Gabriel García Márquez: la realidad ficticia María Cristina Asqueta Corbellini* RESUMEN Esta reflexión se basa en la investigación en desarrollo titulada Gabriel García Márquez y la cultura colombiana, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Uniminuto (Bogotá). Su objetivo es propender a la consolidación de una memoria sobre este invaluable patrimonio literario y cultural. Se trata de un trabajo amplio y complejo que ha iniciado con la fase de revisión de antecedentes, los cuales contribuyen al rediseño y la resignificación del contexto, desde donde emergen los demonios que obsesionan a García Márquez en la obra y el discurso. Esos demonios los heredó de la versión oral de la historia que le narró su abuelo Nicolás Márquez, en su infancia. Así, al presentarse el problema de la referencialidad en la ficción, se descubren alusiones a la vida histórico-social colombiana, con la inclusión de temas como la pobreza, las migraciones en busca de oportunidad y el crimen absurdo. De esa experiencia le quedó un demonio: la masacre de las bananeras. La perícopa del evento se halla en Cien años de soledad (1967), pero se amplía y particulariza en Vivir para contarla (2002), a partir de lo cual es posible dar cuenta de la relación entre García Márquez y el contexto sociohistórico. Gabriel García Márquez: the fictional reality Gabriel García Márquez: a realidade ficcional ABSTRACT RESUMO This current article studies the reasons why organizations have decided to implement business policies or practices that may be considered environmentally friendly. In turn, it presents specific related measures, seen from the perspective of the Modelo de Indicadores de Gestión Sostenible y Asociatividad (MIGSA), Sustainable Management and Involvement Indicator Model, and that must be taken into consideration in order to reduce the quick environmental deterioration. The purpose of this study is to analyze the context of the formulation of organizational policies or practices intending to the conservation of the environment and that are the result of the modernization of business policies. Este artigo examina as razões por que as organizações tem decidido aplicar políticas ou práticas comerciais que podem ser consideradas ambientalmente amigáveis. Por sua vez expõe ações específicas relacionadas, visto a partir do contexto do modelo de Gestão de Indicadores de Sustentabilidade e Parcerias (Migsa) e deve ser considerado para mitigar a degradação ambiental acelerada. O objetivo do estudo é analisar o contexto da política ou práticas organizacionais que tendem a preservar o meio ambiente que é um resultado da modernização das políticas de negócios. Keywords Environment, sustainable management, business social responsibility, stakeholders. Palavras–chave Ambiente, gestão sustentável, responsabilidade social corporativa, stakeholders. * Doctora en vanguardias y postvanguardias en España e Hispanoamérica por la Universidad de Salamanca, España. Magíster en lingüística española por el Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, Colombia. Licenciada en letras por la Universidad de la República Oriental de Uruguay, Montevideo. Correo electrónico: [email protected] PROBLEMAS DEL ENCUENTRO: UNA COLISIÓN ENTRE LITERATURA Y CONTEXTO La reflexión sobre el tema Gabriel García Márquez y su realidad sociohistórica se relaciona con la manera cómo la literatura se fusiona o se mimetiza con la realidad, en los aspectos temporales, espaciales y culturales que acompañan los procesos de vivir y escribir del autor. Esta reflexión se origina en la pasión lectora por la obra garciamarqueana y por los interrogantes, interesantes para la investigación, que plantean con mayor evidencia los vínculos de García Márquez con el periodismo, la política y la cultura. 1 En un ensayo literario, Tittler dice lo siguiente sobre su postura política y su vida: “Su compromiso con la causa del socialismo mundial (a través del periodismo, afirmaciones en entrevistas, apariciones en concursos, donaciones a grupos políticos de izquierda, etc.) una creencia que él se niega rotundamente a manifestar a través de su ficción (…). Los críticos más severos de García Márquez disfrutan al señalar su considerable fortuna derivada de sus ganancias en el sistema del mercado capitalista, como un ejemplo de hipocresía y un gran defecto en su visión del mundo” (1990, pp. 218-219). 194 El objetivo de estudiar la obra de García Márquez, enmarcada en la cultura colombiana y latinoamericana, es amplio pero no difuso; acompaña el propósito de comprometer a los jóvenes estudiantes con la idea de mantener y ampliar este importante legado literario, que va a la médula misma de aquello que se ha sido y se es todavía, en este mundo ancho y ajeno. Hay, sin duda, mucho camino que recorrer pero está iniciado el desafío. entretenimiento y comerciales que contradicen el espíritu literario, el cual, en la visión de Bourdieu (2011), colisiona con los sistemas del poder. Incluso, esta debe ser de la manera para liberarse de los compromisos opresores con los estamentos políticos, económicos y comerciales. Esta característica puso a muchos de los escritores de la historia de la literatura en condición de marginalidad, lo cual, como cuentan los biógrafos, no fue el destino de García Márquez, quien pudo alcanzar el bienestar durante su vida1; no obstante, se dice que las editoriales le han escatimado las ganancias, mintiéndole sobre el número de publicaciones. De esta manera, en el proceso de indagación sobre la producción garcíamarqueana, los aspectos axiológicos se presentan constantemente cuando se trata de evaluar las evidencias. LOS PERGAMINOS DE MELQUÍADES Como parte del proceso, inicialmente se han realizado la lecturas de las obras del autor, y con ellas, la autobiografía Vivir para contarla (2002). A ellas se suman las sorprendentes biografías, voluminosas y bien documentadas, de Martín (2009): Gabriel García Márquez. Una vida; Saldívar (1997): García Márquez. El viaje a la semilla. La biografía; Cobo Borda (1995): Repertorio crítico sobre Gabriel García Márquez, y por último, aunque primera y fundamental para el estudio, la de Vargas Llosa (1971): García Márquez, historia de un deicidio. La búsqueda se hace entre los pergaminos de Melquíades, en coherencia con el fundamento intertextual de la obra de García Márquez. La intertexualidad, definida por Genette (1989), se considera como una relación de copresencia entre dos o más textos, es decir, como la presencia de un texto en otro texto; sin embargo, la intertextualidad consiste más bien en la conversión, a través de una fusión, de unos conceptos en otros. Esta idea es concordante con el modelo de la semántica cognitiva presentado por Ibarretxe y Valenzuela (2012) y de la semiótica cognitiva de Fauconnier y Turner (citados el Pascual, 2012), que elude los problemas de la inmanencia del texto y de las restricciones contextuales del análisis estructuralista. El recurso bibliográfico y biográfico compilado hasta ahora lleva a incluir en el marco teórico estudios sobre biografía e historia con autores como Arfuch (2007) y Dosse (2007), que estudian de manera crítica este subgénero literario, vinculado con los aspectos de La peripecia de la masacre de las bananeras, que ingresa en Cien años de soledad (1967), viene de la versión oral ofrecida por los habitantes del pueblo que vieron u oyeron decir a los implicados y representa la manera como la gente sintió la violencia en carne propia. 8 2015 Gabriel García Márquez: la realidad ficticia (pp. 192-202) Por tanto, la intertextualidad puede abordarse desde una perspectiva interdisciplinaria. identidades de una cultura compleja y carismática, casi como ninguna otra. La apropiación de la memoria tiene fundamento historiográfico (Hegel, 2005) cuando los investigadores se ubican en un universo garciamarqueano; también apela a la denominada historia del arte, que forma parte de la historia universal. La historia, sin importar su especificidad, se dedica a la recuperación y clasificación de los documentos que tratan determinado tema; por tanto, se vale de los antecedentes que aquí se citarán de manera oportuna. Un vacío, oquedad de la memoria, en alguno de ellos se salvará con otro libro o artículo que relacione la obra macondiana. En cuanto a las coincidencias, si bien resultan más seguras, en todos los casos se recurre a la historiografía para minimizar las desviaciones. Este trabajo amenaza con superar cualquier esfuerzo investigativo, dado el volumen de la obra y el papel histórico-social de su autor; entonces, se trata de no permitir que el que fuera en verdad un esfuerzo gigante, de toda una vida, de parte de García Márquez —a quien se admira—, se olvide sin más ni más. La literatura, como dice Eco, constituye un “bien inmaterial” (2002, p. 10). De hecho, sus personajes y narraciones son esencialmente falsos o, al menos, supuestos, aun cuando en algunas obras se trata de alusiones a acontecimientos verificables. Eso sucede con la peripecia de la masacre de las bananeras, de 1928, que se incluye en Cien años de soledad (1967). La semiótica cognitiva considera que el problema de la referencialidad, aquí planteado, tiene que ver con las denominadas realidades posibles (Pascual, 2012) impresas en la ficción, en este caso literaria, y como ellas se fusionan los con-textos en el proceso de interpretación. Las obras literarias, así como las artes plásticas y la música, parece construir y justificar el patrimonio común; entonces, quizás debido a ello, los escritos obtienen el reconocimiento de sus lectores, quienes consolidan la producción literaria como acervo cultural cuando apropian el sentido de la vida colectiva y, con este, los usos lingüísticos, los valores y el conocimiento. Obviamente, ahora se puede pensar que este patrimonio está a salvo de la pátina del tiempo; sin embargo, también hay tomar en cuenta cómo se lo irá a evocar, qué clase de memoria se irá a reconstruir, e igualmente será inevitable el advenimiento de más interpretaciones. Pero, entonces, se trata de consolidar los papeles para que no se deprecie el ánimo garciamarqueano que inundó los espíritus latinoamericanos, y para que se sepa algo de esta poderosa empatía lectora, la cual, se dice, ha sido única al finalizar el siglo XX (Martín, 2009). De este modo, con la lectura se conjeturan mundos (Eco, 1992, pp. 173-210) como realidades posibles (Pascual, 2012) que surgen a partir de la interpretación. Por esta razón, el estudio de las obras no puede reducirse a los aspectos formales en el interior de la composición, dado que la gramática textual está articulada y relacionada con contenidos contextuales, lo que constituye convenciones que permiten las conexiones de las estrategias de producción con la interpretación. Sin duda, se reconoce, es mucha la osadía al formular este proyecto; pero, a la vez, va acompañada del inmenso respeto por la figura de un gran literato, cuya obra consolida la cultura colombiana y latinoamericana de una manera particular. García Márquez dejó Macondo, y así trazó el mapa de la más profunda de las GÉNESIS DEL ENCUENTRO ENTRE LITERATURA Y LA HISTORIA: CONTEXTUALIZACIÓN María Cristina Asqueta Corbellini Cuando García Márquez era un niño, su abuelo Nicolás Márquez lo llevaba de la mano por las calles de Aracataca y también lo conducía historiográficamente por 2015 8 195 las páginas de la memoria, al contarle sobre las guerras civiles en la cual él, sus amigos y familiares participaron sin que la patria les cumpliera después con los estipendios prometidos. De esa situación sale una de las novelas más importantes, más estudiada y también canónica2 en la producción del autor: El coronel no tiene quién le escriba (1961), donde se imprime la historia de la ignominia. 2 Mario Benedetti dijo, como catedrático de Literatura Latinoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias (1972), que la mejor obra de García Márquez era El coronel no tiene quien le escriba. Cuarenta y tres años después, en la gallera de Macondo (Feria del Libro 2015, Bogotá), los ponentes Piedad Bonnet, Santiago Mutis y William Ospina coincidieron en la misma afirmación; por tanto, se infiere que esta novela también es candidata al canon latinoamericano. El asunto de la vida social y sus problemas están latentes desde entonces en el pensamiento del futuro escritor, junto a la preocupación estética (García Márquez, 2002, p. 47). A eso se le suma la famosa masacre de las bananeras, la cual constituye una peripecia en Cien años de soledad (1967), así como en la vida de García Márquez, a la manera de perícopa particular que emerge en Vivir para contarla (2002): Mucho antes de que el nombre de Guevara recorriera el orbe, en un pequeño pueblo de Colombia que la historia sólo iluminó fugazmente durante los años en que la United Fruit Company, con sede en Boston, decidiera plantar allí bananeras a comienzos del siglo XX, un niño escuchaba absorto mientras su abuelo contaba relatos de una guerra que duró mil días y que al acabar le había hecho sentir también la amarga soledad de los vencidos, relatos de hazañas gloriosas de antaño, de héroes y villanos espectrales; historias que le enseñaron al niño que la justicia no se entrama de manera natural en la urdimbre de la vida (Martín, 2009, p. 37). Las versiones coinciden en decir que esta experiencia no solo marcó al escritor, sino también al hombre con dimensión histórica que fue García Márquez. La masacre impresa en su novela mayor probablemente hubiera desaparecido de los anales de la historia de no ser porque el autor se catapultó a la fama y pudo contarla. Historiar la masacre ha tenido dificultades, ya que el número de muertos ha resultado impreciso. La prensa entonces informó de ocho muertos y veinte heridos 196 8 2015 (Quinny, 2014), pero los mismos implicados en un informe hablaron de quinientos a seiscientos trabajadores sacrificados por reclamar sus derechos. García Márquez, por su parte, contó tres mil cuatrocientos ocho; cifra que queda en la historia como prueba de ignominia que la ética básica de su abuelo reprobaba, quien lamentaba siempre que eso ocurriese en este país de los milagros. Cuando ocurrió, el autor tenía apenas un año, así que recibió la historia de sus mayores, junto con toda la lección historiográfica que significaba: Los bajos salarios, las deleznables y antihigiénicas viviendas y los servicios médicos casi inexistentes terminaron de erosionar las precarias y mediatizadas relaciones socio-laborales entre los pauperizados obreros y la United Fruit Company. Pero, sobre todo, terminaron por despertarlos y lanzarlos a una huelga que terminaría trágicamente el 6 de diciembre de 1928: uno de los demonios históricos que más influencia tendría en la vida y la obra de García Márquez (Saldívar, 1997, p. 57). De esta manera, la masacre de 1928, producto de la represión ejercida sobre el movimiento de los obreros que trabajaban para la United Fruit Company, de Boston, quedaría en la memoria de los aracateños, impresa a fuego por el sentimiento de injusticia que produjo. La forma como se vincula la vida de la familia Márquez con Aracata y la historia, hasta llegar a este episodio sangriento, es narrada así por Vargas Llosa: Cuando el coronel Nicolás Márquez y su esposa llegaron al pueblo, al finalizar la sangrienta guerra de los mil días [18991902], que devastó al país y lo dejó en bancarrota, Aracataca era un pueblecito minúsculo, situado en la provincia del Magdalena, entre el mar y la montaña, en una región de bochornoso calor y aguaceros diluviales (…). / La “fiebre del banano” atrajo a millares de forasteros; la United Fruit Company sentó sus reales en la región y comenzó la explotación extensiva de las tierras. En 1908, de once mil obreros agrícolas bananeros, tres mil trabajaban para la United Fruit (1971, p. 15). Gabriel García Márquez: la realidad ficticia (pp. 192-202) En ese escenario, retratado también por La hojarasca (1955), se gestó la violencia mediante la cual unos les arrebatan los derechos a los trabajadores bananeros. El mundo restante conoció el evento por los pergaminos de Gabriel García Márquez; y no solo por Cien años de soledad (1967), sino también de manera muy especial por su autobiografía Vivir para contarla (2002), cuando ya tenía su vida definida y la fortuna lo favorecía. El relato de su historia de vida inicia con el viaje que él y su madre, Luisa Santiaga, hicieron de regreso a Aracataca, en marzo de 1952, con la finalidad de vender la casa de los abuelos. Al leer, surge cómo el espíritu de los desterrados signa a los dos personajes que sienten miedo de enfrentar el pasado; no logran el objetivo que los llevó nuevamente a su tierra, aunque sí recorren los espacios de la memoria, interpretando cada instancia que evocan. El tema central en el inicio del relato parece ser el de la vocación. García Márquez insiste en que quiere ser escritor, y su madre, en representación de la voluntad del padre, expresa que debe seguir una carrera, si bien después de eso podría hacer aquello que deseara. Sin embargo, sus demonios emergen una vez más y reavivan dolores pasados. DONDE ACABÓ EL MUNDO: ANÁLISIS Los dos sonámbulos, madre e hijo, que recorren el pasado, de repente se hacen oír en una polifonía que es imposible desoír: “—Mira —me dijo—. Ahí fue donde se acabó el mundo” (García Márquez, 2002, p. 22). Lo dijo la madre, lo escribió el hijo para que nadie lo olvide; solo van veintidós páginas y ya hay que enfrentar la historia: Yo seguí la dirección de su índice y vi la estación: un edificio de maderas descascaradas, con techos de cinc de dos aguas y balcones corridos, y enfrente de una plazoleta árida en la cual no podían caber más de doscientas personas. Fue allí, según me María Cristina Asqueta Corbellini precisó mi madre aquel día, donde el ejército había matado en 1928 un número nunca establecido de jornaleros del banano. Yo conocía el episodio como si lo hubiera vivido, después de haberlo oído contado y mil veces repetido por mi abuelo desde que tuve memoria: el militar leyendo el decreto por el que los peones en huelga fueron declarados una partida de malhechores; los tres mil hombres, mujeres y niños inmóviles bajo el sol bárbaro después que el oficial les dio un plazo de cinco minutos para evacuar la plaza; la orden de fuego, el tableteo de las ráfagas de escupitajos incandescentes, la muchedumbre acorralada por el pánico mientras la iban disminuyendo palmo a palmo con las tijeras metódicas e insaciables de la metralla (García Márquez, 2002, pp. 22-23). El párrafo ofrece una muestra de cómo narrar en la parte formal; sin embargo, destaca cada concepto en el campo semántico que enmarca la situación (ver tabla 1). El léxico denota y motiva el significado, con lo cual alguien siempre interpreta a la luz del mundo que le rodea y de su propia cultura (Ibarretxe y Valenzuela, 2012, p. 44); así surge la conceptualización, como una interpretación y punto de vista. Ahora bien, el párrafo no puede analizarse solo como denotación y referencialidad; se trata del lenguaje, acompañado del propósito del autor, que es un agente en la perspectiva de Bourdieu (2011) y, en este caso, tiene la intención de decir algo, pero no decirlo comúnmente, sino particularizándolo mediante un estilo. A su vez, tiene el compromiso de la coherencia y con la amenidad de un texto imaginativo, a pesar de que está representando una realidad. En síntesis, la prosa garciamarqueana, además de polifónica y polisémica, es a la vez poética: llama la atención, atrae y conecta a los intérpretes, construye el lenguaje (ver tabla 2). La relación poética es de naturaleza empírica. Jakobson (1992) habla de la selección y la combinación, producto 2015 8 197 Tabla 1. Campo semántico, memoria de una masacre Conceptualización Lexema Sema Concepto Índice Señal El dedo índice tiene un carácter señalador, al orientar acerca del lugar y, junto con él, la ignominia vivida. Se señala la historia en el lugar indicado, el pasado está ahí. Estación Lugar Los obreros fueron cercados allí por el ejército. Plazoleta Lugar de reunión En los pueblos y ciudades latinoamericanas, las plazas y plazoletas son los sitios de encuentro, de celebración pero también de reclamos y protestas. En este caso, el cerramiento conforma a la vez una celada. Doscientos Referencia de número Capacidad del sitio, en el cual pudieron estar hasta 3000 personas, según la versión del autor. Personas protagonistas No se los llama ahora obreros o peones, sino lo que realmente son: personas. Ejército Violencia El ejército inicialmente se había comprometido a no disparar; sin embargo, repite el escenario histórico de la represión. Matar Acción Muerte, supresión, violación. huelga Acción Reclamo de derechos Peones Asalariados Los trabajadores de la bananera, con salarios mínimos, malas condiciones laborales y carencias. Tres mil Referencia de número La cantidad de obreros en huelga. Hombres Trabajadores Género de los reunidos. Mujeres Familia de los trabajadores Género de los reunidos. Niños Familia Edad, representación de la indefensión. Inmóviles Estado Representación y redundancia de la indefensión. Oficial Mando, poder Ejerce poder sobre la población. Dar Concesión Concede cinco minutos para evacuar la plaza. Ese tiempo es insuficiente para que los implicados salieran el acorralamiento. Plazo Término de la evacuación Negación de la permanencia en protesta. Cinco minutos Tiempo El tiempo de la evacuación. Orden Acción El oficial del ejército da la orden. Fuego Acción El fuego inicia por la acción de las armas (de fuego). Muchedumbre Cantidad Los numerosos trabajadores en huelga. Acorralar Acción El ejército los ha encerrado para que no escapen. Pánico Sentimiento Victimización Disminuir Acción Supresión, muerte Fuente: Autor. 198 8 2015 Gabriel García Márquez: la realidad ficticia (pp. 192-202) Tabla 2. Apropiación poética del lenguaje Elemento textual Figura retórica (estructura y elocuencia) Edificio de maderas descascaradas Metonimia. Figura inductiva, de carácter metafórico. Representa una situación de decadencia, violencia y muerte. Plazoleta árida Metonimia. Inducción. Hay una muchedumbre allí (antítesis), pero se la cualifica como árida. Personas, jornaleros, peones, malhechores Anáfora e isocronía. (Jakobson, 1992, p. 361). El párrafo adquiere el ritmo no solo en la expresión, sino también en la conceptualización. Partida de malhechores Metonimia y antítesis (oxímoron). En realidad se trata de los trabajadores. Hombres, mujeres, niños Sinonimia. Los integrantes de la muchedumbre, todos en igualdad ante la adversidad. Sol bárbaro Metonimia. Inducción, procedimiento de analogía con el fuego de las armas. Tableteo de las ráfagas de escupitajos incandescentes. Metáfora. Conceptualización de la realidad. Representación de los disparos. Disminuyendo palmo a palmo. Gradación. Anáfora. Redunda la situación. Tijeras metódicas e insaciables de la metralla Metáfora. Representación conceptual de la situación. Supresión y muerte. Fuente: Autor. de la interpretación y el análisis con fundamento crítico. El hablante elige un nombre, como niño, para el cual hay otros lexemas disponibles: rapaz, muchacho, chiquilín o enano, todos ellos equivalentes hasta cierto punto, ya que no existe sinonimia total; pero dice niño, en este caso los hijos de los levantiscos, que serán víctimas de la injusticia del poder. Luego, para decir algo sobre este tema, usa verbos semánticamente emparentados: duerme, sueña o juega (no son arrasados por las balas, antinomia). María Cristina Asqueta Corbellini De ahí que “la selección se produce sobre la base de la equivalencia, la semejanza y desemejanza, la sinonimia y la antinomia” (Jakobson, 1992, p. 360), de manera que es posible que los conceptos se integren y amalgamen (Pascual, 2012) en el campo semántico. Así sucede con hombres, mujeres y niños que integran la muchedumbre masacrada. Además, la anáfora y la paronomasia se han considerado solo expresiones o “figuras fónicas” (Jakobson, 2009, p. 363); sin embargo, son a la vez figuras de naturaleza semántica que inciden en la interpretación. La anáfora y la aliteración facilitan la memoria y la apropiación del lenguaje. Así, si se considera el párrafo desde el punto de vista genérico, se trata de un escrito en prosa, párrafo de una novela o cuento; sin embargo, en la literatura contemporánea puede constatarse la variación y la fluctuación genérica, en la que, al menos en el ejemplo que se analiza, la prosa es la vez verso, como en maderas descascaradas y tijeras metódicas, secuencias en las cuales se evidencia la rima o aliteración gracia a la terminación -as. Igualmente, en la segunda secuencia se descubre el oxímoron, puesto que las tijeras no poseen la cualidad de ser metódicas; pero el sema ingresa al campo semántico, ya que la estructuración trata de la eliminación metódica y sistemática de los sublevados. En un párrafo, como en toda la novela, los conceptos se integran —no solo se encadenan, como pensaba el estructuralismo saussureano— con otros conceptos, dando lugar a la polisemia y a las interpretaciones posibles. Igualmente, ese amalgamiento conceptual limita la interpretación que puede dejar fuera las asociaciones incoherentes. Puede hablarse entonces de las voces en sintonía (ver tabla 3). El tema tratado por el autor, desde una perspectiva estética y ética, requiere de la introducción de las múltiples voces que testimonian la situación. En cada 2015 8 199 Tabla 3. Representación polifónica Voz 1 La madre (Luisa Santiaga) “—Mira —me dijo—. Ahí fue donde se acabó el mundo” (p. 22) Categorías gramaticales -Primera persona: Mira -Segunda persona: Me dijo. -Tercera persona: Ahí fue donde se acabó el mundo. 3 El concepto sobre la diégesis ha sido desarrollado por la teoría literaria, principalmente por el análisis de los relatos, para indicar cuanto resulta incluido en una narración (diegético) aquello que la contextualiza (extradiegético). Figura 1. La voz de la prensa (Quinny, 2014), en este caso, extradiegética3 Lenguaje. Conceptualización. La primera y la segunda persona introducen la subjetividad; la tercera, la objetividad. Operan de manera integrada, como testimonio de la situación (masacre de aracateños). Voz 2 “Yo [García Márquéz] seguí la dirección de su índice”. Primera persona, coincide con el narrador. Voz 3 Abuelo (Nicolás Márquez): “Después de haberlo oído contado y mil veces repetido por mi abuelo desde que tuve memoria”. Representación de primera persona en tercera persona. Voz implícita. Voz 4 Oficial del ejército: “Les dio un plazo de cinco minutos para evacuar la plaza”. Representación de primera persona en tercera persona. Voz implícita. Voz explícita (narrador) como respuesta a otra voz no explícita: “Me precisó mi madre…”. Fuente: Autor. voz están incluidos los presupuestos y los ámbitos, los marcos y dominios en los cuales se realiza la comunicación, como las ideologías, las cosmovisiones culturales no explícitas (Ramírez, 2007). En definitiva, las voces democratizan la comunicación (ver figura 1). Sin embargo, el énfasis de este análisis recae en la conceptualización y contextualización de la creación literaria. Se podría recurrir a recursos como la lexicometría del análisis del discurso y contar las palabras y lexemas: bananera, United Fruit Company, masacre, gringos, ciudadela. El conteo permite establecer el tema y, en el caso analizado, remite al evento que ingresa a la literatura garcíamarqueana, pero también influye en 200 8 2015 sus otros mecanismos de comunicación, en particular el periodismo. El párrafo seleccionado para el análisis se inscribe en la página 22 de Vivir para contarla (2002), en tanto el que se transcribe a continuación es tomado de la página 38 (ver tabla 4); mediados por otras tres secuencias que se intercalan con la historia de vida de García Márquez y la de su madre mientras van y regresan de Aracataca. Esta secuencia analizada ofrece una conclusión sobre una verdad histórica; pero como está planteada en un texto literario, se mantiene intacto el enigma: ¿cuántas personas murieron arrasadas por las balas? En Cien años de soledad, a la vez que se impone el estilo del autor se usa el recurso periodístico de cifrar la realidad: 3408 muertos. Desde la perspectiva crítica, en la escritura la mención de la vida cotidiana trasciende el contexto. EPÍLOGO Dado el tema propuesto, con el propósito de ilustrarlo, se seleccionó el ejemplo de la obra literaria de Gabriel García Márquez, en la cual se fusionan realidad y ficción, con el propósito de evidenciar los vínculos poéticos con el contexto. Efectivamente, los anales de la Gabriel García Márquez: la realidad ficticia (pp. 192-202) Tabla 4. Comparación entre las voces intradiegética y extradiegética (Quinny, 2014) “El origen de todas las desgracias, por supuesto, había sido la matanza de los obreros por la fuerza pública, pero aún persistían las dudas sobre la verdad histórica: ¿tres muertos o tres mil? Quizá no habían sido tantos, dijo él (el doctor Alfredo Barboza) pero cada quien aumentaba la cifra de acuerdo con su propio dolor” (p. 38) d. Estética. Poesía y prosa, como identidad cultural. e. Intertextualidad. La polifonía y las citas de las secuencias seleccionadas revelan los otros textos involucrados, escritos y orales. f. Interdisciplinareidad. La posibilidad de abordar el estudio de la complejidad del lenguaje, el pensamiento y la cultura impresos en la literatura. Finalmente, se tiene seguridad acerca de que la reflexión presentada está aún en una etapa fermental, y que, con el compromiso de los investigadores, va a mejorar en el proceso. historia han registrado la llamada masacre de las bananeras que tuvo lugar en 1928; por tanto, aunque pesadilla, el evento tuvo lugar y todavía se mantiene intacto el misterio sobre la cantidad de muertos, haciéndolo apto para su ingreso a la literatura. Sean ocho o tres mil cuatrocientos ocho, igualmente se cometieron violaciones de los derechos humanos al disparar sobre una multitud inerme, a la que previamente una compañía mercantil ya le estaba negando sus derechos, al someter a las personas, al no reconocerles el valor de su trabajo y obligarlas a una vida carenciada sin bienestar. En razón de esto se proponen las siguientes categorías, a. Literatura. Estructura del lenguaje y el pensamiento que permite la representación de realidades y ficciones. b. Comunicación. Como ya lo había dicho Jakobson (1992), la poética es comunicación. c. Ética. La del autor, parafraseando a Hegel (2005) que permite que su espíritu se pasee por la escritura. María Cristina Asqueta Corbellini 2015 8 201 REFERENCIAS TEXTUALES Ibarretxe-Antuñano, I. y Valenzuela, J. (Dirs.) (2012). Lingüística cognitiva. Barcelona: Anthropos. Arfuch, L. (2007). El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad ontemporánea. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina. Jakobson, R. (1992). Introducción a la lingüística del texto. Barcelona: Seix Barral. Bourdieu, P. (2011). Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Barcelona: Anagrama. Martín, G. (2009). Gabriel García Márquez. Una vida. Bogotá: Random House Mondadori. Cobo Borda, G. (comp.) (1995). Repertorio crítico sobre Gabriel García Márquez. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo. Pascual, E. (2012). Espacios mentales e integración conceptual. Recuperado de http://goo.gl/zcxBiw Dosse, F. (2007). 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