Universidad de San Carlos de Guatemala Centro

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Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Occidente
División de Ciencias de la Salud
Carrera de Medico y Cirujano
Curso de Microbiología
Dr. Glicerio Juarez
Dra. Caroll Zuñiga Anleu
VIRUS DEL ÉBOLA
El virus del Ébola (Ebolavirus) es un virus de la familia Filoviridae y genero
Filovirus. Es el patógeno causante de la enfermedad del Ébola, una enfermedad
infecciosa muy grave, que afecta tanto a seres humanos como otras especies de
mamíferos.
Esta enfermedad, antes llamada fiebre hemorrágica del Ébola, es a menudo
mortal en el ser humano. Los brotes de enfermedad por el virus del Éboli (EVE)
tienen una tasa de letalidad que puede llegar al 90%.
Nombre proviene del rio Éboli (en la Republica Democrática del Congo, antiguo
Zaire), donde fue identificado por primera vez en 1976 durante una epidemia con alta
mortalidad.
El género Ebolavirus es, junto con los géneros Marburgvirus y Cuevavirus, uno
de los tres miembros de la familia Filoviridae (filovirus). El género Ebolavirus
comprende cinco especies distintas:
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Ebolavirus Bundibugyo (BDBV)
Ebolavirus Zaire (EBOV)
Ebolavirus Reston ( RESTV)
Ebolavirus Sudan (SUDV)
Ebolavirus Tai Forest (TAFV).
El virus del Éboli no presenta reacciones serológicas cruzadas con el virus de
Marburgo. Esto permite su identificación serológica.
Morfología
Tanto el virus del Éboli como el virus de Marburgo son virus pleomorficos,
cuyos viriones suelen presentar formas filamentosas que pueden alcanzar grandes
longitudes (hasta 14 000 nm); sin embargo, presentan un diámetro bastante uniforme
(aproximadamente 80 nm).
El genoma del virus consiste en una molécula única de ARN monocatenario lineal
de polaridad negativa que tiene la información codificada para siete proteínas
estructurales que forman el virion.
El virion eta constituido por un nucleoide proteico con forma tubular (20-30
nm de diámetro) rodeado por una capsida helicoidal (40-50 nm), recubierta a su vez
por una membrana regularmente espiculada, su envoltura viral, estructuralmente
integrada por una única glicoproteína viral.
El nucleoide está constituido por dos tipos de proteínas: la proteína NP, cuya
función es estructural, y la proteína L, una ARN polimerasa.
La capsida se conforma por varias proteínas: proteína P, VP30 (proteína que le
permite desdoblarse dentro de una célula hospedadora), VP35, VP24 y vp40. Las
proteínas VP24 junto con la VP40 forman una matriz que mantiene unidos el nucleoide
con la capsida (nucleocapsida viral).
El virus del Éboli se une a la proteína Niemann-Pick C1 (NPC!), penetran en la
célula y se replica en el citoplasma, de manera semejante a los rhabdovirus.
Patogenia
Los filovirus se multiplican con eficiencia, produciendo gran cantidad de virus
en los monocitos, los macrófagos, las células dendríticas y otras células. La
replicación en los monocitos induce una tormenta de citosinas proinflamatorias
parecida a la tormenta de citocinas inducida por un superantigeno.
La citopatogenia vírica origina una extensa necrosis tisular en las células
parenquimatosas del hígado, el bazo, los ganglios linfáticos y los pulmones. La extensa
hemorragia que se produce en los pacientes afectados provoca edema y shock
hipovolémico. Los virus pueden escapar también de las respuestas innatas e
inmunitarias del hospedador. Se libera una pequeña glucoproteína soluble, puede
inhibir la activación de los neutrófilos y bloquear la acción de los anticuerpos. Las
proteínas víricas también pueden inhibir la producción y acción del interferón.
Transmisión
El virus del Éboli se introduce en la población humana por contacto estrecho
con órganos, sangre, secreciones y otros líquidos corporales de animales infectados.
En África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de
chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines
infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de
persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de
soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos
corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales
contaminados por dichos líquidos.
Las ceremonias de inhumación en las cuales los integrantes del cortejo fúnebre
tienen contacto directo con el cadáver también pueden ser causa de transmisión. Los
hombres pueden seguir transmitiendo el virus por el semen hasta siete semanas
después de la recuperación clínica.
La infección del personal sanitario al tratar a pacientes con EVE ha sido
frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han observado estrictamente
las precauciones para el control de la infección.
Enfermedad clínica
El virus del Éboli es una de las causas más graves de la fiebre hemorrágica.
Suele caracterizarse por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa, síntomas de
tipo gripal como cefalea y mialgias. Al cabo de pocos días aparece nausea, vómitos y
diarrea, también puede formarse un exantema.
Posteriormente se observan hemorragias en múltiples puntos, especialmente
en el tubo digestivo, y hasta el 90% de los pacientes con un cuadro clínico manifiesto
fallece.
Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre y en
las secreciones. El periodo de incubación oscila entre 2 y 21 días.
Diagnostico
Antes de establecer un diagnóstico de EVE hay que descartar el paludismo, la
fiebre tifoidea, la shigelosis, el cólera, la leptospirosis, la peste, las rickettsiosis, la
fiebre recurrente, la meningitis, la hepatitis y otras fiebres hemorrágicas víricas.
Todas las muestras procedentes de pacientes en los que se sospeche una
infección por filovirus se deben manipular con extremo cuidado con el fin de evitar
una infección accidental. La manipulación de estos virus exige un nivel 4 de
aislamiento, del que no se dispone con frecuencia. El aislamiento del virus del Éboli
exige la inoculación de animales para crecer por ejemple el cobaya.
Las células infectadas tienen grandes corpúsculos eosinofilicos de inclusión
citoplasmática. Los antígenos víricos se pueden detectar en los tejidos mediante
análisis de inmunofluorescencia directa, y en líquidos mediante técnica ELISA.
La inmunoglobulina G (IgG) y los anticuerpos IgM frente a los antígenos se
pueden detectar por inmunofluorescencia o ELISA.
Tratamiento, prevención y control
En pacientes con infecciones por filovirus se ha estudiado la administración de
sueros que contenían anticuerpos de e interferón. No hay vacuna contra la EVE. Se
están probando varias, pero ninguna esta para uso clínico.
Los pacientes infectados se deben someter a cuarentena. Los casos graves
requieren cuidados intensivos. Los enfermos suelen estar deshidratados y necesitar
rehidratación por vía intravenosa con soluciones que contengan electrolitos.
Tampoco hay tratamiento específico.
El elevado número de casos y la alta mortalidad del brote, llevó a los expertos de la
OMS a permitir el uso ético de tratamientos experimentales.140 Entre los
tratamientos experimentales destacan el suero ZMapp, probado por primera vez en
dos cooperantes estadounidenses contagiados en Liberia,141 TKM-Ebola142 y
Brincidofovir.143 Otros estudios, como los que se están realizando en España, tratan
de bloquear la transmisión del virus con diferentes métodos.144 También se está
tratando a los enfermos con suero sanguíneo con anticuerpos obtenido de
supervivientes a la infección, como el de la religiosa Paciencia Melgar
La epidemia de Éboli de 2014-2015
La epidemia de ébola de 2014-2015 es el actual y mayor brote
epidémico de la enfermedad por el virus del Ébola, originado en diciembre de
2013 en Guinea,1 y extendido posteriormente a Liberia, Sierra
Leona, Nigeria, Senegal, Estados Unidos, España, Malí y Reino Unido. Hacia el 3
de noviembre de 2014, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se
habían registrado 13.633 infecciones y 5.000 muertes en todo el mundo a
causa de este brote, la mayoría de los cuales ocurrieron en los países
del África Occidental; hacia el 15 de febrero de 2015 23.253 personas se
habían contagiado por el virus y 9380 habían muerto en todo el mundo.2 El virus
del Ébola causa en el ser humano la EVE, cuya tasa de letalidad puede llegar al
90%.5
Varias organizaciones, entre ellas los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades, la Comisión Europea y la Comunidad Económica de
los Estados de África Occidental, han donado fondos para ayudar a
contrarrestar la propagación. Este brote es ya el más grave de los registrados
tanto en lo que se refiere a enfermos como a fallecidos,6 con una tasa de
mortalidad de cerca del 70 %.7 Según el Comité de Emergencias convocado por
la OMS, se han cumplido las condiciones para declarar una emergencia de salud
pública de importancia internacional.8
Adicionalmente se ha producido otro brote en la República Democrática del
Congo que procede de una cepa distinta y no guarda relación con los otros
países,9 aunque las autoridades del país lo dan por controlado
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