26 31 26 EL ESPECTADOR / DOMINGO 5 DE ABRIL DE 2 01 5 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ / 31 EL ESPECTADOR / DOMINGO 5 DE ABRIL DE 2 01 5 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Los animales, el ser humano y la ironía al servicio de la narración de Sánchez Juliao » “Cucarachita Martínez” » “Gatica Viloria” se va a » En “¿Quién fue primero, el » “Las noches de Lechuza » En “El niño y la mariposa” nos » “¿Cuándo se ha visto que los asume una enseñanza muy actualizada: la de la gente que se dedica a vivir del crédito y que luego, lógico, cae en la deuda y la desesperación. Estados Unidos buscando mejoría y pompa para, al regreso, contar su historia de discriminación y pordebajeo: “latin cat, go home”. huevo o la gallina?”, la moraleja está clara: busca lo fundamental y no te confundas discutiendo pendejadas. Martínez” es la adquisición dolorosa de la claridad: la condición humana, sencillamente, da pesar. damos cuenta de que ha pasado el tiempo, de que de la expresión romántica se ha pasado a la circunstancia atrabiliaria. Qué tiempos aquellos, los de 1906, cuando don Rafael Pombo cantaba: “Mariposa /vagarosa /rica en tintes y /en donaire /¿qué haces tú de /rosa en rosa? /¿de qué vives en /el aire?” pájaros les tiren a las escopetas?” es una joya que enseña a derribar los mitos. No importa que terminen en muertos, heridos y en desbandada: algún día los pájaros tenían que tirarles a las escopetas. Música y evolución “Considerar a los Beatles desde la perspectiva de la ciencia es descubrir que estamos frente a una encarnación moderna de algo muy antiguo. El ritmo, el canto, el baile, las emociones y pensar acerca del mundo parecen cosas tan inevitables para los seres humanos como el latido del corazón, la respiración y las sensaciones que despierta una brisa sobre nuestra piel. Me gusta creer que el pasado remoto, nuestra esencia, se comunica con nosotros a través de la música y también de la ciencia”, Ernesto Blanco, epílogo de “Los Beatles y la ciencia”, de cómo la música, John, Paul, George y Ringo nos ayudan a entender la ciencia. Ernesto Blanco. / Cortesía Siglo Veintiuno Editores Ensayo Gente El libro es pionero en recopilar los acercamientos científicos a la banda. / Cortesía Siglo Veintiuno Editores ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ¶ El escritor de Lorica se ganó un lugar en la historia colombiana al demostrar que la literatura es divertimento. Aquí verán por qué. JOSÉ LUIS GARCÉS GONZÁLEZ * ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR S in duda hay una oralidad fría. Que comunica pero no emociona. Que transmite una información, pero que no conmueve. Que puede vencer, pero que le es difícil convencer. En el caso del escritor David Sánchez Juliao, que acaba de cumplir cuatro años de muerto, su oralidad era caliente, reverberante y vertiginosa. Oralidad para convencer. David poseía un enorme anecdotario; de allí surgían sus historias. Era buen oído. Buen preguntón. Atendía bien. Tenía buena memoria. Recordaba las anécdotas. Y las que no recordaba las inventaba, que es una forma válida de recordar. Y lo de él no era sólo costumbrismo sinuano o caribe, era indagación y expresión de una cosmogonía, de un modo de ver, de ser, de manifestar y de manifestarse ante el mundo. Esa oralidad caliente lo condujo a ser un formidable expositor. Embrujaba a cualquier audiencia. Tenía tono de voz, recursos fónicos, capacidad para evocar o para relacionar un hecho con otro u otros. Para establecer fácilmente la cadena seductora de la oralidad. Y fue por esa oralidad caliente que incursionó en la denominada “literatura casete”, lo cual le dio a esa fase de su creación un tinte de vanguardia. Él afirmaba que para llegar a los pueblos de cultura iletrada se debía y podía echar mano de los avances tecnológicos, sin cometer ningún pecado. Y lo hizo. Inicialmente en casetes para grabadoras, que el campesino podía llevar al monte y oírlos mientras trabajaba con el machete, o podía escuchar en su rancho de palma descansando en una hamaca de fibra de plátano. Muchos de sus cuentos fueron grabados por él y se consiguen como CD. Allí está consignada para el resto de los tiempos su oralidad formidable. Inclusive, David utilizó más la voz y dejó grabados más textos propios que el maestro Jorge Zalamea, quien abrió la trocha en ese ámbito con El sueño de las escalinatas. Acogidos al concepto de oralidad caliente, un vistazo a la cuentística de Sánchez Juliao nos hace inferir la sucesión de tres etapas literarias. La primera, signada por el testimonio social; la segunda, por la fábula y el humor crítico, y la tercera, por la riqueza lingüística e identitaria del Caribe colombiano. * Catedrático universitario. Coordinador de El Túnel, de Montería, Colombia. Cuentos suyos han sido traducidos al francés, al alemán, al eslovaco y al inglés. Su novela más reciente es Fuga de caballos. E. mail: [email protected] De izquierda a derecha: Ringo Starr, John Lennon y Paul McCartney, junto a George Harrison. La banda se separó en 1970. / EFE Otra mirada al emblemático grupo de rock Los Beatles y la ciencia ¶ El físico uruguayo Ernesto Blanco habla de cómo la música de la mítica banda de Liverpool ha despertado el interés de investigadores de diversas ramas del conocimiento. STEVEN NAVARRETE CARDONA Homenaje a los cuatro años de su muerte La oralidad caliente de Sánchez Juliao David Sánchez Juliao (1945-2011). / Archivo – El Espectador [email protected] @stevenavcardona “En la noche en que Donald C. Johanson y sus colaboradores encontraron en El Hadar, Triángulo de Afar, Etiopía, uno de los fósiles más completos que se conocen de homínidos prehistóricos, en su campamento no paraba de sonar Lucy in the sky with diamonds, de los Beatles. Así fue como el equipo decidió nombrar simplemente ‘Lucy’ a la chica prehistórica que desenterraron y que por muchos científicos es considerada la abuela de la humanidad”, anota emocionado en diálogo con El Espectador el físico uruguayo Ernesto Blanco, autor del libro Los Beatles y la ciencia, que acaba de salir publicado en Ar- gentina por la editorial Siglo XXI Editores como parte de la exitosa serie Ciencia que ladra…, que busca, con un lenguaje coloquial, acercar al público de a pie a los avances científicos mundiales. Blanco conoció las melodías de los Beatles cuando tenía 14 años, y aunque cursó una maestría en física de partículas y posteriormente un doctorado en temas de biomecánica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar), donde actualmente ejerce como docente e investigador, nunca dejó de interesarse en la banda hasta el punto de que en los últimos años ha desarrollado un proyecto destinado a los jóvenes llamado “Beatlemania científica”, donde usando canciones del grupo ilustran conceptos de la física y la química. El caso de “Lucy” es tan sólo uno de los múltiples episodios en que la ciencia ha estado relaciona- da con la banda formada por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, en Liverpool (Inglaterra), 1960, ya sea directa o indirectamente. Así es como Blanco reconstruye las investigaciones en neurociencia en torno al origen de una de las canciones más exitosas del grupo, Yesterday, compuesta por Paul McCartney luego de haber soñado con su melodía, como afirman algunos de sus biógrafos, lo que ha despertado una gran curiosidad científica. El autor también trae a cuento los estudios desarrollados por el musicólogo Tuomas Eerola y el psicólogo Adrian North sobre la relación entre la complejidad y la difusión de las canciones, para lo cual fue usado un programa de computadora con el que descubrieron que “las canciones de los cuatro de Liverpool se volvieron más complejas con el tiempo, pero las más exitosas fueron las más simples”, señaló Blanco. El físico uruguayo también aborda la estrecha relación entre los fondos extras que obtuvo el sello discográfico EMI con la venta de los discos de los Beatles y su relación con la invención de la tomografía computarizada, algo que parecería un hecho aislado. No podía faltar un apartado del libro dedicado al impacto que ge- ‘‘ La extrema imaginación que se despliega en la película ‘Yellow Submarine’ está muy emparentada con las extrañezas que la física de principios del siglo XX trajo consigo”. neró la aparición de la película animada Yellow Submarineen el mundo de la física, en tanto recoge la percepción de algunos científicos frente a sus escenas. “La extrema imaginación que allí se despliega está muy emparentada con las extrañezas que la física de principios del siglo XX trajo consigo”. “Además el guión se basó en varios elementos de las canciones de los Beatles, como el grupo de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band; los extraños agujeros de Fixing a Hole y A Day in the Life; el submarino de Yellow Submarine; la idea de que nada es real de Strawberry Fields Forever, y el hombre de Nowhere Man, que aparece caracterizado como una especie de científico o tecnólogo”, señala Blanco. Otro de los apartados que resulta interesante del libro es la contextualización del debate y las búsquedas científicas que suscitó el acorde inicial de A Hard Day’s Night, canción que encabeza el disco y la película, ya que muchos intentaron reproducir su sonido exacto por años sin tener éxito, hasta que Jason Brown, del Departamento de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Dalhousie, aplicó la técnica matemática del análisis de Fourier, lo que permitió saber cuál era la estructura del acorde. Son muchos los ejemplos en los que el físico Ernesto Blanco evidencia la relación entre una de las bandas emblemáticas de la década del sesenta y la ciencia, resultando en una apuesta de divulgación del conocimiento científico sumamente importante, ya que sirve como un espacio de reflexión sobre el papel de la música en la sociedad y el cerebro. “ Los Beatles, su música y el fenómeno social que despertaron sus integrantes se convirtió en un objeto analizado por la ciencia, sin duda no eran científicos y tampoco tenían una inclinación particular hacia la ciencia, más allá de algunas cuestiones que comento en el libro, como el caso de Paul McCartney y su vocación por el estudio de las aves cuando era joven, así como las lecturas que hizo del matemático Lewis Carroll, pero más allá de esto no eran particularmente científicos a la hora de componer; sin embargo, se puede ver un paralelo con los científicos en su actitud creativa y de búsqueda, que ellos iniciaron desde muy jóvenes por la música, que es paralela a la pasión por el descubrimiento que puede tener un científico”, señaló Ernesto Blanco en entrevista con El Espectador.