LA COMUNICACIÓN VERBAL EN LOS ADULTOS

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Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 1. Lectura activa. Lee y subraya
las ideas que
consideres básicas para logar una comunicación
efectiva.
2. Identifica tus muletillas al hablar, pidiéndole a
alguien que te observe y escuche cuando das un
tema.
3. Pide a tus interlocutores que evalúen tu estilo de
comunicación. Pregúntales si es:
 Clara.
 Entusiasta y motivadora.
 Si haces variaciones en el tono de voz.
 Si haces pausas y silencios adecuados.
 Si hablas más de 20 min seguidos.
LA COMUNICACIÓN
VERBAL EN LOS ADULTOS
Con la información que te den anota en qué tienes que
mejorar y cómo lo harías.
4. Trae un discurso preparado (de lo que quieras) de
máximo 3 minutos, para que otro facilitador te
escuche y te dé sus observaciones.
Bibliografía
 Ezequiel Ander-Egg, Cómo saber comunicarse y
hablar en público, CONACULTA, México 2005, pp.
98-119.

Los principios básicos del orador, control de las
muletillas,
en
http://www.mentalgym.com/Docs/ARTICULO_45.pdf
Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 Introducción
Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 En el Manual del Facilitador vimos que éste ha sido
llamado para ser y crecer como formador (cf. tema 9).
También reflexionamos que una de las características a
desarrollar y potenciar es la habilidad para comunicarse
con efectividad, porque formar a otros es un ejercicio
de comunicación. De ahí que, dos habilidades muy
importantes del facilitador sean: escuchar y compartir
mensajes.

Los Facilitadores hemos de saber comunicarnos con
pasión y compasión. Dar voz a nuestras ideas con
claridad y saber escuchar más de lo que hablamos.
Saber poner atención a las palabras dichas y a las no
dichas, mostrando un interés real por nuestros
interlocutores y, predicar con el ejemplo.

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

Existen dos formas de comunicación: la verbal (oral y
escrita) y la n o ver bal (gestos, apariencia, postura,
mirada, expresión, movimientos corporales…). En este
cuadernillo nos enfocaremos a la comunicación verbal.
nos dijeron 10 min. Esto es cansado para los
demás participantes.
Evita calificativos sobre las personas o utilizar
estereotipos. Hay que tener una visión POSITIVA
sobre TODAS las personas y sobre los caminos que
han recorrido, sin desacreditar lo que han hecho.
Evita el tono de regaño. Los interlocutores son
adultos, no niños, el regaño bloquea el mensaje.
Evita ser “rollero”, mejor se preciso y concreto.
Abundar no siempre es lo mejor, si algo no se
entiende, ejemplifica.
Toma en cuenta el dicho popular: “el cerebro
capta hasta que el asiento duele”. Una persona
no puede estar sentada más de 50 minutos en
una misma posición, poniéndote atención. Con
dolor ya no hay aprendizaje.
Evita hablar todo el tiempo. Un adulto de
formación media, es alguien que capta ideas
fuertes (en 10 minutos captas su atención), se
concentra poco (máximo 20 min) y después
comienza a divagar. Ten presente que 20 minutos
de escucha continua son suficientes.
Intenciones
 Asumir las características y cualidades de una
buena comunicación oral.
 Identificar el uso de muletillas al hablar y conocer
algunas sugerencias para eliminarlas.
 Valorar de qué manera podemos utilizar el
sentido del humor y la sensibilidad en nuestra
comunicación.
2 11 Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 6. RECOMENDACIONES PARA EL FACILITADOR
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Cuida tu lenguaje no verbal (tus gestos,
ademanes…) incluida la postura corporal.
Mira a tus interlocutores a los ojos, hacerlo
permite captar si están comprendiendo.
El facilitador crece junto con sus interlocutores,
por lo que al hablar te sugerimos utilizar el
“nosotros”. Si utilizas el “tú” o “ustedes”, puede
percibirse como si te colocaras lejano o en un
plano de superioridad. Todos vamos en el mismo
barco.
Cuando hagas cuestionamientos, evita las
preguntas directas a las personas, diciendo: “tú
no dijiste”, “Tú dijiste”… Esto se percibe como
autoritarismo.
Evita violentar para estimular la participación.
Mejor invita cordialmente.
Al hacer preguntas, pon acento en la respuesta,
es decir, en ESCUCHAR. Evita corregir todo el
tiempo las respuestas o pretender que contesten
tal cual lo quieres oír. En general, la mayoría de
las respuestas aciertan en algo. Se abierto(a) y
flexible. Pero si una respuesta constituye un error,
sí es necesario precisar.
Cuando solicites la participación de tus
interlocutores, espera a que terminen de hablar y
evita abundar en la respuesta. Toma en cuenta
que la realimentación no siempre es necesaria.
Hay facilitadores que solemos dejar que nos
respondan 1 minuto y les contestamos a lo que
Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 Contenido
1.
2.
3.
4.
5.
6.
1. LA COMUNICACIÓN VERBAL
La comunicación verbal es el proceso a través del cual
transmitimos información oralmente; el mensaje es
captado por los oídos.
Cada uno de nosotros poseemos un estilo para hablar.
Se trata de la manera personal de expresar lo que
queremos comunicar. Este es comparable a nuestra
huella digital. Con todo, cuando hablamos a un público
(por pequeño que sea), para que nos escuche, es
necesario tomar en cuenta algunos elementos de la
buena comunicación y mejorar la manera de como lo
hacemos.
2. CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNICACIÓN ORAL
Este tipo de comunicación permite entablar
una
comunicación directa, por lo que se recomienda que
sea: clara, directa, precisa, natural, con calor y vida.
Para que lo que decimos se siga y reciba, ha de reunir
algunas características:
10 LA COMUNICACIÓN VERBAL
CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNICACIÓN VERBAL
LAS MULETILLAS
EL SENTIDO DEL HUMOR
LA SENSIBILIDAD
RECOMENDACIONES PARA EL FACILITADOR
3 Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6  Claridad
Un discurso claro tiene más posibilidad de comunicar un
mensaje, de enseñar, persuadir o convencer, que un
discurso poco comprendido, difícil de entender e
interpretar. No saber expresar con claridad lo que se
piensa es síntoma de no saber pensar con claridad. Si
uno no sabe transmitir sus ideas de manera que los
demás lo entiendan, es que no sabe cuáles son sus
ideas. Para que nuestra comunicación sea clara, es
necesario:
 Articular cada palabra de manera clara y
correcta, todas las vocales y consonantes. Hay
que cuidar los movimientos de la boca para
articular correctamente.
 Expresar palabras, frases e ideas de forma
comprensible y significativa. Comprensibles para
que el mensaje sea entendido y significativo,
para que haga eco y propicie la reflexión.
 Hablar con sencillez es apartarse de lo
rebuscado. Las palabras poco usuales son
obstáculo para la comunicación. Si es necesario
utilizar términos técnicos o especializados,
podemos facilitar la comprensión explicando el
significado. Al utilizar ejemplos y casos concretos,
elegir aquellos que sean de la realidad de
nuestros interlocutores.
 Conviene resaltar la lógica de lo que vamos
diciendo. Indicar a nuestros interlocutores cuando
cambiamos de tema o cerramos un punto.
 Utilizar ejemplos y casos concretos ilustra y
convence.
Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 El respeto al público se demuestra no ridiculizando a las
personas. Es fácil, desde la posición de privilegio de
quien habla y dirige, poner en evidencia un error de
algún oyente, una pregunta fuera de lugar. Hemos de
reírnos con la gente, no de ella.
Si en tu estilo de coordinar un tema no has empleado
anécdotas, bromas o chistes, no lo hagas. Sé fiel a tu
forma de llevar la actividad.
5. LA SENSIBILIDAD
El buen comunicador se ha de conectar con la
emoción de sus oyentes. Una buena comunicación se
logra con empatía. Ésta es la capacidad que posee
una persona de entender emocionalmente a otra y
colocarse en su lugar para percibir sus sentimientos.
Es importante que los facilitadores sintonicemos con el
estado
emocional
de
nuestros
interlocutores.
Comprender sus preocupaciones nos permite dirigir la
comunicación desde un lugar más afín a sus
preferencias.
Con todo, se requiere tomar en cuenta el peligro de la
sensiblería, entendida como un estado exagerado de
sensibilidad. Encontrar la justa medida entre la emoción
y la razón es adecuado. Para ello es importante
conectar con la realidad, cuando formamos
necesitamos contextualizar. En temas complicados hay
que evitar violentar a las personas, el lenguaje ha de ser
formal. Cuando hay una relación más cercana se
puede utilizar otro tipo de lenguaje.
4 9 Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 suficiente para solucionar el problema. Es necesario
poco a poco enriquecer el vocabulario. Esto puede
hacerse mediante lo siguiente:
Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 
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
Cultivar el hábito de la lectura.
Escuchar atentamente a personas que hablen
con fluidez.
Cultivar las pausas. Si mientras hablamos no
encontramos la palabra justa que deberíamos
pronunciar, sería mejor hacer una pausa, en lugar
de una muletilla.
4. EL SENTIDO DEL HUMOR
Algunas personas tienen un gran sentido del humor y lo
muestran al hablar, sea contando chistes, diciendo las
cosas de forma que hacen reír a los oyentes, incluso
aprovechan una situación que se presenta para romper
la solemnidad.
Hay que saber bromear sin ser grosero o vulgar. Bromear
es positivo y puede relajar a los oyentes.
Al decir chistes, son necesarias algunas precauciones. Si
al contar un chiste alusivo al tema produce el efecto
deseado y la gente ríe, entonces el facilitador también
puede sonreír si lo desea. Puede suceder que la gente
no entiende el chiste, no le parece gracioso o incluso le
molesta. El facilitador ha de estar muy atento a la
reacción y si el chiste no logró el efecto que esperaba,
no debe reírse de su propio chiste. Es malo contar un
chiste que no causa gracia, peor es reírnos del mismo.
 Vigor
Si la comunicación es clara pero carece de vigor,
nuestros interlocutores tenderán a dormirse o a la
dispersión en pequeños grupos, sobre todo si el tono es
monótono.
Los adultos somos propensos a la distracción,
especialmente si el tema es poco atractivo, estamos
desvelados o cansados, después de una jornada de
trabajo.
El facilitador ha de tener en cuenta lo anterior, para
captar con fuerza y energía la atención de los oyentes.
Es diferente hablar con fuerza que hablar gritando. La
energía y vivacidad se imponen no tanto por el volumen
de la voz, sino por el estilo y el dinamismo expresado por
la persona que habla. La vitalidad consiste en el calor y
energía. En suma, ¡se entusiasta y demuéstralo! Cuando
denotamos poco entusiasmo en nuestra comunicación,
ésta palidece, es fría, desagradable, aburrida.
Recuerda, cuando hablamos transmitimos parte de lo
que somos y nuestras convicciones.
 Variación del tono de voz
A la claridad y al vigor, tenemos que unir la variación del
tono de voz. Hacerse entender y llamar la atención de
8 Hay que evitar las repeticiones innecesarias,
porque aburren. Que volver a una idea sirva para
aclarar, resaltar, profundizar o recordar.
No hay que confundir sencillez con lenguaje
vulgar. Hay que tener clara la diferencia entre
decir pensamientos profundos con sencillez y
decir necedades de forma sencilla.
5 Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 Programa de acompañamiento de facilitadores Saber Hacer‐6 nuestros interlocutores no basta. Hay que retener la
atención, cuidarla, recrearla, evitar a toda costa la
monotonía. Podemos lograrlo alternando el ritmo,
cambiando el registro de la voz y, sobre todo,
empleando un tono de voz que dé colorido a lo que
decimos.
Es necesario variar la intensidad y entonación de la voz,
subiendo y bajando la voz, de acuerdo con lo que
estamos diciendo: hablar pausado cuando hacemos
una reflexión, fuerte cuando decimos algo con energía,
bajar el tono de voz cuando queremos expresar
sentimientos tranquilos o decir algo confidencial;
imprimir velocidad cuando queremos impulsar, animar y
exhortar.
embargo, el silencio no debe ser nunca por olvido o
distracción de lo que se va a decir.
 Adaptación del discurso
Cuando hablamos lo hacemos hacia un conjunto
concreto de personas. Es necesario adaptar lo que
diremos al número de personas.
Cuando el grupo es reducido, el estilo ha de ser simple,
familiar, íntimo y sin adornos. Se acerca al lenguaje
coloquial. A medida que aumenta el número de
personas, el tono ha de ser más sostenido (formal).
 Pausar o guardar silencios
Comunicarse no es sólo hablar, es también usar pausas
oportunas y expresivas, igual que las palabras. A veces,
el silencio del comienzo nos permite atraer la atención
de nuestros interlocutores, en otras ocasiones el silencio
es para realzar algo. El silencio y las pausas posibilitan la
separación de ideas y darles su peso y valor, facilitando
las inflexiones de la voz y los cambios de ritmo y tono. Sin
3. LAS MULETILLAS
Se trata de un vicio desagradable y generalizado. La
aparición de muletillas es el resultado de un vicio en la
fluidez del lenguaje, por lo general motivado por la falta
de un vocabulario rico y variado. Al no encontrar la
palabra adecuada para expresar un concepto,
sustituimos aquel término por una expresión carente de
sentido en el contexto de la frase. Estas expresiones
reciben el nombre genérico de muletillas. Las más
frecuentes son:
ESTE... EHM... ¿ESTÁ CLARO? EH... ES DECIR... ¿NO? O
SEA... ENTONCES... Y... BUENO... ¿SÍ? ¿ME EXPLICO? ¿SE
ENTIENDE? ¿ENTIENDEN? CLARO...
No está mal preguntar a nuestros interlocutores, ¿está
claro? Lo malo es preguntarlo todo el tiempo.
El punto de partida para superar cualquier vicio al
hablar es la toma de conciencia. Si nos damos cuenta
de las muletillas que utilizamos, el mal puede corregirse.
Se sugiere escuchar atentamente mientras explica su
discurso. Una manera práctica es grabarse para
escucharse con sentido de autocrítica.
También es útil que alguna persona colabore en la
detección de las muletillas.
Para evitar las muletillas es fundamental la
concientización de quien habla, pero esto no es
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