Logan Peterson Laura Trujillo Spanish 332 13 Marzo 2015 Los

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Logan Peterson
Laura Trujillo
Spanish 332
13 Marzo 2015
Los hombres afuera: Análisis de los personajes masculinos en La casa de Bernarda Alba
Federico García Lorca creó un tono muy distinto desde el principio de su obra, La casa
de Bernarda Alba, cuando dice “que estos tres actos tienen la intención de un documental
fotográfico” (Lorca, 4). Éste sugeriría que los lectores fueron a leer algo muy real y preciso.
Mientras, el subtítulo, Drama de mujeres en los pueblos de España, también sugiere que los
lectores van a leer un cuento típico o representativo de las vidas de todas las mujeres en España.
Lo que es extraño es el hecho de que no aparece ningún hombre en toda la obra. Sólo saben que
los hombres existen en el universo de la obra porque los personajes femeninos hablan sobre ellos
a menudo. Aunque no están presente realmente, los hombres tienen mucha importancia en las
vidas de los personajes de la obra. Con esto en cuenta, es probable que la condición ausente e
imponente de los personajes masculinos es una herramienta que se usa para demostrar la
perpetuación de la sociedad patriarcal en España y su exclusión y opresión de las mujeres.
Para empezar, debo mencionar la separación peculiar entre el mundo de la familia de
Bernarda y el mundo de los hombres. Se establece relativamente temprano en la obra cuando
Bernarda, todas sus hijas y algunas otras mujeres se reúnen en la casa de Bernarda mientras los
hombres están afuera trabajando. Esto es un símbolo muy obvio de la separación entre los dos
mundos, pero lo que es raro es el hecho de que, aunque ninguna escena incluye un hombre, los
hombres están siempre en las mentes de los personajes femeninos. Por ejemplo, después de
enterándose que La Poncia ha hecho limonada, el primer orden de Bernarda es, “Dale a los
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hombres” (8). Tal vez parece una declaración insignificante, pero refleja la idea que los hombres
influyen todo que las mujeres hacen. Después de todo, la principal razón para la reunión de las
mujeres es la muerte del marido de Bernarda. Otro ejemplo más obvio es el conflicto entre las
hijas de Bernarda sobre Pepe el Romano. A pesar de su compromiso con Angustias, él se
encuentra con Adela por las noches el cual es la fuente de los conflictos entre Angustias, Adela y
Martirio. Martirio está resentido con Adela en parte por su relación con Pepe, pero también está
amargada por su propia relación con otro hombre que no fructificó por Bernarda.
Bernarda parece ser una defensora de la separación. En la propia escena con la limonada,
dice “Que salgan por donde han entrado. No quiero que pasen por aquí” (8), y “En ocho años que
dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle” (10). Esta primera declaración
activamente apoya la separación entre los hombres y las mujeres, y la segunda refleja un tono
opresivo que corre por toda la obra. Bernarda y La Poncia son los personajes más viejos, tienen
la más experiencia con los hombres, y las dos perpetúan las costumbres impuestas del mundo
gobernado por los hombres. Bernarda reafirma roles de género diciendo cosas como “Eso tiene
ser mujer . . . Hila y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón” (11), y La Poncia hace
lo mismo a veces con declaraciones como, “la que no se conforma se pudre llorando en un
rincón” (23). Los lectores pueden ver los efectos de esto en las hijas de Bernarda. Más tarde,
Amelia declara que “nacer mujer es el mayor castigo” (28). Esta actitud contribuye a los
sentidos de encarcelamiento que experimentan las hijas de Bernarda.
Adela expresa este sentimiento durante la escena en que los labradores pasan por la casa
cuando dice, “Me gustaría segar para ir y venir. Así se olvida lo que nos muerde” (28). Para al
menos Adela, los labradores masculinos parecen tener toda la libertad. Adela, la hija más joven,
no ha aceptado su lugar en esta sociedad. Está ilusionada y quiere rotar las tradiciones a las que
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se suscribe su madre por su romance con Pepe. Últimamente, sin embargo, ella se suicida
después del supuesto muerte de Pepe (51), que simboliza los resultados de una sociedad opresiva
y masculina que no permite la esperanza ni la libertad para las mujeres.
Para concluir, esta obra lleva los lectores al otro lado del mundo masculino que crítica.
La eliminación de los hombres cómo personajes activos muestra que las costumbres opresivas a
las mujeres en la sociedad Español son preservados no sólo por los hombres, sino por las mujeres
también a veces. Da una perspectiva muy interesante a un tema familiar por personajes fuertes y
femeninos.
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Bibliografía
Lorca, Federico García. La casa de Bernarda Alba. Blackboard. bblearn.utk.edu. Web. 13
March 2015.
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