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HACIA UNA CLARIFICACIÓN DE LO
QUE SON LOS MATERIALES DIDÁCTICOS
Y HACIA UNA CLASIFICACIÓN DE LOS
RECURSOS DIDÁCTICOS
LA TESIS PROFESIONAL
(ENSAYOS)
HACIA UNA CLARIFICACIÓN DE LO
QUE SON LOS MATERIALES DIDÁCTICOS
Y HACIA UNA CLASIFICACIÓN DE LOS
RECURSOS DIDÁCTICOS
LA TESIS PROFESIONAL
(ENSAYOS)
José Vitelio García Maldonado
ÍNDICE
Nota introductoria............................................................9
Hacia una clarificación de lo que son los
materiales didácticos.......................................................11
Hacia una clasificación de los recursos
didácticos.......................................................................25
Conclusiones..................................................................32
La tesis profesional.........................................................33
NOTA INTRODUCTORIA
Frecuentemente, en la jerga pedagógica se manejan conceptos
ambivalentes o de contenidos que se traslapan entre sí.
Las siguientes ideas constituyen un intento por clasificar, en
primera instancia, lo que debe entenderse como material didáctico.
Luego se analizan clasificaciones que adolecen de rigor lógico.
Finalmente, se hace una categorización conjugando dos variables
fundamentales en categorías lógicamente discernibles.
Recursos didácticos constituye el concepto general. Materiales y
auxiliares didácticos, la primera clasificación operativa. De ahí
las subsecuentes.
Esperamos que estas ideas sean útiles para quienes se dedican
al hacer pedagógico.
HACIA UNA CLARIFICACIÓN DE LOS QUE SON LAS
MATERIALES DIDÁCTICOS
Resulta que, dentro del proceso de análisis de la realidad, la
ciencia ha establecido una serie de normas que le permiten captar
de manera más confiable los valores que una variable estudiada
puede presentar dentro de un universo investigado.
Este proceso presupone medir, es decir, registras los cambios de
una variable y expresarlos dentro de una escala, que en sí, es
una sola, se complica a medida que se le agregan más requisitos.
Cada uno de sus peldaños es importante en su nivel y nos muestra
el grado de complejidad de la ciencia en particular a la que se
aplica.
Así se puede hablar de cinco niveles, del más sencillo al más
complejo, del más lato al más riguroso.
Surge así la escala NOIRA, que con fines mnemotécnicos, se
integra con las iniciales de cada uno de los niveles de medición.
Escala o nivel nominal, el más sencillo, consiste en identificar la
presencia de determinados atributos. Es en sí una clasificación.
A pesar de su sencillez, es un primer paso que no todos los que
pretenden hacer ciencia, logran dar con éxito, porque cuando
menos deben satisfacer tres requisitos.
Primero, que se haya establecido claramente un criterio de
clasificación fundametum divisionis, que permita agrupar de
manera inequívoca a los integrantes de un universo en diversas
categorías.
Segundo, que se cumpla por parte de los elementos del universo
estudiado la exclusividad de pertenencia a una y sólo a una
categoría. Si acaso algún elemento investigado pudiera quedar
en dos o más categorías, significaría que el fundamentum
divisionis no fue el adecuado y éste tendría que revisarse o
sustituirse.
Tercero, que se satisfaga la exhaustividad, o sea la posibilidad de
que todos y cada uno de los elementos del universo investigado
queden dentro de las categorías resultantes de la clasificación.
Si por desgracia surgiera un apartado de «otros» o «no
clasificados», significaría que nuestro criterio de clasificación no
funcionó.
Tal vez para alguien sea difícil concebir que la simple clasificación
es ya una medición, sin embargo, así es. En la simple matemática,
la igualdad y la diversidad entre los números puede interpretarse
como equivalencia y no equivalencia entre las unidades
investigadas.
Si en el proceso de medición se introduce un requisito más, o sea
el criterio de jerarquización tendremos el nivel ordinal. El resultado
de esta escala de medición es, sin importar la magnitud de la
distancia, que unas unidades estarán antes que otras, según el
criterio de prioridad que se haya establecido.
En este nivel surge una característica más: la transitividad, o sea
que si A> B y B> C, entonces A> C. En el terreno matemático la
característica mayor o menor corresponde a «más que» o «menos
que» de una variable entre las unidades del universo investigado.
Si ahora se nos ocurre medir en magnitudes aplicables a la
variable, la distancia que guardan las unidades clasificadas y
ordenadas, resulta que habrá oportunidad de establecer intervalos
para agrupar en subcategorías al universo investigado. Así surge
la escala interval o de intervalo. En ella se pueden interpretar las
diferencias iguales del lenguaje matemático como característica
igualmente distinta entre las unidades separadas por intervalos.
Válidamente hasta aquí llegarían las ciencias sociales en su
proceso de investigación. No concebimos la aplicación de escalas
más complicadas sin riesgo de llegar a la ficción en el campo de
estas ciencias.
Después, si se introduce un cero absoluto que pueda ser
interpretado entre las unidades investigadas como «nada»,
estaremos ante la escala de razón. Como puede advertirse, las
variables estudiadas en las ciencias sociales sólo tendrían valores
de cero en universos inanimados.
En este nivel, las razones iguales del lenguaje matemático pueden
ser interpretadas como condiciones «igualmente distintas» entre
las unidades investigadas.
En la cúspide de la medición llegamos a la escala absoluta y al
pleno terreno de las matemáticas, en donde uno entre los números
se interpreta como la «unidad más pequeña» entre las unidades
investigadas del universo de estudio. Esta escala satisface la
medición de una escala de razón.
Así las cosas, detengamos nuestra mirada en el ámbito de uno
de los campos de la ciencia de la educación. En el terreno de la
didáctica encontramos algunas «clasificaciones» que no son tales
ya que carecen de un fundamentum divisiones único y específico,
resultando, por consiguiente, una serie de clases o categorías de
material didáctico que se entrecruzan y cuyos elementos
agrupados pueden pertenecer a varias de las categorías
presentadas.
A modo de ilustración, veamos algunos ejemplos:
Categorías
Posible fundamentum divisonis
1. Material permanente de
trabajo
1. Durabilidad
2. Material informativo
2. Función comunicativa
3. material ilustrativo
visual y audiovisual
3. Tipo de percepción a partir del
uso
4. Material experimental
4. Especificidad del uso
Como se advierte en esta clasificación de Imideo G. Nérici, existen
cuatro criterios de clasificación, uno para cada clase; por lo mismo,
dicha categorización no funciona en lo absoluto.
Otro caso:
Categorías
Criterios de clasificación
1. Material escolar de
tipo permanente
Material de consumo
1. Durabilidad
2. Material natural
2. Origen
3. Material audiovisual
3. Forma de percepción a partir de
su uso
4. Material informativo
4. Función comunicativa
5. Material auxiliar
5. Importancia de su uso
6. Material experimental
6. Especificidad de su uso
En esta clasificación advertimos seis fundamentum divisiones;
sólo uno de ellos, el primero, nos da una categorización
independiente. Si bien las dos últimas categorías se refieren al
uso del material didáctico, se advierte que no pueden englobarse
como único criterio ya que no son excluyentes entre sí. Un material
auxiliar podría ser, al mismo tiempo, experimental. Esta
clasificación la propone Romeo Gómez Saavedra.
Otro ejemplo:
Categorías
Fundamentum divisiones
1. Material impreso
1. Modalidad de lenguaje
2. Pizarrón
Rotafolios
Carteles
Gráficas
Ilustraciones
Mapas
2. Uso en el aula
3. Material de
experimentación
3. Especificidad de su uso
4. Material audiovisual
Material auditivo
4. Tipo de percepción a partir de
su uso
En esta clasificación de Ma. Esther Aguirre Lora, encontramos
prácticamente cuatro clasificaciones; por lo mismo, las categorías
enunciadas se traslapan entre sí. Por otra parte, advertimos
cuando menos dos niveles de generalidad entre la segunda
categoría y el resto. Su aceptación nos podría llevar a resultados
acompañados del riesgo de incurrir en la falacia del nivel
equivocado.
Otro caso:
Categorías
Criterio de clasificación
1. Tridimensional
1. Por el número de sus
dimensiones
2. Proyectable Verbales
o grabaciones
2. Modalidad técnica del recurso
lenguaje
3. Objetos reales o
realidad
3. Por su naturaleza
En este ejemplo del CNTE coexisten tres clasificaciones: la
segunda con un criterio que confunde modalidad de lenguaje con
presentación técnica del mismo (verbales o grabaciones).
También, como es lógico, no hay exclusividad entre las categorías
resultantes.
Otro caso más:
Categorías
1.
Experiencias directas con la
realidad
Criterio de clasificación
1. Forma de integración
del concepto
Simbolismos de presentación
plana
2.
Auxiliares visuales
Auxiliares auditivos
2. Forma de percepción a
partir de su uso.
Auxiliares audiovisuales
En esta clasificación de R. Moreno y García, como se aprecia en
realidad, coexisten dos clasificaciones cuyas categorías se
traslapan entre sí.
Otro ejemplo más:
Categorías
Criterio de clasificación
1. Material fungible
Material durable
1. Durabilidad
2. Material hecho o
construido en
la escuela
Material adquirido
2. Forma de obtención
Como en el caso anterior, esta clasificación es en realidad un
conjunto de dos clasificaciones. Sus categorías, en consecuencia,
se traslapan entre sí.
Otro caso más:
Categorías
1. Material audible
Material visual
Material audiovisual
Fundamentum divisiones
1. Tipo de percepción a partir de su
uso
Esta clasificación de John W. Bachean, tiene sólo un criterio de
categorización, lo cual es una ventaja aceptable. El único reparo
que podría presentársele es su fundamentum divisionis no
abarcaría algunos tipos de materiales didácticos que quedarían
fuera de esta clasificación y, por lo mismo, no cubre el requisito
de exhaustividad.
Como consecuencia, en todas las clasificaciones anteriores se
revuelven materiales didácticos con algunos objetos que en rigor
no lo son. Alguien podría buscar el camino fácil y la salida airosa,
conviniendo quizá que en cuestión de materiales didácticos no
puede haber clasificación inicial posible.
Desafortunadamente o afortunadamente, según sea el punto de
vista desde el cual se vea la anterior afirmación, se estaría
condenando a la didáctica a no dar nunca su primer paso en el
camino del reconocimiento científico.
Si la didáctica como parte fundamental de la pedagogía -que desde
hace tiempo ha pretendido dejar su antigua imagen de arte para
convertirse en Ciencia de la Educación- no pudiera hacer algo
tan sencillo «clasificar» los materiales educativos, flaco favor y
nulo apoyo brindaría a la ciencia pedagógica.
Por eso, para iniciar el trabajo didáctico es menester contar cuando
menos con una clasificación confiable que nos permita tener la
primera y más simple medición a nivel nominal del importante
universo que integra uno de los objetivos de estudio de la didáctica,
nos referimos a los materiales didácticos.
Con los antecedentes expuestos, sugerimos algo tan sencillo que
podría ser el «parto de los montes» pero que, sin embargo, es
una clasificación confiable porque reúne las características de
exclusividad y exhaustividad del más simple nivel de medición,
para saber, primero, lo que es y lo que no es material didáctico.
Entre los materiales educativos proponemos que, utilizando como
fundamentum divisionis la intencionalidad puesta en su
elaboración u origen, se distingan éstos como materiales
didácticos o auxiliares didácticos, según fuese el caso.
Así, tendríamos considerando como universo de investigación o
de estudio a los materiales educativos.
Categorías
Materiales didácticos
Fundamentum divisionis
Intención específica
enseñanza
para
la
Auxiliares didácticos
Si, por ejemplo, en un salón de clases se tuviese un mapa hecho
específicamente para la enseñanza, con caracteres adecuados
al grado, con coloración y representaciones específicas para que
puedan ser entendidos por los alumnos estaríamos frente a un
material didáctico. Si el caso fuese que un maestro utilizara alguna
carta geográfica hecha por el CETENAL, que fue elaborada con
criterio de especialistas, pero que el profesor empleara para
ilustrar, de acuerdo con su iniciativa, una clase específica,
estaríamos ante un auxiliar didáctico.
Así, el estudioso y el practicante de la ciencia de la educación, no
estarían ante el absurdo de considerar algunos muy valiosos
auxiliares didácticos como motivos de estudio didáctico, pongamos
por caso un televisor, un radio, un proyector, etcétera.
Este primer caso nos permitiría saber lo que es y lo que no es un
material didáctico; de aquí en adelante ya se podrían utilizar otros
criterios para clasificar, tanto los materiales como los auxiliares
didácticos.
La ciencia comienza por un paso simple para ir complicando, con
criterios que se introducen gradualmente, la visión de su universo
de estudio. Si un primer paso no se ha dado firmemente, como
en el caso de las construcciones con cimientos débiles, todo el
edificio de la ciencia, en determinada rama del conocimiento
humano, tendría el riesgo de derrumbarse.
HACIA UNA CLASIFICACIÓN DE
LOS RECURSOS DIDÁCTICOS
Partiendo de la base de que se considerarán materiales didácticos
todo aquellos recursos hechos ex profeso para la enseñanza y
de que los auxiliares didácticos son recursos adoptados para la
enseñanza, sin que en esencia hayan sido hechos para lo mismo,
podríamos ahora plantear una clasificación de ambos universos.
En un primer nivel, los materiales didácticos pueden clasificarse
en tres grandes categorías: gráficos, pictóricos y plásticos. Aquí
el fundamentum divisionis sería forma de simbolismo.
Los materiales didácticos gráficos pueden ser diagramas,
esquemas, cuadros sinópticos, resúmenes, compasiones, etc. Es
decir, todo aquello que tenga relación con la escritura hecha ex
profeso para la enseñanza.
El material didáctico pictográfico será aquel que,
fundamentalmente a través del dibujo se utiliza para la enseñanza,
por ejemplo: mapas, ilustraciones, cromos, etcétera.
Material didáctico plástico es aquel constituido por formas de
diversos materiales que como tales producen los objetos de la
realidad. Aquí encontraríamos: esculturas, maquetas y toda clase
de recursos representativos de la realidad (véase Cuadro 1).
Cuadro 1
MATERIAL DIDÁCTICO
REPRODUCCIONES DE LA REALIDAD
EX PROFESO PARA LA ENSEÑANZA
Gráficos
(ejemplos)
Esquemas
Pictográficos
(ejemplos)
Dibujos
Plásticos
(ejemplos)
Esculturas
Folletos
Carteles
Maquetas
Grafías
Murales
Modelos
Libros
Mapas
Etcétera
Revistas
Historietas
Impresos
Láminas didácticas
Etcétera
Etcétera
Dado que la tecnología como aplicación técnica de la ciencia se
ha incorporado en el campo de la didáctica, como en el de muchas
disciplinas, resulta que de acuerdo a la forma de invención
podemos considerar tres categorías de la innovación tecnológica
llevada al campo de los materiales didácticos así tendríamos
nueve celdas con las variables de referencia, como se presenta
en seguida (véase Cuadro 2).
CUADRO 2
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
MECÁNICOS
(1)
Visuales
(ejemplos)
ELÉCTRICOS
(2)
Visuales
(ejemplos)
ELECTRÓNICO
S
(3)
Audibles
(ejemplos)
GRÁFICOS
Acetatos
Filminas
Transparencias
Etcétera
(5)
Grabaciones en
castes
Carretes
Discos
Etcétera
(6)
Visuales
(ejemplos)
Visuales
(ejemplos)
Audiovisuales
(ejemplos)
Rotafolio
Didáctico
Franelogramas
Montajes
Fotografías
Etcétera
Microfichas
Microfilms
Bandas de
proyección fija.
Diapositivas
Fotografías
Etcétera
(8)
Grabaciones en
videocasetes
Películas
sonoras
Diapositivas
Estereo-copias
Etcétera
(9)
Modelos con
movimientos
mecánicos
(ejemplos)
Modelos
cinéticos
aparentes
(ejemplos)
Modelos
cinéticos
Globos terráqueos,
Modelos
anatómicos,
etcétera.
Con movimiento
mecánico
Modelos
anatómicos,
globos
terráqueos,
etcétera. Con
movimiento
aparente a base
de luces
Modelos
anatómicos con
movimiento
autónomo,
etcétera
(4)
FOTOGRÀFICOS
(7)
PLÁSTICOS
(ejemplos)
En la primera celda dejamos a la imaginación del lector los
ejemplos probables.
En la segunda celda podríamos colocar a todos aquellos
materiales gráficos que se auxilian de lo mecánico para figurar
como recursos perceptibles visualmente. Aquí tendríamos:
acetatos, filminas, transparencias, etcétera.
En la celda tres se colocarían los materiales gráficos con aplicación
tecnológica electrónica. Su percepción sería a través del sentido
del oído y sus ejemplos abarcarían toda clase de grabaciones.
En la celda cuatro podrían ubicarse los materiales pictográficos
que utilizan lo mecánico como innovación tecnológica para su
uso.
Así tendríamos el rotafolios didáctico, los franelogramas, los
fotomontajes, etcétera.
En la celda cinco podrían situarse los materiales pictográficos
que tendrían como una innovación la tecnología eléctrica.
Pongamos por caso microfichas, microfilms, bandas de proyección
fija, diapositivas fotográficas, etc. Estos casos son percibidos
visualmente.
En la celda seis quedarían los materiales pictográficos
presentados con el auxilio de la electrónica. Su percepción sería
audiovisual. Por ejemplo: grabaciones en videocasetes, películas
sonoras, etcétera.
En la celda siete se cruzarían los materiales plásticos con la
presentación mecánica, resultando como es lógico, modelos con
movimiento mecánico, por ejemplo: globos terráqueos, modelos
anatómicos, etcétera.
En la celda ocho ubicaríamos los materiales plásticos apoyados
en lo eléctrico como innovación tecnológica, dando lugar a
modelos cinéticos aparentes; por ejemplo: modelos anatómicos,
globos terráqueos, con movimientos aparentes a base de luces.
Finalmente, en la casilla nueve tendríamos el resultado de cruzar
los materiales de forma plástica con la innovación electrónica.
Así surgirían modelos con movimiento autónomo.
Como puede advertirse, la innovación tecnológica podría
complicarse y en consecuencia podrían surgir, en dado caso, otras
categorías al cruzar la innovación tecnológica con alguna de las
tres formas que fundamentalmente hemos asignado a los
materiales didácticos.
Las nueve categorías anteriores surgen enriqueciendo a las tres
formas fundamentales que se plantean como materiales
didácticos. Así superamos las confusiones que se presentan
cuando en un mismo nivel de generalización se manejan
indiscriminadamente dos fundamentum divisionis.
Por otro lado, habíamos afirmado que los auxiliares didácticos
son recursos adoptados para enseñar sin que específicamente
hayan sido diseñados para ese objetivo.
De principio se nos ocurren dos categorías: objetos naturales y
objetos tecnológicos, con lo cual abarcaríamos todo el universo
de auxiliares didácticos.
La primera categoría a su vez podría dividirse en atención a la
naturaleza de los objetos, en tres subcategorías: minerales,
vegetales y animales. En cada una de estas subcategorías podrían
citarse ejemplos de objetos sin modificar; es decir, tal y como se
presentan en la naturaleza, y en objetos modificados con cierto
proceso de adaptación que posibilita un mejor manejo de los
mismos.
En la categoría de objetos tecnológicos encontramos tres posibles
subcategorías: auditivos, visuales y audiovisuales, como recursos
que el maestro permite emplear según su inventiva (véase Cuadro
3).
La idea está presentada y corresponde a los estudiosos del tema
considerarla y, en su caso, enriquecerla.
AUXILIARES
DIDÁCTICOS
Objetivos
adaptados
para la
enseñanza
Tecnológicos
Naturales
Retroproyector, proyector de cuerpos opacos,
video casetes, proyector de carrusel, pizarrones,
proyector de filminas o fotobandas, etc.
Proyectores cinematográficos, proyector de transparencias
con reproductora de sonido, televisión, etcétera.
Audiovisuales
Radio, casetes, carretes magnetofónicos,
discos, equipos de sonido, etcétera.
Animales disecados, cráneos
desmembrados, esqueletos
adaptados, etcétera
Modificados:
Vegetales disecados y alterados
químicamente, etcétera.
Modificados:
Seres vivos (conejos, mariposas,
ranas, insectos), etcétera.
Flores, hojas, frutos, semillas
partes de éstos (estambre, pistilo,
filamento, etcétera).
Sin modificar:
Sin modificar:
Cobre, estaño, zinc, fierro, plomo,
acero, aluminio, mercurio reactivos
químicos de laboratorio, etcétera.
Modificados:
Visuales
Auditivos
Animales
Vegetales
Minerales
Piedra pómez, basalto, obsidiana,
cuarzo, calcita, hematina, sal
(cloruro de sodio), etcétera.
Sin modificar:
Cuadro 3
CONCLUSIONES
1. Para una clasificación lógicamente aceptable, es necesario
establecer un criterio claro y definido (fundamentum
divisionis), que permita agrupar inequívocamente a los
integrantes de un universo en diversas categorías.
2. La exclusividad y la exhaustividad son criterios
imprescindibles para una buena clasificación.
3. Recursos didácticos son todos aquellos que se emplean
en el proceso de enseñanza-aprendizaje para alcanzar los
objetivos que se haya trazado el docente.
4. Materiales didácticos son aquellos recursos elaborados ex
profeso para la enseñanza.
5. Auxiliares didácticos son aquellos recursos adoptados para
la enseñanza sin que en esencia se hayan hecho para tal
fin.
6. Cruzando la variable forma de simbolismo e innovación
tecnológica, podemos tener una categorización de nueve
grupos de materiales didácticos.
7. Cruzando los conceptos objeto-naturales y objetotecnológicos como variables, podemos abarcar todo el
universo auxiliares didácticos.
LA TESIS PROFESIONAL
LA TESIS PROFESIONAL*
Lo primero que uno se pregunta cuando tiene que disertar sobre
alguna temática específica es: ¿cómo me ubicaré o cómo voy a
tratar de hacerme entender por mi auditorio?
Conocí las inquietudes que ustedes tienen como profesionistas
en ciernes o como estudiantes hacia una especialidad. Deseo
ser práctico. Les transmitiré, algunas experiencias personales u
otras que he podido detectar en algunos de mis alumnos; bien lo
que debemos hacer cuando deseemos obtener el título profesional
en algún área del conocimiento humano.
Antes que nada, convendría recordar qué entendemos por tesis.
Sabemos que este término está muy ligado a otros similares:
hipótesis, antítesis, síntesis, por ejemplo. Estos vocablos
pertenecen a la misma familia de palabras.
¿Qué sucede cuando alguien ha cursado una serie de etapas en
el avance del conocimiento? El grupo social, y específicamente
el grupo profesional, pide una muestra de calidad para aceptarnos
en el ámbito del quehacer profesional. Este paso es muy
significativo en la vida del profesionista. Este paso es muy
significativo en la vida del profesionista. No es lo mismo un
profesionista sin tesis profesional que otro con examen de grado.
Como que al primero le falta la posibilidad de pasar de un nivel
cuantitativo a otro que significa un cambio de calidad.
*
Conferencia sustentada ante un grupo de pasantes de pedagogía en México, D. F.
Quizás ustedes estarán recordando aquella teoría que dice: en la
interpretación de fenómenos sociales, la acumulación en cantidad
puede llegar a un punto nodal de cambio que da distinta calidad.
Par mí, esto es la tesis. Al presentar el trabajo recepcional, y
arribamos ya como profesionistas a un campo del conocimiento
humano, ya podemos estar tranquilos, y también actuar con toda
seguridad en lo que hagamos.
Después del examen profesional, viene el momento que nos
permitirá revisar los conocimientos, ponerlos en práctica y
confrontarlos con la realidad, para ver si nos sirven al interpretarla.
Debemos hacer un examen de conciencia y tratar de corroborar
que, cuando menos, hemos adquirido el lenguaje del método
científico. Si eso se logra, ya está dado un paso muy importante.
¿Qué es el método científico?
Oímos hablar de muchos métodos. Pero antes de dar contestación
a la pregunta, reflexionemos un poco.
Cuando estaba tratando de adquirir mi título inicial en el magisterio,
había una polémica entre Enrique C. Rébsamen, venido de Suiza,
y Manuel R. Gutiérrez, ingeniero mexicano.
Rébsamen decía: el método es algo concreto que puede tener
distintas características. En el caso de la enseñanza, el método
se preocupa de que el alumno vaya de la mano de una persona
mayor (más preparada que, en nuestro caso, puede ser el
maestro) para llegar a un nuevo conocimiento. Este método, en
especial, es distinto a otros, por ejemplo, el de la investigación.
Gutiérrez afirmaba: el método, trátese del que se trate, es uno
solo en realidad. Por ejemplo: cuando alguien va a aprender algo
(como puede ser un alumno en el aula) o va a investigar un tema
(como puede ser un profesionista en el laboratorio o en el campo
de su trabajo) lo primero que hace es organizar sus ideas con
anterioridad. El método, por tanto, sería ordenar los pensamientos
con el fin de alcanzar ciertas metas, ciertos objetivos.
Parece ser que el concepto del ingeniero Gutiérrez es el más
cercano a la realidad. Si deseamos tener la seriedad de la ciencia,
obvio que debemos ordenar nuestras ideas y basarlas en una
serie de principios (lógico) para ser aplicados mediante el método
científico. Este nos permite partir de lo simple a lo complejo, de lo
particular a lo general. El mismo método científico nos permitirá
pasar (pero en otro momento del proceso de investigación) de lo
general a lo particular para corroborar si lo investigado es o no
realidad o si resiste el análisis.
Tanto hay orden en las ideas del maestro cuando prepara e imparte
su clase, como en el alumno cuando induce un conocimiento; lo
mismo hace un investigador o el sociólogo en una investigación
de campo. Exactamente sucedería lo mismo con ustedes, cuando
estén dilucidando el tema de su tesis.
Concluyamos en forma parcial: no podemos hacer un trabajo
científico (como la tesis), si antes no hemos organizado nuestras
ideas.
Para ordenar nuestros pensamientos se requiere primero conocer
lo que vamos a investigar; sobre todo para no investigar lo ya
investigado.
Por un supuesto, quien está haciendo la tesis es alguien
informado; evidente que muy distinto a una persona común y
corriente, ya que bajo nuestro supuesto se han cursado varios
años y se tiene una información; con ese trasfondo de teoría y
riqueza cultural se puede barruntar lo más significativo en el
análisis para una tesis.
Segundo, ubicado y analizado el tema de la tesis, ha de recurrirse
al apoyo del método científico.
Habrá muchos esquemas para elaborar tesis. Todos serán válidos,
mientras haya un orden para fundamentar las ideas y, también,
para hacer una investigación: documental, a nivel de descripción
teórica; práctica: de campo, de laboratorio ( el universo de trabajo
del físico o del biólogo); sociológica, de universo académico,
etcétera.
La investigación ¿cómo se va a hacer?
Primero, cuestionando el tema y perimetrándolo: cuál es el tema
y hasta dónde abarcaría. Por ejemplo, la tesis: «Las características
psicobiológicas del niño mexicano».
¿De qué época?
¿De qué estrato socioeconómico?
¿Qué edad del niño mexicano?, porque hay varias etapas.
¿Qué entendemos por niño mexicano?
¿Qué aspectos del niño mexicano con relación al desarrollo
psicobiológico?
¿Qué se entiende por características psicobiológicas del niño
mexicano?
Segundo, identificando la información bibliográfica o haciendo las
reverencias a los cursos en donde se estudió el tema.
Resueltas todas estas cuestiones, terminar en un enunciado, muy
concreto, donde se resuma el tema de la tesis. En este momento,
ya se ha dado un gran paso. Este momento durará, quizás, varias
sesiones, varios meses.
Quien circunscribe su tesis debe ser modesto en los alcances.
Ya ubicado, plantear la «operación» de los conceptos sobre todo,
para definirlos. Una vez conceptualizados, desglosarlos: de
dimensiones generales a indicadores; de indicadores a
concreciones, las cuales pueden tener la forma de pregunta o de
puntos a investigar.
Haga de cuenta que es un árbol con un solo tronco. El tronco es
la cuestión motivo de nuestra tesis; este tronco se abre en tres o
cuatro ramas: nuestros conceptos. Dichas ramas se abran, a su
vez, en otras más delgadas que serían las dimensiones de los
conceptos. Al final, tenemos una especie de estructura
arborescente en cuya cúspide, las ramas más pequeñas, son los
ítems, o sea, aquellos aspectos concretos que debemos investigar
para poder hacer la tesis: Este proceso, en términos generales,
se llama: operar los conceptos.
Volvamos a nuestro ejemplo. Si nuestro tema era el desarrollo
psicobiológico del niño mexicano, debemos precisar:
¿El niño mexicano de la ciudad de México?
¿Niños de la segunda infancia?
Deseo recalcar algo importante: lo que bien se comienza bien se
termina.
Si no hemos precisado lo que vamos a investigar y si no hemos
determinado hasta dónde y a qué nivel llegará la investigación
probablemente lo que tengamos al final no será una tesis sino
una descripción. Si no hemos supuesto cuáles son los resultados
de nuestra investigación y cómo los vamos a interpretar,
posiblemente lo que tengamos al terminar nuestro trabajo de
investigación (documental o de campo) sea algo que no
entendamos, por ser sólo un cúmulo de datos, tal vez muy
interesantes, pero que no pueden ligarse entre sí para interpretar
la realidad investigada.
Muchas veces eso es lo que sucede con quienes hacen las tesis.
Se pasan años haciendo un trabajo que no llega a tener
concreción, porque quien planteó el tema, desde un principio no
precisó lo que tenía que investigar; por este descuido se abre, de
tal suerte que se hallarán datos que no puedan interpretarse.
Ustedes pueden preguntarle a muchos profesionistas por qué no
han culminado en la titulación, si realizaron un trabajo para tesis.
Probablemente, la respuesta sería la misma: falta de cuidado al
sistematizar el proceso de investigación.
Volvamos a recalcar: todo el planteamiento de investigación debe
tener un trasfondo lógico. El trasfondo lógico lo dará el
ordenamiento de las ideas. Este orden nos lo va a indicar el método
científico; independientemente de que en su concreción se llamé:
análisis de documentos, o inducción de resultados para
generalizar, o comprobación de resultados al aplicar el aspecto
deductivo del método científico, o analogía cuando comparamos
casos particulares para ver si tienen cierta posibilidad de darnos
una conclusión general, etcétera.
El proceso de investigación es muy importante que sea diseñado.
Hay pasos que no daré en detalle; sí mencionaré algunos que,
por lo general, constituyen el «talón de Aquiles» para aquellos
que no hacen el planteamiento correcto.
Primero: cuando hacemos nuestro proyecto de investigación,
existe un paso elemental pero muy importante: tener presente
los niveles de medición.
Todo lo que yo pueda investigar se puede medir. Ustedes dirán:
«Es que hay cosas que no se pueden medir, como las calidades,
como los atributos». También eso se puede medir.
El nivel más bajo en la medición es la clasificación. Es el nivel
nominal de medición; el nivel en el cual nosotros hacemos
referencia a la existencia o no existencia de un atributo. Por esta
razón decimos: «Somos mexicanos y los que están pasando una
línea son norteamericanos». Esto ya es una medición. La
clasificación, o sea, el ver si se tiene o no un atributo, una cualidad
determinada y que nos interesa investigar, ya es suficiente. Con
este paso tan sencillo, nosotros podemos hacer análisis, incluso
matemáticos. Ustedes saben que el lenguaje de las computadoras
es un sí o un no. Esta dicotomía es la base de un lenguaje: el
matemático.
En una investigación, habrá estos documentos que van a ser
analizados porque interesan; otros que no se tomarán en cuenta
porque no sirven para mi tesis. Si esta selección no la hacemos
bien, va a dar al traste con el tema de tesis.
En las ciencias sociales, con frecuencia, encontramos
planteamientos de clasificaciones erróneas. Verbi gratia: alguien
piensa que en una comunidad campesina va a encontrar
ejidatarios, pequeños propietarios, latifundistas y… cultivadores
de maíz. Esta clasificación es errónea, porque «cultivadores de
maíz» es la resultante de otra categoría con distinto fundamentum
divisionis, o sea, el fundamento de la división debe estar
claramente definido por el investigador; de lo contrario,
comenzamos mal nuestro trabajo.
Esto que parece tan sencillo, muchas veces no lo saben hacer
nuestros jóvenes, aunque ya han pasado cinco años en estudios
de alto nivel. Parece que el trasfondo de la lógica se olvida. Esto
tan sencillo es importante, porque son los cimientos de una
construcción y si están débiles el edificio se va a derrumbar tarde
o temprano.
Después del planteamiento bien cimentado, hay otro aspecto
importante que retomo: la operación conceptual.
Es muy frecuente que los trabajos de tesis se presente, por un
lado, lo que llamamos el problema definido. De pronto salta, por
otro lado, algo que no tiene nada que ver con lo dicho. Las líneas
de comunicación se han desconectado.
La líneas de comunicación deben verse con toda claridad. Si a
mí me interesa saber las características socioeconómicas del
educando en el primer año de una escuela primaria en un lugar
desamparado de la periferia del Distrito Federal, evidentemente
tienen razón las siguientes preguntas: ¿Cuántos años tienen mis
alumnos?, aunque de antemano sepa que deben tener seis; pero
en la colonia fulana de nuestro supuesto, es probable que seis
años no sea el promedio ya que dicha colonia tiene problemas
socioeconómicos especiales. Si yo no he establecido el parámetro,
la línea de comunicación no se establece. Los resultados, a lo
peor, no tendrán relación.
Por eso, es aconsejable que esta operación de conceptos se haga
en una hoja grande, para que el asesor de tesis vea de dónde
partimos y hasta dónde queremos llegar. En cambio, puede
suceder que algunos sólo deseen racionalizar o tratar de justificar
que «esto» tiene algo que ver con lo «anterior o posterior» ya
delineado y precisado. Pero ese algo no se ve, a veces, por
confuso.
La operación conceptual debe verse a través del diseño de nuestra
investigación, que será lo fundamental en nuestra tesis.
¿Por qué insisto en la palabra investigación?
Vuelvo al principio a propósito del vocablo tesis.
La tesis es una argumentación documentada sobre cierto tema o
problemática. La tesis nosotros la vamos a defender. Si no la
defendemos porque no la hayamos entendido, pues no va a ser
nuestra tesis: será la de Carlos Marx, la de Ralph Dahrendorf o
de cualquier otro investigador. Si no entendemos nuestra tesis,
sólo estaremos repitiendo, malamente, los conceptos de las tesis
de otros.
Hablo de investigación, porque creo que lo esencial de una tesis
es que sea nuestra tesis. Y será nuestra por la investigación, ya
sea documental o práctica.
Y esta tesis, en la medida en que nosotros hayamos hecho la
investigación también podrá ser más original, o sea, podrá reflejar
nuestra inquietud como futuros profesionistas. Si es original, a lo
mejor hasta aportará algo novedoso.
Nadie puede engañarse a sí mismo. Es un hecho: hay «tesis»
que sólo son copias de otras argumentaciones. Pocas,
desafortunadamente, son el resultado auténtico de un trabajo de
investigación, si se quiere modesto, con lenguaje claro y sencillo
y que han contribuido a incorporar ciertos supuestos al cuerpo de
la ciencia, y en la cual el ponente pretende conseguir un título
profesional.
Una tesis no forzosamente ha de coincidir con la de otro
investigador. Mi trabajo de tesis es lo que yo encontré, con estos
instrumentos de investigación que están a la vista.
El otro aspecto importante es el modelo para interpretar los
resultados, como pueden ser los cuestionarios, las cédulas de
entrevista, las guías de observación, etc. Inclusive, puede prever
hasta qué variables voy a investigar en caso de que hubiere
asociación; y si la hay, cómo la voy a interpretar.
No se vale post factum interpretar como me convenga. Las reglas
de interpretación serán dadas ante factum. Lo primero es hacer
trampa; ni es serio, ni mucho menos, científico.
Resumamos los tres aspectos importantes para realizar una
investigación que se precie de ser científicamente establecida:
Primer paso: clasificación.
Segundo paso: operación conceptual.
Tercer paso: modelo de interpretación de resultados.
No dejen a la desidia la elaboración de sus tesis. La inercia que
traen como estudiantes, aprovéchenla; cuando menos, les ha
dejado una disciplina mental. Conveniente es un proceso de
maduración.
Muchas universidades en el mundo dan a sus estudiantes un
paréntesis al que llaman: proceso de maduración. No admiten
presentar tesis al poco tiempo de haber terminado los cursos
sistemáticos.
¿La razón? Analizar la realidad a la que se va a enfrentar con el
bagaje que le dio la escuela y a su nivel de conocimientos. Una
vez analizada esta realidad y que ya haya madurado, ahora sí
intentará la tesis, donde con rigurosa lógica aplicará,
sistemáticamente, el método científico. «Presente la tesis; no la
deje al tiempo porque terminará en el olvido».
Creo que tomando en cuenta estos consejos, podrá hacer algo
que, en realidad, valga la pena.
Muchas gracias
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