, ^r, ^r^ ^ e. - • SACRIFICIO, DESUELLU,";^`•1I^^CQGIDA, CONSERVACION Y EMPAQUETADO DE PIELES Los datos expuestos ponen de manifiesto la importancia comercial de las pieles karakul, y de aquí surge la necesidad de que, aparte d•e conocer estos pormenores, precisa saber recoger, conservar y entregar al comercio ^ á la industria tenera estas mercancías en buenas condiciones, pues de nada serviría producir si no se la supiera separar debidamente de !as reses y su conservación ; se debe, por tanto, conocer la época del sacrificio, cómo debe efectuarse el desuello, desecación, conservación, empaquetado, ete. Para conocer el momento que deben sacrificarse los corderos, pues hemos de desterrar la creencia de que las pieles de nonnatos son las mejores, debe orientar la finura, grosor de la piel, conformación del rizo, su dimen-. sión, pues a mayor extensión de la piel, mayor valoración, y si bien, a medida que transcurren los días a partir áel día del nacimiento, au^menta el tamaño de ésta ; pero hay q.ue prestar gran atención al aumento de la lon- gitud del pelo, pues a medida que esto oCUrre, el rizo se afloja, no está tan apretad^o y pierde su típica Conformación, y la desvalorización de la piel guarda relación con este fenómeno: a mayor soltura, más flojedad del rizo, y, por tanto, el valor económico, comercial e industrial disminuye. Es un hecho cierto que cuand^o el sacrificio se verifica a destiempo, o sea demasiado temprano, el rizo las más de las veces resulta pequefio y el tamaño de las pieles muy reducido. Hay quien asegura q.ue en la mayor parte de los corderos el sacrificio debe realizarse a las veinticuatro horas del nacimiento, y, efectivamente, en el $0 por 100 de los corderos quizá éste sea el tiempo o medida adecuados, afirmando algunos economistas que es un error esperar cinco o más días de edad, asegurando algunos industriales que la piel es cuando puede valer más si los corderos han sido ^acrificados después del primer día del nacimiento, pues las pieles procedentes de más de cinco días de vida, la técnica indus. trial indica que estas pieles deben destinarse a la fabricación de alfombras; no obstante, vienen destinándose a la industria peletera. Las pieles de rizo grande siempre tienen depreciación comercial, Cuando las pieles ofrecen un rizo grande, en el momento del nacimiento los animales deben sacrificarse inmediatamente, si se quieren destinar para la confección de abrigos peleter^os. .... 7g _. El momento más apx•opiado para el sacrificio, según otros, es el de cuatro a ocho días a partir del nacimiento, porque consideran que el rizo está en su verdadero lugar y la piel ha adquirido más consistencia y, por tanto, solidez. Pero la opinión más sostenida y adoptada es que los corderos deben sacrificarse el mismo día del nacimiento, cuando el rizo es grande; esta norma debe seguirse con más cuidado para las reses procedentes de cruces, pues, a medida que pasa el tiemgo, adquieren las pieles una constitución lanosa que motiva el desensortijamiento de los rizos y, por tanto, la pérdida de valor. Las pieles de cordero con rizo pequeño y de pelo corto y, por IA tanto, de rizos muy apx•etados, pueden sacrificarse a los dos o tres días. EI sacrificio y desollado de las reses deben estar sometidos a las siguientes normas : 1.& Sacrificio de la res : Para ello se atax•á con una cinta de algodón suave las cuatro extremidades, y se colocax•á la res encima del banquillo del sacrificio, en decúbito costal, y sujetando la cabeza de manera que haga una línea recta con el cuello, y con un cuchillo estrecho de hoja bien afilada, se atravesará la piel de un lado a otno en el vértice del ángulo que forma la unión de la cabeza con el cuello, pasando por detrás de la tráquea •y la parte cortante de la hoja hacia adentro, procurando cortar las venas yugulares y las arterias carótidas, y la muerte se producirá sin grandes sufrimientos escasamente a los dos minutos. Sacrificado el animal, se procederá al lavado de la herida producida p^or el degiiello con agua caliente y jabón blando, y después de bien lavada la parte de la piel ^manchada de sangre, se secará convenientemente con un paño limpio y seco, de manera que la piel y los pelos queden completamente secos. 2.• Desollado ; La operación de la separación de la piel tiene una importancia considerable, pues toda piel no separada simétricamente, oon cortes, roturas, con trozos de carne y otros tejidos, tiene en el mercado su depreciación ; de aquí la necesidad de someter esta operación a grandes cuidados. Las pieles deben quedar con la piel de la cabeza y con la de las extremidades, limpias de carne, sangre y sin los huesos de la cola. Es indispensable el uso del caballete para la operación del degiielló, a fin de que la sangre no manche la piel, así como es necesario el uso de máquinas de aíre comprimido o fuelles para la insuflación previa al desuello, única manera de obtener pieles sin cortes ni agujeros, debiendo prohibirse la insuflación con aire pulmonar de las matarifes, porque siembran la piel de microbios que contiene el aire espirado y, por ^tanto, favorece la putrefac- -- 81 - ción y las taras producidas por éste aparecen después del curtido. Colocada la res en el banco de sacrificio en decúbito dorsal, se procederá a desatar las Fig. 24.-Banco para el sacrí8cio de corderoa. extremidades y se efectuará un corte de un centímetro en el ángulo de uno de los tarsos de una extremidad posterior; se disecará con un cuchillo los bordes de la herida de manera que permita introducir el estilete, que con mucho cuidado se introducirá debajo de la ^IBkd^ 6 piel en díferentes direcciones, procurando no atravesar la piel ni el panículo carnoso, aunque es muy dificil que ocurra este accidente, puesto que el estilete va provisto de una esfera terminal. Hecha esta operación, con el aparato insuflador se procede a inyectar de aire debajo de la piel de la res de manera que quede bien hínchada, golpeando con un bastón plano o con ei puño las partes insufladas de manera que el aire se reparta por igual, y verificada esta operación, coxl un F'ig. 25.-Eatilete para la aeparaclón de la piel y facilitar la introducción del aire. cuchillo de punta y bíen afílado, y con el dorso apoyado sobre la res, se pt•ocede a practicar una incisión que corte solamente la piel y que, partiendo de la abertura del esfínter anal, siga en ]ínea recta hasta el esternón, y de aquí al véx•tice del ángulo de la mandíbula posterior, y desde el esfíntex• anal hasta la punta de la cola ; es^te último corte puede verificarse al tener la piel casi separada. Otro corte que, partiendo de la rodilla, pase por el centro de la axila a unirse al primero, pasando por el centro del pecho, y un tercero que, partiendo del corte efectuado en el tarso, se dirija a encontrar e1 primero, pa- sando por la región mamaria o testicular ; de los cortes iniciales efectuados en la rodilla y los tarsos se continuarán en línea recta hasta llegar a la corona de las pezuñas, de manera que la piel quede separada hasta este Fig. 26,-Fuelle con su tubo cánula sujeto a una mesa para inyectar aire antes del desuello. punto, logrando así que no se desperdicie ni un milímetro de piel. Verificados los cortes antedichos, se procede a diseca•r unos• centímetros de piel, empezando por el esternón, para continuar hacia las extremidades anie1'iores poY• medio del cuchillo y seguidamente -84- Fig. 27.-Aparato í nyector dei aire para un buen desuello. cogi^Qndo la piel de una mano y apretando con ]a otra provista de un paño limpio de -85- hilo o algodón, y así poco a pooo se va separando la piel de los dos Iados, hasta tener separada ésta hasta las partes laterales y medias del cuerpo. Acto seguido se procede a colgar la res por los tarsos de un gancho, y se sigue separando la piel oon el paño a presión. Separada la piel del tronco, se tira de la pi^el de la cola, separándose ésta con fa- F[g. 28.-Forma o modo de inyectar aire y linea de los cortea para un deaollado aímétrico de la piel. cilidad, y últimamente la de la cabeza, utilizando el cuchillo sólo para el cortado de los cartílagos de las ore.ias, quedando así terminada la operación del desollado. Las pieles así separadas van exentas de carne y grasa, y sólo ^se requiere la separación a cuchíllo de - 86 l^os cartílagos dc las orejas, y de tener trozos del panículo carnoso o grasa, se procederá a su limpieza y separación. 3' Secado y conservacián de las pieles: Las pieles, después de separadas, si están sucias, deben lavarse ; esta operación se efectuará con agua tibia o templada y con un poco jabón. Toda suciedad debe limpiarse o quitarse de los rizos mediante presión, y mejor con agua corriente. No hay q.ue olvidar que eI Iavado altera el rizo, pero no lo destruye. No deben hacerse lavados íntensos a fondo y con rnucho jabón, pues pueden deshaeerse los rizos, y, por tanto, pierden las pieles valor. El método más generalizado y recomendado para 1a conservación de pieles lanares es el secado al aire. Para elIo se dispondrá de tenderetes de cuerdas lo suficientemente fuertes para que puedan sostener las pieles apoyadas por su mitad y por la cara de la lana, quedando la de la carne al aire; se procurará, al colocarlas, que las pieles queden bien extendidas, sin arrugas, especialmente en las partea del cuello, cabeza, patas, cola y región genital^. El secad^o debe ha^erse al aire, en sitio que no dé el sol, pues los rayos solares facílítan el recalentamiento y, por tanto, la putrefacción. Las pieles lanares, después de secas, se colocarán en sitios bien secos y aíreados, apitándolas convenientemente carne con carne, advirtíendo que si al confeccionar las pilas -87- n^v están :as piel^es bien secas, al tocar una con otra,la mal desecada estropea a la com- Fig. 23. -Percha para el deaecado de pieles. pañera. En ]as épocas de calor se espolvorearáñ con naftalina blanca refinada, pues las -SS- naftalinas ímpuras contíenen aceítes esencía!es que, al oxidarse, producen una materia , Fig. 30.-Piel colocacía en la percha para un buen desecado. que perjudica el color del pelo. También en -89- esta estación del año se removerán y airearán las pilas y se vigilará el apolillado y recalentamiento. En la preparación de las pieles para su oonservación hay que proceder con ciertos cuidados, pues cualquier descuido. abandono o demora puede dar lugar a perjuicios en la constitución de la piel, traducidos en el cur!ido en la obtención de pieles defectuosas; hay que evitar cualquier principio de putrefacción y la acción perniciosa de ciertos in' sectos. Las normas a seguir para una buena conservación ae inician por el enfriamiento de las pieles, que se logra a las tres horas de bien extendidas en sitios a cubierto de los rayos solares, limpios de suciedad, carne y grasa, se los sala con sal gruesa, procurando poner más caniidad en las partes menos limpias, cozno la cabeza y cuello, y colocando las pieles carne con carne, se hacen pilas hasta un metro de altura. A l^os dos o tres días se extienden y vuelv+2n a salar, y así sucesivamente hasta que las pieles se van secando, debiendo vigilar el recalentamiento. Las pieles procedentes del Turquestán van a parar al comercio a una media curtición ; para ello se embadurnan I^s pieles con una pasta compuesta de una parte de sal y tres de harina de cebada, cuya pasta se va cambiando en dfas sucesivos. -90- No obstante lu expuesto, en los países en que se ha acometido la mejora ganadera de esta raza de ganado, tas pieles, después de separadas del animal, son simplemente desecadas al aire, sin someterlas a nínguna clase de tratamíento ; únicamente, con el fin de evitar que sean atacadas por insectos o se produzcan las manchas de sal, éstas producidas por gérmenes, se íntroducen en un baño de uno o dos minutos, compuesto de .un kilogramo de arsénico, 20 ]itras de agua y nn kilogramo de s^osa, y se hace una cocción durante unas cuatro horas, hasta lograr una completa disolución ; deapués de enfriado el líquido, por ca,da litro se añaden nueve de agua salada, procurando agitar la mezc^a hasta lograr que sea uniforme. Introducidas las pieles en este bafio, afirman varios autores q,ue permite una buena conservación, ofreciendo las pieles todas las buenas condiciones para un buen curtido. Para lograr una buena desecación, las pi^eles deben ser extendidas superficialmente, pero no deben estirarse, porque en los puntos más delgados pueden dar lugar a que se abran, como tampoco deben emplearse los marcos antfguos, donde se extendfan bien estiradas; nosotros recomendados la percha de desecación, donde la píel se extiende sin ser estirada, únicamente sujeta mediante alfileres corrientes se mantiene abierta, particularmente la cabeza, euello y cola, es ^áe^cir, que la piel, parr-a estam bi^n e,xtem^Li^lcL, debe nuu^it^,tcr su dimensión m.orm^ul, procurando que la piel no se apoye apretada sobre los bastidores, pues aplanarfa los rizos. Las pieles colocadas en ]a percha de dese- Fig. 31,-Bastidor dvnde xe colocan ias pieles para un buen desecado. cación se colqcarán en lugar suficientemente seco, aireado ,y privado de los r•ayos solares ; hay que procurar que la desecación no sea lenta, única m^nera de cortar la putr^efacción, pues ésta daría lugar al desprendimiento de los rizos en los lugares en que estuviera afec- -92- tada; los sitios atacados quedan señalados por manchas azuladas oscuras. La putrefacción se produce con más facilidad en las pieles en donde quedan trozos de carne, grasa, etc., pues en ello ahovan los insectos y las larvas son las que viven a expensas de la piel, pues hacen uso de ellas para su alimentación ; por estos motivos precisan un gran cuidado, limpiando la piel de la cabeza, cortar los cartflagos de las orejas antes de proceder a la desecación, sin olvidar la limpieza de los labios y cola. Las pieles deben desecarse en cuarenta y ocho horas ; una desecación más prolongada perjudica el dermis de la piel, que es la parte que se curte. Si las pieles han de conservarse por algún tiempo sin entregar a la industria peletera, se ha recomendado de mojarlas por el lado de la carne durante medio minuto en una solución al 5 por 100 de arseniato de sosa; n^o obstante, conviene advertir que este preparado es altamente tóxico por la facilidad d^e absorción por las manos; por tanto, se operará con guantea de goma, y también da muy buenos resultados para la conservación el empleo de una pasta oompuesta de 90 partes de harina blanca de trigo y 10 de sal de cocina bien fina, que se embadurna las pieles por el lado de ]a carne. En ambos casos, después de estas operaciones, se procederá al secado de las mismas. 93 Las pieles, después de secas, para que ofrezcan una buena presentación, se les pasará un cepillo de. manera que los rizos ofrezcan un aspecto de limpieza y curiosidad. 4.°, Marcado de las pieles : Gon el fin de acreditar el origen, prestigiar al ganadero que atiende debidamente estos intereses, que cumple con los preceptos de una ordenación económica racionalizada, to productor de pieles karakul debe marca^^^^i ncK Fig. 32.-Tenactlla para marcar las piele^ con letras ,y números cambiables. pieles con marcas que distingan la procedencia de las mismas. Los procedimientos más corrientes son los que se realizan oon letra.g, signos, incluso marcas especiales, verificadas con una solución de nitrato de plata, marcas ^metálicas, o por un tatuaje muy fino. Se recomienda que el marcado se verifique en la cabeza, en la cola o en la punta de una extremidad. Uno de los aparatos que puede utilizarse -- 94 -- para el tatuaje de las pieles es la tenacitla para el marcado de pieles• 5° Fardeo de las pieles : Las pieles, después de bíen desecadas, se almacenan ,y colocan en pilas de manera que puedan removerse y airearse con facilidad ; el apilad^o se realizará colocando u^ia sobre otra de manera que las partes de la carne coincidan, y lo mismo los pelos con pelos, y así se forman paquetes de unas 20 pieles, y con estas paq,uetes se forman Ios fardos que acostumbran a tener un número comercial de 260 piezas; estos fardos se empaquetan, poniéndoles en e] anverso y reverso unos trozos de arpitlera nueva de las dimensione•s de las pieles, con el fin de protegerlas contra Jc agentes externos, y a la vez que por sus partes ]aterales puedan airearse,