Inteligencia emocional en Adultos Mayores (PDF Available)

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Inteligencia emocional en un grupo
de adultos mayores de la ciudad de
Temuco, Chile.
Emotional intelligence in senior population on the Temuco city, Chile.
Norman López Velásquez
Sergio Chesta Saffirio
Alex Véliz Burgos
Resumen
El estudio buscó identificar el nivel de inteligencia emocional
en adultos mayores de 8 sectores de la ciudad de Temuco, mediante
la aplicación del test Trait Meta-Mood Scale (TMMS), que evalúa tres
dimensiones de la inteligencia emocional (percepción, comprensión y
regulación emocional). Se utilizó una muestra de 90 adultos mayores,
15 hombres y 75 mujeres. Edad promedio 71,6 años. Se compararon
los resultados de la muestra obtenida de acuerdo a género, edad, nivel
educativo y el rendimiento obtenido en la prueba de estado mental
(MMSE). Se buscó identificar el nivel de inteligencia emocional en
adultos mayores con altos y bajos puntajes en el Minimental (MMSE),
y la pertinencia del instrumento TMMS para ser aplicado en población
adulto mayor. Los resultados indican que los adultos mayores de la
ciudad de Temuco poseen un adecuado nivel de inteligencia emocional,
independiente de la puntuación en el MMSE, el sexo, la edad y nivel
educativo. Sólo en la dimensión comprensión emocional los hombres
presentan una media más alta y estadísticamente significativa respecto
a las mujeres. La confiabilidad del instrumento resulta adecuada en
sus tres dimensiones: Percepción emocional (,79), Comprensión de
sentimientos (,83) y Regulación emocional (,89).
Palabras clave: adulto mayor, inteligencia emocional, percepción,
comprensión y regulación emocional
67
Abstract
The study tried to identify the level of emotional intelligence in
adults from 8 sectors from Temuco city, by applying the Trait Meta-Mood
Scale (TMMS), which assesses three emotional intelligence dimensions
(perception, understanding and emotional regulation). The samples
were 90 elderly adults, 15 men and 75 women, having an average age of
71.6 years. Results were compared according to gender, age, educational
level and the performance on the Mini-Mental state test (MMSE). We
tried to identify the level of emotional intelligence in elderly adults with
both, high and low scores on the Mini-mental (MMSE) and the adequacy
of the TMMS instrument to be applied to elderly adult population.
The results indicated that elderly adults in the city of Temuco have an
adequate level of emotional intelligence, independent of MMSE score,
sex, age and educational level. Only in the emotional understanding
dimension men have a statistically significant higher mean compared
to women. The reliability of the instrument is adequate in its three
dimensions: emotional perception (,79) understanding of feelings (,83)
and emotional regulation (,89)
Key words: elderly adult, emotional intelligence,
understanding of feelings and emotional regulation.
perception,
Problematización
El envejecimiento es un fenómeno de aumento progresivo y
alarmante en el ámbito mundial. La menor tasa de nacimientos, junto a
los avances médicos permiten que exista mayor cantidad de personas
ancianas (Abarca, Chino, Llacho, González, Mucho, Vásquez, Cárdenas
y Soto, 2008). Chile junto con Argentina, Cuba y Uruguay comparte una
de las tasas más altas de modificación del perfil demográfico hacia el
envejecimiento de la población (INE, 2007). Actualmente, una de cada
diez personas pertenece al grupo Adulto Mayor y se espera que para 2025
esta proporción sea de uno por cada cinco. Al comparar con la población
menor de 15 años, los adultos mayores ascienden actualmente a uno por
cada dos niños y niñas. Para 2025, esta relación sería de 103 por cada
cien menores de 15 años (INE, 2007). Este aumento en el grupo etario
de tercera edad, tiene una marcada tendencia en la población femenina,
debido a una menor mortalidad, lo que incide en una esperanza de vida
superior respecto de los hombres (INE, 2007).
68
La encuesta realizada por el Ministerio del Trabajo y Previsión
Social en 2004, que revisaba el grado de dependencia de los trabajadores
chilenos, concluyó que los adultos mayores presentaban una tasa global
de dependencia de 21,4 % (FONADIS, 2004). En el mismo año, el
FONADIS estableció una tasa de prevalencia de 12,9%1 de discapacidad
en la población general. Del total de discapacitados del país, los adultos
mayores representaron el 45% del total de adultos mayores encuestados
por FONADIS. El 39% presentó algún grado de discapacidad.
(FONADIS, 2004). Según un estudio realizado en 2008 por el Centro de
Microdatos y el Inta de la Universidad de Chile, el 24,1% de los adultos
mayores chilenos de 60 años tiene dificultades para valerse por sí mismo
y requieren la ayuda de terceros para realizar diversas tareas diarias,
dejando entrever un deterioro en las funciones cognitivas, realidad
que afecta al 65% de los mayores de 80 años (MINSAL y MIDEPLAN,
2008).
La relación entre dependencia funcional en el adulto mayor,
calidad de vida y salud es otro factor importante. La Organización
Mundial de la Salud se refiere a la senectud como una etapa marcada por
la calidad de vida más que por la extensión en el tiempo (OMS, 2011). La
Organización Panamericana de la Salud (OPS) define el estado de salud
entre los envejecidos no en términos de déficit sino de mantenimiento
de la capacidad funcional (Sanhueza, Castro y Merino, 2005). Es por
esto, que las políticas internacionales van orientadas a un cambio en
la concepción de la vejez, considerando a ésta como una etapa de vida
activa, en la que se puede lograr el máximo de autonomía individual y la
posibilidad de la autorrealización (Sanhueza, Castro y Merino, 2005).
Aunque la calidad de vida ha experimentado un progreso, la
mayor longevidad de la población implica una mayor prevalencia de
enfermedades crónicas y degenerativas que se traducen en una mayor
prevalencia de discapacidad y limitaciones funcionales y cognitivas
que afectan la independencia de los adultos mayores (Lobo, Saz y Roy,
2008). Una de las causas que provoca mayor incapacidad en este grupo
etario corresponde al deterioro de las funciones cognitivas, puesto que
ocasiona una problemática socioasistencial, donde el adulto mayor
adquiere mayor dependencia de sus redes de apoyo, incluyendo tanto a
la comunidad a la que pertenece como a su propia familia (Vera, 2007).
Estas funciones cognitivas corresponden a las actividades mentales que
lleva a cabo el individuo al relacionarse con el ambiente que le rodea y
resolver problemas (Jara, 2007). Dentro de estas funciones se encuentra
la inteligencia emocional, definida como: “Ser capaz de reconocer la
69
importancia de las emociones y de sus interrelaciones, así como razonar
y resolver problemas basados en ellos. La inteligencia emocional está
implicada en la capacidad de percibir las emociones, asimilarlos basadas
en los sentimientos, a evaluar y gestionar ellos” (Mayer, Salovey y
Caruso, 2000, p. 267).
Marco teórico
Esta noción de inteligencia emocional (IE), abordada por Salovery y
Mayer (1990) es operativizada como la capacidad humana de conocer las
propias emociones (descripción, expresión, regulación y la canalización
de las emociones), así como la sensibilización ante las emociones y la
eficacia del manejo de las emociones para las relaciones interpersonales.
Para un manejo instrumental del concepto, óptimo para las mediciones,
la IE se define de acuerdo a lo que Spearman Wedeck llamó “habilidad
psicológica, refiriéndose como la capacidad para juzgar correctamente
los sentimientos, estados de ánimo y la motivación de la persona
(Salovery y Mayer, 1990).
Dulewicz y Higgs (1998) encontraron siete elementos que
configuran la inteligencia emocional: autoconciencia, control emocional,
automotivación, empatía, manejo de las relaciones, comunicaciones
interpersonales y estilo personal. Los estudios han mostrado la
importancia de la inteligencia emocional en la adaptación al medio, de
manera que juega un papel importante en la expresión, percepción y
conocimiento de emociones, y en la regulación de los estados de ánimo
(Fernández-­ Berrocal, Ramos y Extremera, 2001). Estudios más recientes
han relacionado la inteligencia emocional con diferentes ámbitos, uno
de ellos es la percepción de satisfacción con la vida y la calidad de las
relaciones interpersonales (Ciarrochi, Chan y Caputi, 2000;; Dawda
y Hart, 2000;; Davies, Stankov y Roberts, 1998;; Martínez-­Pons, 1997).
Schutte, Malouff, Bobik, Coston, Greeson, Jedlicka, Rhodes, y Wendorf
(2001) llevaron a cabo siete estudios en los que analizan la relación entre
inteligencia emocional y relaciones interpersonales, encontrando una
correlación positiva entre inteligencia emocional, empatía y autocontrol
en las situaciones sociales y las relaciones afectivas, y más respuestas de
cooperación hacia sus parejas.
Los cambios que se producen a nivel funcional en la senectud, son
las funciones cognitivas. Se producen alteraciones, déficits y disfunciones
70
de procesos superiores, que generan interferencias en la realización de
actividades básicas, instrumentales y complejas (Puig, 2001). Así, las
capacidades de resolución de problemas, el control y regulación de la
respuesta emocional a nivel superior cortical se ven afectados (Allegri,
2008).
Sin embargo, en el análisis de la intensidad de la experiencia
emocional en el adulto mayor, los resultados no son concluyentes.
Existen investigaciones que apoyan la idea de una menor activación
del sistema nervioso aunque algunos estudios argumentan lo
contrario debido a un decremento en la eficiencia de los mecanismos
homeostáticos de restauración del equilibrio (Fernández-­Ballesteros,
1999);; y una disminución de la reactividad cardiaca ante estímulos
emocionales (Levenson, 1991). En el nivel subjetivo de la experiencia
emocional, se observa en los adultos mayores una disminución de la
frecuencia de las emociones negativas (Charles, Reynoilds y Cartensen,
2001) y una menor intensidad de la experiencia emocional (Lawton,
Kleban, Rajagopal y Dean, 1992). En el control emocional subjetivo, los
resultados refieren que el adulto mayor tiene un buen control emocional
y crea dispositivos reguladores de las expresiones emocionales (Gross,
Carstensen, Pasupathi, Tsai, Götestam y Hsu, 1997;; Lawton, 1992). En
la interacción entre emociones y cognición en adulto mayor, aumenta la
relevancia de estímulos emocionales de contenido emocional gratificante
(Mather y Cartensen, 2005). De esta forma, los resultados parecen apoyar
la idea de la maduración emocional asociado al envejecimiento, por lo
que la historia de vida y de aprendizaje proporciona mayor capacidad
acumulada en el adulto mayor para ejercer un mayor y mejor control,
expresión y resignificación emocional (Lawton, Kleban, Rajagopal y
Dean, 1992).
Metodología
El diseño es no experimental, pues no se manipulan las variables.
El estudio es de tipo exploratorio-descriptivo. Este tipo de diseño puede
considerarse robusto en los aspectos de validez externa de situación o
validez ecológica (Bronfenbrenner, 1977). Se trabajó con una muestra de
90 adultos mayores pertenecientes a 8 sectores de la ciudad de Temuco.
La muestra se compuso de 15 hombres y 75 mujeres, rango etario de
60 a 91 años, media de 71,6 años y desviación estándar 6,98 años. La
selección de los participantes fue intencionada utilizándose el criterio
71
de la accesibilidad y voluntariedad de las personas. La aplicación de
los test se realizó durante los meses de septiembre a diciembre de 2011,
en los sectores: Poniente, Fundo el Carmen, Centro, Pueblo Nuevo y
Labranza de la ciudad de Temuco.
El instrumento aplicado fue el Trait Meta-Mood Scale (TMMS).
La escala evalúa el metaconocimiento de los estados emocionales. La
escala TMMS-24, contiene tres dimensiones claves de la Inteligencia
Emocional: percepción emocional, comprensión de sentimientos
y regulación emocional, cada una con 8 ítems (Salovey y Mayer,
1995). Fernández-­Berrocal, Extremera & Ramos (2004) verificaron la
consistencia de la escala a través de α de Cronbach encontrando un
valor alfa de .90 para Percepción emocional, .90 para Comprensión
emocional y .86 para Regulación Emocional. Además las subescalas
presentan una fiabilidad test-­retest adecuada (Percepción emocional=
.60;; Comprensión emocional=.70 y Regulación Emocional=.83). Los
tres subfactores correlacionan de forma apropiada y en la dirección
esperada con variables criterios clásicas tales como depresión, ansiedad,
rumiación y satisfacción vital.
Los datos obtenidos fueron analizados con el programa estadístico
Statistical Package for he Social Science (SPSS). La versión utilizada fue
17.0. Los análisis realizados consistieron en un estudio exploratorio de
datos que permitió obtener los niveles de inteligencia en las dimensiones
evaluadas, además de media, desviación típica, frecuencia. Se aplicaron
además pruebas t student y anova para verificar las diferencias de grupo
en las variables medidas.
Discusión de resultados
Con la finalidad de verificar si la escala puede ser utilizada en
adultos mayores se procedió a verificar su consistencia interna utilizando
el indicador alfa de cronbach. Los resultados de esta evaluación se
presentan en la tabla 1.
72
Tabla 1.
Consistencia interna de las subescalas del TMMS-24 en la muestra de
adultos mayores.
Subescala
Alfa de cronbach
Percepción emocional
,797
Comprensión de sentimientos
,832
Regulación emocional
,893
En la tabla 1 se aprecia que el nivel de confiabilidad de las tres
subescalas evaluadas es alta, lo que indicaría que el instrumento presenta
un nivel de confiabilidad adecuado para su utilización en adultos
mayores. A continuación se presentarán los niveles de inteligencia
emocional obtenidos por los adultos mayores en cada dimensión según
cuatro variables: género, edad, nivel educacional y estado mental.
Nivel de inteligencia emocional según género
Se presentan los resultados obtenidos por la muestra en las
dimensiones de la escala de inteligencia emocional.
Tabla 2. Nivel de inteligencia emocional de acuerdo al género de los adultos
mayores.
Mujer
Hombre
Percepción Comprensión Regulación Percepción Comprensión Regulación
Baja
33,3%
15,6%
15,6%
1,1%
0,0%
0,0%
Adecuada 38,9%
32,2%
32,2%
10,0%
3,3%
6,7%
Alta
40,0%
40,0%
1,1%
8,9%
5,6%
15,6%
73
Como se observa en la tabla 2 en mujeres y hombres los
porcentajes Percepción, Comprensión y Regulación emocional se
encuentran en niveles adecuados y altos, lo que indica que los adultos
mayores participantes del estudio poseen un buen nivel de inteligencia
emocional. Se comparan además las medias de ambos grupos en las tres
dimensiones evaluadas (ver Tala 3.)
Tabla 3. Diferencias de media de hombres y mujeres en las subescalas
de Inteligencia Emocional.
Percepción
Género
Media
Desviación típ. Prueba T para la igualdad de medidas (sig.)
Mujer
27,0909
7,4839
Hombre
28,8182
5,5645
32,0385
7,39856
Hombre
36,00
3,71484
Mujer
33,1646
6,3234
Hombre
33,9091
4,3233
Comprensión Mujer
Regulación
0,464
0,009
0,707
Como se observa en la tabla 3 en las subescalas de Percepción
Emocional y Regulación Emocional no existen diferencias
estadísticamente significativas en los niveles de inteligencia emocional
en los adultos mayores. En la subescala Comprensión de las emociones
se observa que la diferencia en el promedio en la subescala obtenido
por los hombres (M= 36,00) es superior a la media de las mujeres
(M=32,0385). Esta diferencia es estadísticamente significativa.
74
Tabla 4. Diferencias de media en las subescalas de Inteligencia Emocional
según edad.
Percepción
Comprensión
Regulación
Rango de edad
Media
Desviación típica
ANOVA (sig.)
Menor de 69
27,375
8,13252
0,672
De 70 a 79
27,8529
7,08875
80 o más
25,7857
4,93307
Total
27,3068
7,26882
Menor de 69
32,5
7,30297
De 70 a 79
32,1429
7,377
80 o más
33,5714
6,52468
Total
32,5281
7,15429
Menor de 69
33,2
6,76795
De 70 a 79
33,2222
5,7971
80 o más
33,5
5,17018
Total
33,2556
6,09948
0,822
0,987
En la tabla 4 se observa que las medias obtenidas por los adultos
mayores en las subescalas de inteligencia emocional corresponderían a
los niveles adecuados y altos. No existen diferencias significativas en
los niveles de inteligencia emocional alcanzados si se considera la edad
de los participantes.
75
Tabla 5. Diferencias de media en las subescalas de Inteligencia emocional
según escolaridad.
Percepción
Comprensión
Regulación
Educación
Media
Desviación típica
ANOVA (sig.)
Básica
27,4
8,16468
0,936
Media
27,0476
6,26236
Superior
27,8125
8,36037
Total
27,3068
7,26882
Básica
31,9355
7,43387
Media
32,7381
7,29203
Superior
33,125
6,5714
Total
32,5281
7,15429
Básica
32,8065
5,94093
Media
33,2791
6,07229
Superior
34,0625
6,76726
Total
33,2556
6,09948
0,838
0,803
Como se observa en la tabla 5 el desempeño global de los adultos
mayores se encuentra en niveles adecuados y altos de inteligencia
emocional. No existen diferencias estadísticamente significativas en las
medias de las subescalas de la inteligencia emocional medidas. Esto
indicaría que los niveles de desempeño de los adultos mayores de
acuerdo a la escolaridad alcanzada no presentan mayores diferencias.
76
Tabla 6. Diferencia de medias Puntaje Total MiniMental–Inteligencia
Emocional.
Percepción
Comprensión
Regulación
Media
Desviación típica
ANOVA (sig.)
Baja
15,935
2,6825
,782
Adecuada
16,273
2,0042
Excesiva
15,933
2,1536
Baja
16,357
2,1700
Adecuada
16,156
2,4901
Excelente
15,977
2,1619
Baja
16,100
2,2828
Adecuada
15,765
2,1470
Excelente
16,348
2,3591
,851
,528
Se observa en la tabla 6 que la media de las puntuaciones en el
minimental (MMSE), sensible a la disfunción cognitiva, está compuesta
por puntajes altos y promedios, sin ningún puntaje indicativo de
deterioro cognitivo, no arroja diferencias significativas que afecten la
inteligencia emocional de los adultos mayores evaluados.
Los adultos mayores que participaron en el estudio poseen una
óptima inteligencia emocional, que les permite interpretar, procesar y
regular la experiencia emocional;; lo cual apoya la tesis de la madurez
emocional, consistente con estudios previos que soportan una visión
positiva acerca del funcionamiento emocional en la senectud (Lawton et
al., 2002;; Alcalá, Camacho y Giner, 2007). Indagando sobre las diferencias
de la experiencia emocional, a nivel de la percepción, comprensión y
regulación emocional, la edad avanzada o normalizada del adulto
mayor y el género no influyen y afectan la inteligencia emocional. En
este aspecto la literatura no enfatiza diferencias ni aspectos concluyentes
(Herzog y Rodgers, 1981;; Johnson, 2003), por ser variables que presentan
la misma consistencia y orientación que los datos presentes (Alcalá,
Camacho, Giner, Giner, e Ibáñez. (2006).
77
Al comparar la escolaridad y el estado mental de los adultos
mayores con la inteligencia emocional, se encuentra que la maduración,
comprensión, percepción y regulación emocional, como habilidad
psicológica no se constituye en un factor de evaluación del nivel de
inteligencia emocional. Las personas mayores de este estudio, que en su
mayoría cuenta con estudios secundarios, perciben adecuadamente las
emociones y manifiestan un buen control emocional percibido, donde
moderan su afecto de forma madura. Esto coincide con los estudios
americanos (Cartensen, 2000;; Charles et al, 2007) y europeos (Alcalá et
al., 2007) que asocian la madurez emocional y la inteligencia emocional
con los aprendizajes previos, no de carácter instruccional e institucional,
que utilizan como estrategia de regulación emocional (Lawton, 1992). En
cuanto al funcionamiento cognitivo, ninguna de los adultos evaluados
presentó deterioro cognitivo o desempeños negativos en el minimental
(MMSE). Se constituyeron en muestras con normalidad cognitiva. La
evidencia soporta que en cuadros demenciales y de deterioro cognitivo,
la respuesta emocional varia, dependiendo el grado de compromiso y
afectación cognitiva (Petersen, Doody, Kurz. (2001). La adultez mayor
conlleva cambios y dificultades que afectan los procesos neurológicos
que soportan la actividad cognitiva, sensorial y motora, donde los
cuadros de deterioro cortical, en muchos casos impiden la modulación
de la respuesta emocional (Satler et al., 2008).
El estudio presenta limitaciones que es necesario tener en cuenta a
la hora de interpretar los datos. La TMMS-24, al igual que otras medidas
de auto-informe, son propensas a los problemas de deseabilidad social,
es decir, a que los sujetos respondan con la finalidad social de dar una
imagen distorsionada, ya sea positiva o negativa. Además, pueden darse
sesgos perceptivos y de memoria provocados por la evaluación subjetiva
del propio sujeto sobre su capacidad para manejar las emociones
(Fernández-­Berrocal y Extremera, 2004, 2005). Otro problema es lo
reducido de la muestra, debido que se trata de un estudio preliminar.
Al aumentar la unidad muestral, las diferencias podrían evidenciarse
estadísticamente. Otra limitación importante es el bajo porcentaje de
población masculina en la muestra y el número arbitrario de ancianos
evaluados en los distintos sectores, lo cual impide la generalización de
los resultados a la población de adultos mayores de Temuco.
78
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