Observatorio de la Situación Social de la Niñez y la Adolescencia Tucumán Grá co 2: Máximo nivel educativo alcanzado, individuos mayores de 18 años pertenecientes a los hogares encuestados. Fuente: Elaboración propia en base en 1° relevamiento para Evaluación de Impacto “Reconversión de Comedores Infantiles en Cocinas Comunitarias”. Cuando observamos el porcentaje de niños y adolescentes que se encuentran asistiendo a algún establecimiento educativo (ver grá co 3), notamos que el 88% de los niños menores de 5 años nunca asistió a un establecimiento educativo68, 92% de los niños de entre 5 y 12 años y 64% de los adolescentes (13 a 18 años) se encuentran asistiendo a la escuela. En tanto que un 32% de los adolescentes no asiste a la escuela en la actualidad y un 4% nunca asistió. La distribución porcentual de niños y adolescentes agrupados por grupos de edad muestra que el 51% de los niños pertenecientes a las familias encuestadas tienen entre 5 y 12 años de edad, 33% tienen entre 13 y 18 años, y 26% tienen 4 años o menos. Tal como se señaló en la introducción, uno de los objetivos centrales de la evaluación de impacto en la que nos encontramos trabajando consiste en medir la capacidad del nuevo programa (CC) para resolver cuestiones vinculadas con la seguridad alimentaria de sus bene ciarios. Para capturar esto, el cuestionario diseñado para recabar información contiene preguntas relacionadas con el acceso a los alimentos y la calidad alimentaria, entendida no como calidad nutricional, sino que intenta capturar la percepción que tiene la familia sobre la calidad de su dieta, independientemente de su composición nutricional. 68 Dentro de este grupo, el porcentaje de niños con 4 años cumplidos asciende al 17%. 88 69 La sección relacionada con “Acceso a los Alimentos” del cuestionario es una adaptación del enfoque utilizado para calcular la prevalencia de la inseguridad alimentaria en los Estados Unidos (Coates et al, .2007). No obstante, tal como señalan los autores, estudios de validación de este enfoque realizados sobre el terreno para medir la inseguridad alimentaria han demostrado la abilidad y utilidad del enfoque en países en vías de desarrollo (Al respecto ver Webb et al., 2002, Coates et al., 2003, Frongillo y Nanama, 2003).