GUIA MÉDICA DE CIRUGÍA DE PTERIGION 1. USUARIOS DE LA GUIA: Médicos oftalmólogos, personal de enfermería adscrito a la clínica y facultado en la realización con procedimientos con cirugía refractiva. 2. OBJETIVO GENERAL: Proveer esta guía como un documento, donde se organizan en forma de recomendaciones flexibles, las mejores evidencias científicas disponibles y adaptadas a la epidemiología actual, para que sean utilizadas en la toma de decisiones clínicas, que permitan el adecuado diagnóstico y manejo del paciente con pterigión. 3. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: • Discutir con los pacientes la naturaleza del pterigión, alternativas apropiadas para cu corrección y los riesgos y beneficios de éste. • Informar a los pacientes, acerca de las complicaciones postoperatorias. • Realizar seguimiento y cuidado de efectos colaterales o complicaciones. • Definir y documentar actividades dirigidas a la difusión, revisión y verificación de su cumplimiento. 4. INTRODUCCION: El pterigión consiste en un crecimiento anormal de tejido sobre la córnea (superficie anterior y transparente del ojo). Este tejido anómalo se inflama con facilidad ante la exposición solar, el viento u otros agentes irritantes. Quien lo padece tiene la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo y éste tiene una apariencia congestiva (ojo rojo). No existe tratamiento médico, local o general, que haga desaparecer dicho tejido; sin embargo el uso de lubricantes oculares puede disminuir la sensación de cuerpo extraño del paciente y en cierta forma evitar que el pterigión aumente de tamaño. Cuando el pterigión produce molestias al paciente o aumenta de tamaño de manera hasta ocupar la zona pupilar, impidiendo la visión, es necesario recurrir a la cirugía. 5. ASPECTOS CLÍNICOS: Un pterigión es un crecimiento carnoso, en forma de cuña, en la córnea del ojo. Este crecimiento elevado de tejido conectivo y elástico normalmente comienza en el ángulo interior y se extiende hacia el centro del ojo. Un pterigión es el resultado de un proceso anormal de crecimiento carnoso de la conjuntiva sobre la córnea. La conjuntiva es una membrana mucosa delgada transparente que recubre el dorso del párpado y el globo ocular y se dispone sobre la esclerótica hacia la córnea. La córnea es la ventana clara del ojo que permite que la luz entre. Debido a que la córnea es transparente, lo que se ve cuando se mira esta es el iris que está detrás (la membrana pigmentada del ojo) y la pupila. La conjuntiva normalmente se extiende desde el dorso del párpado por toda la superficie de la esclerótica hasta el borde de la córnea. El pterigión se produce cuando comienza a registrarse un crecimiento carnoso de la conjuntiva sobre la córnea. La causa exacta del pterigión no se entiende totalmente. Sin embargo, la exposición prolongada a los rayos ultravioleta y la irritación crónica producto de las condiciones climáticas de sequedad parece contribuir a su desarrollo. El pterigión se da más a menudo en gente que pasa mucho tiempo al aire libre, y registran exposición frecuente al viento, polvo o a las condiciones climáticas adversas. Además, el pterigión tiene una probabilidad de desarrollarse tres veces más entre los hombres que entre las mujeres. 6. METODOLOGÍA: Con la supervisión del grupo de especialistas de LASER EXCIMER S.A., LA CLINICA MEDELLÍN y la bibliografía consultada se dio desarrollo a la elaboración de la guía médica. De igual forma se han tenido en consideración los conceptos, dudas y preguntas frecuentes de los pacientes tratando de esta forma enfocar la guía en la solución de interrogantes presentados durante el proceso. El proceso se ha soportado con la documentación en textos relacionados como el tema, así como la información consignada a en medios electrónicos, combinando la teoría con la practica y experiencia en este tipo de intervenciones, de la mano del grupo de especialistas. Siendo selectivos en la escogencia de los artículos en búsqueda de un aporte tanto científico como practico para los usuarios de la misma. Con relación a las recomendaciones expuestas son producto de los referentes frecuentes de los pacientes en este tipo de intervenciones quirúrgicas. Para un mejor desarrollo de los temas incluidos se ha consultado con expertos en el área oftalmológica que le otorgan seriedad y credibilidad a la ficha, definiéndose como periodo máximo de revisión de la misma 6-12 meses en los cuales deberá ser actualizada y adaptada a los avances tecnológicos y médicos qué pudieren haber ocurrido en dicho lapso de tiempo. 7. DEFINICIONES: Es un crecimiento fibrovascular excesivo de la conjuntiva bulbar sobre la córnea, de carácter benigno que penetra a la membrana de Bowman y la destruye. Se localiza en la conjuntiva bulbar cerca del limbo corneal en el área interpalpebral, a las 3 y 9 horas. Puede ser unipolar (solo afecta una parte) o bipolar, cuando afecta tanto la parte temporal como la nasal, es más frecuente en el lado nasal. También pueden ser unilaterales o bilaterales. Suelen ser triangulares y se orientan en forma horizontal, con la base periférica y el vértice sobre la córnea. La mayor incidencia se observa entre los 20 y 40 años de edad. Es habitual que se desarrollen a partir de pingüeculas de larga duración y crezcan hacia el limbo. Progresan después lentamente sobre la córnea y pueden llegar a alcanzar la pupila. Clínicamente se le distingue una cabeza o vértice corneal, un cuello donde termina la inserción corneal, y un cuerpo que paulatinamente se confunde con la conjuntiva. En la lámpara de hendidura, el pterigión en crecimiento presenta pequeñas manchas subepiteliales frente al vértice, que es un signo de futuro avance del proceso (islas de Fuchs). El 90% de los pterigion se localizan nasalmente aunque se pueden presentar del lado temporal en el mismo ojo, pero un pterigión temporal aislado es extremadamente raro. Por lo general los dos ojos están afectados pero en forma asimétrica. En algunos casos se pueden extender hasta el eje visual y provocar disminución de la visión. En estadios iniciales, el pterigión crece en la fisura interpalpebral como una masa elevada y carnosa en la conjuntiva bulbar cerca del limbo. La aparición de vasos engrosados, radiales, sobre el pterigión de la conjuntiva adyacente nos indica un crecimiento rápido. Son asintomáticos pero pueden producir ardor, irritación, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño cuando están en fase de crecimiento; también pueden producir astigmatismo irregular y disminución de la visión. Por razones poco conocidas, el crecimiento del pterigión se puede detener en cualquier momento, y es así que puede clasificarse de acuerdo a su evolución, en estacionario si muestra escasa vascularización y permanece del mismo tamaño durante años. El progresivo o evolutivo si muestra rica vascularización, islas de Fuchs y aumento de tamaño rápidamente. Es incipiente cuando apenas alcanza el limbo y por el contrario es avanzado si ha penetrado en forma importante en la córnea. Finalmente se llama regresivo cuando sus vasos se han tornado elongados y se ha aplanado. Las progresivas por lo general son de sujetos jóvenes y las regresivas o estacionarias de ancianos. Por lo general se les relaciona con la radiación ultravioleta y otros factores ambientales como el calor, el viento, el polvo y la sequedad atmosférica. Son más frecuentes en varones, en los trabajadores al aire libre ye en quienes no utilizan gafas. Sin embargo se desconoce el mecanismo de desarrollo de la lesión conjuntival y la razón de su crecimiento sobre la córnea. Histológicamente los cambios que se producen son similares a los de la pingüecula, con engrosamiento y degeneración elástica del tejido conjuntivo subepitelial. Se aumenta la vascularidad y el epitelio suprayacente puede ser ligeramente displásico. En los casos primarios el material anormal no se extiende sobre la capa de Tenon, por lo que no llega a adherirse a la esclerótica. Existen fibroblastos en la cabeza del pterigión, que avanza entre la capa de Bowman y la membrana basal del epitelio. Los vasos y el tejido conectivo invaden esta zona fragmentando y desprendiendo la capa de Bowman. Los pterigión suelen extirparse por razones estéticas, por el astigmatismo que producen o porque estén afectando el eje visual; desgraciadamente el índice de recidivas es elevado alcanzando en algunos estudios hasta un promedio del 40%. Las recidivas aparecen rápidamente, por lo general de 6 a 8 semanas después de la cirugía, surgiendo del borde conjuntival de corte y progresando a través del lecho de resección y sobre la córnea. El pterigión está presente a nivel mundial, pero es más común en climas cálidos y secos; predomina en países comprendidos entre los 40º de latitud norte y sur. Es más frecuente en el ámbito rural que en el urbano. No suele haber predominio del sexo femenino ni del masculino, cuando las condiciones de vida son similares; aunque existen estudios que destacan indistintamente uno de ellos. El predomino del pterigión aumenta con la edad, pero es más frecuente entre grupos de población entre 20 y 50 años de edad. CLASIFICACIÓN Tan y asociados en 1996 clasificaron morfológicamente el pterigión en tres categorías: atrófico, carnoso e intermedio. En el atrófico los vasos epiesclerales por debajo del cuerpo del pterigión se distinguen claramente. En los carnosos, el pterigión es grueso y los vasos epiesclerales debajo del cuerpo del pterigión quedan totalmente escondidos. Los vasos del pterigión están orientados radialmente mientras que los vasos epiesclerales no lo están. Si los vasos epiesclerales no se ven claramente o quedan escondidos en parte, se considera intermedio. 8. ETIOPATOGENIA Actualmente, en los estudios sobre alteraciones ultraestructurales del pterigión, se considera una alteración inflamatoria y proliferativa de la superficie ocular. Se plantea que las células madre limbares se modifican con exposición crónica a la luz ultravioleta, por lo que hay una rotura de la barrera limbar que causa la invasión conjuntival del epitelio corneal. Otro mecanismo que se expone relacionado con las reacciones inmunológicas es una reacción de hipersensibilidad tipo I a elementos irritantes exógenos (polvo, viento, etc.) asociada a una inflamación local que causa un incremento en la producción de IgE. Un estudio reciente muestra una asociación entre una película lagrimal inestable y el inicio de un pterigión. El pterigión está presente a nivel mundial, pero es más común en climas cálidos y secos; predomina en países comprendidos entre los 40º de latitud norte y sur. Es más frecuente en el ámbito rural que en el urbano. No suele haber predominio del sexo femenino ni del masculino, cuando las condiciones de vida son similares; aunque existen estudios que destacan indistintamente uno de ellos. El predomino del pterigión aumenta con la edad, pero es más frecuente entre grupos de población entre 20 y 50 años de edad. Factores externos como la exposición al polvo, la sequedad ambiental, la radiación ultravioleta y factores endógenos como la edad, una mayor proximidad de la inserción tendinosa al limbo esclerocorneal y una susceptibilidad genética, se han propuesto como elementos asociados a la patogénesis del pterigión. Los defectos de la lágrima, que en su momento se pensó podían influir en la formación del pterigión, no parecen estar claramente implicados en esta patología. Otros estudios muestran además como factores de riesgo trabajar en ocupaciones con una exposición excesiva a condiciones ambientales (luz del sol, polvo, suciedad, calor, resequedad, viento, humo) o en ocupaciones con exposición excesiva a solventes o a químicos. Es indiscutible la influencia del medio ambiente en la formación y desarrollo del pterigión. Factores externos como la exposición al polvo, la sequedad ambiental y la radiación ultravioleta son eslabones importantes en la patogenia de la enfermedad. Específicamente la radiación ultravioleta es el factor más internacionalmente invocado y justificado desde el punto de vista fisiopatológico. El factor ambiental explica la mayor distribución geográfica del pterigión en zonas tropicales, de clima cálido, aunque se ha determinado que en regiones de climas muy fríos (regiones polares) la influencia de la radiación ultravioleta también es determinante en la patogenia de la enfermedad. Desde el punto de vista ambiental el análisis del pterigión debe enfocarse desde varias aristas. En primer lugar, la calificación como factor de riesgo para las condiciones ambientales, nos abre un camino en cuanto a estrategias de promoción y prevención de salud: es un factor de riesgo evitable ¾ aunque no siempre modificable. Por eso, deben adaptarse medidas de protección contra la enfermedad encaminadas a evitar este factor de riesgo. Su identificación oportuna en personas, comunidades y sobre todo, en regiones geográficas delimitadas, permite la implementar estas estrategias, y dirigir los esfuerzos de servicios de salud, con la mayor especificidad posible de áreas previamente identificadas como de riesgo. Por otra parte, después de desarrollada la enfermedad, el factor ambiental es un aspecto a tener en cuenta con vistas a lograr mayor cantidad de pacientes diagnosticados, ya que permite la búsqueda de áreas donde es más probable la existencia de la enfermedad. El pterigión se clasifica bajo la categoría de las degeneraciones cornéales no involutivas. Actualmente, en los estudios sobre alteraciones ultraestructurales del pterigión, se considera una alteración inflamatoria y proliferativa de la superficie ocular En 1964, Barraquer apuntó que es la sequedad de la periferia corneal y la microulceración causada por la elevación limbar las que ocasionan la invasión vascular corneal. Por otra parte, Coroneo y asociados (4), plantean que las células madre limbares se modifican con exposición crónica a la luz ultravioleta, por lo que hay una rotura de la barrera limbar que causa la invasión conjuntival del epitelio corneal. Otro mecanismo que se expone relacionado con las reacciones inmunológicas es una reacción de hipersensibilidad tipo I a elementos irritantes exógenos (polvo, viento, etc.) asociada a una inflamación local que causa un incremento en la producción de IgE. Un estudio reciente de Ishioka, muestra una asociación entre una película lagrimal inestable y el inicio de un pterigión. En otras investigaciones recientes (6-9), diversos autores han descubierto que hay una sobreproducción de ciertas métalo proteinazas de la matriz (MMP) debido a una estimulación inflamatoria de interleuquinas y de factores de necrosis tumoral. La noción de que la alteración de las células epiteliales basales limbares posee un papel primordial en la patogenia del pterigión tiene gran aceptación. Con una alteración focal limbar, se produce la conjuntivación de la córnea seguida de una inflamación crónica extensa, proliferación celular, remodelación del tejido conjuntival y angiogénesis Los estudios histopatológicos del pterigión revelan un engrosamiento y una degeneración elastótica del tejido conjuntival subepitelial. El epitelio superficial puede ser normal o ligeramente displásico. En la cabeza del pterigión se encuentran fibroblastos de la sustancia propia, que están dañados actínicamente y que producen fibras elásticas de neoformación Junto con la producción de las fibras elásticas y de colágeno anormal, también se invade el subepitelio corneal y la membrana de Bowman. Dushku y asociados (8), utilizando tinciones inmunohistoquímicas, mostraron que las células limbares alteradas del pterigión producían ciertos tipos de metaloproteinasas de la matriz que son las encargadas de la disolución del colágeno fibrilar de la membrana de Bowman. En casos primarios, los tejidos anormales, elásticos y de colágeno no penetran por debajo de la membrana de Tenon, de forma que el pterigión no queda adherido a la esclera. En las labores de pesquisa activa este aspecto adquiere vital importancia, si tenemos en cuenta que tiene mayor factibilidad pesquisar aquellas comunidades con un alto índice de positividad y donde más necesarios son nuestros servicios. En muchas ocasiones se obvia la existencia del factor ambiental, lo que trae como consecuencia bajos índices de casos positivos y labores de pesquisa con poca o ninguna productividad, aspecto que inevitablemente da al traste con la exclusión diagnóstica de múltiples casos en otras comunidades que tienen mayor necesidad de los servicios de salud. Igualmente influye el factor ambiental posterior a la cirugía de pterigión, como factor coadyuvante en la recidiva de la enfermedad. El pterigión está relacionado con aspectos psicológicos que influyen en la conducta ante la enfermedad, su enfrentamiento y la aceptación del tratamiento quirúrgico. Si consideramos que el pterigión es visible en los ojos, situados en el rostro, podemos considerar su presencia como una afectación estética en la persona. Este aspecto influye en la imagen de sí misma que tiene la persona (auto imagen) y en la imagen que piensa que tienen los demás de ella. La imagen-auto imagen es un aspecto a tener en cuenta en las valoraciones médicas del criterio quirúrgico del pterigión, ya que en ocasiones por el tamaño y la sintomatología no se considera un pterigión quirúrgico, sin embargo existe la indicación por estética, dependiente de lo que considere el paciente, determinada esta decisión en gran medida por la imagen que él tiene de sí mismo. Otro aspecto a tener en cuenta desde el punto de vista psicológico es la frustración. Se manifiesta en el proceso del pterigión recidivante. El pterigión una vez operado, vuelve a crecer en algunas ocasiones, por varias causas. Cualquiera que fuere la etiología, el hecho es que vuelve a aparecer, lo que trae consigo un nivel de preocupación en el paciente, incluso existen algunos en que la recidiva ha ocurrido en más de una ocasión. Las intervenciones quirúrgicas posteriores a la primera siempre se verán antecedidas por un nivel de inseguridad en el paciente, ocasionado por el temor a que vuelva a aparecer el pterigión, a tal punto que en algunos casos existe negación ante una nueva posibilidad de intervención quirúrgica. La decisión del paciente depende de su umbral a la frustración, existen pacientes que después de la primera operación no continúan a una segunda intervención en caso de necesitarse por recidiva, sin embargo, hay pacientes que se realizan las operaciones necesarias cuantas veces recidive el pterigión. De ahí que la labor principal del médico estaría encaminada a elevar el umbral de frustración del paciente, que es el nivel precisamente en que decide no operarse en las ocasiones subsiguientes. ¿Cómo actuaríamos sobre este nivel de frustración? En primer lugar explicando al paciente la posibilidad de recidiva desde el preoperatorio y las posibles causas que pudieran conllevar a ella, es decir, aumentar el conocimiento del paciente sobre su enfermedad, incrementar la confianza en sus médicos, en que su problema de salud tiene solución y que las operaciones posteriores no tienen por qué tener los mismos resultados de la primera. El nivel de frustración de un paciente depende también de su nivel cultural, de la familia y de la información e importancia que le otorga esta a su problema de salud, de la información que reciba el paciente a partir de los medios de difusión y del personal médico y paramédico que lo rodea. Por otra parte, debemos destacar que desde el punto de vista psicológico cobra vital importancia un aspecto frecuente en la práctica clínica oftalmológica. En ocasiones las características anatomopatológicas del pterigión encontradas a partir del examen físico no se correlacionan con el cuadro clínico que presenta el paciente, y queda la subjetividad sintomática por debajo del primer aspecto. Esto trae consigo que el paciente subvalore la enfermedad a pesar de que su diagnóstico pueda ser quirúrgico. Por lo que se debe tener en cuenta este aspecto al tratar los pacientes y justifica el hecho de que en muchas ocasiones se pesquisen pacientes en las áreas de salud con pterigión quirúrgico que no asisten a consultas de oftalmología por ausencia de síntomas. 9. FACTORES DE RIESGO Y DE PREDISPOSICIÓN Se desconoce la causa exacta del pterigión. Los factores más comunes que contribuyen al pterigión incluyen: • Exposición excesiva a la luz del sol • Exposición excesiva a condiciones ambientales ásperas como el polvo, la suciedad, el calor, el aire, la resequedad y el humo • Exposición excesiva a alérgenos como los solventes y químicos industriales • Miembros en la familia con pterigión. Un factor de riesgo es aquello que incrementa sus probabilidades de desarrollar una enfermedad o padecimiento. Los factores de riesgo para el pterigión incluyen: • Trabajar en ocupaciones con una exposición excesiva a condiciones ambientales (luz del sol, polvo, suciedad, calor, resequedad, viento, humo) • Trabajar en ocupaciones con exposición excesiva a solventes o a químicos • Miembros en la familia con pterigión. Los síntomas de los pterigión varían de persona a persona. En algunas personas, el pterigión permanece pequeño y no afecta la visión. Estos pterigión se notan sólo debido a sus apariencias cosméticamente anormales. En otras personas, los pterigión crecen rápidamente y causan una visión severamente borrosa. Los pterigión no causan dolor. Los síntomas incluyen: • Enrojecimiento • Irritación • Lagrimeo • Sensación de tener algo en el ojo • Visión borrosa 10. DIAGNÓSTICO Y AYUDAS PARACLÍNICAS: Entre las ayudas diagnosticas y paraclínicas se deberán utilizar: • Historia clínica completa. • Agudeza visual - una prueba que evalúa su habilidad para ver y leer las letras más pequeñas en un cartel visual colocado a 14-20 pies de distancia. • Examen con lámparas de hendidura - una luz brillante con ampliación usada para ver el ojo. • Topografía corneal - una prueba computarizada que evidencie los cambios en la curvatura de la córnea. • Documentación fotográfica - Fotografía para registrar el grado de crecimiento de un pterigión. 11. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL: • Neoplasia conjuntival intraepitelial • Dermoide limbal • Otros tumores conjuntivales • Pannus. • Enfermedad de Bowen o carcinoma in situ. 12. TRATAMIENTO ESPECÍFICO Y COADYUDANTE Los principales objetivos del tratamiento para el pterigión son para: • Evaluar el tamaño • Prevenir la inflamación. • Prevenir la infección • Ayudar en el proceso de recuperación, si se realiza un cirugía Las opciones de tratamiento incluyen: Observación Examen ocular periódica, usualmente cuando el pterigión causa síntomas mínimos o no causa ninguno Si los síntomas aumentan, los tratamientos adicionales pueden incluir: • Medicamentos: prescribir antibióticos para prevenir la infección, corticosteroides para reducir la inflamación • Radioterapia para detener la formación de las células de pterigión • Mitomicina C en la recuperación El tratamiento médico de los pterigion es a base de lubricantes y vasoconstrictores, así como esteroides suaves, como la fluorometolona. Para prevenir su progresión algunos autores sugieren el uso de gafas que bloquen los rayos ultravioleta. Se han descrito varias técnicas de escisión, pero ninguna ha demostrado ser superior. Los injertos conjuntivales o de membrana amniótica pueden reducir el índice de recidivas si bien casi todos los médicos los reservan para tratar casos recurrentes o en pacientes jóvenes. La Mitomicina parece eficaz para reducir la recidiva aunque también puede ocasionar adelgazamiento escleral. Por lo general se realiza una resección simple de la cabeza, cuello y cuerpo del pterigión resecando la tenon de la conjuntiva y suturando ésta con vycril 8-0, dejando una pequeña porción de la esclerótica descubierta. Si se decide hacer colgajo conjuntival, se debe medir con compás la zona denudada y tomar el colgajo de la conjuntiva superior con unas pinzas finas, sin tomar tenon, se debe suturar con vycril 8-0 con puntos separados y de preferencia con aguja redonda ya que no desgarra la conjuntiva. El ojo operado debe permanecer varios días ocluído para impedir que se mueva el colgajo conjuntival. El uso de gafas que bloquen los rayos ultravioleta. Se han descrito varias técnicas de escisión, pero ninguna ha demostrado ser superior. Los injertos conjuntivales o de membrana amniótica pueden reducir el índice de recidivas si bien casi todos los médicos los reservan para tratar casos recurrentes o en pacientes jóvenes. La Mitomicina parece eficaz para reducir la recidiva aunque también puede ocasionar adelgazamiento escleral. Por lo general se realiza una resección simple de la cabeza, cuello y cuerpo del pterigión resecando la tenon de la conjuntiva y suturando ésta con vycril 8-0, dejando una pequeña porción de la esclerótica descubierta. Si se decide hacer colgajo conjuntival, se debe medir con compás la zona denudada y tomar el colgajo de la conjuntiva superior con unas pinzas finas, sin tomar tenon, se debe suturar con vycril 8-0 con puntos separados y de preferencia con aguja redonda ya que no desgarra la conjuntiva. El ojo operado debe permanecer varios días ocluidos para impedir que se mueva el colgajo conjuntival. Tratamiento Como se menciono puede variar desde gafas que protejan los ojos de los rayos ultravioleta y de la polución, siguiendo con la adecuada lubricación con gotas de lágrimas artificiales. Para el tratamiento de pingüecula con inflamación leve, se debe usar lágrimas artificiales, moderada a severa el uso de esteroides de mediana potencia Flurometalona 0.1% o medicación tópica con antiinflamatorios no esteroideos (Ketorolac q.i.d.) pueden ser usados por períodos cortos, que alivien los síntomas. La cirugía no es recomendada a menos que un pingüéculo o pterigión esté causando grandes problemas. Tres tipos de problemas pueden justificar la cirugía. • Primero, la visión puede ser afectada por un pterigión suficientemente grande involucrado en el centro de la zona visual de la córnea lo que causa un astigmatismo. La cirugía puede mejorar la claridad del centro óptico y limitar el astigmatismo excesivo o irregular. • Segundo, un pterigión (raramente un pingüéculo) puede ser antiestético y cosméticamente inadmisible. La cirugía puede reducir el tamaño de un pterigión carnoso, pero la eliminación completa no es frecuentemente posible. • En tercer lugar, un pingüéculo o pterigión pueden causar un malestar excesivo debido a la resequedad o a una sensación crónica de cuerpo un extraño. La cirugía generalmente mejora la comodidad, pero a veces los síntomas irritantes podrían perdurar. La cirugía puede ser llevada a cabo como un procedimiento de paciente ambulatorio con anestesia local y el dolor es poco común. La curación típicamente lleva muchas semanas en las que los pacientes se aplican gotas oculares tópicas prescritas o ungüentos varias veces al día. En la fase temprana de la curación, el ojo puede estar ligeramente inflamado e inyectado de sangre en la apariencia. Al final, la comodidad mejora en el lugar quirúrgico y en la apariencia. A. Consideraciones Se deben considerar diversos factores para lograr un buen resultado en la cirugía. En un estudio clínico comparativo de casos de pterigión primario y recidivante en los que se utilizó autoinjerto y la técnica de la esclera desnuda, Tan y asociados, muestran que la recidiva del pterigión está relacionada con la morfología de éste y con su carnosidad. También se debe tener en cuenta el estado de la película lagrimal del ojo, ya que la falta de lubricación puede dificultar la cicatrización del ojo, y el estado de la conjuntiva alrededor del ojo afectado y del ojo contralateral cuando se programan autotrasplantes conjuntivales. Además, se deberían contemplar tanto las cirugías previas como las futuras (trabeculectomía, catarata, etc.) antes de sacrificar tejido y así se ayuda a prevenir futuras complicaciones. Tan y asociados subrayan que la curva de aprendizaje y la experiencia del doctor con las diferentes técnicas quirúrgicas va a tener una gran relevancia en las variaciones que haya en los porcentajes de éxito. Por último, las condiciones ambientales a las que se exponga el paciente después de la cirugía (por ejemplo, condiciones de trabajo inadecuados con polvo, calor o exposición al sol), pueden contribuir al éxito o fracaso de la modalidad de tratamiento que se haya elegido. B. Tratamiento quirúrgico Un buen número de cirujanos aún aboga por la técnica del autotransplante de la esclera desnuda de Ombraim5, pero con los elevados porcentajes de recidiva [27%84% según varios estudios] hay más cirujanos que se inclinan por la utilización de un tratamiento complementario a la escisión del pterigión. Estos tratamientos adyuvantes para prevenir la recidiva del pterigión se pueden clasificar en los que abogan por una reconstrucción anatómica (autoinjerto conjuntival, injerto de membrana amniótica, injerto de mucosa bucal, queratoplastia lamelar o escleroqueratoplastia), y los que utilizan otros agentes físicos (Mitomicina, betairradiación, radiación blanda, 5fluoracilo, tiotepa, daunoribicín, etc.). 1. Reconstrucción anatómica Thoft introdujo la utilización de autoinjertos conjuntivales para la reconstrucción de la superficie ocular. La técnica se basa en el uso de membrana mucosa conjuntival normal con su red vascular superficial intacta y con las células de la superficie sanas de forma que se tiene una fuente normal de células caliciformes, de superficie columnar y de células madre para reponer la membrana lesionada. Se han observado diversas variaciones en el uso de la superficie de autoinjerto conjuntival, entre ellas: transposición conjuntival ortotópica libre, autoinjerto rotatorio conjuntival, transposición del colgajo conjuntival inferior, técnica de colgajo conjuntival mínimo y pedículo conjuntival limbar. También se han constatado diversos porcentajes de recidiva del 0 al 19%. Aunque la técnica pueda ser difícil, sus resultados funcionales y cosméticos la han hecho muy popular para tratar el pterigión primario y secundario. Con esta técnica no se han encontrado otras complicaciones, su única limitación es que no haya disponibilidad de conjuntiva sana en el ojo afectado o en el contralateral, o cuando se prevea la realización de cirugía del glaucoma, en cuyo caso la técnica no es aplicable. También se ha utilizado membrana amniótica humana conservada en cirugía oftálmica para tratar enfermedades como el síndrome de Stevens-Johnson, quemaduras químicas, alteraciones iatrogénicas y en inflamaciones e infecciones. Como contiene membrana basal, la membrana amniótica tiene proteínas matrices que promueven la cicatrización de la incisión conjuntival epitelial y eliminan la activación y producción de matrices extracelulares mediante fibroblastos. Así, se ha usado como tratamiento complementario para prevenir la recidiva del pterigión. Después de la extirpación del pterigión, la esclera desnuda se cubre con membrana amniótica, con la membrana basal orientada hacia arriba. Se han observado complicaciones menores como quistes conjuntivales epiteliales de inclusión. Los porcentajes de recidiva iban del 3,8 al 10%. Aunque la técnica exige un gran esfuerzo para el cirujano, es muy útil cuando la conjuntiva esté difusamente afectada por el pterigión o cuando se prevea un procedimiento filtrante de glaucoma. Los injertos de mucosa bucal se han utilizado en oftalmología para reconstruir el fórnix, los párpados y el agujero orbital. En el tratamiento del pterigión, proporcionan una fuente alternativa de membrana mucosa cuando no hay suficiente conjuntiva en el ojo y dicha cobertura de membrana mucosa previene que vuelva a crecer el pterigión. Se puede utilizar como un injerto de grosor total o un injerto de grosor parcial. Los injertos de mucosa bucal de grosor total pueden desarrollar una apariencia carnosa rojiza y tienen tendencia a contraerse, a ser fibrosos. Los injertos de grosor parcial tienen una apariencia cosmética aceptable y no se produce recurrencia del pterigión, aunque la disponibilidad de un microquerátomo para obtener el injerto es un factor sine qua non. En 1946, Magitot describió por primera vez la queratoplastia lamelar como un tratamiento para el pterigión recidivante. Al cubrir los defectos del tejido se suprime la cicatrización del pterigión recurrente con tejido lamelar corneoescleral del ojo donante y se consigue un efecto «barrera» del crecimiento vascular y del desarrollo de una nueva fibrosis en la superficie corneal. Las complicaciones que se han observado son hemorragia intralamelar, depósitos de hemosiderina e infección del injerto. En el estudio de Suveges no se observaron recurrencias. La única desventaja que presenta esta técnica es la disponibilidad de tejido del donante y la utilización de esteroides e inmunosupresores durante un prolongado período de tiempo. 2. Tratamiento complementario con radiación/farmacoterapia Entre las modalidades de tratamiento adyuvante a la extirpación de pterigión que utilizan agentes físicos y químicos para prevenir su recidiva el uso de Mitomicina C se ha estudiado con detalle. Este fármaco se ha utilizado en Oftalmología para aumentar los efectos de la cirugía del glaucoma. La Mitomicina C es un agente antibióticoantineoplásico aislado del hongo streptomyces caespitosus. Elimina la migración de fibroblastos y la actividad de fagocitos macrófagos al inhibir la síntesis de ADN, ARN y proteínas. A pesar de la gran cantidad de estudios sobre la aplicación de Mitomicina C para el pterigión, no existe consenso sobre si es mejor su uso post o intra operatorio. Además, diversos autores recomiendan concentraciones, tiempos de exposición y dosis diferentes. Las concentraciones utilizadas y los tiempos de exposición van de 0,2 mg/ml durante 2 1/2 minutos a 0,4 mg/ml 3 veces al día intraoperatorios, mientras que las dosis en el postoperatorio van de 0,2 mg/ml 4 veces al día durante 1 semana a 0,2 mg/ml 3 veces al día durante 2 semanas. Entre las complicaciones leves se observa queratopatía punctata superficial y retraso de la cicatrización epitelial. Entre las complicaciones moderadas se observa reacción de la cámara anterior, granuloma conjuntival y astigmatismo. Entre las complicaciones graves se describe perforación corneal, catarata, ulceración escleral y calcificaciones, y dolor y fotofobia incapacitantes. Además, al recetar Mitomicina en el postoperatorio la rigurosidad del paciente es un factor que se debe considerar seriamente. Así, el consenso sobre la seguridad y la eficacia de este agente como tratamiento adyuvante en la cirugía del pterigión aún no se ha obtenido. La tiotepa es otro antimetabolito que inhibe la síntesis del ADN. Se ha utilizado para el tratamiento de tumores malignos. Actúa sobre tejidos normales y neoplásicos que están en mitosis rápida. Con una dilución de 1/1.000 a 1/2.000, utilizada como colirio que se instila durante unas cuantas semanas, se ha mostrado que se reduce el porcentaje del pterigión al 3%. Se observaron como complicaciones quemosis y eccema palpebral. De todos modos, se deben hacer estudios a largo plazo para investigar su eficacia y sus efectos colaterales tardíos. La daunorubicina es un antibiótico antraciclínico que se usa para el tratamiento de leucemias. Su acción se ha descrito como multifactorial, inhibiendo la síntesis del ADN y el ARN al inhibir el encima topoisomerasa II. Al igual que la Mitomicina y el 5Fu, inhibe la proliferación de fibroblastos. Se ha descrito su uso en oftalmología como un tratamiento adyuvante la cirugía del glaucoma y como un agente intraocular para la prevención de la vitreorretinopatía proliferativa. En 2001, Dadeya y asociados, mostraron que una única aplicación intraoperatoria de daunorubicin al 0,02% después de la escisión del pterigión provocaba una tasa de recidiva del 7% en lugar del 33% del grupo control. Se observaron como complicaciones quemosis transitoria y retraso de epitelialización. Aún no se han efectuado estudios a largo plazo para investigar su eficacia y sus complicaciones tardías. El estroncio 90 se ha utilizado como fuente de la beta terapia para prevenir la recidiva del pterigión. Inhibe la mitosis en células endoteliales que proliferan rápidamente y así causa endarteritis obliterante Evita la migración de fibroblastos y sus efectos se han mostrado en células inmaduras que proliferan rápidamente y en tejido que no es normal. Los estudios describen el uso de Sr-90 en el postoperatorio inmediato o unos días más tarde, bien en una única dosis o bien en dosis fraccionadas de 2.400-3.000 Cy. Entre las complicaciones observadas se incluyen las cataratas, necrosis escleral, escleromalacia e infecciones. Además, su falta de disponibilidad y su costo hacen que no tenga un uso extendido hoy en día. Una alternativa a la betaterapia con Sr-90 para evitar la recidiva del pterigión es el uso de radiación blanda. Willner y asociados describen un protocolo preoperatorio que empieza con una única dosis de 7 Gy antes de la escisión quirúrgica con autoinjerto conjuntival seguida de una dosis de 5 Gy 24 horas después de la cirugía y en días alternos hasta alcanzar una dosis total de 27 Gy. La tasa de recidiva fue del 9% y no se observaron las complicaciones asociadas al uso de Sr-90 como necrosis escleral, catarata inducida por la radiación y glaucoma. De todos modos, se deben realizar más estudios para evaluar la eficacia y la seguridad de esta alternativa a largo plazo. También se ha descrito la queratectomía fototerapéutica usando el láser de excimer como un instrumento valioso en la cirugía del pterigión. Tras la escisión de la esclera desnuda, los tejidos residuales se ablacionan (profundidad de 40-80 micrones) con el láser y el resultado es un lecho del pterigión y una superficie corneal suaves. Una ventaja de esta modalidad es que la agudeza visual después de la operación es satisfactoria gracias a una curvatura corneal regular, lo que destaca más en casos de gran invasión de la córnea como son los casos de recidiva. En 1998 Talu observó una tasa del 4,5% de recidiva. Las complicaciones descritas comprendían dolor ocular de mediana intensidad, fotofobia y hemorragia. De todos modos, su alto costo puede relegar su simplicidad y facilidad de uso. El 5-fluoracilo también es un antineoplásico muy utilizado en Oftalmología, especialmente en la cirugía del glaucoma. Actúa en la fase S del ciclo de la célula y también inhibe la proliferación fibroblástica y posee un efecto tóxico en fibroblastos ya activados. En la cirugía del pterigión, Pikkel y asociados mostraron la efectividad de este agente en la detención de la recidiva del pterigión. Inyectando una dosis de 5-FU de 2 mg/ml directamente en la cúpula del tejido fibrovascular, el pterigión recidivante regresa y se atrofia. Se observan complicaciones como la queratopatía punteada. Se deben llevar a cabo más estudios para evaluar la seguridad y la eficacia de esta modalidad para detener la recidiva del pterigión. C. Recurrencia y otras complicaciones de la cirugía del pterigión La recidiva es la complicación más común de la escisión del pterigión. El tiempo óptimo de seguimiento es un año después de la resección del pterigión primario, si se interrumpe dicho seguimiento prematuramente, se nos puede pasar por alto la posibilidad de que ocurra una recidiva. Puesto que las recidivas ocurren a los pocos meses de la operación, lo cual no se puede explicar con la simple exposición a los rayos ultravioletas, se han propuesto otras teorías. Aunque el mecanismo subyacente no se entienda del todo, las teorías recogen mecanismos inmunológicos, neoplásicos y reparadores. Apoyando las mencionadas modalidades en el tratamiento quirúrgico del pterigión, sea mediante reconstrucción anatómica o sea utilizando tratamiento complementario químico y de radiación, tratamos de prevenir la recidiva y también las complicaciones asociadas a dichas modalidades. En el estudio de Tseng y asociados, mostraban que la cicatrización de la conjuntiva se retrasaba con la Mitomicina y a la inversa, se promovía con el autoinjerto conjuntival. Un descubrimiento importante de este estudio es que, incluso 1 año después de la cirugía, la superficie ocular permanecía anormal con relación a fenotipos epiteliales en ojos tratados con la técnica de la esclera desnuda, con MMC o con autoinjerto. Se han descrito casos de deficiencia de las células limbares madre y también de isquemia en el segmento anterior. Se debe considerar con detenimiento la terapia que aplicaremos y hacer un seguimiento minucioso del paciente para evitar unas complicaciones tan importantes en un tipo de enfermedad que es leve desde su inicio. ¿Cuáles son los riesgos? • Los asociados a la anestesia. • Infección de la superficie ocular que raramente puede entrar al ojo si no se trata. • Adelgazamiento de la superficie ocular, sobre todo con el uso de Mitomicina C. • Recurrencia del Pterigión. • Ojo rojo sensible a la luz. • Ojo rojo y sensación de cuerpo extraño mientras estén las suturas. • Granuloma; masa local en área de las suturas generalmente, que resuelve a menudo por sí mismo. • Ulceras de Dellen (úlceras de la esclera) Cuidados postoperatorio Usará un parche que le retiraremos el día siguiente. Limpie sus párpados gentilmente con agua tibia. Utilice los medicamentos prescritos. Use lentes oscuros. No se preocupe si el ojo está levemente rojo, tomará unas pocas semanas en recobrarse. De hecho inmediatamente luego de la cirugía el ojo parece estar peor. Si hay recurrencia del Pterigión es seguro que amerite cirugía con Mitomicina C. 13. CRITERIOS PARA LA REALIZACIÓN DEL PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO Para que un pterigión se considere operable, debe cumplir con uno de los siguientes criterios: • La visión se vea afectada por un pterigión suficientemente grande involucrado en el centro de la zona visual de la córnea lo que causa un astigmatismo • Pterigión antiestético por su gran tamaño. • Pterigión sintomático: Causa molestias debido a la resequedad o a una sensación crónica de cuerpo un extraño. Cirugía • El cirujano Oftalmólogo verifica la historia clínica, explica al paciente el procedimiento. • Demarca el ojo a operar y verifica el consentimiento informado • Preparación: Limpieza de cara y fondo de saco con solución de Prepodyne 5%. Pastilla analgésica de Acetaminofén o Diclofenaco. • La cirugía se realiza bajo anestesia local con Xilocaína con epinefrina al 0.5%. Paquete quirúrgico: Campo de ojo. Batas estériles para cirujano e instrumentadora. Las condiciones de asepsia deberán ser las máximas, al igual que si se tratara de una cirugía intraocular. Tiempo quirúrgico De 30 minutos a 1 hora en casos bilaterales. Pasos quirúrgicos: • Acuesta paciente en la camilla y se coloca campo • Colocación de Blefarostato • Lavado con solución salina balanceada • Infiltración subconjuntival con Xilocaína con epinefrina al 0.5% • Resección del prisión con tijera de Wescott • Cauterización con bipolar • Resección de tenon • Fresado • Plastia conjuntival, la cual puede ser de 2 tipos, dependiendo de las preferencias del cirujano: plastia completa de limbo superior o plastia por deslizamiento del lado nasal. • Sutura nylon 10-0 para fijar la plastia • Mitomicina C • Lavado con solución salina balanceada • Se deja lente de contacto • Aplican gotas de antibiótico, antiinflamatorio y vasoconstrictoras • Se ocluye el ojo por un día • Protocolo de cuidado en el postoperatorio. Protocolos de actuación postoperatoria • Control 1 día o • Control 3 días: o • • 1 Día: curación y se deja ojo destapado Examen oftalmológico con lámpara de hendidura. Control 5 días: o Se retira lente de contacto o Examen oftalmológico en lámpara de hendidura Control 8 días: o Se retiran puntos o Examen oftalmológico en lámpara de hendidura Revisiones por semanales por 20 días hasta dejar de alta 14. CRITERIOS DE LIBERACION DE LA GUIA Según el procedimiento de acuerdo con el protocolo estipulado por la clínica y con la recuperación satisfactoria del paciente intervenido bajo la modalidad de cirugía de pterigión, se da por terminado el proceso especificado en esta guía. 15. ACCIONES DE ENFERMERÍA Y OTROS GRUPOS DE APOYO Antes del procedimiento el paciente debe seguir las siguientes recomendaciones: • Acudir con una hora de anticipación para realizar la preparación. • Realizar trámites administrativos según sea el caso. • Gafas oscuras para salir dos a cuatro semanas. • Antes de la cirugía enseñar al paciente los cuidados personales que debe seguir. ACTIVIDADES PERMISIBLES: • Ver televisión, leer si es necesario pero con moderación • Realizar actividades cotidianas con moderación, hacer reposo relativo en la casa el primer día • Al principio “baño de esponja”, después utilizar la bañera o ducha (con ayuda), con los ojos cerrados • Inclinar la cabeza levemente hacia atrás cuando se lave el cabello • Cuando se duerme recostarse de espalda o de lado no sobre el abdomen • Realizar actividades sedentarias los primeros días luego llevar una vida normal. ACTIVIDADES A EVITAR (Aproximadamente una semana) • Dormir del lado de la operación • Poner jabón cerca de los ojos • Ambientes contaminados y golpes • Evite el maquillaje de ojos • Durante dos a cuatro semanas después de la cirugía se debe evitar el ejercicio y que le caiga sudor al ojos, la natación, los jacuzzi, los hidromasajes, los deportes de contacto- Así mismo tener cuidado con al desmaquillada, evitando el contacto con la parte de color del ojos, mirando hacia abajo cuando se desmaquille el parpado superior, y viceversa • Evitar después de la cirugía frotarse los ojos; apretar los parpados después de la cirugía, para evitar que el lente de contacto se salga de su sitio o se mueva MEDICAMENTOS Y CUIDADO OCULAR. • Utilizar los medicamentos que han sido indicados, incluyendo las gotas lubricantes a necesidad. • Lavar las manos antes y después de aplicar los medicamentos oftálmicos • Limpiar alrededor del ojo con torundas de algodón, esponjas de gasa humedecidas; limpiar ligeramente de la esquina interna a la externa • Aplicar las gotas oftálmicas sentado y con la cabeza inclinada hacia atrás ; tirar hacia abajo el margen del parpado • Administrar todos los medicamentos tal como se haya prescrito de tal manera que sea posible observar y ajustar la dosis por el médico en la primera visita de seguimiento. SIGNOS Y SINTOMAS DE ALARMA • Dolor ocular, dolores de cabeza persistentes • Cualquier dolor que no alivie el analgésico prescrito • Inflamación o supuración • Inicio súbito de dolor en la frente Se debe llamar al médico de inmediato si se experimenta dolor fuerte o si alguno de los síntomas empeora ANTES de la cita de control postoperatorio (24 a 48 horas después de la cirugía) Es importante no tocar el ojo el primer día y no poner presión sobre éste durante 5 días (especialmente no frotarse). Es normal que se presente una ligera molestia en los ojos el mismo día de la cirugía (similar a tener una pestaña en el ojo). Es de gran importancia aplicar las medicaciones que le sean indicadas, generalmente gotas oftálmicas. 16. DOCUMENTOS DE REFERENCIA