El Espíritu de la Verdad os guiará hasta la verdad plena

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SOLEMNIDAD de la Stma. TRINIDAD•AÑO / C • Jn 16, 12-15
● Primera lectura ● Prv 8, 22-31 ● “Antes de comenzar ● Segunda lectura ● Rm 5, 1-5 ● “A Dios, por medio de
la tierra, la sabiduría fue engendrada”.
Cristo, en el amor derramado con el Espíritu ”.
● Salmo ● Sal 8 ● “Señor, dueño nuestro, ¡qué admi- ● Evangelio ● Jn 16, 12-15 ● “Cuando venga él, el Esrable es tu nombre en toda la tierra!”.
píritu de la verdad, os guiará a la verdad completa”.
Jn 16,12-15
12
Muchas cosas tengo que deciros
todavía, pero ahora no estáis capacitados para entenderlas. 13 Cuando
venga él, el Espíritu de la verdad,
os guiará a la verdad completa.
Pues no os hablará por su cuenta,
sino que os dirá lo que ha oído y
os anunciará las cosas venideras. 14
Él me honrará a mí, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. 15
Todo lo que el Padre tiene es mío;
por eso os he dicho que recibe de
lo mío y os lo anunciará.
El misterio de la Santísima Trinidad, el misterio ● Pidamos al Señor que estemos siempre disponide Dios no es fácil de comprender. Aunque lo im- bles a lo que Dios, por medio del Espíritu, quiera
portante es vivirlo: vivir como hijo, vivir siguien- comunicarnos.
do a Jesús, vivir dejándonos conducir por el Espíritu.
●
Ese Espíritu de quien Jesús decía, “el Espíritu ● Una vez más tomemos conciencia de que es el
de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena” es Espíritu quien lleva la delantera, quien nos conel que nos conduce a la verdad plena.
duce. Es Él el protagonista.
●
Pidamos al Señor que estemos abiertos para que
el Espíritu nos comunique cuanto quiera:
●
del ser de Dios.
de nosotros y del mundo.
de lo que Dios Padre le confió a su Hijo.
de lo que el Hijo puso en marcha en el mundo.
de lo que Dios espera de la Iglesia, de cada
uno de nosotros.
●
Llamadas.
●
Oro lo que he ido contemplando.
Notas para fijarnos en el Evangelio
● Permanentemente en nuestras celebraciones en distintos momentos, desde
el mismo principio de nuestro encuentro
cuando decimos en el nombre del Padre
del Hijo y del Espíritu Santo, hacemos
memoria de la Trinidad, nos dirigimos al
Dios Trino. Después a lo largo de la Eucaristía muchas veces hacemos referencia a la Trinidad. Cada vez que hacemos
la señal de la cruz invocamos al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo.
● Este Dios Trino es nuestro origen y
nuestro destino, de Él venimos y hacia Él
nos dirigimos.
● El comienzo de nuestra vida cristiana,
en el momento de nuestro bautismo,
también fue de manos de la Trinidad.
● La celebración de hoy, domingo de la
Trinidad, es como un resumen de todo lo
que hemos ido celebrando a lo largo de
la Pascua: Dios Padre ha enviado a su
Hijo que se ha entregado por nosotros, y
el Padre y el Hijo han enviado al mundo
el Espíritu Santo.
● Toda nuestra vida cristiana, desde
nuestro bautismo, está marcada por el
Dios Trino que no ha cesado de actuar.
● Podríamos decir que hoy es la fiesta
del Credo, del núcleo de nuestra fe.
● Es Jesús quien en distintos momentos
de su vida explícitamente nos revela al
Padre y además toda su vida no es más
que una revelación del ser de Dios. Jesús es el revelador del ser de Dios.
● Juan en el contexto del testamento de
Jesús, una vez más nos anuncia el envío
del Paráclito, y sitúa el texto a Jesús que
está despidiéndose de sus discípulos y
en ese momento les asegura que todavía les ha de comunicar más cosas pero
que no están capacitados para asumirlas
● Era en la Última Cena, tal vez se refería a lo que acontecería poco después, a
su pasión. De hecho sólo con la venida
del Espíritu Santo fueron capaces de
comprender lo que aconteció al final de
la vida de Jesús. El Espíritu es el que interpreta los acontecimientos históricos y
la vida eclesial a partir de la muerte y
resurrección de Jesús.
● Dios Padre es quien hizo al ser humano y ahora es el Espíritu quien continúa su obra de amor.
● Es el Espíritu quien será el gran revelador, quien les desveló a los Apóstoles
el misterio de Dios y de Jesús. Ese mismo espíritu continúa realizando su mismo trabajo.
● El Espíritu todo lo recibe del Padre y
de Jesús para desvelárnoslo.
● Hay una continuidad entre Dios, Jesús
y el Espíritu Santo.
● El Espíritu Santo nos desvela que Jesús es el camino para ir al Padre.
● Será el Espíritu quien conducirá a los
Apóstoles al conocimiento de la verdad
plena, lo anuncia Jesús y de hecho así
fue.
● El Espíritu revelará la verdad plena.
● El mismo Espíritu que guio a Jesús en
su paso por este mundo y que fue el alma de la primera comunidad, ese mismo Espíritu es el que continúa ahora su
actuación en la comunidad de discípulos
de Jesús, la Iglesia.
● Jesús hablaba de lo que el Padre le
comunicaba, así también los seguidores
de Jesús poseídos por el Espíritu hablarán de lo que el Espíritu les comunique.
No es que prevé el futuro sino tal vez
que el Espíritu nos ayuda en cada momento de nuestra vida a vivir en conformidad con lo que Dios espera de nosotros.
● Por todo ello hay que decir que el camino de la vida no lo realizamos solos,
estamos bien acompañados.
● La humanidad no está sola.
El Espíritu de la Verdad
os guiará
hasta la verdad plena
En este mundo todos pretendemos
poseer la verdad y con frecuencia
dogmatizamos,
sin caer en cuenta que posiblemente
toda la verdad no la poseemos.
¡Cuánta necesidad tenemos
de ese Espíritu
para que ilumine nuestras mentes
y nos desvela la verdad plena!
Señor Jesús,
que tu Espíritu nos muestre la verdad
plena para conocerla, amarla y vivirla
y porqué no…
para que así la podamos dar a conocer
a otros.
Hoy celebramos la Trinidad,
misterio de comunión entre el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.
Comunión a la que nos invitas a formar
parte, comunión que deseas
formemos contigo.
En este mundo es frecuente
que se pretenda imponer las medias
verdades de uno o de otro.
¡Qué difícil es la comunión!
¡Cuánto cuesta mantenerla!
En este mundo hay muchas verdades,
pero hay una que es la plena
que debe ser Dios, Jesucristo,
su proyecto…
Perdón, Señor Jesús,
porque muchas veces no somos
constructores de comunión
sino más bien de división.
Esa verdad plena es la importante
todas las demás son
pequeñas verdades.
Gracias por tantas personas,
por tantos gestos que se dan
en el mundo
en pro de la comunión contigo
y con nuestros semejantes.
Señor Jesús,
¡cuánta necesidad tiene nuestro mundo
de buscadores de la verdad,
de personas que no dogmaticen,
que sepan escuchar lo que otros dicen!
¡Cuánta necesidad tenemos de verdades
que no sean tendenciosas!
A veces se dicen cosas
que no son verdad
pero es para descalificar
otras realidades!
Hay mucha palabra que corre
tendenciosa, descalificadora, también
en asuntos tuyos
y cómo no en asuntos de la Iglesia
y en especial de sus ministros.
Y todo esto se hace con medios
potentes que llegan a todas partes.
Señor Jesús,
tu Espíritu es quien nos conduce
a la verdad plena,
a la verdad total, nos has dicho.
Ayúdanos a trabajar por la comunión,
desde el amor trinitario.
”
o
d
n
e
r
p
Ver ● Juzgar ● Actuar “No lo com
VER
econozco que nunca he comprendido cómo
R
funciona un ordenador. Personas que entienden de informática me lo han explicado varias
veces, pero no lo comprendo. Ni lo del sistema
binario, ni que yo estoy viendo la pantalla y por
dónde va el ratón pero el ordenador “no lo ve” y
sin embargo “sabe” lo que tiene que hacer… Se
me hace incomprensible, pero eso no impide
que yo lo utilice habitualmente en mi trabajo.
Sería absurdo que, porque a mí no me entra en
la cabeza, rechazase de plano utilizar el ordenador diciendo que “es imposible que eso funcione”.
JUZGAR
oy celebramos la Solemnidad de la SantísiH
ma Trinidad, la solemnidad de nuestro Dios
Uno y Trino. Y es habitual que muchas perso-
nas, cristianos incluidos, reconozcan que no
comprenden esta afirmación de nuestra fe. No
les entra en la cabeza como puede ser eso de
“un solo Dios en tres Personas”.
Es cierto que personas entendidas, los teólogos,
han procurado dar una explicación razonable, y
así encontramos una síntesis en el Credo Nicenoconstantinopolitano: Creo en un solo
Dios, Padre… Creador… pero se va complicando: Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes
de todos los siglos… Dios verdadero de
Dios verdadero… engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre… Y después: Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria…
El Credo lo rezamos habitualmente, lo hemos
aprendido de memoria, pero ¿sabemos explicar
“engendrado, no creado”? ¿O “de la misma naturaleza”? ¿O “que procede del Padre y del Hijo”?
Y el Prefacio de esta Solemnidad también recoge
el fruto de las reflexiones teológicas sobre la
Trinidad: Padre… que con tu único Hijo y el
Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo
Señor; no una sola Persona, sino tres Personas en una sola naturaleza… Adoramos
tres Personas distintas, de única naturaleza, e iguales en dignidad. No son palabras
“raras”, pero ¿entendemos lo que dicen?
De hecho, a menudo nos preguntan o nos preguntamos: ¿Pero por qué hacemos las cosas tan
complicadas? Y ante la dificultad para comprender, lo primero que debemos tener claro es que
no somos nosotros quienes hemos dicho cómo
es Dios; como diremos también en el prefacio,
esto lo creemos de tu gloria porque Tú lo
revelaste. Dios se nos ido revelando a lo largo
de la historia, Dios mismo nos ha dicho cómo
es, no somos nosotros quienes “lo hemos hecho
complicado”.
Y lo segundo, es que estamos ante un
“misterio”, en el sentido religioso de la palabra:
una verdad que no es completamente accesible
al entendimiento humano. Pero no por eso deja
de ser real.
Por eso, aunque no lo comprendamos, esto no
nos impide acoger ese misterio en nuestra vida,
incorporarlo a ella. Dios mismo nos ha dicho que
en su Unidad encontramos tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y nosotros no
rechazamos esta revelación, sino que realizamos un acto de fe, lo creemos y afirmamos porque tenemos razones suficientes para fiarnos de
Él.
Y para que podamos acoger ese misterio en
nuestra vida, Dios mismo nos hace saber que Él
es un Misterio de Amor y nosotros podemos
amarle, como recordaba San Pablo en la 2ª lectura: estamos en paz con Dios, por medio de
nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido
con la fe el acceso a esta gracia en que estamos… porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo
que se nos ha dado. Aunque no nos entre en la
cabeza cómo es Dios, podemos relacionarnos
habitualmente con Él, y vivir en el Amor del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, y experimentarlo en nuestra vida.
ACTUAR
cosas de la vida cotidiana son para mí
¿Q ué
un “misterio”, pero las utilizo aunque no
sepa cómo funcionan? ¿Qué aspectos de la fe
son para mí un “misterio”? ¿Cómo es mi relación con el Misterio de la Santísima Trinidad?
¿Me relaciono desde el amor con las tres Personas divinas?
Es verdad que a todos nos gustaría “entender” a
Dios, pero como dijo San Agustín: Si lo comprendieras, no sería Dios (Serm. 52, 6, 16). Que
la dificultad para comprenderle no sea obstáculo
para relacionarnos con el Padre, con el Hijo y
con el Espíritu Santo, para adentrarnos en su
Misterio de Amor, y dejar que, por la fe, su
Espíritu nos guíe hasta la verdad plena.
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