Premio Fundación El Nogal Los Jóvenes y la Reconciliación 2014- 2015 Esta entrega presenta las vivencias de los ganadores del Premio Fundación El Nogal: Jóvenes y Reconciliación 2014 -2015, quienes realizaron el Postgrado Iberoamericano Gobernabilidad, Derechos Humanos y Cultura de Paz de la Universidad de Castilla La Mancha. Aquí podrán los lectores disfrutar lo que cada uno de ellos observó durante las actividades realizadas en España, las vivencias compartidas con sus compañeros de viaje, lo que día a día conocían, reinterpretaban y redescubrían sobre el programa académico y la experiencia cultural. La Fundación Carolina Colombia comprometida con la promoción de las relaciones y la cooperación en materia educativa y científica entre España y Colombia y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, ha venido apoyando desde su primera edición el Premio Fundación El Nogal: Jóvenes y la Reconciliación. Premio Fundación El Nogal Los Jóvenes y la Reconciliación 2014- 2015 © Fundación Carolina Colombia y Autores Carrera 11 A No. 93-67• Embajada España Teléfonos: (571) 6183536 www.fundacioncarolina.org.co [email protected] Edición: Fundación Carolina Colombia Coordinación: Equipo de Trabajo Fundación Carolina Colombia Corrección de estilo: Equipo de Trabajo Fundación Carolina Colombia Fotografía: Autores Diseño y Diagramación: Nataly Archila Riveros Reservados todos los derechos. No se permite reproducir parte alguna de esta publicación, cualquiera que sea el medio a emplear sin autorización previa del editor. Imaginar el camino a la reconciliación 6 Miguel Ángel Durango Gutiérrez CONTENIDO La cultura de Paz: Una búsqueda mundial Sindy Pinzón Soler 14 Imaginar el camino a la reconciliación Miguel Ángel Durango Gutiérrez “Puesto que la guerra nace en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde debe erigirse los baluartes de la paz” MIGUEL ANGEL DURANGO GUTIÉRREZ En Colombia hay cerca de 45 millones de historias, algunas cuentan directamente el dolor de un conflicto que lleva más de 50 años, otras solo han sido testigos de la forma en que el dolor se ha perpetuado a través del tiempo y se ha naturalizado en los noticieros y la prensa como parte de un espectáculo que lucra a quienes han estado detrás de la fiesta bochornosa de la guerra. Hoy en medio de la polarización política que divide al país, vemos como una parte de la población colombiana se moviliza con discursos cargados de intereses particulares, y otra parte más reducida aún tambalean en una cuerda frágil entre la esperanza y el desconsuelo de una guerra que parece no quiere terminarse, avistando un proceso de paz que se dilata por la dificultad que presenta el hecho de negociar en medio de la confrontación de ideas y el fuego como garantía. La paz sin duda en los últimos años se ha convertido en una bandera política y a pesar de eso, se le ha dado este permiso porque ha triunfado el deseo de alcanzar un equilibrio en esta nación tan agobiada y pesarosa, pero igualmente folclórica y considerada la más feliz del mundo. En medio de este panorama se dan experiencias como la que a continuación exploraré, en las que reescribo aquí todo el efecto catártico que me inspira la visita a un lugar que me permitió mirar desde fuera mi realidad y lo que representa mi historia entre las 45 millones que aun continua en la búsqueda de estrategias para aportar a la transformación de nuestra sociedad colombiana. Me interesa, sobre todo, destacar la virtud de la ‘palabra y el lenguaje’ como eje articulador de realidades y el mecanismo más contundente del que podemos hacer uso como sociedad para salir de los escollos en los que la historia nos ha dejado. De antemano agradezco a la Fundación Carolina y La Fundación el Nogal por depositar su confianza en el trabajo que hemos desarrollado. Este proceso académico es muy valioso en la iniciativa que adelantamos en nuestra región, porque así logramos aportar con un fundamento sólido en la búsqueda de alternativas que sean oportunas y permanezcan en el tiempo, teniendo como principio las necesidades de nuestra comunidad. 25 días a bordo de mí mismo En el aeropuerto Madrid Barajas se exhibe una valla de 3 metros que seduce a cuanto individuo cruza por los pasillos del terminal aéreo: Palmeras al lado del azul alucinante del mar caribe, un difuminado con el exotismo de la fauna y la flora que solo el trópico puede ofrecer, y una pareja cuya sonrisa podría convencer a cualquier desprevenido para que compre la felicidad en un paquete turístico, y con la contundencia de la premisa “Colombia es Realismo Mágico” la valla deja a la imaginación un paraíso aún por descubrir para los europeos. Ciertamente la realidad de Colombia es mágica, a García Márquez le proporcionó la inspiración para su excelsa obra y ahora Colombia y toda su quimera fluye en la imaginación de una infinidad de lectores en los rincones más remotos del mundo. Pero Colombia es mágica no solo por su exotismo, la imperante realidad que desborda los límites de la imaginación de los poetas, ha mostrado históricamente que de estas tierras y su gente, resultan acontecimientos tan inverosímiles que hasta hace falta fe para creer en todo lo que aquí sucede. Colombia es una amalgama de folclor y dolor, donde se erigen historias de desconsuelo y rabia, pero al mismo tiempo presenciamos ejemplos de resistencia que abonan a la reconciliación de este país. Es por eso, que en esa costumbre insana de vivir en una sociedad que ha naturalizado el conflicto armado y todas sus devastadoras consecuencias, la oportunidad de mirar desde fuera nuestra existencia se convierte en un ejercicio de compresión y análisis de esta realidad a veces absurda, y España fue muy importante en este proceso, porque inicié un periodo de reflexión frente a las posibilidades que tenemos como agentes de transformación y los mecanismos a los que podemos acceder como sociedad civil: para empezar a desnaturalizar la realidad, para sentirse inconforme con ella y para ser creativo a la hora de transformarla. Por eso, al llegar al aeropuerto de Madrid, con la incertidumbre de no saber que me esperaba, descubrí que aquella valla publicitaria era la metáfora de la misma aventura que estaba iniciando. Todo viaje supone una escala al interior de uno mismo y yo estaba allí tratando de conocerme en la incertidumbre, en la expectativa y el deseo que me generaba la experiencia, Mirando a 4500 millas de Colombia como la belleza tropical se levantaba impresa sobre una pared y no ante mis ojos como todos los días. Comprendí entonces, que de entrada el viaje no era para alejarme, sino para penetrar desde otro foco en la bella y compleja realidad colombiana; Que estaría 25 días a bordo de mí mismo y que tenía la responsabilidad no solo de estudiarla, sino de experimentarla, conversar sobre ella y aprender lo que otras realidades del continente podían ofrecerme como ejemplo para aportar a la lucha que se levantan en las mismas comunidades y en el proceso de paz que se adelanta. Toledo es una ciudad fascinante queda en el centro de España a cuarenta minutos de Madrid. Caminar por sus pasajes es una aventura de más de 10 siglos que puedes entender en su arquitectura cuando la habitaron Musulmanes, más tarde Judíos y luego los Cristianos; una ciudad estratégica, militarmente pensada por su ubicación y el control que pretendía establecer la Corona española proyectando la expansión su imperio. La Universidad Castilla de la Mancha está ubicada en el casco histórico de Toledo, aunque es relativamente nueva, su tradición académica la ha hecho una de las más influyentes en el panorama académico español, prueba de ello es la fuerza con la que ha penetrado el sentir iberoamericano para contrastar las complejas luchas que se dan en varias partes del mundo. El Curso que nos convocaba llevaba por nombre, II Posgrado Iberoamericano en Derechos Humanos, Reconciliación y Cultura de Paz, De entrada ya despierta curiosidad, teniendo en cuenta el momento por el que atraviesan algunas naciones y toda la expectativa que genera escuchar los testimonios de los pueblos que han tenido una realidad paralela a la nuestra, así se dieron cita representantes de Ecuador, México, Argentina, Chile, Brasil, Honduras, Costa Rica, Panamá, Perú, España y Colombia. La ventaja más evidente de la diversidad de experiencias que planteaba el curso se sostenía en la riqueza de las múltiples interpretaciones que lograron desprenderse sobre el ejercicio de los derechos humanos en cada país, teniendo en cuenta que cada realidad constituye una forma distinta de abordar los mecanismos que se han construido para la defensa y promoción de los derechos humanos. De esta forma al relacionar los conceptos de derechos y garantías, se empezaron a tejer las experiencias de los participantes y las posibilidades que tienen los Estados y las organizaciones de la Sociedad Civil para un ejercicio oportuno que garantice los derechos humanos en las comunidades. Una ventaja sustancial en este proceso fue el alto nivel académico y profesional del grupo de estudiantes, en su mayoría con muchos años de experiencia en procesos asociados a la gobernanza de sus países quienes junto con al equipo docente de alto nivel de la universidad lograban enganchar las realidades que cada participante exponía en las sesiones para analizarlos con pertinencia desde la experiencia académica. El panorama latinoamericano Sin embargo, la diversidad de realidades expuestas en los momentos de reflexión por los participantes del curso, desnuda hoy una América con muchas heridas. A pesar de la representación que se destacan desde diversos organismos internacionales donde aparentemente la región ha logrado avances importantes en las luchas y conquistas sociales que declaran un ejercicio autónomo de la voluntad de gobernanza de los países y al tiempo un respeto por los derechos y libertades de los individuos que los conforman, todavía persisten rezagos de la turbulencia política, social y militar que caracterizaron los años 50 en el marco de la guerra fría donde el mundo se dividía en un complejo maniqueísmo entre los dos sistemas económicos imperantes: el comunismo y el capitalismo. Obviamente América Latina no estuvo exenta de este repliegue ideológico, donde se vivieron con mucha intensidad los rezagos de la guerra entre oriente y occidente que al final determinaron la creación de la mayoría de grupos insurgentes del hemisferio que rechazaban el intervencionismo de potencias como Estados Unidos en las políticas internas. Quedan en la memoria de las naciones los ataques frontales a la estabilidad del ejercicio democrático del MIGUEL ANGEL DURANGO GUTIÉRREZ del que fueron víctimas países como Chile, Perú, Colombia, Argentina, donde era común escuchar golpes militares, con la complicidad de las centrales de inteligencia norteamericanas y la respuesta obviamente de las diversas formas de resistencia que se levantaban en las naciones afectadas y que dejaban de parte y parte, víctimas de la imposición excesiva de la fuerza para reprimir opiniones o eliminar grupos minoritarios, o desaparecer forzosamente el oponente ideológico y desplazarlo. Todo este panorama obligó a entender que era necesario crear mecanismos de protección para los derechos y libertades de los individuos y fue como en 1948 se firma en Bogotá la primera Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, precediendo por algunos meses la Declaración Universal de los Derechos Humanos propuesta por Naciones Unidas. Efectivamente ahora nos encontramos frente a otro panorama, para Europa, América Latina crece con esperanza ante los ojos del mundo y se convierte en el paladín del ejercicio y las libertades democráticas. Es posible que la fuerza económica que está alcanzando la región puede ayudar a entender este proceso de reivindicación que han logrado países como Brasil, Argentina e incluso Colombia, que se declaran como economías emergentes y según cifras oficiales ha escalado en una importante disminución en la pobreza extrema y la reducción del desempleo. Otro factor que nutre esta idea es el proceso de reivindicación de los derechos en los países del sur del contiene americano se relaciona con las conexiones entre países con afinidades en sus lineamientos y estructuras políticas para impedir el excesivo intervencionismo de las potencias económicas representado en sus trasnacionales y el impedimento del uso indiscriminado de los recursos naturales que devastan el progreso de las naciones. Se crea así por ejemplo, estrategias como Unasur para legitimar los procesos a nivel político y económico que abogan por la independencia de las naciones latinoamericanas. Efectivamente ahora nos encontramos frente a otro panorama, para Europa, América Latina crece con esperanza ante los ojos del mundo y se convierte en el paladín del ejercicio y las libertades democráticas. Es posible que la fuerza económica que está alcanzando la región puede ayudar a entender este proceso de reivindicación que han logrado países como Brasil, Argentina e incluso Colombia, que se declaran como economías emergentes y según cifras oficiales ha escalado en una importante disminución en la pobreza extrema y la reducción del desempleo. Otro factor que nutre esta idea es el proceso de reivindicación de los derechos en los países del sur del contiene americano se relaciona con las conexiones entre países con afinidades en sus lineamientos y estructuras políticas para impedir el excesivo intervencionismo de las potencias económicas representado en sus trasnacionales y el impedimento del uso indiscriminado de los recursos naturales que devastan el progreso de las naciones. Se crea así por ejemplo, estrategias como Unasur para legitimar los procesos a nivel político y económico que abogan por la independencia de las naciones latinoamericanas. Sin embargo, todo este planteamiento de auge y crecimiento se hace desde la relativa mirada que ejerce la comunidad internacional. Y es válido relativizar estas apreciaciones porque internamente los países continúan en situaciones de conflicto en medio de coyunturas sociales ocasionadas por la aparición de nuevas manifestaciones de violencia asociadas al narcotráfico y las mafias y en Colombia además por la confrontación armada entre grupos guerrilleros y Estado; En varios países de Centro y Sur América, la debilidad del aparato Estatal es evidente, expresada en la soledad que experimenta el ciudadano cuando no se garantizan los derechos fundamentales. Del discurso de las armas al discurso de las letras De este ejercicio se consideró que es evidente todo el esfuerzo que están haciendo las sociedades contemporáneas por encontrar mecanismos más contundentes para la transformación de sus realidades, haciendo uso del lenguaje y la razón, como aquel elemento que soporta la supremacía del hombre sobre el resto de la naturaleza. A propósito de La Mancha, cabe recordar aquí, el sonado discurso de Don Quijote, que desde el siglo XVI, abrió la puerta para comprender la disputa que ha existido sobre la importancia de las armas, en una sociedad pero la preminenscia que existe que se le ha dado sobre las letras. Pero dejemos esto aparte, que es laberinto de muy dificultosa salida, sino volvamos a la preeminencia de las armas contra las letras12, materia que hasta ahora está por averiguar, según son las razones que cada una de su parte alega. Y, entre las que he dicho, dicen las letras que sin ellas no se podría sustentar las armas, porque la guerra también tiene sus leyes y está sujeta a ellas, y que las leyes caen debajo de lo que son letras y letrados. A esto responden las armas que las leyes no se podrán sustentar sin ellas, porque con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de cosarios, y, finalmente, si por ellas no fuese, las repúblicas, los reinos, las monarquías, las ciudades, los caminos de mar y tierra estarían sujetos al rigor y a la confusión que trae consigo la guerra el tiempo que 2 dura y tiene licencia de usar de sus privilegios y de sus fuerzas. En términos políticos, estos elementos han sido los recurrentes para resolver conflictos entre naciones, y es aquí cuando en el oficio diplomático se intenta agotar todas las vías que ofrece el lenguaje para no caer en una confrontación que permita el uso de las armas. Y aunque Cervantes en su sencillo pero contundente discurso se posiciona del lado de las armas, es válido comprender que está relacionado con su época. Pero los tiempos han cambiado, las letras asociadas a la capacidad discursiva, de la que se deriva el uso del lenguaje para determinar la resolución de los conflictos entre los individuos, e incluso entre naciones, constituyen un recurso que posibilita la armonía entre los hombres, es aquí cuando defendemos la fuerza creadora de la palabra, porque de esta forma comprendemos que la paz es el triunfo de la creatividad, sobre la inercia a la que recurre la violencia. Es cierto que la democracia es una construcción discursiva y que las armas están para proteger dicha construcción, pero Colombia ha sido un país históricamente violento y sería justo empezar a mirar las posibilidades que tenemos como sociedad para reconstruir creativamente nuestro país desde la palabra. Nunca la creatividad ha aflorado tanto como cuando el ser humano se expone a los momentos de degradación más extremos. El ejemplo más inmediato lo encontramos luego de la segunda guerra mundial, cuando el continente europeo quedo sumido en una crisis profunda de hambre, desolación e injusticia y de la que parecía no había ninguna posibilidad de retorno. La soledad se veía reflejada en los rostros de los europeos cuyos gobernantes se enfrascaron en una tarea sucia de expansionismo sin resultados. O bueno, las consecuencias realmente fueron las más tristes para la historia de la humanidad, el intento de exterminio del pueblo judío y la explosión de la primera bomba atómica que destruyó toda una ciudad en el sur de Japón. Se habla aproximadamente entre 50 y 60 millones de víctimas. En medio del panorama desolador, el arte surgió como una tabla salva vidas. El pesimismo que invadía a los Alemanes, los grandes perdedores de la guerra, dio inició una corriente que representaba la exageración de los sentimientos de incertidumbre y desesperanza del pueblo alemán en la posguerra. Al tiempo en España, un movimiento cultural se inicia con el ánimo de combatir la cruda realidad que asecha el momento, surge de esta forma el surrealismo como respuesta a la inconformidad que se tiene con lo establecido: con la guerra, con el tiempo, con el poder. Se crean mundos paralelos en los cuales se desvirtúa la realidad, y a través de Mundos Posibles se cuestiona todo lo establecido. En Italia por su parte, se propaga la corriente neorrealista, sobretodo en el cine, que viene a evidenciar la forma azarosa y triste en que viven los pobladores de la península. En este movimiento se toma de forma literal la sentencia “del arte como como imitación de la vida”, se constituye la comedia como una forma inteligente de burlarse de la realidad y la crisis del momento. Toda la lucha ideológica que en Colombia dio inicio a las cruentas confrontaciones armadas, debe habilitarse nuevamente como lucha, en función de explorar la forma de emprender las soluciones, aquí es donde se valida la premisa de la UNESCO al decir “Puesto que la guerra nace en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde debe erigirse los baluartes de la paz”. Y para el caso de nuestro país, esta tarea de crear soluciones no puede dejarse únicamente a quienes han protagonizado el conflicto, la necesidad de construir una sociedad más justa y equitativa también recae sobre las mismas comunidades, quienes están llamadas a construir la paz desde las bases con soluciones creativas. El panorama en medio de la resistencia La alegoría de la paz y la felicidad del Estado es una obra pictórica atribuida al taller de Rubens, que aún se conserva en la Biblioteca Museo Víctor Balaguer en España. En ella se destaca una serie de personajes entre niños y adultos en una sencilla interacción armónica, proyectando de esta forma, uno de los grandes deseos de construcción social que implica el ideal de Estado: la ilusión de compartir el florecimiento de una nación desde la justicia y la equidad. Lo interesante de la representación que se hace de la paz es la manera en que se entiende el equilibrio, todo está cifrado en cómo la misma nación a través del buen gobierno posibilita los mecanismos para acudir a sus ciudadanos, pero se concentra además en mostrar alegóricamente como este ideal se nutre con la participación de quienes lo conforman. En este sentido, entender que el deseo de alcanzar una Colombia en paz requiere, además de brindar garantías para el ejercicio de los derechos fundamentales por parte del Estado, incluir la voz de quienes han estado sufriendo el conflicto. De las mismas comunidades deben surgir alternativas para ayudar en la mediación del conflicto, de manera que las soluciones plateadas por el Estado, no resulten otro pretexto para crear distanciamientos entre las comunidades y el gobierno, sino que por el contrario exista un reconocimiento por la fuerza del tejido social que logren los ciudadanos. Es el empoderamiento de las comunidades y el apoyo estatal, lo que en definitiva ayudaría a considerar una idea de paz estable y duradera en nuestra sociedad colombiana. El posconflicto es ahora A principios del siglo XX, Ludwig Wittgenstein uno de los filósofos más influyentes del pensamiento moderno describía en el Tractatus una sentencia firme sobre los límites en un individuo: “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Wittgenstein sin mucho maquillaje recoge lo que hemos estado considerando en este texto, pues el lenguaje es el primer engrane que pondrá girar el motor de la paz y no se podrá acceder a ella, si seguimos encasillados en el mismo discurso de quienes se han convertido en los defensores de la guerra en Colombia. Si no exploramos otras formas de comprender la realidad y entender el conflicto colombiano, entraremos en el mismo estado de pasividad e inacción que seguirá determinando el rumbo de la violencia en el país. Este abismo que determina los limites en la mente de una gran parte de la sociedad colombiana es simplemente una cuestión de lenguaje, de allí se deriva la costumbre de naturalizar el conflicto, y las consideraciones sobre una estirpe condenada a la guerra. Mi llamado en pocas palabras, actuando en función garante de la paz de mi comunidad, es que no es necesario a esperar a que se firme un acuerdo político, porque la paz es ahora y las estrategias con o sin voluntad política tienen que emprenderse desde ya con quienes estén a nuestro lado. A manera de conclusión: en la mitad hay 2 millones de niños que sufren directamente el conflicto Las estrategias que como agentes de transformación hemos adelantado en nuestra región se han visto nutridas con el reconocimiento del Nogal y la Fundación Carolina; y hoy estamos en una nueva etapa del proceso. Hemos crecido con nuestra iniciativa de considerar la calle como un escenario de paz y reconciliación, y además hemos encontrado una forma certera de hacer que los niños aporten a la construcción de la ciudad en la que quieren vivir. Precisamente, un descubrimiento clave para nuestra labor, se dio en una de las conferencias de la especialización dictada por el mismo director de Unicef España, por su sugerencia conocimos en Madrid, la Matriz de la Unicef y nos acercamos al proceso de Ciudades Amigas de los Niños, un impactante ejemplo de cómo la voluntad política puede hacer que las ciudades se transformen en función de sus niños y de sus sueños. Fue así empezamos a soñar con que la voz silenciada de nuestros niños llegara a tener la fuerza Fue así empezamos a soñar con que la voz silenciada de nuestros niños llegara a tener la fuerza que tiene este país Ibérico, y aunque es complejo porque aún hay muchos escollos en el camino, volvemos al mismo problema de lenguaje, no sabíamos que podía hacerse todo esto, los límites de nuestro conocimiento nos habían negado esta posibilidad. Ahora trabajamos por ampliar las fronteras de nuestro pensamiento traduciendo todo esto en acciones, hemos logrado en pocos meses, ampliar la fuerza de nuestro programa en la Ciudad de Cali, nos han escuchado en escenarios que creímos no tendríamos acceso, y vamos poco a poco reproduciendo la idea de convertir nuestra ciudad en una ciudad para los niños con la ilusión de reproducir este proceso en otras partes del país. En últimas, para eso me sirvió la especialización, para saber que los límites son los que le niegan la oportunidad a la paz. Porque como hemos defendido en este texto, el primer paso para transformar esta realidad es imaginarla. Bibliografía GALEANO, Eduardo. Las Venas Abiertas en America Latina. Siglo XXI editores. Buenos Aires.1971. CERVANTES, Miguel. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Edición Conmemorativa. Real Academia de la Lengua Española. GOMEZ, Manuel; PAVON, Daniel; SAINS, Héctor. El Enfoque basado en Derechos Humanos en los Programas y Proyectos de Desarrollo. CIDEAL. 2013. Madrid. MIGUEL ANGEL DURANGO GUTIÉRREZ La cultura de Paz: Una búsqueda mundial Sindy Pinzón Soler La verdadera paz entre naciones solo será posible, cuando haya verdadera paz en las almas de las personas. Lakota sioux. 1 En el contexto internacional la humanidad está llena de guerras y conflictos, la violencia es un método de imposición para resolver los problemas. Por tal motivo en la actualidad, la cultura de paz es el punto de partida para una gran movilización a nivel internacional por medio de la educación, con el fin de evitar y alejar la violencia como instrumento para la construcción de paz, y sus efectos en el ámbito local, nacional e internacional de una Nación. Según la definición de las Naciones Unidas (1998, Resolución A52/13), la cultura de paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre personas, los grupos y las 2 naciones. 3 En el ámbito de la aplicación material del Derecho internacional Humanitario, 4 se distinguen cuatro situaciones de conflicto a nivel mundial: SINDY PINZÓN SOLER 1. Conflicto armado internacional: Cuando los actores son por lo menos dos Estados. 2. Conflicto armado no internacional: El conflicto tiene lugar en el interior de un territorio de un Estado. 3. Disturbios internos. Cuando existe una situación de disturbios interiores, “sin que haya conflicto armado no internacional, hay dentro de un Estado, un enfrentamiento que presente cierta gravedad o duración e implique actos de violencia. Estos actos pueden ser de formas variables, desde actos espontáneos de rebelión hasta la lucha entre sí de grupos más o menos organizados, o contra las autoridades que están en el poder. 4. Tensiones internas: Las tensiones internas se encuentran en un nivel inferior con respecto a los disturbios internos, dado que no implican enfrentamientos violentos. 1 Líder de la tribu nativa americana Sioux Lakota asentado en los territorios que ahora son los Estados Unidos y sur de las praderas Canadienses. Pág web: http://es.wikipedia.org/wiki/Sioux 2 ¿Qué es la cultura de paz? Pag web: http://www3.unesco.org/iycp/kits/Depliant%20décennie/Depliant%20esp%20def.p df 3Lopez, José. Derecho Internacional Humanitario. 04(02/2015. Toledo (España). 4 De acuerdo a los Convenios de Ginebra de 1949. Pág web: https://www.icrc.org/es/guerra-y-derecho/tratados-de-dih-y-el-dih- consuetudinario/convenios-de-ginebra Cuando se presenta una situación de conflicto, la construcción de la paz se da para solucionar el problema, que es una situación de incompatibilidad violenta entre dos o más actores por disputa del poder político, conquista del territorio , control de drogas, secuestros, lavado de activos, actividades criminales, tierras cultivables o por recursos naturales, entre otros. En un conflicto la población siempre se verá afectada directa e indirectamente, y de uno u otro modo, este efecto se ve en el reflejo de varios de los problemas que aquejan un país con conflicto. Un ejemplo es la violencia urbana cerrada que hace referencia a la criminalidad, inseguridad y crimen urbano, que tiene un peso muy fuerte al interior de un Estado puesto que se da bajo la poca acción e intervención y/o la disminución del papel de Estado frente a estas situaciones. Este problema es producto de una urbanización acelerada, la falta de servicios y equipamiento, el incremento del desempleo, una alta migración, la crisis y anarquías urbanas, y la pérdida de valores tradicionales. 5 En este punto no se puede desconocer que el incremento de inseguridad, de pérdidas de vidas humanas, y de bienes materiales conducen a que la violencia sea,¨Uno de los problemas que más deteriora la calidad de vida de una nación¨(Echeverry, 1994). Por eso es importante enseñar, promover y actuar en los hogares, colegios, universidades, trabajos, entre otros, ¨la construcción de la paz¨. El protagonismo y eje esencial se encuentra en cada una de las personas que conforman una nación, por eso es de carácter civil. La paz la deben asumir todos los ciudadanos, los personajes principales deben manifestarse localmente, solo así se estará asegurandoel progreso de la6 sociedad y de la convivencia en armonía, la existencia de una acción que mejore la condición 7 humana y en paralelo será una herramienta vital para fortalecer y promulgar los Derechos humanos. 8 En la actualidad hay más acuerdos de paz, pero esto no supone el fin de un conflicto. Se puede violar ese acuerdo o parcialmente cumplirlo, o no. La paz se construye después. La firma de un acuerdo de paz, documento escrito en el que los actores de violencia se comprometen a ponerle punto final a las hostilidades que los enfrentaban. Generalmente, este contiene una serie de condiciones y compromisos que se dará como el proceso de paz. 9 Siempre y sin excepciones, el acuerdo de paz será el resultado de una negociación o debate previo entre las partes interesadas, en las cuales se encargaran de exponer y argumentar una posición común en los temas que se ven involucrados para ponerse de acuerdo a un tema. . Es importante que 5 Carrión Fernando. De la violencia urbana a la convivencia ciudadana. Administración pública y sociedad. Pág 1. Pág web: http://www.iifap.unc.edu.ar/ imagenes/revistas/14/de_la_violencia.pdf 6 Núñez, Jesús. Resolución de conflictos y construcción de la paz. 10/02/2015. Toledo (España). 7 Gil.R (2003) Valores y derechos humanos. Madrid (España). Párrafo # 6. P web. www.psicopedagogia.com 8 Los Derechos Humanos son garantías esenciales para que podamos vivir como seres humanos. Sin ellos, no podemos cultivar ni ejercer plenamente nuestras cualidades, nuestra inteligencia, talento y espiritualidad. La ONU y los Derechos Humanos. Pág web: http://www.un.org/es/rights/ overview/ Es importante que en cada tipo de negociaciones y debates cada una de las partes deberá ceder en algún aspecto para así poder llegar a la conformidad. En los ámbitos de acción para un acuerdo de paz, los actores en un conflicto van a requerir necesariamente la presencia de un mediador, en la que se imponenestrategias de mediación y/o se genera una cultura de mediación. Una de las principales características de un acuerdo de paz, es una negociación cooperativa, en la medida que se promueve una solución en la que las partes implicadas ganan u obtienen un beneficio, y no sólo una de ellas. Por eso se le considera una vía no adversarial, porque evita la postura antagónica de ganador – perdedor. (Holaday, 2002). Aun así llegando a un punto de acuerdo común entre las partes, el desafío se manifiesta estando en el proceso de las conversaciones para finalizar dicho tratado. La convivencia entre víctimas de las dos partes del conflicto será el mayor reto de este proceso antes de dejar por manifiesto la firma de un acuerdo de paz. La pregunta sobre que vendrá después de la firma de un acuerdo de paz, es el tema más relevante en cada tratado de paz, ¨El post – conflicto¨. 10 El autor Jaime Morales habla de post – conflicto como proceso de una transformación social integral, donde es esencial la creación de cultura de paz y convivencia humana como la reconstrucción de las condiciones institucionales y materiales para hacerla viable y sostenible en el largo plazo. Esta intervención social integral, debe atender de forma simultánea, y en paralelo combatiendo las carencias y debilidades de los grupos humanos de bajos estratos y las necesidades de las comunidades con una perspectiva multidimensional de género, ciclo vital, situación socioeconómica y habilidad en el territorio, entre otros en el que se fomenta a través de esos procesos y como eje central, la educación de la cultura de paz. La transición hacia la paz y desarrollo de un país, no solo debería enmarcase en la firma de un acuerdo de paz, en el que después de dicho pacto, que sin garantía alguna puede infringirse y poner más en peligro a la nación. Este desarrollo tiene que estar en la agenda de ¨Derechos Humanos¨, de todo Estado y debe hacerse cuanto antes. Un ejemplo de la falta de agenda de los Derechos Humanos se ve reflejado en la inseguridad y en la incultura ciudadana, como se menciona anteriormente con el problema de la violencia urbana, un tema que no puede seguir en el limbo de cada Estado. Un punto importante y final que viene de la mano con la construcción de la cultura de paz, es la reconciliación. Enmarcada en los perdones recíprocos, como consecuencia de un acuerdo de paz logrado entre las partes del conflicto. Todo en pro de la reconciliación nacional. Y que va de la mano con la justicia transicional, que contribuye a conseguir dos objetivos esenciales: la negociación política del conflicto y la realización de la justicia.11 9 La firma de un acuerdo de paz. Desde Definicion ABC :http://www.definicionabc.com/politica/acuerdo-de-paz.php#ixzz3Z1BGDz3w 10 Morales Jaime. 2015. ¿Qué es el postconflicto? Colombia después de la guerra. Bogotá (Colombia). 11 ¿Qué es la justicia transicional? Pág web: http://justiciatransicional.gov.co/ 12 Betegón Jerónimo. Justicia Transicional: Concepto, ciclos históricos y actualidad.10/02/2015. Toledo (España). Las transiciones democráticamente legitimadas se construyen a través de negociaciones de paz entre actores armados de discusiones sociales, más amplias e incluso de formas de consulta a la ciudadanía. El fin es garantizar la participación activa de la sociedad civil, en general, y de las víctimas en particular, en el proceso transicional a la conclusión de dotarlo de legitimidad democrática.12 El cierre a esto va a exigir una puesta ¨Legal¨, para formalizar las exigencias 13 de los delitos cometidos por el conflicto armado. Que será crucial siempre y cuando los dos bandos afectados por medio de la educación de la cultura de paz, puedan sacarel rencor ocasionado por actos violentos, rescatar la convivencia entre los grupos afectados, la reconstrucción del tejido social y de este modo reconciliarse y crecer tanto espiritual como en el ámbito social, este es un proceso largo y amplio que necesita de tiempo, así como de involucrar no solo a las personas afectadas sino a toda la sociedad en su conjunto, porque todos hacen parte de un Estado. Para concluir, Como lo dijo John F. Kennedy en su discurso del 12 de Junio de 1963: ¨No cerremos los ojos a nuestras diferencias, prestemos atención a nuestros intereses comunes y a los medios con los que conseguiremos resolver dichas diferencias. Y si no podemos acabar ahora con nuestras diferencias, al menos ayudar a que el mundo sea un lugar más seguro, partiendo de la diversidad¨. La prevención de conflictos es la tarea más fuerte de cada país. Toda esta orientación parte de la naturaleza innata del ser humano, de ser protagonistas y ciudadanos activos para la construcción del hombre, y el percatarse a una mente y una realidad más humana. Una realidad que abrirá paso a la lucha y promulgación de los deberes y derechos, para el mejoramiento o perfeccionamiento de ser humano. En un mundo que corre aceleradamente, es necesario promover la cultura de paz mediante la educación, de este modo se promueven y fortalezcan actitudes, valores humanos y comportamientos que favorezcan a los ciudadanos para propiciar la cultura de paz, colaboración entre culturas, la comunicación, el diálogo, la mediación y/o negociación y la no violencia, como solución a los conflictos. SINDY PINZÓN SOLER Sin la educación de la cultura de paz, cada persona no tiene la visión y capacidad de respetarse a sí mismo ni a los demás, sin el respeto en una sociedad va cayendo cada día más en la inseguridad, en la intolerancia, en el desamor, a tal punto que desconoce el rumbo de esa situación. Para reformar esta problemática, cada familia debe volver a la tradición de inculcar los valores humanos, actitudes y comportamientos positivos puesto que es desde allí donde se construirá y se promulgará la verdadera paz. 13 Betegón Jerónimo. Justicia Transicional: Concepto, ciclos históricos y actualidad.10/02/2015. Toledo (España).