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Domingo 22.06.14
EL NORTE DE CASTILLA
CULTURAS LIBROS
Una historia de amor y de amistad
Cálamo publica ‘Julio Cortázar y Cris’, la crónica interrumpida de una relación entre escritores afines
:: A. TANARRO
VALLADOLID. Como una larga
conversación interrumpida por la
presunta y traicionera muerte entre alguien que se consideraba inmortal y otro alguien que nunca
aceptó la partida del primero. Algo
así es el libro ‘Julio Cortázar y Cris’,
que acaba de publicar el sello palentino Cálamo. Está claro quién es uno
de los dos interlocutores, el escritor
argentino del que se conmemora el
centenario de su nacimiento. La otra,
la Cris del título, es Cristina Peri
Rossi, la escritora uruguaya (Montevideo, 1941) exiliada en España
con quien mantuvo una relación de
amor y amistad, de complicidad y
juegos. Cris era el diminutivo cariñoso que utilizaba el autor de ‘Rayuela’ para dirigirse a ella.
El libro es una crónica sentimental de un tiempo compartido, un libro emocionado y emocionante, que
comienza con dos frases contundentes: «No fui al entierro de Julio Cortázar. No estoy en la foto». Peri Rossi nunca terminó de aceptar la muerte de su amigo. Y aún hoy confiesa
que no la ha aceptado del todo.
«Cuando pienso que han pasado
treinta años, no me lo puedo creer.
Ya sabemos que el tiempo es algo
muy subjetivo. Cuando ya estaba
enfermo solía decir que él era inmortal. No en el sentido figurado
de la fama y todo eso, sino en el de
una persona que nunca se va y eso
es lo que me pasa con él, que es como
si no se hubiera ido».
Cris, Cristina, habla deprisa cuando lo hace de Julio, como si tuviera
prisa por dejar de hacerlo, por devolverlo al lugar de su intimidad,
después de haber escrito con el corazón encogido estas páginas, las
primeras autobiográficas que compuso con la finalidad de ser publicadas: la primera parte de este ‘Julio
Cortázar y Cris’ apareció hace algunos años y ahora su autora lo ha rescatado y completado con capítulos
en los que de alguna manera «le
cuento lo que ha pasado después de
su muerte». ¿Por qué el libro ahora? La pregunta se la ha hecho ella
misma en alguna ocasión. «Mi primera intención fue publicar algunas de las cartas que nos intercambiamos. Yo no tengo las mías. Y en
cuanto a las suyas, siempre tendría
en cuenta que él consideraba que la
correspondencia era algo privado y
por tanto sacarla a la luz tenía algo
de frívolo. Pero hubiera publicado
dos o tres cartas para que se viera su
estilo epistolar tan espontáneo pero
también porque eran importantes
para nuestra relación, pero no obtuve permiso». Los derechos de publicación de sus obras los tiene Aurora Bernárdez la que fuera su primera mujer y la que le cuidó hasta
su muerte, toda vez que Cortázar
había enviudado de su segunda mujer, la canadiense Carol Dunlop.
Este propósito no cumplido de
sacar a la luz alguna de las cartas supone un cambio de postura. Al poco
de la muerte del escritor un representante de Aurora o de Saúl Yurkiévich, su amigo y albacea, se las pidió. «Había pasado muy poco tiempo de la muerte de Julio. Me pareció una falta de respeto. A mí no me
gustaría que al mes de mi muerte
anduvieran publicando mis cartas.
Otra cosa es que el escritor deje dicho qué se puede publicar y qué no.
Yo solo me amparé en sus palabras.
Para él, como he dicho, las cartas
eran un asunto privado. Nunca tuve
un contacto directo con Aurora sobre esto».
Cortázar y Peri Rossi se habían
conocido en París en 1973. Ella ya
vivía en Barcelona, tras el exilio a
que le obligó la dictadura en su país.
Pero mantenía un vínculo: el secretario de Redacción del semanario
‘Marcha’, donde ella había colaborado hasta su salida del país, era el
único que conocía su dirección en
España por motivos de seguridad.
Él le reenvió a su domicilio de la Ciudad Condal una carta que Cortázar
le había escrito tras leer su novela
‘El libro de mis primos’ («lo encontré –le escribía Cortázar– por casualidad, una mañana de invierno, revolviendo una mesa de la librería
L’Amerique Latine, donde me siento como un sapo en pozo propio»)
Tras leerlo, supo que tenían mucho
en común. Lo que aún no sabía es
que iniciaba una larga historia de
complicidades, de estrecha amistad,
(Julio hubiera querido algo más, pero
ella siempre fue sincera con él en
cuanto a su orientación sexual) de
amor, sin el componente sexual que,
JULIO
CORTÁZAR
Y CRIS
Cristina Peri Rossi.
Editorial Cálamo. 128
páginas. 13.50 euros
según Peri Rossi, «no siempre es indispensable. El amor puede tener
muchas maneras».
Barcelona fue la ciudad en la que
más veces se encontraron. Les gustaba caminar anónimamente, ir al
rompeolas, un lugar que fascinaba
a Julio, y visitar los museos. También se dejaban caer por Sitges donde vivía el editor de ‘Rayuela’, Paco
Porrúa. Él le escribió quince poemas
de amor: ‘Cinco poemas para Cris’,
‘Otros cinco poemas para Cris’ y ‘Cinco últimos poemas para Cris’. Durante mucho tiempo ella no desveló por pudor quién era esa Cris. Y
tiempo después él le pidió permiso
para publicarlos. Lo hizo en ‘Salvo
el crepúsculo’. No asistió a su entierro. «Él ya no me necesitaba». Y ahora, una vez que e l libro está en la calle «me siento a gusto, afirma la escritora por teléfono desde su casa de
Barcelona. Pienso que ya puedo dar
esto por cerrado. He dicho lo que
quería decir, y aunque ha sido angustioso, ya está cerrado. Ahora puedo pensar en mis otros proyectos».
Entre ellos un libro de poemas,
‘La noche y su artificio’, que publicará esta misma editorial en septiembre... Y cuentos que esperan su
turno.
Cristina Peri Rossi y Julio Cortázar en 1973, en la casa de la parisina Rue de Léperon, donde él vivía. :: CORTESÍA DE CÁLAMO
P
orque vos leés más allá
de las palabras, que es
donde se encuentra el
verdadero texto». Esta
frase de Julio Cortázar dirigida a
su amiga Cristina Peri Rossi, parece, como tantas otras del autor
de ‘Rayuela’, premonitoria. Porque así se ha de leer este libro.
Buscando el verdadero sentido de
la relación que mantuvieron dos
escritores muy distintos en cuanto a su obra, pero muy parecidos
en tantas cosas de la vida. Más
allá de su compartido amor por
los dinosaurios.
Como ocurre con la poesía, hay
libros que valen tanto por lo que
cuentan como por lo que callan.
Y esta puerta que ha abierto o
ANGÉLICA TANARRO
«PORQUE VOS LEÉS
MAS ALLÁ...»
reabierto Cristina Peri Rossi es en
realidad una puerta entreabierta,
que no acaba de estar de par en
par. No es descuido, ni pudor. Ya
no. Más bien parece un deseo de
encontrar lectores cómplices, de
esos que Cortázar buscó toda su
vida. De los que «no necesitan
apretar desde abajo el tubo del
dentífrico», de los que llegan a saber a pesar de que no se les den
todas las claves.
Aquí está el Cortázar que admiraba las revoluciones, que tenía un sentido muy ético y estricto del dinero, que adoraba el jazz
tanto como no le gustaban los
viajes, que se casó dos veces (la
autora del libro habla con igual
cariño de Aurora Bernárdez y de
Carol Dunlop), que murió contagiado de sida por culpa de una
transfusión infectada con el virus
que le habían hecho a su segunda
mujer, que descubrió que el mundo estaba dividido en cronopios y
famas...
El libro emociona pero no carga jamás las tintas. Simplemente
está el Cortázar más emocional:
«A él le gustaba más hablar con
las mujeres porque decía que los
hombres solo hablaban de cosas,
pero que las mujeres eran capaces
de hablar de sus sentimientos».
Un libro para admiradores tanto
de Cortázar como de Peri Rossi
que deja con ganas de más...
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