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AÑO VI
NÚMERO 6
JUNIO 2006
Los dances de Jaca
Algunas notas sobre la ermita de
Santa María de Yebra de Basa
El Hayedo de Oturia
o Fabar de Ipe
Apuntes sobre la iconografía del
culto a Santa Orosia en Italia
La Torre de la iglesia de Yebra
Junio 2006 • número 6
O Zoque
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Sumario
Editorial .................................................................................................4
El Hayedo de Oturia o Fabar de Ipe.
Juan Carlos Ascaso Sarasa .......................................................................5
Apuntes sobre la iconografía del culto a Santa Orosia en Italia.
Mariano Pujalá Torralba .........................................................................7
Antiguos lugares de Sobrepuerto: Sasa.
José María Satué Sanromán ..................................................................10
Reseñas Bibliográficas. ............................................................................12
La Torre de la iglesia de Yebra.
Graciano Lacasta Estaún.......................................................................13
Pastorada Santa Orosia 2006 .................................................................23
Algunas notas sobre la ermita de Santa María de Yebra de Basa.
David Usieto Aguarta ...........................................................................27
Historias del puerto.
Enrique Satué Oliván ...........................................................................31
Santa María Ballarán. Pueblos y Monasterios desaparecidos de Ballibasa y
Sobrepuerto. (Continuación).
Jose Miguel Navarro López...................................................................33
Cuatro ermitas dedicadas a Santa Orosia en la Diócesis de Jaca.
Ricardo Mur Saura ...............................................................................36
Postales
Jesús Castiella Hernández .....................................................................38
San Úrbez y la cueva de Saliallas de Cerésola.
Jesús Castiella Hernández .....................................................................39
Los dances de Jaca.
Manuel Tomeo Turón...........................................................................41
Ayer y hoy. .............................................................................................45
Noticias de O Zoque ..............................................................................45
O Zoque
Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto
C./Las Roseras, s/n • 22610 Yebra de Basa (Huesca)
e-mail: [email protected]
© O Zoque, Yebra de Basa (Huesca) 2006. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, ninguna forma ni por ningún medio sin el
permiso previo por escrito de la Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto O Zoque
O Zoque no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas por sus colaboradores.
D.L.: HU-506-2000
Diseño: UTM Desarrollos / Imprime: La Val de Onsera
Foto de portada: Ermita de Santa María después de la restrauración llevada a cabo por O Zoque en 2005.
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editorial
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Cuestión de confianza
uando se hacen las cosas se tiene la confianza de que sea por
mucho tiempo. Se pretende una perdurabilidad que vaya
más allá por lo menos de la generación de tus hijos.
o es casualidad el dicho popular de que para realizarse en
la vida haya que hacer tres acciones mágicas y eternas que
sobrepasen a tu generación: plantar un árbol, escribir un libro y
tener un hijo. Haciendo esto dotamos de una mejor habitabilidad
a nuestro planeta, aseguramos la existencia de nuestra especie
y además le transmitimos unos valores y una cultura para que
los que nos sucedan puedan identificarse con algún tipo de
pensamiento.
e podría decir que en nuestra asociación nos sentimos
realizados en dos de estos tres objetivos vitales, tanto real
como metafóricamente. Hemos plantado nuestros árboles reales
y nuestros árboles de piedra, recordad la plantación de cajicos
con los niños y las rehabilitaciones de nuestros árboles de piedra
(el pozo nevero, la fuente y la ermita de Santa María en Yebra y
la iglesia de San Ginés de Espín). Como segundo objetivo vital,
el de la edición y colaboración en diversas publicaciones, que
poco a poco vamos cumpliendo y aumentando en espera de
nuevos escritos y propuestas.
l único objetivo que podríamos decir que no estamos
cumpliendo es el de la descendencia, el del relevo
generacional, pero hasta entonces ahí seguiremos con ilusión.
Esa ilusión que produce que nos otorguéis vuestra confianza con
el continuo aumento de socios desde el nacimiento de nuestra
asociación. La confianza que produce el saber que tenemos
el respaldo del estamento político, encabezado por el Área de
Cultura de la Comarca Pirineos Alto Gállego, que sin ir más
lejos ayuda a que salgan adelante estas líneas que estás leyendo
entre otras muchas actividades; y seguramente la más importante
de todas, la confianza de nuestros colaboradores, esas personas e
instituciones que sin esperar nada a cambio nos entregan todo su
conocimiento, su tiempo, su energía, su amistad…
racias a todos por permitir que esto siga adelante.
Gracias por vuestra confianza.
Distintos ejemplos de las rehabilitaciones
que está desarrollando la asociación este
último año.
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El Hayedo de Oturia o Fabar de Ipe
Juan Carlos Ascaso Sarasa
Ecologistas en Acción-ADEPA-Sabiñánigo
n el año 1986 una multinacional alemana
talaba el hayedo de Oturia o Fabar de Ipe
situado en la cara oeste del monte Oturia. El bosque
se localizaba en la pardina y barranco de Ipe, término
municipal de Javierre del Obispo. El fabar fue
vendido por la cantidad de 2.000.000 de pesetas
y tras obtener la correspondiente licencia de corta,
las máquinas iniciaban el trabajo de extracción de
la madera realizando en poco tiempo una serie de
trochas y vías de saca que ponían en serio peligro
su regeneración natural. A su vez se producía una
extracción abusiva llegando a cortarse árboles de
20 cm. de diámetro, cuando el límite permitido era
de 30 cm. Esta tala indiscriminada de árboles tan
excesivamente pequeños posiblemente era debida a
que el destino final de la madera era el de fabricación
de carbón vegetal.
A raíz de las insistentes denuncias y protestas
llevadas a cabo por la asociación ecologista ADEPA
basadas en los grandes destrozos realizados, la
Administración de entonces (Diputación General de
Aragón) encargaba un
estudio al Instituto
Pirenaico de
Ecología para
determinar el
interés ecológico
de este tipo de
bosques. En dicho
estudio se valoraban
ecológicamente
estos hayedos a la vez
que se cartografiaba
su localización. En
las conclusiones de este trabajo el equipo
de investigadores que realizaba el informe
concluía y advertía sobre el serio peligro que se
abate sobre los hayedos prepirenaicos aragoneses a la
vez que se pronunciaba contra la explotación forestal
de los mismos.
Los argumentos presentados a favor de la
protección de estos lugares estaban basados en la
lucha natural contra la erosión que llevan a cabo
este tipo de bosques al actuar como protectores de
terrenos de fuertes pendientes. Por otra parte el efecto
de absorción del agua de lluvia y de las nieblas hace
que estos bosques actúen como reguladores hídricos,
lo cual deriva en el mantenimiento y regulación de
los manantiales que llegan a perderse o agotarse en
aquellos lugares que se han talado estos bosques. La
frescura que proporciona su ambiente les hace actuar
de cortafuegos natural. Finalmente su conservación
supone la conservación de especies vegetales y
faunísticas de elevado interés.
Con estos argumentos la administración
autónoma paralizaba las extracciones y sancionaba a
la multinacional con una multa de 240.000 pesetas,
algo bastante inusual en aquellos tiempos. Más
tarde la D.G.A. se pronunciaba públicamente por
la intención de intensificar las tareas de protección
de los hayedos prepirenaicos que en la actualidad
presentan en algunas áreas, un carácter muy frágil
y están desapareciendo progresivamente. En la
actualidad, la explotación maderera de estos bosques
no resulta de ningún modo rentable debido al bajo
valor de la madera, además de la escasa cantidad de
madera aprovechable que ofrecen.
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Estos hayedos sufren un menor aporte hídrico
que sus homólogos pirenaicos y ya no digamos los
franceses. Esto hace que el porte de estos árboles sea
más sinuoso y achaparrado, a la vez que retorcido y
nudoso, característica ésta que le resta valor desde
el punto de vista económico-maderero y lo hace
aprovechable únicamente para los usos de leñas o bien
como en este caso concreto del hayedo de Oturia para
tener el triste fin de convertirse en carbón vegetal.
Estos bosques rara vez forman masas puras como
es más habitual en los hayedos situados más al norte
o por ejemplo los navarros como el de Irati donde
se encuentran las mayores extensiones de hayedo
puro de la península. Normalmente están formados
salpicados de abetos. Se localizan en umbrías y casi
siempre forman pequeñas masas de arbolado no
demasiado extensas. Su ubicación en el Prepirineo
hace que muestren características diferentes de
los hayedos propiamente dichos conocidos como
atlánticos con ejemplos como el hayedo del Pacino en
Sallent de Gállego, el del Betato entre Tramacastilla
de Tena y Piedrafita, etc. o los de la vertiente francesa
de los Pirineos, éstos últimos de mayor extensión
principalmente debido a la idoneidad del clima de la
zona con mayores precipitaciones y nieblas debido a
la influencia atlántica que se va haciendo más escasa
conforme avanzamos hacia el sur en la vertiente
aragonesa pirenaica.
Estos hayedos son los bosques más meridionales
de Europa de sus características y su interés y
fragilidad hace que cualquier actuación sobre ellos
(talas, extracciones de leñas, etc.) convierta en muy
difícil su recuperación. Se da la circunstancia de que
es el propio hayedo el que sustenta el terreno sobre
el que se asienta. Por tanto su habitual situación en
terrenos con fuertes pendientes hace que una vez
talado su recuperación es prácticamente imposible
ya que el terreno se degradaría rápidamente, las
laderas acabarían deslizándose y dificultaría o se haría
imposible su nuevo asentamiento o regeneración
natural.
Los hayedos prepirenaicos se pueden localizar
desde los confines de Navarra hasta Guara y desde
el Pico Cotiella hasta la Peña Gratal distinguiéndose
ocho núcleos principales localizados en la Sierras de
Santo Domingo, Puy Moné y Salinas; Oroel y San
Juan de la Peña; Sierras de Canciás, Galardón, Bolave
y Corona; Cotiella, Peña Montañesa y Turbón; Sis y
Cruz de Bonanza; Loarre, Gratal y Pico del Águila;
Guara y Gabardiella y finalmente Yésero, Portiello,
Picardiello y Oturia-Santa Orosia, siendo éste último uno de los de mayor extensión. Muchos de ellos
están catalogados como montes de utilidad pública o
montes protectores.
Hoy en día el hayedo de Oturia se encuentra en
una fase de recuperación natural que queda patente
al adentrarse caminando por las antiguas trochas que
sirvieron para la extracción de su madera. Debido a
que su explotación no llegó a realizarse en su totalidad
tal y como estaba previsto, se encuentra parcialmente
rejuvenecido, en cuanto a lo que el porte de sus árboles
se refiere. Su regeneración, aunque lenta, parece
bastante positiva y las mencionadas trochas y tiraderas
pueden servir en la actualidad de vías de acceso para
aquéllos que deseen contemplar de cerca el bosque y
sentir la agradable sensación de pasear por su interior.
Resulta de gran interés por otra parte, el valor añadido
que aporta este bosque al espacio natural de Santa
Orosia-Oturia. Enriqueciendo considerablemente su
valor y aportándole una mayor biodiversidad. En la
actualidad aunque todavía se pueden observar en el
fabar de Ipe las heridas causadas al bosque y a pesar
de que éstas tardarán en recuperarse, nos podemos
alegrar de que al menos por ahora podamos disfrutar
todavía de un bosque tan singular e interesante como
es el hayedo de Oturia.
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Apuntes sobre la iconografía del culto a
Santa Orosia en Italia
Mariano Pujalá Torralba
Figura 1. Procesión de Lariano
Para seguir alimentando el fervor popular y
extenderlo a las clases cultas pronto surgieron obras
impresas que recogían la vida y martirio de Santa
Orosia, refundiendo y reelaborando escritos llegados
de España. Así, el primer libro publicado en Italia del
que tenemos noticia es la Vita di S. Eurosia, vergine e
martire, de fray Nicolás Moltrasio (Arcángel de San
Figura 2. Giovanni Labus. Vita de Santa Eurosia
n el número 92 de la revista Serrablo (junio
de 1994), Enrique Satué daba noticia del
amplio culto a Santa Orosia en Italia, en
especial en las regiones del Norte. Como se apuntaba
entonces, lejos de constituir un hecho aislado, la
devoción a la Santa se multiplica en multitud de
iglesias, capillas y pequeños oratorios que conservan
una devoción seguramente llevada a Italia por
soldados y diplomáticos españoles a lo largo del
siglo XVI. El núcleo original lo constituirían las
diócesis de Bérgamo, Cremona, Milán, Novara,
Pavía y Como, esta última sede principal de los
padres somascos, importantes propagadores del culto
orosiano. Siempre vinculada al mundo rural como
protectora de los frutos de la tierra, la devoción a la
Santa llegó a lugares como Bigorio (Suiza) o Kojsko
y Vipava (Eslovenia), además de extenderse hacia
el Sur, a la diócesis de Roma donde se solemniza la
festividad de la Santa en localidades como Velletri,
Frascati, Zagarolo (donde antiguamente se llevaba
a cabo una representación del martirio) o Lariano,
donde el último domingo de mayo una procesión
recorre las calles de la población durante más de dos
horas [figura1].
Nicolás), de 1720. Anterior, de alrededor de 1680 era
otra obra del mismo tema del somasco padre Tatti,
ya considerada perdida a principios del siglo XIX.
Bastante después, en 1837, se publicó un resumen de
la obra de Alavés, la más completa de las hagiografías
orosianas. Muchas de estas obras incluían una novena
o triduo en honor de la Santa [figura 2] donde se le
rogaba que preservara de todo desastre los campos y
consintiera “sazonar las espigas, madurar las uvas y
multiplicar las cosechas”. Como curiosidad, en una
obra de Giuseppe Ottavio Conte de 1874 se ofrece
a Santa Orosia como modelo para las jóvenes de la
nobleza italiana.
Paralelamente a la expansión del culto y como
vehículo de ella se fijó la iconografía y se le dio amplia
difusión por medio de cuadros, esculturas, estampas,
estandartes procesionales, etc. Es característica del
caso italiano la representación del momento del
martirio, con el verdugo a punto de dejar caer la
espada sobre el cuello de la Santa, pero a diferencia
de las obras españolas, se incide en un momento
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previo, aquel en que se cercenan
manos y pies. Así, estos miembros
aparecen en primer término con la
corona profana y el cetro, símbolos
del origen real, mientras en el cielo los
ángeles sostienen la palma de martirio
y la corona [figura 3 y 4].
Figura 4.
Anónimo,
siglo XVII-XVIII
Figura 3.
Anónimo,
siglo XVIII
En alguna ocasión se representa
la lluvia en referencia al patronazgo
de Santa Orosia y al hecho de que en
algunas narraciones se dice que se oyó
en el cielo la voz divina concediendo a
la Mártir poder sobre las tempestades
[figura 5].
Figura 6.
Manos:
símbolo de
Santa Orosia
La importancia simbólica de las
manos mutiladas llega al punto de
representar por sí solas a la Santa
[figura 6].
No siempre recurrían los artistas
italianos al momento dramático
del martirio sino que también la
representaban glorificada en compañía
de otros santos y santas de la particular
devoción de los donantes de los
cuadros, como hizo Pietro Marone en
fecha tan temprana como 1594 [figura
7] o en actitud más serena como la del
anónimo de la primera mitad del siglo
XVIII [figura 8].
Figura 5. Anónimo,
siglo XVIII
De cómo la iconografía de la santa
bohema estaba perfectamente definida a
pesar de lo macabro de las mutilaciones
y de cómo la representación de éstas
encontraría alguna resistencia, habla el
caso de uno de los pintores más famosos
que abordaron el tema: Giandomenico
Tiepolo (1727-1804), hijo del célebre
Giovanni Battista Tiepolo. Para el
cuadro conservado en la iglesia de San
Nicolás de Padua realizó un dibujo
preparatorio en el que, en la más pura
tradición italiana, los miembros de
Santa Orosia aparecen en el suelo en
primer plano junto con la espada del
verdugo [figura 9].
Probablemente se rechazó el boceto
por su crudeza y pidieron al artista
que lo suavizara, con lo que el pintor
Figura 9. Tiepolo,
dibujo preparatorio
Figura 7. Pietro Marone.
Coronación de laVirgen con
las santas María Magdalena,
Justina de Padua y Eurosia
Figura 8. Anónimo,
siglo XVIII
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perdió el interés en seguir con la obra, que fue acabada por su
discípulo Giovanni Battista Mengardi. Entre otros cambios,
éste pintó a la santa con manos y pies [figura 10].
Otros autores importantes que se interesaron por el tema
del martirio fueron Angelo Inganni, Giovanni Graziani,
Pietro Rotari, Noè Bordignon o Giulia Lama; así como los
eslovenos (aunque pertenecientes al ámbito cultural italiano)
Sebastiano Devita y Franc Jelovšek.
De especial interés es el dibujo de Piazzetta conservado
en el Louvre con el título de Dama arrodillada, que sin duda
corresponde a Santa Orosia en el momento previo al martirio
[figura 11].
Las líneas maestras señaladas para la pintura se modifican
en el caso de la escultura, que aporta ejemplos menos brillantes
quizás debido a la mayor dificultad técnica de representar el
grupo de mártir y verdugo. La mayoría de las tallas exentas
son figuras devocionales, modernas, en muchos casos del siglo
XX. Se tiende a representar a Santa Orosia aislada; a veces
y como elemento expreso de su imaginario iconográfico se
incide en el tema de la amputación de las manos, como en la
obra de Antonio Gelpi, de 1808 [figura 12].
Figura 10. Tiepolo-Mengardi. Santa Eurosia y
Santa Francesca Romana
Figura 11. Giovanni Battista Piazzetta.
Dama arrodillada.
En resumen, los rasgos de la representación de Santa Orosia
en Italia responden a la reproducción fiel, por momentos
macabra, de su sacrificio por el gran valor ejemplarizante para
los fieles cristianos, sin olvidar los elementos populares de
un culto que la hace protectora de los dones de la tierra y lo
enlazan así con el que se le tributa en nuestra tierra.
Figura 12. Antonio Gelpi.
Santa Eurosia.
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Antiguos lugares de Sobrepuerto: Sasa
Jose Mª Satué Sanromán
stá situado a 1.230 m. de altitud, al pie del
monte de Santa Marina, en un pequeño plano
que se recorta sobre los barrancos de la Valle y
de la Lata. Era el lugar más pequeño de Sobrepuerto,
llegando a tener nueve casas: Acín, Artero, Calliza,
Constantina, Juan Domingo, Lardiés, Liborio,
Mingué y Ramón. Una gran parte de su término es
zona boscosa, especialmente en las partidas de Fenés,
Santa Marina, Fuñil y Cuezo, donde se obtenían
importantes subastas de madera.
Desde el pueblo se ve parte de los montes de
Cillas, de Cortillas, de Escartín, de Ayerbe y de
Bergua, destacando, como
telón de fondo sobre el
valle de Broto, la silueta
inconfundible y plateada de
las Tres Marías (2.500 m.), al
este de Monte Perdido.
Las casas están situadas
a lo largo de una única calle
(dirección N-S) y un par de
plazas, observándose algunos
intentos de rehabilitación, a
pesar de los pésimos accesos
(desde Yebra-Santa Orosia, desde Yebra-Fanlillo y
desde Fiscal-Bergua). En la plaza alta destaca casa
Ramón, posiblemente construida en el siglo XVI,
con ampliaciones posteriores, todavía conservada por
sus dueños (los Escartín), cuyo linaje seguramente
procede del lugar de Escartín, donde radicaba la familia
matriz, que gozaba del privilegio de infanzonía desde
comienzos del XIV. Tiene planta rectangular y se
estructura en tres pisos bastante elevados, con acceso
a través de puerta en arco semicircular, precedida de
un pórtico abovedado de medio cañón, con bancos de
piedra laterales y una ventana aspillerada a cada lado
con doble derrame, que se corresponden con sendos
recintos abovedados de la planta baja. Las dovelas que
componen el arco de la puerta están bien biseladas en
las aristas y forman en la clave un ángulo conopial, en
la que hay grabado un escudo partido: en la diestra
dos flores de lis, en siniestra cinco bandas estrechas
(cotizas) sobre tres estrellas, carece de timbre. Presenta
dos ventanas adinteladas en los pisos superiores, con
notorias variantes: una muy grande en la primera
planta, dividida en cuatro cuartones mediante finos
baquetones y moldura de bocel en la parte superior
del dintel; otra más pequeña en el segundo piso,
labrada con bisel en las esquinas y ángulo conopial
en el dintel; las dos restantes no tienen particularidad
alguna. En las paredes de
la sala principal de la casa
se conservan fragmentos
de pinturas murales en
tonos azules y ocres, que
representan grupos de
soldados ataviados con sus
pertrechos propios: yelmos
empenachados,
escudos,
corazas, mallas, espadas…
y restos de una inscripción
entre líneas paralelas.
Junto a ella se alza la fachada de casa Juan
Domingo, de grandes dimensiones, prueba evidente
del esplendor de otros tiempos, y casa Acín, de factura
más sencilla. Frente a ellas se hallan las ruinas de la
vieja herrería y de casa Constantina. Ya en la calle
se encuentra casa Artero, de notables medidas, con
puerta adintelada y escudo partido casi borrado: en
la diestra un par de bandas estrechas (cotizas) y en la
siniestra una flor de lis y bajo ella una estrella; al otro
lado, la de Liborio, con su chimenea troncocónica
intentando sobresalir de la maleza; sigue casa Lardiés,
con puerta de arco apuntado en cuya clave está
reservado el espacio para un escudo que no llegó a
grabarse; entre ellas los restos de casa Calliza. En la
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plaza baja se levanta casa Mingué, con vestigios de
una antigua torre defensiva y sus edificios anejos, cuya
fachada principal se orienta hacia el norte, mirando
al resto del pueblo.
Al noreste del núcleo, junto a casa Ramón, se
levantaba la iglesia de Santa María, hoy reducida a
un pedregal. Estaba construida en mampostería y
sillarejo y constaba de una nave rectangular dividida
en dos tramos, cubiertos con bóveda de lunetos, en
materiales ligeros (tosca); una capilla de diferentes
dimensiones a cada lado, con bóveda de medio
cañón; y ábside semicircular orientado al este,
cubierto por cuarto de esfera, con restos del friso de
canecillos que debió tener en su origen, comunicado
con la nave a través de un arco semicircular. Como
sacristía se habilitó la capilla del lado norte, tapiando
la embocadura y dejando una entrada con arco de
medio punto. La pequeña torre se adosó a la mitad
norte del ábside, conformando una planta irregular
poligonal, dos vanos con arco de medio punto en la
fachada sur para las campanas, cubierta de madera
con tejado a dos vertientes y entrada exterior por el
norte.
La puerta de acceso a la iglesia se abría al sur
mediante arco apuntado de grandes dovelas biseladas,
precedida por un pequeño atrio con bóveda de medio
cañón. A pesar de sus pequeñas dimensiones denota
varias reconstrucciones, a partir de su primitiva
fábrica románica (Ss. XI, XII), pasando por la nave
(S. XVI), el atrio (S. XVII) y la torre (S. XIX).
El pueblo no disponía de fuente, pero todas
las casas tenían su correspondiente pozo, que se
alimentaba de las aguas pluviales y de las filtraciones
del terreno, resolviendo así, en parte, el problema del
agua. Se han contabilizado 13 ó 14 pozos en el centro
urbano y sus alrededores, un ejemplar puede verse
todavía hacia la mitad de la calle única.
Los campos principales estaban situados en el
plano que se extiende por los alrededores del lugar, a
los pies de Santa Marina, hasta la zona de los Cubilás
de Cillas. Los pastos y bosques del monte comunal se
aprovechaban conjuntamente con Cillas y Cortillas,
de acuerdo con unas normas establecidas desde muy
antiguo. Sasa, se supone que por proximidad, pastaba
la Artica Palanca, Santa Marina y el Pueyo, éstos
últimos compartidos con Cillas. La partida de la Valle
se abría a todo el municipio, para las vacas, del 25 de
mayo al 25 de junio y la Estiba, del 26 de junio al 25 de
julio. A partir de dicha fecha entraba el ganado lanar
en la Estiba, mientras las vacas regresaban a la Valle
hasta el 25 de agosto, en que se abría para las ovejas,
terminando así el ciclo de vedas y alternancias, que se
respetaba escrupulosamente. Las vacas eran cuidadas
por dos vaqueros a turno: uno de Cortillas y el otro
de Cillas-Sasa. Con el ganado lanar se hacían dos
rebaños en Cortillas (ganaderos y atajeros), uno en
Cillas y dos en Sasa (Ramón y Atajeros/ Liborio solo).
Hasta los años sesenta no se pagó nada por los pastos.
Por acuerdo de todos los vecinos, el importe de la
subasta se justificaba en jornales por la realización de
trabajos vecinales: reparación y limpieza de caminos
y fuentes, mantenimiento de edificios públicos, etc.
En cuanto a la leña, cada pueblo la hacía en el bosque
más cercano: Sasa en el Fuñil y Artica Palanca. En
estas dos últimas partidas todos los años se talaba
alguna subasta de madera, aprovechando sus residuos
para hacer leña.
Las fiestas mayores se celebraban el 31 de agosto,
en honor de San Ramón y la fiesta pequeña se
festejaba el 20 de julio, festividad de Santa Marina,
con antigua ermita en la cima del monte. Otra fiesta
importante era la romería a la ermita de San Marcos,
el 25 de abril, realizándose la última en la primavera
de 1936, en la que participaban también los vecinos
de Cillas y Cortillas.
Con sus nueve casas, llegó a sumar 58 habitantes
en 1.857, reducidos a 28 en el censo de 1.950 y a 29
en 1960, poco antes de iniciarse su despoblamiento,
que se consumó en 1965. Sus apellidos eran: Allué,
Artero, Bergua, Duaso, Escartín, López, Sampietro,
Sasal, Villacampa, etc., y las familias emigraron a
Alpicat (1), a Fiscal (1), a Sabiñánigo (3) y a San
Lorenzo del Flumen (2), desconociéndose el destino
de dos de ellas, porque lo hicieron a principios del
siglo XX.
Los nombres de sus partidas o términos eran los
siguientes: Artica Palanca, as Bachellas, o Bosque,
Campón, os Campos d’a Era, os Campos d’a Lata,
Capezualas, a Cardosa, Collado de Maza, Collado
Petralba, o Collatón, o Corralón, os Cubilares, o pinar
d’o Cuello, Cuello de Fenés, Cuezo, os Estallapones, as
Fajas de Antón Pardo, Fanfría, Fenés, as Foradetas,
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Forcallo, a Frande, as Frandes, a Fuente Baja, o Fuñil,
a Fueba, as Lañas, o Mallatón d’a Cueva, as Partidas, o
Patro Bergazo, a Pera, a Piatra, Plana de Santa Marina,
Plana Álvaro, Planeta d’os Castillóns, o Plano, o Pueyo,
a Sacaza, as Salineras, San Loriende, Santa Marina,
Sarratos, o Solano Isún, o Solano d’a Lata, o Solano
d’o Pallarón, os Solanos, a Sucarrada Santolaria, as
Sucarratas, as Suertes, os Tallapóns, o Tozal de Cuezo,
o pinar d’as Tramoleras, a Valle, o pinar d’a Vieja, a
Zolle. También pertenece a dos familias de Sasa (Juan
Domingo y Ramón) la mitad de la superficie de la
pardina de Fenés, el resto corresponde a Fanlillo (casa
Sanromán).
Recordamos también los barrancos: os Arriales,
o Barrancón, as Colladas, Forcallo, a Lata, a Pera,
Rematrizes, a Sucarrada, a Tronzita y a Valle.
Según J. Vázquez Obrador (1) el nombre de
Sasa podría considerarse derivado del apelativo saso,
“terreno elevado y pedregoso”, o “meseta de un cerro
pedregoso”, de origen indoeuropeo (SASSO-).
Antonio Ubieto (2) nos proporciona los datos
históricos de este lugar: se trata de un topónimo de
origen indoeuropeo. Fue sobrecullida de Ainsa (1495),
vereda de Jaca (1646), corregimiento de Jaca (17111833), ayuntamiento propio (1834), se une a Cortillas
en 1845. La primera mención aparece en un documento
falso atribuido a 1042. Respecto a la propiedad de la
tierra: el 26 de enero de 1276 Jaime I de Aragón dio
al infante Pedro (futuro Pedro III) el lugar de Sasa
(Sinués, nº 574 y 1621); el 7 de mayo de 1286 Alfonso
III de Aragón restituyó Sasa a Felipe de Castro (Sinués,
nº 1441); el 1 de abril de 1387 Pedro IV de Aragón
recibió bajo su protección a Inés Alfonso de Castelnovo y
al lugar de Sasa (Sinués, nº 1622); de realengo (1785).
Perteneció al obispado de Huesca hasta 1571, que pasó
al de Jaca. Evolución de la población: 4 fuegos (1495),
4 fuegos (1543), 2 fuegos (1646), 8 vecinos (1713),
3 vecinos (1717), 3 vecinos (1722), 4 vecinos (1787).
7 casas (Pascual Madoz); 58 habitantes Nomenclátor
1857; despoblado en 1965.
Pascual Madoz (3), recogió la siguiente información
en el siglo XIX: lugar en la provincia de Huesca (16
leguas), partido judicial de Boltaña (8 leguas), diócesis
de Jaca (7 leguas). Audiencia Territorial y Capitanía
General de Zaragoza (36 leguas). Forma ayuntamiento
con Cortillas. Situado entre pinares. Su clima es frío,
pero bastante sano. Tiene 7 malas casas. Iglesia, anejo
de Cortillas, dedicada a Santa María, y buenas aguas
potables. Confina con la matriz, Berroy, Sobás y puerto
de Fenés. El terreno es de secano y de mala calidad. Por
él corren las aguas de los barrancos de Forcos y Fenés.
Los caminos dirigen a Jaca y puntos limítrofes. Produce
mistura y patatas. Cría ganado lanar, caza de perdices,
liebres y animales dañinos.
(1) Vázquez Obrador, J.: “Nombres de lugar de Sobrepuerto.
Análisis lingüístico”. Ed. Comarca Alto Gállego, I.E.A. y A.C. O
Zoque. Huesca. 2002.(2) Ubieto Arteta, A.: “Historia de Aragón. Los pueblos y los
despoblados”. Anubar. Zaragoza, 1985.
(3) Madoz, P.: “Diccionario geográfico-estadístico-histórico
de España y sus posesiones de ultramar”. Ed. La Ilustración.
Madrid.1847.
Reseñas bibliográficas
Satué Oliván, Enrique Aquel Pirineo
©EDICIONES MONTAÑAS Y HOMBRE, S.L.U.
Diseño BARRABÉS EDITORIAL
D.L. Z-3468-2005
ISBN 84-95744-68-6
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grano
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ISBN 84-8321-500-4
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Lozano Sierra, Chabier Caracterización
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Edita Comarca Alto Gallego
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Colección Yalliq Nº 10
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Junio 2006 • número 6
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La torre de la iglesia de Yebra
Graciano Lacasta Estaún
El templo parroquial de Yebra que hoy contemplamos como un único conjunto no
fue edificado de una vez. Carecemos hasta el momento de datos exactos sobre
la fecha de construcción de las tres espaciosas naves y ábside rectangular,
aunque los especialistas proponen el primer tercio del siglo XVI.
De lo que sí disponemos es de una información más precisa
sobre la construcción de la torre, y elementos adosados o
incluidos en ella, por haber sido todos ellos levantados en
fechas posteriores.
1. Licencia de construcción
l Visitador General de la diócesis, mossen Martin
Aysa, que visita la iglesia parroquial de Yebra, so
la inbocacion de San Martin, el 30 de noviembre de
1568 escribe en su acta de visita:
Mandamos al rector, jurados, promiciero y concejo
del dicho lugar de Yebra que dentro tiempo de un año
ayan de hazer una torre si quieren campanario al cabo
baxo de la Yglesia en aquella parte que con nos yan
tratado estando en visita; la qual se haga a costas de la
primicia, exceptuados que los jurados y concejo de dicho
lugar ayan de carrear a sus propias costas y expensas
toda la maniobra necesaria para dicha obra si quieren
campanar a la plaza…
coro del resto del templo. En el último tramo de la
escalera de ascenso al campanario todavía es visible
la parte superior de este antiguo muro que cerraba la
nave central. Allí pueden contemplarse los dos vanos
para campanas que en algún tiempo servirían de
rudimentario campanario antes de construir la torre.
Item por quanto por parte de los rector y jurados
y concejo nos ha sido dicho pidiendo y suplicando
que, como el pueblo ha crecido, tienen la yglesia algo
pequenya y como dicha torre, si quieren campanario se
ha de hazer, les diessemos licencia, permiso y facultad
para alargar dicha iglesia parroquial por la parte baxa
hazia donde se ha de hazer dicha torre… Por tanto nos
viendo su petición ser justa…damos licencia a los dichos
rector, jurados y concello de dicho lugar para romper la
pared de dicha iglesia por la parte baxa hacia donde se
ha de hazer dicho campanar…
Del texto anterior se deduce que con la construcción
de la torre se pretende un doble objetivo: dotar a la
iglesia de un campanario y ampliar su capacidad. Esto
se consigue prolongando la nave central mediante el
nuevo cuerpo del coro que ocupará la planta baja de
la nueva torre. Para ello fue preciso romper el muro
que cerraba la nave central hacia la plaza y construir
el gran arco de piedra sobre el que ahora se sustenta
la fachada oriental de la torre, que, a su vez, separa el
Primitivos vanos para dos campanas que harían las
veces de campanario antes de construir la torre,
visibles en el último tramo de la escalera de subida
a la torre, ahora sirven de acceso al desván situado
encima de las bóvedas.
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2. Terminación de las obras y constructor
os datos disponibles indican que las obras de la
nueva torre no concluyeron hasta algo más de
un siglo después de haber sido autorizadas. A pesar
de que el acta exigía que dentro tiempo de un año ayan
de hazer una torre, en el balance del gasto parroquial
correspondiente al año 1692, se anota en el Libro de
la Primicia que: A 28 de diciembre de 1692 se pasaron
las cuentas de la Primicia de la Yglesia de Yebra en
presencia de los Rector, Justicia, Jurados y otras personas
de dicho lugar y ellas ajustadas se halla que con los 408
sueldos que sobran y con algunas limosnas de la Santa se
pago el gasto de hacer la torre como dice la cedula en que
se iba asentando jornales y queda debiendo al Rector 60
escudos (Folio 59).
Podemos suponer que se trató de una obra
realizada en varias fases y cuya conclusión no tuvo
lugar hasta 1692. No debe sorprendernos este retraso
si tenemos en cuenta la multitud de obras costosas
en las que se vio implicada la parroquia a lo largo del
siglo XVII. Mencionemos tan sólo algunas de ellas:
Cuatro campanas, retablo del altar de Santa Orosia
(1624), ermitas de San Blas y Santa Bárbara(1629),
la iglesia del Puerto (1665-1669), compra de ocho
valiosos cuadros para el altar mayor (1685), etc. Sin
embargo, varios datos confirman que la estructura
fundamental de la torre estuvo operativa mucho
antes. Pues ya en un Inventario de todas las Jocalias y
Ornamentos de la Iglesia parroquial del lugar de Yebra,
de 1613, se registran: Cuatro campanas,
las dos grandes y las dos medianas
(Primer Sacramental, 179),
mientras que en lo que
suponemos rudimentario
campanario, anterior a la
torre, únicamente hay dos
vanos bastante estrechos.
Incluso ya en 1606 puede
que estuviera disponible
el nuevo campanario,
cuando se autoriza fundir
dos campanas pequeñas,
quizá las más antiguas,
para hacer con ellas una
grande:
Mandamos al Rector,
Jurados y Primiciero de
dicho lugar de Yebra hagan
una campana añadiendo
hasta siete quintales y
que con las que desharan
sea hasta doze quintales de los bienes y hazienda de la
primicia dentro de un año (Primer Sacramental, 91).
Lo que luego diremos, tanto acerca del coro como del
milagro de Santa Orosia, acaecido en 1679, dan por
supuesta la existencia de la torre.
Con respecto al constructor que finaliza la
obra de la torre, es lícito suponer que fue Marco
Superbía, a quien la Primicia abona por esas
fechas importantes partidas de dinero, cuando
el salario de un albañil era de 6 sueldos diarios:
- Hasta el 27 de Diciembre de 1690 di a Marco
como dice su cuenta 135 suel. (Primicia, 55v).
- A 4 de Enero de 1691 se dio a Marco,
como dice su segunda cuenta: 288 suel.
- Dia de la Ascension de 1691 se dio a
Marco Superbia 480 suel. (Ibid., 56v).
- Se dio a Marquet en dos veces como dice su cuenta 32
sueldos.
Sabemos que Marco Superbía, pertenece al
numeroso grupo de inmigrantes que, procedentes del
otro lado del Pirineo, se asientan en Yebra a lo largo
del siglo XVII. Es originario del lugar de Sabiñac
del Principado de Bearne en el Valle de Ossau,
y contrajo matrimonio con Mariana Jordán, de
Yebra, el año 1685. Vino acompañado de su tío, de
igual profesión, piquero, y llamado también Marco
Superbía. Habitaron una casa situada en el solar que
luego se denominó Casa o Hojalatero.
3. Estructura originaria de la torre
ampoco la torre primitiva tuvo el mismo
aspecto que ofrece en la actualidad. Para
imaginarnos su estructura originaria hay que
prescindir del cuerpo adosado a su fachada sur,
formado por planta baja y tres pisos, edificado
a mediados del siglo XVIII
con el fin de servir de
graneros para almacenar
los frutos de la Primicia. Si
observamos desde la plaza
la que en un principio sería
esquina suroeste de la torre,
comprobamos que, en su
arranque desde los cimientos,
la fachada era más ancha de
abajo que a partir de media
altura. El corte inclinado del
muro que une ambas aristas
nos induce a sospechar la
existencia de una posible
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4. El campanario y su orientación
Arco de piedra actualmente anulado, visto desde el
primer piso de graneros.
lonja orientada hacia el mediodía. La sospecha cobra
aún más consistencia si tenemos en cuenta el gran
arco de piedra, anulado en la actualidad, que abarca
toda la antigua fachada sur de la torre primitiva. Las
características de este arco se aprecian perfectamente
desde el primer piso de los graneros. Es más, también
en el segundo piso de graneros son visibles, en el
muro, los huecos de lo que por entonces pudo ser
el apoyo de los maderos que sostenían el tejado de
esa supuesta lonja. En absoluto debe extrañarnos la
existencia de esta lonja, orientada hacia el mediodía
y junto al cementerio, pues es un siglo después, en
1689, cuando sabemos que se construyeron las lonjas:
Se gasto en toda la fabrica de las lonjas y cementerio
3.581 sueld., 5 din. (Primicia, 54).
Marcas de posible apoyo de los maderos que
sostendrían el tejadillo de la supuesta lonja, visibles en
el segundo piso de graneros.
Otros dos elementos de la fachada sur de la torre primitiva resultaron también anulados al construir el
adosado de los graneros en 1765: una ventana, visible
en el segundo piso de éstos, y una puerta, en el tercero.
Ambos de piedra bien trabajada. La primera pudo ser
para dar más luz al coro, la segunda fue probablemente el acceso primitivo al granero de la torre.
l nuevo campanario cuenta con vanos para tres
pares de campanas, dos en cada fachada, excepto
la oriental, que sirve de apoyo al tejado principal de
la iglesia. Estos tres pares de campanas muestran una
evidente jerarquía: las dos mayores están mirando al
Norte. Rompiendo la orientación tradicional de la
mayoría de iglesias antiguas de la zona, que orientan
su entrada principal y su campanario hacia el
mediodía, en la de Yebra estos dos elementos miran
al Puerto. Es una muestra más de que ya en el siglo
XVI la vida del pueblo giraba y estaba determinada
por un acontecimiento muy importante acaecido
en el Puerto y por las decisivas consecuencias de él
derivadas.
Según la documentación existente, sabemos que
el suelo actual del campanario se realizó en 1751: Por
enlosar, rancar y traer las losas, arena, cal, Arbañil, y
peones, para el suelo del campanal 4 libras, 17 sueldos,
6 dineros. (Primicia, 46).
5. Las campanas
as dos campanas mayores, las que despiden y
reciben a todas las procesiones que entran y salen
en Yebra, las que lanzan sus sones hacia el Puerto,
están dedicadas a San Martín y Santa Bárbara. Se las
denomina también campana del reloj y campana de
fuego o de bando. La primera es la que durante más
de siglo y medio ha marcado el ritmo del tiempo a los
vecinos con su toque de las horas. La segunda era la
utilizada para dar la voz de alarma en caso de fuego;
era también la encargada de convocar al vecindario
los días en los que una persona de cada casa debía
acudir para ir de jornal de concello. A San Martín
estuvo dedicada la iglesia parroquial durante siglos.
Es quien preside, desde una hornacina, la puerta
principal de acceso al templo, y quien ocupa puesto
de honor en el altar mayor, situado en la calle central
del retablo. Santa Bárbara es la protectora universal
por excelencia contra rayos y tormentas. A ella está
dedicada una espaciosa ermita en el conjunto de las
Cuevas.
Las campanas medianas, las que miran a la
plaza, están dedicadas a los dos patrones actuales
del pueblo: Santa Orosia y San Lorenzo. La primera
solía colocarse boca arriba cuando se acercaba alguna
tronada fiera. De los dos vanos de la fachada sur, los
más pequeños, colgaban las campanas de los niños.
Su sonido advertía a los vecinos del fallecimiento de
algún niño. Ellas eran las que sonaban en los funerales
de los párvulos. Son el símbolo de una época con una
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Campana de San Lorenzo
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Campana de Santa Bárbara
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mortalidad infantil muy elevada. Al restaurar la
iglesia del Puerto en 1978 fueron trasladadas a ese
santuario, privado de campanas desde 1936.
La consagración de las cuatro primeras campanas
del nuevo campanario debió retrasarse unos años,
pues tuvo lugar en 1629, siendo párroco mossen Pedro
Perez:
Nos Don Fray Alvaro de Mendoza y Aragon obispo
de Jacca… visitamos la Iglesia Parroquial del lugar
de Yebra y consagramos las quatro campanas que hay
en el campanario…24 de Julio de 1629 (Primer
Sacramental, 165). Para la fundición de alguna
de estas campanas se utilizó el material de las dos
pequeñas con las que contaba la iglesia antes de
hacer la torre, según se deduce del mandato de 1606
comentado anteriormente.
Las múltiples alusiones que la Primicia dedica a los
gastos originados por las cuatro campanas principales,
hace suponer que su mantenimiento exigía inversiones
frecuentes y elevadas. La obra de fundición, realizada
por lo general en el mismo pueblo, no debía ser
muy perfecta, pues pronto era preciso repetirla.
Recogemos algunos de los muchos testimonios:
1713: Para la fabrica de campanas
compre de Miguel Otin de Bierge en 25 de abril
metal… 18 libras a 2 Reales la libra…
1725: De hacer dos campanas que se
rompieron se dio de manos al Oficial 22 libras.
Del gasto del Oficial de dichas Campanas á el
y su Caballo 40 dias 8 libras 10 sueldos.
1748: ê comprado quatro arrobas doce
libras de metal campanil â distintos precios
suma lo que ê dado 25 libras, 8 sueldos.
Pague
por
acer
una
campana
mediana en Pardenilla 7 libras, 2 sueldos.
1771: Por hazer la Campana grande de
abando, que estaba rota, di al Campanero 16 libras.
Por 4 arrobas y 18 libras de metal que comprè para
hazerla mayor, â 2 Reales la libra:32 libras, 8 sueldos. Y
sigue una extensa lista de gastos para dicha fundición.
1789: Por metal, su compra y gastos de
fundir la campana 42 libras, 12 sueldos, 7 dineros.
1861: Por fundir una campana pequeña en
Biescas 220 reales.
6. El reloj de la torre
ay noticias de su existencia desde 1852 cuando
se consigna la compra de:
Quince libras de hierro para componer la
campana del reloj, 11 reales, 12 maravedíes.
Al Herrero por los hierros de la Campana, 13 reales
(Primicia II, 122v).
Podemos suponer que la presencia del reloj en la
torre fue previa a esta fecha, ya que esta anotación
sólo se refiere a un arreglo de la campana del reloj.
Quizá sea oportuno recordar la novedad que debió
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Este granero no se debe confundir con el cuerpo
de varios pisos adosado más tarde a la torre por su
fachada sur y que en la actualidad se denomina los
graneros de la torre, del que luego trataremos. El
granero aquí aludido, es anterior y hay que suponerlo
alojado en la planta situada debajo del campanario,
o quién sabe si en otra inferior. Pues podría ser que
antes de construir la actual bóveda del coro, la torre
contara con dos plantas intermedias entre lo que
ahora es coro y el campanario. De ello dan pruebas,
tanto la ventana cerrada a la altura del actual segundo
piso de graneros, visible también en el subsuelo del
enmaderado de la planta de debajo del campanario,
como otra ventana, también cerrada en la actualidad,
que existe en el exterior de la fachada norte de la
torre.
Los escuetos registros del Libro de la Primicia
reflejan en 1713 el siguiente suceso:
Se ha de advertir que han hurtado de la Torre de la
Iglesia de los granos de la Primicia, mestura 4 cuartales,
y cebada 1 cahiz, 3 cuartales y 2 almudes (Fol. 79v).
Maquinaria del reloj de la torre
representar para los vecinos la existencia de un reloj,
cuando aún los más antiguos que hoy conocemos en el
pueblo son de fechas posteriores. Su llegada significó,
sin duda, un considerable signo de progreso, difícil
de valorar para nuestra sensibilidad de siglo y medio
después.
7. El granero de la torre
n un mandato del Obispo D. Miguel de Frías
en la visita del mes de Mayo de 1694 se hace
referencia a la puerta del espacio por donde se sube
a los graneros de la Iglesia (2º Sacramental, 227v).
Aunque aquí se habla de graneros, generalmente las
alusiones a esta dependencia de la torre utilizan el
singular:
Año 1681: De serrar las tablas del granero pagué a
Juan Campos: 24 sueldos (Primicia, 44).
Año 1704: Esteban de Cortes aliñó el granero de la
torre 3 días a 6 sueldos:18 suel. (Ibid., 71).
Año 1740: Por tablas, clabos y un jornal de
carpintero para componer el granero de la primicia y
escalas de la torre 18 sueldos (Primicia II, 33v).
Emplazamiento del reloj en el campanario
8. El coro
e los tres recintos superpuestos que alberga el
edificio primitivo de la torre, el inferior, que es
el más voluminoso, está destinado a coro de la iglesia.
Su altura, y la bóveda de crucería que lo cubre, son
idénticas a las de las tres naves. El suelo se eleva tres
peldaños sobre el resto del templo. Esto hace que
este espacio de la torre esté completamente integrado
en el cuerpo interior de la iglesia. Una alta verja de
madera, coronada por un crucifijo, separa el coro
del resto del templo. Esta verja ya es mencionada a
principios del siglo XVIII:
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Coro de la iglesia
Maria de Bergua, muger de Pedro Escuer es enterrada
en una sepultura delante el rexado del Coro al lado la
Pila de Agua Bendita. También Juan Botaric frances,
domiciliado en Yebra, de 52 años, que murió en 1759
fue enterrado en una sepultura que linda por detrás
con el Rejado del Coro.
Del coro contamos con abundante información.
En el Inventario de todas las Jocalias y Ornamentos
de la Iglesia de 1613 se registran: Unos escaños grandes
en el Coro. En 1683 se habla: de aliñar los maderos del
coro, y un año después: trabajo Juan de Cortes en el
coro 14 dias a 6 sueldos: 84 sueldos y otros 12 sueldos de
asentar los maderos. ¿En qué consistiría esta obra? En
1703 se hace el atril del coro y en 1715 las cadieras.
En 1746 se arregla la bobeda del coro que amenazaba
ruina. El Obispo Fray Julián ordena en su visita de
1780: que en el Coro se abra algo mas el hueco de la
ventana, y en ella se ponga vidriera; por ser la luz que
entra muy escasa y un año después se trae la Piedra
para la Ventana del Coro.
9. La Pila bautismal
ño 1653: …Y assi mismo le damos licencia para
que pueda mudar a otra parte de dicha iglesia y
assentar la fuente bautismal, que con la nueva fabrica
de dicha iglesia ha quedado dentro del Coro, y meter
aquella en el puesto y parte de dicha Iglesia que mejor
y mas decentemente le pareciere puede estar… (Acta de
Visita, Abril de 1653, 2º Sacramental, 56).
De esta anotación deducimos que en un principio
la pila bautismal estuvo situada en el actual recinto
del coro, hasta que a consecuencia de alguna
remodelación efectuada a mediados del siglo XVII
la planta baja de la torre se convirtió toda ella en
coro. ¿Existió antes algún tipo de coro alto, como
vemos en otras iglesias del contorno? ¿Qué función
desempeñaba ese gran arco de piedra, ahora anulado,
que sostiene la fachada sur de la torre y separa el coro
del cuarto de peanas? ¿Era parte de una lonja de acceso
a la iglesia, como ya hemos sugerido? Pues durante
siglos se consideró la entrada al templo como el lugar
idóneo para el emplazamiento de la pila bautismal.
Estamos, por tanto, ante algunas incógnitas que
quedan por esclarecer. Lo que sí sabemos es que el
traslado de la pila bautismal a otro lugar de la iglesia
tuvo que esperar más de medio siglo:
Año 1708: De mudar la Pila bautismal con el gasto
de los oficiales: 28 sueldos (Primicia, 74v).
10. El órgano
e la existencia de este instrumento musical en la
iglesia de Yebra sólo tenemos noticias gracias a
la documentación parroquial. Debió estar emplazado
en el balcón que hasta los años cincuenta del siglo
XX había en el coro, situado encima de la puerta
de subida a la torre. A este balcón, que tendría unas
dimensiones aproximadas de 1,5 x 3m., se accedía
a través de una puerta cuyos restos se aprecian en el
primer rellano de la escalera de la torre.
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En un folio suelto del Libro de la Primicia puede
leerse: Principio a tañer el organo en la iglesia de Yebra
á 22 de octubre de 1689.
El primer organista, que residió diez años en
el pueblo, se llamó Thomas de Ribera. Percibía la
cantidad de 37 libras y dos caizes de trigo en cada
un año a fin de que los dias festivos, sabados y algunos
botivos toque el organo en los oficios divinos. Sigue una
relación con los nombres del Rector, Lugar de Yebra
y 22 vecinos con el importe que cada uno de ellos
aporta para el pago del sueldo anual del organista.
Son frecuentes anotaciones como las siguientes:
1692: Se dio al organista hasta Todos Santos de 92:
trigo: 1 cahiz (Primicia, 58v).
1699: Excomunión a los Jurados si no pagan a
Thomas de Rivera, organista que fue de dicha villa, la
deuda de 10 libras y 5 sueldos, sueldo anual. (Tercer
Sacramental, 230).
1713: En 19 de Marzo pagué a Juan Pascual Longas,
Organero de Luna por componer el organo 12 libras y
a Juan de Campo por un caño mayor de madera 6 suel.
y a más el gasto que hizo el organero con su criado: 2
libras 19 suel. 4 din., es todo 15 libras, 5 suel. 4 din.
(Primicia, 81).
1756: Por componer y templar ô afinar el Organo di
al Organista de Sto. Domingo de Jacca, y por su gasto,
y llevarlo â Jacca, y por una badana que se empleo para
las manchas, y cola; de todo gasto 2 libras, 7 sueldos, 12
dineros. (Primicia, 53v).
11.Las sepulturas del coro
i en el suelo de las naves de la iglesia, antes de ser
entarimado, eran visibles las numerosas sepulturas
que lo cubrían, lo mismo sucedía con el suelo del coro.
Hay datos suficientes para localizar el emplazamiento
exacto de las sepulturas pertenecientes a cada familia.
Así sabemos que en el coro estaban las sepulturas a
Casa Cañardo:
Año 1686: Pedro Cañardo tiene tres sepulturas
en medio del Coro, las tres juntas, por la una parte
confrontan con… la Pila de bautizar…
Año 1729: A veintitrés de Diciembre del año mil
setecientos veintinueve murio Maria Jossepha Cañardo
doncella de edad de diezyocho años… Enterrose en el
Coro de esta Iglesia en sepultura de su Cassa. En fe de
lo qual lo firmo en Yebra a 25 de Dece. De 1729. Dr.
Antonio De Hena Retor de Yebra (2º Sacramental,
257v).
Barandilla del balcón del coro donde estuvo emplazado el órgano
(foto Villarroya)
12.Los graneros de la Primicia
esde el escrito más antiguo conservado en la
documentación parroquial, (-un acta de la
visita episcopal de 1551-), se constata el enorme
interés de la autoridad eclesiástica por que tanto la
recogida como la administración de los bienes de la
Primicia funcionen con total garantía. La Primicia
significó hasta mediados del siglo XIX el instrumento
más importante para la recogida de impuestos, que
curiosamente estuvo durante siglos en manos de la
institución eclesial. En una sociedad agrícola era
lógico que los tributos se pagaran en especie. Esto creó
en nuestra parroquia problemas de almacenamiento,
ya que hasta mediados del siglo XVII no contó con
unos graneros amplios donde guardar con comodidad
las cantidades bastante elevadas de cereales recogidas
cada año, acumulándose a veces, según las cosechas,
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los granos de varios años. Pensemos, por ejemplo,
que en el pasacuentas de la Primicia de 1665 se
contabilizan en propiedad de la parroquia 29 cahíces
de trigo, más 4 de cebada, a los que hay que añadir la
lana y otros productos. Durante el siglo XVII se optó
por alquilar graneros a vecinos del pueblo, como
atestiguan la siguientes anotaciones:
1663: Se paga a Jusepe Escuer por graneraje y por
este libro que trajo de quintas: 27 reales.
1668: Pague el graneraje del año 1668 que es 25
reales: 50 sueldos (Primicia, 14v).
1677: Graneraje del año 1677 a Moss. Thomas 40
sueldos (Ibid., 35v).
1682: A 30 de Mayo de 1682 se paga el granero que
fenecera al día de S. Miguel del mismo año: 90 sueldos
(Ibid., 45).
primicia y limosnas de Sta. Orosia y a este fin gastara
lo que sea necesario de los bienes de dicha Primicia,
con cuenta y razon que presentara en la Visita; pues en
adelante no permitiera entrar especie de granos dentro
de la Iglesia por la indecencia (Tercer Sacramental,
260v).
Sólo cuatro años más tarde, el 7 de Junio de 1759,
el obispo P. López y Estaún ordena que: La ermita
de San Bartolomé esta del todo derruida, mandamos
que la piedra que se quite sirva para hacer granero para
la Iglesia… (Tercer Sacramental, 265). A partir de
esa fecha y hasta el año 1765 se levanta el edificio
adosado a la torre por su fachada sur, que consta de
planta baja y tres pisos, dotando a la iglesia de los
requeridos amplios graneros. Los costes de sus obras
están detalladamente consignados. A la vez que los
graneros se construye la lonja principal, una sacristía
y un cuarto para las maderas. Veamos algunas partidas
de estos gastos:
Año 1759: Por 14 jornales de Albañil en cortar 39
maderos de 28 palmos y 36 juntas de 30 palmos para
la nueva Sacristía y Granero para la Iglesia y en sacar
dicha madera del Pinar â 7 sueldos por jornal: 4 libras,
18 sueldos.
Por 45 jornales de Peones para la misma madera del
Pinar â 5 sueldos jornal: 11 libras, 5 sueldos. Por 72
cahizes de Cal â 4 sueldos el cahiz para dicha Sacristía y
Granero: 14 libras, 8 sueldos. (Primicia, 58v).
Año 1763: Por traer al Lugar los Maderos y Juntas
para la Sacristía y Granero pagué 6 libras, 10 sueldos,4
dineros (Ibid., 61v).
Edificio de los graneros
Esto evidencia que el ya mencionado granero de
la torre resultaba del todo insuficiente. En ocasiones
se debió habilitar como almacén incluso algún
espacio de las mismas naves de la iglesia, según se
desprende de la siguiente nota de 1686: Y por quanto
dicho Escuer tenia otra sepultura dentro de la Iglesia que
ahora es granero...
Esta situación llevó a los visitadores a recomendar
la construcción de un granero adecuado a las
necesidades. No olvidemos que a los bienes que la
primicia recoge en Yebra hay que añadir las abundantes
limosnas a Santa Orosia entregadas en especie para la
luminaria de misas, rogativas y novenas. Un mandato
de 1755 es tajante:
Mandamos al Retor de la Iglesia Parroquial de Yebra
que luego que pueda, mande hazer granero para dicha
Por poner â cubierto los Maderos y Juntas para los
Graneros 8 sueldos, 8 dineros.
Por 12 cahizes de cal que compre para las mismas
obras â 2 Reales el cahiz: 2 libras, 8 sueldos.
Por 700 clavos de entablar de Jacca para las mismas
obras â 2 sueldos 12 din: 19 sueldos, 4 dineros.
De este he cobrado del Lugar ô Comun, en 24 cahizes,
6 fanegas de cal â 2 Reales el cahiz para las fabricas
de Graneros y Lonja 4 libras, 19 sueldos (Primicia,
64). (¡La deuda del Lugar con la Primicia asciende
desde hace algunos años a 166 libras, 13 sueldos, 12
dineros!)
Año 1765: Por 173 jornales de Albañil en hazer los
Graneros de la Iglesia y la Lonja principal, y Quarto
para las maderas de la Iglesia y varios reparos â 7 sueldos
por jornal 60 libras, 11 sueldos.
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Por 68 jornales de Carpintero para las mismas obras
â 7 sueldos por jornal 23 libras, 16 sueldos.
Por 180 jornales de Peon para las mismas obras â 5
sueldos por jornal 45 libras.
Por 79 juntas y media de par de mulos y arriero para
acarrear arena, piedra, y losa para las mismas obras â
12 sueldos por junta 47 libras, 14 sueldos.
Por 45 jornales en acarrear agua una Muger con
un jumento â 7 sueldos por jornal 15 libras, 15 sueldos
(Ibid., 63).
13.El entorno de la torre y el Adoratorio
as tres fachadas exteriores de la torre estuvieron
durante siglos rodeadas por el cementerio, que,
como era habitual en todos los templos, estaba
situado junto a sus muros y servía de complemento
a las sepulturas del interior. Tras la prohibición de
enterrar dentro de los núcleos urbanos y con la
creación de un nuevo cementerio fuera del pueblo, el
viejo cementerio, que se elevaba más de dos metros
sobre el nivel actual de la plaza y estaba rodeado por
un muro, fue desmontado a mediados del siglo XX,
dejando al descubierto los cimientos de la torre. La
actual puerta de acceso a la iglesia orientada hacia
el mediodía siempre se la denominó puerta del
cementerio. Su nivel quedaba incluso varios peldaños
por debajo del nivel del cementerio.
Otro elemento adosado a la torre por su fachada
oeste fue el Adoratorio, también demolido en la
década de los cincuenta del siglo pasado. Sus bien
trabajadas piedras de sillería fueron reutilizadas para
construir las actuales escaleras de acceso a la iglesia
por sus dos lonjas de entrada.
La función de este templete era la de servir de
expositorio y lugar de veneración de la Reliquia de
Santa Orosia en su fiesta del 25 de junio y en los
innumerables actos de Rogativa y Veneración que
han tenido lugar en Yebra a lo largo de los siglos. En
1694 se le da el nombre de capillita del cementerio,
y Alberto Alavés nos dice que ya en 1687, viendo
que se aproximaba amenazante la plaga de la langosta,
los devotos feligreses de Yebra… sacaron con una muy
devotissima procession publica la Sagrada Cabeza
de la Santa al Cimenterio (p. 352). En 1706 se
designaba al Adoratorio con el nombre de Capilla de
la Veneracion, y en la Primavera de 1731 se llevó a
cabo la obra de enlosar y cerrar la lonja o capilla de
las Veneraciones. En 1746 se registra lo que se ha
gastado en la capillica donde se enseña la Cabeza de
Antiguo Adoratorio de la plaza
Ntra. Patrona Santa Orosia en las Beneraciones: 27
libras, 2 sueldos. Sus obras concluyeron en 1747, pero
esta construcción obligó a cerrar la ventana cuadrada
del coro, de ahí el mandato episcopal ya aludido, de
1780, ordenando que en el Coro se abra algo más el
hueco de la ventana, y en ella se ponga vidriera por
ser la luz que entra muy escasa..
14.El tejado de la torre y su veleta
n este apartado tan sólo queremos recoger dos
breves datos relativos a la torre:
Su tejado siempre fue de losa, como el resto de
tejados de la iglesia, hasta que en una reparación de
mediados del siglo XX se optó por la teja. Veamos
cómo se da cuenta de una de sus reparaciones a
mediados del siglo XIX:
O Zoque
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Remonta de todo el tejado de la torre en Setiembre
del año 1846, poniendo una porcion de maderos y losa
nueva….(Primicia II, 117v).
La veleta que adorna el vértice de su tejado lleva
colocada casi trescientos años: En 18 de Julio de 1712
compré una veleta para la torre de hierro costó: 1 libra
12 sueldos (Primicia, 79).
15.La Torre: Escenario de un milagro de Santa
Orosia
ranscribimos el prodigio tal como lo narra su
gran biógrafo, Salvador Alberto Alavés y la Sala
en su obra publicada el año 1702:
…en el dia de su fiesta, 25 de Junio del año 1679.
Estavan este festivo dia en la Iglesia Parroquial de la
Villa de Yebra, unos muchachos, y otros en la torre del
campanario, repicando las campanas, por solemniçar
mas la fiesta de la Santa; y uno de los de abaxo se assiò
de la cuerda de las campanas, que caya en la Iglesia,
y jugueteando los de arriba, tiraron la cuerda, y le
subieron hasta lo alto de la cruzeria de la boveda de la
Iglesia, que es muy alta, y le soltaron del todo la cuerda,
y èl assido siempre à ella, cayò de golpe de lo alto sobre
unos bancos de madera grandes, que en las Montañas
llaman cadieras, donde se assienta la gente; y con aver
caydo mas de sesenta palmos comunes de alto, no se
hizo mal alguno, teniendolo todos, y celebrandolo por
manifiesto milagro; porque no permitiò la Santa, que en
su celeberrimo dia, que festejavan los devotos muchachos
con su bullicioso cariño, les sucediera ningun daño; y assi
me lo aseguraron el dicho Rector de Yebra, y sus vezinos,
y el dicho Pedro Cañardo, que lo viò con otros, y consta
del libro de essas memorias (pp. 347 y ss.).
Son el resultado de un esfuerzo colectivo, fruto
del trabajo y la ilusión de muchas generaciones. La
torre, por ser el edificio más elevado del pueblo,
invita siempre a levantar la vista del suelo, a mirar
a lo alto. Gracias a su veleta, hace de observatorio,
proporcionando información meteorológica muy
importante en una sociedad rural. El toque de las
horas del reloj regula el ritmo temporal de sus gentes.
Los diversos toques de campanas sirven de medio
de comunicación entre vecinos: llamada a jornal de
concello, alarma de fuego, aviso de fallecimiento,
diferenciando párvulos de adultos, despedida y
recibimiento de procesiones, romeros. El campanario
se hace portavoz de los diferentes estados de ánimo
de la población: la alegría de la fiesta, la tristeza de
la muerte, preocupación en las rogativas, miedo ante
las tronadas con la campana boca arriba, el luto de
la matraca en Semana Santa. Sin olvidar su función
primordial, convocar a los vecinos a esos encuentros
periódicos de carácter religioso, cargados, a la vez, de
un importante componente socio-cultural.
Concluimos expresando un deseo:
Ojalá que el conocimiento de nuestro pasado:
- nos ayude a descubrir el valor de la inmensa
herencia recibida,
- despierte en nosotros sentimientos de agradecimiento
hacia nuestros predecesores,
- fomente nuestro estímulo para entregar con
dignidad a nuestros hijos el legado recibido.
16.Significado de la torre
erminamos con una breve reflexión sobre
algunas de las funciones que ha
desempeñado la torre en la vida
cotidiana del pueblo. La torre
constituye, junto con la
iglesia, el símbolo más
representativo
de
cada pueblo.
La torre y su veleta
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Pastorada de Santa Orosia 2006
Mayoral
Mayoral
1. Biembenido sía
iste seleuto auditorio
de o que pasa por o mundo
yo quio daros notorio.
11. Asta Fablo han traído notizia
de que nazió Alionor
dizen que será reina
si cambean a costituzión.
2. En o mío nombre y de os lanzantes
en primeras quereba agradezer
que estez con tanta atención
toa ista caterba chen.
12. A yo rai quien gubierne!
buen cabal quien reinó!
sólo demando una cosa,
que se alcuerden de Aragón.
3. Que mamá siempre me ha dicho
que o primero ye a educazión
pos si por algo me podez carrañar
no ye ixa a mía intenzión.
13. Y seguindo con a demanda,
a bier si sentiz, zagalas,
yo estoi mirando de achustar-me
una reinona pa casa.
4. Si ez parau cuenta
que a mía fabla ye un siñal aspra…
Buen cabal!
Santa Orosia me entiende,
que yo le charro a ella
dende aíntro d’a mía alma.
5. Grazias tamién a os romeros
que de tantos lugars eis plegau
con o ropón y o palo
como tantos antepasaus;
14.Dos cosetas cal que tienga:
una, que sía bien plantada
y tamién si podese estar
un siñalín escoscada.
15. Tampoco no iría mal
que sabese fer a colada,
que abentase as guixas,
y quitase as esparias.
21. Y qué he sentido n’o Barrio?
que han sacau nuebas leis
y se puen casar os güeis?
Y altonzes as bacas?
Y chotos y crabas?
22. De os cochins ya en sabeba
en conozco más d’una parella.
Y no ha dicho cosa o clero?
Ixo me pai que be d’estar
otra basemia de Zapatero.
23. Charrando-te d’o clero
pai que te xordicas
cuan has d’entrar ta misa
n’o imbierno porque fa frío
y adormido s’está millor
y n’o berano con a calor
ya pue quedar a badina d’o río.
24.Con o poco que estomagas
o tema d’a religión
ya me dijon que te bión
debió estar que te bagaba
astí en a primer plana
cuan bino a telebisión.
25. Qué debozión tenebas
en ixas rogatibas!
cuan biebas que os tomates
n’o güerto te se moriban.
6. Grazias a os cruzeros
que’n bienen de toa a Montaña
trayez a millor joya buestra
pa engalanar ista fiesta;
16. Fese media y a calderada,
que tamién labase ensundias,
y o mondongo de güena gana,
y anque no le cuaquen os bichos...
cómo no ba a muyir as crabas?
7. Y a os zereños banderistas
de ro Balle y Sobrepuerto.
Qué argüellosos nos sentimos
de que abandiez sin rangüello!
17. Y si m’ejáis pensar un rato
no remato ista mazada.
Besos en tiengo pa todas
anque baigan malfarchadas.
8. Memoranza pa os que iste día
con nusotros no puen estar
Santa Orosia se alcordará
de a fé que le eis tenido en bida.
Repatán
Mayoral
27. No sé que fa o rebadán
que pa sacar-me as colors
tiene muita fazilidá.
Cantas
18. No’n creyes que será muito?
Tú sí que t’has echau largo!
Ya te se bajará a pez a o culo
que pa amprar-ne uno como tú
No’n hai pocos por o mundo!
9. ¡Cuánto gozo, qué contento
de golber-nos a alcontrar
pa astí chuntos zilebrar
a fiesta e Santa Orosia!
19. Te’n marchas ta ro mercau
y en alcontrarás un ziento,
seguro que son millor chen
y sin tanto miramiento.
10. ¡Ixe beso que se dan
cruzes, palos y banderas
ye un beso d’amistá
entr’as chens d’a nuestra tierra!
20. Yo te iba de dar un consello
pero no te fará o morrocló;
pue que quedes pa cabalero
u quemisió… pa tión.
¡Punto!
26. Que o sequero que pasemos
no torne a dar-se más,
que pleba a gusto de toz
y que ixa fuen que béis
nunca s’eje de manar.
¡Punto!
28. Ya nos ibamos olbidau
de benerazions y rogatibas
de cantar as letanías
pa pedile a Sta. Orosia
que plebese n’os nuestros praus.
29. En a zaguer sanmigalada,
cuando o sequero más apretaba,
namas o zielo podeba aduyar-nos,
nos chuntemos por tres bezes
pa pedir-le a Sta. Orosia
que plebese a cabazos.
O Zoque
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30. Con as cruzes y os romeros,
y ro toque d’as campanas
que alcompaña as rogatibas,
as chens de ra Sotonera
y de toa ista Montaña
nos golbimos a chuntar
pa pedir-le a Santa Orosia
que plebese en istos lugars.
31. Si no estase por Santa Orosia
no sabemos que abría pasau
sólo sé que to l’imbierno
Auturía ha estau to nebau.
32. Yo no sé que gusto tiens
por fer-me quedar mal
que a zaguer bez que m’alcompañés
con un siñal de debozión
fue en San Chinés d’Espín
cuan as güegas bendizión.
33. Asta esti año biebas
acucutar o sol por as leras
pero a bezinal y “O Zoque”
apañón o tellau y a torre.
34.Agora que aquí biemos
a istituzions y jerifaltes...
No queremos que o de San Román
en dengún lugar más pase.
35. Mirar d’echar bel euro
ta ixa ilesia Escartín
antes de que le plegue
como a o cochín su San Martín.
36. No tos amaguez n’o cado
ferez onra a ra Montaña,
a toz os que astí bibión
y a os que oi tos alcompañan.
37. Amás de to isto
mención quereba fer
a ixe lugar d’Allué
que una lampa toas nueis
dende ro año pasau se bé.
40.Y no prebes a izir-les cosa,
pue que sientas o que no quiers,
que denzima te den un lapo
y te se quede cara e pabiso.
41.No hai potenzia con ellos,
no conozen ni o pimpirigallo
o unico que saben d’ordio
que con cerbeza ban a pixar-lo.
42.Y de bichos...
si tiene pelo será conello
y si no, será un gallo.
43.No bierás que les ne achunten
Tiengan pelo u en tiengan pluma
No baiga estar por un casual
Que les pille a gripe abiar.
44.No son poco más agudos
si tien elante o plato!
eslegirán a millor pizca.
No comas con ellos a rancho!
45.De cans en tienen toz
pero sólo que pa pasiar-los.
T’ande han quedau ixos cans
con caparras y cacalos?
46.Agora cacalos en leban ellos
les dizen “rastas” os fozinallos
to bale si ye moderno
pero si o can mío en leba
altonzes ye un guarro.
51. Agora quereba charrar
y no quio cheneralizar
d’os chobens que ista noche la pasan
en puerto toa plena en bela
con ixa mosica fiera
que t’abatana as orellas
52. No sé si bibirán en zolles
tiñas, cuadras u yerberos
sólo sé que cuan d’aquí marchan
nos ejan güena femera
53. Te miras enta ista tasca
si bienes pa Sta. Orosieta
y te saltan glarimas d’os güellos
toas ellas de impotenzia.
54.Basura por toz os laus
ni o más sagrau se respeta,
y luego se les plena a boca
d’o cudiau de ro ecosistema.
55. Y quien quiera ascuitar que ascuite
y quien no, que la otro año no’n bienga.
56. Y pa poder rematar
a chanzoneta y os dichos
yo tos encargo y suplico:
¡Si algo tos ha molestau,
que lo ejéis en l’olbido!
57. ¡Y pos yo en nombre de toz,
Orosia, lizenzia os pido,
pa poder-le esplicar,
con tu grazia y con tu ausilio,
47.Me causan almirazión
Ista colla e galbans,
dí que lo menos pa danzar
una miaja e rasmia se dan.
58. á iste auditorio que está
asabelo qu’atento y benigno,
con conzieto d’ascuchar
a tuya bida y prodigios!
48.Toca ro chuflo en Fa
Y asinas blincarán más.
MARTIRIO DE SANTA OROSIA
¡Punto!
1er. LANZANTE:
38. Que sían biembenidos
ixos nuebos bezinos
y pa que siamos más amigos
aspero que cuan baigamos
nos imbiten a magra e tozino
y güena pixela e bino.
Mayoral
Yo tos charraré d’a benida d’Orosia dende
Bohemia enta istas montañas:
49.Media bida he pasau
esfumarriando betiquera
agora o gubierno me dize
que ixo ye una fatera,
59. ¡De Bohemia yera Orosia
y d’Igipto natural,
pa onra d’ist’Alto Aragón,
ta Yebra se’n bino a coronar!
¡Punto!
50. que o mon ye zentro e treballo
o mesmo articas y sasos
que elante as güellas no fume
que les güele a lana á tabaco
y asinas ye que no les achuntan
ni mardanos ni segallos.
60. Llegó t’o monte de Yebra
y bido á un mesache sembrar:
- ¡Labrador, güen labrador!
¿me dirá qué ye o que sembra?
- ¡Trigo sembro, mi señora,
pos ye o propio d’ista demba!
Repatán
39. Miraros que ocho danzantes
que dentre toz no saben fer
ni un triste bayo dreito
que igual te´n fan de rebés.
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61. Antonzes contesta Orosia,
biyendo benir o martirio:
-¡Mañana á punto e día
podrá usté segar o trigo!
71. Mandó o rei formar as tropas,
comenzipión a escalada.
En llegaus ta Cruz d’a Gualda,
luego bidon ande estaba.
62. mesache se’n fue ta casa
y d’ixo no’n fizo miaja e caso.
¡Ya marchón n’a mañanada
os pastors con os ganaus!
72. ¡O rei moro con a espata
esfilorchó as telarainas,
salió a joya guapisma,
d’espanto quedó chelada!
63. ¡Ya ascape astí s’alcontrón
con que o trigo d’ixa demba
yera un sementero granau,
perfeuto pa ser segau!
64.¡Escopetiau se’n golbió un pastor
y ascape le’n dijo á l’amo!
¡Deseguida buscón peons!
¡Ascape subión a segar-lo!
2º LANZANTE:
Yo tos charraré d’a persecuzión qu’os
moros le fizon á ra debina Orosia:
65. ¡Ya a pionada s’enzamarraba,
ya bidon pasar cozcoz
muita chen qu’en son de guerra
por Orosia preguntón!
66. -¿Por bel casual ha pasau
bella siñora puyando,
con donzellas y criaus
que l’iban acompañando?
67. -O diya que sembré ista demba
me pai que po astí pasón.
O rei moro enzenegau,
á esgrituziar emprendió:
68. -¡Empentaremos ta l’alto,
feremos güen resacau,
qu’ascape l’alcontraremos
t’andequiera aiga pegao!
69. Con l’animo acongajao
por ista persecuzión,
Orosia s’iba amagau
en l’ondo d’un cobachón.
70. ¡Asta as mesmismas arañas
á efendé-la se’n binon!
¡Pa qu’Orosia s’ocultase
un gran enrejau le fizon!
3er. LANZANTE
Yo tos charraré d’o martirio d’Orosia
y d’os suyos acompañantes:
73. O monarca fue escarau,
qu’asinas l’entró a charrar:
- ¡A muerte yo te perdono,
si con yo te quiés casar!
74.Orosia con boz zereña
ascape le respondeba:
-¡Zien mil bezes yo quió ser,
zien mil bezes egollada,
antes que con bel rei moro
aiga de ser yo casada!
75. Antonzes aquel salbaje,
con muita rasmia y angluzia,
á l’umilde Santa Orosia
lastimosos golpes daba.
76. Le matón á os suyos ermanos,
San Cornelio y San Azisclo,
pa bier si s’acotolaba,
y asinas palabra daba.
77. Dimpués le cortón os pechos
con ixa espantosa espata.
Ya le cortan a capeza,
por tres bezes espadata.
82. -¡Alza ixa losa, pastor!
Y astí no salió cosa.
-¡Alza ixa losa, pastor!
Y brotó una fuen de sangre.
-¡Alza ixa losa, pastor!
Y brincó una fuen d’agua.
5º LANZANTE:
Yo tos charraré d’o traslau d’os Restos
d’Orosia enta Yebra y enta Chaca:
83. Os Restos de Santa Orosia
Los guardó n’a suya mochila.
-¡A Capeza ejá-la en Yebra
y porta ro Cuerpo ta Chaca!
¡Enfilas o camín d’O Puente,
drecho por a Bal Estrecha,
asta llegar enta Guasa!
84.¡As campanas d’as ilesias
d’os lugars por ande pasaba,
en biyendo tan gran miragro,
por sí solas s’abandiaban!
85. Elante O Portal d’as Monjas,
cantando as suyas grandezas,
o Cabildo y o Conzello
á nuestra Santa aguardaban.
86. Dende astí ent’a Catedral
marchón toz en prozesión
y en a izquierda d’o Sagrario
o Cuerpo d’Orosia ejón.
87. O bentizinco e chunio
Se zelebra a suya fiesta,
s’enseñan as suyas reliquias
Yo tos charraré de cómo o pastor alcontró
y Orosia a suya palabra da,
os restos de Santa Orosia:
con os anchels. ¡Amen!
78. Cuerpo d’Orosia esbrusau
¡Punto!
y os d’os suyos acompañantes
astí quedón n’iste mon,
CULMINAZION D’OS ELOGIOS
pa qu’as fieras los minchasen.
Mayoral
79. Mas n’iste Puerto tan gran
88. ¡Qué tos pai, oyentes míos,
nomas un pastor abeba.
qué bida tan miragrosa,
D’o zielo se’n bino un ánchel
qué inozenzia, qué birtús,
pa rezèbir aquella alma.
y qué muerte tan dichosa!
80. L’anchel le ijo á o pastor:
89. ¡Ánchels se’n bajón d’o zielo
-¡Abrás de baxar ta Yebra,
que le trajon a corona,
dimpués te’n irás ta Chaca!
y en a palma la subión
mas o pastor s’escusaba:
ellos mesmos enta a Gloria!
81. -¡Ya fa un rabaño e diyas
90. ¡A Suprema Trenidá,
qu’o mío ganau no s’abreba,
por a suya gran fortaleza,
astí no’n hay gota d’agua!
le otorgó muitas grazias
-¡Yo t’abrebaré o ganau,
y á tú no te faltará cosa!
y muchismas preferenzias!
4º LANZANTE:
O Zoque
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26
91. ¡En ixas tronadas fieras
nos efiende de ra piedra,
d’ixas brutas abenidas,
d’os rayos y d’as zentellas!
92. ¡En os partos perigrosos
ye asaber qué medianera,
y por ella merezemos
o benefizio de l’agua!
93. ¡Ella cura endemoniaus,
ella á ros enfermos sana,
ella asiste á ro afligido
y á ro que con ferbor la clama!
Cantas
Mayoral
96. Prenzipiaré á espedir-me
por ixe Templo sagrau,
ixa fuen tan eliziosa
y por iste florido prau!
101.¡Orosia, Santa mía!
¡Mira-te ta tanta chen,
que de tan lejos binon,
agradeze-les a suya fe
y o gran esfuerzo que fizon!
97. ¡Adiós á Cueba d’Orosia,
lugar d’o suyo martirio,
adiós á ixa Ilesia que fue
d’as suyas reliquias sagrario!
102.Os que escribimos y charramos
podébamos fer-lo millor
pero no tos quede a duda
que se fa con güena intenzión.
98. ¡Adiós á o siñor Retor,
mui querido Mosen José,
y á o siñor Pedricador,
con clero y autoridades!
103.¡Grazias por a buestra atenzión,
de toz busotros yo m’espido!
¡Dios nos dé a Gloria Eterna
por os siglos de ros siglos!
94.¡Biba ra debina Orosia
con su grandismo Martirio!
¡Biba ista fiesta tan biella,
alma d’iste Pirineo!
99. ¡Pa rematar, Santa mía,
recordanza imos de fer
de toz os debotos tuyos
qu’en ista zaguer añada
ta la otro mundo se’n fuen!
95. Asinas yo tos espido:
¡Plantar fuerte y no reblar
¡Qu’otra añada n’ista fiesta
nos golbamos alcontrar!
100.¡Asinas tamién quisiera
grazias dar á tanta chen,
que con tan grandisma fe
partizipó n’ista Fiesta!
ROMEROS:
CRUCES:
BANDERAS:
Galliguera: - Casa Satué de Arto
- Arto
- El Puente
- Estallo
- Fanlo
- Ibort
- Jabarrella
- Latre
- Orna
- Puente Sardas
- Espín
- Orús
- Fandiello
- San Julián
- Yebra
- Sobás
- San Román
- Isún
- Sardas
- Allué
- Osán
- Satué
- Latas
- Jabierre
- Susín
- Larrede
- Bergua
- Bergusa
- Ainielle
- Olibán
- Biescas
- Fiscal
- Casbas
- Cortillas, Cillas y Sasa
- Sobás
- San Julián
- El Puente
- Escartín
- Barbenuta
- Bergua
- Yebra (grande, pequeña y de los niños)
Guarguera: - Casa Blasco de Sandiás
- Abenilla
- Alabés
- Artosilla
- Belarra
- Bescós
- Ceresola
- Fenillosa
- Ordovés
- San Esteban
- Villacampa
- Villobas
- Yéspola
Valle Mangueta: - San Vicente
- Bohemia
- La Sotonera
- Bergua
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Algunas notas sobre la ermita de
Santa María de Yebra de Basa
David Usieto Aguarta
Para introducirnos en la historia de la ermita de Santa María de Yebra de Basa, transcribimos a continuación
el retrato gráfico que sobre la misma realizó, a finales del siglo XIX el arcediano de la Catedral de Jaca D. Rafael
Leante y García en su libro “Culto de María en la diócesis de Jaca” (Lérida, 1889) y que nos la describe en los
siguientes términos:
Ermita de Santa María de Yebra
l norte de la Villa de Yebra de Basa, sobre la
cumbre de una colina que dista veinte y cinco
minutos de la feligresía, pero de un camino
escabroso y de difícil acceso, fue donde aquellos cristianos
fundaron un Santuario consagrado a la Santísima
Virgen, y conocido con la advocación de Santa María.
Desde aquella morada mariana, en cuyas inmediaciones
no existe más llanura que un pequeño campo, situado a
la parte del Oriente, se describe, cuando el devoto que lo
visita dirige su vista por el espacio, al Norte la montaña
y cuevas de Santa Orosia, y al mediodía el río llamado
Basa, que da nombre al valle por donde sus aguas se
precipitan.
Antiquísimo es el Santuario, y sobre su origen nada
guarda la historia, ni conserva la memoria de los vivientes.
Solo saben que a principios de este siglo fueron reparadas
las cubiertas que amenazaban ruina; cuya operación se
repitió en 1873, siendo reconciliado y habilitado para
el culto el día 15 de agosto de aquel año; celebrándose a
continuación la fiesta del día. Recogiendo el dato de la
antigüedad que revela la imagen de la Virgen colocada
hoy sobre la mesa-altar, pienso si seria la primitiva del
Santuario, y que por la particular devoción de aquellos
vecinos a la Santísima Virgen en el misterio de su gloriosa
Asunción a los Cielos, al tener necesidad de renovar el
retablo, hicieron construir y colocaron otra imagen en
su centro, la que es hoy objeto particular de su culto. Si
esta suposición tiene algún carácter de verdad no puede
desconocerse que es muy antiguo el Santuario, pues las
pinturas del actual retablo, que están ya deterioradas
por los años, muestran que no es obra del presente siglo.
La iglesia mide en su interior diez metros, cincuenta
y ocho centímetros de longitud, por cuatro cuarenta
y cinco de latitud. Solo el presbiterio está cubierto
de bóveda, y el resto enmaderado; y ni tiene coro ni
púlpito. Solo contiene un sencillo altar, formado por
tres ordenes de recuadros en pintura al óleo. El arte
decorativo no ha desplegado allí sus alas y el retablo
aparece sin columnas ni cornisa. El primer cuerpo está
formado por tres pinturas en lienzo, representando la
del centro la Faz del Salvador, y las de los lados Santa
Bárbara y San Acisclo. Este Santo no debe ser el San
Acisclo que en la persecución de Diocleciano sufrió el
martirio, juntamente con su hermana Victoria, el día
17 de noviembre, después de haber sido cruelmente
atormentado. Como la vida de Santa Orosia refiere
que, entre la comitiva que la acompañaba a España,
venia un tío suyo llamado Acisclo, que era Obispo de
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Lodici, y como este sufrió el martirio antes que la Santa
en la misma montaña de Yebra, no hay duda de que es
el representado en el altar del Santuario. También esta
con oportunidad reproducida allí la imagen de Santa
Bárbara, virgen y mártir, que habiendo realizado en su
corazón las bodas celestiales, no quiso aceptar el enlace
que su padre idólatra la proponía, y fué entregada por
este al presidente Maciano, que llevó sus tormentos hasta
hacerla cortar los pechos; y el autor de sus días consumó
el cruel martirio, cortándola la cabeza.
imagen de Santa Orosia, ocupara el sitio de preferencia
a la derecha de la Virgen, y a la izquierda está santa
Águeda, que, de gran linaje también sufrió el martirio,
cortándola primero los pechos, por no querer someterse
a los impuros propósitos de Quinciano, presidente en el
Imperio de Decio. En el último cuerpo del retablo, está
la imagen de San Juan Bautista, pintada también en
lienzo como las anteriores, y representa allí la devoción
general del país a S. Juan de la Peña, y el dominio de
aquellos Monges en la montaña.
Delante de la Santa Faz está la antigua imagen de
la Virgen, que hemos citado de paso: es una estatua en
madera y de ropaje de tela, que apareciendo sentada
mide 47 centímetros de altura. El divino Niño está
sentado sobre la rodilla izquierda de la Virgen, y
sujetado en el hombro por la mano, también izquierda
de su Santísima Madre. Esta sagrada Imagen encierra
en sí el gran mérito de su remota antigüedad.
Talla de Santa María (iglesia de Yebra de Basa)
Talla de Santa María (museo diocesano de Jaca)
El centro del segundo compartimiento del retablo lo
ocupa la Reina del templo, que es una bonita escultura
en madera, de la Santísima Virgen, representando
el acto de su Asunción a los Cielos. Está posada sobre
una nube de alados Querubines, y juntando las manos
sobre el pecho, sin otro contacto que en las puntas de los
dedos, dirige la tierna mirada hacia el cielo. Mide una
altura sobre el pedestal 63 centímetros. Natural era que
construyéndose el retablo para la parroquia de Yebra, la
Dedicado el Santuario a la Asunción de Nuestra
Señora, es lógico que la fiesta principal se celebre el día
15 de Agosto. La mayoría de los vecinos se reúnen en
procesión, y para comunicar a la romería el carácter
religioso que tiene en el ánimo de los congregados, suben
al Santuario cantando el Santo Rosario, y, si es posible
conseguir sacerdote, se celebra allí el incruento Sacrificio
de la Misa; y cuando no pueden solemnizar la fiesta en
la ermita, después de cantar algunas salves ante el altar
de la Virgen, regresan los devotos procesionalmente,
para asistir con la mayor devoción a la misa conventual
que se celebra en la iglesia parroquial. También se
bendice y reparte a los concurrentes, antes de regresar
del Santuario, la caridad del pan, del modo y manera
que se acostumbra en el país, según dejamos anotado
en la historia de Nuestra Señora de Ubieto, sita en la
parroquia de Sieso.
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Así saben agradecer y corresponder los dichosos
custodios y poseedores de la cabeza de Sta. Orosia, a los
constantes favores que les dispensa la Santísima Virgen
María”.
A principios del siglo XX todavía se realizaban dos
romerías a la ermita, una cada 15 de agosto, como
último día de las fiestas patronales de San Lorenzo,
y la otra el día 25 de marzo, día de la Encarnación,
aunque desarrolladas de manera muy diferente.
El día 25 de marzo, día de la Encarnación, sólo
subían las mujeres, que rezaban cien avemarías
recitando esta oración alternativamente otras tantas
veces:
Viviré, moriré
por el valle Hosafat pasaré.
Al enemigo malo hallaré
y le diré:
¡Enemigo maligno, apártate de aquí¡
que conmigo no tienes ningún quehacer
que el día de la Encarnación de Jesús y de María
cien veces me santigüé
y cien avemarías recé.
Los niños danzan en la romería de Santa María
Esta romería se perdió a mediados del siglo
pasado, y cuando dejó de hacerse todavía estaba la
ermita en pie y con el altar completo.
Por otra parte, el día 15 de agosto se subía todo
el pueblo tal y como describe D. Rafael Leante,
se repartía la caridad mientras los mozos del lugar
jugaban a correr la rosca y los más pequeños a carreras
de sacos y pedestres. haciendo un circuito cerrado
TERCER
ORDEN
desde Santa María hasta San Marcial (promontorio
cercano) y volver. Actualmente, se sigue celebrando
esta romería y aunque no se realizan juegos. los más
pequeños se inician como danzantes hasta la ermita
y alrededor de ella.
En lo que respecta al retablo de la ermita, la
distribución del mismo sería de la siguiente manera
según el libro del arcediano de fin del XIX:
Lienzo de San Juan Bautista
SEGUNDO
ORDEN
Lienzo de Santa Orosia
PRIMER
ORDEN
Lienzo de Santa Bárbara
ALTAR
Distribución del retablo de Santa María
Talla de madera de la
Asunción de María
Lienzo de la faz del
Salvador
Talla de Santa
María con el Niño
(Jaca)
Lienzo de Santa Águeda
Lienzo de San Acisclo
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Restos conservados del armazón del retablo
Se sabe que por la década de 1950, siendo
párroco de Yebra D. Antonio Rufas Rodríguez, un
canónigo de la Catedral se llevó la talla románica
policromada seguramente del siglo XIII de la Virgen
María, que estaba situada sobre el altar de la ermita
a la Catedral de Jaca, y años más tarde, el resto del
retablo fue trasladado a la Iglesia Parroquial de
Yebra donde todavía puede verse la imagen de la
Asunción de María que estaba situada en el centro
del segundo compartimiento y varios fragmentos del
armazón de madera del retablo en muy mal estado de
conservación. Se conoce la ubicación en el retablo de
estas partes del armazón gracias a los informantes más
mayores de Yebra. Flanqueando los lados del lienzo del
Bautista tenemos dos tablas labradas que contienen
dos números respectivamente: el 15 una y el 76 la
otra, dándonos la fecha de construcción del armazón
cuando menos (1576), sin tener la certeza de que los
lienzos fueran de la época. La talla de la Asunción
de Santa María por su estilo puede que pertenezca al
siglo XVIII, aunque no se sabe con certeza ya que no
hay documentación que lo acredite.
Con el hundimiento de la techumbre de madera
que cubría la nave de la ermita, se dejó de acudir a ella,
quedando olvidada hasta los años 1993-94, cuando
por parte de los vecinos de Yebra se desescombró el
interior y se realizaron trabajos de consolidación de
los muros y del tejado de la bóveda. Para entonces,
ya se modificó definitivamente el acceso a la ermita,
realizándolo desde la pista de Santa Orosia, por la
parte norte de la ralla, puesto que el camino que
subía zigzagueando por la parte sur, por los campos
denominados latreros, había desaparecido por la
erosión o por la maleza.
La última actuación restauradora sobre la ermita
la ha realizado la Asociación Cultural O Zoque
durante el año 2005 para afianzar la estructura y
acondicionar el interior. Para ello se ha desmantelado
la cubierta de losa que había sobre la bóveda de tosca
y desescombrado todo el material de relleno que
existía sobre la misma, haciendo un recrecimiento
perimetral del tejado con piedra para rehacer los
remates y consolidar la estructura con una capa de
mortero de cal de 10 cm. sobre malla, la colocación de
una lámina impermeable y la colocación nuevamente
de la losa. También se ha aprovechado para arreglar el
altar existente, nivelar el interior de la ermita y colocar
una puerta de madera en la entrada con cerrajería de
forja. Se optó por no reconstruir totalmente el tejado
y dejarlo como en la anterior actuación para permitir
el paso de la luz, aunque se sabía como era por los
textos de Leante y la memoria de los mayores del
lugar.
Ojalá no se acaben aquí las restauraciones de
nuestra asociación y que como se dice en la pastorada
de este año “No queremos que o de San Román / en
dengún lugar más pase. / Mirar d’echar bel euro / ta
ixa ilesia Escartín / antes de que le plegue/ como a o
cochín su San Martín.” Un recuerdo para esta iglesia
de San Román que se nos espaldó este 2005 con los
primeros fríos y el deseo de que no tengamos que
escribir más líneas lamentándonos de la pérdida de
otra más.
Restauración del 2005
Frescos del presbiterio de la ermita
No se sabe nada de los lienzos y queda pendiente
una investigación sobre su paradero. Actualmente en
la ermita no queda ningún vestigio del retablo que
un día la presidió, solamente la viga donde estaba
sujeto y la única decoración que queda es por algún
trozo de yeso pintado con trazos de color toscos de
tipo popular en el techo del presbiterio.
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Historias del puerto
Enrique Satué Oliván
i madre me decía que la santa palidecía al
llegar a la fuente, y, a mí, las observaciones
suyas siempre me han producido mucho
respeto. Yo creo que la cosa la mamamos los dos desde
niños, como ha pasado siempre en estas montañas
con las formas de entender la vida.
Cada equinoccio, la santa es llevada en andas por
la pradera hasta que llega a la fuente y, al instante,
penetra con la comitiva de romeros y danzantes
en la ermita. Siempre ha sido así de espectacular y
contenido, por más que las campanas del templo
estremezcan el rocío que tintinea sobre las hierbas.
Se cuenta que la fuente brota a través de las
bocas de los moros que degollaron a la santa, y yo
añado que no conozco un rincón de la montaña tan
cosmopolita como el de esta fuente sagrada.
Eso se puede comprobar cualquier día de verano.
Como ejemplo, enumero y describo los personajes que
nos dimos cita allí una espléndida mañana del mes de
agosto, a punto de que el milenio nos dejara (con la
misma historia). Comienzo por los presentes, por los
que aquel maravilloso día se mostraban visibles.
El primer personaje se divisa desde muchos lugares
del Pirineo y es la montaña de la santa, el enorme
macizo donde ella fue martirizada. Es como una
enorme tortuga marina que aguarda con paciencia
geológica a que algún día remoto llegue de nuevo la
sal y ella pueda sacar las patas y la cabeza. Allí está, en
medio de un amplio corredor, entre el sol mediterráneo
y los vahos que llegan desde el océano, entre la tierra
raída por los rayos y las barbas musgosas y druidas de
los bosques de las umbrías. Dos maneras de entender
el cielo que germinan, palmo a palmo, sobre la tierra;
del arbusto ralo y espinoso a la genciana, del roble
sufrido (piel con piel) al serbal de los cazadores y al
tejo. Todo sobre un sustrato hecho con la calma de
la senectud, en el fondo del mar primario, o con el
ímpetu de las torrenteras, cuando el Pirineo emergió
y levantó cabeza; un mismo suelo que, como a Buda,
le ha tocado recorrer varias vidas.
Eso es lo que da de sí el caparazón del personaje,
pero si analizamos cómo el hombre ha horadado su
pátina a lo largo de la Historia, aquí la sorpresa será
mayúscula pues comprobaremos cómo igual se dan
cita elementos sagrados que bélicos, prehistóricos
que postmodernos, paganos que cristianos, conservacionistas que antiecológicos. En fin, que la vieja
montaña lleva grabada a fuego en su caparazón una
rosa de los vientos que recoge el turbulento paso del
hombre por el planeta: de la cueva precristiana a la
cruz, de la flecha de sílex a la metralla y del pastoreo
tradicional a los artilugios tecnológicos, clavados en
el suelo. Y es que, como en todas las montañas simbólicas, el que las anda y las siente encuentra en ellas
todas las respuestas que necesita.
El segundo personaje que acudió aquella mañana
a la fuente, mientras yo llenaba las botellas, fue
Cosme, uno de los dos pastores que cuidan el ganado
de los pueblos que se reparten la pradera. Cosme
corría los pastos de oriente y la fuente era el límite y
el lugar donde todas las mañanas se las veía, para dar
novedades, con el compañero de poniente.
Por dentro, Cosme era de estas montañas, pero,
por fuera, tenía la geografía cruzada, encerraba todas
las noches el ganado a oriente, pero sus gafas Ray Ban,
con corazón de brillantes, en el cristal derecho, su
faria humeante, el bigote gringo, el gorro vaquero y,
sobre todo, su moto Beta de 49 centímetros cúbicos
(la cilindrada justa para andar sin papeles) le ubicaba
en los polvorientos caminos que parten hacia el norte
desde Tijuana.
Cosme hablaba muy poco, sólo allá que allá y
para echarla muy gorda, y aquel conservadurismo
energético se marcaba tanto en su peso como en
la penitencia que tenía que hacer la Beta para
transportarlo por la meseta, tras el ganado, vara en
bandolera, seguido por dos perros mortificados.El
tercer personaje que apareció aquella mañana en el
foro de la fuente sagrada fue Basili, el pastor de la
mitad occidental de la montaña; otro con la geografía
trasplantada.
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Basili, en Ucrania, es como José aquí y había
llegado al monte sagrado porque, en estos rincones
del Pirineo, ya no queda nadie que quiera ir tras las
ovejas.
El ruso –lo confesaba Cosme, desde su lastre
ideológico- era muy buena gente, muy trabajador, y
en su cabeza rapada y su mirada azul llevaba escrito
todo el misterio que albergan aquellas enormes
tierras que acosan al mar Negro.
“Da, da, da”. Si, si, si…
“Ñe, ñe, ñe”. No, no, no…
Eso es lo que hablaba todos los mediodías,
desde la fuente, cuando hablaba con su
mujer. Decía poco, pero hablaba mucho,
porque con Airtel se podía conversar a 40
pesetas el minuto.
“Da, da; ñe, ñe”. Depende. Y al otro
lado, en las orillas del Niester manso
que baja de los Cárpatos, ella compraba
el material con el dinero que le mandaba
el marido para hacer la casita. Sola y con
cuatro criaturas que le quitaban el móvil para
hablar con el padre, mientras Cosme, soltero
sempiterno, escuchaba absorto desde la firme
convicción de que el mundo ya no es lo que era y que
andaba muy revuelto.
Éste era Basili, el de la mirada limpia que, siendo
aún adolescente, se había ganado la vida con los
lodos petrolíferos de Siberia. Un joven ruso que hizo
la mili en el Caúcaso, que reconocía que antes, con el
comunismo, marchaban mejor las cosas, pero que él
necesitaba el capitalismo y la religía, que entibia los
corazones.
Un pastor ilustrado que, ante el asombro de
Cosme, llegaba todos los días a la fuente cargado de
sílex prehistórico y metralla de la pasada guerra civil.
El tercer personaje que apareció por la fuente
aquel día, tenía mucho que ver con la metralla
que recogía todos los días Basili. Era Ribes, Vicent
Ribes, viejo combatiente de los Batallones alpinos de
la Generalitat, que estuvo en el puerto junto a los
maestros del Batallón de la pluma en los primeros
meses de la guerra fraticida.
Vicent era un histórico miembro del Club Alpin
de Terrasa que, raro era el año, que no se acercaba por
el monte santo y guerrero con su familia. Hablaba
de la estación óptica de la que se ocupó para paliar
los cortes de la línea telefónica, del canonet que hacía
un solo disparo al día y, sobre todo, de las pavas de
Franco que, como locas, volaban cada dos por tres
para destrozarlo. De eso y de aquel milagroso día en
que, según él, la santa medió por ellos, a pesar de
que tenían la comandancia y la cocina dentro de la
ermita.
Esos eran los personajes visibles que nos dimos
cita en la fuente aquel día. Los ocultos debían estar
por allí, remoloneando, dando vueltas, como las
ideas y la vida misma. Los prehistóricos que bruñían
las pieles en sus aguas, sus mujeres que se apoyaban
en el menhir propiciador, la propia santa que se
decía que vino de Bohemia, aunque era de Egipto
natural (como se ve, una cuestión de fe), los romeros
suplicantes, las gentes que querían encontrar en la
montaña su razón…
Esa fue la cita curiosa, aunque lo más jugoso fue
la conversación.
Los problemas los planteaba Basili, Cosme no
decía nada porque, a pesar de su apariencia, él lo
tenía todo resuelto pues no conocía jamón que no
mezcle el magro con el blanco.
A pesar de haberse educado Basili en el
Materialismo histórico, el dilema venía por ese lado,
por el del tiempo pasado, porque el ruso no entendía
que habiendo martirizado los moros a la santa, luego,
ellos hubieran luchado con Franco para liberar la
ermita de rojos, republicanos y comunistas.
Era cierto, vaya lío, yo le comprendía. Vicent se
esforzaba en la tarea pedagógica, y Cosme echaba
humo de su faria (el mundo no da para más). Pero el
problema no quedaba allí, que se acrecentó cuando
Ribes aseguró que la santa le había salvado la vida
cuando les ametrallaron las aviones que buscaban el
canonet.
Hablamos largo y tendido. El tiempo pasa siempre
muy rápido junto a las fuentes que tienen la veta tan
larga.
Con Vicent y Basili aún me escribo y a Cosme
lo veo cada dos por tres. Muchos días recuerdo
aquella mañana y siempre que subo a la montaña me
pregunto por qué nadie ha incoado un expediente
para declararla Patrimonio de la Humanidad.
Resumen:
Las vueltas que tiene que dar la vida para que uno se dé
cuenta de que las cosas no son ni del todo blancas ni del todo
negras.
Palabras clave:
Ambivalencia, aculturación, dialéctica, eclecticismo,
idealismo, guerra, materialismo, montaña sagrada, pastoreo,
patrimonio cultural, puerto alpino, religiosidad popular.
Relato escogido por Enrique Satué, de su libro
Pirineo de boj, para la revista O Zoque.
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Santa María de Ballarán
Pueblos y monasterios desaparecidos de Ballibasa y Sobrepuerto
(continuación)
José Miguel Navarro López
Una vez repasados someramente en números anteriores las diferentes leyendas asociadas a los despoblados
medievales que salpican estas montañas, vamos a estudiar uno a uno los que tenemos constancia de su existencia.
Algunos de estos pueblos, que desaparecieron por diversos motivos y en diferentes épocas históricas, poseemos
abundante documentación conservada en archivos y bibliotecas. De otros, conocemos su existencia por la tradición
oral de los pueblos vecinos y por la conservación sobre el terreno de restos más o menos evidentes pero no hay un
solo documento que los mencione. Pero en todos ellos hubo vida, en todos ellos nacieron, vivieron y murieron gentes
que, como nosotros ahora, miraron estas montañas, las cultivaron, anduvieron por sus caminos, probablemente
subieron sus ganados al puerto de la santa y, sobre todo, dieron forma al valle, a las gentes que ahora lo habitan y
a sus creencias y tradiciones.
Las siguientes líneas pretenden ser un recordatorio de su existencia y una invitación para su conocimiento.
Muchos de ellos son accesibles tras un breve paseo. Para otros nos tendremos que calzar las botas y la mochila para
visitarlos. En todos ellos encontraremos piedras calcinadas por el sol de los siglos, amontonamientos informes que un
día fueron casas, acaso algún hueso blanqueado por las nieves invernales. Conozcámoslos y respetémoslos. Al fin y al
cabo son lugares sagrados. Lugares que un tiempo tuvieron vida y que, hoy, son restos, esqueletos de un pasado duro
pero apasionante. Donde los hombres tenían que arañar las laderas para sacar un almud que llevarse a la boca,
donde, tan peligrosa era la tormenta que arrasaba con los cultivos como el vecino que los robaba, donde los lobos
campaban a sus anchas sustrayendo ganado y generando leyendas... lugares para conocer y conservar.
Santa María de Ballarán
Otros nombres mencionados en la documentación
Baliaran, Ballerani.
Etimología del topónimo
Ballarán, del latín Vallem “Valle” y del vasco Aran
“Valle”. (Valle-valle).
Acceso y situación
arretera que de Sabiñánigo lleva a Yebra de Basa
internándose en la Bal de Basa. Pasado este
pueblo y los desvíos a Sobás y San Julian, aparece
a nuestra izquierda el desvío a Fanlillo y el bar “El
Pirata”. Dejar el coche en este punto. A nuestra
derecha parte una pista que, después de cruzar el
río Basa pasa por debajo de una tubería, sube, al
principio muy fuerte, hasta ganar unos campos.
Seguir por la pista sin desvíos. Primero en dirección
Este. y luego en dirección Sur hasta que se interna
en el bosque por la orilla izquierda orográfica del
barranco de Ballarán. Algo más adelante, la pista
gira a la derecha junto a un afloramiento rocoso y
metros más adelante aparece un claro en el bosque.
A nuestra derecha y completamente engullidas por la
vegetación se encuentran las ruinas de la ermita de la
Virgen de Ballarán.
Coordenadas U.T.M. 30T YN 255 047 Alt. 1040
m.s.n.m. Ermita de la Virgen de Ballarán.
Descripción del yacimiento
o que ha llegado hasta nosotros del monasterio
de Ballarán son las ruinas de una pequeña ermita
datada en el siglo XVII. Consta de planta cuadrada
con ábside acusado que originalmente estuvo cubierto
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con bóveda de cañón de piedra tosca. Conserva, como
es común a los templos construidos en este siglo, la
orientación este. En el paramento sur presenta la
puerta de acceso y una pequeña ventana abocinada.
Rafael Leante, en 1889 nos da unas medidas del
templo de 10 m. por 4 m. El altar tenía un retablo
con una imagen de la Virgen pintada sobre tabla, en
un cuadro de 1,60 m. por 1,20 m. y en el que se
representa a María rodeada por los apóstoles. Existía
también una talla de la Virgen con el niño en su brazo
izquierdo de 80 cm de alta.
El edificio fue destruido en la pasada guerra civil al
ser aserrados los maderos del tejado por milicianos
para usarlos como leña.
Estado actual de la ermita de Ballarán
Historia
xisten dos versiones de una misma historia
estudiada por Antonio Durán Gudiol. Ambas
están recogidas en dos documentos fechados en
1036.
Según la primera de ellas, el rey Sancho Garcés
concedió la iglesia de Ballarán y la vecina villa de
San Julián a Ato Garcés y a su esposa Blasquita
y que éstos, junto con su hijo Galindo Atón y sus
nietos, lo donaron a San Juan de la Peña. Aunque en
el documento se emplea el término “iglesia”, Durán
Gudiol cree que se trataría de un monasterio por
mencionar el documento que los vecinos de Orús y
San Julián tenían derecho a pastos en la zona pero les
estaba prohibido cortar árboles si no era en nombre
del “prior de Ballarán”.
La segunda versión asegura que Ato Garcés y su
esposa Blasquita construyeron Santa María de
Ballarán. Al morir el esposo y ver la propagación de
la regla Benedictina por estas montañas decidió “(...)
dejar todo y seguir a Cristo” pidiendo al abad Blasco
de San Juan que poblara de Monjes Santa María,
pero éste, “(...) temeroso de la reacción de su familia,
no la atendió hasta pasado mucho tiempo, rendido por
las repetidas súplicas de Blasquita. Y pobló de monjes
Santa María. Momento en que ella y sus cinco nietos
dieron Ballarán al monasterio de San Juan”. El abad
Blasco, puso como condición el que se redactara
un documento consintiendo tal donación por parte
de los familiares de Blasquita, ella misma y de sus
nietos entre los que figura uno con el título de abad.
(Probablemente del mismo Ballarán). Entre las
posesiones que se cedían se encontraban todas las del
monasterio, entregadas tiempo atrás por los difuntos
que en él estaban enterrados.
En estos dos documentos se afirma que los límites de
Ballarán son:
“(...) de Castellione quomodo vadit sierra sierra usque ad
Sarratolito, sicut aqua vertit in intro, et de Sarratolito
usque a la penna de Capud de la Trucha, et de Capud
de la trucha usque a la Moliella, et de la Moliella usque
a collata de Portiello, et de collata de Portiello quomodo
exit a la Cuta, et de la Cuta quomodo exiit ad Sanctum
Pelagium, et de Sanctum Pelagium quomodo descendit
ad illum gradum qui decitur Ballaran. (...)” 1
En una carpeta conservada en el Archivo Histórico
Nacional, se conservan unos documentos sin data,
aunque considerados del siglo XII, en los que se
confirman los límites de Ballarán por los nietos de
Blasquita: Los hijos de Galindo Atón, Ato Galíndez,
Galindo Galíndez y los de nietos de su otro hijo Lope Atón- Iñigo López y Fortuño López.
En 1165, según el cartulario del cenobio pinatense,
se consagró la iglesia de Santa María de Ballarán. ¿Se
construyó otra iglesia reemplazando la anterior?. Con
motivo de esta consagración, Albira de Azlor dona
a San Juan una viña entre Lorbés y San Fructuso
(?) y sus hijos Miguel de Ersún y Sancho de Ersún
concedían a Ballarán una casa en Ersún (¿Isún?) y la
casa del herrero de Billobas. El 16 de mayo de 1215,
Miguel de Ersún, nieto de Miguel de Ersún y de
Taresa, confirma la donación hecha por su padre.
El priorato de Ballarán era propiedad de San Juan
de la Peña según los estatutos del abad Fernando de
Rada en 1210.
En 1245 el monasterio de Ballarán seguía siendo
propiedad de San Juan de la Peña por acuerdo con el
obispo de Huesca Vidal Canellas.
El 26 de marzo de 1391 la iglesia de Santa María de
Ballarán figura como propiedad del comunalero de
San Juan de la Peña quien la cede a Rodrigo de San
Clemente junto con medio palacio y media iglesia de
San Julián debiendo pagar anualmente dos cahíces
de trigo.
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Desde allí, los religiosos que lo portaban, dieron
aviso al Abad Sancho y al rey Sancho Ramírez de su
llegada.
Existe también la leyenda de que, nada menos que
el Santo Grial, recaló en Ballarán cuando era subido,
por el obispo Gadisclo, desde la ciudad de Huesca
hasta San Juan de la Peña para ponerlo a salvo de la
amenaza musulmana.
Materiales aparecidos
Briz, a su vez, lo cita como monasterio propiedad de
San Juan en siglos anteriores a su abadiado
Asso lo cita como uno de los despoblados situados
en el distrito de Jaca y Madoz, por su parte, nos dice
que se trata de una pardina con ermita dedicada a
Nuestra Señora y situada dentro de la jurisdicción del
lugar de San Julian de Basa.
n el terreno removido al hacer la pista han
aparecido varios fragmentos de cerámica
medieval con desgrasantes cerámicos.
Hasta la década de los 40, en que una tormenta la
hizo desaparecer, se conservaba al lado del barranco
una piedra de molino.
¿Y qué cuentan de él?
la ermita de Nª Sra. de Ballarán acudían los
vecinos de San Julián y una casa (Casa Arilla)
de Yebra el día 15 de agosto. Probablemente estos
vecinos fueron los que en el siglo pasado, tras las
desamortizaciones compraran los terrenos del viejo
priorato al monasterio de San Juan de la Peña.
Una sugestiva teoría lanzada por el sacerdote escolapio
Ricardo Mur en su libro dedicado a Santa Orosia,
sugiere que el Monasterio de Ballarán, junto con la
ermita de San Benito Erata, San Salvador de Leyre,
San Juan de la Peña y San Benito de Orante, (Todos
ellos encomiendas benedictinas o ermitas dedicadas
a San Benito) formaría parte de una estrategia de
cristianización de estas tierras por parte de los monjes
benedictinos encargados de cristianizar estas tierras a
partir de la reforma monástica emprendida en 1023
por Sancho III “El Mayor”. Así, si se unen los dos
orientales y los dos occidentales en forma de “X” la
ermita de Orante aparece en la intersección de los
palos. No sólo eso, el día del solsticio de invierno, el sol
sale por Ballarán y se esconde por San Juan y el día del
solsticio de verano el sol sale por San Benito de Erata
y se pone por San Salvador. Parece pues, que la ermita
de Orante es la cristianización de un observatorio
astronómico-solar probablemente de origen celta y el
resto de los santuarios son cristianizaciones de puntos
ya sagrados con anterioridad.
Rafael Leante nos cuenta que el cuerpo de San
Indalecio reposó por tres días en Ballarán cuando
era trasladado desde Almería a San Juan de la Peña.
Capitel de Ballarán conservado en el museo de Serrablo
1 Ubieto Arteta A. Cartulario de San Juan de la Peña. Vol II Doc.
68. (...)de forma que de Castillón (Cerro testigo que se encuentra
en las cercanías de San Julián de Basa. Ver punto 4.6.3.dedicado
a Bentayuelo) va por el vértice de la sierra hasta Sarratolito
(Probablemente corresponda con el actual topónimo “Punta ralla
Bergua”) tal como el agua vierte hacia el interior, y de Sarratolito
hasta la peña de Cabeza de la Trucha,(actualmente se le llama
“A Truca”) y de Cabeza de la Trucha hasta la Moliniella y de la
Moliniella hasta la collada de Portiello (Topónimo que se conserva
con el misma denominación. Tradicional paso desde la Bal de Basa a
la Guarguera) y de la collada de Portiello, tal como sale a la Cuta, y
de la Cuta a San Pelayo (¿Podría tratarse de la actual cota llamada
“Propelera”?), y de San Pelayo desciende a ese paso que se llama
Ballarán. Es decir, los términos del monasterio de Ballarán se ceñían
al pequeño valle lateral afluente del Basa donde se encuentran las
ruinas de la actual ermita.
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Cuatro ermitas dedicadas a Santa
Orosia en la Diócesis de Jaca
Ricardo Mur Saura
Además del Santuario de Yebra de Basa, adonde anualmente sube la Cabeza de Santa Orosia desde su sede en la
parroquia de la villa, y de la Catedral de Jaca, sepulcro de su cuerpo; en la diócesis tenemos cuatro ermitas dedicadas
a la santa: el Pilón de Bagüés, la capilla de Miramont y las ermitas de Farasdués y Betés de Sobremonte, que van a
ser objeto de divulgación en este artículo.
El pilón de Bagüés
agüés es un pueblecito enclavado al Norte de la
provincia de Zaragoza, comarca de Cinco Villas,
con unos 45 habitantes censados y distante a 13 Km.
de Bailo y a 9 de Pintano.
La fuente pública, conocida como el lavadero y reconvertida en
merendero, de la que nos habla Madoz. (Foto: R. Mur)
El diccionario de Madoz nos dice que “a igual
distancia (200 pasos) hay una fuente pública de la
que se sirven los vecinos, y a 100 pasos se ve un pilón
llamado de Santa Orosia en un sitio en el que hubo
en lo antiguo una ermita dedicada a esta santa”. La
ermita en cuestión estaba muy cerquita del pueblo,
a tan solo un centenar de metros por el camino de
Larués y de Jaca, más o menos paralelo a la actual
carretera. En el entorno ahora hay pajares y corrales
en ruinas, así como eras. El pilón, del que queda
poco más que el recuerdo, se conservó en pie hasta las
primeras décadas del siglo pasado. En una hornacina
guardaba una imagen de la santa. La fuente de la
que habla Madoz es el lavadero, hoy reconvertido
en merendero, que puede verse junto a la carretera,
dirección Jaca.
La importancia de esta construcción radica en
que marca de alguna manera la “jacetaneidad” de
Bagüés, tanto en lo eclesiástico como en lo cultural.
Civilmente las cosas han ido por otro lado. Téngase
en cuenta que cuando el gabinete de Javier de
Burgos, allá por 1835, trazó los actuales límites
interprovinciales, para marcar la línea divisoria entre
Huesca y Zaragoza utilizó, no tanto las sobrecullidas
y corregimientos dieciochescos, sino grosso modo la
antigua frontera entre los obispados de Pamplona
y Jaca y más al Sur la de los obispados de Huesca
y Zaragoza. Así las cosas, Bagüés debería haber
quedado en la provincia de Huesca y no en la de
Zaragoza; alguien intervino para que fuese así. Y
sigue siendo así, tanto en lo provincial como en lo
comarcal, porque así lo quisieron y así lo quieren sus
habitantes. Más al Sur hay alguna otra excepción a
esta regla.
Así, cuando algún bagüesino salía de viaje hacia
Jaca, con mucho la ciudad más cercana, lo primero
con que se tropezaba era con la imagen de la patrona
de la Diócesis y de sus montañas, imagen que le
recordaba adónde debía dirigir sus rezos y dónde
estaba la capital de su mundo cultural, aunque lo
administrativo volase hacia tierras meridionales. Da
que pensar al respecto, como otra seña de identidad,
la existencia de la ermita de la Virgen del Pilar, en el
centro del casco urbano.
La capilla de Miramont
iramont es un caserío, un coto redondo, sito
al Norte de la provincia de Zaragoza, término
municipal de Sigüés, comarca de La Jacetania. Como
tantos casos similares, es heredero de un poblado
medieval homónimo. Aunque en décadas pasadas
llegó a tener una treintena de habitantes de derecho,
hoy permanece despoblado en la práctica, acudiendo
sus propietarios y trabajadores desde sus primeras
residencias en otros puntos de la Comarca. El
conjunto puede verse desde el Km. 303 de la N-240.
Se accede por una pista de 1 Km. de longitud, de uso
restringido por tratarse de una propiedad privada.
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Capilla de Miramont (Foto: R. Mur)
Ermita de Santa Orosia en Farasdués (Foto: R. Mur)
El plano urbano de Miramont es sencillo: una gran
plaza cuadrangular en la que se disponen las viviendas
al Este, los establos, cuadras y pajares al Norte y la
capilla de la Santa, junto con otros edificios al Oeste.
En el centro hay un pozo.
interior, no sin antes pasar por una esbelta portalada
adovelada de medio punto, al gusto de la época.
Cubre, a dos aguas, con estructura lígnea, sustentada
sobre los arcos citados. Una espadaña, levantada en el
lado oriental, cobija una campana.
La capilla servía para atender las necesidades
espirituales de los propietarios y trabajadores de la
finca. El edificio, aunque muy llamativo desde la
lejanía, es sencillo y de dimensiones modestas. Tiene
forma rectangular, se accede por el Este, cubre a
dos aguas y está rematado por una espadaña con su
campana. Un sencillo azulejo nos advierte: “Ermita
de Santa Orosia”.
En las dovelas y jambas de la portada hay unas
inscripciones espirituales, de tipo popular y no
demasiado alejadas en el tiempo, muy difíciles de
leer, debido al desgaste de la piedra y al poco sol que
les dejan los pinos. Ofrecemos una, como botón de
muestra: “que ay Dios y que ay otra vida/ no es posible
que lo entienda/ aquel que vive sin riendas”.
Ermita de Farasdués
arasdués es un pueblo de la provincia de
Zaragoza, comarca de las Cinco Villas, sito a 13
Km. de Ejea de los Caballeros y a 19 de Luesia. Tiene
censados unos 130 habitantes. Estamos en las tierras
más meridionales de la Diócesis de Jaca.
A 1 Km. escaso del pueblo, por pista asfaltada,
junto al cementerio, en la cima de una cabezo poblado
por pinos, encontramos la ermita de Santa Orosia.
Junto al cementerio hay una balsa con el nombre de
la santa. De aquí parte un Vía Crucis que termina
en la misma explanada del templo. El lugar está muy
bien cuidado y acondicionado con mesas de pic-nic y
bancos para descansar.
El templo merece una visita y unas líneas. Aunque
fue levantado en el Renacimiento -suponemos que
en pleno siglo XVI-, sigue las pautas del llamado
“gótico rural”. Es de piedra de sillería de impecable
factura. Está orientado litúrgicamente. Consta de
nave única, separada en cuatro tramos por tres arcos
formeros, éstos de medio punto, marcados al exterior
por sendos contrafuertes. A Mediodía se adosa una
pequeña sacristía. Por este punto cardinal, se accede al
Antiguamente tenía coro de madera, que fue
suprimido hace pocos años, cuando la restauración
de la ermita. La imagen de la santa, con los atributos
tradicionales, mide poco más de 80 cm. de altura.
El retablo, que no se corresponde con la imagen,
es ecléctico y más actual de lo que a primera vista
pudiera parecer. En el interior hay un cuadro de la
Virgen del Pilar.
La fiesta, aunque se ha relacionado siempre el 25
de junio, sin embargo viene celebrándose el primer
sábado de junio, con una romería consistente en
una misa solemne y una comida campestre que
puede alargarse hasta la noche, amenizada con una
charanga.
No tenemos datos que confirmen si el templo,
dada su antigüedad, estuvo siempre consagrado a
la santa de Bohemia, pero no sería de extrañar una
primera advocación diferente a la actual.
Ermita de Betés de Sobremonte
etés es una pequeña aldea, sita en el Sobremonte,
provincia de Huesca, comarca del Alto Gállego,
término municipal de Biescas. Tiene censados unos
18 habitantes. Se accede por carretera asfaltada que
parte poco más arriba de esta última localidad.
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Poco antes de llegar al pueblo, a unos 500 m. al
Sur, puede verse la silueta de la ermita, restaurada en
el año 2002 por los vecinos y la Entidad Local Menor
de Aso de Sobremonte.
Se trata de un edificio sencillo y popular, sin estilo
definido, de unos 12 x 5,50 m. que consta de nave
única y prebiterio. Ambas partes no encajan
demasiado bien, como si correspondieran a épocas
diferentes. Está orientado litúrgicamente. Cubre a
dos aguas. Se accede por el Norte. Alrededor hay una
pequeña área recreativa.
Ermita de Santa Orosia. Betés (Foto: R. Mur)
La romería se celebra, si no se dice lo contrario, el
último sábado de junio, o el más inmediato a Santa
Orosia.
Postales
Jesús Castiella Hernández
Iglesia parroquial de San Juan. Románico S. XV, remodelado en 1592.
Restaurado en 1992 y 2006 por Amigos de Serrablo. Allué (Huesca).
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San Úrbez y la cueva de Saliallas de Cerésola
Jesús Castiella Hernández
e pierde en la noche de los tiempos el momento
en que un ser humano buscó explicaciones a las
alteraciones producidas en el medio natural que
le rodeaba y se desenvolvía, pretendiéndolo dominar;
de ahí surgió el proceso mágico-simbólico de orden
metafísico, no entendible en la pura razón humana.
Ese pensamiento simbólico es el que permite
interpretar, aunque para ello sea necesaria una
hermeneútica propia basada en pasar de la explicación
a la comprensión, captando la significación que
encierra. En dicho proceso una cavidad natural, la
cueva (como espacio y reducto de espiritualidad
con pasado ascético) mantiene hoy, aún, un valor
intrínseco de profundidad y misterio que subyuga
y atrae. De esta forma pasó a convertirse en templo
natural de simbología maternal (útero), fundiéndose
con otros elementos del entorno que le rodean como
la fuente y el árbol, formándose así una trilogía
asociada y presente en las culturas primitivas: cueva
(roca) como firmeza, fuente (agua) como purificación
y árbol (naturaleza) como regeneración. Dichos
elementos simbolizan la comunión de ese universo
cósmico en un espacio concreto y abarcable por la
mente humana; y si a ello añadimos que suelen ser
espacios apropiados para el retiro y la contemplación,
habremos conseguido la fusión.
De la asistencia a esos enclaves como manifestación
popular en las zonas geográficas que dominan, tras
esa evolución ancestral -en primer lugar pagana-, y
adaptada posteriormente por el cristianismo, surgen
las romerías actuales. En la zona septentrional de la
provincia oscense hay lugares con un gran poder de
convocatoria, donde esos encuentros religiosos se
mezclan con actos de corte profano en los que se funde
la devoción y el acto social, repercutiendo, en ciertos
momentos, en el orden económico. Los estudiosos
distinguen dos tipos de romerías: macrorromerías,
aquellas donde se acude multitudinariamente a un
santuario (Santa Orosia en Yebra, Santa Elena de
Biescas y San Úrbez en Nocito); y microrromerías,
consideradas por diversos autores como atípicas,
destinadas las más de las veces a la realización de
rituales protectores o de conmemoración de mitos
y leyendas (via crucis, bendición de términos, mito
de los despoblados...). Las segundas difieren por
el sitio al que se acceden, pues suele ser un paraje
próximo a la población, a veces promontorio, o
algún pequeño eremitorio local de escasa afluencia
y que circunscribe su radio geográfico de influencia
a pequeñas localidades como la Virgen de los Ríos
en Aquilué o San Úrbez de Cerésola, en el que nos
vamos a centrar.
El itinerario de San Úrbez por los valles de Vió,
Ara y Serrablo, se centra en el camino que según la
tradición utilizó el santo para trasladarse desde Albella
hasta Nocito y San Martín de la Val de Onsera.
A lo largo del recorrido se conservan topónimos
identificados con él, como Campo de San Úrbez,
Paso de San Úrbez y hasta posibles huellas, como en
la Piedra de las galochetas donde aparecen sus pies y
el extremo del cayado. Sin embargo, en un apartado
del itinerario referido, se narra la estancia del santo en
los Tozalones de Cerésola, eremitorio de la pardina de
Saliallas. La peculiaridad de este eremitorio dedicado
a su advocación comparte singularidad con la ermita
que tiene en el Valle de Vió (Añisclo), Cueva de
Sestral, la más septentrional dedicada a su devoción.
Ambas se conforman en escarpes de espectacular
emplazamiento, bajo abrigos rocosos y vinculadas al
mundo pastoril.
En el término de Cerésola, en las proximidades del
arranque de la pista que une el lugar con la carretera
que se dirige a Boltaña, al cobijo de un espectacular
escarpe natural y en la mano izquierda del caminante,
se vislumbra una mole pétrea de conglomerado rocoso
bajo la que los estratos de areniscas erosionados han
horadado una cavidad natural, protegida de los
vientos dominantes. En la terraza erosionada, entre
la falda de la roca y la depresión hacia el barranco, se
localiza el eremitorio asociado al santo pastor. El paraje
donde la tradición dice que habitó temporalmente el
santo, denominado cueva de Saliallas, se compone
de un cletau (paridera) para el ganado, cerrado con
muro de mampostería, y un pequeño eremitorio de
piedra sillar y sillarejo dedicado a su advocación.
En la actualidad se observan restos de la ermita
primitiva, convertida en estancia pastoril, y la nueva
capilla levantada y fechada en 1889. La reducida
superficie de la edificación está conformada por unos
muros que se cierran contra la mole pétrea natural,
y su luminosidad interior proviene de la puerta
localizada en el muro norte y un vano con derrame
interno que se abre sobre el muro de mediodía. La
recoleta estancia se cierra con una puerta de escasas
dimensiones, enmarcada por dos arquivoltas con
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dovelas pintadas que orlan un pequeño tímpano de
madera. La decoración interior es sencilla, ciñéndose
a un arco formado por estrellas doradas que enmarcan
un pequeño retablillo de decoración vegetal, en cuya
hornacina se ubica la imagen de San Úrbez. El lugar
es visitado por los habitantes y descendientes de
Cerésola para conmemorar su festividad, el 15 de
diciembre.
La hagiografía tradicional sitúa en el año 702 el
origen de Urbicio, Urbico, Urbe o Úrbez, como francés
de Burdeos, según la Legenda aurea de Iacono de
Varazze, si bien el insigne historiador Durán Gudiol,
examinando la Vita Sancti Urbici, lo sitúa como
mozárabe altoaragonés, posiblemente del distrito
musulmán de Huesca e hijo de matrimonio mixto
(padre musulmán y madre cristiana). La imaginación
de Varazze sitúa unas refriegas por la conquista del
territorio entre gallegos y aquitanos donde moriría el
padre, haciendo cautivos y trasladando a Galicia como
esclavos al hijo, con sólo catorce años, y a su madre
Asteria, a la que reconoce instruida en letras griegas
y latinas. Cuando son liberados, Úrbez lo atribuye a
la intercesión de los Santos Justo y Pastor, de los que
se sentirá deudor, y es por lo que considera que ha
recibido el mandato divino de ir a Alcalá de Henares
a recoger las reliquias para evitar la profanación,
transportándolas hacia Aragón. Se le sitúa en el año
740 en el valle de Añisclo, insertado en la sociedad
montañesa y encarnando la actividad pastoril. Hasta
el año 802 de su fallecimiento, siendo casi centenario
-el XVIII de las calendas de diciembre, Úrbez hace
vida eremítica; primero en San Martín de la Val de
Onsera –santuario de la vertiente meridional de la
Sierra de Guara, fundado según creencia popular por
el propio San Martín, quien lo ordenaría sacerdote
en el año 750–, y posteriormente en Nocito, donde
se encuentra su principal santuario. El “Sol de la
Montaña”, como se conoce a San Úrbez, reproduce
el estilo de los anacoretas egipcios y pasa a la leyenda
como un personaje cuasi mitológico, de carácter
sobrehumano, que deambula por los montes
dominando a las fieras (oso) y a los meteoros (lluvia
y nieve). De ahí que durante generaciones, cuando
la sequía agosta los campos, los romeros asocien y
acudan a él en rogativa para pedir agua, tal como
se canta en los gozos de Nocito: Buen pastor, santo
eminente, /francés y español dichoso/Pedid, San
Úrbez glorioso / agua y demás conveniente. El ritual
de invocación se denominaba “moja” y consistía,
hasta el año 1622 en que es prohibido, en sumergir
el cuerpo incorrupto del santo en agua.
También Cerésola es, junto a Abenilla, el que
conmemoraba tradicionalmente lo que podría
denominarse otra pseudorromería. Estos lugares no
acuden a un santuario, sino a un paraje determinado
en la confluencia de sus lindes territoriales, cruce de
caminos, y su ritual se vincula a ritos funerarios y a
la desaparición de poblados, personificándose en la
presencia de un mito tradicional repetido en otros
lugares oscenses: el mito de las abuelas. Tras una
epidemia de peste dos abuelas sobreviven y éstas,
al verse desamparadas, buscan refugio en lugares
próximos, llegando al que las acoge en su término,
si bien en un lugar apartado para evitar el contagio.
Como supervivientes son las únicas herederas de los
derechos de las tierras del lugar amortado, y que al
morir cederán al que las acogió. El ritual se completaba lanzando una piedra al montón que los años
había ido formando, como monumento funerario. El
antropólogo rumano Mircea Eliade, citando al inglés
Hutton, explica el hecho como que estos monumentos tiene por misión “fijar” el alma del muerto
y servirle de morada provisional cerca de los vivos;
permitiendo influir en la fertilidad de los campos por
las fuerzas que su naturaleza espiritual le confiere y, al
mismo tiempo, les impide errar y hacerse peligrosas.
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Los dances de Jaca
Manuel Tomeo Turón
La coincidencia en el tiempo de los principales actos tradicionales de las fiestas que dedicamos anualmente a Santa
Orosia, provoca, tanto en Jaca como en Yebra, no poco desconocimiento de lo que sucede en un lugar o en otro. Las
gentes que por costumbre, y la costumbre perdura año tras año, acuden cada mañana del 25 de junio, tanto a Puerto
como a la procesión jaquesa, tan apenas reciben vagas referencias de lo que sucede unos kilómetros más allá.
Este artículo pretende dar a conocer, principalmente a los que desconocen los actos que se celebran en Jaca, algunos
datos y noticias sobre los dances que se ejecutan en la mañana de Santa Orosia durante la Veneración y Procesión
General de la capital jacetana.
Dance de castañuelas en Jaca
n primer lugar, hablamos en plural de los
dances porque son dos los que por diversas
circunstancias han llegado hasta nosotros.
Dos dances coincidentes en un mismo espacio,
que se interpretan uno a continuación del otro, en
un mismo tiempo. Dos dances unidos por ese mismo
espacio, tiempo y ocasión, pero muy diferentes entre
sí por sus bailes, indumentarias, orígenes, grupos que
los interpretan, etc. y que queremos presentar en este
artículo.
Uno, el más antiguo, es el que denominamos de
castañuelas y tiene su origen a principios del siglo
XVII, bailándose ininterrumpidamente hasta bien
entrado el siglo XX. El otro es el llamado palotiau, y
nace tras la desaparición del anterior, sustituyéndole,
y creándose “a imitación” del de Yebra.
Ambos los podemos observar en la Procesión
jaquesa acompañando con sus bailes la Urna de la
Santa. Independientes uno del otro, uno con sus palos
y el otro con sus castañuelas; uno a continuación del
otro, primero el palotiau y luego os bailadós pegados
a la Santa; marchando los dos por entre las filas de
romeros que escoltan la Urna y acompañados, ambos,
por sus correspondientes instrumentos musicales: la
flauta y el salterio, como en Yebra.
Es precisamente el apartado musical el nexo de
unión más claro entre los dos dances. Ambos son
acompañados por la misma pareja instrumental
que interviene en el palotiau de Yebra, siendo estas
dos localidades, Jaca y Yebra, las únicas que los han
conservado hasta nuestros días, al menos en la cara
sur de los Pirineos.
Las melodías, recuperadas casi in extremis, son
las mismas para los dos dances y son interpretadas,
como es lógico, por dos músicos distintos: uno para
cada dance.
Palotiau de los danzantes de Jaca.
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Hablábamos de la presencia de nuestros danzantes
durante la Procesión General del día de Santa Orosia,
pero no es el único momento en que los podemos
observar. Así a os bailadós, los veremos también en
otras dos ocasiones: el Domingo de la Trinidad en
la recepción de los Romeros de Jaca, y el día de San
Juan, víspera de Santa Orosia, en la recepción de los
Romeros del “Cuerpo”.
El palotiau participa, así mismo, en estas dos
ocasiones, pero también hacen su aparición en la
fiesta de San Isidro, en la del Corpus Christi, romería
de San Indalecio y en la recepción de las Cruces de las
“Tres Veredas”, la mañana del 25 de junio.
Dance de castañuelas
l hablar de dance de castañuelas estamos
hablando de un conjunto de hasta diez bailes
acompañados por estos instrumentos, cuyos orígenes
los establecemos a comienzos del siglo XVII y que
de manera ininterrumpida (salvo muy contadas
excepciones) se han representado durante más de
cuatro siglos.
La última de sus recuperaciones tuvo lugar en
1979, cuando hacía más de treinta años que no se
interpretaba, y se pudo llevar a cabo gracias a los
trabajos realizados por el Grupo “Alto Aragón”. Este
grupo es el que lo interpreta año tras año y quien se
ocupa de su mantenimiento.
Estos diez bailes se interpretan de manera continua,
sin descanso posible, durante cerca de las dos horas
que llega a durar la procesión. El orden de los mismos
es completamente aleatorio, interpretándose aquel
baile que determina en cada momento el bailador
que va a la cabeza del grupo. Unos sirven para avanzar
lentamente y otros para acercarse a la Urna si ésta ha
quedado algo alejada; alguno aminora el ritmo y hace
descansar a los bailadós y otros alzan los brazos para
desentumecerlos. Casi todos se interpretan de espaldas
al sentido de la marcha, es decir de cara a la Urna,
centro principal de toda aquella procesión y a la que
quedan subordinados los numerosos elementos que
la componen: cruceros, romeros, oferentes, cofrades,
pendón, cabildos, banda, etc.
Durante el acto de la Veneración, es decir, cuando
el Sr. Obispo saca de la Urna los restos de Santa Orosia
y los expone al público presente para su “veneración”,
volvemos a observar la ejecución de los bailadós, pero
esta vez con bailes distintos a los anteriores, más
aptos para su ejecución en un espacio amplio como
es la plaza de Biscós, o antiguo Campo del Toro.
Algunos de los nombres de estos bailes están
relacionados con diversos elementos de los ritos y
tradiciones que conlleva el culto a nuestra Santa, así:
Cruceros, Yebra, Romeros, Mantos, A rosa o Bailadós.
Otros, en cambio, vienen directamente de la
tradición del palotiau de Yebra, delatando su nombre
la procedencia de los mismos: As viñetas y Pedro Gil.
La ejecución de los mismos corre a cargo de los
denominados bailadós o bailadores de Santa Orosia,
término que junto con el de danzantes, se les ha
designado tradicionalmente. Su número ha sido el de
ocho, como es costumbre en la mayoría de los dances
aragoneses, aunque en la actualidad pueden llegar a
contarse hasta catorce de los mismos.
Su indumentaria es idéntica a como nos la describía
el Padre Alavés a comienzos del siglo XVIII: calzón y
chaquetilla blanca, bandas roja y azul, medias blancas
sujetas por ligas, profusión de cascabillos, bandas
de colores al pecho,... y destacando, un sombrero
(bonete, dicen las crónicas) adornado con profusión
de cintas multicolores, flores y pequeñas joyitas que
lo embellecen. Los ejemplares antiguos conservados
en la Catedral han servido de referencia fiel para los
que actualmente visten los bailadores.
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Sus primeras noticias datan, ya, de 1623 y durante
muchos años fueron acto imprescindible en las fiestas
jaquesas, sufragados sus gastos y remunerados, por su
alta consideración, por los respectivos Concejos de la
localidad. Las actas municipales nos dan buena cuenta
de ello y nos regalan un buen puñado de detalles
sobre los mismos: que participaban dos cuadrillas
de danzantes, la una organizada por los labradores
y la otra por el gremio de pelaires; que ambas eran
acompañadas, al igual que en la actualidad, por la
flauta y el salterio; que sus actuaciones se realizaban
con un calendario muy semejante al actual; etc.
Por otras fuentes, llegamos a conocer otro buen
puñado de detalles que nos acercan a la realidad de
aquellos bailes. De entre todas las informaciones,
destacan por su realismo las aportadas por el Padre
Alavés en su obra sobre la vida de Santa Orosia, y que
nos resultan básicas para conocer cómo eran estos
bailes y los bailadores allá por el año 1701.
Fue en el año 1922 cuando estos bailes vieron
interrumpida su larga historia. La presencia de
niños entre las filas de bailadores, la interrupción
anual durante algunos años de estos bailes, la falta
de participantes, etc. hizo decaer de tal manera al
dance jaqués, que pronto se propuso, no sin cierta
oposición, su sustitución por algo más acorde y de
mayor dignidad que lo que se estaba ofreciendo: un
palotiau, por ejemplo.
El dance de palos: el palotiau
imitación del de Yebra” es como quisieron las
autoridades locales de 1922 que se compusiese
un palotiau para acompañar a Santa Orosia.
Y así se hizo. Para ello se contó con la ayuda de
determinadas personas (Antonio Periel, para más
información) que enseñaron los primeros bailes a los
jóvenes jaqueses, muchos de ellos provenientes de las
“castañuelas” y con lo que se dio una continuidad a
la tradición.
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Unos primeros bailes, Viñetas y Pedro Gil, se
cogieron “a imitación” de Yebra, pero muy pronto el
palotiau jaqués tomó nuevos caminos y otras formas,
convirtiéndose en algo distinto y diferenciado de sus
orígenes.
Poco a poco, durante los primeros años se fueron
construyendo numerosos bailes, que llegaron a
formar un conjunto de hasta 20 bailes, que son los
que actualmente podemos contemplar.
el músico para adaptarse al sonido de los danzantes y
crear un conjunto sonoro agradable y no disonante.
Se interpretan a lo largo del recorrido de las diversas
procesiones en las que participa, con muy breves
descansos entre ellos y sin interrumpir el paso de los
demás. Realiza cortas paradas en aquellos lugares más
amplios que permitan la realización de determinados
bailes de coreografía más extensa y siempre que la
procesión no se vea interrumpida. Igualmente,
durante el acto de la Veneración de los restos de
Santa Orosia, vemos a los danzantes interpretar su
amplio repertorio, pero esta vez se elegirán aquellos
bailes más complejos y espectaculares.
La ensaladilla, La codorniz, El Caracol, La
araña, La estrella, El rompecabezas, El cascadedos, La
parrala… son algunos de los nombres de estos bailes
del palotiau jaqués.
Estos bailes, a excepción de los dos primeros,
tienen una característica esencial que los diferencia
notablemente del resto de palotiaus, no sólo de la
zona, sino del resto de Aragón. Se trata de su fuerza
rítmica y su no sujeción a las melodías tradicionales
que acompañaron hasta entonces a los bailes de
castañuelas. Ritmo, ese es el fundamento del
palotiau jaqués y de ahí la fuerza expresiva que posee.
Curiosamente las melodías con las que se acompaña,
que son las antiguas e idénticas a las de los bailes de
castañuelas, se ven obligadas a seguir y adaptarse al
trucar rítmico de los palos de buxo, y no al revés como
es lo habitual. Y de ahí la habilidad que debe tener
En cuanto a los danzantes, diremos lo mismo que
con los de castañuelas, que su formación más básica
está compuesta de ocho individuos, pero no es difícil
verlos actualmente en un grupo de hasta dieciséis. Su
indumentaria está compuesta por el traje tradicional
masculino de la zona al que se ha añadido un
pequeño mantón cruzando el pecho y bajando por
uno de los hombros. “Un mantón para los días más
solemnes y un pañuelo para aquellas ocasiones menos
importantes”, nos decían los antiguos danzantes.
Un tema que llega a “despistar” a quien observa
la procesión del día de la Santa, es la presencia de
dos grupos independientes, uno junto a la Urna y
otro muy adelantado, bailando el mismo palotiau. Su
explicación es bien sencilla, este segundo grupo está
formado por componentes del Grupo “Alto Aragón”,
que mantuvieron la tradición durante aquellos años
en que el grupo original no salió y que en la actualidad
lo siguen interpretando.
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Ayer y hoy
Ermita de San Blas
antes y después de la
restauración por parte
del Ayuntamiento de
Yebra de Basa (2005).
Noticias de O Zoque
Nuevo salterio en Yebra
Hace un año por estas fechas, los danzantes de
Santa Orosia de Yebra de Basa, homenajeaban a Luis
Salesa por la construcción de un nuevo salterio a
imagen y semejanza del antiguo. En la foto se ve el
momento de la entrega a Rafael Villacampa, músico
del dance.
Libro pozo O Zoque
En junio de 2006 se darán por
concluidas las obras en el pozo nevero.
Para celebrar esta restauración se
editará una guía sobre Yebra y el pozo.
Aquí os presentamos el prólogo del
libro que dentro de poco tendréis en
vuestras manos.
“¿Por qué no íbamos a celebrar el
hallazgo de un pozo de nieve en mitad del
monte de esta manera?
¿Por qué no nos íbamos a dejar
cautivar por el espíritu de los
arqueólogos de las tumbas del
antiguo Egipto o de la cultura
maya cuando imaginábamos que
íbamos a dar a conocer una parte
más de nuestra cultura material
desconocida todavía?
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Poca gente sabía en Yebra de la existencia de este pozo nevero.
Únicamente las personas más mayores del pueblo y los cazadores
son las personas que de verdad conocen hoy en día el monte y todos
los topónimos que la historia ha dejado para esos lugares. Los
primeros conocen todos sus caminos por la fuerza en la memoria de
las ampollas o las marcas que dejan las duras jornadas de trabajo
en el monte a expensas del tiempo atmosférico, a expensas del
orache que se dice en Yebra. Unas marcas que son como las que se
les graba a los animales para saber a quién pertenecen. Esas marcas
producidas por el hierro candente del trabajo de sol a sol sirven
para saber que esa gente mayor pertenece a Yebra de Basa y gracias
a esas marcas son los garantes de la cultura de un pueblo.
Para saber sólo hay que preguntar, y eso es lo que hicimos desde
la Asociación Cultural de Ballibasa y Sobrepuerto ‘O Zoque’,
primero a esa gente mayor y a los cazadores, para hacernos a la
idea de qué era o dónde estaba ese ‘pozo’ del que habíamos oído
hablar alguna vez por casualidad. Una vez nos convencimos de la
importancia del descubrimiento y de su valor histórico y etnológico
seguimos preguntando con un proyecto a ADECUARA si nos
financiaba una rehabilitación integral del pozo, su camino y todos
los elementos que tuvieran alguna relación con el agua y la nieve.
La respuesta fue positiva y ya no había vuelta atrás. Éste iba a ser
el proyecto más grande que por el momento habíamos hecho en ‘O
Zoque’ y los temores e inseguridades comenzaban a emerger por
el desconocimiento sobre el tema. Pero seguimos preguntando, y
nuestras respuestas a la inseguridad las solventamos rápidamente por
el contacto con Pedro Ayuso Vivar en el Museo de Huesca, estudioso
de los pozos neveros y de hielo, e impulsor de la catalogación de
estos bienes culturales en Aragón, que desde el primer momento
se brindó a ofrecernos su tiempo, su saber, su consejo y su amistad
para que este proyecto saliera adelante. Él fue quien nos dio las
premisas básicas sobre esta rehabilitación, para la cual se han
empleado materiales y técnicas constructivas tradicionales, signo
de identidad de la cooperativa constructora Mallata, que ha sido
quien ha llevado las obras de limpieza, consolidación, restauración
del pozo y acondicionamiento de los exteriores de éste.
Iglesia de Allué
Contradicciones
Por un lado mostrar nuestra alegría por las obras
realizadas en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista de
Allué, realizadas por Amigos de Serrablo que constituyen
la “segunda fase” de las realizadas en 1982-83, y que han
devuelto a esta iglesia el aspecto original que tenía antes del
incendio de 1936 al sustituir la cubierta de teja por otra de
losa. Esperamos que no reblen y puedan continuar con esta
labor que salvaguarda nuestro patrimonio.
A día de hoy, aún nos preguntamos cómo tuvimos valor y
cómo teníamos la mínima certeza de que podríamos acabar con el
proyecto sin que fuera a acabar con nosotros antes, pero mirando
hacia atrás nos convencemos de que mereció la pena. Mereció la
pena el habernos convertido en garantes por una vez de la cultura
de nuestro pueblo, sustituyendo a la memoria de nuestros mayores,
dejándoles que descansen por una vez a la espera de que les volvamos
a preguntar.”
Iglesia de San Román de Basa
Por otro lado, si ya desde hace años veíamos el esfuerzo
de la torre de la iglesia de San Román de Basa soportando
el paso del tiempo en un continuo deterioro, el invierno
pasado se derrumbó la cubierta de la nave de la iglesia. Lo
que ha afectado visiblemente a los muros laterales e impide
el acceso al templo. No cabe duda que es una gran pérdida
para todos.
COMARCA ALTO GÁLLEGO
COLECCIÓN YALLIQ
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Victoria Esteban y Rosario Puértolas:
J.A. González Sarasa y J.M. Navarro López:
A.C. Blasco, M. Sánchez y A. Gurría:
Toponimia en Caldearenas
Toponimia de Ballibasa
Tradición oral y habla de Ballibasa
Chabier Lozano Sierra:
Caracterización lingüística de la
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