8.- El crimen de las 11 .- Muerte de Ofeltes.

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CAPITULO QUINTO
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1
.-
Hipsfpila en Lemnos
8.- El crimen de las
Lemnias.
b
Llegada de loa Argonautas a Lemnos,
.-
11
.- Muerte de Ofeltes.
226
I . - HIPSÍPILA EN LEMOS
a,- El primen de las Lemnias
Una vez que los argivos han aplacado su àed,
-
Adrasto pide a Hipsípila, a quien considera salvadora de
los guerreros, que les diga cuál es su familia, su patria,
quién su padre. No duda que su linaje debe ascender a los
dioses, pues sus rasgos, aunque afligidos, muestran la no
bleza de su sangre y una majestad propia de las divinidades t20-27):
"at tamen, o quacumque es", ait, "cui -gloria tantauenimus inniimerare fato debere cohortes,
quem non ipse deum sator aspemetur honorem,
die age, quando tuis alacris absistimus undie,
quae domiis aut tellus, animam quibus hauseris astris?
dio, quis et ille pater? ñeque enim tibi numina longe,
transierit fortima licet, maiorque per ora
sanguis, et adflieto spirat reuerentia uultu,
Hipsípila, en palabras que nos recuerdan las pri
meras que Eneas dirige a Dido en Eneida I I ,
3:
Infandum, regina, iubes renoviare dolorem
comienza su relato; hace alx;isi<5n a la locura que se apode
227
r<$ de las mujeres de Lemnos y la llegada posterior de los
Argonautas. Se presenta como la linioa lemnia que ha salvado a su padre de la masacre. Pero, pensando que los ar
givos tienen prisa, considera suficiente decirles que es
Hipsípila, la hija de Toante, ahora cautiva de Licxirgo (29-39):
"immania uulnera, rector,
integrare iubes, Furias et Lemnon et artis
a m a inserta toris debellatosque pudendo
ense mares; redit ecce nefas et frigida cordi
Eumenis. o miserae, quibus hic ftiror additxis! o nox!
o pater, illa ego nam, pudeat ne forte benignae
hospitis, illa, duces, raptum quae sola parentem
ocoului. quid longa malie exordia necto?
et uos arma uocant magnique in corde parattis.
hoc memorasse sat est: claro generata Thoante
seruitum Hypsipyle uestri fero capta Lycurgi".
Sin embargo, sus palabras despiertan curiosidad
en el ejército argivo. Todos quieren escuchar su historia
y sobre todos Adrasto, quien insta a Hipsípila a relatar
las desgracias que le han ocurrido, pues a los desgraciados, dice Adrasto, les resulta grato recordar sus a n t i —
guos dolores (4-0-47) í
Aduertere ánimos, maiorque et honora uideri
parque operi tanto; cunctis tune noscere casus
ortus amor, pater ante alios hortatur Adrastus:
228
"immo age, dum primi longe damus agmina uulginec facilis Nemee latas euoluere uires,
q.uippe obtenta oomis et ineluctabilis umbrapande nefas laudesque tiaas gemitusque tuoriim,
unde hos aduenias regno delecta labores".
E s t a d o nos va a relatar a continuacidn el furor que domina a las mujeres lemnias, furor instigado por Veniis, y su decisión de matar a todos los hombres ;
también nos va a decir cémo Hipsípila salvó a su padre
de la matanza acordada, con la ayuda de Baco; la llegada de los Argonautas a Lemnos, los dos hijos habidos de
la unión de Hipsípila y Jasón, el descubrimiento por
-
parte de las lemnias de que Hipsípila no había matado a
su padre y la apresurada huida de la reina que, al no contar en esta ocasión con la ayuda de Baco, es apresada
por unos piratas que la venden como esclava.
Las fuentes más directas de Estacio en esta leyenda han sido Apolonio de Rodas y Valerio Placo, aunque,
2
como afirma Moerner , hay más divergencias que semejanzas
entre ellos.
En los versos de Estacio, Hipsípila comienza ha
ciendo una descripción de Lemnos (49-50):
1,- DÜMEZIL, G.- Le crime des Lemniennes. Paris 1924.
2.- MOERNER.- De P. Papinii S t a t u Thebaide quaestiones
Diss. Königsberg 1891, p. 19 ss.
229
Aegeao premitur circumfliia Nereo
Lemnos,
versos que Aricô'^'considera pueden relacionarse con Eurí­
pides Hipsípila fr. 3 col. 2,5 (cf. Bond fr. I, II líneas
25­28):
μναμοσΰνα άέ σοι
τδς άγχςάλοιο Λήμνου
τ&ν ΑίγαΓος έλίσσων
κυμοκτΰπος αχεί
Lemnos es la isla donde Vulcano descanâa de sus
fatigas de la fragua del Etna. Se halla frente a las co£
tas de Tracia, tan cercana que el Atos la cubre con su ­
sombra. Isla floreciente que nada tenía que envidiar a ­
Délos ni a las otras islas del Egeo (50­56):
ubi ignifera fessus respirât ab Aetna
Mulciberj ingenti tellurem proximus m b r a
uestit Athos nemorimique obscurat imagine pontiam;
Thraces arant contra, Thracum fatalia nobis
litera, et inde nefas, florebat diues alumnis
terra, nec illa Samo fama Deloue sonanti
peior et innmeris qviaa spumifer adsilit Aegon,
La sombra que proyecta el monte Atos la encentra
1.­ art. cit. ρ, 65
230
moa también mencionada por Apolonio Argonautica I, 601­604:
' ü p i 6è v^ααo^iévotαtv "A-^W ¿véxeXXe HoXtfivn
epTil'HÍTi,
r\ xóaaov inónpo^i A?í|ivov ¿ouoav,
uaaov EQ evóíov eCoToXog éXxfltg áv<3aaat,
i5:HpoT(ÍTp
Hopufp
OHtifet,
nal
íadxpi MupívnCo
Valerio Flaco nos habla de Lemnos como isla de
Vulcano en Argon. II, 78­80:
et iam summis Vulcania surgit
Lemnos aquis tibi per uarios defleta labores,
ignipotens;
Pero los dioses quisieron turbar la paz de la ­
isla. Hipsípila reconoce que sus habitantes no estaban ­
exentos de cxalpa, puesto que no había ningán templo ni ­
altar consagrado a Venus ( 5 7 - 5 9 ) :
dis uisum turbare domos, nec pectora culpa
nostra uacant; nuiles Veneri sacrauimus ignis,
nulla deae sedes;
De la expresión "pectora nostra" puede deducirse
que para Estacio^ eran culpables de no honrar a Venus to­
aos los habitantes de la isla, tanto hombres como mujeres.
Lo mismo podemos pensar que se desprende de los
1.­ DELARDE, P.­ La haine de
pp. 446­448.
VeniAS.
"Latomus" XXIX, 1970,
231
versos de Apolonio, segán el cuál los hoiabres de L emnos
aborrecen a sus legítimas esposas ( I, 611-612):
At) γ&ρ κουριδίας μέν άπηνήναντο γυναίκας
άνέρες έχθήσαντες
porque loe perseguía la ira de Venus, ya que hacía mucho
tiempo que no la honraban con sus ofrendas (614-615):
έπΙ χ<5λος αίνδς οπαζεν
Κΰπριδος, ούνεκα μιν γεράων έπΙ δηρί>ν ατισσαν
Ιο que vuelve a repetir en 802-805, versos en los que Hi£
sípila explica a los Argonautas por qué L emnos está desier
ta de varones:
ο6λομένης 6fe θεδς πορσΰνετο μτ^τις
Κΰπριδος, ητε σφιν θυμόφορον εμβαλεν ατην.
Δή γ&ρ κουριδίας μί:ν άπέστυγον, έκ δε μελάθρων
^ μαντίρ ειζαντες άπεσσεύοντο γυναίκας.
Εη todas estas citas no encontramos ni una sola
palabra que especifique que son las lemnias y no toda la
isla quienes caxosen la ira divina.
También en Valerio Flaco II, 98-102, se dice que
no honran a Venus. Nos da la caiisa de esa irreverencia,
lo que Estacio no hace: Lemmos es la isla dedicada a Vtilcano; por ello, cuando el dios sorprendió el adulterio de
232
su esposa con Marte, los altares de la isla permanecieron
fríos, sin víctimas. No son s<5lo las mujeres, sino toda ­
la población, la que no honra a Venus:
contra Veneris stat frigida semper
ara loco, meritas postquam dea coniugis iras
horruit et tacitas Martem tenuere catenae,
quocirca struit illa nefas lemnoque merenti
exitium furiale mouet;
Es interesante observar, además, que Talerio Pia
co no menciona como causa de que los hombres vayan a Tra­
cia el horror que sienten por sus mujeres. Su expedición
al pais vecino parece ser una campaña guerrera normal.
Segán el escoliasta de Homero a Ilíada VII, 467,
que recoge la opinión de Asclepiades en sus TragodOT5mena
(cf. P.H.G. MOller III, 303) los lemnios, que no ofrecían
a Afrodita los sacrificios habituales, prepararon su pro­
pia ruina:
Λήμνιοι τΛς έξ εθους
Άφροδίτρ θυσίας μί) απο­
δίδοντες καθ'αύτων θάνατον ένομοθέτησαν,
Asclepiades de Trágilo, que en su obra Tragodoúmena resume las leyendas ilustradas por los grandes trági.
eos
hasta su ópoca (vivió en la segunda mitad del siglo
IV, puesto que fue discípulo de Isócrates y contemporáneo
de Pilócoro), nos da la seguridad de que en estas obras
1.- WENTZEL, G.- "Asklepiades aus Tagilos" en R.E. II, 1896, col 1628
233
la impiedad y castigo concierne tanto a las mujeres como
a los hombres de Lemnos,
Segiin Delarue"^ el que a partir de la época hel£
nística se considere culpables sélo a las mujeres, se de_
be a la contaminacién de dos leyendas que en un principio eran independientes. Por un lado, el castigo a los lemnios. Por otro, la leyenda de Hipsípila y svia desventuras.
Veamos ahora lo que nos dice Estacio en boca de
Hipsípila: la lemnia reconoce que algunas veces el resen
timiento agita el corazón de los dioses, lo que provoca
que los castigos se acerquen a paso lento. Por ello Venus abandonó Pafos, donde tenía cien altares dedicados,y cambiando su aspecto y alejando de sí las aves de Idalia, se arma con dardos y antorchas distintos a los suyos. Rodeada por las hermanas tartáreas, se desliza como
una Euménide entre las cámaras nupciales. Siembra por to
das partes el espanto, obligando a los amores a huir, sin
tener compasión para los pueblos de Vulcano. Odios, Furor
y Discordia se apoderan de los lechos conyugales. Los
-
hombres ya no tienen mayor preocupación que luchar contra
los pueblos de Tracia y abandonar a sus esposas. Ellas,
solas, se lamentan, se consuelan entre sí y contemplan las costas tracias recordando a sus esposos: (61-76)
illa Paphon ueterem centumque altarla linquens
nec uultu nec crine prior soluisse iiagalem
1.- art. cit. pp. 448-449
234
cestón et Idalias procul ablegasse uolucres
fertixr. erant certe, media quae no et is in umbra
diuam alios ignes maioraque tela gerentem
Tartáreas inter thalamis uolitasse sórores
uulgarent, utque implicitis arcana domorum
anguibias et saeua formidine nupta replesset
limina nec fidi populum miserata mariti
protinus a Lemno teneri fugistis Amores,
mutus Hymen uersaeque faces et frigida iusti
cura tori! nulla redeunt in gaudia noctes,
nullus in amplexu sopor est. Odia aspera ubique
et Ptiror et medio recubat Discordia lecto,
cura uiris túmidos aduersa Thracas in ora
eruere et saeua beliando frangere gentem.
No tiene en cuenta Estacio, como tampoco Apolonio ni Valerio, otra versión de la leyenda
según la cual,
la causa del abandono de las mujeres lemnias por sus mari
dos se debe al fétido olor que les produjo Afrodita en
2
-
castigo a su irreverencia, Fetidez que, segiSn Ihmiezil , constitiiía xmosde los más antiguos elementos de la tragedia y que para Delarue^ remonta a Esquilo, aunque de su tragedia Lemnios sólo nos queda el título.
1.- 0. JESSEN en su artículo "Hypsipyle" en R^E, IX, 1914
realiza im importantísimo estudio de la impiedad y castigo lemnios. Menciona las dos versiones. En la c£
lumna 437 nos habla de la versión que incluye el féti^
do olor, y en la 438 una segunda versión en todo sem^e
jante ("andere erzShlen ganz dasselbe") pero que pres_
cinde del episodio de la "dysosmia",
2,- op, cit,
3.- art. cit. p. 449
235
Apolodoro recoge este aspecto de la leyenda en I ,
9, 17. Según él, las únicas causantes del castigo fueron las mujeres de Lemnos:
ai A%vi.at xi\v Άφροδίτην ο6κ έτίμων. ή òt αίταΧς
εμβάλλει, δυσοσμίΤαν·
De este olor nos habla así mismo el escoliasta a
Pindaro Píticas 88 b:
ταΓς Λημνίαις γυναιξίν άσεβως διακειμέναις περί
τ&ς τ%ς Αφροδίτης τιμά,ς ήθεδς δυσοσμίαν προσέπεμφε, καΐ οϋτως αύτ&ς ο£ άνδρες επεστράφησαν·
Εη los escolios a Apolonio Argonautica I ,
609 vemos
que las lemnias descuidaron los cultos a Afrodita y provo
carón su desagrado. Por ello les envid un olor fétido, con
lo q.ue no agradaba a sus maridos que, para alejarse de
-
ellas, declararon la guerra a Tracia:
at Λήμνιαι γυναίκες έπιπολί) των της Αφροδίτης
τιμών κατολιγωρήσασαι καθ'έαυτων τί)ν θεον έκίνησαν,
πάσαις γάρ δυσσοσμίαν ένέβαλεν, ώς μηκέτι α6τ&ς τοις
άνδράσιν άρεσκε ι ν, τδν òk προς θρ({^κας εχόντων πόλεμον
ΕΙ escolio al verso 615 nos da las dos versiones:
por un lado sólo nos dice que durante mucho tiempo no se
236
honró a la diosa:
δτι ατιμον αύτί)ν έπΙ πολί>ν χρόνον εποίησαν
Por otro, nos da las versiones de "otros", que
hablan de la "dysosmia":
των òt δλλων £στοροΰντων δτς κατδί χόλον της Αφροδίτης αι Λημνκίδες δύσοσμοι έγέ[ΐοντο,
Ε incluso nos da la versión aberrante de Mirsilo (cf. P.H.G. IV, 458) que en su primer libro de las
-
lesbica atribuye a Medea la responsabilidad de esta fetj^
dez:
Μυρσίλος έν πρώτφ Αεσβικών διαφέρεται καί φησι
τί)ν Μΐ^δειαν παραπλέουσαν δι& ςηλοτυπίαν ριφαι είς
τί)ν Λτίμνον φάρμακον, καΐ δυσοσμίαν γενέσθαι ταις
-
γυναιξιν.
versión completamente inaceptable por su anacronismo. La
leyenda de las lemnias es cronológicamente anterior a la
llegada de los Argonautas a la isla y, por tanto, tiene
lugar mucho antes que las relaciones entre Medea y Jasón.
El litógrafo Vaticano Primero, 133» dice que
-
las mujeres de Lemnos, cuando ofrecieron el diezmo anual
de sus cosechas a los dioses, dejaron de hacerlo en honor de Venus. La diosa, airada, envió un olor fétido que
obligó a los maridos a despreciar a sus mujeres y aband£
237
nar Lemnos:
Lemniades quum diis omnibus décimas frugum annis
singulis soluerent, solam Venerem praetermittendam
esse dixerunt. Quae irata his odorem immisit hircinum, Quas mariti exsecrantes, deserta Lemnio odio coniugum.
El Mitdgrafo Segundo, 144, es más explícito: como en Valerio Flaco, la causa de no honrar a Venus es
el adulterio, descubierto por el Sol y castigado por
-
Vulcano, cometido por la diosa con Marte:
Veneris et Martis adulterio a Sole detecto postquam Vulcanus ambos in lecto catenis minutissimis in Lemno insula, ubi ipse colitur, cinxit: quum diis
omnibus decimas frugum annis siluerent singulis, s_o
lam Venerem mulleres, in honorem Vulcani ob adulter i m damnantes, praetermittendam esse dixerunt. Quae
irata his odorem immisiti hircinum. Unde maritis
-
earn exsecrantes, deserta Lemno coniugum odio, Thracas petiuerunt.
testimonio que encontramos también recogido en Lactancio
Plácido' a Tebaida V, 29 y que vuelve a mencionar en su comentario a V, 5 9 :
NULLA DEAE SEDES quia adulterium Veneris in honorem
Vulcani damnauerant, inde nulla Veneris sedes in
-
Lemno est. unde iratum numen immisit odorem feminis
238
hircimjm, ob quam horruisse uiri dicuntiir xuxorea, igitur pergentes ad Thraciam...
Hipsípila continúa relatando su historia en los
versos de Estacio: en un cielo sereno suena cuatro veces
el trueno, cuaAto veces los antros de Vulcano lanzan lia
mas y el Egeo golpea las costas. Todo ello es precedente
del furor que domina a Polixo quien, como una Tiade del
Teumeso, recorre la desierta ciudad, golpea los umbrales
y reúne a sus compañeras ( 8 5 - 9 8 ) :
Sol operum medius somno librabat Olympo
lucentes, ceu staret, equos; quater axe sereno
intonuit, quater antra dei fumantis anhelos
exseruere ápices, uentisque absentibus Aegon
motms et ingenti perciossit litera ponto:
cum subito horrendas aeui matura Polyxo
tollitur in furias thalamisque insueta relictis
euolat, insano ueluti Tevunesia thyas
rapta deo, oxm sacra uocant Idaeaque suadet
bujcus et a summis auditus montibus Euhají:
sic erecta genas aciemque effusa trementi
sanguine desertara rabidis clamoribus urbem
exagitat, clausasque domos et limina pulsans
concilixam uocat;
Es la primera víctima de la locura inspirada por
Venus, lociira que va a insuflar en sus compañeras cuando,
reunidas en el templo de Palas, se dirige a ellas y les -
239
dice que, si dejan de guardar fidelidad a sus maridos, ella ha encontrado el medio de rendir culto a Venus, Ya
han pasado tres años desde que sus maridos las abandona*»
ron y no han tenido n i n g m a dicha en los lechos conyugales (104-116):
rem summam instinctu superum meritique doloris,
o uidixae -firmate ánimos et pellite sexum,Lemniades, sancire paro; si taedet inanes
aestemum seruare domos turpemque iuuentae
flore situm et longis steriles in luctibus annos,
inueni, promitto, uiam -nec niamina desuntqua renouanda Venus: modo par insumite robur
luctibus, atque adeo primum hoc mihi noscere detur,
tertia canet hiemps; cui conubialia uincla
aut thalami secretus henos? cui coniíage pectus
intepuit? cuius uidit Lucina labores,
dicite, uel iustos cuius pulsantia menses
uota tument?
Les da los ejemplos de las Danaides que, conven
cidas por su padre, han matado a sus maridos (116-119):
potuitne ultricia Graius
uirginibus dare tela pater laetusque dolorum
sanguine secures iuuenum perfundere somnos:
y el de Progne, que ha vengado su cama mancillada haciendo que su marido coma la carne de su propio hijo (121-122):
240
ecce ánimos doceat Rhodopeia coniunx,
ulta manu thalamos pariterque spulata marito.
De estos ejemplos se sirve la a n d a n a lemnia pa
ra convencer a las otras mujeres de que tamìDién ellas ma
ten a sus maridos cuando vuelvan de Tracia. Ella misma,que tiene una descendencia numerosa, será la primera en
matar no sólo a su marido sino a todos los varones de su
familia (vv 124-129):
plena mihi domus atque ingens, en cernite, sudor,
quattuor hos una, decus et solacia patrie,
in gremio, licet amplexu lacrimisque morentur.
transadigam ferro saniemque et uulnera fratrum
miscebo patremque simul spirantibus addam.
ecqua tot in caedes animum promittit?
Polixo iba a seguir hablando. Pero, a lo lejos,
se ven las velas de la flota lemnia que volvía de Tracia.
A su vista, Polixo considera que los dioses las asisten
y, para decidirlas a seguir su consejo, les asegiu^a que
ha sido la propia Venus la que le ha aconsejado que expulsen a sus maridos de sus casas, pues les promete formar para ellas otros lazos conyugales más felices ^132138 )'>
superisne uocantibus ultro
desumus? ecce rates. deus hos, deus ultor in iras
adportat coeptisque fauet. nec imago quietis
241
uaná meae: nudo stabat Venus ense, uideri
Clara mihi somnosque super "quid perditis aeuum?"
inquit "age auersis thalamos purgate maritis,
ipsa faces alias melioraque fcederà iungam".
Las lemniades, finalmente influidas por Polixo,
participan con ella del mismo furor, lodas sienten el deseo incontenible de destruir a los varones (niños, ¿6^
venes y viejos) que encuentren ( I 4 8 - I 5 I ) :
furor omnibus idem,
idem animus solare domos iuuenumque senumque
praecipitare colos plenisque adfrangere paruos
uberibus ferroque omnes exire per amnos,
En un bosque sagrado, que estaba cerca del templo de Minerva, en el que se han reunido, las lemnias se
comprometen con un juramento: Hic sanxere fidem (v, 155).
Los lemnios llegan a la costa. En agradecimiento
a su victoria y a no haber encontrado la muerte en la lucha con los tracios, ofrecen sacrificios a los dioses; en
todos los altares hi;imea una llama negra, funesto presagio,
y en ninguna de las víctimas se manifiesta el dios (174176):
alta etiam superum delubra iiaporant
promissasque trahimt pecudes: niger omnibus aris
ignis, et in nullis spirat deus integer extis.
242
Celebran festines en los bosques sagrados (186188):
iam domibus fusi et n e m o r m per opaca sacrorum
ditibus indulgent epulis uacuantque profundo
aurvan immane mero,
festines en los que participan las esposas con g u i r n a l d a s
en la cabeza (190-192):
nec non, manus impia, nuptae
serta inter festasque dapesquo máxima c u l t u
qijaeque iacent;
Cuando cesan los coros y los murmullos y el Sueño rodea los muros de la ciudad y vierte sobre los hombres
un descanso que va a ser tiArbado muy pronto, las mujeres
velan y se disponen a llevar a cabo la masacre.
Mientras que para Estacio la causa de esta masacre es la locura de las mujeres provocada por Venus, en Apolonio y Valerio la matanza es causada por la presencia
de las concubinas tracias que han traído los lemnios. Así
Apolonio I, 612-614:
Ixov 6*¿icl \T]Xd&eaaiv
TpT)x6v epov, &s aCiTol ¿yfveov ávTtic¿pT)'&ev
epTll*HÍT)V ÓTJOOVTEC»
Según Valerio Elaco, las lemnias son víctimas -
243
de ­una equivocación. Los maridos, que muestran alegría
al volver a su casa (no olvidemos que ellos no han re­
chazado a sus esposas) no traen concubinas, sino escla
vas para ofrecérselas a sus mujeres (II, I I 3 - I I 4 ) :
" o patria, o uariis coniunx nun anxia curis,
has agimus longi fámulas tibi praemia belli"
pero Venus ordena a la Fama que haga creer que las traen
como concubinas (127­134):
"uade age et aequoream, uirgo, delabere Lemnon
et cunetas mihi uertere domos, praecurrere qualis
bella soles, c m mille tubas armataque campis
agmina et innijmerum flatus confingis equoriim.
adfore iam luxu turpique cupidine captes
fare uiros carasque toris inducere Thressas.
haec tibi principia, hinc rábidas dolor undique^ma­
ins timulet: mox ipsa adero ducamque paratas".
Apolonio dice que mataron a sus maridos y concu­
binas en sus lechos, mientras dormían. Y, para evitar ser
castigadas por este asesinato, mataron también a todos los
hombres y niños (617­619):
θ6κ οίον obv τρσιν έοΙ>ς έρραισαν άκοίτας
άμφ'εύν^, παν δ'αρσεν όμου γένος, ώς κεν όπίσσω
μή τίνα λευγαλέοιο φόνου τίσειαν άμοιβήν.
244
y en 818-823 muestra c<5mo las mujeres, obsesionadas por
el asunto de la» concubinas, decidieron matarlos tan
-
pronto como regresaran:
Άλλ'οΙαι xotJpai ληϊτιδ§ς έν τε δόμοισιν
εν τε χοροϊς άγορ^ τε καΐ είλαπίνρσι μέλοντο·
εΙσόκε τις θεός αμμιν ύπέρβιον εμβαλε θάρσος,
αφ ανερχόμενους θρρκδν απο μηκέτι πΰργοις
δέχθαι, Ιν'η φρονέοιεν &περ θέμις, ήε πη δλλρ
αύταις ληϊάδεσσιν άφορμηθέντες ικοιντο
los versos de Valerio hablan de la masacre de las mujeres inspiradas por Venus, la propia diosa agita
la antorcha y participa en ella (196-198):
Ipsa Venus qmssans undantem txirbine pinim
adglomerat tenebras pugnaeque adcincta trementem
desilit in Lemnon;
versos que pueden haber influido en Estacio 280-283, pues
en ellos es la diosa quien incita a las lemnias:
illa, quq, rere silentia, porta
stat funesta Venus ferroque accincta furentes
adiuuat -\mde manus, unde haec Mauortia diixae
pectora?
Valerio Placo nos dice que xmaa mataron a sus ma
245
taron a sus maridos cuando todavía estaban somnolientos
a ca\isa de los manjares y el vino ( 2 2 1 ) :
pars ut erant dapibus uinoque séporos,
otras, armadas de grandes antorchas, a los que estaban in
somnes y lo contemplaban todo, pero, paralizados por el •miedo, no huyen ni toman las armas para defenderse ( 2 2 2 225):
pars conferre manus etiam magnisque paratae
cum facibus, quosdam insomnes et cuneta tuentes;
sed temptare fugam prohibetque capessere contra
arma metusj
Hermanas, esposas y madres, se afanan en llevar
a cabo la masacre ( 2 2 9 - 2 3 0 ) :
hoc sóror, hoc conitmx, propñorque hoc nata parenssaeua ualet.
La sangre se extiende dentro y fuera de las casas. También las tracias encuentran la muerte y se m e z —
clan los gemidos y el griterío de las que suplican en
lengua extranjera ( 2 3 3 - 2 4 1 ) :
it crúor in thalamis et anhela in pectore f\imant
uulnera seque toris misero luctamine trunci
deuouunt. dirás aliae ad fastigia taedas
-
246
iniciimt addrintque domos: pars ignibus atris
effiagiimt propere, sed dura in limine coniunx
obsidet et uiso repetunt incendia ferro,
ast aliae Thressas labem ca\isamq.ue furerie
diripiunt; mixti gemitus clamorque precantum
barbarus ignotaeque implebant aethera uoces.
Indudablemente Valerio Flaco ha influido en la
descripcidn de la masacre de Estacio, aunque la de éste
es más extensa y tiene mayor énfasis, puesto que Hipsípila nos da los nombres de los lemnios que mueren y de
las mujeres que les asesinan.
Así nos dice que Edimo exhalaba en el sueño los va
pores del vino cuando Gorge le aparta la tela de sus ve£
tidos y busca camino para su espada. El se despierta y rodea con sus brazos a su esposa, a la que buscan sus
-
ojos y su voB todavía acariciante. Pero ella, sin compasidn, le hinca la espada hasta el fondo del pecho. Elimo
muere con los brazos todavía alrededor del cuello de Gor
ge (207-217):
Elymum temeraria Gorge
euinctum ramis altaque in mole tapetum
efflantern somno erescentia ulna superstans
uulnera disiecta rimatur ueste, sed ill"um
infelix sopor admota sub morte refugit.
turbidus incertumque o calis uigilantibiis hostem
occupât amplexu, nec segnius illa tenentis
pone adigit costas, doñee sua pectora ferro
247
tangeret. is demim sceleri modus; ora supinat
blandus adhuc oculisque tremens et murmure Gorgen
quaerit et indigno non soluit bracchia collo,
Licaste, al contemplar a su hermano Cídimo, deja caer la espada, Pero su madre, que ya va manchada con
la muerte de su marido, la excita con amenazas y clava e
ella misma la espada en su hijo (226-230):
flet super aeqiiaeuum sóror exarmata Lycaste
Cydimon, heu similes perituro in corpore uultus
aspiciens floremque genae et quas finxerat auro
ipsa comas, cum saeua parens iam coniuge fuso
adstitit impellitque minis atque ingerìt ensem.
El hecho de que en los tres autores, Apolonio,
Valerio y Estacio, las lemnias maten a los hombres diaran
te su sueño (y en los poetas romanos tras haber celebrado un festín puede estar inspirado en Eurípides Hipsípila
fr, 4 col 2 76-78 (fr. 64 Bond):"''
ίώ
τέκνον, ola τε Γοργάδες έν λεκτροις
Εκατόν εύνέτας.
Veamos lo que nos dicen las otras fuentes sobre
estos hechos.
1,- cf. Aricó, art. cit. p. 62
248
La primera alusión conocida al crimen de las lem
nias aparece en Píndaro Píticas IV 205, pero no menciona
las caasas de la masacre ni cómo se llevó a cabo:
Λαμνιαν·... γυναικδν άνδροφόνων
Los escolios nos hablan de la decisión de las mu
jeres de Lemnos de matar a sus maridos:
καΐ δΙ; συνθεμένα ι. πρδς εαυτές έξ έπιβο*λ?)ς χο\)ς
άνδρας άνειλον,
y en escol. a Píticas IV 449 se nos amplía la información.
Nos hablan del rechazo a que se vieron sometidas por sus
maridos, que declararon la guerra a Tracia, donde hicieron
concubinas a sus habitantes; menciona así mismo el crimen
de las lemnias^
aC των Αημνίων γυναίκες άσεβήσασαι, άεΐ είς τήν
Άφροδίτην διηνεκδς Ισχον μηνιωσαν τί}ν θεόν· μ ί ­
σος γΛρ α6ταις πρδς χο\)ς άνδρας προσετρίφατο, καΐ
ούτως εκείνοι, πρδς τοΙ)ς θράκας πολεμοίίντες κάκ τοΖ
πολέμου τΛς αίχμαλωτίδας λαβόντες παρεκοιμωντο· εφ*
φ ζηλοτυπήσασαι αί γυναίκες έφηφίσαντο έκ θρί^κες υποστρέφοντας το\;ς άνδρας δνελεϊν, δπερ καΐ περιιί^
κασιν.
Heródoto V I , Ι 3 8 nos habla del origen del epíte-
249
to "Lemnia" en toda Grecia cuando se habla de ima maldad
enorme. La causa es doble: la decisión de los pelasgos, en el siglo V, de matar a los hijos de sus concubinas áti
cas así como a sus madres, y la más remota, basada en la
leyenda que comentamos:
άπδ τοΰτου δε του έργου καΙ του προτέρου ταυτων,
τδ έργάσαντο αι γυναίκες το\)ς &μα θόαντι άνδρας σφε
τέρους άποκτείνασαι, νενόμισται άν& τήν ελλάδα τ& σχέτλια εργα πάντα Α'ήμνια καλέεσθαΙ
De esta expresión nos habla Dídimo en Escolios a
Eurípides Hecale 887, referido al mal olor de cuerpo y bo
ca:
Λΐίμνια κακ&, Λημνι^ χειρί, Δημνιον βλέπων, Αημνια
δίκη· δυσωδία ε^ς τε τί|ν αιδώ καΐ εΐ τδ στόμα
Υ Eustacio, a su vez, nos dice que se llama Αΐ^μviov κακδν
al mal dlor de boca y, aún más, a la muerte
irremediable; su origen es el castigo de las lemnias y la
muerte de stis maridos:
Αιίμνιον κακδν ^ άπδ τ?5ς κατίκ στόμα δυσωδίας τ(3ν
Λημνκίδων η μάλλον άπδ τίδν θρυλλουμένων φόνων.
Asclepiades en Escolios a Ilíada VII, 467 (cf.
250
Müller III, 303) asegura que Afrodita, irritada, impulsd
a los lemnios a olvidar a sus esposas y desear a las tra
cias. Por ello pasaron a Tracia y cohabitaron con sus mu
jeres. Durante este tiempo, poseyó a las lemnias una ra­
bia tal q.ue resolvieron exterminar a todos los hombres ­
de la isla, y llevaron a cabo su venganza:
Tfiv ydp θε6ν λέγεται 6ργισθεΓσαν τοις μέν άνδρά­
σιν ιμερον τινα τ(3ν θρ^κίων έμβαλεϊν γυναικών, τίδν
δέ ίδίων άμελ?5σαι καΐ καθέζεσθαι έφ'ήσυχίας, Δ ι έ —
βαινον οδν είς τί)ν θρ|κην περιέποντες καΐ συμμιννΰ
μενοι ταις ένταί5θα. Ταις bt γυναιξί των Αημνίων εκ
τόπον λΰσσαν έμπεσεϊν ωστε φηρίσασθαι πάσας άνδροκ
τονεΐν, καΐ μί\ της έπιβουλί}ς ταύτης άποτυχειν·
ΕΙ escoliasta a Apolonio I, 609 nos dice que los
hombres de Lemnos, apartados de sus esposas por la fetidez
que desprendían, declararon la guerra a Tracia donde hici£
ron prisioneras y se apartaron de s\is esposas a causa
-
del resentimiento de Afrodita. Las lemnias decidieron, me
diante votación, matar a sus maridos dxirante la noche. Y
no sólo hicieron osto sino que, además, temiendo que los hijos desearan vengar a sus padres, mataron a todos los
varones :
καΐ πολλάξις εκείθεν αιχμαλώτους λαμβανόντων καΐ
άποστρεφομένων τ&ς γνΐ^σίας γαμετ&ς κατ& τήν της θεοϊ5
όργήν, έφηφίσαντο αι γυναΤκες νΰκτωρ τοΙ>ς άνδρας
-
-
251
άνελεΤν καΐ oh μόνον τοΰτου εποίησαν, άλλ& καΙ τ&ς
αιχμαλώτους άνεΤλον, χαΐ δεδοι,κυίΓαι, μί} οΐ παίδες 5;_ν
δρωθέντες τιμωρίαν πατρων ζητήσωσι,, παν έμοΰ τδ αρσεν γένος άνειλον.
Apolodoro I, 9, 17 nos dice también que los lem
nios tomaron a las tracias como concubinas y por ello las
esposas, desdeñadas, mataron a sus padres y maridos:
oí γήμαντες αύτ&ς, έκ τ!5ς πλησίον Θράκης λαβόντες
αίχμαλωτίδες, συνευνάζοντο αύταΐς. άτιμαζόμεναι òt αί Αήμνιας τούς τε πατέρας καΐ τοΙ>ς άνδρας φονεΰουσι.
Menciona la muerte de los lemnios a manos de sus
esposas E^istacio a Ilíada ρ. 1 5 8 , 1 3 :
αί γυναίκες, αί τοϊς άνδράσιν έν Αΐ|μνφ είς φόνον
έπιβουλέυσαν.
Nicolás de Damasco (Müller III, 368, 18) habla
del abandono de las lemnias por sus maridos. Pero nada dice del asesinato:
oí òt δνδρες ^òr\ κατέλιπον τ&ς γυναίκας ύπδ ζη­
λοτυπίας, δτι ταΤς θρ^σσαις έμίγνυντο καταλιμπάνοντες ταΰτας.
•'^η los autores latinos también encontramos alusiones al crimen de las lemnias. Así Ovidio en Arte de -
252
Amar III, 672 piensa q.ue quizá sus enseñanzas suministren
armas a las mujeres de Lemnos y provoquen su propia ruina:
Lemniasin gladios inm mea fata dabo
En la Heroida VI (carta de Hipsípila a Jasón),
V. 53, dice que las lemnias supieron vencer a los hombres:
Lemniadesque uiros, nimiumque queque, uincere norunt
Y en Ibis, 396 habla de aquellos a los que la tur
ba lemnia entregó a la cruel muerte:
Quoaque ferae morti Lemnia turba dedit.
Séneca se refiere a Lemnos en Agamenón 556 llamándola "scelere nobilem".
Por su parte, Higino ofrece la misma versión que
encontrábamos en Apolonio y Valerio Placo: habla de las concubinas tracias, pero no del fétido olor. Las lemnias,
impelidas por Venx;u3, mataron a todos los hombres que había
en la isla (fáb. 1 5 ) :
In insula Lemno mulleres sacra aliquot annos non
fecerant, cuius ira uiri earum Thressas uxores duxe
runt et priores spreuerunt. at Lemniades eiusdem Ve
neris impulsu coniuratae genus uirortim omne quod
-
253
ibi erat interfecerunt,
Sin embargo, el Mitdgrafo Vaticano Primero, 133,
sí nos menciona la "dysosmia", como ya hemos visto. Por
su causa, los lemnios se apartaron de sus mujeres y toma
ron a las tracias como concubinas. Bajo el impulso de V_e
ñus, las lemnias deciden matar a todos los hombres, lo que llevan a cabo cuando sus maridos vuelven de Tracia:
Thracas petiuernmt, eorumque filias sibi asciuere coniugio. Quod ubi Lemniadibus compertiam est, sti
mulante Venere, in omne genus liirile cojurant, remeantesque ex Thracia uiros omnes interemerunt.
El mitógrafo Segundo, 144, y Lactancio Plácido
a Tebaida V, 29 recogen la misma versión que I, 133:
En su comentario a V, 59, Lactancio nos habla de las concubinas tracias que tomaron los lemnios al
-
apartarse de sus mujeres a causa de su fetidez, verdad que, como dice Lactancio, desdeña Estacio:
ob quam causam horruisse uiri dicuntur uxores. ig_i
tur pergentes ad Thraciam eorum filias sortiti sunt.
que dolore commotae Lemniades reuersos uiros uniuersos peremerimt. sed hanc ueritatem poeta declinauit.
Volvamos a la historia relatada por Estacio. Cuando Hipsípila, segdn sus propias palabras, ve a una
254
de las lemnias, Alcímeda, llevar la cabeza de su padre,que ha separado del tronco, se horroriza. Le parece que
Alcímeda es ella misma (236-240):
ut uero Alcimeden etiamnum in murmure truncos
ferré patris uultus et egentem sanguinis ensem
conspexi, riguere comae atque in uiscera saeuus
horror iit; meua ille Thoas, mea dira uideri
dextra mihi!
Rápidamente se dirige al palacio de Toante, que
desde hacía tiempo se preocupaba de quá podría ser ese ruido que llegaba hasta su mansión a pesar de lo lejos que está de la ciudad (240-244):
extemplo thalamis turbata paternis
inferor. ille quidem dudum -quis magna tuenti
somnus? agit uersans secum, etsi lata recessit
urbe domus, quinam strepitus, quae murmura noctis,
cur fremibunda qxiies?
La joven dice a su padre la causa de tal estrépito y le ruega que la siga para tratar de salvarse (244247):
trepido scelus ordine pando,
qiais dolor, unde animi: "uis nulla arcere furentes;
hac sequere, o miserande; premunt aderuntque moranti
et mecum fortasse cades".
255
Atraviesan la ciudad, donde se ofrecen a su vista multitud de caittáveres amontonados, atravesados por lan
zas y espadas y mezclada su sangre con el vino que se de£
liza de las copas usadas en los festines.
Yacen jóvenes, ancianos (que debían haber sido respetados) y niños en el m b r a l de la vida (258-261):
hic iuuenum manus et nullis uiolabilis armis
turba senes, positique patrum super ora gementum
semineces pueri trepidas in limine uitae
singultant animas.
Entonces, en medio de las tinieblas, se aparece
Baco que, en el áltimo momento, venía a socorrer a su hl
jo Toante"'' (265-267):
Tune primum sese trepidis sub nocte Thyoneus
detexit, nato portans extrema Thoanti
subsidia.
versos que pueden estar inspirados en Eurípides Hipsípi2
la fr, 64, 104 ss Bond :
EYN. edag
{>io|ifí;ei, abq itaTÍJp* óuoív Téxvw
BYK. Bo^OJEilou] ye jnixavatg
1 , - Toante es hijo de Dioniso y Ariadna. cf. Apolod, Epít,9
2,- El propio Bond, op, cit, p, 135 defiende esta teoría.
256
Hipsípila reconoce al dios, a m q u e sus sienes no llevaban las guirnaldas habituales ni sus cabellos e£
taban entrelazados de racimos, sino que su frente estaba
sombría y sus ojos húmedos de llanto (268-270):
adgnoui: non ille quidem turgentia sertis
tempora nec flaua crinem destrinxerat una:
nubilus indignumque oculis liquentibus imbrem
Baco aconseja a Hipsípile que confíe a Toante al mar y que él lo cuidará (283-284):
"tu lato patrem committe profundo,
succedam curis".
La joven sigue las indicaciones del dios y embarca a su padre, recomendándolo a los dioses y vientos
del mar Egeo (287-289):
qixa data signa, sequor; dein curuo robore clausum
dis Palagi Ventisque et Oyciadas Aegaeoni
amplexo commendo patrem.
También en Apolonio I ,
620-623, Hipsípila es la
iSnica de las lemnias que no cumple lo acordado y trata de salvar a su padre haciéndolo embarcar. No se menciona
la intervencién de Baco:
257
o t r i 6 * l x naaétúv Y e p a p o u i t e p t f e f a a T o natpbq
*Y<j>m<»Xeta S d a v i r o c ,
o 6tj xaTà 6?ÌtiOV a v a o a e v »
XZtpvaxi 6*¿v xoCX^ fiwv
6wep-&*áX6g ijne tpépea-^at,
a£ HE ftSyp
Valerio Placo recoge a su vez la leyenda de la
salvación de Toante por Hipsípila. La joven le insta a h
huir de la masacre, que no es producida por el enemigo,
sino por las propias lemnias ( 2 4 9 - 2 5 3 ) :
"fuge protiniis urhem
meque, pater; non hostis", ait, "non moenia laeti
Thraces habent; nostrim hoc facinus; ne quaerere,
quis auctor
iam fuge, iam dubiae donum rape mentis et ensem
tu potius, miserere, tene"
Tampoco en el autro romano de los Argonautica
se habla de la intervención directa de Baco, sino de que Hipsípila lo conduce al templo del dios y allí lo
esconde durante la noche ( 2 5 3 - 2 5 9 ) :
tune excipit artus
obnubitque caput tacitumque ad conscia Bacchi
templa rapit, primoque manus a limine tendens
"exime nos sceleri, pater, et miserere piorum
rursias" ait. tacita pauidum tune sede locauit
sub pedibus dextraque dei; late ille receptus
ueste sacra;
258
Después de estas súplicas a Baco para que los -pro
teja y exima a Hipsípila del crimen, la joven viste a su
padre con las vestidi^ras del dios. ^1 día siguiente, haciendo creer que Toante es una estatua de Baco que necesi.
ta purificación lo lleva a través de la ciudad, simulando
los delirios de ima bacante, hasta vm claro del bosque, y allí prepara su huida de Lemnos en barco (279-295):
iamque senem tacitis saeua procul urbe remotiam
occulerat siluis, ipsam sed conscius ausi
nocte dieque pauor fraudatque turbat Erinys.
non similes iam ferré choros (semel orgia fallunt)
audet, non patrios furtis accedere saltus,
et fuga diuersas misero quaerenda per artes;
uisa ratis saetiae defecta laboribus undae,
quam Thetifii longinqua dies Glaucoque repostam
solibus et canis urebat luna pruinis.
hue genitorem altae per opaca silentia noctis
praecipite, siluis rapit et sic maestà profatus:
"qixam, genitor, patriam, quantas modo linquis inanes
pube domos, pro dira lues, pro noctis acerbas
exitium. talin possum tantis retiñere periclis?
soluimus heu serum furti scelus! adnue uotis,
diua, soporíferas quae nunc trahis aequore bigas.
Vessey, que no tiene en cuenta las posibles influencias de la Hipsípila, dice que quizá Estacio se basé
en la alusión de Valerio al templo de Baco para dar al -
259
dios un papel principal en su narración. Pero, además,
piensa que sigue muy de cérea a Virgilio en la escapada
de Eneas de Troya"^, Nosotros no vemos tan clara esa estrecha relación, pues, si bien es cierto que encentra—
mos muchas similitudes entre el libro I I y el relato de
Hipsípila, a saber: como ya hemos indicado, las primeras
palabras de Hipsípila a los argivos son semejantes a las
De Eneas a Dido; al igual que Sinón, Hipsípila se interrumpe cuando empieza a contar su vida, lo que provoca gran interés por conocerla tanto en los troyanos de la
Eneida, como en los argivos de la Tebaida; sin embargo,
no creemos que la salvación de Toante y la de Anquises
tengan paralelismo, como tampoco la aparición de Héctor
es similar a la de Baco, pues Héctor aconseja al caudillo Eneas que se marche de Troya, mientras Baco aconseja y promete ayuda.
En cuanto a la posible influencia de Valerio Placo, sí estamos de acuerdo con Vessey. Estacio se basa en la protección que Hipsípila pide al dios en los Argonautica para hacer a Baco copartícipe de la s a l v a —
ción de Toante. También creemos que ha influido en esto
la Eneida en general, pues así como Venus trata siempre
de proteger a Eneas, su hijo, de los peligros que le
-
acechan, Baco se preocupa por su hijo.
También debemos de tener en cuer ta que Estacio
trataría de presentar este pasaje, ya relatado por su contemporáneo Valerio Flaco y conocido por aua oyentes,
1.- art. cit. p. 47
260
con las suficientes variantes para provocar interés por
sus versos. De ahí que en toda su obra encontremos nue­
vos ingredientes del mito, destinados a conseguir ese ­
interés.
Apolodoro, I ,
9 , 17 nos dice que Hipsípila li­
bré a su padre escondiéndolo. Sigue, pues, la misma ver
s i e n que Valerio Flaco:
μόνη δ'έσωσεV Ϋφιπΰλη τδν ίαυτ^ς πατέρα κρΰφασα
θόαντα
Los escolios a Apolonio I ,
620 nos dicen que, en
primer lugar. Toante se salvé porque su padre (baco) le
dié la salvación debida, como en Estacio:
πρώτον μ&ν διότι πατήρ, Εδωκε τί)ν βφειλομένην
τψ θόαντι σωτηερίαν,
y en segundo lugar lo salvó la propia juventud de las lemc;
nias porque no era culpable ni había cooperado con el li­
bertinaje de los otros lemnios:
δεΰτερον òt Òiit τί)ν ήλιπίαν, καΐ ούκ αίτιος ^ν
αύτδς ohòt συνεργδς τίίς των δλλων Αημνίων άσελ
γείας
Higino Fábulas 15 nos ofrece la misma versión -
261
que Apolonio y Estacio: Hipsípila colocó clandestinamente a su padre en una nave:
praeter Hypsipylen, quae patrem ssum Thoantem clam
in nauem imposuit.
En la fábula 254 nos dice que Hipsípila concedió
la vida a su padre, sin especificar los medios de que se
sirvió:
Hypsipyle Thoantis filia patri, cui uitam concessit.
El BütÓgrafo Vaticano Primero, 133» afirma que
Hipsípila condujo a su padre a la orilla del mar y allí
Baco socorrió a Toante. La influencia de Estacio en este mitógrafo es diáfana:
ínter quas Hypsipyle patri Thoanti sola subuenit,
ut ei non solum parceret, uerum etiam fugientem pro»
sequeretur ad litus. Tunc Thoanti Liber occurrit.
El Segundo, 144 (cf. Lactancio Plácido a Tebaida V, 29) es más extenso, como es habitual en ól, aimque
dice exactamente lo mismo:
ínter quas Hypsipyle sola, patris Thoantis miserta, non solum ei pepercit, uerum etiam fugientem ad
litus prosecuta est. Tunc Thoanti Liber (scilicet pater eius) occurrit.
262
Al día siguiente Hipsípila vuelve a Lemnos y en
el interior de su palacio levanta una falsa pira, sobre
la que arroja el cetro, las armas y los vestidos, símbolos de la realeza, de Toante. Ante esta pira se detiene,
con una espada ensangrentada en la mano; llora y suplica
a los dioses que aparten de su padre estos tristes presagios ( 3 1 3 - 3 1 9 ) :
ipsa quoque arcanis tecti in penetralibus alto
molior igne pyram, sceptrum super armaque patris
inicio et notas regim uelamina uestes,
ac prope maestà rogum confiosis ignibus adsto
ense cruentato, fraudemque et inania busta
piango metu, si forte premant, cassumque parenti
omen
La pira está basada en la que Dido levanta para
ella misma en los liltimos versos del libro IV de la Eneida.
Con esta astucia conquista la confianza de las
mujeres lemnias que, para recompensarla, le ofrecen sentarse, como reina, en el trono de su padre (320-322):
his mdhi pro meritis, ut falsi criminis astu
parte fides, regna et solio considere patrissupplicium! satur. anne illis obsessa negarem?
accessi.
En Estacio se hace una leve referencia al remor-
263
dimiento de las lemnias (326-329):
iam magis atque magis uigiles dolor angere sensus,
et gemitus clari, et paulatim inuisa Polyxo,
iam meminisse nefas, iam poneré manibus aras
concessum et multum ciñeres iurare sepultos.
En cambio Apolonio no dice nada de ello, sino
que, por el contrario, las lemnias encuentran mayor ale
gría en dedicarse a los trabajos viriles que a las labo
res propias de mujeres (I, 627­630):
ΤαΓσι δε βουκόλιαι τε βοων χάλκειά τε δύνειν
τεΰχεα πυροφόρους τε διατίί^ίξασθαι άροΰρας
^ηίτερον πίσρσιν Άθηναίης πέλεν έργων,
οϊς αΐεΐ τοπάροιθεν ομίλεον
Abundando en si el castigo recayó sobre los lem
nios o las lemnias (de lo que ya hemos tratado supra), pea
1
2
""
sames como Dumezil
y Delarue
que acaeció mucho más sobre
los hombres, ya que encuentran la muerte, Pero ellas lo
que consiguieron fue aplacar a Venus y que a s t a , como había prometido a Polixo, les concediera nuevos compañeros:
los Argonautas,
1 , - op, cit. p, 19
2,- art. cit. pp. 445-446.
264
En Apolonio I , 8 5 0 - 8 5 2 , Vulcano apacigua a Afro
dita y la diosa consiente en que la isla se llene de nue
vo de hombres:
Κΰπρις γ&ρ έπΙ γλυχΙ)ν ιμερον δρσεν
Ήφαίστοιο χάριν πολυμήτιος, δφρα κεν αδίκως
ναίηται μετόπισθεν άκ^ίρατος άνδράσι Ατίμνος
al igual que Valerio Placo I I ,
315:
ni Veneris saeuas fregisse Muloiber iras.
En lo que concierne al significado de la inclu­
sión de este pasaje en la Tebaida, Vessey"^ considera que
están equivocados los que ven una desconexión entre el relato de Hipsípila y el tema principal de la obra. Antes
bien, afirma que es el punto central de la Tebaida.
Los cambios radicales que Estacio hace en el re
lato, con relación a sus modelos, tienen un gran signify
cado: los argivos escuchan de boca de Hipsípila una lección sobre su destino, que no aciertan a comprender.
Así la descripción de Lemjios con la que Hipsípila comienza su relato señala ya un paralelismo. L e m —
nos, rica y feliz, es otra Argos. Ambas eran demasiado
ricas, según el convencional pensamiento romano de que
las riquezas llevan en sí la semilla de la destrucción.
1.- art. cit. p. 44
265
y deoimos convencional, porque este aserto se
basa en las afirmaciones de los poetas de la época augiSs
tea que seguían la política del Princeps contra el inmoderado deseo del oro. Quizá en la época de Augusto los poetas estaban seguros y convencidos de sus afirmaciones,
pero no así sus continuadores, aunque es un tema que encontramos en todos ellos, sobre todo en los dos grandes
estoicos Séneca y Lucano.
Por otro lado, no es sélo la ira de Venus la que causa el crimen de las lemnias. También las mujeres,
por escuchar y aceptar el consejo de Polixo, comparten
la culpa"^. Es un reflejo de la doble causa de la guerra
entre Eteocles y Polinices, instigada por la discordia
sembrada por Tisífone, pero que no hubiera tenido lugar
si ellos no hubieran querido llevarla a cabo. Sin embar
go, hay ligeras divergencias, pues mientras las lemnias
obran libremente, los hijos de Edipo son víctimas de la
maldicidn paterna.
Los hombres de Lemnos toman la determinacién de atacar Tracia, decisién que va a tener fimestas consecuencias para ellos. La decisién de Adraste de enviar
m
ejército contra Tebas es un error no menos trágico.
A través de este error, el plan de Júpiter de destruir
Tebas y Argos se realiza. Tanto en la accién general de
la Tebaida como en el relato concreto de Hipsípila, los
dioses actúan a través de los h m a n o s .
Vessey hace un paralelismo entre la obra de
1 . - VENINI, Furor e psicología... p, 203
26$
Estacio y el pasaje de Hipsípila esquematizado así:
Ira de Júpiter
Ira de Venus
Edipo invoca a la Pu:
ria
Ven'us se manifiesta
como Puria
Polinices forzado al
exilio por la discor
dia con su hermano
Los hombres lemnios
van a Tracia a causa
de la discordia con
sus esposas.
Polinices vuelve a su patria y muere
Los lemnios vuelven
a la isla y mueren
También los protagonistas del poema épico están
representados en el pasaje de Hipsípila.
Polixo es equivalente a Edipo , Sin la accién de Polixo no hay razén para pensar que los hombres l e m —
nios no hubieran vivido en armonía con sus esposas. El deseo de Edipo de destriiir a sus hijos es tan asesino co
mo el de la anciana lemnia.
En la descripcién de la masacre se prefiguran detalladamente los acontecimientos en que los argivos
-
van a tomar parte. Los guelrreros tóbanos no reconocen el
presagio que supone el oir hablar de tanta muerte y tanta
sangre.
Toante es otro Adrasto, -^bos, reyes de sus ciu
dades, se desvelan al oir un extraño tum-ulto fuera de su
palacio, Pero, sobre todo, el paralelismo más evidente e£
1.- SCHETTER, W.- Untersuchungen zur epischen Kunst des
P. Papinius Statius. Klass. Phil. Stud. Wiesbaden I960, p. 7
t& en que tanto uno como otro son los únicos que escapan
de la muerte.
Pinalmente, la pira que Hipsfpila levanta en ho
nor de Toante, anticipa el funeral de Ofeltes y la pietas
de htfgonea. y Argfa en el libro XII
268
b.- Llegada de los Argonautas a Lemnos
Guando las lemnias empiezan a sentir remordimientos por la muerte que han infligido a sus esposos,
padres e hijos, de pronto avanza el navio que conduce a
los Argonautas, procedentes del monte Pello, nuevo hués_
ped en el mar"*" ( 3 3 5 - 3 3 7 ) :
Ecce autem aerata dispellens aequora prora
Pellas intacti late suhit hospita ponti
pinus,
Al dejar de remar los navegantes, se alza una voz
desde el centro de la nave más dulce que el canto del ei_s
ne al morir y que la lira de Apolo, Es Orfeo, el hijo de
Eagro, que de ese modo hace olvidar a sus compañeros sus
peligrosos trabajos ( 3 4 0 - 3 4 5 ) :
ast ubi suspensis siluerunt aequora tonsis,
mitior et senibus cygnis et pectine Phoebi
1,- Los argonautas salieron del puerto de Págasas, en Te
salia. Su primera escala fue Lemnos. De ahí que Hipsípila llame a la nave Argo "intacti hospita ponti".
269
uox media de puppi uenit, maria ipsa carinae
accedunt.
Estos versos pueden estar inspirados por la Hip
sípila de Eurípides, ya que en el fr. 3 col. 3 , 8 ss (of.
Bond, fr. I,III, 8 - 1 5 ) la lemnia, dialogando con el coro,
evoca el momento de la llegada de la nave Argo y el canto
de Orfeo:
μέσψ òt παρ'ίστφ
Άσιάδ'ελεγον C^tov
θρξσσ'έβόα κίθαρις Όρφέως
μακροιι<$λων πι,τύλων έρέτρσι κελεΰσματα μελπομένα, τότε μέν ταχύ
πλουν, τ<5τε δ'είλατίνας άνάπαυμα πλ<£τας
Las lemnias, creyendo que son los tracios que les
llevan la guerra, se precipitan hacia sus casas (34-7-348)
nos Thracia uisu
bella ratas uario tecta incursare tumultu
Trepan a los lugares más altos de la isla, suben a sus elevadas torres y allí amontonan piedras, pieles bruñidas y armas. Las lemnias se atreven incliiso a vestir las corazas de los hombres que han asesinado, pr_o
vocando con su audacia el enojo de Palas y la sonrisa de
Marte ( 3 5 0 - 3 5 7 ) :
270
portus amplexaque litus
scandimus et celsas tiarres; huo saxa sudesque
armaque maestà uirum atque infectos caedibus enses
subuectant trepidae; quin et squalentia testa
thoracum et uoltu galeas intrare soluto
non pudet; audaces rubuit mirata caferuas
Pallas, et auerso risit Gradiuus in Haemo,
También en Apolonio, cuando las lemnias ven que
se acerca la nave, se visten las araas y se extienden a
lo largo de la playa, pues creen que les atacan los tra­
cios. Incluso Hipsípila toma las armas de Toante. Pero ­
el miedo les impide actuar ( w . 6 3 3 - 6 3 9 ) :
Τφ καΐ δτ'έγγΰθι νι^σου έρεσσομένην Γδον Άργδ),
αντίκα πασσυδίι^ πυλέων εκτοσθε Μυρίνης
δΐίΐ'α τεΰχεα δΰσαι ές aíyiaXóv προχέοντο,
euiáotv ώμοβόροις ίκελαν φ&ν γάρ που ίκάνειν
θρ<ίίΓκας· ή δ'δμα χησι θοαντιδ:ς *Υφιπΰλεια
δυν'ένΙ τεΰχεσι πατρός, Άμηχανίιρ δ'έχέοντο
αφθογγοι· τοΤον σφιν έπΙ δέος '§|ίρειτθβ
Εη Ovidio nereidas V I , 51-52) Hipsípila habla
de su primera decisión de, con la ayuda de las mujeres,
arrojar a los hombres de la isla:
certa f;iii7 primo (sed me mala fata trahebant)
hospita femínea pellere castra manu.
271
Ningún mitdgrafo, a excepcidn de Estacio, menciona la tormenta que Júpiter provoca cuando la nave ea
tá ya cerca de la costa: el sol desaparece, las aguas se
oscxirecen, los vientos agitan el mar que, embravecido,
levanta enormes olas. El navio zozobra violentamente, el
mástil se rompe y cae (361-375):
iamque aberant terris, quantum Cortynia ciarrimt
spicula, caeriileo grauidam cum luppiter imbri
ipsa super nubem ratis armamenta Pelasgae
sistit agens; inde horror aquis, et rapttis ab omni
sole dies mis cet tenebras, qxzis protinus imda
concolor; obnixi lacérant caua nubila uenti
diripiuntque fretum, nigris redit m i d a tellus
uerticibus, totumque notis certantibus aequor
pendet et arquato iamiam prope sidera dorso
frangitur, incertae nec iam prior impetus alno
sed labat exstantes rostris modo gurgite in imo,
nunc caelo Tritona ferehs. nec robora pros-unt
semideum heroum, puppemque insana flagellât
arbor et instabili procxmbens pondere curuas
raptat aqtias, remique cadunt in pectus inanes.
Entonces las âemnias lanzan dardos contra la na
ve. Los héroes tienen que defenderse del doble ataque de
tierra y mar; mientras unos oponen sus escudos para evitar que los disparos de las lemnias dañen el barco, otros
se dedican a achicar el agua que lo ha inundado a causa
272
del embite de las aguas. Los dardos y piedras que lanzan
las mujeres de la isla son cada vez más certeros y abimé
dantas y, aunque caen tanto dentro de la nave como en el
mar, su acción y la de la tormenta merman la resistencia
de los argonautas y el navio está en peligro de desgajar
se (383-389):
ast alii pugnant, sed inertia motu
corpora, suspensaeque carent conamine tiires,
instamxis iactu telorum, et ferrea nimbis
certa hiemps, uastaeque sudes fractique molares
spiculaque et multa crinitum missile fiamma
nunc pelago, nimc puppe cadunt, dat operta fragorem
pinus, et abiunctis regemunt tabulata cauernis.
Pero cuando Jápiter lanza un rayo entre las nubes y pueden ver el imponente aspecto de los héroes, las
fuerzas de las lemnias flaquean (394-397):
ut uero elisit nubes loue tortus ab alto
ignis et ingentes patuere in fulmine nautae,
deriguere animi, manibusque horrore remissis
arma aliena cadunt, rediit in pectora sexus
En un extremo de la nave está Jasen que, levantando la rama de olivo que ciñe las sienes de Mopso, y a
pesar de la oposicién de sus compañeros, pide la paz (416419):
273
donee ab extremae cuneo ratis Aesone natus
Palladlos oleae, Mopsi gestamina, ramos
extulit et socium turba prohibente poposcit
foedera;
Se concede una tregua al combate, Al mismo tiem
po, la tormenta se calma y los cincuenta guerreros saltan
a la playa. De sus rostros, que muestran la nobleza de sus padres, ha desajifirecido el temor y la cdlera que tenían mientras luchaban y se defendían (420-426):
tune modus armorum, pariterque exhausta quierunt
flamina, conf-usoque dies respexit Olympo.
quinquaginta lili, trabibus de more reiiinctis,
eminus abrupto quatiunt doiaa litera saltu,
magnorum decora alta patrum, iam fronte sereni
noscendique habitu, postquam tumor iraque cessit
uultibus.
La tormenta, de una voracidad no natural, que d£
saparece tan pronto se decreta la tregua, sdlo aparece en
Estacio, lo que nos hace pensar que Vessey tiene razdn al
considerar su significado simbdlico^. En efecto, represen
ta las pasiones violentas que hah actuado y aún actúan en
la mente de las lemnias. Y recuerda las tribulaciones de
Polinices en su camino a Argos que, en medio de xana tormén
ta similar y furioso a su vez, lamenta su destino.
1.- art. cit. p. 47
274
Nada nos dice Estacio de la asamblea que, tanto
en Apolonio como en Valerio Placo, tienen las lemnias pa
ra decidir si dan hospitalidad o no a los extranjeros. ­
En esta asamblea es decisiva la opinión de Polixo, que ­
convence a sus compañeras para que acojan a los argonau­
tas .
Estacio ha adelantado la asamblea. Las lemnias
se han reunido para decidir la muerte de los varones, Y
también, como hemos visto, ha sido decisiva la interven
ci<5n de Polixo.
A pesar de que el nombre de Polixo aparece en los
tres poetas (y no cabe duda que los romanos lo han toma­
do de Apolonio), en cada uno de ellos pertenece a perso­
nas distintas. Ya hemos visto que en Estacio el nombre ­
pertenece a la anciana esposa de Coropeo, instigadora de
la masacre. En Apolonia es la nodriza de Hipsípila; en ­
Valerio Placo, una sacerdotisa de Apolo, inspirada en el
personaje de Eidotea en Odisea IV, 3 6 5 .
En los Argonautica de Apolonio, Hipsípila conv£
ca a las lemnias y les dice que ha decidido que se lleven
presentes a la nave, víveres y vino dulce, para que los
extranjeros estén siempre lejos de sus murallas, no conoz^
can sus acciones y no divulguen su fama ( 6 5 3 - 6 6 3 ) í
ΑημνιύΤδες δί: γυναίκες ávflc πτόλιν ίζον Ιονσαι
είς άγορ·ί|ν· ahxì] γΛρ έπέφραδεν Ύφιπύλεια·
καΐ ^*δτε δί) μάλα πασαι όμιλαδδν ήγερέθοντο,
αδτίκ'ίίγ'ένΐ τ^σιν έΐϊοτρΰνουσ'άγόρευεν·
275
"•^Ω φίλαι, εί δ'αγε 6ti μενοεικέα δίδρα πόρωμεν
άνδράσιν, οίά τ'εοικεν αγειν έπΙ νηδς έχοντας,
íiVa καΐ μέθυ λαρδν, ιν'εμπεδον εκτοθι πύργων
μίμνοιεν, μηδ'αμμε κατδί χρειδ) μεθέποντες
άστρεκέως γνιδωσι, κακί) δ'έπΙ πολλδν ικηται
βάξις· επεί μέγα έργον έρέξαμεν, ουδέ τι ρκίιίπαν
θυμηδές κεν τοΓσι τόγ'εσσεται, ει κε δαεΤεν.
Pero si alguna de ellas puede aconsejar algo me
jor que lo haga, pues para eso las ha convocado (665-666)
ύμέων δ'ει τις αρειον επος μητίσεται αλλη#
έγρέσθω· του γ&ρ τε καΐ εινεκα δεϋρο κάλεσσα.
Se levanta entre ellas la anciana Polixo, nodri
za de Hipsípila, tambaleante a causa de la edad (668-669)
αύτδίρ έπειτα φίλη τροφδς δρτο πολυξίΰ,
γήραΓ δή ^ΙκνοΓσιν έπισκάζουσα π<5δεσσιν,
y, sitixándose en medio de la asamblea, les aconseja que
tengan en cuenta que son sdlo mujeres expuestas a los ataques de cualquier enemigo y, cuando mueran las que ahora están en la edad madura, las más jdvenes llevarán
ima desgraciada vejez. Llegará un momento en que nadie
pueda uncir s-us bueyes, arar ni cuidar las cosechas (683668):
Εδτ'αν 6\\ γεραραΙ μέν άποφθινύθωσι γυναίκες.
276
κουρότεραι δ'αγονοι στυγερδν ποτΙ γήρας ϊκησθε,
πδίς τήμος βώσεσθε δυσάμμοροι;
βαθείαις
αυτόματοι βόες υμμιν ένιζευχθέντες άρούραις
γειοτόμον νειοΤο διειρΰσσουσιν αροτρον,
καΐ πρόκα τελλομίνου ετεος στάχυν άμήσονται;
Por eso les sugiere que eviten esa calamidad ad
mitiendo a los extranjeros y conviviendo con ellos ( 6 8 9 696):
*H μέν έγδ)ν, εί καΐ με ταν!;ν ετι πεφρίκασι
Κίίρες, έπερχόμενόν που δίομαι είς ετος ίίδη
γαΐαν έφέσσεσθαι, κτερέων άπδ μοιραν έλουσαν,
α&τως ξ θέμις έστί, πΛρος κακότητα πελ<£σσαι.
*Οπλοτέρρσι 6t πάγχω τάδε φράζεσθαι αγώνα,
Nyv γΛρ δ!] παρά ποσσΙν έπΐίβολος εστ'άλεωρί),
ει κεν έπιτρέφητε δόμους καΐ ληίδα πασαν
ύμετέρην ξείνοισι καΐ άγλαδν αστυ μέλεσθαι.
Si a todas place este consejo, Hipsípila asegura
que mandará una mensajera a la nave (700­701):
EÍ μΕ:ν δί) πάσρσιν έφανφάνει ηδε μενοινή,
ηδε κεν μετδ: vfía καΐ αγγελον δτρΰναιμι
Υ, efectivamente, Ifinoe lleva el mensaje a Ja­
són anunciándole que los argonautas pueden entrar en la
isla (703-707):
277
"Ορσο μ ο ι , Ίφινόη, τοΰδ'άνέρος άντιόωσα,
ήμέτερόνδε μολείν, Οστις στόλου ηγεμονεύει,
δφρα τί οι δίΪμοιο έπος θυμίίρες ένίσπω»
καΐ δ*αοτοΙ)ς γαίης τε καΐ αστεος, αι κ'έθέλωσι,
κέκλεο θαρσαλέως έπιβαινέμεν εύμενέοντας.
Valerio Flaco sigue muy de cerca e l relato de Apolonio, También convoca Hipsípila una asamblea tan pron
to como ven la nave. Según el autor, habrían tomado las
armas si Vulcano no hubiera apaciguado ya las iras de Vei
nus ( 3 1 1 - 3 1 5 ) :
Ecce procul ualidis Lemnon tendentia remis
arma notant; rapitur subito regina ttaaultu
conciliumque uocat. non illis obuia tela
ferre nec infestos deerat furor improbus ignes,
ni Veneris saeuas fregisset Mulciber iras.
Entonces Polixo, sacerdotisa de Febo (316):
tunc etiam uates Phoebo dilecta Polyxo
aconseja que se les de acogida, pues esta nave llega enviada por el destino y la propia Venus consiente en ello
(322-325):
"portum demus" ait, "fatis haec, crédite, puppis
aduenit et melior Lemno deus aequore flexit
hue Minyas; Venus ipsa uolens dat corpora lungi
278
d m xiires utero materna que sufficit aetas"
Como en Apolonio, el consejo de Polixo agrada a
las lemnias y envían a Ifinoe de mensajera (326­327):
dicta placent portatque preces ad litora Grais
Iphinoe
Coinciden los tres autores , Apolonio, Valerio
y Estacio, en hablar de la restauración del culto a Ve­
nus y los nuevos amores que ésta inspira en los corazo­
nes de las lemnias.
Así Apolonio, 850, nos dice que la Cipria pro­
dujo ­un dulce amor:
Κΰπρις γ&ρ έπί γλυκών ίμερον δρσεν
y que la ciudad áe llenó con el humo de los sacrificios
ofrecidos a Vulcano y Venios, que se aplaca definitivamen
te merced a estos honores ( w . 857-860):
khxCv.a δ'αστυ χοροϊσι καΐ είλατιίν^σι γεγήθει,
καπνφ κνισσήεντι περίπλεον έξοχα δ'αλλων
αθανάτων Ή ρ η ς υΐα κλυτδν f\òt καΐ αυτήν
Κΰπριν άοιδ^σιν θυέεσσί τε μειλίσσοντο
Εη Valerio Placo, Venus aleja de los corazones
de los argonautas el temor del lugar (327):
279
tollitque loci Cytherea timorem,
lo que les decide a presentarse ante las lemnias, Y así
el altar de Venus arde con la primera novilla (331)í
et hac prima Veneris calet ara iuuenca
Estacio, igualmente, insiste en que Venus y Amor
ciñen de nuevo, con secreta llama, el feroz corazón de
-
las lemnias ( 4 4 5 - 4 4 6 ) :
Ergo iterum Venus et tacitis corda áspera flammis
Lemniadum pertemptat Amor,
y que por primera vez el fuego se enciende en los altares
y se olvidan los temores ( 4 4 9 - 4 5 0 ) :
tune primus in aris
ignis, et infandis uenere obliuia curis;
Los argonautas -eonviven con las lemnias y engen
dran nuevos hijos,
Estacio da una versión diferente que los autores
de los Argonautica en lo que respecta a los amores de Hi£
sípila y Jasón, Mientras Apolonio y Valerio Placo indican
que se enamora de Jasón, como lo demuestran en el alejan
drino las lágrimas que vierte la reina lemnia cuando los
Argonautas anuncian su marcha (886-887):
2§0
"Ως òt καΐ Ύφιπΰλη ίρΐ^σατο χεΤρας ελοΧιοα
Αίσονίδεω, τα. δέ οι ^έε δάκρυα χήτει ιόντος.
Υ en Valerio, que no sdlo se ha inspirado en Apo
Ionio sino en el pasaje de Dido y -^neas de Virgilio, Hip­
sípila se enamora de Jasdn i|iientras lo contempla en la oe
lebracidn del banquete que las lemnias ofrecen a sus hud£
pedes. Como Dido a Eneas, Hipsípila pide a Jasdn que les
relate sus aventuras y propdsitos ( 3 5 1 - 3 5 6 ) :
praecipueque duels casus mirata requirit
Hypsipyle, quas fata trahant, quae regis agat uis
aut unde Haemoniae molem ratis: unius haeret
adloquio et blandos paulatim colligit ignes
iam non dura toris Veneri nec iniqua reuersae,
et deus ipse moras spatiumque indulget amori.
Sin embargo, en Estacio Hipsípila pone por testi,
gos a sus antepasados de que no se ha unido voluntariamen
te a Jasdn, pues los dioses saben que el hdroe es hábil en someter a nuevas vírgenes ( 4 5 4 - 4 5 7 ) :
ciñeres furias que meorvum
testor: ut extemas non sponte aut crimine taedas
attigerim -scit cura deum- etsi blandus lason
uirginibus dare uincla nouis.
La Hipsípila de Estacio está muy lejos de la Dido
281
virgiliana y de la propia heroína que nos presenta Ovidio
®^ Heroidas VI, 55, que se enamord de Jasdn tan pronto c£
mo lo vio:
Urbe uirum uidi, tectoque animoque recepì.
En las restantes fuentes encontramos la infonoa­
cidn de que minios y lemnias cohabitaron, pero no hablan
de los sentimientos que Jasdn proveed en Hipsípila.
Asclepiades dice que Hipsípila convencid a Jasdn
para que cohabitara con ella (Escolios a Ilíada VII, 467;
cf. MOller III, 303):
λέγεται τδν 'itíEoova μετΛ της *Αργο!5ς έξοκείλαντα
τρ κρατίστρ πασί3ν μιγηναι
Según Apolodoro I, 9, 17, los argonautas, al Ile
gar a Lemnos, gobernada entonces por mujeres, se unen a ellas:
προσχόντες οδν τdτε γυναικοκρατουμένρ τ^ Λΐ^μνψ,
μίσγονται ταΤς γυναιξίν·
Εη opinidn de Nicolás de Damasco (Mtlller III 368,
18) cuando los argonautas llegaron a Lemnos, gobernada por
mujeres, de la que era reina Hipsípila, ésta envid presentes a Jasdn y le convencid de que conviviera con ella y
-
los demás argonautas con las otras lemnias. Y así lo hici_e
282
ron:
έπεί έγένοντο év Αήμνφ ύτιο γυναικών τότε οίκοΰμενρι
Ύφιπΰλη έβασίλευεν, έρχεται είς λόγους Ίάσο
VI Ύφιπΰλη· καΐ δωρα δοΰσα επεισεν αύτρ συγκοιμηθτΐναι, καΐ τοΙ>ς άλλους πεΤσαι ταις λοιπαΐς συνευνασθαι,
ώς αν έγεννήσειαν παΐδας έξ αοτΐ3ν·
Ό
òt έπίσθη, %αΙ
συγγίνοντα ταΐς Αημνίαις οί *Αργοναι5ται·
Nonno en Dionisiaca XXX, 205, habla de Lemnos
como lugar de las bodas de Hipsípila y Jasón:
Δημνον Ίησονίης νυμφήιον Ύφιπυλείης
Para Higino, Pábulas 15, cuando los Argonautas
arribaron a Lemnos, Ifínoe, guardiana de la puerta, comu
nicó inmediatamente a Hipsípila su llegada. La anciana Polixo aconsejó que se les diera hospitalidad:
Interim Argonautas praenauigantes Lemno accesserunt; quos ut uidit Iphinoe cuetos portas, nimtiamt
Hypsipylae reginae, cui Polyxo aetate constituta dedit consilium ut eos laribus hospitialibus obligaret
hospitioque inuitaret.
El Mitógrafo Vaticano Primero, 1 3 3 , sólo nos dice que los Argonautas fueron recibidos por las lemn.ias y
se unieron a ellas. Lo que repiten el Mitógrafo Segundo 141 y Lactancio Plácido en su comentario a Tebaida V, 29!
283
Lemnon Argonautae uenerunt, quos Lemüiiades suscipientes hospitio cum his concubuerunt,
Hipsípila dice a los argivos que, al cabo de un
año, ya Lemnos resuena con los griteríos de nuevos niños.
Ella ha tenido dos hijos de Jasdn, producto de una unidn
forzada. En sus hijos ha hecho revivir el nombre de su abuelo. Después se ha visto obligada a abandonarlos y no
sabe qué ha sido de ellos, que estarán acabando el quinto lustro de su vida (459-466):
iamque exuta gelu tepuerunt sidera longis
solibus, et uelox in terga reuoluitur annus,
iam noua progenies partusque in uota soluti,
et non speratis clamatur Lemnos alumnis.
nec non ipsa tamen thalami monimenta coacti
enitor gemines, durQjque sub hospite mater
nomen axrl renouo; nec quae fortuna relictis
nosse datur, iam plena quater quinquennia pergunt,
versos que, segán Aricó"'", pueden estar relacionados con Eurípides Hipsípila fr. 41 col. 2, 93 (cf. fr. 64 Bond) y
que explicarían la estancia de los Argonautas durante xm
año en Lemnos, pues en la obra de Eurípides Euneo dice a
su madre que él y su hermano embarcaron en la nave Argo y
fueron conducidos hasta Coicos:
1.- art. cit. p. 61
284
EYN. Άργώ με καΐ τύνδ'ηγαγ'είς Κόλχων πόλιν
Aricd no acepta la teoría de ¡Dolombo"'" de que Ja
s<5n volvid de nuevo a Lemnos, recogid a sus hijos y regre
sd a Cdlquide con ellos. Nada dicen las fuentes que apoye
la opinidn de Colomho,
Los autores no se ponen de acuerdo al establecer
el tiempo que los argonautas estuvieron en Lemnos ni el número de hijos, así como sus nombres, que tuvo Hipsípila
de Jasdn.
Homero, Ilíada VII, 468, nombra a Euneo, rey de
Lemnos, hijo de Hipsípila y Jasdn:
'ίησονίδης Ευνηος,
τδν ρ'ετεχ* Ύφιπΰλη ύπ'Ίήσονι ποιμένι λαων
y en XXIII 747 vuelve a hablar de Euneo, el hijo de Jasdn:
Ύησονίδης Ευνηος
Asclepiades no especifica el tiempo que estuvie­
ron, pero sí que de esta unidn de Hipsípila y Jasdn nacid
un hijo: Euneo
Ιξ ί|ς φασί γενέσθαι Ευνηον
1.- COLOMBO, Μ,Τ.- L^Ipsipile di Euripide. "lioniso", 1948,
ρ. 4 9 .
285
Tampoco Apolodoro menciona la duracidn de esta
estancia en la isla. Hipsípila y Jasdn tuvieron dos hi203% Euneo y Nebrofdn (I, 9, 1 7 ) :
'Y<i>m<5XTj òt
òaQf EBVTJOV
nal
'láoovt
ouveuváiJeTaL, x a l
yevva
naZ-
Ncppocpdvov
Nicolás de Damasco sdlo nombra a Euneo y dice que estuvieron poco tiempo (Müller III, 368, 1 8 ) :
nal
Tj 'Y<t.nt<}XT| i t a t ó a e o x e v E u v e o v
xal
(lefvavTeg
¿\ÍYOV XpdvoV, W(£XtV ^XOVTO
Qiiinto de Esmirna nos habla solamente de Euneo:
EuvTioc
'iTidovoc.
En Ovidio Heroidas V I , 119-122 Hipsípila, en la
carta que dirige a Jasdn, le escribe que ha dado a Iviz dos
mellizos (como Eurípides, Apolodoro y Estacio), pero no da los nombres. Al contrario que en Estacio, Hipsípila se
muestra feliz de haberlos tenido, ya que son hijos de Jasdn:
Nunc etiam peperi; gratare ambobus, lason!
Dulce mihi grauidae fecerat auctor onus
Felix in numero quoque sum prolemque gemellam
pignora Lucina bina fauenti dedi.
En el verso 56 de esta misma Heroida, Ovidio ha
286
dicho que los Argonautas estuvieron dos años en Lemnos:
Hic tibi bisque aestas bisque cucurrit hiemps
^stacio no dará los nombres de los hijos de Hi£
sípila hasta el libro VI, 343-344 en que nos dice que Hi£
sípila llam<5 a uno Toante por el nombre de su abuelo j(lo
que ya ha adelantado en este libro V) y al otro Euneo, feliz augurio para la nave Argo:
nomen auo gentile Thoas atque omine dictus
Euneos Argoo.
Como vemos, el nombre de Euneo es común a todas
las fuentes. También aparece en Higino, que nos dice que
Hipsípila tuvo de J a s e n a Euneo y Deípilo (fábula 15) y
que los argonautas estuvieron muchos días en Lemnos, sin
especificar cuántos:
Hypsipyle ex lasone procreaxiit filies Euneum et
Deipylum. ibi cum plures dies retenti essent..,.
Sin emTirargo, el nombre de Toante, el otro hijo
de Hipsípila, sdlo aparece en Pínádro Nemeas hypoth. 2,
cuando nos habla del encuentro de Hipsípila con sus hijos, como veremos más adelante, en Nemea. Y en la Antología Palatina 111,10:
287
Ευνοος γεγλυμμένος καΐ θ(5ας, ους έγένησεν Ύφιπΰλη
Los Mitdgrafos Vaticanos Primero, 133» y Segun­
do 1 4 1 , así como Lactancio Plácido a Tebaida V, 29 n o m —
bran a los hijos de Hipsípila con los mismos nombres 4ue
Estacio, pues indudablemente se basan en éli
Hypsipyle ex lasone dúos filies procreauit, Euneum
et Thoantem
y nos dicen, como Higino, que los Argonautas estuvieron
muchos días en la isla:
Quum autem Argonautae plurimis ibi diebus detenti
essent.
No hemos mencionado hasta ahora las opiniones ­
de Apolonio ni de Valerio Placo a este respecto. En Apo­
lonio, los Argonautas estuvieron pocos días. Cuando Ja­
són se marcha aconseja a Hipsípila, que está grávida, ­
que si a él los destinos le impiden volver a Grecia, en
vie el niño que habrá tenido, si es varón, a Yolco jun­
to a sus padres, si todavía viven, para que, ausente el
hijo, el nieto cuide de sus abuelos (904­909):
EI δ*οδ πέπρωται ές Έλλίίδα γαϊαν ικεσθαι
τηλοΰ άναπλώοντι, ob δ*αρσενα παΐδα τέκηαι,
πέμπε μιν ήβιΙ^σαντα ίίελασγίδος ένδον Ίωλκοΰ,
πατρί τ'έμφ καΐ μητρί δΰης άκος, ^ν αρα τους γε
288
τέτμρ ετς ζίδοντες, ίνα ανδιχα τοΤο ανακτοα
σφοΤσιν πορσΰνωνται έφέστιοι έν μεγάροισιν.
Para Valerio Placo la estancia es también corta:
cuatro meses. No menciona que Hipsípila y Jasen tuvieran
hijos ( 3 6 7 ) :
et lunam quarto densam uidet imbribus ortu
Una vez que los Argonautas se han ido, llega a
Lemnos la noticia de que Toante bo ha muerfo, sino que
reina en Quíos (donde residía su hermano Enopién, hijo,
como él, de Baco y Ariadna), que Hipsípila no es culpa­
M e de crimen y que en vano ardié la pira que había le­
vantado ( 4 8 6 - 4 8 8 ) :
Pama subit portus, uectum trans alta Thoanta
fraterna regnare Chic, mihi crimina nulla,
et uacuos arsisse rogos.
SegiSn Apolonio, a Toante lo condujeron unos pe£
cadores a la isla Enoe, luego llamada Sicino, del nombre
del hijo que tuvo la náyade Enoe con Toante ( 6 2 3 - 6 2 6 ) :
καΐ τδν μ^ν ές Οίνοίην έρύσαντο
πρόσθεν άτ&ρ Σικινόν γε μεθΰστερον αύδηθεισαν
νησον έπακτηρες, Σικίνου απο, τόν ρα θόαντι
ΝηΓΛς θ£νοίη Νύμφη τέκεν εύνηθεισα.
289
Valerio Placo II, 300-302 dice que Toante llegd
a Táuride:
ille procul trunca fugit anxius alno,
Taurorumq[ue locos delubraque saeua Dianae
aduenit.
lo que también afirma Higino en la fábiila 1 5 :
quem tempestas in insulam Tauricam detulit.
Los Mitdgrafoe Vaticanos Primero, 1 3 3 , Segiando
1 4 1 , y Lactancio Plácido a Tebaida V, 29 afirman, como
Estacio, que llegd a Quíos:
eianque ad insulam Chion prospera nauigatione perduxit.
Las lemnias piden cuentas a Hipsípila por no ha
ber seguido su ejemplo. Espantada, la joven trata de huir
usando los mismos medios que su padre, pero Baco no acude a socorrerla y es apresada por unos piratas que la
-
llevan como esclava ( 4 9 4 - 4 9 8 ) :
uaga litora furtim,
incomitata sequor funestaque moenia linquo,
qua fuga nota patrisj sed non iterimi obuius Euhan,
nam me praedonum manus huc adpixlsa tacentem
abripit
290
Apolodoro no dice en lll, 6, 4, q.ue fue apresada,
sino vendida como esclava por las propias lemnias:
αίσθ(5μεναι γδίρ αι Λ^ίμνιαι ύστερον θόαντα σεσωσμένον, εκείνον μέν εκτειναν, τί)ν δ& 'Υφςπύλην άπεμπώλησαν.
Segoin Higino, Fáb. 15, cuando las mujeres de Lem
nos supieron que Toante se había salvado, trataron de ma~
tar a Hipsípila, que se dio a la fiaga. Unos piratas la wo
gieron y la entregaron como esclava a Lico:
Lemniades autem postquam scierunt Hypsipylen patrem suum seruasse, conatae sunt eam interficere; illa fuga se mandauit. hanc praedones exceptam Thebas deportarunt et regi Lyco in seruitutem uendiderunt.
fábula en la que Higino demuestra tener conocimientos muy
confusos de la leyenda, pues en lugar de decir que los piratas la vendieron a Licurgo, rey de Remea, como todas
las fuentes, afirma que lo hacen a Lico de Tebas. Sin du
da el mitógrafo conocía la importancia que en la leyenda
de los Siete tenía el encuentro de Hipsípila con los argivos y, puesto que ellos marchaban a Tebas, ubica en
-
esa ciudad a la lemnia.
De la situación de Hipsípila como esclava de Li.
curgo y ""urídice ya hemos hablado.
291
II.- MUERTE DE OFELTES
A partir del verso 499 de este libro V, Estacio
vuelve a s i t m r la accidn en Nemea, pero no junto al Lan
gia, donde Hipsípla relata a los argivos su pasado, sino
en el lugar en que Ofeltes está echado en el césped. Hi£
sípila se ha olvidado de él, pues así lo habían decretado los dioses ( 4 9 9 - 5 0 1 ) :
Talla Lemaeis itérât dxm regibus exsul
Lemnias et longa solatur damna querella,
immemor absentis -sic di suasistis!- alxamni
También se ha olvidado Hipsípila, según Cazzaniga , de la indicacién de Virgilio en G-eérgicas III, 435-439» que aconseja no quedar dormido ni dejar a un niño sobre el césped c m n d o el "hydros" de Calabria Ba
mudado su piel:
ne mihi tum mollis sub diuo carpere somnos
neu dorso nemoris libeat iacuisse per herbas,
cum positis nouus exuuiis nitidusque iuuenta
uolxiitur, aut catulos tectis aut oua rellnquens,
arduiis ad solem et U n g u i s micat ore trisulcis
1 . - CAZZANIGA, I.- Alcuni "colori" nicandrei in Stazio
e Claudiano (Theb. V, 505: Gigant. II, 2 5 ) . "Acmé"
XII, 1959» p. 127 n. 4
292
El niño, que había
empe25ado
a deslizarse por en
tre las hierbas, como veíamos en el libro IV, finalmente
se duerme apresando con sus manos el césped ( 5 0 2 - 5 0 4 ) :
ille graues oculos languentiaque ora comanti
mergit humo, fessusque diu puerilibus actis
labittir in somnos, prensa manías haeret in herba
lo que nos recuerda el verso 655 del libro IX de las Metamorfosis de Ovidio, pues también Biblis muere sujetando las hierbas:
Muta iacet uiridesque suis tenet tmguibus herbas
Byblis,
Al igual que con relacién al verso 486 del libro IV, Reussner, Piehn, Aricó y Bond ven en los versos
502-504 una influencia de Eurípides Hipsípila fr, 754 N .
Pero Vessey, como veíamos, vuelve a insistir en que hay
un paralelismo, provocado por Estacio, con el pasaje de
Lino y, por tanto, una reminiscencia de Calimaco A.itia
fr, 27 Pfeiffer.
Una serpiente enorme que llena estos parajes de un silencio religioso, arrastra sus enormes pliegues
y deja tras sí largos anillos (505-507):
Interea campis, nemoris sacer horror Achaei,
terrigena exoritur serpens, tractuque soluto
immanem sese uehit ac post terga relinquit.
293
Sus ojos lanzan un fuego sombrío, su garganta
hinchada se eolorea con la espuma de im veneno verdoso;
su lengua hace vibrar sus tres dardos, las tres hileras
de dientes se muestran amenazadores y la frente se eleva terrible y majestuosa(508-510)
H u i d a fax oculis, tumidi stat in ore ueneni
spuma \airens, ter lingua uibrat, t e m a agmina adun
ci
dentis, et auratae crudelis gloria fronti
prominet.
Grenfell-Hunt comparan estos versos con el fr,
16, 1-4 (cf, fr. 18 Bond) de la Hipsípilat
6p(fH4>v it<ipotw|c
opinidn que comparte Aric^''", aunque, como veremos, encuentra más significativa la influencia de Ovidio.
2
En la descripcidn de la serpiente Gazzaniga
-
cree que en esta tradicional asociacidn de "ojos llamean
tes" y "vibracidn de la lengua" quemuestra Estacio pueden
haber influido Euforidn (fr. 5 1 ,
de las serpientes de Cerbero:
1.-
Stazio e l^'Ipsipile,..
2 . - art. cit. p. 125
6-7 Power) al hablar
294
Xoi XwxjjiSvTo itcpl icXeup^at ópdfxovTec. *Ev nal
pXefapote MiíavíS ^axpdnxío^ 5aae.
y de Nicandro, a?heriaka, 227:
yX^vea tpoivCaae, Te-^oufiévog,
6è SÌnpii
YXáaon Xi.x^(f(;wv v£aTov 0HII»X^TCTéTai oèp^f.
y encuentra ima influencia totalmente nicandrea en los
versos 508-509: la expresión "tumidi stat in ore ueneni
spuma uirens" está tomada de Ther. 443-444:
vépqjE ò£ «aytov
a l e v í>m*ávdepeSvt xoXofpa<po€
puesto que "spuma ueneni uirens es equivalente a
xoXo<i-
pa(f>o€.
así mismo en los versos 5 0 9 - 5 1 0 , " t e m a agmina
adun ci dentis", hay una clara imitación de Ther. 441-442:
Tp^CTOtXOl énáTEp^E UEpiaTOXÓWOlV ¿ÓÓVTEe
Aricó''', aun considerando mviy interesante y di^g
na de crédito la opinión de Gazzaniga, hace notar que -
1 . - ARICO, G.- Ovidio in Stazio. Theb. V, 505 ss. "Aevum"
XXXVII, 1 9 6 3 , 1 2 1 ; insiste en que Ovidio es el linico
model en Stazio e l^Ipsipile....p. 66
295
los versos de Estacio corresponden mucho más a tres ver
sos de Ovidio Metamorfosis III, 32-34, semejanzas q.ue ya
habían descubierto Helm y Legras"'":
Martius anguis erat, Cristis praesignis et au*o;
igne mi cant o culi, corpxis turne t omcne ueneno;
tresque uibrant linguae, triplici stant ordine
dentea
y así considera que no es necesario recurrir a los Ther.
de Nicandro, ni a Euforidn, como tampoco cree que sea preciso tener en cuenta a Virgilio Gedrgicas III, 433:
flammantia lumina torquens
y III, 439:
U n g u i s micat ore trisulcis
2
que Gazzaniga
había considerado como intermediario.
En lo referente a "spuaa iiirens" Aricò"^ también
considera innecesaria la influencia de Nicandro, pues
-
piensa que Estacio se ha basado igualmente en Ovidio M e tamorfosis III, 74:
1.- HEIM.- De P. Papinii Statu.... p. 58 ss.; LEGRAS,
op. cit. p. 72 s.
2.- art. cita. p. 126
3 . - art. cit. p. 122
296
spumaque pestíferos circtanfluit albida rictiis
Nos parece muy interesante toda la argmentación
de Aricó pero, a nuestro entender, Nicandro influyó, directa o indirectamente, en Estacio. Si, como dice Cazzaiiiga, la descripción de la serpiente reptando es tradicio
nal, es posible que Estacio conociera la de Nicandro, máxime cuando, seglSn podemos apreciar de la lectura de su
obi*a, Estacio conocía a los alejandrinos perfectamente"'".
Y han sido ellos los que han infl-uído de manera definit_i
va en la literatura latina.
Si no directamente, Nicandro puede haber inflxií
do en Estacio a través de intermediarios. Intermediarios
que puede haber sido Ovidio y, sobre todo, Virgilio, pues
ya conocemos la gran admiración que por él sentía Estacio,
Ovidio puede haber imitado a Nicandro. También lo puede
haber hecho Virgilio. Y Estacio, al tener en cuenta la
descripción de los dos poetas romanos, ha imitado indirectamente, como decimos, a Nicandro. El mismo Gazzaniga
en su Storia della letteratura Latina afirma que Estacio
utilizó a Nicandro siempre de segunda mano, a través de
2
Ovidio y Virgilio .
Pero sigamos con los versos de Estacio y las opi
niones de estos autores. La serpiente, de enormes propor
clones, como lo muestra la afirmación de Estacio de que
1.- No olvidemos la influencia que sobre algunos pasajes
de su obra tiene Calimaco.
2.- CAZZANIGA;I.- Storia della Letteratura Latina. Milán
1962, pp. 672 ss.
297
a veces se extiende sobre los rios y toca las dos orillas
y las a g m s hierven golpeadas por sus escamas ( 5 1 6 - 5 1 7 ) :
saepe superfluuios geminae iacet aggere ripae
continuus, squamisque incisus adaestuat amnis,
versos que, segiSn Gazzaniga, están inspirados en Geórgicas III, 428-431"'':
qui, dum amnes ulli rumpuntur fontibus et d m
uere madent udo terrae ac pluuialibus Austris,
stagna colit ripisque habitans hic piscibus atram
improbus ingluuiem ranisque loquacibus explet;
Pero ahora que, a causa de la sequía provocada
por Baco, la tierra se muestra árida y las Ninfas se ocul
tan en el polvo, la serpiente es más feroz que en otras
ocasiones, replegándose sobre sus costadosy su espalda y
ewtá enfurecida por el fuego de su veneno desecado. Se
desliza por entre los estanques, lagos y fuentes secas
(520-523):
saeuior anfractu laterum sinuosa retorquens
terga solo siccique nocens furit igne ueneni.
stagna per arentesque lacus fontesque repressos
uoluitur et uacuis fluuiürim in uallibus errat
1 , - art. cit. p. 1 2 7 , n. 4
298
Otra imitación evidente de Virgilio Geórgicas
III, 432­434:
postquam exusta palus terraeque ardore dehiscunt,
exsilit in siccum, et flarnaantia lumina torquens
sauit agris asperque siti atque exterritus aestu
En su ansiedad tanto levanta la cabeza, tratan
do de absorber la humedad del aire, como, arrasando las
llanuras gimientes, extrae el jugo de las verdeantes
­
hierbas (524­527):
incensusque siti liquidum nunc aera lambit
ore supínate, nunc arua gementia radens
pronus adhaeret humo, si quid uiridantia sudent
gramina.
Según Gazzaniga''", los versos 526­527 están basa­
dos en Nicandro Ther. 296; y así "gementia arua radens"
está basado en δφοφβρέων καλάμης χΰσιν οία óiiípitsiy
-
"pronus adhaeret humo" en yatij άπιβλίβων νηδΰν
2
Aricó
piensa que, aunque la reducción de la expre
Sion griega a la latina "aruia gementia radens" no obstaCTilizaría la legitimidad de la comparación pues, además
de tener el "valor de una conquista formal" para Estacio
1,- art. cit. p. 125
2,- art. cit. p. 120
299
(como dice Gazzaniga) sería im toello colorido musical de
acuerdo con la tècnica acostumbrada por Estacio, sin emfi
bargo no es necesario recurrir a Nicandro cuando Ovidio
III, 75 influye más directamente:
terraque rasa sonat sq\iamis
donde el elemento acústico está relacionado en los tármi
nos: sonat (Ovidio), gementia (Estacio); y hay una perfe_c
ta correspondencia léxica entre rasa-radens, Bs más l e ^
timo pensar, insiste, en la influencia de Nicandro en Ovi
dio y de éste en Estacio, que directamente de Nicandro en Estacio,
Aricó que, como ya indicábamos, no encuentra con
vincente la mediacién de Virgilio entre Nicandro y Estacio, todo el episodio de la serpiente nemea está basado
en Metamorfosis III, 28-94, opinién que coincide con la
de Vessey^ aunque éste dice que Estacio no ha olvidado
la muerte de Laoconte y sus hijos en Eneida II,
Aimque Aricó no lo dice, quizá se haya basado
para su afirmación en que tanto Ovidio como Estacio com
paran la serpiente que describen con la constelación del
Dragón, situada entre ambas dsasa
Así Estacio, después de decir que la serpiente
nemea lleva la muerte por donde pasa ( 5 2 7 - 5 2 8 ) :
perc\xssae calidis adflatibus herbae
1.-
Notes on the Hypsipyle,.., p. 50
300
qua tulit ora, cadunt, moriturque ad sibila campus:
la compara con la serpiente que comparte el cielo extendiéndose desde el carro de la Osa mayor hasta poniente y
se alarga hasta otro hemisferio (529-530):
quantus ab Arctois discriminât aethera plaustris
Anguis et usque Notos alienumque exit in orbemj
y Ovidio compara la serpiente de Marte que se enfrenta
a los compañeros de Cadmo con la constelacidn, ya que
dice que su cuerpo, si se le mira entero, es tan grande
como el que separa las dos Osas (III, 4 4 - 4 5 ) :
tantoque est corpore, quanto,
si t o t m spectes, geminas qui séparât Aretes
En la comparacidn que hace Estacio con la serpiente Pitdn (531-533)Î
q\jantxis et ille sacri spiris intorta mouebat
cornila Parnassi, donee tibi. Delie, fixus
uexit harimdineam centeno uolnere siluam
Cazzaniga^ afirma que el poeta pensaba en la serpiente
Pitdn de la tradicidn calimaqueo-ovidiana. Y, en efecto,
1.- art. cit. p. 126
301
nos recuerda a Calimaco Himnos IV, 92-94:
άλλ'ίτι κείνο
θηρίον αΐνογένεϋον άπ5 ΠλειστοΤο καθέρπον
Παρνησδν νιφόεντα περισχέψει Ινν€α κΰκλοι,ς
y a Ovidio Metamorfosis I, 459-460:
qui modo pestifero tot i\agera uentre prementem
strauim\is innumeris tumidum Pythona sagittis.
Sigamos con los versos de Estacio, En 534-540 el
poeta se dirige al niño en primera persona lamentando su
muerte a tan temprana edad, aunque fuera preciso que esa
muerte diera un nombre sagrado a las naciones de Grecia
(alusión a los juegos ñemeos). El niño muere golpeado por
los últimos anillos de la serpiente, que ignora su vieti
ma. En seguida, el sueño huye de sus miembros y sus ojos
se abren sólo para morir:
Quis tibi, parue, deus tam magni pondera fati
sorte dedit? tune hoc uix prima ad limina uitae
hoste laces? an ut inde sacer per saecula Grais
gentibus et tanto dignus morerere sepulcro?
occidis extremae destrictus uerbere caudae
ignaro serpente puer, fugit ilicet artus
somnus, et in solam patuerunt lumina mortem.
302
Como apunta Vessey"'', Exjrípides y Estacio no es
t a n de acuerdo en el modo como muri<5 Ofeltes, Mientras
en Eurípides (fr. 60, lín, 74) la serpiente lo enrolló:
Estacio, como hemos visto, dice que murió por el golpe
de los óltimos anillos de su cola, sin que lo supiera
la serí)iente.
2
Cazzaniga
insfste en la influencia de Nicandro
pues dice que este tipo de muerte es semejante a la que
provoca el "druynas" que golpea por todas partes con su
cola (Ther. 475--476):
μ/\ σε κατατιλέξρ καΐ ανάγκη
πάντοθι μαστίζων ohp% δέμας..
De la muerte de Ofeltes nos habla Simónides, s£
gún testimonia Ateneo en IX 396e:
Σιμωνίδης... .καΐ έν άλλοις έπ'Άρχεμόρου είρηκεν
ίοστεφάνου γλυκειαν έδάκρυσαν
φυχ&ν αποπνέοντα γαλαθηνδν τέκος
pero, como vemos, nada nos dice del modo en que encontró
la muerte.
1.- art. cit. p. 50
2.- art. cit, p. 126
303
Apolodoro en III, 6, 4 nos dice que, mientras
Hipsípila mostraba la fuente a los argivos, el niño fue
muerto por una serpiente:
δεικνούσης δ\ τήν κρΐ^νην, o παις άτϊολειφθείς ύπδ
δράκοντος διαφθείρεται,
Εη la hypóth, 2 de las Nemeas de Píndaro encon
tramos las dos posibilidades de cómo la serpiente mat<5
a Ofeltes: enrollándolo con sus anillos o clavándole el
veneno:
ov δράκων περιειληθείς η £δν άφείς άνειλεν
ΕΙ argumento 3 sólo nos dice que, mientras Hi£
sípila conducía a los argivos al agua, una serpiente
­
que marchaba mató al niño. Puede ser la misma versión que
ofrece Estacio:
ττίς bt άπελθοΰσης ύδρεύσασθαι δφις έπελθ&ν άνεΤλε
τδν παιδα.
Εη la hypóth, 4 vemos que una serpiente, que sa
lió de su madriguera durante la ausencia de Hipsípila,
se enroscó al niño y con sus anillos estranguló al recián
nacido:
δφιν δέ της χειας εξελθόντα κατϋϋ τίιν της Ύψιπύλης άπουσίαν περιπλακίίναι τψ παιδί καί ταΓς σπεί- -
304
ραι,ς άποτετάμενον άποπνΤξαι τδ βρέφος.
Pausanias en II, 1 5 , 2 nos habla de un bosque de eipre­
ses en torno al templo de Zeus en Nemea, en cuya hierba
dicen que Ofeltes fue colocado por su nodriza y muerto
por una serpiente:
Κυπαρίσσων τε άλσος έστί περί τδν ναόν, καΐ τδν
Όφέλτην ένταχίθα ύπδ τ^ς τροφο^ί'τεθέντα ές τί|ν «íJav
διαφθαρτίναι λέγουσι,ν ύπδ του δράκοντος,
Εη VIII, 4 8 , 2 habla de los trofeos que se dan
en los diferentes juegos y, al hablar de los ñemeos, di
ce que al vencedor se da apio para conmemorar los pade­
cimientos de Palemón y Arquemoro:
Iv Νεμέ(} σέλινα έπΙ τοι5 Παλαίμονος καΐ του Άρχεμόρου τοις παθήμασιν ένομίσθησαν.
losque nos recuerda la versión de Higino que, como ya ­
hemos visto, indica que Hipsípila colocó a Ofeltes en ­
un altísimo apio.
También encontramos \ina alusión a la muerte de
Ofeltes en Escolios a Clemente de Alejandría Protrépti­
00 II, 3 4 : una serpiente cayó sobre el niño y lo mató;
parece la versión de Estacio:
δράκων δ6 έν τοσο^τφ περιπεσδ)ν τψ παιδίψ άνειλεν
αύτδ.
305
Entre los autores romanos encontramos una alusión a la muerte de Ofeltes en Ovidio Ibis 4 8 I - 4 8 3 :
Neue uenenato leuius feriaris ab angue
quam senis Oeagri Calliopesque nurus
quam puer Hypsipyles
Higino, fáb. 7 4 , recoge la versión de que, mien
tras Hipsípila mostraba el agua, una serpiente, guardiana de la fuente, mató al niño. Sigue, pues, la tradición:
quae d-um aquam eis tradit, draco fontis custos puerum exedit.
Servio a Virgilio Bucólica.*, V I , 68 nos habla,
como Pausanias, del apio, premio de los juegos ñemeos,
en recuerdo de Arquemoro:
ATQUE APIO apud antiques in agone erat species coronas de apio, sed in Nemeaeo agone, qui in honorem
Archemori institutus erat. et uolunt quidam hoc co
coronae genus ad indici-uni mortis electum; aut quod
humilis herba immaturum de Archemoro luctxam ostendat; aut quod supra hanc herbam reptans puer a ser
pente extinctus eit. sane in eo agone speciatim
-
apio coronantur poetae.
|;i Mitágrafo Vaticano II, I 4 I , nos dice que -
306
Hipsípila, captTirada por unos piratas mientras huía, fue
vendida luego como esclava a Licurgo, a cuyo servicio estaba cuando a Ofeltes, después llamado Arquemoro, lo
mat<5 una serpiente:
In cuius seruitio quum filium Ophelten, qial post
Archemorus dictus est, nutriret, puer dracene periit,
Ofeltes, al morir, lanza xm último gemido, que
Hipsípila oye. Aterrada, corre aunque sus temblorosas piernas la retienen. Busca por todas partes y llama al
niño con los nombres que acostumbra darle, pero no lo ve. La serpiente está perezosamente extendida y cubre un espacio inmenso. Su cabeza descansa sobre el vientre
de su joven víctima ( 5 4 1 - 5 5 1 ) :
cum tamen attonito moriens viagitus in auras
excidit et rmptis immutuit ore querelile,
qualia non totas peragunt insomnia uoces,
audiit Hypsipyle, facilemque negantia cursum
exanimis genua aegra rapit; iam certa malorum
mentis ab augurio sparsoque per omnia uisu
Itistrat humum quaerens et nota uocabula paruo
nequiquam ingeminans: nusquam ille, et prata recentes
amìsere notas, uiridi piger accubat hostis
collectus gyro spatiosaque iugera complot,
sic etiam obliqua ceruicem expostus in aluo.
307
El verso 551 parece estar en contradicción con
5 3 9 - 5 4 0 , pues mientras en éstos ha dicho que la serpien
te maté a Ofeltes con los últikos anillos de su cola, el
551 sugiere más bien que lo hubiera matado con el veneno de su triple lengua.
Hipsípila, a la vista del reptil, lanza una
-
largo grito que se adentra en toda la selva, pero la ser
piente no se inmuta (552-554)í
horruit infelix uisu longoque profundum
incendit clamore nemtis; nec territus ille,
sed iacet.
Los argivos escuchan su grito. Adrasto envía a
Partenopeo a preguntar la causa. Sélo entonces el monstruo yergue su cuello erizado de escamas.
Hipomedonte agarra una piedra que servía de m£
j e n a los campos, y la lanza a los aires:(558-560)
rapit ingenti conamine saxum,
quo discretus ager, uacuasque impellit in auras
ardu-us Hippomedon
evidente imitacién de Eneida XII 896-898:
saxum circumspicit ingens,
s a x m antiquum ingens, campo quod forte iacebat,
limes agro positus litem ut discemeret aruis.
308
La serpiente lanssa hacia atrás su flexible cabeza y evita el golpe (562-563):
iam molila colla refusus
in tergum serpens uenientem euaseratictum
Pero Capaneo, armado con un gran fresno, se lan
za hacia la serpiente gritándole que no escapará de sus
golpes, aunque sea huésped de los bosques y esté consagrada a Júpiter; y que incluso llevando un gigante sobre
ella sería abatido por él (565-570):
"at non mea uulnera" clamat
et trabe fraxinea Gapaneus subit obiiius "umquam
effugies, seu tu pauidi ferus incola luci,
siue deis, utinamque deis, concessa uoluptas,
non, si consertum super haec mihi membra Giganta
subueheres"
La lanza de Capaneo penetra por la boca abierta
del monstruo, golpea sus costados, atraviesa sus escamas
y se clava finalmente en la tierra manchada con la sangre impura del negro cerebro (570-574):
uolat hasta tremens et hiantia monstri
ora subit linguaeque secat fera uincla trisulcae,
perqué iubas atantes capitisque insigne corusci
emicat, et nigri sanie perfusa cerebri
figitur alta solo.
309
La serpiente, apenas ha sentido el dardo, lo rodea con sus repliegues y lo arranca. Arrastrándose, lo lleva al templo de Júpiter, donde muere. La laguna de
Lerna, las Ninfas e incluso ^os Faunos, lloran su muerte. El propio Júpiter pedía sus dardos para castigar a
Capaneo, pero la cólera del padre de los dioses era todavía demasiado débil y Capaneo estaba destinado a xm castigo más terrible. Sin embargo, como un adelanto de
lo que será su muerte, el rayo de Júpiter roza el penacho del guerrero ( 5 8 6 - 5 8 7 ) :
moti tamen aura cucurrit
fulminis et summas libauit uertice cristas.
En Eiarípides Hipsípila (fr. 60, 75-76) es Anfia
rao el que da muerte a la serpiente:
í^^ets b't&ó (vTec
¿Yfi) 6*íx6leva[!
aunque, como opina Vessey"'", el contexto es insuficiente
para suponer que haya sido sélo Anfiarao el que da muer
te al reptil.
2
Vessey y Aricó
coinciden al pensar que la elejc
c i e n por parte de Estacio de Hipomedonte y Capaneo como
autores de la muerte de la serpiente, puede deberse al
1 . - art. cit. p. 5 1
2 . - Stazio e l^'Ipsip.... p. 58
310
deseo de resaltar su fiereza e impiedad, sobre todo en
el caso de Capaneo, ya que matan la serpiente consagra
da a Júpiter.
En Apolodoro III, 6, 4 son los argivos, sin es­
pecificar qviiánes, los que la matan:
τδν μέν οδν δράκοντα έπιφανέντες oi μετΛ Α δ ρ ά σ ­
του κτείνουσι.
Según Píndaro Nemeas hypoth. 2, también son los
argivos en general, sin determinar nombres, los que, cuan
do volvieron de la fuente y vieron la desgracia, mataron
al ofidio:
ot δέ υπόστρεφαντες καΐ τδ πάθος θεασάμενοι τόν
δε δράκοντα άνειλον
Εη la hypoth. 4 nos dicen que mataron a la ser
píente asaeteándola, como afirma Anfiarao en la tragedia
de Exnrípides. Los argivos se enojaron con la muerte del
niño porque su necesidad de agua había sido la causa de
ella:
τobς &t έπανελθόντας τοξεΰσαι μέν τδν δφιν, σφό­
δρα δ& έπί τφ γεγονότι δυσφορ?ίσαι, δτι ή αύτων χρεία
αίτία'τί|ς τοΰ παιδδς αναιρέσεως γεγένηται,
También Higino nos dice que "Adraste y los otros"
311
mataron al dragan, sin dar nombres concretos, en gáb.74:
At draconem Adrastns et ceteri occider-unt.
Tan pronto como la serpiente ha abandonado el
IxAgar donde matara a Ofeltes, Hipsípile corre hacia este lugar y , en su desesperación, no encuentra palabras
ni lágrimas. Inclinada sobre e l niño busca con sus labios, sobre sus miembros, el alma fugitiva. Pero ya no
hay ni rostro ni pecho. Su piel está arrancada, sus d_e
licades huesos están descubiertos, las intersecciones
de sus miembros llenos de sangre y todo e l cuerpo es una herida (594-598);
ingeminat misera oscula tantum
incumbens animaeque fugam per membra tepentem
quaerit hians. non ora loco, non pectora restant,
rapta cutis, tenuia ossa patent nex-usque madentes
sanguinis imbre noiii, totumque in uulnere corpus.
Como vemos, cada vez que Estacio habla de la
-
muerte del niño, presenta de distinto modo la manera B<5mo ha sido. Ya vimos que en 538-539 el niño muere golpea
do por los últimos anillos de la cola del monstruo. En
551 veíamos que parece aludir a la muerte a causa del V£
neno de su lengua. En cambio, en estos versos, 596-598,
parece indicar Estacio que la muerte de Ofeltes se ha d£
bido a losaiillos que fean estrangulado su pequeño cuerpo. En este último caso sí que podemos encontrar una p£
312
sible influencia de Eurípides Hipsípila (fr. 60,74 Bond).
Cuando por fin Hipsípila puede hablar, invoca
al pequeño, lamentando que los dioses hayan robado el ­
día a Arquemoro, consuelo para ella de su fortuna y su ­
patria perdida y honra de su esclavitud, cuando hacía s£
lo un momento lo dejara feliz apresando el césped con
­
sus ligeros pasos (608­612):
o mihi desertae natorum dulcís imago.
Archemore, o rerum et patriae solamen ademptae
seruitiique decxis, qui te, mea gaudia, sontos
exstinxere del, modo quem digrossa reliqui
lascium et prono uexantem gramina cursu?
1
Reusner
2
y Aricó
han intentado ver paralelismos
entre los versos 608­610 y E\irípides Hipsípila fr. 34 c.
1, 10­12 (cf. fr. 60 bond):
τούμδν τιθ^ίνημ*, δν έχ'έμαϊσιν Λγκάλαις
πλίιν'ού ^εκοΰσα ταλλα]γ*ώς έμ6ν τέκνον
στέργ ο υσ*[εφερβον, ώφέλημ'έμόΐ] μέγα.
Pero Vessey"^ no cree que hayan influido decisi­
vamente en Estacio estos versos de Eurípides, porque Estacio nos muestra este tipo de lamentos en varias ocasio
nes, lo que hace pensar que expresa sus sentimientos. El
1,- op. cit. p. 43
2.- art. cit. p. 63
3.- art. cit. pag. 51
313
lamento de Hipsípila recuerda mucho el de la madre de Meneceo en X, 793 ss. y, sobre todo, sus "epicedia" en
las Silvas II, 1, II, 6 y V,5 en q.ue lamenta la muerte
de jdvenes: Glaucias de 12 años. Filete de 17 y el esclavo del poeta, respectivamente.
En el verso 612 Vessey vuelve a encontrar para
lelismos entre el pasaje de Lino y Corebo (I, 582 ss) y
el de Ofeltes y, por tanto, influencia de Calimaco (fr,
27 Pfeiffer). De las semejanzas entre uno y otro ya hemos hablado.
Hipsípila sigue recordando las veces que dormía
al niño hablándole de Lemnos y de la nave Argo, a la vez
que consolaba su dolor; pero ahora la aeche corre en
-
vano por los labios del ñiño y sdlo moja sus heridas
-
(615-619):
quotiens tibi Lemnon et Argo
susta loqui et longa somn.um suadere querella!
sic equidem luctias solabar et ubera paruo
iam materna dabam, cui nunc uenit inritus orbae
lactis et infelix in uulnera liquitirp imber.
1
2
3
Reussner , Aric6 y Bond creen que estos versos son una hábil v a r i a d d n de las palabras que el coro
1,- op. cit. p. 44
2.- art. cit, p. 64
3.- op. cit. p. 67
314
dirige a Hipsípila en Eurípides fr. 3 col, 2 , 5 ss. (fr.
I,II, 1 9 - 2 1 Bond):
fi TÍtv *ApYfi> T&v 6 ta oot5
axóiiaxog à'cl xXpiJoíxévav
uevTTjKÓvTopóv
fióeig
Bond encuentra q.ue en áel
puede haber xm matiz
patético. Sin embargo, para Vessey"^ esta semejanza no es
concluyente,
Hipsípila reconoce en la muerte un castigo a su
olvido, a su fidelidad rota ( 6 2 5 - 6 2 7 ) :
tantane me tantae tenuere obliuia curae?
dum patrios casus famaeque exorsa retracto
ambitiosa meae -pietas haec magna fidesque!-
En su desesperación, quiere morir también. Suplica a los argivos que la conduzcan a la serpiente o bien la atraviesen con su espada, Si piensan que le deben algún favor, pues no se atreve a presentarse ante Eu
ridice, la madre del
niño,
cuyo dolor, en cambio, no se
rá inferior al de la propia nodriza.
La fatal noticia de la muerte de Ofeltes ha lie
gado ya al palacio de L i c w g o , en el momento en que el
2
rey regresaba de las cimas de Perseo de ofrecer un sa1 . - art. cit. p. 50
2 . - Puede tratarse del Áfesante, montaña situada al N.O.
de Nemea. Ya en el libro III, 460 ss, nos ha hablado
de ella Estacio: a su cima subieron Anfiarao y Melam
315
orificio a Júpiter, Y, a causa de los siniestros presagios q.ue ofrecían las víctimas, estaba pensativo y apesadumbrado (638-642):
Et iam sacrifici subitus per tecta Lycurgi
nuntius implerat lacrimis ipsiamque domumque,
ips-um aduentantem Persei uertice sancto
mentis, ubi auerso dederat prosecta Tonanti,
et caput iratis rediens quassabat ab extis.
Estos versos nos recuerdan los de E n e M a X I , 1 3 9 - 1 4 0 , en q.ue Virgilio nos habla de la noticia de la
muerte de Palante q.ue llega a oídos de Evandro:
Et iam Pama uolans, tanti praenuntia luctus,
Euandrum Euandrique domos et moenia replet,
Licurgo no se ha unido a la expedición argiva
porque no ha olvidado los presagios salidos, desde antiguo, del santuario, que le habían asegurado que daría
la primera sangre a la guerra tebana. Por ello no había
querido participar en ella, aunque no le falta valor
-
(643-647):
hic sese Argolicis immunem seruat ab armis
haud animi iiacuus, sed templa araeque tenebant.
po a consiLLtar los oráculos; según mía tradición que
recoge Estacio, desde ella se lanzó Perseo a la grupa
de Pegaso,
316
necdtam etiara responsa de-um monitusque uetusti
exciderant uoxque ex adytis accepta profundis:
"prima, Lycurge, dabis Dircaeo fuñera bello"
Cuando hablamos del encuentro de los argivos con
Hipsípila, ya vimos cdmo el carácter sacerdotal de Licur
go se encuentra, además de Estacio, en Eurípides Hipsípila(fr. I,IV v. 28 Bond) y en Píndaro Nemeas hypoth, 2.
Es verosímil que en este caso concreto sí haya influido
Eurípides en Estacio,
La palabra del dios se ha cumplido: la primera
sangre ha sido vertida. La hija de Toante llega al pala
C Í O llevando los tristes despojos de Arquemoro. Euridice corre acompañada de un triste cortejo de mujeres (650652):
Ecce-fides superum! laceras comitata Thoantis
aduehit exsequias, contra subit obuia mater,
femíneos coetus plangentiaque agmina ducens
que, como en Virgilio Eneida XI, 1 4 5 - 1 4 6 , llenan de lamentos la ciudad:
Pero Licurgo no se abandona al llanto, sino que
se encoleriza y trata de castigar a Hipsípila para quien,
segiin dice, resulte una alegría la muerte del pequeño.
Pide a sus compañeros que la agarren y la arrastren hasta su presencia (656-658):
317
illa autem ubinam, cui parua crúoris
laetaue damna mei? uiuitne? impellite raptam,
ferte citi cèmites;
No coinciden en este aspecto Eurípides y Estacio, pues mientras en el posta romano, como vemos, •'^urí_
dice reconoce el cadáver de Ofeltes, pero es Licurgo el
q.ue quiere castigarla, en Eurípides el rey no está pree
sente y no aparece en los fragmentos qjie quedan de la tragedia, antique es presimible que apareciera en escena
antes del final"^. Es Euridice la que quiere tomar
inme_
diata venganza sobre Hipsípila, a la que acusa de la
-
muerte de Ofeltes (fr. 60, 1-4 Bond):
έχουσα μηκΰνει,ς μακράν
κτανουσ*Όφέ^την, των έμδ)ν δσσο^ χαράν;
Γ,.μηδ'άναμ^ς
• v.n.t
f;..Ttot naiòt θ'δν άι^λεσας
Hipsípila le replica lamentando que la culpe y
condene antes de escuchar lo que ha ocurrido (5-9)
ουτω δοκ[ει με), ιΛ)τνι*, άποκτείνε"^ t v
¿PY9 πρίν δρθως Βραγμ[α διαμαθεΐιν τ<5δε;
aiy^fQ,'
άμευ^ΐ} δ'^ύδεν; δ ίταλαιν'έγ^ ώ
ώς το\5 θανείν μέν ο&νεκ* (od μέγα στέν]ω,
ε£ òt κτανεΤν τϊ> ^έκ\Π ον ^ούκ"· 6ρθ[ής δοκω,
Después de reafirmar los sentimientos que le
1.- Bond, op cit. p. 16
318
inspiraba el niño en los versos 10­12, que ya hemos vis_
to en posible relación con 608­610 de Estacio, reilama
la presencia de Anfiarao para quese muestre como testigo
de su desgracia, ya que no encuentra a nadie cerca que
la socorra (15­21):
δ μά^ντι πατρδς θίκλέους, θαν^οΰμεθα
αρηξ^ο[ν, ε]λθέ, μή μ'Γδρς ύπ'α'ιτίΓας
αίσχρί'ας θανοχ3σαν, διά at γ&ρ 6^ κ5λλυμ«ι.
έλθ', oC ^σθα γ&ρ Ót] τάμά', κάΐ^ at μάρτυρα
σαφέΛατον δέξάιτ'αν ηΐδ'έμδίν κακίΰν.
άγετε, φίλων γ&ρ ούδέν'εύσορίδ πέλας
δστις με σώσει
Cuando aparece Anfiarao, Hipsípila le reitera
sus sáplicas y le pide que, puesto que estuvo presente
y lo ha visto, cuente a Eurídice la muerte del niño, ­
pues la reina acusa a la nodriza de hatoer provocado vo
luntariamente la muerte de Ofeltes y conspirar contra
su casa (34­36):
eínt τ^δε συμφορ&ν τέκνου,
παρβ)ν γ&Γρ ο?σ]θα· φησί δ'ηδ'έκουσίως
κτανείν μ [ε π]|αΓδα κάπιβουλευσαι δόμοις
Υ, θη efecto, Anfiarao sale en defensa de Hip­
sípila. Relata a Eiirídice, en un fragmento muy mutilado
que más se adivina que se concluye, la muerte del niño -
319
por la serpiente y cdmo él la ha asaeteado. Consuela a
Euridice, predice los juegos y llama al niño Arquemoro.
De todo ello hablaremos más adelante.
En Estacio no aparece en absoluto este juicio
al que Hipsípila es sometida ppr Euridice. No hay nada
tampoco de la intervencidn paralela de Anfiarao. Antes
bien, Hipsípila no llega al palacio sola, sino acompañada de todos los guerreros argivos y cuando Licurgo,
furioso, quiere golpearla, Tideo le opone su escudo y
le grita que deponga su furia, E inmediatamente. Capaneo, Hipomedonte y Partenopeo corren a defenderla con
la espada desenvainada (660-665):
ibat letumque inferre parabat
ense furens rapto; uenienti Oeneius heros
impiger obiecta proturbat pectora parma,
ac simul infrendens; "siste hunc, uesane, furorem,
«Íuisquis es!" et pariter Capaneus acerque reducto
adfuit Hippomedon rectoque Erymanthius ense,
Como indica Vessey"'' podemos ver en el deseo de
Licurgo de castigar a Hipsípila prefigurada la intención
de Creonte de matar a Antígona y Argia en el libro XII,
677 ss.
Los canapésinos de Nemea forman grupo en torno a
su rey, Y a punto está de empezar una lucha entre argivos
1.- art. cit. p, 49
320
y ñemeos. Adrasto trata de calmar los ánimos y Anfiarao,
respetuoso por las bandas de sacerdote que ve en Licurgo,
suplica a todos que bajen las armas, pues la misma sangre les une, y retengan su furor, el primero de todos Licurgo (669-671):
Amphiaraus ait: "ne,^uaeso! absistite ferro,
unus auum sanguis, neue indulgete furori,
tuque prior."
Pausanias III, 18, 12, nos dice que en un altar de A m i d a s están representados Adrasto y Tideo deteniendo la lucha entre Anfiarao y Licurgo. Es por tanto,
muy distinto a lo que nos dice Estacio:
Sin embargo Higino Pábulas 74 coincide con Estacio, pues los argivos suplícana Licurgo (llamado Lico
por Higino) en favor de Hipsípila:
Lycum pro Hypsipyle deprecati sunt.
Ya más calmado, Licurgo se queja de que xm rey
no pueda ejercer ningi5n derecho sobre su esclava, A los
argivos, a quienes antes ha dicho que no creía que la guerra fuera tanto contra Tebas como contra él mismo y
321
q.ue si tanta importancia tiene para ellos la sangre lo
maten a a l y arrasen su palacio, les predice que Júpiter ve su audacia y c a l e r a y, aunque tardía, les llega
r a la muerte ( 6 8 8 - 6 8 9 ) :
sed uidet haec, uidet ille deum regnator, et axisis
sera quidam, manet ira tamen.
Adrasto, por su parte, calma los ánimos de los
argivos, que habían llegado a pensar, puesto que habían
quedado en el palacio, que Licurgo había matado a Hipsí
pila.
Como una compensación a todas las desgracias de Hipsípila, Baco que, como hemos visto, provocara la
sequía, ha conducido a los hijos de la lemnia àesde las
orillas de Lemnos a Nemea, buscando a su madre (712-715)
tu gentis conditor, Eiahan,
qui gemines iuuenes Lemni de litore uectos
intuleras Nemeae mirandaque fata parabas,
causa uiae genetrix
Apenas habían llegado a Nemea y obtenido la hos
pitalidad de Licurgo, cuando llega la noticia de la muer
te de Ofeltes, En un primer impulso, se disponen a gcyudar
al rey y secundarlo en sus propósitos de castigar a la
nodriza, Pero cuando oyen de boca del propio Licurgo los
nombres de Lemnos y de Toante, se precipitan a travos de
322
los batallones de guerreros y se lanzan a los brazos de
Hipsípila cubriéndola de caricias (719-722):
sed Lemnos ad aures
ut primum dictusque Thoas, per tela manusque
inruerant, matremque auidis complexibxis ambo
diripiunt flentes alternaque pectora mutant.
Ella duda de sus palabras, Pero cuando reconoce
sus rasgos y ve la nave Argo grabada en la empxiñadura de
la espada que habían dejado los minios en JLemnos, y el
nombre de Jasdn en la clámide de los jdvenes, todo su dolor se disipa (725-727):
ut uero et uultus ©t signa Argoa relictis
ensibxis atque umeris amborum intextus lason
cesserunt luctus,
Es posible que Estacio haya tenido en cuenta el verso 123 de la Heroida VI de Ovidio, en que Hipsípi
la escribe a Jasdn que sus dos hijos se parecen a él:
Si quaeris cui sint símiles, cognosceris illis
En Eurípides, segliti se desprende de la hypoth,
^® Hipsípila, la lemnia reconoce también a aua hijos, pero no en el momento en que se le perdona la vida (que
en Eurípides conseguiría Anfiarao), sino porque partici
323
pan en los juegos q.ue se celebran en honor de Ofeltes­
Arquemoro. Así en este argumento (Bond. p. 91) w . 192­
196, encontramos que los hijos de Hipsípila, que busca­
ban a su madre, recibieron hospedaje de la mujer de Li­
curgo, hospedaje que en Estacio les ofrece el propio
­
rey. Ellos quisieron participar en los juegos en honor
del niño:
oí γεγονότες Ύ ["φί,ιι>ΰ]λης παίδες.. ρ[..] αν
ΙπΙ τί)ν τ%ς μητρός ςι^τησιν καΐ καταλΰσαντες παρά τ^ί του Λυκούργου γυναικί
τον έπιτάφιον του παιδος -^θέλεσαν ά­
γων ίσασθα ι
Los jdvenes vencieron en una prueba, segdn se
deduce de los versos 196-197 de esta hypothesis:
ή δ^ το[ν"]ς
π [ρ] οειρημέν [ους]
ξενόδοχί^σασα τοΰτ[ους] μ^ν Ιτι^νει
ΑΙ parecer, Hmfiarao tuvo un papel muy importan
te en el encuentro de Hipsípila con s\is hijos, ya que en el fr. 64, verso 65 el propio adivino dice:
επέδωσα κάγδ» σοι πρόθυμ'ές παίδε σω
verso en que el dxaal ratifica la seguridad que teníamos
de que para Eurípides Hipsípila tuvo dos hijos, aunque
s<5lo nos da el nombre de uno: Euneo.
324
En la tragedia de Eurípides, Hipsípila reconoce
a sus hijos gracias a \m ramo de vid dorado que llevaban
los jdvenes, presente que Baco había entregado a su hijo
Toante. Así lo encontramos en el fragmento 64, v, 111
EYN.- κεί vov.
ντος οίνωπδν pdxpuv
y en el fragmento 765 Nauck:
ο£ν&νθα τρέφει τον ίερ6ν ßdτpυv
Εη Estacio, como ya se ha dicho, la prueba es­
tá representada por una espada de los argonautas y el ­
nombre de Jasdn bordado en la clámide de sus hijos.
Las fuentes que hablan del encuentro de Hipsípi
la con SUB hijos coinciden con la versidn de Eurípides,
Así en Píndaro Nemeas hypoth. 2, los jdvenes llegan a ­
Nemea buscando a su madre en el momento en que Euridice,
que quería matar a Hipsípila por la muerte de Ofeltes,
la había encerrado en un lugar escondido (semejanza con
Antígona de Sdfocles), Anfiarao muestra la madre a
ΒΧΧΒ
hijos y ella, feliz por el encuentro, ruega a los héroes
argivos que permitan a sus hijos participar en los jue­
gos:
κατ'ΙκεΓνον 6è τον καιρόν κατ& ςΐ^τησιν οι ταύ­
της παίδες θίας καΙΈυνεως'παρέβάλον έν Νεμέί^,
-
Ευρυδίκης òt της Αυκοΰργου γυναικδς βουλομένης δι&
325
τδν Όφέλτου θάνατον δνελεΓν τί)ν 'γψικΰλην, διΛ
τουτό τε εν τινι τόπφ λαθραίφ καταΗλεισάσης, 'Αμφκίραος μαντευσ(£μενος δείκνυσι τοις παισΐ τήν
*Υψιπΰλην» ή Òt τοΰτο είιτυχΐ^σασα παρεκάλει τοΙ)ς τίρωας τοις παισΐ συναγωνίσασθαι.
Antología Palatina III, 10 un epigrama que
está bajo un relieve en el que se representan a Euneo
y Toante reconocidos por su madre a la que muestran una rama de vid dorado, símbolo de su linaje, y defen
diéndola del castigo que quería imponerle Euridice
-
por la muerte de Arquemoro, nos dice que Exmeo abando
n(5 el Asopo y condujo a su madre a la sagrada Lemnos:
• .•Εδνοος γεγλυμμένος καΐ β<5ας, ους έγέννησεν ΎψJJ_
πύλη, αναγνωριζόμενοι τ^ μητρί καΐ τ?)ν xpuotfv δεικ
νΰντες δμπελον, δπερ ^ν αύτοις του γένους σύμβολον
καΐ λυόμενοι αύτί)ν τ!ίς διδ; τδν Άρχεμόρου θανάτου
παρΈορυδίκρ τιμωρίας,
φαίνε, θόαν, Β<ίκχοιο φυτδν τόδε» ματέρα γίίρ σου
^ΰσΐ} του θανάτου, οίκέτιν 'γψιπΰλαν»
α τδν άπΈύρυδίκας ετλη χόλο ν, ?ίμος άποΰρας
υδρος ο γας γενέτας ωλεσεν Άρχέμορον.
στειχε òt καΐ σΐ) λιπ&ν Άσωπίδος, B C V O * , αρουραν,
γειναμένην'αξων Λημνον Ις ^γαγέην.
ΕΙ Mitógrafo Vaticano Segundo, 141, y Lactancio a Tebaida IV, 740, muestran que Hipsípila reconoció a sus hijos.
326
que la buscaban, cuando el heraldo dijo que los vencedo
res en la carrera eran los hijos de Hipsípila y Jasdn,
Euneo y Toante suplicaron a Licurgo que les permitiera
llevar a su madre a Lemnos:
quibus ludis Hypsipyle cum duobus filiis ex lasone
intererat, qui et ipsi matrem quaerentes currende
ulcerunt. quorum nomina praeco cum pronuntiasset,
lasonis et Hypsipyles filies esse mater eos cogno
uit. qui ab rege impetrarunt, ut miatrem recuperatam Lemnum reuocarent.
Sin embargo, en Estacio el reconocimiento es muy
anterior a estos hechos. Tiene lugar antes incluso de
que los argivos determinen celebrar juegos fiSnebres en
honor del nifio. Tampoco en el poeta romano los jdvenes
vencen en ninguna prueba, aunque sí participan en xma
de ellas, en la carrera de carros. Precisamente Vessey"^
considera que una de las mayores diferencias entre la
tragedia de Eurípides y el poema épico está en el encuentro de Hipsípila y sus hijos, pues mientras en la
tragedia constituía el núcleo de ella y en su torno giraban los demás acontecimientos, en la Tebaida lo que interesa es el retraso de los argivos y los simbolismos
que estos hechos, así como el relato de Hipsípila, tienen con respecto al destino de los guerreros.
1.- art. cit. p, 49
327
También es digno de resaltar el hecho de que
Estacio ha ido paulatinamente cambiando el nombre del
niño, sin causa aparente, de Ofeltes en Arquemoro, Pe
ro sí hay una causa: mientras el niño está vivo lo 1 1 ^
ma Ofeltes; pero a partir del momento en que muere, ca
da vez que lo menciona lo llama Arquemoro, nombre que,
según las demás fuentes, le dieron los argivos por haber sido la primera víctima de la guerra tebana. Indxjda
blemente, Estacio tuvo en cuenta esta tradición, pero en sus versos el niño parece gozar del doble nombre
-
Ofeltes-Arquemoro sin que se hable de los argivos como
autores de la segunda determinación. Y así ctiando "^fia
rao calma los ánimos de los argivos y ñemeos diciendo que estaba desde antiguo decretada por los dioses la se
quia, la serpiente homicida y la muerte del niño, asegu
ra que ya su nombre presagia desgracia'''(733-740):
audite, o ductor Nemeae lectique potentes
Inachidae, quae certus agi manifestât Apollo,
iste q\iidem Argolicis haud olim indebitus armis
luctufí adest, recto descendrait limite Par cae:
et sitis interitu fluuionam et letifer anguis,
et puer, heu nostri signatus nomine fati,
Archemorus, cuneta haec superum demissa suprema
mente fluunt.
1.- *ApxTj-jiópos tiene una doble significación: Puede ser
únicamente la primera víctima, pero también el primero de una larga serie de infortunios.
328
La relación nombre-destino es comiSn a varios
personajes de la mitología clásica, entre los que cabe
destacar, por la semejanza con el nombre de Arquemoro,
a Protesilao, sobre el que pesaba el destino, ya señalado por su nombre, de que sería el primero en pisar la tierra troyana y, por tanto, en morir"^.
Anfiarao afirma que deben ofrecerse al niño lio
ñores ftSnebres que permanecerán a lo largo del tiempo,pues se lo merecer (741-742):
mansuris donandus honoribus infans.
et meruit;
En Apolodoro III, 6, 4, Anfiarao comunica a los
argivos que la muerte de Ofeltes era indicio de lo que
iba a suceder. Por eso lo llamaron Arquemoro. En su honor instituyeron los juegos ñemeos:
1.- MOYA DEL B A S O , P . - Estudio mitográfico de las HeroiMM aa Ovidio. Publicaciones de la Universidad de Murcia, 1969, pp. 141-142, en que están recogidas las citas que hablan de Protesilao y las dos corrien
tes seguidas por ellos: la de Ausonio, de que el nom
bre es anterior a la muerte de lolao-Protesilao y, en cierto modo, cauda de ella; y la de Higino, que afirma que el nombre se le dio después de su muerte.
La opinión de Aasonio con respecto a Protesilao es paralela a la de Estacio con Ofeltes-Arquémoro, mien
tras que la de Higino, Pilóstrato, Eustacio, etc. lo
es con la de los autores que siguen la tradición de
que los argivos llamaron Arquemoro a Ofeltes después
de su muerte y por el significado que ésta tenía.
329
Αμφιάραος òt είπεν έκείνοις τ6 σημεΓον τίι μέλλον
τα προμαντεΰεσθάι» τί)ν òt παΓδα 'Αρχέμορον Ικίλεσαν·
οι òt έθεσαν Ιπ'αδτφ τδν των Νεμίων άγ(3να.
Los escolios a Clemente de Alejandría Protr.
II, 34 dan lai misma versión que Apoiodoro sobre el nom
bre que los argivos dieron a Ofeltes, Es Adrasto el qxie
instituye los juegos ñemeos en honor del niño, juegos que más tarde fueron consagrados a Zeus:
Άμφκίραος òt 6 μ({ντ(,ς, είς ων των έπτ(ί, άπδ
τοΰ συμβάντος τόΓς "Ελλησι θάνατον προεμαντεΰσάτο
καΐ τδν παϊδα Άρχέμορον έκάλεσεν. "Αδραστος òt παραμυθοΰμενος τίιν Ύψιπΰλην έπ'αίιτφ τδν Νεμεακδν
αγώνα, συνεστήσατό, δς ύστερον τφ ΔιΙ άνιερώθη,
Εη hypoth. Escolios a Pindaro Nemeas (p. 424
Boeck) también se habla de la instauración de los jue
gos ñemeos. SegiSn este escoliasta, los padres del niño
no se llaman Licurgo y Etirídice, sino Ei^fetes y Creúsa:
τδ; Έεμέα φασιν άγεσθαι lui Όφέλτ^ τφ Έΐφ^του
καΐ Κρεοΰσης naiòC
En el argum. 2 nos dicen que instauraron unos
juegos fiSnebres trienales:
καΐ &γωνα ^yov Ιπιτάφιον τριετηρικδν
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En hjrpo­th, 3 es Anfiarao quien da el nombre de
Arquemoro a Ofeltes, pues la muerte del fíiño significa
el principio de los infortunios. En su honor establecen
los juegos:
^Αμφίίίραος δε τοΰτοις μαντεχιόμενος Άρχέμορον
αύτδν έκάλεσεν, δτι αύτοΐς άρχή μόρου έγένετο 6
του παιδδς θάνατος Ιφ*φ καΐ άγωνα διέθηκαν·
Εη hypoth. 4 los argivos, que se sentían respon
sables de la muerte del niño, lo entierran y establecen
los juegos ñemeos:
είτα τ% σύμφορη βράχεt<£v τινα παραμυθίαν ποριζομένους θάψαι τδν παιδα καΐ Ιπιτάφιον άγωνα θέσθαι τδν ΗεμεαΤον,
Segán Higino Pábxilas 74, los argivos institxjye
ron los juegos ñemeos, juegos que no son trienales, como en la hypoth. 2 de Píndaro Nemeas y en el propio E s tacio, sino quinquenales. En ellos se entregaba al gana
dor una corona de apio, como también atestigua Pausanias,
según hemos visto:
ludosque puero fúnebres instituerunt, qui quinto
quoque anno fiunt, in quibus uictores apiacam c£
ronam accipiunt.
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En la fábula 273 insiste Higino sobre los juegos,
ya que dice que los establecieron los siete caudillos que
iban a luchar contra Tebas:
facti sunt in Nemea Archemoro Lyci et Eurydices
filio, quos fecerunt septem duces qui Thebas ibant
oppugnatum.
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