PDF - Revista Terral

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Revista Terral nº17 –Editorial-Índice-
Editorial
www.revistaterral.com
Os presentamos el número 17 de la Revista Digital TERRAL.
Y seguimos de celebración. El 15 de Enero presentamos en el
Centro Andaluz de las Letras de Málaga nuestra Revista Terral.
Contamos con la presencia del Equipo de Redacción y la
Presidenta de la Asociación ALAS –Asociación para la literatura
y las artes-.
Numeroso público nos acompañó en el acto que se amenizó con un recital de poesía y
guitarra, creando una sinergia que viene a ser
constante a través de los distintos actos donde la
hemos presentado.
La portada de este número está diseñada a partir
de uno de los cuadros del artista malagueño,
Lope Martínez Alario, cuya entrevista podéis leer
en la sección Arte.
Dieciséis números llevamos publicados, desde
aquel verano de 2010 en que se gestó. Y estamos empeñados en continuar. Pretendemos
mejorarla, tanto en calidad como en diseño, puesto que el formato digital lo permite. Para
ello animo a todos vosotros, lectores y colaboradores a seguir escribiendo, leyendo, y
difundiendo nuestra TERRAL, para que siga modelando las nubes de la cultura, del arte y
la creatividad.
Gracias por haberme acompañado en esta tarea.
Lola Buendía López
Directora de la Revista Terral - ISSN 2253-9018
Revista Terral nº17 –Editorial-Índice-
Revista Terral Número 17
©Todos los derechos reservados - ISSN 2253-9018
Edición: Lola Buendía López – Enrique Bodero Moral
Equipo de redacción: Ramón Alcaraz –Enrique Bodero – Lola Buendía –Erena Burattini
Portada: Pintura de Lope Martínez Alario, artista plástico. (Reportaje en la Sección Arte)
Diseño de portada: Enrique Bodero
Editorial y Ficha técnica: Lola Buendía
Colaboradores en este número:
Cine:
Ramón Alcaraz – Cinexplicable
Ricardo J. Gómez Tovar – Seis personajes varados en un aeropuerto
Opinión/ Reflexiones:
Erena B. Burattini – Versión moderna del Leviathán
Carmen Ramos – Ideas sobre educación
Crítica literaria:
Ángel Silvelo – Irène Némirovsky: “Los bienes de este mundo”
Anna Rossell – Georges Didi-Huberman: “Cortezas”
Rafael Borrás – El Cuentacuentos: “Historias junto a la Hoguera”
Ricardo Guadalupe – Joaquín Leguina: “La fiesta de los locos”
Revista Terral nº17 –Editorial-Índice-
Poesía: Coordina: Aurora Gámez Enríquez (ALAS)
Poetas: Mercedes Sophia Ramos – Mercedes Delclós –Rocío Cardoso – Sebastián
Gámez – Silvia de la Guardia Ramos
Relatos:
Andrés Ortiz Tafur – La película de todos los días
Emy Luna – Retrato de mujer con collar: Mary Cassatt
Ser escritora:
Mar Solana – Tiempos de Cambio para “Mamá Literatura II”
Flamenco:
Rafael Silva Martínez – Sobre el origen de la denominación “Flamenco” (I)
El viajero:
Pepa J. Calero– Palermo, ciudad caótica y vibrante
Arte:
Lola Buendía – Entrevista a Lope Martínez Alario, Artista
José Manuel Velasco: Arte para Recomendar
La otra realidad:
Mariano J. Vázquez – Magia II
Diseño digital y Maquetación: Lola Buendía – Candela Montero – Juan Canales
Diseño web: Juan Canales Molina
Revista Terral nº17 -Cine-
CINEXPLICABLE
Ramón Alcaraz García
www.tallerliterario.net
www.eldesvandelamemoria.com
¿Sabías que la palabra “rosebud”, de Ciudadano Kane, impulsó a la fama
y al mismo tiempo cerró muchas puertas al actor y director Orson Welles?
Orson Welles, pese a ser uno de los
todo lo que sabía se lo debía a visionar
nombres más conocidos en el mundo del
innumerables veces La diligencia, de John
cine, no tuvo una gran trayectoria como
Ford. Pero su primera incursión fue
actor ni director, y su fama se debió más
arriesgada, porque decidió escribir sobre
a lo extracinematográfico que a grandes
una figura importante de su país, el
películas asociadas a su nombre.
poderoso
William
Randolph
Hearst,
De hecho, fue conocido en todo el
propietario en ese momento de dos de los
mundo con tan solo 23 años por su
periódicos más importantes e influyentes
representación radiofónica de La guerra
de Estados Unidos. Esto jugó tanto a favor
de los mundos, que provocó el pánico en
como en contra de Orson Welles; a favor
el estado de Nueva Jersey y conmocionó
porque le dio fama, y en contra porque le
a los Estados Unidos. Esto le dio una
generó grandes enemistades, promovidas
confianza total de los estudios RKO, con
por el señor Hearst. Por supuesto, no se
absoluta libertad para escribir y dirigir dos
dice de manera explícita que la película
películas. La primera de estas películas
trate sobre él, y es algo que Welles
fue Ciudadano Kane.
siempre negó.
Hasta entonces, su experiencia en el
La primera curiosidad en Ciudadano
mundo del cine era escasa. Él decía que
Kane, considerada una de las mejores
Revista Terral nº17 -Cine-
películas de la historia, es que se inicia
aireó el engaño de Welles a la prensa y
con uno de los mayores “errores” de
detalló en un artículo las semejanzas,
guion
El
punto por punto, entre Foster Kane y
Foster
Randolph Hearst. El magnate amenazó
Kane, empieza pronunciando en su lecho
con atacar a Hollywood destapando
de muerte una última palabra: “rosebub,
públicamente que los grandes estudios
mi rosebud”. Y a partir de ahí se desata la
contrataban a inmigrantes y extranjeros
curiosidad por conocer el significado de
en lugar de a estadounidenses; pero los
esa palabra, su última palabra. ¿Dónde
estudios cerraron filas en torno a RKO y
está el error?, en que en ese momento el
la película no solo se estrenó, sino que al
personaje está solo, por lo que sería
final se le asignaron más fondos para una
difícil entender cómo se supo que había
gran campaña de promoción. A cambio,
dicho eso justo antes de morir.
obligaron a Welles a volver a montarla
de
protagonista,
la
cinematografía.
llamado
Charles
Dejando este detalle al margen, que
tras haber quitado los detalles más
hemos de admitir como parte de la
significativos
complicidad del espectador con la ficción,
evidente claridad al empresario Hearst.
después
del
primer
pase,
que
se
asociaban
con
William
William Randolph Hearst fue un
Randolph Hearst prohibió cualquier tipo
negociante que usó las noticias para
de noticia en sus periódicos sobre esta
engrandecer su imperio y ganar más y
película, y además puso todas las trabas
más
posibles para su distribución. A pesar de
periodistas a Cuba para hacer creer a los
ser un gran éxito para la crítica, no fue
norteamericanos
así en las taquillas, ya que muchos
hundido el acorazado Maine; maniobra
espectadores no pudieron verla.
que terminó con la invasión de la isla, y
dinero.
Fue
que
quien
envío
España
a
había
Orson había mantenido en secreto
que a él le reportó la venta de muchos
la relación de su guion con la figura de
periódicos. Es solo un ejemplo de cómo
Hearst, incluso despistando a la opinión
llegó a usar la manipulación de los
pública al manifestar siempre que se
medios para sus intereses comerciales y
trataba de una idea sobre Fausto. Tras el
políticos, con capacidad para instaurar y
primer pase privado, una conocida revista
derribar gobiernos.
Revista Terral nº17 -Cine-
¿Y qué tiene que ver la palabra
“rosebud” en toda esta polémica? En
principio, la película se estructura de
principio a fin en torno a ese enigma, que
para los espectadores se soluciona justo
al final. Esta solución (que no voy a
desvelar por si alguien aún no la ha visto)
es en realidad lógica y sencilla, con un
mensaje claro: “el dinero no lo es todo y a
generado intriga y comentarios fuera de
veces lo cambiaríamos por las cosas más
ella. Jamás Orson Welles confirmó ni
simples de la vida”. Lo que de verdad
desmintió su verdadero sentido. Y es
interesa es el trasfondo y la figura de un
lógico que Hearst tampoco lo hiciera,
personaje del poder, y lo que ese poder
porque hubiera sido hacer público algo
significa y representa. Una vez que la
demasiado
película se ha visto, la verdad es que
hemos de entender que algo le molestó,
daría igual el nombre elegido para captar
y
y mantener la atención a lo largo de toda
Ciudadano Kane. Para quien no haya
la historia. Pero ese nombre elegido tenía
visto la película, verá que al final el
un sentido muy especial, más allá de la
sentido inocente de “rosebud” difícilmente
pantalla, y es que se trataba del nombre
molestaría a nadie. Por eso fue un acierto
con
llamaba
de Welles destapar veladamente un
órgano
resorte que le dio fama mundial, un
sexual femenino de su amante, la actriz
recurso de genialidad, pero que al mismo
Marion Davies.
tiempo
el
William
que
cariñosamente
Randolph
Hearst
al
En la actualidad, “rosebud” sigue
siendo la palabra con más fuerza en una
obra cinematográfica y la que más ha
íntimo
mucho,
vista
le
y
su
generó
personal.
reacción
Pero
ante
enemistades
irreconciliables durante el resto de su
vida.
Revista Terral nº17 -Cine-
Cine
SEIS PERSONAJES VARADOS EN UN AEROPUERTO
Ricardo J. Gómez Tovar
Un puñado de rostros estelares adorna los títulos de crédito que introducen la
proyección de Hotel Internacional (The V.I.P.s), película estrenada en 1963 y que cuenta
con el protagonismo de la pareja de moda por aquel entonces, Richard Burton y Elizabeth
Taylor. Los demás comparsas de la función dirigida por Anthony Asquith no acaparan los
titulares de la prensa de la época con tanto fervor como “Marco
Antonio y Cleopatra”, que aquí parecen recrear una variación de su
propia historia sentimental como el matrimonio Andros, pero figuran
entre lo más granado de la profesión: Louis Jourdan, el sempiterno
galán francés que tan mortalmente se aburría como el heredero
millonario de Gigi y que, esta vez, representa a un gigolo cuarentón
que se enamora por primera vez en su vida; Rod Taylor, el actor
australiano de maneras campechanas que tuvo el tiempo en sus
manos y que, en la película que nos ocupa, metido en la piel de Les
Mangrum, un honesto fabricante de tractores, debe luchar contrarreloj para no quedarse
en la bancarrota tras firmar un cheque sin fondos; la siempre espléndida Maggie Smith,
como fiel secretaria del anterior, mucho antes de asomarse a la oscarizada habitación con
vistas que le reservó James Ivory; la entrañable Margaret Rutherford, que se quita por
unos momentos el traje de Miss Marple para interpretar a una aristócrata empobrecida y
deliciosamente distraída; y, last but not least, el gran Orson Welles en el papel de director
de cine en apuros con el fisco británico que debe pactar un matrimonio de conveniencia
con Gloria Gritti, una maggiorata italiana encarnada por Elsa Martinelli un año después de
haberse marcado un Madison al son de Henry Mancini con los elefantitos de Hatari.
Revista Terral nº17 -Cine-
Por suerte o por desgracia, los planes concebidos por cada uno de estos
personajes no habían contado con la emergencia de un elemento que actúa como fuerza
mayor de la trama ideada por el dramaturgo Terence Rattigan: la niebla londinense.
Varados en la sala de espera VIP del aeropuerto de Londres, y atendidos por el “mejor
jefe de recepción que existe”, Sanders (genial caracterización de Richard Wattis, ese
simpático actor con gafas que anteriormente nos había deleitado como el agregado a la
embajada británica que se desvive por cumplir los caprichos del gran duque Laurence
Olivier en El príncipe y la corista, también basada en una historia de Terence Rattigan), los
personajes comienzan a sufrir los efectos que ejercen los contratiempos sobre la vida
programada. Y es que la densa niebla que deja en tierra los vuelos que debían despegar
según el horario previsto no se contenta con quedarse fuera de las instalaciones de este
aeropuerto de decorado y cortar las alas a los pasajeros, VIP o no VIP, sino que penetra
en la propia esencia de los personajes para volverlos del revés. En el caso del triángulo
amoroso formado por Richard Burton-Liz Taylor-Louis Jourdan, la bruma les obliga a
analizar detenidamente sus emociones y sentimientos, que parecen difuminarse o sufrir
mutaciones imprevistas ante la tensión de la espera y las sorprendentes revelaciones
resultantes. El archimillonario Burton-Paul Andros afirma estar enamorado de su esposa
Frances, pero no es capaz de elegir personalmente el suntuoso regalo de despedida que
le hace cada vez que ella se ausenta, tarea que delega en un ex comandante a quien ha
convertido en su mano derecha (Dennis Price). Sin embargo, esta vez es FrancesElizabeth Taylor quien le hará a Burton un regalo inolvidable con motivo del viaje que se
dispone a emprender hacia el sol de Jamaica: una carta en la que le confiesa que se fuga
con otro hombre. Para humillación del magnate, el “otro” es un viejo conocido suyo, Marc
Champselle (Jourdan), famoso playboy a quien considera un “bufón, un invitado
profesional, el consabido parásito” y por el que siente absoluto desprecio. Pero la niebla
de Heathrow despierta en Marc-Jourdan un sentimiento que nunca antes había conocido,
muy diferente a los superficiales devaneos que le brindaban sus rentables flirteos con
condesas europeas en el suave clima de la Costa Azul, y no está dispuesto a renunciar a
Frances ni siquiera ante la tentación de un generoso cheque ofrecido por el marido
ultrajado. A partir de este momento, la tensión argumental irá in crescendo, al igual que la
Revista Terral nº17 -Cine-
banda sonora de Miklos Rosza, que discurre en su habitual nota romántica con toques de
cóctel para la ocasión, y los personajes anclados a la húmeda tierra inglesa cambian la
sala de este aeropuerto, recreado en los estudios ingleses de la MGM en Borehamwood,
por la comodidad de un hotel donde pasarán definitivamente la noche.
Ni que decir tiene que, como en toda película coral que se precie, y a imitación de
la propia vida, las peripecias de este sexteto de personajes se entrelazarán para
enriquecer el argumento y ayudar a desbloquearlo del paralizante abrazo neblinoso. El
director de cine Max Buda (un Welles actuando en registros exageradamente
caricaturescos) alquila la mansión de la duquesa de Brighton para rodar su próxima
producción, María Estuardo, evitando así que la anciana tenga que desplazarse a Florida
para actuar como ayudante de relaciones públicas en un hotel, el único medio que la
venerable anciana ha encontrado para sacar a flote su castillo ancestral. Por su parte, la
eficiente secretaria Miss Mead logra que, en un momento de desesperación, y mientras le
sorprende escribiendo una carta de suicidio en la writing room del aeropuerto, el millonario
Andros escriba otro cheque que, a su vez, servirá de salvavidas a su jefe, de quien está
visiblemente enamorada.
Este atractivo y sofisticado melodrama, rodado en deslumbrante Metrocolor y
formato Panavisión por el londinense Anthony Asquith, experto adaptador a la gran
pantalla de obras maestras del teatro en lengua inglesa como Pigmalión (1938), La
versión Browning (1951) o La importancia de llamarse Ernesto (1952), se deja ver con
agrado más de medio siglo después de su estreno. Tal vez el secreto de su éxito estribe
en que, al igual que ocurre con los personajes encarnados por Richard Burton y Rod
Taylor, dedicados a amasar dinero y a manufacturar tecnología en movimiento,
respectivamente, y a quienes lo único que al final consigue salvar de la ruina es
precisamente el factor humano, las imágenes en movimiento de Hotel Internacional están
impregnadas de este infalible bálsamo desde la primera escena hasta la última. Un año
después, el director firmaría su última película, El Rolls Royce amarillo, también una
magnífica película coral que recreaba en brillante colorido de la Metro un popurrí de
pasiones, amoríos, lealtades y traiciones. Pero esa ya es otra historia…
Revista Terral nº17 -opinión-
Opinión
Versión moderna del Leviathán
Erena B. Burattini
Es desolador comprobar que a pesar de los acelerados avances que se van
produciendo desde las últimas décadas, la mentalidad de quienes ostentan el poder se
mantiene dentro de las estructuras de la época de las monarquías autoritarias durante el
Antiguo Régimen.
¿Cómo es que afirmo esto? Muy simple, basta con oír los valores y castigos que
proclaman para la masa nuestros políticos, valores que a ellos no les atañen puesto que
tienen sus propios paraísos. Y tan poco les atañen que se permiten calificar sus usuras
bancarias como “esas cosas” que bien podrían haber nombrado como cositas o naderías,
total ellos están por encima del bien y del mal.
Desde arriba observan a la masa y se horrorizan ante los desmadres del pueblo
que se manifiesta en las calles clamando por sus derechos. Cuánto les ofende y preocupa
esa chusma desbocada que destroza mobiliario urbano (el valor no pasará de unos pocos
miles de euros, muy por debajo de los millones de las tarjetas Black, etc., etc.). Para dar
ejemplo se condena a algunos de estos manifestantes a 6 años de prisión. Me quedo sin
palabras.
Hemos retrocedido al siglo XVII al son de la teoría política de Thomas Hobbes que
en su obra Leviathán -basada en el derecho natural- afirma que los hombres en su
estado natural se destrozarían los unos a los otros. Por tanto, para sobrevivir deben ceder
sus derechos al Estado, una autoridad absoluta, especie de dios terrenal (Leviathán) que
imponga el orden y evite el caos.
Si a esto le sumamos la teoría clásica del absolutismo formulada por Jacques
Bossuet, teoría del origen divino del Rey, ya tenemos la película clara. Los nuevos
mandamases han asumido esa ascendencia celestial en vista de sus actitudes.
Así nos va con esta soberbia de origen divino que solo ve la pajita en el ojo ajeno y
no esas cositas malolientes en el propio.
Revista Terral nº17-opinión-
Opinión
IDEAS SOBRE EDUCACIÓN
Por Carmen Ramos, maestra de la Fresnedilla
“Para educar un niño hace falta la tribu entera”
Jose A.Marina
¿HACIA DÓNDE CAMINAMOS?
Los niños no son recipientes vacíos que hay que llenar de conocimientos. Las
últimas investigaciones en el campo de la pedagogía, nos revelan que existen unas
nuevas pautas de ser y de comportamiento en los niños, niñas y jóvenes del tercer
milenio, que apelan a un giro trascendental en la educación y la salud de la sociedad
emergente, giro que nos concierne a todas y todos porque somos protagonistas del
mismo.
Múltiples investigaciones apuntan a que estamos ante una generación de
naturaleza precoz, madura, extremadamente sensible y empática, autorrealizada y
autodidacta, a la vez que espiritual y pragmática. Los que convivimos con ellos, lo
sabemos y es por ello que tenemos que descubrir nuevas formas para educar que
permitan que estos niñ@s crezcan felices potenciando estos dones y puedan llegar a
convertirse en la mejor versión de sí mism@s.
¿Cómo podemos apoyarl@s?
La educación holística es aquella que implica, entiende y atiende de manera
armónica y equilibradamente los aspectos físico, emocional, cognitivo, ecológico, estético
creador, intuitivo, espiritual, social, multicultural y solidario del ser humano.
La escuela de la Fresnedilla se ha planteado el gran reto de atender a todos estos
aspectos, intentando respetar ciertos principios: honrar la individualidad de cada niño
Revista Terral nº17-opinión-
respetando su ritmo e intereses, propiciar un aprendizaje autónomo y cooperativo,
reivindicar el valor del juego libre,
alimentar la educación emocional, espiritual y el
autoconocimiento, reforzar el sentido de la Comunidad, promover una Cultura de Paz…. y
la gran cuestión es ¿es posible este tipo de educación dentro del sistema educativo
actual? La escuelas rurales desde siempre han sido pioneras en la implementación de
nuevos métodos que más tarde se han puesto en marcha en otras escuelas, y la nuestra,
con el apoyo y la confianza de todas las familias que la forman, está dispuesta a
intentarlo.
Por ahora… (Ya hay 14+2 niñ@s ).
Hacemos ejercicios energéticos cada mañana, como yoga y meditación, expresamos
sentimientos y opiniones en la Asamblea (el “círculo mágico”), hemos iniciado algunos
talleres de larga duración
como Alemán con Wolfgang, Circomotricidad con Lola, el
Huerto Escolar con Marta (gracias al terrenito cedido por Eugenio), cocina vegana con
Isa, Historia de la Sierra con Rocío, … otros puntuales como poesía con el abuelo
Nicolás, ayudamos a nuestros árboles frutales, animados por Lucas y Valeska, vamos
descubriendo nuevos rincones de la Sierra, como cueva honda, gracias a Félix, jugamos
con la música, la danza y el teatro, nos hinchamos de cuentos (y también los creamos),
vemos cine, patinamos, navegamos por internet, limpiamos la zona, creamos con los
elementos naturales a nuestro alcance, redescubrimos nuestra conexión con la madre
tierra, celebramos, …. y jugamos y jugamos y jugamos…
En resumen, estamos atentos a las demandas y necesidades de nuestros niños y
niñas para irles ofreciendo experiencias que enriquezcan su desarrollo y a través de las
cuales, claro que sí, también se manejan aquellos contenidos que las leyes educativas
decretan, pero sin perder nunca de vista los principios citados anteriormente.
Soy consciente de que queda un largo camino por recorrer (me gusta contemplar
este cole como un bebé recién nacido), que en varias situaciones tendremos que
retroceder para poder avanzar con fuerza otra vez, pero todo con la finalidad de contribuir
a un desarrollo del ser en su totalidad y ser felices en el proceso.
Revista Terral nº17-opinión-
Y para acabar…un cuento de Eduardo Galeano:
"A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en sus años tardíos.
Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha llegado la hora del adiós.
Entonces ocurre la ceremonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al
alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradición, entre los indios del
noroeste de América:
el artista que se va entrega su obra maestra al artista que se inicia.
Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y
admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos,
recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla. (...)
Revista Terral nº17-crítica literaria
Crítica literaria
Ángel Silvelo Gabriel
www.angelsilvelo.blogspot.com
IRÈNE NÉMIROVSKY
LOS BIENES DE ESTE MUNDO: Una gran novela- mundo
Los acontecimientos cotidianos y vitales
esta novela toda una nueva dimensión,
que corren en paralelo a esos grandes
porque compite y se superpone a esa
avatares de la historia de la humanidad
barbarie
encuentran en, Los bienes de este
enfrentamientos bélicos. Es verdad, Irène
mundo, un cálido acomodo que, por lo
Némirovsky lo ha vuelto a conseguir, sin
poco habitual, nos resulta sorprendente.
duda, porque Los bienes de este
Sin embargo, si nos hiciéramos la
mundo son una gran novela-mundo que,
pregunta ¿qué es lo que mueve el
al igual que los alemanes en la Primera
mundo?, seguramente no nos debería
—y sobre todo—, la Segunda Guerra
parecer tan extraño, porque casi con toda
Mundial, arrasa el vasto terreno de la
seguridad el amor, esa palabra tan corta
vida
pero cargada de múltiples significados,
sentimientos, porque como muy bien
sería una de las primeras en aparecer, si
viene a decirnos la escritora ucraniana,
no la primera como respuesta de tan
los bienes de este mundo no son
magno interrogante. El amor con sus
aquellos que se acumulan en forma de
múltiples manifestaciones: la pasión, el
dinero o de amores comprados por la
deseo, el rencor, el odio... adquiere en
conveniencia —maravillosa metáfora que
humana
aderezada
que
por
significan
los
los
verdaderos
Revista Terral nº17-crítica literaria
nos acerca la libertad a nuestros ojos y al
sus sentimientos están por encima de los
corazón—, sino otros, esos otros que
Estados, las guerras y los grandes
todos conocemos de sobra y a los que en
poderes económicos —no puede existir
demasiadas ocasiones damos la espalda,
un mejor alegato que esté más de
víctimas de la ceguera más absoluta. Esa
actualidad para definir y atrapar el
última luz que incide directamente sobre
mundo—, parece decirnos la escritora
la esperanza es la que Némirovsky
que, desgraciadamente, sufrió en su
mantiene viva hasta el final, y lo consigue
propia persona la barbarie de la sinrazón
escribiendo
nazi.
tres
capítulos
finales
magistrales —es imposible no acabar
sintiendo aquello que les ocurre a sus
personajes— en los que la narradora
funde con el fuego de una apisonadora
incandescente y aterradora todo aquello
que
no
sirve,
para
mostrarnos
la
maravillosa luz de lo que de verdadero e
importante tiene la vida. El ser humano y
La habilidad y maestría con la que Irène
Esa capacidad de síntesis, aparte de
Némirovsky es capaz de convertir vidas
mantenernos
de personas particulares y anónimas en
lectura del texto, nos proporciona casi sin
grandes epopeyas de la vida y del ser
enterarnos
humano no deja de sorprendernos, por
cenital del ser humano. Los hechos que
mucho que sepamos y conozcamos la
se narran en Los bienes de este mundo
habilidad de la escritora ucraniana a la
están escritos casi a la vez que sucedían
hora de retratar lo realmente importante.
en la realidad, y esa translación mágica
del
en
esa
tensión
durante
panorámica
espacio-tiempo,
única
Némirovsky
maneja magistralmente. De ahí que
la
y
la
Revista Terral nº17-crítica literaria
asistamos, casi sin mediar palabra, a la
Hardelot o su ceguera sentimental, pues
narración de las vidas de una familia
su egoísmo es tan opaco como la luz
burguesa de la Francia del norte, de la
dentro de una cueva. Una semblanza que
mano de los convulsos acontecimientos
también se retrata a la perfección en el
que vivió Europa en la primera mitad del
personaje de Simone, víctima de su
siglo XX, alcanzando grandes cotas
propia codicia y de la asunción de un
narrativas, justo las anteriores a las que
destino que por sí misma nunca podría
para los críticos es su obra maestra,
haber conseguido, lo que la lleva a
Suite
nomadismo
representar a la venganza. La tercera
sentimental y terrenal que nos muestra la
generación, sí, porque en esta novela-
autora —y al que ella no es ajena— nos
mundo cabe todo, nos vuelve a mostrar
dibuja un mapa de alteraciones vitales
esa condena a la que está supeditado el
difícilmente superables, pues es capaz
ser humano, pues los errores de Guy y
de retratarnos con una fidelidad pasmosa
Rose, son muy parecidos a los de sus
el devenir y los pensamientos de Pierre,
padres, y a buen seguro, a los que
un joven que, con el paso del tiempo, se
cometerán sus propios hijos años más
convierte en un hombre maduro, o el de
tarde. El ser humano es una especie de
una mujer, Agnés, que ha vivido y vivirá
de hámster condenado a dar vueltas
solo para el amor del que al final ha sido
hasta el final de sus días en una eterna
su marido. Pero no se nos debe olvidar
rueda que no es capaz de adivinar otro
que, en ese baúl, también podemos
movimiento que el del giro sobre sí
introducir la avaricia del patriarca de los
mismo.
francesa.
Ese
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
Crítica literaria
© Anna Rossell
Georges Didi-Huberman, Cortezas
Shangrila, Santander, 2014
Theodor W. Adorno lo formuló con contundencia en 1949 al regresar del exilio: “Escribir
poesía después de Auschwitz es una aberración”. Esta sentencia, que muchos
intelectuales se tomaron al pie de la letra, ha calado hondo también en la conciencia de
aquellos que, desobedeciendo su requerimiento, han abordado la imposible tarea de dar
testimonio de lo inconcebible: ¿Cómo representar lo irrepresentable? ¿Cómo escribir
sobre ello cuando no hay palabras? ¿Cómo dejar testimonio del horror vivido? ¿Cómo
imaginar el horror no experimentado? Las preguntas seguramente se remontan a los
mismos orígenes de la humanidad y son tan antiguas como el propio horror. Por ello
volvieron a debatirse con énfasis a raíz del genocidio nazi. Desde entonces la literatura, el
cine, el teatro y las artes plásticas han sentido la necesidad de plasmar la ignominia. Si
bien hay consenso en cuanto a la imposibilidad de expresar cabalmente la medida y el
ensañamiento de la infamia, de encontrar explicación a las causas para las atrocidades
que llevaron a tantos a la muerte programada, no la hay en cuanto a los modos de
intentarlo. Muy variados han sido los intentos –algunos muy controvertidos por la polémica
que sus propuestas han desencadenado-, y todos palidecen ante lo que fue.
Con todo, hay aproximaciones que hacen más justicia que otras a este intento. Una de
ellas es este libro, magníficamente editado, de Georges Didi-Huberman, publicado en
francés por Les Editions de Minuit en 2011 (Écorces), que ahora ve la luz en España de la
mano de Shangrila.
Consciente de su cometido, Didi-Huberman (Saint Étienne, 1953), historiador del arte y
teórico de la imagen, se acerca con infinita cautela y profundo respeto al paradigma de
aquel horror, Auschwitz-Birkenau, para documentarlo y prevenirlo. El resultado es un
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
trabajo de excepcional escrupulosidad -imagen y texto-, por su sobriedad. Sabedor de que
nada habla mejor del horror que el horror mismo y de que nada puede (ni debe) añadirse
a lo que no admite nada más que lo que fue, el autor registra con su cámara las
estaciones de aquel indecible sufrimiento. Como si de un vía crucis se tratara, DidiHuberman se detiene ante una alambrada, una puerta, una ventana, el lago en cuyo
fondo descansan las cenizas, ante la pradera sintomáticamente repleta de flores, ante el
bosque de abedules, levanta la mirada hacia sus copas, examina un trozo de corteza, y
su sensible observación convoca los signos de la historia y provoca su reflexión y la
nuestra. Son fotografías en blanco y negro, sin título que acapare nuestra atención y
conduzca nuestra mirada por otro camino que el de lo mostrado (los títulos están
desplazados al sumario del libro).
Ruth Klüger, superviviente de Auschwitz, en su autobiografía Weiter leben. Eine Jugend,
publicada en alemán en 1992 (Seguir viviendo, Galaxia-Gutemberg, 1997), abominaba del
intento de reproducir las condiciones del campo de exterminio para la visita turística, una
cultura museal de la que afirma “se basa en la falsa creencia […] de que los fantasmas se
pueden aprehender justamente allí donde, cuando vivían, dejaron de existir. […].” Y se
pregunta: “¿No dan pie a la sentimentalidad esos renovados restos de viejos horrores […],
no apartan del objeto hacia el que sólo aparentemente encauzan la atención y llevan a
una complacencia en los propios sentimientos?” Didi-Huberman parte del mismo
planteamiento ante la supuesta reconstrucción del campo, ante los retoques que han
sufrido las cuatro fotografías que constituyen “los únicos testimonios visuales de una
operación de gaseamiento en el momento mismo de su desarrollo” o ante la conversión
de uno de los barracones de prisioneros en caseta de venta de souvenirs. Para el autor
cualquier alteración en aras de una mejor pedagogía constituye un falseamiento de las
pruebas, como demuestra al explicarnos que la alteración de la luz de estas fotos elimina
el indicio de que habían sido tomadas desde el umbral del horno crematorio. Con gran
lucidez Didi-Huberman aboga por el paseo en solitario por los lugares del horror y por lo
que él llama “el punto de vista arqueológico […] comparar lo que vemos en el presente, lo
que sobrevivió, con lo que sabemos que ha desaparecido.”
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
Crítica literaria
Rafael Borrás Aviñó
«El Cuentacuentos: Historias junto a la Hoguera»
Autora Mar Cano Montil
Ilustradora Estefanía López
Todo padre sabe, o debería saber, que el mejor regalo que
puede hacerle a su hijo es una infancia feliz. Al observar los ojos
de un niño cuando le leemos un cuento, nadie discute
que
durante esos minutos en los que fantasía y corazón laten al
mismo compás no precisa otra cosa para llenar su vida. Es feliz.
Se dice que la primera regla para vivir es amar la vida. El niño que ha escuchado,
primero, y leído, después, historias contadas en medio de un silencio devoto, alejado de
cualquier ruido de fondo o algarabía mediáticos, amará su vida antes incluso de ser
consciente de lo que se trae entre manos. Cuando nos mira y escucha acurrucado en el
embozo de la cama –inmóvil, ojos brillantes, receptivos, curiosos, respiración contenida-,
está disfrutando, sí, pero también completa el cuento con su imaginación, lo dibuja en su
cabeza. Y se le estará abriendo el apetito: nos pedirá otra ración para la noche siguiente.
Seguirá así hasta que, con los años, la lectura se convierta para él en un hábito cotidiano,
placentero y recoleto.
Lo primero que me llamó la atención de este libro fue el título, pues no hay mejor símil
del silencio que la sensación que nos invade cerca de un buen fuego, donde la atmósfera
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
cálida nos empuja a escuchar una historia y dejarnos llevar. Conozco la trayectoria
literaria de Mar y su reconocido oficio para desplegar cuentos infantiles pulcros, piezas
narrativas nítidas y bien trabadas, desnudas de artificios. Gotas de magia, destellos de
ilusión con las que Mar nos protege ante la vida junto al desinhibido goce de sus tramas.
Historias grandes para lectores pequeños, no me cabe duda que con atributos casi
hipnotizadores para éstos.
Otra virtud del libro es incorporar en cada cuento un mensaje implícito –el valor
asociado, como lo llama la autora- fácil de reconocer para un adulto, si bien a los más
pequeños les calará en el
alma
casi
igual
que
sin
un
advertirlo,
chirimiri
primaveral.
En
el
primer
cuento,
«Kity, la mariquita», se nos
presenta a los protagonistas
que van a aparecer como
elementos conductores del
libro: el mago Lumbrel, el mejor cuentacuentos del Bosque Azul, y sus amigos, el
duendecillo Glïky y las cuatro ninfas: Eolina, Daphne, Samdra y Ondina. A través de ellos
se nos subraya en esta primera entrega la importancia de guardar en el corazón
recuerdos y emociones pasados, aquello que permanece aunque los demás cambien.
«La Memoria de Tatú» nos habla de los miedos, pero también del respeto a los animales,
con una perspectiva valientemente ecologista para tratarse de un cuento infantil. Es en el
tercero, «Río y Pandora», donde de la mano –más bien de las patas- de estos dos
lagomorfos asistimos a una curiosa transformación -me cuido mucho de desvelarla- que
provoca una hermandad perpetua, mantenida hasta nuestros días. Durante las aventuras
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
del globo Violeta y su amiga doña Nube, que piensan, sienten y hablan en el cuento «El
Globo y la Nube», Mar nos desgrana una primorosa metáfora sobre la pervivencia y
permanencia en la Naturaleza, vencedora al paso de los siglos. En definitiva, nos regala
una alegoría de la inmortalidad. Por último, en la historia «Flora y Trompita» reaparecen
los protagonistas iniciales y conocemos a Flora, la flor más bella del bosque, y a
Trompeta, el abejorro remolón. El mensaje se centra en la generosidad y la colaboración
desinteresada entre amigos para llegar a sobrevivir.
Las anotaciones pedagógicas que cierran el libro constituyen un complemento
ensayístico claro y directo, unos párrafos que nunca estará de más conocer por parte de
los padres y pedagogos que utilicen este texto como lectura para sus hijos o alumnos.
Albert Einstein afirmaba que la mente es como un paracaídas, si no se abre no sirve.
Tal vez una manera eficaz de abrirla es seguir los sueños que conducen a la sabiduría de
quienes nos precedieron. Cabe recordar que los niños sueñan cuando imaginan e
imaginan cuando sueñan, y quien fomenta la imaginación saca con facilidad de la nada un
mundo propio. Uno en el que predominen, entre otras cualidades dolorosamente escasas
en la sociedad actual, el conocimiento, la amistad generosa, el buen juicio, la lucidez, el
talento discreto y la prudencia. El fuego de la lectura, prendido en la hoguera que nos cita
Mar en este magnífico libro, puede y debe integrarse en dicha tarea.
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
Crítica literaria
Ricardo Guadalupe
http://tienesmipalabra.blogspot.com.es/
La fiesta de los locos
de Joaquín Leguina
Louis-Ferdinand Céline no es sólo un escritor, también es un personaje literario. Ya lo era
cuando el propio Céline escribía sobre sí mismo, todavía más cuando son otros escritores
quienes lo emplean en sus historias, como hace Leguina en La fiesta de los locos, donde
junto a los datos biográficos del Céline real encontramos en
perfecto estado de salud al Céline personaje. No es magia,
o sí, se llama literatura.
Así lo explica Leguina: “El libro no es una biografía
novelada, sino una novela con personajes reales”. Y con
varios narradores, casi tantos como amantes tuvo Céline,
no en vano la génesis de la novela fue la lectura por parte
de Leguina del libro Cartas a las amigas, que recoge una
selección de la correspondencia que mantuvo el autor
francés con las mujeres que trazaron su mapa sentimental durante los años 30. Es su
relación con ellas el hilo narrativo que en La fiesta de los locos nos lleva por la Europa de
entreguerras hasta la posguerra y finalmente el fallecimiento de Céline en 1961.
A través de un lenguaje claro y dinámico, Leguina plantea el aparentemente contradictorio
y siempre anárquico temperamento de Céline, un torbellino del que se sirve para
adentrarnos en otro torbellino, de dimensiones monstruosas, que acabó por engullir al
mundo entero causando el mayor desastre conocido en la historia de la humanidad. Sobre
los orígenes políticos de la II Guerra Mundial indaga y desvela ciertas claves un escritor
Revista Terral nº17 –crítica literaria-
que además es político, de hecho esta faceta de Joaquín Leguina eclipsa aún hoy la
literaria, fueron muchos años, doce, los que presidió la Comunidad de Madrid. Pero es
justo reivindicar la valía de su obra, de buena parte de ella da cuenta Francisco J. Peña
Rodríguez en su tesis doctoral La obra literaria de Joaquín Leguina (1985-2006), gran
trabajo que cualquier interesado puede leer en Internet.
“Me jodieron bien… al fin y al cabo qué importa. No me puedo quejar… he hecho lo que
me ha dado la real gana”, pone en boca de Céline Joaquín Leguina; quién sabe si esta
frase con la que de forma tan atinada identificó al personaje podría en nuestros días
hacerla suya su autor, considerando la relación por momentos tormentosa que ha vivido
con su partido político, concretamente con algunos de sus miembros.
Volviendo al libro, este se cierra con el entierro de Céline y la descripción de la lápida, de
la que destaca la reproducción en bajo-relieve de un barco de tres palos y el grabado del
nombre y los años en que nació y murió: 1894-1961. Basta buscar una foto de la tumba
para comprobar que así es en la realidad. Pero hay algo más, a lo que de algún modo
alude la última frase del libro; resulta que bajo el de Céline también está grabado el
nombre de su viuda, con el año en que nació, “1912”, seguido únicamente de dos dígitos:
“19”. Los hizo grabar ella misma, pensando que no vería el siglo XXI, en cambio tendrá
que borrarlos, porque a día de hoy, mientras escribo estas líneas, Lucette Almanzor, la
mujer que vivió el destierro de Céline y sus últimos años en Meudon, ¡aún vive! Celebro
haber leído La fiesta de los locos, que me ha hecho disfrutar del placer de la lectura y
descubrir que una de sus narradoras está entre nosotros, con más de cien años de una
vida en la que Céline y la danza han sido la música con la que ha vibrado y bailado, como
en aquellos años 30 en los que conoció a su gran amor aún siendo bailarina, cuando
comenzó su particular fiesta de los locos.
Poesía
Coordina: Aurora Gámez
MERCEDES SOPHÍA RAMOS
ÓXIDO
ÍDEM
Tú en el grupo de los desahuciados
Allí un desierto húmedo encontré
Yo en la fila de los olvidados
reciente se había marchado el mar.
Tú haciendo cola por un yogurt caducado
El Mediterráneo quedó inexistente
Yo alimentada de huesos de nostalgia
solo quedaban latas y plásticos,
Tú mendigando pan en la basura
me adentré buscando beber
Yo recogiendo migajas de nada
un pequeño sorbo salado y azul,
Tú cada mañana con la despensa vacía
no había ni una sola gota de mar
Yo cada noche con mi mundo vacío
en su lugar, marañas de peces y algas,
Tú buscando un rincón para cobijarte
allí rodaban caracolas vacías y grises.
Yo buscándolo para llorar sin ser oída
El mar se había sumergido en la tierra
Tú durmiendo entre cartones y harapos
nos había dejado, como hace el desamor
Yo en vela con mis sabanas de pañuelos
desertando de nosotros para siempre.
Tú llorando por lo más básico
El mar abandonó nuestros poemas
Yo si ya no está para mí nada es básico
ya nunca nos dará su inspiración,
Tú deambulando por cualquier esquina
ni sus amaneceres multicolores
Yo caminando a ninguna parte
ni sus tempestades sonoras
Tú de ocupa y desalojado errante
ya ni un solo día nos dejará mirarlo.
Yo desgarrando mi corazón ocupado
-Fuimos advertidos día tras día-
Tú contando las limosnas en un banco
nadie quiso oír su llanto
Yo rogando te quieros de vez en cuando
gritaba como los niños en la orilla,
Tú colgado del aire libre que te lleve
despacio y lento se fue secando
Yo colgada al aire de su sonrisa
liado por montañas de basuras oxidantes
Tú desesperado te despediste de los sueños
infectado de microbios y bacterias,
Yo perdida en un sueño de ébano blanco
así, quiso desheredar al planeta
Tú olvidaste creer en los cuentos bonitos
¿Cómo amar a algo imaginario?
Yo aún no olvidé los de final feliz.
Me pregunté desesperadamente…
Entonces desperté.
MERCEDES DELCLÓS
EN EL TÚNEL DE CUALQUIER METRO
ROCÍO CARDOSO
UNA MUJER DIBUJADA DE SILENCIOS
Un acordeón y una mujer bajita
Empecinada
tocan un vals lleno de promesas.
en verbos irrepetibles
¿O son tristezas de payasa alegre?
sin encontrar sus sueños
Se balancea con ojos muy abiertos.
vencidos por un tiempo,
Su mirada me atrapa.
sin palabras
Pongo una moneda en su vaso de papel,
sin muecas,
me lo agradece.
sin gemidos.
No puedo seguir caminando.
Ella solo guarda
La miro, la escucho.
cosas viejas,
Un nudo en la garganta.
El dolor de una bella música
despertando no sé qué nostalgias.
Esa mujer bajita y su acordeón
desteñidas,
aquellas que aún sigue
buscando
a pesar del quebranto de su vida.
son el paisaje sonoro de mi silencio.
Entonces,
se esconde
en un canto de calandrias
para que nadie escuche su lamento.
Un antiguo eco de campanas
le detiene las noches.
Envuelta en arrobos de aire,
con avíos de distancia,
cincelé tu nombre en mi cuerpo.
Brotó la sangre en mi piel,
el aullido, de mi entraña.
Raudo el eco atravesó el espacio,
inexorable tembló,
en los suburbios donde escondes
el sentido de mi nombre.
SEBASTIÁN GÁMEZ MILLÁN
Yo no vuelva a decir que soñaba;
Estabas tú conmigo
Y tus ojos podían confirmar lo que los míos:
La belleza inasible del mundo al alba.
Ven,
no quiero saber cómo, pero ven,
SILVIA DE LA GUARDIA RAMOS
ven pronto, no tardes, no,
que no sé si las palomas alzarán el vuelo
entonces
TE NOMBRO
como ahora lo están haciendo;
ven pronto, que no sé si la luz reverberará
Ansiado jardín que atesoras en tu vientre
entre los verdes del campo
un cielo de pétalos y savia subterránea:
tal como en estos instantes reverbera;
tus brazos de ramas grisáceas
ven pronto que no sé si a tu vuelta
las abejas zumbarán con este sonido de
mañana feliz,
ven pronto que no sé si para cuando regreses
el cielo habrá perdido estos azules
y luego no sé si sabré contártelo;
(y cómo contártelo, si era así).
desprenden sus verdes flecos modelados
en la ingenuidad de tu nombre
otorgado desde mi boca.
Te nombro oculta entre matorrales
que ceden su voz al desorden de tallos
encerrados
en recipientes de lluvia y aire.
Ven,
Sobre el tapiz oigo el eco que reverbera
ven deprisa,
como el cristal de un vaso golpeado en su
que las montañas tal vez más tarde no
reflejarán
interior
por el deseo apremiante de mi primavera.
ese denso brillo de nieve que las baña,
y que en la distancia parecerían flotar
suspendidas sobre el aire,
Este sueño pendular fluctúa entre las tramas
de madreselva y los brotes de luz
por encima del paisaje.
que se deshojan sobre la tierra
Ven pronto, sí,
como si un sentimiento apenas arraigado
Que esta sobrecogedora sensación de belleza
sintiese alivio en mi palabra serena.
Requiere de tu mirada y de tu presencia,
Te nombro en este bosque sin tapias para las
Requiere que la compartas conmigo
Para que exista,
Para que mañana, cuando tú vengas,
hiedras
a la espera de que un pájaro
prenda tu voz y la traiga a mi vera.
Revista Terral nº17 –relato-
Relato
La película de todos los días
Andrés Ortiz Tafur
(Premiado en el XXIV certamen literario 2014, de la Diputación de Jaén)
La mujer se niega en redondo a fingir que tiene algún tipo de problema en la boca
que le impide sacar la lengua si no es ayudándose con el pulgar y el índice de su mano
derecha. El hombre suplica que le haga caso, y enfatiza tanto la contrariedad que le
produce la negativa de su esposa que llega a llorar. La mujer somatiza la pena y
sollozando repite las alternativas que a su parecer la salvarían de ir de aquí para allá
balbuceando palabras que no han de entenderse. El hombre se cubre las orejas y grita
que no desea seguir escuchándola. Ella, pese a esto, recita la posibilidad que le coloca a
él a lomos del caballo. El hombre se aparta las manos de las orejas y le pregunta si no le
importa sacrificar a Dakota. Ella dice que sólo se trata de un caballo. Él aclara que
además de un caballo es su caballo; momento en el que se alejan de la trama original,
porque ella, como casi siempre, reclama para sí una atención semejante a la que él le
concede a sus animales, y porque él se escuda en que esos argumentos provienen de la
madre de ella.
Tras un “no te soporto “y un “yo a ti tampoco”, la pareja se marcha a la cama.
Primero la mujer, haciendo ademán de dar un portazo. Y a los diez o quince minutos el
hombre, que para hacerse notar se desviste expulsando con toda la energía que cuenta el
aire por la nariz.
Cuando la luz que entra por la ventana les obliga a abrir los ojos, se encuentran
abrazados. El hombre intenta poner tierra de por me medio con ese nuevo día emitiendo
un leve gemido y restregando el rostro contra la mata de pelo de ella. La mujer se
estrecha más al cuerpo de su hombre y acaba dándole un beso húmedo en el cuello. Él
Revista Terral nº17 –relato-
oprime la mano sobre el costado desnudo de ella. Ella hace lo mismo en el costado de él.
Se produce un acto amoroso en el que ninguno de los dos pronuncian una sola
palabra y vuelven a quedarse dormidos por un rato. Luego ella se levanta a orinar y
recuerda el estado en el que dejaron la mesa de la sala de estar. Entonces cierra los
párpados y aprieta los dientes, se limpia, tira de la cadena, va a la cocina, toma una bolsa
de basura y se dirige al salón fijando los ojos en el suelo, dirección que no cambia hasta
que no ha terminado de introducir en la bolsa la mayor parte de la basura.
A él lo despierta el ruido de las botellas. Se siente mal de repente. Incluso, durante
cinco o diez segundos, se cubre la cara con la mitad de la almohada. Después se da
cuenta de que eso no es más que un gesto propio de las películas y se incorpora con
vigor.
—Cariño—dice, sin encontrar respuesta—. ¡Cariño!—repite al instante, notándose
un fuerte dolor de cabeza.
El silencio que halla le ayuda a componer su perorata. Va a decirle que lo siente
mucho, que se olvide de lo de anoche, que la quiere y que todo es culpa del alcohol y de
la desesperación.
—Ángela, cariño, siento mucho lo de anoche. Olvídalo, por favor. No estaba en mis
cabales. A veces pienso que todo esto va a terminar volviéndome loco—recita, mientras
recorre el pasillo que conduce a la sala de estar—. ¿Ángela?—pronuncia, poniendo
rumbo a la cocina—.¡Ángela!—acaba gritando, presagiando lo peor.
Cuando Ángela regresa de tirar la basura se encuentra con un hombre sumamente
nervioso. Es su marido y sabe que no es posible que ya haya olvidado lo de anoche. Pero
también sabe que eso sólo va a aminorar un poco la virulencia de sus reclamaciones y
que si no toma ella la iniciativa puede que resulte imposible resituar los hechos dentro del
sentido común.
—Vengo de tirar la bolsa. Esta ahí abajo, en el contenedor. Todavía falta mucho
para que pase el camión. Si quieres, si tanto te cuesta dejarlo, si de verdad tanto te cuesta
dejarlo, baja y búscala. Eso sí, no vuelvas—dice.
El hombre se coloca cualquier cosa, el pantalón de un chándal y la parte superior
de un pijama, sale a la calle, encuentra lo que busca y sube de nuevo a su casa. Toma
Revista Terral nº17 –relato-
asiento en el sofá, manipula la jeringa y el contenido de una bolsa y se introduce la aguja
en una vena del brazo izquierdo.
Ambos, el hombre y la mujer, entienden que ese “no vuelvas” no quería decir “no
subas a casa”, porque la propiedad no es de ninguno de los dos y porque el grado de
improvisación del uno y de la otra no admite de buenas a primeras un “nunca más”. De
modo que será ella, después de meter algo de ropa en una mochila, la que diga adiós. Un
adiós escuálido, al que le seguirá un balbuceante “por favor, no te vayas”.
Dos días son los que pasa ella fuera. Cuarenta y ocho horas angustiosas para él,
que no cesa de buscarla, atreviéndose incluso a acudir a la casa de su madre, a pesar de
las advertencias de que por allí no quieren volver a verle y de la amenaza de los dos tiros
en la sien. Y cuarenta y ocho horas inciertas para ella, que no sabe dónde ir y que echa
en falta la privacidad del hogar, la voz y las manos de él y el pinchazo en la vena.
Transcurrido ese tiempo coinciden en el parque del menudeo y no les hace falta
hablar para escenificar un abrazo. Allí mismo, entre unos coches aparcados en batería,
comparten jeringa. Después compran en un super dos botellas de licor y las beben en
casa, inventando la manera de conseguir un dinero que les proporcione algo de
estabilidad. Él volverá a proponerle a ella que finja un ictus, le dirá que basta con no
mover uno de los remos del cuerpo y con mostrar una seria dificultad al hablar,
apostillando que lo ideal es que se decante por el lado izquierdo, dada su condición de
diestra. Y ella le insinuará que se deje caer del caballo y se rompa algo que entrañe cierta
gravedad, el fémur o la cadera, por ejemplo; y lo hará pasando la yema de uno de sus
dedos por debajo de las líneas del seguro de responsabilidad civil con el que cuenta el
animal, justo en el apartado en el que se especifica que el propietario del bicho tiene
derecho a una indemnización en el caso de producirse un accidente fortuito.
Él le responderá que tiene entendido que esos incidentes traen consigo el sacrificio
del animal. Y ella volcará sobre la mesa el vaso con rabia, diciendo que no le entiende.
Luego uno de los dos se irá primero a la cama refunfuñando. Tal vez él, que en ausencia
de ella ha estado dándole vueltas a la idea de coger el camino correcto. Y al paso de diez
o quince minutos, ella, que tratará de hacerse notar, prendiendo la luz del dormitorio.
Revista Terral nº17 -relato-
Relatos
Retrato de mujer con collar: Mary Cassatt
Emy Luna
Frente a los cristales empañados por la lluvia, Mary Cassatt intentaba vislumbrar la silueta
del campanario de Saint Germain. Delgada, erguida, con los brazos a lo largo del cuerpo,
sostenía una carta en la mano derecha. Los dedos, crispados sobre el papel, mostraban
los nudillos blanquecinos, fruto de la rabia y la ira sufridas tras su lectura. Llevaba un buen
rato frente al ventanal con la mirada fija en la cruz de hierro de la Iglesia, de pronto, se
sobresaltó con el estruendo de la tormenta y se retiró del cristal. Se sentó en el filo del
sillón a releer por quinta vez la carta con el matasellos de Londres.
A medida que avanzaba en la lectura, su cara se iba contrayendo con la misma
fuerza que la primera vez que la leyó, un par de días atrás. La ira le llenaba los ojos de
lágrimas y la indignación los dejaba al momento secos y doloridos. De un tirón, se deshizo
de la toca de lana, se colocó la bata de algodón que protegía su ropa del óleo y se
encaminó a su estudio mientras metía la carta en su bolsillo.
Adoraba su habitación para pintar. El resto de la casa podía estar cayéndose a
pedazos y no se enteraría nunca, pero este cuarto significaba tanto para ella... Aspiró el
fuerte olor a trementina y echó un vistazo rápido a la repisa de los pigmentos. Faltaba
reponer el amarillo de Nápoles y el azul de Ultramar. Mañana se los encargaría a Michel,
junto a dos tarros de aguarrás y uno de aceite de linaza.
Descubrió el lienzo que se protegía bajo un paño y lo observó con detenimiento; le
apasionaba su profesión, pero el trabajo que traía entre manos le producía una enorme
pesadumbre. Se alejó unos metros para juzgar el resultado de la última mezcla de colores
para el traje de la mujer. Sin embargo, se sentía contrariada por haber conseguido su
propósito. El color del traje escotado y los pliegues en el talle recordaban una rosa
entreabriéndose, mostrando, como apretados pétalos, los plisados del vestido de fiesta.
Más que óleo, parecía un dibujo a pastel. El corazón le dio un vuelco; Degás, su gran
admirado, latía irremediablemente en el fondo de su obra. La dama sonreía feliz, a su
Revista Terral nº17 -relato-
pesar. Sobre su piel blanca, un collar de perlas. Y lo mejor era el pelo. Rodeando su
cabeza, el pelo recogido en un moño flojo destellaba como el cobre; lo había conseguido
con mucha paciencia y tras estudiadas mezclas de amarillo ocre, carmín de Garanza, un
poco de magenta y amarillo limón. La felicidad de la mujer inundaba el lienzo, su sonrisa,
el brillo de los ojos, la humedad de sus labios... Todo con pequeñas pinceladas y un
predominio del color puro. Detrás de ella, dos palcos desdibujados se perdían en la
distancia permitiendo el protagonismo de la dama. Todo como mandaban los cánones
impresionistas. Esperaba que la mujer del cuadro se sintiese satisfecha de su trabajo
cuando su marido se lo regalase el día de su cumpleaños. Era una dama de la alta
sociedad parisina, de origen prusiano, Madame Mac Mahón. Mientras se debatía entre la
satisfacción por el trabajo bien hecho y la amargura que le producía haber rodeado de
tanta belleza a esa mujer, recordó la carta. Era de Camille Pisarro. Cerró los ojos y evocó
el día que se conocieron. Acababa de estallar la guerra franco-prusiana y ambos huían de
París en el mismo tren. Al terminar la contienda y de vuelta a la ciudad eterna, el destino
volvió a unirles.
Mary colocó los pinceles sobre la mesa desconchada, llena de trapos, aguarrás y
barnices. Se limpió cuidadosamente las manos y se dirigió al salón. Había anochecido y el
reflejo de las luces de las farolas colgando de un cielo brumoso daba a la habitación un
aspecto mágico. Sacó la carta del bolsillo y volvió a leerla bajo la luz tenue de la lámpara
del velador.
Con la escritura diminuta y cuidadosa de siempre, Camille la invitaba a la exposición
que el círculo de los impresionistas celebraría en el museo del Louvre la próxima
primavera. Tras unas primeras líneas en las que detallaba todos los aspectos formales del
evento, adoptó un tono más personal rogándole por Dios que asistiera sin dudar. Como
conociendo la respuesta que Mary le habría dado, su maestro le pidió que olvidara el
pasado. Mary se limpió con el puño de la bata blanca las lágrimas que amenazaban con
empapar el papel; dibujó, con los restos de pintura de la bata, rayas de azul de Ultramar
sobre las mejillas. Cuando terminó de leer la carta, volvió a su estudio. Mientras oscurecía
la sombra de la barbilla sobre el cuello de la dama y acentuaba con ello el brillo de las
perlas, recordó el día en que se matriculó en la academia de Camille. Degás le había
Revista Terral nº17 -relato-
hablado de él como del maestro entre maestros. Era quince años mayor que ella, pero el
amor surgió entre los dos con la violencia de un temporal. Camille Pisarro era el hombre
más atractivo que había visto en su vida. Más protector y comprensivo que su propio
padre, y el hombre al lado de quien cada día era un misterio por resolver. Estuvo a punto
de abandonar el sentido común y la pintura por él. Se dedicó a organizarle las clases,
buscar excusas para los clientes que no le gustaban y abastecerle el estudio de tarros de
pigmentos, goma arábiga y aceites vegetales. Le limpiaba la casa, le hacía la comida y le
lavaba la ropa. Hasta el día en que ella le presentó a Lucy Bacon, la alumna
recomendada por Edgard Degás. Mary recordaba con una amargura no disminuida por el
tiempo el día que la joven apareció en el estudio, con su cabellera de fuego sobre los
hombros. Desde que entró por la puerta, Camille perdió la cabeza por ella, hundiendo en
la tristeza y la desesperación a Mary, que veía como él la iba dejando en un rincón de su
volátil corazón. En la carta, su antiguo maestro le pedía que lo olvidara todo, que él lo
había hecho; que habían pasado algunos años y que quizás aún estuviesen a tiempo de
retomar su amistad. Que ni siquiera recordaba a Lucy. El encuentro de primavera podía
ser la gran oportunidad para la reconciliación.
Tras esta última lectura, Mary comprobó que el enfado iba remitiendo poco a poco.
Sonrió débilmente mientras daba los últimos retoques al cuello de la mujer; era muy tarde
y quería descansar. Por supuesto que iría. Por una parte necesitaba resarcirse del
desastre de la exposición de Chicago, en la que casi la mitad de su obra había sido pasto
de las llamas. Y por otra le apetecía reencontrarse con los amigos de la vieja escuela:
Berthe, Claude, Paul, Edgar.... Dobló esta vez con cuidado la carta y la dejó sobre la
mesa, prometiéndose responderla al día siguiente.
En cuanto a Lucy, nunca había podido olvidarla, por más que lo había intentado. Por
caprichos del destino, desde hacía unos meses la veía a la fuerza todos los días; pasaban
juntas muchas horas. Antes de que Mary cubriese el óleo con el paño de lana, Lucy
Bacon, de casada Madame Mac Mahón, la miró desde el lienzo con aire triunfal, en su
butaca del teatro, envuelta en rosados pétalos de seda. Con el collar de perlas
destacando sobre su escote nacarado y su cabellera de fuego domesticada por la edad y
por una magnífica diadema de brillantes.
Revista Terral nº17 –ser escritora-
Ser escritora
Tiempos de Cambio para «Mamá Literatura». Segunda Parte.
Por Mar Solana
http://marsolana.blogspot.com.es
Seguro que los lectores recordarán como en el artículo del número anterior de esta
revista, para hablar de la cantidad de «ciber-escritores» que habían surgido en la última
década, nos servíamos de la irónica metáfora de los champiñones y de su proliferación
merced a las lloviznas de otoño. Sin embargo, en el caso de las interminables filas de
gente escribiendo, se señalaba a la red de redes como la principal causante del
fenómeno.
Y la reflexión, que se parece mucho a una matrioska: podemos abrirla o desplegarla
ad infinitum, nos condujo a deducir que la súper población de escritores, así como la
sobreabundancia de teclados activos, representaban un río desbordado que había barrido
a la mayoría de los buenos lectores. Y todo ello sobre un marco literario transigente, ñoño
y ligero de bambalinas. En definitiva, que los mismos «champiñones» leían mucho menos
de lo que se atrevían a acometer en el divertimento de sus variados estilos.
Después de leer el artículo, mi compañero de Letras, Ricardo Guadalupe, tuvo la
amabilidad de enviar a la dirección de la revista el siguiente comentario que transcribo con
su permiso:
«Los escritores también leen, incluso muchos se han hecho lectores para escribir. Así que
para mí ese no es el “quid” de la cuestión, al contrario. El problema es el ritmo de lo inmediato
impuesto en la sociedad, cada vez hay menos gente con la paciencia necesaria para afrontar un
libro, puede que por la sobreabundancia de pantallas, pero creo que ese es solo un síntoma y no
Revista Terral nº17 –ser escritora-
un motivo, el motivo es la tendencia a empezar la casa por el tejado que estamos viendo no sólo
en el ámbito literario, o en el político, sino ya desde la educación de hoy en día, donde el esfuerzo
no está tan valorado como debiera». Ricardo Guadalupe, escritor.
En virtud de tan acertado comentario, por el que desde aquí doy las gracias a su
autor, nos atrevimos a seguir indagando en esta matrioska particular.
Es cierto (y comprobable) que ahora mismo hay un mayor número de escritores que
de lectores. Pero también es verdad que, como expresa Ricardo y si ahondamos en el
asunto un poco, ese no es el principal problema. Lo preocupante es esa actitud que se
nos ha ido colando, subrepticia como el siseo de un cascabel, y que no conoce el valor de
la pausa: la inmediatez. La impaciencia de una sociedad acostumbrada al «quiero esto ya,
ahora mismo…», a un materialismo cada vez más evidente, que ignora el sentido de
aquello que se hace esperar. Ni en las escuelas ni en las familias se educa en la
tolerancia a la frustración o, en todo caso, en ejercer la dilatación de las recompensas a
los más pequeños. Los niños (por problemas de culpabilidad de los padres) son
premiados de forma abundante e inmediata. El esfuerzo ya no se valora en su justa
medida, sencillamente porque esa voluntad de trabajo ya no existe. Ahora la ansiedad de
anticiparse a todo (o a casi todo) es la reina del ser y del estar.
También es palmario que no todos los que escriben pueden llamarse escritores. Una
cosa es compartir tus vivencias y emociones con los demás, perder el bloqueo,
desinhibirse; algo que resulta enormemente gratificante y positivo. Pero el oficio de la
escritura, escribir desde el corazón y reescribir desde el alma, es muy diferente a ese
aspecto espontáneo que tantos practican ya. Igual que hay oradores que saben
comunicar con su auditorio (y otros no), también hay escritores que saben conectar (hacer
llegar lo que desean) con sus lectores. Y los demás hablan y hablan o bien, garabatean…
Y de la misma forma que no se educa en la «capacidad empática de la escucha al otro»
muy pocas personas «saben escuchar» a los que escriben. Entonces… ¿qué tenemos?
Un montón de gente «hablando», bla, bla, bla…, (los ingleses lo llaman back ground
noise), pero pocos «escuchando», «leyendo», etc.
Además, también existe algo innegable, contra lo que es muy difícil luchar: la
Revista Terral nº17 –ser escritora-
sobreabundancia de pantallas y de teclados activos, un tema que ya vaticinó Phillip Roth,
el escritor norteamericano galardonado con el «Príncipe de Asturias» en el 2012. No
podemos derrocar un factor tan enroscado en el alma del ser humano como el músculo al
hueso. La tecnología y sus progresos han asaltado el fuerte de forma inexorable. Es una
corriente de aire que avanza y avanza, agita nuestros pelambres sin que, apenas, las
podamos recoger o calarnos una gorra que aminore el impacto de sentirnos cada vez más
despeinados y revueltos.
Por ende, la consecuencia más directa de todos estos cambios no se ha hecho
esperar: ahora es muy fácil «comunicarse» sin necesidad del ineludible, acostumbrado y
ya casi obsoleto tête à tête. En cualquier momento podemos acceder a la comodidad de
poner por escrito (y mostrarlo) lo que antes guardábamos en nuestros cuadernos secretos
o formaba parte de una apetitosa conversación, presencial o telefónica. ¡Dónde habrá
quedado la voluntad de introducir en un sobre sellado nuestras cuitas y emociones! Desde
luego, recibir una tarjeta navideña, en estos tiempos que corren de pantallas y teclados,
constituye un verdadero regalo.
Y hay más gente escritora que leyendo debido en gran parte a que nuestra forma de
comunicación ha cambiado, y la escrita, en este siglo, está cobrando un gran valor.
Pensemos en los mensajes, sms, whatsApp, correos, chats diversos, etc. que escribimos
a diario, ¿con cuántas personas mantenemos realmente una conversación en
condiciones? Me remito de nuevo a esa inmediatez que mojamos todos los días en el
desayuno. La rápida recompensa de unos sencillos gestos dactilares es la encargada de
sepultar el valor del esfuerzo de nuestros actos reales, esos que nos confieren más
humanidad; me refiero a la humanidad de carne y hueso, no a los bodoques en forma de
emoticonos con los que, por ejemplo, rematamos nuestras intenciones comunicativas del
presente. ¡Qué fácil parece todo!
En un ambiente así, no es difícil que un niño crezca y se desarrolle no solo sin
valores necesarios, sino también carente de la ineludible capacidad para estimar y
apreciar todo aquello que merece una cocción lenta.
Revista Terral nº17 -Flamenco-
Flamenco
Rafael Silva Martínez
SOBRE EL ORIGEN DE LA
DENOMINACIÓN “FLAMENCO” (I)
Nos ocuparemos, en los siguientes artículos de esta sección, de un tema
igualmente polémico, que ha suscitado muchas investigaciones y controversias, como es
el origen del propio nombre de la denominación “Flamenco” para designar a nuestro arte.
Ya hemos discutido en artículos anteriores la gestación histórica del género flamenco, sus
influencias musicales, la aportación gitana a la génesis del cante, y demás factores
fundacionales. Pero ahora nos preguntamos: ¿Por qué se le dio el nombre de
“Flamenco”? ¿Cómo ha llegado hasta nosotros ese nombre, con el significado de nombrar
al género musical de la expresión andaluza por excelencia? Son multitud las teorías que
han intentado explicarlo, con mayor o menor fortuna, que iremos recogiendo a
continuación para nuestros lectores. Porque como decimos, la etimología en torno a la
denominación “Flamenco” ha traído bastante cola a lo largo de la historia.
Y la verdad es que, aún hoy, estamos ante otro de los enigmas que rodean nuestro
arte. Si tantas cosas desconocemos aún del arte jondo, el origen sobre su denominación
es otra de ellas, envuelta en un halo de misterio, peregrinas teorías y regias
incertidumbres, que han hecho a muchos autores contradecirse entre sí, y lanzar nuevas
teorías que desafiaban los descubrimientos anteriores. En efecto, se han lanzado sobre
este tema muchas presunciones, suposiciones facilonas, teorías sin demostración, teorías
enrevesadas, complejos procesos de explicación histórica, e incluso, afirmaciones
disparatadas. Pero la auténtica verdad sobre el asunto no la sabemos. Sólo podemos ir
Revista Terral nº17 -Flamenco-
decantándonos por aquéllas versiones que puedan ofrecer más rigor histórico y artístico,
o que puedan explicarse desde puntos de vista lógicos. Lo único que podemos hacer, lo
que se ha hecho hasta ahora, es conjeturar, poniendo en ello cuanto sentido común
seamos capaces de derrochar, Sólo así lograremos aproximarnos a la verdad histórica de
lo que pudo haber ocurrido, y de las causas que explican tal denominación, y su
mantenimiento a lo largo de casi tres siglos.
Por otra parte, y como también hemos aplicado a otros muchos temas ya tratados
en esta sección, estamos convencidos de que la auténtica verdad debe ser llana, simple y
sencilla. Bien, vamos a ello. Tenemos constancia histórica de que George Borrow (ya
referido al hablar sobre los viajeros extranjeros por nuestra tierra) fue el primero en dejar
constancia de que, cuando él viajó por España, hacia 1840, los gitanos ya
recibían diversos nombres, entre ellos el de “flamencos”. Por su parte,
algunos autores atribuyeron el hecho de que se llamara “flamencos” a los
gitanos a la severísima Pragmática de 1633 del Rey Felipe IV, quien
prohibió que se les llamara “gitanos” y “castellanos nuevos”, en un enésimo
intento de la realeza de negar incluso la propia existencia de dicha raza, y
de despojarles de cuanta naturaleza se les atribuyera a dichos visitantes.
Otra prueba documental la tenemos también en la obra ya referida de
Antonio Machado y Álvarez, “Demófilo”, titulada “Colección de Cantes Flamencos”, y
publicada en 1881, donde daba testimonio de que “los gitanos llaman gachós a los
andaluces, y éstos a los gitanos “flamencos”, sin que sepamos la causa de esta
denominación”. Por tanto, ya existía a finales del siglo XIX el enigma del origen del uso de
estos nombres, así como de su traslación al nombre del ya maduro género musical
andaluz.
También es cierto (como han rastreado en la prensa escrita de la época los autores
José Luis Ortiz Nuevo o José Blas Vega) que, desde mediados del siglo XIX, van siendo
frecuentes las noticias de que se celebraban determinadas “fiestas flamencas”, o de que
Revista Terral nº17 -Flamenco-
ciertos “artistas flamencos” iban a actuar en determinados lugares. Todos estos autores y
estudios van convergiendo en una idea base, capital para poder extraer posteriores
conclusiones, y que podemos resumir en que el nominativo “flamenco” se va aproximando
al arte andaluz, a la expresión andaluza en el cante, el baile y el toque, lo señala, lo
identifica, y se lo apropia en cuanto sinónimo de “gitano”. Pero seguimos sin poder
conocer las causas exactas de tal proceso histórico de asimilación y apropiación. Algunos
rastreos literarios nos llevan efectivamente en esa dirección. Por ejemplo, ya en 1830,
fecha de publicación de la tonadilla “El tío Conejo”, el musicólogo Arcadio Larrea
descubrió una referencia a la voz “flamenco” en el sentido que aquí referimos. Y aunque
Larrea no creía que aquí la aparición de dicha denominación fuese equiparable a “gitano”,
sí a alguien capaz de hablar como ellos.
En cualquier caso, el vocablo “flamenco”, en la acepción que aquí nos interesa,
comenzaría seguramente por aquél entonces (primer tercio del siglo XIX) a tomar carta de
naturaleza propia, esto es, carga significante y asociada con un concepto real y asumido
por el pueblo llano de la época. Por tanto, comenzaría también a trascender y a usarse en
el habla popular. Toda la cronología apunta en esa dirección. Bien, ya tenemos el vocablo
en el uso popular andaluz hacia mediados del siglo XIX, pero no conocemos el origen del
término, ni su relación con la génesis del arte gitano-andaluz. Vayamos por partes,
retomando con algo más de extensión los varios testimonios de la época, algunos de ellos
muy reveladores de la presencia del término, y de las causas de su posible uso por el
vulgo.
Como ya hemos comentado más arriba, cuando
el viajero británico George Borrow viajó a nuestro país
(para hacer propaganda aquí de la Biblia), asegura
que encontró ya el término en la calle, según refleja en
el principal libro que escribió relatando las peripecias
de dicho viaje, titulado “Los Zíncali”, y publicado por
primera vez en 1841 en Londres. Allí relataba
Revista Terral nº17 -Flamenco-
textualmente: “Gitanos o egipcios es el nombre con el que, por lo común, se ha conocido
en España, así en épocas pasadas, como en el presente, a los que en inglés llaman
gipsies, pero también se les ha dado otros varios nombres: por ejemplo, castellanos
nuevos, germanos y flamencos. El primero de estos apelativos nació, probablemente,
cuando empezó a considerarse el nombre de gitano como un improperio o una expresión
infamante. Pueden haberse dado a sí propios ese nombre para resistirse a proferir,
hablando de su casta, la aborrecida expresión de gitano, vocablo que rara vez sale de su
boca, o puede que se lo hayan dado primero los españoles, en sus mutuos tratos y
comunicación, como término menos ocasionado a lastimar sus sentimientos y a excitar su
enemiga que el otro…”. Como puede observarse, muy expresivo Mr. Borrow, nos sugiere
ya algunas posibles causas para su denominación. Pero continuaremos analizando su
testimonio en siguientes entregas.
Revista Terral nº17 –El viajero-
El viajero
Palermo, ciudad caótica y vibrante
Pepa. J. Calero
http://www.pepajcalero.com/
Hoy, leyendo a Leonardo Sciascia, he vuelto a Sicilia y a su capital: Palermo.
Fue hace un par de años. Recuerdo que llegué a Palermo un lunes de noche
cerrada. El avión aterrizó con una demora de tres horas por las tormentas y el agua.
Parecía una ciudad amenazante, sumergida en la lluvia y en la luz pálida de las farolas.
Me hallaba en el centro, en la Vía Roma.
A la mañana siguiente el sol inundaba de luz serena el día otoñal. Caminé sin rumbo
por el centro y me adentré en un gran mercado callejero. El mercado de la Vucchiria. Un
colorista y ajetreado lugar que me dejó asombrada, por su vitalidad y estampas que solo
se contemplan allí, como un puesto de pescado a medio metro de la entrada a una
iglesia. Una iglesia abierta con las puertas de par en par. En ese laberinto de calles
vibraba la ciudad con todos sus personajes; comerziantes, mammas, anzianos, ragazzas,
todo un universo viscontiano.
Paseé por esta ciudad despreocupada y un poco abandonada. Palacios señoriales
con las fachadas apuntaladas, estatuas que antaño debieron de ser blancas, se hallaban
ahora cubiertas de gris. En algún momento en esos oscuros palazos hubo bailes,
hermosas alfombras, impresionantes cortinas, cenas con candelabros y mucho más.
Mirando aquellas destartaladas cornisas pensé en los encuentros del príncipe Fabrizio, el
gatopardo, a la luz de la luna.
Allí, en un cruce de calles, está Quattro Canti, un armónico espacio donde cuatro
fachadas cóncavas con edificios del siglo XVIII parecen darse la mano. Rememora las
Quattro Fontane de Roma, con sus cuatro reyes españoles, cuatro patronas de la ciudad y
las cuatro estaciones. El ruido de unos tímidos fuegos artificiales y música de cornetas y
Revista Terral nº17 –El viajero-
tambores precedían a la procesión de una Virgen o una Santa que se acercaba con su
comitiva festiva y colorida.
Unos minutos después subía en el autobús camino del Monte Pellegrin, donde está
enterrada Santa Rosalía, patrona de
Palermo, y ver la placa que reza que en
1787 Goethe visitó este lugar.
La catedral es más bella por fuera
que por dentro. Encajonada en una vía
muy transitada; frente a la antigua
basílica paleocristiana, mezquita árabe y templo cristiano para los normandos, presencié
un curioso incidente. Un par de choches negros, lujosos,
con los cristales tintados,
cortaron la calle de la catedral. De ellos salieron unos hombres altos vestidos con traje
que empezaron a dirigir el tráfico y a apremiar a las gentes para que abandonaran rápido
el lugar. Una anciana, vestida de negro de la cabeza a los pies, se enfrentó a los policías
al cruzar la calle, gritaba y levantaba los brazos increpándoles, hasta que la joven que
minutos antes yo había visto vendiendo baratijas y pendientes a la puerta de la catedral
se acercó con su placa dorada pinzada en la camiseta y la tomó del brazo hacia la acera.
Recuerdo Palermo como una ciudad prodigiosamente caótica por sus gentes, por
su vida en las calles, sus puestos callejeros, sus voces, sus manos al hablar, su
desparpajo y esa espontaneidad ruidosa que se respira.
La superposición de culturas se refleja en sus construcciones románicas, bizantinas,
góticas, barroco, renacentista, eclécticos. Pienso en el escritor siciliano y su escritura
radical, feroz, L. Sciascia, él vivió aquí y fue el primero en romper el silencio para hablar
de “La cosa nostra”. Las gentes de aquí no quieren hablar de la mafia, y menos a los
extranjeros. Son sus cosas, sus asuntos y nada más.
Un aire receloso, una ciudad que abruma, con ese desasosiego que produce el
bullicio, los lugares a medio construir, paredes viejas, desconchadas que aún conservan
agujeros de balas o ruinas de ataques de la segunda guerra mundial.
En la iglesia de San Juan de los eremitas, un grupo de japoneses fotografían sin
descanso sus bóvedas árabes y su precioso claustro. Y es que la ciudad entera es una
Revista Terral nº17 –El viajero-
estampa histórica de un pasado glorioso fácil de imaginar.
Llega la noche y aún permanecen algunos puestos del mercado,
con su halo
mágico de luces y focos sobre las carnes, la fruta, las especias, los quesos, la ropa y su
indescriptible mezcla de olores y vistosidad.
Hoy es día de ópera, y a la entrada del teatro Massimo, uno de los mejores teatros
del mundo, acuden mujeres engalanadas, hombres elegantes e incluso jóvenes para
asistir al Barbero de Sevilla. Llegan en grupos, familias con abuelos que caminan erguidos
subiendo la escalera.
Ya no quedaban entradas, porque allí la ópera es toda una
institución.
“La familia es la única institución verdaderamente viva en la conciencia del siciliano;
pero viva más como dramático nudo contractual, jurídico, que como agregación natural y
sentimental. La familia es el Estado del siciliano". Leonardo Sciascia, El día de la lechuza.
Al día siguiente busqué otra ciudad mientras Palermo despertaba envuelta en olores,
motocicletas, sabores, coches y un extenso colorido vivo imposible de olvidar.
“Ya es difícil encontrar un cretino que no sea inteligente y un inteligente que no sea
cretino. Los inteligentes siempre han sido escasos, y nos embarga cierta melancolía y
añoranza cada vez que nos topamos con cretinos adulterados, sofisticados. ¡Qué lejos
están ahora los cretinos de otros tiempos! Genuinos, íntegros. Como el pan casero. Como
el vino y el aceite de los campesinos”. Leonardo Sciascia.
Revista Terral nº17 – Arte –
Lope Martínez Alario
Artista polifacético, pintor, escultor, arquitecto, ilustrador, nacido en
Humilladero, Málaga y residente en Alcaucín, en la Axarquía malagueña.
Exposiciones:
•
“1ª Exhibition Japan International Artist Society”, 1984 en Japón,
(Tokio, Sunday City, Urasoe City y Okinawa).
•
“Málaga en Aix”, 1993, Aix-en-Provence (Francia).
•
“Botondemuestra”, ARCO 04, stand Diputación de Málaga (Madrid).
•
“BECA PICASSO”, 1992, Museo
provincia de BB.AA (Málaga).
•
Individual: “ArcanoFundamentum” 2009, Económica
(Málaga).
•
“Libros de pintor”, 2010, FNAC
(Marbella y Málaga).
•
“Oh My Goat”, 2013, Itinerante
(Málaga).
Seleccionado:
•
Bienales de Barcelona 1982, 1984
y Marbella 1983, 1985,1987 y 1991.
“Actual ventana del Conocimiento”
Revista Terral nº17 – Arte –
Certámenes:
•
Concursos de Dibujo “Inglada
Guillot”, 1982, 1983 (Barcelona).
•
“Joan Miró” de dibujo 1982, 1984,
1986 (Barcelona).
Premios:
•
“Hispanoamericano de Pintura
Daniel Vázquez Díaz”, 1983, 1985
(Huelva).
•
“Penagos de Dibujo”, 1989, 1990,
“Arcano Estratificat”
1991, 1992 (Madrid).
•
“Premios L’Oreal”, 1993, 1994 (Madrid y Cajarc-Francia).
•
“BECA PICASSO”, 1990 (Málaga).
P.T. - ¿En qué movimiento artístico se inició?
R.-Mis inicios profesionales fueron con el
"Surrealismo".
P.T. ¿Cómo fueron sus comienzos en el arte, se
debió a una experiencia personal o a algún
hecho que le impactara?
R. - Me tengo que remontar a mi infancia, porque
yo me recuerdo
"creando" siempre. Ya desde
niño, hacía revistas con recortes y fotos en plan
collage… todo tipo de artilugios para jugar con
ellos posteriormente…y dibujos, muchos dibujos.
Me
gustaba
acercarme
a
los
vagabundos,
afiladores, titiriteros, y hojalateros que pasaban por
el pueblo. Escuchaba sus historias fantásticas, con
su jerga entre filosófica y jocosa. Después venía
“Un mundo de colores”
Revista Terral nº17 – Arte –
una avalancha de dibujos, representando esas historias. Sin duda estos son los primeros
impactos en mi vida.
P.T. - ¿Hay un momento de rebeldía en la que usted se cuestionaba la realidad que
observaba?
R - Si… se va creciendo y tomas conciencia de que lo que haces es Arte y de que tienes a tu
alrededor un mundo oprimido, con guerras e injusticias. Entonces salta un resorte y ves con
claridad que tus pinturas pueden conjugar la plástica y un mensaje. Crees que puedes cambiar
algo y hacer reflexionar
a los que ven tu obra, ayudado por unos títulos sugerentes y
sarcásticos. En definitiva lo que en la actualidad se llama "obra con discurso". Por ejemplo, no
milito en grupos ecologistas, pero una gran parte de mis cuadros, tratan temas de ecología.
P.T.
-
¿Aunque
es
un
artista
polifacético, se encuentra mejor en la
pintura?
R - Me encuentro muy a gusto en todo
lo que me propongo, pero Pintura y
Dibujo es en lo que más he trabajado.
El Grabado y la Serigrafía, algo menos.
He
realizado
ensamblajes
escultopintura
"dadá".
En
y
escultura,
(bronce, piedra), muy poco, pero me
siento todo un escultor - al menos en
“Brecha en el muro”
potencia -pues tengo infinidad de
bocetos escultóricos
dibujados en el cajón, esperando para desbocarse en las praderas
tridimensionales. Tengo también proyectos de Arquitectura , que es otra de mis pasiones.
P.T. - ¿Cuáles han sido los artistas que más le han influido?
R - Klée y Kandinski son los pintores que me han influido en mis inicios.
Revista Terral nº17 – Arte –
P.T. - ¿Qué intenta transmitir con su pintura o qué sentido tiene para usted?
R - Al igual que Ronaldo tiene un talento especial para encajar balones, creo que los artistas
tenemos una capacidad de observación para ver mundos paralelos al mundo cotidiano. Incluyo
a.... músicos,... poetas,... todo creador, por supuesto. Atrapamos- cada uno a su manera - trozos
de un universo que está ahí revoloteando. Es nuestro deber compartir con los demás esas otras
formas de ver la realidad.
Esto se traduce en... por ejemplo, oír
con deleite una composición musical,
un poema o contemplar una interesante
exposición de cuadros. El Arte trasmite
mucha felicidad; es lo más importante.
P.T - El negro es una constante en su
obra.
¿Representa
una
visión
negativa de la vida o tiene otro
simbolismo para usted?
R.- Nada negativo. El negro podría ser
“Pulidora de conciencias”
la nada, pero es el todo, pues la potencia plástica que tiene arrasa allí donde lo emplees, un
punto, un trazo, una mancha de negro se impone ante un espacio de colores. Por eso me atrae.
Veo en el negro algo Preciso, Concreto, Denso... y a la vez Etéreo, Místico y Sutil. El blanco es
la luz y contiene todos los colores, pero el negro tiene ese misterio poderoso e insondable.
P.T. - ¿Cómo definiría su arte? (introspectivo, crítico, de sensaciones…)
R - Introspectivo, crítico, de sensaciones, lírico, sarcástico, zen..., parecen contradicciones, pero
me muevo oscilando en todo ello, porque experimento constantemente.
P.T. - ¿Qué opinión le merecen las escuelas de Bellas Artes? ¿Cree que han evolucionado
para adecuarse a los nuevos tiempos?
R - En las escuelas de BB.AA. se ha hecho un esfuerzo importante por adaptarse a los nuevos
tiempos y a las nuevas tecnologías. Lo esencial es que docentes y directores tengan la mente
despejada para enseñar lo nuevo sin enfrentarlo a lo tradicional. En una escuela en manos de
algún "Brontomemus" retrógrado no se aprenderá nada. En mis tiempos sólo en la escuela
Revista Terral nº17 – Arte –
Massana y poco más, se impartían enseñanzas avanzadas. El resto de escuelas eran de un
aburrimiento desesperante para el alumno "creador", pero eso afortunadamente está cambiando.
P.T. - ¿Cree que el arte, tal y como se ha concebido hasta ahora, está siendo arrinconado
con el auge de las nuevas tecnologías y el consumismo?
R - Siempre una nueva expresión acorrala
al principio a las anteriores. Hoy se tiene
la sensación de que te vas a quedar atrás,
si no te subes a ese tren en marcha que
son las nuevas formas de arte. No hay que
tenerle miedo, todo es ir adaptándose a los
cambios sin prostituirse. Hasta cierto
punto el consumismo es bueno, pues es de
lo que vivimos. Pero anula la capacidad a
veces, de ver el buen arte. Te sumerge en
unos circuitos de modas y gurús del arte,
que nos van dirigiendo como a borregos
hacia estadios de agobio y ansiedad
artística. Esto afecta tanto al artista como
“Zona-H”
a los coleccionistas y amantes del arte.
P.T. - ¿Existen en la actualidad grupos que marquen tendencias en el arte como lo fueron
por ejemplo El Jinete Azul de Múnich o el grupo El Paso en España?
R - Ahora con la globalización, más que grupos lo que se originan son "mareas de tendencia".
Cualquier idea, desde cualquier parte del mundo, con un poco de suerte y contactos en los
medios, puede ocasionar un mar de seguidores inspirados.
El último grupo - a mi entender - que marcó tendencias fue la Transvanguardia y aun así más
que grupo fue una aglutinación empaquetada del crítico Achile. Todo lo demás ya esta diluido
en el maremagnum de las redes y habrá que darles otra denominación.
Revista Terral nº17 -Arte-
Arte para recomendar
José Manuel Velasco
www.velascocom.com
[email protected]
Comienza un año nuevo, parece que hay un poco más de optimismo en la calle,
¿recuperación económica o ambiente navideño? Según dicen estas han sido unas
buenas navidades para los comercios, ha aumentado el consumo y el turismo, aunque la
situación no se acaba de arreglar del todo, parece ser, según nos indican que “vamos por
buen camino” que “la crisis ya ha pasado” y que la economía va mejorando, no olvidemos
que comenzamos un año electoral y oiremos de todo y en distintas direcciones, yo, lo que
deseo es que ojalá descienda drásticamente el número de parados y que la salida de la
crisis se note en la calle, sobre todo en las capas sociales más desfavorecidas. Este es mi
deseo para este nuevo año que comenzamos.
En el mundo del arte esta crisis es persistente y lo sé por muchos amigos artistas
a los cuales no les puede ir peor, y además, ya sabemos que hay mucho buitre dispuesto
a aprovecharse de ello para sacar provecho de la situación, incluso conozco a artistas que
ya han dejado la profesión y necesitan de asistencia social para poder comer... bueno
esperemos que esa recuperación económica llegue también al mundo de los artistas, así
como una recuperación del mundo cultural, en general, que haga que todos los artistas
puedan tener una oportunidad de dar a conocer sus trabajos, y en la medidas en que
puedan, consigan vivir de su trabajo, hecho muy difícil debido a una serie de factores, que
los que nos dedicamos a este mundo de la creación, conocemos de sobra. Es una pena
que la política cultural llevada a cabo por los críticos “afiliados” y simpatizantes a
diferentes ideologías sigan tratando de imponer únicamente sus criterios, la mayoría de
las veces muy alejados de la calidad y del buen arte, haciendo que llevemos bastante
tiempo oyendo y viendo los mismos nombres, parece que intentan, como dice el dicho,
hacer verdad una mentira repetitiva. El tiempo cribará, como siempre ha pasado, y
saldrán a relucir los verdaderos artistas, si han logrado sobrevivir.
Revista Terral nº17 -Arte-
Pero vamos a lo importante, las recomendaciones para este primero de año. Y
comenzaremos con buen arte, para lo que nos iremos al sur. En el Centro de Arte
Contemporáneo de Málaga voy a empezar recomendando la gran exposición del artista
rumano Adrian Ghenie (1977, Baia Mare, Rumanía). Comisariada por Fernando
Francés, es la primera exposición individual que se hace en un museo español. En
ella se podrán ver una treintena de pinturas de pequeño y gran formato, siendo la
más importante que ha tenido lugar en un museo europeo hasta la fecha. El artista
recrea en su trabajo una atmósfera parecida a la del cine, una de sus principales
fuentes de inspiración. Otras referencias que se tienen en cuenta en su obra son los
diferentes episodios históricos de Europa, sobre todo en el siglo XX. Para ello
recurre a archivos y libros históricos. La Guerra Fría o la Segunda Guerra Mundial,
al igual que ocurre con personalidades destacadas de aquella época, son
abordadas desde un prisma único y diferente con pinceladas psicoanalíticas y
autobiográficas. Con el paso del tiempo, su trabajo ha ido aumentando en cuando a
complejidad, evolucionando hacia la abstracción en sus últimas pinturas.
Tengo que confesar que este artista me ha fascinado y desde aquí no puedo dejar
de felicitar al director del CAC de Málaga, Fernando Francés, por la gran labor que
está desarrollando con esta y con casi todas las exposiciones que hemos podido
disfrutar en este 2014.
Se podrá ver hasta el 08 de marzo de 2015.
Además de ver esta exposición podemos disfrutar de la colección permanente, y
no debemos de olvidar la exposición del artista sevillano Manuel León que con el
Revista Terral nº17 -Arte-
título “un mundo sin luz”, aborda temas actuales desde un punto de vista crítico e
irónico, con gran influencia barroca. Se podrá ver hasta el 8 de febrero.
Seguimos en Málaga,
en la Galería JM encontramos la exposición
“The
Estate of Anonymous (VII): Storiesfromhomes 3”, del artista Carlos Miranda. Se trata
de un montaje instalativo que interviene todo el espacio de la galería mediante
pinturas de caballete y dibujos de pared. Miranda desarrolla aquí su particular
universo metanarrativo en torno a la idea del arte como relato. De hecho, concibe
este proyecto como un homenaje al trabajo de los constructores de historias, a
través de la relectura del antiguo género de la pintura de interiores, representando
el caos doméstico que supone cualquier creación a través de la observación de los
hogares del escritor José Antonio Garriga Vela, el artista Chema Cobo o el
sociólogo Simone Lucido, entre otros. Se podrá ver hasta el 17 de enero.
Y damos un salto al norte, concretamente a Santander, recomendando, en la
Fundación Botín y hasta el uno de marzo, la exposición “Orden Aparente” del artista
cubano Carlos Garaicoa (La Habana, 1967). Este creador es uno de los más originales y
reconocidos artistas nacidos después de la revolución cubana, a partir de la década de los
sesenta. En esta exposición podremos admirar una pieza concebida específicamente para
esta muestra que es “Proyecto Frágil”, donde recrea, usando delgadas láminas de vidrio
unidas por imanes, una gran ciudad portuaria. La muestra puede verse en la sala de
exposiciones de la Fundación Botín de Santander.
Revista Terral nº17 -Arte-
Seguimos en la cornisa cantábrica y nos desplazamos hasta Bilbao, con la
exposición El arte de nuestro tiempo. Obras maestras de las Colecciones Guggenheim, se
celebra veinte años de colaboración entre la Solomon R. Guggenheim Foundation y el
Museo Guggenheim Bilbao. Esta muestra, que evoca la exposición con la que se
inauguraba el Museo en 1997, refleja el desarrollo de la constelación de los museos
Guggenheim, y evidencia la evolución y madurez del Museo Guggenheim Bilbao,
convertido a lo largo de estos años en un referente internacional. Comenzando en la
tercera planta del Museo, la exposición sigue una cierta cronología y comienza en los
albores del siglo XX, un período marcado por el triunfo de las vanguardias históricas, que,
con sus aspiraciones utópicas y de cambio político, cuestionan la gran herencia figurativa
del arte occidental y defienden unos ideales nuevos que van más allá de lo puramente
estético. A este momento inicial pertenece la pintura "no objetiva", que Solomon R.
Guggenheim coleccionó y que está representada principalmente por Vasily Kandinsky.
Estas obras se muestran junto a las de artistas posteriores adscritos al Arte Informal y al
Expresionismo Abstracto, algunas adquiridas por el Museo Guggenheim Bilbao y otras por
el museo neoyorquino. A ellas se unen las piezas de arte minimalista, posminimalista y
conceptual procedentes de la Colección Panza, que ingresó en los fondos Guggenheim a
principios de los años noventa y refuerza la presencia del arte posterior a la Segunda
Guerra Mundial en la Colección. En esta sección se insertan dos significativos conjuntos
monográficos autónomos dedicados a los escultores Jorge Oteiza y Eduardo Chillida,
pertenecientes a los fondos de Bilbao. La segunda planta alberga, fundamentalmente,
obras de gran formato, como el mural de Sol LeWitt expuesto en la sala para la que fue
específicamente creado por el artista o el conjunto de obras de AnselmKiefer que se
Revista Terral nº17 -Arte-
presenta en la galería para la que se adquirieron
estos trabajos. La primera planta, reservada al
arte
más
reciente,
pone
de
manifiesto
el
compromiso de los Museos Guggenheim con los
nuevos focos geográficos de producción del arte
actual. Se podrá ver hasta el 3 de mayo
Después de este paseo por el norte nos vamos hasta Madrid, aquí, el Museo del
Prado presenta, por primera vez en España, DIBUJOS ESPAÑOLES EN LA
HAMBURGER KUNSTHALLE: CANO, MURILLO Y GOYA, una selección de 85 dibujos
españoles desde el siglo XVI hasta comienzos del XIX entre los que destacan el Altar de
santa Catalina de Alejandría de Alonso Cano, la Asunción de la Virgen de Murillo o Pareja
con sombrilla en el paseo de Goya, todos ellos procedentes de la Kunsthalle de
Hamburgo. Una institución que alberga una de las colecciones de dibujo antiguo español
fuera de nuestras fronteras más importantes en calidad y cantidad, más de dos
centenares de obras que fueron reunidas en Sevilla a comienzos del siglo XIX, se
vendieron en el mercado londinense y en 1891 fueron adquiridas por el museo de
Hamburgo entrando a formar parte de sus colecciones. El núcleo de la exposición está
formado por los dibujos de Bartolomé Esteban Murillo y algunos de sus más importantes
coetáneos y seguidores, muchos de ellos vinculados a la Academia fundada en Sevilla por
el maestro junto con Juan de Valdés Leal y Francisco de Herrera el Mozo. Además, se
presentan importantes obras de otros destacados maestros del Siglo de Oro como Alonso
Cano o Antonio del Castillo. Los dibujos de Francisco de Goya, sobre todo los realizados
a partir de obras originales de Velázquez hoy conservadas en el Prado, conforman el otro
gran foco de la exposición. Concebidos como preparatorios para
una serie de estampas, en ellos Goya no se limitó a "copiar" a
Velázquez, sino que nos dejó muestra de su genial visión de la
obra del sevillano. Junto a estos, también se podrán contemplar
dibujos del Álbum de Madrid, y preparatorios para su famosa serie
de estampas de La Tauromaquia. Estructurados cronológicamente,
Revista Terral nº17 -Arte-
esta exposición plantea algunas de las principales cuestiones relacionadas con el mundo
del dibujo: los cambios y estudio de las atribuciones; analiza el valor del dibujo como
medio de expresión autónomo o como instrumento de formación, así como su empleo en
el proceso creativo; examina el modo en que se coleccionaron en los siglos XVIII y XIX; y
recrea el modo en que llegaron a Hamburgo a través del inventario expuesto.
Además, el actual programa de exposiciones temporales del Museo del Prado se
completa con “Las Ánimas de Bernini. Arte en Roma para la corte española”, la primera
exposición monográfica en España dedicada a este artista esencial en la historia del arte
que aborda las complejas relaciones que Bernini mantuvo con la Monarquía Hispánica
durante el siglo XVII; y "Goya en Madrid", patrocinada por la Fundación AXA, una
exposición que compara y enfrenta entre sí los cartones para tapices de Goya en un
recorrido temático, relacionándolos a su vez con la obra de sus contemporáneos (Mengs,
Tiépolo, Bayeu, Maella, Paret o Meléndez) y del pasado (Tiziano, Rubens, Teniers o
Velázquez). Se podrá ver hasta el 8 de febrero 2015.
Seguimos en la capital. La Comunidad de Madrid presenta en la sala Canal de
Isabel II la exposición dedicada a la obra del artista Pablo Genovés (Madrid, 1959).
Genovés es uno de los creadores españoles que ha alcanzado mayor proyección
internacional en los últimos años. La muestra, titulada El ruido y la furia, en claro
homenaje a William Faulker, y está compuesta por 38 fotografías y un vídeo realizado
específicamente para la Sala. El diseño del montaje, a cargo de Andrés Mengs, actúa
como un elemento más que ayuda a crear una atmósfera poética que envuelve al
espectador en el mundo creativo del artista donde las
imágenes se muestran como escenarios imaginativos
y sobrecogedores. El recorrido expositivo crea una
especie de relato a partir de la violencia desatada de
las imágenes iniciales -ríos desbordados, mares
embravecidos y oleaje- que irrumpen en catedrales,
palacios, teatros, bibliotecas o museos. La obra de
Pablo Genovés está representada en destacadas colecciones privadas y en museos
nacionales e internacionales. Se podrá ver hasta el 22 de marzo de 2015.
Revista Terral nº17 -Arte-
Y si tenemos la oportunidad, desde Madrid, podemos hacer una escapada a
Cuenca, donde, además de todo los alicientes culturales que la ciudad ofrece, se añade
la exposición que el alcalde de Cuenca, Juan Ávila, y el presidente del Instituto de
Estudios Conquenses para las Humanidades y el Patrimonio (IDEC), Miguel Ángel Muñoz,
inauguraron
en la Casa Museo Palacio
“Homenaje a Alfonso VIII y Leonor de
Plantagenet”, con la que el Ayuntamiento de Cuenca y la asociación cultural cierran los
actos programados este año con motivo del octavo centenario de la muerte de los reyes
de Castilla.
La muestra, comisariada por Emilio Morales, reúne 45 obras plásticas de unos cuarenta
artistas, entre los que figuran Vicente Marín, Víctor de la Vega, Miguel Ángel Rivas, Miguel
Ángel Moset, Miguel Zapata, Julián Pacheco, José Manuel Velasco, Concha Márquez o el
propio Emilio Morales. Morales destacó a La Tribuna que se trata de una exposición
«variopinta» en cuanto a técnicas y materiales, en las que se puede ver pintura, escultura
y fotografías que, en la mayoría de los casos, han sido realizadas por los artistas
expresamente para la ocasión. Informó de que además del duro trabajo de recopilación de
obras, que ha durado cuatro meses, ha sido «muy complejo» disponer las mismas a lo
largo de la primera planta del Museo Casa Palacio, «porque en líneas generales
predomina lo figurativo, dentro de un lenguaje expresionista abstracto».
Entre las obras expuesta se puede ver una escultura que representa las imágenes de los
monarcas tallada sobre una roca de 200 kilos de peso, realizada por Vicente Marín; una
pintura en la que aparece la Torre de Mangana en la que se mezcla el gótico normando
con el constructivismo de Torner, de Emilio Morales; la maqueta en bronce de la escultura
de Alfonso VIII de Javier Barrios; o la escultura a caballo de Alfonso VIII realizada por el
finado Miguel Zapata, entre otras. El historiador conquense y secretario del IDEC, Miguel
Romero, destacó durante la inauguración de la exposición que se ha querido rendir el
último gran homenaje a los monarcas con motivo del octavo centenario de su fallecimiento
haciendo uso de las artes plásticas. «En una ciudad como Cuenca, icono artístico y cuna
del movimiento abstracto español, el arte debe estar presente también en la
conmemoración de la efemérides histórica», aseveró. Romero resaltó lo que supusieron
para Cuenca las figuras de Alfonso VIII y su mujer, la reina Leonor de Plantagenet. En
Revista Terral nº17 -Arte-
este sentido, recordó que, además de reconquistar la capital en 1177, el monarca cristiano
dotó a la ciudad de un fuero propio, erigió el obispado de Cuenca fusionando los de
Ercávica y Valeria, e inició, a instancia de la reina, las primeras obras de la catedral.
Y finalmente nos bajamos a Andalucía. En
Sevilla,
el
pintor
malagueño
Francisco
Peinado
presenta en la Galería Birimbao 'La carreta', una
colección de ilustraciones "sociológicas", donde las
familias tratan de huir de la crisis. Francisco Peinado
(Málaga,
1941)
se
encuentra
entre
los
más
reconocidos y alabados pintores españoles de la actualidad. Maestro del dibujo, grabado
y pintura, presenta esta semana una nueva exposición en la que el público podrá admirar
su pericia y su solidez en una técnica con la que plasma en imágenes su personal visión
de actual crisis económica. La carreta es una colección de ilustraciones que se podrían
calificar de "sociológicas". Peinado la ha titulado así porque precisamente las carretas
están presentes en la mayoría de las obras como metáfora de todas esas familias que
intenta escapar, huir de la crisis. Además, una palabra se repite: oro, en referencia a la
cantidad de negocios que rezan "se compra oro" actualmente. En La carreta, el público
encontrará cuadros presentados al óleo y técnica mixta sobre lienzo o cartón, donde
Peinado emplea diferentes texturas, con pinceladas cortas, suaves o impetuosas.
Y en Córdoba, podemos visitar una gran exposición bajo el título “60 años de arte
Revista Terral nº17 -Arte-
contemporáneo en Córdoba”. Esta muestra, en la que se lleva trabajando varios meses,
está comisariada por Ángel Luis Pérez Villén, que ha realizado una propuesta que
fundamenta la importancia de esta exposición, que reúne obras de más de cien autores
cordobeses o vinculados a Córdoba de distintas generaciones y relacionados con muy
diferentes tendencias. Así, se podrán ver obras de artistas como Pedro Bueno, Pepe
Espaliú, Miguel del Moral, Ginés Liébana, Antonio y Cristóbal Povedano, Antonio
Bujalance, Ángel López Obrero, Rafael Botí, Aguilera Mate, Duarte, Julia Hidalgo, Juan
Vacas, Francisco González, A.J. González, Rita Rutkowski, Pepe Jiménez, Sánchez
Moreno, José Manuel Belmonte, Rodríguez Luna, Manuel Garcés, Mariano Aguayo,
Tomás Egea, Rafael Trovat, Gervasio Sánchez, José Álvarez, José Manuel Velasco,
Miguel Gómez Losada y Jacinto Lara, entre otros muchos. Cinco salas, algunas de ellas
de ámbito municipal y otras de instituciones privadas, acogerán esta exposición, que se
agrupará por tendencias estéticas (expresionismo, realismo, abstracción, figuración,
realismo social...) que darán una idea de lo que significó Córdoba dentro del mundo del
arte contemporáneo. Esta exposición pretende ofrecer una panorámica de las artes
plásticas en Córdoba y reflejar la importancia que han tenido los autores de la tierra en las
distintas corrientes estéticas del arte contemporáneo a lo largo de estas décadas, la
ebullición de determinados momentos artísticos en la ciudad y la evolución del arte
cordobés a lo largo de los últimos sesenta años.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 15 de febrero en cinco salas de la ciudad
(Galatea, Romero de Torres del Círculo de la Amistad, Cajasur Gran Capitán, Fundación
Antonio Gala y Vimcorsa), agrupa a 119 artistas cordobeses de distintas generaciones,
movimientos y disciplinas artísticas, desde la pintura a la escultura pasando por la
fotografía y el vídeo. Su comisario es Ángel Luis Pérez Villén y es una iniciativa del
Ayuntamiento, que ha contado con la colaboración de la Diputación, la Universidad de
Córdoba, la Fundación Cajasur, la Fundación Antonio Gala y el Círculo de la Amistad. Se
viene organizando desde hace dos años y pretende conmemorar la relación entre
Córdoba y la modernidad artística partiendo de la célebre Exposición de Arte
Contemporáneo montada en el Círculo de la Amistad en 1953. Aquella exposición, según
el concejal de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, "fue una ventana a la modernidad
Revista Terral nº17 -Arte-
en la Córdoba de entonces". El objetivo, ahora, según Pérez Villén, "es recuperar ese
momento seminal y poner en valor la creación artística cordobesa desde mediados del
siglo XX a la actualidad". Moreno Calderón se muestra convencido de que esta muestra
"será un hito en la historia expositiva de la ciudad" y alaba "el trabajo valiente y
comprometido" de Ángel Luis Pérez Villén, que es el que ha realizado la selección. Pérez
Villén destacó durante la presentación el buen trabajo de montaje de la muestra, del que
se mostró "muy satisfecho", y el programa de visitas guiadas, que se puede concertar en
el
teléfono
957491768
o
en
el
correo
electrónico
[email protected]. José Antonio Nieto resaltó la importancia de
la cultura y la colaboración institucional para llevar a cabo exposiciones como esta, así
como el trabajo de los creadores cordobeses "que han sumado esfuerzos durante
décadas para conectar a Córdoba con las vanguardias del arte". Los creadores se
mostraban satisfechos con la exposición. Antonio Bujalance decía que la idea de recrear
la muestra de 1953 es "sorprendente y estupenda", así como poner de relieve el arte de
los cordobeses; Gómez Losada, que Córdoba necesitaba una exposición así "para que se
alabe y pondere el arte que se produce en la ciudad", y Rita Rutkowski, que lo que estaba
viendo "es bastante digno" y espera que los espectadores "se den cuenta del arte que
Córdoba ofrece". De esta exposición, que tiene su precedente más inmediato en una
muestra ontológica que se organizó en el año 1990 y recogía el arte contemporáneo
cordobés desde 1957, también se elaborará un catálogo que promete ser un ambicioso
volumen imprescindible para los amantes del arte.
Revista Terral nº17 –la otra realidad-
La otra realidad
Magia II
Mariano J. Vázquez Alonso
Comentábamos en nuestro anterior
la creación un tipo de fuerzas de las que no
artículo, Magia I, la importancia que tienen
es dueño, pero a las que puede abrir
los llamados "fluidos vitales", ya que ellos
caminos extraordinarios" (Barlet).
son los responsables de los fenómenos del
Tal sería la teoría y el fundamento de
psiquismo, o lo que es lo mismo, “las
los pentáculos que, según los ocultistas, no
manifestaciones misteriosas e hiperfísicas
son otra cosa que sustancias u objetos
del ser". Pues bien, al estudiar esos fluidos,
especiales
esas fuerzas naturales poco conocidas, la
condiciones asimismo especiales de tiempo y
Alta Magia trata de utilizarlas de distintas
de lugar, y que deben ser rigurosamente
maneras, ya sea estudiando cómo el hombre
manipuladas ya que cualquier alteración
actúa sobre sí mismo o sobre el mundo
puede ocasionar la acción indeseada de
exterior. O bien, cómo los fluidos actúan
fuerzas muy poderosas.
sobre la Tierra o sobre el sistema solar.
Por
En cualquiera de estos modos la
magia puede ejercitarse de una
que
manera
se
otro
utilizan
lado,
las
en
unas
operaciones
mágicas no dependen del capricho del
individuo
sino
que
serie
de
orden
determinada
podríamos llamar "magia personal" y "magia
cósmico que "se traducen por una particular
ceremonial"). Como resulta evidente, en la
determinación del individuo que opera, del
primera de estas dos formas el fenómeno se
sujeto sobre el que actúa, del lugar y del
produce sin el concurso de ningún ritual. De
momento
la magia ceremonial se ha dicho que es una
producen, sin todo lo cual el resultado es
operación "por medio de la cual el hombre
inevitablemente negativo". Conviene decir
trata de someter a las potencias invisibles de
que el objeto de la magia, que no sería otro
diverso orden, obligándolas a realizar lo que
que la energía universal bajo la forma de
se requiere de ellas. Con este objeto las
fuerzas existentes en la Naturaleza, se dirige
capta,
hacia lo abstracto, hacia la energía en sí
las
proyectando
sorprende,
por
por
efecto
decirlo
así,
de
las
correspondencias que supone la unidad de
misma.
condiciones
una
personal o de una forma ceremonial (lo que
en
de
exigen
que
los
fenómenos
se
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