ! ; DEL ITALIANO ce Por mi fin llegaste, Te veré al alba ;; caballero Luisa exclamó Con pensamiento tan lisonjero Se adormeció. Sueña: contempla Las nobles armas Con que muda el arreo, del adalid. triunfante dejó el torneo, Venció en Oh! que ventura la lid. la del regreso Cuando sus brazos nos tiende Amor Bello momento que en embeleso Trueca el dolor. i ! » ; !: TRADUCCIÓN DEL ITALIANO 268 Ella le cuenta las amarguras, Las hondas penas á que él dá fin Y oye las cuitas, las aventuras Del paladín. ¡ Fugaz delirio, pérfida Cándido un ángel De la dá aquellas dichas que No han traen el placer ¡ ay á su alma ! de volver! Sangriento—apenas La calma la luz clarear- un casco ¡bárbaro afán! El mismo casco que por presea Dio á BU galán. í( Cuando al castillo próximo estaba. Traidor le hiere rival erüel Cayó ; muriendo Por tí el tierno clamaba doncel. ! f TRADUCCIÓN DEL ITALIANO Luisa entra monja, y en el convento Si alza á Dios himnos con tierna unción, Al muerto amante vuela en el viento Su corazón. « a i Desde La i los cielos vista al Oyes mi mundo llanto ¡ oh, di, sueles mi amado, tomar ? nunca agotado. Yes mi pesar ¡ Alma Que suave! llega la hora el mortal velo desgarraré, Y en que á tu lado la que te Por siempre esté adora 269 A,- r ! BUENOS jlIRES .a Fué en aquí, las playas que fecunda el Plata, Peregrina región que cual ninguna El estro á las estrellas arrebata, Donde en honrado hogar " - ¡ ^;f Salve al gran La argéntea Ora V" rio ,' ; ^.^ , se alzó mi cuna. ..,-,.' i cuya faz retrata luz de la esplendente luna, arrastre sereno, ora combata El esquife en que voy con mi fortima Buenos Aires oh ¡ Mi patria ! aunque esperanza en tu olvido sumergiendo, Tuyo es mi corazón, tuyo es mi Cuando ya no den sangre mis Al me olvidas, cielo un brazo. heridas, postrer voto alzar pretendo Dormir mi último sueño en tu regazo. : > 'M'^ •i*?' ; 1 ;; ADELANTE! ¡Ea, mucÉachos, es la aurora! ¡arriba! Tomad Si el hacha j como ayer el martillo, y vamos tenaces trabajamos, El monte derribado caerá. Alcemos con sus troncos nuestras casas Asilo de la enérgica pobreza Donde La creció el jaral y la maleza viña lujuriante medrará. Que el muelle cortesano la fortuna Busque adulando á su señor adusto, El torpe corazón siempre con susto De perder de su afán Mientras él siembra el el fruto odio y vil. la zizaña, Nuestras robustas manos siembren trigo Mientras ve en cada hombre un enemigo, Amémonos con pecho varonil. 18 ; !: ; ; ¡adelante! 274 El vínculo sagrado que nos une, Se apretará con ( la honradez probada ¡Sus, al combate! á la conquista ansiada Del trabajo fecundo en ¡Victoria al mas la legión. intrépido Sus pensamientos en ! bizarro. la patria fijos. Ese llegue á tener hermosos Hombres libres, de limpio corazón. La gran naturaleza A nos invita su festin suntuoso Y al repasar por La hijos. slis ; seamos parcos, triunfales arcos. libertad nos guíe con su luz. Bajo su influjo bienhechor, la dicha. La paz y la abundancia nos esperan A los valientes que en la lucha mueran. Un recuerdo, una palma y una cruz No desmayéis conscriptos del progreso Rasgue el Guerra á arado el seno de la la incuria, Amor á Dios, á la tierra. ignorancia guerra, respeto por la ley ! — ¡adelante! Diques 275 mar pongamos, freno al Allanemos la rispida al vicio, montaña, Y sea nuestro orgullo j noble hazaña En cada ciudadano ver un rey. Así avancemos como un haz Nos la haga mas Del poeta; A nuestro ; la ruta liviana el noble canto las artes con su encanto rudo afán den galardón. Busquemos la gran patria en que los hombres Se reconozcan prósperos y hermanos, Invitando á los pueblos soberanos A seguir de los Hbres el pendón. Y dulce será De la ver en nuestros lares el jomada al fin, Á los seres amables Que ennobleció Recordando En O el todos reunidos, y queridos trabajo y la virtud, los triunfos del pasado las largas veladas del invierno, elevando sus preces Que nos da la al esperanza Eterno y la salud ; Á LA I[EPÚBLICA FRANCESA ¡ Llegó por Se cumple ; fin el dia ! ya Dios es grande El guía en las tinieblas De el fallo del destino al ; su ley, la ley de amor. hombre peregrino la esperanza enciende la luz, fanal divino, Y al imiverso esparce su fúlgido esplendor. Alzad ferviente un himno de júbilo ¡oh hermanos! La Francia se levanta; triunfó la libertad Salúdanla gozosos los pueblos soberanos Del polvo ha recogido la Es símbolo de y de Cayó en glorias el Envuelto de las No : enseña que en sus manos tierra el soberbio Despavorido ! ! fraternidad. su imperio se derrumba. César, cubierto de baldón. hdes en la infernal balumba, atina á hallar siqmera las sombras de la timiba, La menie oscurecida, marchito el corazón ! !! ! ! Á LA REPÚBLICA FRANCESA 278 Quizá torvos espectros acosan le Busco su banda entonces á falta ; quizá en vano de un dogal, Y alguna voz doliente que estremeció al tirano Tenaz á su conciencia gritó Cundiendo entre los ¡ muertos Acaso en sus visiones ¡ Maximiliano el ! eco sepulcral. terríficas, extrañas, Temió que ya cadáver, al pié de su corcel. Las águilas de México "dejando sus montañas. Vinieran á roerle voraces las entrañas, Llevándose en las garras Él perjuró á su patria, su manto de oropel. —su patria le abandona. Ya se alza entre tormentas la sombra de Danton La Francia á la República se abraza, Son hoy las Es Metz, Ante han jurado morir Del templo de Atrás los pretorianos viento el oriflama ! ! de Laon los defensores que llámase Paris. las artes Salud á esos valientes Al su corona llamaradas del campo de Belona, es Strasburgo, las ruinas ellas j ! ¡ ¡ / abajo los traidores atrás los invasores Moni foie et Saint Denis ! ! Á LA REPÚBLICA FRANCESA ¿Qué quieren? piden j Se tasa 279 y solo encuentran Merro; la justicia, se tasa hasta el valor Pregúntase : ¿ qué cuesta de un déspota el entierro ? Venid á nuestra De oro, tierra y plata, si os conviene, Pero antes que perezca os llevareis un la Francia redimida, ; libertad la cubre con su brillante egida, Y heroica en los combates, Los mismos que Mas De cerro por semejante honor. Horribles cataclismos en ella estallarán La ;; ! la hieren si llega á ser vencida, su azar lamentarán. no, la gran tribuna de Europa, vasta hoguera ciencia, madre ilustre de tanto paladin. Continuará iri:^diando cual astro que en la esfera Sufrir eclipses puede, sin ¡ mengua en su Oh, generosa Francia, has de triunfar Empero, si te niegan Aun mas hemos Consuélete el hados la al fin victoria, de amarte cuando de luto estés recuerdo de tu inmortal historia, Que cuenta que á Has los carrera cien reyes en medio de tu gloria visto suplicantes y humildes á tus pies. !;! 280 LA REPÚBLICA FRANCESA i. I Quién vencerá á tu genio cuando En la región Fué en él que Que es se inspiraron aquellos hombres grandes, que te amamos ; la sien. los bellos resplandores sabes de la vida con peregrinas flores Tus la ruda senda ; tus nobles trovadores, artes, tus virtudes, del mundo orgullo son. verte amenazada, contempla cual vacila Sobre sus ejes de oro La espada de De tuya es tan alta prez ; tus padres sobre la piedra afila tus murallas rotas ; las huestes que armó Atila, Tus campos, tus ciudades, devastan otra vez. Acude De I ? llegan de tu nombre, magnífico blasón Sembrar Al espandes pedestal hicieron de los supernos Andes, Por eso Tú feliz le sublime del pensamiento, quién Orlando de laureles de América Nos ! ! ya sus hordas asaltan tus sagradas leyes Sonó acaso la ; el santuario ó triunfa ó muere allí hora fatal de tu calvario ? Primero se convierta Paris en un osario Que el vándalo le humille con torpe frenesí ! ;! Á LA REPÚBLICA FRANCESA A no mediar los mares, ;; 281 quizá tú lo adivinas, No sola correría tu sangre En medio de ¡ oh Francia, nd las balas, al reventar las minas, Brillar hubieras visto las lanzas argentinas ¡ República ó la muerte Contigo están Contigo está ! la América juro. los votos ardientes el de los buenos, derecho que honro la humanidad Si ha de perderse todo, tu honor se salve al menos. Fué siempre al estampido de fulminantes truenos, Que tormentosa y En ella te confía ; Te llama hoy por fiera surgid la Hbertad su espíritu bizarro la patria, sin tregua á combatir Y pues despedazaste tus ídolos de barro, Enlaza á los laureles que adornarán tu La oHva á cuya sombra carro, sonríe el porvenir. ! JANEIRO ¡|_I0 Qué podré yo I !! decir en tu alabanza Tierra de luz, de paz, de poesía, En que se abrió la flor de mi esperanza, Que hoy su perfume lánguido Quizá ya nunca, pues Volveré á ver tu el cielo, te envía ? tiempo avanza, tu baliia, ^ Ni á soñar vagabundo en muelle holganza Perdido entre tus selvas cual soHa ¡ Oh princesa del valle florecido Cuyos pies besa el mar, que la alta cima. Refleja de tus montes seculares Aunque ausente de Pues de mi alma el tí, jamás te olvido, amoroso clima Está donde susurran tus palmares : I|ECUERDOS Si se condensa en lágrimas la vida ; Cuánta noche en alma el Pueden solo guiarla en ! los recuerdos tanta sombra, Cirios flotantes, pálidos luceros. Con sus fúnebres alas Yiene después y ; Ay ! los misterioso apaga '"V''' tiempo resta apenas del festin dorado El vaso frágil en que ardid 1,' el el incienso. ! 286 RECUERDOS A la ilusión, á la esperanza entonces. Cisnes gimientes, las arrastra el viento, Y caen marchitas las brillantes flores Que amor dichoso cultivó en secreto, Si alguna acaso su frescor Si ¡ queda alguna en no pierde, el altar desierto, Oh, guardadla, su aroma es de Su raíz inmortal está en el cielo la tierra, VOTO Tú que en En los días de tristeza tu albergue rural me y luto recibiste Con simpática gracia, y me ofreciste De tu bondad angélica el tributo Recoge De el ; dulce fruto íM inocente vida, Flor en la selva virgen escondida. Que Sino del mundo En auras halagüeñas, No llegue otro ruido, el falaz á tu oído. de la cascada que en las peñas Se quiebra, — el suave canto, Del pájaro buscando en el aleteo el follaje El nido oculto imán de su deseo; ! VOTO 288 Entre los pinos el rumor salvaje Del viento, del arroyo el oleaje; Al caer la tarde el místico lamento De la Que campana en la vetusta ermita al pastor religioso á orar invita, Y al volver al aprisco á paso lento Por El las verdes laderas, rústico balar de tus corderas ! Á m\\k ; ! (17) (Traducción de J^amartine") Si, el En Anio de Cíntia las rocas el dulce de Tíbur ann nombre murmura Valclusa ha conservado Con inmortal renombre El de Laura adorado, Y allá en la edad futura Dirá siempre FeíTara ¡ el de Eleonora. Feliz la hermosa que el poeta adora ¡Feliz el Por su harmoniosa Tú á Oh ! ** nombre amado lira consagrado quien su alma en secreto está rendida, sí, puedes morir : él en el tiempo Imprime á cuanto adora eterna Y el amado j la amante vida, Vj ; ! Á ELVIRA 90 Unidos, en un vuelo Suben del genio en alas hasta el cielo. Ah mi barca frágil, zozobrante, Fuese puerto impelida ! si al Por mas benignas auras Astros mas en mi oriente si bellos su esplendor Si el lloro de La fortuna inclemente, De la i dieran; muerte enemiga Oh! Quizás me una amante haciendo amiga mi frente perdón numen Disipara las sombras en Osaría ; sí, del canto pues qué mi afán no osara ? Alzar el estro tanto, Que en mi llama inspirado la igualara Dejando en tiernos himnos Y en no aprendido acento. De Así nuestro dulce amor el viajero Al abrigo que descansa un punto del valle solitario. Antes de continuar la Se complace en dejar Su cifra, De que un monumento. ardua jornada. allí grabada en algún tronco hospitalario gustó la sombra regalada. ! ; ; : Á ELVIRA ¿No veis cual todo 291 cambia d muere en tomo ? Pierde la madre tierra Sus La El rio en y su adorno frutos, selva hojosa pierde la honda mar A un soplo de Marchito prado verde el queda se abisma; los vientos Y el carro del otoño recibiendo El rudo empuje del invierno, rueda Del año en Como un Los la pendiente. gigante armado y prepotente. seres todos al acaso hiriendo. En su vuelo incansable El Tiempo con la Muerte al huir renueva Este universo instable ! , Cae en perpetuo olvido Cuanto segando va con Ye así caer De los espigadores un rápido en Su corona de fiera mano verano. la cesta, fiesta; Y la viña feraz que amarillece, Ye que - el fecundo otoño sus opimos Y dorados racimos, r \ ! ! ; Á ELVIRA •292 Del vendimiante De ; este Oh al carro los ofrece. modo también caeréis vosotras breves flores de la vida Amor, ardiente ! placeres, juventud, belleza; Belleza fugitiva, almo presente Que el cielo Así caeréis No mismo si el envidia á los mortales genio en su grandeza os levanta en sus palmas inmortales Contempla compasiva En brazos del placer, rica de encantos. La juventud vulgar La cual se embriaga : cuando agotare copa en que su sed ardiente apaga, ¿Qué de ella Su amor al borde del sepulcro espira Mas en vano Siglos j en pos? apenas un recuerdo; tu lápida mortuoria siglos hollarán; Elvira Eterna es tu memoria /. : LA ! NOCHE Valle de Inga (Brasil) La agreste soledad yace en tinieblas. El labrador descansa; Corona de el valle los cielos fulgurosa Brillan los astros de la Madre sublime de ¡ duerme. — Oh, Noche los dulces ; salve, sueños Bendita cuando vienes de este albergue Donde busqué á mi afán Ubre refugio, A cubrir con tu manto las montañas, A rociar con tus lágrimas las flores! Solemne, funeral, lóbrega, dime ¿Llevas acaso I el luto de los siglos? Lloras, eterna viuda, algún sol Que te dejó en herencia muerto las estrellas? ! ! LA NOCHE 294 I ¡ nada ? Sales del caos ó marchas á la Quién podrá penetrar en tus enigmas Noche mejor que el dia ¡ cuánto te ! amo Y cuánto el bello resplandor me arroba De esa antorcha divina con que alumbras Tu paso sí, Aun mas que el la región del trueno tu celestial lumbrera Pláceme, En en triste el sol cuando en soberbia pompa espacio vivido refulge, Naturaleza en júbilo palpita ^ Y sonríe entre auroras el olimpo. Tú con sigilo del amor proteges Los sagrados misterios Eres al ; tú del canto par la inspiradora augusta. Julieta está á tu espera en el castillo, Y en la alta torre el sabio taciturno Que en Oye Que ! los astros horóscopos descifra. es la voz del trovador errante al pié del Al blando son torreón lanza sus quejas del bandolín; Rechinar un balcón; cae á Del doncel una flor; — — se escucha las plantas aplica al muro ! 295 LA NOCHE Ligera escala de torzal tejida Se signa, sube, y Luego el la calma, la : - balcón se cierra.. mudez profunda Acaso por tu sombra cobijadas Dejan las almas tiernas sus sepulcros, Se buscan y se abrazan sollozantes En las ondas Va O el aura acaso riza las aguas de la fuente, la selva murmura bien columpia Es ; en sus tenues suspiros impregnada Cuando En del viento la hora ! el lamentosa, mimbreral marino. venid, genios del aire En un girón de niebla plateada; Leves hadas, venid de largos velos Cubiertas, sobre el lago transparente A egercitar vertiginosas rondas. La cabellera rubia suelta en bucles. Abandonad ¡ Oh los entreabiertos lirios silfos invisibles ! arrastrados Por raudas y vagantes mariposas En vuestro caiTO de cambiante nácar. ¡ Espíritus nocturnos, yo os evoco. ! LA NOCHE 296 Ora que el alma lánguida fluctúa En el diáfano mar de los recuerdos, Como en la clara Que el ala A merced ¡ linfa un cisne herido extiende sin volar, de la límpida corriente. Venid, venid, rozad con vuestro aliento Y refrescad mi sien, por que La inspiración há tiempo En ; y nada brote adormecida, blandas, melancólicas endechas. Oh, dejadme soñai% hasta En que la luna, Despliegue Con allí él Á que sol hado la memoria. ignorada tumba fatídico En tanto oh Noche ¡ la momento pabellón de plata. al aire el cubriendo el de el ! me inclina. suelta tus crespones, Y envuélveme en tu paz j en tu silencio ! CÁNTICO Caridad que del cielo desciendes Revestida de gracia En tu j de amor nuestras almas Aureola inmortal de ¡ enciendes. la cruz. Oh, qué fuera sin tí, sin tu aliento La progenie dispersa de En tus aguas saciaste al sediento. En tus trojes el hambre Esta compoBicion fué ofrecida (1876) á la puso en música y dirigió su ejecución. Adán halla el pan. Sociedad de Beneficencia, para un concierto organizado bajo bus auspicios, en favor del Hospital de la luz, nifios. £1 maestro D. Avelino Águirre ; 298 ; CÁNTICO Bajo Tú el manto al desnudo le abrigas del Cristo gemiste á los pies, De Miriam En las ^'^ el tormento mitigas, ondas salvaste á Moisés. Desde entonces el huérfano alcanza Los cariños de tu alta La niñez es albor y Tú eres llama, salud De Verónica En Canáan piedad esperanza, y bondad. el lienzo diste estampaste, tumba á José, A Tobias sublime inspiraste Santas obras que ensalzan tu Por Por Tú tí tí el es dulce el raudal de la vida. templo á los tristes se abrió das bálsamo suave á la herida Del guerrero que heroico (*) fe. —MirinTn estrella del mar. lidió. £1 nombre hebreo de María. ; ; ! 299 CÁNTICO Al cautivo tu esfuerzo redime Empuñando el celeste broquel No toleras De sus hierros libraste á Israel. Hoy al justo se ultime, te llama la infancia doliente. Amorosa ¡ que corriste Himnos puros á su voz. del labio inocente, Grato incienso, subid hasta Dios ! : /MIRA I j Conocéis á la rubia Qué belleza, Su andar Hay en qué j flor, tierna qué el luz, se ajusta al ritmo de qué fuego la lira. su voz la suavidad de un ruego. El flamenco nadando en Entre Amira ? la laguna verde juncal, no es mas gallardo Espira un vago resplandor de luna, Tiene la fresca palidez del nardo. ; ! AMIRA 302 Hace soñar De SU' ; la candor Se sueña con Con las mente se colora al virginal destello las rosas, con la aurora, hebras de luz de su cabello. Parece que un espíritu celeste Siguiéndola invisible la perfuma, Y que su blanca j ondulante Por el aire Ayer agitada, hiciese espuma. la vi pasar en lontonanza, E imaginó mi alma Era el veste ángel de Que buscaba el la entristecida, última esperanza sepulcro de mi vida ; HIMNO ¡ Oh querida ! jamás mi Decirte cuanto te amo en mi noche sin Místico velo Con que palpitante fin cáüdido cariño ha y mudo. sol. sido oculte celoso tu beldad En mi alma Como mi pasión ! Te he contemplado De mi pudo labio tu amor así exquisita flor en ha crecido un fanal. ; HIMNO 304 Nunca Tu se dulce oyó en mis himnos profanado nombre ; altivo desdeñé Comprar, en tus encantos inspirado, Para mi frente pálida un La gloria está en tu laurel. amor sordo á ; Quiero oscuro á tu lado ser De mi Arde solo y alumbra para Qué da á ¿ Irá á cantar en los hombres la el festin Es una copa de perfumes que impregnada Ignore el mundo Cuanto hay en Que su De ; afecto veraz la interna llama, ¿ En feliz fama la tí tí. ventura ajena ? mi voz, llena estás, tu corazón tu belleza, ignore. de suave, de ideal contacto impuro no desflore tu sien la guirnalda de azahar. ? ! HIMNO 305 Eterna viva en la memoria Elvira De los siglos, y Laura y Beatriz, Dulces astros de amor en que se inspira La mente Yo audaz, quiero para tí el estro juvenil. sombra y sigilo, Y arrojando en los mirtos el laúd. Vivir, morir amándote, y tranquilo Ir á aguardarte á la región de luz ¿o ;; ! SEMBLANZA Mas suave que En el vuelo de la brisa el rosal florido es mi adorada Grave, modesta, tierna, recatada, A todos blanda, solo á mi sumisa. Argentina es su voz, dulce su Del amor por la risa llama iluminada El rayo azul del cielo Da la señal precisa. de su origen en su mirada. El cabello ondeante, esbelta y Recto i el perfil, rotundo Quién vid jamás tan Es una estatua griega, Surgiendo leve del Al el fina. niveo seno, célica hermosura ? una alba ondina. cristal sereno fulgor de la luna en la espesura ; ; ! AT HOME Bella es la vida que á la sombra pasa Del heredado hogar ; el hombre fuerte áspero embate de la suerte Contra el Puede allí abroquelarse en su virtud Si es duro el tiempo j la fortuna escasa. Si el aéreo castillo viene abajo. Queda La la noble lucha del trabajo. esperanza, el amor, la juventud. Hijos, venid en derredor ; Vuestra madre también fiel ¡ acuda compañera Y levantad á Dios con fe sincera Vuestra ferviente, candida oración Él es quien nos reúne j nos Quien puso en vuestros Dá su aroma á la Luz á los astros, flor, paz escuda. labios la sonrisa, vuelo á la brisa, al corazón. ; ; ;; : AT HOME 310 Después de la fatiga y del naufragio Ansio rodearme de cariños La serena inocencia de los niños De la herida mortal Es para Que al calma porvenir dulce presagio el hombre con el mundo El ver crecer en tomo Bajo El vano orgullo, las Su nombre pompas de Lleno de encono Nuestra misión la caridad, Puras las Dar El guerra bárbaro adalid; el amar mas cristiana la ciencia la conciencia. á quien nos dio la vid. de cada dia nos alumbre El sendero del bien Al varón Que la tierra la sangrienta manos, pm-a el licor sol en es, hijos, Amar amor. ambición insana. la ilustre reconcilia, la familia las santas leyes del Aspiren á el dolor. justo, al fecundiza ; nada amedrente ánimo valiente el suelo en que nació ! : : ; AT HOME La libertad amemos por 311 costuiabre, Por convicción y por deber El despotismo estúpido se De ¡ ! en ; ella estrella la Patria los hierros destrozó. Honra y prez á Entre Hoy ellos se sus padres denodados encontraba vuestro abuelo descansa su espíritu en Noble atleta ! vencido por el cielo, la edad. Venid en sus recuerdos impregnados, Y llena el alma de filial Su venerada, humilde Con flores ternura. sepultura, y con lágrimas regad Tomad ejemplo en Emprenda yo mi él, y cuando un dia viaje sin retomo, Erigidme una cruz, y de ella en tomo, Sin una mancha en la tranquila sien, Llenos de paz, radiantes de harmonía. Podáis dedr de vuestro padre amado Latió en su pecho un corazón honrado. No fué un procer—^fué mas —^hombre de bien . S1EMPI[EV1VA Á pu BA. De lejos noble cautiva Asistí á tus funerales Una humilde Te envió, de Que lloró Muerta ! . . siempreviva una alma por estás, tí altiva á raudales. pero tu gloria Es tan sublime j tan pura. Que al consignar tu memoria Vergüenza tendrá De la historia verte en la sepultura. Á CUBA 314 Allí tal vez agrupados Del monte en Velante el ' las nieblas bajas, sueño aun armados Tus guerreros ya finados, Envueltos en sus mortajas. Y diz que en ciertos momentos De la noche, entre suspiros. Se oyen flotando en De los vientos. tus vates los lamentos. Los ayes de tus guajiros. # I Cómo I Quién á tu brazo dio fuerza Contra Que á pugnaste tan sola ? la hueste española la conquista se inmola Y sin cesar se refuerza? ¡ Oh de ¡ Oh libertad, Al la patria débil, Que y le amor santo ! que levantas alzas tanto. llega á infundir espanto A quien le tuvo á sus plantas ! ! . ; Á CUBA Tú 315 por trozar tus cadenas ¿ Qué no ¡ Cuánta sangre hubo en tus venas! ¡ Cuánta amargura en De hiciste indiana hermosa ? las penas tu noche borrascosa Dulce criolla has sucumbido Como paloma en los mares A quien faltara el voHdo Para llegar hasta el nido Entre los verdes palmares. Ahogó el atleta en sus manos A la virgen antillana, Han triunfado sus tiranos ! . . ¡Aplaudid, americanos, La soberbia castellana! Presenció tu Cuba, sacrificio, el siglo indiferente, Y aun te empujó al precipicio Mas lleva hoy de tu El gran estigma en suplicio la frente. ! Á CUBA 316 Desde aqui tu inmensa ruina Contemplo, y fieros destrozos, Impertérrita heroina, Y de tus hijos se afina Mi harpa triste á los sollozos. Solo su ofrenda recibe Ya que el mundo La mente apenas Como abandona. te concibe inerte ni percibe A la postrada amazona. ¡ Duerme en paz En ! . . . ; Blanda te tu mansión funeraria Que es tumba, y altar, La melancólica lumbre De tu estrella solitaria Vendrá un Rasgue el dia. . . y cumbre, mas no el bardo á tu destino. Te custodian desde La Esperanza con el cielo. su anhelo, Y Dios con su amor divino. velo alumbre — ! ! LA ESTI[ELLA DE LA TARDE Estrella solitaria de la tarde, De los cielos viajera misteriosa, Que desde el éter Al alma fuego irradias en que arde el puro esplendorosa Estrella solitaria de la tarde ¿ Qué augusta pena su Con que Cuando hasta del fondo del recuerdo el mar palor te imprime, brillas, absorto en las orillas Contemplo tu ascensión lenta y sublime ? I Qué augusta pena su De los dulces De la Al infeliz ensueños blanca aurora. esperanza refulgente faro, amante Que en tí dá De palor te imprime cita los dulces eres amparo á la que tierno adora, ensueños blanca aurora ? ! 318 ^^ ESTRELLA DE LA TARDE Cuando Vuelve al zenit el pastor del hato á su cabana, Se recuerda á En el la patria en tierra extraña, piélago undoso al nauta alumbras, Cuando ¡ magnífica te encumbras, al zenit Límpida magnífica te encumbras. de esplendor estrella Estrella del amor ! celeste, mis pasos guía Tus rayos esparciendo y tu harmonía De mi existencia en el desierto agreste, Límpida estrella Al fulgor de de esplendor celeste tus pálidos zafiros Sobre la humilde fosa que A tí mi alma en guarde, la tranquila tarde Suba del aura envuelta en Al fulgor de me los suspiros, tus pálidos zafiros. Fijando la mirada en tu aureola, Si la precedo acaso en la partida, Mi amiga fiel Que en recuerde enternecida el valle del llanto amé á Fijando la mirada en tu aureola. ella sola, ! ! 319 LA ESTRELLA DE LA TARDE Preside dulcemente á su destino. Tú que del Brillaste, monte Oreb j en De Senáar ^"^ ^^^^ en las alturas las bíblicas llanuras con resplandor divino, Preside dulcemente á su destino. ¡ Asciende, asciende hermosa Lágrima ardiente Los La ; del Inmenso castos pensamientos ilusión, la y rutilante ; inflama j derrama esperanza al pecbo amante Asciende, asciende hermosa y rutilante : ; PASÓ.... Semejaba una mística azucena Puesta sobre un altar de mármol fino Una alma de luz llena Flotando entre las nieblas del destino. La Aun En la la encontré en mi camino. profundidad de mi memoria, Que su graciosa imagen Sentí que De y pura veo pasar sonriente me diviniza. inundaba en su frescura, su virtud en Amarla fué mi el sencillo religión, encanto mi gloria Aquella alta ventura Que el recuerdo eterniza, Pasó como ima sombra, como un La canto. dulce flor se convirtió en ceniza, Y mi aurora ñigaz en noche y llanto ! .. 91 BpMA Como en un negro manto Me Que envolví en el silencio, dulce al espirar Lo que pues presumo mi último canto. ayer fuera llama hoy solo es humo! !. ! CELAJE Oh ¡ pensamiento Al desplegar ! un dia tus alas. Soñaste con la gloria. Con la fortuna ingrata. Sueño fugaz! apenas Hoy lo recuerda el Buscando en Mis ¡ huellas, De mis Ni ; pasado ya borradas. primeros cantos Enmudecida jEn el alma. el altar el harpa derruido incienso, ni plegarias Marchita, eternamente Marchita la guirnalda. Que ornó la frente De la consorte pura amada ! . . , ; 326 ; CELAJE Marchemos á De la lumbre las estrellas pálidas La cima está muy lejos, Y la pendiente es agria Marchemos, aspirando Las azucenas blancas. Que De entre las grietas crecen la fatal montaña ! 'VUT^ :; Á MI HIJA Tengo en Mi MAII^ÍA el valle : ; DEL PILAR de la vida un lirio dulce hija. Placidez, candor Luz en la Perla del noche acerba del martirio, mar en que Su nombre se es harmonía. hundió mi amor. Todo en eUa Modestia, gentileza, suavidad; Destello azul de mi Que mundo y reflejó otro eclipsada estrella. otra edad. Color de bronce antiguo es su cabello De El las espigas talle en sazón, la tez de Polimnia, erguido Dátil nuevo de Smima en el cuello su esbeltez. Á MI HIJA MARÍA DEL PILAR 328 Su labio carmesí destila el De la fresca Gracioso De los y granada, y es su andar ligero como el humo perfumes suaves del Dicen sus grandes ojos Su frente Que de : ella zumo inocencia. Es inspiración. emana : altar. tanto así, la divina esencia Del estro bullidor surgente en mí. Dina y Raquel Uamáranla su hermana: La clara ñiente, ninfa Yo, de mi huerto De mi la : el campo, flor. primer manzana, selva salvaje el ruiseñor. Parece que su mente siempre Levanta, y se arrobase al cielo en contemplar Las azuladas cumbres del Carmelo, O la profunda inmensidad del mar. ; Á MI HIJA MARÍA DEL PILAR A SU lado el espíritu se eleva, Y se aspira el olor de la virtud Mi ; vida en ondas mansas se renueva Remontando á la noble juventud. Si envuelta entre sus velos la contemplo, Me aparecen las vírgenes de Sion, Cruzando con sus lámparas el templo. Palpitante en los labios la oración. Y cuando fina á recibirme avanza, La imagino en su tierna languidez. El ángel soñador de Que me De la esperanza sonrió en la tierra alguna vez. sus caricias el tesoro es Ella mi lira mió de marfil templo, Y con rosas fragantes del estio Mis cabellos ya blancos coronó. 329 ; ; . Á MI HIJA MARÍA DEL PILAR 330 ¡ Si la viese Su ¡ hoy la madre ! quién podría ¿ júbilo, su gloría traducir Oh mi muerta Porqué tan adorada ! ? Oh mi ¡ sola te dejé partir La que mimara Sofía ! . ? infante es virgen pura, Coronada de mirto y azahar; Mirra escogida, incienso de En mi zozobra oriente y luminar .... Busqué la playa y encontré Las arenas quemáranme Marcho Sin hoy, Vén, la altura, al y azar de sin mi los pies; destino incierto, mañana, y hija, vén, que el sin después. templo está derruido; Sus columnas tumbará el Salva el fuego sagrado allí Por un amor que el desierto vendaval encendido se sintió inmortal. ; ;; ! Á MI HIJA MARTA DEL PILAR Arca viva, tus rumbos, en la somLra Custodio de tu dicha, seguiré La campiña á tu paso es verde alfombra, Contigo en claras linfas beberé. El tronco aislado Aun hay Yo ¡ el Aves te dará su arrimo. murmullos en pámpano la agreste vid incoloro, tú el racimo del cielo, céfiros, venid El hálito vital de tu alborada Refresque puro, halagador mi Tú sien. empiezas, yo termino la jomada; ¡Dios te conduzca al suspirado edén!. 331 ; Á MAi[TlN DE LA aUINTjlNA En la M.UERTB DE Perdiste el hijo ¡ ¿ SU HIJO JÍÜQO Quien á tal duelo el amado ! bálsamo presume ? í'resco lirio tronchado. Apenas entreabierto Exbaló al alba el celestial La ya agostado, jaula está vacía, Del ave tierna que alegró En La cuna perfume! dulce y la casa fausto dia ayer caliente boy está fría Como ima tumba en que el amor fracasa !. ; ! Á MARTIN DE LA QUINTANA 334 Acaso Que la Inocencia vela ante los ángeles dormidos, Lamenta Del que dejó Sonrisas, allí la al partir y juguetes el por toda herencia, esparcidos. La Muerte en Medita ausencia asechanza golpe entre la sombra oculta: Derribe sin tardanza Al que lleva perdida la esperanza y triste en vida el corazón sepulta. ¡ Pero á un precioso niño ! . . . Misterio atroz, sentencia formidable Que abomina el cariño. ¡ El tigre salva, inmólase ¡ Oh mundo el incomprensible armiño y ! miserable Encierra los despojos De tu hijo en urna de ónix bien labrada, Pues fué luz de tus ojos Como envuelve el colono en los rastrojos La yerba campesina en flor segada. ; Á MARTIN DE LA QUINTANA Yo llevaré Del niño muerto á mi ofrenda la mansión oscura Mirra aun tengo en mi tienda, Y la sabré quemar de Uniendo b'ancura á la blancura. Agosto de 1878. la afecto en prenda. 335 — ! ! LUZ Y TlNiEBLA En la edad juvenil cuando La verde cumbre y Cándida en la sombra en torno Marchitos del verjel los albos del flor, vida es resplandor Mas cuando ya Que dora alma imprégnase de aurora, el La el rosal el sol amor crece, lirios. la estrella palidece, Es un templo en que apáganse los cirios, Y en cuyas anchas naves aun vibrantes Del órgano sonoro, y humeantes De incienso y mirra, místico ha cesado El cántico sagrado S23 0. — NOTAS 1 —El que desee tellana, cotejar con el original nuestra versión cas- hecha á instigación de un amigo, percibirá desde luego hemos observado la mas estricta que, á falta de otro mérito, fidelidad al texto, traduciéndole en el mismo número de versos de que consta, usando de los mismos metros ensayados por ilustre autor, y hasta siguiendo el orden por él el adoptado en la colocación de sus rimas. He aquí la nota con que Lamartine acompañó el Chant d'amour, en una de las mejores ediciones de sus obras poéticas. íí Esta Meditación fué igualmente escrita en el verano de 1820, Es un cantar de los cantares, pero con notas menos menos orientales que el himno nupcial de Salomón. Es un reto á la poesía, que no ha sabido nunca expresar la felicidad, como expresa el dolor, sin duda porque la felicidad es un secreto que Dios ha reservado al cielo, mientras por el contrario el hombre conoce el dolor en toda su acerba en Ischia. penetrantes, j colores intensidad. ;? Willis como vemos escrito en las poesías inglesas, ó Wilas: hadas servias análogas á las rusalkis eslavas. Habitan en las nubes, en los bosques j en las montañas, j bailan á la sombra 2 : íí de 1 y los cerezos. , Son jóvenes j hermosas cabelleras largas y flotantes.;? 3 Rejproche. Este soneto apareció : llevan velos blancos anónimo años aitras en la u Reforma Pacífica ;?, por ocasión de una poesía erótica publicada ; n NOTAS - antes en el el día mismo diario. El malogrado joven literato oriental D. Heraclio C. Fajardo, con quien nos ligaban relacio- nes cordiales, encontró el soneto de su gusto, y sin conocer al autor, dedicóle algunos versos, inculcando ingeniosamente en sus mismas ideas. Tuvimos entonces el capricho de contradecirle, empezando por la composición siguiente que titulamos u Sensualismo, í? Fajardo no se dio por vencido, resultando de ahí una especie de certamen en que ambos escribimos sonetos improvisados, en diversos tonos él con la visera levantada, nosotros ; de todo lo cual nuestro estimable contendor hizo en seguida una impresión en hoja suelta. De ella hemos tomado solamente las composiciones citadas. 4 No nos consta que ni esta, ni las composiciones griegas encubiertos : — oda de Safo uA una muger amadas hayan sido antes de ahora trasladadas al castellano. En tal caso nos tocaría el honor de ser los primeros en tradu- que la siguen, exceptuando á nuestro idioma esas joyas preciosas de cir 5 — Trascribimos aquí la la í<r la musa antigua. (1) nota con que acompañamos esta oda, incluida en el artículo u Las en la mugeres griegas ;? que publicamos Revista de Buenos Aires " (tomo XVI, 1868) : Nada menos que íí mos cinco traducciones en verso y prosa teneuna muger am^,da, v cuyos á la vista, de la oda de Safo u A autores son Boileau Cazado, traductor de los u Viajes de ; tenor 77 imitador de Boileau ; Deschanel Grecques ; ^j ) Cesená ( ( c< An- Les courtisannes a Les bellos Pechereses ?' ) y nuestro apreciable compatriota el Sr. Lársen, traductor de Longino siendo de notarse en tan eruditos escritores, la diversidad de los giros del lenguaje, del mismo texto. En y aun la divergencia en la interpretación tal conflicto, nos ha parecido mas acer- tado y prudente seguir las huellas del autor que traducimos. La versión que él nos dá de la famosa oda está hecha en prosa. La hemos 1 puesto en castellano con escrupulosa exactitud, sin —Escrito esto en 1871, el literato español Menenítez Pelayo, tradujo años des- pués las dos odas de Sdfo incluidas en la presente colección. in NOTAS 'mas pretensión que la de amenizar nuestro humilde trabajo, por mas que desconfiemos escollar donde tantos otros fracasaron. Algunos lectores extrañarán acaso que la oda de que nos ocupamos sea dirigida á una muger y no al amante de Safo. A este respecto, defendiendo á la apasionada poetisa, dice Cesená lo siguiente u ¿ Porque á ejemplo de otros poetas no pudo Safo poner los versos de que acabo de indicar el sentido, en boca í( : de Faon; y porque valiéndose de una ficción muy frecuente, aun siendo ella la autora, no le habría sido dado imaginar que fuese su amante quien se los dirigía?;? ííLa nohle sangre de mi heroico abuelo. 6. En el u Monitor Araucano ;? tomo 2®, número 26, fecha viernes 11 de Marzo de 1814, publicado en Santiago de Chile en la imprenta del Estado, por D. J. C. Gallardo, se lee la siguiente proclama y decreto del Supremo Director del Estado, D. Antonio José de Spano Irrisari, referente Ciudadanos íí á mi abuelo el Coronel Don Carlos : al ! anunciaros que ha muerto el Coronel Don u Carlos Spano, sé que un triste silencio sobrecogerá á cada uno de vosotros, y que penetrados de la desgracia que en esto ha íí u sufrido pérdida del valiente y distinguido Cuando cada uno de vosotros ha sido testigo servicios y amor á la Patria de este benemé- la Patria, llorareis la í£ héroe de Talca. tí de las virtudes, incomparable yo solamente os haré presente u rito é tí últimos sucesos de su vida, para rendir de este u naje debido á u Chile. , tí la oficial, memoria los modo el home- del primer europeo ciudadano de . Invadido Talca por una respetable división enemiga en cir- u cunstancias que se hallaba sin guarnición alguna, el heroico u Spano, sostuvo la plaza, haciendo una vigorosa defensa, sin u otro auxilio que veinte fusiles, tres cañones con setenta artiu Ueros y treinta lanceros. Contestó al invasor que solo después ocuparia la ciudad que estaba encargada á su tí de su muerte tí cuidado ; y cuando ya el enemigo era dueño de todas las calles : : NOTAS IV u de la ciudad y de las cuatro entradas de la Plaza Mayor cuando el valiente Gamero, único oficial que sostenia el fuego quedó muerto al pié de su canon, otro de í£ contra el enemigo, cuanto c£ los oficiales dijo á nuestro héroe í( Ya hemos hecho íí : honor, huyamos ahora ; aun hay una calle descubierta. cí pide el íí Mas este hombre digno por todos y> títulos de nuestra admiráno es bastante, yo no debo cion y gratitud, respondió u Aun u sobrevivir á las desgracias de la Patria. ;? observando enu tónces que los enemigos acometian á quitar la bandera tricolor íí que se elevaba en el centro de la misma plaza, corrió presuis : Y íí de los tiranos, y abrazándose de ella cubierto de heridas, su voz balbuciente pronunció por últimas palabras íí Muero por mi Patria, por el país que me adoptó u: entre sus hijos. u roso por entre íí el tropel : En ;? seguida recuerda la proclama á los chilenos, los servicios de Spano. íí No os le presento, dice, vencedor de Chillan el 3 de Agosto y ocupando casi toda aquella ciudad tampoco casi abrasado en el incendio del mismo dia 3, por defender una de nuestras baterías: (1) no le miréis íí organizando é instruyendo : íí que ha salvado la Patria, ni le consideréis como uno oficiales que han existido en América, y que tal vez no conocía otro superior en su línea os lo presento solamente en los últimos instantes de su vida defendiendo á Talca, íí infundiendo valor íí respeto á los tiranos, íí potables cenizas de este ilustre ciudadano no tendrá límites, íí íí íí la fuerza de los mejores : al pequeño número de sus defensores, y y sé que vuestra gratitud hacia las res- íí y que recordareis su memoria con el mas tierno agradecimiento mientras exista el nombre sagrado de la Patria. íí En fuerza de estas consideraciones he venido en decretar íí lo siguiente íí íí cí 1** —Luego que dio de la Plaza 1 se reconquiste Talca, se levantará Mayor de en me- aquella ciudad una pirámide con esta — El Coronel Spano voló en esa jornada cou un polvorín, mente, aunque estuvo ciego mas de un año. salvando milagrosa- V NOTAS inscripción La Patria agradecida al héroe de Talca, u Spano. u 2° —Se grabará también su nombre en la pirámide de la íi Fama, con la distinción de que sea inscripto en letras de oro. íc : u (.i —En todos —Luego que 3** Estado se registrará este los Cabildos del decreto. íi 4** se concluya la guerra, el Estado liará do- nación á su apreciable familia de un fundo cuyos productos u sean suficientes para que se sostenga, y entretanto, se asigne nará á su viuda una pensión de cien pesos mensuales. íi —Se celebrarán en u 5° esta capital á costo del Estado exé- u quias fúnebres por su alma, con asistencia mia íí cuerpos púbKcos, y con la mayor Santiago, 11 de pompa y y de todos los solemnidad. Marzo de 1814. Antonio José de Irrisarri. Mariano de Egaña. Secretario. 7. ÍC Que un genio A los que extrañaren de la gramática misterioso en torno llueve :pj esta locución, diremos con la autoridad filosófica de Flores, íí que no es raro en caste- llano expresar, en sentido figurado, las personas ó sugetos de los verbos impersonales, ni usados en otras personas que apoyado con oportunos ejemplos. íí Yo que soy Neptuno lloveré todas las veces que se me antojare py pudo decir Cervantes en su libro inmortal, y Solís refiere que los mexicanos íí clamaban porque no llovían sus ^dioses. ;? 8 De las composiciones que he escrito en portugués, solo las terceras ; ;? el hallarlos lo cual viene — esta elegia ha escapado de la destrucción á que fueron sus com- pañeras por mí inexorablemente condenadas. rido que lleva al frente la ha salvado. literal, Doy para aquellos que no conociendo el El nombre queaquí su traducción idioma en que fué concebida, deseen al hojear este libro darse cuenta de naje dedicado á la mas tierna amistad. un home- ! ! NOTAS VI elegía Á LA MEMORIA DE JOSÉ FRAgAO VARELLA ¿ Será acaso una ilusión el que los muertos nos escuclian —que entre el ramaje de los lúgubres cipreses del sepulcro, murmura suavemente la voz que arranca de nuestra alma, y se remonta hasta la mansión augusta de la eterna aasencia ? ¿ Revive la llama en las heladas cenizas ? ¿ Existe acaso allá en el cielo un eco que responda á los susMisterio! lóbrego abismo en donde se piros de la tierra? derrumba el débil pensamiento, que animado al calor de las dul- ces memorias, va entre las sombras de la noche infinita, arro- jando fúnebres relámpagos, en busca del amigo que per^ j Oh Varella, que no pudiese al menos darte el último adiós, velar solícito al lado de tu lecho, cerrarte los ojos, besarte la mano amiga y me ¡ generosa, decirte en secreto á la despedida, que esperases en Alma el seno de la inmensidad cuan temprano partiste ¿ Quién imaginara cuando que en el camino ameno y apacible en medio de la fiel ! yo te dejé, harmonía y los perfumes, perdiéndose en el azul del firmamento, limpio de nubes, brotando resplandecientes estrellas te seguía oculto en la arboleda el ángel triste de la muerte, cerniendo su vuelo en esos frescos valles de la vida en que resonaban las cau- — ciones festivas, la risa delirante ? Quizá mas de una vez huyó de tí al verte franco, jovial, la frente iluminada con el júbilo febrü de la juventud, que en tí Brillaba, sí ; ella en brillaba con toda la riqueza de sus dones. su albor te dio profusa, gentileza, vigor, gracia, ingenio vivaz, valor, ternura, sensibilidad profunda, férvido entusiasmo, al co- ronarte bella y risueña con sus guirnaldas de rosas, que tú des- hojabas ante ¡ Y el altar que amores de los amores. los tuyos ! Aun conservo como un perfume las gratas confidencias que hiciste espansivo á paseos nocturnos por las playas que besa poético asilo de los tiernos mi cariño, el Gruanabara, y melancóKcos recuerdos — en los verde y en esas ! ! vn NOTAS noches suaves, trasparentes, en que la luna desprendiendo su velo diáfano, derrama desde el albo trono sus pálidos zafiros, bañando la tierra en luz harmoniosa, trémula y dulce centellando en las aguas. Una mirada de la que amabas era bastante para hacerte dichoso. Amor ideal, etéreo amor divino que se alimentaba á sí ; mismo de las alas ¡ Que su casta luz, dorando con ella en deliciosos ensueños de la esperanza fugitiva. puedas, espíritu inmortal, recoger sus tu lirios, saciar sed en la fuente pura en que germinan, esparciendo á lo lejos su esencia virginal, su ámbar celeste ¿ Y cómo no elevar estos votos por erguida hirviendo en peregrinas ideas, la frente desbordando de afectos, apareciste convidado de un dia, libaste mante Tu Fuerte por la virtud, tí ? en el apenas entre sonrisas corazón el banquete de la vida, el licor y espu- ! modestia, tu fe, la resignada confianza en las promesas del porvenir, la atmósfera serena en que lucían tus plácidos j calmaban con mágica influencia los ímpeimpeKan entonces á lanzar mi batel, engalanado de bellos pensamientos, tus que me alegres banderolas placeres. j guirnaldas, en el ardiente piélago de los > • ¿ Cuantas veces me ' mano tendiste la rojaba ciego al precipicio ? ¿ al punto en que me ar- Cuantas tu acento insinuante vino á despertar mi razón anublada en la embriaguez de las pasiones tumultuosas ? Y sin embargo tú has muerto j yo vivo todavía.... Ya nunca mido en en el te veré la estación océano del dor de !.... la ¡ Dichoso tú ¡ quién sabe benigna y en pleno infinito, en haberte a^ior- ! follaje ; en desaparecer como un astro que desmaya al resplan- aurora Dejando lejos entretanto la senda umbrosa que recorrimos juntos, vi transformarse los* árboles frondpsos en ásperos pe- ñascos, en bravas ondas el raudal sollozante, el prado en mis himnos en melancólicas endechas. un erial, Y cuando vine de nuevo ! Vm NOTAS á buscarte, á entornar en tu pecho mis pesares, que pregunté por tí, ya habías partido Jamás te olvidaré oh, nunca, nunca, hasta el fin de mis dias Tu imagen quedóme impresa en el alma con los rayos mas ful! ¡ gentes del sol de la juventud. de tu noble me es amable afecto, dándole que Conservaré íntegra la herencia solo parte á aquella por quien me anima cuando mis fuerzas desfaá mi joven esposa, huerto cerrado, nardo que ñorece á la sombra de mi destino. Enseñaré tu nombre á mi hija que todavía en la infancia se parece á los ángeles, y ya que no me es la vida, llecen, — dado derramar sobre tu sepulcro las flores menos consagraré á tu memoria estos versos escritos con que amabas tanto, al mis lágrimas. u Vé 9. el roho, y la traición y la mentira. ;? La oda á México escrita en circunstancias en que la heroica Puebla de Zaragoza sostenía el sitio contra los franceses, se halla inserta en el tomo I*' de la u Eevísta de Buenos Aires, ;? acompañada con notas justificativas de los graves cargos formulados en ella contra el Imperio francés. Véanse allí los trozos que por demasiado extensos no copiamos en este lugar, de los discursos pronunciados por Mr. Julio Favre en el Cuerpo Legislativo de Francia á 6 de Febrero de 1863, y por el General Prim en el Senado español á 9 y 11 de Diciembre de 1862. 10. La ce Se abrió á Tcnochtitlan ancho camino. ;? palabra Tenochtítlan significa tunal sobre unapiedra (Men- doza, antigüedades de México.) íí Después de una serie de emigraciones y aventuras (dice Prescott refiriéndose á los primitivos mexicanos), que puede compararse con cos del mundo las mas extrañas leyendas de los tiempos heroi- antiguo, hicieron por fin alto á la oeste del lago principal enel año <Je margen Sud- 1325. Allí es donde vieron posada en las ramas de un nopal que se erguía del hueco de una roca bañada por las aguas del lago, una águila real de un tamaño y belleza extraordinarios. Esta águila asía una serpiente con IX NOTAS BUS garras-^sus grandes alas desplegadas hacia el sol naciente. Los mexicanos saludaron este feliz augurio, que según un oráculo indicaba el asiento de la nueva ciudad, de la que lanzaron los cimientos sobre unas isletas bajas que unieron al fin por medio de diques y cegando los aguazales. Sobre aquellos cimientos fabricaron sus frágiles habitaciones hechas de cañas j de juncos, existencia con la pesca, la caza de y alimentaron su precaria pájaros silvestres que revolaban en el lago, y el cultivo de algunas legumbres que se criaban en sus jardines flotantes. La nueva ciudad llamada Tenochtitlan en prueba de su origen milagroso, no es conocida por los europeos sino bajo su otro nombre de México, derivado del dios de la guerra, llamado entre aquellos La leyenda de su fundación consérvase todavia en nuestros dias en la empresa de la águila y del cactus, que figuran en las armas de la moderna Eepública de México. pueblos, Mexitli. a Pesándole la espada de la Francia 11., La trueca por la joluma, y borronea Del héroe de Farsalia, De En ocio A la Aires, í? aquel rayo de Italia, blando la tremenda historia &. " sazón en que apareció esta oda en la " Revista de Buenos ocupábase Luis Napoleón en escribir la historia de César (publicada uno ó dos años después), á cuyo efecto mandó hacer excavaciones en Roma, ocupando en buscarle y suministrarle materiales, á arqueólogos, artistas y anticuarios. 12. íc A Y el Dios de magestad quebró los dientes los que el freno de su ley mordieron. 77 (DaviD; salmo UI, traducción de González CarTajal.j 13. u ¡ Zaragoza ! ¡ oh ilustre y alto mozo Así llamó Fray Luis de León al príncipe (x Es r> D. Carlos en bre canción que hizo á su muerte. 1^. ! ¿Tw bandera esa que se oculta en el combate ? n la céle- — . X NOTAS Cuando toda que entró á Santa Inés estaba muerta y prisionera, nuestros oficiales y soldados buscaban con avidez la bandera del batallón zuavo, pero supieron en el acto que la ic la fuerza referida bandera no babia concurrido al combate y que se hallaba en el Cerro de San Juan. Este becho me ha explicado por qué las fuerzas francesas no pierden sus banderas. (Parte del General Ortega datado en Zaragoza 15. tí á29 de ícDel Pojpocatepetl en las cavernas, Popocatepetl, montaña humeante, la mas Abril de etc. 1863J ;? alta del continente muger blanca ; las norte-americano, y dos eran deificadas por la ignorancia de los indios, y creian que la otra el Ixtlacihualt, ó la dormia profundamente, mientras que vigilaba su amante enrojecido por los celos .... Otra tradición mas terrible los obligaba á creer que en el interior de la montaña existia el lugar donde eran atormentados los tiranos y perversos, y que los la diosa blanca gritos de desesperación eran los ruidos subterráneos que se es- cuchaban; y sus convulsiones de agonía sus estremeciíjaientos La mente supersticiosa de los naturales estaba herirepetidos. da de mortal pavor con estas creencias ; y así es que no se atre- vían á hollar sus faldas sino antes bien siempre huían de sus contornos, sobre todo desde el anochecer. ;? (Arroxiz, Historia 7 cronología de México.) 16 ¡Víctor por Francia! aunque á algunos pudiera quizá parecer inoportuno, no habiendo la resistencia de la Francia en su guerra con Prusia correspondido ni con mucho á lo que debía esperarse de tan ilustre y poderosa nación, insertamos aquí las dos composiciones que llevan por título u Víctor por Francia ;? y íí A la República Francesa, ;? siquiera sea para consignar mas una vez nuestras ardientes y francas simpatías en la gran guerra que ha conmovido la Europa. Si los vaticinios de la libertad no, se han cumplido, si el imperio de la fuerza está llamado' todavía á dominar el viejo mundo, por la sanción sangrienta de los triunfos militaiies, la Francia empero quedará siempre en la — ! NOTAS XI conciencia de la humanidad, como un padrón de gloria en el pasado y una esperanza de la civilización. 17 Con no poca vacilación nos hemos determinado al fin a incluir en este libro la mas tierna de las elegías de Mr. de Lamartine, traducida á nuestro bello idioma. Cómo imitar la — ¡ gracia, la pureza, la inefable harmonía de ese poema incompara- impregnado de melancolía j de amor Hay flores tan delicadas que no pueden trasplantarse fuera del clima en que nacieran ble, sm ! los mas exquisitos cuidados. ¡ Ojalá la que hemos escogido del Parnaso francés no se haya marchitado del todo en nuestras manos 18 Oreb : fué en la cumbre del Oreb, montaña de la Arabia antigua, donde Moisés vio á Dios en el arbusto ardiente, y donde con su vara hizo brotar el agua de la roca.. 19 Senáar : ¿¿nombre dado por los hebreos á la Babilonia ó á la parte de aquel país mas próxima á la confluencia del Tigris y del Eufrates. Fué allí, dícese, donde moraron hasta la construcción de la torre de Babel. ?? los hijos de Noé índice PAGIXA 3 Advertencia Introducción 5 11 Patri carissimo Hojas 13 al viento A Manuel C. Gouvea 15 La Esperanza La Inocencia 25 21 Marmórea A 20 33 35 Italia Canto de Amor 65 Flor de la vida La Aurora Myrta en ¡ el Quince años 77 ! , 83 85 Símil los 73 baño Las horas En 67 " guindos Soñaba ¿ Porque no decirlo ? Melancólica 87 91 93 97 Clarita 99 Muerta 101 .m ÍNDICE XIV PAGINA Imniorfalitas e 103 Reproche 111 Sensualismo 113 Corina 115 En el monte La flor de 117 la A una joven Esperanza 119 rusa 121 Celada 127 Cuento de En el 129 flores 133 135 lago Celos Euego Le amabas ¡ 137 139 ! Reconciliación 141 Nunca A Nydia 143 Contestación á un amigo helenista 151 Constancia 153 ! ¡ 147 Luisa 155 Poesías Griegas 161 Pablo 164 el Silenciario Rufino 165 Posidipo 166 Asclepiades 167 Posidipo 168 Rufino 169 Meleagro Antipater 170 172 Meleagro 173 Agathias 174 Filodemo Marcus Argentarius 176 Meleagro 175 : 177 XV NOTAS PAGISA iPablo el Siíenci^io 178 Meleagro 180 Meleagro 181 Antipater de Tesalia 182 Damocaris Oda de Safo á Yenus Oda de Safo á una muger amada 184 185 188 189 Safo Cameleon de Heraclea Anyta 190 Mármol A mi madre 193 Rosa blanca 203 Á 191 195 Edda En 207 213 su cartera 217 Elegía á Fra9ao Yarella A la artista chilena L. C. de T 223 México Nenia 225 Al pasar Víctor Hugo. 241 Ernesto Rossi 259 A 237 Traducción del Italiano Buenos Aires Adelante la República Francesa ! A Rio Janeiro Recuerdos Voto Á 261 C. G. S. Soneto Víctor por Francia ¡ 251 Elvira La noche 263 , ' , 267 271 273 277 283 285 287 289 293 •vm.'' XVI NOTAS ^ 4v PAGINA €.'v"' r Cántico 297 Amira 301 Himno Semblanza 303 307 At Home 309 Siempreviva 313 La 317 321 323 Estrella de la tarde Pasó Bruma Celaje A mi hija María del Pilar A Martin de la Quintana Luz j tiniebla' , ; 325 327 333 337