contemplando a dios

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CONTEMPLANDO A DIOS Guatemala, 5 de marzo de 2006 Interesantemente vem os en la Biblia muchos principios que a la vez son misterios que no podemos comprender con nuestra mente humana y finita; y uno de esos misterios es el diezmo. Sin embargo, es un principio que nosotros com o pueblo de Dios debemos cumplir y al cumplirlo, no llegamos a comprender la magnitud de lo que está sucediendo en las esferas celestes, y todo, sencillamente por haber cumplido con el principio de diezmar. En el libro de Malaquías nos encontramos que debem os traer todos los diezmos al alfolí para que haya alimentos en la casa de Dios; pero interesantemente, la palabra que se utiliza en el idioma griego, para referirse al hecho que haya alimento en la casa de Dios; es la palabra presa. Entonces con esto, vemos que se convierte en un círculo virtuoso porque si nosotros obedecemos y cumplimos en llevar todos los diezmos al alfolí, siempre encontraremos una presa con que cumplir y esa presa vuelve a llegar a nosotros para que podamos seguir cumpliendo, pero todo está en que oigamos la voz de Dios y la pongamos en práctica. Existen muchas cosas o quizá debamos decir que existen infinitas cosas que desconocemos en cuanto a los misterios de Dios. El es un Dios creativo y constantemente nos está permitiendo que entremos a nuevos lugares para que experimentemos de Su grandeza. Pero quizá una de las grandezas con la que nos debemos detener un momento es un detalle que describe la siguiente cita: Lo que existía desde el principi o, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros oj os, lo que hemos cont emplado y l o que han palpado nuestras m anos, acerca del Verbo de vida… 1 Juan 1:1 Debemos analizar de qué forma es que el Apóstol Juan describe 4 puntos muy interesantes y que relaciona a los Apóstoles con el verbo de vida. Notemos que lo que existía desde el principio, es lo que se hizo evidente ante la manifestación humana de los discípulos del Señor Jesucristo y eso hizo que subieran de nivel espiritual, pasándolos a ser Apóstoles. Pero es interesante ver cómo es que lo oyeron, lo vieron, lo contemplaron y después lo palparon; eventos que podem os decir que lo realizaron con sus sentidos naturales para que posteriormente pudiera llegar al cerebro. Por otro lado, podemos ver cómo es que muchos que no tienen sus sentidos debidamente desarrollados, puede hacer uso de muchas cosas para hacer llegar las sensaciones al cerebro y de esa manera poder comprender lo que sucede a su alrededor; pero nosotros los que tenemos la bendición de Dios de tener los 5 sentidos completos y que los utilizamos sin ningún impedimento; podemos desarrollarnos de una manera un poco más libre. Sin embargo, uno de los 4 puntos que señala la cita anterior, debemos comprender que es algo que lo debemos hacer con el alma y el espíritu. He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis oj os te ven. Job 42:5 Quizá sea fácil dar un consejo a una personas que está padeciendo una enfermedad, la muerte de sus hijos o la perdida de todos sus bienes materiales; y decirle que ponga sus esperanzas en Dios; es fácil para el que no está padeciendo; pero el que está padeciendo, puede tener mucha dificultad en poner en práctica lo que le dicen. Vemos a Job que tenía pleno conocimiento de Dios; sin embargo no lo había podido contemplar, sino que, hasta que padeció muchas cosas, pudo encontrase con Dios y poderlo contemplar. El j oven Samuel servía al SEÑOR en presencia de Elí. La palabra del SEÑOR escaseaba en aquell os días, las visiones no eran frecuentes. Y aconteció un día, estando Elí acostado en su aposent o (sus oj os habían comenzado a oscurecerse y no podía ver bien), cuando la lámpara de Dios aún no se había apagado y Samuel estaba acostado en el templo del SEÑOR donde est aba el arca de Dios, que el SEÑOR llamó a Samuel, y él respondió: Aquí est oy. Entonces corrió a Elí y le dij o: Aquí estoy, pues m e llamaste. Pero Elí le respondi ó: Yo no he llamado, vuelve a acost arte. Y él fue y se acostó. El SEÑOR vol vió a ll amar: ¡Samuel! Y Samuel se levantó, fue a Elí y dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Per o él respondió: Yo no he llamado, hijo mío, vuelve a acost arte. Y Samuel no conocía aún al SEÑOR, ni se le había revelado aún la palabra del SEÑOR. 1 Samuel 3:1­7 Notemos que Samuel podía escuchar a Dios, pero no reconocía su voz. Lo mismo puede estar pasando en la vida de muchos cristianos a los que Dios les está hablando pero al no reconocer la voz de Dios, no se sujetan a la voluntad de Dios. Es necesario que avancemos en nuestra vida íntima con Dios todos los días de nuestra vida, porque de otra forma, podemos caer en una religiosidad. Necesitamos ver y oír a Dios; pero también es necesario que podamos contemplar al verbo de vida, para que finalmente podam os palparlo. Hoy día, muchos cristianos creen que han alcanzado la plenitud en Cristo, creen que conocen toda la doctrina de Cristo y por eso es que no siguen la búsqueda; pero es necesario que sigamos oyendo y buscando de Dios porque El es eterno y Su sabiduría es infinita. Uno de los problemas por lo que está atravesando la Iglesia de Cristo es que de alguna manera, la Iglesia está cansada de oír, escuchar un discurso, un sermón, un rhema que quizá no lo pudo asimilar porque no se lo pudieron trasladar y quizá no se lo pudieron trasladar porque los que lo han trasladado, no lo han asimilado y no lo han asimilado porque no trasladan los rhemas que Dios le ha dado, sino que traslada los rhemas que otros han recibido de parte de Dios, y han sentido que lo deben trasladar por la forma en que el primer vaso que lo recibió lo supo trasladar; pero es necesario comprender que los rhemas que Dios envía, a veces son personales y para que una vez que se hayan vivido, se puedan trasladar a la Iglesia de Cristo.
Volviendo al punto central de este tem a; para ver al Señor Jesucristo, deberíamos poderlo ver en el que está sentado a la par de nosotros; ¿por qué?, veam os la siguiente cita: " Por que tuve hambre, y me disteis de com er; tuve sed, y m e disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enferm o, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí." Entonces los justos l e responderán, diciendo: " Señor, ¿cuándo te vim os hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? " ¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestim os? " ¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinim os a ti?" Respondiendo el Rey, les dirá: " En verdad os digo que en cuanto l o hicist eis a uno de est os hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis." Mateo 25:35­40 Entonces necesitamos ver una Iglesia que se ocupe de las cosas que se deben hacer con amor en todos lados, sin miedo, avanzando como un ejercito con bandera tremolante; y los de afuera no lo podrán ver hasta que los de adentro hayamos cambiado y que hayamos alcanzado la estatura en la que otros verán a Cristo en nosotros. ¿Cómo verán a Cristo en nosotros? Por nuestros frutos, cuando hayamos cambiado el carácter que nos heredaron nuestros padres o abuelos, etc., porque alguien puede creer que es valiente porque tiene un pésimo carácter; cuando en realidad son dos cosas diferentes. Es necesario que podamos tener un equilibrio, para poder manifestar a Cristo en nosotros. Volviendo al punto de contemplar; contemplar es algo que debemos hacer con el alma y el espíritu y lo podemos hacer aun sin que nuestros ojos vean a Dios, aun sin que nuestras manos lo puedan palpar. Veamos el concepto se tiene de lo que puede significar contemplar: considerar atentamente, poner atención, juzgar, ocuparse con intensidad en pensar al respecto de algo material y/o espiritual. ¿Qué es lo que debemos contemplar: Yo creo que cont emplaré la bondad del Señor en la tierra de l os vivientes. Bi blia Palabra de Dios Salm os 27: 13 Lo que contemplamos entonces lo hacemos con el alma y el espíritu, y una de las cosas que contemplaremos es la bondad del Señor Jesucristo; ¿cómo? siendo agradecidos con Dios en todo lo que tenemos o todo lo que El nos ha concedido, aun la corrección que a veces recibimos y que Dios la envía por Su infinito amor. Porque es fácil decir que Dios es bueno cuando nos han sucedido algo muy bueno, pero cuando las torm entas llegan a nuestra vida; también debemos levantar nuestras manos para darle gracias a Dios porque El siempre ha sido bueno y su misericordia es para siempre. ¿Por qué es que nosotros podemos decir que Dios ha sido bueno?, ¿por qué en medio de una prueba, alguien puede decir que Dios es bueno? Porque encontram os en la Biblia que la bondad de Dios nos guía al arrepentimiento: ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, toler ancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepent imient o? Rom anos 2:4 De tal manera entonces que nadie hubiera podido arrepentirse, si no fuera porque Dios es bueno, de otra manera seguiríamos en la misma vida miserable en la que vivíamos antes de conocer a Cristo. Necesitamos reconocer la condición en la que fuimos encontrados porque en medio de la tristeza en la que vivíamos, esa misma tristeza nos conducía al pecado, hasta que Dios nos levantó, nos abrazó, nos beso, nos vistió, nos puso un anillo en la mano, nos puso sandalias y nos cambio la vida. (Lucas 15:12­24) Aunque el Señor os ha dado pan de escasez y agua de opresión, tu Maestr o no se esconderá más, sino que tus oj os contemplarán a tu Maestro. Isaías 30: 20 El magisterio al que se refiere el versículo anterior es el magisterio de Cristo. Aunque haya escasez, el magisterio de Cristo estará presente, porque el magisterio es para que aprendamos de cualquier situación en la que estemos sumidos, a tal grado que en medio de la tormenta conoceremos la verdad y la verdad nos libertará. Dios es bueno y por ser bueno, sabe que es lo que más nos conviene. Todos tus hij os serán enseñados por el SEÑOR, y grande será el bienest ar de tus hij os. Isaías 54: 13 Para que sean enseñados nuestros hijos, es necesarios tener maestro y cuando hablam os de maestro estamos hablando del maestro Espíritu Santo, del maestro el Señor Jesucristo y del maestro el Padre. A veces Dios nos enví a clases particulares para que avancemos rápido, y es aquí donde se cumple el siguiente versículo: Por tanto, he aquí, la seduciré, la llevaré al desi erto, y le hablaré al corazón. Le daré sus vi ñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza. Y allí cantará com o en l os días de su juventud, com o en el día en que subió de la tierra de Egipto. Oseas 2:14­15 El Apóstol Pablo necesitaba aprender las cosas que los otros Apóstoles habían aprendido en el discipulado de Cristo. Entonces Dios le da clases particulares para que pudiera decir:
Porque yo recibí del Señor l o mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan… 1 Cori ntios 11: 23 El Apóstol Pablo no estaba presente cuando el Señor Jesucristo partió el pan con los 12 discípulos; sin embargo, viene Dios, lo saca del tiempo; y posiblemente lo lleva aun lugar donde él estaba presente para que pudiera decir lo que dice en el versículo anterior. Por eso es que a veces en medio de las clases de escasez, podemos aprender más que cuando estamos en abundancia. Volvam os con el Apóstol Pablo: y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saul o, Saul o, ¿por qué me persigues? Y él dij o: ¿Quién eres, Señor? Y El respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues; levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Los hombr es que iban con él se detuvieron atónit os, oyendo la voz, per o sin ver a nadie. Saul o se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada; y llevándol o por la mano, lo trajeron a Damasco. Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. Había en Damasco ci erto di scípulo llamado Ananías; y el Señor le dij o en una visi ón: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántat e y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tar so llamado Saulo, porque, he aquí, está orando, y ha visto en una visi ón a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las m anos sobre él para que recobre la vista. Hechos 9:4­12 Notemos que el Apóstol Pablo estaba ciego y en su ceguera natural, tuvo una visión; es más, en medio de su ceguera, recibió del Señor que debía servirle y sin ver; creyó, obedeció e hizo lo que el Señor Jesucristo le había dicho, hast a esperar la orden que debía recibir para empezar su ministerio. Pero todo fue, en las clases particulares que Dios habí a permitido para que él alcanzara la estatura que necesitaba alcanzar. En medio de la escasez, Dios nos da abundancia, en medio de la tristeza, Dios nos da gozo porque ese es el evangelio de Cristo; El vino a consolar a los que lloraban: El Espíritu del Señor DIOS est á sobre mí, porque me ha ungido el SEÑOR par a traer buenas nuevas a l os afligidos; me ha envi ado para vendar a l os quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cauti vos y liber ación a los prisioneros; para procl amar el año favorable del SEÑOR, y el día de venganza de nuestro Di os; para consolar a todos los que lloran, para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadem a en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, m ant o de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de j usticia, plantío del SEÑOR, para que El sea gl or ifi cado. Isaías 61:1­3 En medio de la aflicción podemos aprender muchas cosas, en medio de cualquier situación adversa por la que estem os atravesando, podemos aprender siempre algo nuevo de Dios y principalmente, a contemplarlo en todo. Es asombroso como Dios permite que en algunos cantos exista tanta adoración hacía El de parte de Su pueblo y que llegue hasta su mismo Trono de gloria; es por eso que a nosotros solo nos ha de quedar una alternativa solamente, la cual es buscar Su rostro, sumergirnos en la unción del Espíritu Santo. Para poder contemplar a Dios, es necesario que nos dispongamos de todo el tiempo, porque el contemplar a Dios no es una comida rápida. A Dios no lo podemos contemplar corriendo como normalmente hacemos muchas cosas en la vida cotidiana, porque la prisa es lo que ha llevado a la perdición del mundo, por eso encontramos en la Biblia que Dios nos ha sacado del hoyo de la desesperación, y si estudiamos un poco esa palabra desesperación, podemos encontrar que en el idioma hebreo se puede traducir: prisa; y lo que Dios desea es que aun en medio del tiempo, nos olvidem os de lo que nos rodea y que busquemos pasar la dimensión que nos impide estar frente a El, la dimensión que a veces nos tiene encadenados; (entiéndase los afanes de este mundo) y que nos impide llegar hasta su mismo Trono de gloria. Necesitamos hacer vida algunos de los coros que a veces cantamos, por ejemplo: quiero entrar adorar al Santo Lugar y ahí estar perdido horas y horas adorándole, contemplándolo podríamos agregar al coro. Para poner un ejemplo: podemos mencionar la pintura que una persona pinta al óleo; se necesita tener suficient e tiempo para poder tener una percepción muy clara de lo que aquella persona ha pintado, se necesita contemplar aquello en que el artista ha invertido tiempo, para poder saber cual fue su sentir o su inspiración. Salid, hijas de Si on, y contemplad al rey Salomón con la corona con la cual su madre lo coronó el día de sus bodas, el día de la alegría de su corazón. Cantar de los Cantares 3:11 El versículo anterior nos muestra claramente qué es lo que Dios desea que contemplemos en El: Su Señorío. El desea que lo reconozcam os como el verdadero Señor en nuestra vida, el que da las ordenes de todo y no tenerlo solamente como Señor pero de palabra. Algunos desean que Dios les cambie el plan de su vida, y pretenden hacerlo cambiar, sometiéndose a 40 días de ayuno para que, según ellos; puedan forzar a Dios a que les cambie el plan que están llevando a cabo. Quizá en medio de una enfermedad, se meten a un ayuno para que sean sanos, pero ¿qué hay si Dios desea que alguien este en cierta situación para cumplir cierto propósito? Es necesario que estem os conectados en la misma sintonía de Dios para que se haga la voluntad de Cristo en todo tiempo y no la nuestra como le dijo Jesús al Padre, si podía pasar esa copa, refiriéndose a la muerte que le esperaba, pero si no era esa la voluntad del Padre, entonces, entonces que se hiciera de acuerdo al plan de Dios. El Señor m anifestó su victori a, reveló su justicia a los oj os de las naci ones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Biblia Palabra de Di os Salm os 98:2­3
A veces nos inunda el sentir de la salvación de nuestro Dios. Por eso es que cuando vemos que alguien está aceptando a Cristo, somos tocados por el am or y la unción del Espíritu Santo y nos derramamos con aquellos que están empezando su vida nueva. Todos tendríamos algo que decir de nuestra vida pasada y hacer un comparativo de lo que ahora somos con lo que éramos, y a veces es necesario que mencionemos las cosas que hacíam os y que por el amor de Dios, dejamos de hacer y después de estar perdidos, Dios nos encontró y somos nuevas criaturas, ahora somos Sus hijos. Sergio G. Enriquez O. Apóstol
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