xicertamen literario escolar - web oficial

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XIRelato
CERTAMEN
LITERARIO
ESCOLAR
Corto
2011
Concejalía de Educación
XI Certamen Literario Escolar
Relato corto
Edita: Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz
Depósito Legal: M−18.581-2011
Preimpresión: Lufercomp, S.L.
Impresión: Gráficas Algorán
XI
CERTAMEN LITERARIO ESCOLAR
Pedro Rollán Ojeda
Alcalde−Presidente
Carla Picazo Navas
Concejala de Educación
e Infancia
Estimado estudiante:
Durante la XI edición del Certamen Literario Escolar vamos a introducir
alguna novedad con el objetivo de seguir mejorándolo y haciéndolo más
atractivo para todos vosotros.
Una de estas medidas es colgar de la página web del Ayuntamiento un
archivo que contiene los textos tanto las poesías como los relatos cortos. De este modo, podrá ser visionado y descargado desde cualquier
ordenador.
Asimismo quisiera agradecer la participación en este Certamen, ya que
cada día cuenta con más interés. Como dato quisiera indicaros que en
esta edición ha participado un 18% más de alumnos que en la anterior.
Por último, quisiera dar la enhorabuena a todos los premiados y premiadas cuyos relatos y poesías forman parte de este libro, así como reconocer el esfuerzo, el trabajo y el talento de todos los alumnos y alumnas
que con sus creaciones han formado parte de este Certamen en las ediciones que se han celebrado, así como el de todas las personas que lo
siguen fomentando año tras año. Espero que lo sigáis haciendo durante
mucho tiempo.
Índice
CEIP ANDRÉS SEGOVIA
ÁLVARO GIL MIGUELÁÑEZ. Tomás el perverso y sus amigos traviesos (5º Primaria)
13
IVÁN SÁNCHEZ RANZ. Ant, el explorador (6º Primaria)
15
CEIP ANTONIO MACHADO
LUCÍA SANZ DE LA ROSA. Los dragones de viento (3º Primaria)
21
ALBA SANTOS IBARRA. El descubrimiento de Sonia (4º Primaria)
23
IRENE MANZANERO NEVADO. El árbol mágico (5º Primaria)
25
MARTA POLO SAMANIEGO. Con mucho misterio, alevosía y nocturnidad (6º Primaria)
26
CEIP la gaviota
ÁNGEL APONTE GÓMEZ. El dragón y la princesa (3º Primaria)
33
SERGIO RIEJO PÉREZ. Los tres amigos aventureros (4º Primaria)
34
DAVID VAQUERO CEREZO. La invasión alienígena (4º Primaria)
35
MARÍA LUIZA MOHANU. La huérfana en Navidad (5º Primaria)
38
DENISA ANDREA CHIOCARU. Un niño aventurero(5º Primaria)
39
MARÍA SÁNCHEZ YEPES. La aventura inesperada (6º Primaria)
41
SILVIA MECO NOMBELA. Las flores del desierto (6º Primaria)
43
CEIP GINER DE LOS RÍOS
NICOLE CHAVES NALEPA. Mi gato y yo (4º Primaria)
47
SERGIO FERNÁNDEZ SALDAÑA. Un extraterrestre en el parque (5º Primaria)
49
BÁRBARA MARTÍN JIMÉNEZ. La ciudad sin niños (6º Primaria)
50
CEIP jaime vera
DANIEL CRESPO HORCAJUELO. El dragón salvaje (5º Primaria)
55
CEIP juan ramón jiménez
TIFFANY MUÑOZ OSORIO. La bruja Melissa (5º Primaria)
59
LUCÍA SIMARRO SÁNCHEZ. En el reino de los gnomos (5º Primaria)
61
7
XI Certamen Literario Escolar
ANNIA ADELA POCOMUCHA GARCÍA. Las cavernas del Colegio Juan Ramón Jiménez
(6º Primaria)
63
CEIP MIGUEL DE CERVANTES
ELENA VÁZQUEZ ALGOBIA. Niña valiente (6º Primaria)
67
DIEGO LORCA CARRASCO. Caperucita IV y las tres pruebas (6º Primaria)
69
CEIP MIGUEL hernández
LAURA YANG. Una mentira de chicos (3º Primaria)
73
MANUEL CAMACHO SIERRA. La Reina Carla (4º Primaria)
74
LAURA GARCÍA RUIZ. La Gatita Deysi (5º Primaria)
75
LAURA FERNÁNDEZ AMORES. La gran mujer de la paz y la bondad (6º Primaria)
76
CEIP PINOCHO
DANIEL JIMÉNEZ ARELLANO. La desaparición de los Reyes Magos (5º Primaria)
79
LAURA LIS RODRÍGUEZ. Un día con mi abuelo (6º Primaria)
81
CEIP RAMÓN CARANDE
ENma aranda polo. Un mundo al revés (3º Primaria)
85
marta cordero ruiz. Los animales y yo (4º Primaria)
86
MARIO DÍAZ JUANAS. Viaje a la isla mágica (5º Primaria)
87
alejandro casas PECES. Los mejores hermanos (6º Primaria)
89
CEIP seis de diciembre
JORGE DOMÍNGUEZ DIEZ. El niño de los tres pueblos (3º Primaria)
93
JAIME GARCÍA MANZANO. La isla encantada (4º Primaria)
94
laura álvarez ramírez. Peligro en la montaña (5º Primaria)
95
KLEVER YAPO NIQUINGA. Cuando llegué a España (6º Primaria)
96
CEIP SEVERO OCHOA
NATALIA VAQUERO RUBIO. Las alas del ciempiés Tino (5º Primaria)
99
álvaro bueso carrasco. El niño aburrido (5º Primaria)
100
CEIP UNO DE MAYO
MARINA SANZ GARCÍA. La perrita perdida (3º Primaria)
103
nuria nuero gutiérrez. Los Reyes Magos (4º Primaria)
104
ELENA POZO VILLAR. El Teatro Encantado (5º Primaria)
105
VICTORIA SANGUINO OVIEDO. Carolina y las peonzas (6º Primaria)
107
8
XI Certamen Literario Escolar
CEIP vicente aleixandre
SERGIO SÁEZ BROX. La letra fea (3º Primaria)
111
RAQUEL GÓMEZ CASAL. La abeja mala (3º Primaria)
112
PAULA LOZANO VIDAL. El museo de Ciencias Naturales (4º Primaria)
113
MARCOS PESADO RODRÍGUEZ. Beba, El cachorro (4º Primaria)
114
BELÉN MORANTE GUTIÉRREZ. El “Parque Europa” de mi pueblo (5º Primaria)
115
JULIA GONZÁLEZ PASTOR. Huncata (5º Primaria)
116
ISAAC GARRIDO RODRÍGUEZ. La gran aventura (6º Primaria)
117
LUCÍA GONZÁLEZ MATAS. El tesoro del colegio (6º Primaria)
119
CEIP LA ZARZUELA
IRENE BOBILLO PINTO. Un día de invierno (3º Primaria)
123
GONZALO FERNÁNDEZ. Mi ardilla llamada Rayas (3º Primaria)
124
SANDRA ALMARCHA. Un día en la nieve (4º Primaria)
125
ADRIÁN POLO ÁLVAREZ. Las brujas y los niños (4º Primaria)
126
IRENE LÓPEZ GARRIDO. Encontrando la felicidad (5º Primaria)
127
COLEGIO ALBA
BEATRIZ VAAMONDE GARRIDO. Los canguros de colores (3º Primaria)
131
DANIEL DE LA TORRE. El descubrimiento (5º Primaria)
133
almudena hernández loures. ¡Fue asombroso! (6º Primaria)
135
paloma mazo sánchez. Sín título (1º ESO)
137
ALEJANDRA MANZANAL PUENTE. La defensa de la Torre (2º ESO)
139
jaime sevilla molina. Sin título (3º ESO)
141
jenny olmedo rueda. Volver a nacer (4º ESO)
143
COLEGIO camino real
MANUEL RICIS BARCELÓ. Un dragón enfermo (3º Primaria)
147
CRISTINA RIESCO MAÑAS. Un sitio en el paraíso (4º Primaria)
148
jorge herráez de los santos. Un escondite con suerte (5º Primaria)
149
sandra jiménez lópez. Unas vacaciones especiales (6º Primaria)
151
DANIEL PASCUAL ESPINOSA. Las historias del martín pescador (1º ESO)
154
laura rodríguez fernández. Un detective cibernético (2º ESO)
155
andrea padilla salcedo. ¿Para qué sirven mis ojos? (3º ESO)
158
marina álvarez villanueva. Sin título (4º ESO)
160
andrea delgado simón. ¿Afortunada luna? (1º Bachillerato)
163
daniel salvador cocA. La desesperación (2º Bachillerato)
165
9
XI Certamen Literario Escolar
COLEGIO JABY
ÁNGELA BURGOS ESTEBAN. La llegada de Ada (3º Primaria)
169
ADRIÁN AJO MATARREDONA. Un mundo mágico (4º Primaria)
170
SAMANTHA SANTOS COPA. La Navidad (5º Primaria)
171
ÁlVARO GARCÍA D’aniello. Aventura en el mundo flotante (6º Primaria)
173
javier de la torre céspedes. 17 de Enero (1º ESO)
175
nieves bielsa lópez. Verderón (2º ESO)
176
MARÍA PERALVO SIMÓN. El niño que vivía para soñar (3º ESO)
177
PEDRO COSTA MUÑOZ. Entre dos mundos (4º ESO)
180
lorena almendros ranz. Lágrimas... ¿Por qué? (Grado medio)
183
COLEGIO SAN JUAN BOSCO
marta lópez reyes. Las mejores navidades (3º Primaria)
187
santiago seri serrano. Santiago, el niño que hizo el Camino de Santiago (4º Primaria) 188
LAURA RODRÍGUEZ MARTÍN. Karina (5º Primaria)
190
maría delgado garcía. El museo (6º Primaria)
192
carolina higuera moreno. Siempre a mi lado (1º ESO)
195
tomás arquero carrascosa. Tic Tac... (2º ESO)
197
JAIME LOZANO EXPósito. Sin la tecnología... (3º ESO)
199
álvaro guzmán bautista. Involución (4º ESO)
201
ADRIÁN CACHO VILLALBA. Demasiado tarde (1º Bachillerato)
203
COLEGIO SAN JUAN evangelista
ADRIÁN MARTÍN SOLER. El castillo mágico soñado (5º Primaria)
207
IES ISAAC PERAL
francisco cano DÍAZ. El secreto de la pantalla (1º ESO)
211
tania bahamonde garcía. Laila y el dragón (1º ESO)
213
FEDERICO PÉREZ RUIZ. La piedra de la inmortalidad (3º ESO)
217
IES PALAS ATENEA
PAULA SIMÓN DEL COLLADO. Montse, una gran detective (1º ESO)
221
tania fernández delgado. Soñando con el pasado (1º ESO)
222
vega francos mateo. Sin título (2º ESO)
223
julia de las heras blanco. Cupido y los cuatro enamorados (1º ESO)
225
alberto nieto de pablos. El estudiante (4º ESO)
227
michelle j. NARRO plasencia. Aquellas hermosas muñecas (4º ESO)
229
10
Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Andrés Segovia
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XI Certamen Literario Escolar
Tomás el perverso
y sus amigos traviesos
ÁLVARO GIL MIGUELÁÑEZ
5° Primaria
Os voy a contar una historia de un niño perverso en su colegio, pero, antes de
todo, os diré cómo ve un niño el colegio.
Para un niño, el colegio es un lugar horroroso y aburrido, donde sus padres le
dejan toda la mañana para que les dejen tranquilos en casa. Los profesores son feos y
horrorosos y torturan a los niños llenando sus mochilas de deberes y libros.
Pues bien, un lunes nublado, a primera hora de la mañana, llegó Tomás, un niño
perverso expulsado de tres colegios, al “Miguel de Cervantes”, dispuesto a revolucionarlo, destruirlo y aplastarlo con sus travesuras.
El primer día de colegio Tomás dijo —¡vamos a liarla!— y se sacó dos ratas de la
mochila. Tomás, con cara de niño enfermo preguntó a la profesora:
—¿Puedo ir a la enfermería? Me encuentro muy mal—; y la profesora, sin saber lo
que tramaba, le dio permiso. Por supuesto que Tomás no iba a la enfermería, sino a la
Sala de profesores a soltar las dos ratas que tenía. Las metió por la ventana y enseguida
oyó los gritos de la directora.
En el patio se dispuso a hacer amigos, con motivo de confeccionar una banda
de malhechores, traviesos y bromistas. El primer niño que encontró fue Sergio, al que
vio tirando una bomba fétida en el baño de las chicas. El segundo fue Raúl, al que pilló
subido a un árbol y lanzando las piñas con el tirachinas a los profesores. y el tercero fue
David, al que encontró poniendo un petardo en el cubo de la basura.
La banda estaba lista y preparada. Sólo faltaba ponerle nombre y decidieron que
se llamarían “Los Diablos”, por lo malos que eran sus componentes.
13
CEIP Andrés Segovia
Los Diablos hicieron de todo: pusieron bombas fétidas, petardos, robaron los libros de respuestas de los profesores, etc. Hasta que un día, Tomás dijo:
— ¡Vamos a hacer la broma del siglo.
Compraron fuegos artificiales, torturaron al más listo del colegio para que les
diera un temporizador que activara los fuegos artificiales y prepararon unas bombas
fétidas que apestaran todo el colegio.
El viernes, a las siete de la mañana, se colaron en el colegio, y en la Sala de profesores pusieron los fuegos artificiales debajo de la mesa, programaron el temporizador
para que se encendieran a segunda hora (que era cuando más profesores había descansando), escondieron las bombas fétidas en la vitrina de los trofeos, que se encontraba
al lado de la Sala de profesores y esperaron a que fuera la hora de entrar en clase.
En cuanto entraron en el colegio, a la hora normal, ataron el extremo de un hilo
a la puerta de la Sala de profesores (con ellos dentro) y el otro a la puerta de la vitrina,
de tal forma que cuando se abriera cayeran las bombas fétidas.
Por fin llegó la segunda hora y ocurrió lo que esperaban: los fuegos artificiales
se dispararon, y la directora, con el pantalón en llamas, salió de la sala seguida de los
profesores. Al abrir la puerta, las bombas fétidas cayeron y gracias a la peste salieron
todos los niños del Centro.
El más listo del colegio confesó que le obligaron a darles un temporizador para
los fuegos artificiales.
Al final, no les expulsaron, porque para los padres de Tomás sería un gasto económico muy grande, pero les castigaron sin recreo y con doble de deberes todo lo que
quedaba de 5º y 6º. Aunque mereció la pena porque les coronaron como Los Reyes Bromistas y los profes les tenían un poco de miedo.
Así, el colegio fue un poco mejor.
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XI Certamen Literario Escolar
Ant, el explorador
IVÁN SÁNCHEZ RANZ
6° Primaria
En un hormiguero de cuyo nombre no quiero acordarme, nació una hormiga,
pero no una hormiga cualquiera. Se llamaba Ant y desde pequeña era muy ambiciosa
y tenía mucha imaginación. Sus dos hermanos Ralph y Joe se burlaban de él porque le
consideraban raro.
Ant tenía claro que no quería ser una hormiga obrera, estar todo el día moviendo
tierra le parecía un aburrimiento.
Ser recolectora le animaba un poco más, pero sus viajes se limitaban a poca distancia del hormiguero.
Lo que de verdad quería ser era piloto. Tenía envidia de las hormigas con alas
que podían ir muy lejos, pero cuando se enteró que las hormigas voladoras nacían ya
con alas y él no las tenía, se llevó una desilusión.
Sus hermanos eran hormigas guerreras, mucho más grandes que él, pero Ant no
nació con ese fisico. Ralph y Joe llamaban a Ant enclenque, y Ant les llamaba cabezones.
Realmente lo eran, tenían la cabeza enorme y parecían un chupa-chups con patas. Ant aprovechaba su rapidez y su menor tamaño para huir de sus hermanos por
túneles estrechos, cuando le perseguian por haberles insultado. Ant les quería mucho,
pero no entendía cómo en ese cabezón podía haber tan poca inteligencia.
Decidió ser hormiga exploradora, pero no una cualquiera, sería la exploradora
que llegaría más lejos de todas, daría la vuelta al mundo. Aunque le decían que eso era
imposible, Ant estaba seguro y un dia se marchó despidiéndose de todo el mundo.
Muchas aventuras tuvo y conoció muchos tipos de hormigas y otros animales.
Uno de sus prímeros amigos fue un conejo llamado Rabbit, que le enseñó cómo
viajar más rápido utilizando unas cosas gigantes que flotaban, les llamaba barcos. Don-
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CEIP Andrés Segovia
de estaban los barcos siempre había comida, por lo que era fácil estar por allí, eso sí,
había que tener cuidado de los animales raros que se ponían telas y trapos encima del
cuerpo. Rabbit les llamaba “Dos Patas”. Casi le aplastaron más de una vez, e incluso
casi se asfixia por los que él llamó “Dos patas al Roquefort” porque olían igual que un
queso que había probado en sus viajes.
Por Rabbit supo también dónde estaba y él había nacido, se llamaba Australia y
según Rabbit era una como una isla, pero a lo bestia.
Un día decidió seguir su viaje, se despidió de Rabbit agradeciéndole todo lo que
le había enseñado y tomó un barco rumbo a África. Allí se hizo amigo de una jirafa muy
maja. Cuando Ant la conoció le gritó:
— ¡Eeeeeeeeeh!, ¡aquí, jirafaaaaaaa!—, pero ella no le oía. Suerte que tenía una
hija con mejor oído, que fue quien dijo a la madre que la llamaba una hormiga. Ambas
se llamaban Giraffe, y para no confundirlas las llamó Giraffe grande y Giraffe pequeña.
Viajó mucho sobre las dos jirafas, que le enseñaron cómo eran sus parientes
las hormigas allí. ¡¡¡Qué brutas!!! Iban siempre en grandes grupos y las conocían como
“hormigas Carnívoras”. Ant no quiso nunca comprobarlo, y se limitó a verlas desde encima de las jirafas.
Cuando creyó que ya conocía África, se despidió de ellas y cogió un barco para
América. Allí se hizo amigo de un camaleón con quien tuvo muy buena relación, porque
el resto de los animales no le veían, ya que cambiaba de color, y eso a Ant le parecía
muy divertido. Conoció a las hormigas “Marabunta”. Estaban un poco tocadas; un día
empezaban a moverse y todas se seguían, las unas a las otras, en grupos, incluso más
grandes que en África. Se comían todo lo que pillaban y dejaban todo limpio a su paso.
Ant y su amigo Camaleón las llamaban “hormigas escoba” y se reían mucho.
Desde América, Ant viajó a Asia, llegando por Rusia. Allí no hizo amigos porque
hacía mucho frío y no salían de casa. Se las tuvo que ingeniar para viajar con ranas y
hojas por ríos, y así moverse más rápido. Viajando al sur conoció a sus parientes, las
hormigas asiáticas, eran muy simpáticas y se reían todo el rato, aunque no entendía
nada de lo que decían. Comían mucho arroz, a Ant también le gustaba. Cuando se cansó
de comer siempre lo mismo decidió ponerse otra vez en marcha.
En Europa, Ant conoció a la que sería el amor de su vida. Nunca había visto una
hormiga más guapa y graciosa, se llamaba Miga. Ella decía que era “andalusa”. Ant no
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XI Certamen Literario Escolar
sabía qué era eso, pero le daba igual, la quería. Miga le enseñó lo que, según ella, era
el sitio donde mejor se comía del mundo, y no se equivocaba. Comieron pescaíto frito,
calamares, jamón..., eso significaba acercarse a los “Dos Patas”, pero merecía la pena
correr el riesgo.
Un día decidió volver, e hizo con Miga el viaje de retorno. Volvió por el mismo
camino y le enseñó a ella todo lo que había visto. Así, llegaron a su hormiguero, montados encima de su amigo Rabbit.
Todo el mundo se alegró de verlo y quedaron encantados de las aventuras que
contó. Sus hermanos se murieron de envidia al ver a la hormiga tan guapa que estaba
con Ant, pero se les pasó rápido y desde entonces se llevan muy bien y le respetan.
Desde entonces, todos en el hormiguero le consideran especial, y se le conoce
como “Ant, el Viajero”.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Antonio Machado
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XI Certamen Literario Escolar
Los dragones de viento
Lucía Sanz de la rosa
3° Primaria
—Hola, me llamo Lucía y trabajo en la A.S.E. (Agencia Secreta de España).
Desde la semana pasada no hago más que trabajar, aunque en la A.S.E. hay un montón
de gente que trabaja allí, como Marcos Tajuelo, Miriam Martínez, Jaime González, Janet Sequera, Javier Piris, Victoria Montora, etc.
—Pero ¡tengo que hacerlo yo solita!; encima tengo que investigar sobre la cosa
más terrorífica, la cosa más repugnante y la que da más miedo de todo el mundo: ¡los
dragones! Mucha gente piensa que un dragón es una cosa muy mona, pero nada de eso.
los hay gordos, flacos, altos, bajos, malos, buenos... Pero, a mi me caen mal todos. Y,
aun así, tengo que investigar todo sobre ellos; por eso, tengo que hacer un viaje al País
de los Dragones.
—Estoy mirando en Internet dónde hay un aeropuerto, pero no me decido en si ir
a la Ciudad de los Dragones, del Fuego, de la Tierra, o del Viento.
—¡Tengo una idea! ¡Iré al más barato! Dos billetes a la Ciudad de los Dragones
del Fuego cuestan 123.000 euros (mejor a esa ciudad, no). Dos a la de los del Agua
11.184 euros (a esa tampoco). Dos a los de Tierra 3.450 euros (a esa, a lo mejor). Pero
mejor me quedo con la Ciudad de los Dragones de Viento, que cuesta 922 euros.
Al día siguiente Lucía fue al aeropuerto. Dentro del avión se sentó al lado de una
mujer muy simpática llamada Osar, y le encantaba el chocolate. También Osar iba a la
Ciudad de los Dragones de Viento y decidieron ir juntas.
Cuando llegaron fueron al hotel y en su suite deshicieron las maletas.
Después Osart se fue a hacer unos apuntes y Lucía decidió ir al museo. Allí iba a
poder investigar sobre los dragones.
Lucía estaba haciendo fotos cuando... ¡BAM, BOM, BUM! Se rompió el cristal y...
¡Salieron todos los dragones!
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CEIP Antonio Machado
Después de hacer sus apuntes, Osar dio un paseo por la plaza y vio pasar a los
dragones. Cuando Lucía salió del museo también los vio y les persiguió con Osar. Los
atraparon con una cuerda y los devolvieron al museo.
Quince días después Lucía volvió a su casa y le prometió a Osar que al día siguiente iría a su casa.
Lucía se llevó una sorpresa cuando vio que en la casa de osar estaba toda la gente que trabajaba en la A.S.E. ¡Hasta la directora, Anabel!, para darle un premio a Lucía
por su trabajo, y...
¿Sabías qué? ¡Era una fiesta con sus amigos!
Y como a Osar le gustaba tanto el chocolate, hizo pastas de frambuesa con chocolate.
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XI Certamen Literario Escolar
El descubrimiento de Sonia
ALBA SANTOS IBARRA
4° Primaria
Erase un equipo de amigos que se fueron a pasar el Día de la Tortilla a un bosque. Entre todos buscaban un sitio donde ponerse para colocar sus mochilas. A Sonia no
le gustaba el lugar que habían elegido sus amigos y decidió seguir buscando, mientras
sus amigos jugaban al escondite entre los árboles y se lo pasaban bien. De repente, escucharon un grito de Sonia:
—¡Chicos, corred, venid!
Todos se miraron y exclamaron:
—¡Es Sonia!, ¡algo le pasa!
Todos corrían desesperados hacia el lugar de donde procedían las voces de Sonia. Las voces las seguían escuchando, pero a Sonia no la veían.
De repente, encontraron una cueva donde había mucha oscuridad, todos decidieron entrar, pero Miguel se negaba a ir. Lucas le preguntó por qué, y él respondió:
—Porque hay mucha oscuridad y me da miedo.
Lucas pensó que, como Miguel tenía miedo, uno se tenía que quedar con él. Lucas dijo:
—¡Yo me quedaré con él! ¡Pasad vosotros!
De repente, escucharon de nuevo los gritos de Sonia:
—¡Chicos!
Miguel vio venir algo chillando y se escondió detrás de Lucas. Lucas vio que era
Sonia, y le dijo a Miguel: —¡Sí, es Sonia!
Todos gritaron:
—¡Bien! ¡Hurra!, ¡hemos encontrado a Sonia!
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CEIP Antonio Machado
Sonia dijo:
—¡Chicos, corred!, ¡he encontrado una cosa!
Todos miraron a Miguel. Y Miguel dijo:
—Vale, entraré, pero no entréis sin mi.
Todos corrieron detrás de Sonia y todos se quedaron alucinados, y dijo Miguel:
—¡Nunca había visto algo parecido!
Y Lucas dijo:
—¡Chicos, qué guay!
Todos alucinaron, brillaba como un palacio de cristal.
Todos se llevaron un recuerdo de la cueva.
Y salieron muy alegres y contentos.
Todo salió como Lucas planeó.
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XI Certamen Literario Escolar
El árbol mágico
IRENE MANZANERO NEVADO
5° Primaria
Lara era una niña que, por más que estudiaba cuando tenía que hacer exámenes, siempre se olvidaba de todo.
Un día, Lara lloraba bajo el árbol que tenía en su jardín. De pronto, oyó una
vocecita que decía:
—”No llores, pueba mis frutos y serás feliz”.
Lara no sabía de dónde provenía la voz, y empezó a mirar de un lado a otro,
hasta que vio una rama que le ofrecía un fruto. Lara, sorprendida, cogió el fruto, se lo
comió y notó cosquillitas en la cabeza.
Desde aquél día, cada vez que tenía exámenes, Lara comía los frutos del árbol y
así no se le olvidaba lo que estudiaba. Y empezó a sacar buenas notas.
Lara le contó a su madre que, gracias a los frutos mágicos del árbol, tenía más
memoria. Estaban tan agradecidos que todos los días regaban el árbol y se sentaban un
ratito debajo para hacerle compañía, y también él fuese feliz.
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CEIP Antonio Machado
Con mucho misterio, alevosía
y nocturnidad
MARTA POLO SAMANIEGO
6° Primaria
Lo único que recuerdo con claridad de esa noche es a la psicóloga infantil,
que no paraba de preguntar:
—¿Cómo te llamas? ¿Te duele algo? ¿Cuántos años tienes? ¿Sabes qué te ha pasado?
También recuerdo el coche espachurrado colgado en la grúa. Y, frente a la ambulancia... yacían los fríos cuerpos (como la brisa de aquella noche) de mis padres y mi hermano.
Aquella noche, también, les practicaron la autopsia.
Esa noche fue fatal, dormí sin nadie, en un hospital. Las enfermeras me decían
que debía descansar, “mañana” sería un día duro.
Al día siguiente vi a mis abuelos. ¡Hacía mucho tiempo que no les veía! También
fue el entierro de mi familia. Lo único bueno de eso fue ¡la comida!
Mis abuelos me dijeron que ahora me iba a vivir con ellos. Eso fue ¡fantástico!
No tardamos nada con la mudanza y enseguida fuimos a su casa. Era una bonita
casa baja con muchas flores y enanitos en el jardín. Alrededor vivían otras familias, y
sólo dos tenían hijos, lo que hacía que se me redujeran las posibilidades de tener un
juego interesante. Sólo había tres niños: Molly y su hermano Corick Corvivrock, y el joven Carly Lanstord. Los tres tenían más o menos mi edad; ocho años.
Mi abuela Rosetta era una mujer muy simpática y mi abuelo Loren algo más reservado. Los dos intentaban que mi estancia con ellos fuera lo mejor posible, me querían mucho y me deseaban lo mejor. Yo todavía estaba muy afectado por lo ocurrido y
no salí mucho de la habitación.
26
XI Certamen Literario Escolar
La abuela pensó que sería bueno que Molly, Corick y Carly jugaran conmigo.
—¡Hola chicos! Tim está en su cuarto, arriba al final del pasillo.— Indicó Rosseta.
Molly, muy educado, se lo agradeció.
—¡Hola! somos Corick, Molly, y yo soy Carly. ¿Te vienes a jugar?
—Sí..., muchas gracias.— Les conteste algo más animado.
Salimos de la casa y le agradecí con la mirada a mi abuela que me hubiera presentado a aquellos chicos. Me iban a alegrar mucho la nueva vida allí.
Corick me fue contando lo que hacían para divertirse. Sólo eran tres chicos en
toda esa calle, pero sabían pasarlo bien. Habían construido una casa en un árbol, en
una parcela libre que tenía mucho césped, florecillas y un extraordinario árbol. Tenía
un tronco fuerte, y... arriba..., no tenían cuatro tablas puestas de cualquier manera,
no, para nada. Era una caseta con la madera pulida, una buena escalerilla, y dentro...
“¡había tres hamacas, un sofá, una mesita, un escritorio y un mirador con telescopio
incluido! ¡Era maravilloso!”.
En cada pared había una ventana por donde observaban el barrio. Al subir fui el
último y antes de hacerlo eché una mirada rápida a las demás casas. Todas parecían
normales, pero una en concreto me llamó la atención. Si uno se fijaba bien se daba
cuenta de que una habitación era más oscura que las demás, y eso me intrigó mucho.
Una vez arriba Molly, sacó unos refrescos y, mientras los tomábamos, empezamos a presentarnos en condiciones, no como antes. Empezó Corick: —Tengo ocho años y
medio. Me gustan los muñecos de acción. Colecciono muchos. Mi hermana y yo tenemos
un gato, pero estamos pensando en vendérselo a la vecina, porque este gato es tonto.
Y cuando digo que es tonto, es que es tonto. Un día cogió y se subió a mi litera y pensó
que podía volar y ... ¡Pum! Planchazo contra el suelo. Se sube a las estanterías, mesas,
escaleras..., a cualquier sitio y se tira.
La cara que se nos quedo a Carly y a mí fue muy rara. Luego se presentó Molly. Le
gustaban las ardillitas. Toda su habitación tenía algo de árbol, como si ella fuera una ardilla. Tenía peluches, muñecas, dibujos..., todo relacionado con las ardillas. También le
gustaba la natación e iba todos los martes y jueves al polideportivo a entrenar dos horas.
Carly, empezó diciendo: —No me gusta mi nombre. Parece de chica y en clase
se meten conmigo por eso. Pero me acostumbro y paso de ellos. Me gustan los cómics
de Manga. Son cómics japoneses que se leen al revés, también me gustan los cromos de
fútbol antiguos, tengo casi entera la colección.
27
CEIP Antonio Machado
Era el turno de presentarme:
—Me llamo Tim y tengo ocho años. Me he mudado con mis abuelos, porque hace
cuatro días murieron mis padres.
Después de decir esto, las caras de los demás empalidecieron. Pasaron unos instantes y seguí.
—No me gustan ni los gatos ni los pájaros. Y, cambiando de tema... el vecino
que tengo enfrente me parece raro...
Era raro, porque las noches anteriores en uno de mis viajes al baño había visto
mucho movimiento en esa casa. Pero no como de fiesta, sino como de misterio, alevosía
y nocturnidad.
Para mí era sospechoso...
Al día siguiente conté todo lo que había pasado esa noche. Pero mis amigos sabían que allí vivía un hombre, joven, pero bastante normal. No veían por qué pensar
mal. Yo quería saber más e hice que tenía que irme a casa con la abuela, pero aproveché para dar una vuelta al barrio para entrar al jardín por detrás, para que mis amigos
no me vieran.
No vi nada raro, era una casa aparentemente normal, salvo por esa habitación.
Me empezaba a aburrir de hacerme el misterioso cuando oí unos ruidos, Como de alguien que arrastraba algo, algo pesado. Después de eso, escuché el ruido de la puerta
delantera, que se cerraba.
Deduje que el hombre había entrado con la carga que arrastraba. Ya me iba
cuando vi las marcas de eso que pesaba tanto, y también vi un zapato de mujer, manchado..., de sangre.
Después de eso por fin me pude ir. No fui a casa, fui a la casa del árbol donde
estaban mis amigos algo agitados.
—Cuando me iba, ¡oí que alguien arrastraba algo!— les conté.
—Yo estaba en la casa de enfrente, mirando, y cuando me iba vi un zapato de
mujer, con sangre.
Todo esto lo conté muy exaltado. Mis amigos, también vieron algo... , ese hombre había cogido un saco bastante alargado, y lo metió en el garaje.
28
XI Certamen Literario Escolar
En el acto, cogimos cada uno un walkie-talkie, dos se quedaron vigilando en la
casa árbol y otros dos fuimos a la casa de enfrente.
Fuimos por detrás, lentamente, y como el que no quiere la cosa llegamos a la
casa. En ese momento escuchamos una voz, que hablaba por teléfono:
—Sí, cuatro criajos entrometidos... desde el día en que llegó ese al que se le
murieron los padres... ¡hasta ahora!
¿Cómo sabía qué mis padres habían muerto? ¿A dónde iría? ¿Por qué había sangre
en aquel zapato? ¿Qué habría en aquel saco?
Son preguntas de las que nunca tendré respuesta.
Los días han ido pasando. Yo sigo viviendo en casa de los abuelos. Mis amigos y
yo no hemos vuelto a ver a ese hombre.
Un día nos asomamos a la casa y no vimos muebles, habían empaquetado todo
sin que nos diéramos cuenta, debió ser por la noche.
Ahora me he dado cuenta de que hay una vecina que siempre está observándonos, como si fuéramos bichos, con un gato en el regazo, desde la ventana.
—Esa mujer me parece sospechosa— dije a mis amigos.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
La Gaviota
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XI Certamen Literario Escolar
El dragón y la princesa
ÁNGEL APONTE GÓMEZ
3° Primaria
Había en un Reino muy, muy lejano, un dragón que arrasaba todo a su paso.
Un día, vino un Caballero que, al luchar con el dragón, se le quemó el brazo. El
caballero, con la espada en la otra mano hirió al dragón y éste murió.
El Caballero se sentía raro, y es que una leyenda decía:
“QUIEN MATA A UN DRAGÓN SE CONVIERTE EN DRAGÓN”.
El Caballero dijo:
—¿Qué me está pasando? ¡Grrrr, Grrrr, Grrrr!— Y salió por la ventana. Todavía
era poequeño pero se iba haciendo más grande.
Unos días después, descubrieron que el dragón que amenazaba a la gente era el
Caballero. Nadie se artrevía a matarle, para que no les pasase lo mismo.
Unos días más tarde, todo estaba chamuscado y el dragón ya era tan grande que
nadie se podía esconder de él. Con su llamarada atacaba a todo el mundo.
Cuando el ejército no era más que cenizas, el dragón sintió hambre. Encontró
una chica. Era la princesa. Era tan bonita que no le hizo daño. La cogió y le dio un
beso. Y... ¡sorpresa! el dragón se convirtió en humano.
Se casaron, tuvieron hijos y les contaron esta historia una y otra vez.
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CEIP La Gaviota
Los tres amigos aventureros
SERGIO RIEJO PÉREZ
4° Primaria
Un día, David, Pedro y Sergio, estaban explorando en el campo, pero Sergio se
cayó por una madriguera.
—¡Oh! ¡Hay que salvarle!—. Y se tiraron Pedro y David. Era una cueva secreta.
Había oro, diamantes, minerales...., de lo que hay en una mina. Sergio cayó en una
colchoneta.
—¿Dónde están Pedro y David?
Cayeron en unos minutos, pero cada uno en un agujero diferente. David, asustado gritó: —¡Creo que hay alguien en la cueva!
Pedro salió corriendo buscando la salida. De repente, apareció alguien con una
literna en la mano. Pedro, al principio, se asustó, pero después se dio cuenta de que
era su amigo Aidan, que también estaba explorando. Los dos salieron de la cueva, pero
Pedro se acordó de sus dos amigos. Pedro le dijo a Aidan que tenían que volver a por
sus amigos. Mientras David y Sergio comían lo que tenían en sus mochilas y después se
durmieron.
Los dos seguian buscando y escucharon ruidos sospechosos, y dijeron: —¿Qué
será ese ruido?—, y continuaron el camino. Sergio escuchó a Pedro y despertó a David,
al que le gusta bromear: —¡Vamos a hacerle una broma!— dijo. Se escondieron.
Pedro y Aidan sólo vieron sus mochilas; de detrás de unas rocas saltaron David
y Sergio, y los cuatro salieron corriendo. Cuando llegaron no tenían sus mochilas y ninguno de ellos se atrevió a volver a entrar. Los cuatro aventureros se fueron juntos y
riéndose de los extraños ruidos de la cueva.
¿SERÍAN RONQUIDOS?
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XI Certamen Literario Escolar
La invasión alienígena
DAVID VAQUERO CEREZO
4° Primaria
Era un matutino y caluroso día de verano en el que estaba jugando con mis amigos: Aidan, Pedro, Sergio y Jesús, cuando, de repente, una sombre gigante pasó por el
cielo.
—¡Oh!, ¡no sabía lo del eclipse— murmuré.
De repente, una máquina gigante salió oculta entre las nubes. De ella empezó a
salir una masa verde muy abundante “viva”, que cuando tocaba a la gente la poseía y
los transformaba en unos seres grandes y verdes con muy malas pulgas. Sus dientes parecían agujas de lo afilados que eran; además tenían superpoderes..., podían tragarse a
la gente no infectada para infectarla de lo que fuera esa masa verde.
Cuando todo parecía perdido, a mis amigos y a mí nos rodeó un círculo de luz y
nos transportó a un lugar desconocido. De repente, cuando estábamos asustados porque
estaba todo oscuro, empezamos a brillar todos de un color distinto y cada uno de nosotros recibimos un poder: Aidan, el Hielo; Sergio, el Viento; Pedro, el Agua; Jesús, la
Tierra; y yo, el Fuego.
Nos volvió a rodear ese círculo extraño y nos transportó de vuelta a mi casa.
Cuando volvimos todo estaba destruído. Aidan, el graciosillo del grupo, dijo: —Alguien
ha hecho una fiesta y no ha recogido.
De pronto, saltaron cinco de esos seres sobre nosotros y una voz nos dijo en la
cabeza: —Para derrotarlos tenéis que usar vuestros poderes—.
Y dice Sergio: —¿Cómo utilizaremos los poderes—.
Y Pedro contesta: —¡Creyendo en ellos!.
Y todos a la vez decimos: —Vale, Pedro, ya sabemos cómo derrotarlos, pero el
problema es que se multiplican como rosquillas que se venden en una pastelería.
35
CEIP La Gaviota
—Ya lo tengo.—, dice Jesús —Hay que acabar con esto de raíz.
—¿Y dónde está la raiz?— preguntó Sergio.
—Muy fácil.— digo, —estará..., ¡no tengo ni idea!— Y se escuchó una sonora carcajada común entre todos: —¡Ja, ja, ja, ja, ja......!
Al oir nuestras risas, todos los alienígenas comienzan a tener convulsiones, y decimos todos: —¡Les afecta el sonido o el ruido!
Rapidamente supimos cómo derrotarlos a todos sin dañar a los humanos infectados. Nos faltaba saber cómo amplificar los sonidos para salvar al MUNDO. Nos dio una
alegría enorme el saber que podíamos enseñar al mundo que entre las personas que viven
en él, hay SÚPER-HEROES dispuestos a ayudar en todo momento.
Entonces dije: —Habrá que construir un amplificador, pero la pregunta del millón
es: ¿Cómo lo construimos?—.
—¡Muy fácil!, ¡construyéndolo!... Ja, ja, ja—, dijo Pedro. Todos nos quedamos
boquiabiertos con la seguridad de Pedro.
—¡Vamos a destruir a esos aliens! ¡A derrotarlos, a derrotarlos! ¡Que no nos derroten!—, dijimos todos juntos.
Con la unión de nuestros poderes, derrotamos a los cinco alienígenas que se
transformaron en humanos y nos ayudaron a salvar al mundo y a curar a todas las personas contagiadas. Buscamos a la voz que nos hablaba, para ver si les podían dar también
poderes, pero nos dimos cuenta de que eran de nuestra clase; sabíamos que por eso no
había problemas. La voz dijo que SI. Nuestro equipo iba creciendo por momentos y, de
repente, se me ocurrió una idea: —Para no tener que estar pidiendo poderes para los
que se unan al equipo, vamos a coger todo tipo de objetos musicales para las personas
que sabemos. Y, ademas, vamos a salvar a obreros, científicos y físicos para que construyan un amplificador de sonidos—. Salvamos a estas personas para construir el amplificador y cogimos el material necesario; lo construimos y funcionó.
Todo se restauró. Volvió a ser como antes, pero nos faltaba una cosa: “la nave
nodriza”. Fuimos a la nave nodriza y lo que nos encontramos allí fue algo descomunal,
enorme, un gigante verde igual que los demás, sólo que más fuerte y más grande, así
que le lanzamos un ataque cada uno, pero no le hicimos ni un rasguño. Juntamos nuestros ataques pero sin resultado. Él petrificó a mis amigos y yo creí que estaba perdido.
36
XI Certamen Literario Escolar
Pero..., en ese mismo momento, me rodeó ese círculo de luz y me transportó a ese
lugar extraño nuevamente, y allí me habló la voz, diciéndome:
—SOY LA VOZ DEL BIEN.
Me dio un nuevo poder, el de la LUZ, el poder sagrado. En ese instante empecé
a brillar y me sentí súper bien. De nuevo me rodeó el círculo de luz y me transportó
donde estaba (la nave nodriza).
Liberé a mis amigos, y ellos juntaron sus ataques mientras yo volaba por encima
y le lanzaba mi ataque más potente y lo derrotamos.
El mundo estaba salvado. Todo volvió a ser como antes y mis amigos y yo nos
sentimos muy felices.
FIN.
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CEIP La Gaviota
La huérfana en Navidad
MARÍA LUIZA MOHANU
5° Primaria
Había una vez una niña huérfana. Se estaba acercando la Navidad. Lo que ella
más deseaba por Navidad era volver a estar con sus padres.
Un día cuando se fue al columpio del jardín oyó unas voces. La llamaban por su
nombre: —¡Clara! ¡Clara!
Clara se asustó mucho y subió a su habitación. Pasada la noche bajó otra vez al
patio y volvió a oír esas voces: —¡Clara! ¡Clara!
Entonces subió a su cuarto cogió su mochila, metió todo lo necesario y bajó al
patio. Clara se alejaba cada vez más del orfanato por el bosque cuando vio seis lobos.
De repente: ¡Zas! los lobos la perseguían, entonces tropezó y se cayó. De pronto una
luz muy, pero que muy brillante ahuyentó a los lobos y la salvó.
Clara dijo: —¡Gracias!—, pero esa luz ya no estaba. Clara exclamó: —¡Qué raro!—
. Y siguió andando.
Estaba anocheciendo, sacó el saco de dormir e hizo fuego y al momento se quedó dormida. Al poco tiempo apareció un oso y otra vez la luz la salvó. Curiosa, metió el
saco de dormir en su mochila y siguió a la luz.
La siguió, la siguió y por fin vio que se metía en una cueva. Clara la siguió y comprobó que se oían voces. Le temblaban las piernas, pero siguió andando. Otra vez oyó
esas voces: —¡Clara! ¡Clara!—. Cada vez se oían más cerca.
Entonces vio a la luz más brillante que nunca... y ¡CAF! Eran una señora y un
señor. Clara en su colgante tenía sus caras y eso sólo significaba que eran sus padres.
Los tres volvieron al orfanato. Resulta que Clara no era una huérfana. Su deseo
se había cumplido.
Desde entonces el día de Navidad era su preferido porque había encontrado a
sus padres.
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XI Certamen Literario Escolar
Un niño aventurero
denisa andrea chiocaru
5 ° Primaria
Érase una vez un niño llamado Manuel que tenia un montón de aventuras. Se
mudaba casi todos los años, por eso prefería no hacer muchos amigos, hasta que un día,
en su nuevo colegio, se le acercó una niña llamada Susana, y así comenzó una nueva
aventura de Manuel con su nueva amiga.
Un día Susana fue a casa de Manuel para hacer los deberes, jugar, hablar de las
anteriores aventuras y algunas cosas más. Al día siguiente Manuel fue a saludar a Susana en el recreo, y Susana le dijo: —¿Te conozco?
Manuel se quedó impresionado porque no se podía creer que, después de un día
maravilloso, Susana se olvidase de él y le respondió: —¿No decías que era tu amigo?
Susana le cogió del brazo y le llevó a un lugar donde no había nadie y le dijo: —
Sí, soy tu amiga, pero no puedes venir en el recreo a saludarme así, como si nada.
Manuel le contestó: —Pero..., ¿por qué?
—Porque yo soy popular y tú no mucho.
—Pues si ser popular es más importante que ser tu mejor amigo, allá tú.
Cuando Susana le quiso pedir perdón sonó la campana para ir a clase, Manuel se
fue corriendo a clase sin escuchar a Susana. A la salida Susana estuvo esperando a Manuel para disculparse por lo sucedido en el recreo y Manuel al oír sus disculpas le dijo:
—Te perdono. Pero..., ¿de verdad crees que ser popular es más importante que
tener un amigo como yo?
—No, pero me costo mucho llegar hasta donde estoy—. Y Manuel la perdonó.
Pasaron los días, meses y un día la madre de Manuel le dijo que dentro de dos
meses se iban a mudar a París. Manuel, al oirlo, se fue corriendo a casa de Susana a
contarle que se iba a mudar.
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CEIP La Gaviota
Susana, al día siguiente, en el colegio, le dijo que era el mejor amigo que había
tenido nunca y Manuel le respondió que ella también era la mejor amiga que había tenido jamás.
Unas semanas después, Susana le hizo una fiesta sorpresa a Manuel de despedida. Manuel les dijo a todos que lo había pasado muy bien el tiempo que había pasado
con ellos y entonces se despidió de todos sus compañeros, profesores y vecinos.
Cuando fue a casa de Susana para despedirse no la encontró y le preguntó a la
madre de Susana dónde estaba y ésta le dijo: —Susana esta en la playa.
Manuel se despidió de la madre de Susana con un beso y un abrazo, y se fue
corriendo a ver si encontraba a Susana en la playa. Al llegar allí la encontró enseguida
pues era la única a la vista. Se acercó a ella, se sentaron los dos en un banco y estuvieron hablando horas y horas, Manuel se levantó para irse y Susana le agarro del brazo y
le dijo: —No te vayas. Quédate conmigo.
Manuel le contestó: —No puedo. Me tengo que ir con mis padres a París.
Antes de que Manuel dijera una palabra más, Susana se fue corriendo.
Al día siguiente Manuel madrugó para ver por última vez el amanecer en aquella
preciosa ciudad.
Al ir al aeropuerto Manuel se encontró con todos sus amigos y entre ellos vio a
Susana. Se fue corriendo hacia ella y Susana al verlo le dijo: —¡Quédate conmigo!
—Ya quisiera yo.— Dije.
—Te puedes quedar conmigo, anoche pregunté a mis padres si te puedes quedar
a vivir y dijeron que sí.
Manuel le respondió que eso no era posible pero le prometió que todos los veranos la visitaría.
FIN.
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XI Certamen Literario Escolar
La aventura inesperada
MARÍA SÁNCHEZ YEPES
6° Primaria
Érase una vez un grupo de niños que se fueron al campo. Para guiarse utilizaron una brújula, pero se cayó al suelo y se rompió, entonces no había más remedio que
guiarse por el instinto.
Se hizo de noche, pero encontraron una cueva y se adentraron en ella, después
de un tiempo no había salida. Se sentaron a comer algo cuando, de pronto, vieron una
lámpara, esta lámpara no era una lámpara cualquiera, no, ¡era mágica!, pero ellos no
lo sabían. En ella había una inscripción: “QUIEN PIDA UN DESEO, EN ÉL SE ADENTRARÁ,
PARA PEDIRLO LA LÁMPARA TENDRÁS QUE TOCAR”. El que reinaba en el mundo mágico
de la lámpara era un genio maligno, y todos los seres que vivían en él le temían. Los
niños tenían miedo de no volver a encontrarse.
Ellos no sabían quién podría ser el primero, pero una de ellos, que no tenía miedo a nada, dijo:
—¡Yo lo haré!— dijo con seguridad, Lola. Tocó la lámpara y pidió su deseo. Navegó por mundos extraños, pero al fin llegó al mundo mágico y así fueron llegando todos
los demás. Investigaron un poco el lugar, pero no encontraron a otro ser humano. Sólo
encontraron elfos, duendes, hadas...
En el camino se encontraron con un duende y Skipi preguntó: —¿Dónde estamos?
¿Cómo te llamas? ¿Qué ha pasado?—, preguntó si control.
—Os contestaré una a una: Primero, estáis en el inframundo (dentro de la lámpara). Me llamo Rocket y este mundo lo gobierna “Ronald”, un genio malvado. Nadie sabe
como salir de aquí—, contestó con sinceridad.
Los niños dijeron: —¿Y por qué nos quería hacer esto?
Y el elfo contestó: —Se lo hace a todos los niños que pasan por la cueva.
—¿Dónde están los otros niños?— preguntaron ellos.
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CEIP La Gaviota
—Los otros niños se hicieron viejos y hace tiempo que murieron, pero también
hace tiempo que no vienen niños. Dentro de unos días os veo aquí, porque tengo que
investigar.— Dijo el elfo.
Pasaron unos días y se volvieron a encontrar, Rocket dijo: —Creo que he encontrado
la solución. Después de tantos años la he encontrado.... Tenéis que proponerle un debate.
Los niños contestaron con intriga: —¿Cómo?—. Y el elfo contestó: —En el duelo
tenéis que vencer al genio.
Los niños fueron al castillo y pidieron un deseo para poder salir, pero no funcionó. Tuvieron que decirle a Ronald que le retaban a un combate. Ronald dijo: —Mañana
se producirá el combate.
—¡Vale! ¡Aquí estaremos!— dijeron ellos.
Esa misma noche los niños planearon una estrategia, en el duelo la pondrían en
marcha. Al día siguiente, todos los seres del inframundo fueron al reino.
En el duelo, todo el pueblo animaba a los niños. Entonces, Ronald se dio cuenta
de que no era a él a quien aclamaban. En la batalla todo fue de maravilla. Al final, ganaron los niños. Entonces, salieron de allí y cada uno volvió con su familia.
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XI Certamen Literario Escolar
Las flores del desierto
silvia meco nombela
6° Primaria
Había una vez una niña llamada Karima y tenía 11 años. Vivía en el Desierto de
Atacama en Chile. Su familia era muy humilde, tanto que vivían del dinero que sacaban
de un pequeño rebaño de cabras. Con ellos vivía su abuela materna, a Ia que Karima
tenía un cariño especial, porque siempre estaba pendiente de ella y pasaban mucho
tiempo juntas, ya que Karima era la más pequeña de los cinco hermanos. Karima era
una niña alegre, muy juguetona y muy cariñosa.
Por las noches en el desierto hacía mucho frío y cuando llegaban sus hermanos y
su padre de trabajar se sentaban al lado del fuego, donde su madre había preparado la
cena, que normalmente era un tazón de sopa y, con suerte, un trozo de queso. Después
de cenar, Karima siempre le pedía a su abuela que les contase alguna historia de cuando ella era niña o de los viajes que hacía con su abuelo por el desierto.
Su abuela les contaba que su abuelo había sido cuidador de camellos durante
mucho tiempo. Tambien les contaba la historia de cómo habían nacido Karima y sus
cinco hermanos, con su ayuda, porque por allí no había médicos. La abuela estaba muy
orgullosa de haber ayudado a nacer a sus cinco nietos haciendo de comadrona.
Noche tras noche las historias se iban repitiendo, pero la historia que a Karima más
le gustaba escuchar era la que su abuela contaba de cómo florecía el desierto cuando llovía.
—Tú eras muy pequeña cuando llovió la última vez y floreció el desierto, por eso
tú no te acuerdas—, le decía su abuela.
y Karima impaciente siempre repetía lo mismo: —iCuéntamelo, abuela! iCuéntamelo! —¿Y por qué no llueve ahora?— Preguntaba una y otra vez. —¡Yo quiero ver el
desierto florecer!
Y su abuela siempre le decía: —¡Ten paciencia! La vida en el desierto es lenta.
No llueve en años, pero tú tranquila que las flores en el desierto están dormidas debajo
de la arena esperando que las llame el agua.
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CEIP La Gaviota
—¡Pero, quiero verlas ya!— Decía Karima.
—...En el desierto hay que tener mucha paciencia—, decía su abuela siempre.
Pasaron dos años más y Karima seguía igual de impaciente. Todas las noches
su abuela le seguía contando historias. Una mañana vieron en el horizonte unas nubes
negras. Karima empezó a gritar de alegría, porque eso significaba que, a lo mejor, iba
a llover.
Esa noche se fue a la cama muy nerviosa, y le costó mucho dormirse pensando si
llovería o no. Acababa de amanecer cuando su abuela la despertó.
—¡Karima, ven! ¡Despiértate, despiértate!
Medio dormida aún fue con su abuela a la ventana y no podía creer lo que veía.
Durante toda su vida, por esa ventana, siempre el mismo color, y ahora todo lo veía de
colores: rojos, azules, amarillos...
Su abuela miraba feliz, por fin su nieta veía el desierto florecido. Y le dijo: —Ves
Karima, tu paciencia ha tenido recompensa. Corre a disfrutar de las flores algunas se
marchitarán esta noche.
Karima corrió tocando y oliendo todas las flores. No había visto nada parecido
en su vida y era más bonito de lo que había imaginado. Había Añuñacas azules y rojas;
garras de león blancas de 60 y 70 cm, cactus...
Karima tuvo que esperar a que lloviese otra vez para ver el desierto florecer.
Nosotras tenemos nuestros desiertos particulares, a veces llueve muy a menudo
y otros nos cansamos de esperar.
Fin.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Giner de los Ríos
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XI Certamen Literario Escolar
Mi gato y yo
NICOLE CHAVES NALEPA
4° Primaria
Era un fin de semana. Sonó el teléfono de Marta.
—¡Hola!— dijo Nicky. —Ven rápidamente a mi casa..., y avisa a Miguel y a Selena.
—¡Vale!, en diez minutos estamos allí—, contestó Marta.
Nicky les estaba esperando en el jardín de su casa, con su perrita Luna.
—¡Mamá!, ¡subimos a mi cuarto!
— ¿Queréis una naranjada, chicos?— preguntó la madre de Nicky.
—¡No, gracias!— contestaron los chicos. Subieron los escalones rápidamente.
—¿Qué pasa?— preguntó Miguel cansado de correr.
—Mirad lo que he encontrado.— Contestó Nicky, al tiempo que mostraba un bonito medallón de oro.
—¡Uuh! ¡Qué bonito! ¿Cómo apareció en tu cuarto?— preguntó Selena.
—No tengo ni idea— contestó Nicky. —Voy a preguntar a mi madre.
—¿Es tuyo mamá?— preguntó Nicky,
—No, ¿Dónde lo has encontrado?— preguntó su madre.
—En mi habitación— contestó extrañada Nicky, al ver que no era de su madre.
Pasaron los días y ninguno de los cuatro amigos contaron a nadie lo del medallón
de oro. Una mañana, Miguel iba a comprar, y vio una gatita con una patita rota, que se
acercaba a él, como pidiéndole ayuda. Había una gata muerta en la carretera.
La gatita era blanca con manchas negras y ojos negros. A miguel le dio pena y
decidió cogerla. La curaron y la llamó Kiti. Kiti era una gata muy especial, ¡se comportaba como un perro!
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CEIP Giner de los Ríos
Un día, Miguel perdió las llaves y Kiti le llevó hasta ellas. Al día siguiente, Miguel
contó a sus amigos lo que pasó. Quedaron en casa de Nicky. La niña estaba muy asustada, les llevó a su habitación, todo estaba destrozado.
—¡Ay! ¿Qué dirá mi madre? ¿Quién me lo hizo?— se preguntó Nicky.
La gata empezó a maullar al lado de la cama. Miguel la apart6ó y vio una bonita
ardilla rojiza, que en la boca tenía una pulsera.
—¡Huau!— dijeron, —¡Es de oro!
La ardilla tiró la pulsera y saltó a la ventana. La gata les condujo hasta ella. La perra escababa como loca. Los chicos se quedaron estupefactos por lo que veían sus ojos. ¡Era
un baúl con joyas, oro...! Avisaron a sus padres. Llegó la policía y muchos periodistas.
Al día siguiente, los chicos se veían en los periódicos, donde ponía: ¡CUATRO NIÑOS Y SUS MASCOTAS ENCUENTRAN UN TESORO”.
—¡Qué guapos hemos salido!— dijo Selena.
—¡Jo! ¡Qué pena que no nos lo podamos quedar— dijo Miguel.
—¡Venga, chicos! ¡No os pongáis tristes! Vamos a celebrarlo con un helado, ¿vale?—
les dijo Nicky sonriente.
—¡Vale!— le dijeron a Nicky.
—¡Invito yo— les dijo Selena, mientras sacaba su monedero de flores.
—Yo lo quiero de chocolate— dijo Miguel.
—Yo de vainilla— dijo Nicky.
—Yo de almendras— dijo Marta.
—Y yo de fresa— dijo Selena.
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XI Certamen Literario Escolar
Un extraterrestre en el parque
SERGIO FERNÁNDEZ SALDAÑA
5° Primaria
Unos niños jugaban en el parque cuando detrás de los setos vieron una bola
de color morado. Se acercaron y vieron que dentro se movía algo..., lo movieron con
cuidado y la bola empezó a temblar; se apartaron asustados y, al poco rato, apareció
un extraño ser con antenas y de color morado. Tenía los ojos verdes fosforito y hacía
unos ruidos muy extraños.
Los niños empezaron a correr asustados pero el extraterrestre les siguió y les
dijo que no les haría daño.
El extraterrestre se llamaba Pom y sólo quería conocer la tierra y hacer amigos,
así que, si no se lo contaban a nadie, él podría ir a visitarles, jugar con ellos y contarles
cosas de su galaxia.
Desde aquel momento ese era el secreto de Pom y sus amigos de la Tierra. Siempre que iban al parque Pom se desplazaba hasta allí con su bola y jugaban a juegos muy
divertidos.
Un día, Pom dijo a los niños que si subían a su bola les llevaría a su planeta, un
viaje inolvidable para ellos.
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CEIP Giner de los Ríos
La ciudad sin niños
BÁRBARA MARTÍN JIMÉNEZ
6° Primaria
Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, una ciudad en la que no existían
los niños. Cuando nacía un niño, los adultos lo congelaban y lo almacenaban hasta que
eran mayores de edad, es decir, hasta que cumplían los dieciocho años. Cuando ese día
llegaba lo descongelaban y le enseñaban a congelar a los niños que iban naciendo. Así,
todo el mundo, mujeres y hombres trabajaban en lo mismo. La ciudad era aburrida,
muy aburrida. Nadie jugaba, nadie contaba chistes y tampoco había personas graciosas
que hicieran pedorretas constantemente.
Un día, una señora llamada Leticia dio a luz a una hermosa niña. Tenía el pelo
rubio, los ojos azules y una carita preciosa. Al verla su madre sintió pena de que la congelaran y la escondió en su casa durante un tiempo. Pero ese secreto era difícil de guardar, la niña lloraba, necesitaba comer y no sabía ir sola al baño. Y los vecinos empezaron
a sospechar de los lloros de bebé que oían por las noches, de cómo olían las bolsas de
basura a caquita de bebé y cosas por el estilo. Sobre todo, la gente preguntaba:
—¿Ya has dado a luz?
—¿Has llevado el bebé a congelar?
Leticia contestaba que sí a todo, aunque era “NO” la respuesta verdadera.
Un día estaba leticia dando de comer a Almudena (que ese fue el nombre que le
puso a la niña) cuando llamaron a la puerta. Leticia fue a abrir, era el alcalde de la ciudad,
el que había puesto la ley sobre los niños. ¡EI alcalde se había enterado! El alcalde condenó
a Leticia a la muerte, pero no se acordó de llevarse a Almudena. Su padre, que lo sabía
todo, llevó a Almudena a la ciudad más cercana donde la adoptó un matrimonio sin hijos.
Almudena iba creciendo y se iba convirtiendo en una muchacha muy guapa.
Cuando cumplió los catorce años sus padres adoptivos decidieron contarle toda la verdad sobre su vida. Ella quiso conocer a su padre y esa ciudad tan rara, pero sobre todo
quería cambiar la ley de prohibir los niños, y la única forma de hacerlo era con niños.
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XI Certamen Literario Escolar
Almudena reunió a todos sus amigos y les contó todo lo que un día antes le habían contado sus padres a ella. Juntos trazaron un plan y partieron a la ciudad natal
de Almudena. Almudena estaba al mando, iba la primera del grupo, con un mapa en la
mano, indicando por donde tenían que ir. Por fin, llegaron a su destino. La ciudad era
triste, sin colores ni columpios, todo gris. Y sin tiendas, sólo casas, y al fondo dos edificios altísimos, grises e impecables.
—Vayamos allí— dijo Almudena señalando los edificios grises.
Según se acercaban, los niños iban odiando más esa horrible ciudad. Por fin, llegaron a los edificios. Estaban rodeados por una valla superalta con un cartel que decía:
“Almacenamiento de niños, S.L.”. Todos dieron un paso atrás al ver el cartel,
pero Almudena, decidida a todo, trepó la valla y saltó al otro lado del jardín. Entonces
sus amigos la imitaron. Pronto todos estuvieron dentro de los edificios grises, giraron a
la derecha, luego a la izquierda, y así sucesivamente, hasta llegar a unos pasillos llenos
de cajas de hierro con diferentes tamaños. Todos supusieron que allí estaban los niños
congelados. Sintieron escalofríos al pasar por el pasillo, y estaban a punto de llegar al
final cuando vieron un botón en el que ponía: “Desalmacenaje de niños. NO TOCAR”.
Y ya iban a pulsarlo cuando les pilló el alcalde. Agarró a los niños y los encerró en una
habitación insonorizada.
Los niños se sentían desesperados porque pensaban que a ellos también les iban
a congelar y almacenar hasta la mayoría de edad. Pero Almudena se quitó una horquilla
y con ella pudo abrir la puerta por la que escaparon. Mientras los demás chicos entretenían al alcalde, Almudena pulsó el botón de “Desalmacenaje de niños”. Las cajas de
hierro se abrieron y todos los niños empezaron a andar y a jugar, e incluso los más pequeños hablaban con el alcalde.
El alcalde vio que los niños eran encantadores y no encontró razón para congelarlos. ¡Qué error había cometido al quitarles tantos años de su vida!
Desde entonces esa fue una ciudad divertida y feliz, donde niños y adultos convivían en paz.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Jaime Vera
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XI Certamen Literario Escolar
El Dragón Salvaje
daniel crespo hOrcajuelo
5° Primaria
Hace muchos años unos guerreros encerraron a la bestia más peligrosa de esos
tiempos.
Pasaron un millón de años y en ese castillo entraron dos niños y abrieron las
puertas de la celda del dragón. El dragón fue detrás de ellos.
Los niños fueron a la Comisaría, se lo dijeron a la Policía pero no les creyeron.
El dragón empezó a comerse a la gente, y cada vez había más dragones. Empezaron a
destrozar todo el planeta y las personas salieron al espacio.
La gente estuvo en el espacio durante un año. Al final destruyeron a todos los
dragones y la gente volvió a la tierra.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Juan Ramón Jiménez
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XI Certamen Literario Escolar
La bruja Melissa
tifanny muñoz osorio
5° Primaria
Había una vez una casa grande, vieja, oscura y fea. Todos los niños que pasaban por allí se asustaban.
Un día, llegó una familia: la niña se llamaba Valentina, su hermano Juan y su
padre Alberto. Su esposa había abandonado a sus hijos.
Cuando pasaron Valentina y Juan por la casa encantada, les daba miedo. Un día
que iban hacia el colegio, había un perro que les ladraba y empezaron a correr. El perro
abrió la puerta y se escapó, empezó a perseguir a los niños. La niá se cayó y, para que
el perro no les alcanzara, se metieron en la casa encantada. De pronto salió una joven
muchacha, llamada Melissa, todo el mundo pensaba que era una bruja.
Cuando Melissa vio que la niña se había caído, acudió inmediatamente a atenderla. El perro entró y Melissa empezó a acariciarlo.
—¿Queréis acariciarlo?— dijo.
—¡No, gracias!
Melissa entró con los niños a su casa, los llevó a la cocina y les dijo que esperaran un momento. Le llevó a la niña un remedio para ponérselo en la rodilla, donde se
había hecho daño.
Cuando ya se iban a ir, el niño descubrió un armario. Había un gato negro y una
escoba. Juan le dijo a Valentina que no le dijera nada a papá.
A Valentina le pareció amable, pero a Juan extraña. Juan le prohibió a Valentina
acercarse a Melissa.
Alberto, su padre, es policía. Cuando llegó a casa notó a Juan y a Valentina que
estaban raros. Alberto les preguntó con curiosidad: —¿Os pasa algo?
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CEIP Juan Ramón Jiménez
Los niños contestaron: —No, papa, no nos pasa nada.
Al día siguiente, llegó una mujer a la comisaría donde Alberto trabajaba y dijo:
— Vengo a poner una denuncia a Melissa, la bruja de la ciudad.
Alberto, preguntándose dijo:
—Pero, ¿por qué?
—Porque es una bruja y vende brujería.
—Está bien. Yo iré y hablaré con ella— dijo Alberto.
Alberto fue por la tarde y habló con ella, pero ella lo negó todo.
Al final Alberto la creyó y se hicieron muy amigos.
Pero Alberto se fue enamorando de Melissa y ella de él.
Al final se hicieron novios. Después se casaron y fueron felices.
FIN.
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XI Certamen Literario Escolar
En el Reino de los Gnomos
lucía simarro sánchez
5° Primaria
Había una vez una chica que se llamaba Anthea, a la que le gustaba mucho
leer. Un día fue a una librería a comprarse una libro y encontró uno de fantasía titulado
“El Reino de los Gnomos”. En cuanto llegó a su casa, Anthea comenzó a leer.
La historia trataba de unos trolls que amenazaban al reino de los gnomos, y la
protagonista era la elegida para acabar con el rey troll, mucho más grande que sus
esbirros. Anthea era la que salvaría al Rey gnomo, que se llamaba Sky. Anthea estaba
preocupada, los gnomos la reconocieron por su colgante.
De camino al reino de los trolls se encontró con una amiga de Sky, llamada Alys,
y decidieron ir juntas a rescatarle. Cerca del reino de los trolls se encontraron a un par
de trolls a los que su rey había echado de su reino. Decidieron atacar a Anthea y a Alys,
que se hallaban al otro lado del puente. Rápidamente, Alys cogió dos espadas de plata,
con el mango dorado que había por el camino, y le lanzó una a Anthea. Los trolls empezaron a atacarlas pero ellas les v encieron, dejándoles un mal sabor de boca.
Cada vez estaban más cerca del Reino de los Trolls. Pronto llegaron al reino,
pero se sorprendieron de que no había nadie. El reino estaba vacío.
—Deben estar en el castillo— dijo Alys.
—O pueden estar escondidos por miedo— afirmó Anthea.
—Podemos ir a comprobarlo— comentaron a la vez.
Entraron al castillo y todos los trolls estaban reunidos a su alrededor. El Rey
Sky estaba encerrado en una jaula. Por si ocurría algo, llevaban una poción preparada
por el Mago, para reducir de tamaño a los trolls, y disimuladamente, intentando no ser
vistas, echaron una gotita en la copa de cada troll. En poco tiempo todos los trolls se
habían vuelto pequeños, pero el rey troll seguía con su misma estatura, por lo que pudo
reírse, seguro de sí mismo.
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CEIP Juan Ramón Jiménez
Alys y Anthea, asustadas, sacaron sus espadas y, en poco tiempo, el rey de los
trolls fue reducido bajo el poder de ambas. Sacaron a Sky de la jaula con ayuda de un
troll que odiaba a su rey, y juntos volvieron al país de los gnomos. Anthea pasó la página y un gran “FIN”, escrito con letras rojas se dejaba ver, cerró el libro y con una gran
sonrisa, recordó la historia de fantasía que había vivido.
FIN.
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XI Certamen Literario Escolar
Las cavernas del colegio
“Juan Ramón Jiménez”
ANNIA ADELA POCOMUCHA GARCÍA
6° Primaria
Hace mucho tiempo, antes de que existiera el colegio “Juan Ramón Jiménez”
había unas cavernas que descubrieron los romanos cuando estaban en España. Las utilizaban como cárceles para los prisioneros que capturaban en sus guerras y en conquistas.
Varios siglos después se construyó el colegio encima de las cavernas que habían descubierto los romanos, aún con los cadáveres de los prisioneros atrapados. Desde aquel momento se han escuchado rumores de que los fantasmas de los prisioneros
siguen vagando por el colegio como almas en pena. Hasta hace pocos días, en que una
niña dijo haber visto al fantasma de uno de los prisioneros cuando iba a buscar su estuche a la Sala de Informática.
Después de ese suceso, cinco niños de la clase de 6º B, que se llamaban: Andrea,
Patricia, Lucas, Carlos y Annia, fueron a investigar la aparición del fantasma, pero al
llegar no había ningún rastro de él y fueron a informar a su profesor de que no habían
encontrado nada.
A continuación, la Directora prohibió volver a entrar en la Sala de Informática
hasta nuevo aviso, porque era muy peligroso, y la conserje cerró la sala con llave para
que nadie pudiese entrar. Pero no contaban con que Annia y el resto de sus amigos tenían un clip para poder abrir la cerradura, entrar y seguir su investigación. Al cabo de
un rato volvió a aparecer el fantasma, que dijo: —Nadie descubrirá mi secreto.
Más tarde de aquel acontecimiento los niños recordaban cada palabra de lo que
había dicho el fantasma. Al cabo de un rato, Andrea y Patricia se dieron cuenta de que
su secreto sería que no era un fantasma, sino que era un niño disfrazado. Todos estuvieron de acuerdo con ellas y fueron al despacho de la directora a pedirle el cuaderno
donde estaban apuntados todos los nombres de los niños que hay en el colegio.
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CEIP Juan Ramón Jiménez
Cuando llegaron, Lucas se acercó a la directora y le dijo:
—Por favor, directora, ¿nos deja el cuaderno de todos los nombres de los alumnos?
La directora contestó:
—De acuerdo, niños, pero con una condición: me tenéis que devolver el libro en
perfectas condiciones.
Y Carlos dijo que él se hacía cargo del libro y que, si algo le pasaba, él se hacía
responsable. Todos le dieron las gracias y se pusieron a mirarlo, y vieron que el único
niño que había faltado al colegio era Víctor, un alumno de la clase de 6º A.
La directora llamó a sus padres y le dijeron que pensaban que su hijo estaba en
el colegio; de ahí que todos pensaran que Víctor era el fantasma. Entre todos, se pusieron a preparar una trampa, que contaba con cinco partes:
La primera, Annia iría a la Sala de Informática y llevaría al fantasma a la clase
de 6ºB.
La segunda, detrás de la puerta estaría Andrea que, cuando entraran, cerraría
con llave y no dejaría pasar a nadie.
—La tercera, echarle sal en los ojos.
—La cuarta, atarlo con una cuerda.
—Por último, quitarle la máscara y así se descubriría de quien se trata.
Prepararon la trampa, la pusieron en funcionamiento y.... ¡Funcionó. Vieron que
era Víctor!
Al día siguiente lo expulsaron y le dieron las gracias a Annia y sus amigos.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Miguel de Cervantes
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XI Certamen Literario Escolar
Niña valiente
ELENA VÁZQUEZ ALGOBIA
6° Primaria
Ella era una niña feliz, que vivía con sus padres en un chalet de Loeches. Una
noche se despertó con un fuerte ruido. Se levantó a oscuras y se dirigió al pasillo, dónde parecía que estaba el jaleo.
Cuando llegó, vio que su padre estaba agarrando a su madre para tirarla por las
escaleras. La niña les vio chillando y les preguntó:
—¿Qué es lo que pasa?
Y ellos contestaron:
—¡Vete a tu habitación, es una discusión de mayores.
La niña se fue a su habitación, cerró la puerta muy fuerte y se acurrucó en un
rincón de la cama, y lloró.
A la mañana siguiente, al despertarse, pensó en lo que había ocurrido y se sintió
mal. Con paso decidido se acercó a la habitación de sus padres, pero vio que allí no
había nadie. Salió por la ventana y se quedó a la orilla de la pared. La niña sabía que
pasaba algo, ¿dónde estaban sus padres?
Volvió a entrar, bajó las escaleras hacia la cocina y presenció como sus padres
se estaban pegando. Ella miró hacia los lados y vio la espada de recuerdo de la boda de
sus padres; sin pensarlo, se acercó corriendo y la cogió en un intento de proteger a su
madre.
Al cabo de un tiempo, sus padres decidieron separarse y vendieron el chalet. La
niña decidió irse con su madre a vivir, aunque se va turnando.
Hace poco tiempo su madre conoció a un nuevo compañero, o por lo menos, eso
le dijo su madre a ella: “Es solo un amigo”.
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CEIP Miguel de Cervantes
Un día, este amigo salió de fiesta con unos amigos, y al terminar decidió venir a
visitar a la madre. Sin poder evitarlo, perdió los papeles, se dirigió a la habitación de la
niña gritando y golpeando. La madre intentó protegerla, como ella había hecho la vez
anterior.
Se oyeron muchas palabras y frases sin sentido ni razón.
Al final hubo silencio.
Llantos y dolor.
Hoy día madre e hija están unidas a pesar de sus experiencias. Todo esto las ha
hecho fuertes.
Aunque sigan discutiendo por las cosas de la vida.
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XI Certamen Literario Escolar
Caperucita IV y las 3 pruebas
diego lorca carrasco
6° Primaria
Es un día tranquilo en Electronic City. Una bella y hermosa dama, llamada
Caperucita, iba a ir al rascacielos informático de la abuela, a regalarle un ipod. Por el
puente aéreo se encontró a un amigo. No tan amigo..., era el.... ¡Vamos, el informático
del lobo! En realidad era el lobo. Caperucita, asustada, creyó que le iba a robar el ipod.
Pero no fue así. Caperucita vio en el lobo un rostro muy pálido y agotado. Caperucita le
preguntó que qué le pasaba y él se desvaneció. Y en la mano tenía un DVD de muestras.
Ese mismo día, por la noche, Caperucita puso en la tele la cinta, y salió Shaw (la
marioneta), que le retaba a tres pruebas en el edificio de muestras. Caperucita, asustada y enfadada a la vez, aceptó. Al día siguiente, en el edificio se encontró a Shaw, que
le dijo que si superaba las tres pruebas que le iba a poner, iba a ir a quitarle el veneno
al lobo y a liberar a la abuelita.
Ya preparada, y con la vida de dos familiares en mente, se dispuso a iniciar la
primera prueba. Consistía en superar los hachas que salían del suelo y derrotar a los
“caquis” (que eran como una especie de cerebros con ojos). Se dispuso a empezar:
cogió un ordenador y surfeó por el suelo esquivando los hachas, pero..., en el último
hacha se cortó un circuito del ordenador y explotó. Ya librada de los hachas tuvo que
derrotar a veinte caquis, Caperucita se comió un caramelohielo (caramelo con hielo) y
congeló a los caquis.
Se abrió otra puerta. La segunda prueba consistía en derrotar a “el caqui helado”: era gigante y no funcionaba nada para derrotarlo (ni caramelohielo, ni caramelofuego, ni caramelorraro). Pero, de repente, el caqui gigante vomitó un cable de la
muerte (lo que toca, explota). Caperucita se lo lanzó y el caqui explotó.
Se abrió la última puerta. Shaw, rabioso, la empujó a la tercera puerta. Consistía en la inteligencia. Allí estaban su abuela y el lobo. Tenía que elegir a uno, y el otro
no elegido caería por un barranco. Caperucita examinó a los dos. El lobo era el de siempre: nariz puntiaguda, con cascos, con mucho pelo y enormes dientes afilados. Pero en
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CEIP Miguel de Cervantes
la abuela vio un pequeño defecto: le faltaba su rabo. La abuela siempre va con su rabo
informático por si tiene algún problema (es como una garrota). Así que Caperucita,
desconfiada, eligió al lobo. La abuela, rabiosa, se electrocutó y era... un caqui transformado. Shaw se enfadó tanto que voló en mil pedazos.
Todos contentos, y fuera del edificio de muestras, se dieron un gran abrazo y...
vivieron informados (felices) y comieron tecnología (perdices).
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Miguel Hernández
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XI Certamen Literario Escolar
Una mentira de chicos
LAURA YANG
3° Primaria
Hola, me llamo Carmen, y os voy a contar una historia que a mi también me
ocurrió el año pasado.
En el colegio había seis chicos que se llamaban Marcos, José, Ángel, Max, David y
Kevin. Tenían una banda llamada “Los seis chicos”, y nosotros les llamábamos “los seis
aburridos”. Hicimos un trato: si ganaban les teníamos que dar una pelota y si perdían
nos tendrían que dar un CD de “Patito Feo”.
El trato era que se tenían que vestir de chicas y bailar. Nosotros les dejamos
maquillaje, y se tenían que vestir con un tutú de color rosa. El trato era el lunes, en el
recreo, delante de todos sus compañeros y compañeras.
Y así fue, en el recreo... maquillaje, tutú, manoletinas...
Bailaron 10 minutos y pararon de bailar. Y al final las chicas les dieron una pelota; pero los chicos devolvieron la pelota, porque ¡hicieron trampa! Cogieron unas maniquíes y las movían con su mano derecha.
Al final los chicos les dijeron la verdad a las chicas.
Y, al final, les pidieron perdón a las chicas.
FIN.
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CEIP Miguel Hernández
La Reina Carla
MANUEL CAMACHO SIERRA
4° Primaria
Carla es una hormiga muy lista... ¿Qué digo yo lista...? ¡Re-lista! Sabe que deben
almacenar víveres para el invierno y, además, conoce muchos lugares donde hay comida en abundancia. Todo esto es gracias a que todas las mañanas se bebe una poción
mágica llamada “ser la más lista”. Fernanda La Vaga, una hormiga malvada, y además de malvada bruja, ansiaba tener la poción. En un descuido, se la cambió por otra
llamada “SER BOBA”.
A la mañana siguiente, cuando Carla fue a bebérsela, no se dio cuenta del cambiazo y bebió. Comenzó a sentirse rara y empezó a tambalearse como los borrachos por todo
el hormiguero. menos mal que estaba su amiga, el Hada Madrina, que le dió un remedio
mágico llamado “ser la más lista otra vez”. No funcionó, era demasiado tarde.
La poción de Fernanda era irreversible. Entonces, el Hada Madrina la convirtió
en Reina del hormiguero. Unió muchas tropas para acabar con la bruja Fernanda y sus
tropas de hormigas gigantes.
Así fue, mataron a la bruja y a las hormigas gigantes.
La Reina Carla se hizo muy guapa y además la más lista
del hormiguero.
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XI Certamen Literario Escolar
La gatita Deysi
laura garcía ruiz
5° Primaria
ÉRASE UNA VEZ una gatita llamada Deysi; tenía dieciocho meses y vivía con su
ama Laura. Las dos se querían mucho pero una vez se perdió Deysi. Deysi se fue muy
lejos y Laura estaba muy preocupada. Pegó miles y miles de carteles para buscarla y se
ofrecía recompensa a quien la encontrase.
Deysi no sabía dónde vivía, porque nunca salió de su casa. Pero un día, Laura
tuvo una idea; como ella sabía la comida preferida de Daysi, que era el jamón, decidió
comprar una pata. Aunque Deysi tenía muy buen olfato no consiguió llegar hasta el
jamón. Laura tuvo otra idea, porque estaba viendo una revista de países y a Deysi le
gustaba mucho Francia, y entonces Laura se fue a Francia, pero no la encontró.
Al final, triste, se acercó a la Torre Eiffel, y allí la encontró. ¡Menuda sorpresa!
Y Laura y Deysi se fueron a casa, tan contentas y tan felices que Laura prometió que
nunca volvería a separarse de Deysi.
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CEIP Miguel Hernández
la gran mujer de la paz y bondad
LAURA FERNÁNDEZ AMORES
6° Primaria
ÉRASE UNA VEZ, en la Edad media, mientras que los hombres luchaban, las mujeres hacían las tareas de casa o cosían. Pero, en aquellos días, a las mujeres no les
importaba hacer esos trabajos.
Un día, las mujeres decidieron abandonar su misión y los hombres nunca se
adaptaron. Cuando se fueron comenzó una guerra entre pueblos y ciudades, allí murieron miles de hombres, pero. .. algo mágico les salvó.
Una mujer que iba vestida con un traje largo y con una corona de diamantes. Se
hacía llamar Lili, la mujer de la paz y la bondad, y les dijo que deberían buscar a las
mujeres y dejar de pelearse, pero ellos siguieron con la guerra. Ella echó a volar sin
saber cómo y con una frase convenció a todos de que la guerra no era buena y que las
mujeres también son importantes.
FIN.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Pinocho
XI Certamen Literario Escolar
La desaparición
de los Reyes Magos
daniel jiménez arellano
5° Primaria
Era el 6 de enero, el día de los Reyes Magos, los niños ansiosos, por la noche
esperaban sus juguetes. Al día siguiente se encontraron con que no había regalos y el
agua y el mazapán que habían dejado estaba sin tocar.
¡Parece ser que los Reyes Magos habían desaparecido!
Cundió el pánico, y un grupo de niños se reunieron en busca de Papá Noel, el
único que podría ayudarles. Juan, Alberto y Cristina decidieron reunirse para ver de
qué manera podían buscarle:
—¡Chicos, esto es horrible, a los Reyes les ha debido de ocurrir algo malo!— dijo
Juan. —¡Debemos encontrar a Papá Noel, es el único que puede ayudarnos!
—Sí, ¿pero, cómo le podemos encontrar?— dijo Cristína.
Entonces en ese momento a Alberto se le ocurrió una idea: —¡Ya sé! Si gritamos
muy fuerte tres veces Papá Noel, seguro que vendrá. Los tres niños empezaron a gritar
muy fuerte: —¡Papá Noel! ¡Papá Noel! ¡Papá Noel!—. Entonces comenzaron a oír los cascabeles de los renos y se asomaron a la ventana, ¡era Papá Noel! Entonces dijo:
—Ya sé lo que está pasando, mis duendes me lo han contado todo y he venido en cuanto me habéis llamado, creo que sé donde están. Cuenta la leyenda que existen los duendes
malignos y su Rey el malvado Surt odia a los niños. La única manera de hacerles daño era
secuestrando a los tres Reyes Magos. Debemos viajar a su mundo... ¡Rápido, subid a mi trineo!
Los tres niños subieron al trineo emocionados por estar tan cerca de Papá Noel.
Volaron durante horas y de pronto vieron delante de ellos un enorme castillo:
—¿Podremos entrar?, esperemos que el malvado Surt sea razonable— dijo Cristina.
—Dejádmelo a mí, él odia a los niños— díjo Papá Noel —quizá yo pueda hablar con él.
Atravesó una enorme puerta y le recibió un duende maligno que le preguntó que
quería y Papá Noel le dijo que venía a hablar con Surt de la desaparición de los Reyes
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CEIP Pinocho
Magos. Al rato se oyeron trompetas y tambores, ante la presencía del malvado rey, y le
dijo: —¿Qué has venido a hacer aquí, gordinflón barbudo? ¿Acaso quieres que ayude a tu
amiguita Caperucita Roja? Ja, ja, ja...
—No me ofendes con tus palabras— contestó Papá Noel, —sé que lo haces para hacerme daño, pero no vengo aquí para hablar de mí. ¡Suelta a los Reyes Magos! ¡Sé que los
tienes escondidos!, ¡no disimules o me veré obligado a mandar a mis duendes a buscarlos!
—¡Ja, ja, ja!— rió malvadamente Surt, —dime, ¿qué van a hacer esos enanos decoradores de jardines? No te entregaré a los Reyes Magos, sabes que odio a los niños y
ellos no tendrán sus regalos.
Papá Noel y los tres niños subieron al trineo y regresaron al Polo Norte, allí reunió a todos sus duendes para idear un plan.
—Chicos os necesito— dijo Papá Noel, —el malvado Surt ha apresado a los Reyes
Magos de oriente, debemos actuar rápidamente para que todos los niños puedan recibir
sus regalos.
Entonces el pequeño duende Piquitín, que era el más listo de todos dijo: —¡Ya lo
tengo! Iremos al castillo cargados de polvo de sueño y lo esparciremos por todas partes,
y así cuando estén todos sus duendes y él mismo dormidos podremos ir a las mazmorras, donde están Melchor, Gaspar y Baltasar.
Y así fue como lo hicieron, se dirigieron al castillo, rescataron a los Reyes y los
sacaron de sus mazmorras. Entonces ellos les dieron las gracias, estaban muy preocupados porque no habían podido repartir los regalos a todos los niños del mundo.
Juan, Alberto y Cristina volvieron a sus casas muy contentos y esa noche durmieron muy tranquilos porque sabian que al dia siguiente ellos y los demás niños tendrían
sus regalos. Y así fue.
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XI Certamen Literario Escolar
Un día con mi abuelo
laura lis rodríguez
6° Primaria
Érase una vez una niña llamada Laura, a la que se le había muerto su abuelo.
Su madre, como la veía muy afectada le dijo:
—Pase lo que pase en la vida hay que seguir viviéndola. Ya sé que es una gran
pérdida la muerte de tu abuelo...
Como vio que Laura seguía con la misma cara le dijo:
—Vete a la cama, necesitas descansar, mañana hablamos. Se fue a la cama y
estuvo despierta pensando en las palabras de su madre. A las 2:00 estaba a punto de
dormirse pero llamaron a su ventana.
Laura, nerviosa, levantó la persiana y abrió la ventana. Era una princesa llamada
Palipantis, y como sabía lo que le pasaba a Laura le dijo:
—Hay una forma de subir al cielo y estar un día con la gente querida que ha
muerto. ¿Te gustaría subir?
Cuando lo oyó, Laura parecía como si nunca hubiera estado triste y dijo que sí.
Palipantis le pegó en la camiseta una pegatina con forma de nube que ponía: ¡Visitante especial! Luego dieron un salto dándose la mano fuera de su ventana, y cayeron en
una nube gigante, y la nube empezó a subir lentamente. Cuando subieron ya muchísimo, la nube se paró y empezaron a saltar de nube en nube a una puerta gigante de oro
que ponía Venancio, (el nombre de su abuelo). —Aquí te dejo, que te lo pases bien.
Laura entró y vio a su abuelo Venancio sentado en un sillón leyendo libros. Cuando la vio dijo:
—¡Dios mio cariño, cuántos años, que bien que hayas venido! ¿Cuántos días vas a
estar aquí?
Y Laura desanimada dijo: —Un día.— Y Venancio dijo: —No pasa nada, en un día
se pueden hacer muchas cosas. ¿Qué quieres empezar a hacer?
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CEIP Pinocho
—Lo que tu quieras, yo no conozco este lugar.
Y Venancio decidió empezar por el parque de atracciones. Primero se montaron en
la noria gigante, ¡molaba mogollón! Una señora nos daba unos polvos mágicos y volábamos
hasta la cesta que queríamos. Subimos a la más alta y allí se veía todo, ¡era una hermosura!
Las nubes eran esponjosas, y señores y señoras muertos que vivían en el cielo leyendo libros, daban de comer a los animales. Cuando bajamos fuimos a un restaurante llamado: “Comida de nubes”. Yo comí unos espaguetis y mi abuelo marisco, dijo que no quería
perder las tradiciones de Galicia. Estábamos dando un paseo por el prado Hermositis.
Se iba acercando la noche y apareció Palipantis y dijo: —Ya es la hora de volver..., dile adiós a tu abuelo.
Nos dimos un abrazo y me dio un elefante pequeño con la trompa hacia arriba
¡era un elefante de la suerte! Venancio me dijo: —Cuídalo bien, será un signo para que
me recuerdes. Ella dijo: —Como si no me das nada, yo siempre te llevaré en lo más profundo de mi corazón. Palipantis le dijo:
—Agárrate a este paraguas—. Me agarré y bajé del cielo.
Cuando llegué oí una voz familiar, era mi madre que dijo: —¿Qué te ha pasado?
¡Te veo muy contenta!—. Y yo respondí: he soñado algo muy bonito.
Laura se levantó y vio en su mano el elefante que le había regalado su abuelo y
gritó: —¡Mamá, no ha sido un sueño, ha sido realidad!
Dedicado a mi abuelo Venancio.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Ramón Carande
XI Certamen Literario Escolar
Un mundo al revés
enma aranda polo
3° Primaria
Érase un mundo al revés...
Tan al revés como divertido, en el que los niños eran los mayores, y los adultos
eran como niños. Los perros, en vez de tener pelo tienen plumas, y los pájaros pelo. En el
que las mascotas sacaban a hacer pipí a sus dueños, mientras los papás juegan un rato en el
parque y nosotros, los niños, tenemos que ir a comprar, hacer la casa y también trabajar.
Y ésta es la historia de Irene, una niña muy especial que tiene que ir todos los
días al colegio a dar clase a los profesores, y pelear para que hagan los deberes y estudien un poquito más.
Irene salía siempre del cole soñando con ser más mayor y no tener que dar clase
ni ir a comprar, ni hacer la casa, ni trabajar. Ella cree que todo será más fácil cuando sea
mayor, porque a los mayores siempre les damos dinero y les compramos cosas. Los mayores se van antes a la cama, ¡ellos nunca tienen que hacer tantas cosas como nosotros!
Bueno... Ya me está entrando el sueño, tengo que dejaros para irme a descansar
después de un duro día de trabajo.
Después de 10 horas de sueño Irene se desperó y muy asustada gritó: —¡Mamá!,
¡mamá! ¿Quién tiene que ir al cole, tú o yo?
Y contestó su mamá, riéndose: —¡Pues tú!
—¡Mamá!, ¡mamá!— volvió a gritar —¿Quién va a ir a comprar?
—¡Pues yo!
—¡Mamá!, ¡mamá! ¿Y quién va a bajar a Triki y Petri a hacer pipí?
Y contestó su mamá: —Pues, yo hija, yo–. Y le dijo también su mamá: —Irene...
¿qué has soñado?
Irene se quedó pensativa, y dijo: —Pues mamá..., me parece que con “EL MUNDO AL REVÉS”.
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CEIP Ramón Carande
Los animales y yo
marta cordeero ruiz
4° Primaria
TENGO UN MONTÓN de figuritas de animales. Me gusta pasar el tiempo mirándolos, viendo sus detalles u sus formas. Cuando juego con ellos, me parece estar dentro
de su mundo y todo se hace realidad. Me voy, de la jungla al Polo Norte, a los desiertos y a los mares. Vuelo con las aves y nado con los peces. Camino con los elefantes,
pasado al lado de los leones, que me miran y me sonríen, juego con los conejitos y los
perritos, y les doy de comer.
Algunas veces huyo de los tiburones y me escondo de las serpientes, me dan “repelús”. Por la noche el buho me cuenta historias del bosque, y los ratoncitos se sientan
a mi lado con sus orejones de punta. Algunas veces me voy volando con las abejas y
jugamos con las flores. Después merendamos en la colmena llena de miel.
—¡¡¡Marta, vamos, que hay que hacer los deberes!!!— me dice mi madre.
—¡Jolín!, ¡qué rápido pasa el tiempo cuando juego con mis figuras de animales!—
Dejo su mundo y... a hacer los deberes. Mañana todo vuelve a empezar.
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XI Certamen Literario Escolar
Viaje a la Isla Mágica
mario díaz juanas
5° Primaria
Esta es la historia que cuenta el viaje del Capitán TarGard, en su barco “El
Tiburón Rojo”, a la isla perdida que llamaban “Isla Mágica”.
El Capitán TarGard, un pirata muy temido en todos lo mares, era un hombre
con pelo y barba blanca; con un ojo de cristal de color rojo y que, al contrario de otros
piratas que tenían pata de palo, el Capital TarGard la tenía de cobre brillante. Era un
hombre que con sólo verle daba miedo.
Su barco, “El Tiburón Rojo”, tenía tres mástiles con más de treinta velas; y cuarenta cañones a cada lado. Se llamaba así porque era de color rojo y en su parte delantera tenía la forma de un tiburón.
Todo empezó cuando el Capitán TarGard y tu tripulación decidieron encontrar la
“Isla Mágica”, un sitio donde decían que se podía vivir toda la vida.
En el primer día de viaje, la tripulación hizo una fiesta para celebrar que iban a
buscar la “Isla Mágica”. Comieron y bebieron hasta que no puedieron más, todos menos
el Capitán TarGard que estaba en su habitación mirando los mapas.
Al día siguiente, todos los piratas estaban enfermos y sin ganas de trabajar; a
unos les dolía la tripa y a otros la cabeza. El Capitán TarGard se enfadó mucho y les
gritaba que se levantasen para poder conducir el barco en dirección a la “Isla Mágica”.
Como no se levantaban, tiró al mar a cinco piratas para que los demás se levantaran y
continuaran hacia la isla.
Al día siguiente, algunos de los piratas se habían marchado del barco porque
tenían miedo al capitán, los demás se quedaron. Algunos de los piratas siguieron comiendo y bebiendo, y el capitán los tiró a los tiburones. Y cada vez eran menos piratas
y cada vez tenían más miedo.
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CEIP Ramón Carande
Pasaron varios días sin que pasara nada malo, pero algunos piratas no aprendían
y decidieron hacer una nueva fiesta porque se aburrían. Una vez más el capitán se enfadó mucho y tiró a más piratas al mar. Cada vez quedaban menos piratas; de cincuenta
que empezaron, sólo quedaban veinte.
No faltaba mucho para llegar a la “Isla Mágica”, pero empezó a llover mucho,
tanto llovía que el barco empezó a llenarse de agua, y como había pocos piratas no les
daba tiempo a sacar el agua del barco, y empezó a hundirse y, entonces, fueron a motar en los botes, pero sólo quedaba uno, y el malvado capitán no dejó que ningún pirata
se montara, porque era muy pequeño. Y... los piratas, se ahogaron.
El capitán TarGard estuvo navegando durante cinco días pensando en lo que les
había hecho a los piratas. LLegó a la isla y se encontró con una sorpresa. Eran sus piratas. Y el capitán fue perdonado y los piratas dieron una gran fiesta, y el capitán se
quedó a vivir en paz con sus piratas.
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XI Certamen Literario Escolar
Los mejores hermanos
alejandro casas peces
6° Primaria
Érase una vez un niño llamado Pedro, que tenía seis años. Pedro era muy juguetón, pero últimamente se sentía solo y és se decía: “¡Ojalá yo tuviese una hermana!, así podría jugar con ella y pasarlo mejor”.
Un día, sus papás le comunicaron una excelente noticia: Pedro iba a tener una
hermana en unos tres meses. Al oírlo Pedro saltó de alegría y se dirigió corriendeo a su
habitación para vestirse y celebrarlo de la mejor manera posible..., saliendo al parque
con sus amigos para jugar un partidillo de fútbol.
Cuando acabaron el partido, llegó la hora de irse a cenar. Cuando llegó a su
casa, Pedro se sentó a cenar con su familia, y nada más acabar se marchó a dormir.
Pasó el tiempo y llegó el día. Pedro y su familia llegaron al hospital a las seis en
punto de la tarde. Una vez allí, Pedro y su papá se separaron de la mamá de Pedro, que
se dirigió a la sala donde, posteriormente, la iban a operar.
Seis horas después nació Clara, la nueva hermana e Pedro. Pero... hubo un problema, Clara era diferente a las demás, sus rasgos eran raros, su rostro no parecía
normal...
Poco después, los médicos les comunicaron que Clara tenía una discapacidad
mental. Al saberlo, sus padres se entristecieron mucho, pero también supieron que si
era así había que cuidarla al máximo.
Al día siguiente, a Clara ya se habían dado el alta médica, y nada más llegar, a
Clara le tocaba tomarse el biberón. Y, al verlo, Pedro vio que todas la atenciones eran
para Clara. Pasaban las semanas y veía que cada vez jugaban menos con él, y algunas
veces llegaba a pensar que incluso antes se divertía más. Un día sus papás pusieron a
Clara sentada en la alfombra del salón, y exclamaron:
—¿Por qué no juegas un poco con tu hermana?
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CEIP Ramón Carande
Pedro asintió con la cabeza. Fue perfecto.
Y finalmente Pedro cuidó de su hermana para siempre, y en todo momento supo
que tener un hermano es un regalo de la vida.
Y que a un hermano hay que querer, cuidar y proteger.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Seis de Diciembre
XI Certamen Literario Escolar
El niño de los tres pueblos
jorge domínguez diez
3° Primaria
Mis padres son de dos pueblecitos muy pequeños, Tagarabuena y Morales de
Toro.
Yo nací hace casi ocho años en Torrejón de Ardoz, un pueblo tan grande que
parece una ciudad.
Lo bonito de tener tres pueblos es que en todos ellos me siento como en casa,
porque no me considero forastero.
A los pueblos de mis padres vamos muchas personas en verano, y recobran una
vida que les falta en invierno. Allí viven mis abuelos, mis tíos y mis primos.
Mis padres ven a sus amigos de la infancia y recuerdan las travesuras que hacían
cuando eran como yo.
Ya en mi pueblo (que es muy grande y bonito) encuentro todo lo que un niño
desea. Estudio en un colegio en el que hay niños ¡no de diferentes pueblos, sino de diferentes países!, pero todos nos consideramos del mismo pueblo:
¡TORREJÓN DE ARDOZ!
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CEIP Seis de Diciembre
La isla encantada
JAIME GARCÍA MANZANO
4° Primaria
Érase una vez un joven pescador que era muy pobre. Un día salió a pescar en
barco y le ocurrió algo inesperado.
Ese día, el cielo estaba nublado, salió del puerto con el mar en calma, pero
cuando estaba en alta mar, le sorprendió una tormenta de mucho viento y lluvia.
El barco, con esta tormenta, se movía entre las olas de un lado para otro, tanto
que casi no aguantaba flotando.
—¡Socorro! ¡Socorro!—. El joven pescador pedía ayuda a voces, desesperado,
pero nadie podía oírle. Quería volver a casa, pero con esa gran tormenta no podía hacerlo.
Fue a parar a una isla que parecía desierta, pero para su sorpresa se encontró
con una joven de una edad similar a la suya, que le explicó que a ella le pasó algo parecido. Le llevó hasta su cabaña y le contó cómo vivía, lo que comía y cómo pasaba los
días. Y se fueron haciendo amigos.
“¡RIIIIIING!“. El despertador sonó y el pescador se levantó sobresaltado, y ¡cuál
fue su sorpresa al ver que estaba sentado en su barco!
Todo había sido un sueño.
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XI Certamen Literario Escolar
Peligro en la montaña
LAURA ÁLVAREZ RAMÍREZ
5° Primaria
Érase una vez tres chicas llamadas Paula, María y Elena. A las tres amigas les
gustaba mucho la montaña. Un día, decidieron ir a pasar el sábado a la Sierra de Navacerrada. Aquél día madrugaron y se levantaron a las 7:00 de la mañana, querían llegar
lo antes posible. Estaban muy contentas con el día que tenían por delante, se lo iban a
pasar genial. Estaban preparando las cosas principales para no tener ni frío ni hambre;
como, por ejemplo, ropa, zapatillas de montaña, bocadillos, agua, refrescos y fruta.
Por fin, llegaron a un pueblo de la sierra donde tenían pensado desayunar antes
de emprender la marcha hacia la cima. Paula era la única que sabía conducir, así que
condujo una hora y media. Como Paula estaba muy cansada de conducir se pararon a
descansar en una gasolinera; todavía les faltaban diez kilómetros para llegar. Por fin,
llegaron a la Sierra. Cogieron todo lo necesario y empezaron la marcha.
Mientras caminaban, vieron muchas señales para no perderse. Observaron muchos pájaros, insectos, plantas...; había mucha fauna y vegetación interesante. Estaban disfrutando mucho de la naturaleza; se lo estaban pasando tan bien que, sin darse
cuenta, no vieron la señal de “Prohibido pasar” y se fueron por otro sitio. Entraron en
una cueva y estaban muy asustadas.
No sabían qué hacer, iban andando en línea recta y, de repente, vieron una luz
como el Sol, que las deslumbra. María resbala y queda atrapada en un agujero entre
las rodas. María no contesta. Intentaron hablar por el móvil para pedir ayuda y no hay
cobertura. Decidieron separarse y buscar ayuda. Elena se quedó cerca de María y Paula
fue a buscar ayuda; sale de la cueva e intenta subir más alto para poder llamar. Por fin,
lo consiguió, y un equipo de rescate las localiza. Las llevaron en helicópero hasta un
lugar seguro.
Las tres amigas han aprendido que la montaña es un lugar muy peligroso.
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CEIP Seis de Diciembre
Cuando llegué a España
KLEVEr YAPO NIQUINGA
6° Primaria
Me llamo Klever, tengo 11 años y soy de Ecuador. Ecuador es un país muy bonito que está en la mitad del mundo. También hay una escultura my bonita que se llama
“PANESILLO”.
Yo vine a España a los tres años. Cuando llegué y vi ese aeropuerto tan grande
me sorprendí mucho, pero después, cuando salí a la calle no me gustó, porque no me
acostumbraba.
Después, al cabo de un tiempo, me fui acostumbrando. Me fui a vivir a Entrevías..., me gustaba pero no me llevaba bien con mucha gente. Allí fui al colegio Eduardo Rojo, era muy bonito, tenía amigos y los profesores eran buenos (algunos malos).
Después vine a Torrejón de Ardoz; aquí vivo ya hace cinco años y medio. Vivo en la
calle Madrid. Mi casa es bonita y me siento muy a gusto. Aquí estoy en el colegio Seis
de Diciembre. Cuando llegué a este cole tenía seis años.
Mi primer día me puse a llorar, pero cuando pasaron dos semanas ya me fue
acostumbrando y también hice muchos amigos.
El tiempo pasó y fui creciendo, y ahora estoy en 6º. Tengo muchos más amigos,
pero hay dos que son mis mejores amigos, que son Kevin y Juan Felipe. Entre los tres
nos apoyamos mucho.
En el recreo me gusta mucho jugar al fútbol y ahora estoy jugando en un equipo
que se llama “Torrepista”. Es un equipo bueno, aunque a veces perdamos, pero me
siento bien en ese equipo.
Yo extraño mucho mi país, pero lo que más extraño es a mi familia, que se encuentra allí. Aunque, por otra parte, España también me gusta.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Severo Ochoa
XI Certamen Literario Escolar
Las alas del ciempiés Tino
natalia vaquero rubio
5° Primaria
Tino era un ciempiés pequeño y asustadizo que vivía en un bosque muy lejano
lleno de flores de lindos colores y de árboles repletos de frutos. Aunque tenía muchos
amigos se sentía triste por no poder volar cómo las alegres mariposas y las vistosas libélulas que visitaban el bosque en el que vivía. Cansado de la vida que llevaba, quería
hacer cosas diferentes.
Cierto día sus amigos los escarabajos, al darse cuenta de lo triste que estaba y
de que nada le animaba, intentaron ayudarle. Dedicieron visitar al Hada Multicolor del
bosque de colores para contarle la historia del pequeño ciempiés. El hada les concedió
el deseo y a Tino le crecieron alas.
El ciempiés se puso muy contento con sus alas nuevas y por poder ver el bosque
desde arriba. Nunca había visto nada igual. Volaba y volaba sin parar, acercándose a las
nubes blancas del cielo. ¡Era fe liz!
Pero las cosas no salieron como él pensaba. Un día empezó a soplar mucho viento, arrastrándole lejos de su bosque y de sus amigos. Entonces sintió miedo y echó de
menos estar en el suelo. Se arrepintió de haber querido ser distinto y, aunque le había
gustado la aventura, pidió de nuevo volver a ser el pequeño ciempiés que se arrastraba
por la tierra.
El Hada Multicplor lo escuchó y volvió a concederse este nuevo deseo. Desde entonces vivió feliz tal y como era, disfrutando de las pequeñas cosas que siempre había
hecho junto a sus amigos.
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CEIP Severo Ochoa
El niño aburrido
álvaro bueso carrasco
5° Primaria
Esta es la historia de un niño que siempre estaba aburrido. Su madre y su
padre le decían que jugara con los demás niños, que se lo iba a pasar muy bien, pero al
rato venía diciendo —“¡Me aburro!”.
Sus padres le regalaban muchos juguetes casi todos los días, pero el niño no se
entretenía con nada, todo le parecía una tontería y siempre acababa diciendo —”¡Me
aburro!”.
Cuando llegó la navidad el niño escribió una carta a los Reyes Magos de dos páginas llenas de juguetes de todas clases; todo lo que veía se le antojaba y lo ponía en
su carta a los Reyes. El día 6 de Enero su casa parecía un parque infantil; todo estaba
lleno de cajas con juguetes; no tenía espacio ni para poder usarlos. Sus padres se pasaron el día entero montando piezas, haciendo puzzles, jugando a carreras de coches,
aprendiendo a usar la Nintendo y la Wii, prácticando juegos de mesa...; y todo para poder entretenerle; pero, al final del día, sus padres le preguntaron que qué tal lo estaba
pasando y él contestó: —“¡Me aburro!”.
Sus padres le miraron con cara de enfadados, pero no le dijeron nada a él, solamente se fueron a hablar entre ellos a su habitación.
Cuando salieron, sin decirle nada a su hijo, empezaron a recoger sus juguetes
y a meterlos en cajas. Los amontonaban en la puerta de su casa y, cuando ya estaban
todos recogidos, su padre empezó a bajarlos a la Iglesia que estaba al lado de su casa,
hasta que no quedó nada para poder jugar.
El niño lloró y lloró durante toda la noche y durante todo el día siguiente, hasta
que, al final, juró no volver a estar aburrido nunca más. Sus padres le abrazaron y jugaron con él al “pilla-pilla”.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Uno de Mayo
XI Certamen Literario Escolar
La perrita perdida
MARINA SANZ GARCÍA
3° Primaria
Érase una vez unos niños que tenían una perrita llamada Perlita. La perrita era
un cachorro que tenía un gran y hermoso lazo de color púrpura y era muy juguetona.
Un día, los niños, su mamá y su perrita fueron de compras a un centro comercial
y entraron a una tienda de animales. A la perrita le compraron una nueva correa y una
pelota nueva.
Pero una día ocurrió algo inesperado: la perrita fue corriendo hasta la salida del
centro comercial, los niños y su mamá fueron a perseguirla para cogerla, pero no lo consiguieron. Entonces, la mamá dijo: —¡Pobre perrita! Y pasaron varias horas buscándola.
Se alimentaba de lo que encontraba en la basura. La pobre perrita no paraba
de llorar. Pero un día encontró a un perrito llamado Kiko, se hicieron amigos y jugaron
juntos.
FIN.
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CEIP Uno de Mayo
Los Reyes Magos
nuria nuero gutiérrez
4° Primaria
Era 5 de Enero, Noche de Reyes, la noche de la magia y la ilusión, y Nuria,
como todos los niños, esperaba muy nerviosa la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar...
—¿Les habrá llegado la carta a tiempo?— Se preguntaba.
Esa tarde había salido, junto con su hermana Cris y sus padres, a ver la Cabalgata y entre las dos habían cogido montones de caramelos.
Casi sin cenar Nuria se fue a la cama muy temprano, imaginando los regalos que
abriría a la mañana siguiente.
—¿Me traerán todo lo que he pedido?— Se volvió a preguntar justo antes de dormirse.
Pero esa noche Nuria se despertó, se levantó y fue al salón..., y... ¡Allí estaban
los Reyes, tomando whisky y comiendo turrón! Al verla, le preguntaron si había sido
buena, y Nuria, casi temblando, contestó que sí. Entonces sintió un golpe en el hombro,
se volvió y vio a su hermana Cris, que le decía:
—¡Nuri, han venido los Reyes! ¡Despierta, vamos a ver qué han traído!
Ya era de día y todo había sido un bonito sueño...
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XI Certamen Literario Escolar
El Teatro Encantado
Elena pozo villar
5° Primaria
Érase una vez un grupo de niños que estaban en un pueblo y, desgraciadamente,
eran pobres. Se llamaban Daniel, Raúl, Álvaro, Sofía y Sara. Les gustaba mucho actuar.
Un día vieron un periódico que estaba en el suelo y se enteraron de que habían cerrado
un teatro cerca de allí. ¡Era su oportunidad!, pero... aun así, lo estuvieron pensando: era
un teatro viejo pero famoso, y si lo habían cerrado, había sido por algo; además no tenían
nada para pagarlo, ¡y no se lo iban a dejar a unos niños!, y menos pobres.
Al día siguiente estaban impacientes, porque habían llegado a la entrada y podían
colarse, pero el más listo, Álvaro, no quiso hacerlo, porque eso estaba mal. Le dio la razón
Raúl; Sofía, Sara y Daniel acabaron convenciéndoles. Ya dentro, a las chicas les dio un poco
de repelús. El más valiente, Daniel, se subió al escenario, y muy estirado y con la cabeza
bien alta, actuó como si fuera un profesional. Cuando Raúl y Sara se disponían a subir, oyeron un ruido. Estaban aterrorizados y empezaron a investigar. No vieron nada, y como ya
era tarde, se fueron. Ellos, siendo optimistas, creyeron que había sido por su antigüedad.
Al día siguiente volvieron a colarse, pero esta vez les vio una mujer que era, por
suerte, muy amable con todo el mundo, ¡menos mal! Les dijo que el teatro estaba cerrado y no podía entrar nadie por seguridad.
—¿Por seguridad?
—Sí, lo que habéis oído—. La mujer les dijo que el teatro estaba encantado por
unos monstruos que vívían y viven allí. Los niños no la hicieron mucho caso, pero la invitaron a ver su obra de teatro. Esa noche habían estado ensayando. La mujer, que se
llamaba Mercedes, no pudo negarse. La obra trataba de una princesa y su hermana, que
estaban en un palacio, y aparecía un brujo, que las hechizó. Dos caballeros muy apuestos las salvason y se casaron.
Al terminar, oyeron otra vez ese ruido; eran como aplausos misteriosos. Buscaron y, de repente ¡se les presentaron unos monstruos! Les dieron un susto de muerte...;
pero ellos eran monstruos buenos y cariñosos. Les dijeron a los niños que lo hacían ge-
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CEIP Uno de Mayo
nial y querían ver sus obras. Mercedes resultó ser la dueña del teatro y dejó a los niños
hacer allí sus obras de teatro y una casas escondidas para los monstruos.
Los niños estaban contentísimos y al tercer día prepararon una obra e invitaron a
todo el mundo. Mercedes hasta preparó el decorado y les presto a los niños ropa nueva.
Todo el mundo disfrutó de la función, incluidos los monstruos desde sus escondites.
La obra de “El Teatro Encantado” fue todo un éxito.
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XI Certamen Literario Escolar
Carolina y las peonzas
VICTORIA SANGUINO OVIEDO
6° Primaria
Un día, Carolina, una niña de once años que pasaba por el pueblo Campillo
de la Jara, iba pendiente de dónde y cómo pisaba. A su paso encontró una cometa que
llamó Cometín, la guardó en su mochila y prosiguió su paseo. Más tarde, encontró en el
suelo un cochecito, al que llamó Minicar, que estaba junto a una cometa normal. Cada
vez le hacía más ilusión seguir su paseo. Quince minutos después encontró un diamante
de plástico multicolor.
Se estaba haciendo de noche y debía regresar; se dio media vuelta y volvió a su
casa por otro camino distinto, para seguir buscando objetos. Vio dibujada una cobra en
el suelo con un colgante de pasta en el centro que tenía la misma forma de la cobra.
Después encontró un fósil azteca que se quedó mirando un rato.
Más tarde, al final del camino divisó a dos niños jugando con unas peonzas de
madera. Se presentaron y se hicieron amigos.
—Yo me llamo Orión y tengo cuatro peonzas.
—Yo me llamo Simón, prefiero llmamarme Spider, y tengo tres peonzas.
Carolina se despidió de sus amigos y regresó a su casa. Ya en ella, mientras su
madre preparaba la cena, Carolina le explicó a su padre todo lo que le había ocurrido
y lo que había recogido. Su padre, que era inventor, le preguntó a su hija el nombre de
todas y cada una de esas piezas.
Carolina contestó con mucha rapidez: —¡Cometín, Minicar, Cometa, Diamante, Cobra, Azteca!... Y, además, he conocido a dos niños muy agradables llamados Orión y Spider.
Su padre decidió hacer uno o varios inventos con esos nombres. Al día siguiente
su padre viajó a México para fabricar el invento que había pensado mientras dormía.
Tenía pensado fabricar unas peonzas mucho mejores que las de madera, con
una cuerda mucho más fina, y con los nombres de: “Cometín”, la peonza más pequeña;
107
CEIP Uno de Mayo
“Minicar”, la segunda más pequeña; “Cometa”, la peonza básica; “Diamante, la peonza más brillante; “Orión”, la pelota de un color opaco; “Cobra”, con el dibujo de una
serpiente y de varios colores transparentados; “Azteca”, con dibujos de origen azteca;
y “Spider”, la que mejor rueda y con arañas y telarañas dibujados en ella. Más tarde,
inventaron la “Tornado”, que era parecida a la “Diamante”.
Al principio cada peonza era de un solo color. Pero, más tarde, eran de varios;
¡las había incluso fosforescentes!
El padre de Carolina le traía desde México muchas peonzas para que jugara con
sus amigos Orión y Spider. Con ellos solía hacer competiciones, se lo pasaban bomba. Y,
de vez en cuando, paseaban por los caminos del pueblo, para seguir buscando objetos.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
Vicente Aleixandre
XI Certamen Literario Escolar
La “letra fea”
sergio sáez brox
3º Primaria
En el abecedario, la letra “e” estaba cansada de ser como era; por eso, estaba
triste. Era bajita, redonda, como si estuviera gordita. No le gustaba como sonaba cuando
los niños la pronunciaban, porque decía que se pía muy poco su nombre, y los niños del
colegio, al escribirla, se reían, porque se acordaban de algo gordito y pequeño, como si
fuera una canica que podía ir rodando por las líneas del cuaderno; y eso a la letra “e” le
enfadaba mucho. Pero lo que más le enfadaba de todo lo que decían los niños era que la
llamaran “la letra torcida”, como si fuera una cuchara vieja y retorcida que se deja en el
cajón, se llena de polvo y que nadie la utiliza porque no sirve para nada.
Ella se sentía muy triste cuando decían eso, porque pensaba que los niños no querían ser sus amigos y no les gustaba cuando la leían. Ella soñaba con ser una letra más importante. Quería ser como la “l”, a la que los niños querían mucho, porque al pronunciarla
sonaba mucho más fuerte y parecía que se divertían al llamarla, como si se estuvieran riendo. Ella también quería ser una letra alta, subirse por encima de las líneas del cuaderno,
como su fuera un capitán que manda en todos los demás. No quería ser gordita; le gustaba
ser delgada y más bonita. No quería seguir siendo una letra tonta y con tampoco significado, por eso pensaba que si se iba del abecedario nadie se acordaría de ella, porque a casi
nadie le gustaba, y que no iba a pasar nada si ella no aparecía junto a las demás letras.
Un día, un niño, al escribir los deberes en un cuaderno, puso la palabra «elefante»
y no utilizó la “e”, porque ya no existía. Entonces, las demás letras se dieron cuenta de
que no sonaba bien. Los niños no podían leer bien esa palabra; no sabían qué significaba,
y las demás letras rápidamente fueron a buscarla, porque se dieron cuenta de que no se
podía leer. De pronto, la letra “e” se dio cuenta de que era importante. Nada significaba lo
mismo si ella no estaba. Las demás letras le dijeron que volviera, que la querían y la necesitaban. Entonces ella comprendió que daba igual que fuera más fea o más guapa, más alta
o más delgada, porque era tan necesaria e importante como las demás, que todas juntas
forman el abecedario y que todas ellas son neccesarias para que los niños puedan leer bien.
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CEIP Vicente Aleixandre
La abeja mala
raquel gómez casal
3° Primaria
Érase una vez una abeja llamada Miriam. Vivía en una colmena con sus compañeros.
Miriam era una abeja mala, siempre hacía bromas muy pesadas y era poco trabajadora. Todas las abejas estaban hartas de ella, y decidieron echarla.
La abeja se fue muy triste a la ciudad. Allí encontró a una mariquita llamada
Raquel. La abeja Miriam se acercó a la mariquita y le dijo:
—¿Quiéres ser mi amiga?
—¡Vale!, pero primero tengo que conocerte mejor.
Después de unos días se hicieron amigas. Un día, la abeja le hizo una broma muy
pesada a Raquel: la había empujado a un charco. La abeja creyó que se estaba ahogando y la ayudó a salir del charco. La mariquita se enfadó con ella.
Otro día, un señor cogió a la mariquita, la abeja se dio cuenta y fue a ayudarla.
Miriam picó al hombre en la mano y Raquel consiguió escapar y le dio las gracias.
Miriam le pidió disculpas a Raquel, se había dado cuenta de que la amistad es
importante.
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XI Certamen Literario Escolar
El museo de Ciencias Naturales
paula lozano vidal
4° Primaria
Fuimos al museo en tren, con unos amigos. En el museo vimos muchos animales
disecados y vimos un esqueleto de dinosaurio y minerales.
En el museo puedes encontrar peces de todos los tipos: mamíferos, mamíferos
acuáticos, reptiles, aves... Y, después, había lanzas, collares...
Me gustó mucho en general, pero lo que más me gustó fueron los monos que estaban colgados de las ramas. Lo más grande que vi fue un cocodrilo y una jirafa.
En la sala de los dinonaurios no nos dejaron entrar porque estaba con reformas,
pero vimos un esqueleto de un velociraptor.
En la sala de minerales había de todos tipos; eran preciosos y además había una
roca de cuarzo que por dentro tenía una especia de cristal.
Me ha encantado todo el museo. Pero no sé por qué le ponen de nombre “El museo de Ciencias Naturales”, porque más que “ciencias”, hay animales...
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CEIP Vicente Aleixandre
Beba, el cachorro
MARCOS PESADO RODRÍGUEZ
4° Primaria
Era martes por la mañana, hacía mucho frío y tenía que ir al colegio. Me asomé
por le ventana y, aún con sueño, vi el parque vestido de blanco ¡¡¡No podía creerlo,
había nevado!!!
Mi madre entró en la habitación y me dijo que no había colegio porque se habían
suspendido las clases. Después de desayunar, mi madre me dijo que podíamos comprar
un trineo para jugar en la nieve. Nos pusimos los guantes y las bufandas y nos fuimos
a comprar. Estuvimos en dos o tres tiendas buscando el trineo. ¡Al fin lo encontré! Un
trineo rojo y azl, ¡ya me podía ir a jugar!
Me subí al trineo y me baje por una pendiente. ¡Qué divertido!
De repente oí un ruido que parecía un niño llorando. Fui hacia la fuente y, detrás, me encontré un cachorro abandonado. Estaba sucio y tenía frío. No me lo pensé y
me lo llevé a casa. Desde entonces, no nos hemos separado.
Beba es mi mejor amiga.
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XI Certamen Literario Escolar
El “Parque Europa” de mi pueblo
belén morante gutiérrez
5° Primaria
Está situado en Torrejón de Ardoz (Madrid). Se inauguró en septiembre de
2010 por el Alcalde y representantes de varios países de la Unión Europea, con la asistencia de mucha gente. Acabó con un gran espectáculo de las Fuentes cibernéticas
junto con fuegos artificiales. El parque es muy grande y tiene monumentos de varias
ciudades europeas. Los más importantes son: La “Puerta de Alcalá”, la “Puerta de
Brandenburgo”, la “Fontana di Trevi”, el “David” de Miguel Ángel, la “Torre Eiffel”, el
“Teatro Romano”, el “Puente de Londres”, la “Torre de Belém”, la “Plaza Mayor” (Madrid) y el reloj de la “Puerta del Sol”.
Hay una plaza que tiene todas las banderas de los países de la Unión Europea.
Se llama “Plaza de Europa”. Hay un camino que recorre enterito el parque; se puede ir
caminando o en bicicleta.
Hay zonas de recreo como parques infantiles, tirolinas, tiro con arco, barcas
para navegar por el lago y un laberinto. También encontramos zonas de descanso, donde la gente puede descansar o tomar algo.
Yo recomiendo a todo el mundo este parque para pasar el día, porque cuando
estás en él parece que estás en un mundo de fantasía.
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CEIP Vicente Aleixandre
Huancata
julia gonzález pastor
5° Primaria
Había una vez una niña llamada Mara. Vivía en un pueblo de África conocido
como Catabola. Eran pobres, por ello todos los días tenían que recorrer 20 kilómetros
para llegar al pozo del pueblo más cercano, llamado Huambo y así poder conseguir agua.
En Catabola la gente se moría de sed y de hambre, pero un día a Mara se le ocurrió una idea: que el pueblo rico y su pueblo se uniesen.
A la mañana siguiente, Mara preguntó por todas las casas de Huambo:
—¿Queréis uniros a mi pueblo?—.
Casi todos dijeron que no. La niña volvió a su pueblo triste y cansada. Cuando
llegó, vio que todos los habitantes habían hecho un agujero enorme por si llovía. Al día
siguiente hubo unas lluvias torrenciales, pero en Huambo no llovió y tuvieron que pedir
agua a Catabola. Todos los habitantes del pueblo se negaron, pero Mara les enseñó que
no había que comportarse igual que ellos. La niña les dio cinco barriles de agua para todo
el pueblo.
Los habitantes de Huambo se lo agradecieron tanto que les dejaron irse a vivir
a su pueblo. Allí se hicieron sus casas para protegerse, sus huertos y granjas para tener
alimentos con los que alimentarse... Como no tenían lavadoras, se acercaban al río para
lavar la ropa y bañarse.
En poco tiempo, Huambo creció tanto que se juntó con Catabola, formando un
solo pueblo llamado Huancata, donde no hubo más hambre y sed.
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XI Certamen Literario Escolar
La gran aventura
Isaac Garrido Rodríguez
6° Primaria
Érase una vez cinco amigos que se llamaban: Juan, Lucas, Marcos, Luis e Isaac.
Eran los mejores amigos del mundo; si no jugaban al fútbol era al escondite, y se pasaban
así todas las tardes, en especial las de verano. En el mes de julio se fueron a un campamento todos juntos a los Pirineos y Conocieron a muchos chicos de su edad. Siempre se lo
pasaban bien y practicaban muchos deportes, también hicieron un pasaje del terror.
Un día, salieron de marcha a la montaña, y el grupo de amigos se perdió al atardecer. Los monitores del campamento les buscaron durante dos horas y, al no encontrarles, avisaron a la Guardia Civil.
Los amigos trataron de orientarse y encontrar el camino, pero no lo encontraban, estaban caminando en círculos. Al caer la noche, por casualidad, encontraron una
cueva; hicieron fuego frotando palos, como habían aprendido en el campamento. Como
llevaban bocadillos y fruta en las mochilas cenaron un poco y decidieron administrar la
comida por si tardaban mucho en encontrarles.
Cogieron las linternas y fueron a explorar la cueva, ya que era muy grande y
profunda. Encontraron un manantial y, de repente, escucharon voces de dos hombres
discutiendo. Se asustaron y se escondieron. El más valiente de los amigos, Marcos, se
acercó en silencio para ver quiénes eran y escuchar mejor lo que decían. Al acercarse,
vio a dos tipos con una pinta sospechosa, estaban hablando del botín del arraco a un
banco, que habían escondido en esa misma cueva.
Marcos volvió para contárselo a sus amigos y decidir qué hacer. Entre todos decidieron que esos tipos podían ser muy peligrosos, decidieron vigilarlos por turnos para
averiguar dónde tenían escondido el dinero del atraco.
Al amanecer, Juan y Lucas salieron de la cueva para buscar ayuda, el resto del
grupo se quedó haciendo guardia. Juan y Lucas fueron dejando marcas en los árboles
para no desorientarse. Al poco tiempo escucharon el sonido de un helicóptero y supie-
117
CEIP Vicente Aleixandre
ron que les estaban buscando, empezaron a silbar y a gritar para que les escucharan.
Después de un buen rato escucharon a lo lejos como les llamaban por sus nombres. Al
acercarse a las voces, comprobaron que eran un grupo de la Guardia Civil con perros.
Los chicos, nerviosos corrieron a su encuentro y les contaron lo que sucedía en
la cueva. Los guardia civiles les contaron que habían robado varios bancos por la zona y
que los atracadores eran muy peligrosos.
Siguieron las marcas que habían hecho en los árboles y llegaron hasta la cueva.
Sin hacer ruido, llegaron hasta donde estaba el resto de los amigos, les sacaron de la
cueva, y la Guardia Civil, tras un tiroteo, consiguió detener a los atracadores.
Al grupo de amigos les llevaron de vuelta al campamento, todos se abrazaron y
los padres que habían ido hasta allí, lloraban de alegría.
Al día siguiente, como era el último día de campamento, hicieron una gran fiesta, y la Guardia Civil les condecoró con una medalla a cada uno por su gran valentía.
Al regresar a su barrio, Isaac, dijo:
—Tendremos que pensar donde vamos el año que viene, porque esta aventura
será dificil de superar.— Todos se rieron.
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XI Certamen Literario Escolar
El tesoro del colegio
lucía gonzález matas
6° Primaria
Un día, en el colegio Vicente Aleixandre, Juan buscaba un libro en la biblioteca,
pero no encontraba nada interesante. Cuando ya se iba a ir se fijó en la esquina de una estantería que tenía mucho polvo, se acercó y encontró un libro muy antiguo, lo abrió y dentro había un mapa. Pronto comprobó que eran las instrucciones para encontrar un tesoro;
salió corriendo a buscar a sus amigos, que eran: Carlos, María y Rocío. Cuando Juan les enseñó el mapa se quedaron pasmados. María que era muy aventurera propuso quedar al día
siguiente, en la hora del patio, para buscar el tesoro; organizo a cada uno de los amigos.
Por la mañana todos estaban muy nerviosos; Carlos había llevado unas palas,
que utilizaba su madre para el jardín, María unas linternas, Juan unos cascos y Rocío un
botiquín, es que es un poco miedosa. Lo primero que había en el mapa era un acertijo:
“Si el tesoro queréis buscar 1.450 pasos debéis dar antes de llegar a la salida”.
Ninguno entendió desde dónde debían dar los pasos. María se fue a dar un paseo
para pensar, y llegó hasta la puerta de salida y al girar se dio cuenta de que para llegar
a la puerta de salida debes partir de una entrada. Salió corriendo a donde estaban sus
amigos y empezaron a contar los pasos desde la entrada del colegio. Contaron los pasos
y empezaron a cavar.
Cavaron muy hondo y no encontraron nada, entonces Rocío se dio cuenta de que
había otra entrada en el colegio. Fueron hasta allí, volvieron a contar los pasos y otra
vez volvieron a cavar; encontraron un paquete envuelto en el que decía:
Sólo me podéis abrir si este acertijo adivináis…
“
¿Qué instrumento se puede oír pero no tocar?”
Ninguno sabía a que instrumento se refería, pero, por fin, Carlos se dio cuenta
de que el único instrumento que se podía oír pero no tocar es la “voz”. De repente el
paquete se abrió, dentro había una llave y había una nota:
“El tesoro cerca está, pero si lo queréis encontrar en la biblioteca tendréis
que buscar”.
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CEIP Vicente Aleixandre
Salieron corriendo hacia la biblioteca y empezaron a buscar, aunque no sabían
qué tenían que buscar. No encontraron nada, entonces Carlos preguntó a Juan, que
dónde había encontrado el libro antiguo. Juan los llevo hasta la estantería, miraron
muy bien y encontraron una nota:
“Bien, la última pista tenéis, pero para llegar al tesoro solamente tendréis
que encontrar una hoja dorada”.
En la misma estantería Rocío vio un libro con las hojas doradas y al irlo a coger,
una trampilla secreta se abrió.
No había mucha luz, pero se podía ver un pasadizo, María saco las linternas y se
metieron dentro. El pasadizo era como un laberinto, con varias salidas y entradas, por
lo que decidieron probar por la entrada de la derecha. Caminaron unos cuantos minutos
y encontraron tres puertas: una era de color cuero, otra de color verde y otra de color
morado; Juan se acordó de que el paquete en el que estaba la llave era de cuero, por
lo que entraron por esa puerta. En la habitación, en el suelo y en una esquina, había
un cofre, María con mucho cuidado se acerco y con la llave abrió el cofre, dentro había
juguetes para mucho niños.
Juan, Carlos, María y Rocío repartieron todos los juguetes con los niños del cole.
A partir de esta aventura decidieron formar un club: “Los Sali-pistas”.
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Colegio de Educación
Infantil y Primaria
La Zarzuela
XI Certamen Literario Escolar
Un día de invierno
IRENE BOBILLO PINTO
3° Primaria
Un día de invierno, Marta y su amigo Alberto estaban en casa de Marta y empezó
a nevar. Se tomaron un chocolate caliente y cuando dejó de nevar salieron a jugar con
las bolas de nieve.
Luego hicieron un muñeco de nieve.
Después empezó a hacer mucho frío y se metieron en casa, estuvieron hablando
de lo bien que se lo pasaron.
Cuando ya salió el sol, la madre de Alberto vino a buscarle.
Marta, cuando se fue a la cama miró por la ventana y el muñeco ya no estaba.
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CEIP La Zarzuela
Mi ardilla llamada Rayas
gonzalo fernández
3° Primaria
Mi ardilla se llama Rayas, es bonita, simpática y muy buena. Es de color marrón clarito y con rayas en la espalda.
Nació en Corea del Norte, hace un año me la regalaron mis padres para mi cumple. Vive en una jaula muy grande, con un tronco dentro para que escale, y con una
caja con heno para que duerma en invierno.
A Rayas le gustan mucho los frutos secos; como la castaña, las nueces y las bellotas.
Me gusta mucho sacarla de vez en cuando al pasillo y darle de comer en la mano.
Cuando hay que limpiar la jaula, mi padre me ayuda; mientras yo la entretengo
para que no se escape.
El año pasado me la llevé al cole para enseñársela a mis amigos. Se lo pasó muy
bien conociendo mi colegio.
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XI Certamen Literario Escolar
Un día en la nieve
sandra almarcha
4° Primaria
Hoy he estado con mi amiga en la nieve, con sus padres y con sus primos.
Nos hemos deslizado por la montaña, que estaba cubierta de nieve. Yo, la mayoría de las veces, me deslizaba sin el trinero a medio camino.
Mi amiga, su prima y yo hicimos un muñeco de nieve y le pusimos una zanahoria;
pero luego vino su prima (porque mi amiga le iba a hacer una broma), se cayó y destrozó el muñeco de nieve. Pero tuve un pequeño accidente: que me había dado con un
niño pequeño y su padre.
Comimos croquetas, patatas y, de postre, unas natillas caseras ¡que no se parecían nada a unas natillas!
¡Me lo pasé genial ese día!
Pero no pudimos montar en el telesilla.
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CEIP La Zarzuela
Las brujas y los niños
ADRIÁN POBO ÁLVAREZ
4° Primaria
ÉRASE UNA VEZ, en un pueblo muy pequeñito, una bruja buena y otra mala.
La bruja buena daba chuches a los niños y les ayudaba, pero la bruja mala hacía
todo lo contrario: les quitaba las chuches, escondía sus bicicletas, rompía sus cabañas...
Una vez, unos niños fueron a casa de la bruja buena; llorando le contaron que la
bruja mala había puesto el agua de la piscina de color verde y muy sucia. La bruja buena
les dijo: —¡Chicos, tenemos que detener a la bruja mala!
Y ellos dijeron: —¡Vale!
Todos juntos se fueron a la casa de la bruja mala. Una vez allí, las brujas hicieron una guerra de magia. La bruja buena hizo unos hechizos para que la bruja mala se
durmiera, pero la bruja mala los esquivó.
A las brujas no les gusta el agua y los niños, viendo un cubo lleno de agua se lo
lanzaron (¡el agua, claro!) y la bruja mala se deshizo.
Todos se quedaron muy sorprendidos y gritaron: —¡Ganamos!—. Pero la bruja
buena, para que no volviera nunca más, hizo un conjuro. Todos los niños, junto con la
bruja se agarraron de las manos y la bruja buena gritó:
—”Culebrillas de la pradera, gusanitos del lugar, mariposas de la senda, llevaros
a esta bruja y no la dejéis volver jamás”.
Desde entonces, la bruja buena y todos los niños de Horcajuelo de la Sierra vivieron gvelices y comieron muchas chuches que les dio la bruja buena.
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XI Certamen Literario Escolar
Encontrando la felicidad
IRENE LÓPEZ GARRIDO
5° Primaria
Lucía, una niña de 7 años, de pelo castaño y pecosa, cada vez veía a sus padres más tristes; y un día les preguntó: —¿Qué os pasa? ¡Os veo muy tristes!
Sus padres no le contestaron nada. Preguntaron a sus vecinos, amigos..., y
también le contestaron lo mismo. Y ella, como estaba muy preocupada se fue a pueblos muy lejanos a encontrar la felicidad de su pueblo. Encontró un sitio llamado Larsol, y sus habitantes le dijeron que había una bruja que podía conseguir deseos. Fue
hasta ella y le pidió la felicidad de su pueblo.
La bruja le dijo que si quería la Caja de la Felicidad, su pueblo tendría que
reírse todos los días para que su pueblo no perdiera otra vez la felicidad.
Lucía cogió la caja y se fue a su pueblo. Como había estado tanto tiempo fuera, ya era Navidad, y cuando fue a su casa sus padres estaban preocupadísimos. De
pronto, Lucía abrió la caja y, de repente, sus padres se empezaron a reir.
Cuando oyeron esas risas se contagiaron, y todos los vecinos se empezaron a
reir sin saber por qué. Parecía el pueblo más feliz del mundo.
¡Esas fueron las mejores navidades desde hacía mucho tiempo!
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Colegio
Alba
XI Certamen Literario Escolar
Los canguros de colores
beatriz vaamonde garrido
3° Primaria
Había una vez un canguro llamado Esteban. A esteban le gustaba hablar con la
gente, vivía en una ciudad de canguros llamada Cangurolandia. En Cangurolandia los
canguros vivían contentos y felices, porque la ciudad era muy tranquila.
A Esteban se le ocurrió aprender idiomas, porque como le gusta tanto hablar con
la gente, cuando se vaya de viaje fuera de su país, podría hablar con todo el mundo. Decidió Esteban viajar primero a China, entonces se fue a una academia, donde enseñaban
chino. Al entrar en la academia, Esteban notó algo raro en los canguros que allí había.
—“¿Qué les pasa a estos canguros?”—, pensó Esteban; los demás canguros se miraron con
cara muy extraña, hasta que Esteban se dio cuenta de lo que pasaba: los otros canguros
eran todos azules, pero Esteban era marrón. Cuando Esteban salió de la academia miró
la puerta y leyó: “Academia de chino Canguazul”. Entonces pensó: —“¡Qué rara es esta
academia...! tanto azul, tanto azul..., no me gusta, mejor me voy a otro lugar”.
Esteban su puso a andar por la calle y penso: —“Me voy a un centro comercial,
porque allí puedo hablar con la gente”—. Antes de entrar miró el cartel que había en la
puerta, y estaba escrito: “Centro Comercial Cangunaranja”, pero Esteban no hizo caso,
aunque pusiera “Cangunaranja”, y entró; entonces empezó a andar y le pareció ver a
un canguro que no era de su color, era naranja. Se quiso acercar para ver bien de quué
color era, miró para sus lados y vio aparecer más canguros del mismo color, entonces
pensó: —“¿Qué le pasa a esta ciudad? ¿Por qué en cada sitio que voy hay canguros de
colores extraños? ¿Me estaré volviendo loco?”—. Esteban se empezó a preocupar, tanto
que huyó del centro comercial.
Cuando ya estaba en la calle decidió irse a un bar para ver si por fin podía hablar
con alguien, y además tranquilizarse un poco de lo que le estaba pasando.
Siguió andando hasta llegar a un bar, entró directamente, sin mirar el cartel de
la puerta, y se encontró a varios canguros, incluso el camarero, que eran de color verde. Entonces, Esteban pensó: —“¡Seguro que este bar se llama Canguverde”—. De pron-
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Colegio Alba
to, un canguro verde le preguntó a Esteban: —¿Por qué tú no eres verde?—, y Esteban
le contestó: —¡No lo sé, no entiendo nada, creo que me estoy volviendo loco!..., tengo
que irme a mi casa.
Después de todo eso, Esteban se fue a su casa y se quedó encerrado; ya no quiere hablar con la gente, porque parecen muy extraños y está muy preocupado. Cuando
estaba tan concentrado pensando en su problema, oyó un ruido que parecía una alarma
y, entonces, se dio cuenta de que era el despertador, y dijo:
—¡Qué bien, todo ha sido un sueño!
Esteban se puso muy contento al ver que todo era un sueño. Se vistió rápidamente para salir a la calle y ver si, por fin, podía hablar con la gente.
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XI Certamen Literario Escolar
El descubrimiento
DANIEL DE LA TORRE
5° Primaria
Una mañana de verano, Javier y sus amigos quedaron, como hacían a veces, por
la mañana en la plaza del pueblo. La mayoría estaban pasando allí sus vacaciones de
verano, pero el grupo se conocía de años anteriores. La tarde anterior habían decidido
que esa mañana saldrían a explorar por los alrededores del pueblo, como solían hacer
muchos días que no llovía.
El pueblo estaba situado en Asturias, en la zona de los Picos de Europa; era una
zona muy tranquila y que conocían de otros años. A la hora indicada, todos estaban allí
preparados con sus mochilas para dar una vuelta por la montaña.
Estuvieron andando un buen rato, el suelo estaba lleno de barro, ya que los días
anteriores había llovido mucho, pero a Javier y sus amigos no les importaba porque iban
muy bien equipados con botas de montaña. Cuando habían pasado dos horas caminando decidieron pararse un rato a descansar y comer los bocadillos que llevaban en las
mochilas. Se acercaron a unas rocas que había un poco apartadas del camino, ya que
todo estaba embarrado y decidieron que allí podrían sentarse a descansar. Las rocas no
estaban tan cerca como parecía y les hacía alejarse bastante del camino. Cuando llegaron se sentaron y después de tomar sus bocadillos decidieron explorar un poco la zona.
Eran unas rocas grandes y descubrieron entre ellas una grieta bastante grande, como
para permitir el paso de una persona. Apartaron con las manos la tierra y la maleza que
la rodeaba y dejaron al descubierto un gran agujero. Estaban muy emocionados, ya que
parecía ser la entrada de una cueva.
En esa zona de Asturias había cuevas. Javier y los demás empezaron a imaginar
que dentro de la cueva podría haber pinturas y restos de hombres primitivos, como en
Altamira. Estaban muy nerviosos, alumbraron la entrada de la cueva con una linterna
que llevaban, pero no se veía nada más que un agujero.
Después de muchas deliberaciones en las que no decidían qué hacer, ya que algunos querían entrar a explorar la cueva y otros decían que era muy peligroso, ya que
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Colegio Alba
podía derrumbarse, llegaron a la conclusión de que lo mejor era no entrar y llamar a la
Policía y al Alcalde del pueblo para decirles dónde estaban y lo que habían descubierto.
Al poco rato de llamar se presentaron un grupo de personas junto con la Policía
que les felicitaron por su descubrimiento.
Les acompañaron al pueblo, donde se había corrido la voz de su descubrimiento,
y les recibieron como héroes, felicitándoles y haciéndoles todo tipo de preguntas sobre
la cueva.
Javier y sus amigos estaban encantados con su popularidad, y ya se imaginaban
descubridores de una importante cueva de la que nadie conocía su existencia.
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XI Certamen Literario Escolar
¡Fue asombroso!
almudena hernández loures
6° Primaria
Érase una vez un niño llamado Pepe, el cual recibía el apodo de “Petereo” en
su etapa entre los 12 y los 16 años, es decir, desde 1º de la ESO hasta, más o menos, 3º.
Era un chico bastante conflictivo en cuanto a comportamiento con los profesores, es decir, tanto escolarmente como en su propia casa. Sacaba muy malas notas
debido a su pereza, falta de atención y su poco esfuerzo y trabajo en casa; también
tenía mucha rabia y cabre constante con el mundo; no se aguantaba ni a sí mismo. Le
encantaba parecer mayor, por lo que se inició en un vicio en el que aún sigue, el tabaco. Lo que más le llamaba la atención era estar con sus amigos, su vida se basaba en
estar todo el día en la calle, sin hacer nada.
Un día, apareció un profesor, que fue su tutor, pero por poco tiempo, debido a
su lumbalgia. Debido a que “Petereo” era el gracioso de turno, un día, Alberto cogió a
Pepe y le dijo:
—¡Anda!, sal fuera de clase un momento que quiero hablar contigo como tu tutor
que soy—.
Salieron los dos y Alberto le dijo a Pepe:
—Mira tío, si lo único que quieres es que se ría todo el mundo de ti, que repitas
y tu vida cambie por completo, sigue así, pero yo pienso que tienes muchas cualidades
para sacar todo lo que te propongas—.
Esta frase, a Pepe ni le iba ni le venía, y como Alberto dijo, repitió, y tras repetir fue expulsado del colegio. Fue a otro colegio, donde recapacitó y se acordó de esa
famosa frase.
Tras hacer caso la vida le fue cambiando poco a poco, y aún sigue convirtiéndose
en un chico de provecho, como cada uno de sus compañeros, dejó de sentirse como
el tonto del que todo el mundo se aprovechaba por ir de gracioso. Sus notas se fueron
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Colegio Alba
estabilizando poco a poco, y aunque sigue fumando, en su casa ya es apreciado como
una persona nueva. La gente que le conocía en aquellos tiempos se queda anonadada al
ver el nuevo personaje que ha construido en tan solo un año, y el cual anteriormente se
comportaba como un imbécil.
Las únicas palabras que salen de este chico son: “Lo siento, a todas las personas
que tuvieron que aguantarme durante ese tiempo, en especial a mi jefa de estudios
del primer colegio en el que estuve y a uuna persona muy especial, no querría decir su
nombre, pero seguro que si ella lo lee se sentirá muy identificada, porque, aunque de
vez en cuando me sobrepasé con ella, me ha ayudado mucho, GRACIAS”.
Así es la vida de Pepe hasta el día de hoy con sus 17 años.
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XI Certamen Literario Escolar
Sin título
PALOMA MAZO SÁNCHEZ
1º ESO
Hacía días que no le veía y sentía que mi cabeza no estaba en mi cuerpo; estaba... no lo sé. Tal vez buscando a tientas en la oscuridad pero sin encontrar nada; tal vez
vagando por aquel sueño del que yo intentaba despertar. Habían pasado ya meses desde
que Álvaro se fue. Cuando sus padres se enteraron de que se juntaba con gente como
yo decidieron mandarlo al extranjero a una universidad que sólo alguien como ellos se
podrían pagar y donde habría sólo gente de su clase. Él no era como ellos. Ni como nadie
que hubiese conocido antes. Cuando me sonreía con esa media sonrisa tan alegre y me
miraba con sus ojos color miel, me hacía sentir como si solo estuviésemos nosotros en el
mundo. Pienso que mi vida no tiene sentido cuando recuerdo que nunca volveré a verle.
Seguramente volverá algún día pero no se acordará de mí ni de todos los momentos que
pasamos juntos. Tendría que olvidarme de él, seguir con mi vida tal y como era antes,
conocer a otra persona... Aunque bien pensado ¿Para qué? Me volvería a enamorar y lo
volvería a perder todo: la ilusión, las ganas de divertirme, el apetito... A veces pienso
que el amor es un asco y otras que es todo lo que necesita una persona para ser feliz.
Cuando veo atardecer, las nubes rosadas forman su cara y me parece entrañable
la idea de que él, al mismo tiempo, vea mi cara en las nubes del amanecer. Y luego me
dormía a altas horas de la madrugada pensando en él, con su cara en mi mente, con su
amor en mis recuerdos. Me despertaba horas más tarde con mis propios gritos de angustia con la cama llena de lágrimas. Y ya no me podía dormir en toda la noche; sintiendo
su presencia detrás mía, susurrando palabras de amor en mi oído al mismo tiempo que
yo me derretía con su cálido aliento. Cuando llegaba la hora de prepararme para ir a la
facultad no me podía ni mover y fantaseaba con la idea de quedarme todo el día tumbada esperando algo que nunca llegará. Me iba de casa sin desayunar con unas enormes
ojeras, huella de las numerosas noches en vela y el frío de mediados de diciembre me
golpeaba violentamente en la cara. Me pasaba toda la clase mirando por la ventana y
observando la nieve caer en la acera; escuchando el susurro del viento que se colaba
por las rendijas de las ventanas, siseando su nombre. Mis amigos hacían todo lo posible
por ayudarme: me proponían todo tipo de planes y me llamaban a todas horas.
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Colegio Alba
Para ellos Álvaro era solo un rico pijo que solo quería jugar conmigo, pero yo
sabía que no. Sabía que me quería tanto como un gorrión sabe que ha llegado su fin
cuando el halcón se abalanza sobre él. Llegaba a casa y no respondía a llamadas ni a
mensajes. Tan solo me tumbaba en mi cama a echarle de menos y a llorar sin lágrimas.
Y así pasaban los días y las semanas. Mi madre insistía todos los días en llevarme al médico y yo me negaba. No necesitaba ir al médico para darme cuenta de que me estaba
muriendo por dentro, como una manzana que se marchita poco a poco. Ya faltaban
pocos días para mi cumpleaños, el dieciséis de enero, ese día cumpliría veinte años. No
me habría dado cuenta de no ser por mis amigos y familiares que me preguntaban qué
quería esta vez, a lo que yo siempre contestaba que no quería nada aunque lo que en
realidad pensaba era: “Tan solo lo que él me arrebató y lo que solo el destino podrá
devolver a su lugar: mi corazón”. Ese día llegó y fue exactamente igual que los últimos
días. Mi madre intentó que sus felicitaciones fueran alegres pero no pudo ocultar el
rastro de preocupación de sus ojos. Ese día estaba especialmente cansada y deprimida.
Mis pasos eran torpes y casi sin rumbo, estos se dirigían al paso de cebra que
llevaba a la parada del autobús, dos enormes puntos amarillo brillante, el pitido de los
coches, la sirena de la ambulancia ...
Y su cara.
De repente todo se iluminó. Le vi. Su cara junto a la mía. Fue como si la primavera se abriese paso en el frío invierno, rompiendo el hielo que se había formado alrededor
del hueco en el que algún día estuvo mi corazón, iluminando con su luz hasta el último
oscuro rincón amargado por la tristeza. Susurré su nombre con mis últimas fuerzas y él
el mío junto con lo que llevaba esperando escuchar desde las tinieblas: “Te quiero”. Las
primeras lágrimas de felicidad se derramaron sobre la fría calzada. Y, de pronto, todo
cambió: las noches en vela, los días sin dormir... Era demasiado. “Que alguien llame a
una ambulancia”, “Deprisa” ... Con el hilo de vida que me quedaba susurré “Adiós”, y
él respondió “Te seguiré hasta el paraíso si es necesario”, “El paraíso no existe si tú no
estás allí”.
Y así acabo todo. En mis circunstancias todo lo que podía desear era una muerte
feliz a su lado. y la tuve. Y esa es la historia de cómo el último día de mi vida se convirtió en el más feliz de la eternidad.
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XI Certamen Literario Escolar
La defensa de la torre
ALEJANDRA MANZANAL PUENTE
2º ESO
Entrenábamos en la sala de armas, como todos los días con un entrenamiento
duro e intensivo. Nos preparábamos para la batalla final, el ejército de Dorvan acechaba todos los días los alrededores de la ciudad y un día se atrevería a atacar. Dorvan es
el hermano mayor de nuestro rey Balsan, era el heredero del trono pero este le fue denegado al saber que se había aliado con el lado oscuro; al enterarse de tal humillación,
juró vengarse. Han pasado ya nueve años en los cuales ha reunido a todo un ejército
que se hace más poderoso a medida que pasa el tiempo.
Al terminar de entrenar, nos hicieron reunir a todos en la sala del trono, el Rey
requería nuestra presencia. Poco después de estar todos reunidos apareció:
—Ya sabéis por todo lo que estamos pasando— empezó el rey —el ejército de
Dorvan ronda por nuestros alrededores y cada vez se hace más poderoso. Me temo que
esto va a ir a más, Dorvan no se rendirá hasta poseer la Espada Cristalina. Entraremos
en una cruel batalla.
—Pero, en la ciudad no somos suficientes caballeros para enfrentarnos a su ejército— interrumpió Lorcan, general de las tropas inferiores —habrá que pedir ayuda a
nuestros hermanos del norte, en un día normal podríamos llegar en un par de horas
pero ante estas circunstancias me temo que saliendo inmediatamente llegaríamos a la
puesta del sol— concluyó.
—Entonces no se hable más, parte inmediatamente con una docena de tus soldados más leales— le dijo el rey —pídeles ayuda y que reúnan también a nuestros aliados
de las fronteras, toda ayuda es necesaria.
Me uní a sus soldados, el exterior de la ciudad estaba desértico, aunque no nos debíamos confiar, sentí un mal presentimiento, y estaba en lo cierto. Unos doscientos metros
más adelante se encontraban los primeros indicios del ejército de Dorvan, bordeamos las
montañas para no delatarnos, desde esa posición pudimos ver su gran ejército, unos 3.000
soldados a pie y 1.000 a caballo; necesitaríamos mucha ayuda para poder igualarles.
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Colegio Alba
Tardamos menos de lo esperado en llegar al Reino del norte, nos recibieron con
mucha amabilidad ya que manteníamos muy buenas alianzas con su Rey. Recibimos muchas tropas e incluso el propio Rey se ofreció a ayudar, nos avisaron de que los soldados
de las fronteras se juntarían con nosotros en el cruce de las montañas. Conseguimos
reunir a más soldados de los esperados pero aun así no eran suficientes. Llegamos a la
ciudad muy justos de tiempo, ya que en el camino pudimos ver al gran ejercito avanzar
río arriba hacia la ciudad. Nada más llegar cerramos la puerta principal y reforzamos
las torres y la muralla con arqueros, los soldados a pie esperaban a las puertas en el
interior de la ciudad a que se les diera la orden para que entraran en batalla y los caballeros íbamos en la delantera. En ese momento a muchos les entró el pánico pero con
astucia supimos como animarles:
—No debemos rendirnos ahora, no ahora que hemos llegado hasta aquí llevamos mucho tiempo esperando este día, el día en el que derrotaremos a nuestro mayor
enemigo. Lo haremos, defenderemos nuestra ciudad y aunque no lo consigamos nadie
podrá decir que no lo hemos intentado. Ha llegado el momento... ¡A luchar!
—¡Por el Reino, y por nuestro Rey!
El ejercito de Dorvan ya había recibido la orden de atacar y lanzaban rocas enormes con sus catapultas, poco a poco acercaban sus torres de asedio. Nuestros arqueros
desplegaron una manta de flechas y lograron herir a muchos enemigos. Mientras tanto
los caballeros luchábamos espada contra espada para defender la torre principal en la
cual estaba la Espada Cristalina. El enemigo había conseguido derribar la entrada y se
adentraban en tropel. Logré matar a muchos de ellos e incluso logré matar al general
superior. Pero esto cada vez se hacía más complicado, luchaban con ferocidad y sin un
mínimo de piedad. Sin saber cómo ni por qué un ejército de no menos de 2.000 caballos
vino en nuestra ayuda, eran los caballeros Rojos, los más dotados en el arte de la espada, con su ayuda logramos vencer al ejército. Dorvan cayó en la batalla, encontraron su
cuerpo tendido sobre el suelo de la torre, con la mano extendida hacia la espada y con
la miraba fija en ella, llena de dolor. El Rey estaba a su lado con la espada real ensangrentada y grandes heridas en la pierna derecha, donde le había alcanzado una flecha.
Cuando todo hubo llegado a la máxima normalidad posible a muchos se nos honró con títulos y honores por nuestro servicio. Y se juró mantener la espada en secreto
bajo pena de muerte para seguridad del reino, así se hizo durante años, en los cuales
reinó la paz, pero tiempo después la espada llegó a oídos enemigos.
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XI Certamen Literario Escolar
Sin título
jaime sevilla molina
3º ESO
El Cazador miró a través de la ventana. El gélido viento del invierno acarició
su rostro mientras reflexionaba. Toda su vida había cazado historias sin preguntarse
por qué lo hacía, limitándose a ser un espectador de todo lo que pasaba a su alrededor
y tomando constancia de ello. Sin embargo, un personaje de sus historias acababa de
cuestionar la finalidad de su trabajo.
—Responde— inquirió Fénix —¿Para qué has escrito cada cosa que he hecho estas
últimas semanas?
—Ya te lo he dicho. Cazar historias es mi trabajo.
—Eso no me aclara nada. No creo que nadie vaya a pagarte por escribir mi vida
en papel.
—Yo no escribo. Sólo cazo usando el Libro.
—Eso no tiene sentido—. Fénix movió las manos visiblemente alterado —¿Cómo
vas a usar un libro sin escribir sobre él?
—El Libro no es lo que tú piensas. Caza lo que yo siento. Cada sonido que escucho, cada cosa que veo, el Libro lo caza.
—No importa. Lo que quiero saber es por qué lo haces.
—No lo sé. Siempre me han dicho en el Gremio que eso era lo qué había que
hacer.— El Cazador cerró los ojos y trató de recordar qué sentía al cazar. —La verdad...
la verdad es que con cada historia que cazo me siento un poco más vivo. Siento un lazo
entre el protagonista de mi historia y yo; me alegro cuando le ocurre algo bueno y sufro
cuando está triste. Empatía, creo que se dice.
—¿Y por qué no vives una vida normal?
—¿Una vida normal?—, el Cazador hablaba de forma vacilante. —Vivir una historia...
—¡Exacto!— Fénix hacía grandes aspavientos al hablar, como si pensase que su
idea era la mejor de todas cuantas podría haber. —Vivir tu propia historia. Podrás hacer
lo que tú quieras.
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Colegio Alba
El Cazador se volvió para mirar a Fénix. Todo un mundo de posibilidades se abría
ante él. Podía empezar ahora su historia, pero antes debía zanjar esta.
—Oye Fénix—, el Cazador le habló en un tono un poco apesadumbrado —¿Estás
enfadado porque haya escrito tu historia?
—En un principio estaba bastante enfadado, sí. Pero bueno, ¿a quién le importa
que escriban un libro consigo mismo como protagonista?
El Cazador sonrió.
—Supongo que ahora te marcharás.— dijo Fénix.
—Supongo.—, el Cazador se irguió lentamente.
—¿Te importaría decirme tu nombre?
—Nombre...— el Cazador se encogió de hombros —No tengo nada de eso. Pero
puedes llamarme Cazador.
—Está bien Cazador. ¿Qué harás ahora? ¿Seguirás mi consejo?
—Continuaré cazando historias.— El Cazador se subió al alfeizar de la ventana —Sin
embargo, creo que también empezaré una yo mismo.
—Adiós, Cazador. Espero que vivas bien tu historia.
—Hasta otra historia.
El Cazador saltó por la ventana. Fénix le buscó por el horizonte, pero no logró
ver nada.
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XI Certamen Literario Escolar
Volver a nacer
JENNY OLMEDO RUEDA
4º ESO
¿Cómo puede cambiar la vida en unos segundos? Un día puedes estar pensando
en los planes que te gustaría hacer en el futuro y, de repente, estar tumbada en una
camilla del hospital en estado de coma. Es difícil de contar aunque intentaré empezar
por el principio de todo.
Era un día normal, como otro cualquiera, estaba en la universidad y había acabado de hacer un examen muy importante. Estaba deseando salir de allí para encontrarme con mi novio, quien me estaría esperando en la puerta para llevarme a casa,
pero eso no sucedió, me llamó diciendo que había mucho atasco y que tendría que
esperar un poco. Así que decidí irme a un parque para aprovechar el tiempo haciendo
trabajos, pero no pude llegar. El semáforo estaba en verde y crucé, y será por razones
del destino en las que de repente me atropelló un coche y me quedé tirada en el suelo.
Podía escuchar frases desesperadas de la gente diciendo que llamaran a una ambulancia. En ese momento mi yo interior quería levantarse pero mi cuerpo no me lo
permitía, era una sensación muy rara y angustiosa, no podía moverme ni hablar ni tan
siquiera podía abrir los ojos. Pasó muy poco tiempo para que me viera en la ambulancia
camino hacia el hospital. No veía nada pero yo notaba perfectamente como los médicos
me trasladaban rápido a una habitación, todo era tan horrible, cada minuto que pasaba
notaba una cosa distinta en mi cuerpo y escuchaba a los médicos decir: “La perdemos,
la perdemos”. Y eso no era así, yo estaba ahí, yo estaba viva.
Después de unos largos minutos angustiosos, por fin dejaron de manipular mi
cuerpo. Sentía que estaba sola y empecé a pensar en mi familia, en mis amigos, en mi
novio, en lo que pensarían ellos cuando me vieran allí, tumbada en aquella camilla y
con aquel aspecto tan horrible que tendría. También me vino un pensamiento que quería evitar y del que no pude esconderme, preguntas de las que ni yo podía responder
¿Qué pasaría si...? ¿Qué sentiría si...?
En esa habitación tan fría escuché unos pasos y las voces de mi familia que entre
sollozos me hablaban, yo quería contestarles, poder decirles “¡Estoy aquí!” Ellos sufrían
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Colegio Alba
pero yo también y ni siquiera tenía la oportunidad de poder llorar. Con ellos entró mi
novio, quien se arrepentía de no haberme recogido antes del accidente, pero yo sabía
que él no tenía la culpa. Al notar su mano sobre mi cara tenía el deseo de besarle, de
abrazarle, decirle que quería pasar el resto de mi vida con él.
No quería quedarme allí tumbada para toda la vida, tenía demasiados planes y sueños que quería cumplir, quería casarme, tener hijos, recorrer mundo y acabar mi carrera.
Pero las horas pasaban y cada vez tenía menos esperanzas de salir de aquel horrible
sitio y no podía engañarme, ya no me quedaban suficientes fuerzas para aguantar, y lo
que más me dolía era irme sin despedirme.
Su mano agarró la mía y fue en ese momento cuando sin saber cómo sentí que
me rescataba del mundo hacia el que yo no quería ir. Pude agarrarle fuerte y poco a
poco fui abriendo los ojos. Algo maravilloso sentí cuando vi sus caras de felicidad al
verme, algo que ni yo puedo explicar. Todo lo que había pensado y todas las preguntas
que me hice desaparecieron y por fin salí del coma, de aquella situación horrorosa que
ya se había acabado.
Y ahora, cinco años después, estoy casada, tengo dos hijos y he recorrido el
mundo entero.
Esa etapa lejana que ocurrió nunca la podré olvidar, pues ahora forma parte de
mi vida y tendré que aprender a vivir recordándola.
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Colegio
Camino Real
XI Certamen Literario Escolar
Un dragón enfermo
manuel ricis barceló
3° Primaria
Hace mucho tiempo, en la antigua China, vivía un dragón.
Este dragón era muy querido en su país. Tenía un colorido muy llamativo que
dejaba a la gente con la boca abierta. Pero, lo que le pasaba a este dragón, de nombre
Taisi, es que estaba muy enfermo.
Llegaron a China médicos de todo el mundo, pero solo una persona le pudo ayudar: Esa persona era un Rey Mago de Oriente que le llevó una poción de hierbas secas
para que se curara. Pero esta poción había que tomarla con mucho cuidado, pues, si
tomaba demasiado, se inflaría como un globo, echaría fuego por la boca y su colorido
desaparecería en la nada.
Taisi se tomaba todos los días la poción, pero no le hacía nada. De repente, un
grupo de niños de ocho años, se acercaron y le dijeron:
—¡Ay, qué dragón tan triste! ¿qué le pasará?
Roberto le dijo a Susana:
—Yo creo que lo que le pasa a este dragón no es que esté enfermo, sino que está
aburrido de no jugar con nadie. Nosotros tenemos la solución. Jugaremos con el dragón
y lo visitaremos siempre, dijeron todos a la vez.
Y, así, el dragón fue poco a poco recuperando la ilusión, se hicieron grandes
amigos y, en la fiesta China del dragón, todos iban a ver a Taisi, cómo recorría las calles con su colorido resplandeciente.
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Colegio Camino Real
Un sitio en el paraíso
cristina riesco mañas
4° Primaria
Érase una vez un paraíso donde sólo había niños. El paraíso estaba lleno de chuches pero nadie sabía por qué. Las casas eran de chuches, los jardines eran de chuches,
toooodas las cosas estaban hechas de chuches. Una vez, en el otro mundo, dos niñas muy
traviesas viajaron en una barca hasta llegar a ese paraíso. Al ver que todo era de chuches
las niñas se quedaron allí para recorrerlo entero.
—¿Pero, de dónde salen las chuches?— preguntó una de ellas.
—¡No lo sé!— dijo la otra. De repente, dos gnomos les saludaron y les llevaron hasta un
hotel hecho de chuches. Muuuucho más lejos, había un edificio muy viejo. Las niñas preguntaron qué era eso, pero nadie lo sabía. Fueron a averiguarlo. Al cabo de dos horas, estaban dentro de él. En ese sitio lo que había era muchas máquinas enormes llenas de golosinas. Salieron
corriendo de aquel lugar. Ponía en letras mayúsculas y brillantes: “FÁBRICA DE GOLOSINAS”.
Las niñas gritaron y gritaron hasta que el mago se despertó.
—¡Qué pasa! ¿Hay una explosión?— gritó el mago.
—¡No! ¡Son marcianos!— gritó un gnomo.
—No somos marcianos, somos personas— dijo una de las niñas.
—¡Son personas!— dijo el gnomo.
—¡Cállate!— dijo el mago. —¡Hola chicas!, ¿Qué os trae por aquí?— continuó el mago.
—Bueno, la verdad es que queríamos saber lo que había aquí— dijo en voz baja una de
ellas. —Pues cerrar los ojos— dijo el mago. Cerraron los ojos y ¡Booooommmm!, se encendieron unas luces enormes de colores. ¡Todo lleno de gnomos, de chuches y de muchas más cosas!
—¡Guau!— dijo una niña. Nos quedaremos y viviremos aquí para siempre. Y así fue,
nunca paraban de hacer chuches y de comer rico chocolate, pero eso sí, ningún adulto
les podía impedir comer rico chocolate con gominolas. ¡Un gran festín para todos los que
vivían en el paraíso de las chuches!
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XI Certamen Literario Escolar
Un escondite con suerte
jorge herráez de los santos
5° Primaria
Un día a Jorge y sus amigos Samuel y David se les ocurrió ir a jugar al bosque,
cuando llegaron se dieron cuenta de que se habían dejado el balón en casa, entonces decidieron jugar al escondite.
—¡Tú la ligas!— le dijeron a David, mientras que Jorge y Samuel corrían a esconderse.
—Ven, yo conozco un sitio donde no nos encontrará nunca— dijo Jorge, —lo descubrí una vez jugando con mi primo.
Los dos niños corrieron hasta un gran árbol que estaba seco y el tronco tenía un
gran agujero. —Nos meteremos dentro y David no nos verá—. Trepando por las ramas del
árbol llegaron al agujero y saltaron dentro, entonces se dieron cuenta de que había mucho espacio en el interior del tronco.
De pronto oyeron pasos fuera y pensaron que era su amigo que iba a buscarles,
pero no era él, escucharon a dos hombres hablando al lado del árbol.
—Seguro que no hay nadie aquí—, dijo uno, —no, ya lo he comprobado bien.
Los niños se asustaron un poco pero se quedaron muy callados, entonces, de repente, un saco les cayó encima de sus cabezas, menos mal que el hueco era grande y se
pudieron apartar. Fuera escucharon a los hombres decir que pasados unos días volverían a
por ello y salieron corriendo.
Se quedaron quietos en el interior del árbol hasta que oyeron a David que les
llamaba, cansado de dar vueltas por el bosque sin encontrarles. Los niños desde dentro
le preguntaron si había alguien y David dijo que había dos hombres pero ya se habían
marchado en un coche. Entones Jorge y Samuel salieron con el saco que habían tirado los
hombres y al abrirlo se encontraron con un montón de collares, pulseras, anillos y relojes.
Los niños se sorprendieron de ver tantas cosas preciosas.
—Estas deben de ser las joyas que robaron en la joyería del pueblo, ¡tendremos
que llevarlas a la policía!
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Colegio Camino Real
Los tres niños fueron a la comisaría y les contaron a los policías todo lo que había
pasado, los policías se fueron al bosque a esperar a los ladrones y cuando fueron a recuperar las joyas les pillaron.
Toda la gente del pueblo estaba muy orgullosa de lo que habían hecho los niños y
el dueño de la joyería les regaló un reloj muy bonito para que siempre se acordaran de
ese día.
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XI Certamen Literario Escolar
Unas vacaciones especiales
SANDRA JIMÉNEZ LÓPEZ
6° Primaria
Llegaba el verano en una semana y mi amiga Leire y su familia decidieron irse de
vacaciones; pero querían algo especial, y después de mucho buscar, encontraron una casa
por Internet un poco lejos de allí, a unas tres horas aproximadamente. Cuando llegaron
nada era lo que parecía en la foto de Internet y se llevaron una gran desilusión, primero
entro Julia, la madre; luego Manuel, el padre, después mi amiga Leire; luego Andrés su
hermano mayor y, por último, María, la más pequeña.
Todos tenían un poco de miedo por el aspecto de la casa, pero el padre para tranquilizarlos dijo:
—No os preocupéis, es una casa un poco descuidada, se limpia un poco y veréis
como queda preciosa.
—Sí, es verdad, dijo la madre.
—Ya, claro—, dijeron a la vez los tres niños.
Todos se pusieron a limpiar rapidísimo, la limpieza por toda la casa les duró unas
dos horas; cuando se dieron cuenta era la hora de comer y no tenían comida. Fueron al
mercadillo de un pueblo cercano y compraron un montón de comida para, por lo menos,
dos semanas. Cuando llegaron a la casa comieron y descansaron hasta las cinco de la tarde. Los niños empezaron a echar un ojo a toda la casa. Después de la limpieza la casa les
gusto un montón, pero en la página de Internet ponía nueve habitaciones; las contaron,
una vez, otra y otra, pero ellos sólo contaban ocho habitaciones. Entonces se pusieron a
rebuscar hasta que María encontró una puerta en el techo, llamó a los demás y se extrañaron mucho, la puerta tenía un botón rojo y uno verde, Andrés no aguantó la tentación
y le dio al botón verde, de repente una escalera bajo del techo, no podían más con la
curiosidad y todos subieron, incluso María. Todo estaba a oscuras hasta que Andrés tiró de
una cuerda y se encendió la luz, a la vez que un payaso salió de una caja roja muy grande. Todos dieron un grito. ¡Qué susto se llevaron! Se preguntaban quién habría puesto esa
caja, pero no le dieron más importancia.
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Colegio Camino Real
Parecía una buhardilla, era bastante grande, empezaron a caminar y se cruzaron
con murciélagos. Les estaba pareciendo todo un poco extraño en aquel lugar y Leire ante
tanta tensión dijo:
—No hay de qué preocuparse, esta habitación simplemente no se ha limpiado en
muchos años.
—Es verdad—, dijeron María y Andrés.
No le dieron importancia pero María, la pequeña, estaba un poco asustada, aunque
no se lo dijo a nadie, quería parecer valiente. Siguieron caminando, encontrándose con muchas cosas a su paso que les daban sustos, como la caja roja del payaso. Cuando entraron
estaban aterrorizados, incluso Andrés que parecía valiente, y decidieron salir de allí.
Cuando salieron no dijeron nada a sus padres, por si no les tomaban en serio. Se
fueron cada uno a su habitación y para olvidar se pusieron a jugar con ordenador. Estaban
un poco asustados pero al final se tranquilizaron. Cuando pasó un rato, la puerta de la habitación de Andrés se cerró sola, lo mismo ocurrió con la de María, y la de Leire. Los hermanos salieron al pasillo y se preguntaron si a todos les había pasado lo mismo, bajaron
las escaleras y preguntaron a sus padres que si habían notado algo raro en la casa. Sus padres sorprendidos, se miraron, y sonriéndose dijeron que no. Pero ellos no se dieron por
vencidos, subieron otra vez a la buhardilla para volver a echarle un ojo y en su recorrido
volvieron a aparecer cosas extrañas como las anteriores, se oía el chirrido de una puerta
y otros ruidos extraños que no sabían de donde venían. A Leire se le ocurrió limpiar la
habitación, para que así la buhardilla tuviese un aspecto menos siniestro.
Cuando la limpiaron quedó preciosa y pensaron que todo había terminado. Se fueron a su habitación a jugar, a la hora volvieron a la buhardilla y su sorpresa fue que todo
estaba toda como antes, sucia y siniestra. Todos pensaron que era como un mal un sueño,
pero no lo era, lo cual les hizo pensar que la casa estaba encantada. Al pronunciar ese
nombre, “encantada,” sonó una voz lejana con eco y dijo: —“No digáis ese nombre”—, y
todos gritaron muy asustados, pero sus padres no les debieron oír. Muy asustados volvieron cada uno a su habitación y las puertas se cerraron solas de nuevo. Las puertas de los
armarios de la habitación de Leire se abrieron, Andrés oía voces, en la habitación de María el jarrón se cayó sin que nadie lo tocase, las puertas de las tres habitaciones se abrieron solas, en la habitación de Leire todo estaba volando, a Andrés alguien le arrastraba
por el suelo, él gritaba: —¡un espíritu!, ¡un espíritu!—, pero nadie parecía oírle. María fue
a la cocina y vio que todas las puertas estaban arañadas, María pensó... “pero si no tenemos perro”. María subió a la habitación de su hermana Leire para contarle lo que estaba
pasando, pero Leire había desaparecido, la buscó por toda la casa incluso en la buhar-
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XI Certamen Literario Escolar
dilla, pero no estaba. Fue a decírselo a su hermano, ya no sabía que pensar. Estuvieron
hablando y después de un rato se presentó Andrés en la habitación con su hermana, Leire
decía que alguien la había “raptado”. Muertos de miedo bajaron a decirles a sus padres
todo lo que había pasado.
Después de escucharles detenidamente, su padres se empezaron a reír, los tres
hermanos se miraron y muy enfadados les preguntaron que de qué se reían. Sus padres les
dijeron que todo había sido una broma, que llevaban mucho tiempo planeando esas vacaciones especiales, como ellos siempre decían que querían, ya que siempre se aburrían en
vacaciones. Les explicaron todo, hasta el último detalle, de cómo lo habían organizado.
Los tres hermanos ya más tranquilos, reconocieron que habían sido unas vacaciones muy especiales, pero de ahora en adelante preferían algo mas tranquilo, la playa,
senderismo, etc. Lo mejor de todo es que a su vuelta tenían algo muy interesante que
contar a sus amigos de sus vacaciones.
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Colegio Camino Real
Las historias del martín pescador
DANIEL PASCUAL ESPINOSA
1º ESO
Érase una vez, en un estanque muy peculiar, vivía un martín pescador llamado
Alfred. Él contaba historias a todos los habitantes del estanque. Pero lo curioso no eran
las historias que contaba, sino cómo se le ocurrían.
Cada vez que pescaba un pez, se le ocurría una historia diferente, inspirada en el
color que éste tuviera: si el pez era gris, el relato sería de miedo. Si era azul, saldría una
intrigante historia de misterio; de amor, si era rojo y, si el pez era amarillo, se le ocurría
una divertida comedia.
Pero surgió un serio problema que complicaría la vida de nuestro protagonista: La
contaminación que provocaban los humanos, que arrojaban al estanque basura descontrolada, y que alteraba, irremediablemente, el color de los peces. Además, como problema añadido, el martín pescador se estaba haciendo mayor y comenzaba a tener serias
dificultades para cazar a los peces. La prioridad de los habitantes era solucionar el tema
del colorido, así que acudieron a la tortuga más sabia del estanque para pedirle alguna
solución. No les hizo esperar demasiado, se le ocurrió que frotaran los peces unos con
otros para que desapareciera el color falso y volvieran a su estado original. Esto hizo reflexionar a los humanos que entendieron que debían cambiar sus hábitos.
Pero, el segundo problema se presentaba de otra manera: tenían que capturar peces pequeños para Alfred: ranas, sapos, libélulas y, de nuevo, recurrirían a los humanos,
que les prestarían sus redes.
Se pusieron manos a la obra y, en poco tiempo, el estanque volvió a lucir limpio
y colorido y Alfred pudo seguir contando las más bellas historias jamás imaginadas por
mucho, mucho tiempo.
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XI Certamen Literario Escolar
Un detective cibernético
laura rodríguez fernández
2º ESO
Era muy pronto y, como de costumbre, mi despertador sonó con una estridente
canción de Madonna a las 8’30. Le propiné un fuerte manotazo y lo tiré de la mesilla,
mirándolo con “mala uva”.
Era 9 de abril: ¡¡mi cumpleaños!!, llevaba semanas esperando este día. Sin darme
tiempo a quitarme las legañas, mi madre entró por la puerta con una enorme bandeja
llena de tortitas con chocolate, leche y zumo. La seguían en procesión mi padre, mi hermana, el gato y el perro. Todavía con cara de sueño, y haciendo un esfuerzo por abrir los
ojos, me incorporé y todos ellos se encargaron de quitarme de encima el último resto de
cansancio, cantándome el peor “cumpleaños feliz” que recordaba.
Comencé abriendo algunos regalos sin demasiados sobresaltos. Todo normal: un
pijama, unas zapatillas de estar por casa, un balón y... Empecé a ponernle nervioso en
el momento en que el rasgado papel de regalo dejó ver: “TIVES DE LA CI”. Ya no aguanté
más. Arranqué todo el papel y mis sospechas se hicieron realidad: el juego, ¡el juego!,
¡¡¡eljuego!!!, ¡el juego que desde hace meses deseaba!: “DETECTIVES DE LA ClA 3000”.
Encendí impulsivamente el ordenador, como si no tuviera nada más que hacer y,
sin fijarme en el maravilloso desayuno de mi madre y, por supuesto, haciendo un caso
omiso absoluto al pijama (sobre todo) y al resto de regalos, me dispuse a probarlo:
Detective de la ClA
Nombre clave: 0330037
PULSE ENTER
Pulsé la tecla para que comenzara el juego, nervioso y expectante. De pronto,
todo comenzó a temblar como si de un terremoto se tratase. Mis ojos dejaron de ver y
perdí la noción del tiempo por un momento.
Mi cabeza daba vueltas mientras mi cuerpo flotaba sin peso ni forma. Sudaba
incesantemente, y las gotas de sudor cegaron por un instante mi visión. En mi mano iz-
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Colegio Camino Real
quierda, un papel arrugado y amarillento; en la derecha, una brújula; y, a mi lado, una
botella de agua. Todo lo demás que veían mis ojos era arena.
— “¡No puede ser!”—, pensé. Debo de estar soñando; pero, tras darme unas buenas bofetadas (en alguna de las cuales me hice daño) tuve que rendirme. Era real. En
el papel amarillento de mis manos se encontraba la primera pista, la cual me llevó
hacia el escondite del “ASESINO ANIMAL”, así llamado porque era capaz de fulminar a
cualquier animal que se cruzara en su camino. Pensé que saldría del juego si lograba
encontrarlo. Sería difícil cumplir la misión, ya que el asesino era muy hábil y astuto y
no lograba encontrarlo por más que lo buscaba.
Encontré un cofre en el que figuraba una nueva pista, era la dirección de un lugar desconocido. Me dirigía expectante al lugar indicado. El silencio era tal, que lo notaba pesado sobre mi cabeza. Había rastros de sangre y un cordero muerto con grandes
signos de violencia. En una de las patas del pobre animal colgaba un letrero que decía:
“ALLÍ DONDE EL CORDERO ESTÉ, ME ENCONTRARÉ”.
El miedo se adueñó de mis dedos, que temblaban sin control e, impulsivamente,
salté hacia atrás. Sin embargo, no notaba la presencia de ningún ser extraño. Estaba
a punto de marcharme derrotado cuando un aire frío y húmedo rozó mis piernas. Los
bajos de mis pantalones se movían ligeramente al compás de una ligera brisa. —“¡Ya
está!—, grité emocionado. Una cueva subterránea.
Con ayuda de mi habilidad y mi fuerza, cavé con mis propias manos unos cuantos
metros hasta que el resto de arena cayó formando un agujero y la cueva se dejó ver.
Unas antorchas iluminaban el lugar. En medio de la cueva había una altar y, sobre él, la
imagen de una colina.
La brújula me indicó que tenía que dirigirme al Norte y comencé a andar hasta
cruzarme con el mayor árbol que había visto en mi vida, en cuyo robusto tronco aparecía escrito: “LA BRÚJULA ENGAÑA”. Sin dudarlo ni un momento, cambié mi dirección y
retrocedí hacia el Sur, haciendo caso omiso a la nueva pista.
Cuando estaba a punto de abandonar, abatido por el cansancio, tras un largo
recorrido, me encontré con un hombre sentado sobre una gran roca. Tenía un gran lunar sobre la ceja derecha, y su barba de varios días, le daban un aspecto extraño. Su
rostro me resultaba familiar... “!Era él!, aquél a quien tenía que encontrar”. Me miró
fijamente, y su inexpresivo rostro, me dijo:
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XI Certamen Literario Escolar
—Sabía que vendrías y me encontrarías. Te permito que me atrapes sin oponer
resistencia. Yo ya he cumplido la misión encomendada.
Intenté comprender sus palabras, pero se me escapaba el significado de tan extraña revelación.
De pronto, un gran temblor recorría mi cuerpo. Mis piernas, mezcla de nervios y
del miedo, comenzaron a temblar. La brújula se me escapó de las manos y la cantimplora con el agua se derramó en el sediento suelo. Una luz roja y parpadeante nubló
mis ojos. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y perdí el conocimiento.
—¡Pero, bueno! !No te hagas el dormido! ¡despierta, que los regalos te esperan!,
decía mi madre.
—Es un vago—, replicaba mi padre.
—¡Adivina lo que te compré!—, chillaba mI hermana, —me ha costado la paga de
tres meses: DETECTIVES 3000.
Nos miramos aterrados cuando un temblor comenzó a sacudir la pequeña habitación.
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Colegio Camino Real
¿Para qué sirven mis ojos?
andrea padilla salcedo
3º ESO
El osito Bongo salía por primera vez de su cueva, después del largo invierno.
Ya se le consideraba un osito mayor, había cumplido un año. Y después del largo invierno
empezaba a desperezarse.
Su mamá la Gran Osa Parda lo sacaba a pasear por primera vez en esa primavera,
pues ya el Sol empezaba a calentar y los osos a salir de sus cuevas. Bongo saltaba y correteaba alrededor de su mamá mientras emocionado iba preguntando:
—¡Mamá, mamá! ¿Cómo es el exterior?
Su madre la Gran Osa sonreía mientras se movía lentamente por el largo pasillo
que conducía desde el interior de la gran cueva, donde vivían durante todo el invierno,
hasta el frondoso bosque y las montañas que eran su hogar durante la primavera y el caluroso verano. Bongo seguía saltando. Su gran emoción le hacia hablar continuamente, sin
dejar que su madre le contestara a todas sus preguntas.
—¡Mamá ¿Podré jugar? ¿Y saltar?! Pero ¿Cómo es el exterior?—. En ese momento
que Bongo guardó un segundo de silencio, su madre, que hasta ahora había guardado
silencio pacientemente en espera de que Bongo se tranquilizara, pudo aprovechar para
intentar contestar alguna de sus preguntas.
—Bongo, cuando salgas al exterior, podrás ver toda la naturaleza, las flores, el cielo, los árboles y muchos animales—.
Bongo parecía entusiasmado ante la idea que le describía su madre. Pero, al llegar
al exterior, todo le pareció mucho más bonito. El bosque era todo verde, salteado de flores de todos los colores. El cielo de un azul intenso, coronado por un potente sol, llenaba
todo de luz. Bongo quedo admirado al verlo.
La Gran Osa Parda salió de la cueva detrás de Bongo y miró con cariño la cara de
asombro del osito. Y le preguntó:
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XI Certamen Literario Escolar
—¿Qué te parece todo esto Bongo?
—Mamá, ¡esto es maravilloso!— contestó Bongo, mientras empezaba a saltar y a
correr por todos sitios.
Bongo jugó durante todo el día con todos los animales y, al anochecer, volvió con
su mamá a la cueva, estaba cansado y sus ojos casi se cerraban por el sueño, pero aun
así, todavía seguía con ganas de hablar y le dijo a su mamá:
—Mamá ya sé para qué son mis ojos. Sirven para que cuando salgo pueda ver todos
los colores y cuando vuelvo a la cueva puedo cerrarlos y seguir soñando con esos colores.
La Gran Osa Parda siguió caminando pausadamente hacia el interior de la cueva y se tumbo junto a Bongo dejándole soñar.
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Colegio Camino Real
Sin título
marina álvarez villanueva
4º ESO
“Retazos de un sueño que parecen recuerdos lejanos...; recuerdos lejanos que
parecen retazos de un sueño...; me gustaría unirlos todos, junto a ti. “Susurros lejanos
de una voz perdida por el paso del tiempo, una historia que habla de magia y de amor,
y dos caminos diferentes que se unieron en un solo destino. Quien iba a pensar que una
simple muchacha iba a ser capaz de hacer tanto por amor; pero aquí no comienza nuestra historia. Bien, entonces empecemos desde el principio.
Hace mucho tiempo en una pequeña aldea había una joven muy hermosa con un
largo cabello rizado y unos preciosos ojos verdes que parecía rondar los dieciséis años. Lo
que más le gustaba a la joven era recoger flores en el campo y pasarse las tardes montando a caballo con su hermana pequeña. Un día, mientras montaban a caballo, su hermana
le dijo a la muchacha:
—¡Ainara!, ¡ven, corre!
—Dime Naia, ¿qué pasa?— Ainara corrió hasta donde se encontraba su hermana.
De repente se encontró delante de unas ruinas, parecían ser de un castillo. Las
hermanas entraron en el interior del gran palacio, donde se albergaban ostentosas decoraciones e increíbles retratos de reyes y reinas de la antigüedad. Llegaron hasta una sala
donde se encontraba, en el centro, un gran cofre hecho de cristal. El extraño cofre tenía
unos grabados muy raros, pero a la vez hermosos, y cuando Ainara lo tocó con la punta
de los dedos este empezó a brillar; su hermana se apartó mientras veía como el cofre se
abría. De su interior surgió una extraña luz que se convirtió en un muchacho que parecía
rondar los diecisiete, luego salió una especie de sombra que se escondió entre las paredes
del castillo. Cuando el joven abrió los ojos se encontraba en el castillo con la cabeza apoyada en el regazo de Ainara. Se levantó rápidamente y preguntó:
—¿Quiénes sois vosotras?
—Mi nombre es Ainara y esta es mi hermana Naia— contestaron algo asombradas
—¿Y tú?, ¿cuál es tu nombre?. El muchacho se quedó pensativo, pero luego respondió:
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XI Certamen Literario Escolar
—Mi nombre es Eric, pero ¿cómo es que me habéis podido liberar del sello del cofre?
—M-me temo que yo lo hice— respondió Ainara pensando que había hecho algo
horrible —pero ¿qué hacías ahí metido?, ¿y cómo has entrado en el cofre?
—¿Me estás diciendo que has sido capaz de romper el sello que yo mismo hice?
Impresionante. Bien, te lo contaré si es lo que deseas. Hace algún tiempo hubo un
monstruo llamado Caos, que quería destruir la tierra y poseer toda la magia que fuera
capaz de contener. Pero yo, el príncipe Eric, quise impedirlo y nos enzarzamos en una
batalla interminable. El Caos decidió atacar al pueblo, y le seguí, entonces yo decidí
partirme el corazón y, usando una magia prohibida, usé los trozos de mi corazón para
sellarnos al monstruo y a mí en este cofre de cristal. Solo una persona con un poder
sagrado podía liberarme. Sin embargo, me temo que también has liberado al Caos y
tenemos que detenerle. Pero, gracias por liberarme, así podré acabar de una vez por
todas con el malvado monstruo. ¿Sería mucho pedir que me ayudases? Ya que has tenido el poder suficiente de liberarme sería un honor que me acompañases en esta misión.
—Pues... supongo que sí, no me queda más remedio que ayudarte, no te podría
dejar solo en esto; si, como tú dices, tengo ese poder entonces venceremos ¿no?— respondió Ainara algo anonadada.
—He de suponer que sí— respondió el príncipe con un tono de ironía. Los tres
salieron del castillo y se dirigieron a la aldea. El príncipe Eric y Ainara no podían dejar
de mirarse, parecía ser que se habían enamorado. Entonces se encontraron con Caos,
el horrible monstruo que buscaba venganza, rodeado de unas criaturas creadas a partir
de la oscuridad del corazón de la gente, a las que podríamos llamar sin-corazón. Estos
seres buscaban corazones puros para dárselos a Caos, fue entonces cuando vieron la
pureza del corazón de Ainara, y fueron a por ella. El príncipe se puso en medio y los
derrotó con su espada, entonces ella dijo:
—Muchas gracias príncipe, de verdad... ¡Ah! Naia, tienes que ponerte a salvo,
por favor ve y escóndete.
—¡Pero hermana...!
—No discutas conmigo cielo, por favor, si te pasara algo no sé lo que haría—. Ainara se volvió hacia el terrible monstruo y siguió hablando: —¡No te tengo miedo me oyes!
No me vencerás tan fácilmente, yo tengo algo por lo que luchar y personas a las que proteger, yo confio en que podremos proteger nuestro mundo pase lo que pase, yo tengo fe.
161
Colegio Camino Real
Entonces de la bondad del corazón de Ainara le surgieron unas alas de ángel,
eran las alas de la esperanza con las que protegería a las personas, a todas ellas, a su familia, a sus amigos e, incluso, a los amigos que todavía no conoce. El príncipe la tomó de
la mano, y juntos empuñaron la espada hacia el monstruo; cuando esto pasó la punta de
la espada se iluminó y surgió de ella la luz más pura nunca imaginada, atravesó el pecho
de Caos y le destruyó. Todas sus criaturas desaparecieron con él y la luz volvió a la aldea.
Ainara no se podía creer lo que había hecho, estaba henchida de felicidad y,
como si de una obligación se tratase, se abrazó al príncipe Eric y le besó. Eric le devolvió el beso a Ainara, estaba claro, se habían enamorado, y fueron felices, pero no sin
antes haber vivido muchas aventuras llenas de magia y hechizos, pero eso ya es otra
historia que quizá os contaré algún día.
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XI Certamen Literario Escolar
¿Afortunada Luna...?
andrea delgado simóin
1º BACHILLERATO
Es esa luna brillante que todos podemos observar en el cielo, esa que día tras día
adopta formas distintas: llena, creciente, menguante... a la que considero afortunada, te
preguntarás por qué.
Pues una persona cualquiera puede pensar cómo un simple satélite puede ser afortunado en algún aspecto. Cierto, la luna es un simple satélite que gira alrededor de la
Tierra y precisamente por ese simple hecho la admiro y envidio hasta más no poder. La
luna puede observar en cualquier momento del día toda la Tierra en su totalidad, puede
ver todos los sucesos en todas las partes del mundo en un momento determinado, por el
simple hecho de su posición, su altura y perfección a lo alto de un cielo infinitamente
amplio, ahí se encuentra ella.
Ve sin duda momentos inapreciables para cualquier persona, como pueden llegar a
ser observados: la pobreza y, a la vez, la riqueza de algunos países, entre ellos existe una
distancia insignificante y, sin embargo, su diferencia en cuanto al desarrollo es enorme,
tan solo se encuentran a unos pocos kilómetros. Puede que el motivo de esta diferencia
sea que nunca podremos saber realmente cómo se encuentran las personas de estos países o muy poca gente podrá comprobarlo en persona. Para analizar sus vidas tendrán que
desplazarse durante horas y podrán verlo durante un tiempo limitado. Sin embargo, a una
distancia infinita está la luna, que por el simple hecho de encontrarse en esa posición
privilegiada, sin tener que viajar durante horas ni tener que desplazarse un milímetro,
puede observar a todas las personas que pasan día tras día una realidad totalmente distinta a la nuestra.
Nadie puede apreciar la suerte que puede llegar a tener hasta que realmente se da
cuenta de lo mucho que le gustaría estar en su lugar. En una parte del mundo puede haber
una madre que sufre por su hijo que va a la guerra, luchando hacia un destino desconocido;
durante el tiempo esa madre desearía continuamente ver lo que le sucede a su hijo, haría lo
que fuese por saber lo que le pasa en todo momento, pero por mucho que quiera, esa madre
no podrá cumplir lo que tanto desea ya que no podrá verle por mucho que lo intente...
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Colegio Camino Real
La luna, sin embargo, sin desearlo ni necesitarlo, observa atenta ambas situaciones paralelas... cómo la madre sufre por su hijo y cómo un hombre lucha por una situación que en realidad nunca deseó que sucediera.
En realidad la luna no es tan afortunada como realmente creo. Tener que observar todas estas situaciones sin poder hacer nada para impedirlas, ni un simple grito de
alarma, un aviso, nada... Lo único que puede hacer es ver como la vida de cada una de
las personas pasa día a día imparablemente. Ella sin embargo no puede apreciar lo afortunada que se tiene que sentir al poder contemplar nuestro mundo, ella siente un vacío,
nadie se percata de su soledad, poder observar a todas las personas como nacen, crecen
y mueren, pero nunca podrá acercarse a ellas por mucho que lo intente, realmente desea
poder recorrer la distancia que la separa de cada una de ellas y poder acercarse a cada
una de ellas; poder admirarlas de cerca, sentir su olor y su calor, pero eso nunca será
posible. La luna continuará cumpliendo su función de satélite de la Tierra como lo hace
hasta hoy, pero si algún día baja sabremos el motivo, añora tener nuestras experiencias,
vivir como nosotros, tener nuestros sentimientos, pensamientos y emociones, casi tanto
como deseo yo poder observar a tanta altura el mundo que nos rodea, poder así intervenir y cambiarlo.
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XI Certamen Literario Escolar
La desesperación
Daniel Salvador Coca
2º BACHILLER
Harto, ya estaba harto. Después de años trabajando allí, ya no podía soportarlo
más. Mi jefa, gorda como ella sola, insoportable hasta el punto de recordarme a mi peor
pesadilla, el humo de sus innumerables cigarros que inhalábamos todos (todo el mundo
decía a sus espaldas que el tabaco la acabaría matando, y que ojalá fuera cierto), y la
total carencia de personalidad me arruinaba la vida llevándome a la desesperación. Mis
compañeros, que olisqueaban el culo a todo ser vivo con pinta de adinerado, y mi falta de
vocación hacia absolutamente todo lo que daba dinero (como aquel puesto de trabajo) no
ayudaba a calmarme. Por esto y más, yo estaba harto. Cuando llegaba a casa, encontraba
un vacío desesperante, en el que no se desahogaban los sufrimientos del día a día como
trabajador. La soledad inundaba mi oscura y fría casa, y así durante años. Os aseguro que
lo peor que podéis hacer es dedicaros a algo que no os guste.
El día de la cena de empresa, a la que yo estaba obligado a ir, decidí acabar con todo.
No tenía intención de dimitir, más bien iba a provocar algo similar al despido.
Improvisaría sobre la marcha. Durante la cena, me vino a la mente ese anuncio en
el que un tipo la lía en su cena de empresa cuando otro le pide educadamente el suflé.
Sin embargo, mi mente no era tan refinada, y después de tanto tiempo de encarcelamiento, una creciente locura emergió de mi mente. Dije que iba al baño, y bajé al garaje del
edificio. No era ningún rascacielos, nada muy impresionante. Cogí prestada la primera
moto que vi, Harley Davidson negra de aspecto potente y oscuro, casi demoníaco. Tenía
el depósito lleno, era perfecta. Con ella, a toda velocidad y provocando varios infartos a
mi caótico y veloz paso, me dirigí a las oficinas donde trabajaba. Cuando estaba llegando
a las puertas de las oficinas, me recliné hacia atrás, quedando bruscamente sentado en el
suelo, mientras la moto seguía un vuelo kamikaze hacia mi odiado infierno diario, y entró
por la puerta.
Me encanta ese segundo en el que todo está en calma absoluta antes de que el
caos explote. La moto rompió los cristales de la puerta y siguió su recorrido. Un segundo
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Colegio Camino Real
de silencio, y mi apocalíptico vehículo se estrelló violentamente contra algo, dentro del
edificio. La gasolina se vertió violentamente por el suelo, y la moto explotó.
Mil trozos de oficina volaron por los aires, por encima de mi cabeza, que se reía
con los ojos muy abiertos por la embriaguez de locura y caos. Estaba viendo como la
amargura de mi vida saltaba por los aires, medio reducida a cenizas, destrozando las
ventanas de los edificios contiguos, provocando el miedo y la confusión en las aceras de
la gris y polvorienta ciudad. El fuego bailoteaba alegremente sobre varios contenedores
de basura, y mi risa burlona resonaba por los callejones. Fue uno de los momentos más
felices de mi vida.
Pasé por casa, me vestí de nuevo, y volví a la cena. Cené increíblemente feliz, con
una amplia sonrisa en el rostro, y con deleitado odio, le encendí un cigarrillo a mi jefa.
Luego, durante el postre, me levanté, golpeé con suavidad mi copa con la cucharilla del azúcar y pedí silencio. Con voz alta y clara dije que estaban despedidos todos,
(lo cual era más bien irónico, pues yo solo pasaba informes del banco al despacho de la
gorda) y luego me di la vuelta, cogí el Mercedes de mi jefa, lo estampé contra el de uno
de mis compañeros, y al resto le destrocé las ventanas. Bueno no, al último le rayé el
coche dibujando un corazoncito y una cara alegre. Ya sabéis, para darle algo de salsa a la
situación. Luego cogí mi abrigo y me fui, pero no recuerdo a qué lugar.
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Colegio
Jaby
XI Certamen Literario Escolar
La llegada de Ada
ángela burgos esteban
3° Primaria
SOY ÁNGELA, una niña de 8 años y os voy a contar lo mejor que me ha pasado en
este verano.
Era 27 de agosto, un día soleado. Bajamos y nos montamos en el coche y fuimos a
recoger a mi prima Alba, ¡ah! y a mi tía María.
Llegamos a mi finca. Mi perra de tres años, Dama, que es un Pastor Alemán, no
nos esperaba en la puerta. Nos bajamos y, de repente, oímos unos maullidos..., bueno,
apenas se oían...; pasamos corriendo y mi tía María apareció con una preciosa gatita; estaba en un árbol, la había abandonado su madre o su dueño. Mi tía María le dio de comer
trocitos de jamón york y agua fresca. La gata tendría unas dos semanas.
Mi prima Alba, de 14 años, dijo que le pusiéramos un nombre; yo dije: —¿Qué tal Wendi?—, y me contestaron: —¡Bueno, no está mal!—. Mi hermano Daniel dijo: —¡Ada!, la A de Ángela, la D de Daniel y la otra A de Alba—... Y, se quedó con Ada. Mi perrra Dama es como su
madre, la coge como su cochorro, pero los baños, que son que Dama lame a Ada, son lo peor.
Ada siempre viene empapada, y eso que cuando la soltó en el barro... ¡pobrecilla!
Tenemos cuatro pollitos, ¡bueno, pollitos que están ya un poco grandes! El primer
susto que me di con mi pollita Blanqui cuando era pequeña fue que me agaché y ella me
saltó en el hombro y no se soltaba. Y la semana pasada también me pegué un susto, pero
con el pollito de mi prima Alba... es el más grande.
Ya Ada está creciendo poco a poco y vive muy feliz en la huerta. Todos los días
hay que echarle de comer y agua, y de eso se encarga mi tío Juanito, menos los días de
fiesta, que mi padre, mi hermano y yo le echamos de comer.
Y esta es la historia de la protagonista, Ada, y de mis otros animales.
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Colegio Jaby
Un mundo mágico
ADRIÁN AJO MATARREDONA
4° Primaria
Como cada tarde de aquel verano, Osmi salió a jugar con sus amigos. Estaan jugando al escondite cuando Osmi encontró un perro pequeñito escondido tras unos matorrales. Osmi lo llevó a su casa para darle de comer y cuidarle. Al día siguiente, cuando se
acercaba la hora de salir a jugar, el perro miró a Osmi y le dijo: —¡Gracias por cuidarme.
Yo me llamo Doggy y quiero enseñarte un mundo mágico. Osmi se quedó pasmado: —¡Un
perro que habla!—. Doggy le pidió que no se asustase, que iba a ser un amigo muy especial. Osmi y Doggy fueron a encontrarse con el resto de la pandilla. Guiados por Doggy
salieron del pueblo por el Camino del Olivo y llegaron a una antigua ermita. Doggy les pidió que le siguieran y se coló por el hueco de una vieja olma. Ninguno se atrevía a entrar,
pero, al final, Osmi lo hizo y sus amigos le siguieron. Una intensa luz verde les envolvió, les
agradeció su visita y les invitó a jugar en su mundo mágico.
La cueva era inmensa, más grande que un campo de fútbol, y estaba llena de divertidos animales, fantasmitas, dragones y seres fantásticos que hablaban como las personas.
Los habitantes de la cueva les rodearon y les contaron muchas historias sobre ellos y su
mundo; y les enseñaron a jugar inventando las más disparatadas aventuras que jamás habían imaginado. Así, pasaron el día, riendo y jugando, hasta que llegó la hora de regresar
a casa. Antes de irse, los seres mágicos les pidieron que guardaran el secreto, y que si así
lo hacían podrían volver siempre que quisieran. Así pasaron el día, riendo y jugando, hasta
que llegó la hora de regresar a casa. Los seres mágicos les pidieron que guardaran el secreto, y que si así lo hacían podrían volver siempre que quisieran.
Durante todo el verano siguieron jugando con su amigo Doggy y aprendiendo de los
habitantes fantásticos de aquel mundo mágico.
Cuando el verano llegaba a su fin, Doggy reunió a todos los amigos y les dijo: —Lo
he pasado muy bien con vosotros, pero ahora tenéis que volver de nuevo al colegio y yo
tengo que regresar a mi mundo mágico. Mientras se marchaba, se volvió hacia ellos y
les dijo una cosa más: —No estéis tristes. Podréis encontrarme siempre que me busquéis.
Nunca olvidéis que no existe juguete en el mundo que pueda igualar la compañía de los
amigos y la imaginación.
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XI Certamen Literario Escolar
La Navidad
SAMANTHA SANTOS COPA
5° Primaria
Érase una vez una ciudad donde todo el mundo
esperaba la Navidad con gran alegría. Todos ayudaban en
la decoración, ponían guirnaldas, el árbol de Navidad en
la plaza Mayor y construían carrozas bellísimas.
Los niños iban por las puertas cantando villancicos,
escribían la carta de los regalos y hacían maravillosas actuaciones. La pena es que había personas a las que no le
gustaba la Navidad, como Tricsi, que odiaba la Navidad
desde que no le trajeron el poni rosa que pidió, Rocco un
señor muy mayor que no le gustaba la Navidad desde que
pidió ser joven y su deseo no se cumplió y, por último estaba Jacinta, una cincuentona que
no le gustaba la Navidad desde que no le trajeron un maletín con mucho dinero y joyas
preciosas y valiosas.
Un grupo de niños vieron que estas personas eran muy desgraciadas en estos días
y pensaron en ayudarles. Fueron a buscarles y les dijeron que los ayudarían a entender el
verdadero espíritu de la Navidad.
Empezaron por Tricsi, fueron a un picadero a enseñarle que no había ponis rosas ni
azules, y cuando Tricsi fue a preguntar que si los había multicolores los niños dijeron que
no. Tricsi comprendió entonces que no existían ponis multicolores, y que no podía pedirlos. Los niños le explicaron que ella sería más feliz cuidando al poni en su imaginación.
Tricsi se puso muy contenta al saber eso.
Luego fueron con Rocco, el señor mayor y le explicaron que no podía pedir ser más
joven, que la vida llevaba su propio curso y no se podía retroceder, parar, o adelantar,
pero se podía vivir la vida al máximo y disfrutarla mientras dure. Porque los momentos
más felices son los que pasan más rápido.
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Colegio Jaby
Y, para finalizar, fueron con la señora Jacinta; le explicaron que no podía pedir
tanto dinero y joyas valiosas, porque lo más valioso que hay en la Navidad es el amor que
nos transmitimos entre unos y otros; por eso, ya que la Navidad nos da esa alegría, felicidad y amistad, debemos cuidarla.
Al final todos comprendieron que el verdadero motivo de la Navidad es el AMOR
que nos transmite.
Al final del día cuando eran casi las 12:00 de la noche todos fueron a la plaza y
se pusieron a cantar villancicos de navidad alrededor del árbol, incluidos Tricsi, Rocco y
Jacinta.
Todo el pueblo estaba muy FELIZ.
FIN.
oraleja: A nosotros niños y algunos adultos. No nos tenemos que
M
ver hipnotizados por la avaricia de los regalos, si no por la avaricia
del amor de la Navidad. Recordadlo siempre, porque el amor es lo
más importante que tenemos.
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XI Certamen Literario Escolar
Aventura en el mundo flotante
ÁLVARO GARCÍA D’ANIELLO
6° Primaria
Hace mucho tiempo hubo dos niños llamados Álvaro y Guillermo, eran muy amigos, pero un día ocurrió algo inimaginable... Cuando estaban en el bosque buscando bayas se dieron cuenta de que se habían adentrado demasiado. Después de andar durante
un rato encontraron una cosa parecida a un barco con alas y decidieron explorarlo.
Cuando estaban entrando se dieron cuenta de que en la entrada había una espada
y un arco bastante viejos, pero decidieron que, para protegerse les serviría. Cuando entraron descubrieron que había unas criaturas extrañas, decidieron acercarse a ellas lentamente
por si eran peligrosas, y al final resulto que lo eran, tuvieron que luchar contra ellas y de
repente aparecieron ante ellos ... ¡Franco y Carlos! Sus dos amigos desaparecidos. Álvaro y
Guillermo se quedaron impresionados al verlos y entre los cuatro vencieron a las criaturas ...
—¿Dónde estábais? Estábamos preocupados.
—Es verdad, desaparecísteis hace un año y no se os a vuelto a ver.
—Ya, lo sentimos mucho, cuando desaparecimos fuimos a parar al mundo flotante
de las leyendas del pueblo y esas criaturas pertenecen a él, se llaman monstruos y hay de
muchos tipos, sólo se pueden invocar para que sean aliados en batallas mediante piedras
llamadas “invocador de monstruos”, pertenecen al mundo flotante...
—¡On no!, ¡nos estamos moviendo”, ¿qué vamos a hacer?
—No sé, pero vamos a buscar el punto de control del barco volador.
—¡Vale, vamos!
Los cuatro amigos salieron en busca de las piedras invocadoras de monstruos.
—Si logramos invocar a los monstruos del bien y que se unan a nosotros, lograremos vencer a esas criaturas horribles. Tendremos que lograr entrar en la cueva.
—Aquí hace frío y no se ve nada. Chicos, encended las antorchas y busquemos
el lago donde se encuentra la piedra. ¡Cuidado chicos, el techo se está desprendiendo,
tendremos que darnos prisa o nos quedaremos aquí encerrados!
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Colegio Jaby
—¡Mirad, ya se ve el lago! Gritó Álvaro a sus amigos.
Cuando estaban apunto de saltar al agua para llegar a la piedra, emergió del
lago un extraño ser que les comunicó el peligro que podía conllevar el invocar a los
monstruos.
—Si invocáis a los monstruos buenos para que os ayuden, tendréis sólo unas horas para vencer a esos seres; en otro caso, los monstruos buenos se volverán en contra
vuestra y se aliaran con ellos.
—Muchas gracias— dijeron los chicos. —Intentaremos luchar lo más rápidamente
y acabar con ellos.
—Los monstruos y los amigos volvieron al lugar donde habitaban aquellos horribles seres. Pensaron que tendrían que hacer una gran hoguera para así hacerles salir a
todos de su escondrijo.
—Las terribles criaturas al notar el humo y ver el gran fuego salieron desconcertadas, en ese momento los amigos pidieron a los monstruos buenos que utilizaran todos
sus poderes, y gracias a ello y a la astucia de los chicos lograron vencer en la batalla.
Los cuatro amigos saltaron de alegría al ver como iban desapareciendo esas criaturas, una tras otra y, con ellas, toda la maldad que habían sembrado.
—¡Los hemos vencido! ¡Hemos ganado! ¡Ya no volverán a hacer daño a nadie!
Muchas gracias monstruos por vuestra ayuda. Esperamos no tener que necesitaros más.
Los cuatro amigos tomaron el camino a sus casas donde ya empezaban a echarlos de menos. Entonces dijo Álvaro: —creo que cuando contemos esto, nadie nos va a
creer, pero al menos nos servirá para ser aún más amigos.
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XI Certamen Literario Escolar
17 de Enero
JAVIER DE LA TORRE CÉSPEDES
1º ESO
Érase una vez un gran astrónomo: Johnatan Sheppard, nacido en Canadá, en el
año 1956, el día 17 de enero.
A la edad de 35 años, el día de su cumpleaños, un amigo suyo y él fueron al observatorio, puesto que trabajaban allí. Johnatan miró por el telescopio y dijo:
—¿Qué es eso?
—Déjame ver eso— dijo su compañero. Miró detenidamente y dijo que era un cúmulo espacial desconocido.
—Dale un nombre— dijo su compañero —puesto que lo has descubierto tú.
Johnatan no sabía qué nombre darle. —¡Un momento!, ¿si hoy es...? pensó —¡Eureka! lo llamara E 17, puesto que estamos en enero y hoy es día 17—, dijo muy alegre.
—¡Enhorabuena, Johnatan— le dijo su amigo.
Desde entonces, Johnatan Sheppard pasó de ser un astrónomo no muy reconocido a
ser uno de los más conocidos en el mundillo de la Astronomía; en un sólo día, y además el
día de su cumpleaños, junto con su amigo, que también se convirtió en un gran astrónomo.
A partir de ese día, Johnatan pasó una apacible y buena vida. Hizo varios descubrimientos: como otro cúmulo que se llama “Doble cúmulo de Egipto”. Hizo otros descubrimientos en el año 1996.
Ahora mismo, vive en Ontario, su ciudad natal, en Canadá, y se retiró hace ocho
años, con la edad de 96 años. En su haber tiene 11 reconocimientos de cúmulos espaciales.
Ahora enseña a sus hijos la ciencia de la Astronomía, que tanto le gusta, y esperando que
alguno de sus hijos pueda llegar tan lejos, o algo más, que él.
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Colegio Jaby
Verderón
nieves bielsa lópez
2º ESO
Un día, paseando por la calle, me fijé en el cielo y observé el vuelo de un periquito. Estaba herido y cayó en el bolso de mi vecina. Ella se asustó y empezó a saltar y gritar.
Yo me acerqué y metí la mano con cuidado en el bolso y noté como se movía el
periquito, lo cogí y lo saque del bolso.
Se lo enseñe a mi vecina y le pregunte que si lo quería y me dijo que no, porque le
daban alergia los pájaros.
Lo subí a mi casa y se lo enseñe a mi padre, que al verlo se ilusionó. Lo metimos
en una jaula y bajé a la tienda de animales que hay debajo de mi casa a por comida. Le
pusimos comida, un trozo de manzana y agua. Al llegar mi hermana del colegio, decidimos el nombre, se llamó Verderón.
Todos los días, a las siete de la mañana, empezaba a silbar y no paraba hasta que
nos levantábamos todos. A todos nos gustaba menos a mi madre, pero al final le cogimos
todos cariño.
Un día, al llegar de la piscina, mi hermana se acercó a la jaula y empezó a gritar:
—¡No está!, ¡no está!, ¡Verderón no está!
Yo fui corriendo al salón y miré en el interior de la jaula y no vi a Verderon.
Al principio me molestó mucho que se hubiera escapado, pero luego comprendí
que como todos los animales y todas las personas preferimos estar en libertad antes de
estar encerrados en una jaula o en una cárcel.
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XI Certamen Literario Escolar
El niño que vivía para soñar
maría peralvo simón
3º ESO
En una casa muy humilde de Torrejón de Ardoz vivía Marcos, un niño muy especial, a su manera. Era alto y con los ojos azules, bastante guapo y además siempre iba
muy limpio, pero aún así, era la rechifla de toda su clase, pero no por nada en especial,
sino simplemente por ser un chico algo reservado. Todos los días se levantaba con una
sonrisa en la cara y una promesa en la mente, hacer un amigo, pero siempre pasaba lo
mismo, volvía a casa sin ninguna de las dos cosas, por la sencilla razón de que, por mucho
que lo intentara nadie le hacía caso; bueno... en realidad sí se lo hacían, pero únicamente para meterse con él.
Uno de sus días en el colegio era: llegar de los primeros a clase con una sonrisa de
oreja a oreja; empezar a llegar la gente a clase y empezar a señalarle y a reírse. Así no hay
nadie en el mundo que pueda ser feliz, por lo que poco a poco se le iba borrando la sonrisa
de la cara, hasta que al final del horario escolar desaparecía. Al volver a su casa se decía:
—Mañana conseguiré un amigo.
Iba pasando la tarde y se iba alegrando de nuevo, aunque solo en su casa era feliz,
porque era capaz de imaginarse un mundo solo para él, en el que todo era maravilloso,
pero en cuanto salía de casa ese mundo se desvanecía dando paso de nuevo a la oscuridad del mundo en el que vivía.
Al llegar sus padres le preguntaban que qué tal le había ido, y él siempre respondía
que muy bien con una sonrisa enorme, pero sus padres se daban cuenta de que esa sonrisa
nunca le llegaba a los ojos, que era una sonrisa artificial, y que por dentro nunca estaba
tan feliz como intentaba aparentar, pero ellos con una sonrisa le decían que se alegraban y
seguían con sus cosas, y así pasaban sus días, en un absoluto y continuo engaño.
A pesar de sus intentos, sus compañeros siempre le rechazaban y por muy optimista que seas, el optimismo siempre llega a su fin si no hay nada ni nadie que te dé motivos
para serlo, por lo que se levantaba con una sonrisa, como siempre, pero sin ninguna promesa, nada más quería que acabara el día y llegara de nuevo la noche.
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Colegio Jaby
La gente no apreció mucho este cambio ya que no le prestaban mucha atención,
pero uno de sus compañeros se estuvo fijando en él durante varios días, y se dio cuenta
de que no quitaba la mirada del reloj de pared que había en clase, lo cual le extrañaba
muchísimo, por lo que, a pesar de lo que pudieran decir sus compañeros, un día no pudo
más y se decidió a preguntárselo, a lo cual la única respuesta que obtuvo fue:
—¿Por qué crees? Es por culpa vuestra, por lo que tengo que entretenerme yo solo,
teniendo como único amigo el tiempo.
Su compañero se fue muy confuso de allí, sin saber que era lo que había querido decir.
Días después, les mandaron hacer una redacción sobre el anochecer, que tenían
que leer en alto. Marcos fue uno de los que la leyó, con lo que consiguió muy buena nota.
Después de eso, el compañero que hacía un tiempo se le había acercado, llamado
Sergio, empezó a cuadrar todas las piezas del puzzle; por lo que un día creyó entender a
Marcos, y se le acercó para decirle:
—Oye, ¿por qué tu momento preferido es la noche?
—¿Cómo sabes tú eso?— preguntó Marcos sin responder a la pregunta de Sergio,
quedándose luego muy extrañado, ya que le habían dirigido la palabra, huyendo de allí a
toda prisa, pensando que lo único que querían era burlarse de él.
Sergio, muy extrañado se lo volvió a preguntar al día siguiente, a lo que recibió de
respuesta:
—Soñar es la única manera de alcanzar las cosas que realmente quieres aunque
solo sea por poco tiempo.
—Y... puedo preguntarte ¿qué es lo que más deseas, por tanto, lo que sueñas?
—Muy sencillo, yo vivo para ser feliz, pero no lo soy. Soy feliz de noche, porque
sueño que se cumple lo que más quiero en un sueño en el que alguien me habla, ya puedo
llegar a sonreír, en un sueño en el que tengo una persona a la que le puedo atribuir el
adjetivo “amigo”, es un sueño feliz. Solo deseo eso, tener a alguien a quien demostrarle
todo lo que puedo llegar a querer a alguien y no dejarle escapar nunca.
Sergio se quedó estupefacto, no supo reaccionar a tal respuesta, lo único que respondió fue:
—Lo siento, perdóname por todo, de verdad... no sabía nada de esto.
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XI Certamen Literario Escolar
Al día siguiente Marcos encontró una nota muy extraña en su cajonera de clase,
la cual decía: “Lo siento de veras, pero no te creas, no te volveré a fallar, simplemente
porque a nadie más se lo podré hacer, te compenso sobre todo lo que has sufrido, ahora
lo sufriré yo, adiós, ¡AMIGO!”
Marcos le entendió perfectamente a la primera, puesto que su nivel de conocimientos era alto. Una idea rápida y pasajera pasó de repente por su cabeza, la cual decía: “El único amigo que has encontrado en toda tu vida, lo has perdido, y por tu culpa,
¿para qué seguir viviendo? Iré a un lugar en el que tendré un amigo”.
Al día siguiente, suponiendo que era un día normal, esperaban la asistencia de
Marcos y Sergio a clase, cosa que no se cumplió. Un compañero suyo se agachó a por un
lapicero y descubrió un papel pequeño, cortado de forma asimétrica y rápida. Le extrañó
mucho, puesto que era simplemente una nota de despedida, ¿pero de quién? Le dio la
vuelta y leyó el nombre de Sergio. Pero, otra cosa que le extrañó más aún es que había
una mancha central en esta, era el único resto de vida que quedaba de Marcos, una lágrima, significado de tristeza.
Al enterarse todos sus compañeros de lo sucedido y tras haber leído y observado
detenidamente la nota, se dieron cuenta, pero la lástima es que hasta entonces no fueron capaces de hacerlo, de que el último segundo de la vida de un joven había sido inundado por una lágrima de soledad por falta de empatía hacía una persona.
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Colegio Jaby
Entre dos mundos
pedro costa muñoz
4º ESO
Me desperté en una habitación, medio aturdido y maniatado. En ella había seis
hombres sentados alrededor de una mesa de grandes dimensiones hablando, cada uno con
un puro y una copa de whisky en la mano. No sabía ni quiénes eran aquellos hombres ni
que hacía yo allí, aparte de que todos llevaban unas extrañas máscaras y no les reconocía. La habitación era lujosa, iluminada con una luz tenue producida por velas que estaban repartidas por toda la habitación y una chimenea en frente de la mesa; una alfombra
de piel cubría toda la sala y varios cuadros de al parecer importantes personalidades se
hallaban colgados por la pared. En frente de la mesa había una majestuosa y gran puerta,
y justo en frente de esta, otra puerta más pequeña pero no menos imponente. Al cabo de
un rato uno de los hombres se percató de que me había despertado y este sin decir nada
se levantó de la mesa y se acerco hacia mí.
—Vaya, Vaya. Parece que ya se ha despertado— Dijo mientras miraba a los demás.
—Hay que darse prisa, el tónico no dura más de tres horas— Balbuceó otro.
Ahora los hombres se habían centrado en mí y habían dejado de lado la conversación.
El hombre que tenía a mi lado vestía traje negro, sombrero de copa y una máscara
de color blanco que le cubría la mitad de la cara. Sacó su reloj de bolsillo, lo miró atento
y lo volvió a guardar.
—Si con solo tres horas aquí nos valía, ¿verdad Hasel?— Dijo en tono sarcástico mirando al hombre que al parecer había sido el autor de que yo estuviera allí.
De repente la puerta que estaba frente a la mesa se abrió de golpe y tras ella
apareció una mujer de pelo blanco y piel pálida. Era joven, a pesar del color de su pelo
y llevaba un elegante vestido de color negro y blanco. En el cuello tenía el dibujo de una
rosa roja, con hojas y espinas que le cubrían la parte delantera del cuello.
—¿Ya se ha despertado?— Preguntó en tono brusco la mujer.
—Sí—, respondió el hombre de mi lado —al parecer con tres horas despierto basta,
¿no es así Hasel?— volvió a decir en tono sarcástico haciendo que este agachara la cabeza.
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XI Certamen Literario Escolar
—Bueno, el amo quiere verle— repuso la mujer.
Y, tras decir esto, se fue por donde había venido sin dejar tiempo al hombre a responderle. Me cogieron y me llevaron medio a rastras tras la puerta, que daba a un gran
despacho en el que detrás de una mesa había un hombre con un monóculo sentado en un
enorme sillón.
Sentí que me desvanecía... y al cabo de un rato desperté. Estaba en el sofá de mi
casa, me había quedado dormido mientras veía la tele, y no me había dado cuenta, pero
en las manos tenía unas extrañas marcas, como si hubiera estado atado o me hubiese
cortado. Decidí ir a curarme, ya que las heridas estaban empezando a ponerse de un mal
color. Al echarme alcohol empecé a sangrar y caí redondo al suelo.
—¡Ha ha!— rió el hombre del monóculo —Ha vuelto a despertar— dijo.
Volvía a estar en el mismo despacho en el que estaba antes, sujetado por los dos
hombres que me habían llevado hasta él.
—Bien chico, ahora escúchame atentamente porque mi tiempo es muy valioso y
no puedo desperdiciarlo— dijo el hombre del monóculo, —¡ni mucho menos contigo!— me
gritó el hombre sin yo decir una palabra.
—¿Quién es usted?— contesté en voz baja.
—Eso no importa, lo que importa es lo que te voy a decir. Te necesitamos, posees
una cualidad que muy poca gente tiene, y nos vendría muy bien— respondió el hombre,
soltando una risa un tanto siniestra.
Iba a intentar decirle algo cuando me interrumpió y no me dejó hablar.
—Quiero que trabajes en nuestro pensatorio— sentenció.
—¿Eso qué es?, ¿yo dónde estoy? ¿y quién es usted?— interrogué al hombre.
—Bueno, es normal que no entiendas nada aún, pero con el tiempo lo comprenderás todo... Estas en Leimar, Ciudad de la escarcha.
—Y yo ...—.
—Eso no te incumbe— contestó —Nuestro pensatorio es el lugar donde creamos los
pensamientos y las ideas para la gente de nuestra ciudad, somos como su subconsciente...— repuso en tono melancólico.
—¿Quieres decir que pensáis por ellos?
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Colegio Jaby
—La gente de este mundo ha perdido la capacidad de pensar coherentemente, así
que tuvimos que intervenir...— dijo bajando poco a poco el tono de voz y perdiendo la
mirada en el vacío.
—¿Y qué se supone que tengo que hacer yo?— Pregunté un poco asustado.
—Tú posees la habilidad de pasar de tu mundo a otro que está entre el vuestro,
que es este, pero que la mayoría de gente no lo puede percibir. Así que, cuando llegue el
momento tú nos servirás de enlace.
La mujer de blanco hizo un gesto, e interrumpió la conversación.
—Amo, el tiempo se le termina, debe volver— informó la mujer.
—Maldito Hasel, no hace nada bien— refunfuñó —Bueno, aun no estás acostumbrado a venir aquí y por eso hay momentos en los que vuelves a tu mundo; además para
hacerlo necesitas tomar unos tónicos que prepara nuestro químico, Hasel.— Me explicó el
hombre —Estate preparado, pronto volveremos a traerte— dijo.
—No sé si quiero ayudaros ...— dije, pensando que todo no sería más que un sueño
—Además, esto no es real, así que todo esto será un leve recuerdo.
—¿Eso crees?— Preguntó el hombre —¡Ha, ha, ha!, pobre iluso— dijo en tono de
superioridad.
El hombre del monóculo hizo un gesto, y el hombre de traje con la máscara blanca
que había visto al despertarme me propinó un fuerte puñetazo en la cara.
Al instante, me desperté en el baño de mi casa, tirado en el suelo y con la botella
de alcohol medio vacía en el suelo.
Tenía la boca llena de sangre y el labio partido. En ese momento me di cuenta de
que estaba entre dos mundos ...
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XI Certamen Literario Escolar
Lágrimas... ¿Por qué?
LORENA ALMENDROS RANZ
Grado Medio
Un día te levantas, y sin querer rozas la almohada con tu mejilla, y sientes cómo se empapa de lágrimas que has derramado durante la noche ... y te preguntas por qué y por qué ...
Sales de tu cama confuso, moribundo... y te detienes ante la ventana que bajaste la
noche anteñor para evitar darte cuenta de que en tu ciudad ya no salen las estrellas, que el
humo de la capital cubre con su manto el brillo... y ahora, 12 horas después, te das cuentas
de que llueve, que el cielo derrama gotas, quizás ácidas, sobre el suelo y forman charcos
donde los niños juegan, saltan... Ellos, que pueden disfrutar. dormir por las noches tranquilos, sin preocupaciones del mundo en el que viven... ¡pero déjalos! Ya lendrán tiempo de ser
conscientes de lo que exige la vida, ya tendrán momentos de desesperación en los que sientan que todo el mundo se cae, ya tendrán lugar para arrepentirse incluso de haber nacido.
Decides olvidarte un poco de la realidad y meterte en una burbuja, por lo menos
durante el desayuno...
Vas directo a la cocina, abres la nevera y ves que nada es lo que era... la leche ya no
viene en botella de cristal, el queso llega envasado en plástico, el pan ahora es de molde, y
el zumo pierde toda su gracia metida en una caja de cartón... Sin embargo, decides hacerte
cargo de cumplir tu promesa y olvidarte de aquello que te entristece, te revuelve...
Y pruebas a encender la televisión para distraerte ... pero descubres que ella también te da los buenos días con noticias asesinas... Y acabas ya harto, después de 20 minutos despierto te encuentras cansado, agotado de ser persona y vivir en un mundo tan
lleno de cosas... y encima tú..., que tienes mentalidad soñadora, te paras a pensar en la
cantidad de personas que están viviendo en ese momento escenas de dolor en tu mismo
espacio... y te pones inquieto, te alteras, y dudas de encontrar la paz en todo el día, ese
momento de calma en que la tempestad se aparta y se disuelven tus dudas...
Piensas que lo mejor va a ser vestirte y salir hacia el trabajo... pero, abres tu armario... y te das cuenta de que tu chaqueta de piel es de animal, que tienes más camisetas
de las que te pones, y que tus pantalones no te abrochan porque últimamente has comido
demasiado... y vuelves a sentirte mal, sin aliento apenas... te has dado cuenta de que estás
cargándote el mundo poco a poco... Y, para más INRI, de repente das unos pasos hacia el
183
Colegio Jaby
baño para peinarte y escuchas el goteo del agua de la ducha, que anoche no cerraste bien
el grifo... y que infinidad de gotas han ido cayendo poco a poco durante la noche, mientras
en el tercer mundo se evidencia la necesidad de un poco para un poblado... pero te refugias en la idea de que no lo notaste y te vas despacito a la cocina sliviando tu conciencia...
y cojes la basura para bajarla, y te das cuenta de que una vez más has infligido la propia
regla que tú habías impuesto... porque has mezclado papel con cristal, y plástico con desperdicios... y un día más te prometes que éste será el último que no lo hagas.
Bajas a la calle y de camino a tu coche vuelves a ver, como cada mañana, una
parada de autobús delante de tu casa que te deja a 10 minutos del trabajo, un paseo en
el que podrías disfrutar de un poco de música, de la lectura de un poema, o simplemente
de las midadas de la gente, el olor, el paisaje, una llamada para reencontrarte con alguien..., pero, una vez más te haces el ciego, un día tras otro, como siempre. Coges tu
coche a toda prisa y contribuyes a lo que tanto te apena, que las estrellas por la noche no
salgan...; pero lo coges con prisa... y te sumerges en un atasco enorme, lleno de pitidos,
gritos, insultos... la contaminación acústica crece, su momento cumbre del día es ese...
las nueve menos cinco de la mañana... todo el mundo llega tarde, está nervioso, estresado... y por la boca sólo salen barbaridades..., pero tu decides seguir con el ritual de
todas las mañanas: encenderte tu cigarrillo y dejar que pase el tiempo... y a los 5 segundos ves que se diluyen los coches, que cada uno toma su camino... y tú también el tuyo...
abres la ventanilla y tiras el cigarrillo encendido... te da igual ya todo...
Llegas al trabajo 10 minutos tarde, pero te sientas en la silla, y ahí no acaba...
porque también reflexionas... y te das cuenta de que poco a poco la tecnología invade,
inunda tu vida, tienes deltante un ordenador, al lado un móvil, mil máquinas te gobiernan a cada segundo... pronto sientes que eres como un robot, todos los días haciendo lo
mismo...; sin tiempo para tus amigos, tu familia, para ti... y no encuentras sentido a la
existencia, no eres feliz a pesar de tener tanto. Te encuentras perdido porque además
no solo estás acabado por fuera, no sólo el mundo en el que vives está destrozado... sino
que tú también lo estás por dentro... no te cuidas, no te hablas, no te llevas bien contigo, no te gustas ni por dentro ni por fuera...
Y no sabes lo que hacer... te sientes raro viviendo en un mundo tan catastrófico,
pero ¿qué esperas? Tú mismo apagarás el ordenador al salir y llegarás a tu casa, y continuarás con tu mansa rutina, sin cambiar nada... haciendo de las voces de la tele que
hablan sobre muertes algo cada vez más cercano, e incorporando a tu vocabulario lluvia
ácida, hambre, estrés...
El mundo se construye, el mundo se divide, el mundo está roto, y tú..., tú también lo estás... y entonces caes en la cuenta de tus lagrimas en la mañana, y recuerdas
que eran de felicidad, porque por un minuto soñabas que estabas en un mundo justo, un
mundo transparente y limpio, un mundo con valores...
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Colegio
San Juan Bosco
XI Certamen Literario Escolar
Las mejores Navidades
MARTA LÓPEZ REYES
3° Primaria
Érase una vez un pequeño príncipe que vivía con sus papas y su hermano en un
gran castillo. El pequeño príncipe nunca había salido del castillo y estaba muy triste.
Un día el pequeño príncipe perdió su pelota fuera del castillo y salió a buscarla
con su hermano al pueblo. Fuera del castillo vio muchas casas pequeñitas con los tejados
blancos y las calles también; le preguntó a su hermano que estaba allí con él:
—¿Qué es esa cosa blanca?
—Es nieve.
El pequeño príncipe la tocó y estaba fría. Se asomaron a la ventana de una casa
y vieron como una familia estaba sentada alrededor de la mesa comiendo y pasándoselo
muy bien. Unos niños estaban cantando de casa en casa canciones muy bonitas, el pequeño príncipe se acercó a ellos y les preguntó.
—¿Qué cantáis?
—Villancicos, vamos de casa en casa para que nos den dinero y turrón.
—Y, ¿por qué lo hacéis?
—Es una tradición de la Navidad.
—¿Qué es la Navidad?
Los niños se asombraron de que el pequeño príncipe no supiera qué es la Navidad
y le explicaron que era unas fiestas en la que la familia esta junta y la noche del cinco de
Enero los tres Reyes Magos traen regalos a los niños que se portan bien.
El pequeño príncipe y su hermano regresaron al castillo muy contentos, y desde
entonces celebran juntos la navidad y ese año los Reyes Magos le regalaron al pequeño
príncipe una pelota nueva y reluciente.
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Colegio San Juan Bosco
Santiago, el niño que hizo
el Camino de Santiago
santiago seri serrano
4° Primaria
Santiago es un niño de 8 años, este año junto con sus padres, su hermano y sus
amigos hizo el Camino de Santiago. La Parroquia del pueblo donde él vive organizó una
peregrinación a Santiago de Compostela con todas aquellas familias que querían peregrinar para visitar la Catedral de Santiago porque era Año Santo. Santiago, su familia y sus
amigos con otros peregrinos se pusieron en marcha para preparar ese viaje con mucha
ilusión; no iba a ser un viaje turístico como les dijo su Párroco, no iban de vacaciones,
era algo más duro. Algunos días iban a dormir en el suelo, se ducharían con agua fresquita o no comerían todo lo que les apeteciese. Pero lo que si tenían claro era la gran
experiencia de compartir con un montón de gente y sobre todo el mismo amor a Jesús.
También iban a caminar unos dieciocho kilómetros todos los días, parecía mucho pero lo
consiguieron con el ánimo de todos. Visitaron algunas ciudades y pueblos por los que iban
pasando, y celebraron La Eucaristía todos los días, después tenían ratos libres para poder
jugar y descansar para el día siguiente.
El primer día hicieron la 1ª etapa del Camino, era de doce kilómetros, aunque les
parecía muy dura la afrontaron con mucha ilusión, ya que estaban empezando y venían
con muchas ganas; durante la travesía se encontraron con otras personas como ellos,
incluso de otras nacionalidades como: alemanes, franceses, portugueses ... y siempre les
saludaban con la palabra “ultrella” o “buen camino” entendida por todos los peregrinos.
Al terminar la etapa todavía les quedaban fuerzas para jugar al fútbol con sus amigos y
después disfrutaban de un baño del agua fresquita del río que pasaba por el pueblo.
Por fin, después de este día tan largo les esperaba la hora de la cena, la primera
noche las monjas de clausura del convento donde iban a dormir los dos primeros días,
prepararon sopa, tortillas y ensaladas.
Se despertaban con la misma ilusión con la que se acostaban pero con un poco de
sueño ya que se levantaban a la seis de la mañana y dormían en el suelo (que estaba he-
188
XI Certamen Literario Escolar
lado). Una vez despiertos se arreglaban y bajaban al patio a tomar el desayuno (antes rezaban para dar gracias por la comida). Al terminar David, el conductor, les esperaba para
llevarles a empezar la 2ª etapa. Se encontraron con personas de distintas nacionalidades
pero con la misma ilusión y el mismo sueño que ellos que era hacer el Camino de Santiago
en un año Xacobeo, que no volvería a ser otra vez en once años, exactamente en el 2021.
Pasaron los días y con estos las etapas, el último día llegaron a Santiago de Compostela, a la plaza del Obradoiro, que es donde termina el camino. Todos nerviosos se
dirigieron a la Catedral a escuchar la Misa del Peregrino donde su Párroco participó, todos
estaban ilusionados y expectantes a que comenzara la Misa y poder ver como el Botafumeiro se desplazaba por toda la Catedral dejando su olor a incienso. Una vez terminada
la misa y después de comer todos juntos un bocadillo en la Plaza del Obradoiro se dirigieron a buscar el autobús que les traería de vuelta a casa.
Durante el viaje de vuelta estuvieron contando como les había resultado la experiencia del Camino, cantaban canciones, chistes y por último dieron las gracias a Jesús
por esta gran aventura con sus familiares y amigos.
¡Santiago ya había hecho el CAMINO de SANTIAGO!
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Colegio San Juan Bosco
Karina
LAURA RODRÍGUEZ MARTÍN
5° Primaria
Dos por una, dos. Dos por dos, cuatro. Dos por tres, diez. ¡Jo, ya me he vuelto
a equivocar!
¡Ah, hola! Me llamo Karina y vengo de Rusia. Ahora tengo siete años, pero cuando
tenía dos me abandonaron en un orfanato. Mi vida allí no fue especialmente agradable
pero mi suerte cambió cuando una pareja de españoles vinieron a visitarme. Me gustaban, aunque no los comprendía. Con el tiempo, vinieron más a menudo y yo llegué a desear que volvieran pronto. Ella siempre lloraba al despedirse. La última vez, se quedaron
mucho tiempo; un mes o más. Me dijeron que si yo aceptaba, podría irme con ellos a
España y que ellos se convertirían en mi familia. No podía creerlo. Yo en España, ¿dónde
estaba aquello?
El primer día en España, mis nuevos padres me llevaron a su casa. Aquella casa
iba a ser también la mía y yo estaba intrigada por todo aquello. Cuando llegamos, me
enseñaron mi habitación. ¡Estaba llena de muñecos, la cama tenía un edredón de bonitas
flores y, lo mejor de todo, ese espacio era para mí sola! Esto hubiera sido un dulce sueño
en el orfanato, donde dormíamos todas en una nave corrida, pero ahora todo esto me
asustaba un poco. Estuve sola un tiempo en mi habitación, pensando en todo esto cuando
mi madre me llamó para comer. Me esperaba en la cocina y había preparado un plato
típico español, cocido madrileño. Mis padres empezaron a comer con apetito. Yo esperé,
un poco aturdida. Hasta que no vi la cara sonriente de mi madre, no empecé yo también.
Durante la comida me explicaron que en unos días iría al colegio con los demás niños. Yo
me asusté un poco. ¡Si ni siquiera todavía comprendía bien el español!
Por la tarde fuimos a casa de mis abuelos a visitar a mi nueva familia. Con un poco
de vergüenza los saludé. Conocí también a mis tíos y a mis primos.
Esa noche, ya en mi habitación, no pegaría ojo pensando en eso del colegio. Puede resultar extraño pero echaba algo de menos el orfanato.
Pasaron los días y yo estaba cada vez más contenta de estar aquí.
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XI Certamen Literario Escolar
Una buena mañana, mis padres me levantaron antes de lo habitual. Me dijeron
que ese día iba a empezar el colegio. Yo me asusté muchísimo e incluso lloré porque
pensaba que me iban a dejar sola otra vez. Mis padres me tranquilizaron, diciéndome que
no tenía por qué preocuparme. Que iba a conocer a otros niños de mi edad, que haría
nuevas amigas y que aprendería un montón de cosas. Yo no las tenía todas conmigo, pero
dejé de llorar. Me vestí con una ropa incomodísima, a la que creo que llamaron uniforme,
desayuné y nos fuimos.
Al llegar al colegio, mis padres me dieron una especie de bolsa muy grande y unos
lápices de colores. Me dijeron que era una mochila para meter los libros y unas pinturas,
y que me harían falta. Llegué a clase y vi que era la única persona diferente a las demás.
Todos me miraban con extrañeza y yo me puse a llorar.
Entonces se acercaron dos niños a mi sitio. Me dijeron que se llamaban Irene y
Diego.
Me miraron con ternura y yo olvidé mi llanto.
Me enseñaron el colegio y me explicaron todo lo que allí se hacía. ¡Después de
todo, no parecía tan mal! Desde entonces se convirtieron en mis mejores amigos.
El colegio acabó gustándome, menos la asignatura de Lengua Castellana.
Y aquí estoy, en plena faena, haciendo mis deberes. Sí, ya sé que la tabla del dos
no me sale muy bien, pero espero mejorar. Y también os aseguro que tras mi primer día
en el colegio dejé de añorar el orfanato.
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Colegio San Juan Bosco
El museo
maría delgado garcía
6° Primaria
Todo estaba listo para que el avión despegara. Los pasajeros estaban en sus
asientos y Olalla cada vez estaba más nerviosa. Olalla era una niña italiana de nueve
años que estaba a punto de visitar España. Era su primer viaje al extranjero, junto a sus
padres, que ya habían viajado alguna vez, y su hermana Amanda, que tampoco había
viajado nunca al extranjero. El avión despegó y Olalla sentía cosquillas en el estómago.
Cuando por fin llegaron, hacía un calor tremendo en Madrid. Se registraron un el
hotel y se fueron a visitarlo. La Gran Vía, la Puerta de Alcalá, el Metro... todo le parecía
como de otro mundo. Los monumentos, la gastronomía, la gente...
Una noche, su hermana comentó:
—¡Qué bonito es Madrid! Lástima que sólo queden dos días.
—Sí... es una lástima...— se entristeció Olalla. Le había encantado Madrid y no
quería irse. Comparado con La Toscana, de donde venía, prefería quedarse en Madríd
para siempre.
El día antes de irse, fueron a visitar el museo del Prado. Olalla tampoco había estado nunca en un museo.
Sabía que eran salas repletas de cuadros y esculturas, se lo había contado un amigo suyo que había estado en uno.
Después de dos horas de hacer cola (se les había pasado la mañana entera) por fin
pudieron entrar. Los cuadros no los llegaba a comprender del todo, pero le gustaban.
—¡Mamá, voy a ver la otra sala!— le dijo a su madre.
—Vale, pero no grites!— susurró.
—“¡Cuántos cuadros!”— pensó. —Este se llama ‘Las Tres Gracias”’ este, ‘El Jardín
De Las Delicias’, y este otro ‘El Caballero De La Mano En El Pecho’. Pero me encanta
este—, dijo señalando al de ‘Las Meninas’.
192
XI Certamen Literario Escolar
Todos ellos eran cuadros realmente bonitos, de pintores muy famosos: Velázquez,
El Greco, Rubens... Se pasó toda la tarde leyendo las fichas de las obras y de sus autores.
Nada ni nadie la podía desconcentrar. De repente, no sabía salir, se había desorientado.
—¡Mamá! ¡Papá! ¡Amanda!— gritaba. No sabía salir de aquel museo.
Cada vez estaba más nerviosa cuando, en un instante y sala por sala, se fueron
apagando las luces del museo. Habían cerrado.
—¡No me dejéis aquí! ¿Alguien me oye? ¡Ayuda!
Empezó a correr sala por sala, pero no encontraba la salida. Se paró a descansar
por un momento cuando, oyó una voz que la llamaba: —«Olalla, Olalla...».
Pensó que sería el vigilante de seguridad, pero no había ninguna persona por ningún lado. Todo estaba oscuro salvo por un ventanal que entraba un poco de luz.
Se preguntaba si sus padres se habían dado cuenta de que no estaba con ellos,
pero otra vez, alguien la volvió a llamar: —«Olalla, Olalla...».
De un brinco, ésta se puso de pie y preguntó:
—¿Quién es?
—¿No sabes quién soy?
Olalla, miró en la sala de la derecha y vio que ¡quien le hablaba “El Caballero De
La Mano En El Pecho”! Asombrada, exclamó:
—¿Me estás hablando tú, el Caballero De La Mano En El Pecho?
—En efecto— le contestó. Tenía una voz ronca pero dulce al mismo tiempo. Sonreía y tenía una pose muy...
—No tengas miedo. No te voy a hacer daño.
—Eso, ¡no te vamos a hacer daño!— dijo, otra voz. Esta voz provenía de una de las
mujeres de “Las Tres Gracias”. —Somos inofensivos, llevamos aquí parados, años y años,
todos los días lo mismo, turistas que vienen, nos hacen fotos y se van, tan tranquilos, sin
pensar más en nosotros. Nos ven y pasan a otro cuadro, ¡como si de páginas de una revista, nos tratáramos!
—Bueno... yo me he interesado bastante por vosotros y por vuestro autor...— le
contestó Olalla.
193
Colegio San Juan Bosco
—¡Ah! ¡Ya me acuerdo de ese traidor!— exclamó el Caballero. —Nos creó, nos pintó
y luego nos dejó aquí, condenados a esta mísera vida...…— dijo, sarcástico, el Caballero.
—¡Pero vosotros tenéis fama! ¡Os conocen y os han visto miles de personas! ¿ Eso
no lo valoráis?
—Olalla— le dijo la otra mujer del cuadro de “Las Tres Gracias” —la fama no importa si no te trae felicidad. Y en este caso, no. Aunque creas que no, eres afortunada
de tener una familia que te quiere y respeta; y no como estos fantoches que no tienen un
mínimo de respeto por nosotros.
—Sí... pero...— susurró Olalla.
—Eres una niña muy especial, Olalla. Sigue como eres...— la elogió la primera mujer.
—Gracias— sonrió Olalla.
—Y ahora, ¡vete!— le sonrió el caballero, al ver que se acercaba el guardia de seguridad.
—¡Estoy aquí!— gritó Olalla.
—Vámonos, ¿estás bien?— le preguntó el guardia.
—Sí, sí. Espere, me he dejado la mochila en la otra sala.
Cuando volvió, los cuadros permanecían inmóviles. Y Olalla les susurró:
— ¡Gracias!
Olalla creció en la Toscana y, siempre recordó aquella conversación con, auténticas obras de arte.
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XI Certamen Literario Escolar
Siempre a mi lado
carolina higuera moreno
1º ESO
Era mi mejor amiga. Algo mágico ocurría entre las dos cuando estábamos juntas.
La recuerdo desde siempre, desde que vine al mundo y el mar de sus ojos me bañó
con su sonrisa.
La nieve de sus muchos inviernos había dejado blancos sus cabellos. Me gustaba
sentir sus manos ásperas y huesudas acariciándome el pelo mientras me acurrucaba en su
regazo.
Yo era su princesa y en verano subíamos a su castillo a los pies de sus queridas
montañas.
Allí dibujábamos flores, recogíamos moras, hacíamos dulces, y en el agua sus piernas se convertían en toboganes por los que me deslizaba sin miedo mientras ella se reía.
Los caballos del pueblo acudían trotando a la cerca en cuanto nos oían venir y,
contentos, comían de nuestras manos el pan y la fruta que les traíamos. Yo imaginaba
que algún día sería mayor y podría montar en ellos: cabalgaría a lomos del caballo blanco
—mi favorito— por las verdes praderas mientras ella, feliz, me observaba.
Algunas noches paseábamos con la luna y así, cogidas de la mano, soñaba estar
siempre con ella.
Terminó aquel inolvidable verano y llegó el otoño. Las finas hojas de los sauces se
marchitaron y tristes cayeron al suelo. Pero también algo se marchitaba dentro de ella y
comenzó a sentirse mal.
Una terrible enfermedad con nombre de horóscopo y de la que nunca había oído
hablar la consumía lentamente.
195
Colegio San Juan Bosco
Cambió sus montañas por la cama de un hospital y, aunque aquel sitio no le agradaba, nada le hacía perder su sonrisa.
Yo la visitaba siempre que podía, y ella siempre me regalaba un beso y un abrazo.
Le llevaba mis muñecos y, allí, encima de las frías y blancas sábanas, jugábamos, reíamos
y hacíamos planes para el próximo verano.
Pero el verano no llegó.
Se fue sin hacer ruido, con el mar apagado en sus ojos. Se paró su corazón y algo
se rompió dentro del mío. Su cuerpo, ya ceniza, voló como un ángel entre sus queridas
montañas. Y allí está ella entre flores, caballos y nieve.
Ya hace tres años que se fue, pero nunca se ha ido del todo. Nunca he dejado de
sentirla a mi lado, siempre a mi lado.
Dedicado a mi abuela, Agnes.
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XI Certamen Literario Escolar
Tic Tac...
tomás arquero carrascosa
2° ESO
Miro el reloj: las doce y media, y vuelvo a cerrar los ojos. Me sumerjo en una
nueva oscuridad. Los pensamientos se me amontonan en la cabeza como hojas sueltas en
un escritorio. El sueño reparador de cada noche se niega a acudir en mi ayuda. De fondo
oigo el tic tac del reloj. Los pensamientos confluyen en mí como ríos que buscan desembocar en el mar. Un minuto más. Abro los ojos. La oscuridad lo sigue cubriendo todo con
su capa de tinieblas y misterio. Mis ojos se adaptan a ella y dan forma a cada uno de los
objetos que ven... tic tac... tic tac... El silencio es mi compañero de vigilia.
Sólo interrumpe este vals de silencio, mi respiración entrecortada y los latidos
atropellados de mi corazón... Otro minuto más... Cierro los ojos de nuevo. Comienzo a
contar; una oveja, dos ovejas, tres, cuatro... treinta, treinta y uno... setenta y tres ...
cien..., vaya, he perdido la cuenta. Comienzo de nuevo; uno, dos, tres..., tic tac... tic
tac..., desisto. Vuelvo a abrir los ojos, de nuevo la negrura de la noche me saluda burlona, y observo como da un aspecto fantasmal a aquella que es mi habitación... Otro minuto más... las ideas que se alojan en mi mente, me asfixian y me agobian. Me incorporo
y enciendo la luz. De pronto todas las sombras se desvanecen... Miro el reloj, ¡Sólo han
pasado diez minutos!
Me tumbo y vuelvo a apagar la luz. Cierro otra vez los ojos y me abandono al reino
de los recuerdos, que me transportan por cada uno de los rincones de mi memoria..., tic
tac... tic tac... el tacto de las sábanas me relaja. Oigo como el camión de la basura en el
exterior, termina su turno nocturno... Otro minuto... Me revuelvo inquieto en la cama,
luchando contra las sábanas. No sé que hacer, la tensión y el cansancio se van apoderando de cada parte de mí. Pero el sueño no quiere hacer acto de presencia... tic tac... tic
tac... Pienso en el partido del sábado. Pongo en orden mi cabeza. Los minutos se suceden
rápidamente sin darme el consuelo de poder descansar, y sumergirme en las profundidades del sueño. Abro los ojos otra vez. Ahora unos débiles rayos de luna, se atreven a
iluminar mi habitación, dando algo color a tanta oscuridad. Aún así, la vigilia persiste...
tic tac... tic tac... En silencio, fijo la vista en el techo, más concretamente dónde se
deberían apreciar las diminutas gotitas de gotelé. Permanezco en esa postura bastante
197
Colegio San Juan Bosco
tiempo, no sabría decir cuánto. De pronto, mis párpados comienzan a volverse pesados,
mi visión se vuelve turbia, borrosa. Por fuerza de la gravedad, mis ojos se cierran, y por
fin, como por arte de magia, parezco caer en las redes del maravilloso sueño... tic tac...
tic tac ... cada vez lo oigo más lejos... tic tac... Ya casi no percibo nada... tic...
De pronto ¡¡ringggggg!! El timbre del despertador, me arranca salvajemente de los
brazos del sueño, y me despierta, para avisarme del comienzo de un nuevo día. Me siento
en el borde de la cama, y comienzo de nuevo a oír el tic tac del reloj, que me acompañará a lo largo de todo el día..., tic tac... tic tac... tic tac...
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XI Certamen Literario Escolar
Sin la tecnología...
JAIME LOZANO EXPÓSITO
3º ESO
En un colegio llamado “Escuelactivada”, llamado así por el gran número de tecnologías que allí había, un alumno llamado Manuel se quejaba constantemente: “que si
esto no funciona, que si lo otro se cuelga, que si eso tal, que si aquello pascual...”. Este
alumno, del cual además había quejas de compañeros a profesores, de profesores a directores, de directores a la junta educativa... ; en fin, un auténtico plasta.
Al salir del colegio no creáis que las quejas acababan, ¡qué va! Las quejas se iban
haciendo más y más insoportables conforme se acercaba a su casa: que si los coches tal,
que si las farolas pascual, que si las motos, que si las industrias, que si esto, que si lo
otro … y sus padres no sabían qué hacer: no podían castigarle; primero, porque no había
nada sin lo cual castigarle sin llamar la atención del Ministerio de Protección al Menor
(de hecho, a veces le tenían que obligar a dormir al menos en el sofá y no en la mesa de
la cocina); segundo, por que si le castigaban sin algo era capaz de decir hasta cincuenta
quejas por minuto y hasta quejarse aun estando inconsciente.
El caso es que en una de sus habituales siestas en el banco de la plaza tuvo un
sueño: se había despertado en el siglo XII d.C. y se quedó impresionado ante el mundo
que tenía ante sus ojos: los comerciantes tenían que ir con sus productos en carros para
venderlos en el mercado, los campesinos labraban sus tierras y otras que no eran suyas
y los chiquillos correteaban por los campos. Manuel se quedó absorto, ¿de veras estaba
en el mundo de la Edad Media? Se frotó y refrotó los ojos, pero sólo lograba ver un cielo
nublado exacto al de la plaza en la cual estaba dormido. Cerró fuertemente los ojos, y al
cabo de un rato volvió a ver la aldea donde se encontraba. Debatió las posibilidades: ¿Era
un sueño o de veras estaba en la Edad Media? Pidió a alguien que le diera un pellizco en
la nariz pero le dio un pisotón. Como a Manuel le dolió el pie pensó que realmente había
viajado en el tiempo, pero lo que en realidad pasó fue que un mozalbete que iba corriendo había pisado a Manuel sin darse cuenta.
Al caer la noche, Manuel se refugió en una casa abandonada, y desde allí recapacitó en lo que piensa de la tecnología: con ella, abría dormido sobre un colchón bien
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Colegio San Juan Bosco
tapado con sábana y manta y puesta la calefacción; habría cenado un plato caliente, se
habría dado una cálida ducha y se habría entretenido viendo un poco la televisión. Luego
oyó unos terribles aullidos y agudos gimoteos de la casa de enfrente, donde había bastante gente enferma. Pensó en la suerte que tenía por vivir en una época con tantos avances
en la medicina y en un país tan desarrollado. Reflexionó sobre sus principios durante más
o menos media hora. Finalmente, concluyó en que sus ideas no llevaban a ninguna parte.
Cogió un viejo manto remendado olvidado en la casucha, se envolvió en él y salió al prado
de atrás.
Con cuidado de no despertar a ningún animal para no asustar a nadie, Manuel
cruzó los pastos, atravesó los cultivos, recorrió los caminos y trepó las rocas; hasta llegar a un escarpado saliente en el cual se quedó un rato, pensativo. Decidió pensar en
cómo volver a casa, pero en aquel preciso momento en el que se levantaba, un pie se le
resbaló y cayó del saliente por el desfiladero en el que estaba. Caía y caía, pero cuando
se golpeaba con las rocas no sentía dolor alguno. Cuando llegó al fondo del cañón y chocó con el pedregoso suelo... despertó.
Miró a su alrededor: estaba en la plaza en la cual se había echado una siesta,
pero se había caído del banco de madera. Preguntó donde estaba a una pareja, y cuando se giraron vio que eran sus padres. Les contó su sueño, el cual interpretaron como
una señal.
Hoy día Manuel es un destacado ingeniero técnico dedicado a la fabricación de
objetos que mejoren la calidad de vida de todo el mundo sin perjudicar el medio ambiente.
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XI Certamen Literario Escolar
Involución
álvaro guzmáN bautista
4º ESO
—Papá, ¿qué es la involución?
—Hijo, ¿a qué viene eso ahora?
—Es que se lo oí a unos señores en el parque ...
—¿Y qué decían?
—Pues... no sé qué de la Sociedad..., que adónde va a ir a parar... y luego dijeron
algo de la involución. Y me quedé con la duda. Explícamelo, papá.
—A ver, hijo, la involución es... No, déjalo, eres muy pequeño para entenderlo.
—Venga, dímelo papá.
—Bueno... a ver cómo te lo explico. Mira hijo, la involución es como si la Sociedad,
en vez de ir progresando, fuera hacia atrás... Es que no sé cómo decírtelo para que lo
entiendas...
—Entonces, ¿la involución es, por ejemplo, que algunos chavales de mi clase insulten al profesor, y que encima, si el profesor hace algo, se quejen a sus papis y que les
defiendan? ¿Involución es que mi profesor de matemáticas estuviera una semana sin venir, porque estaba en el hospital; después de que el padre de Jorge le pegara? ¿Y también
es involución que a uno que suspendió todo, sus padres le compraran una nueva consola?
—Sí, hijo eso es involución. Involución, como esos pobres niños que hay en el mundo, que darian lo que fuera para ir a la escuela, mientras que otros chavales a los que no
les falta de nada, darían lo que fuera por no ir. Involución es que ahora en las clases, el
más malote es el que en el futuro no va a cobrar la jubilación.
—Entonces, ¿también es involución, que haya niños que tengan que sudar sangre
para conseguir un mísero trozo de pan, mientras que hay otros que se permiten el lujo de
tirar la comida?
—Sí, hijo, eso también es involución. Como que también es involución que los trabajadores que tienen uno de los mejores sueldos del país, decidan todos dejar de traba-
201
Colegio San Juan Bosco
jar y colapsen el tráfico aéreo, mientras que los demás tenemos que ganarnos el sueldo
de cada día sin presentar quejas. Y que también, los médicos de hoy en día no se dediquen a salvar vidas, si no a cumplir con los objetivos que les son mostrados en un papel.
—¿Como aquélla vez que tuvimos que ir a urgencias, y no nos atendieron en el hospital porque no era el de nuestra zona?
—Por ejemplo. Y hablando de enfermedades, también es involución que nadie
tome ninguna medida en serio para ayudar a los haitianos.
—¿Qué es un haitiano?
—Pues un señor que vive en Haiti, que es un país que esta en una isla, cerca de
Cuba, y de Estados Unidos. Y ya que he mencionado ese país, también quiero que sepas
que involución también es que todo lo que se ponga de moda allí, los demás lo sigan
como tontos. A este paso, no vamos a tener personalidad.
—Pero, papá, ¿por qué me estás contando todo esto?
—Porque yo quiero que en un futuro, cuando seas mayor, luches contra esto.
Porque nuestro turno para arreglar las cosas ya pasó. Ahora os toca a vosotros. A toda
vuestra generación. No permitas que este mundo en involución sea cada vez peor. Hijo,
si por un casual fueses un hombre con mucha influencia, recuerda las palabras de tu
padre, e intenta cambiar el mundo. Es difícil, pero no permitas que el materialismo, la
codicia, y los malos valores perviertan el mundo. Apuesta por la cultura, la honestidad
y siempre ayuda a los demás. Nunca desees a los demás lo que no quieras que te pase a
ti. Recuérdalo hijo, el futuro está en vuestra generación.
Bueno, yo creo que por hoy es suficiente. Además, mira la hora que es. ¿No deberias estar en la cama?
—Es verdad, papá. Buenas noches.
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XI Certamen Literario Escolar
Demasiado tarde...
ADRIÁN CACHO VILLALba
1º Bachillerato
Oigo un coche. Contengo la respiración. Me asomo a la ventana. No es él. Respiro. Miro el televisor. Otra vez. Otra mujer muerta en manos de su pareja. Los familiares
dicen que nunca habían sospechado nada. La historia de siempre.
Escucho una voz, un hombre berreando. Es él. Está ebrio. Por lo menos esta vez
no ha venido conduciendo. Portazo. Carrera hasta la habitación. La nombra. No hay respuesta. Vuelve a nombrarla, esta vez más alto. Sigue sin haber respuesta. Último aviso.
Una voz tímida y asustada responde. El grita. Pasos firmes. Otro portazo. Golpes en una
puerta. Más golpes. Cesan de repente, y un hombre totalmente distinto, más cuerdo, más
humano, pregunta por los niños. Camina hacia otro punto de la casa. Abre una puerta.
Camina. Abre otra puerta. Otra. Otra. Retrocede sobre sus pasos. Se sitúa frente a la primera puerta. Llama con un golpe de nudillos. Pregunta si hay alguien. Silencio. Insiste. El
picaporte chirría y la puerta se entre abre. Se repite la pregunta sobre el paradero de los
niños. “En casa de mi madre” responde ella. El ríe con sarcasmo. Se transforma de nuevo. Ella reacciona e intenta cerrar la puerta. Demasiado tarde. Entra en la habitación aún
con la botella en la mano izquierda. Enciende la luz. Quiere que lo mire a los ojos. Quiere
que le dé explicaciones. Quiere que lo bese. Quiere que... Ella se opone. Insultos. Forcejeo. Se escucha un cristal romperse. Amenazas. Gritos. Más insultos. Más gritos. Súplicas.
Llanto. Sumisión. No es suficiente. Vuelve a ser demasiado tarde. Él alza la botella. Ella
grita, suplica, pide ayuda. Se resbala el mando del televisor de mis manos. Nunca había
llegado a este punto. Insultos. Corro a por el teléfono. Primer golpe acompañado de su
llanto. Marco. Segundo golpe. Otra vez súplicas. Marco. Tercer golpe. Me tiemblan los
dedos. No puedo marcar el dos. Cuarto golpe. Marco. Quinto golpe. Llamando. Pero como
todo en esta noche, demasiado tarde. Un cristal impacta contra el suelo. Otro objeto que
no quiero identificar hace lo mismo. El teléfono sigue llamando, pero ya no oigo nada.
Silencio. Dejo de respirar. No puede ser. Aprieto más la oreja contra la pared por si se
me escapa algún detalle. Vuelve a sonar un picaporte. Se va. No oigo las pisadas. Espero.
Sigo sin oírlas. ¿Por qué? Sonido sordo, la acera se llena de cristales. Suena la alarma de
un coche. No puede ser. Tiro el teléfono. Creo escuchar la voz de una mujer salir de él,
pero eso ya no me importa. Corro. Entro en mi habitación. Abro la puerta del balcón. Sal-
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Colegio San Juan Bosco
go. Un grito desgarra mi garganta. Retrocedo. Pego mi espalda a la pared. Me derrumbo.
No tengo fuerzas. Me tumbo en el suelo. Cierro los ojos. Oigo los gritos alarmados de un
niño llamando a su madre desde el piso de enfrente. Cierro más aún los ojos. Una señora
grita. Me tapo los oídos. Lo huelo, huelo la sangre. Lloro. Pasan unos segundos interminables en los que mi cuerpo no responde. Abro los ojos. Me incorporo. Me arrastro dentro
de la habitación. Cierro la puerta de una patada. Me sigo arrastrando. Llego al teléfono.
Escucho que comunica, pero lo ignoro. Subo a mi cama. Me meto. Me arropo. Me escondo
de la realidad. Vuelvo a cerrar los ojos, pero las pesadillas me atrapan y me maltratan.
Soy ella. Soy él. Soy el niño gritando. Soy la señora llorando. Soy la mujer de las noticias.
Soy los familiares de la víctima.
¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a decir? ¿Que no sospechaba nada? ¿Que nunca les había oído discutir? ¿Que cada noche que él aparecía, ella encerraba a los niños en el baño
y le suplicaba que se tranquilizara? ¿Que oía su llanto mientras él se aprovechaba de ella?
¿ Que nunca tuve el valor de mirarla a los ojos por las mañanas al salir de casa y ofrecerla
mi ayuda? ¿Que he sido un espectador de primera línea en esta desgracia? ¿Que me tembló el pulso al marcar los números de la policía? ¿Que llegue tarde? ¿Que la deje morir?
Las sirenas se oyen al otro lado de la calle. Ya casi han llegado. Pero, por supuesto, tarde. Varios coches aparcan y despejan la zona. El portal se abre. Los policías suben
corriendo las escaleras. Golpean la puerta contigua a la mía. Vuelven a golpear. Tiran
la puerta abajo. Registran la casa antes de llegar a la habitación que se convirtió en su
tumba. No puedo escucharles, hay una pared en medio, pero les puedo ver tocando con
un par de dedos su frágil cuello, cerrando sus ojos, acercándose al balcón. Una voz pregunta, imagino que desde un walkie-taIkie, por lo ocurrido. Pide un informe. El policía
responde. ¿Adivinas la respuesta? Demasiado tarde.
Cierro con fuerza los ojos. Bloqueo mis sentidos. Me hago un ovillo bajo las sábanas. Meto la cabeza entre mis rodillas. Pero de nada sirve. Nada consigue hacerme
olvidar el llanto, las lágrimas, las súplicas, los gritos. Deseo desaparecer. Deseo que desaparezca esta noche de mi mente. Una noche de muerte. Una noche de dolor. Una noche
de sufrimiento. Una noche en la que es demasiado tarde para la salvación y el perdón.
Una noche sin final.
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Colegio
San Juan Evangelista
XI Certamen Literario Escolar
El castillo mágico soñado
adrián martín soler
5° Primaria
Hace ya mucho tiempo, en Alareto, una bruja con su dragón atacó el castillo.
Los habitantes del castillo supieron afrontar la guerra, pero muchos murieron en el intento de proteger el castillo.
Cinco valientes héroes: Juan, Ricardo, Álvaro, Jaime y David. Decidieron ir a pie
para derrotar a la bruja. Pero no se esperaban que en la entrada al castillo de la bruja,
fueran a encontrarse con yetis y más criaturas fantásticas.
Ricardo dijo: —iVenga vamos al castillo! ¡Hhay que idear un plan!
Cuando llegaron los cinco héroes con la gente que había sobrevivido, Juan cogió
piedras e hizo lanzas. Ricardo cogió piedras e hizo flechas y arcos. Álvaro con hierro hizo
espadas. Jaime moldeó el hierro con una de las espadas para hacer bolas a los cañones.
David, con madera, hizo carrozas para ir hasta el castillo. Los soldados ayudaron a todos.
Un granjero muy listo pensó: “Voy a cultivar el trigo, maíz y más vegetales para
dárselo a sus caballos y a las vacas para que tiren de la carroza”. Fueron al castillo de la
bruja a luchar contra los yetis, los yetis mataron a muchos de los soldados.
Jaime dijo: —Cada vez quedan menos soldados, ya hay que sacar nuestra mejor
artillería.
Pero Ricardo dijo: —Por favor, parar, no nos vamos a matar entre nosotros, hay
que llegar a un acuerdo.
Después de un tiempo, al final no llegaron a un acuerdo, así que, los dos ejércitos
se volvieron aun más rencorosos.
Pero se oía una voz que decía iJaime, venga, vamos, que luego pierdes el autobús!
Al final, todo era un sueño.
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IES
Isaac Peral
XI Certamen Literario Escolar
El secreto de la pantalla
FRANCISCO CANO DÍAZ
1º ESO
Érase una vez un soldado romano llamado Flavio que estaba en Galia junto a su
legión luchando por conquistar ese territorio para Roma.
De pronto, en medio de la contienda, una flecha atravesó su corazón. Sintió un
frío terrible, su vista se nubló y perdió el conocimiento.
Cuando se despertó, se dio cuenta que no estaba en Galia, todo a su alrededor era
muy extraño para él. Flavio empezó a mirar y a tocar los objetos desconocidos que había
por todas partes.
De repente, escuchó la voz de un niño que le decía:
—¿Quién eres? ¿Eres Flavio? ¿Cómo has conseguido salir del juego? ¿No te habían
matado?
Flavio se quedó sorprendido ante las preguntas del niño y dijo:
—¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Quién eres tú?
Mario le respondió:
—Yo estaba jugando en el ordenador, a ti te habían lanzado una flecha y no has
podido esquivarIa e iba a perder la partida cuando de pronto saliste de la pantalla.
—No entiendo nada—, contestó Flavio. ¿Dónde estoy?
Mario estaba aún más sorprendido, no entendía cómo había llegado a la habitación. Le explicó quién era y dónde se encontraba y qué objetos eran los que estaban a su
alrededor.
El niño se dio cuenta que Flavio tenía una herida en el pecho y sin decirselo a él
para no asustarle se fue al baño sin que su madre se diera cuenta y volvió a la habitación
con alcohol y algodón para curarle.
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IES Isaac Peral
Le preguntó si tenía hambre o sed y Flavio le respondió que sí. Mario fue a la cocina a por un poco de jamón y pan y un bote de bebida. Flavio comió con ansia pero no
supo qué hacer con ese cilindro en el que aparecían simbolos misteriosos.
Mario le enseñó como tirar de la anilla y abrir el bote.
De pronto, Mario escuchó a su madre llamarle para cenar. El niño le dijo a Flavio
que se quedase en la habitación y no se moviera. Cuando terminó de cenar volvió a su
cuarto. Flavio seguía allí y Mario se puso a pensar en cómo volver a enviarle a Galia.
Miró en la pantalla, se dio cuenta que el juego estaba detenido en el momento en
que la flecha penetró en el pecho de Flavio. Quizás si encontraba en el juego alguién que
le sacara la flecha, Flavio podría volver a su época.
Mario consultó en internet un truco para poder revivir al romano y al final lo encontró. Mientras Flavio observaba sorprendido todo lo que hacía aquel niño. Este manejaba con rápidez las teclas del ordenador, mientras en la pantalla Flavio conseguía desprenderse de aquella flecha. Sintió un pinchazo en su interior y ya no pudo recordar más.
Mario gritó de alegría, y vió que estaba solo, de repente se dio cuenta que Flavio
le sonreía desde el fondo de la pantalla.
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XI Certamen Literario Escolar
Laila y el dragón
tania bahamonde garcía
1º ESO
Laila era una niña de unos doce años, tenía el pelo liso y rubio, ojos verdes,
cara redonda, nariz chata, en muy buena forma y muy especial: era capaz de hablar con
cualquier animal y tenía su mismo instinto. Laila tenía dos hermanas: María y Marta, que
eran mayores que ella. María y Sonia siempre se metían con Laila por su instinto. En cambio su padre y su madre la entendían perfectamente.
Laila vivía en Rayos, un pueblecito perdido en mitad de la nada, a Rayos lo llamaban pueblecito, pero, en realidad era un gran planeta. Su planeta era muy colorido, con
árboles estrambóticos y casas de colores extraños.
Un día Louis, el padre de Laila, se fue de viaje de negocios y su madre y sus hermanas se fueron a visitar a sus abuelos (que vivían en Londres) Laila, no quería ir, así
que su madre contrató a una canguro para que la cuidase, pero la canguro se puso mala,
llamó a casa y Laila se Hizo pasar por su madre y digo que no había problema que ya
contratarían otra, pero Laila mintió y salió de casa. Cruzó la calle y se fue en dirección al
parque helado, que era un parque completamente nevado. El instinto animal de Laila la
hizo acercarse a un gran árbol que parecía un abeto, Laila se acercó y encontró un botón,
le dio y se abrió una puerta oculta y unas escaleras iluminadas que bajaban y bajaban;
sin embargo ella notaba que subía. Cuando llegó al final, descubrió un nuevo mundo, en
é había animales y criaturas que desconocía. Laila caminó en línea recta hasta llegar a un
puerto dónde los delfines y los peces más bellos y con más color que había visto saltaban
entre las olas del mar. A su derecha había una casa en ruinas que sólo había conservado
su entrada, Laila se sintió impulsada por su instinto animal de nuevo. Cuando llegó allí
encontró una urna de cristal bañada en oro, encima había una nota: “PARA LAILA: ESTO
ES PARA Tí, TU SABRÁS CÓMO ULTILlZARLO; GRACIAS POR VENIR. A Laila le entraron escalofríos sólo de pensar que ocurriría cuando abriera la caja, pero no se podía echar atrás
ya que su instinto la volvía a empujar. Cuando abrió la caja descubrió que dentro había
una muñeca de porcelana con el pelo largo, unas alas y un precioso vestido. Para su sorpresa, su cara... ¿Su cara? iiiEra imposible!!! iiElla desconocía ese mundo hasta hace unos
quince minutos!! ¿De Pronto observó que el hada tenía una corona en sus manos, su ins-
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IES Isaac Peral
tinto la obligó a tirar de la corona y al tirar, se abrió un compartimento oculto. La caja se
abrió en cuatro partes y la bailarina subió un poco agarrada de un palo de cristal precioso
y reluciente. Dentro del compartimento, había una nota y un mapa, en la nota ponía:
Estimada Laila:
Bienvenida a Petopía. Tu hermana Sheila, antes de morir, nos dijo que tú eras la elegida para acupar su puesto, el de Hada de la Naturaleza. Yo soy el sabio Yang-han, estoy
encerrado en una celda en la ciudad Terror-Castle, dentro de la plaza. (En el centro
de esta ciudad no hay plaza, sino un castillo) y, gracias a mis poderes de premonición,
supe que esto iba a pasar. En el mapa hay estrellas que indican sabios a los que puedes
preguntar; también hay puntos que simbolizan la ciudad, y un dibujo al lado de cada
ciudad que representa una plaza, y en cada plaza, hay algo que en la de verdad no
hay, son botones que te abrirán atajos.
Laila decidió ir, metió la nota en la caja, metió la caja en su mochila y abrió el
mapa. Se tenía que dirigir a la ciudad horrible-light. Se dio cuenta que en la plaza había
una choza con forma de luz monstruosa y se preguntó quien estaría allí. Cuando llegó a la
ciudad lo que vio le asombró mucho: los seres que habitaban allí eran monstruos con linternas en la mano, ¡ahora ya entendía por qué se llamaba así la ciudad! Se dirigió hacia la
plaza, cuando llegó, la choza no estaba allí, pero en el mapa había una preciosa estrella
debajo del dibujo. Cómo le dijo el mago, buscó algo oculto, su instinto la impulsaba hacia
abajo, se fijó y encontró en el suelo unapequeña ramita grisácea, cuando fue a cogerla
se levantó del suelo la choza del dibujo. Laila entró, en el suelo había una gran alfombra
con dibujos de formas extrañas y con letras en otro idioma, enfrente de la alfombra había
un señor con una toga negra y el pelo blanco. Laila se acercó a él y se empezó a presentar pero el mago la interrumpió: —Sé quién eres y qué haces aquí, Laila. Dime, ¿qué
dudas tienes?—. Laila tenía muchas preguntas pero sólo formuló las más importantes, no
quería bombardear al mago con preguntas: —¿Qué es el mago Yang-han? ¿Soy yo la de la
caja de música? ¿Quién secuestró al gran mago? ¿Por qué nadie me ha hablado de este
mundo? ¿Hay más gente como yo aquí?—. El mago le contestó a estas preguntas cómo si
las hubiera memorizado: —Lo de el mago lo verás cuándo le encuentres. Sí, eres tú la de
la caja. Al mago no le secuestró nadie, una fuerza maléfica se suele escapar del cementerio dónde está enterrada Elvira, que es la que murió al mismo tiempo que tu hermana,
pues las dos se apuntaban mutuamente; y tu hermana y la bruja, adivinando lo que iba
ha hacer la otra, dispararon. Nadie te ha hablado de este mundo porque si todo el mundo
supiera que este mundo existe, moriríamos todos al ser controlados por la raza humana, y
sí, hay más chicas cómo tú aquí.
Laila dijo: —¿No hay chicos?—. El mago le dijo: —¿Para qué lo quieres saber?—.
Laila se puso coloradísima y el mago sonrió y dijo: —Ya sé para que lo quieres saber, mi
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XI Certamen Literario Escolar
respuesta es sí, si hay chicos, sólo hay uno pero es muy callado. Laila le dio las gracias y
el mago le dio un cinturón, le dio un conjuro para teletransportarse y Laila lo probó para
teletransportarse a Terror-Castle.
El hechizo no funcionó del todo bien, porque en lugar de ser transportada directamente a la ciudad, fue transportada a las afueras. Examinó el mapa y descubrió una
estrella justo detrás de ella, miró y descubrió una gran cueva. Entró y vio una anciana
con una toga blanca levitando con las piernas cruzadas, se acercó y la saludó. Ella bajo
suavemente hasta el suelo y dijo: —Hola Laila, dime, ¿tienes alguna duda que necesites
resolver ahora?—. Laila se sentó suavemente en un cojín y dijo: —Sí, tengo bastantes dudas, como por ejemplo: Si soy yo la de la caja de música... si tengo poderes, y, ¿por qué
tengo una corona en mis manos? ¿Tiene mi instinto animal algo que ver con eso?, ¿dónde
están las demás hadas?—.
La anciana contestó: —Sí, tienes poderes y te puedes transformar, la corona la tienes porque dentro de poco serás reina de Petopía y heredarás el puesto de tu hermana.
Sí, tu instinto animal tiene que ver con ello, y las demás chicas, y el chico no te puedo
decir dónde están. ¿Algo más?
­ No, gracias por todo.— dijo Laila. La mujer le dio un hechizo para poder trans—
formarse y cambiarse de ropa, también le regaló una bonita diadema rosa y morada. Laila
salió de la cueva y se encaminó hacia Terror-Castle. Cuando llegó allí, se dirigió corriendo
allí, fue directa al castillo y entró. Se dirigió al centro y palpó la pared seguida de su instinto. Encontró un ladrillo saliente de la pared y empujó; se abrió un pasadizo secreto y
entró. A medida que se iba adentrando en la oscuridad un leve ruido se iba haciendo más
y más alto hasta oír un ruido de palabras sin sentido. Laila se concentró hasta conseguir
que de su mano saliera una pequeña llama que iluminara el camino para poder ver. Laila
se paró cuando oyó justo a su lado esas palabras sin sentido. Se acercó a un agujero y se
asomó, lo que vio la dejó paralizada, un dragón de gran tamaño hablaba sólo, Laila supuso que era el Gran Sabio. Saludó y el dragón se acercó a ella, se transformó en un anciano
con una toga de colores y murmuró “Laila”. Laila le sacó de allí y le teletransportó a
Petopía; una vez allí todos felicitaron a Laila mil y un veces, se acercaron los brujos y le
dieron una corona. El instinto de Laila hizo que se transformara en un hada y su mochila
empezó a brillar, Laila la abrió y descubrió que la muñeca se transformaba en una foto
pegada al cristal y donde antes estaba el escenario se transformó en una urna para guardar la corona, y una música preciosa salió de su interior. El cinturón y la diadema salieron
volando hasta llegar al cuerpo de su heredera. Laila miró a lo lejos y vio cuatro hadas
muy contentas corriendo hacia ella a saludarla, Laila las reconoció, eran sus mejores amigas y tenían en común que todas tenían instintos, pero los guardaban en secreto. Ya era
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IES Isaac Peral
de noche y Laila se dirigió al palacio a pasar la noche allí. De pronto descubrió la silueta
de un chico, era Roberto, el chico que conoció Laila el año pasado en el intercambio de
niños... era tan guapo, sincero y amable con ella, él la saludó, se acercó a ella y actuó
con rapidez: la cogió por los brazos, la acercó a ella y la besó. Laila casi se cae al suelo
de cabeza pero le bastó con decirle “te quiero”.
Poco tiempo después Laila supo que el señor Yang-Han era su abuelo, y que cuando ella no estaba en su mundo, una réplica exacta a ella vivía su vida. También descubrió
que sus padres la entendían porque sabían que su hermana murió allí, y en realidad no
se fueron, sabían que había llegado el día en el que su hija supiera cuidar de sí misma
y descubriera su mundo. Respecto a lo de su abuelo, él fue quien creó Petopía para que
los seres extraños vivieran en paz; y su abuelo, cuándo fue secuestrado no pudo hacer
nada porque la fuerza maligna le arrastró, pero Laila usó sus poderes y creó una barrera
irrompible alrededor de la tumba de Elvira y dentro de unos quinientos mil millones de
años tendría que volver a levantarla, pero para eso quedaba mucho, mucho tiempo. Han
pasado diez años desde que Laila entró en Petopía, cinco desde que se casó con Roberto
y tres desde que visitó a sus padres para ver que tal estaban y para contarle sus hazañas.
Han pasado nueve años y medio más desde que Laila es reina. Ahora Laila es feliz en su
mundo, con su marido, con sus mejores amigas, con su abuelo y con un enorme planeta
lleno de aventuras por vivir.
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XI Certamen Literario Escolar
La piedra de la inmortalidad
FEDERICO PÉREZ RUIZ
3º ESO
Hace siglos, en la Europa Medieval, vivía un hombre joven, de nombre Ricardo,
era alto y muy aventurero. Tenía una novia, Andrea; era la chica más bella del mundo,
con su perlo largo y rubio y sus ojos azules. Por desgracia, eran muy pobres y no sabían
qué hacer. Un día, llegó un sabio de las tierras del Norte, diciendo:
—He estado muy lejos y he visto un altar con una piedra que dice que puede conseguir la inmortalidad, pero, a cambio, hay que sacrificar tu cosa más importante después
de la vida.
El chico Ricardo dijo a su novia: —Andrea, si soy inmortal podré ir a las guerras sin
morir y ninca nos faltará de nada. ¿Me acompañarás?
La chica asintió, ya que creía que perderían la casa o la comida que no les haría
falta. Y se marcharon los dos hacia el Norte. Tras un mes de viaje descansaron en una
posada en la que había un anciano, que preguntó:
—¿Por qué vais de viaje? ¿A dónde vais?
—A buscar la piedra de la inmortalidad­— dijo Andrea, muy resuelta.
—¡No vayáis!— replicó el anciano —Hay un guardian muy fuerte protegiéndola. Ricardo no le hizo caso, ya que sabía manejar una espada y una lanza a la perfección. Y
siguieron su camino tras pagar al posadero.
Cerca de su destino, Andrea se encontró muy enferma. Una señora que conocía la
magia de la piedra les preguntó por su viaje y les advirtió: —¡Alto! Si encontráis la piedra,
la chica morirá.
—¡No digas mentiras— dijo Ricardo. —Soy su novio y ella es muy importante para
mí. No permitiré que le pase nada— replicó.
—¿La quieres mucho? Justamente por eso morirá— dijo la mujer. Extrañados por la
respuesta siguieron adelante. Llegaron a un páramo helado donde se levantaba un enor-
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IES Isaac Peral
me templo. Estallaron de alegría, pero hubo un problema: Había un enorme caballero con
una armadura negra como el azabache y una espada gigantesca.
—¿Queréis pasar? ¡Antes tendréis que vencerme!— dijo.
Ricardo, acordándose del viejo de la posada sacó su espada y se la clavó al caballero. Con el enemigo en el suelo se dio la vuelta... ¡y sufrió un golpe por la espalda!
—¡Idiota!— dijo el caallero completamente recuperado —¿Acaso no sabes que guardo
la piedra de la inmortalidad, y poseo sus poderes? En 243 años nadie me ha vencido— dijo.
Andrea tuvo una idea. Observó que estaban en un valle con un montón de rocas a
ambos lados. Llevó a Ricardo a la cima y empezó a tirar piedras grandísimas.
—Ricardo, aunque él sea inmortal, podemos sepultarle con las rocas— le dijo. Entre los dos sepultaron al caballero.
—¡No puedo moverme! ¿Cómo habéis podido?...
—No nos subestimes— le interrumpió Ricardo.
—Bueno, da igual; inevitablemente uno de los dos morirá— dijo el caballero, repitiendo las mismas palabras que la mujer.
Al final, entraron en el templo y encontraron dos caminos: Uno llevaba a la piedra.
Otro llevaba a una montaña de oro, pero obviamente peor que la inmortalidad.
Como acordaron, Ricardo cogió la piedra, pero recordó las palabras de la mujer y
del caballero y, sobre todo, la enfermedad de Andrea, que se iba acentuando, y cayó en
la cuenta de que la cosa más importante para él no era la vida eterna ni su casa, sino su
novia.
Si él cogía la piedra, ella moriría. Así que, cogió la piedra y la rompió en mil pedazos. La enfermedad remitió y la chica, consciente de la situación se acercó a Ricardo, se
besaron y eligieron el oro.
Poco después se casaron y siguieron recorriendo el mundo en busca de tesoros
fascinantes. Hasta el día de su muerte fueron las personas más felices y afortunadas del
mundo.
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IES
Palas Atenea
XI Certamen Literario Escolar
Montse, una gran detective
PAULA SIMÓN DEL COLLADO
1º ESO
AYER Por la tarde fui con mis amigas a ver una película a la Plaza Mayor. La película trataba de una detectiva, Montse, rubia y con ojos azules.
Ella tenía que resolver un caso: ¿Quién había robado el retrato del padre del Alcalde? Ella subió a la habitación donde antes se encontraba, y estuvo investigando. Lo único
que encontró fue una pajarita y un pelo rojo encima del mueble donde debería estar el
cuadro.
Montse fue corriendo a la peluquería. Allí preguntó qué hombres del pueblo eran
pelirrojos. La peluquera le dijo que dos, Adrián y Marcos. Montse, tras haberle dicho esto
la peluquera, fue a ver al Alcalde. Él le dijo que sólo conocía a Marcos, era su cocinero.
En ese momento se acordó de que había subido esa mañana a servirle el desayuno, y él
se encontraba en el baño. Ella salió corriendo hacia la cocina. En la taquilla de Marcos
sobresaía algo. ¡Efectivamente! ¡Era el retrato!
A mis amigas y a mi, en general, nos gustó mucho la película.
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XI Certamen Literario Escolar
Soñando con el pasado
tania fernández delgado
1º ESO
Otro día amanecía, estaba todo blanco, y yo, simplemente cubierta con una
piel. Debía realizar mis tareas, como cada mañana, cada día, cada año...
La comida era escasa y la supervivencia muy complicada. Cada día es más difícil
la búsqueda de alimento, y por eso cada vez había menos gente en nuestra tribu. Dormíamos en cuevas, donde dejábamos nuestro rastro; bebíamos agua que caía del cielo;
comíamos los animales que cazábamos.
Los días se hacían más largos, y la nieve desaparecía “¿qué estará pasando?”, pensé. Nadie de mi tribu tenía respuesta; es más, todos nos estábamos preguntando lo mismo. Estaban volviendo a aparecer las hierbas, y el mar se volvía a ver líquido. Ya no llovía
tanto, y pensé que sería mejor recoger el agua proveniente de las montañas. Ésta la utilizaríamos para beber. Cuando di mi idea a la tribu, todo el mundo la rechazó.
Seguimos nuestra ruta, llegamos a un precioso lugar, con muchos animales. Ahí se me
ocurrió una gran idea: ¿por qué no establecernos allí? y, ¿por qué no, en vez de acabar con
todos los animales de una vez, les alimentábamos y los íbamos consumiendo poco a poco?
Era una gran idea, pero tenía miedo a que todos la rechazaran y me quedara sola.
Después de armarme de valor, decidí contárselo al jefe de la tribu. Él me escuchó, pero
no dijo nada, después se marchó.
El día siguiente no fue como todos los demás, era tarde y no habíamos salido a
cazar. Cuando salí de la cueva el jefe me sonrió, había aceptado mi idea.
Cuando salimos en busca de animales, todo terminó... una flecha de otra tribu
atravesó mi corazón. De repente... me encontré en la cama, en mi casa, todo era normal, todo había sido un sueño.
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XI Certamen Literario Escolar
Sin título
VEGA FRANCO MATEOS
2º ESO
Era 19 de diciembre de 1952. En pleno invierno, aquella joven de catorce años se
encontraba sentada ante la tumba de Virginia Kinney, su madre. Hacía dos años que ella
había desaparecido de su vida para no volver jamás, debido a una enfermedad que la había debilitado. Scarlet era una chica reservada y tímida a la que le era imposible mostrar
sus sentimientos en público, pero aquel hecho la había dejado llorando semanas enteras,
pues a parte de su madre, Scarlet no tenía a nadie en este mundo. Según Virginia, su padre había muerto días antes de que ella naciera en un terrible accidente de tren cuando
regresaba a la ciudad donde daría a luz su mujer.
Scarlet pensaba en todo esto cuando decidió que lo mejor sería volver a casa ya
que el sol estaba ya prácticamente oculto. Se puso en pie y se dio cuenta de que la niebla le llegaba por la cintura. Dio media vuelta y, mientras caminaba hacia la salida del
cementerio, oyó un ruido que hizo que se girase de nuevo. Advirtió que había una sombra
junto a la tumba de su madre que, al notar que la observaba, huyó velozmente. Scarlet
estaba tan agotada después de aquel día que no supo bien si esa sombra había sido producto de su imaginación o si la había visto realmente.
Pero esa noche soñó con lo ocurrido y, después de eso, apenas pudo dormir. Las
noches sucesivas le pasó lo mismo y Scarlet se encontraba intranquila a todas horas. Una
tarde, Scarlet tomó la decisión de acudir de nuevo al cementerio y comprobar si la sombra existía, pues le quitaba el sueño y no le dejaba descansar. La joven se recostó junto a
la tumba y esperó horas y horas a la sombra. Allí se quedó dormida, mas la sombra no se
presentó. Al día siguiente la sombra tampoco apareció, pero Scarlet decidió quedarse, ya
que al menos había podido conciliar el sueño.
Así pasaron los meses y llegó el 19 de diciembre de 1953. La niña no lo sabía porque había perdido el sentido del tiempo y aquella tarde se durmió pronto. La sombra ese
día sí acudió al cementerio y, al ver a Scarlet tan dormida, tranquila e indefensa, se acercó sin miedo a la tumba y depositó allí unos claveles blancos y rojos y un sobre. Un movimiento torpe de esta, hizo que Scarlet se despertara y profiriera un grito espeluznante.
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XI Certamen Literario Escolar
La sombra, en lugar de salir huyendo, intentó calmar a la joven, y una vez que esta guardó silencoo, se quitó la capucha que cubría su cabeza. Bajo ella se escondía el semblante
pálido, triste y demacrado de un hombre de unos cincuenta años. Scarlet se compadeció
de él y le preguntó quién era. El hombre contestó que quizá era mejor que no lo supiera,
pero que lo iba a revelar, ya que no podía aguantar más semejante sufrimiento. La chica
apenas le entendió porque de los labios del hombre tan solo había salido un murmullo.
Aún así, había captado la última palabra: “Sufrimiento”. y como ella sabía muy bien lo
que era aquello decidió escucharle.
El señor relató que hacía ya mucho tiempo, se había casado con la mujer que todo
hombre deseaba. Tenía una larga y cuidada melena rubia y unos ojos verde esmeralda.
Era muy bella y se quedó embarazada. Ambos se pusieron muy contentos, pues tendrían
un descendiente que heredaría todos sus bienes. Pero el hombre también quería que su
hijo fuera varón. De esta manera sacaría la familia adelante, ya que no se encontraban
en una buena situación económica. Cuando le comunicó sus deseos a la mujer, esta entristeció, porque temía defraudar a su marido. Pasó el tiempo y llegó el día del parto.
Aquella mañana soleada llegó al mundo una niña preciosa llamada Scarlet. Pero el hombre enfureció, y esa noche echó a la mujer con la recién nacida de la pequeña casita que
habían construido juntos a la orilla del río. Ambas deambularon durante varios días hasta
que se asentaron bajo un puente, según le habían contado, ya que nunca las volvió a ver.
Pero no por ese hecho el hombre no había dejado de querer a aquella mujer. Sus pensamientos hacia ella le producían insomnio e intranquilidad continua y se puso a buscarla
durante doce años, hasta el día que le comunicaron que Virginia había muerto. Recordaba aún cómo se había echado a llorar al pensar que nunca más podría volver a decirle
que la quería y cómo decidió que lo mejor que podía hacer desde entonces sería llevarle
flores y dejarle las cartas que nunca le pudo mandar al no saber donde vivía.
Al escuchar todo aquello, Scarlet no pudo aguantar su llanto. Había comprendido
perfectamente que aquel hombre era su padre, que él nunca había muerto. El hombre la
estrechó entre sus brazos, ya que hacía tiempo que no le importaba que su hija no hubiese sido varón y la invitó a su casa, la pequeña choza que aún conservaba. A partir de
ese momento, ambos recuperaron el tiempo perdido sin rencores y acudieron a visitar a
Virginia siempre que pudieron.
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XI Certamen Literario Escolar
Cupido y los cuatro enamorados
julia de las heras blanco
2º ESO
Cupido vagabundeaba por la Tierra esperando a que algún joven, adulto o anciano
recurriera a él. Hacía tiempo que la Tierra descansaba sin el Amor. Todo se sumía en un
gran silencio: nadie hablaba, nadie reía. Cupido se dio cuenta entonces de que lo único
que tenía valor en aquel mundo era el Amor. Entonces, vio a cuatro chicas que pedían su
ayuda.
La primera chica, de veinte años, buscaba un joven con el que compartir el resto
de su vida. La segunda, quería encontrar la más profunda riqueza, poder vestir los más
elegantes y caros vestidos de los mejores diseñadores del mundo. La tercera buscaba en
el mundo la felicidad de alguna manera y, por último, la cuarta, la popularidad absoluta.
Las cuatro se sumían en el más profundo silencio ya que, ninguna de las cuatro tenía lo que deseaba. Y Cupido, en una de sus paseos por la Tierra las oyó, todas sus voces
sonaban melodiosas.
Decía la primera: “Yo, que conozco el amor, me gustaría encontrarlo, pero ahora
que el mundo no conoce ese sentimiento, me será muy difícil encontrarlo...”.
La segunda se lamentaba: “¿Que podría hacer yo para encontrar la riqueza? Yo,
que vivo para el dinero, necesito encontrarlo y utilizarlo en las más caras tiendas y así
podré ser feliz”.
La tercera lloraba desconsoladamente en su cama: “Yo vivo en la más profunda
tristeza, no conozco el bien, ni su poder. Pasé muy mala infancia y ahora quiero encontrar esa alegría que se fue de mí”.
Y la última chica, que descansaba sobre un árbol, dijo: “Yo quiero aparecer en
todos los programas de televisión y radio. Quiero ser la persona más comentada y fotografiada del mundo”.
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XI Certamen Literario Escolar
Al oír todo eso Cupido se puso muy feliz y cogió sus flechas. A todas las atravesó
con su flecha invisible y de inmediato surgió efecto. Cada una cumplió el sueño que tenía.
Cupido dio, con su flecha, al mejor joven que encontró, a la primera chica; durarían hasta que la muerte les separase. La segunda, con la flecha, encontró a un señor
multimillonario y se enamoró profundamente de él y así tuvo las mejores ropas y complementos toda su vida. La tercera iba vagando por la calle sin destino, cuando vio a un
hombre; nada más verle supo que la felicidad había llegado a su vida y, además, venía
para quedarse. Y por último, la cuarta se casó con un famoso y fue la chica más deseada
y comentada de todo el universo.
Y así Cupido devolvió el Amor a donde realmente correspondía.
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XI Certamen Literario Escolar
El estudiante
ALBERTO NIETO DE PABLOS
4º ESO
Según la Real Academia Española, “el estudiante es una persona que cursa estudios en un establecimiento de enseñanza”.
Todos debemos estar de acuerdo con las sabias decisiones que toman los especialistas para definir un concepto tan obvio como este. Eso sí, yo me he quedado con ganas
de precisar este término que los expertos dejan sin concretar adecuadamente.
Como ya sabemos, en nuestro país, todas las personas menores de dieciséis años
deben seguir un régimen de libertad condicional (o de prisión preventiva, según el optimismo) excesivamente estricto. Eso, a lo que los entendidos llaman en la definición “establecimiento de enseñanza”, es para los jóvenes lo más parecido a la cárcel que pueden
experimentar debido a su condición de menores de edad. Además, en ese mundillo se
pueden incluir dos tipos de especies sin nada en común: el estudiante que estudia, y el
que no, lo que da lugar a dos estilos de vida completamente distintos.
El estudiante que no estudia es una persona generalmente feliz, que disfruta yendo a los centros de enseñanza (cuando va, que no es siempre: día sí, dos no...), ya que
es el sitio donde con más facilidad se puede ligar y caer bien, dejando destrozada la vida
de algún profesor que no tiene una gran pelota antiestrés. Además, si su familia no es millonaria, o le parece divertido correr el riesgo, puede incluso beneficiarse de algún libro
que haya olvidado, o de un móvil que le atraiga. Por último, tienen la opción de faltar el
tiempo que quieran a este lugar, sólo con el castigo de que les echen (algo poco lógico,
ya que dormir un par de horas más tres o cuatro días les es algo irrelevante). Llevan, por
tanto, una vida tranquila y relajada.
Pero claro, no todo el mundo puede disfrutar tanto. Existe otra corriente de estudiantes que sí estudia, y éstos lo pasan peor. Tienen que estar seis horas diarias atendiendo a las diferentes explicaciones de los profesores, que también hay de muchos
tipos, pero eso ya es otro tema. Además, de vez en cuando, a algunos se les escoge
para hacer musicales o actividades de ampliación, o sencillamente que por la tarde han
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XI Certamen Literario Escolar
decidido apuntarse a un deporte, o a inglés, que le gusta, o a pintar. Pero esa optativa
que han elegido poner en práctica puede llegar a veces a ser un suplicio, ya que tendrán remordimientos por no estar haciendo los deberes de la escuela, o por no estar
leyendo un libro que les han mandado. Sin embargo, el no ir a esa sesión extraescolar
les es contraproducente, ya que la sensación de no tener cosas que hacer genera más
estrés que el sí tenerlas. Ésta es por lo tanto una vida ajetreada, atareada y estresante.
Yo, como segundo tipo de estudiante, he intentado llegar a una solución para
este quebradero de cabeza, pero no la he encontrado.
Así, la historia del estudiante será igual por el resto de los tiempos, y se podrá seguir diciendo “¡Qué dura es la vida del estudiante!”, algo que yo modificaría por
“¡Qué dura es la vida del estudiante que estudia!”.
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XI Certamen Literario Escolar
Aquellas hermosas muñecas
michelle jane narro
4º ESO
Ya llevaba un tiempo observándola, tres meses por lo menos, aquella voz tan aguda, como un repiqueteo de campanillas había llamado profundamente mi atención. Llamada Isabelle; con 1,67 de estatura, morena, de profundos ojos verdes y arreboladas mejillas; no era precisamente el tipo de chica que me gustaba, pero... Sólo bastó una fugaz
sonrisa para enamorarse de ella, o incluso algo mucho más profundo... Como la posesión
mental y física de ese hermoso ser humano.
Será mi pequeña muñeca.
Crero que está turbada, en los últimos dos meses algo le ha estado molestando...
No me gusta ver ese gesto en su bello rostro. ¿Debería seguirla para asegurarme de que
todo esté bien? Aunque dudo de que sea buena idea, sospecho que ya se ha dado cuenta
de mi presencia en las cercanías. ¿Estará asustada de mi? No lo creo, yo soy muy buena
persona. Creo que lo mejor será presentarme y hablar con ella.
Me he acercado y le he preguntado, muy galantemente, el porqué de sus gestos,
aunque ya sabía la respuesta. ¡Yo tenía razón! ¡Tiene miedo!
Dice que siente que la siguen a todas horas, y que ese alguien no le deja en paz.
Aprovecharé esta oportunidad para pedirle que dé una vuelta conmigo. Y lo mejor es
que ha aceptado; la llevaré a mi escondite secreto y le mostraré todas aquellas muñecas
que tengo. Hemos llegado a un cristalino y reluciente lago, en tanto Isabelle se gira y me
sonríe, debe ser ahora, la invitaré a ver a mis niñas... Se va a quedar muy impresionada.
Está cayendo la noche, pero hemos llegado al escondite secreto, ella lo advierte
y trata de excusarse con aquel tono suyo tan adorable. ¿Os he dicho que me encanta su
voz? No os preocupéis, será conservada.
Rápidamente, tiro de ella para ingresar en el sótano que está oculto, el escondite
secreto dentro del escondite secreto.
Mirad..., a cogido a Lucy, es una de las más bonitas que poseo: 1,50, rubia, con
ojos azules de cristal, muy parecidos a los que tenía antes y un vestido rojo oscuro con
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XI Certamen Literario Escolar
unos pequeños detalles en hilo plateado. Es un vestido muy bonito, porque lleva rojo, me
encanta el rojo.
Ahora que recuerdo, Lucy tenía la voz más grave que mi acompañante, pero aun
así, era muy atrayente, fue buena idea el conservar la voz.
Escucho un ruido, y me giro para observar a Isabelle, y timidamente le pregunto si
le agrada mi colección. —¿De dónde la has conseguido?— pregunta.
Está muy pálida. ¿Se sentirá bien? —Las he creado yo mismo. ¿Quieres ayudarme
con mi colección?— pregunté ansiosamente.
Silencio.
Que raro, ahora llora. ¿Le habrá conmovido mi ofrecimiento?
Suenan diez campanadas, es la hora, debo poner manos a la obra.
Me acerco a ella, pero extrañamente retrocede ¿Es que no quiere ser una delicada
y primorosa muñeca?
—Ven— susurro —te convertiré en la más bella de todas.
Apresuradamente me dirijo hacia unas cajas de cartón y cojo mis herramientas y
una grabadora, ya que aquel dulce trino que brota de su persona perdurará por siempre.
Ya no la veo. ¿Habrá huído? ¡Ah! ¡Ahí está! ¡En aquel rincón! Le sujeto los hombros
para obligarla a ponerse de pie y deposité un suave beso en sus labios.
La dejo caer sobre una silla y le acerco aquel instrumento filoso, un cuchillo de
trinchar creo, al verlo empieza a lloriquear, lo cual es maravilloso, ya que la grabadora
debe almacenar todo lo que pueda.
Le hago un corte pequeño, pero a la vez profundo, en la yugular. Ya no grita ni se
mueve, es hora de detener la grabación.
El corte ha sido perfecto, no como el de Amelie...
Ese no solo fue imperfecto, fue horrible, un corte tan grande que casi separa la
cabeza del cuerpo, cuerpo que aún se movía en aquel instante.
Lo mejor de todo es que del cuello de Isabelle brota un líquido rojo y es maravilloso ya que me encanta el rojo.
Ahora estoy abriéndole el cuerpo por debajo del pecho; debo quitarle todo aquello
que pueda pudrirse.
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XI Certamen Literario Escolar
¡Ah! Olvidaba decir que esta parte también es divertida, sale mucho, pero mucho,
líquido rojo.
Ahora le rocío ciertos productos químicos para que por dentro la piel no se descomponga, y mientras espero preparo la cera para dejarle la piel y los labios sellados
para siempre. Hacer esto es muy complicado, debo hacerlo correctamente, porque si no
le puedo quemar la piel.
Han pasado dos horas desde que le puse cera. Sólo me queda maquillarla y vesgtirla. Unos polvos en la cara, ligeras sombras oscuras, retocarle las pestañas y pintarle los
labios de un rojo brillante, que resalta sus ojos verdes.
¿Qué vestido le debo poner? Creo que el negro, el negro también es un color que
me gusta, hará que destaque el rojo de su boca.
Son las doce, he terminado a mi hermosa muñeca.
Han pasado seis meses... y ya llevo dos siguiendo a esta chica tan bonita. Hoy es
el día, hoy hemos quedado cerca de aquí.
¿Dónde estará? ¿Ya estará a punto de llegar? ¡Ah! Ahí está, la veo asomarse por
aquella esquina.
Lleva el rubio cabello ondeando al viento y cubriendo sus brillantes ojos grises.
Lleva un vestido rojo.
Y...
El rojo es un color bonito.
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XI
Relato
CERTAMEN
LITERARIO
ESCOLAR
Corto
2011
Concejalía de Educación
consejería de educación
www.madrid.org
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