Tomado de www.eltiempo.com/carrusel enero de 2011 Ser optimista, una actitud rentable Por: FLOR NADYNE MILLÁN M. | 6:19 p.m. | 27 de Enero del 2011 Quizá dos de los momentos en los que el optimismo invade a las personas es cada comienzo de año y el día de su cumpleaños, "porque se convierten en una invitación a la revisión de las estructuras mentales, a la evaluación de los sueños y proyectos", indica el psicólogo Paulo Acero. Y el optimismo, que es una actitud frente a la vida, permite ver de manera más positiva las cosas y alcanzar metas. Uno de los frutos de mantenerlo en acción es "que existen menos probabilidades de sufrir enfermedades, desde episodios repetitivos de gripa hasta dolencias cardiacas; pues cuando hay algo que nos causa malestar, el cuerpo termina por expresar ese sufrimiento del alma, y las palabras que esta no puede emitir se revelan como una metáfora a través del dolor", explica la psicóloga Olga Susana Otero. Pero, ¿se nace o se aprende a ser optimista? "Como en todas las actitudes y comportamientos, en los seres humanos hay una base fisiológica, pero la mayor parte de su desarrollo es ambiental, por eso el optimismo depende mucho de hábitos y herramientas adquiridos en la infancia, desarrollados en la adolescencia y sostenidos en la adultez", explica el psicólogo clínico Alejandro Cortés. Por eso la forma en que los padres, familiares o maestros actúen frente a la adversidad o el fracaso es algo que replicarán los niños. Claro, el optimismo también tiene sus límites y cuando se traspasan se puede vivir en la fantasía y la ilusión. "Y nuestro país es tristemente negador de la realidad, que es una defensa psicológica de las personas en la que se rehúsa a ver las cosas como son, en parte porque los mensajes sanos y motivadores de optimismo se han extralimitado y desvirtuado, por eso a la mujer se la lleva a creer que si tiene medidas de 90-60-90 tendrá éxito asegurado y a los hombres que si compran el carro de tal marca ganarán autoestima... Se valida la falsa idea de que si tienes, vales. Eso es desconexión de lo real", asegura Otero. Lo peor es la tendencia mundial de creer que repetir frases positivas o visualizar lo que se desea es suficiente para conseguir lo deseado. "Si no se hace un cambio de mentalidad, acompañado de acciones concretas, se terminará más frustrado -sostiene Acero-, porque lo que no se evalúa, no se cambia". Tal como lo sentenció Albert Einstein: "es muy difícil lograr mejores resultados si se siguen haciendo las cosas siempre del mismo modo". Aprenda a cultivarlo Para el psicólogo clínico Alejandro Cortés, "el sentido del optimismo radica en la capacidad para modificar nuestro entorno, nuestras actitudes y, con estos, la posibilidad de incidir en las probabilidades para moldear el futuro". No se trata de centrarse en los objetivos y correr desesperadamente hacia ellos, es mejor interiorizar de manera efectiva nuevas actitudes para que estos fluyan con naturalidad y así atraerlos. Empiece por: Confíe en sus capacidades. Si no está seguro de lo que puede lograr, seguramente no podrá hacerlo. Puede revisar en su pasado para apoyarse en los éxitos que le han permitido avanzar. Es vital que se sienta capaz y merecedor del éxito. Genere una predisposición positiva. La actitud de quien cree que le van a comprar un producto es diferente de aquel que no lo cree. El primero tiene más posibilidades y eso quiere decir que su actitud aumenta sus posibilidades. Cree nuevos hábitos. Identifique aquellas cosas que hace y le restan energía. Elabore una lista y plantee mecanismos que le permitan modificarlos. Evalúe su cotidianidad en términos de porcentajes. De todo lo que le sucedió hoy, ¿cuál es el porcentaje de cosas buenas y cuál es el de aspectos por mejorar? Realmente no hay situaciones negativas, solo elementos para crecer como seres humanos. La suerte es la sumatoria de su preparación y la capacidad para identificar oportunidades. Si le ofrecen una entrevista de trabajo, pero no confía en sus capacidades o no se ha preparado, la oportunidad puede perderse. Soñar no cuesta nada. No hay nada malo en que se fije metas altas, lo importante es que sea consciente de que lo son y pueda reconocer sus aproximaciones a la meta, para asumirlas como un éxito. Deje el pasado atrás Estancarse en los fracasos resta energía, así como embelesarse con los éxitos logrados no permite avanzar. Los errores son oportunidades de aprendizaje y los logros son el combustible para progresar.