www.lacronica.culiacan.gob.mx Adrián García Cortés [email protected] Director Cronista Oficial Miguel Ángel González Córdova Editor Responsable Oscar Verdugo Medina Diseñador Gráfico Culiacán Rosales, Sinaloa Miércoles 14 de Octubre de 2009 Num. 236 Certificará la paleografía la fundación de Culiacán Solamente los estudios sobre documentos del Archivo de Indias definirán si es coincidente la celebración del 29 de septiembre, día de San Miguel Entre las conclusiones emanadas del Coloquio “La identidad del sinaloense”, celebrado el lunes más reciente en esta ciudad, figura el hecho de que los estudios paleográficos que se realizan actualmente en torno a los documentos del Fondo de Guzmán, que obraban en el Archivo General de Indias, en Sevilla, revelarán si la conmemoración del nacimiento de la ciudad de Culiacán se basa en la autenticidad histórica, o es simplemente la secuencia de una tradición oral. Este planteamiento fue tema central de la ponencia titulada “Fundaciones y poblamientos en Sinaloa”, presentada por Adrián García Cortés, Cronista Secretario del Instituto La Crónica de Culiacán, quien estableció la diferencia entre ambos conceptos, pues fundación es todo aquello que se crea con respaldo documental, en tanto que el poblamiento no se da en una fecha definida, toda vez que se trata de un proceso paulatino. No hay documento alguno sobre la fecha de fundación Hace 517 años Párrafos de una bitácora histórica Aun cuando el espíritu de celebración se va diluyendo, en medio de los avatares de un mundo difícil, el 12 de octubre se sigue significando como el Día de la Raza, fecha en la que se exalta la identidad de los pueblos del llamado Nuevo Continente. Los tiempos de crisis que actualmente absorben la preocupación y la ocupación del mundo hacen mella en las emociones que antes latían en torno a una celebración; sin embargo, a medida que los años transcurren, se enriquecen los recursos de investigación histórica y se amplían los conocimientos sobre el pasado; de ahí que la retrospectiva en torno al descubrimiento de América se mantiene viva a 517 años de distancia. . A continuación se reproducen algunos párrafos de la relación que, sobre la travesía de “La Pinta”, “La Niña” y la “Santa María”, dejaron para la historia las plumas de Fray Bartolomé de las Casas, y del propio almirante genovés Cristóbal Colón. Sobra observar que ninguno de los dos personajes mencionados eran calificados redactores, aun cuando en este caso el estilo literario pasa a segundo término, por lo cual se respeta la escritura original. (Las líneas atribuidas a Cristóbal Colón aparecen en letra cursiva). Jueves 11 de octubre de 1492.- Después del sol puesto, La Pinta navegó a su primer camino al Oueste: y hasta dos horas después de media noche, la carabela Pinta, que era más velera e iba adelante, halló tierra e hizo las señales que el Almirante (Colón) había indicado que se hicieran. Esta tierra vido primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana. El Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vido lumbre, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra; pero llamó a Pero Gutiérrez, repostero de estrados del Rey, y dijo que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y vídola. El Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra. Por lo cual dijeron la Salve, que la acostumbraban decir e cantar a su manera todos los marineros... y rogó y amonestólos el Almirante que hiciesen buena guarda al castillo de proa y mirasen bien por la tierra, y que al que le dijese primero que veía tierra le daría luego un jubón de seda, sin mencionar las otras mercedes que los Reyes habían prometido y que eran diez mil maravedíes de juro a quien primero la viese Dos horas después de la medianoche A las dos horas después de media noche del día 12 de octubre pareció la tierra, de la cual estarían a dos leguas. Amañaron todas las velas y quedaron con el treo, que es la vela más grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de los indios “Guanahani”. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada y Martín Alonso Pinzón y Vicente Anes, su hermano, que era capitán de “La Niña”. Sacó el Almirante la bandera real, y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas Arturo Santamaría Gómez, al hablar sobre la presencia de la mujer en la identidad del sinaloense, dijo que desde el siglo XVII se creó un paradigma sobre la belleza de Isabel de Tovar, y desde entonces a Sinaloa se le deifica como una mujer bella: la mujer como representación máxima de la naturaleza; la mujer sinaloense vista como una bella manifestación de la naturaleza. Ante esa identificación, al hombre sinaloense, según decía Antonio Nakayama, se le define como indolente, despilfarrador y jacarandoso, anotó Santamaría Gómez antes de refutar en tal sentido a José Vasconcelos en su lapidaria percepción de que “en Sinaloa termina la cultura y empieza la carne asada”. Estamos indefensos ante la transculturación de EU Aclaró que, desde luego en Culiacán hubo un poblamiento, pero no se conoce documento alguno que haga fe de la fecha de su fundación. “No hay testimonio legal que hable de esa fecha”, reafirmó antes de advertir que con el rescate paleográfico del Archivo de Indias, sobre el llamado Fondo de Guzmán, se aclarará y ampliará el conocimiento documental sobre la conquista y poblamiento de esta zona. “Será entonces cuando sabremos con certeza histórica si Culiacán fue, o no, fundado un 29 de septiembre”, sentenció García Cortés. Cambios históricos definen la identidad: Pescador Osuna El Coloquio convocado por La Crónica de Sinaloa, A.C., Academia de la Historia, Comisión Estatal para la conmemoración del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución Mexicana, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Ayuntamiento de Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa, Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa y El Colegio de Sinaloa tuvo lugar en la sala de usos múltiples del Casino de la Cultura. Al declarar la apertura de los trabajos, José Ángel Pescador Osuna, coordinador general del organismo conmemorativo del Bicentenario, observó que para definir la identidad del sinaloense es necesario entender cuál ha sido nuestra historia, pues al través de ésta los valores cambian, y son esos cambios los que conforman el rasgo definitorio de la identidad. Apuntó que promociones como las de este coloquio pueden ofrecer un perfil del sinaloense, y con ello permitir, definir y modificar el rumbo de una política cultural. Rodrigo de Triana, vigía de la historia Desde Isabel de Tovar, Sinaloa es una mujer bella En su exposición, Ricardo Mimiaga Padilla hizo una enfática advertencia sobre la distorsión que en la identidad del sinaloense produce la infiltración de usos y costumbres promovidos por las empresas transnacionales, principalmente de Estados Unidos, influencia que surte lamentable efecto ante la falta de una memoria cultural bien definida. A los mexicanos nos identifica la virgen de Guadalupe, los tacos, el tequila y el fútbol, principalmente, factores que no presentan un frente sólido contra las transculturaciones que confunden y diluyen la verdadera identidad. Benítez Ramírez habló de las diferencias que, en materia de identidad, existen entre los sinaloenses y los habitantes de otros estados de México, en lo cual estableció un factor determinante que es la religión. Observó que los estados del bajío y del altiplano tienen una mayor influencia religiosa en relación con Sinaloa, y eso se refleja en los rasgos característicos de identidad De Huizilopochtli al narco: un mar de deformaciones En otras ponencias se enfocaron las inexactitudes históricas, como aquella versión que ubica en esta tierra el nacimiento del dios Huizilopochtli. No escapó el tema de la influencia que el nefasto fenómeno del narcotráfico refleja en la distorsión hacia una imprecisa identidad del sinaloense. En síntesis, el coloquio sobre la identidad del sinaloense fue una tribuna de inquietudes que movieron a reflexionar sobre los aspectos que debe contemplar la definición de las políticas culturales en Sinaloa, con lo cual los organizadores de esta dialéctica jornada pueden estar satisfechos. ACLARACIÓN En la presentación número 235 de esta página, con fecha 07 de octubre en curso, apareció un dato erróneo que es preciso aclarar, y por lo cual presentamos disculpas: El historiador Francisco Padilla Beltrán es presidente de la Asociación Civil denominada La Crónica de Sinaloa, y no del organismo paramunicipal del Ayuntamiento de Culiacán, denominado Instituto La Crónica de Culiacán, cuyo titular, con carácter de Cronista Secretario, es el historiador Adrián García Cortés. Aun cuando lo anterior es bien conocido, el hecho de que Francisco Padilla Beltrán haya aparecido como presidente de La Crónica de Culiacán podría prestarse a confusión, por lo cual suplicamos tomar en cuenta esta aclaración. El editor. muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escovedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo el por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina, sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escripto. Primeras impresiones del almirante Cristóbal Colón Yo, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por la fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían en el pescuezo, y otras muchas cosas de poco valor, con que hobieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todos tomaban y daban aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Creían los indígenas que Colón era enviado del cielo Domingo 14 de octubre.- En amaneciendo mandé aderezar el batel de la nao y las barcas de las carabelas, y fue al luengo de la isla, en el camino del Nordeste, para ver la otra parte, y también para ver las poblaciones y vide luego dos o tres, y la gente que venían todos a la playa llamándonos y dando gracias. Los unos nos traían agua; otros otras cosas que comer; otros cuando veían que yo no curaba de ir a tierra se echaban a la mar nadando y venían, y entendíamos que nos preguntaban si éramos venidos del cielo. Yo miré tantas islas que no sabía determinarme a cuál iría primero. Y aquellos hombres que yo tenía tomado me decían por señas que eran tantas y tantas que no había número y anombraron por su nombre más de ciento. Por ende yo miré por la más grande y aquella determiné andar, y así hago, y será lejos de esta de San Salvador cinco leguas, y las otras dellas más, dellas menos. Todas son muy llanas, sin montañas y muy fértiles y todas pobladas, y se hacen la guerra la una a la otra, aunque éstos son muy símplices y muy lindos cuerpos de hombres.