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Agencia para el Desarrollo de las
Macroregiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF)
Revista semestral: Estudios Fronterizos: Bolivia;
Vol. 3, No. 3, agosto de 2013
D.L.: 4-3-43-12
ISSN: 2227-4294
Director General Ejecutivo ADEMAF:
Lic. Luis Fernando Alcázar Chávez
Director Técnico Nacional de Desarrollo: Lic. Salomé Marlene Ayala Luna
Director Técnico Nacional de Seguridad: Crl. Marco Antonio Franco Bracamonte
Comité Editorial: Diseño y diagramación:
Unidad de Estudios Estratégicos y Seguimiento Institucional
Unidad de Comunicación
Fernando Flores Benito
Pedro Salazar, Esq. Andrés Muñoz N° 631 • Edif. FNDR piso 9
Tel./Fax (591-2) 2128655 – 56 2145738 – 2145762
www.ademaf.gob.bo
Impresión: agosto de 2013
La Paz - Bolivia
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Contenido
Presentación
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PRIMERA PARTE
I.
Los circuitos del contrabando en la frontera occidental de Bolivia
Rolando D. Condori Mamani
9
II. Un acercamiento multi-nivel al manejo forestal
comunitario en el norte amazónico boliviano
41
Mario Zenteno Claros
III. Seguridad en las fronteras
59
Carlo Picolomini Rojas
IV. Estructuras de poder local en las regiones
de la Chiquitanía y el Pantanal
69
Pavel López Flores
V. Acciones de desarrollo económico y social de ADEMAF
109
Jaime Vásquez Sánchez
SEGUNDA PARTE
Reseñas
Geopolítica de la Amazonía: poder hacendal-patrimonial
y acumulación capitalista. Álvaro García Linera
119
Por: Carlos E. Moldiz Castillo
Geografía Política. Lorenzo López y Paz Benito del Pozo
127
Por: Israel Gonzales Paredes
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Presentación
La revista Estudios Fronterizos: Bolivia, es promovida por la Agencia para
el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF), para
abrir el debate académico sobre el tema de fronteras en general y sobre las
regiones fronterizas de Bolivia en particular, a fin de conocer y comprender la
complejidad regional transfronteriza en sus diferentes períodos temporales,
en la perspectiva de aportar con información y conocimientos para el diseño
y la implementación de una política de Estado de frontera que priorice las
tareas de desarrollo regional y seguridad. A través de este medio editorial se
publican trabajos académicos relacionados con el asunto de fronteras en sus
diferentes dimensiones: territorial, económica, social, cultural, política, histórica, demográfica, geográfica, administrativa, entre otras. Se pretende que esta
revista se convierta en un espacio de deliberación analítica y reflexiva sobre la
compleja realidad de las fronteras, a partir de discusiones teóricas, avances de
investigación y evaluaciones de implementación de políticas públicas de desarrollo y seguridad en las regiones fronterizas del país, donde Estado boliviano
tuvo una presencia institucional muy débil en el pasado y que la baja densidad poblacional y la situación de pobreza fue una característica singular.
En este tercer número de la revista Estudios Fronterizos: Bolivia, se presentan
artículos que versan sobre temas relacionados con la frontera; dando continuidad al debate académico sobre la cuestión fronteriza, que se inició con la
publicación del primer número de esta revista, en diciembre de 2011. En el
primer artículo se hace una reflexión acerca de las estructuras del poder en la
macroregión de la Chiquitanía y el Pantanal del departamento de Santa Cruz.
En el segundo, se aborda de manera específica la problemática del contrabando en las poblaciones de tránsito de la frontera Bolivia-Chile, mostrando las
diferentes modalidades que han adoptado las actividades ilícitas en las fronteras del país. En el tercer artículo se aborda la cuestión del manejo forestal
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comunitario en el norte amazónico boliviano. Asimismo, en el cuarto artículo
se exponen las acciones que realizan los Comandos Conjuntos de las Fuerzas
Armadas para controlar los ilícitos y la protección de los recursos naturales en
las regiones de frontera. Finalmente, en el cuarto artículo, se muestran las actividades desarrolladas por la ADEMAF, en lo que respecta a la coordinación y
ejecución de programas y proyectos de desarrollo y seguridad en las fronteras.
Los dos últimos artículos, son reflexionados desde un punto de vista de los
actores involucrados en tareas de control de ilícitos, como son los efectivos
militares.
Se espera que los trabajos que reúne este tercer número de la revista semestral, sean un aporte para entender mejor el tema de fronteras geopolíticas, la
situación fronteriza boliviana y la cuestión de actividades ilícitas; porque en
la actualidad, los escenarios fronterizos parecen complejizarse cada vez más
dentro del proceso de globalización y la transnacionalización del crimen organizado. Es decir, las fronteras no deberían ser un asunto menor sino una
prioridad estatal, tanto para los gobiernos, las organizaciones sociales como
los ciudadanos. Y justamente, a esto responde la difusión de reflexiones sobre
el tema de frontera.
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PRIMERA PARTE
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Los circuitos del contrabando en la
frontera occidental de Bolivia
Rolando D. Condori Mamani*
El contrabando hace mucho daño a la economía y a la industria boliviana.
Debemos aportar de nuestra parte para acabar con las actividades
ilegales, porque si no tuviéramos esas actividades la economía nacional
estaría mucho mejor. El que trabaja de manera sana y honesta donde sea
puede estar muy bien parado económicamente.
Evo Morales Ayma
Resumen
Las zonas limítrofes con los países vecinos se han convertido en un enclave
de ilegalidades donde campean las actividades vinculadas con la internación
ilegal de mercaderías, el narcotráfico, la delincuencia, la explotación de recursos naturales y otras actividades ilícitas. En el presente trabajo se analiza el fenómeno del contrabando, sus modos de organización y operación, así
como las principales preocupaciones que acarrea a los pobladores que viven
en frontera. Es decir, si bien en Bolivia se están implementando acciones más
rigurosas para poner freno al contrabando, este proceso parece ser una tarea
muy dura, porque los contrabandistas cada vez van adoptando mecanismos
innovadores para sacar o internar mercaderías de manera ilegal. Son estos
aspectos que se analizan en el artículo. El tema de contrabando constituye un
perjuicio para la economía nacional que afecta al sector industrial y provoca
la pérdida de fuentes de empleo. A través de los años, el contrabando se ha
manifestado como un problema de carácter estructural en el país, que ha sido
motivo de preocupación para el Estado y para el conjunto de la sociedad.
Palabras clave: contrabando, frontera, comercio ilegal, redes sociales.
* Licenciado en sociología, Diplomado en Educación Superior, ambos por la Universidad Mayor de San
Andrés (UMSA), trabaja en temas de gestión municipal. Correo electrónico: [email protected].
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Introducción
Bolivia enfrenta profundos problemas vinculados con el tema del contrabando y el narcotráfico, que se consideran como un flagelo que afecta seriamente a nuestro país. El contrabando se ha convertido en un tema muy sensible y controversial, pese los esfuerzos de lucha contra este ilícito por parte del
Estado boliviano, pero esta actividad parece difícil de erradicar. El contrabando genera consecuencias negativas relacionadas con la evasión tributaria que
desangra la economía boliviana y asola a los productores bolivianos. El contrabando provoca la disminución de ingresos fiscales y avasalla el mercado interno, debilitando el aparato productivo nacional. Industrias como la de textiles,
calzado, cuero y otros productos se encuentran afectadas por este fenómeno.
El contrabando es uno de los problemas más recurrentes en las zonas fronterizas, que son espacios propicios para la actividad ilegal. Hay que reconocer
las acciones que emprende la Aduana Nacional7 en los últimos cinco años,
pero existen debilidades en lo que respecta a equipamiento, tecnología, vehículos, armamento y recursos humanos; es más, a veces los contrabandistas están mejor equipados que los policías del Control Operativo Aduanero
(COA)8.
Los contrabandistas tienden a mejorar cada vez sus estrategias de operación para evadir los mecanismos de vigilancia fronteriza. Las personas dedicadas a la actividad del contrabando tienen rutas de circulación para internar
o sacar mercadería de manera ilegal. Entonces, en este trabajo, se reflexiona
sobre el fenómeno del contrabando, analizando la forma cómo se desenvuelve la actividad ilícita, así como sus modos de consolidación y modificación
conforme a las acciones de control estatal. El análisis se centra en la frontera
occidental de Bolivia, específicamente en las poblaciones de Charaña y Tambo
Quemado que son consideradas como zonas rojas; también se complementó con información proveniente de otras áreas fronterizas. Se entiende que el
7. La Aduana Nacional de Bolivia (ANB) es una entidad encargada de controlar el comercio exterior, su
trabajo comprende las fronteras nacionales del país, en lo que toca a la vigilancia y fiscalización del paso
de las mercaderías por las fronteras.
8. Esta instancia comprende el órgano operativo de la Aduana Nacional, conformado por el personal
especializado de la Policía Boliviana, su rol principal consiste en controlar las fronteras y reprimir los
ilícitos aduaneros.
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presente avance de investigación es un complemento a los estudios existentes
sobre el fenómeno del contrabando.
1. El contrabando y sus circuitos
Una parte de las mercaderías es internada vía contrabando a nuestro país,
evadiendo los mecanismos de seguridad fronteriza, causando perjuicio a la
recaudación aduanera y afectando a las actividades formalmente establecidas. Se puede decir que la actividad del contrabando se ha convertido en una
suerte de cultura de importación y exportación ilegal de mercaderías. En término
legales, el contrabando es un: “ilícito aduanero que consiste en extraer o introducir del o al territorio aduanero nacional clandestinamente mercancías, sin la
documentación legal, en cualquier medio de transporte, sustrayéndolos así al
control de la aduana”9.
Sin embargo, la internación de la mercadería no siempre puede ser de forma clandestina (secreta u oculta) como indica la norma, sino que en algunos
casos se produce en complicidad con funcionarios deshonestos que dan luz
verde a cambio de alguna recompensa o “coima”. De manera que la corrupción es un problema que persiste en la administración pública, porque algunos
funcionarios son tentados con este mal costumbre que se gesta desde la actividad el contrabando que oferta cuantioso dinero para sobornar a los agentes aduaneros a cambio de pasar libremente los puestos de control. Cuando
existen vínculos con agentes de la burocracia institucional, los vehículos del
contrabando no son sometidos a la revisión exhaustiva y en su recorrido no
son interceptados por los operativos del COA.
Los contrabandistas controlan importantes zonas fronterizas por donde
fluye el negocio clandestino. Las cifras del contrabando fueron alarmantes en
los últimos diez años, así un estudio realizado en el año 2004 por el Instituto
Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) señala que Bolivia viene perdiendo
por efectos del contrabando una estimación aproximada de 300 millones de
dólares cada año. Igualmente, de acuerdo con la Fundación Milenio, el año
2008 el contrabando en Bolivia alcanzó una aproximación de 1.048 millones de
dólares, que atribuye como causa de esta tendencia a que el 55% del empleo
en el país corresponda al sector informal, lo que significaría tasas de empleo
9. Ley General de Aduanas, No. 1990 de 28 de julio de 1999.
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más bajas en el sector productivo. Existen varios motivos por los que se da
la actividad del contrabando, Ana Ortiz (2007) ha identificado algunas de las
siguientes causas:
a) Las importaciones legales implican trámites burocráticos y pago de impuestos elevados, por lo que ese procedimiento largo significa cumplir
con diferentes requerimientos arancelarios y gravámenes aduaneros.
b) La corrupción, principalmente de algunos agentes responsables de control.
c) La falta de empleo, que hace que mucha gente opte por trabajar en el
comercio informal.
d)La falta de empleo alternativo en las zonas fronterizas, incide para que
sus habitantes se dediquen al “contrabando hormiga”.
e) La falta de políticas gubernamentales que incentiven el consumo de la
producción nacional y cuiden los mercados internos.
El contrabando se desenvuelve en medio de nuestra sociedad, que prácticamente goza de aceptación social, porque a veces los contrabandistas entretejen círculos de alianza con los pobladores de las zonas fronterizas para
ser protegidos. Los aliados pueden defender al contrabandista o proporcionar
cualquier alerta ante la presencia de los operativos aduaneros, ofreciendo depósitos para almacenar u ocultar temporalmente las mercaderías que están en
peligro de ser interceptados.
2. El contexto de la frontera occidental
Bolivia tiene 6.918 kilómetros lineales de frontera, al Noreste con Brasil, al
Sur con Argentina, al Oeste con Chile y Perú y al Sureste con Paraguay (ver
anexo, mapa 1). Como existen regiones naturales diferentes (altiplano, valles
y llanos), las fronteras comprenden una diversidad de zonas de interrelación
con los países vecinos, conectada por las rutas de circulación de productos de
importación y exportación de mercaderías. Además, los pobladores de las zonas fronterizas construyen una realidad transfornteriza, en términos socioeconómicos, sociales y culturales, pero las zonas fronterizas también se han convertido en espacios propicios para el desarrollo de las actividades ilícitas:
Pues, en la actualidad, las fronteras geopolíticas adquieren cada vez mayor importancia como efecto de los procesos de globalización económica, sociocultural y comuni12
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cacional, dando lugar a la conformación y extensión de redes productivas, comerciales, financieras, sociales, culturales y de servicios, que van más allá de las líneas de
división internacional. Pero al mismo tiempo, esos espacios transfronterizos se han
convertido en lugares idóneos para la perpetuación de actividades ilícitas de contrabando, narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas y crimen organizado, poniendo en riesgo permanente a los pobladores que viven en la frontera (Sánchez, 2011: 8).
Los circuitos del contrabando en las fronteras son un problema recurrente,
los cargamentos de la mercadería de contrabando son movilizados por vía
terrestre, fluvial y ferroviario, que permiten a los contrabandistas llegar hasta
el punto fronterizo, luego buscan modos para cruzar la frontera. Los contrabandistas aprovechan diferentes caminos alternos para evadir los controles
fronterizos. Según el periódico La Razón existen rutas fronterizas por donde
ingresan mercaderías de contrabando:
• Las zonas como Desaguadero, Puerto Acosta y Copacabana serían las
rutas más utilizadas en la frontera con Perú.
• En la frontera con Chile comprenden las poblaciones de Tambo Quemado, Charaña, Pisiga y Sabaya.
• En la frontera con Brasil están las poblaciones de Puerto Suárez y San
Matías.
• Mientras que Villazón, Bermejo y Yacuiba son lugares en la frontera
con Argentina.
Existen otros puntos fronterizos reconocidos como rutas principales que
abren paso a los circuitos de contrabando, por donde se internan y salen las
mercaderías, como puede verse con mayor detalle en el anexo, mapa 2. Según
los estudios de Selaya (2009), el mayor contrabando de mercadería ingresa por
la Zona Franca de Iquique (Chile), mercaderías como ropa americana, artículos de línea blanca (electrodomésticos), línea negra (equipos de sonido, televisores, DVD y otros), vehículos indocumentados, telas o víveres, provenientes
de Asia, EE. UU y Europa.
En este sentido, las poblaciones de Charaña y Tambo Quemado, que se
ubican en la frontera con Chile, son conocidas como zonas rojas donde existen
los circuitos del contrabando; la ubicación geográfica de dichas poblaciones se
muestra en la siguiente figura:
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FRONTERA OCCIDENTAL: CHARAÑA Y TAMBO QUEMADO
Lago
Titicaca
LA PAZ
La Paz
PERÚ
Charaña
Tambo
Quemado
CHILE
Oruro
ORURO
Fuente: Elaboración en base al Atlas de Bolivia.
El municipio de Charaña se encuentra en la provincia Pacajes del departamento de La Paz, mientras que Tambo Quemado está en el municipio de Turco
de la provincia Sajama del departamento de Oruro. Las dos poblaciones fronterizas (Charaña y Tambo Quemado) están en pleno altiplano, a 4.000 msnm,
en el Suroeste de la sede de gobierno (La Paz). Existen rutas que conectan a
ambas poblaciones, el camino principal a Tambo Quemado es el que desvía
de Patacamaya sobre la carretera troncal La Paz-Oruro; en cambio, el camino
a Charaña va por la ciudad intermedia de Viacha. La distancia aproximada
desde la ciudad de La Paz hasta Tambo Quemado es de 300 Km y hasta la población de Charaña es 200 Km.
La principal actividad productiva en los municipios de Charaña y Tambo Quemado es la ganadería que constituye la base de la economía familiar,
como la crianza de camélidos (llama, alpaca) y, menor escala, la ganadería
ovina y vacuna. Mientras que la producción agrícola es más para el autoconsumo, pues los cultivos dependen de las condiciones climáticas y de suelos
favorables. Además, en estos municipios persiste el problema de la pobreza,
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en Charaña 82% de la gente vive en situación de pobreza y en Turco (Tambo
Quemado) alcanza a 92%10.
El puesto aduanero de Charaña es uno de los puestos de control más antiguos de Bolivia, ha operado desde el año 1910. Los agentes de control cumplen
una tarea sacrificada en la prevención y represión de los ilícitos aduaneros.
3. Tipos de contrabando
El contrabando se puede clasificar según los modos de operación que se
desarrollaron, porque las personas involucradas en esta actividad recrean los
mecanismos para burlar los puntos de control fronterizo. Es decir, los contrabandistas buscan métodos renovados para importar y exportar las mercadearías de forma ilegal. En este sentido, se habla de dos tipos de contrabando:
abierto y técnico. En el caso del contrabando abierto, las mercaderías no son
declaradas en el control aduanero, pero pasan por las rutas habilitadas y no
habilitados, evadiendo las obligaciones tributarias. En este caso, los contrabandistas buscan ciertas artimañas para evadir los puestos de control, transitando con los camiones de cargamento por caminos alternos o sobornando a
los agentes aduaneros del COA en las rutas habilitadas.
Mientras que en el caso del contrabando técnico, los contrabandistas hacen
maniobras fraudulentas en la documentación, alterando información o falsificando, con lo cual pagan menos tributos. Incluso se falsean los precios reales,
camuflando los productos de marca original (Sony, LG, Samsung) dentro de
las mercaderías de origen chino que son de menor costo.
Se internan al país diferentes mercaderías de forma ilegal. El contrabando
de ropa ha traído efectos nefastos al país, los reportajes de la prensa dan cuenta
que entran y salen toneladas de ropa sin documentación; por ejemplo las prendas de ropa usada, que son llamadas comúnmente “ropa americana”, pese las
medidas de restricción estatal11, en las ferias populares de diferentes ciudades
del país se observa aún su comercialización. Los “fardos” de ropa usada que
provienen de Estados Unidos, son internados a nuestro país. Pero no sólo se
contrabandean prendas usadas sino también la ropa nueva que ingresa al país
11. El gobierno boliviano ha dictado el decreto Nro. 28761, que prohíbe la internación de ropa usada al
territorio nacional, la Ley establece el Plan de Reconversión Productiva para los “ropavejeros”. Al parecer
los comerciantes dedicados a esta actividad no cumplen con este decreto.
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vía contrabando, muchas veces con marcas truchas (falseadas) que se asemejan
a una marca original. Este hecho afecta a la industria de confección nacional
y al sector artesanal de tejidos, haciendo bajar los precios de los productos en
el mercado.
El contrabando transfronterizo trasciende las naciones y continentes, estableciendo rutas en su recorrido y espacios para su realización. Los productos
provenientes del exterior han alcanzado una tendencia explosiva de consumismo en la población boliviana, porque muchos de ellos son baratos. Los
productos chinos por ejemplo son los más consumidos por la gente; en el mercado se oferta desde un peine (made in china) hasta bienes de capital, pasando
por artefactos electrónicos, electrodomésticos, prendas de vestir o juguetes.
De acuerdo con los pobladores de Charaña y Tambo Quemado, la actividad
del contrabando se incrementa en épocas de fiestas de fin de año como navidad, porque existe mayor demanda. Las mercaderías que entran y salen por
vía del contrabando se agrupan en el siguiente cuadro:
MERCADERIAS DE CONTRABANDO EN EL OCCIDENTE BOLIVIANO
IMPORTACIÓN ILEGAL DE MERCADERÍAS
EXPORTACIÓN ILEGAL MERCADERÍAS
- Material médico y medicamentos
-Variedad de lanas (llama, alpaca, oveja)
- Cigarrillos y licores
- Garrafas con GLP
- Textiles
- Tejidos ancestrales
- Fruta (uva, manzana)
- Diesel
- Repuestos de automotores y ferretería
- Gasolina
- Productos plásticos
- Arroz
- Ropa usada y nueva
- Azúcar
- Fertilizantes químicos
- Quinua
- Equipos electrónicos y electrodomésticos
- Ganado bovino, ovino y camélido
- Partes y accesorios de computadora
- Cuero
- Juguetes
- Minerales (oro)
- Celulares y accesorios
- Madera en sus distintas variedades
- Vehículos
- Otros productos artesanales y de confección
- Otros productos de consumo masivo
Fuente: Elaboración propia.
El contrabando de las mercaderías de consumo causa perjuicios a la población, pues cuando compramos productos de mala calidad sin certificación ni
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garantía, se pone en riesgo la salud de la población; por ejemplo las sardinas
enlatadas de dudosa procedencia, medicamentos vencidos en fecha, licores
adulterados, etc.
Asimismo, el contrabando de combustible ha sido más visible en los últimos años, tal es así que los operativos aduaneros en la frontera han incautado
cantidad de bidones de diesel, gasolina y garrafas de gas licuado. Esto se debe
a que en otros países el precio de estos carburantes es más elevado respecto a
nuestro país debido a la subvención; por ejemplo, el precio del litro de diesel
en Bolivia tiene un costo de Bs. 3.72, en otro lado alcanza a un cambio monetario aproximado de Bs. 14, esto motiva a los contrabandistas a traficar con los
carburantes. Según los informantes12, los buses que viajan a Charaña llevan
bidones de diesel y gasolina, así como garrafas de GLP, pero en los puestos de
control como Viacha y Butijlaca no hacen una revisión exhaustiva de la carga
del autobús, se limitan en revisar sólo el número de la placa, licencia de conducir y pedir la nómina de pasajeros.
Contrabando hormiga
En la zona fronteriza se frecuenta el “contrabando hormiga” que consiste
en la internación de pequeñas cantidades de mercadería, apoyándose en algunos tratados y convenios internacionales de intercambio comercial fronterizo13. Pero mediante esta vía se acumula poco a poco la mercadería para luego
comercializarla en cantidades. El contrabando hormiga no sólo se lo realiza
con bienes de consumo, sino también con minerales como el oro. Por ejemplo,
en la feria de Chejepampa, en el municipio fronterizo de Pelechuco, como relata el periódico La Razón:
Son las seis de la madrugada y en la frontera con Perú la advertencia sólo se repite
una vez. “¡No saque fotos!, le van a quitar la cámara”, alerta Francisca Laruta, una
compradora peruana de oro, mientras pesa en una pequeña balanza electrónica
el metal que un minero boliviano acaba de venderle en la feria de productos de
Chejepampa. Han pasado minutos desde que ese “mercado negro” se instaló en la
12. La información proviene de una conversación sostenida con un dirigente sindical de Caquiaviri,
noviembre de 2012.
13. La Ley General de Aduanas, en su art. 133, inciso I, establece que el tráfico fronterizo permite a los
pobladores de zonas fronterizas ingresar al territorio del país determinadas mercancías de uso o consumo
que no hagan presumir fines comerciales, exenta del pago de tributos aduaneros de importación.
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pampa altiplánica del norte paceño, a dos kilómetros del centro aurífero de Suches
y casi en las faldas de la cordillera Real, donde los traficantes de minerales sólo se
rigen por la ley de la oferta y demanda. Es el punto de origen del “contrabando
hormiga” de oro a la nación vecina, que se alimenta de gramo en gramo (La Razón,
3 de diciembre, 2012).
El “contrabando hormiga” de combustibles es efectuado por los propios
comunarios de las zonas fronterizas, por ejemplo: “Un contrabandista hormiga traslada alrededor de tres garrafas por semana al vecino país, lo que le
otorga una ganancia de 1.290 bolivianos mensuales” (Cambio, 16 de mayo,
2012). Esto es así porque el precio de la garrafa de gas licuado que en nuestro
país cuesta Bs. 22.50, en el país vecino como Perú tiene un precio estimado de
Bs. 130, para muchas personas este tipo de negocio constituye un medio de
sobrevivencia, mientras que para otras un negocio lucrativo.
El “contrabando hormiga” es considerado como algo endémico por los pobladores de la zona fronteriza, porque se ha convertido casi en una costumbre
o modo de vida. La gente lo entiende como una especie de intercambio comercial recíproco entre pobladores de ambos lados de la frontera; por ejemplo,
para los comunarios de Tambo Quemado, es algo normal hacer un poco de
negocio internando mercaderías en pequeñas cantidades.
Niños mochileros
La actividad ilícita no solamente involucra a personas mayores, sino también a los niños y las niñas, que por diferentes circunstancias se encuentran
involucrados en la actividad de contrabando: “Recientemente, las fuerzas armadas (FFAA) descubrieron que los contrabandistas utilizan a niños para llevar carburantes hacia territorio peruano. Indicaron que los menores no llevan
cuadernos en sus mochilas, sino bolsas plásticas llenas de combustible” (La
Razón, 20 de mayo, 2012).
Al utilizar a los niños en actividades ilícitas como el contrabando, no sólo
se infringen las normas que protegen a la niñez y la adolescencia, sino que
se perjudica el desarrollo de su personalidad y su formación. En la medida
que el niño aparece envuelto en una actividad ilícita como el contrabando, va
interiorizando y aprendiendo destrezas y prácticas reñidas con los valores de
convivencia social, como mentir, engañar o tener sagacidad para burlar los
controles y quebrantar las normas.
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A lo largo de sus vidas muchos niños van desarrollando su personalidad
con esa mentalidad y son más propensos a delinquir y cometer actos irregulares cuando son personas mayores. Esos niños suelen ser hijos de los comunarios que viven en la frontera, que por razones económicas y por poco
conocimiento que tienen los padres sobre las normas de protección a los niños,
terminan envueltos en actividades ilícitas.
Mujeres carga guaguas
Algunas mujeres dedicadas a la actividad del contrabando simulan estar
cargado a su guagua (niño, bebé) en aguayo, pero lo que en realidad llevan
son mercaderías de contrabando. De este modo se lleva por ejemplo el combustible (gasolina, diesel) al otro lado de la frontera: “El jefe de Estado Mayor
del Comando en Jefe de las FFAA, Ernesto Vásquez, dijo que el contrabando
hormiga hace uso de bolsas plásticas denominadas ‘guagüitas’, las que son
llenadas con combustible y luego llevadas en la espalda”. (La Razón, 11 de
febrero, 2012).
Las mujeres cumplen diferentes actividades en la comercialización de productos de contrabandado, ya sea como vendedoras en los mercados o trasladando productos de un lugar a otro. Los pobladores de Charaña afirman
que en la frontera las mujeres desempeñan tareas difíciles, como cargadoras
de productos o como vigilantes del movimiento que realizan los efectivos del
COA y comunicar a sus familiares el momento adecuado para internar la mercadería de contrabando. En un clan familiar organizado, el esposo se dedica
a la internación ilegal de la mercadería, mientras que la mujer se ocupa de
comercialización de la misma. Las mujeres tienen sus puestos de venta en los
mercados de las ciudades capitales como Oruro, El Alto o La Paz y otras ferias
populares; además, tienen ciertos arreglos con algunos agentes del COA. La
siguiente denuncia muestra cómo un funcionario del COA forma parte de una
organización dedicada al contrabando:
El diputado Franz Choque demandó el inmediato relevo de los COA, más aún
cuando descubrió que un oficial destinado en Oruro tiene familiares dedicados en
el comercio informal en esa ciudad. Además de que la esposa del Comandante Nacional, coronel Ramiro Mendoza, tendría un puesto de venta en la zona comercial
de la Uyustus [ciudad de La Paz], donde no se emite factura a los compradores de
mercadería. (ANF, 3 de marzo, 2010).
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Los rescatistas
Los rescatistas se dedican a la compra de mercaderías en las fronteras, para
luego comercializarlas en otros mercados a un precio mayor. Por este medio
los rescatistas acumulan diferentes productos poco a poco hasta reunir grandes volúmenes. Estas personas dedicadas al rescate, en su mayoría son de
las mismas poblaciones fronterizas, quienes conocen muy bien el lugar y los
caminos menos riesgosos para transportar la mercadería ilegal.
Existen por lo menos dos formas para acumular la mercadería en la frontera, una consiste en comprar la mercadería de los “contrabandistas hormiga”
y la otra, en adquirir productos en las ferias semanales que se realizan en las
fronteras ya sea en Desaguadero o Charaña. Los rescatistas son “comerciantes
golondrinas” que van de un lugar a otro, ambulando por las diferentes ferias
de frontera y contactándose con los propietarios de las tiendas comerciales de
las ciudades donde llevan directamente su mercadería. Sobre esto un comunario manifiesta:
Por aquí caminan los negociantes rescatistas con su auto, ellos traen algunas cosas,
como ropas, arroz, azúcar, sardinas, jabones y otras cosas, ellos de repente hacen
llegar al pueblo los productos para ofrecernos y nosotros compramos, nosotros generalmente compramos de ellos, porque ir a Tambo Quemado es lejos, peor viajar
hasta Patacamaya, nos cuesta salir al camino Tambo Quemado para viajar, a veces
no hay movilidad. (Conversación con un comunario, noviembre de 2012).
Según opinan los pobladores de Charaña, en estos últimos años los rescatistas han aumentado, porque los “contrabandistas hormiga” tratan de vender rápidamente la mercadería acumulada a los rescatistas, por temor a los
operativos de control y evitar pérdidas. Algunos comunarios comentan que
los rescatistas también hacen trueques; por ejemplo, dando bienes de consumo (sardinas, productos plásticos, ropa) a cambio de productos agropecuarios
como chuño, papa, tejidos, etc.
Los chuteros
La internación de vínculos de contrabando, es otro de los problemas que
afecta a la economía nacional y al patrimonio de los propietarios legales de
vehículos, puesto que evaden pagar impuestos por importación de bienes. Los
que se dedican a esta actividad son los llamado chuteros, debido a que son
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expertos en internar al país vehículos sin documentos y sin pagar tributos
aduaneros. Los chuteros comparten la esperanza de beneficiarse con alguna
amnistía que dicte el gobierno nacional, esto porque mediante un decreto supremo se ha permitido la nacionalización de los autos chutos14. El más reciente
fue decretado por el gobierno de Evo Morales, el año 2012. En la actualidad la
internación ilegal de los vehículos está prohibida, estableciéndose la sanción
de decomiso inmediato; no obstante, pese a estas restricciones, los contrabandistas siguen internando vehículos de segunda mano (usados). Este caso se
destapó recientemente con el sucedido en la localidad de Challapata15, donde
un operativo de control encontró centenares de vehículos indocumentados
de contrabando. Cuando los uniformados precintaron los garajes donde se
encontraban los autos chutos, los pobladores enfrentaron a los militares que
hacían el operativo, con palos, piedras y golpes, fue una batalla sangrienta
donde murieron dos presuntos contrabandistas16.
Debido a los controles, los chuteros abrieron nuevas rutas para internar motorizados usados; sobre esto, los pobladores de Tambo Quemado afirman que
los autos indocumentados cruzan la frontera altiplánica por diferentes lugares
y con rumbo a las diferentes departamentos del país. Por ejemplo, una de las
rutas que va desde la frontera con Chile (próximas a la localidad de Tambo
Quemado) hasta las poblaciones yungueñas del departamento de La Paz, pasa
por los caminos vecinales del municipio de Eucaliptus del departamento de
Oruro, la población de Konani sobre la carretera troncal La Paz-Oruro y la red
caminera que atraviesa la provincia Inquisivi.
Actualmente, los contrabandistas de autos indocumentados tienen como
mercados favoritos a las poblaciones aisladas del área rural del país, donde
14. Selaya (2009) hace notar que en nuestro país, desde que se promulgó la Ley General de Aduanas, el 28 de
julio de 1999, por lo menos se han aprobado más de nueve decretos de amnistía, los llamados “perdonazos”.
15. El 9 de octubre del año 2012 se puso en marcha en Challapata un operativo con el fin de desarticular
la red de chuteros; esta localidad se encuentra en la provincia Eduardo Avaroa del departamento de
Oruro. La población de Challapata es reconocida como una zona roja del contrabando, por lo que se
conoce como “capital de autos chutos”.
16. Recientemente (25 de enero de 2013), el tráfico de internación de vehículos indocumentados, ha
ocasionado incluso impases gubernamentales entre Bolivia y Chile, con motivo de la detención de tres
soldados bolivianos por los carabineros chilenos, estos solados justamente se pasaron al territorio chileno
por perseguir a contrabandistas de vehículos; pero fueron liberados (1° de marzo de 2013), después de
que el gobierno boliviano hizo mucha protesta.
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existe poco control aduanero y del Organismo Operativo de Tránsito (Policía
Boliviana). Según el reportaje de ERBOL17, los chuteros tienen demanda de autos chutos en el área rural. Para esto, los contrabandistas piden incluso a sus
eventuales compradores, contratar un chofer que conozca las rutas clandestinas para que el motorizado pueda llegar a su destino sin mucho riesgo de ser
decomisado; el precio por llevar un auto chuto oscilaría entre 100 a 200 dólares,
dependiendo de la distancia y los desvíos que se tenga que hacer. Asimismo,
una vez que los compradores adquieren un vehículo ilegal, lo que hacen es
“gemelear” los papeles sobre los documentos de otro vehículo legalmente importado; esto cuesta alrededor de 300 dólares.
Los vehículos “gemeleados” transitan generalmente en las poblaciones rurales que están distantes de las capitales de departamentos y municipios, porque a esos lugares los controles aduaneros y policiales no llegan con facilidad.
De manera que para los comunarios de esos lugares alejados y aislados es algo
normal tener una camioneta, un minibús o una moto sin papeles (chuto). Esos
motorizados chutos son utilizados por los comunarios para el uso familiar y
traslado de productos a las ferias locales.
4. Redes y modalidades de organización
El negocio del contrabando es controlado por grupos de personas que operan en la frontera; es decir, la actividad del contrabando entreteje redes en las
que involucran a diferentes actores que establecen relaciones y lazos informales. Las redes pueden estar formadas por miembros del entorno familiar, los
“clanes familiares”, o por personas que se dedican a la actividad del contrabando. Las relaciones familiares así como de amistad y vecindad juegan un rol
fundamental en la articulación de la actividad del contrabando, ya que permite
establecer circuitos de internación para evitar problemas y pérdidas durante
el traslado y la comercialización de mercaderías de contrabando. Estas redes
funcionan en base a ciertos códigos y normas de comportamiento y auxilio
mutuo; por ejemplo, si alguno de los miembros es capturado por el operativo
policial, es difícil que delate a los demás miembros de la red, porque hay una
regla que consiste en el “juramento del silencio”. Dentro de las sanciones para
los delatores está, por ejemplo, el castigo de la represalia que puede afectar
17. En El Diario, 13 de julio, 2012.
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incluso a los familiares (esposa, hijos, padres). Las relaciones entre grupos y
redes de contrabandistas son de carácter cordial, aunque no siempre están
exentas de ciertas fricciones, porque se crean enemistades ocasionadas principalmente por la competencia y disputa de los mercados.
Los contrabandistas van estableciendo relaciones basadas en valores de
solidaridad y confianza, tanto entre ellos como con el entorno compuesto por
vecinos y comunarios de las poblaciones y zonas de frontera. Estos valores
hacen que las relaciones de solidaridad y ayuda mutua sean duraderas y expansivas en el negocio de mercaderías de contrabando. Es decir, los contrabandistas consideran que es importante comprometer la confianza como algo
“sagrado”, entendido como la premisa que se halla expresada en la fidelidad
a ciertas normas, que es puesta en práctica para encubrir el “negocio oscuro”.
Asimismo, la red de lo ilícito llega incluso hasta las esferas burocráticas de las
entidades de control como de la Aduana Nacional o Policía Boliviana, donde
algunos funcionarios se convierten en aliados de los contrabandistas a cambio
de sobornos. La regla del “silencio” y cooperación mutua entre los contrabandistas se ha reforzado en últimos cinco años, debido a las políticas de lucha
contra los ilícitos, implantados recientemente por el gobierno nacional; por
ejemplo, la promulgación de la Ley N° 100 de Desarrollo y Seguridad de las
Fronteras (abril de 2011). Es más, los pobladores de las zonas fronterizas que
en algunos casos están implicados en las actividades ilícitas, ocultan información asumiendo una actitud de recelo respecto a personas extrañas y efectivos
de control; por el contrario alertan a los contrabandistas sobre la realización
de operativos.
Los contrabandistas se ayudan recíprocamente cuando enfrentan situaciones difíciles; por ejemplo, préstamos de dinero para pagar multas, cuando son
interceptados por los operativos del COA. Al respecto uno de informantes
afirma:
Nosotros sabemos que los contrabandistas se ayudan entre ellos, si algo pasa a sus
compañeros parece que rápido se auxilian. Yo he visto el año pasado plantarse un
carro por mi comunidad, hemos dicho que es de contrabando, pero rápido otro ha
venido a remplazar. Incluso dicen que hasta plata se prestan entre ellos cuando se
hacen faltar; por eso digo, los contrabandistas saben trabajar con el negocio (Entrevista a un comunario de Tambo Quemado, noviembre de 2012).
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Los contrabandistas además tienen la colaboración de las poblaciones de
las zonas fronterizas; por ejemplo, cuando son sorprendidos por los operativos aduaneros, piden ayuda a la población del entorno para defender sus
mercaderías, pero dicha ayuda es reconocida con retribución monetaria.
Por otra parte, las redes de contrabando incorporan en su estructura a
personas de sexo femenino, porque las mujeres sobre todo jóvenes, permiten realizar las tratativas con mayor facilidad con los agentes de control en la
Frontera. Las mujeres son reconocidas como aquellas que actúan con mayor
sensibilidad para entablar conversaciones con los policías del COA o con cualquier otra autoridad para hacer los arreglos (como la “coima”) y permitir el
paso de la mercadería de contrabando en los puestos de control fronterizo. En
el siguiente relato se puede apreciar cómo las mujeres están inmersas dentro
de la red organizada: “Los alias del ‘pan caliente’, el Yuri y la Vicky y la Rocío,
quienes tendrían vínculos con los COA. El destino de esa mercadería es La
Paz, pero en su recorrido no fue interceptada por los policías encargados del
control aduanero” (ANF, 3 de marzo, 2010).
Otra característica de las redes de contrabando es la adopción de algún
nombre para el grupo organizado, tratando de ostentar ciertas habilidades
delictivas; por ejemplo, en la población de Charaña se comenta que existen
grupos de contrabandistas, con apelativos como: “los cruza fronteras”, “los
fugitivos”, “los invasores”, entre otros.
La función ritual
Los contrabandistas tienen santos a los que rezan y encargan la protección
para transportar la mercadería de contrabando a las ciudades capitales del
país; por ejemplo, tendrían santos muy milagrosos, para burlar los puntos de
control fronterizo con tranquilidad y menos riesgo. Según las personas que conocen el negocio del contrabando18, los santos más conocidos son San Dimas y
Tata Sabaya, que reciben honores y libaciones por parte de los contrabandistas,
quienes piden protección y buena suerte. El santo San Dimas es considerado,
por ejemplo, como guardián de quienes incurren en actos ilícitos, adquiere
esa connotación porque San Dimas fue reconocido como un “buen ladrón”
que murió crucificado al lado de Jesucristo. Tata Sabaya es otro de los santos al
18. Los datos provienen de las conversaciones sostenidas en la localidad de Tambo Quemado, noviembre de 2012.
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que rezan los contrabandistas para dar seguridad a sus mercaderías de contrabando. Este santo está en el departamento de Oruro, al cual le rinden culto,
incluso se realizan fiestas en su honor.
Para que el comercio de mercadería de contrabando funcione con éxito y
puedan prosperar en el negocio, los contrabandistas acostumbran hacer ciertos ritos tradicionales, como la ofrenda de mesas rituales, las waxtas19 o las
ch’allas20, se convierten en prácticas recurrentes y casi sagradas, lo hacen cada
fin de mes, o en su caso antes de emprender el negocio. Son también aprovechadas las fechas festivas del año, como el año nuevo, el martes de Ch’alla de
los carnavales, San Juan o el mes de agosto. Sobre esto, un vecino de Charaña
señala lo siguiente:
Cuando yo era parte de ese negocio cada rato temblaba, decía que en algún momento me van a agarrar los policías. Para ese negocio hay que tener sangre fría
y mucho coraje, parece que yo no estoy para eso, por eso ahora como tengo mí
tiendita aquí estoy más tranquilo. Éramos varios, porque solo no hay caso; dicen
que ese negocio está relacionado con los diablos, entonces teníamos que hacernos
pasar las misas (ofrenda ritual) con un yatiri (persona entendida en rituales), todo
ello para que nos vaya bien. Es cuestión de fe; otros incluso tienen el santo calavera
para que no les pesquen. (Conversación con un vecino de Charaña, noviembre
de 2012).
Asimismo, algunos contrabandistas tienen sus ñatitas (cráneos humanos o
calaveras) para rendirle honores y pedir protección en el cometido del contrabando. Las ñatitas están en el domicilio del principal cabecilla de la red o en un
lugar estratégico; los miembros de la red ponen en su alrededor muchas flores,
frutas, agua y comidas, también les ofrecen hojas de coca, prenden constantemente las velas y hacen fumar cigarrillos, porque se cree que con el humo se
van las desgracias, las enfermedades y los males. Cuando el cráneo pertenece
a un joven, los contrabandistas le vesten a la moda, poniéndole lentes, gorras
modernas, dientes de oro, etc. Se sabe también que las ñatitas pueden ser lle-
19. La waxt’a hace referencia al “pago de ofrendas” que se hace en nombre de los espíritus tutelares para pedir
protección en el logro de un propósito, o bien para dar agradecimiento por el objetivo logrado.
20. La ch’alla consiste en hacer libaciones a la pachamama (madre tierra) o achachilas (cerros o lugares sagrados) con
bebidas de licor, pidiendo a los seres sobrenaturales la bendición material y el bienestar familiar.
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vadas como acompañantes en los viajes, ya que hay la creencia de que con sus
fuerzas espirituales ayudan a despistar a los agentes del COA.
Esta práctica es parte de la tradición de muchos contrabandistas que consideran como una especie de seres protectores que estarían dotadas de poderes y fuerzas ocultas para ahuyentar la mala suerte en el negocio; incluso se
cree que las calaveras los ayudan en los juicios por reclamo de devolución de
mercadería incautada. Cuando el negocio de contrabando se realiza con éxito,
los contrabandistas celebran con comida, bebida, música y baile en honor a la
ñatita, como una forma de agradecimiento por las ganancias alcanzadas.
Los contrabandistas sienten la necesidad de estar protegidos por alguien en el
mundo de la ilegalidad. Un aspecto que se resalta en este tipo de prácticas, es la
relación entre lo moderno y lo tradicional, ya que muchas prácticas ancestrales
son refuncionalizadas en el negocio del capitalismo salvaje de la ilegalidad.
Los loros
Los contrabandistas utilizan en sus actividades ilícitas mecanismos cada
vez más innovados, para sortear el control aduanero y evitar pérdidas económicas. Si bien antes el contrabando se hacía a pleno luz del día, cuando la
complicidad de los agentes de control aduanero era algo normal, hoy en día,
esta actividad está pasando a ser un negocio más clandestino y secreto, debido
a la frecuencia de los operativos de control estatal a través de los Comandos
Conjuntos de la Fuerzas Armadas; por tanto, los contrabandistas han reinventado sus modos de operación para cruzar la frontera, abriendo nuevas rutas y
estableciendo formas de alerta temprana. A continuación se presentan algunos
de los métodos utilizados por los contrabandistas en la frontera occidental, los
mismos que se activan para burlar los controles o transar con los efectivos o
funcionarios de control.
Los loros son personas que cumplen una función importante en el traslado
de la carga de contrabando, son una suerte de agentes de comunicación que
alertan al instante sobre la presencia de efectivos del COA o de la realización
de operativos de control. Estas personas utilizan diversos medios para comunicarse, como teléfono celular, radios de comunicación, reflectores de luz, GPS
y otros equipos para sortear los controles. En algunos casos utilizan dos vigilantes uno delante y otro atrás y, en otros, se alertan hasta con cuatro loros.
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Según los pobladores de Charaña, el desplazamiento de cuatro vigilantes
loros (uno adelante, otro atrás y dos de ambos lados) se está generalizando
desde hace cinco años, esto para evadir el riguroso control aduanero y las medidas de seguridad fronteriza que se vienen implementando. En este caso, el
vehículo que transporta el cargamento recibe comunicación de los loros ante la
sospecha de algún operativo en el camino, para que el camión tome otro rumbo o, en su caso, se detenga. Según comentan algunos comunarios, los loros
suelen transportarse en motos y andan armados, muchas veces se hacen pasar
por viajeros o turistas cuando son interceptados por los efectivos de control o
las autoridades locales.
Los contrabandistas se dan modos para evadir los puntos de control o los
operativos, pues en la actualidad el transporte de mercaderías se hace generalmente a altas horas de la noche o de madrugada. Los espacios fronterizos
despoblados son aprovechados para circular y establecer rutas alternas. Los
camiones que transportan el cargamento de contrabando pasan desapercibidos por las poblaciones, pues se desplazan con las luces apagadas. Además,
el loro aleta al conductor del camión sobre la presencia de patrullas de control,
para que se desvíen del camino o se oculten en lugares de difícil acceso. Es
más, se sabe que los loros pueden movilizar incluso a los vecinos y comunarios
del lugar, cuando el camión de contrabando es interceptado por el operativo
aduanero. Los comunarios suelen ser activos cuando reciben algún beneficio
directo de los contrabandistas; por ejemplo, hay gente que vive alquilando
depósitos a los contrabandistas, ofreciendo además sus servicios como cargadores o vigilantes, por lo que les parece legítimo defender el negocio del
contrabando.
5. El contrabando y la comunidad
Las poblaciones de la frontera son presas de la economía del contrabando,
tal es así que los comunarios y vecinos se insertan en las actividades ilícitas
para captar algunos ingresos monetarios, dado que la mayor parte de la gente
que vive en la zona fronteriza es pobre. De hecho, estas poblaciones han estado abandonadas por las entidades estatales y los gobiernos de turno, entonces, ellos buscaron determinados modos de sobrevivencia, como el comercio
informal. Así, algunas personas han acumulado dividendos hasta convertirse
en familias potentadas del lugar.
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En este sentido, podemos afirmar que existen personas que se dedican a la
actividad informal por necesidad, como el “contrabando hormiga” considerado como una fuente laboral. Sin embargo, existen personas que se insertan
en la actividad ilícita con el fin de obtener fabulosas ganancias económicas en
poco tiempo y con menor esfuerzo. Luego presumen haber alcanzado la prosperidad socioeconómica con viveza y sagacidad en tiempo record, haciendo
entender que los que trabajan sacrificadamente por muchos años sin tener
logros no saben nada del “mundo de los negocios”.
Los comunarios que incursionan en el contrabando cambian de actividad
económica, dejando muchas veces el rubro de la agricultura y ganadería, otros
migran a las ciudades capitales, donde adquieren bienes materiales (casas,
tiendas, vehículos). Pero también hay gente que se vincula momentáneamente con el contrabando a fin de satisfacer algunas necesidades urgentes. Los
contrabandistas exitosos intentan ser vistos como personas prestigiosas, exhibiendo su poder económico en las poblaciones de donde proceden; fundan
nuevas fraternidades folclóricas –generalmente morenada–, pasan preste de
algún patrono del pueblo, contratan orquestas de mayor fama y compran cerveza por cajas para compartir con los parientes y paisanos; esto ocurre por
ejemplo, en las fiestas patronales de Charaña, Desaguadero o Puerto Acosta,
que son capitales de municipios fronterizos.
Además, esta imagen de ostentación económica, hace que algunos comunarios también intenten insertarse en la actividad del contrabando, con la esperanza de lograr algún beneficio. Los comunarios encuentran diferentes formar
para incursionar en el negocio del contrabando, porque la situación de pobreza y la escasez de empleo en las poblaciones fronterizas obligan a la gente a
ingresar a actividades ilícitas, cumpliendo muchas veces tareas de bajo rango,
como loros, cargadores o pilotos21. Pero esto les permite adquirir experiencia y
habilidades en la compra mercaderías y la internación del cargamento al país,
por ejemplo, sobornando a los agentes del COA; y así empezar un negocio
propio. Pero no todos los que se ingresan en esta actividad llegan a convertirse
en propietarios de mercadería, sólo algunos llegan a prosperar exitosamente.
Asimismo, los contrabandistas establecen vínculos de compadrazgo con
los vecinos y comunarios de las poblaciones fronterizas, apadrinando bau21. Se denomina “piloto” a la persona que transporta la mercadería en camión.
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tizos, rutuchas22, matrimonios, graduaciones o licenciamientos de cuartel; de
esta forma se establecen los lazos de amistad y confianza entre personas que
se dedican a la actividad ilegal. Mediante el compadrazgo se convierte a una
persona “extraña” en parte de la familia y la comunidad; al respecto un informante afirma:
Algunos tienen sus compadres de otro lado, mi tío por ejemplo ha hecho bautizar
su hijo con un chileno y ha tomado amistad con él; ese chileno siempre venía antes
trayendo pasankallas y pitas para ganado. Pero después, poco a poco ha ido creciendo, ahora viene con su auto, siempre viene a visitar a mi tío, se aloja normal
ahí, y su ahijado que ahora ya es joven se lo ha llevado a La Paz, dice que vende en
una galería de Uyustos [calle Uyustos de la ciudad de La Paz]. (Conversación con
un comunario de Charaña, noviembre de 2012).
Las relaciones de compadrazgo ganan mayor importancia cuando ambas
partes necesitan de ayuda mutua. Por un lado, el padrino puede facilitar contactos a los familiares del ahijado con el negocio del contrabando, permitiendo
una inclusión o facilitando el negocio. Por otro lado, el padrino puede necesitar del favor de los familiares del ahijado, para dejar temporalmente la mercadería de contrabando en la casa del compadre, cuando se realizan operativos
de control. Por tanto, los contrabandistas tratan de ampliar sus relaciones de
compadrazgo y amistad en las poblaciones de frontera.
Algunas poblaciones fronerizas están fuertemente organizadas, rebasan el
control estatal, a tal punto que la Aduana Nacional no puede realizar un control efectivo por la agresividad que muestran los pobladores. De hecho, las
bandas que se dedican al negocio del contrabando están bien organizadas,
tienen vigilantes y horarios de recorrido para eludir los controles del COA.
El nexo entre comunarios, vecinos y contrabandistas se hace muy visible en
algunos lugares como Escoma: “El chofer de uno de los camiones con mercadería ilegal, detenido por la Policía, fue a avisar a los pobladores de Escoma
(La Paz) de la presencia policial. La gente salió de sus casas y comenzó a atacar
a los efectivos que iniciaban una segunda fase del Plan Ciclón, que tenía como
objetivo atacar al contrabando. Dos policías resultaron gravemente heridos, la
22. La rutucha es el primer corte de cabello que se hace a un bebé, y este corte lo hace el padrino y la madrina,
donde concurren también los familiares e invitados, quienes igualmente tienen que cortar un mechón de cabello, pero
poniendo en la mesa un regalo en dinero o ropa.
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gente los echó a un barranco”. (El País, 12 de octubre de 2012). Estos hechos
muestran cómo el contrabando llega a ser protegido por los propios comunarios de la frontera, quienes desafían a las entidades de control fronterizo que
hacen esfuerzos para sentar presencia estatal en lugares considerados como
“tierra de nadie”.
6. Los riesgos del contrabando
La presencia de los contrabandistas es cada vez más peligrosa para la seguridad de las poblaciones fronterizas, porque aquellos portan armas de fuego
para enfrentar a los efectivos de control y usan aparatos sofisticados para alertar sobre la realización de operativos. Este hecho crea temor en la población
fronteriza, porque la gente se siente cada vez más insegura; incluso se sabe
que los comunarios son objeto de represalias cuando denuncian. Entonces,
por temor a la venganza, muchos prefieren callar las actividades ilícitas que se
realizan en las fronteras; sobre esto, un comunario manifiesta:
Ahora los contrabandistas y los narcotraficantes caminan armados, ya no son como
antes, da mucho miedo, nos preocupa bastante a quienes nada tenemos que ver en
ese tipo de negocio. Antes los autos ambulaban casi de día, ahora nosotros vemos
que ellos caminan mayormente de noche, aunque ya no se ve seguido, pero en las
pampas escuchamos sonidos y vemos luces que prenden y apagan. En los caminos
a veces caminan gente que no conocemos, autos extraños, pero por miedo no decimos nada. (Conversación con un comunario de Charaña, noviembre de 2012).
Los comunarios y vecinos que viven en frontera están expuestos a permanentes riesgos, porque el crimen organizado tiene nexos con la actividad del
contrabando. Además, las poblaciones fronterizas son lugares por donde cruzan las bandas de delincuentes de un país a otro. Asimismo, las organizaciones sociales se sienten afectadas en su imagen por las actividades ilícitas que
campean en las zonas fronterizas, toda vez que las poblaciones fronterizas son
vistas como territorios de la actividad delincuencial. Según los dirigentes comunales de Tambo Quemado, algunas veces son tildados de “delincuentes”,
encubridores de contrabandistas, por el hecho de que hay bastante movimiento de contrabandistas por el lugar.
Asimismo, el contrabando provoca la aparición de grupos de asaltantes y
“volteadores” que atracan a los contrabandistas en los caminos alternos. Los
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comunarios de Charaña indican que hay robos a los contrabandistas, donde se
utilizan diferentes tácticas de “volteo”, una de ellas consiste en esperar en el
camino a los camiones con carga y subirse a él y pasar rápidamente una parte
de la mercadería a la camioneta que sigue por detrás. Estos hechos suceden
en la oscuridad con los camiones de contrabando que acostumbran circular en
horarios nocturnos, con luces apagadas. Los ladrones también pueden interceptar a los camiones, incluso haciéndose pasar como efectivos del COA, esto
con el fin de extorsionar y obligar a pagar un soborno. Según los comunarios,
por las noches camina gente desconocida por los caminos donde los contrabandistas toman ruta, lo cual les preocupa porque sus bienes y ganado (ovino,
vacuno) están expuestos a robos. Sin embargo, las entidades públicas de control se ocupan más del contrabando, dejando de lado otros daños colaterales
que ocasiona a las poblaciones fronterizas.
Una autoridad municipal de Tambo Quemado señala que es difícil hacer
entender a la gente que el contrabando es una actividad ilícita y perjudicial,
ya que los mismos pobladores están implicados en esta actividad; la autoridad
afirma lo siguiente:
Hay que trabajar intensamente para que la gente de verdad entienda que el contrabando nos afecta a todos y es malo, porque ahora tal como estamos mucha gente no
se atreve a denunciar, cuando observa camiones o gente operando en el contrabando sólo mira y nada más, si es que le regalan unos cuantos pesos eso es suficiente
para guardar en silencio. Sería bueno logar que la gente ayude en controlar, con
las comunidades debe existir una coordinación con la autoridades policiales para
arrebatar a los contrabandistas (Conversación con una autoridad municipal en
Tambo Quemado, noviembre de 2012).
Dicho de otro modo, el contrabando se ha convertido en una amenaza constante para las poblaciones fronterizas y la propia seguridad del Estado, porque van surgiendo grupos delictivos y redes de actividad ilícita. Por ejemplo,
los narcotraficantes utilizan comúnmente a personas de escasos recursos y de
poco conocimiento para transportar droga, luego estas personas son detenidas
y encerradas.
Por otro lado, la falta de oportunidades de empleo alternativo en las zonas
fronterizas hace que la gente se incline a enrolarse en actividades ilícitas o
directamente optan por migrar hacia las ciudades u otras regiones del país,
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sobre todo los jóvenes; hace que los municipios fronterizos vayan quedando
despoblados. Es decir, la situación de las poblaciones fronterizas se torna cada
vez más difícil, toda vez que las actividades ilícitas proliferan, las bandas mafiosas crecen y el uso de armas de fuego es más frecuente.
A modo de conclusión
En las zonas fronterizas, el contrabando de mercaderías sigue siendo un
problema complejo y difícil de erradicar. Este fenómeno ilegal afecta negativamente a la expansión y crecimiento del aparato productivo, perjudicando
al sector empresarial y el comercio formal, porque repercuten en los precios
de productos nacionales. Es más, la ciudadanía se inclina a comprar productos de contrabando; por ejemplo, la gente prefiere adquirir mercadería barata sin importar la emisión de factura, sobre todo las familias que viven en
situación de pobreza. Tampoco se valoran los productos nacionales, entendiendo que lo importado es siempre mejor; por ejemplo, los sectores medios
de la sociedad demandan ropa de marca internacional, en busca de la ansiada
distinción social.
Los contrabandistas tienen toda una organización a partir del establecimiento de redes delictivas, dado que no operan solos sino en grupos organizados, donde las relaciones de confianza y solidaridad son fundamentales.
Además, estos grupos, a veces actúan en complicidad con algunos efectivos y
funcionarios de las entidades de control fronterizo como la Aduana Nacional;
incluso pueden sobornar a jueces, cuando sus mercaderías de contrabando
son incautadas.
Pero también la falta de empleos y los bajos ingresos económicos, hacen
que los pobladores de frontera se envuelvan en actividades ilícitas del contrabando en busca de captar recursos, como ocurre con el “contrabando hormiga”, donde las familias empobrecidas han encontrado un modo de sobrevivencia, haciendo pasar la mercadería ilegal de un lado a otro. Las personas
que se dedican al contrabando, inventan mecanismos para burlar el control
fronterizo; por ejemplo, los niños mochileros, las mujeres carga guaguas o rescatistas que sacan combustible hacia los países vecinos (Chile o Perú). En
cambio, para los contrabandistas que mueven bastante dinero, el contrabando es un negocio lucrativo que les permite obtener cuantiosas ganancias de la
noche a la mañana.
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Ante la proliferación del contrabando, el surgimiento de grupos delictivos
y el uso cada vez más frecuente de armas de fuego en las fronteras, los pobladores exigen mayor seguridad y presencia de efectivos militares y policiales.
Así, en los últimos cinco o tres años, el gobierno de Evo Morales ha implementado una política de frontera para sentar presencia estatal y promover el desarrollo en los territorios fronterizos a partir de la constitución de la Agencia
para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF), que
coordina la ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo y seguridad en las regiones fronterizas.
Como sugerencia podemos señalar que el combate para eliminar el contrabando comprende una tarea de todos, que debe ser encarado con la participación del Estado y la sociedad. La Aduana Nacional necesita apoyo del sector
empresarial, de las instituciones y sobre todo de la ciudadanía de a pie para
luchar de manera efectiva contra el contrabando. El rol de control social parece ser primordial en este proceso, porque puede contribuir en la vigilancia y
denuncia de actividades ilícitas que se desarrollan en las fronteras.
Es necesario promover una cultura de honestidad y transparencia en las
sociedades locales fronterizas, en la perspectiva de generar una economía formal; la gente debe entender y asumir que el contrabando es un delito que tiene
efectos negativos y hace daño al conjunto de la población boliviana.
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ANEXOS
FRONTERA DE BOLIVIA
BRASIL
Cobija
PANDO
BENI
PERÚ
Trinidad
LA PAZ
SANTA CRUZ
La Paz
COCHABAMBA
Oruro
Cochabamba
ORURO
Santa Cruz
Sucre
Potosí
POTOSÍ
CHUQUISACA
Tarija
TARIJA
PARAGUAY
CHILE
ARGENTINA
Fuente: Atlas de Bolivia
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PRINCIPALES RUTAS DE CONTRABANDO EN BOLIVIA
BRASIL
PANDO
Guayaramerín
Cobija
BENI
PERÚ
Puerto Acosta
Desaguadero
LA PAZ
Kasani
SANTA CRUZ
COCHABAMBA
Charaña
San Matías
Tambo Quemado
ORURO
Puerto Suárez
Pisiga
CHUQUISACA
POTOSÍ
Villazón
TARIJA
Yacuiba
Bermejo
CHILE
ARGENTINA
Fuente: Elaboración en base a los datos de El Diario.
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PARAGUAY
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FOTOGRAFIAS
Los agentes policiales controlan el paso de vehículos en Tambo Quemado.
Ñatitas (calaveras de cráneos humanos), se cree que ayudan en el negocio del contrabando
(Foto, La Razón).
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“Contrabando hormiga” (Foto: Periódico El Día).
Ingreso ilegal de autos chutos por la frontera con Chile.
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Ruta de Patacamaya a Tambo Quemado.
Vista panorámica de la población fronteriza de Charaña.
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Un acercamiento multi-nivel al manejo
forestal comunitario en el norte amazónico
boliviano
Mario Zenteno Claros*
Resumen
El presente artículo recoge parte de los resultados y conclusiones de una investigación doctoral en el contexto del eco tipo del Norte Amazónico Boliviano. Se ha utilizado el marco de los medios de vida sostenibles y el análisis del
marco de desarrollo institucional de sistemas complejos y los conceptos de
los sistemas socio-ecológicos, para comprender la función del manejo forestal
comunitario en el Norte Amazónico Boliviano. En este trabajo se discuten las
implicancias y necesidades de desarrollo sobre el manejo forestal comunitario
en la región amazónica. Los resultados de la investigación indican que los
análisis a nivel de los aspectos de sostenibilidad son relevantes en procesos de
formación de políticas regionales, así como en el caso de programas fronterizos. El manejo forestal comunitario aporta al desarrollo de los medios de vida,
sin embargo, existen aspectos clave para el manejo de la sostenibilidad como
ser el desarrollo de redes de mercadeo de productos forestales y las estrategias
de vida en las comunidades. El estudio sugiere nuevas áreas de investigación
que deben ser atendidas por las políticas forestales y sociales en las regiones
fronterizas.
Palabras clave: recursos forestales, manejo forestal, comunidad, Pando.
Introducción
El manejo forestal comunitario (MFC) está recibiendo mucha atención de
las agencias de desarrollo y los países como una estrategia para lograr la conservación de los bosques tropicales y mejorar el bienestar de los habitantes del
bosque (Bray, 2003; de Camino, 1999; Pokorny y Johnson, 2008; Sunderlin et
* Candidato a Doctor, Universidad de Utrecht (Holanda), trabaja en temas de manejo forestal y desarrollo
sustentable. Correo electrónico: [email protected]
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al., 2008). En la actualidad, casi el 11% de los bosques del mundo y 22% en los
países con bosques tropicales, está en manos de las comunidades forestales
(White y Martin, 2002; Charnley y Poe, 2007). Esta tendencia de cambio de
derechos de propiedad de los bosques es el resultado del reconocimiento a los
derechos de propiedad forestal a grupos de usuarios locales, mayormente de
orden colectivo. Este es un proceso que aun está en curso (Baland y Platteau,
1999; Charnley y Poe, de 2007; Banana et al, 2007). El papel de la Forestería comunitaria es un nuevo paradigma para la gestión forestal, que hace necesaria
una evaluación de sus incertidumbres, retos y resultados relacionados (Mehta
et al, 1999; Barry y Taylor, 2007; Ostrom, 2009). Para entender cómo afecta a los
medios de subsistencia y zonas forestales fronterizas y nacionales, es necesario el conocimiento de las formas de manejo, y que sean la base en el diseño e
implementación de políticas de desarrollo a nivel regional y nacional.
El MFC se puede entender como una nueva forma de gobernanza forestal
a nivel local o regional (Lise, 2000; Cronkleton et al, 2011; Larson y Petkova,
2011). Las regiones de gestión forestal están caracterizadas especialmente en
las áreas más fronterizas de los países en vías de desarrollo (de Jong, 2009).
El posicionar al MFC en este ámbito es a veces complejo. Por un lado, se reconoce que la población local ha utilizado y manejado los bosques por muchas décadas, a veces centurias, tales como las naciones indígenas originarias
(Wiersum, 1997; Sheppard y Meitner, 2005). Por otro lado, hay una urgencia
de incorporar MFC en el marco de los regímenes nacionales e internacionales
de manejo de los bosques; en este caso, el MFC tiene que cumplir con varias
exigencias regulatorias (Pokorny, 2008). Por cuanto, la transferencia formal de
los derechos de propiedad a las comunidades y la conformación de los órganos comunales de organización requiere de una amalgama de viejas y nuevas
formas de manejo forestal en las comunidades (Pacheco, 2005; Molnar et al,
2007; De Jong, 2009). Estos procesos imponen muchos retos para lograr un
éxito del MFC (Dietz et al, 2003; Ostrom, 2007; Sabogal et al, 2008.). De manera
que, se plantean preguntas: ¿cómo puede el contexto local, regional o nacional
influir en las comunidades y sus medios de vida, de tal manera que los objetivos de conservación y desarrollo se cumplan? ¿Son los efectos de las acciones
de la política forestal y otros, relacionados con las identidades sociales (comunidades), y; ¿cómo las organizaciones locales evolucionan y se adaptan a los
cambios de los entornos sociales y ambientales?
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El presente artículo recoge los resultados y conclusiones de una investigación doctoral en el contexto del eco tipo del Norte Amazónico Boliviano. Para
esto se ha utilizado el marco de los medios de vida sostenibles y el análisis del
marco de desarrollo institucional de sistemas complejos (Dietz et al, 2003; Ostrom, 2007) y los conceptos de los sistemas socio-ecológicos (Berkes et al., 2003),
para comprender la función del MFC en el Norte Amazónico Boliviano.
En primer lugar, se evaluaron las fuentes de ingresos de los hogares en la
región cuantificando su grado de dependencia al bosque. En segundo lugar, a
nivel de las comunidades, se indagó los factores internos y externos que determinan el éxito del MFC. Por último, a nivel de la región, el análisis se centró
en cómo los grandes cambios en el entorno político y económico influyeron
sobre las estrategias de adaptación en las comunidades y los medios de vida,
durante los últimos 12 años (1997 – 2009). Son estos tres niveles de estudio que
se discuten en el trabajo, viendo las implicancias y necesidades de desarrollo
sobre el MFC en la región.
1. Las estrategias de subsistencia en la Amazonía boliviana del Norte
Mediante la cuantificación de los ingresos familiares, se identificaron las
estrategias de subsistencia y se relacionaron éstas con los activos de medios
de subsistencia (Scoones, 1999). Los estudios anteriores sobre estas relaciones,
han utilizado principalmente los ingresos totales de los hogares, vinculando
directamente con la dependencia del bosque y el uso de recursos (Escobal y
Aldana, 2003; Cavendish, 2003; Vosti et al. 2003). Sin embargo, en familias
inmersas en un contexto comunal, parte de comportamiento económico es influida por las características socioeconómicas, como por ejemplo las relaciones
sociales, familiares, las experiencias de manejo de los recursos y el nivel de
educación de sus miembros.
Se entrevistaron a 308 familias de 16 comunidades del Norte Amazónico
Boliviano (ver figura 1), pero en el análisis se incluyeron sólo los 239 hogares
que reportaron que vivían por lo menos 10 meses al año en la comunidad. Se
trataba de rastrear las actividades anuales y de temporada, y por lo tanto, se
hizo tres entrevistas a cada hogar.
Se evaluaron los ingresos forestales procedentes de fuentes comerciales y
de subsistencia durante un período de 12 meses (septiembre 2008 - agosto
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2009), utilizando cuestionarios desarrollados por la Red de Pobreza y Medio
Ambiente de CIFOR23. Se han llevado a cabo tres rondas de entrevistas en
septiembre de 2008, febrero de 2009 y julio de 2009, una ronda menos de lo recomendado por Cavendish (2003) para este método, ya que en las actividades
de extracción forestal de la región se concentran durante una larga temporada
de lluvias (de octubre a marzo), mientras que la mayoría de las actividades
agrícolas se llevan a cabo entre abril y agosto (Henkemans, 2001).
FIGURA 1. NORTE BOLIVIANO AMAZÓNICO
Nota: Los números y las áreas negras son la ubicación de las 16 comunidades incluidas en el estudio. Las
superficies grises demarcan las áreas jurídicas de derecho a las comunidades hasta 2007, los puntos son
los poblados de las comunidades.
Los resultados a nivel de los medios de vida familiar, muestran que los ingresos totales de las familias tienen mucha relación con los ingresos “en efectivo” provenientes de la explotación de los productos forestales no maderables
(PFNM) en la región, que corresponden a activos naturales muy importantes
para el conjunto de las familias, especialmente la castaña. Mientras los ingresos de otros recursos como los provenientes de la explotación agrícola y la madera se asocian con los niveles de activos humanos, es decir, el grado de educación y experiencias de las familias. Esto sugiere que cuando en los entornos se
23. http://www.cifor.cgiar.org/pen/_ref / tools / index.htm
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tiene una cartera de pocos productos, existen múltiples estrategias para el uso
de los recursos. Estos resultados contrastan con otros trabajos (Belcher et al.,
2005; Vedeld et al, 2007; Angelsen et al, 2011) que indican que sólo uno o dos
tipos de estrategias son dominantes cuando existe una alta dependencia de
productos forestales, y/o cuando las fuentes ingreso forestales aportan considerablemente a la economía familiar. Los resultados muestran que los medios
de vida locales no constituyen una simple función del grado de dependencia
de bosque o del nivel de los ingresos. Complementariamente y a veces con
mayor efecto, las diferencias entre los hogares en el plano social, los activos
económicos, humanos y físicos influyen en las estrategias de subsistencia.
El segundo resultado está en la relación de la heterogeneidad de las estrategias de vida y los activos de los medios de vida. Esta relación muestra
que la heterogeneidad no conduce necesariamente a grandes diferencias en
los ingresos totales de los hogares, que sin embargo, pueden ser una fuente en
la especialización del uso de recursos del bosque. Coomes et al (2004) encontraron patrones muy similares en los casos de las comunidades indígenas de la
Amazonía peruana. En ambos casos, las diferencias en las estrategias de vida
están relacionadas con el grado de especialización. Así, se comprueba que los
medios de vida sostenibles en las comunidades dependen del tipo de ingresos
y la diversificación de estrategias de vida.
Asimismo, la implementación de políticas de uso y manejo de los recursos naturales, deberán tener explícitamente en cuenta la variación en las estrategias de subsistencia. En consecuencia, deben considerarse los efectos de
las variaciones sobre el uso de los bosques a nivel comunitario en el tiempo,
mediante un seguimiento regional. Esto es determinante, cuando se aplican
políticas de desarrollo desde un contexto regional. El desarrollo de complejos productivos debe ser complementado por el seguimiento de las dinámicas
económicas.
2. Cómo medir el éxito de la gestión de los bosques de la comunidad
La determinación del éxito del MFC, hasta ahora, se considera como un
componente multidimensional, por cuanto los resultados del análisis en la
identificación los hacen altamente complejos (Pagdee, 2006; Ostrom, 2007;
Agrawal, 2012). Existen múltiples factores que influyen en el éxito del MFC,
los mismos que dependen de las relaciones de cada dimensión (Agrawal,
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2001,2007; Ostrom y Poteete, 2004), por ejemplo, mientras el éxito en lo social
está relacionado con el grado de equidad, en lo económico está relacionado
con el grado de generación de ingresos, en lo ecológico con la sostenibilidad
de la explotación; esto conlleva complicaciones metodológicas y conceptuales
en su medición (Renaud et al, 2010). Sin embargo, estas medidas del éxito del
MFC pueden vincularse a los factores que explican el éxito desde una perspectiva sistémica (Ostrom, 2009; Renaud et al, 2010). Consecuentemente, una
manera para superar los problemas metodológicos en cuanto a la identificación de las interrelaciones (económico-social-ecológico), consiste en tener un
enfoque cuantitativo en la medición del éxito del MFC.
Una de las importantes relaciones en el análisis de las medidas de éxito
de MFC, consiste en comprender los aspectos de la gestión formalizada y las
relaciones informales, siendo de la primera la implementación de los Planes
de Manejo Forestal (PMF) y la segunda en relación a la organización comunal
(tales como redes informales de explotación). El MFC implica el cumplimiento
de los procesos administrativos impuestos por el Régimen Forestal Boliviano
sobre el manejo del bosque24.
Nuestro análisis mostró que la presencia de líderes comunales con conocimiento y experiencia sobre la explotación de la madera, tiene una alta correlación positiva con la puesta en práctica del PMF. Otros investigadores han
identificado a los conocimientos y experiencias como factores importantes
que determinan si las comunidades son capaces de aplicar correctamente los
PMF (Biedenweg, 2009, Duchelle, 2009). Sin embargo, estos resultados deben
tomarse con cierta precaución porque existen riesgos como la corrupción individual o el uso inadecuado del bosque, toda vez que algunos miembros de
la comunidad se vinculan con otros participantes en la producción de madera
(Pellegrini y Dasgupta, 2009; Cano, 2012).
Los resultados del estudio muestran que las redes de pequeños grupos que
explotan y comercian la madera son un factor importante en el sector forestal
de Bolivia, lo que sugiere que las comunidades que planean la implementación de PMF deben desarrollar a la vez, capacidades para relacionarse con
estas redes. El sistema de gobernanza regional y nacional juega un rol deter24. Nota: el ámbito de análisis en este estudio considero el periodo 1996 – 2009, en la aplicación del
sistema de gestión de Planes de Manejo Forestal a nivel de comunidades.
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minante para que las comunidades logren los resultados esperados en el MFC.
Consecuentemente, es relevante incorporar el análisis de los procesos que llevan a los resultados del desarrollo organizacional en el tiempo (comunidades,
actores individuales y otros), por ejemplo, los acuerdos formales y no formales
con actores internos y externos.
Dentro del entendimiento de estos procesos, las comunidades del Norte
Amazónico de Bolivia que tienen éxito en la aplicación del MFC, emprendieron el monitoreo de los recursos de madera y castaña en forma independiente a los procesos formales. Esto sugiere que las comunidades son altamente
dependientes de los incentivos de ingresos de los recursos forestales (Stoian,
2000; Duchelle, 2009), porque el valor de los recursos constituye un incentivo
importante.
Un aspecto a resaltar es que no todos los factores de éxito apuntan en la
misma dirección. En Bolivia, mientras las comunidades cumplen con los procedimientos formales, pueden organizase adecuadamente para implementar
los PMF, adaptándose a los mercados de la madera y las exigencias de la gestión sostenible. Sin embargo, las comunidades han implementado procesos de
monitoreo independientes y redes sociales, como los grupos de explotación
(motosierristas y agentes externos). Se puede afirmar que en las experiencias
locales, tanto el cumplimiento de las normas como la explotación informal
pueden interpretarse como medidas de éxito de MFC. Es decir, la aplicación
formal de la legislación forestal no erosiona el conocimiento local de la gestión
forestal, como se ha sugerido en otros estudios (Medina and Pokorny, 2007;
Pacheco, 2012). Además, la aplicación de los PMF no limitaría a las comunidades para entrar en mercados de madera. Igualmente, se puede afirmar que
desarrollar un MFC con procesos formales e informales de gestión es posible,
aunque está sujeto a las expectativas de largo plazo.
3. La adaptación de las comunidades a los cambios
Es ampliamente conocido que los factores institucionales, socioeconómicos y sus cambios en el tiempo afectan a la administración comunal de los
bosques (Wiersum, 1997; Sabogal et al., 2008), sin embargo, existen ideas muy
diferentes sobre cómo esos cambios afectan a los sistemas productivos y la
utilización de los recursos (Homma, 1994; Assies, 1997; Stoian y Henkemans,
2000; Stoian, 2005), así como la sostenibilidad es considerada dependiente de
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la interacción de la sociedad y los ecosistemas (Christensen y Krogman, 2012).
Esto tiene una trascedente relación con el desarrollo del MFC, la legislación y
las políticas en el tiempo.
Para evaluar los cambios ocurridos en los últimos 12 años, se combinaron
los datos de Henkemans y Stoian en 1997 (Stoian, 2000; Stoian y Henkemans,
2000; Henkemans 2001), información que se obtuvo en 163 asentamientos en
el Norte Amazónico Boliviano. Sin embargo, la encuesta Stoian y Henkemans
se centró principalmente en las comunidades ubicadas junto a los ríos principales, y no tanto en las comunidades ubicadas en las zonas del este y norte
de la región. Las 85 comunidades incluidas en el estudio fueron distribuidas
geográficamente y representa el 32% de las comunidades oficialmente identificadas en el área de estudio (ver figura 2).
FIGURA 2. COMUNIDADES ANALIZADAS
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Considerando los resultados cualitativos y cuantitativos sobre los cambios
históricos y contemporáneos en las últimas décadas (desde los ‘90), los resultados del estudio sugieren que después del proceso de la devolución de
derechos (el proceso de saneamiento de tierras y la institucionalización del
régimen forestal), las comunidades en su conjunto no sólo han mejorado las
condiciones en la venta de sus productos, sino también se han generado nuevas condiciones sociales, económicas y productivas (Stoian, 2000; Pacheco,
2010; Cano, 2012).
Un resultado relevante es que las condiciones iniciales y oportunidades relacionadas con los recursos son relevantes en la evolución del MFC, debido
a su vulnerabilidad a los auges y caídas de las economías de los recursos no
maderables de la región (esto se remonta a la quina-quina, la goma, el palmito
y finalmente la castaña durante los últimos 150 años). Además, las condiciones iniciales de los recursos y oportunidades definen el grado de competencia
interna entre los miembros de la comunidad y la intensificación sobre el uso
de los recursos forestales en su conjunto. Todas estas variables, afectan directa
o indirectamente al ciclo agro-extractivo practicado por las comunidades del
Norte Amazónico de Bolivia, desde la base productiva ancestral, como sugirió
Assies (1997; 2002).
Debido a la dinámica de crecimiento de la población y el uso de los recursos,
el MFC se constituye en un nivel intermedio en las estrategias de adaptación a
las tendencias de regionales de cambios regionales y locales en la subsistencia
de la sociedad. Por tanto, los cambios ecológicos y económicos dominan la
evolución de las sociedades locales (comunidades).
Si las comunidades han de mantener sus propias capacidades de gobernanza (Cano, 2012), es necesario identificar las principales capacidades funcionales acordes a los aspectos económicos y ecológicos. En un escenario posible, se
evidencia la existencia de un desencadenamiento sobre la dinámica organizacional social, si la forma de manejo se mantiene con los parámetros actuales.
Consecuentemente, al explicar las actuales prácticas de uso de los recursos,
debe considerarse el grado de dependencia sobre las trayectorias de las dinámicas económicas y ecológicas en las comunidades, por ejemplo el número de
pobladores permanentes. Por esto, se puede concluir que el desarrollo y manejo de la resiliencia o adaptación del sistema dependen de un contexto regional,
es decir, desde la planificación macro regional o por eco tipos.
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Conclusiones y recomendaciones
En este estudio se aplicaron métodos cuantitativos y el análisis multivariado en particular, para contrastar la correlación entre variables claramente
relacionadas. Desde las potencialidades y limitaciones del estudio, el autor se
permite explicar las implicancias teóricas y prácticas que este estudio aporta
al desarrollo del MFC y la aplicación de políticas regionales:
• La dependencia que las familias tienen del bosque implica expectativas de largo plazo, ya que proporcionan a la población local los ingresos monetarios y no monetarios. Sin embargo, esta dependencia
está estrechamente determinada por las interacciones regionales de
orden social y de orden económico (en el sentido más amplio). Estas
influencias sociales regionales definen cómo las comunidades mantendrán sus relaciones con los sistemas productivos. Los cambios de
uso de los recursos (y la dependencia de recursos) puede no ser necesariamente el resultado de la formalización de los derechos de uso
de los recursos a nivel comunal (por la dotación de tierras), ni de un
análisis costo-beneficio racional o un sistema de aplicación bien desarrollado de Reglas a nivel regional (la determinación de normativas),
sino más bien, de la eficacia y el desarrollo de las nuevas formas del
uso de los recursos, tal es el caso del desarrollo de tecnologías aplicadas, la promoción de productos estratégicos. Por tanto, las políticas
de desarrollo deberán considerar explícitamente, el hecho de cómo
las nuevas formas sostenibles de uso de los bosques son dependientes de los factores de especialización en las familias y cómo los aspectos sociales (redes de comercio y otros) permiten a los medios de vida
sostenibles.
• La existencia de los ingresos comerciales de los bosques permite formas de especialización entre los habitantes de los bosques, que pueden afectar a cómo las organizaciones locales van a evolucionar. La
especialización y la formación de grupos locales es un proceso que
depende de la cartera de productos forestales. Esto es importante,
porque las carteras altamente diversificadas pueden limitar las oportunidades para la promoción de oportunidades a determinados grupos. Por otro lado, este es un proceso que implica amenazas a los gru50
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pos más desfavorecidos, en el largo plazo. Por lo tanto, las medidas
normativas para eventuales diferencias deben ser analizadas a través
del tiempo. Esto implica que las políticas regionales no sólo deben
comprender elementos de forma agregada, sino más bien un seguimiento en forma desagregada y secuencial en el tiempo.
• El concepto de la sostenibilidad en la dotación de los medios de vida
es adecuado para analizar los aspectos sociales y humanos de las estrategias de vida locales. Este concepto sin embargo es de carácter
normativo (responde a una política de desarrollo) porque se supone
que la dotación de los activos permite el mantenimiento de la diversidad (o especialización) de los medios de vida. Consecuentemente,
mediante el uso de este concepto se debe entender si los medios de
subsistencia locales se desarrollarán de acuerdo a los cambios sociales, económicos o ecológicos.
• El análisis de los contextos de la gobernanza forestal y sus cambios
son fundamentales para entender e intervenir en nombre del desarrollo comunitario y la gestión forestal. El aspecto organizativo de la
gestión comunal de los bosques es un aspecto importante para identificar y cuantificar la capacidad de gestión futura. El autor propone
utilizar la “teoría de las economías de transiciones al mercado” para
analizar los cambios en los regímenes de gobernanza forestal, como
base para determinar cómo los ajustes institucionales (por ejemplo,
los cambios en los derechos de propiedad) afectan a la gestión forestal de los diferentes actores (especialmente a las comunidades). Esto
implica un análisis de nivel meso del régimen forestal y sus implicaciones para la MFC.
• El enfoque del sistema social ecológico (SES) en la contextualización
de MFC es apropiado para entender cómo los patrones de varios de
los cambios afectan a las comunidades. Los conceptos de resiliencia y
adaptación son útiles para reflexionar sobre las capacidades comunitarias para adaptarse. Estos conceptos han mostrado que para entender cuan resilientes son los SES, es necesario incluir las características
regionales, como la inter-conexión y la interacción entre los diferentes
niveles de gobierno. Por lo tanto, es evidente que el análisis de la re51
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siliencia social, económica y ecológica tiene por lo menos tres niveles
de análisis: hogar, comunidad y región.
Conforme con las conclusiones, se pueden recomendar una serie de necesidades de investigación en la región de estudio, a saber:
El desarrollo de las redes locales en el uso de los recursos. Es importante
comprender el desarrollo y funcionamiento de las redes locales de actores,
incluidas en las comunidades y los complejos productivos del sector forestal.
Pues, se observa que estas redes están desarrollando la cadena de producción
de madera. Comprender la dinámica de estas redes es necesario para apoyar
MFC en el orden regional.
Los mercados para la conservación. La acción a desarrollar empresas forestales comunitarias es un proceso que implica la organización de la producción y el asegurar el suministro adecuado de necesidades financieras en estas
empresas. Diferentes modelos de estructuras organizativas se han intentado
en el Norte Amazónico Boliviano, por ejemplo, las cooperativas, empresas sociales y empresas conjuntas. En este proceso, las distintas formas de gestión
de los principales productos influyen en su rendimiento productivo y financiero. Este rendimiento también se ve influido por factores culturales y sociales, como la heterogeneidad y patronazgo que son factores que determinan su
éxito o fracaso.
Por otro lado, las políticas del sector forestal en los años ‘90 han promovido la producción a nivel de gran escala. La integración entre los ciclos de
producción, transformación y comercialización, tiene gran importancia para
los incentivos, que pueden prestarse para fortalecer la producción comunal
o prestación de servicios demandada por las comunidades, como la financiación, caminos, electricidad. Por ejemplo, la producción de castaña típicamente garantizada por créditos de corta duración que actualmente reciben
informalmente mediante habilito. La comprensión de estos modelos será de
alta prioridad en el momento de la implementación de mecanismos para la
conservación.
Modelización de los Sistemas Socio-Ecológicos (SES). En esta investigación se ha dado amplia evidencia de la importancia en el enfoque de SES. El
refinamiento de dichos elementos conceptuales es consistente con la com52
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prensión no sólo MFC, sino la sustentabilidad de las regiones fronterizas. La
capacidad de recuperación y adaptación a cambios institucionales se han
centrado principalmente en los conceptos de adaptación y aprendizaje, pero
es necesario entender la conectividad, redundancia y diversidad. Especialmente, se debe prestar atención a la coherencia de la gobernanza regional y
nacional de los bosques y otras tierras. Se propone pues, estudiar las interacciones de los procesos a nivel macro-meso-micro, esto permitirá especificar
modelos de SES.
La ecología de la explotación de la madera. La ecología de uso de los recursos naturales es decisiva en la gestión forestal. El régimen forestal de Bolivia
ha dado una gran cantidad de información sobre la explotación forestal (por
ejemplo, registros anuales de cortes ABT). Dicha información, sin embargo, es
muy criticada, arguyendo que no reflejar la realidad en el campo. No obstante,
la información representa las condiciones reales de los bosques, tanto cuantitativa como cualitativamente, por lo que debe ser considerada como un punto
de partida. Mientras las cuentas nacionales de Bolivia no informen sobre las
existencias de recursos forestales, no podemos evaluar la sostenibilidad de la
producción y el consumo de esos recursos. Este es un campo que también se
deben desarrollar para mejorar las actividades de conservación.
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Seguridad en las fronteras
Carlo Picolomini Rojas*
Resumen
El presente artículo trata sobre la función que cumple el Ejército en las alejadas regiones fronterizas del país, porque al ser una institución fundamental
encargada de la seguridad, defensa y desarrollo del Estado boliviano, tiene
presencia en todos y cada uno de los rincones patrios, a donde lleva de algún modo educación, desarrollo, salud y principalmente identidad nacional
en esos ámbitos donde la influencia del país vecino se da en la vida diaria. Las
FF.AA. se han adecuado rápidamente al cambio sociopolítico que está viviendo Bolivia, cumpliendo misiones importantes, como formar ciudadanos en el
campo militar con el Servicio Militar Obligatorio, atender las necesidades de
educación y salud de la población, mejorar los servicios básicos, auxiliar a los
damnificados por desastres naturales y proteger los recursos naturales. Así, se
han elaborado políticas, estrategias y programas para llevar a cabo los trabajos
de mejoramiento de las condiciones de vida en las poblaciones de frontera.
Palabras clave: frontera, control, seguridad, Fuerzas Armadas.
Introducción
El Ejército para cumplir con su misión fundamental de preservar la seguridad, defensa y desarrollo nacional impuesta por la Constitución Política del
Estado Plurinacional, trabaja para lograr la integración entre todas las regiones del país. Las regiones tienen áreas urbanas y rurales, donde la presencia
de las Fuerzas Armadas es importante para sentar la soberanía del Estado a
través de sus Unidades de Frontera.
* Cnl. DAEN y Jefe de la División de Programas de Postgrado (DIPP-ECEM). Correo Electrónico:
[email protected].
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El papel del Ejército en las fronteras es muy importante, pues constituye un
elemento integrador en la actualidad, insuflando el sentimiento cívico patriótico e impulso de desarrollo a estas regiones alejadas.
Bajo el concepto de la defensa del territorio patrio, se trata de garantizar
la seguridad y protección del Estado de la mejor manera posible, pese a los
exiguos medios humanos, materiales y técnicos disponibles, cumpliendo las
misiones que le asigna la Constitución Política del Estado.
1. El trabajo de las Fuerzas Armadas en el control fronterizo
En términos de antecedentes, el año 1991 el Ministerio de Defensa Nacional promulgó las bases para un Plan Tutelar de Fronteras, como un esfuerzo
inicial para encarar la problemática de la débil presencia estatal en las fronteras. Porque las Fuerzas Armadas tienen sus responsabilidades claramente
establecidas en la Constitución Política del Estado (Art. 244), cuando expresa que “…las FF.AA. tienen por misión fundamental defender y conservar la
independencia, seguridad del Estado, la soberanía del país y cooperar en el
desarrollo integral del país”; lo que establece la responsabilidad de garantizar
la seguridad y protección de las fronteras25.
En el anteproyecto de la Ley Orgánica de las FF.AA. del Estado Plurinacional de Bolivia, título I, Cap II Seguridad y Defensa del Estado, Art. 1, se indica
que la seguridad y defensa del Estado es como un bien público multidimensional y multisectorial, que debe ser generada por el conjunto de leyes y organismos, con el objeto de proteger y garantizar su existencia contra todo riesgo,
peligro, amenaza y daño, mediante la acción permanente de todas las fuerzas
morales y materiales del Estado boliviano para prevenir, enfrentar o neutralizar cualquier amenaza, conflicto u oposición de origen interno o externo que
afecte o pueda afectar los intereses vitales del Estado26.
En el mismo anteproyecto, el Cap. III, Art. 13, referido a la Misión Constitucional, indica que las Fuerzas Armadas tienen entre sus misiones, la de
defender y conservar la seguridad, la estabilidad política, honor y soberanía
del Estado, así como participar en tareas de desarrollo integral del país. Para
25. Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, 2012.
26. Anteproyecto de la Ley Orgánica de las FF.AA. del Estado Plurinacional de Bolivia, 2012.
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el cumplimiento de esta misión las Fuerzas Armadas tiene la atribución y responsabilidad de proteger las zonas fronterizas, espacios terrestres, acuáticos
y aéreos.
El Decreto Supremo Nº 22.407 de 11 de enero de 1990, es otro antecedente
que nos muestra en su Art. 112, donde se afirma que: “Las FF.AA. participarán
activamente en la realización de obras de infraestructura social y productiva
tales como la construcción de caminos, escuelas, postas sanitarias, captación
de agua potable, alfabetización, forestación, preservación ecológica, formación
de mano de obra y otras, particularmente en las zonas fronterizas”27.
Asimismo, el Plan para la cooperación de las FF.AA. al desarrollo nacional,
promulgado por el Ministerio de Defensa el año 1993, propone el empleo de
la potencialidad humana, material y técnica de la institución armada a favor
del desarrollo nacional, con premisas como emplear la reserva espiritual que
anima a la institución armada en las grandes empresas para la que está estructurada; se establece que el desarrollo es en última instancia la defensa del
porvenir del Estado, pero que ejecución de tareas de desarrollo deben ser coordinadas con las autoridades competentes locales para conseguir una acción
conjunta y empleo óptimo de los medios y recursos institucionales, económicos y humanos28.
Conociendo estas misiones que facultan a las FF.AA. a desarrollar acciones
en beneficio de las fronteras, debemos entender como frontera aquella región
geográfica que comprende al límite político de un Estado e interesa a ambos
países, por lo tanto en la frontera o en partes de ésta se da una situación especial y hasta distinta del resto del país al que pertenecen, pero no independiente
de la de ambos países colindantes, pues la realidad del otro país normalmente
condiciona la vida, la economía y hasta se observa un cierto grado de alienación sociocultural (idioma, costumbres y otros aspectos).
La extensión en profundidad de ese espacio fronterizo en el propio territorio, no es rígida en tiempo ni común para todos los factores que se manifiestan. En la zona de frontera, se dan las tensiones y los conflictos generales entre estados y sociedades contiguas, donde además la influencia de las fuerzas
27. Decreto Supremo Nº 22.407 de 11 de Enero de 1990
28. Ministerio de Defensa, Plan para la cooperación de las FF.AA. al Desarrollo Nacional, 1993.
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políticas, económicas y sociales de los países vecinos es natable. Por esto se
consideran asuntos de seguridad cuando estos factores se contraponen a los
objetivos nacionales. Por lo tanto, la presencia del Estado en esas zonas alejadas es fundamental, donde el trabajo de las Fuerzas Armadas en general y el
Ejército en particular, es importante para fortalecer la seguridad fronteriza.
Esta presencia estatal debe reconocer la ocupación poblacional de nuestros
connacionales y sus medios de subsistencia, que en algunos sectores del occidente son exiguos por las características de la naturaleza propia de la región.
En esto, mucho influyen las condiciones de integración caminera, fluvial y
aérea, que permiten la comunicación entre poblaciones y de éstas, con el contexto nacional. Cuando las vías de comunicación son precarias, las comunidades alejadas y aisladas se hallan condenadas a la pobreza, lo que favorece
la acción depredadora de agentes externos que miran con codicia nuestros
recursos naturales.
La falta de una entidad encargada de la protección y el desarrollo de las
fronteras, ha contribuido por mucho tiempo, al saqueo indiscriminado de
nuestras riquezas naturales renovables y no renovables. Sin embargo, con la
creación de la Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF), apoyada por las Fuerzas Armadas (Ejército), se está trabajando en la ejecución de programas y proyectos de desarrollo y seguridad
fronteriza, lo cual es muy beneficiosa para el Estado y la sociedad boliviana.
Los esfuerzos del actual gobierno son muy importantes en el control de
nuestros recursos naturales y la protección de las fronteras a través de las acciones que desarrolla las Fuerzas Armadas, como la participación de los Comandos Conjuntos en los operativos de control fronterizo y la lucha contra los
ilícitos, como el contrabando, el narcotráfico y la explotación ilegal de recursos
naturales, entre otros.
Igualmente, las necesidades de los habitantes de las zonas de frontera se
agravan cuando se incrementa el abandono al que son sometidas, producto de
la débil presencia del Estado en el territorio; son alarmantes las condiciones
de la casi inexistencia de infraestructuras de salud, educación y desarrollo
económico, lo cual es empeorado por el incremento de actividades ilegales y la
presencia de extranjeros que lucran con nuestras riquezas en todo orden.
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En la actual gestión gubernamental, se han tomado las medidas necesarias
para precautelar nuestras fronteras de manera decisiva, trabajando en forma
sincronizada entre las entidades del Órgano Ejecutivo, las Fuerzas Armadas y
otras instituciones involucradas en tareas de control y desarrollo de las fronteras, lo que está dando como resultado un beneficio sostenido para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de las fronteras, así como para
el fortalecimiento de la institución castrense.
Por otra parte, los asentamientos ilegales de súbditos brasileros en la región de Pando es otro problema latente, donde los gobiernos anteriores no
tomaron cartas en el asunto de manera seria; lo cual, se repite en varias de
nuestras fronteras, donde los foráneos codician constantemente nuestros recursos y aprovechan de forma ilegal. Sin embargo, con la política de frontera
implementada por el actual gobierno de Evo Morales, se viene trabajando de
manera eficaz y multidisciplinaria en el control de las actividades de intercambio comercial en las regiones alejadas del país, con el empleo óptimo de contingentes militares de los Comandos Conjuntos que cumplen sus funciones de
manera muy profesional.
Según Guillermo Villegas, existe una especial interdependencia entre el desarrollo y la seguridad, por lo que todos los Estados modernos deban disponer
de organismos de seguridad para afianzar el desarrollo29. El desarrollo integral, consiste en la incorporación de todo el país a una forma de vida activa
y producción dinámica, por este motivo el desarrollo regional es un requisito
para el desarrollo nacional y más aún en las fronteras bolivianas, ya que en
ellas se encuentra la mayor parte de nuestras riquezas naturales y que origina
la ambición de nuestros vecinos.
El factor militar se constituye en el poder protector del Estado en las fronteras,
que cumple sobre todo una función disuasiva ante las ambiciones de depredadores de Estados vecinos que anhelan explotar ilegalmente nuestras riquezas naturales en todo orden, ya sean mineralógicas, forestales, fauna, turismo, ente otras. Por
tanto, la presencia militar es irremplazable y de beneficio para los pobladores.
Además, la existencia de grandes espacios deshabitados, la pobreza, la inexistencia de medios de subsistencia, la irregular distribución de nuestra población,
29. Guillermo Villegas, Políticas y estrategias para el desarrollo y la seguridad nacional, Pleamar, 1969.
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la falta de proyectos para la creación de polos de desarrollo que permitan la
explotación en cuanto a minería, petroquímica o geotermia, así como la carencia de una infraestructura adecuada, trasportes y redes camineras que integren los centros de producción con los de consumo y la creciente demanda
de consumo de bienes no renovables, son aspectos que no favorecen a nuestro
desarrollo y a las condiciones ideales de seguridad que tiene un Estado. Es
más, estas vulnerabilidades territoriales son aprovechadas por los foráneos,
cuando no hay la presencia de las Fuerzas Armadas. La vida en las fronteras se
ha convertido en un drama, pero esto actualmente va cambiando a partir de la
ejecución de proyectos de integración caminera; lo cual inclusive ha detenido
en cierta medida las migraciones, porque la gente que vive en frontera ve que
el gobierno nacional y las Fuerzas Armadas están trabajando para mejorar las
condiciones de bienestar social.
Otro aspecto a tomar en cuenta en los esfuerzos que despliegan las Fuerzas
Armadas, tiene que ver con las acciones que desarrollan los efectivos militares para revertir la influencia perniciosa que sufren nuestros compatriotas
desde hace mucho tiempo atrás, como es la influencia cultural y social que
proviene desde el otro lado de la frontera. Por ejemplo, se dan casos en que
los niños bolivianos prefieren estudiar en escuelas chilenas, donde reciben
alimentación y útiles escolares en forma gratuita. Esto puede hacer que los
bolivianos se sientan más identificados con el país vecino. Entonces, es importante desplegar esfuerzos para contrarrestar esa inicial simpatía y evitar
el sentimiento de pertenencia foránea de los habitantes de frontera. Los medios de comunicación social extranjeros, las escuelas gratuitas, el intercambio
comercial, las ferias comunitarias y los acontecimientos sociales, influyen negativamente en la psiquis del boliviano y confunden su propia identidad y
pertenencia nacional.
En consecuencia, es necesario consolidar la labor que ha iniciado el gobierno nacional para llevar desarrollo, seguridad, progreso e identidad a las poblaciones de frontera, donde las Fuerzas Armadas están logrando materializar
este caro anhelo de fortalecer el sentido de patriotismo en los habitantes. Las
Fuerzas Armadas contribuyen a la búsqueda de este objetivo en áreas como
salud, educación, desarrollo, protección a la población y reafirmación del sentimiento de identidad patriótica, así como dinamizar la actividad económica
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preservando los recursos naturales (control ecológico, reforestación y rehabilitación de suelos erosionados). Es decir, la acción cívica, el apoyo al desarrollo
socioeconómico y la realización de estudios en hidrología, meteorología e informática, son de notable importancia para integrar el territorio nacional.
A modo de aporte se sugieren algunas políticas y estrategias para coadyuvar a la labor de las entidades gubernamentales que trabajan a favor de los
territorios fronterizos, como la ADEMAF.
SUGERENCIAS PARA EL DESARROLLO Y SEGURIDAD FRONTERIZA
POLÍTICA
Apoyar a la educación con los medios
disponibles.w
Contribuir al mejoramiento de la salud en la
frontera con los medios
disponibles.
ESTRATEGIAS
TAREAS
Apoyar con los recursos humanos
principalmente en la educación de nivel
primario y secundario en frontera.
Continuar con los programas de alfabetización “Yo si puedo” con recursos
humanos capacitados en esta área, principalmente en los niveles inicial, primario
y secundario.
Afianzar la identidad nacional y cultural
a través de la concientización de “ser
boliviano”.
Recuperación de sus valores ancestrales,
culturales y étnicos de acuerdo a sus usos
y costumbres, fortaleciendo su identidad
nacional a partir del reconocimiento
de la heterogeneidad étnica regional y
nacional.
Promover la extensión de la labor educativa, inclusive en sectores no accesibles
para los educadores y maestros.
Grupos de educadores militares que
puedan llevar la labor educativa a sectores inaccesibles, de manera de llegar al
máximo de pobladores, en condiciones
de seguridad.
Desarrollar campañas de prevención y
profilaxis entre la población, aprovechando los medios disponibles.
Participación activa en programas de
prevención, inmunización y control de
enfermedades infecciosas a través de
programas de profilaxis oportunas, a fin
de mejorar las condiciones de vida de los
pobladores, en estrecha coordinación con
las autoridades sanitarias.
Contribuir a la disminución de los problemas de tipo endémico y epidémico,
resguardando a los grupos de riesgo
(enfermedades de tipo infeccioso y no
infeccioso)
Coadyuvar en la realización de programas de vigilancia epidemiológica que
prevengan y disminuyan el impacto de las
enfermedades endémicas e infecciosas,
apoyando con los programas de inmunización, bajo la consigna de que es mejor
prevenir que curar.
Contribuir al mejoramiento de las condiciones mínimas de salud y del medio
ambiente detectando los posibles focos
de infección y áreas de riesgo.
Coadyuvar en programas de control de
aguas residuales de procedencia urbana
(fábricas de productos nocivos) que contaminan la agricultura y dañan la salud.
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Elevar la calidad de vida
en cuanto a la calidad
del agua y saneamiento
básico.
Ordenar el espacio destinado a asentamientos
en forma ordenada para
beneficio de la población.
Proteger y preservar los
recursos naturales, renovables y no renovables.
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Contribuir al tendido de las redes de
agua potable y saneamiento básico en las
poblaciones fronterizas.
Coadyuvar a los programas departamentales y comunales orientados al
incremento y la mejora en la calidad del
agua potable y alcantarillado, así como al
mantenimiento de estas redes.
Concientizar a la población en cuanto a la
importancia de los servicios básicos.
Participar en programas de concientización
a la población para determinar la importancia de los servicios básicos, en coordinación
con las autoridades educativas y sanitarias.
Coadyuvar a la labor de los organismos
técnicos para ordenar el asentamiento
humano en la frontera.
Participar en la ejecución de sistemas viales, redes de comunicación, equipamiento comunitario, así como en programas
que faciliten el crecimiento poblacional en
forma ordenada en la frontera.
Fortalecimiento de los programas que
faciliten la expansión de los pobladores
de las fronteras.
Coadyuvar a la labor de los organismos
técnicos en procura de ordenar los asentamientos humanos de forma racional y
bajo los lineamientos técnicos, de manera de conocer posibles penetraciones
ilegales de extranjeros.
Coadyuvar a la labor de ADEMAF, con
todos los medios disponibles.
Continuar con la labor de coordinación
con ADEMAF, de manera de lograr los
mejores resultados con la capacitación de
recursos humanos.
Detectar las acciones ilegales de explotación, haciendo uso de medios humanos
y técnicos acordes a esta labor.
Recibir el mayor apoyo de las instancias
gubernamentales en cuanto a medios
técnicos para desarrollar una labor eficiente en el control de los ilícitos.
Conclusión
Es evidente que las Fuerzas Armadas cumplen una labor muy importante
en las fronteras, debido a que su presencia en las mismas favorece la seguridad, defensa y desarrollo de las fronteras, a partir del mejoramiento de las
condiciones de vida, la protección de recursos naturales y la asistencia a los
damnificados por los desastres naturales.
Para optimizar las tareas orientadas al desarrollo de las poblaciones fronterizas de forma sostenida, es necesario contar con el apoyo adecuado de las entidades gubernamentales de los tres niveles (nacional, departamental y municipal),
tanto en medios humanos, materiales y técnicos, de manera que los resultados
esperados sean siempre prometedores, en esta ardua labor de contribuir a la seguridad, defensa y desarrollo de todos los habitantes de nuestras fronteras.
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Estructuras de poder local en las regiones
de la Chiquitanía y el Pantanal
Pavel López Flores*
Resumen
En este trabajo se aborda la cuestión de la estructura del poder en las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal, del departamento de Santa Cruz, mostrando el auge de los grupos de poder en los últimos siete años, cuya hegemonía
que detentaban está en declive con motivo del ascenso sociopolítico de las
organizaciones sociales populares indígenas. En el pasado, las elites sociales,
compuestas principalmente por los grandes propietarios de tierras como los
ganaderos, controlaban los espacios del poder local, generando una cultura
política de patronazgo, donde las relaciones de patrón-peón se reproducían
en el ámbito municipal en términos de vasallaje político. Sin embargo, con el
fortalecimiento de las organizaciones indígenas y el partido gobernante MAS,
se ha dado un desplazamiento político en la medida que los nuevos actores
lograron ocupar algunos gobiernos municipales. Por tanto, los líderes de los
partidos tradicionales (MNR, ADN y MIR) optaron por migrar hacia las nuevas organizaciones políticas (agrupaciones ciudadanas o el MAS), en procura
de mantenerse en las instancias del poder local. Hoy en día, se está reconfigurando un nuevo escenario político con la presencia de nuevos protagonistas
como las organizaciones indígenas y gremiales.
Palabras clave: estructura de poder, grupos de poder, actores políticos, organizaciones sociales, municipios.
* Licenciado en Derecho, Máster en Políticas Sociales y Dirección Estratégica para el Desarrollo Sostenible
del Territorio por la Università di Bologna-CESTAS (Italia), Candidato a Doctor en Sociología Política,
Università degli Studi di Milano-Bicocca (Italia) y especialista en análisis interdisciplinario del cambio
social. Correo electrónico: [email protected]
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Introducción
Desde la década de los años 1980, los estudios regionales tienen una fuerte
impronta política y cultural. La región político-cultural recupera la idea de la
construcción subjetiva del espacio por un sujeto colectivo, enfatizando la historicidad de las regiones como procesos abiertos, dinámicos y contingentes, en
constante transformación a partir de las prácticas materiales y culturales de la
sociedad. Esta perspectiva no desconoce la dimensión material de la región,
pero pone mayor énfasis en la dimensión ideológica, las representaciones colectivas y las relaciones de poder. Porque se entiende que el territorio es portador de relaciones sociales que se construyen y reconstruyen, constituyéndose
en un escenario de pugnas de poder y de dominación; pues: “el territorio es
algo vivo que se construye de manera permanente, que se reanima o que puede retroceder, deconstruirse y reconstruirse dependiendo del carácter de las
relaciones que establecen los actores entre sí, de la construcción de visiones y
proyectos territoriales y a la definición o reinvención permanente de identidades propias”. (Molina, 2007: 47).
Un aspecto característico que ha marcado históricamente a las regiones de
Bolivia, sobre todo a las más alejadas del eje troncal y sus grandes centros
urbanos, como en el caso del oriente boliviano, y de las regiones de la Chiquitanía – Pantanal, es la notable ausencia del Estado. Uno de los Informes de
Desarrollo Humano a nivel nacional señala que: “La presencia de Estado en
algunas regiones ha sido siempre débil. Desde los ámbitos económicos, hasta
los sociales o jurídicos, el Estado no ha podido dar respuestas y mucho menos
marcar una presencia que regule la vida social en grandes regiones del territorio nacional. La forma societal tradicional y patrimonialista instauró una
dinámica que no permitió muchos espacios para la constitución de un Estado
de Derecho”. (PNUD, 2003: 54). Este estudio se abordó desde la perspectiva
teórica de las elites y las relaciones de poder, analizando los grupos de poder
político y económico en los municipios de las regiones de la Chiquitanía y el
Pantanal, las continuidades y cambios de su estructura, composición, articulación y reposicionamientos estratégicos para reconstituir o mantener la hegemonía política e ideológica.
Las tierras bajas del oriente boliviano, como la Chiquitanía y el Pantanal,
presentan actualmente una conformación social caracterizada, por un lado,
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por la persistencia de modos de explotación, todavía bajo un sistema patronal
de haciendas y, consecuentemente, de formas de control económico-territorial
en manos de grupos de poder local. Por otro lado, pese a la distancia física que
los separa del centro político nacional, estas regiones no parecen ser ajenas a
los efectos y resonancias del proceso de cambio político-estatal que acontece
en todo el país, con mayor visibilidad en los principales centros urbanos del
país. Asimismo, estas regiones parecen estar atravesando transformaciones
propias en su dimensión económico-social en la medida de sus propias características y situación, por su propio carácter fronterizo y por las posibilidades
de desarrollo que presentan a partir del aprovechamiento de recursos naturales existentes, en algunos casos estratégicos (como es el hierro de Mutún).
Este escenario abre una perspectiva de reconfiguración de las relaciones
sociales, económicas y particularmente políticas en estas regiones, que se expresa en el protagonismo y ascenso de nuevos actores políticos regionales
que surgen desde sectores sociales, particularmente desde los movimientos
indígenas-campesinos que apoyan al actual gobierno, particularmente al presidente Evo Morales.
Asimismo, en este nuevo escenario de reconfiguración política también se
muestra un proceso de reconstitución de las estructuras de poder a nivel local,
a partir de algunas dinámicas de rearticulación y reposicionamiento de las
elites locales que operan mediante estrategias de reacomodo político-electoral,
en procura de mantener su situación de (pre) dominio socioeconómico y político en estas regiones.
En la primera gestión de gobierno del presidente Morales, se aprobó el Plan
Nacional de Desarrollo (PND), dicho plan establece como una de sus estrategias,
el impulso de los Polos de Desarrollo Regional, reconociendo el valor estratégico
de las regiones y macroregiones del país y priorizando su desarrollo integral.
El proyecto de desarrollo del oriente boliviano, que empezó a mediados
del siglo XX y que fue retomado en las últimas décadas, perece no haber sido
eficaz para responder a las exigencias de regiones y sujetos sociales históricamente excluidos. Por tanto, si no se indagan y develan los aspectos que impiden superar sus falencias no se podrá asumir seriamente el establecimiento de
un nuevo patrón de desarrollo que contemple los desafíos, potencialidades y
oportunidades de las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal. En esta pers71
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pectiva, el presente estudio, realizado entre fines de 2010 y principios de 2011,
explora e indaga las dinámicas políticas de las regiones de la Chiquinía y el
Pantanal. Se trata de una constatación de la permanencia y/o recomposición
de formas patrimoniales, patronales y conservadoras de dominación sociocultural y económica, donde se mantienen y reproducen estructuras y relaciones
de poder, a pesar del proceso de profundización democrática en nuestro país.
El propósito, es describir y analizar las estructuras de poder local en varios
municipios de las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal.
En lo que se refiere a la metodología utilizada para el trabajo de campo,
se estableció una perspectiva tanto macrosocial como microsocial, aplicándose una metodología predominantemente cualitativa, sin excluir algunas modalidades de procesamientos cuantitativos de algunos datos. En esa línea, se
desplegó una estrategia metodológica enmarcada en la comprensión interpretativa, a partir de ahí se repasaron los enfoques del interaccionismo interpretativo para entender el significado de interacciones sociales complejas desde
la perspectiva de las experiencias vitales diarias para entender el contexto
territorial-regional, social, cultural-histórico, económico y político. Se recurrió
básicamente a dos técnicas de recopilación de información: la revisión y análisis documental (PDM, informes estadísticos, datos socioeconómicos, informes
de desarrollo humano, resultados electorales, documentos oficiales, actas, declaraciones de prensa, entre otros) y las entrevistas. Se realizó un promedio
de 6 personas entrevistadas por cada uno de los 10 municipios (San Ramón,
San Javier, Concepción, San Ignacio, San Miguel, San Rafael, San José, Roboré,
Puerto Suárez y Puerto Quijarro), entrevistando a un total de 60 personas en
los municipios de la Chiquitanía y el Pantanal. La cantidad de las personas
entrevistadas, se fijó en base a la cantidad poblacional, tomando en cuenta
los municipios más poblados (San Ignacio, Puerto Suárez, Puerto Quijarro) y
otros pequeños (San Ramón, San Miguel, San Rafael).
El texto está dividido en tres apartados. El primero corresponde al planteamiento de la referencia teórica que comprende las nociones de región, estamentos sociales, elites, hegemonía y relaciones de poder. En el segundo apartado se hace descripción del contexto del ámbito de indagación de las regiones
de la Chiquitanía y el Pantanal. Mientras que en el tercer apartado, se analizan
las políticas gubernamentales y el comportamiento electoral en la región. Finalmente se presentan las conclusiones.
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1. Referencia teórica
Los conceptos están relacionados con las nociones de territorio y región,
estratos y sectores sociales, relaciones de poder, elites y hegemonía. Se puede
afirmar que la definición del territorio no tiene hoy en día controversia entre
los geógrafos; la territorialidad como forma de concientización del espacio nos
muestra que no puede existir comportamiento social sin territorio y por consiguiente no puede existir una sociedad sin territorio. Para Hubert Mazurek,
la esencia del espacio y territorio es social: “Es un hecho que existe una construcción social del Territorio que se realiza por medio de la interacción entre
grupos de actores”. (Mazurek, 2006: 16). En esa línea, Antoine Bailly ya había
planteado que: “El territorio se define como la porción de la superficie terrestre apropiada por un grupo social con el objetivo de asegurar su reproducción
y la satisfacción de sus necesidades vitales”. (Bailly, 1998: 199).
La territorialidad es en este caso el conjunto de relaciones que permite dar
coherencia a una sociedad que busca construir conscientemente su dinámica
de aptitudes, en función de un proyecto territorial. El concepto de territorio, según Mazurek, no sirve para nada afuera de una delimitación política obsoleta
en el contexto actual de la globalización, si no está relacionado con la cuestión
del desarrollo y en particular del desarrollo local o regional.
Para algunos autores de geografía humana se delimitan dos conceptos: el
espacio, como sistema de localizaciones y el territorio, como sistema de actores.
Lo que transforma un espacio en territorio es el proceso de apropiación y de
diferenciación: “El Territorio es al Espacio lo que la conciencia de clase es a la
clase, algo que se integra como parte de sí mismo, es decir, una forma objetivizada y consciente del espacio”. (Brunet, 2003: 34). En esa línea, el territorio,
como señala Courlet, debe ser entendido como la emanación de una lógica de
la acción colectiva que se personifica en sus instituciones sociales y que produce normas sociales, económicas o políticas: “Es así una creación colectiva,
un campo de acción en el cual los conflictos y las negociaciones forman un
dispositivo complejo”. (Courlet, 2001: 134).
Según Ramiro Molina, un territorio es portador de relaciones que se construyen en el tiempo y apelando a la teoría de campos de Bourdieu, lo ubica
también relacionado al análisis de campo de poder. De ahí que el territorio se
convierte en el escenario donde se desarrollan diferentes pugnas de poder,
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que además se concretan en procesos tanto de dominación como de resistencia
(Molina, 2007). Funcionalmente el territorio posee una utilidad en cuanto está
relacionado al hábitat y a las maneras de vivir, a las formas de apropiación
que implican no sólo posesión sino más bien una especie de control y dominio
en última instancia de gestión de sus factores, lo cual además implica que se
considera a los territorios no como una continuidad: “Las funcionalidades de
apropiación introducen la noción de discontinuidad e incluso virtualidad de
algunos territorios, ya que la apropiación hace a la conciencia societal de la
existencia y construcción de un territorio”. (Boissier, 1993: 20). El sentido de
apropiación determina una manera de explotar el territorio, lo cual viene dado
por herencias históricas y condicionantes de tipo estructural. Al mencionar el
espacio territorial es necesario recalcar que todo territorio posee un espacio
pero no todo espacio esta cobijado por un territorio.
El tema de territorio y territorialidad representan el centro de muchos de
los imaginarios sociales y de las dinámicas de acción colectiva como lo refleja
el propio caso boliviano con la cosmovisión de los pueblos indígenas. Con el
propósito de establecer a grosso modo y sin entrar en detalles, una distinción
conceptual entre región y territorio, se propone que la primera categoría es
más genérica que la segunda, que territorio es más observable que la región,
que todo territorio lo podemos pensar como una región, pero no toda región
es un territorio. El territorio, al decir de Alejandro Benedetti, es un resultado de una determinada relación social; la territorialidad como una estrategia
orientada a afectar y controlar recursos y personas en un área apropiada y
delimitada. El territorio es un ámbito geográfico definido por las relaciones de
poder; porque: “No sólo los estados definen territorios, también las empresas,
las grandes religiones, las comunidades campesinas. La región es cualquier
espacio diferenciado, el territorio es una región diferenciada a partir de las
relaciones de poder”. (Benedetti, 2007: 15).
La región adquirió al menos tres sentidos que remiten a tres prácticas interrelacionadas entre sí: 1) región como división territorial e instrumento de
gestión; 2) región como construcción política e identitaria y; 3) región como
instrumento conceptual de interpretación compleja del territorio. Vista la región como una construcción política e identitaria, la idea de región está asociada a los regionalismos, localismos y nacionalismos, donde los movimientos de base territorial se definen por cuestiones geográficas y sentimientos de
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pertenencia social. La región se transforma en una comunidad imaginada (Anderson, 1993), una comunidad políticamente movilizada y geográficamente
limitada. Se define un nosotros regional. La reivindicación de esta identidad
socio-territorial tiene diferentes orígenes de carácter étnico, posesional, patrimonial o autonómico, donde tienen importancia los criterios lingüísticos,
religiosos y culturales. Pero siempre suponen el principio de defensa de un
interés grupal. En esta perspectiva: “…la naturaleza, extensión y carácter de
las regiones examinadas en nuestros estudios empíricos debe convertirse en
parte de nuestra conceptualización del proceso social que toma lugar en esas
regiones”: (Murphy, 2001: 34).
Ahora bien, sobre los estamentos sociales, Max Weber consideró a las clases
sociales según las relaciones de producción y de adquisición de bienes que dan
lugar a las diversas formas o “maneras de vivir” (estilos de vida). La noción de
estamentos sociales en Weber está adscrito al honor social correspondiente al estamento y la exigencia de un modo de vida determinado (Weber, 1964). Weber
“autonomiza” las esferas económica, social y política y rechaza la posibilidad
de adjudicar a una de ellas la determinación en última instancia, relativizando
así la importancia primordial otorgada por la teoría marxista, a las condiciones materiales: la base económica. Weber, cuando se refiere a la estratificación
de la sociedad, habla de las clases, los estamentos y los partidos. Esto tiene
que ver con la forma cómo se distribuye el poder social en una comunidad, es
un modelo de estratificación multidimensional. Dicho de otra forma, el poder
social es el cimiento del proceso de establecimiento de estamentos o grupos de
status jerarquizados, así como de la formación de clases, donde las diferencias
sociales de prestigio, status y honor son fundamentales; pues: “Se llama situación estamental a una pretensión, típicamente efectiva, de privilegios positivos o negativos en la consideración social, fundada: a) en el modo de vida y, en
consecuencia, b) en maneras formales de educación (...) c) en un prestigio hereditario o profesional”. (Weber, 1964: 242). Así, Weber plantea que las clases
pertenecen al orden económico, los estamentos al orden social y los partidos a
la esfera del poder. Para Weber, el poder es: “… la probabilidad que tiene un
individuo de imponer su voluntad ante otros, afrontando todas las situaciones
de la resistencia que ofrezca la contraparte. (Weber, 1969: 692).
Pero la noción de poder fue trabajada en términos relacionales por Michel
Foucault, quien plantea la idea de poder como una vasta tecnología que atra75
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viesa al conjunto de las relaciones sociales, como una maquinaria que produce
efectos de dominación a partir de las estrategias y tácticas específicas movilizadas por los diferentes actores. Foucault, propone un triangulo compuesto
por poder, derecho y verdad. (Foucault, 1976)
Según Taylor (1993), la dominación se nutre de la creación de una conciencia
de “dominados” en los actores subalternos, donde se asigna constantemente
una identidad inferior, al otro; lo cual termina en una subalternidad internalizada por el propio sujeto. Así, se construye la ideología de la dominación
para monopolizar los dispositivos del poder, evocando algún designio divino
en el origen de los privilegios; un “así es la vida: hay ricos y hay pobres, nada podemos hacer”, construyendo una justificación para mantener esos privilegios
en el tiempo (Taylor, 1993: 48). Conforme con Noam Chomsky (2003), para
los miembros de la clase dominante, el rol del gobierno es la protección de la
minoría opulenta contra la mayoría empobrecida; lo cual tiene que ver con la
conformación y consolidación de elites sociales y políticas.
Según el cubano Carlos Del Toro (2003), la preocupación de la elite es mantener su situación de privilegio y el sometimiento de las masas que quieren
emanciparse, donde el control de la población ha sido siempre una preocupación central del poder y el privilegio de la elite, sobre todo dentro del contexto
de las revoluciones democráticas, donde se trata de mantener las hegemonías
de determinadas elites sociopolíticas. Para Antonio Gramsci, la hegemonía es
un proceso que expresa la conciencia y los valores organizados para someter
a amplios sectores sociales que aceptan pacíficamente un determinado orden
establecido. En una palabra, la hegemonía de un grupo social equivale a la cultura que ese grupo logró generalizar para otros segmentos sociales; es: “como
dirección política y cultural sobre los segmentos sociales “aliados” influidos
por ella, la hegemonía también presupone violencia y coerción sobre los enemigos”. (Gramsci, 1978: 107). La clase dominante logra imponer su visión o
concepción del mundo a los sectores sociales subalternos, a partir de consensos de carácter ideológico.
Respecto al contexto nacional, son pocos los estudios sobre las elites y sus
formas de dominación sociopolítica y económica en las diferentes regiones
del país; lo cual tiene que ver con las estrategias de reproducción y acumulación del poder político. Sin embargo, los escasos trabajos sobre las elites están
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referidos a la región oriental, quizá porque las elites orientales han sido más
hegemónicas. Sobre las elites en Santa Cruz, la obra de Prado y otros (2007),
Poder y elites en Santa Cruz: tres visiones sobre un mismo tema, es un trabajo que
describe los aspectos históricos de la región de Santa Cruz, que estuvo marginada del poder central, en contraste de los mercados mineros de occidente
que estuvieron más integrados a la vida económica nacional, hasta mediados
del siglo XX. En la década de 1940, a través del Plan Bohan, se plantea la diversificación de la economía, en procura de integrar al oriente boliviano a la vida
nacional. El Estado inició la llamada “Marcha al Oriente” con el fin de ampliar
la frontera agraria, asegurar la provisión de alimentos al mercado nacional y
generar valor agregado en determinados productos agrarios de exportación.
En consecuencia, se incentivó la migración poblacional desde el occidente hacia el oriente, también se financió la producción agroindustrial y de hidrocarburos a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB)1. En este
sentido, se afirma que: “... Al contrario de lo sucedido en los valles y el altiplano, la Reforma Agraria de 1953 reforzó las relaciones de poder cruceñas […]
centradas alrededor de la tenencia de la tierra y su explotación […] Grandes
propiedades agrícolas se establecieron a la sombra de la Reforma Agraria”.
(Prado y otros, 2007: 111).
En la investigación Elites cruceñas y autonomías departamentales: una mirada
desde las subjetividades, se caracteriza a las elites cruceñas como una “clase
construida” y pretenden descifrar sus percepciones subjetivas respecto al
proceso autonómico y a sus principales componentes discursivos, como ser
el territorio, los recursos naturales, las migraciones y las percepciones étnicas.
Se plantea que las elites se consolidaron en contraposición a los intereses de
las oligarquías mineras de la plata y del estaño, cuyos proyectos nacionales
marginaban los intereses de Santa Cruz. La elite cruceña se autodefine por el
referente agropecuario y percibe al Comité pro Santa Cruz como a su entidad
aglutinadora superior, construyendo un capital simbólico a través del discurso sobre la identidad cruceña. En términos políticos, esta elite ha optado: “…
por ampliar el horizonte de su cierre social, permitiendo el acceso de mayor
1. La revolución de 1952 consolidó el poder de las elites de la región cruceña, afianzando su dominio sobre
la tierra, los recursos naturales y la agroindustria, lo que le permitió controlar e integrar a la población de
inmigrantes que para 1980 significaba más del 40% de la población del departamento.
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número de individuos a su clase y cediendo espacios de poder que permitan su reproducción como clase”. (Chalup y otros, 2006: 162). En este contexto político, la propuesta autonómica se constituye en el eje articulador
que permite construir su hegemonía regional de la elite cruceña de arriba
hacia abajo.
En el trabajo de Soruco y otros (2008), Los barones del Oriente: el poder en
Santa Cruz ayer y hoy, se sostiene que el poder regional cruceño: “… no es
una historia regional per se, es la historia de una elite, sus discursos y modelo económico, asentada en una región, Santa Cruz, pero interpretada bajo un
contexto nacional”. (Soruco y otros, 2008: 21). También se afirma que “… en
la Santa Cruz republicana no hubo una renovación de elites, es decir, que el
núcleo original, conformado a partir del primer momento de inserción al mercado capitalista (auge de la goma 1880-1915) define hasta hoy el modo de ser
de este grupo”. (Ídem: 1). Se concluye que es cuestionable la capacidad de la
elite cruceña de construir hegemonía cuando no ha logrado consenso regional
ni menos nacional de sus políticas de dominación, las que están basadas en un
estilo político dictatorial de imposición que tienden a eliminar a su adversario,
que es el gobierno nacional.
En lo que respecta al departamento de Beni, el trabajo Elites a la vuelta del
siglo: cultura política en el Beni, así como el estudio Elite carayana: dominación estructural y modernización política en San Borja, se coincide en señalar que existen estrechos vínculos que se forman entre la sociedad cruceña y las elites
benianas a partir del siglo XIX, en términos de consolidación de los intereses
económicos de los grupos familiares elitistas de orientación patrimonial y patriarcal, dado que el poder se asienta en el monopolio territorial que sustenta
la actividad ganadera y que las relaciones de producción que vinculan a los
terratenientes con los trabajadores agrarios funcionan bajo un régimen vertical y de tipo autoritario. En dicho contexto, ambos trabajos se enfocan en el
análisis de la cultura política de las elites benianas e intentan descifrar sus rasgos característicos en relación a los desafíos de la modernización democrática
contemporánea.
Es importante hacer notar, que no se pudo encontrar trabajos referidos a las
elites o las estructuras de poder en las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal,
como antecedentes para pensar la estructura de poder en dichas regiones.
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2. Las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal
La región de la Chiquitanía boliviana es un territorio compuesto por las
provincias Ñuflo de Chávez, Velasco y Chiquitos de Santa Cruz de la Sierra. A
comienzos del siglo XVI y finales del XVIII, se instalaron los Jesuitas con importantes Reducciones con la misión de evangelizar a sus habitantes2. De todo
ese proceso y tiempo de convivencia de la comunidad nativa y los Jesuitas lo
que ha quedado es este gran tesoro de la humanidad: la Gran Chiquitanía, que
en la actualidad constituye una joya arquitectónica y musical del Barroco, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1991.
Mientras que el Pantanal boliviano es una reserva biológica natural de pantanos y bosques húmedos y secos, con lugares casi inaccesibles para las personas. Está situado entre las regiones del Chaco cerrado y la cuenca amazónica
y se caracteriza por la exuberante y particular flora y fauna, las riberas de
ríos, arroyos y lagunas están generalmente cubiertas por alfombras de plantas
acuáticas, con hojas y flores flotantes; de hecho, el pantanal boliviano es uno
de los mejor conservados de todo el pantanal sudamericano, donde existen
diversas ecoregiones3.
La Gran Chiquitanía, que incluye al pantanal boliviano, abarca aproximadamente 220 mil Km² y representa el 56% del territorio del departamento de
Santa Cruz y el 19% del territorio boliviano. Tiene una población aproximada
de 210 mil habitantes (INE, censo de 2001). La región de la Chiquitanía tiene
una tasa anual de migración neta positiva (8.03), con un saldo migratorio positivo (6.403); es una región altamente receptora de población inmigrante, la
mayoría del interior del país. Por otra parte, la tasa promedio anual de crecimiento (1.02) también está por encima de la departamental y nacional.
Mientras que la región del Pantanal tiene una población aproximada de
55.000 habitantes (proyección del INE 2011). En la zona del pantanal, en los
últimos diez años, ha aumentado la inmigración de población proveniente del
occidente del país, sobre todo al municipio de Puerto Quijarro, específicamente al área de Arrojo Concepción.
2. El nombre de Chiquitanía es un topónimo que deriva del nombre que dieron los españoles por un error
a una de las etnias de la región; pues, encontraron varias aldeas de chozas abandonadas, con puertas un
poco más de medio metro de altura; esto hizo que creyeran los aldeanos eran pigmeos o “chiquitos”.
3. Pude verse a: World Wildlife Fund-Fondo Mundial para la Naturaleza, 2006.
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En el Pantanal existe una concesión forestal, una TCO consolidada de los Ayoreo de Rincón del Tigre. En el área del pantanal conviven los pueblos indígenas
Ayoreo y Chiquitano que están organizados en las Centrales Indígenas de carácter provincia CIRPAS en San Matías y CICH – GB en la provincia Germán Busch
(Mancomunidad de Municipios del Pantanal, 2008). Los sectores productivos se
basan principalmente en la explotación de recursos forestales, la crianza de ganado bovino, el turismo ecológico cultural, la minería y el comercio fronterizo.
La población en las regiones de la Chiquitanía - Pantanal, está concentrada
más en el municipio de San Ignacio de Velasco con más de 41 mil habitantes,
seguido por Ascención de Guarayos, San José de Chiquitos, Roboré y Puerto
Suárez que tienen entre 15 y más de 16 mil personas, los otros municipios tienen
menos de 13 mil ciudadanos, y el municipio con menor población es Carmen
Rivero con menos de 6 mil habitantes; lo cual se muestra en el siguiente cuadro:
POBLACION DE LAS REGIONES DE LA CHIQUITANIA – PANTANAL, POR MUNICIPIOS
PROVINCIA
Ángel Sandoval
Chiquitos
POBLACIÓN (Hab.)
ÁREA (Has.)
San Matías
MUNICIPIO
13.073
2.701.769
0,42
Roboré
15.240
765.348
2,61
San José
16.599
2.241.093
0,84
5.960
1.040.700
0,57
16.984
861.900
1,97
Urubicha
Guarayos
Ascención de
Guarayos
El Puente
Germán Busch
8.633
663.300
1,30
Puerto Quijarro
12.903
140.317
7,41
Puerto Suárez
15.209
1.284.100
1,02
4.894
1.089.000
0,45
San Ignacio
41.412
4.899.459
0,79
San Miguel
10.273
882.295
1,16
Carmen Rivero T.
Velasco
Ñuflo de Chávez
TOTAL
Hab/Km2
San Rafael
5.017
973.097
0,36
Concepción
14.522
3.448.956
0,60
6.293
248.500
2,53
San Javier
11.316
275.690
5,51
San Ramón
5.660
48.900
11,57
203.988
21.564.424
0,94
San Antonio de
Lomerío
Fuente: Elaboración propia con base en la Cartografía digital del INE y el Atlas estadístico de municipios
(INE/MDSP/COSUDE).
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MAPA POLITICO-TERRITORIAL Y DE DENSIDAD POBLACIONAL
En el mapa se muestra la ubicación geográfica de los municipios, donde la
mitad de los municipios tienen más de 10.000 habitantes, dándose un importante incremento poblacional en los últimos diez años, sobre todo en municipios de frontera como Puerto Quijarro o Puerto Suárez. Pero, casi en la totalidad de los municipios de la Chiquitanía y el Pantanal se da la persistencia de
la pobreza y bajo desarrollo humano, sobre todo en el área rural.
Por otra parte, la implementación de la normativa respecto a la descentralización (Ley de Participación Popular 1994 y Ley de Descentralización
Administrativa 1995) ha mostrado pocas señales de resolución de problemas
de escaso desarrollo socioeconómico. En cualquier caso, se comenzó con el
proceso de fortalecimiento de las regiones y municipios y el impulso de desarrollo local. Concretamente, en las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal, se
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han ejecutado políticas gubernamentales a través de los niveles de gobierno
departamental y municipal. Asimismo, el actual Gobierno Nacional, en la gestión 2005-2009, comenzó la aplicación del PND, a través del cual se han propuesto profundos cambios de las estructuras del Estado para responder a las
demandas de la población excluida de los procesos de desarrollo. La primera
estrategia del PND está referida a la “Bolivia
Democrática”, enfocada a la construcción del poder social territorializado.
La segunda estrategia corresponde a la “Bolivia Digna”, contiene la propuesta
de desarrollo social e implica la resignificación de la concepción de la protección social con la incorporación de activos y el acceso irrestricto a los servicios
sociales. La tercera estrategia es la “Bolivia Productiva”, que tiene el propósito de puntualizar la conformación de la matriz productiva integrada por la
transformación de los recursos naturales en los sectores estratégicos y la revolución de la producción diversificada (PND, 2007). A todo este escenario, se
suma la reciente aprobación de la Ley Marco de Autonomías (2010), con la que
formalmente se reconfigura y re-estructura política y administrativamente el
territorio nacional, dando inicio a una nueva forma de asumir el desarrollo y
la planificación regional.
En este contexto, las organizaciones de base de la sociedad civil, hasta hace
algo menos de una década, en su mayoría eran muy débiles y poco estructuradas y no se habían desarrollado procesos de fortalecimiento de sus capacidades de generación de propuestas y gestión para su propio desarrollo. Se ha podido detectar, en algunos casos, que se tomaban decisiones poco democráticas
y bastante verticales al interior de las organizaciones sociales, situación que
fue cambiando en los últimos años. Pero la realidad histórica reciente sugiere
que el alto grado de politización de los escenarios locales, de tipo conservador,
había desvirtuado la importancia de las organizaciones sociales en procesos
de desarrollo. Las organizaciones indígenas hasta hace pocos años tenían una
limitada o casi ninguna capacidad de influencia, por lo que sus demandas
eran marginalmente consideradas en el proceso de implementación de políticas en los diferentes niveles de gobierno.
En la actualidad, se podría distinguir al menos cinco tipos de actores sociales y políticos en la Chiquitanía y el Pantanal, que son los principales protagonistas: 1) actores institucionales públicos, 2) actores institucionales privados,
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3) actores sociales de base territorial (organizaciones sociales), 4) organizaciones políticas (partidos y agrupaciones ciudadanas) y, 5) entidades cívicas,
empresariales y religiosas.
Los actores políticos lo constituyen el conjunto de la institucionalidad estatal a nivel regional, básicamente los gobiernos municipales de la Chiquitanía,
entiéndase como la Gran Chiquitanía que incluye a la región del Pantanal.
Estos gobiernos municipales representan el principal referente institucional y
político a nivel local, donde esas instancias de poder estuvieron en manos de
los partidos políticos tradicionales (MNR, ADN, MIR)4, pero en los últimos
cinco años la situación ha cambiado. Otro actor institucional público importante es la presencia del gobierno departamental de Santa Cruz (antes prefectura), la que a través de las sub-gobernaciones (antes subprefecturas) y los
corregimientos, tiene incidencia en las políticas públicas de la región, aunque
en menor grado respecto a los gobiernos municipales. Asimismo, la presencia
de las instituciones del Gobierno Plurinacional (FNDR, FPS, ABC, ADEMAF,
INRA, etc.) y empresas estatales, tienen efectos notables en la promoción y el
impulso de programas y proyectos de desarrollo económico y social, como
ocurre por ejemplo, con la empresa siderúrgica del Mutún.
Los actores privados también son muy relevantes, ya que las instituciones de
cooperación trabajan desde hace décadas, apoyando los procesos de desarrollo
tanto en lo técnico como lo financiero5. Pero estas instituciones, en la mayoría
de los casos, no tienen una vinculación con los procesos políticos electorales en
la zona, a excepción de algunas controversias como sucedió con USAID.
4. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR, la Acción Democrática Nacionalista (ADN) y el
Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), fueron antes los principales partidos tradicionales de
alcance nacional, los mismo que colapsaron con motivo de la crisis de los pactos partidarios y el ascenso
del Movimiento al Socialismo (MAS), actual partido gobernante.
5. Las entidades de cooperación internacional que trabajan en la Chiquitanía y el Pantanal son: Cooperative
for Assistance and Relief Everywhere - Cooperativa de Asistencia y Auxilio en todas partes (CARE sigla en
inglés); CARITAS (Nombre de la Organización Humanitaria de la Iglesia Católica); Cooperación Técnica
Alemana (GTZ); Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA); USAID; FAO; SNV de Holanda;
PNUD; UNICEF; World Wildlife Fund - Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Mientras que entre
las instituciones de apoyo a nivel nacional están: Centro para la Participación y el Desarrollo Humano
Sostenible (CEPAD); Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y Centro de Investigación
y Promoción del Campesinado (CIPCA). Esta información se base en las entrevistas realizadas en loa
municipios de la Chiquitanía y el Pantanal.
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Entre los principales actores sociales de este tipo podemos mencionar a: la
AOICH (Asociación de Organizaciones Indígenas Chiquitanas), la que se estructura en base a centrales indígenas en cada uno de los municipios del territorio regional de la Chiquitanía. Es una organización indígena matriz del pueblo
indígena chiquitano presente en casi todo el territorio (destacando la presencia
importante del pueblo Ayoreo y su organización en la región, principalmente
en el Pantanal) y que ha tenido una vital importancia en el recambio político
regional, como lo analizaremos oportuna y pertinentemente más adelante.
Otra organización fundamental está conformada por las organizaciones
campesinas que comprenden a centrales y subcentrales de las provincias y
municipios. Otro actor social de base, cada vez importante en los últimos años,
son las asociaciones y sindicatos de comerciantes, que en algunos casos constituyen el sector más relevante en términos de su magnitud. También tienen
una notable influencia las asociaciones de pequeños y medianos productores,
en particular agropecuarios; de igual forma están las asociaciones de transportistas.
Ahora bien, en lo que respecta a las políticas gubernamentales, se dieron
esfuerzos desde la revolución de 1952. Así, la sentencia de “exportar o morir”
fue el paradigma del desarrollo nacional en un mercado internacional ávido
de materias primas baratas, pero sumamente restrictivo a la producción agropecuaria y manufacturera. Como señala el Plan Estratégico para el Desarrollo
Sostenible de la Mancomunidad de Municipios Chiquitanos: “Las inversiones
del sector público estatal han estado principalmente dirigidas a la construcción
de infraestructura vial. No obstante, el relativo bajo impacto de actividades antrópicas a los recursos naturales del territorio, obedece no sólo a la insuficiente
infraestructura vial, sino también a la falta de energía eléctrica permanente, a
las características climáticas poco favorables para el desarrollo de una agropecuaria intensiva y al débil soporte institucional estatal”. (MMCH, 2007: 40). Es
decir, se ha hecho poco para generar procesos de articulación socioeconómica
interdepartamental. Recién, en los últimos años, los municipios comenzaron a
generar políticas de desarrollo local y regional con el apoyo de la gobernación
departamental de Santa Cruz y el gobierno nacional.
Por otra parte, el predominio de los partidos tradicionales (MNR, ADN y
MIR) se mantuvo hasta algunos años atrás. El MNR por ejemplo, tuvo una
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arrolladora predominancia, desde el primer gobierno de Víctor Paz en la década del ‘50 hasta los años ‘70. Con la fundación del partido del ex dictador
Hugo Banzer, ADN, su presencia caló en la Chiquitanía y el Pantanal, particularmente en los municipios de San Javier, San Ignacio de Velasco y Concepción
(Banzer era oriundo de este último municipio). Asimismo, desde finales de la
década de los ‘80 hasta hace seis años atrás, el MIR, de Jaime Paz Zamora, tuvo
un importante apoyo en este territorio; también tuvieron una relativa presencia en temporalidades distintas, la Falange Socialista Boliviana (FSB) y Unión
Cívica Solidaridad (UCS).
Sin embargo, a partir de las elecciones generales de 2002, pero particularmente en las elecciones generales de 2005, el Movimiento Al Socialismo (MAS),
partido en función de gobierno que está en el actual Gobierno Plurinacional
tiene una fuerte impronta en el apoyo electoral en casi todas las regiones de la
Chiquitanía – Pantanal, principalmente sustentada en la figura del presidente
Evo Morales. Es claro el predominio del MAS, con presencia en casi todos los
municipios, con representantes municipales electos por esta sigla política, en
su mayoría indígenas. También se puede ver el ascenso de agrupaciones ciudadanas con importante presencia en varios municipios. Los sectores sociales
con mayor capacidad de movilización y de presión social como las organizaciones indígenas, han logrado avanzar políticamente.
También existen otras instancias que tuvieron determinado grado de incidencia en la región, como la Iglesia Católica o la Asociación de Ganaderos. En
el caso de la Iglesia Católica, su influencia política fue muy fuerte en algún
momento de la historia regional, particularmente en la época de gobiernos
dictatoriales y en alguna medida durante los años ‘80 y parte de la década de
los ‘90, pero en la actualidad su nivel de incidencia es casi nula. En el caso de
las asociaciones de ganaderos con presencia en casi todos los municipios como
parte de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ), según
coinciden varios de los entrevistados, tuvieron y tienen en la actualidad un
alto nivel de involucramiento político en el territorio chiquitano. En el caso
del Pantanal, se ha conformado la Fundación para el Desarrollo de Sudeste
Germán Bush, compuesta por los principales actores económicos de la región,
como la Cámara de Industria y Comercio del Oriente (CAINCO), que aglutina
a los diferentes sectores económicos.
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Comportamiento electoral
En la línea de lo que ya se ha ido mencionado anteriormente, respecto al
proceso de recambio en el escenario político-electoral, en cuanto se refiere al
ascenso del MAS y el descenso de los partidos tradicionales históricamente dominantes en este territorio del país, se evidencian otros fenómenos electorales
de metamorfosis hacia agrupaciones ciudadanas o adscripciones políticas al
MAS. Se quiere tener una mirada clara sobre el comportamiento electoral; así,
en el siguiente cuadro se muestran los resultados de las justas eleccionarias.
ELECCIÓN DEPARTAMENTAL 2010 PARA GOBERNADOR, POR MUNICIPIO
ORGANIZACIÓN
POLÍTICA/SOCIAL
MAS-IPSP
FA
TODOS
MSM
FCN
VERDES
Muncipio de San Ignacio de Velasco
Votos
Porcentaje
3.226
2.221
767
69
97
6.653
24,8 %
17,0 %
5,9 %
0,5 %
0,7 %
51,0 %
421
109
925
17
8
2.373
10,9 %
2,8 %
24,0 %
0,4 %
0,2 %
61,6 %
Municipio de San Miguel
Votos
Porcentaje
Municipio de San Rafael
Votos
Porcentaje
303
87
92
19
8
1.222
17,5 %
5,0 %
5,3 %
1,1 %
0,5%
70,6%
Total provincia José Miguel Velasco
Votos
3.950
2.417
1.784
105
113
10.248
Porcentaje
21,2%
13,0%
9,6%
0,6%
0,6%
55,0%
Municipio de San Ramón
Votos
Porcentaje
945
264
48
22
46
1.107
38,9%
10,9
2,0%
0,9%
1,9%
45,5%
Municipio de San Javier
Votos
1.102
615
73
73
41
1.781
Porcentaje
29,9%
16,7%
2,0%
2,0%
1,1%
48,3%
Municipio de Concepción
Votos
2.108
591
273
59
74
2.235
Porcentaje
39,5%
11,1%
5,1%
1,1%
1,4%
41,3%
18.477
2.092
636
1.168
361
8.509
59,1%
6,7%
2,0%
3,7%
1,2%
27,2%
Total provincia Ñuflo De Chávez
Votos
Porcentaje
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Fronterizos:
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Municipio de San José de Chiquitos
Votos
1.655
580
522
23
27
3.631
25%
9,0%
8,1
0,4
0,4
56,4%
Votos
1.160
628
169
25
33
3.803
Porcentaje
19,9%
10,8%
2,9%
0,4%
0,6%
65,4%
Porcentaje
Municipio de Roboré
Total provincia Chiquitos
Votos
4.954
1.464
1.211
207
125
10.567
Porcentaje
26,7%
7,9%
6,5%
1,1%
0,7%
57,0%
Municipio de Puerto Suárez
Votos
1.273
894
107
69
140
4.396
Porcentaje
18,5%
13,0%
1,6%
1,0%
2,0%
63,9%
Municipio de Puerto Quijarro
Votos
2.061
472
236
412
278
3.307
Porcentaje
30,5%
7,0%
3,5%
6,1%
4,1%
48,9%
Total provincia Germán Busch
Votos
3.926
1.615
373
501
427
8.265
Porcentaje
26,0%
10,7%
2,5%
3,3%
2,8%
54,7%
31.307
7.588
4.004
1.981
1.026
37.589
37,5%
9,1%
4,8%
2,4%
1,2%
45,0%
Total Chiquitanía – Pantanal
Votos
Porcentaje
Fuente: Elaboración propia con base en los datos de la Corte Nacional Electoral (CNE), 2010.
Es evidente el apoyo electoral a la candidatura de Rubén Costas, a través de
la agrupación ciudadana VERDES, con más del 55% de votos en toda la provincia José Miguel Velasco. Seguidamente se posiciona el MAS con algo más
del 21% y, en tercer lugar, aparece la agrupación ciudadana Frente Amplio
(FA), que une algunas fuerzas conservadoras tradicionales en torno a lo que
fue anteriormente la agrupación ciudadana Poder Democrático y Social (PODEMOS) del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga junto con algunos frentes de
ex-prefectos (como Leopoldo Fernández de Pando).
Opuestamente a los resultados de la provincia José Miguel Velasco, en el
caso de la provincia Ñuflo de Chávez, la victoria del MAS es significativa con
casi el 60% en el total de la provincia. Sin embargo, es importante hacer notar que en los municipios de San Javier y Concepción, el MAS se ubica en el
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segundo lugar en la votación obtenida, lo que constituye ya un fenómeno de
ascendencia para esta fuerza política, lo que es un factor preponderante en el
resultado de victoria provincial del MAS.
En las provincias de Chiquitos y Germán Busch, en casi todos los municipios, la agrupación ciudadana VERDES de Rubén Costas es la que obtiene la
victoria con más del 50%, es decir, el apoyo ciudadano en estas dos provincias
es mayoritario, a favor de una imagen que representa (discursiva y simbólicamente) al departamento, frente a un gobierno nacional como instancia aún
“centralista”, demandando el ejercicio de autonomía regional. Este panorama
electoral, sin embargo, cambia radicalmente en el ámbito de las elecciones municipales.
A continuación se presentan los resultados electorales a nivel municipal de
la macroregión en las últimas elecciones para alcaldes y concejales realizadas
el 2010.
ELECCIÓN DEPARTAMENTAL 2010 PARA GOBERNADOR, POR MUNICIPIO
ORGANIZACIÓN
POLÍTICA
MUNICIPIOS
SAN
IGNACIO
ACHA
2.517
18%
FA
9.546
69%
OICH
MAS-IPSP
SAN
MIGUEL
SAN
RAMÓN
SAN
JAVIER
CONCEPCIÓN
856
23%
1.133
28%
977
17%
1.092
43%
1.425
35%
672
5%
672
5%
682
37%
1.179
9%
139
4%
25
1%
2.005
50,5%
TODOS
1.470
37%
818
90%
535
29%
403
10%
ROBORÉ
PUERTO
SUÁREZ
PUERTO
QUIJARRO
1.031
17%
1.978
27%
1.042
15%
149
2%
2.115
37%
1.532
23%
862
14%
526
7%
431
6%
366
7%
814
12%
80
1%
168
2%
162
11%
1.940
32%
149
2%
251
4%
1.798
32%
438
8%
FPV
UCS
SAN
JOSÉ
593
32%
LIDER
VERDES
SAN
RAFAEL
1.599
23%
585
23%
1.392
21%
FRENTE
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Fronterizos:
Bol ivia
2.924
44%
CHINO
ASIP
26
0,4
JURE
124
2%
22
0,3%
1.768
30%
PRIMEROS
75
1%
UPD
4.108
56
MANOS
201
3%
MSM
1.096
27%
1.056
15%
UDER
Fuente: Elaboración con base en Resultados oficiales CNE, 2010.
Estos resultados electorales que muestran la votación para alcaldes en los
municipios de la Chiquitanía y el Pantanal, ponen en evidencia la contundente diferencia que existe entre la votación para estas autoridades locales
con los resultados para la elección de gobernador en este mismo territorio anteriormente presentada. Estos datos expresan la diferencia, en algunos casos
muy marcada, de la preferencia electoral que existe en una misma población
votante entre lo que es una elección para una autoridad local (alcalde y concejales) y para la autoridad departamental (gobernador). Se reafirma la reconfiguración del campo político-electoral, marcada por el ascenso y repunte del
MAS como partido que encarna el actual proceso de cambio, siendo notable el
protagonismo de las organizaciones sociales como Organizaciones Indígenas
Chiquitanas (OICH) en las últimas elecciones.
3. Las estructuras de poder
En la mayor parte de los gobiernos municipales de las regiones de la Chiquitanía - Pantanal, la institucionalidad, ya sea en los órganos ejecutivos (alcaldes) como de fiscalización (concejos municipales), se encontraba en manos
de los partidos tradicionales (MNR y ADN), que ejercían una hegemonía partidaria, copando las instituciones públicas, tal como señala el actual alcalde
de San Ramón por el MAS: “En el municipio han funcionado bastante tiempo
los partidos tradicionales; por ejemplo, aquí igual hubo ‘acuerdo patriótico’,
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‘mega coalición’. Aquí se replicaba exactamente todo como se daba en el Estado. Ha estado igualmente el MNR. No se conocía los fondos económicos
del municipio, no había transparencia. Nosotros recién estamos descubriendo
algunas cosas, que posteriormente se darán a conocer”. (Entrevista al Alcalde
de San Ramón, diciembre de 2010).
Desde hace cinco años, el MAS, como fuerza política de carácter nacional
y regional viene creciendo en la preferencia electoral en la mayor parte de los
municipios, apoyo manifiesto tanto al liderazgo del presidente Evo Morales
como a las candidaturas locales de este partido, esto se puede evidenciar claramente en el apoyo que recibieron los actuales alcaldes y concejales del MAS,
en las últimas elecciones municipales; en promedio, 3 de 5 concejales, pertenecen al MAS. Sobre esto, una de las autoridades municipales entrevistadas
señala que: “Los dueños de las haciendas han manejado el poder, han dominado al pueblo. Desde la revolución del 52, cuando se estableció el MNR en San
Ramón, ha sido siempre la cuna del MNR y luego de ADN. Por otro lado se
encontraban el MIR y la UCS. Ahora hemos roto eso, lo hemos hecho de una
manera más organizativa con los movimientos sociales y hemos sacado a esas
familias de la alcaldía. Los movimientos organizados han significado la fuerza
mayor”. (Entrevista a un Concejal de San Javier, diciembre de 2010).
La victoria electoral de los candidatos del MAS, responde básicamente a
dos factores que tienen que ver, primero, con el apoyo cada vez mayor al proceso de cambio encabezado por el presidente Evo Morales y, segundo, con el
crecimiento poblacional a partir de la migración del interior del país, principalmente de Oruro, Cochabamba y Potosí: “Este municipio, inicialmente fue
gobernado por el ADN, luego por el MNR. Hasta los mismos comunarios que
ahora se han aliado al MAS, pertenecían antiguamente al MNR, habían también organizaciones de mujeres de ADN; incluso no se podía hablar mal del
partido, porque eran agredidos. Posteriormente el MIR también tenía bastante
fuerza y mucha gente que ahora se ha ido al MAS. También existen representantes tanto de los migrantes como de los chiquitanos; porque existen dos sectores del MAS: el MAS chiquitano y el MAS colla”. (Entrevista a un Alcalde,
diciembre de 2010). En el caso de algunos municipios como San Ramón, el
factor migratorio ha tenido una relevancia política fundamental, ya que gran
parte de las actuales autoridades municipales electas provienen de sectores
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migrantes: “En el municipio existen seis personas electas incluido el alcalde,
entre un 80 a 90% son personas migrantes del interior del país, pero no existe
un liderazgo claro”. (Entrevista al Alcalde de San Ramón, diciembre de 2010).
Sin embargo, el ascenso del MAS como partido tiene que ver también con
las alianzas con las organizaciones sociales locales, principalmente indígenas,
como la Organización Indígena Chiquitana (OICH), con fuerte presencia en
todos los municipios de la región chiquitana; así como lo señala uno de los
informantes: “Han sido fuertes en este ámbito las Centrales Indígenas, porque
ellos se han organizado y han pedido a diferentes partidos políticos para que
les presten su sigla. Fue así como han conseguido a través del MAS el apoyo,
porque aquí la Central indígena fue la que inició este proceso”. (Entrevista al
Presidente del Concejo Municipal de Concepción, diciembre de 2010). En esa
línea un dirigente indígena afirma: “En ese momento, para esa instancia, no
había una autorización. Lo bueno es que en su momento el gobierno ha reconocido que la OICH ha sido la que se ha manifestado en todo momento, para
consolidar la autonomía indígena, juntamente con la CIDOB. Es por eso que
nos estamos juntando y organizando con el MAS, para apoyar el proceso de
cambio y fortalecer la institución como tal y sobre todo nuestra identidad”.
(Entrevista a un dirigente indígena de San Javier, diciembre de 2010).
La composición social también tiene su significación; por ejemplo, el actual
alcalde de San Ramón, Ismael Willca, se define a sí mismo como parte de un
sector poblacional de origen migrante (originario de Oruro) y un alcalde electo a través de la sigla del MAS. El mismo caso se puede evidenciar con lo que
sucede con las principales autoridades municipales como el Oficial Mayor y
los directores del gobierno municipal, así como tres de los cinco concejales. El
ejemplo de San Ramón se repite, por lo menos, en otros tres municipios (Concepción, San Rafael y San Miguel). Al respecto uno de los declarantes afirma:
“En el Consejo hay cinco concejales, de los cuales dos son de la OICH, uno de
la Alianza Chiquitana Autonomista (ACHA), que es una agrupación, y dos del
Verde de Costas. Pero dentro del Consejo hay personas que incluso han estado
como 20 años manejando todo esto. Pertenece a la familia Sarabia de aquí, que
tienen una actividad netamente ganadera. Existe otra familia, los Parada, que
fue la que incentivó mayormente al Alcalde para su postulación y el cambio. Y
el actual Alcalde pertenece a la línea del MAS”. (Entrevista al Alcalde de San
Rafael, diciembre de 2010).
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Se puede afirmar que desde hace seis años atrás la configuración política
en los municipios ha cambiado en gran medida a partir de una mayor democratización en el acceso a los espacios de decisión política dentro de las
instituciones públicas, de igual manera que en relación a los partidos políticos
y la consiguiente reconfiguración de la dirigencia política. Uno de los actores
regionales entrevistados señala que: “El control de unas cuantas familias en
el municipio, ya no existe. Con la ampliación de la democracia ya no tienen
acceso tan fácilmente a los cargos políticos. Ahora, los que quieren ser alcaldes
deben someterse a la voluntad de la mayoría”. (Entrevista a un dirigente local
de Concepción, diciembre de 2010). Este tipo de percepción es muy recurrente
en gran parte de los municipios visitados.
Tradicionalmente, los gobiernos municipales estuvieron manejados por los
partidos políticos de tendencia conservadora, como el MNR y ADN, en menor
medida el MIR y la UCS, que se sostenían en el poder local en torno a redes
de parentesco, rotando en los principales cargos municipales: “En algún municipio el Alcalde está en alianza con el Verde y el MNR, en busca de la autonomía. La ADN estuvo como cuatro o cinco periodos en el municipio y desde
hace tres periodos que el MNR está en el gobierno municipal”. (Entrevista al
Secretario General del gobierno municipal de San Ignacio, diciembre de 2010).
Hay una articulación entre los grupos de familias pudientes de la región y los
partidos políticos dominantes a nivel del departamento y del país; uno de los
informantes sostiene: “Hemos tenido durante largo tiempo la presencia de
estos grupos de poder, que han formado parte del gobierno municipal. Incluso
se trataba de gente que no era de aquí, sino que era puesta a dedo, porque manejaban sobre todo el poder económico. Crearon un círculo cerrado de poder”.
(Entrevista a un dirigente social de San Miguel, diciembre de 2010).
Sin embargo, actualmente la dinámica política en los municipios no es ajena al proceso de cambio que vive el país, ya que los grupos políticos que dominaban antes, hoy en día están en bajada, en muchos casos replegados a sus
actividades económicas (principalmente ganaderas), atendiendo sólo algunas
convocatorias del Comité Cívico local a través de sus asociaciones (asociaciones de ganaderos, madereros, productores agrícolas, cooperativa de agua,
etc.). Al respecto, uno de los informantes señala: “Con el cambio que se produjo en el país, se están dando alianzas con algunas organizaciones importantes. Nosotros tenemos un aliado que es la organización de los colonizadores,
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migrantes del occidente, donde ya tenemos como siete u ocho comunidades”.
(Entrevista a un Concejal de San Javier, diciembre de 2010). La mayoría de los
municipios son afines al partido gobernante (MAS), sobre todo a la figura del
presidente Evo Morales. Es más, muchos alcaldes actuales fueron líderes de
las organizaciones sociales; es decir, primero fueron dirigentes de las organizaciones sociales y luego dirigentes políticos para disputar los espacios del
poder municipal.
En la etapa de mayor conflictividad de los grupos de poder regionales con
el gobierno del presidente Morales, el apoyo de las organizaciones de base
ha sido determinante para frenar los intereses separatistas: “La Organización
Indígena Chiquitana ha sido la que se ha manifestado en todo momento para
consolidar la autonomía indígena, juntamente con la CIDOB. Es por eso que
nos estamos juntando y organizando con el MAS, para apoyar el proceso de
cambio y fortalecer nuestra identidad”. (Entrevista al Responsable de Educación Intercultural de la OICH de Concepción, diciembre de 2010).
La configuración de las alianzas entre dirigentes políticos locales con autoridades regionales (principalmente municipales) y con organizaciones sociales
campesinas e indígenas, se asienta sobre una articulación político-institucional-social con características de un entramado de alianzas establecidas desde
hace algunos años (2005-2006) en el marco del contexto político que se ha desarrollado en los principales centros urbanos, pero la reconfiguración político
partidaria está fuertemente marcada por el ascenso del MAS como la principal fuerza política. Por tanto, se puede decir que la relación entre dirigentes
políticos-autoridades locales-organizaciones sociales se opera, al menos, en
dos dimensiones: por un lado en torno a la consolidación del MAS como fuerza política protagónica en el territorio, con hegemonía en algunos municipios
como San Ramón o San Miguel) y; por otro lado, se presenta en forma de rearticulación de sujetos políticos tradicionales (partidos, grupos y personas)
para mantener el dominio de la estructura político-institucional.
Hasta hace una década atrás, en casi todos los municipios de la Chiquitanía
y el Pantanal dominaban algunos patrones que fungían como tales en el plano
económico y tenían su correlato de predominancia en el plano político local; es
decir, el patrón de una hacienda –o al menos un familiar cercano– era a la vez
autoridad municipal. Pero es importante señalar que muchas de esas figuras
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con peso político ya están fuera de la actividad política (viejos), sus descendientes ya no tienen el mismo liderazgo y ya no se involucran en política (por
lo menos no de manera directa).
Entre las empresas o asociaciones que aún tienen algún grado de influencia política, se puede señalar a las asociaciones de ganaderos de cada uno de
los municipios (que son parte de FEGASACRUZ). De igual forma, tienen una
importante presencia en algunos municipios las asociaciones de empresarios
agroindustriales, con representación en la Unión Agroindustrial de Cañeros
(UNAGRO) y la misma CAINCO.
No se evidencia alguna incidencia política importante de alguna ONG, aunque algunas estuvieron de forma itinerante, como el Centro de Estudios para
el Desarrollo (CEPAD), el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social
(CEJIS) o el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA),
que han realizando estudios en la zona6.
Las organizaciones sociales con cierto nivel de influencia política en la zona
han sido las Centrales Indígenas, que han negociado con distintas fuerzas políticas para el préstamo de su sigla partidaria para terciar en las justas eleccionarias. Fue así como han conseguido a través del MAS el apoyo en las últimas
elecciones municipales (2010): “Aquí la Central Indígena fue la que inició este
proceso de cambio. En el 2005, obtuvieron dos concejales y, para las elecciones
municipales de 2010, la misma Central Indígena determinó elegirme como
nuevo candidato”. (Entrevista al Alcalde de San Javier, diciembre 2010).
Por otra parte, en los municipios de la Chiquitanía y el Pantanal existen
todavía comités cívicos, pero se encuentran con un perfil muy bajo en casi
todos los casos, excepto en Puerto Suárez y Puerto Quijarro, que fueron y son
todavía el núcleo de movilización cívica en torno al proyecto siderúrgico del
Mutún. En el resto de los municipios, los comités cívicos se redujeron a una
mera referencia política conservadora y opositora al gobierno del presidente
Evo Morales, manteniendo una postura conservadora frente al proceso socio6. En la actualidad existen instituciones y entidades de cooperación internacional en la Chiquitanía y
el Pantanal, como la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), el Plan
Internacional, CARITAS (confederación de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica),
etc.
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político que atraviesa el país. Estas entidades cívicas, en casi su totalidad, tuvieron un rol central de posicionamiento discursivo y de movilización durante
los momentos de tensión y conflictividad social y política en torno al tema de
la Asamblea Constituyente y las autonomías departamentales.
Pero la entidad estatal que mantiene algún grado de influencia política y
electoral en algunos municipios, es el Gobierno Departamental de Santa Cruz,
a través de las sub-gobernaciones que operan desde las capitales de provincias
y con presencia en todos los municipios. Esto se puede deducir principalmente a partir de los resultados de las últimas elecciones departamentales para
gobernador, en el que el apoyo al actual gobernador Rubén Costas es mayoritario en las provincias y municipios.
Se puede afirmar que la configuración de la estructura de poder político en
las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal, obedece a una forma de arreglo
institucional, social y política que se opera a partir de mecanismos materiales
y simbólicos de dominación. Se trata de un proceso de reconstitución de estructuras de poder.
Viejas formas de dominación y nuevas alianzas
Asumiendo que la historia de la constitución social de la Chiquitanía y el
Pantanal no ha estado al margen de lo que fue el proceso de formación socialpoblacional del oriente boliviano durante el siglo XX, en particular a partir de
lo que fue la política estatal con la llamada “Marcha al Oriente” en el marco
del conocido Plan Bohan, se puede sostener que en este territorio se tuvo una
dinámica en la conformación de las elites que surgió a partir de una política
estatal. En ese contexto, el proceso de constitución de las oligarquías regionales en el oriente del país (y por tanto estructuras de poder) se puede ubicar
desde los albores de la revolución nacional del ‘52. Sobre esto, el investigador
Gonzalo Rojas en su investigación sobre la cultura política de las elites en Bolivia, señala: “… parecía haber en los hombres que condujeron la Revolución,
el ánimo de crear una burguesía nacional, y que el espacio territorial para
desarrollarla era el oriente del país. Esta es uno de las más consistentes metas
del proceso social en nuestro país, y puede documentarse de la manera más
objetiva en varias décadas, con recursos públicos asignados y recursos privados entregados y captados por el sistema bancario, en fases más recientes”.
(Rojas, 2009: 115).
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En ese entendido, en las regiones de Chiquitanía y el Pantanal se constituyen oligarquías de base económica ligadas principalmente a la posesión de
extensas tierras y a la actividad ganadera (San Javier, Concepción, San Ignacio, San Miguel, San José, Puerto Suárez, Carmen Rivero), así como maderera
(San Ignacio, San Ramón, San Matías, San Rafael, Roboré) y en cierta medida
agrícola (San José, San Matías, Roboré). Este proceso se traduce en la conformación de estructuras económicas dominantes en las regiones del oriente, lo
que correlativamente se traduce en la constitución de grupos de poder con
dominio social y político a nivel local en todo este territorio. Lo que interesa
destacar es la forma en que se manifiestan y operan las estructuras de poder
político a nivel local, apoyadas en la estructura económica.
Una primera aproximación a las formas de dominación que despliegan los
grupos de poder, tiene que ver con la conformación misma de estructuras dominantes a nivel regional, esto es, a nivel de los municipios de la Chiquitanía y
el Pantanal. Es precisamente en la territorialidad municipal donde se pueden
identificar las construcciones de relaciones sociales de dominación, configuradas a partir de lo que Weber denominaba estamentos sociales, los que se presentan como grupos de personas que se identifican en base a los bienes materiales
que detentan y, a la vez, por la ligazón a un poder social que los identifica entre
ellos y los distingue del resto de la sociedad a partir de estilos de vida que
llevan cotidianamente (Weber, 1964: 242-246).
En la mayor parte de los municipios, se pudo evindenciar la existencia de
grupos sociales que se identificaban a sí mismos como un sector de renombre
y/o prestigio social por pertenecer a determinado “linaje” familiar o estar ligado a éste, como ocurre por ejemplo en el municipio de Concepción, con las
familias Suárez, Banzer, Peña, Prada, o en San Rafael con las familias Parada
y Sarabia. Esto es evidente a nivel de las redes familiares y de compadrazgo
tejidas en ese espacio territorial municipal, regional y hasta departamental,
donde esas familias fueron –y son todavía– los patrones de sus haciendas. El
dominio familiar y estamental basado en la dominación económica ha encontrado su correlato político en la forma de cooptación de las instituciones públicas a nivel local por esos grupos de poder, expresada fundamentalmente en
el control de las alcaldías, las llamadas subprefecturas y los corregimientos.
Se turnaban en el control de esas instituciones locales, sustentado en las redes
clientelares establecidas en base al poder económico; el objetivo era benefi96
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ciarse a nivel personal o como grupo familiar y social, a partir del manejo de
programas y proyectos de inversión y los recursos estatales, lo que permitía además acrecentar sus patrimonios como terratenientes y en ciertos casos
como empresarios.
En el plano estrictamente político, estos grupos de poder local se articulaban con las fuerzas políticas tradicionales, principalmente con el MNR, la
ADN y el MIR, y en alguna medida con la FSB, UCS y NFR. Estos partidos
políticos que gobernaron prácticamente el país desde la mitad del siglo XX
en adelante, solos o en alianzas entre ellos, tenían como sus representantes
locales a los miembros de esos grupos dominantes mediante los vínculos familiares y de compadrazgo. Esta forma de constituir lazos entre el nivel nacional, departamental y local, permitía operar mecanismos de reproducción del
poder político que no daba lugar a alternativas políticas que estaban fuera del
esquema de poder territorial.
En la actualidad se puede evidenciar que esos grupos de poder han construido estrategias de alianzas y/o cooptación de instituciones y organizaciones sociales, juntas vecinales, comités sectoriales, pequeños productores, etc.),
para garantizar el apoyo electoral y el control del poder municipal, como sucede en los municipios de San Ignacio, San José, Puerto Suárez, Puerto Quijarro y Roboré. Es decir, se apuesta a las alianzas electoralistas en relación con
las nuevas fuerzas políticas como el MAS o las agrupaciones ciudadanas de
carácter local, mediante diversos modos, que van desde la inscripción como
militantes orgánicos del partido o agrupación, hasta el simple apoyo a las
campañas políticas.
4. Reconfiguración del poder político local
Como ya se mencionó anteriormente, el actual escenario político de las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal presenta un nuevo mapa de actores políticos y sociales, que hacen parte de los protagonistas del presente proceso de
reconfiguración política. Los actores sociales que emergieron con más fuerza
en casi todos los municipios, son sin duda las organizaciones indígenas, por
ejemplo, la Asociación de Organizaciones Indígenas Chiquitanas (AOICH),
con presencia orgánica en casi todos los municipios y siendo uno de los principales actores sociales de la reconfiguración del nuevo escenario políticoelectoral. Si bien son muy pocos los municipios donde las OICH tienen una
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autoridad local (alcalde) propia de la organización, en la mayoría de los municipios tiene presencia a través de las alianzas que establecieron con otras
organizaciones políticas como el MAS.
Otro de los actores fundamentales en la reconfiguración del mapa político
lo constituye sin duda el MAS, que como fuerza política tiene el control de
cerca del 30% de los gobiernos municipales y, en el resto de los municipios
donde no controla la alcaldía, constituye la segunda o tercera fuerza política.
Esto se explica por el apoyo masivo a la figura del principal líder de esa fuerza
política, el presidente Evo Morales y al actual proceso de cambio que vive el
país. Pero el creciente apoyo social regional al MAS tiene que ver también con
el fenómeno migratorio desde el interior del país, especialmente con los migrantes de Oruro, Cochabamba y Potosí que se establecen en los municipios,
como en San Ramón, San Ignacio de Velazco, San José, Roboré, Puerto Suárez
y Puerto Quijarro.
Asimismo, las agrupaciones ciudadanas que participaron en los recientes procesos electorales, constituyen un componente importante de la reconfiguración de ese nuevo escenario político. Estas agrupaciones ciudadanas en gran
parte son fuerzas políticas creadas ante el descrédito, derrota y rechazo de
los partidos tradicionales, como el MNR, MIR, PODEMOS, ADN, etc., pero
en muchos casos con los mismos sujetos políticos (dirigentes o militantes) de
esas fuerzas políticas tradicionales, que ahora se refugian en esas agrupaciones regionales o municipales para retener el poder político local, sobre todo
a nivel de los gobiernos municipales. A continuación se presenta un cuadro
relacional de las principales conversiones de partidos tradicionales a nuevas
agrupaciones ciudadanas.
RELACIÓN DE AGRUPACIONES CIUDADANAS
CON VIEJOS PARTIDOS, POR MUNICIPIO
MUNICIPIO
PARTIDO POLÍTICO (ANTES)
AGRUPACIÓN CIUDADANA (AHORA)
San Ignacio
MNR
FA (Frente Amplio)
San Miguel
ADN-PODEMOS
TODOS (Todos por Santa Cruz)
San Rafael
ADN-MIR
ACHA (Alianza Chiquitana Autonomista)
Concepción
ADN-FSB
VERDES
San Javier
MNR-ADN-MIR
FA (Frente Amplio)
San Ramón
MNR-ADN
FA (Frente Amplio)
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San José
ADN-PODEMOS
CHINO (Chiquitanos Independientes Nueva Opción)
Roboré
MNR
PRIMEROS (Proyecto Integrador Municipal Ejemplo Roboré)
Puerto Suárez
MNR
MANOS (Manos A La Obra)
Puerto Quijarro
ADN-MIR
FPV (Frente para la Victoria)
Fuente: Elaboración propia con base en datos de la CNE y en las entrevistas realizadas.
Refugio de las élites tradicionales en
las agrupaciones ciudadanas y el MAS
Al analizar los resultados electorales, se ve un panorama de correlación de
fuerzas en cada uno de los municipios y provincias, permitiendo identificar
las dinámicas y estrategias de reproducción de los grupos de poder político
en la región. En muchos casos, esas dinámicas están camufladas o disfrazadas
mediante el cambio nominal de partidos políticos o agrupaciones ciudadanas, donde las mismas elites tradicionales locales continúan reproduciendo
sus redes de dominio político, pese a la emergencia de organizaciones sociales
indígenas y el ascenso del MAS.
Un primer espacio institucional, donde tiene lugar la reproducción política
de las elites regionales, es la Gobernación de Santa Cruz y todo su aparato político-institucional desplegado en el territorio a través de las sub-gobernaciones
provinciales y corregimientos. Una de las principales estrategias de reproducción de las elites locales, consiste en el constante reforzamiento de la imagen
de la Gobernación de Santa Cruz a partir del despliegue de algunas obras que
son presentadas en la región como grandes esfuerzos de gestiones personales
o del Gobernador para el desarrollo de la región, pero que en muchos casos
son obras inconclusas o que no se ejecutan: “La gobernación tiene una presencia más inflada que real, mediante el SEDCAM [Servicio Departamental
de Caminos], pero casi no hay maquinaria. Por ejemplo, la Gobernación lanza
proyectos, contrata empresas y esas mismas son las que incumplen y retardan
el trabajo. Se pueden ver un poco de obras como el mantenimiento de calles,
pero la mayor parte fue realizada por la ABC o la alcaldía. La Gobernación
es más discurso que otra cosa”. (Entrevista a un representante del Comité de
Vigilancia de San Ignacio, diciembre de 2010).
En cuanto a proyectos y obras concurrentes no se expresa como en anteriores gestiones, porque un gobierno municipal manejado por el MAS, no recibe
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un apoyo importante de la Gobernación de Santa Cruz. Empero, la Gobernación de Santa Cruz despliega sus estrategias políticas para mantener su presencia en el territorio de la Chiquitanía y el Pantanal, proyectando un discurso
regional y departamental, como una suerte de enfrentamiento a un “enemigo
foráneo”, un “invasor” o un “avasallador”.
Este tipo de discurso, si bien en la actualidad ya no tiene la misma intensidad y hostilidad que en aquellos momentos de mayor conflictividad entre el
gobierno nacional y algunas regiones, aún sigue siendo un recurso al que apelan algunos representantes de la gobernación cuando se refieren al gobierno
nacional y su presencia en la zona.
Otra de las estrategias de reproducción de las elites locales se basa en competir por los poderes locales a partir de la creación de nuevas agrupaciones
ciudadanas, pero que conservan las mismas lógicas y prácticas de los partidos tradicionales (MNR y ADN sobre todo); incluso mantienen a las mismas
personas como operadores y representantes de dichas agrupaciones. Este fenómeno, aparentemente, está teniendo buenos resultados para esos grupos,
principalmente en el caso de los municipios de San Ignacio, San José, Roboré,
Puerto Suárez y Puerto Quijarro, donde las nuevas agrupaciones ciudadanas
(antes MNR y ADN) obtuvieron resultados favorables en las elecciones municipales de 2010. Es decir, se mantienen los mismos políticos tradicionales bajo
otras siglas (FA, ACHA, CHINO, MANOS, FPV, etc.).
La estrategia política de las elites regionales consiste en lo que en lenguaje
común se denomina reciclaje político, fenómeno que tiene lugar en varios municipios y que se caracteriza por el transformismo político-partidario de algunas
personas o grupos de personas, que se identificaban anteriormente con una
determinada fuerza política de derecha, ahora se identifican con las “nuevas”
fuerzas políticas.
Una de las particularidades de este tipo de estrategias está dada por la forma en que los políticos tradicionales establecen alianzas con dirigentes de organizaciones sociales y de agrupaciones ciudadanas. En este caso, se estaría
mostrando una dinámica de regeneración de personajes políticos del pasado a
través de agrupaciones ciudadanas de fresca nominación y aparente renovado
perfil. Otro aspecto particular de este tipo de estrategias consiste en la adscripción, por lo menos nominalmente, por parte de anteriores militantes o dirigen100
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tes de partidos tradicionales a las filas regionales del MAS, lo cual se convierte
en un factor político-electoral importante para alcanzar resultados favorables.
Se puede afirmar que la reconfiguración del actual campo político presenta
características tanto de cambio como de continuidad de las estructuras de poder político local, donde se reubican y reposicionan los viejos y nuevos actores
locales a partir de las características siguientes:
a) Los políticos tradicionales anteriormente (pre) dominantes, a través de
la plataforma partidaria como el MNR, ADN y MIR, en la actualidad se
encuentran con un muy bajo perfil público. Este fenómeno de descendencia y desaparición del mapa político de estas fuerzas, sucede principalmente a nivel formal y nominal; pues, se van reciclando.
b) Las nuevas fuerzas políticas (agrupaciones ciudadanas), sirven también
para que los políticos tradicionales se presenten a las elecciones (2009 y
2010); de manera que estas nuevas fuerzas tienen como representantes a
los mismos personajes políticos del pasado.
c) Una característica fundamental de la nueva reconfiguración del escenario político, es el ascenso del Movimiento al Socialismo (MAS), que tiene
un fuerte respaldo electoral en casi todos los municipios, alcanzando
importantes victorias en algunos municipios, por ejemplo en San Ramón
y Concepción); o teniendo presencia en los concejos municipales como
en San Javier, San Ignacio, San José, Roboré y Puerto Suárez).
d)Otro aspecto tiene que ver con las formas en que algunos políticos que
eran militantes de los viejos partidos (MNR, ADN, MIR), ahora son cercanos simpatizantes o militantes orgánicos del MAS. Se trata de una estrategia de reacomodo y reposicionamiento político para mantenerse en
las alcaldías.
e) Otro rasgo fundamental es la fuerte emergencia y ascenso políticoelectoral de organizaciones sociales, particularmente indígenas, como
es el caso de la Asociación de Organizaciones Indígenas Chiquitanas
(AOICH), que obtuvo importantes resultados en las elecciones municipales de 2010; por ejemplo, en San Javier y San Rafael gana la alcaldía;
en San Miguel y San Ignacio obtiene el segundo y tercer lugar, respectivamente y; en Concepción consigue la alcaldía en alianza con el MAS.
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Se puede afirmar que el contexto de reconfiguración política y de redefinición del escenario político-electoral, se presenta como una compleja combinación, en alguna medida difusa y cierta forma evidente y hasta dicotómica;
por un lado con un notable ascenso de fuerzas políticas de origen campesinoindígena-popular, y por otro lado, el nuevo escenario está marcado por la permanencia de políticos tradicionales que se reacomodan en el nuevo campo
político.
Repliegue político y continuidad económica
Las regiones de la Chiquitanía y el Pantanal presentan una conformación
social caracterizada por la persistencia de modos de explotación-producción,
todavía bajo un sistema patronal de las haciendas, que en muchos casos ahora son empresas ganaderas (bovino), forestales (de extracción de madera) y
agroindustrias. Presentan rasgos de persistencia de formas de control económico-territorial y de explotación de recursos naturales en manos de grupos
de poder local. Se mantiene el control económico por parte de los grupos de
poder, como sucede en los municipios de Concepción, San Javier, San José, San
Ramón, San Miguel y San Rafael.
Sin embargo, el fenómeno migratorio hacia los municipios de frontera (San
Ignacio, San Matías, Puerto Suárez y Puerto Quijarro), se traduce en una diversificación económica que se caracteriza principalmente por el incremento
de la actividad comercial (en particular de tipo informal), por una parte, y la
emergencia de una nueva fuerza política que apoya a las agrupaciones ciudadanas de orientación popular e indígena.
En este contexto, se está produciendo, desde hace unos cinco o seis años
atrás, una remoción y reconstitución del escenario político electoral a partir
del ascenso de nuevos actores políticos (MAS y otras agrupaciones ciudadanas) y organizaciones indígenas (OICH). Esta situación provocó una suerte de
repliegue de las fuerzas políticas tradicionales (MNR, ADN, FSB y MIR) a nivel
local, lo que se podría considerar como un quiebre hegemónico.
Sin embargo, las estructuras sociales e institucionales sobre las que se han
sustentado los grupos tradicionales dominantes, permanecen aún vigentes en
gran medida, ya sea bajo nuevas modalidades de organizaciones políticas o
bajo el reacomodo personal y/o grupal de los miembros de esos grupos de
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poder. Asimismo, si bien ese repliegue político aparente opera en la dimensión
política, en la dimensión económica se mantiene todavía un pre-dominio de
las estructuras de poder basadas en las relaciones de patronazgo.
Conclusiones
Se puede afirmar que las regiones de la Chiquitanía y Pantanal, desde hace
unos siete años atrás, experimentan una reconfiguración de su escenario político a partir de procesos de reconstitución social y política, en correspondencia
con lo que viene ocurriendo a nivel nacional con el proceso de cambio políticoestatal, por lo menos desde el año 2000 y con mayor énfasis desde el 2005, marcado por el potenciamiento de los movimientos sociales de origen campesinoindígena, el liderazgo del presidente Evo Morales, la aplicación de políticas de
nacionalización de empresas consideradas estratégicas, la construcción de un
nuevo pacto social con la Asamblea Constituyente y la aprobación de la nueva
Constitución Política del Estado. Este escenario de reconfiguración de las relaciones sociopolíticas, está dado por la democratización política, el cambio de
actores políticos a nivel local y el acceso a los cargos públicos de representantes y dirigentes de organizaciones sociales de origen indígena campesino.
Porque hasta hace unos años atrás, los grupos de poder mantenían el control de la institucionalidad política, dado por el copamiento absoluto de los
gobiernos municipales por parte de los representantes regionales de partidos
tradicionales y conservadores (MNR, MIR, ADN y FSB). Este control hegemónico de la institucionalidad política operaba en gran parte como una extensión
patrimonial de las familias que conformaron esos grupos de poder.
El ascenso de nuevos actores políticos de origen popular campesino indígena, produjo en gran parte la transformación y recomposición del campo político local, dado que históricamente las fuerzas tradicionales y conservadoras
controlaban las estructuras de poder local en base a grupos sociales dominantes, tanto en el plano económico como en el ámbito político-institucional. De
manera que la transformación político-electoral del territorio, ha provocado el
surgimiento de una dinámica de articulación y de lucha política por parte de
sectores sociales marginados como las poblaciones indígenas y los migrantes
del occidente del país. De hecho, la Asociación de Organizaciones Indígenas
Chiquitanas (AOICH), alcanzó resultados favorables en las elecciones municipales de 2010; por ejemplo, en San Javier y San Rafael ganó la alcaldía; en San
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Miguel y San Ignacio obtuvieron el segundo y tercer lugar, respectivamente y;
en Concepción consiguieron la alcaldía en alianza con el MAS.
La transformación del mapa político obedece también al agotamiento de los
partidos políticos tradicionales (MNR, ADN, MIR, PODEMOS, NFR y UCS),
que antes hegemonizaban el control político-institucional a nivel local. Este
descenso, agotamiento y desaparición de esas fuerzas políticas tradicionales,
significa un cierto repliegue de las contiendas políticas por parte de los grupos
de poder conformados por grandes propietarios de tierras (haciendas), como
por ejemplo los ganaderos.
Pero ese repliegue político, no quiere decir que los grupos de poder hayan
perdido dominio económico en la zona ni las formas de influencia social; es
más, desde esos ámbitos de dominio económico todavía tienen una cierta influencia política, en la medida que se han adaptado y reciclado en las nuevas
organizaciones políticas como las agrupaciones ciudadanas, que en gran parte
se conformaron en base a los resabios de los partidos políticos. Asimismo,
algunos dirigentes políticos tradicionales se han convertido en simpatizantes,
militantes e incluso dirigentes regionales del partido gobernante, el MAS. Se
ha dado una suerte de “rebautizamiento” político partidario de los políticos
tradicionales que tratan de mantenerse en las instancias del poder local.
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Acciones de desarrollo económico y social de ADEMAF
Jaime Vásquez Sánchez*
Resumen
El presente artículo ha sido inspirado en la labor que desarrolla la ADEMAF, en el territorio fronterizo y las macroregiones del país. Se sostiene que el
trabajo de esta entidad gubernamental ha beneficiado a las poblaciones fronterizas, trabajo que fue realizado en coordinación con las Fuerzas Armadas y
otras entidades gubernamentales involucradas en tareas de desarrollo y seguridad. La ejecución de programas y proyectos que coordina la ADEMAF con
otras instancias de gobierno, se enmarca en la Constitución Política del Estado,
el D.S. N° 0538 y la Ley N° 100 de Desarrollo y Seguridad de las Fronteras; lo
cual es parte de la política de Estado de frontera que el gobierno de Evo Morales está implementando en el país. Para mostrar los ámbitos de trabajo de la
ADEMAF, se ha elaborado una matriz que contiene las operaciones de control
en la franja fronteriza y los programas y proyectos de desarrollo económico
y social. Se considera que la presente reflexión, hecha desde la mirada de las
Fuerzas Armadas, sirva para difundir y también reconocer la labor desarrollada por el Órgano Ejecutivo y las Fuerzas Armadas a favor de las poblaciones
y comunidades rurales más alejadas y aún aisladas.
Palabras clave: frontera, políticas públicas, seguridad, Fuerzas Armadas, desarrollo.
Introducción
Las fronteras del Estado Plurinacional de Bolivia estaban abandonadas por
el mismo Estado hasta antes del 2009, donde las poblaciones asentadas en
las zonas fronterizas han estado en situación de pobreza y aislamiento. La situación de abandono de los territorios fronterizos favorecía a que los agentes
* Mayor de Artillería del Ejército de Bolivia, militar activo en la Escuela de Comando y Estado Mayor
(Cochabamba). Correo Electrónico: [email protected]
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externos aprovechen los recursos naturales de manera ilegal, atropellando la
soberanía del Estado boliviano.
El Estado, si bien tenía presencia física en todo el territorio nacional, pero
era muy débil, debido a que las comunidades marginadas no eran atendidas
en sus demandas, en lo que toca a los servicios básicos y la seguridad fronteriza sobre todo; entonces, esas comunidades marginadas buscaron sus propias
formas de sobrevivencia, valiéndose de medios precarios.
Sin embargo, con la creación de la ADEMAF, esas regiones aisladas y abandonadas están siendo atendidas en sus demandas a partir de la ejecución de diferentes programas y proyectos de desarrollo económico y social, donde la participación de instituciones públicas y organizaciones sociales es fundamental. En los
territorios fronterizos, se han mejorado de algún modo la calidad de vida de los
habitantes, donde el trabajo de otras entidades gubernamentales y las Fuerzas
Armadas fue importante para llegar a aquellos lugares más alejados.
En el presente artículo se analiza y reflexiona justamente las acciones emprendidas por la ADEMAF, en lo que respecta a la promoción del desarrollo y
el mejoramiento de la seguridad en las fronteras, entendiendo que el dominio
territorial es la base fundamental de la estructura y la organización del Estado;
lo contrario significa la pronta aparición de amenazas externas como la explotación de recursos naturales. Por eso mismo, es necesario ejercer control de las
zonas fronterizas, buscando un equilibrio entre desarrollo y seguridad, con la
finalidad de integrar al territorio nacional y preservar la soberanía.
Ante esta necesidad, para asegurar el desarrollo y la seguridad de las fronteras, se promulga el Decreto Supremo N° 538 para la creación de la Agencia
para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas – ADEMAF, el
3 de junio de 2010; esto es parte de la política del dominio territorial, donde
las otras entidades estatales deben aportar, como las gobernaciones y los gobiernos municipales. En este marco, la participación de las Fuerzas Armadas
es fundamental para llevar adelante las tareas de desarrollo y seguridad en
beneficio de las poblaciones fronterizas.
La ADEMAF, en el marco de las competencias establecidas en la Constitución Política del Estado, el Plan Nacional de Desarrollo y las políticas definidas por el Órgano Ejecutivo y basado principalmente en la Ley N°100 de
Desarrollo y Seguridad de las Fronteras, promulgada el 4 de abril de 2011,
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que establece mecanismos de articulación institucional para la ejecución de
políticas de desarrollo integral y seguridad en las macroregiones y zonas fronterizas, tiene las siguientes funciones:
• Articular el trabajo de las entidades encargadas de la prevención y
lucha contra el contrabando en fronteras.
• Proponer en coordinación con las entidades públicas competentes, mecanismos de prevención y control del tráfico de mercancías en fronteras.
• Otras funciones orientadas al cumplimiento de las decisiones del
Consejo para el Desarrollo Fronterizo y Seguridad.
En base a las consideraciones hechas anteriormente, la ADEMAF ha realizado actividades permanentes, coordinando por ejemplo los operativos con
las Fuerzas Armadas.
1. Operaciones de seguridad en la franja fronteriza
Desde la creación de la ADEMAF se han realizado diferentes actividades relacionadas con capacitaciones y operaciones en el marco del cumplimiento de la Ley
100, en coordinación con entidades públicas, municipales, organizaciones sociales
y principalmente con las Fuerzas Armadas que desplegó su presencia por todo el
territorio boliviano a través de los Comandos Conjuntos, siendo el principal brazo
operativo de la ADEMAF, en cuanto a seguridad y defensa de las fronteras.
Para la seguridad y defensa integral se ha establecido el plan para el nuevo
despliegue de unidades de las Fuerzas Armadas y del Ejército en particular, en
procura de cumplir eficientemente los nuevos roles que cumplen las Fuerzas
Armadas en esta etapa del proceso de cambio. Por lo tanto, es importante apoyar la implementación de las políticas de Estado para reducir los riesgos que
conlleva las nuevas amenazas emergentes, principalmente la explotación y
comercialización ilegal de los recursos naturales que constituyen un potencial
para el desarrollo del país, en esa visión suprema del Vivir Bien.
El control y comercialización de los recursos naturales por parte del Estado
es fundamental y viable para mejorar la actual situación económica, donde las
Fuerzas Armadas juegan un rol significativo, apoyando la ejecución de proyectos de desarrollo integral y seguridad fronteriza, porque las unidades militares de los Comandos Conjuntos llegan hasta los lugares más recónditos del
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país. De hecho, con la conformación de los Comandos Conjuntos se ha mejorado el control de las fronteras y la seguridad en las poblaciones fronterizas.
Las principales actividades realizadas por la ADEMAF, en la promoción de
desarrollo socioeconómico y la seguridad en las regiones fronterizas, se muestran en el siguiente cuadro:
OPERACIÓN
Operaciones
de seguridad
ciudadana
en la franja
fronteriza
Seguridad
Desarrollo
económico
ACTIVIDAD, LUGAR Y
FECHA
OBJETIVO
PARTICIPANTES
El Estado sienta presencia
en Challapata (Oruro) para
combatir los ilícitos.
09-11-12
Sentar presencia estatal en la
zona y frenar los ilícitos, como la
comercialización de autos “chutos”
y el contrabando.
Fiscalía de Distrito de Oruro, Control
Operativo Aduanero (COA), Aduana Nacional, Policía Boliviana, Fuerzas Armadas
y ADEMAF
Bolivia y Brasil evalúan temas
de seguridad fronteriza y
migración. Cobija
17-10-12
Tratar temas sobre seguridad
fronteriza, integración económica,
migración, infraestructura y transporte, en el marco de un acuerdo
bilateral entre ambos países.
Comité de Integración Fronteriza de
Bolivia y Brasil, el Embajador de la
República Federativa del Brasil en Bolivia
y la Directora de Relaciones Bilaterales
de la Cancillería Boliviana
Oficiales del Ejército reciben
capacitación sobre ley de
seguridad y desarrollo de
fronteras. Cobija
28-09-12
Difundir los alcances de la normativa sobre temas de frontera, ciudadanos extranjeros, contrabando
de combustible y explotación ilegal
de recursos naturales.
Director Regional de ADEMAF Pando, Capacitador de la Ley 100, Asesor de Asuntos Jurídicos de ADEMAF y 22 oficiales
de la 1ra. División del Ejército
Estudiantes de derecho reciben información sobre la Ley
de Desarrollo y Seguridad de
las Fronteras.
Cobija
01-10-12
Difundir la Ley 100 y los mecanismos de articulación institucional
para la ejecución de políticas de
desarrollo integral y seguridad en
fronteras.
Director Regional de ADEMAF Pando,
La Coordinadora de Ciencias Jurídicas
Políticas y Sociales de la Universidad
Amazónica de Pando y 300 futuros
abogados del departamento de Pando
Aduana recibe vehículos
decomisados en dos años
de lucha contra el contrabando. Regimiento Braún 8 de
Caballería
09-10-12.
Eliminar el contrabando de vehículos indocumentados.
Fuerzas Armadas y Aduana Nacional.
Promoción del proyecto turístico portal de la Gran Chiquitania, Cotoca y Pailón.
27-10-12
Promover el proyecto turístico
“Portal de la Gran Chiquitania”, que
contribuirá al desarrollo de la ruta
turística del corredor Bioceánico.
ADEMAF
Fuerza Binacional BoliviaVenezuela ingresa a Urubichá
a desarrollar obras. Urubichá
24-10-12
Mejorar las calles y abrir vías de
acceso a las comunidades y nivelar
el terreno para una pista de aterrizaje; abarca más de 50 Km de
caminos, que beneficiará a más
de 10.000 personas.
Fuerza Binacional de Ingeniería Social
(FBIS) y ADEMAF
ADEMAF presente en la
Expopantanal 2012, el portal
de la gran Chiquitania.
Puerto Suárez
03-11-12
Desarrollar en la ruta bioceánica
(Santa Cruz-Puerto Suárez) los
emprendimientos turísticos.
ADEMAF, Presidente de la Cámara de
Industria y Comercio (CAINCO) de Puerto
Suárez
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Desarrollo
social
Brigadas Solidarias de ADEMAF finalizan su recorrido por
el Pantanal.
30-10-12
Llevar atención médica, servicios
de telefonía, carnetización y
certificación. Se alcanzó a 12.407
atenciones en 93 comunidades
alejadas de esta región del país.
Brigada del Pantanal, Ministerio de Salud,
Tribunal Supremo Electoral, Servicio de
Registro Civil (SERECI), Servicio General
de Identificación Personal (SEGIP), ENTEL
y gobiernos municipales
Comando
Conjunto
Andino
Operaciones militares sector
de Suches
09-07-10
Impedir la explotación ilegal del
oro por parte de algunas cooperativas conformadas por bolivianos y
súbditos peruanos.
Ministerio de Minería y metalurgia,
Aduana Nacional, Ministerio Público,
Ministerio de Hidrocarburos y Ministerio
de Relaciones Exteriores
Comando
Conjunto
Amazónico
Operaciones militares de
seguridad y protección de los
recursos naturales en el río
Orthon.
Comprobar la legalidad o ilegalidad
de las dragas y balsas que explotan
el oro aluvial en los ríos Orthon,
Beni y Madre de Dios.
Grupo de Tarea Conjunta “Cobija”
Comando
Conjunto del
Plata
“Plan Soberanía”
Área de responsabilidad
Proteger los recursos naturales
mineralógicos y asentamientos
ilegales en las zonas de frontera
con Brasil.
Unidades militares de las FF.AA. que se
encuentran en la Chiquitanía, Divisiones
3, 4, 5, y 8, 5to. Distrito Naval y Tercera y
Cuarta Brigada Aérea.
1. Las políticas públicas de frontera
La ADEMAF es una instancia gubernamental creada para impulsar y coordinar la ejecución de planes, programas y proyectos estratégicos de desarrollo y seguridad en las regiones fronterizas. En este sentido, trabajando en coordinación
con las diferentes instituciones del Órgano Ejecutivo, las gobernaciones departamentales, los gobiernos municipales y las organizaciones sociales, se desarrollaron actividades de capacitación y ejecución de operaciones, con la participación
de los Comandos Conjuntos que dependen directamente del Comando en Jefe
de las Fuerzas Armadas. Se ha trabajado tanto en prevención como lucha contra
el contrabando de mercaderías en la línea fronteriza, donde las operaciones realizadas por los Comandos Conjuntos ha logrado disminuir el índice de contrabando en un 30%, favoreciendo de este modo a la economía nacional.
Es decir, los nuevos roles que hoy en día cumplen las Fuerzas Armadas,
apoyando la implementación de las políticas gubernamentales, se orientan
más a tareas de prevención y control del tráfico de mercancías en fronteras,
mediante mecanismos de disuasión para alcanzar los objetivos trazados por
la ADEMAF. En este trabajo, uno de los elementos importantes para fortalecer
los mecanismos de control, es la concientización de la población en las áreas
fronterizas, por lo que la presencia militar en todo el territorio nacional tuvo
un efecto diseminador e integrador de las regiones de frontera, permitiendo además acrecentar la confianza ciudadana en las políticas de gobierno, así
como en las Fuerzas Armadas y otras instituciones involucradas en las labores
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de desarrollo y seguridad. Por ejemplo, las acciones de control efectuadas por
los Comando Conjuntos, permitieron reducir la explotación del oro aluvial
en los ríos Suches, Madre de Dios, Órthon y Madera en la cuenca amazónica,
también se hicieron intervenciones en la Chiquitanía, en un trabajo compartido entre la Fiscalía y otras instituciones del gobierno nacional; se incautó
maquinaria y se detuvo a brasileños que explotaban oro de forma ilegal. Esto
además, ha posibilitado que la población apoye los operativos de control de
los ilícitos. Actualmente, las unidades militares están patrullando y controlando las fronteras para evitar el contrabando, el saqueo de los recursos naturales
y las otras actividades ilegales.
Las actividades realizadas por la ADEMAF, han tenido un impacto social
positivo en las poblaciones fronterizas, porque ahora la gente tiene más credibilidad en las promesas del gobierno nacional y las acciones militares. Además,
se ha logrado fortalecer las capacidades institucionales de control fronterizo y
el dominio estatal del territorio, en particular del territorio fronterizo. Asimismo, se está estableciendo un hábito de coordinación y cooperación interinstitucional en la organización y realización de tareas de control de ilícitos.
Conclusión
El dominio de las fronteras territoriales y su resguardo es la base fundamental de la integración nacional. La presencia del Estado en toda la zona
fronteriza, ha posibilitado el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones alejadas, mediante la atención de las demandas sociales. Pero para esto,
es necesario que las Fuerzas Armadas y las instituciones encargadas de seguridad fronteriza cuenten con sistemas tecnológicos y equipamiento modernos.
Las acciones y operaciones desarrolladas por la ADEMAF, ha permitido
fortalecer las capacidades institucionales, con el apoyo constante de las Fuerzas Armadas a través de los Comandos Conjuntos.
Asimismo, la concientización de la población en las áreas fronterizas es un
aspecto importante para resguardar los recursos naturales y evitar su explotación ilegal; se trata de difundir y promover un sentimiento de bolivianidad,
sobre todo en los jóvenes, adolescentes y niños de los municipios fronterizos.
Por otra parte, para que las acciones y operaciones de la ADEMAF sean
más efectivas, es importante fortalecer la coordinación interinstitucional y los
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equipos multipropósitos; esto además, permitirá cumplir mejor las funciones
específicas en cada campo de acción, donde también contribuirán con recursos
económicos y capacidades institucionales el gobierno nacional, las gobernaciones departamentales y los gobiernos municipales. Con todo, se pretende
alcanzar un desarrollo integral del país a partir del aporte de los departamentos y municipios.
Bibliografía
Bolivia (2009), Constitución Política del Estado.
Comando de Ejercito (2013), Concepto estratégico del 2011-2013.
Gaceta Oficial de Bolivia (2011), Ley N° 100 de Desarrollo y Seguridad de las Fronteras.
− (2010), Ley N° 31 de Marco de Autonomías y Descentralización.
− (2010), Decreto Supremo Nº 0538 de creación de la Agencia para el Desarrollo de
las Macroregiones y Zonas Fronterizas.
− (1990), Ley Nº 1178 de Administración y Control Gubernamental (SAFCO).
Página Web de la ADEMAF
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SEGUNDA PARTE
Reseñas
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GARCIA, Álvaro, Geopolítica de la Amazonía: poder hacendalpatrimonial y acumulación capitalista, Vicepresidencia del Estado
Plurinacional, La Paz, 2012, 112 p.
Carlos E. Moldiz Castillo*
Los días de conflicto que se tensionaron con motivo de la construcción de
la carretera Tunari – Moxos, parecen haber pasado, porque los medios de comunicación –tanto oficialistas como opositores– ya no dan muchas vueltas
al asunto. Sin embargo, es necesario reconocer la importancia de uno de los
argumentos más relevantes del gobierno nacional a favor del proyecto caminero, que consiste en que el mismo constituye parte de la política de asentamiento de soberanía sobre el territorio fronterizo amazónico.
El libro Geopolítica de la Amazonía: poder hacendal-patrimonial y acumulación
capitalista, escrito por el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia,
Álvaro García Linera, es una argumentación geopolítica concreta de la necesidad de construir la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, a través
del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Securé (TIPNIS), planteando
de manera contundente que el territorio amazónico tiene una débil presencia
del Estado, porque es controlado por otros actores como los hacendados, las
empresas extranjeras y las ONG.
La coyuntura en la que fue publicado el libro se encontraba en sus últimas
fases, cuando los indígenas de la CIDOB que se oponían a la carretera se replegaban a sus territorios ante una derrota política que dividió a sus bases y deslegitimó a sus dirigentes, frente a la mirada indiferente de la mayor parte de las clases
medias que ya no se mostraron tan entusiastas y solidarias con la IX marcha, a
diferencia de lo que ocurrió en septiembre de 2011, con la VIII marcha.
El autor reactualiza algunos argumentos de René Zavaleta en torno a la
negligencia de las viajas clases dominantes respecto al territorio boliviano y
la soberanía del Estado, arguyendo que las clases hacendadas y empresariales
* Estudios en Ciencia Política, Universidad Mayor de San Andrés, Asistente de Investigación en la Unidad
de Estudios Estratégicos (ADEMAF).
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permitieron que las entidades extranjeras y privadas ocuparan y se beneficiaran de las fronteras de Bolivia y sus recursos naturales, pues estaban más preocupadas por los estrechos márgenes de su propiedad latifundista, que para
ellos era la real extensión de su país30.
En este sentido, el Estado boliviano nunca pudo o nunca tuvo la real intención
de asentar soberanía en la región amazónica, por tanto su ausencia fue reemplazada por fuerzas privadas y extranjeras que dominaron el lugar y explotaron a
sus habitantes indígenas. Y lo peor, el abandono de las regiones fronterizas significó dolorosas pérdidas territoriales. En consecuencia, el Estado tiene el derecho
y la obligación de imponer su presencia en la Amazonía, desplazando a las fuerzas fácticas que se apropiaron de extensas tierras, siendo la carretera Villa Tunari
– San Ignacio de Moxos un componente central para este desafío geopolítico. Por
lo tanto, oponerse a su construcción es, en los hechos, adaptar una posición a
favor de las mencionadas fuerzas privadas y extranjeras.
Una tierra de nadie
Desde los tiempos del Estado colonial hasta los días neoliberales, la región
amazónica nunca fue plenamente ocupada por el Estado, sino por las poblaciones indígenas, algunas élites de terratenientes, empresas extranjeras y ONG.
Es la historia de un fracaso que se remonta aún antes de que Bolivia existiera.
La Real Audiencia de Charcas no tenía un verdadero interés por penetrar a
aquel territorio, pues estaba concentrada más en los recursos minerales de occidente, como los de Potosí. La conquista del Oriente recayó, entonces, sobre
las misiones religiosas de la iglesia católica, que de todos modos no pudieron
arraigarse en el lugar.
Siglos después, el Estado Republicano ni siquiera pudo evitar que potencias
extranjeras se apropiaran de una gran parte de la frontera amazónica, muchas
veces sin presentar resistencia alguna. El autor, recuerda que de los 1.265.188
Km2 de territorio que Bolivia perdió en total a lo largo de su historia, 750.000
Km2 corresponden a la Amazonía, casi tres veces el tamaño del Beni.
Finalmente, el Estado neoliberal, que delegó muchas de las responsabilidades estatales al sector privado, era un Estado ausente en una gran parte del te30. René Zavaleta. Lo nacional popular en Bolivia. Plural editores. La Paz Bolivia, 2010.
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rritorio boliviano. La poca presencia estatal se daba por medio de élites hacendadas y empresariales cuya propiedad sobre la tierra era la base material de
un poder político que alcanzaba incluso a los pasillos del Palacio Quemado.
Pero estos no son los únicos actores que ejercieron dominio sobre el territorio fronterizo, sino que también las ONG financiadas por gobiernos extranjeros lo reemplazaban en algunas funciones estatales como salud y educación;
asimismo, las empresas extranjeras han aprovechado los recursos naturales de
la zona con la asistencia de la población indígena empobrecida y dominada
por las clases hacendadas, obligada a vender madera, piel de lagarto y sus
servicios para la extracción de otras materias primas.
Así, para el vicepresidente García, la Amazonía se encuentra efectivamente dominada por empresas extranjeras, gobiernos de países desarrollados, un bloque hacendado empresarial y ONG. Las formas en las que
estos actores se han beneficiado de los recursos naturales han variado con el
tiempo, pero todas incluyen no sólo la sobre explotación de mano de obra
indígena del lugar, sino la extracción de recursos naturales de forma nociva
para la naturaleza.
Al principio, los terratenientes expandieron sus haciendas a través de la
región por medio de grupos de choque que despojaban de sus tierras a varias
poblaciones indígenas, todo esto con la complicidad muda del Estado nacionalista. Estos indígenas expulsados regresaban a su territorio en calidad de
peones para trabajar por una mísera paga y en condiciones infrahumanas.
Con los años, ya en el periodo neoliberal, estos mismos hacendados diversificaron sus actividades económicas en la Amazonía, pasando de la agricultura
y la ganadería a la transformación de materias primas, como la piel de lagarto.
También penetraron hasta lo más profundo de la región, como el TIPNIS, donde empresas madereras y turísticas encontraron oportunidades de negocios
muy rentables, casi siempre utilizando a indígenas de la región.
Y esta rentabilidad tampoco fue ignorada por empresas extranjeras, que
con el apoyo de sus respectivos gobiernos lograron concesiones en la zona,
contratando y haciendo acuerdos también con indígenas locales, que les permitieron talar y cazar en su territorio. De hecho, mucha madera de la zona fue
extraída ilegalmente con la complicidad de algunos indígenas que, según García, participaron en la VIII y IX marcha, como Vargas o Fabricano. No obstante,
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el libro no ofrece dantos cuantitativos sobre la extracción ilegal de recursos
naturales como la madera.
El autor denomina a este uso de pueblos indígenas y bosques por parte de empresas nacionales y extranjeras como “subsunción del territorio indígena y los recursos
naturales a la acumulación capitalista interna” y “subsunción de la territorialidad
indígena y de la naturaleza a la acumulación capitalista externa”. (p. 36).
Algunos ejemplos que el autor brinda al respecto dentro del parque nacional son las empresas madereras CIMAGRO, HERVEL, FATIMA B, Fátima A,
PROINSA, ISIGO SRL, HUANCA RODRIGUEZ y SURI SRL. Las últimas tres
concentrando en total 100.568 hectáreas en concesiones forestales. También se
señala a las empresas que trabajan y venden piel de lagarto, como Bolivian
Leather, Bolivian Croco y Sicuana Indígena SRL. Se sostiene que en promedio
anual 1.500 piezas de cuero de lagarto son procesadas nacionalmente para
luego exportar a mercados europeos.
Todos estos datos dan la idea de que el TIPNIS no es un territorio virgen,
sino fue un reservorio natural explotado por capitales nacionales y extranjeros. Y todo esto sin tomar en cuenta las 14 estancias ganaderas que se encuentran en la parte este del parque.
El desmontaje del poder hacendado y una demanda de más de tres siglos
El suceso electoral de diciembre de 2005 modificó un sistema en el cual
la tenencia de la tierra y la actividad empresarial extractivista eran un factor
que unía el poder económico al poder político, para reemplazarlo por un tipo
de Estado que asumió estructuras deliberativas propias del mundo indígena
y campesino. Así, se abrió la puerta de la conducción del Estado a una gran
mayoría de la población históricamente excluida y ninguneada.
Las clases hacendadas y empresariales en el oriente advirtieron que el cambio sucedido las afectaba políticamente al cerrar uno de sus caminos tradicionales al poder. Este desplazamiento del Estado luego fue acompañado por
una política de recuperación de los recursos naturales y la soberanía en todo
el territorio nacional que las puso a la defensiva, empujándolas a reacciones
como las de septiembre de 2008, cuando la oposición regional intento un golpe
de Estado institucional, al mismo tiempo que masacraron a una veintena de
indígenas en el municipio de El Porvenir, en Pando.
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Los cambios emprendidos por el nuevo gobierno en el terreno económico
afectaron la base de poder económico de la clase hacendada, sobre todo con
la redistribución de la tierra y la supresión del latifundio. Al respecto, el vicepresidente sostiene que: “En el periodo de 1996 hasta el 2005, se entregaron
5 millones de hectáreas a los pueblos indígenas de tierras bajas; pero entre el
2006 al 2011, la cantidad nueva ascendió a 7,6 millones de hectáreas y además
se expropiaron 1,4 millones de hectáreas a los hacendados, trastocando radicalmente la estructura de propiedad de la región amazónica”. (p. 50).
No obstante, el poder económico de las élites conservadoras aún se alimenta de otras actividades. Tal es el caso de las élites ganaderas cruceñas, que
se benefician de la carne producida por sus pares benianas, debido a que el
departamento de Santa Cruz controla el procesamiento y el precio de la carne
a nivel nacional por medio de sus tres mataderos más importantes: Fridosa,
Frigor y el matadero Chiquitano.
Por todo esto, la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de
Moxos no solamente tiene un propósito de integración del territorio nacional,
sino principalmente un fin geopolítico que modificará el equilibrio de fuerzas
en la región amazónica, afectando a las élites cruceñas que monopolizan el
control del circuito de la carne y sino sentando soberanía en un territorio controlado por clases hacendadas, empresas extranjeras y ONG.
Los antecedentes de la necesidad de la construcción de la carretera Tunari –
Moxos para unir a Cochabamba y Beni, según demuestra García, son históricos
en tanto que es una demanda de hace más de 300 años. El primer antecedente
se remontaría al Siglo XVIII, cuando en 1763 la Real Audiencia de Charcas
mandó a buscar un camino que uniera a Cochabamba con Beni, con la intención de expulsar a exploradores de la corona portuguesa que ingresaban a su
territorio. Casi 60 años después, cuando en 1825 nacía la República de Bolivia,
los cochabambinos le pidieron al Libertador Simón Bolívar primero y a Antonio José de Sucre después, que los obstáculos comerciales con Moxos fueran
removidos para realizar intercambios directamente con esa región y ya no por
Santa Cruz. La falta de recursos hizo que no se concretara ese pedido regional.
Igualmente, a principios del Siglo XX se intentó unir a Cochabamba con lo que
hoy es Beni, cuando el entonces presidente Bautista Saavedra ordenó a un batallón del Regimiento de Zapadores que construyera un camino para conectar
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Cochabamba con Moxos; pero la iniciativa tampoco llegó a concretarse. Otros
antecedentes son la declaración del tramo Yukuma – San Borja – San Ignacio –
Trinidad, como parte de la ruta fundamental 602 mediante D.S. 25134 (1998).
La incorporación en 2003 de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos
a la Red Fundamental de carreteras mediante D.S. 26996; o la autorización
de ese mismo año, por el entonces presidente Carlos Mesa para que el Poder
Ejecutivo gestionara los fondos para la construcción y pavimentación de una
carretera que una Cochabamba y Trinidad.
Finalmente, el autor sostiene que, la oposición contra la construcción de
la carretera resulta un poco tardía, porque de los 306 Km que comprende la
misma, ya se han construido103 Km en el lado sur del TIPNIS y 143 Km en
el lado norte, ambos tramos sin pavimentar. Esto dejaría un saldo de 60 kilómetros por construir, que representa un 19% del total. Finalmente, de los 246
kilómetros ya construidos, 116 atraviesan el TIPNIS, de los cuales ya se han
terminado 99,2 kilómetros.
Revolución y contrarrevolución
Hasta aquí el autor concluye que la construcción de la carretera es una necesidad histórica que además tiene importancia geopolítica y múltiples efectos
para la relación de fuerzas en el Oriente boliviano. Así, mientras la oposición
a esta iniciativa es una reacción natural y obvia por parte de las élites conservadoras que resultarán afectadas, la oposición de sectores populares y clases
medias correspondería más a una estrategia de la derecha con toques ambientalistas para movilizar a fuerzas que no le son propias.
Según el autor, habría dos modalidades de acción de las viejas clases dominantes. Una primera, basada en el uso de sus propias fuerzas y formas
organizativas; y una segunda, basada en la manipulación de sectores populares para movilizarlos en contra de su propia revolución, haciendo más
difícil la identificación de las fuerzas conservadoras: “La ruta trágica de
la historia se desenvuelve de tal manera que la contrarrevolución puede
venir de la mano de una facción de sus propios constructores que, sin
necesariamente proponérselo (…) acaban defendiendo los intereses de las
fuerzas conservadoras de la derecha y terminan socavando su propio proceso revolucionario”. (p. 14).
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El carácter político de la oposición se revela para García, en la falsedad de
los argumentos esgrimidos en contra de la construcción de la carretera; empezando por las acusaciones respecto a que se trata de un camino útil para el
imperialismo brasilero en marco de IIRSA: “El Plan IIRSA fue diseñado para
crear corredores bioceánicos que vinculen el este brasilero con el Océano
Pacífico y los mercados de Asia”. (p. 59). Pero: “Trinidad está a 338,6 kilómetros de la frontera brasilera, ¡sí, a 338,6 kilómetros de la carretera más
cercana de Brasil! Ningún cargamento de soya o de madera brasilera llegará a
ningún puerto con esta carretera…”. (Ibídem).
El autor también cuestiona el propósito de diferenciar entre indígenas y
campesinos, atribuyendo a los primeros la forma organizativa de Tierra Comunitaria de Origen y a los segundos la propiedad y trabajo individual de la
tierra. Se trataría de una confusión jurídica que sólo en base a un criterio normativo distingue a los campesinos de su condición de indígenas, cuando todo
el proceso político actual consiste en la construcción del sujeto indígena de
forma interclasista, comprendiendo tanto a los indígenas nómadas guaraníes
como a los campesinos de la CSUTCB o la los trabajadores de piel cobriza de la
periferia de El Alto. Así, se transformaría a una mayoría actualmente empoderada en una exigua minoría que habita sólo las tierras vírgenes del Oriente.
Respecto a las preocupaciones ambientalistas sobre la construcción de la
carretera y las acusaciones al gobierno de no salir de la lógica económica extractivista, se sostiene que el proyecto tiene distintas opciones para desarrollarse de la forma menos perjudicial para la naturaleza; porque:
Como toda emancipación, la del extractivismo tiene que partir precisamente
de él, de lo que como forma técnica ha hecho de la sociedad. Actualmente,
para nosotros como país es el único medio técnico del que disponemos para
distribuir la riqueza material generada gracias a él (…) además, también nos
permite tener las condiciones materiales, técnicas y cognitivas para transformar
su base técnica y productiva. Porque si no, ¿con qué superar al extractivismo?
¿Acaso dejando de producir, cerrando las minas de estaño, los pozos de gas,
retrocediendo en la satisfacción de los medios materiales básicos de existencia,
tal como lo sugieren sus críticos?”. (p. 108).
Se plantea que la solución a este tipo de problemas de carácter ecológico es
una decisión exclusiva del Estado boliviano y no de ONG ni de gobiernos de
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otros países: “Quienes en este momento se oponen a la presencia del Estado
en la Amazonía, en los hechos defienden la presencia norteamericana en ella.
No existe punto intermedio”. (p. 76).
Un balance crítico
El libro Geopolítica de la Amazonía, es una obra que busca explicar las razones del Estado Plurinacional de Bolivia para extender su dominación hasta
el último confín del territorio nacional, sobre todo en la mencionada región.
Ése propósito lo cumple, pues la exposición que hace García para demostrar
la importancia política de la carretera es cuando menos convincente e incluso
una cuestión de sentido común cuando se considera los tres elementos básicos
de todo Estado: territorio, población y soberanía.
No obstante, en el trabajo no se profundiza en las implicaciones ecológicas
de la carretera, aunque el gobierno tiene muy claro que la conservación del
medio ambiente es una temática de suma importancia para el Estado moderno. Así, no solamente el Estado boliviano sino todos los Estados del planeta,
tienen que incorporar nuevas formas de gestión de sus recursos naturales para
enfrentar los daños ecológicos ocasionados por la sociedad capitalista.
No debemos olvidar que la principal crítica de los indígenas de la CIDOB y
algunos sectores urbanos contra el proyecto estaba dirigida contra los posibles
efectos que éste podría tener en el medio ambiente. Se trató al comienzo del
principal recurso movilizador de la oposición e incluso se intentó convertir al
tema de la Madre Tierra en el talón de Aquiles del gobierno. Por lo tanto, el
análisis político de la carretera también necesita de un correlato ambiental y
técnico.
Con todo, asentar soberanía en las fronteras es una prioridad estatal que
también tendrá efectos en la gestión de los recursos naturales, pues el Estado
tendrá mejores condiciones para regular toda actividad económica que ocurra
dentro del parque. Aun así, la carretera tendrá que ser sólo uno de muchos
medios por los cuales el Estado sentará presencia en esos territorios aislados
y marginados.
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LÓPEZ, Lorenzo y Paz Benito del Pozo, Geografía política,
Cátedra, Madrid, 1999, 304 p.
Israel Gonzales Paredes*
La nueva visión adoptada por el Estado Plurinacional de Bolivia a partir
del año 2009, con motivo de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, establece la incorporación de las autonomías administrativas
dentro del territorio nacional en los niveles departamentales, municipales y
regionales e indígena originario campesino. Y ante esta nueva estructura, tanto para la administración central del Estado como para los distintos niveles
gubernamentales, surge el desafío de sentar una presencia institucional sólida
en las zonas que históricamente abandonadas como son las regiones fronterizas. Así, es necesario crear bases teóricas fundadas en investigaciones especializadas en temas de territorio, organización territorial y soberanía. Bajo esta
premisa, se comenta la obra titulada Geografía Política, de los autores españoles
Lorenzo López Trigal y Paz Benito del Pozo, que nos brinda un análisis sobre
las diferentes características que desempeña el territorio en la conformación
de los Estados, desde una perspectiva histórica y política; lo cual se desarrolla
en seis capítulos que comprende el libro.
En el primer capítulo, se hace un esbozo de la evolución del concepto de
política, viendo los distintos periodos de la historia, posterior a 1945, como
punto de renacimiento de la ciencia política. Siguiendo esta periodización,
los autores se introducen en el análisis de la geografía política, sustentándose
en autores como Frederich Ratzel, quien usó por primera vez el término de
“espacio vital” para definir el territorio geográfico y la influencia que genera
en el desarrollo de un Estado y el carácter de su población. Se hace un análisis
de los diferentes elementos del Estado, resaltando territorio como “espacio
político” y considerando a las fronteras como zonas permeables.
* Estudios en derecho, Universidad Mayor de San André, especialista en derecho público.
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En el segundo capítulo, está referido a la evolución de la geografía política. Un primer período, corresponde al determinismo ambiental político del Siglo
XVIII, donde Montesquieu en su obra El espíritu de las leyes, dio importancia a
la influencia del medio geográfico, las costumbres y los modos de vida sobre
la conformación de formas de gobierno. Un segundo período tiene que ver
con el Estado orgánico y la geopolítica del Siglo XIX, con la implementación de
la geografía en las cátedras universitarias, donde Ratzel aparece como uno de
los sistematizadores de geografía política, planteando la importancia del territorio geográfico en el desarrollo del Estado como un organismo biológico que
“nace, crece y declina”; también se incorpora la visión geopolítica de Heartland
o corazón continental, formulada por Halford John Mackinder, se trata de un
área geográfica que por sus características de extensión y recursos naturales,
constituye la base para el desarrollo de los estados. Asimismo, se muestra la
nueva geografía que se presenta después de la Segunda Guerra Mundial, con
motivo del resurgimiento de los Estados Unidos y de algunos países de Europa. Esta nueva visión de la geografía política se basa en la estructuración de
un Estado sobre un territorio.
El capítulo tercero, se aborda el sistema internacional de fin de siglo, mostrando el quiebre del orden mundial bipolar y el fin de la “Guerra Fría” como
efecto de la desintegración de la Unión Soviética, marcada por la perestroika.
También se reflexiona sobre el proceso de independencia de Palestina, la inestabilidad política en África y la importancia de China en la economía internacional. Respecto al territorio y nacionalismos, se plantea la cohesión territorial
en una sola nacionalidad, se trata de una pertenencia a un grupo humano.
En lo que toca a la cuestión de frontera, se entiende como una creación humana que comprende aspectos geográficos, culturales, sociales y económicos,
pero lo más significativo es lo económico. Se sostiene también que las políticas
de cooperación transfronteriza en la Unión Europea, permiten una integración
y protección de las zonas de frontera.
En el quinto capítulo, se encuentran el comportamiento electoral y los sistemas políticos. Se sostiene que el sistema partidario influye directamente en la
organización eleccionaria de un país. Finalmente en el sexto capítulo, se presentan los elementos referidos a la administración pública y la organización
territorial del Estado, haciendo mención a los modelos que se desarrollaron
128
R ev i sta
Est u dios
Fronterizos:
Bol ivia
en el transcurso de la historia y mostrando el nuevo modelo macroestatal que
surge desde la Unión Europea y la Comunidad de Estados Independientes,
este último estructurado a partir de los países que conformaron la ex URSS.
También se exponen las políticas de provisión de servicios públicos, en este
caso, afirmando que la relación entre la geografía y las políticas públicas, incide en la planificación territorial, lo cual se reflejaría en los servicios públicos
como el transporte, vivienda, educación, salud y otros.
En cualquier caso, el texto nos presenta una serie de datos tanto históricos
como teóricos, no sólo en el ámbito de la geografía política sino también en
otras áreas, que se interrelacionan con esta disciplina. En el trabajo, si bien no
se hace un estudio específico, pero consideramos que es una base referencial
para dar los primeros pasos en el estudio de la geografía política, en términos
de apertura cognoscitiva.
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Revi sta
Est ud i os
Fro n t eri zos :
Boli vi a
Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF)
www.ademaf.gob.bo
La Paz – Bolivia
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