revista digital de talleres literarios MAYO O R B I L L E MES D A S O M A D R O REC I T T E D E N E B MARIO I T T E N O S O L JUAN CAR Z E U Q R A M A I C R A G L E I R B A G año 1 número 1 JUNIO 2014 INICIO DE 4 1 0 2 S E R E TALL CUENTOS DE E D S E T N A R INTEG S O I R A R E T I L TALLERES REVISTA DIGITAL DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA Frederick Morgan imagen de tapa The Gleaners EDITORIAL SUMARIO foto de portada .................2 editorial......... ...................3 cuentos de talleristas........4 cine...................................9 talleres en el maM..........10 noticias de la cultura.......11 autores nacionales..........12 autores internacionales...15 día del libro.....................18 rincon de homenajes......20 artes plasticas.................28 EQUIPO EDITORIAL María Inés Andrade Sebastián Burgues Hoy nace la revista digital “esquinaliteraria”. Las características de esta revista que tendrán desde principios del mes junio, y mensualmente, será en formato accesible a todos, el PDF. Tendrá páginas fijas con diferente temática: la editorial, la página de homenaje, el autor del mes, textos de los integrantes, inéditos o no. Eventos, música, cine y la plástica, porque creemos que las artes todas, hacen del ser humano un ser libre y creador. La literatura, la creación individual y también colectiva de los talleristas, los eventos literarios, son la prioridad. Sabemos con certeza que iremos creciendo en directa proporción con el interés de los lectores. Por eso también en ella podrán encontrar la página de “Los talleres amigos”, aquí estarán las voces de esos talleres que conocemos y los que no, que tienen las mismas o diferentes características y que se irán sumando, porque el denominador común es el amor por la literatura. Vemos con agrado el nacimiento y desarrollo de muchos talleres, la revista nos servirá para ver el crecimiento de esta comunidad, para conocernos, realizar intercambios y disfrutar más allá de las ruedas de taller. Las propuestas de las ramas culturales estarán bien a mano en la página: esquinaliteraria.tuars.com, allí podrán encontrar los enlaces para escuchar y ver las propuestas del mes y también un correo electrónico para comunicarnos. Es éste un proyecto largamente pensado y soñado, que se ve concretado en este espacio virtual. Una revista es una herramienta y esta pretende serlo para todos. Dejamos abiertas las puertas, pensando que sólo es posible crecer en unidad y armonía. Agradecemos a todos los colaboradores, porque ellos también tienen sus sueños para concretar. correo de la revista [email protected] sitio web esquinaliteraria.tuars.com número 1 junio 2014 ESQUINALITERARIA 3 textos DE TALLERISTAS VIDA NIÑAS Espacio infinito. Naturaleza, universo. Soy luz, y soy mi hueco. Fluyen de él, fe esperanzas. Se entremezclan, energía, bienestar. Reflejada como espejos, siente. Carcasa que avanza. Naturaleza poderosa. Unida a ese fluir de luz. Armonía. Vida. “Ejemplares raros de diversas nervaduras” Cristina Peri Rossi Esas niñas Pasan por la vida, Arrastrando Colcha de retazos Por ciudades, por soledades. “ejemplares raros De diversas nervaduras” Saltean el juego Abrazan el amor. Lilia Carrera Casona del Parque Posadas (Una extraña magia en el azul) 2012 Esas niñas Anónimas Se potencian Se convierten En “mujeres paridoras” Ganan un nombre Juegan Abandonan su soledad Compartiendo La colcha de retazos. Mirta Ron Taller Esquinas (Una extraña magia en el azul) 2012 UNA EXTRAÑA MAGIA EN EL AZUL LIBRO COLECTIVO EDITORIAL RUMBO 2012 ESQUINALITERARIA 4 textos DE TALLERISTAS LA ESPERA Un día se fue, la dejó sola, sumida en la pena y la tristeza. Quiso entender las razones, que le quitaron el calor único que le trascendía en una vida feliz y compartida. Lo buscó en la brumosa brisa matinal, en el rumor del viento, en la caricia intermitente de la lluvia, entre las sombras insondables de la noche. Se le iba la vida en el intento, sin reparar en el inevitable transcurrir del tiempo. En esa angustiante espera, instalada en una nebulosa emocional, la razón de la sinrazón le hacía saber que volvería a buscarla. Llegó la última noche de octubre, en el último tren. Por la mañana la encontraron. Parecía dormida, una foto amarillenta entre las manos y en la cara una casi sonrisa inanimada. El naranjo, amanecido en azahares entró por la ventana, perfumando suavemente la partida tan deseada. Nelly Palermo Casona del Parque Posadas (Una extraña magia en el azul) 2012 I La lluvia cae y no la siento La noche húmeda grita mi nombre La calle está mojada y me resbalo Caigo por la pendiente de la noche Y ese calor y esas dos copas, Las últimas dos copas de mi vida, Las últimas dos copas que bebí contigo. Sebastián Burgues Taller Esquinas (Una extraña magia en el azul) 2012 UNA EXTRAÑA MAGIA EN EL AZUL LIBRO COLECTIVO EDITORIAL RUMBO 2012 ESQUINALITERARIA 5 textos DE TALLERISTAS HOLOGRAMA Estaba con los cabellos desmadejados y sueltos. Me miró como a través de un espejo, donde ella misma se reflejaba, pero en otro plano. Yo era su holograma. -Hola, Sofía -la saludéElla estaba con los brazos en jarra, caminando por la linea que unía las baldosas del piso sin apartarse ni un ápice, y continuó su caminata, sin responderme. La habitación estaba a media luz como siempre, las persianas bajas, de esta forma no se veían las rejas infames. No verlas, era mejor, y podía pensar que estaba de vacaciones. En la libertad, ya dejaría de verlas. El olor a encierro me negaba el paso; no me dejaba respirar. A Sofía la conozco desde siempre. Su madre era un ser solitario, siempre conversaba consigo misma en voz alta, aun en la calle, no se nada de su familia ni quien es su padre. Un día apareció en el barrio y eso es todo lo que recuerdo. Todo comenzó para ella el día que murió su madre. Encontraron a Sofía sentada a su lado mirando hacia la puerta, tomada de su mano, vestida para salir y descalza. Rehusó ponerse los zapatos, a pesar de que esa mañana estaba helada. No respondió, cuando se le preguntó -¿Qué le pasó a tu mamá? Solo nos miraba y de a ratos hablando sola igual que lo hacia su madre -decía-. Solo se murió. Y aquí está, ¡Es tan joven aún! Llegó el doctor a verla. Yo aún estaba en el umbral de la puerta no queriendo entrar a la habitación. Miré alrededor. Solo había allí una vieja silla, una cama de hierro desordenada y debajo asomaban unos zapatos rojos de niña ¡Aquellos zapatos! ´ -¿Qué pasa, Inés? -me preguntó el doctor- ¡Entra pues! el fuerte olor acre y los ruidos ocasionados por los otros pacientes eran insoportables, los lloros acongojados, las palabras sin sentido, hacían que ya no quisiera volver allí. -A ver Sofía, ¿cómo estás hoy?, le preguntó el galeno con cariño y paciencia, -Aquí estoy como ve, doctor -respondió Sofía, subiendo y bajando esta escalinata. pero lo único es que no tiene principio ni fin. ¿Sabe usted por qué? -No, no lo sé. A ver cuéntame qué te pasa. -Mire doctor. Yo voy subiendo esta larga escalinata y cuando bajo la mirada cada peldaño es una letra, y en cada descanso, no hay nada. Quiero bajar y no puedo. No tiene principio ni fin. No se puede... -Mire Sofía. Usted tiene una idea fija de buscar a Sofía, Sofía es usted, piénselo, esa es usted. Aquí no hay ninguna escalera con letras, ni sin letras, vamos, quedese quieta, ¿no está acaso su amiga? Hable con ella, pregúntele... Usted no entiende, doctor. Soy yo quien está perdida, y me tengo que encontrar. Por eso busco y busco y sé que si la dejo de buscar la pierdo de vista y me perderé a mi misma. -Trate de descansar Sofía. Mañana vendré a verle -dijo- y se fue sacudiendo la cabeza. Ella seguía con su caminata interminable. De pronto se paró delante de mi, y me preguntó -¿Tú quién eres?, ¿Acaso sabes quién soy? -¡Claro que lo sé! Yo soy Inés y tu eres Sofía, mi amiga, -¿Pero por qué no me encuentro con ella? Estoy sola en esta escalinata de letras y no consigo encontrar a Sofía. Si pierdo esta escalera pierdo el alma. Puedo sentirlo. Tengo que seguir subiendo -decía mientras seguía recorriendo el cuarto de lado a lado, haciendo equilibrio con las manos para no “caerse de ella”. ESQUINALITERARIA 6 textos DE TALLERISTAS Me puse a llorar, me senté en la única silla destartalada que había, de espaldas a los zapatos. Me daba terror mirarlos ¿Qué hacían allí? Tenia que pensar con urgencia que hacer. Qué inútil me parecía todo. Sofía había perdido su pasado, pero tenía quizá aunque fuera un futuro y era finito y se acabaría, algo había que hacer. El laberinto estaba instalado allí. Había que encontrar el camino de salida, pero hallarlo cuando tu corazón te dice que es infranqueable, que no han quedado huellas para el camino de retorno, y que aunque no las vea, están allí también las rejas y la oscuridad. Solo había un nombre. ¿Cómo era posible que alguien se busque a si mismo, a través de su nombre, y que el sea tu propia muralla? No lo podía entender. Me pare bruscamente. Un segundo de claridad, esa que aparece en la aurora y que no se repite igual nunca más, atropelló mi mente. Busqué un lápiz. Yo sabía dónde lo tenía guardado. Escribí un nombre en la paredes con las mismas letras de la escalinata, lo miré varias veces como para fijarlo bien en mi retina. el nombre era ¡Inés! Apagué la luz y lo borré a tientas. Ya no tenía que buscarlo más, ¡cómo no me di cuenta antes, de que para que desapareciera todo sólo debía apagar la luz! Me recosté en la cama. antes miré a ver si estaban mis zapatos rojos en su lugar. la escalera se había ido y yo estaba muy cansada. Mañana me los pondría. Brenda Alzamendi Casona del Parque Posadas (Una extraña magia en el azul) 2012 UNA EXTRAÑA MAGIA EN EL AZUL LIBRO COLECTIVO EDITORIAL RUMBO 2012 ESQUINALITERARIA 7 taller amigo Una sección para crear comunidad entre talleres literarios. Todos los meses tendremos un texto de algún taller amigo. SE DICE DE MI Soy una larga serpiente con cara de cocodrilo. Mis enormes alas se pliegan sobre mis cuatro patas. Escupo lenguas de fuego. Habito en pantanos. Hombres y mujeres en occidente y oriente me veneran hace siglos. Soy considerada para unos, símbolo de poder y sabiduría. Para otros una criatura benéfica. Me acerco a ellos cada vez que me necesitan. Mi poder radica en transmitir mis dones. Lamentablemente muy pocas veces lo logro. Graciela Sujanoff Taller de Alejandro Camino y Carmen Galusso (Bestiario) 2013 BESTIARIO LIBRO COLECTIVO EDITORIAL RUMBO 2013 ESQUINALITERARIA 8 CINE EXPRESIONISMO ALEMAN O LOS ORIGENES DEL TERROR EN EL CINE A pesar de que existen antecedentes de películas de terror en el cine mudo, fue el expresionismo alemán el que delineó los parámetros por los que se conocería el terror en el futuro. En el cine expresionista se puede apreciar una influencia del expresionismo pictórico en la estilización de los decorados, en los gestos y la iluminación, fruto, sobre todo, de la influencia de diseñadores como Walter Reimann. Si el expresionismo buscaba expresar sentimientos y emociones por encima de la realidad objetiva, nada mejor que crear unos decorados que imposibiliten cualquier referencia a la realidad. La primera película que se puede enmarcar en este movimiento es El gabinete del doctor Caligari de 1919, pero sin duda la obra más significativa del período es Nosferatu, de Murnau, que debido a que no pudo hacerse con los derechos de la novela Dracula, que en ese momento todavía estaban en manos de la familia del autor, tuvo que cambiar tanto los nombres de los personajes como el escenario en que se desarrolla la acción. Sin embargo logró dar vida al único vampiro capaz de rivalizar en fama con el de Bram Stoker. En el año 2010 se logró recuperar una copia perdida de Metropolis en la Argentina, perteneciente a una colección privada, y gracias a eso se pudo exhibir en las salas una versión restaurada de casi dos horas, hasta ahora inédita. Recomiendo ver el documental Metropolis refundada, donde se narra ese hecho. ESQUINALITERARIA OBRAS DESTACADAS DEL IMPRESIONISMO El gabinete del doctor Caligari - 1919 Nosferatu - 1922 La brujería a través de los tiempos - 1922 El hombre de las figuras de cera - 1924 Metropolis - 1926 9 TALLERES LITERARIOS EN EL MAM 17 DE MAYO El sábado 17 de mayo comenzó el ciclo 2014 de la actividad de talleres literarios en el Marcado Agrícola de Montevideo, convocada por el taller Ruben D’Alba coordinado por Lauro Marauda. Los primeros talleres invitados fueron los de María Inés Andrade y los de Alejandro Camino y Carmen Galusso. Como siempre los talleristas leyeron textos de su creación, y además disfrutamos de la música tradicional de nuestro país, el tango. Este año la actividad es el tercer y cuarto sábado de cada mes en la sala Quijote ubicada en el subsuelo del mercado. ESQUINALITERARIA El remodelado mercado agrícola es un lugar muy recomendable tanto como centro comercial como para pasear con la familia. Ofrece gran variedad de locales de todo tipo de productos, una extensa plaza de comidas, y además allí se realizan diversas actividades culturales. Para más información se puede visitar el sitio web www.mam.com.uy. 10 NOTICIAS DE LA CULTURA TEATRO Marie Christine Barrault en el Solís Una visita de lujo: Marie Christine Barrault, actriz francesa, sobrina de los célebres actores Jean-Louis Barrault y Madeleine Renaud, se presentará en Uruguay junto a la pianista Marcela Roggeri, en un singular concierto lectura, a beneficio del Hospital Maciel. Miércoles 18 de junio a las 20:30 horas danza Ópera hecha danza Con coreografía de Walter Matteini, la compañía de danza italiana llega a Uruguay para ofrecer la historia del hijo de "Madame Butterfly”. Teatro Solís el sábado 7 y domingo 8 de junio a las 20.30 horas. cine El Ballet del Sodre retratado en "Avant" La película uruguaya Avant tendrá su estreno mundial en Barcelona. El filme del director Juan Álvarez Neme, protagonizado por Julio Bocca y el Ballet Nacional del Sodre, tendrá su estreno en el marco del Festival Internacional de cine Documental DocsBarcelona. Se discute solución a la alternativa de distribución digital Se dio a conocer en Presidencia el plan de trabajo del Compromiso Audiovisual previsto para el período 2015 2020 y que busca atender a seis puntos clave de la producción nacional en ese campo: la formación técnicoprofesional, la salvaguarda del patrimonio audiovisual, la producción, la formación de públicos, el posicionamiento internacional y la ampliación de mercados y, por último, la distribución, exhibición y circulación de contenidos. Homenaje a José Gervasio Artigas en El Vaticano La celebración es doble. Por un lado, se adelanta la fecha del 19 de junio, cuando se cumplirán 250 años del natalicio del prócer de la patria Oriental. Con ese motivo, la embajada de Uruguay ante la Santa Sede decidió honrar la memoria de Artigas 6 de junio. Alumnos de la Escuela Nacional de Danza bailaron con Drexler Jorge Drexler convocó a casi 4 mil personas en las dos funciones que realizó en el Auditorio Nacional del Sodre, embarcado en la gira de presentación de Bailar en la cueva. El cantautor invitó a su público a moverse y sorprendió una vez más. ESQUINALITERARIA 11 Para escuchar poemas de Mario Benedetti leídos por él mismo ingrese en nuestra web esquinaliteraria.tuars.com palabra clave benedetti rincon de autores NACIONALES Este mes recordamos a Mario Benedetti a cinco años de su muerte. BREVE BIOGRAFIA Nacio en Paso de los Toros el 14 de setiembre de 1920. A sus dos años la familia se trasladó a Tacuarembó, y poco después a Montevideo. Estudió la primaria en la Deutsche Schule y aprendió alemán. Cursó parte de la secundaria en el liceo Miranda, pero la terminó como alumno libre. Estudió taquigrafia y fue el primer traductor de Kafka en el país. Se formó como periodista en el semanario Marcha. Se casó con Luz López Alegre, fallecida en el año 2006. Mario Benedetti fallece el 17 de mayo de 2009 en su casa de Montevideo. DE SU OBRA Desde 1968 a 1971 dirigió el Centro de Investigaciones Literarias, de la Casa de las Américas, en La Habana, y además integró el Consejo de Dirección de esa misma Institución. De 1971 a 1973 dirigió el Departamento de Literatura Hispanoamericana, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo. En 1973 a raíz del golpe militar renunció a este último cargo y debió abandonar el país por razones políticas. Etapas de sus doce años de exilio fueron Argentina, Perú, Cuba y España. A partir de 1985, con el restablecimiento de la democracia en su país residió una parte del año en Montevideo y otra en Madrid. Ha publicado más de 80 libros con más de 1200 ediciones y ha sido traducido a más de 25 lenguas. Su obra aborda diversos géneros: ESQUINALITERARIA poesía, cuento, novela, ensayo y crítica literaria. Como humorista publicó numerosas crónicas bajo el seudónimo Damocles, primero en Marcha y luego en la revista Peloduro. Ha escrito además numerosas letras de canciones, reunidas en el volumen Canciones del Más Acá (1988) e incorporadas al repertorio de más de cuarenta cantantes, entre los que figuran Joan Manuel Serrat, Nacha Guevara, Los Olimareños, Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa, Pablo Milanés, Soledad Bravo, Amparo Ochoa, Laura Canoura, Rosa León, los Gambino, Eduardo Darnauchans, Adriana Varela, Numa Moraes, Tania Libertad, Marilina Ross, etc. El recital A dos voces, de canto (Daniel Viglietti) y poesía (Mario Benedetti) ha sido presentado en veinte ciudades de América Latina y Europa. Ha integrado jurados de cine en los festivales internacionales de La Habana, San Sebastián y Valladolid, y de literatura en Uruguay, Argentina, Cuba, México, Ecuador, Panamá y España. El Consejo de Estado de Cuba le otorgó en 1982 la Orden Félix Varela y en 1989 la medalla Haydée Santamaría. En 1987, Amnistía Internacional confirió en Bruselas el Premio Llama de Oro a su novela Primavera con una esquina rota, y en 1995 le fue otorgada en Chile la medalla Gabriela Mistral, así como en 2005 la medalla Pablo Neruda. En 1996 obtuvo en Uruguay el Premio Especial Bartolomé Hidalgo a su obra ensayística. En 1993 la Universidad de Buenos Aires lo designó Profesor Honorario, y en 1996 en Uruguay le fue otorgado el título de 12 rincon de autores NACIONALES Profesor Emérito en la Facultad de Humanidades y Ciencias. En 1997 fue nombrado Doctor Honoris Causa por las Universidades de Alicante, Valladolid y La Habana, y en el 2004 recibió igual distinción de la Universidad de la República en Montevideo. En 1999 le fue otorgado en España el VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En el mismo año, en Uruguay, el Ministerio de Educación y Cultura le otorgó (conjuntamente con el narrador Julio da Rosa) el Gran Premio Nacional a la Actividad Intelectual. En 1999 la Cámara de Representantes de Colombia le otorgó la Orden de la Democracia en el grado Gran Cruz. En el año 2005 le fue otorgado en Santander, España, el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Recibió el Premio Alba en la categoría Letras y la Orden Francisco de Miranda Primera Clase por parte del Gobierno Bolivariano de Venezuela en 2007, y en 2008 el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, Argentina. Algunas veces en compañía de su mujer y en otras ocasiones en forma individual emprendió numerosos viajes, que incluyen países como España, Francia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Noruega, Suecia, Bélgica, Gran Bretaña, Austria, Finlandia, Italia, Grecia, Portugal, Unión Soviética, Bulgaria, Egipto, Estados Unidos, Argentina, Cuba, México, Nicaragua, Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú, Panamá y Costa Rica. BENEDETTI EN FRASES “ Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida La mariposa recordará por siempre que fue gusano ESQUINALITERARIA En los últimos días sus restos fueron trasladados junto con los de su esposa al Cementerio Central. Los restos de Mario Benedetti fueron trasladados el jueves 29 de mayo desde el Panteón Nacional al nicho 148 del Cementerio Central junto a los de su esposa Luz López Alegre, un pedido que había realizado el propio literato, quien siempre expresó que quería descansar junto a su esposa. “Nos parece que, por encima de cualquier concepto filosófico o religioso, es conjurar de algún modo a la muerte, un gesto de infinitud, de simbólica continuidad del hondo sentimiento que unió por seis décadas a Luz y Mario”, expresó el cantautor Daniel Viglietti. “Estamos aquí como Fundación cumpliendo este deseo de reunir las dos amorosas mitades”, señaló el cantautor. Viglietti, en representación la Fundación Mario Benedetti, el director nacional de Cultura, Hugo Achugar, y la intendenta de Montevideo, Ana Olivera, participaron del traslado de los restos del escritor uruguayo y de su esposa Luz López Alegre. Para más información visitar www.fundacionmariobenedetti.org Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo. Yo no sé si Dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda. Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas. 13 rincon de autores ALGUNOS POEMAS DE MARIO BENEDETTI NACIONALES Botella al mar Defensa de la alegría El mar es un azar ¡Qué tentación echar una botella al mar! Defender la alegría como una trinchera Defenderla del escándalo y la rutina De la miseria y los miserables De las ausencias transitorias Y las definitivas Defender la alegría como un principio Defenderla del pasmo y las pesadillas De los neutrales y de los neutrones De las dulces infamias Y los graves diagnósticos Defender la alegría como una bandera Defenderla del rayo y la melancolía De los ingenuos y de los canallas De la retórica y los paros cardíacos De las endemias y las academias Defender la alegría como un destino Defenderla del fuego y de los bomberos De los suicidas y los homicidas De las vacaciones y del agobio De la obligación de estar alegres Defender la alegría como una certeza Defenderla del óxido y de la roña De la famosa pátina del tiempo Del relente y del oportunismo De los proxenetas de la risa Defender la alegría como un derecho Defenderla de Dios y del invierno De las mayúsculas y de la muerte De los apellidos y las lástimas Del azar Y también de la alegría. Poner en ella por ejemplo un grillo, un barco sin velamen, y una espiga sobrantes de lujuria, algún milagro Y un folio rebosante de noticias Poner un verde, un duelo, una proclama, dos rezos, y una cábala indecisa El cable que jamás llegó a destino Y la esperanza pródiga y cautiva El mar es un azar ¡Qué tentación echar una botella al mar! Poner en ella por ejemplo un tango que enumerara todos los pretextos para apiadarse a solas de uno mismo y quedarse en el borde de otro sueño Poner promesas como sobresaltos Y el poquito de sol que da el invierno y un olvido flamante y oneroso y el rencor que nos sigue como un perro El mar es un azar ¡Qué tentación echar una botella al mar! Poner en ella por ejemplo un naipe, un afiche de Dios, el de costumbre, el tímpano banal del horizonte el reino de los cielos y las nubes Poner recortes de un asombro inútil, un lindo vaticinio de agua dulce una noche de rayos y centellas y el saldo de veranos y de azules El mar es un azar ¡Qué tentación echar una botella al mar! Pero en esta botella navegante, sólo pondré mis versos en desorden en la espera confiada de que un día llegue a una playa cándida y salobre y un niño la descubra y la destape y en lugar de estos versos halle flores y alertas y corales y baladas Y piedritas del mar y caracoles El mar es un azar ¡Qué tentación echar una botella al mar! ESQUINALITERARIA Enamorarse y no Cuando uno se enamora las cuadrillas Del tiempo hacen escala en el olvido La desdicha se llena de milagros El miedo se convierte en osadía Y la muerte no sale de su cueva Enamorarse es un presagio gratis Una ventana abierta al árbol nuevo Una proeza de los sentimientos Una bonanza casi insoportable Y un ejercicio contra el infortunio Por el contrario desenamorarse Es ver el cuerpo como es y no Como la otra mirada lo inventaba Es regresar más pobre al viejo enigma Y dar con la tristeza en el espejo. 14 Para ver el corto “Ladrón de sábado” basado en el cuento de García Márquez ingrese en nuestra web esquinaliteraria.tuars.com palabra clave garciamarquez rincon de autores INTERNACIONALES En este primer número recordamos a Gabriel García Márquez a pocos días de su fallecimiento. Gabriel José García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1927. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza. Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor, Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla El ESQUINALITERARIA nacional: sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su carrera de escritor comenzó con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya los temas recurrentes. En 1962 reunió algunos sus cuentos bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publicó su novela La mala hora. Muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado al ser integrados en Cien años de soledad. En la que Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso. Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida: El otoño del patriarca (1975), al que seguiría el libro de cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte 15 rincon de autores INTERNACIONALES anunciada (1981). OBRA DE GABRIEL GARCIA MARQUEZ El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987. En 1982 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral, Diatriba de amor para un hombre sentado (1987), y recupera el tema del dictador latinoamericano en El general en su laberinto (1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992). Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997). En 2002, García Márquez publicó el libro de memorias Vivir para contarla, el primero de los tres volúmenes de sus memorias. La novela, Memoria de mis putas tristes, apareció en 2004. En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa Cien años de soledad. Murió el 17 de abril de 2014. GARCIA MARQUEZ EN FRASES La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo. ESQUINALITERARIA 1955.- “La hojarasca” 1961.- “El coronel no tiene quien le escriba” 1962.- “La mala hora” 1962.- “Los funerales de la Mamá Grande” 1967.- “Cien años de soledad” 1968.- “Isabel viendo llover en Macondo” 1968.- “La novela en América Latina: Diálogo” (junto a M. Vargas Llosa) 1970.- “Relato de un náufrago” 1972.- “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada” 1972.- “Ojos de perro azul” 1972.- “El negro que hizo esperar a los ángeles” 1973.- “Cuando era feliz e indocumentado” 1974.- “Chile, el golpe y los gringos” 1975.- “El otoño del patriarca” 1975.- “Todos los cuentos de Gabriel García Márquez: 1947-1972” 1976.- “Crónicas y reportajes” 1977.- “Operación Carlota” 1978.- “Periodismo militante” 1978.- “De viaje por los países socialistas” 1978.- “La tigra” 1981.- “Crónica de una muerte anunciada” 1981.- “Obra periodística” 1981.- “El verano feliz de la señora Forbes” 1981.- “El rastro de tu sangre en la nieve” 1982.- “El secuestro: Guión cinematográfico” 1982.- “Viva Sandino” 1985.- “El amor en los tiempos del cólera” 1986.- “La aventura de Miguel Littín, clandestino en Chile” 1987.- “Diatriba de amor contra un hombre sentado: monólogo en un acto” 1989.- “El general en su laberinto” 1990.- “Notas de prensa, 1961-1984” 1992.- “Doce cuentos peregrinos” 1994.- “Del amor y otros demonios” 1995.- “Cómo se cuenta un cuento” 1995.- “Me alquilo para soñar” 1996.- “Noticia de un secuestro” 1996 – “Por un país al alcance de los niños” 1998.- “La bendita manía de contar” 1999.- “Por la libre: obra periodística (1974-1995)" 2002.- “Vivir para contarla” 2004.- “Memoria de mis putas tristes” 2010 – “Yo no vengo a decir un discurso” Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe. El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. “ La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada. 16 rincon de autores INTERNACIONALES Ladrón de sábado Cuento completo. Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: «¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?» Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir. A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es velador de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y. mientras escuchan al gran Benny cantando Cómo fue en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la ESQUINALITERARIA copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres. A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad. En esos momentos una amiga pasa para invitarla a comer. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala. Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece. FIN Gabriel García Márquez 1972 17 DIA DEL LIBRO 26 DE MAYO El 26 de Mayo se celebra en el Uruguay el “Día del libro”, por ser el aniversario de la apertura pública de la Biblioteca Nacional. El 4 de agosto de 1815, el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga envió una carta al Cabildo en la cual proponía suplir con buenos libros la falta de maestros e instituciones. Planteó la necesidad de crear una biblioteca pública donde pudiesen concurrir nuestros jóvenes, y todos aquellos que quisieran acceder al saber. Cabildo de Montevideo El propio Larrañaga se ofrecía para desempeñar la función de director, y solicitaba un edificio para instalarla, a lo que responde José Artigas: "...yo jamás dejaría de poner el sello de mi aprobación a cualquier obra que en su objetivo llevase esculpido el título de la pública felicidad. Conozco las ventajas de una biblioteca pública y espero que V.S. cooperará con el esfuerzo e influjo a perfeccionarla coadyuvando los heroicos esfuerzos de tan virtuosos ciudadano...". José Gervasio Artigas, nuestro héroe, quien se hallaba en el Campamento de Purificación, cursó una nota fechada el 12 de agosto de 1815 al Cabildo. En la misiva daba el visto bueno para que se procediera a la creación de aquella primera Biblioteca Pública. El 28 de agosto del mismo año, Artigas le escribió a Larrañaga transmitiéndole su convencimiento sobre la utilidad de la iniciativa: "...y su esperanza de que el Cabildo continuará con cuanto Ud. juzgue necesario para su mejor adorno y pronto arreglo." quien legó un importante acervo bibliográfico. A esta donación se sumaron los libros aportados por José Raimundo Guerra, los padres franciscanos y el donativo del propio Larrañaga quien ya poseía en aquella época una vasta colección. La primera Biblioteca Pública fue instalada en los altos del fuerte de Montevideo, actual Plaza Zabala. El presbítero Larrañaga en su carácter de director, pronunció la "Oración Inaugural", donde expresó: Fuerte de Montevideo. Primer edificio de la primera Biblioteca Nacional "Una biblioteca no es otra cosa que un domicilio o ilustre asamblea en que se reúnen, como de asiento, todos los más sublimes ingenios del orbe literario o por mejor decir, el foco en que se reconcentran las luces más brillantes que se han esparcido por los sabios de todos los países y de todos los tiempos. Estas luces son las que el ilustrado y el Gobierno vienen a hacer comunes a sus conciudadanos." Artigas, sensible a la repercusión pública del hecho, dispuso que el 30 de mayo el santo y seña de su ejército en Purificación fuera: "Sean los orientales tan ilustrados como valientes". Un aporte interesante para dotar de libros a la nueva biblioteca, llegó a través del legado del presbítero José Manuel Pérez Castellano, ilustre ciudadano fallecido el 5 de setiembre de 1815, FERIAS DEL LIBRO EN URUGUAY FERIA DEL LIBRO – COLONIA Fecha: 30 de Julio de 2014 AL 2 de Agosto de 2014 FERIA DEL LIBRO – SAN JOSÉ Fecha: 8 al 14 de setiembre 2014 FERIA DEL LIBRO – DURAZNO Fecha: 18 al 21 de setiembre de 2014 14ª FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL FERIA DEL LIBRO – FLORIDA Fecha: 26 de mayo al 8 de junio de 2014. Fecha: 6 al 9 de noviembre de 2014 FERIA DEL LIBRO – RIVERA 37ª FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE MONTEVIDEO Fecha: 13 al 16 de noviembre 2014 Fecha: 1º al 12 de octubre de 2014. ESQUINALITERARIA 18 DIA DEL LIBRO 26 DE MAYO Los uruguayos festejamos el día del libro al conmemorar la creación de la Biblioteca Nacional el 26 de mayo. Por lo tanto durante todo el mes, hay jornadas que hacen referencia y que tienen como protagonista al libro. Nosotros como talleres de literatura lo festejamos en La Casona del Parque Posadas, el pasado 23 de mayo. Cómo siempre la casa se vistió de fiesta esta vez, para deleitarnos con Malva Postiglione y Sebastián Nabón en lo que llamaron “En voz baja”. Malva Postiglione, narradora oral, con una voz impresionante, conmovedora, nos acercó al escritor gallego Manuel Rivas. La guitarra de Sebastián Nabón, acompañó las narraciones, con música creada para el espectáculo, que fue de una delicadeza y sentir tan profundo que hicieron que el evento movilizara todos los sentidos. Intercalando con los textos, ambos, nos deleitaron con solos de piano y guitarra, acercándonos al músico uruguayo Eduardo Fabini. Salimos conmovidos y gratificados por el trabajo de dos grandes artistas, músicos y narradores. Aplaudimos también, la hermosa selección de cuentos de Manuel Rivas. ESQUINALITERARIA 19 Para ver más textos, entrevistas y videos de Juan Carlos Onetti ingrese en nuestra web esquinaliteraria.tuars.com palabra clave onetti rincon de homenajes JUAN CARLOS ONETTI El 30 de mayo se cumplieron veinte años del fallecimiento de Juan Carlos Onetti, en medio de múltiples homenajes en todo el mundo, excepto en Uruguay, donde no se realizó ningún acto oficial. Onetti nació en Montevideo el 1º de julio de 1909, y murió en Madrid el 30 de mayo de 1994. Y es en Madrid justamente donde más se lo recuerda. En España hay más gente atenta al calendario. El 2014 ha sido proclamado el Año Onetti, y las actividades dieron comienzo el 22 de enero en el Centro de Arte Moderno de Madrid con una mesa redonda en la que participaron Juan Cruz Ruiz, Eduardo Becerra y Ernesto Pérez Zúñiga. En el mismo lugar hubo el 20 de febrero una lectura de textos de Onetti a cargo de la actriz Hilda Fuchs y también se oyó la voz del autor leyendo Bienvenido Bob. Más cerca hubo proyecciones de films basados en el escritor (El astillero, El infierno tan temido). BIOGRAFIA Onetti nació en Montevideo el 1º de julio de 1909, y murió en Madrid el 30 de mayo de 1994. ESQUINALITERARIA Tras crecer en un ambiente en el que no terminó los estudios secundarios y en el que tuvo que trabajar en diferentes oficios, Onetti viajó a Buenos Aires en 1930, al casarse con su primera esposa. Una vez en Argentina comenzó a publicar críticas de cine y a colaborar en revistas. Tras su divorcio, Onetti regresa a Uruguay, aunque viaja de manera regular a Argentina, donde mantiene buenas relaciones. Durante estos años Onetti no deja de escribir pese a que no encuentra facilidades para publicar. En 1936 trata, sin éxito, de alistarse en las Brigadas Internacionales para participar en la Guerra Civil española. 20 rincon de homenajes A partir de 1939 comienza a trabajar para la revista Marcha y publica su primer libro, El pozo (1939). En 1941 pasa a formar parte de la Agencia Reuters y en 1950 publica La vida breve, considerada su mejor novela, libro fundacional de Santa María. En 1975 decide fijar su residencia en Madrid alejándose de la dictadura militar instaurada en Uruguay. Sigue escribiendo y en 1980 es propuesto al Premio Nobel de Literatura. Ese mismo año recibe el más alto galardón de las letras hispanas: el Premio Cervantes. Además cosechó otros premios, como el Nacional de Literatura de Uruguay o el de la Crítica de Narrativa. En 1993 se publicó su última novela: Cuando ya no importa, en la que cierra el universo creado alrededor de Santa María. Por eso nosotros desde este espacio queremos recordar al que Cortázar llamó "el más grande novelista latinoamericano" como seguramente le hubiera gustado que lo recordaran, a través de su obra. La araucaria Cuento completo. El padre Larsen bajó de la mula cuando esta se negó a trepar por la calle empinada del villorrio. Vestía una sotana que había sido negra y ahora se inclinaba decidida a un verde botella, hijo de los años y de la indiferencia. Continuó a pie, deteniéndose cada media cuadra para respirar con la boca entreabierta y diciéndose que debía dejar de fumar. Con la pequeña maleta negra que contenía lo necesario para salvar las almas que estaban a punto de apartarse del cuerpo y huir del sufrimiento y la inmediata podredumbre. No lo precedía un monaguillo con una campanilla, nadie agitaba una vinagrera, nadie rezaba, salvo él durante cada descanso. ESQUINALITERARIA OBRA DE JUAN CARLOS ONETTI Santa María 2010 Cuentos, artículos y miscelánea 2009 Cuentos completos 2003 (2008) Confesiones de un lector 1995 Cuando ya no importe 1993 (2009) Obra selecta 1989 Cuando entonces 1987 Presencia y otros cuentos 1986 Dejemos hablar al viento 1979 Réquiem por Faulkner 1975 Tiempo de abrazar 1974 La muerte y la niña 1973 Obras completas 1970 La novia robada y otros cuentos 1968 (2009) Las máscaras del amor 1968 Novelas cortas completas 1968 Juntacadáveres 1964 (2001) Tan triste como ella 1963 (2002) El infierno tan temido y otros cuentos 1962 El astillero 1961 (2009) La cara de la desgracia 1960 Para una tumba sin nombre 1959 Los adioses 1954 (2003) Un sueño realizado y otros cuentos 1951 La vida breve 1950 (2006) Para esta noche 1943 Tierra de nadie 1941 El pozo 1939 La pequeña casa pintada de un sucio blanco estaba emparedada por otras dos, casi iguales, y las tres se abrían al camino de tierra dura por puertas hostiles y estrechas. Le abrió un hombre de años indiscernibles, con alpargatas y bombachones blancos. Se persignó y dijo: -Por aquí, padre. Larsen sintió la frescura de la pieza encalada y casi olvidó el sol agresivo de las calles mal hechas. Ahora estaba en una habitación pobre de muebles, en una cama matrimonial una mujer se retorcía y variaba del llanto a la risa desafiante. 21 rincon de homenajes Después llegaron palabras, frases incomprensibles que atravesaban el silencio, la momentánea quietud del sol, buscando llegar a las sombras que se habían aproximado. Un silencio, un mal olor persistente, y de pronto la mujer agonizante trató de levantar la cabeza; lloraba y reía. Se aquietó y dijo: -Quiero saber si usted es cura. Larsen paseó las manos por la sotana, para mostrarla, para saber él mismo que seguía enfundado en ella, Mostró al aire -porque ella tenía muy abiertos los ojos y solo miraba la pared blanca opuesta a su muerte- mostró estampas de bruscos colores desleídos, medallas pequeñas de plomo, achatadas por los años, serenas algunas, trágicas otras con desnudos corazones asomando exagerados en pechos abiertos. Y de pronto la mujer gritó el principio de la confesión salvadora. El padre Larsen la recuerda así: -Con mi hermano desde mis trece años, él era mayor, jodíamos toda la tarde de primavera y verano al lado de la acequia debajo de la araucaria y solo Dios sabe quién empezó o si nos vino la inspiración en conjunto. Y jodíamos y jodíamos porque, aunque tenga cara de santo, termina y vuelve y no se cansa nunca, y dígame qué más quería yo. El hermano se apartó de la pared, dijo no con la cabeza y adelantó una mano hacia la boca de su hermana, pero el cura lo detuvo y susurró: -Déjala mentir, deja que se alivie. Dios escucha y juzga. inevitables en el poblacho despojado de hombres que se llevó la guerra o la miseria; pero tal vez ninguno tan tenaz y reiterado, casi matrimonial. Quería saber más y murmuró convincente: "es la vida, el mundo, la carne, hija mía". Ahora ella volvía a dilatar los ojos perdiéndose en la pausa protectora de la pared encalada. Volvió a reír y a llorar sin lágrimas como si llanto y risa fueran sonidos de palabras y graves confidencias. Larsen supo que no estaba moribunda ni se burlaba. Estaba loca y el hermano, si era el hermano, vigilaba su locura con una rígida cara de madera. Equivocándose, ordenó padrenuestros y avemarías y, como en el pasado, vaciló con el viejo asco mientras se inclinaba para bendecir la cabeza de pelo húmedo y entreverado; no pudo ni quiso besarle la frente. Oyó mientras salía guiado por el impasible hermano: -Cuando otra vez me vaya a morir, lo llamo y le cuento lo del caballo y la sillita de ordeñar. Él me ayudó, pero nada. En la calle, bajo la blancura empecinada del sol, la mula restregaba el hocico en las piedras buscando, en vano, mordiscar. Al regreso, de retorno al corral, la bestia trotó dócil y apresurada mientras el padre Larsen, sin abrir el quitasol rojo, hacía balance de lo obtenido y aguardaba, esperanzado, a que llegara la segunda agonía de la mujer. El padre Larsen buscó sin encontrar ninguna araucaria. FIN Aquellas palabras habían agregado muy poco a su colección. Tenía ya varios incestos, ESQUINALITERARIA 22 rincon de homenajes El cerdito Cuento completo. La señora estaba siempre vestida de negro y arrastraba sonriente el reumatismo del dormitorio a la sala. Otras habitaciones no había; pero sí una ventana que daba a un pequeño jardín parduzco. Miró el reloj que le colgaba del pecho y pensó que faltaba más de una hora para que llegaran los niños. No eran suyos. A veces dos, a veces tres que llegaban desde las casas en ruinas, más allá de la placita, atravesando el puente de madera sobre la zanja seca ahora, enfurecida de agua en los temporales de invierno. Aunque los niños empezaran a ir a la escuela, siempre lograban escapar de sus casas o de sus aulas a la hora de pereza y calma de la siesta. Todos, los dos o tres; eran sucios, hambrientos y físicamente muy distintos. Pero la anciana siempre lograba reconocer en ellos algún rasgo del nieto perdido; a veces a Juan le correspondían los ojos o la franqueza de ojos y sonrisa; otras; ella los descubría en Emilio o Guido. Pero no trascurría ninguna tarde sin haber reproducido algún gesto, algún ademán de nieto. Pasó sin prisa a la cocina para preparar los tres tazones de café con leche y los panques que envolvían dulce de membrillo. entre ellos de fracasos y traiciones. La anciana no los comprendía pero los miraba comer con una sonrisa inmóvil; para aquella tarde, después de observar mucho para no equivocarse, decidió que Emilio le estaba recordando el nieto mucho más que los otros dos. Sobre todo con el movimientos de las manos. Mientras lavaba la loza en la cocina oyó el coro de risas, las apagadas voces del secreteo y luego el silencio. Alguno caminó furtivo y ella no pudo oír el ruido sordo del hierro en la cabeza. Ya no oyó nada más, bamboleó el cuerpo y luego quedó quieta en el suelo de su cocina. Revolvieron en todos los muebles del dormitorio, buscaron debajo del colchón. Se repartieron billetes y monedas y Juan le propuso a Emilio: -Dale otro golpe. Por si las dudas. Caminaron despacio bajo el sol y al llegar al tablón de la zanja cada uno regresó separado, al barrio miserable. Cada uno a su choza y Guido, cuando estuvo en la suya, vacía como siempre en la tarde, levantó ropas, chatarra y desperdicios del cajón que tenía junto al catre y extrajo la alcancía blanca y manchada para guardar su dinero; una alcancía de yeso en forma de cerdito con una ranura en el lomo. FIN Aquella tarde los chicos no hicieron sonar la campanilla de la verja sino que golpearon con los nudillos el cristal de la puerta de entrada, la anciana demoró en oírlos pero los golpes continuaron insistentes y sin aumentar su fuerza. Por fin, por que había pasado a la sala para acomodar la mesa, la anciana percibió el ruido y divisó las tres siluetas que habían trepados los escalones. Sentados alrededor de la mesa, con los carrillos hinchados por la dulzura de la golosina, los niños repitieron las habituales tonterías, se acusaron ESQUINALITERARIA Bienvenido, Bob Cuento completo. Es seguro que cada día estará más viejo, más lejos del tiempo en que se llamaba Bob, del pelo rubio colgando en la sien, la sonrisa y los lustrosos ojos de cuando entraba silenciosamente en la sala, murmurando un saludo o moviendo un poco la mano cerca de la oreja, e iba a sentarse bajo la lámpara, cerca del piano, con un libro o simplemente quieto y aparte, abstraído, mirándonos durante una hora sin un gesto en la 23 rincon de homenajes cara, moviendo de vez en cuando los dedos para manejar el cigarrillo y limpiar de cenizas la solapa de sus trajes claros. Igualmente lejos -ahora que se llama Roberto y se emborracha con cualquier cosa, protegiéndose la boca con la mano sucia cuando toso- del Bob que tomaba cerveza, dos vasos solamente en la más larga de las noches, con una pila de monedas de diez sobre su mesa de la cantina del club, para gastar en la máquina de discos. Casi siempre solo, escuchando jazz, la cara soñolienta, dichosa y pálida, moviendo apenas la cabeza para saludarme cuando yo pasaba, siguiéndome con los ojos tanto tiempo como yo me quedara, tanto tiempo como me fuera posible soportar su mirada azul detenida incansablemente en mí, manteniendo sin esfuerzo el intenso desprecio y la burla más suave. También con algún otro muchacho, los sábados, alguno tan rabiosamente joven como él, con quien conversaba de solos, trompas y coros y de la infinita ciudad que Bob construiría sobre la costa cuando fuera arquitecto. Se interrumpía al verme pasar para hacerme el breve saludo y no sacar los ojos de mi cara, resbalando palabras apagadas y sonrisas por una punta de la boca hacia el compañero que terminaba siempre por mirarme y duplicar en silencio el silencio y la burla. A veces me sentía fuerte y trataba de mirarlo: apoyaba la cara en una mano y fumaba encima de mi copa mirándolo sin pestañear, sin apartar la atención de mi rostro que debía sostenerse frío, un poco melancólico. En aquel tiempo Bob era muy parecido a Inés; podía ver algo de ella en su cara a través del salón del club, y acaso alguna noche lo haya mirado como la miraba a ella. Pero casi siempre prefería olvidar los ojos de Bob y me sentaba de espaldas a él y miraba las bocas de los que hablaban en mi mesa, a veces callado y triste para que él supiera que había en mí algo más que aquello por lo que había juzgado, algo próximo a él; a veces me ayudaba con unas copas y pensaba "querido Bob, andá a contárselo a tu hermanita", mientas acariciaba las manos de ESQUINALITERARIA las muchachas que estaban sentadas a mi mesa o estiraba una teoría sobre cualquier cosa, para que ellas rieran y Bob lo oyera. Pero ni la actitud ni la mirada de Bob mostraban ninguna alteración en aquel tiempo, hiciera yo lo que hiciera. Sólo recuerdo esto como prueba de que él anotaba mis comedias en la cantina. Tenía un impermeable cerrado hasta el cuello, las manos en los bolsillos. Me saludó moviendo la cabeza, miró alrededor enseguida y avanzó en la habitación como si me hubiera suprimido con la rápida cabezada: lo vi moverse dando vueltas a la mesa, sobre la alfombra, andando sobre ella con sus amarillentos zapatos de goma. Tocó una flor con un dedo, se sentó en el borde de la mesa y se puso a fumar mirando el florero, el sereno perfil puesto hacia mí, un poco inclinado, flojo y pensativo. Imprudentemente -yo estaba de pie recostado contra el piano- empuje con mi mano izquierda una tecla grave y quedé ya obligado a repetir el sonido cada tres segundos, mirándolo. Yo no tenía por él más que odio y un vergonzante respeto, y seguí hundiendo la tecla, clavándola con una cobarde ferocidad en el silencio de la casa, hasta que repentinamente quedé situado afuera, observando la escena como si estuviera en lo alto de la escalera o en la puerta, viéndolo y sintiéndolo a él, Bob, silencioso y ausente junto al hilo de humo de su cigarrillo que subía temblando; sintiéndome a mí, alto y rígido, un poco patético, un poco ridículo en la penumbra, golpeando cada tres exactos segundos la tecla grave con mi índice. Pensé entonces que no estaba haciendo sonar el piano por una incomprensible bravata, sino que lo estaba llamando; que la profunda nota que tenazmente hacía renacer mi dedo en el borde de cada última vibración era, al fin encontrada, la única palabra pordiosera con que podía pedir tolerancia y comprensión a su juventud implacable. Él continuó inmóvil hasta que Inés golpeó la puerta del dormitorio antes de bajar a juntarse conmigo. Entonces Bob se enderezó y vino caminando con pereza hasta el otro extremo 24 rincon de homenajes del piano, apoyó un codo, me miró un momento y después dijo con una hermosa sonrisa: "¿Esta noche es una noche de lecho o de whisky? ¿Ímpetu de salvación o salto en el vacío?". No podía contestarle nada, no podía deshacerle la cara de un golpe; dejé de tocar y fui retirando lentamente la mano del piano. Inés estaba en la mitad de la escalera cundo él me dijo: "Bueno, puede ser que usted improvise". El duelo duró tres o cuatro meses, y yo no podía dejar de ir por las noches al club -recuerdo, de paso, que había campeonato de tenis por aquel tiempo- porque cuando me estaba por algún tiempo sin aparecer por allí, Bob saludaba mi regreso aumentando el desdén y la ironía en sus ojos y se acomodaba en el asiento con una mueca feliz. Cuando llegó el momento de que yo no pudiera desear otra solución que casarme con Inés cuanto antes, Bob y su táctica cambiaron. No sé cómo supo mi necesidad de casarme con su hermana y de cómo yo había abrazado esa necesidad con todas las fuerzas que me quedaban. Mi amor por aquella necesidad había suprimido el pasado y toda atadura con el presente. No reparaba entonces en Bob; pero poco tiempo después hube de recordar cómo había cambiado en aquella época y alguna vez quedé inmóvil, de pie en la esquina, insultándolo entre dientes, comprendiendo que entonces su cara había dejado de ser burlona y me enfrentaba con seriedad y un intenso cálculo, como se mira un peligro o una tarea compleja, como se trata de valorar el obstáculo y medirlo con las fuerzas de uno. Pero yo no le daba ya importancia y hasta llegué a pensar que en su cara inmóvil y fija estaba naciendo la comprensión por lo fundamental mío, por un viejo pasado de limpieza que la adorada necesidad de casarme con Inés extraía de debajo de los años y sucesos para acercarme a él. ESQUINALITERARIA Después vi que estaba esperando la noche; pero lo vi recién cuando aquella noche llegó Bob y vino a sentarse a la mesa donde yo estaba solo y despidió al mozo con una seña. Esperé un rato mirándolo, era tan parecido a ella cuando movía las cejas; y la punta de la nariz, como a Inés, se le aplastaba un poco cuando conversaba. "Usted no va a casarse con Inés", dijo después. Lo miré, sonreí, dejé de mirarlo. "No, no se va a casar con ella porque una cosa así se puede evitar si hay alguien de veras resuelto a que se haga". Volví a sonreírme. "Hace unos años -le dije- eso me hubiera dado muchas ganas de casarme con Inés. Ahora no agrega ni saca. Pero puedo oírlo, si quiere explicarme...". Enderezó la cabeza y continuó mirándome en silencio; acaso tuviera prontas las frases y esperaba a que yo completara la mía para decirlas. "Si quiere explicarme por qué no quiere que yo me case con ella", pregunté lentamente y me recosté en la pared. Vi enseguida que yo no había sospechado nunca cuánto y con cuanta resolución me odiaba; tenía la cara pálida, con una sonrisa sujeta y apretada con los labios y dientes. "Habría que dividirlo por capítulos -dijo-, no terminaría en la noche". "Pero se puede decir en dos o tres palabras. Usted no se va a casar con ella porque usted es viejo y ella es joven. No sé si usted tiene treinta o cuarenta años, no importa. Pero usted es un hombre hecho, es decir deshecho, como todos los hombres a su edad cuando no son extraordinarios". Chupó el cigarrillo apagado, miró hacia la calle y volvió a mirarme; mi cabeza estaba apoyada contra la pared y seguía esperando. "Claro que usted tiene motivos para creer en lo extraordinario suyo. Creer que ha salvado muchas cosas del naufragio. Pero no es cierto". Me puse a fumar de perfil a él; me molestaba, pero no le creía; me provocaba un tibio odio, pero yo estaba seguro de que nada me haría dudar de mí mismo después de haber conocido la necesidad de casarme con Inés. No; estábamos en la misma mesa y yo era tan limpio y tan joven como él. "Usted puede equivocarse -le dije-. Si usted quiere 25 rincon de homenajes nombrar algo de lo que hay deshecho en mí...". "No, no -dijo rápidamente-, no soy tan niño. No entro en ese juego. Usted es egoísta; es sensual de una sucia manera. Está atado a cosas miserables y son las cosas las que lo arrastran. No va a ninguna parte, no lo desea realmente. Es eso, nada más; usted es viejo y ella es joven. Ni siquiera debo pensar en ella frente a usted. Y usted pretende...". Tampoco entonces podía yo romperle la cara, así que resolví prescindir de él, fui al aparato de música, marqué cualquier cosa y puse una moneda. Volví despacio al asiento y escuché. La música era poco fuerte; alguien cantaba dulcemente en el interior de grandes pausas. A mi lado Bob estaba diciendo que ni siquiera él, alguien como él, era digno de mirar a Inés a los ojos. Pobre chico, pensé con admiración. Estuvo diciendo que en aquello que él llama vejez, lo más repugnante, lo que determinaba la descomposición era pensar por conceptos, englobar a las mujeres en la palabra mujer, empujarlas sin cuidado para que pudieran amoldarse al concepto hecho por una pobre experiencia. Pero -decía también- tampoco la palabra experiencia era exacta. No había ya experiencias, nada más que costumbre y repeticiones, nombres marchitos para ir poniendo a las cosas y un poco crearlas. Más o menos eso estuvo diciendo. Y yo pensaba suavemente si él caería muerto o encontraría la manera de matarme, allí mismo y enseguida, si yo le contara las imágenes que removía en mí al decir que ni siquiera él merecía tocar a Inés con la punta de un dedo, el pobre chico, o besar el extremo de sus vestidos, la huella de sus pasos o cosas así. Después de una pausa -la música había terminado y el aparato apagó las luces aumentando el silencio-, Bob dijo "nada más", y se fue con el andar de siempre, seguro, ni rápido ni lento. Si aquella noche el rostro de Inés se me mostró en las facciones de Bob, si en algún momento el fraternal parecido pudo aprovechar la trampa de un gesto para darme a Inés por Bob, fue aquella, entonces, la última vez que vi a la muchacha. Es ESQUINALITERARIA cierto que volví a estar con ella dos noches después en la entrevista habitual, y un mediodía en un encuentro impuesto por mi desesperación, inútil, sabiendo de antemano que todo recurso de palabra y presencia sería inútil, que todos mis machacantes ruegos morirían de manera asombrosa, como si no hubieran sido nunca, disueltos en el enorme aire azul de la plaza, bajo el follaje de verde apacible en mitad de la buena estación. Las pequeñas y rápidas partes del rostro de Inés que me había mostrado aquella noche Bob, aunque dirigidas contra mí, unidas a la agresión, participaban del entusiasmo y el candor de la muchacha. Pero cómo hablar a Inés, cómo tocarla, convencerla a través de la repentina mujer apática de las dos últimas entrevistas. Cómo reconocerla o siquiera evocarla mirando a la mujer de largo cuerpo rígido en el sillón de su casa y en el banco de la plaza, de una igual rigidez resuelta y mantenida en las dos distintas horas y los dos parajes; la mujer de cuello tenso, los ojos hacia delante, la boca muerta, las manos plantadas en el regazo. Yo la miraba y era "no", sabía que era "no" todo el aire que la estaba rodeando. Nunca supe cuál fue la anécdota elegida por Bob para aquello; en todo caso, estoy seguro de que no mintió, de que entonces nada -ni Inés- podía hacerlo mentir. No vi más a Inés ni tampoco a su forma vacía y endurecida; supe que se casó y que no vive ya en Buenos Aires. Por entonces, en medio del odio y del sufrimiento me gustaba imaginar a Bob imaginando mis hechos y eligiendo la cosa justa o el conjunto de cosas que fue capaz de matarme en Inés y matarla a ella para mí. Ahora hace cerca de un año que veo a Bob casi diariamente, en el mismo café, rodeado de la misma gente. Cuando nos presentaron -hoy se llama Roberto- comprendí que el pasado no tiene tiempo y el ayer se junta allí con la fecha de diez años atrás. Algún gastado rastro de Inés había aún en su cara, y un movimiento de la boca de Bob 26 rincon de homenajes alcanzó para que yo volviera a ver el alargado cuerpo de la muchacha, sus calmosos y desenvueltos pasos, y para que los mismos inalterados ojos azules volvieran a mirarme bajo un flojo peinado que cruzaba y sujetaba una cinta roja. Ausente y perdida para siempre, podía conservarse viviente e intacta, definitivamente inconfundible, idéntica a lo esencial suyo. Pero era trabajoso escarbar en la cara, las palabras y los gestos de Roberto para encontrar a Bob y poder odiarlo. La tarde del primer encuentro esperé durante horas a que se quedara solo o saliera para hablarle y golpearlo. Quieto y silencioso, espiando a veces su cara o evocando a Inés en las ventanas brillantes del café, compuse mañosamente las frases del insulto y encontré el paciente tono con que iba a decírselas, elegí el sitio de su cuerpo donde dar el primer golpe. Pero se fue al anochecer acompañado por tres amigos, y resolví esperar, como había esperado él años atrás, la noche propicia en que estuviera solo. Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente ESQUINALITERARIA al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra "mi señora"; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono. Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre. No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables. 27 artes plasticas Comenzamos esta sección con la pintura que adorna nuestra primera portada. The gleaners (las recogedoras) de Frederick Morgan. Fue un pintor de retratos inglés, de animales y de escenas domésticas de su país. Nació en Londres. Se lo conoce como Fred Morgan, hijo de John Morgan, un artista exitoso. A los 14 años fue sacado de la escuela por su padre quien le enseñó el arte y a los 16, su pintura "El ensayo" se exhibió en la Royal Academy. Tras un paréntesis de varios años sus pinturas se empezaron a mostrar de una forma regular. Con el tiempo se volvió hacia otros temas de su arte, en particular, escenas de género idílicas de la vida de campo y de la infancia. Se lo conoce sobre todo por sus pinturas románticas y sentimentales de los niños, en el mismo estilo de su contemporáneo Arthur John Elsley. En 1872 se casó con Mary Alice Havers y tuvieron tres hijos. Su hijo mayor conocido como Val Havers siguió los pasos de su padre. Frederick Morgan se casó dos veces más. Las pinturas de Morgan se exhiben en numerosas galerías de arte y museos como Galería de Arte Walker en Liverpool y el Museo Russell-Cotes, en Bournemouth. Morgan basó su obra en dos temas, la niñez, y la vida del campo, siempre dentro del impresionismo. Su pintura se caracteriza por el uso de colores brillantes y un excelente balance compositivo. Su obra mas reconocida es Charity. ESQUINALITERARIA 28 Dicen que en Uruguay hay 3 mil ones de directores técnicos.. En Uruguay hay 3 millones de uruguayos Porque la cultura es el conjunto de actividades humanas que hacen a la identidad de un pueblo, y porque el fútbol es también parte de la cultura, nos sumamos a la fiebre mundial, que en tan solo días estará ocupando gran parte de la vida de todos. Le deseamos a la celeste, que tanta gloria nos ha dado que reescriba la historia en el mismo lugar donde la escribió originalmente. Este año les toca a ellos... Y vos ¿ya te pusiste la camiseta?