45 Trama. Revista de Tecnología, cultura y desarrollo Escuela de Ciencias Sociales [email protected], [email protected] vol. III, #1, julio 2010, pp 45-52 ISSN 1659-343-X BIO-ALTEROSITOTECNIA Y AUTORIDAD O TRANSGÉNICOS EN EL CAPITALISMO TARDIO, ANOTACIONES SOBRE LOS ALIMENTOS GENÉTICAMENTE ALTERADOS Fabrizio Fallas Vargas 1 [email protected], [email protected] “El arco, pues, tiene nombre de vida (bios), pero obra de muerte”. Resumen: El presente trabajo explora en forma crítica la elaboración de la bioalterositotecnia, término con el que acá se remite a los alimentos genéticamente alterados, en tanto que discurso y práctica de legitimación de la autoridad en el capitalismo tardío. El debate tradicional ha conducido a un callejón sin salida y un diálogo de sordos, en donde se ha pasado por alto lo esencial: que los problemas de la tecnociencia son problemas de la economía política. Palabras Clave: Transgénicos, Alimentos genéticamente alterados, biotecnología, tecnología moderna, capitalismo tardío, autoridad, teoría crítica, dialéctica. La conocida frase “usted es lo que come en la actualidad y que exhibe rasgos fuertemente onto-antropológicos inserta en el horizonte de la cuestión acerca de los bio-tecnoalterositos (alimentos alterados genéticamente) dos preguntas más: ¿sabe usted lo que come?, pregunta de carácter epistemo-ontológico, ¿sabe quién es?, de orden Abogado y Filósofo. Coordinador de la Cátedra de Introducción a la Técnica, la Ciencia y la Tecnología. Escuela de Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). 1 Fabrizio Fallas Vargas es profesor de Filosofía de la Escuela de Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico de Costa Rica. Sus líneas de investigación se ocupan de la Teoría Crítica de la Sociedad, la Dialéctica Negativa, con despliegue en diversos ámbitos, entre ellos lo político, la ciencia, la tecnología, la estética y la ética. De sus investigaciones ha dado a conocer trabajos so nológico y sostenibilidad. Ha sido profesor de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica y de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Estatal a Distancia. Actualmente coordina en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, la Cátedra de Introducción a la Técnica, la Ciencia. TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 50 M.Sc. Fabrizio Fallas Vargas ontológico y si se quiere existencial. En la antigüedad griega, se solía concebir el material satisfactor de un deseo imprescindible: el de ingerir oralmente el objeto alimento. En efecto, la palabra σιτοσ (sitos) era empleada en griego para designar el trigo (elemento crucial en la dieta con la que el griego reproducía su existencia), al tiempo que alimento (en tanto que sustantivo aplicable al resto de los componentes de esa dieta, que a su vez se organizaba en ακρατισμώ (akratismós, desayuno),πιστσν (aristón, almuerzo), δεπνον (deipnon, cena) y ∞σπ πισμα (hesperisma, merienda). De una antropología a una relación epistemológica y ontológica se articula sus condiciones materiales de existencia, no hay miembro de la especie homo sapiens sapiens que pueda sobrevivir y ello se efectualiza sociohistóricamente en forma pretendidamente racional y organizada, lo cual no es sinónimo de convivencia armónica, sino históricamente tensa. “De todas las especies zoológicas, sólo el hombre no puede sobrevivir adaptándose al medio natural, sino que debe esforzarse en plegar ese medio natural a sus propias exigencias.) El trabajo, actividad a la vez consciente y social nacida de la posibilidad de comunicación y ayuda espontánea entre los miembros de la especie humana, constituye el instrumento mediante el cual el hombre actúa sobre su medio natural. Las demás especies animales se adaptan al medio natural determinado, gracias al desarrollo de órganos especializados. Los órganos especializados del hombre, la mano de pulgar libre y el sistema nervioso desarrollado, no le permiten procurarse directamente su alimento en un medio natural determinado. Pero sí le permiten la utilización de instrumentos de trabajo y, gracias al desarrollo del lenguaje, el’ esbozo de una organización social que asegura la supervivencia del género humano en un número indeterminado de medios naturales. El trabajo, la organización social, el lenguaje y la conciencia son pues las características propias del hombre, inseparablemente ligadas y mutuamente determinadas” (Mandel, 1980, p.26). del hambre como experiencia cotidiana contra la que había que luchar, a la posibilidad de producir bienes materiales que asegurasen la sobrevivencia del grupo en una forma menos precaria: “Si admitimos que la humanidad existe desde hace un millón de años, tendremos que concluir que durante 980.000 años como mínimo ha vivido en un estado de extrema indigencia. El hambre constituía una permanente amenaza para la supervivencia de la especie. La producción media conservación. Durante los raros periodos de abundancia se hacía un considerable derroche de vídedicarse de manera consecuente a otras actividades económicas que no sean las de producción de víveres. Uno de los primeros exploradores de América Central, Cabeza de Vaca, encontró allí tribus de indios que sabían fabricar esteras de paja para sus viviendas, pero que, sin embargo, no se dedicaban nunca a esta actividad: TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 Bio-alterositotencia y autoridad [...] 51 “Quieren emplear todo su tiempo en acopiar alimentos, porque si lo emplearan en otra cosa se verían atenazados por el hambre”. (Cfr. Ibid. P. 28-30”. Actualmente, todo intento de enfrentar en forma separada los aspectos económico-sociales, técnicos y médicos de la intervención genética en sus múltiples efectualizaciones se halla condenado al fracaso, como hemos señalado en un trabajo de publicación reciente: “Las posibilidades abiertas para la realización de diagnósticos preimplantatorios, orientados a la detección y tratamiento de patologías hereditarias, extienden el ámbito de concernimiento de la añeja raigambre parental al radio de prácticas de concernimiento social, en torno a las cuales la institucionalidad o no de la prestación de servicios […]ve historizado no sólo su carácter concreto, sino su propia organización técnica en orden a la replicación de determinadas expectativas antropológicas. La mediación estructural de estas les da una tónica marcada ante todo por la necesidad de adaptación al estadio de desarrollo vigente de las fuerzas productivas y el conjunto de operaciones simbólico –materiales actuantes sobre los discursos de legitimación que condensan, al tiempo que sancionan tales expectativas, las de la industria cultural. De ahí que la realidad simbólica provoque en lo profundo de la humanitas una sensible conmoción de los cánones de inteligibilidad, por medio de los cuales se dió a sí misma como modo de autocerciorarse y proyectarse en el horizonte de lo humano –una antropotecnia-. Peter Sloterdijk ha logrado percibir el advenimiento de una era “posthumanista” que pone al descubierto la debilidad sintomática del marco referencial antropológico fraguado sobre la base del desarrollo de la racio“humanitas” –incluida la normativa-, tal y como fue asumido por las burguesías nacionales europeas . El embrutecimiento masivo y la racionalizada homogenización cultural de multitudinarios publicitarias amparadas en la tan cacareada satisfacción liberal de preferencias, exponen en un nivel de análisis ulterior, el reverso de la antropotecnia humanista, en tanto que plexo articulador de procederes, recursos técnicos, culturales, y complejos institucionales de “amaestramiento” que integran los distintos ejes de individuación al interior de las formaciones económico-sociales modernas, tendientes al domeñaje y normación de las fuerzas instintivas que atentarían contra los preciados resultados obtenidos” . (Fallas V. 2009, pp. 201-202). Mutatis mutandis, dentro de este campo de socialización que se inserta en la lógica del capitalismo tardío, encontramos las relaciones de intercambio, dentro de las cuales, una bioalterositotecnia encuentra su lugar como discurso hegemónico, pasándose por tecnología, cuando resulta inadecuado, por anacrónico, abstracto y ahistórico, el uso del término tecnología, en los raídos En efecto, la alteración genética de alimentos (que acá denominamos bioalterositotecnia ) puede ser concebida en una forma fetichizada, inmediata cuando sus precipitados técnicos (por ejemplo, de ingrata recordación, el suplemento alimentario L-triptófano, obtenido a partir de la bacteria transgénica Bacillus amyloliquefaciens (Cfr. García, J. 2008, p. 48) son desgajados de sus condiciones materiales de producción. Esta distinción entre el uso vulgar de la “prostituida” palabra TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 52 M.Sc. Fabrizio Fallas Vargas tecnología y los precipitados técnicos resulta fundamental, dado que esos últimos remiten a la brutalidad fáctica del aparato (que en las tiendas se vende habitualmente a las masas de consumidores bajo el nombre de “tecnología”, entonces un celular, un Ipod, una bacteria como la anterior pasan a ser automáticamente difundidas y asimiladas en forma masiva como “tecnología”) que sólo integran una parte de lo que con propiedad habría de ser proceso de producción tecnológico, que en lugar de pertenecer a una especie de ámbito etéreo realizado por sujetos virginales de gabacha blanca (por en Ciencia y Teoría Crítica (Fallas V. Op. Cit. pp. 137-139): “La” ciencia, en una primera aproximación, remite a una forma de producción simbólica cuya concreción histórico-material se expresa al interior del conjunto bienes materiales e inmateriales distinguen a nuestra especie de nuestros antepasados animales -al decir de Freud- y que denominamos cultura. La determinación material de aquello que se considera ciencia, requiere hacer una precisión en un ámbito que sólo inmediatamente tiene lugar en de la abstracción del lenguaje, puesto que se encuentra sociohistóricamente mediado. Al ser pasado por alto dicho ámbito, se quien intenta comprender qué es eso que se denomina “ciencia” y a quienes en el mejor de los casos aspiran a realizar una actividad profesional en algún vínculo con la misma. En este sentido, habría que señalar la problemática postulación de la existencia de “la” ciencia, y las expectativas imaginario de acuerdo con el cual ”la” ciencia, que busca el bien de la humanidad, y es “neutral”, termina siendo corrompida en su “naturaleza” porque “siempre” hay gente “mala” que la “aplica”. Tal postulación se resuelve por lo demás, en una retórica naturalizada/naturalizante sobre “la” ciencia cuyas consecuencias producen efectos concretos. El discurso naturalizado sobre “la” ciencia, del cual acabamos de proporcionar un ejemplo, no se encuentra en condiciones de acceder a sus condiciones materiales de producción, desde luego, y puede ir de la opinión más pedestre a la especialidad más estrecha de miras, pasando por la insulsa cháchara posmoderna (aunque en la actualidad, esta se haya convertido en una antiquité): en el primer caso, se postula la existencia de “la” ciencia, en un caso como algo exterior, con lo cual el ciudadano “de a pie” nada tiene que ver o ha de rendirle pleitesía; en el otro desde una perspectiva endogrupal, esto es, en abierta exclusión de aquellos que no se desenvuelven en el ramo de la especialidad de que se trate, y en el otro desde una ciega polémica contra fantasmas (si los posmodernos peleaban contra “la” ciencia porque “la” ciencia procuraba la verdad absoluta, entonces deberían haberse peleado con la escolástica medieval). Lo naturalizante del discurso reside en el efecto concreto que provoca sobre “la” ciencia, que resulta en consecuencia desvinculada de los campos de fuerza al interior de los cuales emerge. Con base en tal naturalización, se sanciona la inercia del público sobre la actividad de quienes se dedican a “la” ciencia, lo cual se traduce en una pérdida de control público, campo fértil para la manipulación y la construcción psicotécnica del conformismo apuntalada en la práctica cotidiana de los medios masivos de comunicación comercial. Ello converge con una retórica a las ciencias básicas (biología, química, física experimental, por ejemplo). En tal retórica se aper- TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 Bio-alterositotencia y autoridad [...] 53 trechan los partidarios de una escisión en el campo del conocimiento que termina desahuciando impotente para dar cuenta de sus condiciones materiales de producción. La forma burda de esta en una suerte de common place, a saber, la raída dicotomía ciencias duras-exactas y ciencias blandas- no exactas”. “La ciencia, la técnica y la tecnología”, la tecnología -y ello vale para pensar el horizonte que pasaría de una bioalterositotecnia (más bien provinciana, cerrada y prejuiciosa respecto de las ciencias sociales) fantasiosamente neutra desde el punto de vista axiológico (como si tal cosa existiese en el universo de lo humano y lo in-humano)a una más realista y material bioalterositotecnología. Así, sobre la tecnología sostiene el Guillermo Coronado (2002, p. 25): “No es un simple híbrido entre la ciencia y la técnica, puesto que no es ciencia aplicada y, sin embargo, los rasgos fundamentales de ambas están presentes en ella. sión de los eventos naturales o sociales, misma que permita su transformación y dominio, así como alcanzar un resultado predeterminado intencionalmente. Pero no es ciencia, dado que no busca la comprensión por la comprensión misma, por el simple placer cognoscitivo, por la satisfacción personal y estética del descubrimiento, sino que su motivo o intención es obtener un producto, transformar un medio, dominar ciertos eventos. No es, simplemente técnica, pues en ella la comprensión de los fenómenos es fundamental; es decir, no basta el ciego saber hacer, sino que se necesita un conocimiento abstracto del entramado entre los fenómenos mismos”. Siendo el concepto de tecnología, de una riqueza mayor al de los precipitados técnicos, en términos de una estructura de pensamiento, conocimiento y acción resulta pintoresco el intento de concebirla en forma no transdiciplinaria. Un proceso, un artefacto, así como la elaboración de una mercancía ( y en este caso los precipitados bioalterositotécnicos no serían la excepción) dentro del marco del despliegue de las fuerzas productivas en el mundo contemporáneo, involucra, dentro de esa estructura la puesta en juego de una pluralidad de conocimientos/disciplinas que sólo la avidez en los términos de Comte) puede pasar por alto. de un complejo industrial, de forma que los problemas de la tecnociencia, salvo que se busquen refugios metafísicos, son problemas de la economía política. El sujeto que consume bioalterositos (los transgénicos) lo hace dentro del marco de las relaciones de intercambio que anima la lógica TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 54 M.Sc. Fabrizio Fallas Vargas de acumulación de capital y rara vez se pregunta por la “naturaleza” de lo que está ingiriendo. La satisfacción oral que el organismo demanda para reproducir su existencia, una actividad no antepasados eran insectívoros, algunos grupos humanos continúan preparando para el consumo condimentados, como delicatesen y/o mercancía, pero la revolución neolítica cambió nuestros hábitos de consumo y nuestros objetivos alimentarios comenzaron a ser producidos con arreglo al modo de producción agrícola. Su racionalidad era clara: la supervivencia y la superación de la escasez. En la actualidad el marketing de los precipitados bioalterositotécnicos o transgénicos, recurre a trasladar su mecanismo de legitimación discursiva al combate del hambre, pero dentro de los contornos de una economía política que no es de escasez y cuya racionalidad no es la supervivencia y/o satisfacción de necesidades, sino la acumulación de capital. Eso es básico, pero no es políticamente correcto decirlo, no obstante, hay que hacerlo, y en ese sentido emergen nuevamente las preguntas que al inicio planteábamos al mediar la conocida, pero no tan problematizada frase “eres lo que comes”. Si al interior del capitalismo tardío, las multinacionales que controlan el intercambio de precipitados bioalterositotécnicos eluden la información correcta acerca de los componentes de los mismos y recurren a contratos leoninos (con cláusulas abusivas) para asegurar la reproducciòn del plusvalor, entonces el consumidor habría de estar en guardia; nuevamente ¿sabe lo que come?, ¿sabe quién es usted o qué función cumple dentro de esta dinámica de producción-consumo irracional? Esta es una de las preguntas claves que, como sujetos que vivimos en esta fase de desarrollo del capitalismo un diálogo de sordos, al enfrentar esencialmente posturas endogrupales que formalmente asisten a una polémica reclamando para sí la objetividad que proporciona la evidencia. Tal es el caso de los partidarios acríticos de la bioalterositotecnia (es decir, de los transgénicos) y quienes guardan las debidas reservas, pero que desean educar a un público ignorante o mal informado, que para este caso es lo mismo. El carácter endogrupal que ambas posturas comparten busca, tras el escudo de una objetividad que habría de ser problematizada desde sus asunciones (fantasía positivista, que desde Kant habríamos superado luego del despertar del sueño dogmático, y que entenderíamos en nuestra modernidad, como ha dicho Michel Foucault, como refractaria a la epistemología de la ciencia moderna, en la que el recorte del objeto que realiza el investigador sesga ya de por sí el objeto de estudio) se encuentra en un sentido fuerte/dogmático en el primer caso, en donde la bioalterositotecnia se haya vinculada al capital transnacional de las corporaciones que hacen TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 Bio-alterositotencia y autoridad [...] 55 “biotecnología” (en donde el carácter de “tecnología” es discutible, como se ha indicado en análisis infra) y pretende excluir de la discusión a quienes paradójicamente estarían concernidos en el entramado producción y consumo de los biotecnoalterositos (o transgénicos). En un sentido más débil/eticista, la lógica endogrupal se integra en el debate por parte de los sectores que aún reclaman análogo a una entidad vicarial que tendría como tarea la instrucción a los legos. En ambos casos se parte de una lógica de poder sobre los que no saben, en forma diferenciada desde luego y con efectos diversos sobre la esfera pública. Esto último nos remite no ahora a la racionalidad de la producción, sino a la forma racionalizada que asume en tanto que producción bioalterositotécnica autoritaria, en la medida en que elude mecanismos de interpelación racional-crítica y se expande sino en las fracturas de la economía política que en el capitalismo tardío comienzan a desgajarse en forma lenta pero férrea de la vieja y fructífera asociación ideológica con eso que ha dado en llamarse la participación del δoμοω (demos). F.F.V. Bibliografía Coronado, G. (2002) La ciencia, la técnica y la tecnología, en Zamora, A. /Coronado, G. et Al. Perspectivas en ciencia, tecnología y ética. Cartago: Editorial Tecnológica. pp. 23-26. Fallas V. F. (2009) Antropotecnia y autoridad, en Introducción a la Técnica, la Ciencia y la Tecnología: Modelos de Intervención. Cartago: Editorial tecnológica. pp. 201-212. Fallas V. F. (2009) Ciencia y Teoría Crítica, en Introducción a la Técnica, la Ciencia y la Tecnología: Modelos de Intervención. Cartago: Editorial tecnológica. pp. 137-160. Foucault, M. (2004) Sobre la Ilustración. Madrid: Tecnos. Freud, S. (1930/1992) El malestar en la cultura, en Obras Completas, Tomo XXI. Buenos Aires: Amorrortu. García, J. (2008) Alimentos genéticamente alterados: Transgénicos, en Biocenosis Vol.21 (1-2) pp. 47-50. TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011 56 M.Sc. Fabrizio Fallas Vargas Mandel, E. (1980) Tratado de Economía Marxista. México D.F.: Editorial Era.Sloterdijk, Peter. Reglas para el parque humano, en Die Zeit, http://www.otrocampo.com/6/sloterdijk_parquehumano. html. Recuperado el 10 de Septiembre de 1999 a las 20:00 horas. TRAMA Tecnología Cultura Desarrollo Vol. II, # 2, 2011