09 de octubre DOMINGO XXVIII ORDINARIO AÑO C “Tu fe te ha salvado” INICIO Es domingo, y nos congregamos En el nombre bendito del Señor Jesús, que ha muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra vida. Él es el gozo de nuestra vida. A Él la gloria y el amor de nuestra vida, por los siglos de los siglos. Rom 4,25 PREPARACIÓN PENITENCIAL Hermanos y hermanas, cada domingo nos invita a celebrar la Resurrección de nuestro Señor, dejando la vejez del pecado y renovándonos en la juventud de su gracia. - Señor, Tú nos sanas de la lepra del pecado, ¡Señor, ten piedad! - Señor, Tú nos enriqueces con tu gracia. ¡Cristo, ten piedad! - Señor, Tú permaneces siempre fiel. ¡Señor, ten piedad! 2 Tim 2,13 S. Señor Jesús, mira la herida de nuestro corazón. Ten compasión de nosotros como tuviste compasión de los diez leprosos. Sana la lepra de nuestro pecado y condúcenos a la vida eterna. PRIMERA LECTURA Gratitud y acción de gracias a ejemplo de Naamán, el Sirio El Señor, el Dios de Israel, por medio de su profeta, sana de la lepra a un extranjero, un personaje poderoso e importante, y ese personaje reconoce y agradece la salvación que ha recibido del único Dios. SALMO 97 El Señor manifestó su victoria El salmo 97 es una invitación a la alabanza y a la alegría dirigida al mundo entero: que, por el canto, la música y la danza, sea celebrado la victoria del Señor que es Rey. SEGUNDA LECTURA “Jesucristo muerto y resucitado”: Él es nuestra salvación, nuestra gloria eterna. Como en domingos anteriores, escuchamos en esta segunda lectura fragmentos de la carta de S. Pablo a su discípulo Timoteo. Carta que es como el testamento del Apóstol, y que expresa su absoluta fe y esperanza en el Evangelio de Jesucristo. ORACIÓN UNIVERSAL Señor Jesús, escuchaste la súplica de los diez leprosos. Escucha también nuestra oración Por la salvación de todos los hombres, nuestros hermanos. Lc 17,14 Te rogamos por la Iglesia. Enséñale, Señor, a acoger a todos aquellos que viven en la soledad, especialmente aquellos que la sociedad discrimina como leprosos. Te rogamos por todos los “Naaman” de hoy que no conocen el Evangelio de la salvación. Envíales, Señor, un profeta que, como Eliseo, les revela tu ternura y los sana de su infidelidad. Te rogamos también por los enfermos, y todos aquellos que viven en una angustia extrema. Envíales hoy a alguien que les traiga su testimonio de ternura. Te rogamos finalmente por nuestra comunidad. Que tu Palabra no quede nunca encadenada entre nosotros Abre nuestros labios para que te demos gloria, Y que nuestra vida te proclame a los ojos de nuestros hermanos. S. Dios, nuestro Padre, ¡Tú eres el Dios de todas las maravillas! Nos colmas cada día de tus bondades. Con el Samaritano del Evangelio, queremos darte gracias en voz alta. Te bendecimos porque Tú eres nuestro Padre, 2 Tim 2,9 Lc 17,15 Sal 98,2 Sal 98,1 Lc 17,15 que Jesús se hizo nuestro hermano, y que tu Espíritu de amor habita en nuestros corazones. DE LA PALABRA A LA EUCARISTÍA Te damos gracias, Dios nuestro Padre, por tu Hijo Jesucristo, Sacerdote de la Alianza Nueva. Sanados por El de la lepra del pecado, te glorificamos a plena voz con todo nuestro corazón, y recibimos el pan que reservas a tus hijos. PADRE NUESTRO Dios de todas las maravillas, manifiesta por toda la tierra la victoria de tu amor. Revela a todas las naciones la justicia de tu Hijo Jesús. Que toda la tierra te celebre y cante tu alabanza. Te lo pedimos como Jesús nos lo enseñó. Sal 98,2-4 ORACION DE ALABANZA De nuevo y siempre, cantemos al Señor. Porque hizo maravillas en esta Eucaristía Sal 98,1 R/ Tierra entera canta tu gozo al Señor ¡ Aleluia! Por tu Palabra que nunca está encadenada y no cesa de revelarnos tu amor en cada Eucaristía, 2 Tim 2,9 R/ Tierra entera canta tu gozo al Señor ¡ Aleluia! Por los diez leprosos que has sanado, y por nuestra propia sanación que renuevas en cada Eucaristía, Lc 17,15 R/ Tierra entera canta tu gozo al Señor ¡Aleluia! Por el testimonio de los que sufren por tu Evangelio, que están encadenados como malhechores, y por nuestro propio testimonio que aceptas a pesar de su pobreza en cada Eucaristía. R/ Tierra entera canta tu gozo al Señor ¡Aleluia! 2 Tim 2,9 ENVIO Hermanos y hermanas, éramos como leprosos. Hemos sino sanados, purificados Con el Samaritano agradecido glorifiquemos a Dios a plena voz. Que toda nuestra vida cante sus maravillas. ¡Vayan en la paz de Cristo! Lc 17,15 Sal. 97,1