Hojas al viento [microform] : libro lírico

Anuncio
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R.ARY
OF THE
UNIVER.5ITY
Or ILLINOIS
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GUIDO^I^SP>NO
AL VIENTO
LIBRO LÍI\ICO
NUEVA EDICIÓN AUMENTADA
BUENOS AIR^S
IG-ON" HKRMiJ^íirOS —
LrBBEBIA DEL COLEGIO
—
18
EIDITORKS
CALLE BOLIVAB
7 9
N.° 60.
5242
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— Imp. del fobtenib, Defensa 139
,o
f¿f.3
A
Ií1^
y
¿3>¿-í_<?
hl.AFech,Bohvar.l6
ADYERTENCIA
Hace mucho tiempo
de
las letras
lectura,
y por
las
que. era reclamada por los
amantes
personas que gustan de la buena
una nueva edición de
hermosas poesías del
las
Señor Guido.
Ese vivo deseo
se explica fácilmente teniendo
que aquel ha vencido con sus versos
el
en cuenta
escollo
en que
generalmente naufragan los escritores mediocres han r^esis:
han justificado
tido el
embate de la
título
de poeta discernido á su autor, j conquistádole el
corazón
y
crítica, es decir,
los sentimientos
el
noble
de todos los que, no por ser
extraños á las cuestiones estéticas, dejan de gozar la inefable delicia de contemplar
lo
mas íntimo de su
y comprender la belleza, sino en
menos en los lumi-
naturaleza, por lo
nosos contornos que la caracterizan.
El Señor Guido no solo ha merecido dentro de la Repúbhca el dictamen mas' lisonjero de la crítica, sino también
en
el extranjero.
El mas eminente de
los poetas
contem-
4
ADVERTENCIA
poráneos, Víctor Hugo, ha aplaudido su estro luminoso,
y
la
Academia de
Bellas Letras de Chile le
ha llevado á
su seno.
El
juicio del poeta francés equivaldría por sí solo al
mejor de
los triunfos
en su vida
literaria;
que un
y
escritor
ese juicio tiene
pueda ambicionar
mas
valor, si se
considera que ha sido espontáneamente pronunciado,
sin
que
el
galante haya influido para nada en
La presente
de una
y
señor Guido, por medio de. algún compromiso
él.
edición de las Hojas al viento que, precedida
introducción debida á la elegantísima pluma de
Santiago Estrada, tenemos
el
honor de ofrecer
al
Don
púbhco,
supera á la primera, pues contiene nada menos de diez
composiciones nuevas.
Por
otra parte,
de darle
el
realce
sente, alientan
y
en
no hemos omitido gasto alguno á
que exigen obras que, como
las elevadas regiones del
fin
la pre-
pensamiento
del arte.
Los Editores.
>^.
INTRODUCCIÓN
Los hermanos Igon han emprendido la tarea de reimprimir,
aumentado, el libro lírico de Don Garlos Guido y Spano.
Este empeño
un huen síntoma
es
hozadamente, que
los versos
tados y leidos, en
edición de
un
literario,
pues manifiesta desem-
de nuestro compatriota han ndo solici-
un país en que raras
veces se agota la
primera
libro nacional.
Sobrado merecimiento tienen esos cantos para ser objeto de tan
cordial acogida
do, desde que,
;
pero no por
Un
le
á
los predilectos
amigo, Héctor F. Várela, puso la
arrebató
El
ha de desdeñarse
para parecemos en todo á
bién sabemos desconocer
y
ello
el tesoro
libro de
por una
Don
Garlos Guido y
crítica justiciera
Guido, decia José
pertenece
siglo,
hecho enunciar-
de la naturaleza.
mano
en
el
arca del poeta,
Spano apareció sostenido
y amable al mismo tiempo, que dedicó
á
la obra.
M: Estrada
á aquella raza
en la u Revista Argentina,
exótica en la tierra,
de los que se sienten caídos en
que todos vivimos.
el
demás hombres, tam-
de sus febriles vigilias.
observaciones atinadas al autor y
íc
los
el
yj
anómala en nuestro
seno de las realidades en
Sus inspiraciones son como
las reminiscencias
%•.
INTRODUCCIÓN
6
.i
Aspiran á su región nativa y viven en el trancarte
Sueñan desde su oriente hasta su ocaso, y cruzan el
platónicas.
místico.
mundo desdeñando
lo
que á todos
mirada absorta por
lo
que divisan á través de
los
homhres apasiona, con la
lo
real,
en la tras-
parencia de su fantasía, y conversjctndo familiarmente con
que crea sus visiones y formula sus
no
estrofas.
Gomo
el
genio
el
vate antiguo,
sufre intermitencias en su contemplación ideal, ni veleidades
de su numen.
Guido
es
poeta por naturaleza, por fatalidad
vivido cantando y morirá soñando.
mas
Otro juicio
Diseñado
el
P7
ha
:
,,
,
detenido vio después la luz pública.
poeta en
el
precedente, conozcamos ahora la índole
do sus versos, en las páginas de
este,
atildadamente escritas por
el
Dr. D. Pedro F. Goyena.
u ha musa
del Sr. Guido, enseñaba, se mantiene con noble acti-
tud en una región serena, desde la cual
se descubren
hermosas
perspectivas, y donde la pasión, perdiendo su intemperancia, llega
á
tranformarse en dulce y apacible sentimiento.
Guido no
se desliza
á
rie,
ni se desespera.
veces
Una lágrima pura y
por su megilla, apenas
colorida,
y sus labios perfumados
vierte luego en sonrisa;
pre una plácida, encantadora armenia.
por
Sr.
en placeres groseros, ni se abisma en dolores
se deleita
profundos; no
La musa del
El
brillante
pero se con-
modulan siem-
Sr. Guido es clásico
la corrección de la forma y por la simpatía que profesa
á
la
alberga en sus estrofas,
á
pagana ; y el sentimiento que se
es mas noble y mas tierno que el sentimiento
espesado en
de los poetas antiguos.
belleza plástica ; pero su inspiración vuela, en algunas poesías,
m,ayor altura que la inspiración
Aceptado
los versos
el libro
Andes, llegó á
el
del Sr.
Chile,
~
t>
Guido por sus compatriotas, pasó
y despertó
un
honor de que informan las lineas inmediatas, lomudas de
carta de D.
Eduardo de
la Barra, Secretario de la
Bella» Letra» de Santiago de Chile.
los
interés justísi^nio, que le atrajo
urhOr
Academia de
"
-
.
IJÍTRODUCCION
.
r
;
V
:
7
^
-
" La Academia de Bellas Letras, dicen^ ha elegido á Vd. por una-
nimidad miembro honorario, en calidad de correspendiente
extrattf-
á propuesta de su Director Don José Victorino Lastarria y
Cábeme la satisfacción i^e comunicárselo, dáti-
í'ero,
.
del que suscribe.
dolé al
mismo tiempo mis parabienes por la simpática acogida que
encontró la proposición, entre los hombres de letras
mas
notables
de estepais, á quienes Vd. fué presentado como modelo déla poesía
americana."
-'
•
,
Las " Sojas al viento
rica,
",
Amé-
después de haber recorrido la
impulsadas por próspera fortuna, atravesaron felizmente
océano, y cayeron bajo los
del siglo, de Víctor
Hugo.
"Be recibido, escribia él al autor, vuestro
Se leido con emoción los bellos y nobles versos á
mi nombre.
Sois
luz, la libertad
un generoso
por
espíritu.
la justicia, la
De
Os estrecho
!
la
mano.
manera asociábanse
esta
libro magnífico.
que habéis unido
Queréis la verdad por la
paz por
Os
filósofo iguala en vos al poeta.
Adelante
felicito.
El
la fraternidad.
Yo
digo como vos
:
"
nobles voces de la patria,
América y Europa, para coronar
nobles acentos de
el
de uno de los mayores poetas
ojos
á
al poeta
otros
Don
Carlos Guido y Spano.
El
libro
que comenzó la jornada con tanto lucimiento, rodeado
de tan favorables circunstancias, no podia quedar sumergido en la
indiferencia ó el olvido, que es la
tumba de
las producciones de
la inteligencia.
Agotada
suerte,
en
primera
la
mas
edición, esta
segunda correrá la mdsma
breve tiempo, porque el gusto litera/rio se desarrolla
aquí en la» proporciones de esos árboles de la Australia, de
cuales se
crecer.
-
ha
dicho,
para encomiar su fecundidad, que
v
En una época,
se les
los
vé
,
que no
villoso Cervantes,
es la
edad de oro de que hdblaba
pero en la cual predomina
el culto del
el
mara-
preciado
'
INTRODUCCIÓN
8
metal ; é^oca 'positiva en que
el
-
Mercurio de
los
paganos
cima de
el
y
amor por
ricas,
los
y de
las aspiraciones del cora.zon
las letras es de
los
un
tiene
altar en cada calle, y en que las realidades de la vida están
•
por en-
sueños de la fantasía^
buen augurio paralas naciones jóvenes
que atraen á su seno, con
el
á
aliciente de la especulación,
hombres de todas partes, que aspiran, al abandonar la tierra
fatigada por
la siembra,
á encontrar en
la tierra de las cosechas
fecundas, una cómoda existencia.
Sentimiento tan levantado debe servir de morigerador al espíritu
puramente práctico, llamado, sin
que ha formado uno de
Don
los
él,
á
sofocar la afición estética,
rasgos distintivos de nuestra raza.
Carlos Guido y Spano, subdito de la ley del trabajo diario,
que obliga al hombre á comer
frente, pobre
persona
los
de fortuna y
el
pan amasado
con
el
sudor de la
de imaginación, reúne en su
rico
elementos constitutivos del poeta, y conoce todas las
fases amargas y consoladoras de la vida, formadas por la lucha
y la esperanza.
Hojear
dora, que
.
.
este libro es
dá á
una
conocer
tarea simpática, interesante,
una
existencioj
probada por
sostenida por los tiernos afectos, embellecida por
bella de las artes, confortada
á
la realidad, forj ándose
ran
por
el
el cultivo
de la
mas
la ilusión de sobreponer el ideal
un medio mejor que aquel que nos forma-
las peculiaridades de la vida de
siera
consola-
los azares,
cada hombre, ó que nos impur-
carácter particular del tiempo en que nacimos.
El poeta argentino ha
dos de su existencia
:
reflejado en esas
páginas todos
•
los
perio-
la sinceridad de la infancia, el arrebato de la
juventud, la fortaleza de la virilidad, la severidad del raciocinio,
el afecto
de la familia,
el
cariño de la patria,
el
deliquio del amor,
la dicha del padre, el acento rudo del jornalero que, saludando
Dios cada mañana, empuña
el
árbol,
para fundar
el
el
á
hacha, é invita á su prole á derribar
hogar del hombre y del ciudadano.
Sijo de América, llevando en sus venas sangre de proceres,
^'
ama
s.,%:.
»
INTRODUCCIÓN
la independencia, y, sin embargo, se
la frente, esclavo de
un
dolor que
le
vé sumiso, ohatido, inclinar
le
oprime como un yugo, que él no
puede ni quiere sacudir.
Ea perdido á su padre, y
la primera
ofrenda á memoria tan cara ;
que
página de sus versos
consagra, parecen los gemidos desoladores de
le
una
el
corazón,
una
como
el cierzo
existencia
un presen-
acalorada en su regazo, de improviso asaltada por
timiento que hiela
es
canta á su madre, y las estancias
que trasmina las pie-
dras del sepulcro ....
El
sentimiento doméstico
predomina en
senta reminiscencias del diálogo familiar,
de dulces horas, que ora deja escapar
wn
el
ya formula recuerdos
acento marcial, ora exhibe
un cuadro ó una estatua labrada con
paisage,
que ya pre-
este libro,
cincel griego
en mármol italiano.
Sobre sus páginas, presididas por una sombra venerable, puede
espaciar la
mirada
la tierna doncella,
como sobre un
memorias ó un museo de familia, porque un
vuelve
el
velo
libro de
pudoroso en-
pensamiento, al tocar la realidad de ciertas imágenes,
cual ese vapor que hace impalpables los contornos de los ángeles y
hadas de
las
los pintores púdicos.
El poeta argentino ha
cultivado la pureza de la lengua y lapur-
reza de la expresión, desdeñando,
por una repulsión instintiva dé
su naturaleza, la forma incorrecta y desenvuelta, tan usual en
nuestros dias, y por ello inclinada al realismo desvergonzado.
8i en una colección como la presente
lámpago de
la inspiración, percibe las
el crítico
vé
brillar el re-
emanaciones del sentimiento,
descubre la firmeza del cincel del lapidario, fáltale la decisión
necesaria para desmenuzar las hijas herinosas de la fantasía, que
agrupadas en simpático
cia
apenada de
Guando una
los
citoj
coro,
endulzan con sus cantares la existen-
demás homhres.
ó la casualidad, reúne sensitivas y hermosas
mujeres, apenas es permitido admirar sus atractivos.
^'í'
10
INTRODUCX:iON
Juzgadas por otros con detenimiento
las composiciones del
poeta
D. Garlos Guido y Spano, permítasenos solamente saludar su
" Aurora ", engolfarnos en las sombras de su ''•Noche", inclinarnos
en presencia de la bella y tierna " Amira ", derramar una lágrima
con su " Nenia ", sonreír ante la angélica " María del Pilar ", y,
**
Al Pasar ", responder como
el
eco,
con
un
suspiro, al tierno la-
mento de Blanca.
^ Quede
ble,
ahí esa lira melodiosa, suspendida del laurel inmarcesi-
exhalando
los
aromas de
las resinas orientales,
arpejios de las cuerdas alemanas,
ya pulsada por
Buenos
el
hálito de las
Aires, 19 de
Marzo de
ya herida por
almas soñadoras
el
modulando
!
1879
S.
los"
plectro griego,
ESTRADA.
-
fkl?^ CAI[ISS!MO
Pboteja tu kecueedo el flébil canto
Que exhalo en
estas bimas suspiradas,
Pálidas hojas de flexible acanto
a una bota columna entbelazadas.
Hoy QUE EL SILENCIO EN MI EFUSIÓN QUEBRANTO
Del edén a las cumbbes sonbosadas,
Filial ofbenda que sublima el llanto,
Lleven mi voz las aubas pebfumadas.
¡
Alúmbreme un destello de tu
Óptimo padbe
Mi
y desde el cielo eeega
hueeto, por que dé fbutos mejobes.
Mas
Mi
!
gloeia,
¡
AY
!
que sumübgido en tu memobia.
vida ya en su otoño se eepliega
Como eústica tienda de
pastores.
,
;
mp
¡
Allá van
De una
!
AL VIENTO
son hojas sueltas
planta escasa en fruto
;
Humildísimo tributo
Que da
AUá
En
al
mundo un
corazón.
van, secas, revueltas
confuso torbellino,
Sin aroma, sin destino,
o
A merced del aquilón.
Esas hojas
De
ensueños
los
la vida simbolizan,
Cuando puros divinizan
La
ventura ó
el afau
^
;
;
!! !
HOJAS AL VIENTO
14
Son emblema de risueños
Devaneos, que en su aurora
La
ilusión virgen colora,
Y que nunca
j
ay volverán
!
Hojas mustias y sombrías
¡
Ya
ramas que adornaron
las
Tristemente se doblaron
El pampero sopló
allí.
Las agrestes harmonías
Que
otro tiempo al aire dieron.
De
la tarde se perdieron
En
la
bruma
Allá van,
Por
sí,
carmesí.
desprendidas
las ráfagas
de otoño.
Sin que dejen ni
En su
¡
un
retoño
tránsito fugaz
Pobres hojas esparcidas.
Por
el
De las
viento arrebatadas
vegas encantadas
A que dieron sombra y paz
lí
Á M/NUEL
GOUVE>"
C.
Nova Frihurgo
Tú que
(Brasil)
en mis selvas penetras
Y en mis valles apartados,
Por mis versos extraviados
Me
I
pregmitas en tus
Al crepúsculo no
letras.
oiste,
Del oloroso arazá
En
la hojarasca, al sabia
Gorgear ya alegre, ya
(•)— Refiérese esta composición á
ras poesías del autor, de que
quien dirige sus versos.
triste
un cuaderno donde
no conservó
copia,
?
se hallaban transcriptas las prime-
y que se extraviara
al renütirlo al
amigo &
;
16
i.
Aislado
Di
así
MANUEL
GOUVEA
mis cantares
viento en estas montañas,
al
Al susurro de
Al rumor de
Eran
C.
—
las cañas,
los palmares.
suspiros de amor.
Tiernos recuerdos de niño.
Vibraciones de cariño
En
harpa del dolor.
el
Raudal que
De
las
se precipita
cimas victoriosas
Simple guirnalda de rosas
Puesta en
la cruz
de una ermita.
Del fuego interno centellas
Que en
La
el
templo de la fama
ambición de gloria inflama
Ora
chispas, ora estrellas.
..á?^
;
Á MANUEL
C.
;
!
17
GOUVEA
Eran todo y no eran nada
Arranques del corazón,
Sueños,
delirio,'
ilusión
Niebla y luz de la alborada
* *
¡
versos amados! se
Oh mis
Como de un
cisne las nevadas
plumas
al aire entre las
brumas
Desprendidas
Del alba
No
.
fresca,
importa
han perdido.
!
en su primer volido.
revestida en nuevas galas,
Vigorizada en límpidos raudales,
Á mayores alturas
ideales
Desplegará mi inspiración sus
La juventud
;
amigo
!
alas.
que columbra
Quizas en mi destino un sol futuro,
De mi
estrecha prisión derriba el muro,
Y con palmas de luz mi frente alumbra.
—
Á MANUEL
18
Mira
En
íí
!
ya en
alto
C.
GOUVEA
mi pendón
tremola,
una voz sublime, extraña,
tanto que
Canta;;
;
me
ííj trepa la montaña,
dice
Audaz plantando
Acaso un eco de
allí
la
tu tienda sola, v
musa antigua
Es
esa voz, algún suspiro acaso
De
los
Que
Do
el
sagrados bosques del Parnaso
viento de los siglos no amortigua.
quier escucho en torno aquel acento
Que resuena en mi
De
espíritu
y me arroba
noche llega hasta mi pobre alcoba,
Remedando ya un himno, ya un lamento.
Retumba en
el
Vibra en
juncos con que se orna
En
las
los
fragor de lc§ torrentes,
el rio
;
peñas que azota ehmar bravio
Resurte,
y en
los
prados florecientes.
^
!
A MANUEL
C.
19
GOUVEA
Estalla en el turbión, ruge en el trueno.
En
Á
la orgía,
en
el
templo se desliza,
todo cuanto hay bello se harmoniza
Y á ao'itar viene mi anhelante seno.
Ya
no
Me
arrastran.
;A mí
resisto; el arte, el estro, el
la lira!
Para ornarla
Mis
.
¡
Oh embriaguez
hado
noble, celeste
j que tu mano apreste
un laurel recien cortado.
versos, de la vida
en
las
bermejas
Auroras, volarán raudos, vibranties.
Cual en busca de cármenes fragantes
Del Hybla
las melificas abejas.
Y ora trovando en la fortuna erguido.
Ora en
la tierra
mísero trovando,
Avanzaré cayendo y levantando.
Como un
león en
el desierto herido.
Á MANUEL
20
C.
GOUYEA
Yo
lucharé ; diviso en lontananza
De
la
A
inmortalidad las arduas cumbres.
ellas
De
me
gloria,
Con
guian vividos vislumbres
que iluminan mi esperanza.
todo, si
desmayo en
el
camino,
Conozco bien tu bogar; mi fe ya muerta,
Iré confiado á golpear tu puerta,
Contigo á dividir
el
pan y
el vino.
;
;
LA ESPEI^ANZA
La
esperanza
!
sublime, íntimo anhelo.
Aspiración ideal, indefinida.
Que
En
eleva al
alas
hombre de
la tierra al cielo
de la férvida ilusión
Llama vivaz que
lenta nos
Al par que alumbra
el
consume
campo de
la vida,
Y que en vapor disuelve j en perfume
La
savia del ardiente corazón.
Espíritu gentil en la mirada
De
la
En
la frente del
púdica virgen resplandece,
Del labrador en
héroe laureada.
el
humilde hogar
!
LA ESPERANZA
22
La
enciende del proscripto errante
estrella
Que de
la patria lejos desfallece,
Y al náufrasro en su barca zozobrante
y guia en
Sostiene
el
rugiente mar.
¡Flor inmortal regada con
De que
es el
Secreto
numen,
Lámpara
alma inagotable mina,
misterioso encanto,
asida á la sagrada cruz
¿Qué corazón tu
¿Tu
el llanto
influjo
no ha sentido?
claridad qué sombras no, ilumina,
Si hasta en la densa noche del olvido
Dulce penetra tu bendita luz?
Soñando
Te
el
porvenir que les predices.
acarician los pálidos mortales,
Y en su cárcel sintiéndose infelices,
De tu huella anhelantes van
—"¡Mas
Les
allá!" les repites, el vacio
cerca,
Benigna
en pos.
y con
tus velos virginales
ocultas su sepulcro frió,
Y alzas de
allí
su espíritu hasta Dios!.
LA ESPEKANZA
23
Cuando todo perezca, cuando
Desquiciado retiemble en
el
el
mundo
espacio
Y se hunda del caos en lo profundo,
Tú aun
vivirás ungida por la fe.
Como una joven
reina destronada
Contemplando en ruinas su
O
te alzarás al cielo
palacio,
inmaculada
Cual la blanca paloma de
Noé
!
: ;
LJí
¡
INOCENCl/
Cuánto á su vista
el
corazón se ensancha
Simple j modesta
Del recental sin
j pura.
mancha
Tiene la mansedumbre y la blancura
Amiga de
los niños,
Está llena de gracia y de cariños.
Há
poco la soñé
—fué un sueño vago
Pasó como
De un
la
sombra
raudo cisne sobre
Cuando
ella
me
el terso lago.
aparece
Reflejada en las risas de la infancia.
Una
Me
suave fragancia
anuncia que mi vida reverdece.
!
;
I
LA INOCENCIA
26
I
Sí,
yo
De
frescas
la vi
Rubia
qué digo
!
Al fulgor de
La
cubre
contemplo
la
aurora sonrosada.
un blanco
velo
anchas ondas, leve,
seno virginal de nieve
el
Que jamas
la
que en busca va del templo
flotante
En
aun
albas rosas coronada,
y
vestal
Adórnala
!
palpitar hizo el recelo.
Al mirarla imagino
Cuando en mi mente pasa
Al dulce rayo que su
vista enciende.
Que una nube de gasa
A
arrebatarla vino
Y en el aire azulado la suspende.
Su
faz
Nunca
Pues
bañada en resplandor divino
sintió el calor
ella
de los sonrojos,
ignora hasta su ideal belleza
Que acaso un numen consagró de
En
hinojos.
sus celestes ojos
Solo tremente brilla
La
llama azul que irradia en su pureza
Su alma ingenua y
Donde duermen
sencilla,
sus vagas impresiones.
;
!
LA INOCENCIA
27
Sus castos pensamientos.
Como
En
blancos alciones
su nido aguardando en la ribera.
Para cruzar
el
mar y hender
A que el naciente
Abí
los vientos,
sol tina la esfera.
bella, serena, harmon'íosa,
La virgen noble avanza
Tiene
al
andar
el aire
de una diosa
Y la dulce atracción de la esperanza.
¡Oh
espíritus,
oh genios
tutelares,
Llevadla inmaculada á sus altares
Mas
La
Amor
Que
;ay! súbitamente
salen al camino
audaz,
lleva
y
el
Tiempo
diligente
como marca de su
El dolor de
los siglos
Amor
vivo
y
en
sino
la frente:
risueño
Que por cada ventura apaga un sueño;
Y el Tiempo, infatigable
Que en marcha
peregrino
al infinito halló
á
la Vida,
LA INOCENCIA
28
A quien después de agasajar enluta,
Mezclando
En
al
el festin
néctar la mortal cicuta
eterno á que convida.
Y la Inocencia
Fuese,
y en
confiada á ellos
brazos del infante alado.
Del césped en
la
Se aduerme
rayo de la blanca luna;
En
Que en
al
alfombra de esmeralda,
tanto que á su espalda
lluvia de oro
inundan sus
cabellos.
El viejo segador de rostro airado,
Con temblorosa mano una
Las rosas
/
le
tras
una
arrancó de su guirnalda!
MARMÓI[EA
Marmórea,
Como
el
triste,
enferma
! .
.
.
Desmayada
sauce llorón que en la laguna
Mira su verde faz desconsolada.
En
neblina se viste, en luz de luna.
Ya
apenas se sonríe, ya sus ojos
Irradian solo
Y cual
si
un vago y
tierno anhelo,
orase ante el altar de hinojos,
Dulces los vuelve, sin querer,
al cielo.
s:Wí-\-
MARMÓREA
30
En
éxtasis quizas escucha
,
un canto
Divino, melancólica plegaria.
Himno
tal
vez de am.or ó eco de llanto
De alguna alma doliente j solitaria.
Acaso envuelta en harmoniosas brumas.
Del
aire los espíiitus alados,
Con tenues
La
abanicos de albas plumas
orean los cabellos perfumados.
Languidez de torcaz! Qué alabastrina
Blancura!
Soñando
Qué
el ideal!
Parece por
Cuando camina
los céfiros llevada.
Replegando sus
En
fulgor de la mirada
alas
como un ave
ella el sentimiento se
ha dormido;
Solo aspira á la paz, serena
Á
la
paz de
la ausencia
j
y
grave,
del olvido.
.
!
MARMÓREA
¡
La
candidísima camelia,
vierais,
Con su
31
vestido blanco de amplia falda.
Semejante á Desdémona ó á Ofelia
Deshojando en
las
ondas su guirnalda
Si toca el piano el instrumento gime;
Si canta es
murmurando una
elegia
Con
expresión patética, sublime,
Mas
ella
i
Cómo
siempre indiferente
Enferma,
La
!
.
¿
Qué honda pena
su angélico espíritu derrama
El opio que
¡
fría
extinguióse la celeste llama
Que alimentó su seno?
En
j
la
casi
calma j
la
exánime
fiebre lentamente la
!
.
envenena
.
.
?
.
Traidora
consume,
Y á su ardor su existencia se evapora
En
leves ondas de inmortal perfume.
.
.
.
MARMÓREA
32
j
campo auras
Brisas del mar, del
Efluvios de la selva
y
vitales.
del torrente,
Vivas exhalaciones matinales,
Raudas venid y reáfrescad su frente
De
su hermosura
Volvedla,
y
el
esplendor rosado
la salud
Porque torne á
latir
que en
ella espira.
su pecho helado
Y á vibrar de su ser la interna
Está en
la
Protéjala
En
edad en que
el
amor.
el
amor
Su blanca
Hra.
florece
estrella
sus divinos ojos resplandece.
¡Jamás se apague
al reflejarse
en
ella!
Á
IT/LIA
(1859)
¡Al fin te alzaste! tus gloriosas manos
Empuñaron
Que en
al fin la
antigua espada.
tus propias cadenas afilada
Ora amenaza herir á tus
tiranos.
¡Ea, Italia! en los montes, en los llanos
Embiste
al opresor; allí
Deja tu larga
afrenta,
Lá herencia de
Tuyo
Por
j cimentada
tus grandes ciudadanos.
el triunfo será;
las
vengada
mi
fe lo jura
sombras impávidas y austeras
De Bruto y de
Ya la Europa
Y asiste,
Catón.
¡Corre al combate!
ha vestido su armadura,
desplegando sus banderas.
Noble cautiva á tu inmortal
rescate!
;
CHjlNT D'AMOUII^
(
LAMAT^INE )
,
Naples, 1822.
Si tu pouvais jamáis égaler, ó
Le doux frémissement
ma
lyre!
des ailes du zépMre
A travers les rameaux,
Ou
l'onde qui
Ou
le
murmure en
caressant ees rives,
roucoulement des colombes plaintives
Jouant aux bords des eaux
i^'^
^á".
Si,
comme
ce roseau qu'un souffle heureux anime.
Tes cordes exhalaient ce langage sublime,
Divin secret des cieux.
;
C/NTO DE
;
km\
"
Ñapóles, 1822.
Si tú imitar pudieras
Susurro que alza
oh
el aura,
Yagando
Del lago en
;
lira
!
el
tremulante
de la arboleda errante
entre el dosel
estas playas el plácido
nnmnuUo,
O, cuando juega á orillas del agua, el tierno arrullo
De
la
paloma
fiel
Si cual la frágil caña que el viento ebrio de
Columpia, repitieses aquel sublime idioma,
Secreto divinal.
(1)— Véanse las notas
L
al fin del
voWmen.
aroma
:
;
:
:
CHANT D'AMOÜR
36
Que, dans
le
pur séjour oü
Les anges amoureux
Comme
l'esprit seul s'envole,
se parlent sans parole,
les
yeux aux yeux
Si de ta douce voix la flexible liarmonie,
Caressant doucement une
Au
La
bergait
Comme
le
souffle
de Famour,
mollement sur de vagues images,
vent du
Dans
Tandis que sur
Ma
ame épanouie
ciel
la
qui berce les nuages
pourpre du jour
les fleurs
mon amante
sommeille,
voix murmurerait tout bas a son oreille
Des
soupirs, des accords,
Aussi purs que l'extase oü son regard
Aussi doux que
Des
le
me
plonge,
son que nous apporte un songe,
incífables bords.
•
"fe' c
Ouvre
les
yeux, dirais-je, ó
Laisse-moi, laisse-moi
Ma
lire
vie et ton
ma
seule lumiére
dans ta paupiére
amour
I
;
;
CANTO DE AMOR
Que
al
modo que
los ojos, los
37
ángeles amantes
Se hablan sin palabras, del éter fulgurantes
En
Si la
harmonía
la
región ideal;
fácil
con que tu voz exhalas.
Acariciando una alma que desplegó sus alas
Al soplo
del amor,
Meciérala entre imágenes flotantes, indecisas,
Cual á
las blancas
En
En
tanto que
Velando mis
el
nubes
las celestiales brisas
purpúreo albor;
mi amante dormita
suspiros,
La
mis cantigas mejores
diera en grato afán
Tan puras como
el éxtasis
que
Tan suaves como en sueños
Que
!
deja,
sí,
la
al verla
me
domina.
música divina
las esferas dan.
Diría, abre los ojos
Oh
entre las flores,
mi
luz,
contemple
déjame en
feliz,
mi
Revélenme tu amor
vida,
ellos
y
bellos
:
CHANT D'AMOUB,
38
Ton regará
Que
le
languissant est plus cher a
premier rayón de
Aux yeux
la celeste
prives
du
mon ame
flamme
jour.
* *
Un
de ses bras
son cou qui
fléchit sous
le presse,
L'autre sur son beau front retombe avec moUesse
Et
Telle,
le
couvre a demi
pour sommeiller,
Oourbe son cou
la
blanche tourterelle
d'albátre et
Sur son
oeil
raméne son
endormi.
Le doux gémissement de son
Se méle au
aile
sein qui respire
bruit plaintif de l'onde qui soupire
A flots harmonieux;
Et l'ombre de
ses cils,
Elotte légérement
que
comme
Qui passe sur
le
zéphir souléve,
l'ombre d'un réve
ses yeux.
*
* *
;;
CANTO DE AMOR
Tu lánguida mirada mas
Que
al
que en
dicha en
-Ü^
'
mí
destella,
tinieblas yace, la fúlgida centeUa
Del
astro vencedor.
*
* *
Doblado tiene un brazo so
En
la alba frente el otro
La
el cuello
que
que en medio
lo
la
oprime.
comprime.
cae con morbidez
Así una blanca tórtola para dormir inclina
La
sien,
j
sobre el párpado desplega el ala fina
Con
Del seno
el
Se mezcla á
suave anhélito que exhala tenue
las oleadas
Que
De
dulce languidez.
arrulla
y
harmónicas del lago
gemidor
sus pestañas negras la sombra temblorosa.
Semeja en su semblante
De
im.
la
imagen vaporosa
sueño volador.
*
vago.
!!
CHANT D'AMOUR
40
Que
ton sommeil est doux, ó vierge, ó
Comme
ma colombe
d'un cours égal ton sein monte
Avec un long
Deux vagues que
et
!
retombe
soupir
•
.
blanchit le rayón de la lune,
D'un mouvement moins doux viennentl'une aprésl'une
Murmurer ou mourir
*
* *
liaisse-moi respirer sur ees lévres vermeilles
Ce
parfumé.
souffle
.
.
Qu' ai-je
fait? tu t'éveilles.
L'azur voilé des cieux
Vient chercher doucement ta timide paupiére
Mais
toi
.
.
.
;
ton doux regard, en voyant la lumiére,
N'a cherché que mes yeux.
*
* *
Ah
!
que nos longs regards
Comme
deux purs rayons
se suivent, se prolongent,
l'un dans l'autre se plongent,
Bt portent tour a tour
!
!
!
CANTO DE AMOR
Cuan dulcemente duermes
¡
¡
Con que igualdad tu pecho
Qué
oh
lirio
se agita
!
41
de inocencia
!
qué cadencia.
fácil respirar
olas argentadas por la luciente luna,
Dos
Tan suaves en
la playa
no vienen una á una
Besándola, á espirar
* *
Consiente de tus labios de rosa el perfumado
Y fresco aliento aspire ...
El
i
Oh
Dios
!
te
has despertado
cielo azul turquí
Tus ojos adormidos procura dulcemente,
Mas
tú al abrirlos suaves al dia refulgente,
Los
fijas solo
en mí.
* *
Ah
!
de ambos
la
mirada vivaz, larga, profunda,
Cual dos rayos divinos, en una se confunda.
Llevando con ardor
!
!
CHANT d'AMOUR
42
Dans
le coeur l'un
Ce jour
de l'autre une treuiblante flamme.
donne seul a
intérieur que
l'aine
Le regard de Tamour
Jusqu' a ce qu'une larme aux bords de ta paupiére,
De
son nuage errant te cachant la lumiére,
Vienne baigner
Comme
on voit au
tes
réveil d'une
Les larmes du matin
yeux,
charmante aurore
qu'elle attire et colore,
L'ombrager dans
les cieux.
*
* *
Parle-moi, que ta voix
Chaqué parole sur
me
touche
ta bouche
Est un echo mélodieux.
Quand
ta voix
Mon ame
meurt dans
résonne et
Comme un
mon
oreille,
s'éveille,
temple á la voix des dieux.
!
43
CANTO DE AMOR
A
nuestros corazones la llama temblorosa,
Aquel interno fuego que
al
alma fervorosa
da
el
amor
Tan
solo
Hasta que alguna lágrima furtiva, nube errante,
De
tu pupila al borde, anúblete el semblante
Con sombras de
Como
Que
al
pesar,
nacer la aurora, de la
pinta
mañana
el llanto
y que recogen las orlas de su manto.
Su luz viene á empañar.
*
*
Habíame ¡cuánto me encanta
Tu voz
Aun
si callas
ir cual
De
melodiosa! canta
los
en mi
un templo
númenes,
ser,
al
me
acento
siento
Reanimar y estremecer.
.
! :
:
CHANT D'AMOUR
44
Un
un mot,
souffle,
C'est assez
Le
:
mon ame
un
silence,
devanee
sens interrompu des mots
Et comprend
Comme
le
Un
ta voix fugitive,
gazon de
Comprend
le
la rive
murmure
des
flots.
son quí sur ta bouche expire,
Une plainte, un
Mon
demi-sourire,
coeur entend tout sans effort:
Tel, en passant par
Le
puis
souffle
une
méme du
lyre,
zéphire
Devient un ravissant accord
Pourquoi sous
Laisse
mes
Rougis-tu
tes
cheveux
me
cachar ton visage?
doigts jaloux écarter ce
d' étre belle,
L'aurore, ainsi que
toi,
nuage
ó charme de mes yeux?
de ses roses s'ombrage.
„^,^^.^.,:.y......
.,-"-..-;;;
_
-:-.-
-.^
.;,;.•-;-
-
-;
-.
.
í
'
:íSS;"
CANTO DE AMOR
Una
un
palaljra,
Luego
el silencio
45
suspiro,
—
^te
miro
Y basta; sé adivinar
Tu
idea que en
Como
el
musgo de
Comprende
De
mi alma
el
la orilla
rumor
del mar.
tu boca el suave aliento.
Una
un lamento,
sonrisa,
Hácenme
pecho
el
Tiernamente
Vibra», si el
así
latir;
una
lira
aura que espira
Leve sus cuerdas va á
¿Por qué
Que de
brilla.
el rostro
me
herir.
ocultas con tus cabellos? deja
él celosa aparte
mi mano
esa madeja.
¿Te ruboriza acaso, mi encanto, tu hermosura?
También
la
aurora en rosas su candidez purpura.
;
CHANT D'AMOUR
46
Pudeur, honte
Ce qui
;
celeste, instinct mystérieiix.
plus se voile davantage
brille le
Comme
si la
beauté, cette divine image,
N'était faite que pour les cieux!
Tes yeux sont deux sources vives
Oü
vient se peindre
Quand
les
un
rameaux de
Leur découvrent son
Dans ce miroir
Chacune de
ciel pur,
leurs rives
azur.
retractes,
tes pensées
Jette en pasant son éclair
Comme
on
voit sur
1'
eau limpide
Flotter l'image rapide
Des cygnes qui fendent
Ton
front,
l'air.
que ton voile ombrage
Et découvre tour a
tour,
Est une nuit sans nuage
Préte a recevoir
le
jour;
CANTO DE AMOR
47
¡Pudor, sonrojo santo! ¡oh instinto misterioso,
Que dá mas sombra á aquello que
Como
si la
brilla
mas
belleza, del cielo luz divina.
Debiese habitar solo su esfera cristalina!
Tus ojos vivos raudales
Son que
el cielo
azul procura,
Mirándose en sus
cristales
A través de la espesura.
Tus pensamientos flamantes
En
ellos
ravos brillantes
Reflejan; así al hender
Los
cisnes el aire manso,
Yése en
el
limpio remanso
Yeloz su sombra correr.
Tu
sien ora
Descubierta
en
y
tul velada,
libre ora.
Es una noche azulada
Que
está á espera de la aurora;
radioso,
CHANT D AMOUR
Ta bouche,
qui va sourire,
Est l'onde qui se retire
Au
souffle errant
Et sur
du zéphir,
ees bords qu'elle quitte
Laisse au regard qu'elle invite,
Compter
les perles d'Ophir.
Tes deux mains sont deux corbeilles
Qui
laissent passer le jour;
Tes doigts de roses vermeilles
En
couronnent
le contour.
gazon qui l'embrasse
Sur
le
Ton
pied se pose, et la grace,
Comme un
Aux
divin instrument,
sons égaux d'une lyre
Semble accorder
Ton
plus léger
et
conduire
mouvement.
*
* *
CANTO DE AMOR
y tu boca sonriente
La
ola
•
pura j decreciente
Que hacen
las brisas huir,
Y del borde á que se aleja
A los ojos que atrae deja
Contar
las perlas
de
Ofir.
Son tus manos soberanas
Dos transparentes
cestillas,
Sus dedos de rosas granas
Les festonan
Besa
Leve
La
>el
las orillas.
césped tu ligera
planta,
gracia,
y
hechicera
como un laúd
Celeste, tus pasos guía,
Y su ritmo y harmonía
Te impregnan en su
*
49
virtud.
"«
:
CHANT D'AMOÜR
50
Pourquoi de
Baisse, oh
!
tes regards percer ainsi
baisse tes
yeux
Que mon
Dont
Mets
ta
main dans
la
mienne
;
bras arrondi t'entoure et te soutienne
Sur ees
Aux
!
pleins d'une chaste flamine
ou je meurs.
Baisse-les,
Yiens plutót, léve-toi
mon ame ?
tapis
de
bords d'un lac d'azur
le front
fleurs.
il
une
colline
verdoyant légéremente s'incline
Pour contempler
Le regard du
est
soleil tout le
Et rbaleine de Tonde y
les
eaux;
jour la caresse,
sans cesse
fait flotter
Les ombres des rameaux.
Entourant de
ses plis
Une vigne sauvage a
deux cbénes
leurs
qu'elle embrasse,
rameaux
s'enlace,
Et, couronnant leurs fronts.
De
sa pále verdure éclaircit leur feuillage,
Puis sur des champs coupés de lumiére
Court en rians festons.
et
d'ombrage
;
CANTO DE AMOR
I
Por qué
Tus ojos
?
castos
Áh
ardientes el seno
mitiga
!
Le
Mas
j
el
aparta, ó moriré
Tu
traspasan
!
j en amoroso
césped, ciñéndote
el florido
me
fuego en que me abrasan,
no, vén, vén, levántate,
Sobre
51
mi
lazo
brazo,
talle sostendré.
* *
De un
lago azul al
margen
se enhiesta
Cuya verdeante cumbre con suavidad
La
El
sol
durante
linfa
una
colina
se inclina
á contemplar
el dia refléjase
en
el
onda,
Y al céfiro marino las sombras de la fronda
Fluctúan sin
De
cesar.
dos viejas encinas asidos al ramaje.
Se enredan
los sarmientos
de fresca vid salvaje,
Y orlando en grata unión
Sus copas, las realzan los pámpanos sagrados,
Que
se entran por los valles lucientes
En
vivido festón.
ó sombreados,
CHANT D'AMOUR
52
La, dans
les flanes creusés
d'un roclier qui surplombe,
S'ouvre une grotte obscure,
un nid oü
la
colombe
Aime a gemir d'amour;
La
vigne, le figuier, la voilent, la tapissent;
Et
les
rayons du
ciel,
qui lentement s'y glissent,
Y mesurent le jour.
La
nuit et le fraicbeur de ees ombres diserétes
Conservent plus long-temps aux pales violettes
Leurs timides couleurs;
IJne soucre plaintive en habite la voúte
Et semble sur vos
fronts destiller goutte a goutte
Des accords
et des pleurs.
Le
regard, a travers ce rideau de verdure,
Ne
voit ríen
que
le ciel, et l'onde qui'l azinre;
El sur
Les
voiles
le sein
du pácheur,
Fendent ce
des eaux
qui, couvrant sa nacelle,
ciel liquide, et battent
Des rapides
oiseaux.
comme
l'aile
;
;
CANTO DE AMOR
Allí,
en
el flanco
hendido de un
risco,
53
una caverna
Se encuentra, verde gruta do la paloma tierna
De amores va
La
á gemir
vid, la higuera fértil, la ocultan, la entapizan,
Y en ella el dia miden los rayos que deslizan
De un
La noche y
cielo
la frescura
Conservan de
las
de
zafir.
de sombras tan discretas,
húmedas y
pálidas violetas
El tímido color
Un
manantial sonoro de entre la piedra brota,
Y canta ó se lamenta filtrando gota á gota
Su
virginal licor.
Través de esa cortina de rústica verdura.
Se ve tan solo
el éter, el
agua en que fulgura,
Y en su cerúlea faz
Del pescador la vela que
Su
al
;
encubrir hinchada
barca, aquel espejo del cielo hiende alada
Cual pájaro fugaz.
CHANT D'AMOUR
54
L'oreille n'entend ríen qu'une
Qui,
comme un
long baiser, murmure sur sa rive,
Ou
Ou
les sons
Ou
Techo du
vague plaintive
la
voix des zéphirs,
cadenees que gémit Philoméle,
roclier
dont un soupir se méle
A nos propres soupirs.
*
* *
Viens, cherchons cette ombre propice
Jusqu'a l'heure oü de ce séjour
Les
fermeront leur cálice
fleurs
Aux regards
Voila ton
languissans du jour.
ciel,
ó
mon
étoile!
Souléve, oh! sotiléve ce voile,
Eclaire la nuit de ees lieux;
Parle, chant, réve, soupire,
Pourvu que mon regard
Un regard
attire
errant de tes yeux.
;
CANTO DE AMOR
Tan
solo se
oye en tomo
55
la ola plañidera
Que como un largo beso murmura en
Del aura
De Filomena
O
el
el
vago
la ribera,
son,
canto candencioso
j
flébil,
unidos de nuestra alma con el suspiro débil,
Los ecos
del peñón.
*
* *
Vén, aquel
sitio
apartado
Procuremos, hasta ver
Se hayan sus
Del
sol al
Ese,
mi
flores
rayo postrer.
estrella, es
Levanta, levanta
Tu
cerrado
tu
cielo;'
el velo.
esplendor difunde
Habla, canta, sueña,
allí
llora,
Mas deten encantadora
Tu mirada
errante en mí.
;
!
CHAXT d'amour
56
Laisse-moi parsemer de roses
La
tendré mousse
Et prés du
lit
oíi
tu t'assieds,
oü tu reposes,
Laisse-moi m'asseoir a tes pieds.
Heureux
Et
le
Sous
le
gazon que tu
foules,
bouton dont tu déroules
tes doigts les fraiches couleurs!
^Heureuses ees coupes vermeilles
Que
present tes lévres, pareilles
A Tabeille,
amante des
Si l'onde des
Roule
Des
qu'elle cueille
lis
les cálices flétris,
tiges
que sa bouche
Si le vent m'apporte
Si la boucle qui se
un
efEeuille
débris
dénoue
Vient, en oridulant sur
De ma
fleurs
ma
joue,
lévre effleurer le bord
:
Si son souffle léger résonne,
Je sens sur
Passer
mon
les ailes
front qui frissonne
de
la
mort.
;
CANTO DE AMOR
Deja siembre
el
57
musgo en
Donde tú en descanso
rosas
estés,
Y del lecho en que reposas
me
Deja
Feliz la
siente
á tus
grama que
pies.
huellas.
El botón que abren tus bellas
Manos, de
rico frescor,
Y esas corolas bermejas.
Que
libas cual las abejas
Que aman
del
campo
Si el lirio mustio
la flor.
que arroja
Flota en la hnfa de añil,
O
del
Gozo
ramo que deshoja
la esencia sutil
Si su cabello ondeante
Por mi
rostro, al labio
Perfumado
llega,
amante
ó bien
Si alcanzo á sentir su aliento.
De
la
muerte
el ala siento
Rozar mi agitada
sien.
CHANT D'AMOUR
58
Souviens-toi de l'heure bénie
Oü
les dieux,
d'une tendré main,
Te répandirent sur ma
Comme
Depuis
Ma
1'
ombre sur
vie
le
chemin.
heure fortunée,
cette
vie a ta vie enchainée,
Qui
comme un
s'écoule
seul jour,
Est une coupe toujours pleine,
Ou mes
lévres k longue haleine,
Puisent l'innocence et l'amour.
*
* *
Un jour
Fanera
le
temps jaloux, d'une haleine glacée,
comme une
tes couleurs
Sur ees
Et
sa
main
Ces rapides
flétrira
lits
de gazon
;
sur tes charmantes lévres
baisers, helas
Dans
fleur passée
!
dont tu
me
leur fraiche saison.
sévres
p^-.., -;,,,,,.
r,
...-,-
-
-.-^-^',?.;_,.:;..-í,-
;^
CANTO DE AMOR
Recuerda
59
dichoso instante
el
En
que un numen inmortal
Te
esparció en
mi vida
errante,
Grata sombra en campo
erial.
Desde entonces fortunada
Nuestra existencia hermanada
Dando un
Es un
solo resplandor,
cáliz
siempre Heno
En
que apura ávido
La
inocencia
y
el
el
seno
amor.
*
* *
De
tí
Tu
fausta primavera marchitará, flor breve
envidioso
un
dia el tiempo helado, aleve
Que pasa en
el verjel,
Y agostará en tu boca graciosa j purp urina
¡Aymé!
los
raudos besos de que eres tan mezquina
En
su estación de miel.
;
CHANT D'AMOÜR
60
Mais quand
De
tes
yeux, voilés d'un nuage de larmes.
ees jours écoulés qui t'ont ravi tes
charmes
Pleureront la rigueur:
Quand, dans ton souvenir, dans l'onde du rivage
Tu
chercheras en vain ta ravissante image,
Regarde dans mon
coeur.
La
ta beauté fleurit pour des siécles sans
La
ton doux souvenir veille a jamáis a l'ombre
De ma
Comme une lampe
Protege avec
la
La
Et quand
la
nombre
fidéHté,
d'or dont
une vierge sainte
main, en traversant l'enceinte.
tremblante ciarte.
mort viendra, d'un autre amour
suivie,
Eteindre en souriant de notre double vie
L'un
Qu'elle étende
Et que
ta
ma
main
et l'autre
conche a cote de
fidéle
Dans
flambeau,
la tienne,
embrasse encor
le lit
du tombeau.
la
mienne
•
—
CANTO DE AMOR
Más cuando
el llanto
61
anuble tu frente, que los años
Fugaces, desluciendo tus gracias, desengaños
Te brinden j
Que en vano en
el dolor,
memoria procures j en
tu
la
calma
—contémplala en mi alma,
Del lago azul tu imagen
Risueña en su esplendor.
Allí tu beldad siempre florece,
j siempre amado
Y eterno tu recuerdo palpita, resguardado
Por mi
Como de una áurea
Cruzando
el
fidelidad,
lámpara, la virgen consagrada
templo, encubre con
La
mano
delicada
ardiente claridad.
Y cuando blanda llegue de un otro amor seguida
La
muerte,
j que
la antorcha
de nuestra doble vida
Fatal venga á extinguir
Al lado de tu lecho también extienda
el
mió,
Y asidas nuestras manos, ni aun el sepulcro frió
Nos pueda
desunir.
CHANT D'AMOÜR
62
Ou
plutót puissions-nous passer sur cette terre,
Comme on
voit
en autome un couple soKtaire
De cygnes amoureux
Partir,
en s'embrassant, du nid qui
Et vers
les
doux climats
qui'ils
les rassemble,
vont chercher ensemble
S'envoler deux a deux!
!
CANTO DE AMOR
Mas
antes este
Como
mundo de
tránsito crucemos
esos tiernos cisnes que
Del uno
63
el otro
en
el
otoño vemos
en pos,
Partir, acariciándose, de sus calientes nidos,
Y hacia los
dulces climas que
van buscando unidos.
Volar de dos en dos
ÜSJ^*''-^»"'
YIQ\ DE LA VIDA
Esta noble sentencia
Que tengo en blanco mármol ya
Me
dijo
un
sabio de ática elocuencia
Con harmoniosa voz
'
i>
*
esculpida,
Es
la flor
:
de
a la inteligencia
la vida.
;;
LA jiURORA
Huyen
las
sombras ya á su antro acorre
;
Siniestro el crimen,
La
y
el
bubo ya
grieta oscura de antigua torre
Con sesgo vuelo buscando
va.
Parte Romeo. Dulce Julieta
Toda tremante
De
cierra el balcón.
infanda orgía vuelve Violeta
Rasgado
el traje
y
el
(*)
corazón.
—Violeta: célebre hetaria griega,
y principal figura en la bella ópera de Verái,
PraTiata."
"Ia
!
LA AURORA
68
Fausto sus libros
cierra, el misterio
Buscando en vano del
Son
A
las
campanas
ser
Cual
los
—
oid
del monasterio,
orar, nos dicen, fieles
Despunta
;
el alba.
venid
!
.
.
.
Pálidas, bellas.
recuerdos del bien que huyó.
Brillan algunas dulces estrellas
Con que
la
noche su frente ornó.
Vacilan, tiemblan, se apagan
Del horizonte vénse
¡
celajes de oro
Salve, es la aurora
!
friego.
y carmin.
raudal de vida.
Sonrisa alegre del cielo
La
luego
al confín.
Ráfagas tenues, franjas de
Limpios
;
;
es
blanca ninfa del sol querida.
Fresca surgiendo de entre áurea mies.
;
LA AURORA
Dulce
reflejo
69
de la mirada
De
Dios, contento del esplendor
De
su obra, cuando acabada
Pudo
Fué á
abrasarla su inmenso amor.
esta hora
que á Eva divina
Por vez primera contempló Adán
Que en
los desiertos
Jacob errante llegó
Al alba pura,
¡
de Palestina
al
Jordán.
oh almas sinceras
!
Labán, sus hijas Lia y Raquel
Tierno bendijo so las palmeras
Agar
se aleja
con Ismael.
Y el pastor árabe,
no bien rayaba
Sobre las tiendas la claridad,
Ágiles cabras apacentaba
En
las colinas
;
de Galaad.
!
70
LA AURORA
Soberbio
!
al
paso que
Brotan torrentes de
Como en
el dia
avanza
y bien
luz,
delirio, la vista
alcanza
Las maravillas de un nuevo edén.
¡
Región excelsa de ensueños vagos
Palacios, templos, islas,
allí
Se ven, ruinas, volcanes, lagos
Con
¡
olas tintas
en carmesí.
Fiesta magnífica del grande cielo
I
Quién
¿
Que
Al
describirla
jamás podrá
!
?
fantasía su osado vuelo
claro olimpo
remontará
?
Monstruos, quimeras, grifos, dragones
Con
ígneas alas, cruzan,
Bellas
y en
mil
y extrañas transformaciones
Pueblan
el aire
puro y
sutil.
!
LA AURORA
71
Del hondo averno sombras austeras,
Parece, surgen á conquistar
El rojo oriente, que sus banderas
Victoriosas hace flamear.
Cúbrese
De
el éter
de
iris
fulgentes.
esmaltes ricos en fondo azul,
Y leves, finas, resplandecientes.
Las nubes tienden su róseo
La
tul.
luz en ellas con mil cambiantes
Se quiebra, y forma vivo arrebol.
Mientras las borda con sus diamantes
Trémulo
el
rayo del almo
sol.
;E1 sol! monarca del alto coro
De
estrellas,
magno,
sacro, inmortal;
Guerrero inmenso del casco de oro,
Padre del dia
bello
y
triunfal
LA AURORA
No
bien del monte brilla en la cumbre,
Cantan
las aves,
y en
Que anima y baña
La
flor
el verjel
su regia lumbre,
rebosa de incienso
Y así que
Su
72
ei
y
miel.
disco soberbio asoma,
lujo ostenta la creación;
Levanta
el
vuelo la
fiel
paloma.
Fiero, de gozo ruge el león.
Del
Infinito vasto santuario,
Alzanle
un himno
Es cada un
árbol
la tierra, el
un
incensario.
Cada montaña sublime
¡
Hosanna!
Sedienta
el
el
mar;
altar.
dia que nace expande
alma de luz y amor;
¡Hosanna! ¡hosanna! Dios solo
es grande,
¡Gloria en los siglos, gloria al Criador!
MYp
Fresca es
el
EN EL B/KO
onda, azul
j
cristalina,
En
que baña su cuerpo de alabastro
La
rubia Myrta, al resplandor del astro
Que
pálido las sombras ilumina.
La juventud
divina
Ennoblece sus mágicos hechizos,
Mezclando en un conjunto soberano
La grana
Al
tiria
y
el marfil indiano.
desflocar gentil sus blondos rizos
Por
el
Del
rio
Que de
agua escarchados, semejaba
una alba y vaporosa ondina,
las grutas
Jugando en sus
de coral se alzaba
cristales
movedizos.
; !
!
:
MYRTA EN EL BAÑO
74
Oculto en la vecina
Margen, entre
el
nepente
y
el acanto,
Detras de una florida y verde acacia.
Sentí mis ojos anegarse en llanto
Al ver tanta
belleza
y
tanta gracia
Ella creíase sola,
Pues dejara
sin velo
Los encantos que á amor reservó
Vinieron á besarla ola tras
Una
De
al
dulce aureola
contemplarla sin mancilla
sus plateadas blondas envolvióla.
Yo
En
ole-
castidad en derredor la brilla,
Y Cintia
En
el cielo
todo embebecido
vano quise retirarme, en vano
Un
genio
¡
oh dulce arcano
El tierno genio á mi existencia unido.
Me
embargaba
el deseo, el
movimiento,
Y en insinuante acento,
Y místico lenguaje.
Así
me
habló invisible entre
el follaje
;
MYRTA EN EL BAÑO
—
Mortal cuya alma perturbo la duda,
íí
La
sien inclina á la beldad desnuda,
Que en su harmonioso y
De
El
75
sello del
divinal conjimto,
los cielos trasunto.
Eterno augusta
lleva,
Púdica Venus ó inocente Eva.
Sintiendo de
mi culpa
En
;;
los sonrojos.
húmeda grama
la
Entonces la adoré puesto de hinojos.
Pidiéndola
un
La
En
destello
adoré hasta
que saHó del
Como
Que surgiendo
reina del
Luego
al
Que huye
De
la
momento
y
pura.
la blanca diosa
del líquido elemento,
amor y
modo
el
rio esplendorosa,
Liniaculada
Fué
de su llama.
la hermosura.
del ciervo fugitivo
el arco
de Diana cazadora
apiñada fronda en
los doseles
MYRTA EN EL BAÑO
76
Tembloroso, furtivo,
Me
desliza
á esperar
nueva aurora
la
A un boscaje de mirtos y laureles.
Siempre quedóle impreso
Aquel recuerdo
De
al
la inmortalidad,
Inundóla,
y de
luz
—
alma
^ardiente beso
que de poesía
y de harmonía
!
¡QUINCE /ÑOS!
¿Quince años! ¡dulce edad
En
que
el
Como una
De
alma de
flor se
el
soplo
se reviste
frutos de oro, que encierran
De amor
el
supremo
Edad en que
elíxir.
traspasado
la infancia el fresco límite.
La muger,
De
al
árbol de la vida
Con esplendor
De
abre
las brisas juveniles!
Yerde
De
las vírgenes,
su
llevando
el sello
celestial origen,
Entra ufana de
la vida
;
¡QUINCE Años!
78
Por
los senderos difíciles,
Semejante á aquellas aves
Que
del golfo entre las sirtes,
Aunque tumultuoso
Su blanco plumaje
Con manso vuelo
Sobre
el
viento
rize,
se ciernen
las olas terribles.
Edad de
la rubia
Cuando á
la
Eva
aurora sublime
Apareció, con asombro
De
los castos serafines.
Bella edad cuyo horizonte
Irisan ricos matices,
Resplandeciente aureola
Que Dios enciende y bendice
Cálido oasis que invita
A soñadora molicie
Entre
la rosa fragante
Y las violetas humildes.
Cuando
al
rumor de
las
palmas
Y al susurro de los mimbres,
Cruzan en lagos de plata
Grupos de pálidas
Willis.
^^^
)
!
¡QUINCE Años!
79
Allí todo es harmonía,
Todo
La
canta, todo vive.
ilusión
j
la esperanza
Cual dos hermanas sonríen.
Entonces ¡cuántas venturas
La imaginación no
Que en
finje.
recuerdos se condensan
Luego y en lágrimas
tristes
Lágrimas ¡ay! que derrama
La juventud
Como
la
Que de
al partirse,
nube fugaz
oro
y gualda
se viste,
Esparce su fresco llanto
Sobre los campos fehces
Antes que
En
esa edad dichosa
Quien hay que
En
de otoño
el éter la disipe.
Es en
( i
el viento
al
vivo la pinte
que hermosa ostenta Julia
La pompa de
sus abriles.
Y á fe que bien puede hacerlo
La que
La
es blanca
como un
de los negros cabellos
cisne,
!
;
80
¡QUINCE Años!
Que en
leves rizos divide,
Y que la caen en racimos
Sobre
La
el cuello
de
alelíes.
del habla melodiosa
Cuyo simpático timbre
Despierta en
De
el
alma un eco
ruiseñor invisible.
La de
los brillantes ojos
Que húmedos rayos
despiden,
Mientras sonrientes
las
Con su guirnalda
lia
la ciñen,
niña del albo seno
Que bajo
Como
De
Gracias
el tul se
percibe
nieve entre cristales
toda impureza virgen
Como
Que
dos blancas palomas
presas entre jazmines,
Soñando amores
del cielo
Palpitan por verse
La que
es de
libres.
formas cumplida,
Que deja ver cuando
Unos
ríe
dientes que son perlas
Engarzadas en
rubíes.
!
¡QUINCE Años!
La de
las
81
manos ebúrneas,
Pié que la yerba no oprime,
Hermosa como
el
Aérea como una
amor.
sílfide.
Mas pura que una azucena
Y mas gloriosa que el
¡
Oh que nunca
¡
el cierzo
!
Tan divina
Que
Su
flor
iris.
helado
marchite
los pesares
jamás
sien inocente inclinen;
Plácidas auras la arrullen,
Tiernos halagos la mimen,
Y de su amable virtud
Limpio
el sol
y
eterno brille!
;
4,
-V,
LAS
m\k^
Queriendo coronar la mas hermosa,
En tomo
Y
allí
al sol las
Horas
en danza genial
Del almo dia
al
se
se juntaron,
harmonizaron
sonrosado albor.
Mal envueltas en gasas transparentes
En
el éter azul, todas
Mas fué
La
son bellas
reina elegida al fin por ellas,
dulce hora del primer amor.
Desde entonces
Con
el
alma está á su imperio
misteriosos vínculos unida;
Se confunde á
la esencia de la vida,
Rica en tiernas promesas
al pasar,
Y deja en pos dulcísimas memorias
Al perderse en
Como
V
tiempo en casto vuelo.
brillan los astros
Cuando
:
el
el sol tras el
en
el cielo
monte va á
espirar.
Ur^n
'
^'
:
:
!
:
símil
La
i
un ave
selva dijo á
:
Cuando levantas
Tu voz en
la espesura.
Lloras ó cantas
?
Contestó aquella
—Se confunden mis himnos
Con mis
querellas.
A una harpa Eoliana
Preguntó
¿
el
Por qué,
viento
di,
cuando paso
Das un lamento
?
Y habló así el harpa
—
^En mis cuerdas suspiran
De amor
las
hadas
;
!
86
!!
:
SÍMIL
Al
¡
rio dijo
Triste
un sauce
:
murmuras,
Y entre flores deslizan
Tus aguas puras
Sollozó el rio
— Ay
¡
Corro
Dijo
i
el
!
al
sauce, tú
no sabes
abismo
campo á
la lluvia
De donde mana
La
fuente de tu llanto
Que me engalana ?
—Brota en tu
Contestóle,
Tu
Como
el
nutre
dulce aliento
ave
Y el claro
me
seno.
y
el
harpa
rio,
Sentidos son los ecos
Del canto mió
Como
la lluvia
Con que
riega las flores
La nube
oscura.
!
EN LOS GUINDOS
Tenia yo dieciocho años, j
Apenas
No
es
dieciseis
;
ella
rubia, rosada.
por cierto mas fresca
Ni mas viva una fúlgida
Un
Conmigo fué
la alborada
centella.
dia Adriana bella
al verjel
á coger
fruta,
Y así como emprendimos nuestra ruta,
Absorto
Cuan
me
fijé
atractiva
por vez primera,
y cuan hermosa
era
Llevaba un sombrerillo
De
paja, festoneado, con adornos
De
flores
de canela y de tomillo,
Y realzando sus mórbidos contomos.
fv*
EN LOS GUINDOS
88
Un
Saya
corpino ajustado,
corta, abultada,
Labores, hacia
el
de distintas
uno y
otro lado
Recogida con lazos de albas
Como
La
nuestro paseo se alargaba,
ofrecí el brazo.
Que en
Me
arrobé al sentirla
lánguidamente se apoyaba.
él
Confuso y sin saber
Me
cintas.
el
qué
decirla.
Trépeme á un
desasí
alto guindo,
Desde cuyo ramaje de esmeralda
El bello fruto ya en sazón
Que
ella
con gracia recogió en
¡
¡
Oh
Oh
pintar,
la falda.
delicioso instante
secretos de
Podré
la brindo,
amor
!
¿
!
Cuál mi ventura
mi sangre llameante,
Al ver desde
Su seno
la altura
palpitante,
Su voluptuosa y candida hermosura?
i
Acaso Adriana adivinó en mis ojos
El fuego interno que en mi alma ardia
I
Esa
—
(c
í£
la causa
fué de sus sonrojos
Aquella guinda alcanza,
Que
está en la copa
;
;;
me
?
?
decía,
agárrate á las ramas
—
EN LOS GUINDOS
No
vayas á
caer.;;
Qué me darás
Que madura
? ^y
íí
¿Y tú
si
89
me
—Bermeja cual
el estío
en
amas,
las
pomas
las laderas,
Contestó apercibiendo dos palomas
Blancas, ebrias de amor:
— u Lo que tú
quieras
!
;;
ÍSK*:»i-3^_*í.s?_;,
.-
!
.-:-
SOÑ/BA
Jamas me
dijo
Que bajo un
Mi nombre
Yo
que
tilo
me
amaba,
ün
en su jardín dormía.
entre suspiros pronunció.
la besé los labios rojos,
y eUa
Sin despertarse, como nunca beUa,
De
dia
súbito mortal palideció
!
¿
Si tú
no
fO\
m
te ofendes
Escucha en
lá
¿
?
por qué no decirlo
?
vega montuosa del mirlo
Que gime,
Mi voz á
NO DECIRLO
tu oido
el reclamo.
mas blanda
resuene,
Y el harpa vibrante sus cuerdas estrene
Diciendo^ te
Te amo,
En tí no
adoro tu augusta hermosura.
sí,
hallo
Que
En
amo
el
mancha; tu frente
es
mas pura
velo que labras.
ella reflejan los nobles instintos.
Tus manos colmadas están de
De
ij
miel tus palabras.
jacintos.
;
94
¿
;
POR QUÉ NO DECIRLO
Por qué no me
Corrió
como
el
es
Tú
?
dado decirte
:
mi vida
agua que mana escondida
Del bosque en
Jamás
!
fondo
el
las espinas rasgáronla el
manto,
sola formaste su gloria, su encanto,
Mi
bello ángel blondo!
Más ab desbordando mi
;
!
Despéñase rauda. La paz,
loca existencia
la inocencia
Perdió delirante:
¡
Perfume
¡
Dulcísimo vino que
del
alma serena y
el
sencilla
vaso de arcilla
Derrama espumante!
Las rosas bermejas que orlaron mi frente
Ya
están desbojadas; nublóse
De sombra
Tú
sola fulguras
Cual
brilla
en
el
mi oriente
importuna.
en medio á sus nieblas,
ara de
un templo en
Filtrando la luna.
tinieblas
¿
POR QUÉ NO DECIRLO
?
Ingenua, modesta, mas tierna que un niño.
Lo
sé,
no merezco tu dulce
Tus
La
cariño.
castos favores.
fuente sellada que cerca
el
granado
Y el mirto, no es mia, ni el huerto cerrado
De
místicas flores.
¡Deleite divino bañarse en su aroma!...
Más huye
las sirtes la
Que
arrulla
Al menos mis
en
blanca paloma
las
palmas.
ojos contemplen su vuelo,
Y un dia sus alas encumbren al cielo,
Un
ángel, dos almas!
95
!
MELANCÓLICA
Tu
dulce
j
Realzando
La
Que
virginal melancolía,
las gracias deslumbrantes.
vivida harmonía,
dio á tu rica juventud el cielo.
Es
cual fúnebre velo
Cubriendo una diadema de brillantes
'^L
CLAIi^ITA
Como
Me
ayer preguntara por Clarita
contestaron .con tristeza: ¡ha muerto!...
Cándido
Que
el
lirio
apenas entreabierto
ábrego glacial dobla
y
marchita.
¡Pobre niña! de angélica pureza,
De mansedumbre, de
virtud modelo;
Flor en la tierra, espíritu en el cielo.
Recien su vida en
Me
sepulcro empieza!
dicen que tranquila se
Como un
Con
De
el
infante
y que
ha dormido
espiró sonriendo.
júbilo tal vez apercibiendo
sus ensueños el edén florido.
100
CLARITA
;
Oh
Clarita gentil
!
vaso de aroma,
¡Cuan pronto desbordando
¡
Cuan temprano
te quebraste!
tu vuelo remontaste
Al
firñíamento azul, tierna paloma!
He
sabido con llanto tu partida.
Más
si
mi acento con
Sigue mi alma
Aspirando
el
dolor te nombra,
el rastro
de tu sombra
perfume de tu vida.
¡MUEI^TAI
La
vi
dormida para siempre
¡olí cielos!
¡Con tanta juventud! ¡tanta belleza!
La
aureola que ciñe su cabeza.
Son
los últimos rayos del
¿Qué
amor.
resta de esa vida sonrosada.
Llena de luz, de encanto y poesía?
IJn reflejo en
el
alma, una harmonía.
El leve aroma de marchita
flor!
IMMOpLITAS
En un
lúgubre desierto,
Severa, tétrica, inerte,
Al
pié de
un
sepulcro abierto.
Está la pálida Muerte.
¡Terrible sombra! ¿qué abismos
De
su seno la abortaron?
¿En qué
extraños cataclismos
Los orbes
se le plegaron?
Del espíritu que crea
Hosca
rival se levanta;
Derriba su altar que bumea;
Toda
fuerza, ultriz, quebranta.
:'ü
104
IMMORTALITAS
¡Prodigio
!
de
las ruinas
Con que su imperio
circuye,
Renacen obras divinas
Que de nuevo
En
aja
y
destruye.
su inmenso reluchar
Con
la creación renovada,
Semeja un fúnebre mar
Que
uniese el ser con la nada.
Sublime horror
Todo en
ella es misterioso.
Su mudez
triste
Su
y
Un
eterno
dia, ;dia
La Vida
y profunda,
frió reposo!
de llanto
I
hacia ella vino.
Hecho en
En
la circunda;
jirones el
las zarzas del
manto
camino.
;
-^m:
IMMORTALITAS
Su
belleza era esplendente;
La
luz de la inteKgencia
Dios mismo imprime en su frente
Con un rayo de su
En
esencia.
sus arcanos profundos
Domina
Gran
Que
el orbe, le
anima,
piincipio de los
mundos
embellece, orna y sublima.
El raudal surge espumante
A su influjo, el viento zumba.
Se encrespa
el
mar rebramante.
El ronco trueno retumba^—
Brillan los astros del cielo
Con hermosa y
dulce lumbre
Cae en cascadas
el hielo
Derretido en la alta
cumbn
105
—
;
IMMORTALITAS
106
La
savia ardiente fermenta
De
la tierra
en
las entrañas
El volcan ígneo revienta
Sacudiendo
Canta
el
las
ave sus amores
En
las selvas,
De
aljófar,
El prado
montañas
y
la aurora
de gayas
viste
y
flores,
colora.
Y á fin de que aun mas asombre.
De
su virtud fruto acerbo,
Infunde su aliento
Fulgurante
al
estalla el
hombre
verbo
!
Los sueños en su palacio
Arrullarla á veces suelen,
Sombra que cruza
el espacio
Y que los vientos impelen.
;
:
IMMORTALITAS
Impelen,
Del
infinito
Cantando
En
océano
á que aspira,
el destino
su prodigiosa
Fué á
De
al
sí,
la
la
lira.
margen de aquel mar
vastas
Que á
humano
j
eternas olas.
Muerte vino á hallar
Y que se encontraron solas.
Perdió
el
recuerdo al instante
De
las cosas,
En
lágrimas, penetrante
j deshecha
Sintió del dolor la flecha.
Ambas
ellas
ignoraban
Su
origen; al verse juntas,
De
hito
É
en hito se miraban,
luciéronse estas preguntas
107
;
108
!
"
! !
IMMORTALITAS
—"
i
"¿Y
Quién
tú?"
eres tú ? "
—" Soy
la
—"La Vida, elemento
Fecundo, harmónico, fuerte,
Luz y amor y movimiento...
Iba á seguir ;ay! no pudo.
Miro hacia
atrás
;
agostado
El camino, áspero y rudo
¡
Noche y
Entonces
Cruel,
un
tiniebla el
sintió
pasado
una angustia
terror cobarde
Vacila, cae; triste, mustia,
Quiere volverse
;
era tarde
Agobiada, en su fatiga
Sin fuerzas, perdido
En
la
Muerte.
el brío.
Muerte vio una amiga,
Recibió su ósculo
frió,
."
1^^
IMMORTALITAS
Y esta la dijo—" En mi lecho,
Hermana, descansarás,
Y de la nada á despecho
Fresca
y joven
Abrazáronse
te alzarás!"
las
dos
Grandes sombras; de
allí
á poco
El alma llegaba á Dios,
De
lo creado
inmenso
foco.
Y en la fuente de verdad
Sumergida,
el
universo
A su excelsa magestad
Fué
espejo límpido
¡Oh
misterio! de esta suerte
En lazo
Con
y
terso.
místico unida,
la vida está la muerte.
La muerte engendra
la vida!
REPI^OCHE
¡
Digna ofrenda,
Que con
(3)
pardiez, á la hermosura
sensual instinto te enamora,
Decirla el frenesí que te devora.
El lúbrico furor que en
Muerde,
sí,
la
manzana
Hambriento del
Sin cuidarte
Bajo
si
el fresco
deleite
tí
se apura!
agria ó
madura
que atesora,
oculta roedora
matiz, la larva impura.
Y pues el fuego de tu sangre atizas.
No
La
ultrajes la virtud, entre las
sombras
lujuria en tus carnes clave el diente.
¿De
tanto incendio que obtendrás? Cenizas!
Ni nombres
al
amor, pues
si le
nombras
Velará en su pudor la casta frente.
j
"*'^ííV
SENSüjlLISMO
¿Será un crimen rasgar la tenue gasa
Con que
O
en
la
pomposa viña
Uvas gustar y
Cuando
amor
oculta el
el
el
amor
las ajenas
bien que raudo pasa?
alma nos abrasa.
el
Que Venus arde en
Desciende
gracias terrenas,
el cielo
las
henchidas venas.
mismo á
las
amenas
ígneas regiones del placer sin tasa.
Júpiter
Dejo,
sumo
el
trono esplendoroso
j á Leda en
Sedujo,
yá
la tiria
cisne transformado
Europa, en toro;
Y en la prisión entrando voluptuoso
De la
Sobre
blanca Danáe, derramado
ella se deshizo
en
lluvia
de oro!
8
^s
;
COI^INA
— Corma, oh Corína
La
flor
De
nadie sabida será
mas modesta no
—Cuan
fe pura
bella
Del lago en
No
\
De
tu huida
tu conoces
—u
\
Oh
las linfas la dulce
Vén, candido
;
dioses
!;;
del bosque las pálidas ninfas,
!
dan una idea de
Orillas del
;
:;;
tí,
DelHybla:;;
ci
tiembles
;
Mi
íc\
del templo de Yesta
!
;
Xanto
panal fino
—
lirio
las
Napea,
íí¡
Destino!;;
del verde
sombras
Erimanto
fieles
frescos laureles nos brindan su abrigo
Vén pronto
:
;;
—
í¿Te sigo.
;;
/-
—
!
.
CORINA
116
íí
¿Acaso estás
La
I
í(
\
Aquí en
la dicha
No me amas ? ;;
Delicia inefable
Al
!
fin serás
mía
:
;
;;
í£
¡
Oh
;;
y umbría
Me muero
las aves...
Tal vez envidiosa.
!
lo pido, lo quiero
^Las nupcias secretas
¡
— Te adoro
soñada ventura
¡
—
Nos cantan
!
que imploro ?
la espesura frondosa
Corina
c(
al suelo
sien ? alza el velo, levanta esos ojos
Te causa sonrojos
i
que inclinas
triste
. .
¡
¡
!
;;
en himnos suaves
desmayas
qué páHda
!
...
! . . .
la diosa
yerta
! . .
Diana, está muerta !!...;;
:¥
EN EL MONTE
Morena, desgreñada, con
los ojos
Como
la
ascuas ardientes,
De
cinabrio, su aspecto
De
la sangre
Azorada
La
O
á
por amor,
me
boca
provoca
los férvidos arrojos.
me huye
alcanzo...
y
entre el boscaje
Desde entonces,
lo
—
ignoro
Sombría, melancólica
y
ella
si
me
salvaje!
es de ira
mira
LA FLOII^DE LA ESPERANZA
Ot
bella! entre las flores
Que forman
tu guirnalda,
Prefiero á las
mas puras
La
flor
En
En
cuyo tierno
de
la esperanza,
cáliz,
cuyas hojas blancas.
Arrullan dulcemente
Los sueños de tu alma.
Que un
dia realizados
Se vean, que renazcan
Mas
bellos cada aurora
Que alumbre
tu jomada,
Y que feliz y hermosa
Como
esa estrella pálida,
Conserves iumarchita
La
flor
de la esperanza.
3^?^.,
Á UNA JOVEN I^USA
En mi
huerto hay pocas
Niña
flores,
nabia,^
Más de
inocentes olores;
No han
ajado sus colores
Sol ni lluTÍa»
Simples
flores
campesinas
Oreadas
Por
las auras vespertinas,
De mi
vida en las ruinas
Abrigadas.
Al
cabello de áureas ondas
Prende alguna.
Por
si
De las
danzas en las rondas
leves
Wilas blondas
A la luna
;
122
; ;
A UNA JOVEN RUSA
Un mi
amigo
me ha
mostrado
Tu semblanza
El amigo afortunado
De
quien has acariciado
La
;0h qué
linda! coronada
De
De
la
esperanza.
esplendores
juventud rosada,
Semejas
la reina
De
amada
las flores.
¡Fuente sellada, manante
De
consuelos
Espejo Hmpio j flamante
Que
pinta el azul brillante
De
Tu
los cielos!
boca al amor convida.
Deliciosa
Fresca granada partida
En
tí
desborda la vida
Harmoniosa.
Á UNA JOVEN RUSA
Más aunque
el sentido adules,
Tu alma
bella
Brilla
en tus ojos azules,
Como
entre diáfanos tules
Una
estrella.
Sobre tu blanco vestido
Tu
rosario
Del cinturon suspendido,
Pareces haber salido
Del santuario.
Quizás en
el
templo extenso,
Palpitante,
Toda impregnada de
Implorabas
al
incienso.
Inmenso
Por tu amante.
El te recuerda y derrama
Tierno llanto,
Diciéndome
Mi
:
íc
la
reclama
corazón, la reclama,
¡La amo tanto!
123
—
;
Á UNA JOVEN RUSA
124
Y agrega
íc
muero en su ausencia
Sin su amor,
I
Qué me importa
Es un ángel de
Luz y
La
la existencia?
inocencia,
flor;
deidad de la harmonía
Soñadora,
Que en
sus himnos se extasía,
Y en dulce melancolía
Canta ó
Tu
Como
el
lejos.
lago adormecido
algún astro ya escondido
Los
;
;;
prestigio así he sentido
Desde
De
llora.
reflejos.
Y que no te conociera
Flor discreta!
Más
sin verse
Se adivina en
La
en primavera
la
pradera
violeta.
!
Á UNA JOVEN RUSA
I
Casta
flor
de
la alba veste,
Solitaria,
Que
cual
un perfume
Suba hasta
Tu
el
agreste
trono celeste
plegaria!
Dios tu sueño de ventura
Realice;
Que
tu vida fresca
Como
el
agua en
Se deslice
j pura
la
espesura
125
;
;
M
CELjlDÁ
De flores
Tejió
delicadas tu
No
blanca
bella
!
¡
fin
cayó en
secreto
el lazo,
me
ella
acuerda su favor
pero cayó dormido
extrañes, si despierta, que al verse sorprendido
Para vengarse pida sus dardos
El canto,
¿
y
una red oh Laura para prender en
Al numen que en
Por
mano
me
Del lago,
lo
di,
al
Amor.
bas dicbo, tu espíritu enagena.
no temes
la pérfida sirena
Que
atrae á los viajeros al término fatal
¿No
sabes que en la lira del trovador errante.
Cuando en endechas
Se aguza de
?
vierte su corazón amante.
los celos la
saña ó
el
puñal
?
CELADA
128
¿Las gracias no
¿
te
han dado su mas
gentil corona?
Ignoras que las rosas marchítanse en la zona
Que
inflama audaz
¿Por qué dar á
las
el
genio con ráfagas de luz
musas tan
religioso culto,
Si está el dolor á veces entre su
Como en
el
prado verde la
Sigue antes de la vida
Salvando
Que á
los escollos
y
las
pompa
solitaria
oculto,
cruz
?
márgenes risueñas,
las abruptas
peñas
tu bajel impidan el tránsito veloz
;
Si quieres deliciosas, celestes harmonías,
No
pidas del poeta las tiernas elegías:
Pulsando tu guitarra, levanta
allí
tu voz!
?
CUENTO DE
FLOIJ_ES
Pues un recuerdo
Un
acorde á la
lira,
Oye
este simple cuento
Que
es solo para
Y
si
tienes
En
conocer
Te
diré
el
tí
pides,
y no
le olvides.
graciosa Elvira.
empeño
cómo
le
he aprendido.
que una vez adormecido
En una
fresca gruta, al halagüeño
Murmullo de un raudal cuya agua
Un
La palmera
abanica,
Me
al
silfo
le
contó
Donde
oido
volador durante
En un
un
sueño.
valle risueño
del sauce á la movible
Se guarecen
rica
sombra
las tímidas violetas.
;
;
CUENTO DE FLORES
130
Despamarrados por su verde alfombra
En
El
uniones secretas,
tomillo, la salvia
y
el
cantueso
Bañada toda en ámbar y ambrosía,
Una
De
rosa se erguía
la aurora naciente al
primer beso.
El aura en grato arrullo
Columpia y
acaricia su capullo,
Y en sus rápidos giros,
Al cruzar por
el
prado
^
Recogiendo su aliento embalsamado,
La
lleva de otras flores los suspiros.
Pero
No
la rosa bella
atiende su dulcísima querella
Ni
;
abrid el virgíneo cáliz sino cuando
Un
destello
de
Bajó furtivo á
sol,
trémulo
reflejarse
Jamás rayo mas
A través
de
la
en
y
blando,
ella.
fino
atmósfera azulada.
Penetró de una rosa enamorada
El seno purpurino
Ni
es fácil, dijo el silfo,
Mas
que se halle
tierna flor en el frondoso valle.
!
!
CUENTO DE FLORES
De
131
aquella chispa del altar divino.
Sagrada luz de amor y de inocencia,
Pudo
tanto en la rosa la influencia.
Que desplegó
Diola
Aim
sus gracias peregrinas,
rubor
el
j
la
aumento
la esencia:
dicen que perdiera las espinas.
De
sus brillantes galas
Alarde haciendo,
al verla,
voluptuosas
Dejando en
ella el
La besan
pasar las mariposas;
al
polvo de sus
alas.
Y en sus hojas bermejas.
Que
En
la aurora
purpura
la estación
amena,
liban miel perfumada
Para
el
rubio panal de su colmena.
Mas
De
las abejas
;ay!
cuan poco dura
las flores la
efímera hermosura
Pues vino á
ser
que luego
¡Misterios de la suerte
El mismo
Que su
casto fuego
calor vital la trasmitía.
;
CUENTO DE FLORES
132
Con SU aroma su
espíritu absorbía,
Dándola oculta en
Así
Que
el
el
placer la muerte.
fúlgido rayo
su ser fecundara, la consume
Débil se inclina y en mortal desmayo
La
breve
flor
De
fresca
ya
Su mas
Dio
Le
con que se adorna
el
Mayo,
ni de gentil presume.
rico
al espirar;
perfume
en
la
campiña agreste
esparcieron las auras
;
y
las flores
Temerosas quizá de igual fortuna,
En
secreto se cuentan sus amores
Al vago resplandor de
la alba luna.
Así decae, Elvira,
La
A
inspiración que enciendes en el alma,
grato incienso religiosa pira.
En
Más
si
verte resplandece,
columbra del amor
Ya
no
la
palma,
canta, suspira;
Lánguida sueña, mustia
desfallece,
Y al fulgor de tus ojos dulce espira.
"
EN EL LjiGO
¿
Yes
ese cisne
Serena
que atraviesa
así deslícese tu
Del mutuo amor
¡
Oh mi
el
lago
?
vida
al deleitoso halago,
blanca Arsinde
!
¡
oh mi querida!
;
:
CELOS
Yonís
es bella
Que por
Ayer
la vi
Yo
La
celos
en
y orguUosa ha tiempo
;
rompimos nuestros
el circo
—
era
una
lazos
reina!
estaba con Corina,
egregia cantatriz de ebúrneos brazos,
Blonda romana de expresión divina,
De
irresistible
hechizo
Yonís sonriente y desdeñosa, hizo
Su abanico de nácar mil
pedazos.
!
;
!
I[UEGO
El joyante cabello ensortijado
Desprende oh
bella
Vele apenas
seno alabastrino
;
el
!
j
el
cendal de lino
A inefables
caricias reservado.
¡Quién mas
feliz
Aroma,
De
que yo! del regalado
del cordial
tu amor, en
un
Todo en blandos
y
dulce vino
éxtasis divino
deliquios embriagado
¡Oh mi virgen hebrea, urna
De
mirra y de cinamo, vén
olorosa
¿
qué tardas
?
Yén, que ya en vano mi pasión reprimo
Y en mi fiebre de amor, púdica, hermosa,
De
la
viña balsámica que guardas
Templa mi sed con
el
mejor racimo
I
i
¡
LE
En
al
,
/MABAS
Feliz quien sin
Llega
!
amargura
puerto de salud,
la dulce plenitud
De una
vida fresca
Aquel del
j pura
amado
cielo es
Que muere joven
;
Rasgando
mortal
el velo
triunfal
Sube á su olimpo soñado.
¡
Almas
sin duelo
!
Como una música
Que en
se alejan
santa
nuestro espíritu canta
Los recuerdos que nos dejan
!
!!
;
¡LE amabas!
140
Tu amigo
Más
al
alba partid,
roto el vaso de arcilla,
Tu
corazón sin mancilla
En
su esencia se impregno.
¡Oh,
Lo
le
amabas! virginal
revela tu alma
Lágrimas
¡
ay de
!
j
llora
la aurora
Sobre un marchito rosal
Reclinada y
En
triste al verte
su tumba tan querida.
Se comprende que
Pueda envidiar á
Más no
Tras
el
la vida
la muerte.
es morir el dejar
destino precario.
En
tu pecho
En
tu
un
santuario.
memoria un
altar
—
!
!
¡RECONCILIACIÓN
Ayer en
La
sarao
el
declaré
¡
nunca
mi amor;
lo hiciera
se mostró huraña,
Y pareció con su actitud severa
Alzar entre
¡
Cómo
Que
los dos
una montaña.
explicar la sensación extraña
sacudió
mi
ser!
El pecho en
ira
y en
ce
Digno
ce
Quien conoce su
ce
No
ce
A
íí
Perdón,;; la dije.
dolor buUente,
es asaz de hallaros indulgente
veros
ocultar
falta
y
mas prometo
;
mi derrota en
Prometer no
es cumplir
¡
la cori'ije.
iré rendido
el olvido.
;;
ñierza del hado
¡Tanto la amara yo, tan bella era!
.
.
.
Quise aun verla una vez, la vez postrera.
Confuso, atribulado.
Sin saber cómo,
me
encontré á su lado.
—
142
:
RECONCILIACIÓN
Miróme intensamente
La animaban
;
el rostro
los sonrojos
de sultana
Y un divino fulgor sus dulces ojos.
—
íí
I
Me
guardáis aun rencor
Exhalando su boca
deliciosa
Un
manzana.
olor de
? ;;
me
dijo ufana.
Y luego con el aire de una diosa
—
íí
Soñé anoche con vos
Cuál no fué mi placer!
—
(^íQue rendido
Una
!
;;
;
Oh
amor, presumes
ícY qué soñabais?;;
á mis plantas
me
ofertabais
copa humeante de perfumes!;;
1
NUNCA
I
Fría como la aurora se refleja
En mi
alma tu candida hermosura,
Y emana suave un esplendor sereno
I)e
mi esperanza efímera en
Sobre
la
tumba.
ella pasas sin saberlo acaso.
Pues un dulce misterio
la circunda,
Cuando, de gracia plena, te diriges
Bella
No
j
triunfante al templo de las musas.
te detengas, no, si al sauce triste
Vés
allí
suspendida una harpa muda.
Si del aura el espíritu flotante
Tu
dulce
nombre en derredor pronuncia.
—
!
144
.
NUNCA
¡
Cual una virgen druida que se interna
De
Así
la
sagrada selva en la espesura,
en mis ensueños
te vi pasar
Al rayo azul de
Á
tu presencia
La
la
argentada luna.
una
ilusión celeste
lobreguez de mi destino alumbra:
Enagenado derramé á
tus plantas
De ámbar j nardo mis colmadas
En
el cielo fijaste la
Sublime
urnas.
mirada
j pálida y confusa,
Extendiendo hacia mí la nivea mano,
Con voz
j
tierna
sentida
¡Nunca! ....
La noche
la
me
dijiste
:
—^Nunca
!
noche oscureció mi alma.
del dolor
j de
la culpa,
Y el harmoniosD genio de mi vida
Se perdió sollozando entre
la
bruma.
•Sf-,
NUNCA
"
145
!
En
las espinas del
En
jirones rasgó la blanca túnica;
camino agreste
Al viento deshojóse
Con que
'^;
la guirnalda
al verte ciñó
su frente augusta.
.iȒ
Hosca
la suerte
Esparció afán;
en mi existencia
un
estéril
cántico és íá tíiya(^|
Que
las flores brillantes del
Con
esencias suavísimas perfuman.
olimpo
ww
*
'4^'-^#
Límpida mana y virginal
De tus
la fuente
dias azules ; allí arrullan
Los candidos amores y en sus aguas
Bañan
risueños sus doradas plumas.
,'^*'
Sigue pues, esquivándote á mi afecto.
Soñadora vestal tu
fácil ruta,
Y que el pesar á cuya sombra vivo
Las rosas de tu sien no agoste nunca
!
10
J¿**"
.1
*
A
.m;:¿
;
!
Á NYBIA
Todo acabó
extinguida
;
La
antigua llama siento,
No
exhale ni
Mi
altivo corazón.
Que
el
un lamento
mas profundo
Rasgada ya
olvido,
la venda,
Sobre mi amor extienda
Su fúnebre
¡
Oh, cuánto
crespón.
te
adoraba
¿Por qué no confesarlo?
Cautivo sin pensarlo
Me vi
^f
de tu beldad
Y hoy mismo que me ofendes.
Si he roto mis cadenas,
Á
costa de hartas penas
Compré mi
Hbertad.
'mr
!
;
^11
k
Á NYDIA
148
Soy
Hinche mi vela
libre.
El huracán
¡
oh Nydia
m
Quizás tengas envidia
De
la
perdida
Yo
al
menos no he enturbiado
La
fuente refrescante
En
que rendido amante
Tu imagen
fe.
adoré.
¿Por qué tiernos recuerdos
Me
asaltan de otros dias,
Flotantes harmonias
De un
Aun
cantó que espiró ?
cuando
el sol se
esconda
Tras las nevadas cumbres,
Revelan sus vislumlnres
Que
fúlgido pasó.
-ir
Pasó densa neblina
;
Me
cerca
Tú
en
y noche
el festin
La copa al
.
triste
rompiste
desbordar.
!;
Á NYDIA
Me
han dicho que aun
De
nuestro
¡
149
te acuerdas
amor inmenso,
Qué mucho
Imprégnase
!
del incienso
el altar
Si fuera vengativo
;
Qué mas dulce venganza,
Dejar de mi esperanza
Las huellas en tu edén,
Y que tu adusto dueño
A
quien su dicha asombra,
Pasar viese mi sombra,
Por tu anublada
LiR
sien!
:
Más, no, nada perturbe
Tu
I
misteriosa calma
A
qué agitar
Que
cobijó
la
mi amor?
Olvídame, j que
Dé paz á
•
palma
el cielo
tu existencia;
Yo
^'uardaré la esencia
De
la
marchita
flor.
i"--i-
'
-.•sí;
KvS^sio'
—
!
CONTESTACIÓN Á UN /MIGO HELENISTA
;No conoce
¡
Ay y
al
!
Sube
al
casta
viento flotando el
en
;No conoce
En
amor mi
Olimpo, de su sed
Á apagar
Tierna
el
y
manto griego.
el
fuego
de Aretusa!
la fuente
el
musa!
amor y
!
el
^"^
harpa usa
vibrante al amoroso ruego.
tanto que
ya náufrago navego
Corriendo en pos de mi esperanza ilusa
Tú que
cantando surcas del
Las ondas de
cristal,
Al puerto en que
Y
allí
Venus
soñaste
De mármol
alza
fino
de
^"^
llega sin susto
mientras invoco
Feliz, á
Iliso
al
un
paraíso.
Dios de Claros,
^"'^
un templo augusto
la
blanca Paros.
* Arelusa
i sinfa de Elida, bafiándose Tin dia en el Alfeo, inspiró amor al Dios del rio.
Para escapar á sa persecución implord el socorro de Diana, que la transformó en una fuente."
**
***
1»
Ilüo; arroyo que nace en el
Claro»
:
Himeto y va & espirar cerca de Atenas en
el golfo
de £gina
ciudad de Iddia, en la embocadura del Aleso, oeroa de Colopbon. Célebre ea
mas remota antigüedad por su templo de Apolo.
:
CONST/NCIA
Aunque
Un
recuerdo
Pues de
Así
De
ingrata
la
me
olvidas, te reserva
mi pecho
tierno
m-na de
y
infiel
leal noble
cristal
las ricas pastillas
Guiñara,
presume
conserva
que guardara,
El voluptuoso y lánguido perfume.
«;-
I
;
;
LUISA
Luisa, la vida se vá,
Nos encontramos de
Mas
De
i
no
te
tí
adoré.
asombra qué cambio
el cabello,
Flamea apenas
I
nuestro edén
hermosura que en
Blanco
Que
lejos
tu aun conservas suaves reflejos
la
Yo
muy
la
?
mii^a,
mustia la faz
antigua pira
ardid en las aras de tu beldad.
Te acuerdas ? blanda,
¡
Mucho
te quise,
tierna
mucho veraz
;
En
tí
De
frescas flores orné tu altar.
cifraba
mi
fe,
mi
gloría,
memoria
!
!
156
—
;
!
LUISA
Después
Callo
absuelto por tu sonrisa
soy reo de amor, lo sé
;
Pero en
el
Créeme,
lo juro, te
fondo del alma, Luisa,
Hoy mismo
he sido
absorto cuando te veo
Mi pecho amante
palpita
Tras tus encantos vuela
aún
el deseo.
Lloro perdida la juventud
¡
Ay
!
ya sus
fiel.
!
dias de oro pasaron,
Raudos pasaron, no volverán
Sobre mi vida se desgranaron
Como
las perlas
En
descenso de la colina.
el
Cuando en
En
¡
de tu
la tarde se oculta el sol,
esta hora dulce
Cómo
collar.
recuerda
y
divina,
mi corazón
!
LUISA
Con
157
tu mantilla negra en el templo
Puesta de hinojos, pura, ideal,
Tus nobles gracias mudo contemplo
Todo embozado
Oigo
los ecos
Siento en
te sigo audaz.
de tus romanzas.
mi seno
vibrar tu voz,
Con que halagabas mis
Cantando
Aun
al
esperanzas
piano trovas de amor.
creo verte pálida, esbelta,
En
las plateadas
La
cabellera de ébano suelta,
noches de
abril,
Venir furtiva por tu jardin.
Veo
las
ondas de tu ropaje
Flotante
y
leve,
de blanco
Cuando cruzabas
Como una
tul.
entre el ramaje.
sombra, como un querub
v
*'
,
158
LUISA
Yo
te esperaba,
y á
tu presencia
Trémulo, ansioso, caia á tus
pies.
Solo escudada por tu inocencia,
Ante
Luego
Vino
humilde
ella
—
tú sabes
la ausencia,
Soltando
el lino,
Lanzé á
las olas
Muchas han
prosterné.
—
fué aquello
vino
mi
el afán.
frágil leño
sido mis aventuras
triste
ó
:
feliz,
mis desdichas, en mis venturas,
Vision celeste cruzar te
Tú
un sueño
bravas del mar.
Náufrago, errante,
En
me
coronaste
La musa
vi.
mi primavera,
fuiste de
mi
laúd,
De mi
desierto verde palmera,
De mi
tiniebla candida luz,
.
.
——
;:!
!
LUISA
159
Bálsamo han sido de mis heridas
Las dulces lágrimas de tu amistad.
Mis
ilusiones descoloridas
Por un
Hoy
instante refrescarán.
que de paso
Como un
te encuentro bella
ensueño, perdóname
Si te importuno con
Piensa que es esta
mi
última vez
la
Sigo mi viaje penoso
Bien
y
largo,
proíito acaso llegaré al fin
Que no
En
querella
se
mezcle nada de amargo
que hagas de mí.
los recuerdos
Como en
el
fondo del mar en calma
Brilla la estrella
que ama
Tu
llevo
¡
casta
imagen
Oh no me
!
olvides
.,
ai-íi'
¡
en
el pastor,
el
adiós
!
alma
;
adiós
.'
-i
—
;
POESÍAS
GpGAS
n EPIGRAMAS Y COMPOSICIONES DIVERSAS
(
TBADTJOCION
)
A. ]VIigu.el UTavarrQ "STiola
Estos humildes versos
Acepta, caro amigo
Son fruto de una noche
De insomnio j de
martirio.
DoHente, llamé
genio
al
De Atenas en mi
auxilio,
Y el genio harmonioso
A
mi reclamo
vino.
*
Epigrama, cnya acepción etimológica es inscripción, llamaban los griegos á nn género
de composición poética que como el madrigal de la poesía castellana " encierra un pensa-
miento
fino, delicado, tierno 6 galante,
rese la dedicatoria & los diez
expresado con gracioso ingenio y concisión. " Befiéla siguen, publicados en el ntímero 60
primeros epigramas que
de la " Revista de Buenos Aires, " de que el afamado jurisconsulto y literato Dr. D. Miguel
I^avarro Viola fué desde su fundación
^
uno de sus distinguidos directores.
11
;
162
;
—
POESÍAS GRIEGAS
Cultor tú de lo bello
Y amante de lo antiguo.
Comprenderás
Con su
Fué
De
sintiera
presencia alivio.
así,
didme
el
'
consuelo
sus celestes himnos
Del quebrantado cuerpo
Triunfó
el
sublime espíritu
Y al visitarme, flores
De
su sagrado tirso
Me
regaló, cogidas
Al margen
No
ignoro que en mis
Su pompa han
Jamas
CeJUo
:
manos
deslucido
tiene el reflejo
Del rayo
*—El
^'^
del Ceíiso.
riü ele la antigua Grecia
el
puro
que corría á
brillo.
las inmodiaciones
de Atenas.
—
163
POESÍAS GRIEGAS
Pero
si
acaso en ellas
Hallases
un
vestigio
De sP prístina
gracia,
De
su frescor nativo
No
habré soñado en vano
La
patria que
amo
Píndaro,
Y en que la dulce Erina
Se coronó de mirto.
*~Brina : famosa poetisa de AtenaB, amiga y discípnla de
Safo.
^'^
!
(PABLO EL SILENCIARIO)
¡
Cuan dulce
^
es la sonrisa,
Amigos, de mi amada, j cuan suaves
Las lágrimas que
De
sus rasgados
Ayer no mas,
Sin
el
j
vierte sin enojos
brillantes ojos
sin ocasión precisa,
menor motivo,
;
la alba frente
Reclinada en mi hombro, entre sonrojos
La
sentí
Díla
un
que lloraba tiernamente.
beso.
Su purísimo
En
¿
lloro deslizaba
dulces perlas por su faz divina.
Por qué,
la dije, lloras
Para que
Mi
—
Cual lluvia matutina
íí
así te
?
Que
te hice
quejes
blanca Berenice
?
Por que temo, repuso, que
Pues vosotros volubles como
te alejes.
el viento.
Raras veces guardáis un juramento.
(RUFINO)
Tus encantos
Bella Praxila.
la
edad no ha desflorado
Aun
guardas
las señales
De
la esplendente juventud.
No
desmayan. Las rosas de tu seno
Tus gracias
Conservan su frescura, su perfume.
;
Ah, cuántos corazones no abrasaron
Tus
De
ojos animados en
interna llama
j de
un tiempo
fulgor celeste
!
————
;
)
(
¡
Oh
Tu
!
POSIDIPO
ánfora de Cécrops
^"^
!
báquico roció
Derrama, y que á torrentes
Corra
Yo
el licor
de
Chios.
^"'
por los convidados
Lleno de gozo brindo.
Zenon,
¡Silencio,
Del Pórtico
!
^"'^
cisne
—más vino
Y tú, musa de Cleanto,
También
silencio, digo.
A Amor
hacemos
sacrificios
A
infante alado.
Tan
•
Cécrops
**
***
después
•••*
:
cruel
como
divino.
fundador de Atenas.
Chio 6 Chios (léase Quio)
Zenon
solo
Nosotros
Amor,
^""^
:
filósofo
el Pórtico
Cleanto
:
isla del
>
archipiélago griego.
fundador del estoicismo, daba sus lecciones en
de Atenas.
discípulo y sucesor de Zenon.
el Pecilo
llamado
(ASCLEPIADES)
Jugaba un día yo con Hermíone
La
fácil
hermosura, en
el recinto
De un bosque de
granados
Llevaba en
recamado
En
que
leí
flores
;
como Venus
el cinto,
siguiendo á la que adoro
Esta inscripción en caracteres de oro
Consérvame tu amor,
sin
que
:
te espante
El verme acaso en brazos de otro amante.
*/
(POSIDIPO)
Para admirar de Irenium
Los rosados,
Cípris la
tal
morada de
ventura
esplendores.
¡Qué ramillete de preciosas
De
la
En
perfección, en púdica
cabeza
hermosura,
alígeros amores,
Dejaron aspirando á
De
la
al pié
flores
Perfiles raros
!
Delineaban sus formas
harmonia
ideales.
Del exquisito mármol que dá Paros,
Una
estatua eminente parecía
Llena de dulces gracias virginales
Impregnadas de noble
En
esparcir su llama
poesía.
nunca parcos,
Al
verla los amores arrojaran
De
la
purpúrea cuerda de sus arcos,
Y al corazón derechas.
Una
lluvia mortal de
agudas
flechas.
;
(RÜFIIÍO)
Y no te lo decia, Prodicea
¿
Vamos á
íc
la vejez
Que
sea
Cuando aparece
Viene
En
el
que
como
la
¿
No
te
voluble
el
Ya
sea,
primera arruga,
amor
se
pone en fuga ?
la marchitez, las canas
la
boca divina
compite en frescor con
las
Los encantos de ayer están en
i
he advertido
momento, nunca asaz temido,
Llegaron ya
No
?
:
Quién á
la altiva
manzanas
;
ruina.
hermosa en su descenso
Se acerca aun sumiso a tributarla
Nubes de
I
;
rico incienso
?
Quién va á sus pies rendido á suplicarla
Oh
A
Prodicea! el templo se derrumba
tu beldad
un
Hoy pasamos
Como
ante
dia consagrado.
tranquilos a tu lado
el frío
mármol de una tumba.
?
;
(MELEAGRO)
Bien
sé
que has traicionado
Mi
fe, lo
Tu
traje
están diciendo
mal prendido,
Tus húmedos
En
cabellos.
tu mirada opaca
Por
el
insomnio, veo
La sombra
del delito
Sobre tu frente impreso,
*
Esa guirnalda mustia,
Ese rasgado
Que
i
No
velo.
vienes de la orgía
venden eb secreto ?
Tus despeinados bucles
Revelan desde
lejos.
Que enamoradas manos
Recreáxanse con
ellos.
Vacilas, se doblegan
Con languidez
tus
miembros
171
(mbleaqro)
Impuras libaciones
Turbárante
Muger
i
No
el cerebro.
liviana, vete.
escuchas
el
estruendo
De
alegres castañuelas.
De
risas
¡
y de besos?
Sí, vete,
que lascivo
El crótalo de nuevo
Te
llama,
j nunca
Pues verte mas no
vuelvas.
quiero.
-#
(ANTIPATER)
Pobre manzano,
al
borde del camino
Plantado, los rapaces
me
apedrean,
Blanco de sus pueriles travesuras.
Mis verdes ramas con tesón flañino
Van
siendo quebrantadas;
Aquellas sobre todo que se arquean
Al peso de
De que
i
Qué
las
pomas ya maduras
con lujo j pompa están cargadíis.
presta el ver
un
Con pingües
árbol peregrino.
atributos,
Fecundidad, verdor, frescura y gracia.
Si la causa fatal de su desgracia
Es
la
misma
excelencia de sus frutos
?
(MtLEAGRO)
De
alhelí blanco,
De
purpúreos y candidos jacintos,
Con
de azafrán suave,
violetas silvestres matizados,
Y caléndulas v Immedos narcisos,
A. que junté solícito las rosas
Tan
gratas al amor,
Una
fresca guirnalda rociada
Del matutino
y
aljófar
Por que esmalte en
verde mirto
el
he
;
tejido,
la frente
El oro perfumado de sus
de Arsinóe
rizos.
,'s^-'
(AGATHIAS)
Oh mi
¡
novia
!
te traigo aquí esta cinta
Bordada con primor en fondo de oro;
Con
ella
adorna tu cabeza airosa,
Y por que aun aparezcas mas hermosa,
Cubra tu ebúrnea espalda esa mantilla.
Que con
gracia sencilla
Replegarás, velando
De
castidad
Al modo de
j de
las
ternura lleno.
Pues todo
.
deseo
que á decirlo con rubor
Que pueda
Al
niveo seno
vírgenes la lleva.
Más oye mi
Ya
el
el
me
atreva:
himeneo.
se concilia
calor celestial de tus cariños.
Rodearte
Que son
feliz
flores
de hermosos niños.
de
estío
en
la familia.
Y entonces en mi anhelo
Te
*^
De
ofreceré
un
sutil
y blanco
velo,
Y una banda argentada
riquísimas piedras recamada.
;:
!
(FILODEMO)
a Sé amar á quien me ama
Mi
bella,
Que
mas entiende
sé del
í^
mismo modo
-
Morder á quien me muerde.
No mas me apesadumbres
En mi pasión ardiente,
M
excites
de
las
musas
Resentimientos crueles.
Siempre esto
Mas
Al
te decia;
tú sorda á mis preces
Como
Me
;^
la
mar de
Jdnia,
contrariabas siempre.
fin te llego el
tumo
Llorar, quejarte puedes
Yo en brazos de Naías
Me embriago en el deleite
'1f
)
(
ricos
de
la
exhalas los perfumes
Arabia
;
olí bella Isías
Despierta á recibir esta corona
Para
Sus
tí
por mi
el
Emblema de
De
mano
flores recien
Despunte
la
!
MARCÜS ARGEXTARIL S
Aunque dormida
Mas
:
^X
entretejida.
abren
;
mas apenas
alba las verás marchitas
los rápidos placeres
humana
existencia fugitiva.
J-
(MELEAGRO)
¡
Son
¡
Oh
!
de Timo qué bellos
los crespos
Qué
y
fúlgidos cabellos
gentil
¡
!
t
encantadora
La
plácida sonrisa de Anticlea
La
de los grandes ojos
Tienen de
la preciosa
Las coronas!
No
No
!
¡
Qué
frescura
Dorotea
amor, tu carcax de oro
guarda dardos ya, dardos que adoro,
Pues
Tus
!
cuan perfumado
El pórtico labrado
¡Y cuan
;
de Heliodora
ricas las sandalias
De Demarion
!
clavaste travieso
flechas todas
y
delirante
en mi pecho amante.
12
.
\?«
(PABLO EL SILENCIARIO)
No
ha menester coronas
La
rosa, ni tú velos
.-
Bordados, ni escofietas
Con
'
'
piedras, ni aderezos.
.
Las perlas menos blancas
Son que tu
Al
En
-
tez; tus crespos
oro fino vencen
desaliño espléndido.
El índico
jacinto
Destella oscuros fuegos,
Mas no
Como
Tu
tan vivos brillan
tus ojos negros.
boca, tu divino
Talle harmonioso, esbelto,
En
sí el
poder encierran
Del ceñidor de Venus.
•:
-
(pablo el silenciario)
Tan candida
belleza,
Elechizos tan perfectos,
Me
traen anonadado
Y absorto en mi embeleso.
Tus ojos
solo
pueden
Dar á mi vida
Pues dulce
la
aliento.
esperanza
Se ha refugiado en
•^
ÍES;-,.
V
.-
ellos.
179
;
(MELEAGRO)
mi boca
Sí,
Por
De
la rizada
lo jura
Timo,
bucles amorosos,
Por
el
hermosura
y de Demo
marmóreo cuerpo perfumado,
Cuyo aroma
Con
la
celeste
delicia los sueños
ha encantado;
Y hasta jurar no temo
De
Por
los
.
j
-
J
la graciosa Alceste
juegos amables,
,
y por
este
Velón, que cada noche vigilante
Oscila al son de
Que en
Me
Lo
los labios tan solo
has dejado
Habla,
mi canción amante
y aun
¡
un
le^e aliento
oh amor mas
!
si lo
quieres,
ese soplo, en tus placeres
exhalaré gustoso en el momento!
(MELEAGRO)
De gozo
La
copa que tocara
Labio de
Oh,
si
el
elocuente
el
placer que le
ha cabido!
su boca que la miel destila
Aplicando á
Quisiese, del
En una
sonreído
la hechicera Zenofila.
¡Cuánto envidio
j
lia
la
mia
febriciente
amor sublime palma.
aspiración beberme el alma!
—
;
(ANTIPATER DE TESALIA)
A la sagrada sombra de tus selvas
Nueve mugeres oh Helicón!
¡
nacieron,
Que homenajes j ofrendas merecieron
De
los mortales
Sus
y
los dioses.
Ellas
liras inspiradas,
A los combates consagraron bellas
Al amor, á
De
la gloria,
las dichas
!
pasadas
A la blanda j ternísima memoria.
Es
el astro
de Lésbos, Safo ardiente,
Brillante faro de poesía
De hermosm-a
:
Erina
esplendente,
Y Myro peregrina:
Telesila
Cantó
que célebre entre todas
la patria
en entusiastas odas:
Myrtis la del acento melodioso:
(aNTIPATER DE TESALIA)
183
Rival de Homero, Anyta
Nósis que
alma imprime
al
Con ternura
:
infinita,
El sentimiento dulce y amoroso
Que
la
sumerge en languidez sublime.
Y la viva Praxila.
Hermosa y
fiera
Corina la guerrera,
Que
De
la égida
de Palas con que
el
sena
virgen se cubriera en la batalla.
Cantó con estro ameno
En
que su genio audaz
Todas
ellas dulcísimas
Artífices
brilla
y
estalla.
mugeres.
supremas de placeres
Eternos, de deleites celestiales,
Y de barmoniosos bimnos inmortales.
!
!
(DAMÜCARIS)
Dirigiéndose al retrato de Safo
j
Cuan
De
bella es
!
¡
Qué llama vivaz
fantástico ingenio en su
¡
Qué
brilla
mirada
!
exactas proporciones
Y expresivas facciones
¡
Qué
índole en
bondad tan extremada
Tanto fuego y dulzura confundidos
Por
la naturaleza, del artista
.
Modelo, pensar hacen á su vista
Que
la ninfa
de Lésbos gentil sea
A la vez una musa y
Citerea.
!
ODA DE SAFOAVEÍíUS
Mi pecho
No
¡
¡oh reina del
amor voluble!
atormentes con bárbaros suplicios.
Diosa inmortal, de Jove augusta hija,
No
tu rigor
Perdóname!
Me
Que
Tú
el
me
aflija
tus crueles artificios
han contristado
raudal desataran de
tanto.
mi
llanto.
sabes los pesares punzadores,
Tan
intensos
y
largos,
Los disgustos amargos,
Los atroces dolores
Que
En
el
corazón
me
traen despedazado
tus voraces llamas abrasado.
—
;
ODA DE SAFO Á VENUS
186
En
otro tiempo
me
escuchabas
!
antes
Atenta á mis desvelos,
Acogias mis votos suplicantes,
Y propicia dejabas por instantes
El
atrio esplendoroso
Tu
celeste
bondad
me
Quién era
el cruel
á mi pasión tan caro,
de
los cielos.
preguntaba
Largo en desdenes y en ternura avaro.
Que mi deseo
j
Ah
!
juvenil burlaba!
cuanto
me
agradaba
Oir tu dulce acento
Cuando me prometia
Que de mi inmenso amor me
Me
cí
decias
Le
irrita
:
íí
Él huye,
y
olvidaría!
tu lamento
mas que á compasión
le
empeña
ííYX lloro enjuga; ha de volver hambriento
Cí
De
los ardientes besos
u Por
íc
Una
solo
que hoy desdeña.
ima mirada de tus
ojos,
sonrisa tuya, de tu lira
íí
Por una dulce endecha,
ííLe verás cual suspira.
;!
ODA DE SAFO Á VENUS
u Entonces
ce
187
sin curar de sus enojos,
Sorda á sus preces su pasión desecha,
íí
Arrogante, insensible, dura,
íc
Ya
ce
Desdéñale á tu vez. Safo.
le
altiva,
has de ver sumiso, prosternado
cc\m caprichosa ley que
— Ah! toma, toma
I
al
.
.
Amor
.
que
es esa
profesa.;;
ruego compasiva,
Y en mi pecho que llora su mudanza
Derrama
la esperanza.
Por mí que aun hagas mas mi
Reanuda de mi amor
Devuélveme
Tu
los lazos rotos,
al ingrato
llama ¡oh Venus!
fe pretende:
que en mí enciende
al
mortal amado
De mí desamorado
.
Y á quien reclaman mis ardientes votos
!
ODA DE SAFO
Rival es de los dioses
tí
(«>
una nauser amada
A.
Que de
;
el
mancebo
en frente tu beldad contempla,
Y escucha de tu voz embelesado
I
Resonar
la
harmonía.
y mi pecho
Sonríes
El corazón
me
se conturba,
late, desfallezco
Si te miro, mis labios al instante
Convulsos enmudecen.
Se pega
al
paladar
mi lengua, cunde
Súbita llama por mis venas,
La
mirada, la vista se
Zúmbanme
me
fija
anubla,
los oidos.
*
Frió sudor
Cubre,
mi
sien
que palidece
y mis miembros
trémulos, crispados
Lívida, sin aliento, anonadada.
Me
desmayo,
me muero
;
—
,
;
(SAFO)
-
Salve, candida estrella, de los astros
El mas
Tú
rico
en
destellos divinales
das todo á los pálidos mortales
Benigna en tu esplendor
La paz
La
!
al
hombre vuelves,
:
al aprisco
oveja, á su cabana la pastora,
Y del deleite la inefable hora,
¡Salve,
oh fanal de amor!
!
:
(CAMELEON DE HERACIÜA)
-A^nacreonte
El niño Eros en
vano
el aire
Sobre la sien del vate está pendiente
Juguete de oro y púrpura, liviano
El globo aéreo que lanzó su mano
Vino á caer en mi laureada frente
a Vén, Anacreonte, vén
\
quiero que vayas
!
Conmigo á ver á Safo que
A
solo de
tí
Seguí
Lésbos en
al infante
¡
Sobre
el
Ay
!
las playas.
un
la hija.
dia renegrido
Que
inexorable
Una
mirada de desprecio
—
Anciano, qué
ce ¿
De
;;
por la azul esfera.
de Lésbos
cabello
te espera
el
tiempo ha emblanquecido,
me
fija.
quieres
?
mi
la lira los goces infinitos.
Los guardo,
del
amor
Para mas rozagantes
sacerdotisa.
favoritos.
;;
sonrisa,
!
(AMTA)
Inscripción grabada a la entrada
Pasajero
!
tus
denna gruta
miembros fatigados
Extiende aqui. Murmullos harmoniosos
Agitan
Templa
Tu
el follaje
el
:
un raudal puro
bochorno del ardiente
sed apaga en él
¡
dia.
oh peregrino
Y en esta gruta plácido descansa
Hasta que se entre
el sol tras la colina.
FIN DE LAS poesías GRIEGAS
lk\Ml
I
Yeis ese mármol palpitante, oh Lydia,
En
sus finos contomos tan correcto
Pues á fuerza de
*
En
ser noble
le
censura con velada insidia
Sin poder precisar nunca
Quien á
íí
sus
Aquí
En
el
el
mismos primores
está, dice, el
molde de un
Oh, dejadle pasar
De
lo
defecto
;
las obras del cincel afecto,
se fastidia.
genio comprimido
arte
cuyo encanto
Brilla cual luz fosforescente
¡
perfecto
vez de admiración causara envidia.
Quien
De
j
?
sublime
el
!
No ha
y
;;>
comprendido
gran secreto
Augusta en su beldad
fatua.
:
en tanto,
se alza la estatua.
13
Á MI
MADI^^E
Buenos Ayres, 1863.
Una
VOZ
interior,
Tibra en mi seno
Ora navegue en
nn himno
¡
grave,
oh madre sin
!
lago azul
cesar,
mi nave.
Ora con
furia la quebrante el mar.
Inefable
poema que no alcanza
liengua mortal ninguna á traducir,
En
que se alza pura tu alabanza,
Mirra
celeste
en urna de
zafir.
; ;;
196
Á MI MADRE
Tu nombre en
sus concentos repetido
Se confunde á
la esencia
Que de
Su
¡
tu
amor en
savia siente
Cuánto
De mi
te
la
su vigor crecer.
y
debe mi cariño, oh cuánto
Mi desnudez
luego
rico
me
Tú
le
manto.
mismo
sol.
ofreció el destino
de tu afecto maternal,
Por escarpadas breñas
De mi
el crisol
cubriste con tu
Floreció nuestra viña al
Mas
ser.
onda sumergido.
candida fe fuiste
Agenjo
de mi
cristalino
existencia correrá el raudal.
alimentas
Miras en
él tu
;
viva, centellante.
imagen resurgir
Si lloras, se estremece sollozante
Desborda alegre
al verte sonreir.
;
I
;
i.
;
MI MADRE
19^7
En tanto, mi labor se esteriliza
En la marchita mies la tempestad
;
El
lia
fruto de oro convirtió en ceniza,
sombra amiga en densa oscuridad.
Pero mientras á
tientas
ando en
ella,
Entre
celajes, firme ante tu cruz,
Tú me
apareces apacible estrella,
Y conforme es mi nocbe así es tu luz.
En tal
sazón,
un
Tráeme un suave
Dame
frescor de la niñez
bríos tu aliento generoso,
Tu piedad,
Digna
viento harmonioso
tu ternura, tu altivez.
altivez
!
jamás
el
desconsuelo
Te
abatid, ni la fez del opresor
La
noble sangre de
mi
heroico abuelo
Acrisola en tus venas su fervor.
^^
; ;
;
Á MI MADRE
198
En
i
delicado cuerpo alma romana,
Quién
te vio
nunca
el cuello
doblegar
A la fortuna cruel,
cuando inhumana
Vino á sentarse en
el desierto
Tu voz
En
nos animaba en lontananza
la derrota,
a Tened,
En
hogar?
en
el pesar, tu
hijos, decias,
voz
confianza
la virtud, la libertad
y Dios ;;
Madre he salvado aunque caído entera
!
La
fe inspirada en tan
Ciñan otros
Con
al fin
supremo bien;
de la carrera
la corona olímpica su sien.
Yo
buscaré refugio en
De
tu afecto sereno
Como
el
humo
y
el
santuario
cordial
de místico incensario
Remontará mi alma
al ideal
!
Á MI MADRE
Con mi esposa y mis
Paterno
me
Mi mente
asilé;
se fijó,
hijas bajo el techo
náufrago, en
y en
Prolífico del tronco el
En
la
la
me
sentí.
jugo parte
fronda su verdor
yema, en
tí
tal estrecho
Confortado á tu sombra
Que dá á
199
;
vivaz
el fruto se reparte,
Y aquel se ostenta espléndido y feraz.
Así tú nos animas, y lozanas
Crecen tus
nietas, vivido festón
Que esmalta
la
Cuya nieve no
Lo digan
Del niño
diadema de tus canas
alcanza al corazón.
la viuda, la plegaria
—
el
pobre, el forastero en fin
A quien sentaste un dia hospitalaria
De
la
famiha
al
gárrulo festín.
;
!
A MI MADRE
200
¡
Guantas veces amparo
el fugitivo
Haltó eu tu casa, en medio
De la
Le
á un tiempo lágrimas y pan
Bella en la juventud,
Mas
huracán
y con pecho compasivo
guerra,
diste
al
ofe-a
belleza
augusta adquiriste con la edad:
La
auréola de ingénita grandeza.
Pe
la virtud la excelsa
¡
Oh
De
mil veces fehz de haber nacido
tal
madre
Derrocando á
Mi
magestad.
!
¿
Qué importa que el
los fuertes
haya hundido
esperanza, en el polvo
Salvando
De la
el
vida,
alma
Sé despreciar
Que me
la
y mi ambición ?
el círculo
mi abismo
sé
turbión
pequeño
medir
vanidad del sueño
pintó brillante el porvenir.
—
Á MI
La
MAJDBE
201
fortuna no escoge su3 privados
Disputarla á
menudo
es
;
vano afán
A la turba ruin de los menguados.
Que á su
carro en tropel uncidos van,.
Jamás quemé mi
Ni á
ídolos viles trémulo adoré.
Tuya
es la miel
Para
tí,
¡
incienso en sus altares,
que dan mis colmenares
dulce madre, la guardé.
Cosecha escasa á mi afanar
!
Empero
Recogida con limpio corazón,
Que á manera de un címbalo de
Produce
La
Me
al
golpe
el
acero
repentino son.
llama de tu ingenio en mi oscilante
alumbra; mi agotada juventud
Aspira en sus ruinas humeante
El aroma
vital
de tu virtud.
.
.
—
!
;
Á MI MADRE
202
Allí tienes tu altar; modestas flores
Le
adornan, que á la aurora recogí.
En sus
Con
gradas, del tiempo á los rigores,
nobles pensamientos
En
tí
Tu
aplauso
se encierra
mi
fruición,
y nada mas
El templo de mi fama
Mi
prez la
flor
me
adormí.
mi
gloria;
ardiente ansié
es tu
memoria.
que doblegó tu
pié.
Corra humilde mi vida, oscura, exigua,
I
Qué dá ?
brillo,
poder vana ilusión
¡
Guarde yo de tu amor
Alze
la
mente á
la
llama antigua,
la inmortal región
Y aquel himno inefable que no alcanza
Voz ninguna en
Le
Me
la tierra
á traducir.
mi
esperanza.
sentiré cantar con
arrullará benéfico al morir.
!
I[OSA
BLANCA
Al margen de una fuente
Desparramada en líquidos
Por
la
cristales
verde extensión del valle ameno,
Crece una rosa candida, inocente.
Que
el
ángel de los sueños ideales
Perfumó acaso en su amoroso
Aromas
La
seno.
espirando, el aura pura
acaricia
en su trono lujuriante,
Y mansa el agua que á su pié murmura.
La sombra
tremulante
Refleja de su lánguida hermosura.
¡
Oh
casta flor de perlas escarchada
Que un genio
Prez del
Tan
misterioso en
pensil, suspiro
tomo
llueve,
de la tarde
bella al verla sobre el tallo leve
^
—
;
:
ROSA BLANCA
204
Dulcemente inclinada,
Quise arrancarla
¡
Poder de
;
sentí cobarde
la inocencia inmaculada!
Ah, quién
Que pena
j me
sabe,
me
dije,
oculta su existencia aflige
!
Y luego entre mí mismo
Pensé de esta manera, sublimado
Á
I
la
cumbre de
Qué
de vaga poesía,
espíritu
Qué
extático idealismo
silfo
enamorado,
Ha
impreso en esa
De
su dulce
i
y
Por qué
augusto
flor el sello
mortal melancolía
el destino
?
adusto
Desvaneció en su faz encantadora
La
llama carmesí, sangre divina
Que
la infundió, soñando,
Voluptuoso
reflejo
de
alguna dea
la aurora
Cuando asoma rosada en
la colina
Y entre vivos celajes centellea
¿
Cayó
del cielo acaso
Esbeltas
He visto
por
y
sufre
?
y Hora ?
y lozanas
el
prado á sus hermanas
!
205
ROSA BLANCA
Yílas también en el festín orlando
Las ánforas de
oro,
Mientras los triunfos del amor cantando
La juventud y
De
la
marmóreas
las
beldad á coro,
frentes coronadas
Caian deshojadas
En
las nectareas copas
For
I
finas
manos de
Se ufana
Que
espumantes,
marfil colmadas.
la alba rosa
en
la tristeza
desluce sus gracias rozagantes,
El purpúreo esplendor de su belleza ?
I
Para
Robó
teñir sus alas fulgurantes.
acaso
el
amor traidoramente
El carmin encendido de su frente ?
I
Ese rumor del agua y de
Los
Del ave
las bojas,
sollozos del viento,
sola el
gorgéar doliente,
Por ventura no son algún lamento
Que acompaña barmonioso
¡
Quién
lo dirá, si
De las
Van
en
galanas
sus congojas ?
el lujoso
imperio
flores,
juntos la hermosura
y
el misterio
!
—
ROSA BLANCA
206
Tal vez llorosa en su capullo anida
De alguna
virgen que murió de amores
El alma dolorida.
Del dia á
O
en
las
los
primeros resplandores,
noches de luna perfumadas
Cuando todo en
Quizá
los
la tierna rosa palidece
Al raudo beso de
¡
campos enmudece,
Oh
invisibles
hadas
!
tímidas doncellas.
Pálidas novias, almas elegidas
Cuando en
la tarde triste distraídas
Vaguéis por
el jardín,
Recordando
tal
Consagradas
blandas querellas
vez enternecidas,
al dulce sacrificio
Del amor que os consume
Como un
suave perfume,—
Prefiriendo la gracia al
artificio,
Vuestras sienes radiosas.
Pensativas ceñid de blancas rosas
I
•*-
'
Á
EDDA
Sí, resonante, briosa,
Tu voz
se
Dejando
De
tu
Fué
derramó como un toirente,
la
memoria eternamente
amor en
así
apasionada.
tus versos consagrada.
que cantó Safo
;
sus acentos
De
Léucades murmuran todavía
En
las rocas,
con honda melodía,
Y de la Grecia clásica en los vientos.
I
Qué numen encendió
Con que
I
Quién
En
la ardiente
llama
tu vida férvida iluminas?
te inspiró las trovas peregrinas
cuyas alas se encumbró tu fama?
—
;
;
Á EDDA
208
Edda
inmortal
los
!
Genios en la cuna
Sin duda que tu sien acariciaron,
.
Y sus himnos mas tiernos te enseñaron
Al divino fulgor de
El eco de tu
lira
la alba luna.
á mi retiro
Llego á través del mar y del desierto
Mi
corazón á la esperanza muerto,
Tuvo un recuerdo j exhalo un
suspiro.
Y quise mi homenaje entonces darte
De ingenua
En
admiración,
como á una hermana
cuyos labios la elocuencia mana,
Melodiosa vestal, reina del
Mi hermana,
De
sí,
las selectas
en
la noble poesía
almas alimento
El tosco metal yo, tú
Yo
arte.
el
la nota fugaz, tú la
instrumento
harmonía.
;
Á EDDA
Union
209
del pensamiento fecundante
Que su
eléctrica luz
raudo difunde
Y que un ser á otro ser liga y confunde
En
la expansión
sublime de
un
instante.
-AJguna vez en mis ensueños, bella
Sentí á
mi lado una hada
Llevando en
misteriosa,
la alta frente esplendorosa
Del almo genio j del amor
Ángel,
maga d
visión,
la estrella.
en su aureola
Que en vaga lontananza amo j contemplo,
A
encender fui la lámpara del templo
Donde
Si oía
la vida al ideal se inmola.
un harpa lejos,
si
*»*
alguna ave
En- los bosques, era ella que cantaba
Ella en la flor que el aura columpiaba,
Ó
de la noche en
el
fanal suave.
14
Á EDDA
210
Ella do quier.
Mi
oriente purpuró,
Juventud á
Aqueste
al
la aurora el cielo,
cuando
la esfera
Encumbraba mi
De
Como
la
hermosa
luminosa
espíritu
en su anhelo.
contemplarla en la ardua cima
la inmortalidad,
con fe
la invoca,
Y vibrantes brotaron de mi boca
La
estrofa alada
Mas
si
De mi
la
cadente rima.
acaso evocaba la presencia
Beatriz celeste, en el
Se perdía en
Ó
y
momento
las ráfagas del viento,
entre el blanco cendal de su inocencia.
Y luego al fin cual
pasa por
el
monte
Vivaz, la dulce y fausta primavera.
Se disipó su imagen hechicera
En
en
el
profundo azul del horizonte.
—
!
!
Á EDDA
Hoy empero
De
211
revive en luz vestida
tu voz á la magia
Edda
gloriosa
Bella sombra que se alza victoriosa
Sobre
I
Oh
Tu
el
mar
ardiente granadina
:
^"f
!
¡
mi
el
él las
vida.
cuánto envidio
amor, que en solo un ser
Diera por
Y
turbulento de
el
mundo
palmas de Petrarca
sagrado laurel del tierno Ovidio
abarca
;;
EN SU CAI^TERA
En
su cartera encontré
Los versos que copio
Si á otros
aquí.
conmueven, no sé
Pero yo
al leerlos lloré
Como
hablaran de mí:
cí
si
Temprano perdí
De
la noble
verdor
el
juventud
Su esperanza murió en
¡
Yive Dios que
No
Mis
flor.
mejor
es lo
turbarla en su ataúd!
ilusiones pasaron
Cierto,
nunca ban de tomar.
Aves que huyendo cantaron
Y con sus alas rozaron
De mi
vida
el turbio
mar.
;
!
! !
EN su CARTERA
214
La
¡
vida
qué enigma extraño
!
Frágil templo del dolor
La
dicha
La
esperanza
fugaz engaño.
!
La muerte
Ved
Un
¡
oh desengaño
sombras, horror
ese atleta,
niño
Ved
!
!
I
!
mañana
hará rodar.
le
esa hermosa ¡galana
Estará en su tumba vana!
I
Qué ruina
He
es esa
?
un
altar!
acercado á toda fuente
Mis
labios
Amé
Hoy
;
amé
la gloria
;
el placer,
demente
contemplo indiferente
Mis ambiciones de
ayer.
Un profundo, árido hastío
Me penetra el corazón
;
Nada
espero,
Siento en
en nada
tomo como
fio,
el frió
De un marmóreo panteón.
.
.
.
215
EN su CARTERA
I
Qué
De
hacer, á
la torpe
qué cueva huir
reahdad?
¿Por qué causa combatir,
Si ni
En
me
es
dado morir
tu hueste, oh hbertad
Semejo en mi rumbo
Un
árabe, que tras
Ha
dejado en
?
incierto
él.
el desierto,
Perseguido d inexperto.
Sus armas y su
corcel,
Y que rendido á su pena.
Hosco, sombrío, sin voz,
Se tiende en
la ardiente arena.
Cubierta la faz morena,
Con
el flotante albornoz.
;;
tf
!
elegía
'"
Á. ineTiioria cíe ¿Tose Jff'razao "Varella
Nunquaní ego
te,
vita frater amabilior
Adspiciam posthas ? at certe semper amabo.
Catülo.
¡
Será illusáo que os mortos nos escutáo,
Que
entre os cyprestes lúgubres da
campa
A voz que nasce d'alma rumoreja
Suavemente nos ramos,
Da
e
remonta
ausencia eterna ate a mansáo augusta
i
Revive a cliamma das geladas cinzas
i
Existe acaso
Aos
suspiros
Mysterios
O
!
um
da
tetro
éclio
que responda
térra lá
no céo ?
abysmo onde baqueia
débil pensamento,
que animado
?
!
!
218
elegía
'
Ao
calor das saudades, entre as sombras
Da
noite infinda,
Do amigo que
¡
em
fúnebres relámpagos
perdi vai
em
procura.
Oh, Varella que ao menos nao podesse
!
Dar-te o último adeus, junto ao teu
leito
Sollicito velar, fechar-te os olhos,
máo amiga
Beijar-te a
e generosa,
Em segredo
dizer-te á despedida
Que no
do Inmenso
¡
¡
Alma
seio
fiel
que cedo
Quem quando
eu
me
esperasses
te partiste
te deixei
imaginara
Que no ameno caminho a nos
No
meio da harmonia e dos aromas
A peder-se no azul do
De nuvens
O
táo grato.
anjo
firmamento.
limpo, á rebentar estrellas,
triste
da morte
te seguia
Occulto no arvoredo, esvoagando
Nessas varzeas da vida, que échoaváo
Can9Óes
festivas, delirantes risos
?
elegía
219
Tal vez mais de urna vez fugiu ao verte
Franco, jovial, illuminada a fronte
Do
jubilo febril da juventude,
Que
rica
de seus dons en
Brilhava, sim
ti
brilhava:
donaire, vigor, gra^a,
;
Espíritu vivaz, valor, ternura.
Sentir profundo, férvido enthusiasmo.
Ella te deu
em
seu albor profusa,
Risonha e bella a eiigrinaldarte
Que no
¡
E
em
rosas.
amores desfolhavas.
altar dos
que amores os teus ainda conservo
!
Como um perfume
as doces confidencias
meu
Que
espansivo fizeste ao
Nos
pa^seios nocturnos, sobre as praias
Que
beija o Guanabara, da saudade
Verde e poético
carinho
asylo, n'essas noites
Suaves, transparentes,
em que
a lúa
Soltando o veo diáphano, derrama
Do
albo throno as pallidas saphiras,
Banhando a
térra
en luz harmoniosa,
Trémula e meiga a
scintillar
ñas aguas.
Um olhar da tua amada era bastante
Para seres
feliz
;
teu pensamento
:
!
220
elegía
<
A contemplava em extase,
Na
gloriosa aureola que a cercava
Amor
Da
E
;
ideal, ethereo
;
amor divino
propria e casta luz alimentado,
con
As
arroubado
ella
dourando
em
brandos sonhos
azas fugitivas da esperanza.
Podesses, inmortal, colher-lhe os
lirios,
A tua sede saciar na fonte pura
Onde germináo esparzindo ao
A essencia virginal,
¿
E como
Ionje
o ámbar celeste!
nao fazer por
ti
taes votos
Forte pela virtude, erguida a fronte
Borbulhando
O
em
ideias peregrinas,
coragáo de affectos trasbordando,
No
banquete da vida appareceste,
E
conviva de
um
O
espumante
licor libaste
Tua modestia
dia, entre sorrisos
apenas
e fé, a resignada
Confianza ñas promesas do futuro,
A atmosphera serena em que luziáo
Teus pensam^ntos placidos e
bellas,
?
!;
!
221
elegía
Acalmaváo com mágica
influencia
me
Os ímpetus que entáo
arremegaváo
A langar meu batel em gala ornado
Be
alegres bandeirolas, de grinaldas,
No
pelago fervente dos prazeres.
i
Quantas vezes a dextra
me
estendeste
Indo cegó a arrojar-me ao precipicio ?
i
Quantas o teu accento insinuante
Veio acordar minha razáo nublada
Na
embriaguez das paixóes tumultuosas
Tu
morreste. porem, e eu vivo ainda ?
Nunca mais
De
feliz,
!
quem
sabe
adormeceres na esta9áo benigna
E em
No
te verei
?
plena folhagem, de sumir-te
océano do
infinito,
como
um
astro
A desmaiar no resplendor da aurora
Lonje deixando em tanto a umbrosa senda
Que
arvores frondentes
em
penhascos,
raudal murmiurante
em
bravas ondas,
As
O
juntos percorremos, vi trocar-se
Em ermo
o prado e o
meu canto em nenias
;
222
elegía
E
quando vim de novó procurar-te,
Entornar no teu peito as mínhas penas,
E
por
ti
Jamáis
perguntei, tinhas partido
te esque9erei,
Ate o fim dos meus
¡
!
oh nunca, nunca
!
dias
!
—a tua imagem
Ficou-me impressa n'alma com os
Mais fulgentes do
spl
raios
da mocidade.
Integra a heranga do teu nobre affecto
Conservarei, e so darei-lhe parte
A aquella que me faz a vida amavel,
:iQue
me anima
se as for9as'me fallecem,
Minha jovem
esposa, horto fechado.
Nardo a
do
florir
meu
destino á sombra.
Ensinarei teu
nome
Que ainda na
infancia aos anjos se parece
E
me
ja que nao
Das
é dado ó teu sepulchro
flores alastrar
Ao menos
a minha filha
que tanto amavas,
sagrarei a tua
Estes versos
memoria
com lagrimas
escritos
!
l.'V
—
;
; !
Á LA AI[T1STA CHILENA
L. C. de T.
Grata es
la
voz del ruiseñor que gime
Triste en la ausencia de su bien perdido,
Y del harpa dulcísimo el sonido.
Que
viento arranca en soledad sublime.
el
Penetrante
«Su amor
el
acento con que exprime
la virgen al doncel querido
Melancólico el llanto del olvido
i..
Tierno
el
último adiós que al alma oprime.
/^
.
Pero
;
Oh
Tu
'
-
es
mas
ideal,
.
mas amoroso,
de Arauco harmoniosa peregrina
canto divinal que el estro inflama
-^
'
'
.
.
Cuando espontáneo,
Como
En
el
puro, melodioso,
raudal de fuente cristalina
lluvia de brillantes se derrama.
.
•
,
á
1»«-.
%
;
'%:
^.
•^
#í"
MÉXICO"
*'
(c
Ya
ce
Agotaron su brío j
del robusto cuerpo las heridas
ce
Ya
fortaleza;
busca en su flaqueza
ce
Por
cí
El firme apoyo de mi brazo. Aislado,
íc
Por
ce
Fácil México al
íí
la
voz de sus gentes esparcidas,
la guejra
y
la
usura atormentado
yugo
se presenta
Para saldar su cuenta
un monarca de
ce
Enviarele
ce
Si resiste^ perezca. Sus vencidas
(c
Ciudades degradadas de su alteza
ce
Caerán con
fiero estrago,
(*)—El nombre de México es de origen indio.
cion del Dioi
¿le
;£*
prestado.
y
fulminantes
En la lengua
azteca signific»
"2a ioSAv-
laguerra " llamado Mexitli 6 Hultzilopochtli.
(HUilBOLT,—Ensayo político
sobre la
NneT» üspa&a)
16
*'
.
226
-
f
MÉXICO
*,
íc
Las imperiales águilas triunfantes,
c£
Desde Anáhuac
^*'
vuelo soberano
el
,
'
í£
Desplegarán por uno y otro océano.
Dijo
el
perjuro.
Apresta y
Con
A
y provoca
en su arrogancia loca
aseo'undarle audaces,
Al bretón
De
recio, al
español bizarro
y de
Cortés descendiente
Acuden. Les aguardan
Digno
¡
Pizarro.
los traidores.
cortejo á la feroz empresa.
Reyes y emperadores
En
Con
la
77
Las soberbias haces
los navios,
vil pretexto
1'
,
\
'^í;
estrecha alianza
mesnada
ruin!.
. .
;
Qué
!
¿
tanto os pesa
Movidos de ambición y de venganza,
El ver cuan inclinada
Pende de
En
la justicia la
balanza
favor de la América ultrajada ?
Ayer no mas
se alzo
—
sonrióla el
mundo
;
\
i
El hombre fué mas
libre
;
ilustres
hechos
|
i
{')
—
'yj.
palabra Anáhuac eigniflca " cerca
del'
agua.
Clavijebo.
.
MÉXICO
227
Levantaron su fama j sus derechos,
De
¡
Libertad dijo,
!
Be
¡
su grandeza manantial fecundo.
pechos
los valientes
sus hijos la amaron, repitiendo
Libertad
La
!
j
profética
y
tonante
voz resonando
alta
Por
Al
y
dilatadas zonas,
grito portentoso
Que cruzaba
y
retronante
veloz por los espacios,
Sentisteis vacilar vuestras coronas
Y tembló el despotismo en sus palacios.
Temblasteis,
Ora venís
sí,
yá
reparar la afrenta
— mas qué
¿
buscáis
?
¿
que intenta
Vuestra aleve ambición? ¡mengua y desdoro!
Lo
está diciendo el bronce que
Allá de Puebla en
Con
el
retumba
torreón alzado.
furia contrastado:
Queréis que la RepúbHca sucumba,
Y avaros y rapaces,
Al
cavarle la tumba,
De América
Sembrar
El
•
explotar el gran tesoro,
la guerra
delito cubrir
proclamando paces.
con manto de
oro.
;
228
; ;
MÉXICO
Tarde, acudisteis por fortuna, tarde
Que
Al
la
amazona
airada,
intento cobarde,
Se apercibe, se
irrita,
se estremece,
Y rechaza indignada
Las razones
Que
solo entienden los gobiernos viles,
De no
La
acorrer donde el peligro crece.
india de que Europa enamorada
Por su
A
sutiles
belleza está
ver rodar
al
la
;
que se sienta
margen de
sus ríos
Las piedras preciosas
Con que vuestra
La que
Al
codicia se apacienta
alarga las
manos generosas
extranjero huésped á quien
ama
Y á quien hermano llama
Que
tendida en su hamaca, ruminando
Sus nobles esperanzas,
De
las selvas aspira
Insultada en su fe
;
—
el
perfume
al
torpe asecho.
j en su derecho.
El águila imperial dejará iniplume,
Brava saltando
del flotante lecho.
MÉXICO
Siéntelo así el bretón
y
229
retrocede,
Y con noble civismo,
El que á ninguno en
Renuncia
También
al triunfo
el claro
Prim magnánimo
valor le cede,
el
se venció á sí
y
mismo.
capitán hispano,
no queriendo
digo,
Mancillar de sus armas la limpieza,
Que
Ve
la
prez del valor no alcanzó en vano,
el robo,
j
la traición
y
la mentira,
Y el brioso pecho rebosando en
De México
y
se aleja
Trocada en amistad
lleva
^^^
'
ira.
á España
^
la ardiente saña.
Así tú repitiendo,
Gran conde,
Que ha
I
hazaña
llenado la historia con su estruendo,
Qué importa
La
la
si el
traidor tu acción impreca
dulce patria del antiguo azteca
Venció Cortés entrando y tú saKendo.
Quedó
A
solo el francés,
incendiar se atrevió,
mas no
sus naves
como aquel grande
Y fiero castellano que en un tiempo
•
Se abrió á Tenochtitlan ancho camino.
^"^
?
!
!
MÉXICO
230
Con mas
De
Ó
prudencia, espera que cargadas
espléndido botin serán en breve,
guarida á sus haces destrozadas.
César ordena que acometan
¡
César
Parodia del romano
En
quien llegar era vencer.
Huelga y
triunfa en París,
Aqueste
y
sus legiones,
Del suelo mexicano,
Mientras
él se harta,
muerden
la Francia, ^"^
Pesándole la espada de
La
trueca por la pluma,
Del héroe de
De
En
los terrones.
y borronea
Farsalia,
aquel rayo de
Italia,
ocio blando la tremenda historia,
Porque
le
alumbre en
Que tendrá en
el
el
rincón oscuro
panteón de
lo futuro,
El sangriento esplendor de su memoria.
Mas no
del porvenir las áureas puertas
Al crimen coronado
;
están abiertas
:
Empínate pigmeo
Pues por mas que
te
busco no
te
veo
;
;
MÉXICO
231
Obediente á su voz la hueste avanza.
Vana
Al
c(
soltando á su altivez las riendas,
triunfo cierto en júbilo rebosa
Yoj
á México,
á alzar mis tiendas,
dice,
Después de sepultarle en ancha
;
Ya
Crueles
seguid
!
os aguarda famélica
México está de
La
pié,
la
;;
vuestra
j siniestra.
Lázaro vive;
libertad tocóle con su vara
Desde
La
De
;
fosa.
los altos cielos
bendición recibe.
Guerrero, de Hidalgo, de Morelos,
Y á defender sus lares se prepara.
Con denuedo
el inválido, la furia
Del invasor y
el
ímpetu sujeta.
Del profanado hogar sabrá arrojarle
A
golpes de muleta,
.Vengando airado de su honor
Y tú el primero,
la injuria.
ínclito joven, fuiste,
Zaragoza inmortal, quien contuviste
Su
ira
Que
embravecida
despierta
;
que á tu nombre
un recuerdo sobrehumano.
!
232
MÉXICO
Sintió la sangre helada
Gimió en
tumba
la
Como
el
Barre
las
y magno, y
;
triste,
el tio del tirano.
viento impetuoso
oudas
fieras
Del golfo proceloso,
O
esparce las espigas en las eras,
Los
Á tu
contrarios
huyeron
empuje, diligentes,
terrible
Y el Dios de magestad u quebró los dientes
Á los
que
Zaragoza
el
!
¡
Segado en
De
freno de su ley mordieron.
oh
flor
ilustre
y
alto
mozo,
^^^^
;;
^^^^
á la brillante gloria
tu insigne victoria
Tú
caíste,
Tu
espíritu
mas vive
entero, ardiente,
subHme en
tus hermanos.
Juárez, Ortega, Comonfort, cien otros
Cuya fama
voló de gente en gente,
Blanden
espada que vibró en tus manos,
la
Y por que al mundo
Cual presagio
Heredó
feliz,
tus hazañas
asombre,
Puebla eminente,
y
tu nombre.
MÉXICO
Ya
la hueste imperial
233
pávida y
rota,
Repuesta del espanto en largo plazo,
Vuelve
al
Del
combate y vuelve á
libre
en
La muchedumbre
la
la derrota.
muralla
indómita se estrella
Del bando usurpador; rudo
la embiste
Y ceja y cía rechazado.
tanto,
La América á
En
sus mártires incensa,
Y de México asiste
Con
el
Dando
I
Qué
alma anhelante á
lauro á los unos
la defensa,
y á
otros llanto.
haces tú, mientras, Francia, cuya fama
Fiero el orgullo militar blasona,
Viendo
Que
oscilante del valor la llama,
tu antiguo poder se desmorona,
Y que rastrero el fraude se encarama
Al soho de San Luis ?
¿
Cuando quebrantas
El yugo maldecido,
Y postras á tus plantas
Con
La
I
tronante estampido
vil traición del
Por ventura
procer fementido
perdiste el ardimiento
?
;
!
234
!
MÉXICO
De
tu intrépida raza
Es esa que
se oculta
?
en
Pudiste en mal
I
¿
Tu bandera
el
combate
.
?
^"^
momento
Imaginar siquiera
Bajo un cetro gastado é infecundo,
De Puebla
contrastada en los escombros,
Fuerzas tener á soportar un
Como
\
el postizo
rey que alzaste en hombros
Guarte, vieja leona
Sardanápalo
Ya
mundo
desde
Ya
el
en
al circo te
condena
palco te contempla inerte,
la revuelta arena
El brutal gladiador tu sangre
La
¡
plebe aplaude,
el
vierte.
déspota se encona.
Éa, pardiez, destroza tu cadena,
Y entiérrale en las sienes la corona
América
Su
te
envia
consejo de paz. Si en son de guerra
Vienes, entonces se alzará bravia
Y en su pujanza asombrará la tierra.
Triunfará Anáhuac. Las dolientes almas
De
los
ímpios que mueven sus trastornos
^
í
MÉXICO
Por
Mixitlí,
235
Dios fuerte, confundidas,
Del Popocatepetl en
Rebramarán en
los
las cavernas,
^^^^
mugientes hornos
Derribadas á angustias sempiternas.
La
República
al fin
verá cumplidos
Sus destinos egregios. Zaragoza
De un mundo
colosal primer baluarte,
Del derecho elevando
No
puede ya caer
el
estandarte
—caerán
sus miuros,
Y transformada en noble monumento
Que
recuerde su gloria
y su
tormento,
Será eterno baldón á los perjuros.
Cualquiera de sus piedras calcinadas
Servirá á lapidarles, arrojadas
Por manos
libres
á su frente adusta,
Y la que Puebla fué, de heroísmo ejemplo.
En
su tristeza augusta,
Podrá no
ser ciudad,
mas
será templo
!
——
:
!
—
NENIA
Llora, llora
En
-ariitaTi
(*)
idioma guaraní,
Una
joven paraguaya
Tiernas endechas ensaya
Canutando en el harpa
En
j
idioma guaraní
Llora, llora úrutaú
En
las
ramas del yatay,
Ya
no
existe el
Donde
nací
(*•)
Úrutaú
como tú
—ave de dulcíaimo canto.
—-palmíTA.
Yatay
^"^
Paraguay
Llora, llora úrutaú
(*)
así,
—
! !
238
;
—
NENIA
En
el
Lambaré
dulce
mi cabana
Feliz era en
Vino
la
guerra
y
su saña
No
ha dejado nada en pié
En
el
Lambaré
dulce
Padre, madre, hermanos
Todo en
En mi
el
mundo he
¡
ay
perdido
corazón partido
Solo amargas penas hay
Padre, madre, hermanos
De un verde
Mi
úbirapitá,
héroe en
el
Timbó,
pié sepultado está
De un verde
Rasgado
el
Tengo en
ijd)irapitá
blanco
señal de
tipot/
mi
^"^
duelo,
Y en aquel sagrado suelo
De
rodillas
Rasgado
(•)
ay
novio que combatid
Como un
Al
;
el
Tipoy— Baya, blanca que usan
siempre estoy.
blanco tipoy.
las
paraguayas.
!! ;
!
——
;!
;
NENIA
Lo mataron
No
los
239
^*^
camhá
pudiéndolo rendir
El fué
el
último en
salir
De Curu§ú y Humaitá
Lo mataron
i
I
Porqué,
los
cambá
no morí
cielos,
Cuando me estrechó
triunfante
Entre sus brazos mi amante
Después de Curupaití
I
¡
Por qué,
cielos,
no morí
Llora, llora úrutaú
En
las
ramas del yatay
Ya
uo
existe el
Donde
nací
Paraguay
como tú
Llora, llora úrutaú
— los negros.
(^).--Cnmbá
?
?
Jlí
pasar
AbbevUle (Francia.)
Sola en
el
campo, en
la arruinada ermita,
A la trémula sombra de un almez,
Hermosa como Ruth
Recuerdo que
la moabita.
la vi la última vez.
Vestía el traje villanesco, saya
Corta, listada,
un
Festoneado con
delantal
cintas,
de anafaya,
Y una toca plegada, de percal.
16
!
!
;
AL PASAR
242
¡
En
Si
pocos años que mudanza! apenas
pude conocerla ¡cuan
Mas
En
fresca que las niveas azucenas
las
Tenia
mañanas límpidas de
la cintura
Flexible
Su
y
como un mimbre
voz, su dulce voz era de
el
Con
tan profundo
Que
al
;
un timbre
canto del turpial.
Y sus ojos turquíes
Del
Abril.
fina, el rostro angelical
Mas suave que
¡
gentil
!
la brillaban
y blando
resplandor.
parecer serenos reflejaban
cielo azul el nítido color.
Cuántas veces, de niña,
Para
el
fuego juntando
Y cuántas en las mieses
Sus cabellos de oro
las ramillas
la encontré,
amarillas
acaricié
;
;
AL PASAE
Al volverse hacia
No
atinó
atrás
243
j dar conmigo
á recordarme, se tm'bó
Mas luego que
la hablé,
mi acento amigo
Sus recuerdos de infancia despertó.
íc
cí
—Cómo
¡
!
vos
sois
Vos aquí en
la
?
me
dijo conmovida,
comarca
¿la salud
!
nuevo acaso enflaquecida,
£c
Sentís de
£(
Y en procura volvéis de aire y quietud
íí
—
cí
No cual
£í
Enfermo y fatigado peregrino
¿í
En
^Nó, Blanca,
1 ;;
á otro país voy de camino
eñ otro tiempo vuelvo aquí,
busca.de la calma que perdí.
¿(Y bien
lo siento
á fé
¡ah quién
me diera
íí.Habitar otra vez el romeral,
£í
Perderme entre
£í
Beber
el
la viña
en
la pradera,
agua virgen del raudal h?
—
;
AL PASAR
244
No
era ese el deseo caprichoso
Del que aspira á una efímera merced
De
olvido, de silencio, de reposo,
Sentía
el
alma
profunda sed.
la
Pregunté luego á
la
Por sü
un
padre, que
Bajo su techo
aldeana bella
— Murió
¡
!
¿
¡Ah!
me
íí¡
j
Ya
las
al pastor
si vierais,
acogió
ella
murió
cuando murió ?;;
Lo que empiecen
Dios alejó
dia
hospitalario,
Contestó suspirando
í£
;
!;;
—ííCumplirá
_.im
uvas á pintar
de su rebaño,
desierto está el hogar!;;
Yo
estimaba á aquel hombi-e franco, honrado,
De
corazón ingenuo, sin doblez.
Allá en su juventud bravo soldado,
Vaquero j labrador en su
vejez.
año
—
AL PASAR
íí¿De qué murió?;; la
u Como
el tronco
245
dije.
íí
Estaba fuerte
que veis de ese abenuz;
íí
Un
íí
Allí donde se alza aquella cruz
a
—¿Y
dia entre la mies le halld la muerte
u Para
os dejó alguna hacienda?
vivir, la casa,
y mas
!
;;
—«Lo bastante
aquel
íc
Molino que se vé blanquear distante,
íí
Los bueyes,
cí
el
sembrado y
el verjel.
—¡Pobre! y tu madre?;;—«Llora
cí
Si queréis verla os llevaré, venid,
ce
Está
ci
A la sombra tejiendo de la vid.
—
íí
allá abajo al
Es
tarde yá,
;;
c^to
;;
el dia entero,
del otero
la contesté
íí
íí
Lejos la aldea adonde voy, á
íí
Temo
íí
El consuelo á sus penas, la
afligirla; el cielo la
;;
y aun queda
más
conceda
dirás.
;;
AL PASAR
246
—« Mas
al
menos ;;
Animándola
repuso, los colores
el rostro,
u
aceptareis
66
Del jardin de mi padre algunas
66
Plantadas por su
¡
mano
¿
flores
os negareis
? ;;
Y cdmo resistir su voz tan pura,
Aquel dulce mirar, tanto candor
Seguila pues, dejando
Atada
al tronco
mi montura
de un almendro en
flor.
*
* «
Ai punto en que á
Hallábase la casa,
Donde
Ya en su
Que una
La
al pié el jardin.
entre ásperos brezos
Se enredaba á
A esas
estrecharse el valle empieza
y maleza
los mirtos el jazmin.
recinto, Blanca,
mas
ligera
corza, con gracioso afán
flores
juntó la enredadera.
violeta silvestre al arrayan.
;
AL PASAR
Hízome un
Con
ramillete
infantil sonrisa
;
247
sonrojada
me
le dio
Luego por una senda sombreada,
Del arroyo á
Sentámonos
allí
Al grato son
sitio
;
blandamente
y bajo de
aquel cielo
agitación, el tierno anhelo.
despierta el
Como de
De
los sauces
esa alma limpia pude leer,
La vaga
Que
fugaz
la hojarasca la torcaz.
Fué en aquel
Que en
llevó.
de la corriente
el céfiro
;
Murmuraba en
Gemia en
margen me
la
amor en la mujer.
miel dorada rebosante
las vivas abejas el panal.
Derramaba su aroma refrescante
La
flor
de su inocencia virginal.
——
,
AL PASAR
248
—
Quisiera
ce
á donde
ir
vais, quisiera
exclamó
cí
Conocer otras
ce
Vino aquí vez pasada una
tierras,
?;
extranjera,
Oh, cuántas maravillas
me contó
Sombras de sueños vagos,
el reflejo
ce
\
De una
!
;;
esperanza indefinida vi
Sobre su frente, cristalino espejo
De un
—
ce
pensamiento ardiente y baladí.
Blanca,
;;
la dije al
levantarme
ce
Aquí
ce
Al hogar de
ce
Corra tu vida y venturosa en
—ííNo
ce
habita
la paz, conséi'vate fiel
tus padres,
volvereis?;;
Adiós
—
él.
íí¡Quien sabe!
cuida á tu madre, que
ce
\
ce
De
los hijos la savia es
ce
De
la vida
!
y bendita
de
;^
voy muy lejos.
el
amor
los viejos,
que muere último
albor.
;;
!
!
AL PASAR
Á
249
tomar mi caballo juntos fuimos
Lo que por mí pasó
Cuando una j
decir
no
sé,
otra vez nos despedimos
Y que en la casta
frente la besé.
Aléjeme
;
al
galope
ya
distante
La
vista volví atrás
Su
vestido de listas ondulante
A
estaba
allí
través del follaje distinguí.
Aquel
fresco recuerdo de otros dias,
Su imagen que jamás podré
olvidar,
Se mezclan á esas vagas barmonías
Que
la vida acarician al pasar
: ;
W¡0\ HUGO
¿
Veis esas rocas negras, escarpadas,
Que
¿
la
onda brava rebramando azota ?
Porqué
el
nauta
pasar larga la escota,
al
Y en su esquife, de pié, tristes miradas
Las
Una
dirige,
y surcando su
lágrima acaso,
faz ruda
las saluda
?
Allí el viento, las alas espaciosas
De
vapores salinos impregnadas.
Muge
doliente en funeral tristeza
Estallan con estruendo pavorosas
Las tormentas
Velando de
;
la niebla fria
j
baja.
las sirtes la aspereza.
Pende á modo de pálida mortaja
Turba
el silencio
de
las playas solas
El eterno tumulto de
las olas.
!
!
—
!
;
VÍCTOR HUGO
252
convocando
Invisibles clarines
A
oscuras guerras, bárbaras, extrañas,
Suenan
del
mar
los
monstruos sublevando,
Y las aves acuáticas, hurañas
Voltejean con ásperos graznidos
Sobre
el
piélago enorme, ó zahareñas
Cruzan buscando
En
los ocultos nidos
musgosas de
las grietas
las peñas.
Vosotros, hombres libres, que sombríos
En
vuestra romería dura, austera.
Tenéis solo una fe
Ante
esos agrios riscos descubrios
Es Kidormur^
Allí
y una bandera
es
Guemesey
La
hospitalaria tierra
De
la vieja Inglaterra
mora un
titán,
Hugo
!
allí
j
Bendita
habita
Hugo de cuya frente magestuosa
Brotan vivas
De
centellas,
y que luego
vencido á traición, no en los combates,
Logro
salvar
¡
empresa gloriosa
Con su acendrado honor y
sus penates,
;
VÍCTOR HUGO
De
la
alma
libertad el sacro fuego,
Cuando en su
Tan
solo
en
253
ilustre patria
perseguida
la conciencia halld guarida.
De
la llama inmortal firme custodio,
La
espada del arcángel esgrimiera
Mas
poderosa que
Con
ella el fallo bíblico escribiera
En
el
puñal de Harmódio.
caracteres ígneos, consagrados,
Que
al opresor
condena j á sus huestes
Mientras sus labios que en mejores dias
Supieron entonar himnos celestes
A la inocencia j
De
al
—
amor
los carbones rojos
de
^tocados
Isaías,
Los oráculos lanzan inspirados
Del porvenir, en graves harmonías.
El águila sintiéndose acosada
Remontó
hasta el olimpo,
y
al
Tonante,
Soberbia, fiera, osada.
El rayo arrebató que fulminante.
Con
brios soberanos
A la frente vibró
de los tiranos.
;
!
—
VÍCTOR HUGO
254
Como
De
aquel fabuloso personaje
la tragedia antigua, Filocteto,
Que de Hércules
las flechas poseía,
Y de vencer con ellas el secreto,
De Lemmos
confinado en la salvaje,
Agreste soledad, cuando su ultraje
Vengar ansiando de dolor rugia
Así
el
grande proscripto de la Francia,
Con sublime arrogancia
A
los
nuevos Atridas desafía
Llámalos á
juicio,
y humillados
Fueron en medio de su orgullo
De
el
necio,
sus triunfos robados.
Por su profundo y
En
•
;
colosal desprecio
tiempo fijando
la radiosa
Mente audaz, que su arcano nos alumbra
En
procesión solemne, portentosa.
Pasan ante
Al
él los siglos,
y
la
Muerte
verle en la ardua cima á que se encumbra,
Cometa inmenso de
Que
allí
la
inmensa
historia.
no alcanza con asombro advierte,
Y se postra vencida, deslumbrada
Por
De
la aureola
sagrada
su virtud egregia
y de
su gloria.
!
;
:
VÍCTOR HUGO
Galo de raza, de
Que defendió
Contra
En
el
que
255
la heroica tierra
Yercingetorix bravo
poder de César, en la guerra
el libre
Del destino
luchó contra
fatal
en
el esclavo;
la balanza.
Donde de aquel bastardos
descendientes.
Ministros de odio, seides de venganza.
Arrojaran la espada, rudo emblema
El, revestido
de grandeza suma,
Ciñendo de su genio
Arrojó en contrapeso
A
diadema.
la
la
áurea pluma
sagradas musas se propicia;
las
Prorumpe en noble
canto,
Y constelan su manto.
La
libertad, la
paz y
la justicia
Del hogar de sus padres desterrado,
Como
hijo predilecto
El mundo
Y
en
Que
La
Del
le
ha adoptado,
la alta frente del
varón perfecto
es égida á sus dioses, exultante
estirpe
en
pontífice
Sobre
él al recordar
magno
de Atlante,
colocara
el fresco laurel la excelsa tiai^a.
—
;!
:
:
VÍCTOR HUGO
256
Honrad
Que
¡
pueblos
cantara
el
!
al ínclito
poeta
amor en su harpa de oro
Al augusto
Que enjugó en
profeta
su pendón
el tierno lloro,
Y al tremolarle al viento en sacro rito,
Del ideal señala
el horizonte.
Mientras trepando audaz de monte en monte
Nos guía
victorioso al infinito
El tiempo raudo pasa
Y cuando el ala fúnebre desplega.
Así
Como
A
la flor
las
doblega
cumbres gélidas arrasa
la inmortalidad anticipaos
Al genio que
;
se cierne en las alturas
Llevad ofrendas puras
A
sus aras brillantes acercaos
Rosas
allí
enlazad con verde palma,
Y los fuertes, honrados corazones.
Que siempre
Con
La
la
hallara la
esperanza
al
Verdad
propicios,
recobrar la calma,
ofrezcan abundantes libaciones,
Y nobles y gloriosos sacrificios.
;;
! :
VÍCTOR HUGO
Cuando caiga
El
terrible
el coloso,
(aleje el cielo
momento,) que su alma,
Desplegando su vuelo,
A confundirse en la harmonía vuelva
De
la naturaleza,
De
su
numen
Bramará
el
—
^triste
j viuda
á quien escuda,
la tierra
mar, suspirará la selva
Y como antorchas dignas solamente
De
sus grandes exequias, sus volcanes,
En
su dolor vehemente.
Y en honor de sus manes,
Por
el
creador espíritu agitada
Que en
sus entrañas vivido fermenta.
Encenderá algún dia en sus misterios
Entonces en entrambos hemisferios,
Ya
de sufrir cansada.
Hundirá en sus cenizas
De
los imperios
su trágica historia torpe afrenta
Y en su vasta ruina,
De
la justicia eterna
en luz bañada.
Levantará gloriosa y opulenta,
Navegando
la esfera cristalina,
Al hombre
libre
en
la
ciudad divina
257
A ERNESTO I^OSSI
(*)
Tierra de bendición que
Apmin parte.
Sublime donna,
qué grandeza
Italia
!
¿
Realza eternamente tu belleza
Que nadie admirar puede
Magna
el
mundo
tus ruinas haciendo
Mausoleo á la
gloria,
Tu
genio por
el
En
cascadas de luz,
en tu
templo
alteza
tristeza
al arte.
orbe se derrama
mas esplendente
Cuanto mas negra nocbe
Hoy que
?
cuando de Marte
y en mayor
Ceñiste el casco,
De
te vid
sin amarte
te envolviera.
triunfas, heraldo
de tu fama,
Rossi, el supremo actor de vasta
mente
Nuestras almas conquista á tu bandera.
(*)
—Este soneto inserto anónimamente en
contestado por Bossi con
Ambos reprodúcense
por
el
viso á
el
que va en
la'
" La Tribona "
(
1865 ) fue luego reconocido
y
página siguiente, usando los mismos consonantes.
aqui solo por dejar consignados la admiración del autor del primero
insigne trágico, y la fineza y
una espontaneidad amistosa.
el
ingenio feliz con que supo este corresponder de impro-
CÁpS
Á
GUIDO SPjlNO
—
Giovine ancor, vetusta in tua—grandezza
tua—
Colpisci
Terra, cara, ospital che
Plata
il
lo stranier di
—
L' elmo, lo scudo
comprare a
Onde bandir
tal
il
tuo popólo
figli tuoi
raggi di luce
d'
prezzo la
—Marte,
—
tu'
^altezza.
—
Santi virtude a
Al par
^l'amarte.
non cinger di
dal cor ogni
Grande rendi
Come
^belleza
é per lui dover primo
Si, ch'
Non
aparte,
—
^tristezza
coll'
—
^arte.
—dirama
^risplendente
im di giocondo in—primavera.
I
Non hai
tu pur araldi di tua
¿
Guido
poeta dalla salda
il
Non porta
con onor la
—
^£ama
?
—emente
tua—
^bandiera ?
Ernesto Bossi,
!;
!
¡VlCTOI|_POR FINANCIA
Oid
!
oid
Que en
!
es el
cañón de alarma
viejo París lejos
el
(1<3)
1
retumba
Su trueno ha penetrado hasta
la
tumba.
Veneranda, que guarda á Béranger
El anciano inmortal alza su
losa,
Y al ver pasar de Francia las legiones.
Su
espíritu les
manda en
Que inflama el rayo de su
Ellos son
De
!
no
los veis
?
sus canciones
ardiente fe.
los nobles hijos
aquellos impertérritos guerreros,
Que en Jemmapes j
Fleurus con sus aceros
Al Teutón consiguieron domeñar.
cí
Cadenas
La
rotas, cetros destrozados,
Libertad mezclaba á la metralla
El tremendo fragor de la batalla
La hará de su letargo
despertar
;
;?
;
264
¡
« Sintió
VÍCTOR POR FRANCIA
el viejo corcel
punzar
!
!
!
la espuela,
;;
Y el adalid por la traición vencido,
Corre á templar su sable enmohecido
En
las corrientes rápidas del
Tiempo
es
que
el
polvo á sacudir comience
La bandera triunfal
De Jena
Rin.
de tres colores
;
los brillantes resplandores
La alumbran el camino de Berlin
¡
Víctor por Francia
Supo ofuscar
La que
la nación
mundo con
que un diá
su gloria.
unciera á su carro la victoria,
Alzando
I
al
!
la Justicia
Qué debe
el
en
el pavés.
orbe á Prusia, férreo atleta
Que á Francfort roba por
hacerse rico
?
Las botas de su grande Federico
De Napoleón no
;
Oh
caben en
bella Francia
!
los pies.
del valor la cuna.
Patria de Mirabeau, patria de
Si
Tu
hoy gimes
Hugo
del imperio bajo el yugo,
genio sus afrentas vengará
:
;
¡VÍCTOR POR FRANCIA!
265
Y á cada golpe de la heroica espada
Que
ciñó Lafayette, del despotismo
El regio alcázar que abortó
En
I
el
abismo,
sus viejos cimientos temblará.
Qué sombra es esa que en
Del bronce
al
estampido en
Sobre una roca que
las
la
mar
lejana,
las fronteras.
ondas
fieras
Baten, se alza augusta en su dolor ?
La fama
La
quiso engrandecer su nombre.
libertad lo calla,
Enigma de
y
entretanto.
la historia,
De su fortuna al mismo
No
infunde espanto
vencedor.
en vano cual flamígero cometa
Cruzó del Sena
al portentoso
Su recuerdo en
cien lides dejó inscripto
Estampó su
;
destino esta verdad
Sin la virtud
Á eternizar
Egipto
el
genio es impotente
sus obras
Que al embate
;
no hay conquista
del tiempo se resista.
Si no tiene por fin la libertad.
: !
¡VÍCTOR POR FRANCIA.!
266
Recoged ¡oh franceses valerosos!
Estas verdadas grandes
y sencillas,
Y con piedras de todas las Bastillas,
De Europa á
La
los tiranos perseguid.
herencia reclamad de vuestros padres,
Luz
del saher, ejemplo de patricios
Imitad sus sublimes
sacrificios,
Y Dios os guie en la sangrienta lid
!
;
DEL ITALIANO
ce
Por
mi
fin llegaste,
Te veré
al alba
;;
caballero
Luisa exclamó
Con pensamiento tan
lisonjero
Se adormeció.
Sueña: contempla
Las nobles armas
Con que
muda
el arreo,
del adalid.
triunfante dejó el torneo,
Venció en
Oh! que ventura
la lid.
la del regreso
Cuando sus brazos nos tiende Amor
Bello
momento que en embeleso
Trueca
el dolor.
i
!
»
;
!:
TRADUCCIÓN DEL ITALIANO
268
Ella le cuenta las amarguras,
Las hondas penas á que
él
dá
fin
Y oye las cuitas, las aventuras
Del paladín.
¡
Fugaz
delirio, pérfida
Cándido un ángel
De
la
dá
aquellas dichas que
No han
traen
el placer
¡
ay á su alma
!
de volver!
Sangriento—apenas
La
calma
la luz clarear-
un casco ¡bárbaro
afán!
El mismo casco que por presea
Dio á BU galán.
í(
Cuando al castillo próximo
estaba.
Traidor le hiere rival erüel
Cayó ; muriendo
Por
tí el
tierno clamaba
doncel.
!
f
TRADUCCIÓN DEL ITALIANO
Luisa entra monja, y en
el
convento
Si alza á Dios himnos con tierna unción,
Al muerto amante vuela en el viento
Su
corazón.
«
a i Desde
La
i
los cielos
vista al
Oyes mi
mundo
llanto
¡
oh, di,
sueles
mi amado,
tomar ?
nunca agotado.
Yes mi pesar
¡
Alma
Que
suave! llega la hora
el mortal velo desgarraré,
Y en que á tu lado la que te
Por siempre
esté
adora
269
A,-
r
!
BUENOS jlIRES
.a
Fué
en
aquí,
las playas
que fecunda
el Plata,
Peregrina región que cual ninguna
El estro á
las estrellas arrebata,
Donde en honrado hogar
"
-
¡
^;f
Salve
al
gran
La argéntea
Ora
V"
rio
,'
;
^.^
,
se alzó
mi
cuna.
..,-,.'
i
cuya faz retrata
luz de la esplendente luna,
arrastre sereno, ora
combata
El esquife en que voy con mi fortima
Buenos Aires oh
¡
Mi
patria
!
aunque
esperanza en tu olvido sumergiendo,
Tuyo es mi corazón, tuyo es mi
Cuando ya no den sangre mis
Al
me olvidas,
cielo
un
brazo.
heridas,
postrer voto alzar pretendo
Dormir mi último sueño en tu regazo.
:
>
'M'^
•i*?'
;
1
;;
ADELANTE!
¡Ea, mucÉachos, es la aurora! ¡arriba!
Tomad
Si
el
hacha j
como ayer
el martillo,
y vamos
tenaces trabajamos,
El monte derribado caerá.
Alcemos con sus troncos nuestras casas
Asilo de la enérgica pobreza
Donde
La
creció el jaral
y
la
maleza
viña lujuriante medrará.
Que
el
muelle cortesano la fortuna
Busque adulando á su señor
adusto,
El torpe corazón siempre con susto
De
perder de su afán
Mientras
él
siembra
el
el
fruto
odio
y
vil.
la zizaña,
Nuestras robustas manos siembren trigo
Mientras ve en cada hombre un enemigo,
Amémonos con pecho
varonil.
18
;
!: ;
;
¡adelante!
274
El vínculo sagrado que nos une,
Se apretará con
(
la
honradez probada
¡Sus, al combate! á la conquista ansiada
Del trabajo fecundo en
¡Victoria al
mas
la legión.
intrépido
Sus pensamientos en
!
bizarro.
la patria fijos.
Ese llegue á tener hermosos
Hombres
libres,
de limpio corazón.
La gran naturaleza
A
nos invita
su festin suntuoso
Y al repasar por
La
hijos.
slis
;
seamos parcos,
triunfales arcos.
libertad nos guíe con su luz.
Bajo su
influjo bienhechor, la dicha.
La paz y
la
abundancia nos esperan
A los valientes que en la lucha mueran.
Un recuerdo, una palma y una cruz
No
desmayéis conscriptos del progreso
Rasgue
el
Guerra á
arado
el
seno de la
la incuria,
Amor á Dios,
á
la
tierra.
ignorancia guerra,
respeto por la ley
!
—
¡adelante!
Diques
275
mar pongamos, freno
al
Allanemos
la rispida
al vicio,
montaña,
Y sea nuestro orgullo j noble hazaña
En
cada ciudadano ver un rey.
Así avancemos como un haz
Nos
la
haga mas
Del poeta;
A nuestro
;
la ruta
liviana el noble canto
las artes
con su encanto
rudo afán den galardón.
Busquemos
la
gran patria en que los hombres
Se reconozcan prósperos y hermanos,
Invitando á los pueblos soberanos
A
seguir de los Hbres el pendón.
Y dulce será
De
la
ver en nuestros lares
el
jomada
al fin,
Á los seres amables
Que
ennobleció
Recordando
En
O
el
todos reunidos,
y queridos
trabajo
y
la virtud,
los triunfos del
pasado
las largas veladas del invierno,
elevando sus preces
Que nos da
la
al
esperanza
Eterno
y
la salud
;
Á LA I[EPÚBLICA FRANCESA
¡
Llegó por
Se cumple
;
fin el dia
!
ya
Dios es grande
El guía en las tinieblas
De
el fallo del destino
al
;
su ley, la ley de amor.
hombre peregrino
la esperanza enciende la luz, fanal divino,
Y al imiverso esparce su fúlgido esplendor.
Alzad ferviente un himno de júbilo ¡oh hermanos!
La
Francia se levanta; triunfó la libertad
Salúdanla gozosos los pueblos soberanos
Del polvo ha recogido
la
Es símbolo de
y de
Cayó en
glorias
el
Envuelto de
las
No
:
enseña que en sus manos
tierra el soberbio
Despavorido
!
!
fraternidad.
su imperio se derrumba.
César, cubierto de baldón.
hdes en la infernal balumba,
atina á hallar siqmera las sombras de la timiba,
La menie
oscurecida, marchito el corazón
!
!! !
!
Á LA REPÚBLICA FRANCESA
278
Quizá torvos espectros
acosan
le
Busco su banda entonces á
falta
;
quizá en vano
de un dogal,
Y alguna voz doliente que estremeció al tirano
Tenaz á su conciencia gritó
Cundiendo entre
los
¡
muertos
Acaso en sus visiones
¡
Maximiliano
el
!
eco sepulcral.
terríficas, extrañas,
Temió que ya cadáver,
al pié
de su
corcel.
Las águilas de México "dejando sus montañas.
Vinieran á roerle voraces las entrañas,
Llevándose en
las garras
Él perjuró á su patria,
su manto de oropel.
—su
patria le abandona.
Ya
se alza entre tormentas la sombra de Danton
La
Francia á la República se abraza,
Son hoy
las
Es Metz,
Ante
han jurado morir
Del templo de
Atrás los pretorianos
viento el oriflama
!
!
de Laon
los defensores
que llámase Paris.
las artes
Salud á esos valientes
Al
su corona
llamaradas del campo de Belona,
es Strasburgo, las ruinas
ellas
j
!
¡
¡
/
abajo los traidores
atrás los invasores
Moni foie
et
Saint Denis !
!
Á LA REPÚBLICA FRANCESA
¿Qué quieren? piden
j
Se tasa
279
y solo encuentran Merro;
la justicia, se tasa hasta el valor
Pregúntase
:
¿
qué cuesta de un déspota el entierro ?
Venid á nuestra
De
oro,
tierra
y
plata, si os conviene,
Pero antes que perezca
os llevareis
un
la
Francia redimida,
;
libertad la cubre con su brillante egida,
Y heroica en los combates,
Los mismos que
Mas
De
cerro
por semejante honor.
Horribles cataclismos en ella estallarán
La
;;
!
la hieren
si
llega á ser vencida,
su azar lamentarán.
no, la gran tribuna de Europa, vasta hoguera
ciencia,
madre
ilustre
de tanto paladin.
Continuará iri:^diando cual astro que en la esfera
Sufrir eclipses puede, sin
¡
mengua en su
Oh, generosa Francia, has de triunfar
Empero,
si te
niegan
Aun mas hemos
Consuélete
el
hados la
al fin
victoria,
de amarte cuando de luto estés
recuerdo de tu inmortal historia,
Que cuenta que á
Has
los
carrera
cien reyes en medio de tu gloria
visto suplicantes
y humildes á
tus pies.
!;!
280
LA REPÚBLICA FRANCESA
i.
I
Quién vencerá á tu genio cuando
En
la región
Fué en él que
Que
es
se inspiraron aquellos
hombres grandes,
que
te
amamos
;
la sien.
los bellos resplandores
sabes de la vida con peregrinas flores
Tus
la
ruda senda
;
tus nobles trovadores,
artes, tus virtudes, del
mundo
orgullo son.
verte amenazada, contempla cual vacila
Sobre sus ejes de oro
La espada de
De
tuya es tan alta prez
;
tus padres sobre la piedra afila
tus murallas rotas
;
las huestes
que armó Atila,
Tus campos, tus ciudades, devastan otra vez.
Acude
De
I
?
llegan de tu nombre, magnífico blasón
Sembrar
Al
espandes
pedestal hicieron de los supernos Andes,
Por eso
Tú
feliz le
sublime del pensamiento, quién
Orlando de laureles de América
Nos
!
!
ya sus hordas asaltan
tus sagradas leyes
Sonó acaso
la
;
el santuario
ó triunfa ó muere
allí
hora fatal de tu calvario ?
Primero se convierta Paris en un osario
Que
el
vándalo
le
humille con torpe frenesí
!
;!
Á LA REPÚBLICA FRANCESA
A no mediar los mares,
;;
281
quizá tú lo adivinas,
No
sola correría tu sangre
En
medio de
¡
oh Francia, nd
las balas, al reventar las
minas,
Brillar hubieras visto las lanzas argentinas
¡
República ó la muerte
Contigo están
Contigo está
!
la
América juro.
los votos ardientes
el
de
los buenos,
derecho que honro la humanidad
Si ha de perderse todo, tu honor se salve al menos.
Fué siempre
al
estampido de fulminantes truenos,
Que tormentosa y
En
ella te confía
;
Te llama hoy por
fiera
surgid la Hbertad
su espíritu bizarro
la patria, sin
tregua á combatir
Y pues despedazaste tus ídolos de barro,
Enlaza á
los laureles
que adornarán tu
La oHva á cuya sombra
carro,
sonríe el porvenir.
!
JANEIRO
¡|_I0
Qué podré yo
I
!!
decir
en tu alabanza
Tierra de luz, de paz, de poesía,
En
que se abrió
la flor
de mi esperanza,
Que hoy su perfume lánguido
Quizá ya nunca, pues
Volveré á ver tu
el
cielo,
te
envía ?
tiempo avanza,
tu baliia,
^
Ni á soñar vagabundo en muelle holganza
Perdido entre tus selvas cual soHa
¡
Oh
princesa del valle florecido
Cuyos pies besa
el
mar, que
la alta cima.
Refleja de tus montes seculares
Aunque
ausente de
Pues de mi alma
el
tí,
jamás
te olvido,
amoroso clima
Está donde susurran tus palmares
:
I|ECUERDOS
Si se condensa en lágrimas la vida
;
Cuánta noche en
alma
el
Pueden solo guiarla en
!
los recuerdos
tanta sombra,
Cirios flotantes, pálidos luceros.
Con sus fúnebres alas
Yiene después y
;
Ay
!
los
misterioso
apaga
'"V'''
tiempo
resta apenas del festin dorado
El vaso frágil en que ardid
1,'
el
el incienso.
!
286
RECUERDOS
A
la ilusión,
á
la
esperanza entonces.
Cisnes gimientes, las arrastra
el viento,
Y caen marchitas las brillantes flores
Que amor
dichoso cultivó en secreto,
Si alguna acaso su frescor
Si
¡
queda alguna en
no pierde,
el altar desierto,
Oh, guardadla, su aroma es de
Su
raíz inmortal está en el cielo
la tierra,
VOTO
Tú que en
En
los días
de tristeza
tu albergue rural
me
y
luto
recibiste
Con simpática gracia, y me ofreciste
De
tu bondad angélica el tributo
Recoge
De
el
;
dulce fruto
íM inocente vida,
Flor en la selva virgen escondida.
Que
Sino
del
mundo
En
auras halagüeñas,
No
llegue otro ruido,
el
falaz
á tu oído.
de la cascada que en las peñas
Se quiebra,
—
el
suave canto,
Del pájaro buscando en
el aleteo
el follaje
El nido oculto imán de su deseo;
!
VOTO
288
Entre
los pinos el
rumor salvaje
Del viento, del arroyo
el oleaje;
Al
caer la tarde el místico lamento
De
la
Que
campana en
la vetusta ermita
al pastor religioso
á orar
invita,
Y al volver al aprisco á paso lento
Por
El
las
verdes laderas,
rústico balar de tus corderas
!
Á
m\\k
; !
(17)
(Traducción de J^amartine")
Si, el
En
Anio de Cíntia
las rocas
el
dulce
de Tíbur ann
nombre
murmura
Valclusa ha conservado
Con inmortal renombre
El de Laura adorado,
Y allá en la edad futura
Dirá siempre FeíTara
¡
el
de Eleonora.
Feliz la hermosa que el poeta adora
¡Feliz el
Por su harmoniosa
Tú á
Oh
!
**
nombre amado
lira
consagrado
quien su alma en secreto está rendida,
sí,
puedes morir
:
él
en
el
tiempo
Imprime á cuanto adora eterna
Y el amado j la amante
vida,
Vj
;
!
Á ELVIRA
90
Unidos, en un vuelo
Suben
del genio en alas hasta el cielo.
Ah
mi barca
frágil, zozobrante,
Fuese
puerto impelida
!
si
al
Por mas benignas auras
Astros
mas
en mi oriente
si
bellos su esplendor
Si el lloro de
La
fortuna inclemente,
De
la
i
dieran;
muerte enemiga
Oh!
Quizás
me
una amante haciendo amiga
mi
frente
perdón
numen
Disipara las sombras en
Osaría
;
sí,
del canto
pues qué mi afán no osara ?
Alzar
el estro tanto,
Que en mi llama
inspirado la igualara
Dejando en
tiernos
himnos
Y en no aprendido acento.
De
Así
nuestro dulce amor
el viajero
Al abrigo
que descansa un punto
del valle solitario.
Antes de continuar
la
Se complace en dejar
Su
cifra,
De que
un monumento.
ardua jornada.
allí
grabada
en algún tronco hospitalario
gustó la sombra regalada.
!
;
;
:
Á ELVIRA
¿No
veis cual todo
291
cambia d muere en tomo ?
Pierde la madre tierra
Sus
La
El
rio
en
y su adorno
frutos,
selva hojosa pierde
la
honda mar
A un soplo
de
Marchito
prado verde
el
queda
se abisma;
los vientos
Y el carro del otoño recibiendo
El rudo empuje del invierno, rueda
Del año en
Como un
Los
la pendiente.
gigante armado
y
prepotente.
seres todos al acaso hiriendo.
En
su vuelo incansable
El Tiempo con
la
Muerte
al
huir renueva
Este universo instable
!
,
Cae en perpetuo olvido
Cuanto segando va con
Ye
así caer
De
los espigadores
un rápido
en
Su corona de
fiera
mano
verano.
la cesta,
fiesta;
Y la viña feraz que amarillece,
Ye que
-
el
fecundo otoño sus opimos
Y dorados racimos,
r \
!
!
;
Á ELVIRA
•292
Del vendimiante
De
;
este
Oh
al carro los ofrece.
modo también
caeréis vosotras
breves flores de la vida
Amor,
ardiente
!
placeres, juventud, belleza;
Belleza fugitiva, almo presente
Que
el cielo
Así caeréis
No
mismo
si el
envidia á los mortales
genio en su grandeza
os levanta en sus palmas inmortales
Contempla compasiva
En
brazos del placer, rica de encantos.
La juventud vulgar
La
cual se embriaga
:
cuando agotare
copa en que su sed ardiente apaga,
¿Qué de
ella
Su amor
al
borde del sepulcro espira
Mas en vano
Siglos
j
en pos? apenas un recuerdo;
tu lápida mortuoria
siglos hollarán; Elvira
Eterna es tu memoria
/.
:
LA
!
NOCHE
Valle de Inga (Brasil)
La
agreste soledad yace en tinieblas.
El labrador descansa;
Corona de
el valle
los cielos fulgurosa
Brillan los astros de la
Madre sublime de
¡
duerme.
— Oh,
Noche
los dulces
;
salve,
sueños
Bendita cuando vienes de este albergue
Donde busqué á mi afán Ubre
refugio,
A cubrir con tu manto las montañas,
A rociar con tus lágrimas las flores!
Solemne, funeral, lóbrega, dime
¿Llevas acaso
I
el luto
de
los siglos?
Lloras, eterna viuda, algún sol
Que
te dejó
en herencia
muerto
las estrellas?
!
!
LA NOCHE
294
I
¡
nada ?
Sales del caos ó marchas á la
Quién podrá penetrar en tus enigmas
Noche mejor que
el
dia
¡
cuánto te
!
amo
Y cuánto el bello resplandor me arroba
De
esa antorcha divina con que alumbras
Tu
paso
sí,
Aun mas
que
el
la región del trueno
tu celestial lumbrera
Pláceme,
En
en
triste
el sol
cuando en soberbia pompa
espacio vivido refulge,
Naturaleza en júbilo palpita
^
Y sonríe entre auroras el olimpo.
Tú
con
sigilo del
amor proteges
Los sagrados misterios
Eres
al
;
tú del canto
par la inspiradora augusta.
Julieta está á tu espera en el castillo,
Y en la alta torre el sabio taciturno
Que en
Oye
Que
!
los astros horóscopos descifra.
es la
voz del trovador errante
al pié del
Al blando son
torreón lanza sus quejas
del bandolín;
Rechinar un balcón; cae á
Del doncel una
flor;
—
—
se escucha
las plantas
aplica al
muro
!
295
LA NOCHE
Ligera escala de torzal tejida
Se signa, sube, y
Luego
el
la calma, la
:
-
balcón se cierra..
mudez profunda
Acaso por tu sombra cobijadas
Dejan
las
almas tiernas sus sepulcros,
Se buscan y se abrazan sollozantes
En las ondas
Va
O
el
aura acaso
riza las aguas de la fuente,
la selva
murmura
bien columpia
Es
;
en sus tenues suspiros impregnada
Cuando
En
del viento
la
hora
!
el
lamentosa,
mimbreral marino.
venid, genios del aire
En un girón de niebla
plateada;
Leves hadas, venid de largos velos
Cubiertas, sobre el lago transparente
A egercitar vertiginosas rondas.
La
cabellera rubia suelta en bucles.
Abandonad
¡
Oh
los entreabiertos lirios
silfos invisibles
!
arrastrados
Por raudas y vagantes mariposas
En vuestro caiTO de cambiante nácar.
¡
Espíritus nocturnos, yo os evoco.
!
LA NOCHE
296
Ora que
el
alma lánguida fluctúa
En el diáfano mar de los recuerdos,
Como en la clara
Que
el ala
A merced
¡
linfa
un
cisne herido
extiende sin volar,
de
la
límpida corriente.
Venid, venid, rozad con vuestro aliento
Y refrescad mi sien, por que
La inspiración há tiempo
En
;
y nada
brote
adormecida,
blandas, melancólicas endechas.
Oh, dejadme soñai% hasta
En que la luna,
Despliegue
Con
allí
él
Á que
sol
hado
la
memoria.
ignorada tumba
fatídico
En tanto oh Noche
¡
la
momento
pabellón de plata.
al aire el
cubriendo
el
de
el
!
me inclina.
suelta tus crespones,
Y envuélveme en tu paz j en tu silencio
!
CÁNTICO
Caridad que del
cielo desciendes
Revestida de gracia
En
tu
j de
amor nuestras almas
Aureola inmortal de
¡
enciendes.
la cruz.
Oh, qué fuera sin
tí,
sin tu aliento
La
progenie dispersa de
En
tus aguas saciaste al sediento.
En
tus trojes el
hambre
Esta compoBicion fué ofrecida (1876) á
la
puso en música y dirigió su ejecución.
Adán
halla el pan.
Sociedad de Beneficencia, para un concierto
organizado bajo bus auspicios, en favor del Hospital de
la
luz,
nifios.
£1 maestro D. Avelino Águirre
;
298
;
CÁNTICO
Bajo
Tú
el
manto
al
desnudo
le
abrigas
del Cristo gemiste á los pies,
De Miriam
En
las
^'^
el
tormento mitigas,
ondas salvaste á Moisés.
Desde entonces
el
huérfano alcanza
Los cariños de tu
alta
La
niñez es albor
y
Tú
eres llama, salud
De
Verónica
En Canáan
piedad
esperanza,
y bondad.
el lienzo
diste
estampaste,
tumba á
José,
A Tobias sublime inspiraste
Santas obras que ensalzan tu
Por
Por
Tú
tí
tí el
es dulce el raudal de la vida.
templo á
los tristes se abrió
das bálsamo suave á la herida
Del guerrero que heroico
(*)
fe.
—MirinTn estrella del mar.
lidió.
£1 nombre hebreo de María.
;
;
!
299
CÁNTICO
Al
cautivo tu esfuerzo redime
Empuñando
el celeste
broquel
No
toleras
De
sus hierros libraste á Israel.
Hoy
al justo se ultime,
te llama la infancia doliente.
Amorosa
¡
que
corriste
Himnos puros
á su voz.
del labio inocente,
Grato incienso, subid hasta Dios
!
:
/MIRA
I
j
Conocéis á la rubia
Qué
belleza,
Su andar
Hay en
qué
j
flor,
tierna
qué
el
luz,
se ajusta al ritmo
de
qué fuego
la lira.
su voz la suavidad de un ruego.
El flamenco nadando en
Entre
Amira ?
la
laguna
verde juncal, no es mas gallardo
Espira un vago resplandor de luna,
Tiene la fresca palidez del nardo.
;
!
AMIRA
302
Hace soñar
De
SU'
;
la
candor
Se sueña con
Con
las
mente
se colora
al virginal destello
las rosas,
con
la aurora,
hebras de luz de su cabello.
Parece que un espíritu celeste
Siguiéndola invisible la perfuma,
Y que su blanca j ondulante
Por
el aire
Ayer
agitada, hiciese espuma.
la vi pasar
en lontonanza,
E imaginó mi alma
Era
el
veste
ángel de
Que buscaba
el
la
entristecida,
última esperanza
sepulcro de
mi vida
;
HIMNO
¡
Oh
querida
!
jamás mi
Decirte cuanto te
amo en mi
noche sin
Místico velo
Con que
palpitante
fin
cáüdido
cariño
ha
y mudo.
sol.
sido
oculte celoso tu beldad
En mi alma
Como
mi
pasión
!
Te he contemplado
De mi
pudo
labio
tu
amor
así
exquisita flor en
ha crecido
un
fanal.
;
HIMNO
304
Nunca
Tu
se
dulce
oyó en mis himnos profanado
nombre
;
altivo
desdeñé
Comprar, en tus encantos inspirado,
Para mi frente pálida un
La
gloria está en tu
laurel.
amor sordo á
;
Quiero oscuro á tu lado ser
De mi
Arde
solo
y alumbra para
Qué da á
¿
Irá á cantar en
los
hombres
la
el festin
Es una copa de perfumes
que impregnada
Ignore
el
mundo
Cuanto hay en
Que su
De
;
afecto veraz la interna llama,
¿
En
feliz
fama
la
tí
tí.
ventura ajena ?
mi
voz,
llena
estás, tu
corazón
tu belleza, ignore.
de suave, de ideal
contacto impuro no desflore
tu sien la guirnalda de azahar.
?
!
HIMNO
305
Eterna viva en la memoria Elvira
De
los siglos,
y Laura y
Beatriz,
Dulces astros de amor en que se inspira
La mente
Yo
audaz,
quiero para
tí
el estro juvenil.
sombra y
sigilo,
Y arrojando en los mirtos el laúd.
Vivir, morir amándote,
y
tranquilo
Ir á aguardarte á la región de luz
¿o
;;
!
SEMBLANZA
Mas suave que
En
el
vuelo de la brisa
el rosal florido es
mi adorada
Grave, modesta, tierna, recatada,
A todos blanda, solo á mi sumisa.
Argentina es su voz, dulce su
Del amor por
la
risa
llama iluminada
El rayo azul del
cielo
Da
la señal precisa.
de su origen
en su mirada.
El cabello ondeante, esbelta y
Recto
i
el perfil,
rotundo
Quién vid jamás tan
Es una
estatua griega,
Surgiendo leve del
Al
el
fina.
niveo seno,
célica
hermosura ?
una alba ondina.
cristal
sereno
fulgor de la luna en la espesura
;
;
!
AT HOME
Bella es la vida que á la sombra pasa
Del heredado hogar ;
el
hombre fuerte
áspero embate de la suerte
Contra
el
Puede
allí
abroquelarse en su virtud
Si es duro el tiempo
j
la fortuna escasa.
Si el aéreo castillo viene abajo.
Queda
La
la noble lucha del trabajo.
esperanza, el amor, la juventud.
Hijos, venid en derredor
;
Vuestra madre también
fiel
¡
acuda
compañera
Y levantad á Dios con fe sincera
Vuestra ferviente, candida oración
Él es quien nos reúne
j nos
Quien puso en vuestros
Dá
su aroma á la
Luz á
los astros,
flor,
paz
escuda.
labios la sonrisa,
vuelo á la brisa,
al corazón.
;
;
;;
:
AT HOME
310
Después de
la fatiga
y
del naufragio
Ansio rodearme de cariños
La
serena inocencia de los niños
De
la herida mortal
Es para
Que
al
calma
porvenir dulce presagio
el
hombre con
el
mundo
El ver crecer en tomo
Bajo
El vano orgullo,
las
Su nombre
pompas de
Lleno de encono
Nuestra misión
la caridad,
Puras
las
Dar
El
guerra
bárbaro adalid;
el
amar
mas
cristiana
la ciencia
la conciencia.
á quien nos dio
la vid.
de cada dia nos alumbre
El sendero del bien
Al varón
Que
la tierra
la sangrienta
manos, pm-a
el licor
sol
en
es, hijos,
Amar
amor.
ambición insana.
la
ilustre
reconcilia,
la familia
las santas leyes del
Aspiren á
el dolor.
justo, al
fecundiza
;
nada amedrente
ánimo valiente
el suelo
en que nació
!
:
:
;
AT HOME
La
libertad
amemos por
311
costuiabre,
Por convicción y por deber
El despotismo estúpido se
De
¡
!
en
;
ella
estrella
la Patria los hierros destrozó.
Honra y prez á
Entre
Hoy
ellos se
sus padres denodados
encontraba vuestro abuelo
descansa su espíritu en
Noble
atleta
!
vencido por
el cielo,
la edad.
Venid en sus recuerdos impregnados,
Y llena el alma de
filial
Su venerada, humilde
Con
flores
ternura.
sepultura,
y con lágrimas regad
Tomad ejemplo en
Emprenda yo mi
él,
y cuando un
dia
viaje sin retomo,
Erigidme una cruz, y de
ella
en tomo,
Sin una mancha en la tranquila sien,
Llenos de paz, radiantes de harmonía.
Podáis dedr de vuestro padre amado
Latió en su pecho
un corazón honrado.
No fué un procer—^fué mas
—^hombre de bien
.
S1EMPI[EV1VA
Á pu BA.
De
lejos noble cautiva
Asistí á tus funerales
Una humilde
Te
envió, de
Que
lloró
Muerta
! .
.
siempreviva
una alma
por
estás,
tí
altiva
á raudales.
pero tu gloria
Es tan sublime j tan pura.
Que
al
consignar tu memoria
Vergüenza tendrá
De
la historia
verte en la sepultura.
Á CUBA
314
Allí tal vez agrupados
Del monte en
Velante
el
'
las nieblas bajas,
sueño aun armados
Tus guerreros ya
finados,
Envueltos en sus mortajas.
Y diz que en ciertos momentos
De
la noche, entre suspiros.
Se oyen flotando en
De
los vientos.
tus vates los lamentos.
Los ayes de tus
guajiros.
#
I
Cómo
I
Quién á tu brazo dio fuerza
Contra
Que á
pugnaste tan sola ?
la hueste
española
la conquista se
inmola
Y sin cesar se refuerza?
¡
Oh
de
¡
Oh
libertad,
Al
la patria
débil,
Que
y le
amor santo
!
que levantas
alzas tanto.
llega á infundir espanto
A quien le tuvo á sus plantas
!
!
.
;
Á CUBA
Tú
315
por trozar tus cadenas
¿
Qué no
¡
Cuánta sangre hubo en tus venas!
¡
Cuánta amargura en
De
hiciste indiana
hermosa ?
las
penas
tu noche borrascosa
Dulce
criolla
has sucumbido
Como paloma en
los
mares
A quien faltara el voHdo
Para
llegar hasta el nido
Entre
los verdes palmares.
Ahogó
el atleta
en sus manos
A la virgen antillana,
Han
triunfado sus tiranos
! . .
¡Aplaudid, americanos,
La
soberbia castellana!
Presenció tu
Cuba,
sacrificio,
el siglo indiferente,
Y aun te empujó al precipicio
Mas
lleva
hoy de tu
El gran estigma en
suplicio
la frente.
!
Á CUBA
316
Desde aqui tu inmensa ruina
Contemplo,
y
fieros destrozos,
Impertérrita heroina,
Y de tus hijos se afina
Mi harpa
triste
á
los sollozos.
Solo su ofrenda recibe
Ya
que
el
mundo
La mente apenas
Como
abandona.
te
concibe
inerte ni percibe
A la postrada amazona.
¡
Duerme en paz
En
! .
.
.
;
Blanda
te
tu mansión funeraria
Que
es
tumba, y
altar,
La
melancólica lumbre
De
tu estrella solitaria
Vendrá un
Rasgue
el
dia.
.
.
y cumbre,
mas no
el
bardo á tu destino.
Te custodian desde
La Esperanza con
el cielo.
su anhelo,
Y Dios con su amor divino.
velo
alumbre
—
!
!
LA ESTI[ELLA DE LA TARDE
Estrella solitaria de la tarde,
De
los cielos viajera misteriosa,
Que desde
el éter
Al alma
fuego irradias en que arde
el
puro esplendorosa
Estrella solitaria de la tarde
¿
Qué augusta pena su
Con que
Cuando
hasta
del
fondo del recuerdo
el
mar
palor te imprime,
brillas,
absorto en las orillas
Contemplo tu ascensión lenta y sublime ?
I
Qué augusta pena su
De
los dulces
De
la
Al
infeliz
ensueños blanca aurora.
esperanza refulgente faro,
amante
Que en tí dá
De
palor te imprime
cita
los dulces
eres
amparo
á la que tierno adora,
ensueños blanca aurora
?
!
318
^^ ESTRELLA DE LA TARDE
Cuando
Vuelve
al zenit
el
pastor del hato á su cabana,
Se recuerda á
En
el
la patria
en
tierra extraña,
piélago undoso al nauta alumbras,
Cuando
¡
magnífica te encumbras,
al zenit
Límpida
magnífica te encumbras.
de esplendor
estrella
Estrella del
amor
!
celeste,
mis pasos guía
Tus rayos esparciendo y tu harmonía
De mi
existencia en el desierto agreste,
Límpida
estrella
Al fulgor de
de esplendor celeste
tus pálidos zafiros
Sobre la humilde fosa que
A
tí
mi alma en
guarde,
la tranquila tarde
Suba del aura envuelta en
Al fulgor de
me
los suspiros,
tus pálidos zafiros.
Fijando la mirada en tu aureola,
Si la precedo acaso en la partida,
Mi amiga fiel
Que en
recuerde enternecida
el valle del llanto
amé á
Fijando la mirada en tu aureola.
ella sola,
! !
319
LA ESTRELLA DE LA TARDE
Preside dulcemente á su destino.
Tú que
del
Brillaste,
monte Oreb
j en
De Senáar
^"^
^^^^
en
las alturas
las bíblicas llanuras
con resplandor divino,
Preside dulcemente á su destino.
¡
Asciende, asciende hermosa
Lágrima ardiente
Los
La
;
del
Inmenso
castos pensamientos
ilusión, la
y
rutilante
;
inflama
j derrama
esperanza al pecbo amante
Asciende, asciende hermosa
y
rutilante
:
;
PASÓ....
Semejaba una mística azucena
Puesta sobre un altar de mármol fino
Una alma
de luz llena
Flotando entre las nieblas del destino.
La
Aun
En
la
la
encontré en
mi camino.
profundidad de mi memoria,
Que su graciosa imagen
Sentí que
De
y pura
veo pasar sonriente
me
diviniza.
inundaba en su frescura,
su virtud en
Amarla fué mi
el sencillo
religión,
encanto
mi
gloria
Aquella alta ventura
Que
el
recuerdo eterniza,
Pasó como ima sombra, como un
La
canto.
dulce flor se convirtió en ceniza,
Y mi aurora ñigaz en noche y llanto
!
..
91
BpMA
Como en un negro manto
Me
Que
envolví en
el silencio,
dulce al espirar
Lo que
pues presumo
mi último
canto.
ayer fuera llama hoy solo es
humo!
!.
!
CELAJE
Oh
¡
pensamiento
Al desplegar
!
un dia
tus alas.
Soñaste con la gloria.
Con
la fortuna ingrata.
Sueño fugaz! apenas
Hoy
lo recuerda el
Buscando en
Mis
¡
huellas,
De mis
Ni
;
pasado
ya borradas.
primeros cantos
Enmudecida
jEn
el
alma.
el altar
el
harpa
derruido
incienso, ni plegarias
Marchita, eternamente
Marchita
la guirnalda.
Que ornó
la frente
De
la consorte
pura
amada
! . .
,
;
326
;
CELAJE
Marchemos á
De
la
lumbre
las estrellas pálidas
La cima
está
muy
lejos,
Y la pendiente es agria
Marchemos, aspirando
Las azucenas blancas.
Que
De
entre las grietas crecen
la fatal
montaña
!
'VUT^
:;
Á MI HIJA
Tengo en
Mi
MAII^ÍA
el valle
:
;
DEL PILAR
de la vida un
lirio
dulce hija. Placidez, candor
Luz en
la
Perla del
noche acerba del martirio,
mar en que
Su nombre
se
es harmonía.
hundió mi amor.
Todo en eUa
Modestia, gentileza, suavidad;
Destello azul de
mi
Que
mundo y
reflejó otro
eclipsada estrella.
otra edad.
Color de bronce antiguo es su cabello
De
El
las espigas
talle
en sazón,
la tez
de Polimnia, erguido
Dátil nuevo de
Smima en
el cuello
su esbeltez.
Á MI HIJA MARÍA DEL PILAR
328
Su
labio carmesí destila el
De
la fresca
Gracioso
De
los
y
granada, y es su andar
ligero
como
el
humo
perfumes suaves del
Dicen sus grandes ojos
Su
frente
Que de
:
ella
zumo
inocencia.
Es
inspiración.
emana
:
altar.
tanto
así,
la divina esencia
Del estro bullidor surgente en mí.
Dina y Raquel Uamáranla su hermana:
La
clara ñiente, ninfa
Yo, de mi huerto
De mi
la
:
el
campo,
flor.
primer manzana,
selva salvaje el ruiseñor.
Parece que su mente siempre
Levanta,
y
se arrobase
al cielo
en contemplar
Las azuladas cumbres del Carmelo,
O
la
profunda inmensidad del mar.
;
Á MI HIJA MARÍA DEL PILAR
A SU lado el espíritu se eleva,
Y se aspira el olor de la virtud
Mi
;
vida en ondas mansas se renueva
Remontando á
la
noble juventud.
Si envuelta entre sus velos la contemplo,
Me
aparecen
las
vírgenes de Sion,
Cruzando con sus lámparas
el
templo.
Palpitante en los labios la oración.
Y cuando fina á recibirme avanza,
La imagino en
su tierna languidez.
El ángel soñador de
Que me
De
la
esperanza
sonrió en la tierra alguna vez.
sus caricias el tesoro es
Ella
mi
lira
mió
de marfil templo,
Y con rosas fragantes del estio
Mis
cabellos
ya blancos coronó.
329
;
;
.
Á MI HIJA MARÍA DEL PILAR
330
¡
Si la viese
Su
¡
hoy
la
madre
!
quién podría
¿
júbilo, su gloría traducir
Oh mi muerta
Porqué tan
adorada
!
?
Oh mi
¡
sola te dejé partir
La que mimara
Sofía
!
.
?
infante es virgen pura,
Coronada de mirto y azahar;
Mirra escogida, incienso de
En mi
zozobra oriente y luminar ....
Busqué
la
playa
y
encontré
Las arenas quemáranme
Marcho
Sin hoy,
Vén,
la altura,
al
y
azar de
sin
mi
los pies;
destino incierto,
mañana, y
hija, vén,
que
el
sin después.
templo está derruido;
Sus columnas tumbará
el
Salva el fuego sagrado
allí
Por un amor que
el desierto
vendaval
encendido
se sintió inmortal.
;
;;
!
Á MI HIJA MARTA DEL PILAR
Arca
viva, tus rumbos, en la
somLra
Custodio de tu dicha, seguiré
La campiña á
tu paso es verde alfombra,
Contigo en claras linfas beberé.
El tronco aislado
Aun hay
Yo
¡
el
Aves
te
dará su arrimo.
murmullos en
pámpano
la agreste vid
incoloro, tú el racimo
del cielo, céfiros, venid
El hálito
vital
de tu alborada
Refresque puro, halagador mi
Tú
sien.
empiezas, yo termino la jomada;
¡Dios te conduzca
al
suspirado edén!.
331
;
Á MAi[TlN DE LA aUINTjlNA
En la M.UERTB DE
Perdiste el hijo
¡
¿
SU HIJO JÍÜQO
Quien á
tal
duelo
el
amado
!
bálsamo presume ?
í'resco lirio tronchado.
Apenas
entreabierto
Exbaló
al alba el celestial
La
ya agostado,
jaula está vacía,
Del ave tierna que alegró
En
La cuna
perfume!
dulce
y
la casa
fausto dia
ayer caliente boy está fría
Como ima tumba en que
el
amor
fracasa
!.
;
!
Á MARTIN DE LA QUINTANA
334
Acaso
Que
la
Inocencia
vela ante los ángeles dormidos,
Lamenta
Del que dejó
Sonrisas,
allí la
al partir
y juguetes
el
por toda herencia,
esparcidos.
La Muerte en
Medita
ausencia
asechanza
golpe entre la sombra oculta:
Derribe sin tardanza
Al que
lleva perdida la esperanza
y triste en vida el corazón sepulta.
¡
Pero á un precioso niño
! .
.
.
Misterio atroz, sentencia formidable
Que abomina
el cariño.
¡
El tigre salva, inmólase
¡
Oh mundo
el
incomprensible
armiño
y
!
miserable
Encierra los despojos
De
tu hijo en urna de ónix bien labrada,
Pues fué luz de tus ojos
Como
envuelve
el
colono en los rastrojos
La yerba campesina en
flor
segada.
;
Á MARTIN DE LA QUINTANA
Yo
llevaré
Del niño muerto á
mi ofrenda
la
mansión oscura
Mirra aun tengo en mi tienda,
Y la sabré
quemar de
Uniendo
b'ancura á la blancura.
Agosto de 1878.
la
afecto en prenda.
335
—
!
!
LUZ Y TlNiEBLA
En
la
edad juvenil cuando
La verde cumbre y
Cándida
en
la
sombra en torno
Marchitos del verjel los albos
del
flor,
vida es resplandor
Mas cuando ya
Que
dora
alma imprégnase de aurora,
el
La
el rosal
el sol
amor
crece,
lirios.
la estrella palidece,
Es un templo en que apáganse
los cirios,
Y en cuyas anchas naves aun vibrantes
Del órgano sonoro, y humeantes
De
incienso
y
mirra, místico
ha cesado
El cántico sagrado
S23
0.
—
NOTAS
1
—El que desee
tellana,
cotejar con el original nuestra versión cas-
hecha á instigación de un amigo, percibirá desde luego
hemos observado la mas estricta
que, á falta de otro mérito,
fidelidad al texto, traduciéndole
en
el
mismo número de
versos
de que consta, usando de los mismos metros ensayados por
ilustre autor,
y hasta siguiendo
el
orden por
él
el
adoptado en la
colocación de sus rimas.
He
aquí la nota con que Lamartine acompañó
el
Chant
d'amour, en una de las mejores ediciones de sus obras poéticas.
íí
Esta Meditación fué igualmente escrita en el verano de 1820,
Es un cantar de los cantares, pero con notas menos
menos orientales que el himno nupcial de
Salomón. Es un reto á la poesía, que no ha sabido nunca expresar la felicidad, como expresa el dolor, sin duda porque la
felicidad es un secreto que Dios ha reservado al cielo, mientras
por el contrario el hombre conoce el dolor en toda su acerba
en
Ischia.
penetrantes, j colores
intensidad.
;?
Willis como vemos escrito en las poesías inglesas, ó Wilas:
hadas servias análogas á las rusalkis eslavas. Habitan en las
nubes, en los bosques j en las montañas, j bailan á la sombra
2
:
íí
de
1
y
los cerezos.
,
Son jóvenes j hermosas
cabelleras largas y flotantes.;?
3
Rejproche.
Este soneto apareció
:
llevan velos blancos
anónimo años
aitras
en
la
u Reforma Pacífica ;?, por ocasión de una poesía erótica publicada
;
n
NOTAS
-
antes en el
el día
mismo
diario.
El malogrado joven literato
oriental D. Heraclio C. Fajardo, con quien nos ligaban relacio-
nes cordiales, encontró
el
soneto de su gusto, y sin conocer al
autor, dedicóle algunos versos, inculcando ingeniosamente en
sus mismas ideas. Tuvimos entonces el capricho de contradecirle,
empezando por la composición siguiente que titulamos u Sensualismo, í?
Fajardo no se dio por vencido, resultando de ahí una
especie de certamen en que ambos escribimos sonetos improvisados, en diversos tonos él con la visera levantada, nosotros
;
de todo lo cual nuestro estimable contendor hizo
en seguida una impresión en hoja suelta. De ella hemos tomado
solamente las composiciones citadas.
4 No nos consta que ni esta, ni las composiciones griegas
encubiertos
:
—
oda de Safo uA una muger
amadas hayan sido antes de ahora trasladadas al castellano.
En tal caso nos tocaría el honor de ser los primeros en tradu-
que
la siguen,
exceptuando
á nuestro idioma esas joyas preciosas de
cir
5
— Trascribimos aquí
la
la
í<r
la
musa
antigua. (1)
nota con que acompañamos esta oda,
incluida en el artículo u Las
en
la
mugeres griegas ;? que publicamos
Revista de Buenos Aires " (tomo
XVI, 1868)
:
Nada menos que
íí
mos
cinco traducciones en verso y prosa teneuna muger am^,da, v cuyos
á la vista, de la oda de Safo u
A
autores son Boileau
Cazado, traductor de los u Viajes de
;
tenor 77 imitador de Boileau ; Deschanel
Grecques ;
^j
)
Cesená
(
(
c<
An-
Les courtisannes
a Les bellos Pechereses ?'
)
y nuestro
apreciable compatriota el Sr. Lársen, traductor de Longino
siendo de notarse en tan eruditos escritores, la diversidad de
los giros del lenguaje,
del
mismo
texto.
En
y aun
la
divergencia en la interpretación
tal conflicto,
nos ha parecido mas acer-
tado y prudente seguir las huellas del autor que traducimos.
La versión que él nos dá de la famosa oda está hecha en prosa.
La hemos
1
puesto en castellano con escrupulosa exactitud, sin
—Escrito esto en 1871,
el literato
español Menenítez Pelayo, tradujo años des-
pués las dos odas de Sdfo incluidas en
la presente colección.
in
NOTAS
'mas pretensión que la de amenizar nuestro humilde trabajo, por
mas que desconfiemos
escollar donde tantos otros fracasaron.
Algunos lectores extrañarán acaso que la oda de que nos
ocupamos sea dirigida á una muger y no al amante de Safo. A
este respecto, defendiendo á la apasionada poetisa, dice Cesená
lo siguiente
u ¿ Porque á ejemplo de otros poetas no pudo
Safo poner los versos de que acabo de indicar el sentido, en boca
í(
:
de Faon; y porque valiéndose de una ficción muy frecuente,
aun siendo ella la autora, no le habría sido dado imaginar que
fuese su amante quien se los dirigía?;?
ííLa nohle sangre de mi heroico abuelo.
6.
En el u Monitor Araucano ;? tomo 2®, número 26, fecha viernes 11 de Marzo de 1814, publicado en Santiago de Chile en la
imprenta del Estado, por D. J. C. Gallardo, se lee la siguiente
proclama y decreto del Supremo Director del Estado, D. Antonio
José de
Spano
Irrisari, referente
Ciudadanos
íí
á mi abuelo
el
Coronel
Don
Carlos
:
al
!
anunciaros que ha muerto
el
Coronel
Don
u Carlos Spano, sé que un triste silencio sobrecogerá á cada uno
de vosotros, y que penetrados de la desgracia que en esto ha
íí
u sufrido
pérdida del valiente y distinguido
Cuando cada uno de vosotros ha sido testigo
servicios y amor á la Patria de este benemé-
la Patria, llorareis la
í£
héroe de Talca.
tí
de
las virtudes,
incomparable
yo solamente os haré presente
u
rito é
tí
últimos sucesos de su vida, para rendir de este
u naje debido á
u Chile.
,
tí
la
oficial,
memoria
los
modo el home-
del primer europeo ciudadano de
.
Invadido Talca por una respetable división enemiga en cir-
u cunstancias que se hallaba sin guarnición alguna, el heroico
u Spano, sostuvo la plaza, haciendo una vigorosa defensa, sin
u otro auxilio que veinte fusiles, tres cañones con setenta artiu Ueros y treinta lanceros. Contestó al invasor que solo después
ocuparia la ciudad que estaba encargada á su
tí de su muerte
tí cuidado ; y cuando ya el enemigo era dueño de todas las calles
:
:
NOTAS
IV
u de la ciudad y de las cuatro entradas de la Plaza Mayor
cuando el valiente Gamero, único oficial que sostenia el fuego
quedó muerto al pié de su canon, otro de
í£ contra el enemigo,
cuanto
c£ los oficiales dijo á nuestro héroe
í( Ya hemos hecho
íí
:
honor, huyamos ahora ; aun hay una calle descubierta.
cí
pide
el
íí
Mas
este
hombre digno por todos
y>
títulos de nuestra admiráno es bastante, yo no debo
cion y gratitud, respondió u Aun
u sobrevivir á las desgracias de la Patria. ;?
observando enu tónces que los enemigos acometian á quitar la bandera tricolor
íí que se elevaba en el centro de la misma plaza,
corrió presuis
:
Y
íí
de los tiranos, y abrazándose de ella
cubierto de heridas, su voz balbuciente pronunció por últimas
palabras
íí Muero por mi Patria, por el país que me adoptó
u:
entre sus hijos.
u roso por entre
íí
el tropel
:
En
;?
seguida recuerda la proclama á los chilenos, los servicios
de Spano. íí No os le presento, dice, vencedor de Chillan el 3
de Agosto y ocupando casi toda aquella ciudad tampoco casi
abrasado en el incendio del mismo dia 3, por defender una de
nuestras baterías: (1) no le miréis íí organizando é instruyendo
:
íí
que ha salvado la Patria, ni le consideréis como uno
oficiales que han existido en América, y que tal
vez no conocía otro superior en su línea os lo presento solamente en los últimos instantes de su vida defendiendo á Talca,
íí
infundiendo valor
íí
respeto á los tiranos,
íí
potables cenizas de este ilustre ciudadano no tendrá límites,
íí
íí
íí
la fuerza
de los mejores
:
al
pequeño número de sus defensores, y
y sé que vuestra gratitud hacia las res-
íí
y que recordareis su memoria con el mas tierno agradecimiento mientras exista el nombre sagrado de la Patria.
íí En fuerza de estas consideraciones he venido en decretar
íí
lo siguiente
íí
íí
cí
1**
—Luego que
dio de la Plaza
1
se reconquiste Talca, se levantará
Mayor de
en me-
aquella ciudad una pirámide con esta
— El Coronel Spano voló en esa jornada cou un polvorín,
mente, aunque estuvo ciego mas de un año.
salvando milagrosa-
V
NOTAS
inscripción
La Patria agradecida al héroe de Talca,
u Spano.
u 2° —Se grabará también su nombre en la pirámide de la
íi Fama, con la distinción de que sea inscripto en letras de oro.
íc
:
u
(.i
—En todos
—Luego que
3**
Estado se registrará este
los Cabildos del
decreto.
íi
4**
se concluya la guerra, el
Estado
liará
do-
nación á su apreciable familia de un fundo cuyos productos
u sean suficientes para que se sostenga, y entretanto, se asigne nará á su viuda una pensión de cien pesos mensuales.
íi
—Se celebrarán en
u 5°
esta capital á costo del Estado exé-
u quias fúnebres por su alma, con asistencia mia
íí
cuerpos púbKcos, y con la mayor
Santiago, 11 de
pompa y
y de todos
los
solemnidad.
Marzo de 1814.
Antonio José de Irrisarri.
Mariano de Egaña.
Secretario.
7.
ÍC
Que un genio
A los que extrañaren
de
la
gramática
misterioso en torno llueve
:pj
esta locución, diremos con la autoridad
filosófica
de Flores,
íí
que no es raro en caste-
llano expresar, en sentido figurado, las personas ó sugetos de los
verbos impersonales, ni
usados en otras personas que
apoyado con oportunos ejemplos.
íí Yo que soy Neptuno lloveré todas las veces que se me antojare py pudo decir Cervantes en su libro inmortal, y Solís refiere
que los mexicanos íí clamaban porque no llovían sus ^dioses. ;?
8 De las composiciones que he escrito en portugués, solo
las terceras
;
;?
el hallarlos
lo cual viene
—
esta elegia
ha escapado de
la destrucción
á que fueron sus com-
pañeras por mí inexorablemente condenadas.
rido que lleva al frente la ha salvado.
literal,
Doy
para aquellos que no conociendo
el
El nombre queaquí su traducción
idioma en que fué
concebida, deseen al hojear este libro darse cuenta de
naje dedicado á la
mas
tierna amistad.
un home-
!
!
NOTAS
VI
elegía
Á LA MEMORIA DE JOSÉ FRAgAO VARELLA
¿
Será acaso una ilusión
el
que los muertos nos escuclian
—que
entre el ramaje de los lúgubres cipreses del sepulcro, murmura
suavemente la voz que arranca de nuestra alma, y se remonta
hasta la mansión augusta de la eterna aasencia ?
¿ Revive la llama en las heladas cenizas ?
¿
Existe acaso allá en el cielo un eco que responda á los susMisterio! lóbrego abismo en donde se
piros de la tierra?
derrumba
el débil
pensamiento, que animado al calor de las dul-
ces memorias, va entre las sombras de la noche infinita, arro-
jando fúnebres relámpagos, en busca del amigo que per^
j
Oh
Varella, que
no pudiese
al
menos darte
el
último adiós,
velar solícito al lado de tu lecho, cerrarte los ojos, besarte la
mano amiga y
me
¡
generosa, decirte en secreto á la despedida, que
esperases en
Alma
el seno de la inmensidad
cuan temprano partiste ¿ Quién imaginara cuando
que en el camino ameno y apacible en medio de la
fiel
!
yo te dejé,
harmonía y los perfumes, perdiéndose en el azul del firmamento,
limpio de nubes, brotando resplandecientes estrellas te seguía
oculto en la arboleda el ángel triste de la muerte, cerniendo su
vuelo en esos frescos valles de la vida en que resonaban las cau-
—
ciones festivas, la risa delirante
?
Quizá mas de una vez huyó de tí al verte franco, jovial, la
frente iluminada con el júbilo febrü de la juventud, que en tí
Brillaba, sí ; ella en
brillaba con toda la riqueza de sus dones.
su albor te dio profusa, gentileza, vigor, gracia, ingenio vivaz,
valor, ternura, sensibilidad profunda, férvido entusiasmo, al co-
ronarte bella y risueña con sus guirnaldas de rosas, que tú des-
hojabas ante
¡
Y
el altar
que amores
de
los amores.
los tuyos
!
Aun
conservo como un perfume las
gratas confidencias que hiciste espansivo á
paseos nocturnos por las playas que besa
poético asilo de los tiernos
mi
cariño,
el Gruanabara,
y melancóKcos recuerdos
—
en
los
verde y
en esas
!
!
vn
NOTAS
noches suaves, trasparentes, en que la luna desprendiendo su
velo diáfano, derrama desde el albo trono sus pálidos zafiros,
bañando la tierra en luz harmoniosa, trémula y dulce centellando
en las aguas.
Una mirada de la que amabas era bastante para hacerte dichoso. Amor ideal, etéreo amor divino que se alimentaba á sí
;
mismo de
las alas
¡
Que
su casta luz, dorando con ella en deliciosos ensueños
de
la
esperanza fugitiva.
puedas, espíritu inmortal, recoger sus
tu
lirios, saciar
sed en la fuente pura en que germinan, esparciendo á lo lejos
su esencia virginal, su ámbar celeste
¿
Y cómo no
elevar estos votos por
erguida hirviendo en peregrinas ideas,
la frente
desbordando de
afectos, apareciste
convidado de un
dia, libaste
mante
Tu
Fuerte por la virtud,
tí ?
en
el
apenas entre sonrisas
corazón
el
banquete de
la vida,
el licor
y
espu-
!
modestia, tu
fe, la
resignada confianza en las promesas
del porvenir, la atmósfera serena en que lucían tus plácidos
j
calmaban con mágica influencia los ímpeimpeKan entonces á lanzar mi batel, engalanado de
bellos pensamientos,
tus que
me
alegres banderolas
placeres.
j
guirnaldas, en el ardiente piélago de los
>
•
¿ Cuantas veces
me
'
mano
tendiste la
rojaba ciego al precipicio
?
¿
al
punto en que
me
ar-
Cuantas tu acento insinuante vino
á despertar mi razón anublada en la embriaguez de las pasiones
tumultuosas ? Y sin embargo tú has muerto j yo vivo todavía....
Ya nunca
mido en
en
el
te veré
la estación
océano del
dor de
!....
la
¡
Dichoso tú
¡
quién sabe
benigna y en pleno
infinito,
en haberte a^ior-
!
follaje
;
en desaparecer
como un astro que desmaya
al resplan-
aurora
Dejando
lejos entretanto la
senda umbrosa que recorrimos
juntos, vi transformarse los* árboles frondpsos
en ásperos pe-
ñascos, en bravas ondas el raudal sollozante, el prado en
mis himnos en melancólicas endechas.
un erial,
Y cuando vine de nuevo
!
Vm
NOTAS
á buscarte, á entornar en tu pecho mis pesares, que pregunté
por tí, ya habías partido
Jamás te olvidaré oh, nunca, nunca, hasta el fin de mis dias
Tu imagen quedóme impresa en el alma con los rayos mas ful!
¡
gentes del sol de la juventud.
de tu noble
me es amable
afecto, dándole
que
Conservaré íntegra la herencia
solo
parte á aquella por quien
me anima
cuando mis fuerzas desfaá mi joven esposa, huerto cerrado, nardo que ñorece á la
sombra de mi destino. Enseñaré tu nombre á mi hija que todavía en la infancia se parece á los ángeles, y ya que no me es
la vida,
llecen,
—
dado derramar sobre tu sepulcro
las flores
menos consagraré á tu memoria
estos versos escritos con
que amabas tanto, al
mis
lágrimas.
u Vé
9.
el
roho, y la traición y la mentira.
;?
La oda á México escrita en circunstancias en que la heroica
Puebla de Zaragoza sostenía el sitio contra los franceses, se halla
inserta en el tomo I*' de la u Eevísta de Buenos Aires, ;? acompañada con notas justificativas de los graves cargos formulados
en ella contra el Imperio francés. Véanse allí los trozos que
por demasiado extensos no copiamos en este lugar, de los discursos pronunciados por Mr. Julio Favre en el Cuerpo Legislativo de Francia á 6 de Febrero de 1863, y por el General Prim
en
el
Senado español á 9 y 11 de Diciembre de 1862.
10.
La
ce
Se abrió á Tcnochtitlan ancho camino.
;?
palabra Tenochtítlan significa tunal sobre unapiedra (Men-
doza, antigüedades de México.)
íí
Después de una
serie de emigraciones
y aventuras (dice
Prescott refiriéndose á los primitivos mexicanos), que puede
compararse con
cos del
mundo
las
mas extrañas leyendas de
los
tiempos heroi-
antiguo, hicieron por fin alto á la
oeste del lago principal enel año
<Je
margen Sud-
1325. Allí es donde vieron
posada en las ramas de un nopal que se erguía del hueco de una
roca bañada por las aguas del lago, una águila real de un tamaño
y belleza extraordinarios. Esta águila asía una serpiente con
IX
NOTAS
BUS garras-^sus grandes alas desplegadas hacia el sol naciente.
Los mexicanos saludaron este feliz augurio, que según un oráculo
indicaba el asiento de la nueva ciudad, de la que lanzaron los
cimientos sobre unas isletas bajas que unieron al fin por medio
de diques y cegando los aguazales. Sobre aquellos cimientos
fabricaron sus frágiles habitaciones hechas de cañas
j de
juncos,
existencia con la pesca, la caza de
y alimentaron su precaria
pájaros silvestres que revolaban en el lago, y el cultivo de algunas legumbres que se criaban en sus jardines flotantes. La nueva
ciudad llamada Tenochtitlan en prueba de su origen milagroso,
no es conocida por
los europeos sino bajo su otro
nombre de
México, derivado del dios de la guerra, llamado entre aquellos
La leyenda de su fundación consérvase todavia
en nuestros dias en la empresa de la águila y del cactus, que
figuran en las armas de la moderna Eepública de México.
pueblos, Mexitli.
a Pesándole la espada de la Francia
11.,
La
trueca por la joluma, y borronea
Del héroe de Farsalia,
De
En ocio
A
la
Aires,
í?
aquel rayo de Italia,
blando la tremenda historia &. "
sazón en que apareció esta oda en la " Revista de Buenos
ocupábase Luis Napoleón en escribir la historia de
César (publicada uno ó dos años después), á cuyo efecto
mandó
hacer excavaciones en Roma, ocupando en buscarle y suministrarle materiales, á arqueólogos, artistas y anticuarios.
12.
íc
A
Y el Dios de magestad quebró los dientes
los
que
el freno
de su ley mordieron.
77
(DaviD; salmo UI, traducción de González CarTajal.j
13.
u
¡
Zaragoza
!
¡
oh ilustre y alto mozo
Así llamó Fray Luis de León
al príncipe
(x
Es
r>
D. Carlos en
bre canción que hizo á su muerte.
1^.
!
¿Tw bandera
esa que se oculta en el combate ? n
la céle-
—
.
X
NOTAS
Cuando toda
que entró á Santa Inés estaba muerta
y prisionera, nuestros oficiales y soldados buscaban con avidez
la bandera del batallón zuavo, pero supieron en el acto que la
ic
la fuerza
referida bandera no babia concurrido al combate y que se hallaba en el Cerro de San Juan. Este becho me ha explicado por
qué las fuerzas francesas no pierden sus banderas.
(Parte del General Ortega datado en Zaragoza
15.
tí
á29 de
ícDel Pojpocatepetl en las cavernas,
Popocatepetl, montaña humeante, la
mas
Abril de
etc.
1863J
;?
alta del continente
muger blanca ; las
norte-americano, y
dos eran deificadas por la ignorancia de los indios, y creian que
la otra el Ixtlacihualt,
ó la
dormia profundamente, mientras que vigilaba su
amante enrojecido por los celos .... Otra tradición mas terrible
los obligaba á creer que en el interior de la montaña existia el
lugar donde eran atormentados los tiranos y perversos, y que los
la diosa blanca
gritos de desesperación eran los ruidos subterráneos que se es-
cuchaban; y sus convulsiones de agonía sus estremeciíjaientos
La mente supersticiosa de los naturales estaba herirepetidos.
da de mortal pavor con estas creencias
;
y
así es
que no se atre-
vían á hollar sus faldas sino antes bien siempre huían de sus
contornos, sobre todo desde el anochecer.
;?
(Arroxiz, Historia 7 cronología de México.)
16
¡Víctor por Francia! aunque á algunos pudiera quizá
parecer inoportuno, no habiendo la resistencia de la Francia en
su guerra con Prusia correspondido ni con mucho á
lo
que debía
esperarse de tan ilustre
y poderosa nación, insertamos aquí las
dos composiciones que llevan por título u Víctor por Francia ;? y
íí
A
la
República Francesa,
;?
siquiera sea para consignar
mas
una vez nuestras ardientes y francas simpatías en la gran guerra
que ha conmovido la Europa. Si los vaticinios de la libertad
no, se han cumplido, si el imperio de la fuerza está llamado' todavía á dominar el viejo mundo, por la sanción sangrienta de
los triunfos militaiies, la Francia empero quedará siempre en la
—
!
NOTAS
XI
conciencia de la humanidad,
como un padrón de gloria en el pasado y una esperanza de la civilización.
17 Con no poca vacilación nos hemos determinado al fin
a incluir en este libro la mas tierna de las elegías de Mr. de
Lamartine, traducida á nuestro bello idioma.
Cómo imitar la
—
¡
gracia, la pureza, la inefable
harmonía de ese poema incompara-
impregnado de melancolía j de amor Hay flores tan delicadas que no pueden trasplantarse fuera del clima en que nacieran
ble,
sm
!
los
mas
exquisitos cuidados.
¡
Ojalá la que
hemos escogido
del Parnaso francés no se haya marchitado del todo en nuestras
manos
18
Oreb
:
fué en la cumbre del Oreb,
montaña de
la
Arabia
antigua, donde Moisés vio á Dios en el arbusto ardiente,
y donde
con su vara hizo brotar el agua de la roca..
19 Senáar : ¿¿nombre dado por los hebreos á la Babilonia ó
á la parte de aquel país mas próxima á la confluencia del Tigris
y
del Eufrates.
Fué
allí,
dícese,
donde moraron
hasta la construcción de la torre de Babel.
??
los hijos
de Noé
índice
PAGIXA
3
Advertencia
Introducción
5
11
Patri carissimo
Hojas
13
al viento
A Manuel C. Gouvea
15
La Esperanza
La Inocencia
25
21
Marmórea
A
20
33
35
Italia
Canto de
Amor
65
Flor de la vida
La Aurora
Myrta en
¡
el
Quince años
77
!
,
83
85
Símil
los
73
baño
Las horas
En
67
"
guindos
Soñaba
¿ Porque no decirlo ?
Melancólica
87
91
93
97
Clarita
99
Muerta
101
.m
ÍNDICE
XIV
PAGINA
Imniorfalitas
e
103
Reproche
111
Sensualismo
113
Corina
115
En el monte
La
flor
de
117
la
A una joven
Esperanza
119
rusa
121
Celada
127
Cuento de
En
el
129
flores
133
135
lago
Celos
Euego
Le amabas
¡
137
139
!
Reconciliación
141
Nunca
A Nydia
143
Contestación á un amigo helenista
151
Constancia
153
!
¡
147
Luisa
155
Poesías Griegas
161
Pablo
164
el
Silenciario
Rufino
165
Posidipo
166
Asclepiades
167
Posidipo
168
Rufino
169
Meleagro
Antipater
170
172
Meleagro
173
Agathias
174
Filodemo
Marcus Argentarius
176
Meleagro
175
:
177
XV
NOTAS
PAGISA
iPablo el Siíenci^io
178
Meleagro
180
Meleagro
181
Antipater de Tesalia
182
Damocaris
Oda de Safo á Yenus
Oda de Safo á una muger amada
184
185
188
189
Safo
Cameleon de Heraclea
Anyta
190
Mármol
A mi madre
193
Rosa blanca
203
Á
191
195
Edda
En
207
213
su cartera
217
Elegía á Fra9ao Yarella
A la artista
chilena L. C. de
T
223
México
Nenia
225
Al pasar
Víctor Hugo.
241
Ernesto Rossi
259
A
237
Traducción del Italiano
Buenos Aires
Adelante
la República Francesa
!
A
Rio Janeiro
Recuerdos
Voto
Á
261
C. G. S. Soneto
Víctor por Francia
¡
251
Elvira
La noche
263
,
'
,
267
271
273
277
283
285
287
289
293
•vm.''
XVI
NOTAS
^
4v
PAGINA
€.'v"'
r
Cántico
297
Amira
301
Himno
Semblanza
303
307
At Home
309
Siempreviva
313
La
317
321
323
Estrella de la tarde
Pasó
Bruma
Celaje
A mi hija María del Pilar
A Martin de la Quintana
Luz j tiniebla'
,
;
325
327
333
337
Descargar