Investigación y tecnología Mó d u lo s holográficos Reinterpretar un viejo principio El Instituto Holográfico Andaluz se introduce en el campo de los módulos solares con hologramas Refracción solar multicolor: la empresa española Instituto Holográfico Andaluz utiliza hologramas para concentrar luz en las células fotovoltaicas Una empresa emergente española quiere revolucionar el mercado solar con económicos módulos holográficos de baja concentración. Está construyendo en Cádiz una línea piloto de 20 megavatios, ya que la tecnología parece haber suscitado un enorme interés. La idea no es nueva, y hace ya veinte años que se intentó encontrar aplicación fotovoltaica a los hologramas. La tecnología no ha irrumpido todavía con éxito porque la producción en serie resultaba demasiado compleja y demasiado cara. 44 H ace mucho tiempo que los hologramas ya no son un elemento futurista, sino parte de nuestra vida cotidiana. Para convencerse de ello no hay más que echar un vistazo a la propia cartera. Tanto los billetes como los documentos de identidad presentan bandas con destellos multicolor que permiten, al fijarse en ellas, contemplar una imagen aparentemente tridimensional. Mientras que en estos casos los hologramas tienen la finalidad de evitar las falsificaciones, en un módulo fotovoltaico su función es prácticamente la opuesta: hacen creer a las células fotovoltaicas que el sol brilla más de lo que lo hace en realidad. Siguiendo este principio, la empresa emergente Instituto Holográfico Andaluz SL (IHA), ubicada en la ciudad de Cádiz, al sur de España, ha desarrollado su módulo holográfico. Este concentra luz solar de una superficie mayor en una célula fo- tovoltaica de menor tamaño para incrementar notablemente su rendimiento, y ello sin la costosa necesidad de hacer que los módulos persigan al sol, como ocurre en los sistemas de concentración. «Los hologramas son dispositivos ópticos muy valiosos con los que se puede manipular la luz de forma sencilla y económica», sostiene Antonio Calo, director gerente del IHA, «a diferencia de otras opciones que son más complejas, más caras o del todo inviables». En verdad, esta afirmación no es ningún descubrimiento, pues ya en 1993 había investigadores del Departamento de Termodinámica a altas temperaturas de la Universidad Rheinisch-Westfälische Technische Hochschule (RWTH) de Aquisgrán (Alemania) trabajando con módulos holográficos. En el año 2000 fabricaron, conjuntamente con la empresa Gesellschaft für Licht- und Bautechnik mbH, una instaOctubre 2012 » Estructura del módulo holográfico Sol en verano Sol en invierno o en rell l de rente a i r te pa Ma trans Paredes de separación laminadas con película holográfica r ola la s u Cél En el módulo del IHA, las células solares cortadas en tiras se alojan en el fondo y están flanqueadas a derecha e izquierda por película holográfica, que desvía hacia ellas la luz. El espacio intermedio entre ambas tiras de película holográfica se rellena con materiales plásticos transparentes con forma pseudo-parabólica. les ha ido viniendo abajo el fundamento de su negocio. Actualmente, el silicio de grado solar cuesta poco más de 25 dólares el kilo. No obstante, Calo cree que los módulos del IHA pueden incluso aguantar la presión de los bajos precios de la competencia china. Si todo marcha según los planes, el Instituto habrá montado antes de finales de año una línea piloto en Cádiz con capacidad para producir 20 megavatios de película holográfica. Eso bastaría como para bajar el precio de fa- Octubre 2012 Ignacio Evangelista / photon-pictures.com (2) El precio del silicio lleva la batuta Detrás de la idea de que dichas construcciones costosas podrían llegar a ser rentables estaba la voluntad de reducir la utilización de silicio como materia prima, que en los años pioneros de la fotovoltaica estaba a unos precios prohibitivos. Si en 1993 un kilo de silicio solar costaba unos 135 dólares estadounidenses, en 2008 el aumento del precio se aceleró hasta llegar a los 400 dólares, debido sobre todo a la enorme demanda de la industria solar. A todos aquellos que en aquel momento se lanzaron precipitadamente a desarrollar sistemas de concentración o módulos de capa delgada se Fuente: Instituto Holográfico Andaluz SL lación holográfica para sombreado y generación simultánea de electricidad solar para la entrada del centro de visitantes de la entonces fábrica de Shell Solar en Gelsenkirchen (Alemania). Dicha instalación se compone de cuerpos cilíndricos de vidrio, de 190 centímetros de longitud y 60 centímetros de ancho, en cuyo interior se han laminado hologramas. En el centro, a 35 centímetros de distancia y paralelamente al eje cilíndrico, se integraron las células fotovoltaicas. Además, esos módulos están dotados de un seguimiento monoaxial para obtener rendimientos óptimos. La función básica del holograma es focalizar la luz solar y desviarla en una concentración más elevada a las células fotovoltaicas. El mismo cometido pueden desempeñarlo también los espejos parabólicos o las lentes y, dependiendo de cuánta luz solar desvíen a un punto concreto, se les denomina sistemas de baja o alta concentración. Los módulos que trabajan con hologramas pertenecen a la primera categoría. Prism Solar Technologies Inc, una empresa estadounidense que con ayuda de investigadores de la Universidad de Arizona (Tucson, EEUU) ha desarrollado y lanzado al mercado módulos holográficos, trabaja con un factor de concentración de 1,3 soles. En los módulos de vidrio-vidrio, las células fotovoltaicas bifaciales (es decir, las células que convierten en electricidad la luz incidente tanto en la cara anterior como en la posterior) y los hologramas se encuentran en dos niveles distintos. Para poder trabajar con un nivel de rendimiento elevado, deben estar montadas frente a un fondo muy reflectante. La capacidad productiva de Prism Solar no ha logrado superar a día de hoy los tres megavatios. Antonio Calo, como gerente del Instituto Holográfico Andaluz, está convencido del potencial de los hologramas de baja concentración bricación de los módulos solares a los 49 céntimos. «Eso es lo revolucionario del asunto», afirma Calo, «los módulos pueden venderse por 70 céntimos el vatio y aún así queda un margen de beneficio aceptable». En la teoría, hasta aquí es todo muy fácil. Y para poder llevarla a la práctica, el IHA echa mano de una patente del año 2008. En ella, los investigadores estadounidenses George Mignon y Chien-Wei Han describen el concepto de un módulo holográfico que pretende ser una optimización de aquel producto que Prism Solar viene ofreciendo hasta hoy. Mignon es un viejo conocido de este mundillo: era uno de los fundadores de la empresa estadounidense Terrasun LLC, que tuvo que poner en marcha precipitadamente en el año 2001 su concepto de módulo holográfico porque su empresa matriz, un fabricante de vidrio, le cerró el grifo de la financiación. Posteriormente, Mignon trabajó en Prism Solar como director gerente,y ahora reaparece en el IHA como generador de ideas y accionista. Los hologramas que deberían conducir al éxito a la empresa española no tienen, según informa Mignon, «nada que ver con los hologramas de uso fotovoltaico que conocemos hasta ahora». Se trataría de una «idea completamente nueva y revolucionaria». Esta queda patente principalmente en la estructura novedosa del holograma. Básicamente, estos hologramas son grabados con un láser monocromático como una imagen sobre 45 Wilhelm Breuer / photon-pictures.com (2) Investigación y tecnología Su antecesor: en 2000 se desarrollaron módulos holográficos con una estructura totalmente distinta para dar sombra y generar electricidad solar sobre la entrada de la fábrica fotovoltaica de Sharp en Gelsenkirchen una capa fotosensible, de forma similar al proceso empleado en la fotografía en color tradicional, para luego ser revelados y fijados. «Seguimiento pasivo» Según cuentan los desarrolladores del IHA, el secreto reside, por así decirlo, en superponer diversos hologramas. Para ello, en un proceso de varios niveles que tiene lugar en la capa de gelatina, graban una compleja estructura de rejilla. Esta debe ser capaz de recoger rayos con una variación más elevada en los ángulos de incidencia y a partir de una región espectral más grande, así como de desviarlos en dirección a las células en mayor manera de lo que lo hacen los hologramas convencionales. Adicionalmente, la estructura de rejilla se difracta en el proceso de revelado, con lo que se pretende incrementar adicionalmente la tolerancia frente a amplios ángulos de incidencia. Como resultado, los hologramas mues- tran un comportamiento que los investigadores del IHA llaman «seguimiento pasivo». Así sería posible duplicar el factor de concentración sin necesidad de tener que orientar mecánicamente los módulos al sol. Desde el IHA sostienen que esto ya ha sido confirmado por el TÜV para un prototipo de módulo con una potencia de 33 vatios. En cuanto al resto de la estructura del módulo holográfico, también existen notables diferencias con el producto desa- silicio y los avances tecnológicos previsibles en la fabricación del silicio y de las obleas, que podrían reducir de nuevo considerablemente los costes en el futuro, los módulos holográficos desaparezcan del mercado rápidamente una vez se haya gastado el dinero de los inversores de riesgo. Y todavía está por ver cómo de serio es el supuesto interés que tienen diversos grandes fabricantes de módulos por este producto. No cabe duda de que la idea en sí es fascinante. Pero mientras el IHA no demuestre que sus módulos realmente no tienen competencia en cuanto a bajo precio en fabricación a gran escala y que es posible producirlos garantizando una larga vida útil, esta empresa corre el peligro de seguir el mismo destino desafortunado que la tecnología de capa delgada. Las empresas que utilizan esta última se aferraron durante un tiempo a la convicción de que el silicio como materia prima se mantendría a la larga como un factor de coste determinante en la producción de módulos cristalinos, pero con el tiempo se les han abierto los ojos. Ahora, los fabricantes están echando el cierre en masa a las puertas de sus fábricas. Ellos al menos han disfrutado de una época de esplendor; lo cual, con los conocimientos de que se dispone actualmente, es difícil que suceda a los holografistas españoles y americanos del IHA. mbk Entusiasmo efímero En principio, el cálculo es relativamente sencillo: los módulos fotovoltaicos holográficos que desarrolla la empresa Instituto Holográfico Andaluz SL (IHA) concentrarán el doble de luz solar y permitirán ahorrar entre un 50 y un 60 por ciento de los costes por célula en comparación con los módulos cristalinos convencionales. Pero, ¿resulta suficiente como para compensar los elevados costes de producción que ocasionan la compleja fabricación de los hologramas y el corte necesario de las células fotovoltaicas? A juzgar por la información disponible hasta el momento sobre el proyecto, es poco probable. Es mucho mayor la probabilidad de que, frente a los bajos precios del 46 Octubre 2012 Ignacio Evangelista / photon-pictures.com ıı Al rojo vivo: las capas de gelatina sobre las que graba los hologramas un láser monocromático se revelan en un proceso que se asemeja al de la fotografía en color convencional rrollado por Prism Solar. En el caso del módulo del IHA, las células fotovoltaicas cortadas en tiras no se encuentran paralelas a los hologramas, sino en el fondo de una cavidad pseudo-parabólica en cuyas paredes se adhiere la película holográfica. En vez de emplear la cara y compleja tecnología de la estructura vidrio-vidrio, los investigadores españoles utilizan plásticos. La parte posterior del módulo está compuesta por polietileno, y los espacios intermedios entre las nervaduras del holograma están rellenos de una espuma de poliuretano de estructura alveolar. El módulo sería un 40 por ciento más ligero que uno convencional, según afirma Calo. Además, para conseguir la misma potencia solo se necesitaría la mitad de silicio. La información publicada hasta el momento por la empresa española no basta para valorar al detalle la tecnología de los hologramas. Pero, aunque los módulos funcionaran tal y como se nos describe elogiosamente, el mayor obstáculo que hay que salvar para llegar al éxito comercial es el de diseñar un proceso de producción fiable y económico. «Desde que se realiza con éxito un experimento en el laboratorio hasta lograr una producción que cubra totalmente los gastos Octubre 2012 hay un larguísimo camino que recorrer», explica Ulrich Blank, «al final, todo se reduce a una cuestión de tecnología de fabricación y no resulta un problema en absoluto trivial». Blank es gerente de Holotec GmbH en Aquisgrán y formaba parte de aquel equipo que desarrolló y montó los módulos holográficos en Gelsenkirchen. Su empresa también suministró en su momento máquinas laminadoras para la fabricación de hologramas a Terrasun y a Prism Solar. El IHA, por el contrario, quiere fabricar sus propias máquinas de producción. Según Blank, el éxito depende de poder garantizar un grosor exacto para la capa dicromática de gelatina de la película en la que se graba el holograma. Este se mueve en un rango de entre 0,005 y 0,01 milímetros, casi una décima parte del grosor de un cabello de niño. En cuanto el grosor varíe, aunque sea mínimamente, también variarán las propiedades fotoconductoras del holograma. El calvario de la película «Ni siquiera resulta fácil conseguir láminas como material de partida para la película», apunta Blank. Los materiales que se utilizan convencionalmente en la fotografía en color no ofrecerían la precisión necesaria. Sería más fácil aplicar la capa de gelatina sobre un sustrato de vidrio, pero simplemente con un proceso «roll-to-roll» no se pueden mantener bajos los costes de producción, por lo que se necesita una lámina como material de soporte. Otra característica incómoda de la película de gelatina es que varía su grosor dependiendo del contenido de humedad. Por eso, los hologramas para aplicaciones en que se requiere precisión deben estar cuidadosamente encapsulados; otro motivo que habla a favor del vidrio. «Según mi experiencia, es el único material verdaderamente hermético frente al agua», afirma Blank. También hay otra afirmación del IHA que le mantiene escéptico: un factor de concentración de dos soles resulta, desde su punto de vista, demasiado bajo como para compensar los costes de fabricación de los hologramas. Dice: «Si tengo una concentración tan baja, me pregunto cómo quieren conseguirlo con un coste tan rematadamente barato». En su opinión, un holograma debe poder concentrar luz como mínimo con un factor de cinco soles para poder compensar los costes de fabricación. En un principio, el IHA quería presentar en septiembre un módulo de 200 vatios en la conferencia y exposición europea sobre energía solar fotovoltaica (EU PVSEC), en Fráncfort del Meno. Pero al final se descartó la idea, cuenta Calo, gerente de IHA. El interés por los módulos holográficos en la feria Intersolar, celebrada en Múnich en junio, ha sido tan grande que, en vez de eso, han decidido aumentar la producción planificada para los dos próximos años mediante un proceso de licitación. Calo no ha querido dar nombres, pero cuenta con que el IHA podrá producir 50 megavatios antes de finales de 2013, si todo va según lo previsto. La empresa española ya ha tenido que experimentar cuán rápidamente cambian las cosas actualmente en la industria fotovoltaica. Según afirma Calo, Schott Solar AG les entregó en junio una declaración de intenciones en la que indicaban su voluntad de comprar una cantidad determinada de película holográfica del IHA. Pero en julio, esta empresa de Mainz (Alemania) anunció que abandonaba la producción fotovoltaica, por lo que el contrato quedaba también sin validez. Cuando les preguntamos desde PHOTON, Schott no quiso hacer declaraciones sobre el suceso. Calo aún sigue perplejo: «Es de locos cómo han cambiado radicalmente de opinión en tan solo 40 días». Cristina Franco de Saravia, Matthias B. Krause 47