Nueva Policía Municipal en la Provincia de Buenos Aires

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La nueva Policía Municipal de la Provincia de Buenos Aires. Otra
confirmación del unitarismo imperfecto del Estado bonaerense y de la
cultura feudal de su elite política
Ing. Ricardo Runza*
La novela en torno a la creación de una nueva Policía Municipal para los Partidos
Bonaerenses con población mayor a los 70.000 habitantes se ha terminado. El
Gobernador Daniel SCIOLI firmó un decreto, el 30 de junio del 2014, creándola sin ley
del Parlamento bonaerense.
Esta nueva Policía se ha configurado finalmente como un cuerpo más de la Policía
Bonaerense bajo la órbita del Ministro de Seguridad, a través de una Superintendencia
de Seguridad Local.
Los Intendentes que acepten esta llamada Policía Municipal para sus territorios sólo
podrán sugerir el nombre de su Jefe dentro del cuadro de aquellos policías locales
formados bajo la tutela de la Policía Bonaerense, pero éste sólo podrá ser designado por
el Gobernador.
Ellos podrán además participar de la coordinación operativa de las medidas de
prevención, un poco parecido a como lo hacen ahora o quizás con un poquito más de
injerencia, pero la llamada Policía Municipal reportará directamente al Ministerio de
Seguridad provincial.
Tal como sucede hasta ahora, desde La Plata, nuevamente se pretende manejar
centralizadamente la seguridad de un Estado complejo y extenso, como es el de la
Provincia de Buenos Aires, pero con un nuevo instrumento llamado Policía Municipal,
sin cambiar casi nada en el resto de su Sector Seguridad.
Por efecto del tipo de régimen orgánico funcional previsto para esta nueva Policía, ella
poco tiene que ver con una verdadera Policía Municipal, tal como muestra la
experiencia internacional comparada.
Esta nueva fuerza de seguridad inicialmente se prevé dotarla con un mínimo de 15.000
hombres y será financiada por el Estado provincial, en lo que respecta a los sueldos
básicos y el equipamiento policial.
Cabe destacarle al lector que quien financia un cuerpo policial, especialmente los
sueldos de su personal, es el verdadero AMO de esa fuerza policial.
Por otro lado, todas las versiones legislativas que se han presentado para la creación de
la Policía Municipal bonaerense (Es decir, tanto la versión de Marcelo SAIN como la de
Alejandro GRANADOS o la de los partidarios de Sergio MASSA) tenían una
característica común: el ciudadano NO PUEDE votar al Jefe de su Policía local y por
ende su CONTROL EFECTIVO sobre esta fuerza local es casi NULO. En todos los
casos la elite política buscó asegurar su poder y se esforzó para minimizar el control
ciudadano. Algunas versiones ponían el poder en los Intendentes y otras en el
Gobernador, pero ninguna de ellas en los ciudadanos.
Este debate político ha sucedido a espaldas de una sociedad que reclama pero no
participa, que se queja pero no aporta ideas, que delega en sus representantes en el
Congreso provincial y en la cabeza del Poder Ejecutivo provincial un enorme poder
sobre ella pero no castiga a su elite política cuando no la representa o cuando actúa
contraria a sus intereses.
Esta sociedad tampoco hace sentir que quiere más poder sobre sus políticos y más
control ciudadano sobre las políticas que ellos implementan. Esta cómoda delegando y
que otros hagan lo que quieran con su Estado.
Indudablemente, este caso muestra, una vez más, el amplio margen de arbitrariedad y
poder que tiene la elite política bonaerense sobre la sociedad y el Estado de la Provincia
de Buenos Aires.
Esta elite, sin distinción de partido político, se comporta siempre, desde hace más de 30
años, buscando más poder sobre la sociedad, mientras ésta sólo muestra algunos atisbos
de rebeldía cuando un hecho o evento de inseguridad impacta sobre algún pequeño
sector de ella en alguna localidad, manifestándola por medio de una marcha pacífica o
por un acto violento determinado.
Entonces, sin participación de la sociedad bonaerense, en general, ignorante sobre las
cuestiones de Estado, surge esta iniciativa que muestra a claras el verdadero régimen
orgánico funcional del Estado provincial de Buenos Aires: un unitarismo imperfecto.
Imperfecto, sólo porque quien ostenta el Poder Ejecutivo provincial no designa a los
Intendentes de los Partidos bonaerenses.
En este contexto, tanto la Policía Bonaerense como las nuevas Policías Municipales se
organizan como una especie de pseudo milicia del Gobernador. Muy similar a los
ejércitos que poseía un Señor Feudal en los tiempos medievales, por ejemplo, como los
de aquella España anterior a la Ilustración Borbónica del siglo XVIII.
Es importante destacar que la Policía bonaerense es la fuerza policial de tipo
napoleónico más grande que existe en todo el territorio americano, desde Alaska a
Tierra del Fuego.
Como los Partidos bonaerenses NO han sido creados para ejecutar políticas públicas
con sentido federal (es decir, para llevar a cabo una gestión de gobierno descentralizada
localmente, de manera sustentable y bajo criterios de eficiencia controlados fuertemente
por la ciudadanía, sino para configurarse como un territorio político para consolidar un
poder político sujeto a relaciones de vasallaje con un poder provincial o nacional de
orden superior, sostenidas, en la mayoría de los casos, por la confluencia de
necesidades, fondos públicos e insolvencia fiscal) esta nueva Policía Municipal es ideal
para mantener este estatus quo y a su vez fortalecer el poder del Gobernador sobre estos
territorios.
Imagínese el lector el grado de dependencia y el vasallaje consecuente que se generará
con esta perversión y lo indefensa que puede quedar la sociedad bonaerense toda frente
a este panorama.
La Policía Municipal recientemente creada es ahora un nuevo mecanismo de
dominación y vasallaje político. El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires va
poder dominar con mayor poder a los Intendentes, de manera similar a lo que hace el
Poder Ejecutivo del Estado nacional argentino con las provincias. Como ejemplo de este
nuevo poder vale tomar en cuenta lo ocurrido con la asonada policial y el abandono que
hizo el Estado nacional a la sociedad cordobesa, durante el mes de diciembre pasado, en
la Provincia de Córdoba.
Esto muestra el grado de INVOLUCION y DEGRADACION que tiene la elite política
argentina que, en pleno siglo XXI, en vez de mejorar se comporta cada vez de una
manera más primitiva.
Por ello, esta nueva Policía es consecuente con el tipo de Estado imperfectamente
unitario que tiene la Provincia de Buenos Aires y con las prácticas políticas feudales que
se realizan en ella.
MUY LEJOS le queda a la CIUDADANÍA BONAERENSE la idea de tener un Estado
provincial federal hacia su interior, con Partidos Bonaerenses organizados como
condados anglosajones sustentables, con capacidad de ejecutar políticas públicas locales
con eficiencia y solvencia fiscal, con una elite política con poder limitado por la
sociedad que además de elegir Concejales, Diputados, Senadores, Intendentes y
Gobernador como lo hace actualmente también elija Fiscales Generales, Recaudadores
de Impuestos, Ministros o Secretarios de Economía, Jefes de Policía, Autoridades
Educativas y Sanitarias y decidir también con su voto si un Juez (con mandato acotado
de cuatro o seis años, electo por un Consejo de la Magistratura) puede ser reelecto o no
en su distrito judicial, tal como sucede en otros Estados de orden provincial más
civilizados y mejor organizados, como por ejemplo, el Estado de Florida de los Estados
Unidos de Norteamérica.
El Gobernador SCIOLI cree que con el actual Sector Seguridad del Estado bonaerense,
con el dictado de una “Emergencia” y con esta nueva Policía puede superar la situación
de Estado fallido que presenta hoy en día la Provincia de Buenos Aires.
Lamentablemente esto no es así. El Estado provincial bonaerense se comporta como un
Estado fallido en todos los frentes de su Sector Seguridad. Es decir, en todos los
organismos con funciones permanentes o transitorias para prevenir, responder y mitigar
amenazas a la seguridad que se originan, por acción de la naturaleza o por el hombre, en
el territorio de la Provincia.
Para tener una capacidad de prevención, respuesta y mitigación en la Provincia de
Buenos Aires que sea de calidad y oportuna, no hace falta seguir el camino optado por
el Gobernador SCIOLI.
Hay que hacer cosas políticamente más complejas. Primero, hay que hacer grandes
cambios culturales en las ideas, valores, usos y costumbres de nuestra elite política.
Segundo, reorganizar el Estado bonaerense desde sus cimientos constitucionales y
legales para tener un Estado provincial más republicano y federal a los efectos de
superar esta actual democracia delegativa que tenemos y abandonar este realismo
mágico que sólo fortalece el poder de nuestra elite política en detrimento de nuestra
vida, riqueza y libertades. Tercero, rediseñar un Sector Seguridad en dicho Estado bajo
la idea de obtener más civilización y menos barbarie en ese Estado y en nuestra
sociedad y; en cuarto lugar, reorganizar la Policía tal como funciona, por ejemplo, en el
Estado de Florida.
Esta nueva Policía Municipal sólo beneficia al Gobernador. Retiene y fortalece el poder
de la elite política en perjuicio de la sociedad. Asegura el unitarismo crónico del Estado
provincial y su perverso actual sistema de vasallaje político.
Técnicamente, todo esto no puede conducir sino a ver muy pronto otro nuevo fracaso, a
más costos, a más gasto público, a más presión fiscal para los contribuyentes para que
inútilmente la inseguridad estratégica del Estado bonaerense y la inseguridad pública se
mantengan o empeoren en comparación con la actual mala performance que tiene el
Estado provincial bonaerense.
* Experto en Reformas del Sector Seguridad del Estado
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