Relación entre bienestar subjetivo, optimismo y variables

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Relación entre bienestar subjetivo,
optimismo y variables sociodemográficas en
estudiantes universitarios de la Universidad
de San Luis Potosí en México*
Relationship between Subjective Welfare, Optimism
and Demographic Variables in College Students of
the University of San Luis Potosi in Mexico
Recibido: julio 17 de 2012 | Revisado: mayo 20 de 2013 | Aceptado: marzo 13 de 2014
Rosario Josefa Marrero Quevedo**
Mónica Carballeira Abella
Universidad de La Laguna, Tenerife, España
José Ángel González Villalobos***
Universidad de San Luis Potosí, México
doi:10.11144/Javeriana.UPSY13-3.rbso
Para citar este artículo: Marrero, R. J., Carballeira, M. & González, J. A. (2014). Relación entre
bienestar subjetivo, optimismo y variables sociodemográficas en estudiantes universitarios de la
Universidad de San Luis Potosí en México. Universitas Psychologica, 13(3). http://dx.doi.org/10.11144/
Javeriana.UPSY13-3.rbso
Agradecimientos:
*
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Facultad de Psicología. Correos
electrónicos: [email protected], [email protected]
**
Correo electrónico: [email protected]
***
Resumen
El objetivo de este estudio fue analizar la relación entre características
sociodemográficas, optimismo y bienestar subjetivo (SWB) en estudiantes
universitarios mexicanos de la Universidad de San Luis Potosí. Además,
identificar qué áreas vitales incidían en mayor medida en el bienestar global y cuánto aportaría el optimismo a esta relación. Se recogió información
de 299 estudiantes (17 a 49 años; M = 19.38; DE = 3.19) mediante una
entrevista semiestructurada, registrando diversas características sociodemográficas que se consideraron relevantes. El optimismo disposicional se midió
empleando el Life Orientation Test Revised ([LOT-R]; Scheier, Carver &
Bridges, 1994) y el bienestar subjetivo mediante diversas medidas: felicidad
(Subjective Happiness Scale de Lyubomirsky & Lepper, 1999), satisfacción
vital, (Satisfaction with Life Scale de Diener, Emmons, Larsen & Griffin,
1985), emociones positivas y emociones negativas (Positive and Negative
Affect Schedule de Watson, Clark & Tellegen, 1988) y satisfacción en los
dominios vitales de estudios, pareja, salud y ocio (Entrevista semiestructurada de Marrero, Carballeira & Rodríguez, 2007). A través de la Tau-b
de Kendall se analizó la relación de las variables sociodemográficas con el
optimismo y los indicadores de bienestar, encontrando asociaciones entre
género y satisfacción con el trabajo/estudios, satisfacción vital, felicidad y
optimismo. Además, tener una relación sentimental se relacionaba con la
satisfacción con la pareja y la condición laboral con satisfacción vital. Los
análisis correlacionales de Pearson entre los ocho indicadores de bienestar
y el optimismo mostraron que todos los indicadores de bienestar se relacionaban entre ellos y el optimismo estaba asociado en mayor medida que
las variables sociodemográficas al bienestar, siendo la relación con medidas
globales mayor que con los dominios vitales específicos. Para profundizar
en esta asociación entre optimismo y bienestar se dividió a los participantes en tres grupos según su nivel de optimismo. A través de un MANOVA
se compararon las medias en bienestar encontrando que las personas con
optimismo alto y medio informaron de mayor satisfacción vital y emociones positivas, menos emociones negativas y mayor satisfacción en todos los
dominios vitales frente a las personas con bajo optimismo. Por último, se
aplicaron análisis de regresión múltiple para conocer el peso que tenían las
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distintas medidas de satisfacción en dominios específicos en
los indicadores globales de bienestar, felicidad y satisfacción
vital. Los resultados mostraron que todos los dominios son
relevantes para ambas variables criterio pero la satisfacción laboral/estudios resultó ser el predictor más poderoso.
Cuando se realizaron nuevos análisis de regresión múltiple,
incluyendo el optimismo como predictor, se encontró que
este explicaba mayor porcentaje de varianza que la satisfacción en dominios específicos, sobre todo en el caso de la
felicidad. Estos hallazgos sugieren que el optimismo es un
rasgo de personalidad relevante para mejorar el bienestar
subjetivo de los individiduos.
Palabras clave autores
optimismo; bienestar subjetivo; Felicidad; satisfacción vital;
emociones positivas; emociones negativas; satisfacción en dominios
vitales específicos
Abstract
The main objective of this study was to analyze the relationship between different sociodemographic characteristics,
optimism and subjective well-being (SWB) in a sample
of Mexican undergraduate students from the University
of San Luis Potosi. Additionally, we have tried to identify
which specific life domains influenced more on global wellbeing and how the optimism could explain well-being. Data
were from 299 participants aged between 17 and 49 years
old (M= 19.38; SD= 3.19) through a semi structured interview, considering different relevant sociodemographic
characteristics. Dispositional optimism was evaluated using
the Life Orientation Test Revised (LOT-R; Scheier, Carver
& Bridges, 1994). Subjective well-being included the following measures: Happiness (Subjective Happiness Scale
de Lyubomirsky & Lepper, 1999), Life Satisfaction (Satisfaction with Life Scale from Diener, Emmons, Larsen &
Griffin, 1985), Positive and Negative Emotions (Positive and
Negative Affect Schedule from Watson, Clark & Tellegen,
1988) and Satisfaction with different Life Domains: Job/
Studies, Partner, Health and Leisure (Marrero, Carballeira
& Rodríguez, 2007). Through the Test for Kendall’s Tau-b,
the relationship between sociodemographic variables, optimism and the well-being indicators was analysed. The results
showed moderate associations between gender and studies
satisfaction, life satisfaction, happiness and optimism. Also,
the fact of having a sentimental relationship was related to
partner satisfaction; and the job situation was associated with
life satisfaction. Pearson correlational analyses between the
eight well-being indicators and the optimism showed that
all the well-being variables were related each other. Optimism was more associated to all the measures of SWB than
to the sociodemographic variables; and the relationships of
optimism with global measures of well-being were greater
than those with the specific life domains. In order to deep
in this association between optimism and well-being, the
sample was split in three groups in function of the level of
optimism. A MANOVA was made to compare the means of
well-being, finding that those participants with high and medium optimism, vs. those with low optimism, reported more
life satisfaction and positive emotions, less negative emo16
tions and more satisfaction in all the specific life domains.
The MANCOVA, taking the gender as a covariant, showed
similar findings. Finally, Multiple Regression Analyses were
applied to know the influence of the different specific life
domains on the global components of well-being: happiness
and life satisfaction. The results showed that all the specific
domains were relevant for both criteria variables, but studies satisfaction was the more powerful predictor. In the new
multiple regression analyses, the optimism was included and
explained a higher percentage of variance than the measures
of satisfaction with life domains, especially in the case of
happiness as the criteria. These findings suggested that optimism is a relevant personality trait to improve subjective
well-being of individuals.
Keywords
optimism; subjective well-being; Happiness; life satisfaction;
positive emotions; negative emotions; satisfaction with specific life
domain
Introducción
En los últimos años, ha habido un creciente interés
por estudiar los determinantes positivos del comportamiento humano, surgiendo lo que se ha venido
a denominar la Psicología Positiva (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000). En un artículo de revisión, Ryan
y Deci (2001) clasificaron los estudios sobre bienestar que existían hasta ese momento, reconociendo
dos tradiciones claramente diferenciadas: aquella
que estudia el bienestar subjetivo o hedónico, entendido como la ‘maximización del placer y minimización del dolor’ propuesta inicialmente por Bradburn
(1969) e impulsada posteriormente por Diener y su
equipo (Diener, 1984; Diener, Emmons, Larsen &
Griffin, 1985; Diener, Suh, Lucas & Smith, 1999);
y la centrada en el bienestar psicológico o eudaimónico que se define como la ‘búsqueda de una vida
virtuosa o de excelencia, en la que predomina el
desarrollo de las potencialidades del individuo y la
autorealización’ (Ryff, 1989).
Este trabajo se centra en el estudio del bienestar
subjetivo analizando los componentes del mismo, así
como las variables sociodemográficas y personales
que se asocian a este. El bienestar subjetivo se ha entendido con base en los dos componentes propuestos
por Diener (1984): el afectivo, referido al predominio
de emociones positivas frente a las emociones negativas y cuyo equilibrio ha venido a denominarse felicidad (Argyle, 1999; Bradburn, 1969; Lyubomirsky &
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Lepper, 1999) y el cognitivo, relacionado con la satisfacción vital y que recoge la valoración global que
realiza el individuo acerca de los logros obtenidos en
su vida en función de sus expectativas o estándares
personales (Pavot & Diener, 1993). Aunque la mayor parte de la investigación se ha centrado en este
tipo de medidas globales de bienestar, existen otros
indicadores más específicos que evalúan, también
desde un punto de vista cognitivo, la satisfacción
del individuo en dominios o áreas concretas de su
vida tales como salud, productividad, vida privada,
seguridad, vida en comunidad, bienestar emocional
y bienestar material (Cummings, Eckersley, Pallant
& Davern, 2002). El bienestar subjetivo implica, por
tanto, una valoración integral que hace el individuo
acerca de sus vivencias, logros, fracasos, emociones,
o factores de crianza, entre otros, considerando tanto
áreas concretas, como su vida a nivel global y que
únicamente se podrá conocer mediante el propio
juicio del individuo (Rojas & Elizondo-Lara, 2012).
Aunque la investigación acerca del bienestar
subjetivo y sus determinantes no es reciente (DeNeve & Cooper, 1998; Diener, 1984; Diener & et
al., 1985; Fordyce, 1986; Pavot & Diener, 1993;
Ryff, 1989), es en la última década en que ha comenzado a estudiarse de manera sistemática en
países lationoamericanos (Casullo, 2000; Díaz &
González, 2011; Laca, Verdugo & Guzmán, 2005;
Moyano & Ramos, 2007; Palomar, 2000; PuenteDíaz & Cavazos, 2013; Vera-Noriega & Tánori,
2002). Según Castro (2012) esto ha supuesto el 5%
del total de publicaciones sobre Psicología Positiva
que aparecen en las principales revistas latinoamericanas desde el 2000 hasta el 2012, proviniendo la
mayor parte de los artículos (el 80%) de solo cuatro
países: México, Chile, Brasil y Argentina. Y centrándose estos estudios, por un lado, en analizar
las áreas o dominios vitales que están más relacionados con el bienestar (Palomar, 2004; Rojas &
Elizondo-Lara, 2012; Vera-Noriega & Rodríguez,
2007; Vera-Noriega & Tánori, 2002) y por otro, en
identificar las características sociodemográficas que
influyen fundamentalmente en la satisfacción vital
(Fuentes & Rojas, 2001; Moyano & Ramos, 2007;
Ruvalcaba, Salazar & Fernández-Berrocal, 2012;
Vera-Noriega, 2001).
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Los hallazgos acerca de los dominios vitales que
contribuyen al bienestar de los mexicanos indican
que las áreas de la familia, tanto las relaciones con
la pareja como con los hijos, el gobierno y la satisfacción global con la vida se presentan como los
factores más importantes del bienestar subjetivo
(Palomar, 2004; Vera-Noriega & Tánori, 2002).
Además, también aparecen los amigos y el área
personal como determinantes de la satisfacción
vital y la felicidad, sobre todo en población estudiante (Arita, 2005; Banda & Morales, 2012;
Vera-Noriega, 2001; Vera-Noriega & Rodríguez,
2007). De modo que, existe cierto acuerdo en que
la satisfacción con la vida parece depender en mayor
medida de áreas como la familiar, laboral y tiempo
libre (Rojas & Elizondo-Lara, 2012).
No obstante, algunos de estos resultados parecen estar modulados por características sociodemográficas, como el género, la edad, el estado
civil o los ingresos. En general, las mujeres parecen
mostrar mayor bienestar o satisfacción con la vida
que los hombres (Domínguez et al., 2006; Laca
& et al., 2005; Vera-Noriega & Rodríguez, 2007),
pero va a depender del dominio vital que se tome
en consideración. Los hombres informan de más
satisfacción en dominios como amigos, área personal y área económica (Vera-Noriega, 2001). En un
estudio reciente, llevado a cabo en Costa Rica, las
mujeres mostraron mayor satisfacción en el dominio
familia extensa y amistades, pero menor satisfacción
en el dominio económico (Rojas & Elizondo-Lara,
2012). Por lo anterior, la investigación previa muestra ciertas inconsistencias en cuanto a la influencia
del género en el bienestar.
Los estudios que analizan el bienestar en función de la edad muestran una relación en forma de
“U” invertida. De modo que los jóvenes y los mayores son los que informan de mayor satisfacción con
la vida y más emociones positivas, aunque parece
que la expresión de emociones y la percepción social de la felicidad disminuye en los participantes
de más edad (Vera-Noriega & Rodríguez, 2007).
Nuevamente, dependerá del dominio vital que se
analice, pero parece que la satisfacción con el dominio familiar es importante para la mayor parte de
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los individuos siendo bastante estable con los años
(Rojas & Elizondo-Lara, 2012).
El estado civil también se ha vinculado a la
felicidad, informando las personas casadas de más
felicidad que las solteras, separadas o viudas (Argyle, 1999; Lu, 2000). En adultos peruanos se ha
encontrado que las personas casadas informaron
de mayor felicidad que las solteras (Alarcón, 2001).
Según Namkee y Mochón (2007), la pareja es importante no solo por proporcionar estabilidad emocional sino que satisface otras áreas vitales como la
sexual y el ocio.
Por otra parte, existe cierta controversia acerca
de la importancia de los aspectos económicos en
el bienestar, aunque parece un área relevante no
afecta del mismo modo a individuos de distintas
edades, siendo en algunos casos más importante
para el bienestar de los jóvenes que de los mayores
(Palomar, 2000) y, en otros, no apareciendo diferencias en satisfacción general con la vida entre jóvenes
que tienen distintas condiciones de vida, incluso de
extrema pobreza (Ruvalcaba et al., 2012). Algunos
autores señalan que los ingresos solo explicarían
el 5% de la varianza de bienestar, siendo más importante la percepción de necesidades materiales
satisfechas (Fuentes & Rojas, 2001).
Por último, hay que considerar que en Latinoamérica solo algunos estudios se han centrado en
identificar factores psicológicos, como el desarrollo
de la identidad, la autonomía, rasgos personales o
estrategias de afrontamiento que repercuten de
algún modo en la satisfacción vital y la felicidad
(Domínguez et al., 2006; Escobar, Zanatta, Ponce,
García & Gama, 2012; Puente-Díaz & Cavazos,
2013; Verdugo-Lucero et al., 2013).
Atendiendo a las inconsistencias encontradas en
cuanto a la relación entre características sociodemográficas y bienestar, considerado tanto a nivel global
como en dominios vitales específicos, y al escaso
consenso acerca del peso que tiene cada área vital
en el bienestar, surge el presente estudio. Además,
teniendo en cuenta que la investigación previa ha
mostrado la relevancia de determinadas características personales en el bienestar (Brissette, Scheier &
Carver, 2002; Chico, 2002; Marrero & Carballeira,
2011; Steel, Schmidt & Shultz, 2008), pero que ape18
nas han sido estudiadas con población latinoamericana, se analiza el papel que tiene el optimismo en
los distintos componentes del bienestar, entendido
como una expectativa global o generalizada de que
en el futuro se obtendrán resultados favorables frente
a los desfavorables (Scheier & Carver, 1985). Por
tanto, los objetivos fundamentales de este trabajo
son: 1. Analizar la relación entre características
sociodemográficas y los distintos componentes del
bienestar subjetivo (satisfacción vital, felicidad, emociones positivas, emociones negativas y satisfacción
en los dominios de pareja, estudios, salud y ocio); 2.
Analizar la relación entre el optimismo y los componentes del bienestar subjetivo, así como el nivel de
bienestar experimentado por las personas con alto
optimismo; 3. Analizar el peso que tienen tanto los
distintos dominios vitales como el optimismo en la
satisfacción y la felicidad de los individuos.
Método
Participantes
Participaron 299 estudiantes de la Universidad de San
Luis Potosí (UASLP) del primer curso de Psicología,
contactados a solicitud de sus docentes para colaborar voluntariamente en una investigación acerca del
bienestar y sus determinantes. Las edades estuvieron
comprendidas entre los 17 y los 49 años (M = 19.38;
DE = 3.19); el 71.8% eran mujeres y el resto hombres.
El 94.9% era soltero y una mínima parte estaba casado o convivía con su pareja (5.1%). El 37.1% del total
mantenía una relación sentimental, mientras que la
mayoría informaba de no tener pareja. Únicamente
el 3.1% estaba activo laboralmente, aunque la mayor
parte era estudiante y no tenía trabajo remunerado,
el 64.7% informaba que el dinero del que disponía le
permitía tener sus necesidades cubiertas.
Instrumentos
Entrevista semiestructurada (Marrero,
Carballeira & Rodríguez, 2007)
Fue diseñada por el equipo de investigación, con
el propósito de registrar diversas características
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sociodemográficas y de estilo de vida de los participantes. Consta de siete apartados amplios: 1) datos
generales: donde se recoge el género, la edad, el lugar
de residencia, el estado civil, el número de hijos y el
nivel de satisfacción con la situación sentimental
actual, esta última en una escala tipo Likert desde 1
(nada satisfecho) hasta 5 (muy satisfecho); 2) estudios
y profesión: donde se registra el nivel de estudios alcanzado (sin estudios, estudios primarios, estudios
secundarios, bachiller o estudios universitarios), la
profesión, el estado laboral actual (activo, parado,
jubilado o estudiante), la satisfacción con su trabajo
o estudios (de 1 a 5 puntos), los ingresos económicos y si estos le permiten cubrir sus necesidades,
respondiendo, en este último caso, afirmativa o negativamente; 3) salud: sondea si existe algún tipo de
enfermedad física y otros hábitos de salud, tales como consumo de tabaco, alcohol, drogas o si practica
algún deporte, en este apartado también se pregunta
acerca del nivel de satisfacción general con su salud
en la misma escala de cinco puntos; 4) creencias religiosas: donde se registra si tiene alguna educación
religiosa, de qué tipo, así como la importancia de la
religión en su vida; 5) historia familiar: se recoge el
estado civil de los padres y diversos adjetivos que
definen la relación con su madre y con su padre; 6)
ocio y diversión: donde aparece un listado de actividades para que el individuo registre la periodicidad
con que realiza las mismas (desde nada hasta a diario)
y el nivel de satisfacción con las actividades lúdicas
en una escala de cinco puntos (desde nada satisfecho
hasta muy satisfecho) y, por último, 7) acontecimientos vitales: donde se plantean tres cuestiones abiertas
acerca de los acontecimientos importantes ocurridos
en su vida, los hechos que resultaron más agradables
y aquellos que fueron más desagradables.
En este trabajo, únicamente, se consideraron las
variables sociodemográficas: género, edad, estado
civil, situación de pareja, nivel de estudios, nivel
suficiente de ingresos y situación laboral; así como
el nivel de satisfacción en cuatro áreas vitales: pareja, trabajo/estudio, salud y ocio, que tal y como se
señaló anteriormente fueron evaluadas mediante
una escala tipo Likert de 1 a 5 puntos (1 = no estoy
satisfecho/a; 2 = algo satisfecho/a; 3 = medianamente satisfecho/a; 4 = bastante satisfecho/a; 5 = muy
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satisfecho/a). Los participantes, al final de la entrevista tenían un apartado de observaciones para señalar
si se encontraron con dificultades en la comprensión
de los ítems. No habiendo ninguna observación al
respecto, se consideró que la entrevista era adecuada
para registrar las variables objeto de estudio.
Life Orientation Test Revised ([LOT-R];
Scheier, Carver & Bridges, 1994)
Incluye 6 ítems y otros 4 neutros, con cinco opciones de respuesta, que permite evaluar el optimismo
disposicional o las expectativas de los individuos
acerca de los resultados favorables que puedan ocurrirles en el futuro (p. ej.: “En los momentos de incertidumbre, suelo esperar lo mejor”). En el estudio
original, la prueba presentó una consistencia interna de 0.78. Este instrumento ha mostrado ser adecuado para su utilización con población mexicana
(Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-Atenas,
2009). En este estudio, se empleó la traducción al
español, realizada por el equipo de investigación,
siendo el alpha de Cronbach de 0.57.
Satisfaction with Life Scale
([SWLS]; Diener et al., 1985)
Mediante cinco ítems, evalúa el juicio cognitivo
del individuo acerca de la satisfacción global con su
propia vida, comparando sus circunstancias vitales
con un estándar particular (p. ej.: “En muchos sentidos, mi vida está cercana a lo ideal”). Cada ítem
se responde en una escala de 1 (nada satisfecho)
a 7 (muy satisfecho). La consistencia interna de la
escala original fue de 0.87 y la fiabilidad test-retest
0.82. En este trabajo, también se utilizó la versión
española traducida por el equipo de investigación
que coincide con la versión adaptada a población
mexicana realizada por Laca et al. (2005), mostrando una consistencia interna de 0.84.
Positive and Negative Affect Schedule
([PANAS]; Watson, Clark & Tellegen, 1988)
Consta de 20 calificativos, 10 positivos (p. ej.: entusiasmado, motivado, decidido) y otros 10 negativos
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(p. ej.: inquieto, nervioso, temeroso) que evalúan las
emociones presentes en el momento de contestar la
prueba, en una escala que oscila desde 0 (totalmente
en desacuerdo) a 5 (totalmente de acuerdo). Se empleó
la versión traducida y adaptada al español por el
equipo de investigación, en la que se aclararon con
jueces expertos de procedencia mexicana, la mitad
de emociones registradas que parecían ser confusas.
En este estudio, los índices de consistencia interna
de la prueba, tal y como se adaptó en los distintos
calificativos, fueron 0.82 para emociones positivas
y 0.85 para emociones negativas.
Subjective Happiness Scale
(Lyubomirsky & Lepper, 1999)
Está formada por 4 ítems que evalúan, en una escala
de 7 puntos, el grado en que el individuo se siente
feliz en relación con su vida o comparado con las
personas de su entorno (p. ej.: “En general me considero una persona feliz”). La escala en el estudio
original de validación ha mostrado coeficientes
de fiabilidad que oscilan entre 0.79 y 0.94. En este
estudio, en el cual se empleó la versión española
traducida por el equipo de investigación, la consistencia interna fue de 0.81.
Procedimiento
Se contactó con el profesorado de primero de Psicología de la UASLP para que facilitara un tiempo
de 30 minutos a su alumnado en el que pudieran
cumplimentar la batería de pruebas a través de una
aplicación en línea. En la prueba se explicaban
brevemente los objetivos de la investigación y se
garantizaba la confidencialidad de la información
recabada. Además, se aclaraba que la información
sería utilizada con fines de investigación, por lo
que la cumplimentación de la misma supondría el
consentimiento de los participantes para emplear
los datos en publicaciones científicas.
Análisis de datos
Se empleó un diseño descriptivo transversal o
exploratorio incorporando los datos obtenidos al
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paquete estadístico SPSS (versión 19), a través
del cual se llevaron a cabo diversos análisis estadísticos. En todos los análisis se optó por la estadística paramétrica, a pesar de que la muestra fue
de conveniencia y no estaba aleatorizada, pero las
variables que se incluyeron en el estudio, a priori,
se distribuían normalmente y el objetivo último
era estimar un parámetro de interés, en este caso
el bienestar, a partir de la combinación de diversas
variables, lo que no sería posible mediante técnicas
no paramétricas.
En un primer momento, con el objeto de conocer la relación entre las variables de bienestar, las
características sociodemográficas y el optimismo
se emplearon análisis correlacionales. Por un lado,
se aplicó la Tau-b de Kendall entre los indicadores
de bienestar, el optimismo y las variables sociodemográficas ordinales o categóricas (género, estado
civil, relación sentimental, estudios, ingresos y condición laboral). Por otra parte, se aplicó correlación
de Pearson entre las variables continuas que en este
estudio fueron la edad, los indicadores de bienestar
y el optimismo. Teniendo en cuenta que el optimismo guardaba una relación estrecha con el bienestar,
se profundizó en el papel del mismo, analizando si
existían diferencias en las medias de bienestar de los
individuos en función de que su nivel de optimismo
fuera bajo, medio o alto, para cuyo análisis se empleó un MANOVA puesto que permite comparar
a los tres grupos simultáneamente, así como incluir
al mismo tiempo diversas variables dependientes.
Previamente, se había comprobado, mediante
χ2, que los grupos fueran homogéneos en las variables sociodemográficas registradas. Al aparecer
diferencias entre los tres grupos de optimismo en
género, se aplicó una nueva diferencia de medias
en bienestar, a través de un MANCOVA, en el que
se incluyó el género como covariante. Por último,
para averiguar qué dominio vital explicaba en mayor medida el bienestar global (satisfacción con la
vida y felicidad), se aplicaron análisis de regresión
múltiple con el método hacia adelante que permite conocer qué variables van a formar parte de
la ecuación en función del orden de importancia.
Las variables predictoras fueron la satisfacción en
las cuatro áreas vitales y como variables criterio se
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tomaron la satisfacción vital, por un lado, y la felicidad, por otro. Seguidamente, se aplicaron nuevos
análisis de regresión, con el objeto de identificar la
importancia del optimismo en el bienestar frente a
la satisfacción en dominios vitales. En esta ocasión
se incluyeron como variables predictoras, conjuntamente, las cuatro medidas de satisfacción en áreas
vitales y el optimismo.
Resultados
En un primer momento, se analizó la distribución
de las puntuaciones en las distintas variables de
bienestar. En general, se observa una distribución
normal en las variables emociones positivas (M =
38.66; DE = 5.83) y emociones negativas (M =
21.05; DE = 6.2), pero hay una cierta asimetría,
situándose la mayor parte de los participantes por
encima de la media, en felicidad (M = 22.91; DE
= 3.91); satisfacción vital (M = 28.20; DE = 6.2)
y, sobre todo, en la satisfacción con los dominios
vitales específicos. El 75.5% informa de niveles de
satisfacción muy altos en estudios (M = 3.97; DE
= 0.73); el 74.6% muestra niveles muy altos de
satisfacción con la salud (M = 3.91; DE = 0.8); el
66.1% tiene una alta satisfacción con el ocio (M =
3.84; DE = 0.88) y un 60.2% está muy satisfecho
con su pareja (M = 3.64; DE= 1.07), en este último
caso hay que tener en cuenta que solo algo más del
tercio tenía pareja.
Los análisis correlacionales, Tau-b de Kendall y
Pearson, indican que apenas existe relación entre las
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características sociodemográficas y bienestar subjetivo. Tal y como se puede observar en la Tabla 1, no
aparecen relaciones significativas del bienestar, evaluado de modo global y específico, con edad, estado
civil, nivel de estudios, ni ingresos. El género muestra
una correlación de baja magnitud con satisfacción
en los estudios (r = 0.14; p < 0.01), satisfacción vital
(r = 0.14; p < 0.01), felicidad (r = 0.14; p < 0.01)
y optimismo (r = 0.11; p < 0.05). Tener pareja se
relaciona con la satisfacción en el área sentimental
(r = -0.31; p < 0.001), y la condición laboral está
ligeramente asociada a la satisfacción vital (r = 0.12;
p < 0.01). Cuando se analizan, a través de un MANOVA, las diferencias entre hombres y mujeres en
las medidas de bienestar que aparecen relacionadas
con el género, se observa que las mujeres informan
de mayor satisfacción con los estudios (F(1,286) =
6.09; p < 0.01); mayor felicidad (F(1,286) = 9.93; p
< 0.01); mayor satisfacción con la vida (F(1,286) =
10.2; p < 0.01) y mayor optimismo (F(1,286) = 5.98;
p < 0.01). Un ANOVA permitió analizar a las personas que tiene pareja frente a las que no la tienen en
la variable satisfacción con la pareja, indicando que
las personas que tienen pareja están más satisfechas
con su relación que los que no la tienen (F(1,269)
= 30.84; p < 0.001) y se aplicó otro ANOVA para
la condición laboral, tomando como variable dependiente la satisfacción vital, que mostró que los
estudiantes informan de más satisfacción vital que
las personas activas laboralmente, aunque estas
diferencias no resultaron significativas (F(3,291) =
1.94; p = 0.12).
Tabla 1
Correlación entre bienestar subjetivo y características sociodemográficas
Felicidad
Satisfacción vital
Emociones positivas
Emociones negativas
Satisfacción pareja
Satisfacción estudios
Satisfacción salud
Satisfacción ocio
Optimismo
Géneroa
Edadb
Estadoa
Civil
Relacióna
sentimental
Estudiosa
Ingresosa
Suficientes
Condición
laborala
0.14**
0.14**
-0.04
-0.06
0.07
0.14**
-0.03
-0.08
0.11*
0.01
-0.01
0.05
-0.05
0.04
0.06
0.01
0.1
-0.006
0.01
-0.009
-0.003
-0.005
0.06
0.07
-0.04
-0.04
-0.06
-0.02
-0.03
0.02
-0.03
-0.31***
0.02
0.06
0.07
0.004
-0.04
-0.007
-0.07
0.03
0.02
-0.08
-0.08
0.009
-0.06
-0.11
-0.04
-0.04
0.05
-0.14
-0.03
-0.06
-0.01
-0.06
0.09
0.12**
0.04
-0.04
0.07
0.02
0.09
-0.07
0.008
* p < 0.05. ** p < 0.01. ***p < 0.001. a: Correlación de Tau-b de Kendall; b: Correlación de Pearson.
Fuente: elaboración propia.
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R osario J osefa M arrero Q uevedo , M ónica C arballeira A bella , J osé Á ngel G onzález V illalobos
En cuanto a la relación entre las distintas medidas de bienestar subjetivo, en la Tabla 2 se observa
que las medidas globales de bienestar (satisfacción
vital y felicidad) están más relacionadas con los
componentes afectivos (emociones positivas y negativas) del bienestar que las medidas de satisfacción
en áreas vitales específicas. La felicidad se relaciona
de forma directa con emociones positivas (r = 0.62;
p < 0.001) e inversamente con emociones negativas
(r = -0.44; p < 0.001); y un patrón similar aparece
entre satisfacción vital y emociones positivas (r =
0.47; p < 0.001) y emociones negativas (r = -0.32;
p < 0.001).
La satisfacción en áreas vitales específicas guarda una relación moderada con emociones positivas
y de baja magnitud con las emociones negativas.
Así, por ejemplo mientras la satisfacción con los
estudios y con el ocio se relaciona con emociones
positivas (r = 0.37; p < 0.001; r = 0.34; p < 0.001,
respectivamente), muestran una escasa asociación
con emociones negativas (r = -0.17; p < 0.01; r =
-0.22; p < 0.001, respectivamente). La satisfacción
con la relación sentimiental es el área que está más
relacionada con la satisfacción vital y la felicidad (r
= 0.34; p < 0.001; r = 0.32; p < 0.001, respectivamente). Por otra parte, la felicidad y la satisfacción
vital, aunque guardan una estrecha relación (r =
0.6; p < 0.001), parecen referirse a constructos ligeramente distintos, compartiendo únicamente el
36% de la varianza.
En cuanto al optimismo, muestra asociaciones
más potentes con todos los indicadores de bienestar
que las variables sociodemográficas o que las distintas medidas de satisfacción en áreas vitales. De
modo que se relaciona positivamente con felicidad
(r = 0.54; p < 0.001), con emociones positivas (r =
0.51; p < 0.001) y con satisfacción vital (r = 0.34;
p < 0.001) e inversamente con emociones negativas (r = -0.33; p < 0.001). Las correlaciones del
optimismo con la satisfacción en dominios vitales
son de menor magnitud, oscilando entre 0.16 (p <
0.01) y 0.21 (p < 0.001).
Se profundizó en la relación entre optimismo
y bienestar, analizando las diferencias entre los
individuos en función de su nivel de optimismo.
Para ello, se conformaron tres grupos: el grupo de
bajo optimismo que se situaba en el centil 25 con
puntuaciones entre 1 y 15 (30.4% de la muestra);
el grupo de optimismo medio, con puntuaciones
entre 16 y 18 (35.5% de la muestra) y el grupo de
alto optimismo que estaba en el centil 75 y obtuvo
puntuaciones de 19 a 24 (34.1% de la muestra). A
Tabla 2
Correlación de Pearson entre las medidas de bienestar subjetivo y optimismo
Felicidad
Satisfacción
Vital
Emociones
Positivas
Emociones
Negativas
Satisfacción
Pareja
Satisfacción
Estudios
Satisfacción
Salud
Satisfacción
Ocio
Satisfacción
vital
0.6***
Emociones
positivas
0.62***
0.47***
Emociones
negativas
-0.44***
-0.32***
Satisfacción
pareja
0.32***
0.34***
Satisfacción
estudios
0.37***
0.35***
Satisfacción
salud
0.26***
0.24***
Satisfacción
ocio
0.29***
0.28***
Optimismo
-0.3***
0.13*
0.37***
0.28***
0.34***
0.51***
-0.16**
-0.17**
-0.25***
-0.22***
-0.33***
0.2***
0.14*
0.19***
0.16**
0.27***
0.17**
0.2***
0.17**
0.21***
0.54***
0.34***
0.2***
* p < 0.05. ** p < 0.01. ***p < 0.001.
Fuente: elaboración propia.
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R elación
entre bienestar subjetivo , optimismo y variables sociodemográficas en
estudiantes universitarios de la
U niversidad
través de chi cuadrado se comprobó que los grupos
fueron homogéneos en edad (χ2(2) = 24.36, p =
0.555), estado civil (χ2(4) = 2.04, p = 0.729), nivel de estudios (χ2(2) = 2.93, p = 0.318), ingresos
(χ2(2) = 3.55, p = 0.169), condición laboral (χ2(6)
= 4.61, p = 0.594) y relación sentimental (χ2(2) =
4.73, p = 0.094). Únicamente aparecen diferencias
significativas en género (χ2(2) = 5.88, p = 0.053).
Las mujeres en términos generales presentan mayor optimismo que los hombres (F(1,296)= 5.29; p
< 0.05). Estas diferencias aparecen en el grupo de
bajo optimismo, mientras que en el grupo de alto
optimismo son los hombres más optimistas que las
mujeres.
Tras comprobar la igualdad de las matrices
de covarianza entre los tres grupos (M de Box
= 91.34, p = 0.11) y la igualdad de las varianzas
de error mediante la prueba de Levene, en la que
únicamente había diferencias significativas para
felicidad (F(2,255) = 5.26; p = 0.006, se aplicó un
MANOVA. Se consideraron como variables dependientes las medidas de bienestar y como variable
independiente el nivel de optimismo, apareciendo
diferencias significativas en todas las medidas de
bienestar (Lambda de Wilks = 0.28; p < 0.001).
Los análisis univariados indican diferencias en
felicidad (F(2,255) = 35.45; p < 0.001; η2 = 0.22),
satisfacción vital (F(2,255) = 11.81; p < 0.001; η2
= 0.08), emociones positivas (F(2,255) = 31.02; p
< 0.001; η2 = 0.2) y emociones negativas (F(2,255)
= 9.01; p < 0.001; η2 = 0.07); y en todas las relativas a satisfacción con dominios específicos:
de
S an L uis P otosí
en
M éxico
estudios (F(2,255) = 5.01; p < 0.05; η2 = 0.04),
pareja (F(2,255) = 4.07; p < 0.05; η2 = 0.03), ocio
(F(2,255) = 4.95; p < 0.01; η2 = 0.04) y salud
(F(2,255) = 6.18; p < 0.01; η2 = 0.05).
Los análisis post hoc con ajuste de Bonferroni
indican que las personas con bajo optimismo muestran menor satisfacción vital, menos emociones
positivas, son más infelices y experimentan más
emociones negativas que las personas con un nivel de optimismo medio y alto. Además, también
se encontraron diferencias significativas entre las
personas con optimismo medio y alto en felicidad.
En cuanto a la satisfacción en dominios vitales específicos, se observa que las personas poco optimistas
están más insatisfechas en todas las áreas vitales
que las que tienen puntuaciones altas en optimismo.
Únicamente, se encuentran diferencias significativas entre el grupo que presenta bajas puntuaciones
en optimismo y el grupo que tiene puntuaciones
medias en satisfación con los estudios y satisfacción
con la salud (Tabla 3).
Se aplicó un nuevo análisis de varianza tomando
como covariante el género (MANCOVA), ya que
en los análisis previos se habían observado diferencias entre hombres y mujeres en optimismo. Los
resultados van en la misma línea: existen diferencias significativas entre los grupos de optimismo en
todas las medidas de bienestar (Lambda de Wilks
= 0.89; p < 0.001). A nivel univariado, se observan diferencias en felicidad (F(2,254) = 32.41; p
< 0.001; η2 = 0.2), satisfacción vital (F(2,254) =
10.74; p < 0.001; η2 = 0.08), emociones positivas
Tabla 3
Diferencias de medias en función del nivel de optimismo para las medidas de bienestar subjetivo
Felicidad
Satisfacción vital
Emociones positivas
Emociones negativas
Satisfacción pareja
Satisfacción estudios
Satisfacción salud
Satisfacción ocio
Bajo Optimismo
Media DE
N = 81
20.25 4.11
25.9 5.24
34.69 5.84
23.52 6.23
3.39 1.07
3.75 0.77
3.64 0.87
3.64 0.82
Optimismo Medio
Media DE
N = 90
23.23 3.4
28.28 5.12
39.21 4.98
21.11 5.74
3.68 1.1
4.07 0.68
3.98 0.67
3.79 0.92
Alto Optimismo
Media DE
N = 80
24.78 3.04
29.84 4.98
40.96 5.09
19.6 6.1
3.85 1.02
4.05 0.71
4 0.88
4.07 0.88
F
Contraste Bonferroni
35.21***
11.81***
29.39***
9.08***
3.72*
4.52**
6.18**
4.95**
1<2***;1<3***; 2<3**
1<2**;1<3***
1<2***;1<3***
1<2*;1<3***
1<3*
1<2*;1<3*
1<2**;1<3**
1<3**
* p<0.05; ** p<0.01; ***p<0.001; 1= Bajo optimismo, 2= Optimismo medio; 3= Alto optimismo
Fuente: elaboración propia.
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R osario J osefa M arrero Q uevedo , M ónica C arballeira A bella , J osé Á ngel G onzález V illalobos
(F(2,254) = 30.06; p < 0.001; η2 = 0.19), emociones negativas (F(2,254) = 8.43; p < 0.001; η2
= 0.06), satisfacción con los estudios (F(2,254) =
3.62; p < 0.05; η2 = 0.03), satisfacción con la pareja
(F(2,254) = 3.22; p < 0.05; η2 = 0.02), satisfacción
con el ocio (F(2,254) = 5.19; p < 0.01; η2 = 0.04)
y satisfacción con la salud (F(2,254) = 6.72; p <
0.001; η2 = 0.05).
Por último, con el objeto de conocer qué peso o
importancia relativa tenían los distintos dominios
de satisfacción en cada uno de los indicadores globales de bienestar, se aplicaron análisis de regresión
múltiple, empleando el método hacia adelante que
permite establecer la combinación lineal de los
dominios para explicar la satisfacción vital y la felicidad. Los análisis correlacionales previos revelaron
que no existía multicolinealidad entre las distintas
variables por lo que fue factible aplicar este estadístico. Las variables predictoras introducidas fueron
las cuatro medidas de satisfacción en dominios
vitales específicos: pareja, estudios, salud y ocio; y
las variables criterio fueron la satisfacción vital en
uno de los análisis, y la felicidad en el otro. Tal y
como se puede observar en la Tabla 3, los cuatro
dominios explican el 25.2% de la varianza de la
satisfacción vital (F(4, 253) = 22.66 p < 0.001, R²
ajustado = 0.25). El área que aparece con más peso
es la satisfacción con los estudios (β = 0.25, p <
0.001), seguida de la satisfacción con la pareja (β =
0.22, p < 0.001), con el ocio (β = 0.18, p < 0.001)
y con la salud (β = 0.14, p < 0.05). En el caso de
la felicidad los resultados son similares, los cuatro
dominios explican el 25.8% de la varianza (F(4, 253)
= 23.33 p < 0.001, R² ajustado = 0.26) y de nuevo
la satisfacción con los estudios tiene mayor poder
predictivo seguida de la satisfacción con la pareja,
con el ocio y con la salud.
Seguidamente, se aplicaron nuevos análisis de
regresión múltiple incorporando las variables predictoras el optimismo, además de la satisfacción en
los distintos dominios vitales. Los resultados indican que el optimismo tiene mayor capacidad predictiva que la satisfacción en áreas específicas, sobre
todo en el caso de la felicidad. Concretamente, el
44% de la felicidad (F(5, 252) = 42.19 p < 0.001, R²
ajustado = 0.44) fue predicha en primer lugar por
el optimismo (β = 0.45, p < 0.001), seguida de la
satisfacción con los estudios (β = 0.22, p < 0.001),
la satisfacción con la pareja (β = 0.18, p < 0.001),
la satisfacción con el ocio (β = 0.11, p < 0.01) y la
satisfacción con la salud (β = 0.07, p < 0.05). En
el caso de la satisfacción vital, la incorporación del
optimismo permitió predecir hasta un 30% de la
varianza (F(5, 252) = 22.95 p < 0.001, R² ajustado
= 0.3) teniendo la misma importancia el optimismo (β = 0.23, p < 0.001) que la satisfacción con
los estudios (β = 0.23, p < 0.001), seguidas de la
satisfacción con la pareja (β = 0.20, p < 0.001) y la
satisfacción con el ocio (β = 0.10, p < 0.01), pero
no resultó significativa la satisfacción con la salud
(β = 0.07, p = 0.16).
Discusión
El objetivo de este trabajo era analizar la relación
entre características sociodemográficas, optimismo
y bienestar subjetivo, así como identificar la contribución de los dominios vitales y del optimismo
al bienestar, en una población de universitarios de
una institución mexicana. Los resultados indican
Tabla 4
Análisis de regresión de satisfacción en dominios vitales específicos sobre medidas de bienestar global
Variables
Sastisfacción con estudios
Satisfacción con pareja
Satisfacción con salud
Satisfacción con ocio
β
0.25***
0.22***
0.14***
0.18*
Satisfacción Vital
R2 adj
F
0.25
22.86***
β
0.26***
0.22***
0.14**
0.18**
Felicidad
R2 adj
0.26
F
23.41***
* p < 0.05. ** p < 0.01. ***p < 0.001.
Fuente: elaboración propia.
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entre bienestar subjetivo , optimismo y variables sociodemográficas en
estudiantes universitarios de la
U niversidad
que las características sociodemográficas se asocian
en menor medida al bienestar que el optimismo. La
literatura previa ya había mostrado el escaso poder
predictivo de las variables sociodemográficas sobre
la felicidad y la satisfacción vital, explicando menos
del 2% de la varianza (Argyle, 1999; González, Moreno, Garrosa & Peñacoba, 2005; Lykken & Tellegen, 1996; Myers & Diener, 1995; Watson, 2000).
En nuestro estudio, únicamente el género parecía guardar cierta relación con algunos indicadores de bienestar, presentando las mujeres mayor
satisfacción con los estudios, con la vida y mayor
felicidad que los hombres. En el metaanálisis de
Wood, Rhodes y Whelan (1989) se encontró que
las mujeres mostraban más felicidad que los hombres, posiblemente debido a que ellas experimentan tanto las emociones positivas como negativas
con mayor intensidad (Larsen & Diener, 1987).
La mayor parte de los trabajos llevados a cabo con
población mexicana corroboran estos resultados
acerca del mayor bienestar de las mujeres frente a
los hombres (Domínguez et al., 2006; Laca et al.,
2005; Vera-Noriega & Rodríguez, 2007). Probablemente, el hecho de que la mujer sea más sensible
a las emociones y que informe de mayor empatía
emocional que los hombres (Mestre, Samper, Frías
& Tur, 2009) hace que se beneficie de otros factores
que han aparecido vinculados al bienestar, como las
relaciones positivas con los otros o el crecimiento
personal (Ryff & Keyes, 1995; Marrero & Carballeira, 2012), y de ahí que valore su vida más positivamente. Además, la incorporación de la mujer
al ámbito educativo y profesional en México es
relativamente reciente y ha supuesto cambios en el
papel que ella desempeña en la toma de decisiones
familiares y personales (Casique, 2004; García &
Oliveira, 1994, 2001). Quizá esa creciente visibilidad de la mujer en la sociedad y haber incrementado
su nivel de aspiraciones esté contribuyendo a que se
produzca un empoderamiento de la mujer que haga
que se perciba con un mayor control sobre su vida,
lo que, a su vez, contribuiría de forma positiva a su
bienestar (Casique, 2001).
Además, aunque la investigación previa había
mostrado asociaciones entre estado civil y bienestar
(Argyle, 1999; Myers & Diener, 1995), en el presenU n i v e r s i ta s P s yc h o l o g i c a
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No. 2
de
S an L uis P otosí
en
M éxico
te estudio esta variable no presenta correlaciones
significativas con el bienestar. Hay que tener en
cuenta que la población universitaria es mayoritariamente soltera, en este caso más del 90%, de
ahí que esta variable no haya sido relevante. En su
lugar, se analizó tener una relación sentimental que
podría tomarse como un indicador del apoyo social
con el que cuentan los individuos. Aunque solo
un tercio de los participantes en esta investigación
tenían pareja, este hecho sí parece estar asociado
a la satisfacción en ese dominio concreto. Sin embargo, tener pareja no se relacionó con la felicidad
o la satisfacción vital. Este es un hallazgo en el que
se tendría que profundizar en estudios posteriores
en los que, no solo se cuente con un mayor número
de personas que estén implicadas en una relación
sentimental sino que se valore la calidad de dicha
relación, aspecto que parece estar más relacionado
con el bienestar que el hecho en sí mismo de tener
pareja (Diener et al., 1999).
Por otra parte, el optimismo resultó estar asociado a todos los indicadores de bienestar subjetivo,
principalmente a felicidad y a emociones positivas,
siendo la relación con la satisfacción en áreas específicas de menor magnitud. Las personas que se
caracterizan por puntuar alto en optimismo también muestran una mayor puntuación en todos los
indicadores de bienestar frente a las que se sitúan en
posiciones intermedias o presentan bajo optimismo.
Estos resultados son coherentes con los encontrados por Vera-Villarroel et al. (2009) que señalan la
mayor satisfacción vital y felicidad de las personas
con alto optimismo frente a las de bajo optimismo.
Resulta relevante destacar que en nuestro estudio
tener un nivel medio de optimismo es suficiente para que los individuos manifiesten mayor satisfacción
vital, felicidad, emociones positivas, satisfacción
con los estudios y con la salud y menor frecuencia
de emociones negativas frente a los que presentan
puntuaciones bajas en optimismo. Si además se
incrementa el optimismo por encima de la media,
podría tener repercusiones positivas sobre todo en
el nivel de felicidad y en la satisfacción con áreas
específicas, como la pareja y el ocio. Este resultado
tiene importantes implicaciones a la hora de desarrollar programas de intervención que incrementen
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el optimismo como variable moduladora para promover el bienestar (Marrero & Carballeira, 2010).
Por otra parte, también se encontraron relaciones significativas entre optimismo y género, informando las mujeres de un ligero mayor optimismo
que los hombres. Una explicación tentativa para
este resultado es que las mujeres optimistas, además
de esperar resultados favorables, tal vez interpreten
los acontecimientos con base en lo que esperan ganar o crecer mediante esas experiencias (Fry, 1995),
lo que promueve que se generen emociones positivas
y en última instancia el bienestar. De hecho, se ha
encontrado que el apoyo emocional diario, junto
con la sensación de autoeficacia, predicen el optimismo (Karademas, 2006).
Los resultados de este estudio indican, además,
que el bienestar subjetivo es un constructo constituido por diferentes componentes claramente
diferenciados, aunque relacionados. Las medidas
globales, como la satisfacción vital y la felicidad,
están más relacionadas con el componente afectivo
(emociones positivas y negativas) que las medidas
de satisfacción en dominios vitales específicos, resultados que son coherentes con los obtenidos en
trabajos previos (Cummings et al., 2002). Aunque
las emociones positivas también parecen estar implícitas en la valoración de la satisfacción con áreas
específicas. La satisfacción, ya sea con la vida a
nivel global o relativa a distintas áreas, supone integrar información diversa en la que posiblemente
el individuo atienda al triple sistema de respuesta
(cognitivo, emocional y comportamental), por lo
que las emociones positivas van a jugar un papel
importante en dicha valoración. Por tanto, la distinción de componentes emocionales y cognitivos,
a la hora de analizar el bienestar, podría ser útil a
nivel teórico, pero resulta “ficticia” a nivel aplicado,
ya que el individuo va a analizar sus experiencias
vitales de forma integral.
Por otra parte, la satisfacción vital no parece
ser el resultado aditivo de la satisfacción en los
dominios específicos, aunque guarda relación con
los mismos. Los resultados obtenidos indican que
la satisfacción en dominios específicos explica solo
una cuarta parte de la varianza de satisfacción vital
y de la felicidad. Los estudiantes que participaron
26
en esta investigación han valorado la satisfacción
con los estudios como el área que más contribuye a
su satisfacción vital global y a su felicidad. Estudios
previos han encontrado que la satisfacción con la
familia y con los amigos se erigen como las áreas
más relacionadas con la satisfacción vital y la felicidad (Banda & Morales, 2012; Vera-Noriega, 2001).
En nuestro estudio no se evaluaron directamente
estos dominios, pero se incluyó una medida de satisfacción con la relación sentimental que recogía en
cierto modo la importancia que tendrían los demás,
concretamente la pareja, como fuente de apoyo y
bienestar. Los resultados obtenidos indican que esta
área tiene un peso importante en la satisfacción
vital, más que la satisfacción con el ocio o con la
salud, pero los estudios siguen siendo más relevantes para los universitarios, probablemente porque
es una de las metas más prominentes que tiene
este colectivo durante esta etapa vital. En estudios
posteriores, sería recomendable ahondar en estos
resultados para determinar si la importancia de las
áreas vitales puede variar a lo largo del tiempo en
función de las demandas personales y del entorno.
En cualquier caso, el optimismo ha mostrado ser
mejor predictor de la felicidad que la satisfacción en
dominios específicos explicando conjuntamente
más de un 40% de la varianza. Estudios previos
avalan la relevancia del optimismo en la elección
de estrategias de afrontamiento adaptativas (VeraVillarroel & Guerrero, 2003; Wrosch, Scheier &
Miller, 2003), en la salud física (Juárez & Landero,
2011; Seligman, 1998) o en el ajuste psicológico de
los individuos y en su bienestar (Chang & Sanna,
2001; Karademas, 2006; Marrero & Carballeira,
2010).
Hay que tener en cuenta que los participantes
de esta investigación eran estudiantes universitarios
y trabajos previos indican que el nivel de bienestar
de los mismos es superior al de personas adultas o
de menor cualificación académica, ejerciendo la
educación un cierto impacto en la satisfacción en
los dominios laboral, familiar, familia extensa y
amistad (Kamaruzaman, Zaliha, SoonYew & Mohd
Salleh, 2009; Laca & Mejía, 2007; Luna, Laca &
Mejía, 2011; Rojas & Elizondo-Lara, 2012; Salazar,
2009). Por tanto, los resultados de nuestro trabajo
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entre bienestar subjetivo , optimismo y variables sociodemográficas en
estudiantes universitarios de la
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deben ser tomados con precaución y no pueden ser
generalizados a otros grupos poblacionales.
Además, se han encontrado diferencias entre
hombres y mujeres, tanto en su percepción del bienestar como en su nivel de optimismo, y en estudios
con población anglosajona este tipo de diferencias
no suelen manifestarse (Argyle, 1999; González
et al., 2005; Marrero & Carballeira, 2010), por lo
que la cultura puede estar ejerciendo un papel en
el modo en que se entiende el bienestar (Schimmack, Radhakrishnan, Oishi, Dzokoto & Ahadi,
2002). Por tanto, en el futuro podría ser de interés
analizar no solo si se mantienen las diferencias entre hombres y mujeres en felicidad, sino si existen
diferencias intergénero en las fuentes y motivos de
satisfacción, como han señalado algunos trabajos
previos (Lu, 2000).
En suma, parece que las características sociodemográficas apenas inciden en el bienestar y que la
satisfacción vital y la felicidad van más allá del efecto aditivo que supone estar satisfecho en distintos
dominios de la vida, aunque para los universitarios
que participaron en este estudio estar satisfechos
con sus estudios contribuya en cierta medida a su
satisfacción vital. Por su parte, el optimismo ha
mostrado tener mayor peso a la hora de entender
la felicidad de estos estudiantes, sin menoscabar la
relevancia de la satisfacción con los estudios.
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