Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación San Martín, 27 agosto de 2002.VISTOS: Para resolver en la causa n? 6715 del Juzgado Federal n? 1 de San Isidro, donde se dispuso el procesamiento de Estela Sandra Fabiana León por la presunta comisión del delito de falsa denuncia (art.245, C.P.), al igual que por el delito de falso testimonio respecto de Gritzko Gadea Dorronsoro y Gabriela Alejandra Maceda (art. 275, C.P.) . La resolución apelaciones aludida corre deducidas en agregada favor de a fs. los 693/718, y las nombrados a fs. 740/746, 750/755 y 756/761; en tanto que sus respectivos agravios obran presentados ante esta instancia a fs. 811/838, 842/848, 849/851 y 852/854, habiendo quedado la causa en condiciones de ser resuelta a partir del llamado de autos al acuerdo que luce a fs. 855. 1.- Situación de Estela Sandra Fabiana León. a) La extensa fundamentación del Señor Magistrado de la instancia anterior comienza atendiendo el inicial objeto procesal de estas actuaciones, ceñido a la presunta -1- comisión del delito de sustracción o destrucción de documento público por parte de los integrantes del Tribunal Oral Federal en lo Criminal N? 2 de San Martín y de la Secretaria del mismo. Ello así, porque debido a que los Jueces del Tribunal utilizan “...la llamativa modalidad de rubricar como un original la copia de los fundamentos destinados al bibliorato” (v.fs. 700), se facilitó a la Señora Defensora Oficial una fotocopia de los mismos correspondientes a la sentencia dictada en la causa n?935 seguida contra Faustino Rojas por infracción al art. 5? inc. c) de la ley 23737, sin advertir que su última hoja había sido firmada luego de extraerla por error del disco rígido en el que aun no había sido volcada su versión definitiva. De modo que después de examinar los testimonios, declaraciones, presentaciones y demás pruebas documentales incorporadas permitieron al expediente aclarar lo -medidas realmente instructorias acontecido según que fuera adelantado-, arribó a la conclusión de que “ello no puede más que interpretarse como una conducta a lo sumo poco diligente,...” (v.fs. 699) y al tiempo de sostener que, -2- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación “descartada de plano que la acción típica haya sido realizada, resulta sobreabundante realizar un análisis de los restantes elementos que integran la figura en trato” (v.fs. 700), decidió sobreseer a todos los procesados de aquella imputación generadora de la investigación (arts. 334, 336 inc. 2? y ccs. del C.P.P.N.). De seguido tuvo por acreditado, a los fines de dictar su procesamiento, que la doctora Estela Sandra Fabiana León denunció falsamente el delito que dio lugar a ese sumario, ya que si bien “en sus presentaciones se ha referido a que obtuvo copia de los fundamentos de la sentencia, a partir de los elementos arrimados al proceso se ha determinado que lo que en realidad obtuvo fue una copia de la copia de los fundamentos que se hallaba agregada en el bibliorato”(v.fs. 702 vta.). Es más, aunque “la Defensora no dijo expresamente que la causa n? 935 no le fue entregada hasta el día 12 de junio en que advirtió lo que entendió un delito, ocultó la información Defensoría -3- entre el día 28 de que ésta estuvo en la de mayo y el 1? de junio” (v.fs.705). “Al respecto, resulta claramente evidente que la circunstancia omitida por León en su denuncia no resulta irrelevante sino justamente todo lo contrario. En efecto, utilizando el método de la supresión mental hipotética, si pensáramos que la causa n? 935 nunca le fue entregada a León hasta el 12 de junio, esto fortalecería su denuncia ya que, en primer lugar, indefectiblemente la misma tendría que haber trabajado en su recurso sobre la copia; en segundo lugar no existiría una razón lógica que justifique su privación del acceso al expediente aumentando así las sospechas acerca de la responsabilidad de los Magistrados y como tercer punto, sí podríamos suponer que efectivamente hasta el 12 de junio pudo encontrarse agregada a la causa otra sentencia que la compulsada por León en dicha fecha” (v.fs. 707vta.). b) La extensa cita de los considerandos vertidos por el “a quo”, adquiere su sentido al partir de la necesidad de tener precisados los concretos aspectos de la resolución en crisis traídos a debate. Así tenemos que, por un lado, no cabe ninguna duda -4- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación de que en el curso de los acontecimientos, se produjo un error material relacionado con la sentencia emitida en la causa n? 935 del Tribunal Oral N? 2 de esta jurisdicción. Ese error -absolutamente desconocido antes de deducirse la denuncia del caso-, consistió en la suscripción por los señores jueces actuantes de dos ejemplares aparentemente idénticos, pero cuyos textos diferían parcialmente según resulta del cotejo de ambos documentos públicos señalados con las letras “B” y “D” corrientes a fs. 3/8 y fs. 21/24; es decir, a pesar de tener un común origen en torno de la fecha, causa, procesado y firmas que los suscriben, existen disimilitudes en el último folio glosado en uno y otro instrumento. Por otro lado, quedó explicitado claramente merced las diversas pruebas incorporadas al legajo (vid. fs. 261vta./262, 296 vta./297, 316/318, 323 y 528 vta./529), que a raíz de la rotura de la última hoja del ejemplar que circulaba para la firma de los señores jueces con destino al bibliorato -5- utilizado como Registro de Sentencias del Tribunal, el Presidente del juicio extrajo inadvertidamente una hoja nueva del disco rígido en el que seguía cargado el proyecto original pendiente de ser corregido. Resultando así el otorgamiento y agregación al mentado registro, de un documento distinto del que se pretendió firmar; precisamente el que, a tenor de los mismos dichos exculpatorios de los primeros imputados por el “a quo”, se extendió para su protocolización el 21/05/01 y se entregó por Mesa de Entradas en fotocopia al personal de la Defensoría (vid. fs. 34, 41, 54/55, 58/59 y 65/66). Así las cosas, con el único conocimiento de la diferencia textual existente entre ambos instrumentos -más allá que afirma haberla advertido el 12/06/01, a pesar de haber tenido el expediente en su despacho durante la semana comenzada el 28/5/01-, la Dra. León redondea su exposición inicial manifestando a fs. 34: “En síntesis, el delito que denuncia es que se reemplazó el original del documento del 21 de mayo (o sea el letra ‘B’) por otro de la misma fecha (o sea el documento ‘D’)”. c) Las precedentes precisiones no han de resultar ociosas a poco que su comparación con el elemento objetivo -6- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación del tipo de la falsa denuncia o simulación de delito, demuestra que éste no aparece cumplido en el caso de autos. En efecto, se acepta la existencia de falsedad a los fines del tipo acuñado en el art. 245 del Código Penal, cuando el hecho que se dice sucedido no ha ocurrido porque no existió hecho alguno, o porque el sucedido es esencialmente diferente del denunciado o contiene circunstancias esencialmente distintas a las denunciadas (cfr. Gavier en “El delito de falsa denuncia”, citado por R. C. Núñez en “Derecho Penal Argentino”, T?VII-52, Ed. Lerner, Buenos Aires, 1974). En ese sentido resulta claro y es lo relevante en este proceso, que el último folio de la sentencia glosada materialmente en la citada causa nro. 935 tenía un texto distinto de la agregada al registro protocolizado por el Tribunal Oral, instrumentos con fueron la particularidad suscriptos con de firmas que ambos ológrafas auténticas de sus tres integrantes y de la actuaria que intervino en el juicio. Este es el hecho esencial advertido por la señora defensora oficial y puesto en conocimiento de -7- la jurisdicción al formular la denuncia que dio origen a estas actuaciones. Sin embargo, el señor magistrado de grado le otorga el carácter de circunstancia esencial del relato, a que “la Dra. León describe de tal forma la cronología de los hechos que motivaron su presentación, que queda claro para quien conoce el hecho a través de sus dichos que hasta el día 12 de junio, es decir cuando ya había presentado su recurso de casación y le había sido denegado, el Tribunal Oral N?2 le imposibilitó Realmente, desfasaje el no acceso se logra temporal expediente, a en porque, la entender la sin causa N? la 935" (fs. relevancia mención de la perjuicio de que 703). de tal recepción del el delito de supresión documental no se constituye en lo más mínimo con aquel impedimento en su faz objetiva y por ende, aún cuando podría llegar a significar la motivación de su ejecución, su determinación era totalmente innecesaria en orden a la obligación de promover la investigación de su configuración típica (a tal punto que la Agente Fiscal formuló el requerimiento de instrucción “in certaem personae”; vid. fs. -8- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación 37), lo cierto es que no parece razonable atribuirle mala fe a la denunciante por no haber informado puntualmente ese aspecto coyuntural de su relato. En definitiva, así hubiere comparecido ante el juez el 29 de mayo -antes de intentar siquiera interponer el recurso casatorio-, igualmente la señora fiscal tenía la obligación de impulsar el procedimiento y de haber ocurrido así, no se advierte que la pesquisa del caso habría seguido un curso diferente del que fuera optado. Tan es así, que aplicando el mismo método utilizado por el “a quo” de la supresión mental hipotética a las referencias que le hicieron pensar que la causa de mentas no le fue entregada a la funcionaria hasta el día 12 de junio y en consecuencia, la única verdad sería que trabajó su recurso ante la casación con base en la versión no corregida de la sentencia (extremo no controvertido en autos por ningún elemento convincente que pruebe lo contrario), en nada se hubiere modificado su obligación de dar curso a la investigación para establecer en forma fehaciente el motivo -9- por el cual los jueces firmaron dos instrumentos diferentes al que se le atribuyó el contenido de una única e idéntica sentencia. A mayor cúmulo argumental, aún cuando se hubiere arribado a la conclusión de la falsedad objetiva del hecho denunciado, la mala fe -falsedad subjetiva en la denuncia-, “requiere que el autor tenga conciencia de la inexistencia del hecho denunciado o de las circunstancias denunciadas y la voluntad de denunciar a pesar de ello” (vid. op. cit., pág. 52). Y por el contrario, en autos todo indica que el error material determinante de la inexistencia del delito en cuestión, la denunciante lo conoció con posterioridad a su denuncia, al igual que quienes incurrieron en ese error y el Magistrado instructor que tomó conocimiento de ello al indagarlos, tras constatar pericialmente la real existencia de los dos textos señalados como diferentes. En tales condiciones el Tribunal no comparte el criterio que fuera expuesto en la resolución recurrida, toda vez que la correcta solución del caso en estudio no parece que pueda ser determinada -tal como lo entendiera el juzgador de grado-, magnificando la trascendencia que le diera al -10- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación momento en el que la Dra. León habría tomado conocimiento de la falencia que se había producido al emitirse el documento que contenía la sentencia dictada en la causa nro. 935. Es decir, dentro de ese contexto poco puede cambiar que la diferencia que ostentaban ambos documentos hubiera sido advertido por la funcionaria de la defensa el mismo día 28 de mayo cuando ella efectivamente recibió en su despacho el expediente y la copia de la sentencia en cuestión o si, por el contrario, como ella afirmó, que hubiera advertido la señalada irregularidad dos semanas después, cuando procedió a compulsar el expediente original con motivo de haberle sido denegada la actividad recursiva ejercida en procura de ocurrir ante la Cámara de Casación Penal de la Nación. Por otra parte, el Tribunal entiende que quienes suelen tener alguna práctica judicial, conocen no solamente la magnitud y la complejidad de los asuntos que deben ser motivo de juzgamiento y decisión, sino también están habituados -los jueces de esta Cámara también- a desarrollar las tareas propias de su actividad consultando legajos de -11- fotocopias integrados por las piezas esenciales del proceso pues, indudablemente, así se facilita la labor. Ese modo de proceder no suele producir ni generar, de por sí, ninguna duda sobre la autenticidad de tales piezas, más aún si se encuentran certificadas, o bien, como aconteció en autos, si se trata de una fotocopia obtenida directamente de manos del empleado de mesa de entradas de la oficina de que se trate, copiado del bibliorato de registro de sentencias firmadas en forma ológrafa por los jueces de ese Tribunal. En síntesis, cualquiera hubiera sido el día o la oportunidad en que conoció la aludida discordancia, igualmente pesaba sobre la funcionaria oficial la carga de denunciar un hecho que, objetivamente, reunía las características de presunta ilicitud, más allá de que las probanzas del expediente demostraron posteriormente que no se estaba en presencia de un delito sino, como se dijera, de un simple error material. De acuerdo con el mandato del art. 176 del C.P.P.N., pesaba sobre la defensora oficial la obligación de poner en conocimiento de la autoridad jurisdiccional la comprobación que había pasado ante sus sentidos, a fin de que se dilucidara, justamente, si se trataba de un delito o, -12- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación eventualmente, de un equívoco. Por otra parte, la omisión de denunciar hubiera dado pábulo a relacionar esa conducta con el tipo del art. 277 del C.P., o bien, suponer una vinculación con la figura acuñada en el art. 249 del mismo código de fondo, referido a la violación de los deberes de su oficio funcional. Consecuentemente, el Tribunal revocará el auto de procesamiento dictado respecto de la Dra. Estela Sandra Fabiana León, debiendo el sr. magistrado proceder a la luz del art. 336, inc. 4?, del C.P.P.N. 2.- Situación de Gritzko Gadea Dorronsoro y de Gabriela Alejandra Maceda. Como natural consecuencia del análisis vertido en el capítulo anterior, cabe destacar que el falso testimonio imputado a los nombrados en el epígrafe carece de la virtualidad criminosa que se le atribuyera en el resolutorio venido en recurso. En efecto, tanto Gadea Dorronsoro como Maceda fue- -13- ron responsabilizados prima facie de haber ocultado que el expediente de la causa N? 935 seguida contra Fabián Rojas, había estado efectivamente en las oficinas de la Defensoría Oficial a cargo de la Dra. León entre el 28 de mayo y el 1? de junio. Y si bien la radicación de esas actuaciones en la sede del aludido ministerio público quedó corroborada por el recibido copiado a fs. 542, a cuyo respecto Dorronsoro reconoció como propia la firma -lo cual fue igualmente confirmado por la experticia caligráfica de fs. 613/615-, las explicaciones que sobre el particular brindaron los nombrados a fs. 640/642 y 654/657, unido a la nula trascendencia que esa circunstancia tuvo para la solución definitiva del caso, han permitido aventar la responsabilidad que en principio se les atribuyera. Amén de que, descartada la pretendida connivencia de los empleados con la presunta gestión criminosa endilgada a la sra. Defensora, corresponde hacer hincapié en la importante cantidad relativa de expedientes que ingresaban en la aludida oficina, extremo que no sólo difumina la responsabilidad adjudicada a ambos colaboradores de la Defensoría, sino que avala sus descargos puntuales sobre el tema; toda vez -14- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación que, en las condiciones expuestas, no cabe atender la hipótesis tenida por válida en la instancia anterior relativa a que, efectivamente, los imputados conocieron el oportuno ingreso del expediente y sostener, en consecuencia, que se pronunciaron fementidamente al prestar declaración testimonial ante el magistrado instructor. Siendo así, se debe revocar el decisorio venido en recurso también en el aspecto aquí tratado. Por ello, el Tribunal RESUELVE: REVOCAR la resolución apelada de fs. 693/718, en cuanto sus puntos dispositivos V, VII y IX decretaron el procesamiento de Estela Sandra Fabiana León, Gritzko Gadea Dorronsoro y Gabriela Alejandra Maceda , debiendo el sr. magistrado a quo analizar la situación de los nombrados a la luz de la norma del art. 336, inc. 4?, del Procedimientos en Materia Penal. Regístrese, notifíquese y devuélvase. Fdo: PracK-Mansur-Rudi (por su voto) -15- Código de EL SEÑOR JUEZ DR. DANIEL MARIO RUDI DIJO: I.Para resolver el expte. 717/2002 de la Secretaría 4 de esta Sala II, originario del Juzgado Federal n? 1 de San Isidro (causa n? 6715/0) en el que se dispuso el procesamiento de Estela Sandra denuncia, y de Alejandra Maceda Fabiana Gritzko por el León, Gadea por el delito Dorronsoro delito de falso y de de falsa Gabriela testimonio. La resolución respectiva corre agregada a fs. 693/718 y fue apelada por los causantes. II. Situación de Estela Sandra Fabiana León El juez de la instancia anterior, principió el capítulo relativo a la nombrada, analizando los diversos testimonios, declaraciones, presentaciones documentales formalizó incorporadas una puntual al expediente, referencia de cada y demas pruebas tras una lo de cual ellas. Estudió también las declaraciones prestadas por la Dra. León, destacando que los dichos prestados en ocasión de ser indagada a fs. 668 remitiéndose al descargo por escrito -16- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación corriente a fs. 634, habían coincidido con los prestados oportunamente por los señores jueces del Tribunal Oral en lo Criminal n? 2 de la jurisdicción, Dres. Luis Alberto Nieves, Víctor Horacio Bianco y Daniel Alberto Cisneros, en el sentido que la anomalía denunciada en estos actuados a fs. 33, 52 y 153 no había consistido en un delito, sino en un error involuntario. Al ponderar la responsabilidad de la Dra. León, el iudex-a-quo se remitió a lo que ya había adelantado el mismo magistrado en el capítulo respectivo, iniciado en el folio 695, en orden a que no existieron en la causa elementos de convicción suficientes para sostener, con debida seriedad y fundamento, la imputación que inicialmente se dirigiera a los jueces del tribunal oral y a la secretaria Dra. María Claudia Morgese Martín, comisión del en cuanto se vinculaba con la presunta delito de sustracción o destrucción de un documento público, extremo que derivó en la decisión firme, adoptada en los puntos dispositivos I a IV de la misma -17- resolución, por la que se sobreseyó la causa respecto de los tres magistrados y la secretaria del tribunal antes aludido. En consecuencia, tuvo por acreditado que el 12 de junio de 2002, la funcionaria Dra. León había denunciado falsamente un delito, en los términos del art. 245 del Código Penal. Para adoptar el criterio expuesto, el juez a-quo consideró que cuando la Dra. León denunció la presunta sustitución de los fundamentos de la sentencia dictada en la causa 935 del conocimiento criminis”] mentado que era el tribunal delito inexistente. oral, incluido Para dar lo en hizo la sustento en cabal [“notitia a dicha argumentación, el magistrado puntualizó que tras haberse dictado la sentencia en el tribunal oral el 21 de mayo de 2001, la Dra. León obtuvo el 28 de mayo siguiente, una copia de los fundamentos del pronunciamiento, indicando que sobre dicha copia (fs. 3/8) la defensora había elaborado el recurso de casación respectivo (fs. 9/20). La denunciante también acompañó la copia del veredicto (fs. 2 y vta. documento “A”) y otros instrumentos que hacían su presentación. -18- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación Según la resolución recurrida, la Dra. León describió la cronología de los hechos en modo tal de dar a entender que hasta la denegatoria del recurso de casación, notificada el 12 de junio de aquel año, había estado impedida de compulsar el expediente original por haberse restringido su consulta por parte del Tribunal Oral n? 2, afirmación que también habría contado con la corroboración de los empleados de la nombrada, Maceda y Dorronsoro (considerandos, fs. 703 vta.). El magistrado de la instancia anterior hizo luego referencia a los recibos copiados a fs. 542 y 543 en cuanto demostraban respectivamente, y a pesar de la afirmación inicialmente en contrario de la denunciante León, que el expediente original 935 fue efectivamente remitido al despacho de la señora defensora el día 28 de mayo, habiendo sido reintegrado a su origen el 1? de junio, ambos de 2001. La pericial caligráfica producida a fs. 612/615 y la declaración de quien suscribió el primer recibo y confeccionó -19- el restante (el empleado Gritzko Gadea Dorronsoro, fs. 640) completan el cuadro probatorio en torno de la autenticidad de dicho documento de recepción. A fs. 705 el juez de origen, afirmó que la Dra. León había ocultado la circunstancia referida a que la causa 935 estuvo efectivamente en su poder entre el 28 de mayo y el 1? de junio según se demostró, con el objeto de crear en el magistrado interviniente la presunción de la efectiva existencia del hecho denunciado que ella sabía inexistente. Es de difícil crédito añadió el iudex-a-quo la circunstancia que la Dra. León hubiera omitido la lectura de la sentencia contenida en la causa 935, tras haberla reclamado para su entrega en varias oportunidades y que, cuando finalmente le fue enviada, la haya mantenido en su poder por cinco días hábiles (lunes 28 de mayo al viernes 1? de junio) y pese a ello no la hubiera consultado en absoluto. Más aún argumentó el juez de origen, cuando se aprecia que el documento obtenido en la mesa de entradas del tribunal muestra falta de -20- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación coherencia gramatical o semántica o que posee una cita de fojas en blanco. El magistrado de grado también desantendió el descargo de la enjuiciada en cuanto puso de manifiesto la desconfianza que le generaban los integrantes del tribunal oral por los errores que solían cometer, toda vez que en esas apuntadas circunstancias, no resultaba factible aceptar lógicamente que hubiera dejado de confrontar el documento que tenía en su poder, con aquél que se hallaba incorporado a la causa ya citada. Por tal motivo, el magistrado aseguró que la imputada había trabajado intencionalmente sobre la copia que le fuera entregada el 28 de mayo con el exclusivo objeto de que el eventual pronunciamiento del tribunal oral le diera un ulterior motivo para formular la falsa denuncia que dio origen a estos actuados. El magistrado actuante destacó la trascendencia que tuvo, desde su perspectiva, el ocultamiento por parte de la Dra. León del hecho relativo a haber estado materialmente con la causa 935. Dijo que tal omisión fortalecía la denuncia originaria puesto que, en caso de haber sido cierto que no -21- tuvo ese expediente en su poder, la funcionaria debió trabajar indefectiblemente con la copia, al tiempo que se aumentaban las sospechas que pudieran recaer sobre los magistrados del tribunal oral al atribuirles la falta de oportuna entrega consiguiente del creencia expediente de que en pudo cuestión, haber con agregada la una resolución distinta de la original.Tan fue ello así, concluyó el sentenciante a fs. 707 vta., que la propia Dra. León admitió en su descargo la probabilidad de que siempre hubiera estado agregada a la causa la misma sentencia objeto de cuestionamiento. Tras doctrinarias realizar sobre el algunas tipo consideraciones penal aplicable al y citas caso, el magistrado estimó que la Dra. Estela Sandra Fabiana León resultaba prima facie responsable del delito de falsa denuncia tipificado en el art. 275 del Código Penal. Tal como se desprende de la resolución recurrida, no cabe ninguna duda que en el curso de los acontecimientos que en el Tribunal Oral n? 2 se produjo un error material relacionado con la sentencia emitida en la causa 935 de dicho -22- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación tribunal, sustanciada contra Faustino Rojas por infracción al art. 5 c) de la ley 23.737. La falencia en cuestión consistió en el hecho de que los jueces actuantes en aquella causa, suscribieron dos ejemplares de la sentencia con base en textos parcialmente diferentes, según resulta del cotejo de las piezas corrientes a fs. 3/8 y fs. 21/24 donde surge que, a pesar de tener un común origen en torno de la fecha, causa, procesado y firmas, existen ciertas disimilitudes en uno y otro instrumento. Así quedó explicitado claramente merced a las diversas pruebas incorporadas al legajo, tales como las declaraciones de los Dres. Luis Alberto Nieves (fs. 300/303), Victor Horacio Bianco (fs. 326/333), Daniel Alberto Cisneros (fs. 527/532) y María Claudia Morgese Martin (fs. 261/287) y de la relatora María Fernanda Galea Suárez (fs. 316/318), quienes en forma coincidente refirieron que a raíz de la rotura de una de las hojas de la sentencia, durante la firma del documento, se ordenó extraer un nuevo texto de la computadora, ocasión en la que se obtuvo inadvertidamente un -23- nuevo ejemplar extraído de un proyecto anterior que no había sido corregido, resultando así el otorgamiento de un documento distinto del que se pretendió reproducir en aquella oportunidad. En tal orden de cosas corresponde indicar que el elemento objetivo del tipo de la falsa denuncia o simulación de delito, no se ha cumplido en el caso de autos. En efecto, se acepta la existencia de falsedad objetiva a los efectos del art. 245 del Código Penal, cuando el hecho, que se dice sucedido no ha ocurrido, sea que no exista hecho alguno, o que el sucedido sea esencialmente diferente del denunciado o con circunstancias esencialmente distintas a las denunciadas (conf. Gavier, “El delito de falsa denuncia” citado por R.C.Nuñez “Derecho...tomo VII, pág. 48, Ed. Lerner, Buenos Aires, 1974). En ese sentido resulta claro y no ha sido negado en modo alguno a lo largo del expediente que el último folio de la sentencia glosada materialmente en la causa 935 tenía un texto distinto de la copia obtenida del libro de registro de sentencias del Tribunal, con la particularidad que ambos instrumentos registraban firmas -24- auténticas de los Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación tres integrantes del Tribunal Oral y de la actuaria que intervino en el juicio. Este hecho, advertido oportunamente por la defensora oficial, fue puesto en conocimiento de la jurisdicción dando origen a estas actuaciones. En cuanto concierne al aspecto subjetivo del delito de que se trata, cabe señalar que tal falsedad existe cuando la denuncia objetivamente falsa (en el supuesto examinado no concurren los requisitos de la falsedad objetiva) es realizada de mala fe, lo cual requiere que el autor tenga conciencia de la falsedad del hecho denunciado o de las circunstancias denunciadas y, pese a ello, muestre su voluntad de llevar a cabo la denuncia (Nuñez, op. y loc. cit.). En tales condiciones el criterio del Tribunal difiere del que fuera expuesto en la resolución recurrida, toda vez que la correcta solución del caso, no parece que pueda ser determinada, tal como lo entendiera el juzgador de grado, magnificando la trascendencia que se le diera al momento en el que la Dra. León tomó conocimiento de la falencia que se había producido al emitirse el documento que contenía la -25- sentencia dictada en la causa 935, cuyo texto fue indudablemente distinto, no solo de la copia oportunamente recibida por la aludida funcionaria, sino también de la duplicación enviada al Servicio Penitenciario Federal para notificar al condenado Rojas en su lugar de detención (conf. fs. 411/418, 419/426 y 429/437). Dentro de tal contexto, poco puede cambiar que la diferencia que ostentaban ambos documentos hubiera sido advertida por la funcionaria de la defensa el mismo 28 de mayo cuando ella efectivamente recibió en su despacho el expediente y la copia de la sentencia en cuestión y o si, como ella afirmó, hubiera conocido la señalada irregularidad el 12 de junio cuando recién procedió a compulsar el expediente original, con motivo de haberle sido denegado el recurso ante la Cámara de Casación Penal de la Nación. Cualquiera conoció la hubiera discordancia, sido la igualmente oportunidad pesaba en que sobre la funcionaria oficial, la carga de denunciar un hecho que, objetivamente, reunía ilicitud, allá -26- más las que características las probanzas de del presunta expediente Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación demostraron ulteriormente que no se estaba en presencia de un delito sino de un simple error material. De acuerdo con el mandato del art. 176 del CPPN pesaba sobre la defensora oficial la obligación de poner en conocimiento de la autoridad jurisdiccional la comprobación que había pasado ante sus sentidos, a fin de que se determinara si se trataba de un delito o, eventualmente, de un equívoco. Por otra parte, la omisión de denunciar o, aún, una tardanza en concretar el acto procesal de dar la notitia criminis, hubiera dado pábulo a relacionar esa conducta con el tipo del art. 277 del Código Penal, o bien, suponer una vinculación con la figura acuñada del art. 249 del mismo código de fondo, referido a la violación de los deberes de su oficio. Queda claro, desde el prisma del tipo penal de la falsa denuncia o simulación de delito, que al encontrarse verificado y respondieron -27- no estando efectivamente controvertido a la (que realidad los hechos denunciadas), aparece sin prueba el aspecto subjetivo de la figura (falta consciente de veracidad) que se pretendió fundar en un hecho secundario y meramente circunstancial, cual es el relativo a la fecha o al momento en que la defensora oficial tomó efectivo conocimiento de la duplicidad denunciada. Porque, no es descartable la versión dada por la funcionaria en el sentido que no compulsó el expediente, toda vez que fue redactando el recurso de casación sobre la base de la copia oficial, obtenida en la mesa de entradas del Tribunal que estaba rubricada por los tres jueces y la secretaria de actuación, hecho significante que también pudo haber movido a error sobre la valía del documento dentro del curso razonable de los acontecimientos apreciados según la sana crítica. En consecuencia corresponde revocar el auto de procesamiento dictado respecto de la Dra. Estela Sandra Fabiana León, debiendo el magistrado proceder según lo ordenado por el art. 336, inc. 4to. del CPPN. III. Situación de Gritzko Gadea Dorronsoro y de Gabriela Alejandra Maceda -28- Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación Como lógica consecuencia de lo que fuera motivo del capítulo anterior, corresponde destacar que la conducta imputada a los nombrados carece de la entidad criminal que se le atribuyera en el resolutorio en recurso. En efecto, tanto Gadea Dorronsoro como Maceda, fueron responsabilizados prima facie de haber ocultado que el expediente n? 935 seguido contra Faustino Rojas estuvo en las oficinas de la defensoría oficial de la Dra. León, entre el 28 de mayo y el 1? de junio. Y si bien la radicación de esas actuaciones en la sede del ministerio público quedó corroborada por el recibo copiado a fs. 542, a cuyo respecto Dorronsoro reconoció como propia la firma (ver pericia caligráfica de fs. 613/615), las explicaciones que sobre el particular brindaran los nombrados a fs. 640/642 y 654/657, permiten descartar la responsabilidad que en principio se les atribuyera. Al respecto resaltamos, de un lado, la escasa transcendencia que tuvo para la solución definitiva del caso, la circunstancia de que el aludido expediente hubiera estado -29- en determinado momento en la oficina de la defensora oficial conforme lo indicado arriba. Del otro lado, allanada la pretendida connivencia de los empleados con la defensora, corresponde valorar la importante cantidad relativa de expedientes que ingresaban en la aludida oficina, según el curso ordinario de los hecho, que no solo difumina la responsabilidad adjudicada a Dorronsoro y a Maceda sino que avala sus descargos puntuales sobre el tema, toda vez que, en esas condiciones, no cabe atender la hipótesis tenida por válida en la instancia anterior relativa a que, efectivamente, los imputados conocieron el oportuno ingreso del expediente y sostener que se pronunciaron fementidamente al prestar declaración testimonial ante el magistrado instructor. Luego, se debe revocar el decisorio venido en recurso, también en el aspecto aquí tratado. Por ello, corresponde: REVOCAR la resolución apelada de fs. 693/718 en sus puntos dispositivos V, VII y IX, que dispusieron el procesamiento de Estela Sandra Fabiana León , Gritzko Gadea Dorronsoro -30- y Gabriela Alejandra Maceda , debiendo el Interlocutorio Sala II-Sec.Pen.4 C.N? 2190 (717/02) “León, Estela Sandra Fabiana s/su denuncia ” Juzg.Fed. San Isidro 1 - Sec.3 Reg.n?: 2145 Poder Judicial de la Nación instructor decidir la situación procesal de los nombrados, según el art. 336, inc. 4to. del Código de Procedimientos en Materia Penal. ASÍ VOTO.- -31-