D S I PROPOSITO: Pretende ser un “instrumento para el discernimiento moral y pastoral de los complejos acontecimientos que caracterizan nuestro tiempo; como una guía para inspirar, en el ámbito individual y colectivo, los comportamientos y opciones que permitan mirar el futuro con confianza y esperanza”. 2 Doctrina Social de la Iglesia DEFINICION SEGÚN JP II: Es la cuidadosa formulación sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial. Su objetivo principal es interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente, para orientar en consecuencia la conducta huma. P.e.: Rerum Novarum Documentos sobre la DSI La « Rerum novarum » La Constitución pastoral « León XIII « Quadragesimo anno » Gaudium et spes » « Dignitatis humanae » del Concilio Vaticano II « Non abbiamo bisogno » « Populorum Progressio » « Mit brennender Sorge » Carta apostólica « Octogesima « Divini Redemptoris » Pío XI Los Radiomensajes navideños de Pío XII « Mater et magistra » « Pacem in terris » Juan XXIII adveniens ». Pablo VI «Laborem exercens » « Sollicitudo rei socialis » « Centesimus annus » Juan Pablo II Los principios de la DSI constituyen los verdaderos y propios puntos de apoyo de la enseñanza social católica (160) Brotan « del encuentro del mensaje evangélico y de sus exigencias —comprendidas en el Mandamiento supremo del amor a Dios y al prójimo y en la Justicia— con los problemas que surgen en la vida de la sociedad » Responden con coherencia a las exigencias de los tiempos y a los continuos desarrollos de la vida social. Por su permanencia en el tiempo y universalidad de significado son el primer y fundamental parámetro de referencia para la interpretación y la valoración de los fenómenos sociales y como guía para la acción social. Principios de la DSI Dignidad de la persona humana El Bien común El Destino universal de los bienes La Subsidiariedad La Participación en la vida social La Solidaridad DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA. Toda la doctrina social de la Iglesia se desarrolla a partir del principio que afirma la inviolable dignidad de la persona humana. (Cf Juan XXIII) LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA « Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó » (Gn 1,27). Dios coloca la criatura humana en el centro y en la cumbre de la creación. De ahí que, « … el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. … y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar ». DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA. Está intrínseca en el hombre por ser imagen viva de Dios mismo. Como imagen de Dios la vida humana resulta sagrada e inviolable. Dios no hace acepción de personas » (Hch 10,34; cf. Rm 2,11; Ga 2,6; Ef 6,9), porque todos los hombres tienen la misma dignidad de criaturas a su imagen y semejanza.281 La Encarnación del Hijo de Dios manifiesta la igualdad de todas las personas en cuanto a dignidad. Se debe reconocer en todos, cercanos o lejanos, conocidos o desconocidos, y sobre todo en el pobre y en el que sufre, un hermano « por quien murió Cristo » (1 Co 8,11; Rm 14,15). La persona debe ser defendida contra cualquier intento social que pretenda negarle, abolirle o impedirle que ejerza sus derechos. La persona homosexual debe ser plenamente respetada en su dignidad,505 y animada a seguir el plan de Dios con un esfuerzo especial en el ejercicio de la castidad. 506 El respeto de la dignidad humana Una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana. Ésta representa el fin último de la sociedad, que está a ella ordenada: « El orden social, pues, y su progresivo desarrollo deben en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el orden real debe someterse al orden personal, y no al contrario ».246 El respeto de la dignidad humana no puede absolutamente prescindir de la obediencia al principio de « considerar al prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente ». 247 Es preciso que todos los programas sociales, científicos y culturales, estén presididos por la conciencia del primado de cada ser humano. DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA. Cada individuo, creado a semejanza de Dios, tiene una dignidad inalienable y debe ser tratado como único e irrepetible y no solo como un medio. (Estadio Nacional). Anna Eleanor Roosevelt . 1948 EL BIEN COMÚN Definición: Conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y mas fácil de la propia perfección (346) EL BIEN COMÚN El bien común es un deber de todos los miembros de la sociedad: ninguno está exento de colaborar, según las propias capacidades, en su consecución y desarrollo.352 Las exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada época y están vinculadas al al respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos fundamentales. Incorpora el compromiso por la paz, la correcta organización de los poderes del Estado, un sólido ordenamiento jurídico, la salvaguarda del ambiente, prestación de los servicios esenciales para las personas, y una verdadera cooperación internacional en vistas del bien común de la humanidad entera. Exige la capacidad y la búsqueda constante del bien de los demás como si fuese el propio bien. Es un deber de todos aunque la responsabilidad máxima compete al Estado pues es la razón de ser de la política. Demanda que los ciudadanos puedan acceder a los bienes necesarios (materiales, culturales, morales y espirituales) para gozar de una vida auténticamente humana. Vela por los derechos del hombre: alimentación, habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre circulación de las informaciones y tutela de la libertad religiosa. EL BIEN COMÚN Pío XI “Es necesario que la partición de los bienes creados se revoque y se ajuste a las normas del bien común o de justicia social, pues cualquier persona sensata ve cual gravísimo trastorno acarrea consigo esta enorme diferencia actual entre unos pocos cargados de fabulosas riquezas y la incontable multitud de los necesitados” DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES « Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad ».360 Este principio se basa en: el hecho que « el origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y al hombre, y que ha dado a éste la tierra para que la domine con su trabajo y goce de sus frutos ». “Sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno.” DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Nadie puede prescindir de los bienes que responden a sus necesidades primarias pues éstos son absolutamente imprescindibles para alimentarse, crecer, comunicarse y desarrollarse plenamente como persona. Éste es un derecho inherente al hombre que se desprende de su dignidad intrínseca. El destino universal de los bienes exige un esfuerzo común dirigida a cada persona y a cada pueblo hasta lograr que todos dispongamos de lo necesario para nuestra plena realización. DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Permite la propiedad privada, pero incentiva el que todos y cada uno puedan disponer de ella, pues asegura lo necesario para la autonomía personal. La propiedad privada no es un derecho absoluto, pues debe permitir que todos tengan acceso a ella. Es un medio para el bienestar del hombre y no un fin, sino convertiría al poseedor en poseído. Tratar la propiedad privada como derecho absoluto atentaría contra el reparto equitativo de los bienes, afirmando que el rico tiene derecho a serlo aunque el pobre muera. DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Exige una El principio del destino universal de los bienes exige que se vele con particular solicitud por los pobres, por aquellos que OPCIÓN se encuentran en situaciones de marginación. PREFEREN El amor de la Iglesia por los pobres se inspira en el Evangelio de las bienaventuranzas, en la pobreza de Jesús y TE POR en su atención por los pobres. “Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les LOS hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que realizar un acto de caridad, lo que POBRES 392 hacemos es cumplir un deber de justicia ». “Da de comer al que muere de hambre porque si no lo alimentas, lo mataste” (San Ambrossio). SUBSIDIARIEDAD Es éste el ámbito de la sociedad civil, entendida como el conjunto de las relaciones entre individuos y entre sociedades intermedias (Instituciones, Asociaciones y otras organizaciones sociales). Con el principio de subsidiaridad contrastan las formas de centralización, de burocratización, de asistencialismo, de presencia injustificada y excesiva del Estado y del aparato público. Este principio se impone porque toda persona, familia y cuerpo intermedio tiene algo de original que ofrecer a la comunidad. La experiencia constata que la negación de la subsidiaridad, o su limitación en nombre de una pretendida democratización o igualdad de todos en la sociedad, limita y a veces también anula, el espíritu de libertad y de iniciativa SUBSIDIARIEDAD Favorece que los individuos y grupos intermedios conserven su legítima autonomía. Todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda (apoyo, promoción y desarrollo) respecto a las menores y evitar los efectos negativos de burocratización. Diversas situaciones pueden aconsejar que el Estado ejercite una función de suplencia, p.e., el impulso de la Economía o para lograr mayor igualdad, justicia y paz. La suplencia Institucional no debe extenderse más allá de lo estrictamente necesario, pues puede coartar la iniciativa, libertada y responsabilidad. PARTICIPACIÓN Se refiere a las actividades mediante las cuales el ciudadano contribuye a la realización del bien común, con su participación en la vida socioeconómica, política y cultural. La participación en la vida comunitaria es uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos. Una fuente de preocupación proviene de aquellos países con un régimen totalitario o dictatorial, donde el derecho fundamental a participar en la vida pública es negado de raíz, porque se considera una amenaza para el Estado mismo;411 SOLIDARIDAD La solidaridad confiere particular relieve a la intrínseca sociabilidad de la persona humana, a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los hombres y de los pueblos hacia una unidad cada vez más convencida. SOLIDARIDAD Como principio social Debe captarse, ante todo, en su valor de principio social ordenador de las instituciones, según el cual las « estructuras de pecado »,417 que dominan las relaciones entre las personas y los pueblos, deben ser superadas y transformadas en estructuras de solidaridad, mediante la creación o la oportuna modificación de leyes, reglas de mercado, ordenamientos. Como virtud moral Es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos ».418 SOLIDARIDAD La cumbre insuperable de la perspectiva indicada es la vida de Jesús de Nazaret, el hombre nuevo, solidario con la humanidad hasta la muerte. A la luz de la fe, la solidaridad tiende a superarse a sí misma. El prójimo ya no es solamente un ser humano con sus derechos y su igualdad con todos, sino que se convierte en la imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la acción permanente del Espíritu Santo. Debe ser amado, con el mismo amor con que le ama el Señor, y por él se debe estar dispuesto al sacrificio, incluso extremo: "dar la vida por los hermanos”. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL LA VERDAD Los hombres tienen una especial obligación de tender continuamente hacia la verdad, respetarla y atestiguarla responsablemente. Nuestro tiempo requiere una intensa actividad educativa 433 y un compromiso correspondiente por parte de todos, para que la búsqueda de la verdad, que no se puede reducir al conjunto de opiniones o a alguna de ellas, sea promovida en todos los ámbitos y prevalezca por encima de cualquier intento de relativizar sus exigencias o de ofenderla.434 LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL LA LIBERTAD Debido a que somos imagen de Dios el ser humano es un ser libre. Respeto a cada miembro de la sociedad que le es permitido realizar su propia vocación personal. Debe ejercerse también como capacidad de rechazar lo que es moralmente negativo, cualquiera que sea la forma en que se presente. La plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien, en el horizonte del bien común universal. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL Consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido 442. No es una simple convención humana porque lo que es justo no está determinado originariamente por la ley sino por la identidad profunda del ser humano. 447 La justicia por sí sola no basta, se debe complementar con la solidaridad y el amor. EL PRINCIPIO DE LA CARIDAD SOCIAL LA CARIDAD Verdad, justicia y libertad nacen y se desarrollan de “Amarás al la fuente interior de la caridad. Señor tu Dios, Caridad no es un elemento exclusivo de la acción con todo tu individual sino que supone el elemento esencial Corazón, con sin el cual jamás se podrán afrontar con toda tu alma y eficiencia los problemas del mundo. con toda tu El prójimo, se presenta en sociedad, de modo que mente y amarlo significa socorrer su necesidad Amarás a tu sirviéndose para ello de las mediaciones sociales prójimo que permitan mejorar su vida o bien eliminando como a ti los factores sociales que causan si indigencia. mismo.” La vivencia del hombre comprometido con lo social exige, según el P. Kentenich, un tipo de personalidad que él llama el “santo social”. Este es el gran desafío para los constructores de la sociedad: “Todos nosotros debemos jugarnos vigorosamente por el amor y la justicia, por la solución de la cuestión social. No debemos enredarnos en las redes de las hermosas elucubraciones teóricas. Debemos descender, inclinarnos ante el pueblo sencillo. Nuestro tiempo clama por el santo social, que integra la unión a Dios con un corazón lleno de sentimientos sociales puros, con la disposición y la fuerza de ayudar al pueblo sencillo...” PJK