Por qué nos prestaron tanta plata?

Anuncio
Por qué nos prestaron tanta plata?
Mario Rapaport
.
La cuestión de la deuda externa es generalmente tratada desde el lugar del
deudor. Desde el ángulo del acreedor y, en especial, respecto de las causas
por las cuales los flujos de capitales llegan a un país y qué rentabilidad
se espera de ellos se habla muy poco.
.
El primer gran impulso al movimiento internacional de capitales hacia la
periferia después de la Segunda Guerra Mundial se produce en los 70. Sus
orígenes deben situarse en los dólares que comienzan a circular en el mundo
y, más concretamente, en la ayuda económica que para Europa significa el
Plan Marshall y que está destinada en gran parte a la financiación de la
compra de productos norteamericanos.
.
Los llamados eurodólares comienzan a aparecer en el sistema bancario
acompañando esa disponibilidad y, sobre todo, el flujo de inversiones
estadounidenses
impulsadas por
la reconstrucción europea.
Otra causa
poderosa son los eurodólares que provienen de los países del Este, como
consecuencia del comercio entre los bloques.
.
La crisis económica internacional que se desarrolla a comienzos de los años
70 tiene su punto de partida cuando Estados Unidos no puede sostener más la
demanda de conversión de dólares a oro y el gobierno de Nixon decreta el fin
de la convertibilidad.
.
En 1973 los países de la OPEP elevan los precios del petróleo y alimentan
con los llamados petrodólares la sobreabundancia de capitales en busca de
mayores rentabilidades. Es hora de reciclar esas nuevas disponibilidades y
los mercados financieros del tercer mundo aparecen como sitios ideales; el
endeudamiento externo se convierte en una herramienta sofisticada para
estructurar las economías periféricas de acuerdo a las necesidades de los
países desarrollados.
.
Algo similar ocurría a fines del siglo XIX, como señalaba Raúl Prebisch:
cuando Gran Bretaña necesitaba exportar capitales, entonces nos proveía
abundantemente de ellos, pero cuando requería nuevamente fondos líquidos
hacía subir sus tasas de interés, para atraerlos, y nos dejaba con un alto
endeudamiento que no podía financiarse.
.
Siguiendo esos movimientos cíclicos, en los años 70 de nuevo sobreabundan
capitales en el norte, que se prestan a bajas tasas de interés. Esto
permitió no sólo colocar excedentes financieros sino también comerciales y
coincidió en América latina con las dictaduras de Pinochet y Videla, que
tuvieron el financiamiento necesario para poder hacer políticas aperturistas
y de desregulación financiera, las que sólo años después se consolidan en el
mundo.
Responsabilidad compartida
Los organismos financieros tienen una responsabilidad en este movimiento
capitales que alientan y garantizan. El FMI pasa de pretender mantener
estabilidad de las monedas financiando déficit temporarios de balanzas
pagos, a encargarse de aconsejar políticas de ajuste y reestructuración
las economías en desarrollo, ahora endeudadas.
de
la
de
de
.
El Banco Mundial se concentra en promover la inversión privada e incita a
los países del sur a tomar préstamos a fin de modernizar sus aparatos de
exportación y conectarse más estrechamente al mercado mundial. En esto
tienen la conformidad de las clases dirigentes locales, que piensan que el
financiamiento del desarrollo, y en muchos casos el propio enriquecimiento
personal,
se
vincula,
principalmente,
al
endeudamiento
externo.
.
Pero, a fines de los años 70 y principios de los 80, mientras en los países
latinoamericanos la democracia regresa se produce una segunda etapa de
recesión en la economía mundial, cuando para hacer frente al déficit fiscal
y al proceso inflacionario, la Reserva Federal de los EE.UU. hace lo mismo
que el Banco de Inglaterra en el siglo XIX y promueve una suba significativa
de las tasas de interés.
.
De ese modo, se vuelve a captar capitales del exterior para la economía
norteamericana, creando una seria crisis en América latina al incrementarse
notablemente el endeudamiento externo de los países de la región, que habían
tomado préstamos en los años anteriores y ahora debían pagar intereses mucho
mayores.
.
En la década del 90, por el contrario, con la euforia provocada por la caída
del muro de Berlín y la globalización financiera, impulsada por cambios
tecnológicos y la expansión de los mercados especulativos, se produce otra
sobreabundancia de capitales en el norte. Pero, aunque en el corto plazo
esos flujos puedan tener efectos positivos, desde el punto de vista de los
impactos estructurales la situación es inversa, como señala en un artículo
reciente Roberto Lavagna.
.
Los daños mayores, en términos de crecimiento, pero sobre todo en términos
de desarrollo con equidad, se producen en los períodos de alta liquidez
internacional, cuando llega un flujo incontenible de capitales financieros
en medio de burbujas especulativas. Entonces se crea un incontrolable
endeudamiento externo
.
La deuda de los países periféricos es pues funcional a los intereses de los
capitales que sobreabundan en el norte y que se reciclan buscando nuevas
oportunidad de rentabilidad, ayudados por las políticas de apertura, des
regulación y estabilidad monetaria (en nuestro caso la convertibilidad) en
los lugares donde esos capitales se colocan. Constituye, al mismo tiempo,
una herramienta de disciplinamiento económico por parte de los organismos
financieros internacionales y, sobre todo, una vía de escape del ahorro
interno por parte de las elites locales, a través de la fuga de capitales.
.
De una u otra forma, los perdedores están siempre del mismo lado.
Fuente: diario Clarín, de Buenos Aires, Argentina; Suplemento Económico, 9
de mayo de 2004.
Descargar