Manzanos y perales del Valle

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frutales
de pepita
Carpocapsa, la plaga clave
Manzanos y perales del Valle
Ings. Agrs. Liliana I.
Cichón, Darío E.
Fernández, Dolores
Raffo.
INTA Alto Valle, Rio Negro
En el Alto Valle del Río Negro la carpocapsa es la plaga clave
del cultivo de frutales de pepita. Su control se basa en el uso
de insecticidas de síntesis. La técnica de confusión sexual hizo
posible la implementación de programas de producción
orgánica e integrada de frutas.
Su adopción abarca hoy unas 7.000 hectáreas
El Alto Valle del Río Negro es la principal área productora de pomáceas en la
Argentina y cuenta con aproximadamente
60.000 hectáreas bajo riego de las cuales
unas 33.600 están dedicadas al cultivo de
manzanos y 16.500 a perales. La producción total para estas dos especies alcanza
1.300.000 toneladas de frutas.
En la actualidad se reconocen tres modos
diferentes de obtener producciones vegetales las cuales influyen en forma directa
sobre la forma en que se efectúa el manejo de las plagas:
La Producción Convencional de frutas
permite el empleo de plaguicidas de
amplio espectro y en aplicaciones a calendario fijo, mientras que se respeten los
tiempos de carencia establecidos para
arribar a los mercados (interno y externo)
con residuos en fruta por debajo de los
límites admitidos.
La Producción Frutícola Integrada (PFI)
se define como la producción económica
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de fruta de alta calidad para cuya obtención se da prioridad a los métodos ecológicamente más seguros y se minimiza la
utilización de agroquímicos y sus efectos
secundarios negativos, para aumentar la
protección del medio ambiente y de la
salud humana.
El Programa PFI se orienta a un concepto
holístico de la producción y de la problemática sanitaria dando prioridad a las
medidas preventivas (medidas indirectas)
y a las prácticas de monitoreo y sistemas
de pronóstico de plagas. Las aplicaciones
de plaguicidas son calificadas como una
medida de protección directa cuando las
prácticas preventivas no producen resultados aceptables de control. Es decir que las
prácticas de Manejo Integrado de Plagas
(MIP) son parte fundamental en este tipo
de programas.
La Producción Orgánica se entiende como
todo sistema de producción sustentable
en el tiempo, que mediante el manejo
racional de los recursos naturales, sin la
utilización de productos de síntesis química, brinde alimentos sanos y abundantes,
mantenga o incremente la fertilidad del
suelo y la diversidad biológica y que asimismo, permita la identificación clara por
parte de los consumidores, de las características señaladas a través de un sistema
de certificación que las garantice.
Si bien menos del 10% de la producción se
encuentra enmarcada en procesos de certificación, ya sea de producción integrada
(IP) u orgánico (OP), la mayoría de los
frutales
de pepita
productores aplican herramientas del
manejo integrado de plagas.
LAS PLAGAS CLAVE
La carpocapsa (Cydia pomonella) es la
plaga clave del cultivo. Este Tortrícido
completa tres generaciones anuales y en
algunos años, excepcionalmente calurosos, una parcial cuarta generación. Uno de
los puntos críticos en su control es la
duración del primer vuelo, el cual alcanza
casi tres meses. Este hecho produce una
superposición de la primera y segunda
generación del año complicando las tareas
de control. El riesgo de ataque de la plaga
para los cultivares tardíos es de unos 160
días. Con un control biológico muy restringido y un umbral de daño económico
bajo (1% de frutos afectados), el control
de esta plaga se basa en el uso de insecticidas de síntesis. La detección de casos
de resistencia, especialmente a insecticidas del grupo de los piretroides, y la necesidad de disminuir el uso de agroquímicos
incentivó la búsqueda de alternativas de
control con diferente modo de acción y
más amigables con el ambiente. Entre
éstas se destaca el uso de las feromonas
de confusión sexual.
OTRAS PLAGAS
Las características semi-desérticas del
área determinan una escasa o nula incidencia de enfermedades fúngicas. La sarna
del manzano y del peral (Venturia inae-
qualis y V. pirina) no requiere de controles
específicos a lo largo de la etapa productiva de los frutales. Por su parte, el oidio
(Podosphaera leucotricha) se restringe a
cultivares de manzano susceptibles como
Granny Smith, Braeburn, Fuji y Gala.
También están presentes los Noctuidos
(Proxenus rionegresnsis y Agrotis sp.) y
Tortrícidos (Cydia molesta y Argyrotaenia
sp.) con poblaciones muy limitadas en
montes frutales bajo control convencional, que pueden incrementarse en programas de producción orgánica o con el uso
de la técnica de la confusión sexual para
la plaga clave. El bicho de cesto (Oiketicus
platensis) es otro Lepidóptero (Psychidae)
circunstancial, ya que es una plaga de las
cortinas rompeviento (Populus sp.) que
rodean a los frutales. Las larvas de su
única generación anual aparecen en
noviembre y son transportadas por el
viento a los frutales donde se alimentan
de sus órganos vegetales. Si bien existen
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frutales
de pepita
algunos predadores y parasitoides que
atacan a este grupo de Lepidópteros el
control biológico es muy limitado.
El psílido del peral (Cacopsyla pyricola) es
otra plaga de importancia en este cultivo
que ha resurgido en los últimos años. En
montes frutales bajo producción orgánica
se ha detectado un aumento de las poblaciones de Caliroa sp. en peral y de
Edwardsiana crataegi en manzanos. Otras
plagas presentes son las cochinillas
(Quadraspidiotus perniciosus, Lepidosaphes ulmi, Lecanium sp. y Pseudococcus
sp.). Si bien existen abundantes poblaciones del parasitoide Aphytis sp. que ataca
principalmente a las dos primeras cochinillas mencionadas, el control biológico no
es suficiente para mantener a éstas por
debajo del umbral de daño económico.
El pulgón negro (Aphis gossypii) en perales y pulgón lanígero (Eriosoma
lanigerum) en manzanos son los principales representantes de este grupo de insectos. Existen gran cantidad de predadores y
parasitoides que ayudan en el control,
entre los que se destaca Aphelinus mali, el
cual realiza un excelente control del pulgón lanígero.
La arañuela roja europea (Panonychus
ulmi) es el principal ácaro fitófago que
ataca manzanos y perales. El complejo de
arañuelas perjudiciales se completa con la
arañuela roja común (Tetranychus urticae)
y, con menor importancia, la arañuelas
parda (Bryobia rubrioculus) y chata
(Cenopalpus pulcher). Los Eriófidos
Epitrimerus pyri y Eriophes pyri en peral
tienen apariciones cíclicas que pueden
causar perjuicios directos importantes si
no son monitoreados y controlados a
tiempo. Aculus schlechtendali puede estar
presente en grandes números en manzano
aunque sin causar daños visibles.
El control biológico de los ácaros fitófagos
es muy importante para reducir substancialmente las aplicaciones de acaricidas
luego de pocos años de uso de técnicas de
control selectivas. Entre los principales
predadores encontramos a la arañuela
plana (Neoseiulus californicus), el ácaro
globoso (Mesoseiulus longipes), la arañuela reticulada (Zetzelia mali), Stetorus
punctun y Coccidophilus sp.
VENTAJAS DE LA TÉCNICA DE CONFUSIÓN
SEXUAL
La introducción de la técnica de la confusión sexual para carpocapsa hizo posible
Figura 1. Número promedio de aplicaciones por
temporada de insecticidas organofosforados (OP)
para C. pomonella, acaricidas e insecticidas biológicos o reguladores de crecimiento para otras plagas,
luego de cinco años de uso de la técnica de la confusión sexual en manzanos.
N u m ero d e ap lic a c io n es
6
4,5
OP
3
Acaricidas
Otras
plagas
1,5
0
1995/96
98
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1996/97
1997/98
1998/99
1999/00
la implementación de programas de producción orgánica e integrada de frutas en
la región. La confusión sexual se comenzó a
utilizar a nivel experimental en la temporada
1991/92 en solamente 40 hectáreas, alcanzando actualmente a unas 7.000 ha. Algunas
de las limitaciones para su adopción en
forma más extensiva son el elevado costo del
material y la mano de obra para su aplicación
y seguimiento.
Sin embargo, la figura 1 muestra las ventajas
comparativas del método a largo plazo,
pudiéndose reducir sustancialmente el núme-
ro de aplicaciones de insecticidas órganofosforados y acaricidas. El surgimiento de
nuevas plagas (Argyrotaenia sp.) o el cambio
de status de algunas de ellas (C. molesta y E.
crataegi) puede presentarse como una señal
de alerta en la implementación de éstos programas. De todas maneras, hasta el momento, se han podido encontrar las soluciones
para el control de éstos insectos dentro del
contexto del control integrado de plagas,
haciendo uso de insecticidas biológicos,
reguladores de crecimiento de insectos o la
técnica de la confusión sexual.
Referencias
Cichón, L. y D. Fernández. 1997. La producción orgánica de frutales de pepita en el Alto Valle del
Río Negro y Neuquén. Documento presentado en la exposición MACFRUT, en el marco del 2do.
salón de las producciones biológicas mediterráneas. 11 al 15 de Mayo de 1997 Cesena, Italia.
Cichón, L.. 1999. Manejo sanitario de frutales de pepita bajo un programa de Producción Orgánica.
En: Curso Internacional de Producción Integrada y Orgánica de frutas.
Cichón, L. y D. Fernández. 2000. Fruit production and mating disruption of codling moth in
Argentina. XXI International Congress of Entomology. 21 de Agosto de 2000. Foz do Iguasu, PR,
Brasil.
IOBC/WPRS.1999. Integrated Production: Principles and Technical Guidelines. Boller, E.F., El Titi, A.,
Gendrier, J.P., Avilla J., Jörg E. & Malavolta C. (Eds.). Bull. IOBC/WPRS 22 (4).
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