Trasplante de células estromales en el modelo de lesión por 6-OHDA

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ORIGINAL
pificados para la mutación E280A de la PS1 dividida en tres grupos:
no portadores (n = 30), portadores asintomáticos (n = 39) y portadores enfermos (n = 22). Para la selección, se utilizó el minimental y las
escalas FAST y EDG; se clasificaron los errores de la prueba de
denominación del CERAD. Los tipos de errores que se consideraron
fueron: no respuesta, visuales, semánticos, fonológicos, todo por la
parte y no relacionados. Resultados. Entre los no portadores y los
portadores asintomáticos hay una diferencia significativa en el número de errores semánticos; comparando los tres grupos, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en errores visuales. Conclusiones. Los errores visuales se presentan como una característica general, incluso en personas sanas; por tanto, estos errores no aportan información para clasificar los pacientes con o sin
demencia. Los errores semánticos se pueden considerar como un signo preclínico en la EAF. Cuando se evalúen pacientes con EAF se deben aplicar pruebas de denominación, tanto por presentación visual
como por presentación auditiva. [REV NEUROL 2004; 39: 322-6]
Palabras clave. Anomia. Denominación por presentación visual.
Diagnóstico precoz. Enfermedad de Alzheimer familiar. Marcadores preclínicos. Mutación E280A de la presenilina-1.
mutação E280A da PS1, dividida em três grupos: não portadores (n
= 30), portadores assintomáticos (n = 39) e portadores sintomáticos
(n = 22). Para a selecção utilizou-se o minimental e as escalas FAST
e EDG; classificaram-se os erros da prova de denominação do
CERAD. Os tipos de erros considerados foram: não resposta, visuais, semânticos, fonológicos, tudo pela parte e não relacionados.
Resultados. Entre os não portadores e os portadores assintomáticos
há uma diferença significativa no número de erros semânticos; comparando os três grupos, não se encontraram diferenças estatisticamente significativas em erros visuais. Conclusões. Os erros visuais
apresentam-se como uma característica geral, incluído em pessoas
sãs; portanto, estes erros não fornecem informação para classificar
os doentes como tendo ou não demência. Os erros semânticos podem
considerar-se como um sinal pré-clínico na doença de Alzheimer
familiar (DAF). Quando se avaliam doentes com DAF devem aplicar-se provas de denominação, quer por apresentação visual, quer
por apresentação auditiva. [REV NEUROL 2004; 39: 322-6]
Palavras chave. Anomia. Denominação por apresentação visual.
Diagnóstico precoce. Doença de Alzheimer Familiar. Marcadores
pré-clínicos. Mutação E280A da presenilina-1.
Trasplante de células estromales en el modelo de lesión por 6-OHDA
N. Pavón-Fuentes, L. Blanco-Lezcano, L. Martínez-Martín, L. Castillo-Díaz,
K. de la Cuétara-Bernal, R. García-Miniet, L. Lorigados-Pedre, Y. Coro-Grave de Peralta,
A. García-Varona, J.C. Rosillo-Martí, R. Macías-González
STROMAL CELL TRANSPLANT IN THE 6-OHDA LESION MODEL
Summary. Introduction. A good deal of evidence currently exists to show that transplanting foetal mesencephalic tissue can
produce symptomatic benefits both in patients and in disease models. Nevertheless, the technical and ethical difficulties involved in
obtaining enough suitable foetal cerebral tissue have been a serious obstacle to its application. Stromal cells derived from bone
marrow, due to their potential capacity to generate different types of cells, could be an ideal source of material for cell restoration
in neurodegenerative diseases. Aims. Our aim was to evaluate the effect of transplanting stromal cells derived from bone marrow
on the behaviour of 6-OHDA rats, when they are inserted into the striatum. Materials and methods. In this study we used rats with
a lesion in the substantia nigra induced by 6-hydroxydopamine, divided into several experimental groups. Rotary activity induced
by D-amphetamine (5 mg/kg, intraperitoneally) was evaluated before and throughout the three months following the transplant
in all the experimental groups, except in the group of healthy controls. Hemiparkinsonian rats received a total of 350,000 foetal
ventral mesencephalic cells and 8 × 104 stromal cells/µL, which were implanted in the striatum. Results and conclusions.
Animals with stromal cells transplanted in the body of the striatum significantly reduced the number of turns induced by
amphetamine (p < 0.05); yet this reduction was not greater than that induced by foetal mesencephalic cell transplants. We were
also unable to demonstrate any significant improvement in the motor skills of the forelimbs. [REV NEUROL 2004; 39: 326-34]
Key words. Intrastriatal transplant. Neural transplant. Parkinson’s disease. Parkinsonian rats. Stromal cells.
INTRODUCCIÓN
Desde su descripción original en 1817 por James Parkinson [1]
hasta la fecha, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson
(EP) ha experimentado un notable desarrollo. Desde un punto
de vista experimental, se ha comenzado a trabajar intensamente
en la búsqueda de estrategias terapéuticas restauradoras y proRecibido: 15.01.04. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 21.06.04.
Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN). Ciudad de la
Habana, Cuba.
Correspondencia: Dra. Nancy Pavón Fuentes. Laboratorio de Neuroinmunología. Centro Internacional de Restauración Neurológica. Ave. 25, 15805
entre 158 y 160. Ciudad de la Habana 11300. Cuba. Fax: +537 336 003.
E-mail: [email protected]
 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA
326
tectoras, que permitan abordar el problema fundamental de la
EP: la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas.
Existe un sustancial cúmulo de evidencia, en modelos animales y en investigación clínica, de que el trasplante de tejido
mesencefálico fetal rico en neuronas dopaminérgicas dentro del
estriado denervado de dopamina puede restaurar los niveles de
neurotransmisión dopaminérgica y producir un beneficio sintomático, tanto en los pacientes como en los modelos experimentales de la enfermedad [2-4]. Sin embargo, las dificultades técnicas y éticas de la obtención de tejido cerebral fetal apropiado
y en cantidad suficiente para su utilización han dificultado la
aplicación de esta alternativa terapéutica.
Se ha investigado sobre una gran variedad de estrategias de
reemplazo celular en modelos animales de EP, que comienzan a
partir del éxito obtenido por el trasplante de células neurales
REV NEUROL 2004; 39 (4): 326-334
TRASPLANTE DE CÉLULAS ESTROMALES
Figura 1. Vista de la caja empleada para realizar la prueba de habilidad
manual. 1. Caja de acrílico rojo (3 mm de espesor) de 28 cm de largo, 6,6 cm
de ancho y 6,8 cm de alto (confeccionada en el Taller de Prototipo, CIREN). 2. Plataforma central de 4,7 cm de alto y 2,9 cm de ancho. 3. Espacio a ambos lados para insertar la escalerilla móvil de seis escalones. 4.
Escalerilla móvil provista de una pequeña concavidad en cada escalón y
en el piso de la caja donde se colocan dos trozos de alimento.
fetales al reconstruir, al menos en parte, la vía negroestriatal
destruida y producir importante mejorías conductuales [5]. Se
han probado varios tipos de células: células del mesencéfalo
ventral embrionario, el cual contiene células primordiales de la
sustancia negra (SN), células progenitoras o stem neurales,
células dopaminérgicas de línea, células no neuronales –generalmente fibroblastos o astrocitos– manipuladas genéticamente
para que secreten dopamina o factores neurotróficos, células de
la médula adrenal, células de Sertoli –ricas en factores tróficos–,
células de los cuerpos carotídeos, etc. [5]. De igual manera, se
han utilizado combinaciones de estas células en cotrasplante, lo
cual ha dado como resultado frecuentemente una mejoría de los
resultados [6].
En los últimos años, se han acumulado evidencias que indican que la capacidad de diferenciación de las células progenitoras pluripotentes no se restringe sólo a los tipos de células que
se encuentran en los tejidos que originan. Por ejemplo, las células progenitoras neurales embrionarias y adultas pueden generar células hematopoyéticas; y, a la inversa, células estromales
de la médula ósea adulta pueden dar lugar a células del sistema
nervioso central (SNC) [7].
Varios estudios in vitro han mostrado la capacidad de las
células estromales de la médula ósea adulta de diferenciarse en
diversos tipos de células no mesenquimales, que incluyen
monocitos, hepatocitos y neuronas [7,8]. Por otro lado, estudios
in vivo han mostrado la capacidad de estas células de migrar
ampliamente cuando se trasplantan a un animal adulto y de
diferenciarse dentro de las regiones cerebrales hacia fenotipos
neurales y astrocitos [9]. Estas características que muestran las
células progenitoras pluripotentes derivadas de la médula ósea
cuando se trasplantan dentro del cerebro, de dar lugar a microgliocitos, astrocitos [10] y neuronas [11], conjuntamente con su
capacidad de autorrenovarse, les hace ser unas candidatas atractivas para ser utilizadas como vehículo de moléculas terapéuticas a al interior del SNC.
Por otro lado, la muerte de neuronas dopaminérgicas en la
EP ocurre de manera gradual, por lo que los tratamientos encaminados a prevenir la muerte de esas neuronas pueden constituir estrategias terapéuticas válidas. Una hipótesis que trata de
REV NEUROL 2004; 39 (4): 326-334
explicar la causa de la degeneración de las neuronas dopaminérgicas negroestriatales en la EP, plantea que la misma ocurre por
muerte celular programada (apoptosis), debido al incremento en
los niveles de citocinas o la disminución de la concentración de
neurotrofinas [12].
Las estrategias terapéuticas para promover la supervivencia
neuronal se suelen dirigir a mejorar el funcionamiento de las
células que permanecen vivas, interferir con procesos neurotóxicos o en ambos sentidos. El trasplante celular fue una de las
primeras aproximaciones neuroprotectoras empleadas clínicamente. Sin embargo, la terapia con factores neurotróficos promete ser una de las aproximaciones más efectivas para rescatar
neuronas en vías de degeneración.
Se han localizado varios factores neurotróficos capaces de
promover la supervivencia de neuronas dopaminérgicas mesencefálicas en cultivo [6,13,14], dentro de los que se encuentran
factores mitogénicos como: el factor de crecimiento fibroblástico básico (bFGF, del inglés basic fibroblast growth factor) [15],
el factor de crecimiento epidérmico (EGF, del inglés epidermal
growth factor) [16], factor transformador de crecimiento α
(TGF-α, del inglés transforming growth factor α), factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-I y II, del inglés insulin-like
growth factor I and II), las neurotrofinas: BDNF (del inglés,
brain derived neurotrophic factor) y NT4/5, los miembros de la
superfamilia del TGF-β, que incluye al TGF-β-2 y al TGF-β-3,
la subfamilia que incluye al GDNT, el NTN y PSP, etc.
A pesar de que la patogénesis molecular de la muerte neuronal que tiene lugar en la EP aún no se comprende completamente, se ha comprobado que varios de los factores mencionados
muestran la capacidad de rescatar y proteger neuronas dopaminérgicas de lesiones producidas en modelos animales de la
enfermedad [17]. Los más potentes factores tróficos dopaminérgicos estudiados hasta el momento son los miembros de la subfamilia del TGF-β: GDNF y NTN [18-22].
Existen trabajos en la literatura en los que se ha demostrado
que las células estromales, derivadas de médula ósea, son capaces de producir factores neurotróficos como el BDNF [23], el
IGF-1 [24] y el NGF [23]. Estas células, debido a su potencialidad para producir factores tróficos y generar diferentes tipos de
células, podrían ser una fuente ideal para la neuroprotección y
restauración celular en la EP.
MATERIALES Y MÉTODOS
Poblaciones objeto de estudio: ratas macho adultas Wistar procedentes del
CENPALAB (Cuba), con un peso entre 200 y 250 g al comienzo del experimento, a las que se les ha inducido un síndrome hemiparkinsoniano por
medio de la inyección de la neurotoxina 6-OHDA.
Tratamiento de los animales
Se distribuyeron entre 5 y 10 animales por caja al inicio del experimento y,
una vez que se trasplantaron, se colocaron entre 3 y 5 por caja. Se les suministró agua y alimento ad libitum y se mantuvieron a 22 ± 2 ºC con una
humedad del 67 ± 3%, con ciclos de luz/oscuridad de 12 horas. Durante
todos las intervenciones experimentales se respetaron los principios éticos
establecidos para la investigación con animales (Guide to the care and use
of experimental animals, 1984).
Lesión de la sustancia negra pars compacta con 6-OHDA
Las ratas se anestesiaron con hidrato de cloral (420 mg/kg de peso corporal,
intraperitonealmente) y colocaron en el aparato de cirugía estereotáctica
(David Kopf Instruments, USA) para roedores. La sustancia negra pars
compacta (SNc) se lesionó por inyección de un volumen de 3 µL de una
solución de 6-OHDA-HCl –8 µg/3 µL de solución salina, la cual contenía,
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N. PAVÓN-FUENTES, ET AL
además, 0,2 mg/mL de ácido ascórbico– dentro del hemisferio derecho, con
ayuda de una jeringuilla Hamilton de 10 µL y a una velocidad de 1 µL/min.
Las coordenadas estereotácticas correspondiente a la SNc fueron: anteroposterior (AP), 4,4 mm por detrás de Bregman; medio lateral (ML), 1,2 mm
a la derecha de la línea media; dorsoventral (DV), 7,8 mm por debajo de la
duramadre, y la barra incisiva se mantuvo 2,4 mm por debajo de la línea
interaural [25]. Una vez concluida la inyección, la aguja se mantuvo 5
minutos en el lugar antes de retirarla, para evitar el reflujo.
Se conformaron cinco grupos experimentales:
– Grupo I: grupo control, animales sanos (n = 10).
– Grupo II: grupo hemiparkinsoniano –animales lesionados con 6-OHDA
(n = 15)–.
– Grupo III: grupo de falso trasplante –animales lesionados con 6-OHDA
que recibieron medio de Eagle modificado de Dulbecco (DMEM) como
vehículo de preparación de las células (n = 10).
– Grupo IV: animales lesionados con 6-OHDA que recibieron el trasplante
de células mesencefálicas fetales (n =15).
– Grupo V: animales lesionados con 6-OHDA que recibieron el trasplante
de células estromales de médula ósea (n = 15).
Pruebas conductuales
Actividad rotatoria inducida por D-anfetamina
Tanto para medir el éxito de la lesión quirúrgica con 6-OHDA como para
llevar a cabo la monitorización de los efectos funcionales inducidos por el
trasplante, se evaluó la actividad rotatoria inducida por D-anfetamina (5
mg/kg de peso intraperitoneal). Para evaluar la conducta rotacional, los
sujetos experimentales se colocaron en un rotómetro electrónico cinco
minutos después de recibir la D-anfetamina y se cuantificó la conducta de
giro –vueltas completas (360º)– durante 90 minutos. Se seleccionaron para
el experimento los animales que dieron más de 630 vueltas completas hacia
la derecha durante 90 minutos.
La actividad rotatoria de los animales se evaluó al mes de la lesión y en el
al mes, a los dos meses y a los tres después de realizado el trasplante.
Prueba de las habilidades motoras de las extremidades anteriores
Se evaluaron las habilidades motoras de las extremidades anteriores de todas las ratas antes de realizar el trasplante y tres meses después de éste. Para
ello, se utilizó la prueba de habilidad manual (PHM) [26,27] (Fig. 1).
Los animales se sometieron a un régimen de privación de alimento durante
6 días antes de comenzar la prueba –se redujo su dieta a 10-12 g de alimento
al día–. Tres días después de someterse a restricción alimentaria, se colocaron
en las cajas experimentales durante 15 min diarios para su familiarización.
Una vez comenzadas las sesiones experimentales, las ratas se colocaron
en la caja de prueba, una vez al día, por un período de 15 minutos y durante
6 días consecutivos. Al final de cada sesión se retiraron las escaleras de las
cajas experimentales y se contaron los trozos de alimento que no se consumieron de manera independiente (en el lado derecho y en el izquierdo).
Trasplante de células mesencefálicas fetales
Las suspensiones celulares ricas en células dopaminérgicas se prepararon
en condiciones de asepsia, de acuerdo con la técnica descrita por Nikkhah
[28]. El tejido mesencefálico fetal se obtuvo de fetos de 14 días (longitud
corona-cola de 10-11 mm). El mesencéfalo ventral se disecó, fragmentó e
incubó en una solución de DMEM con tripsina a 37 ºC durante 20 minutos,
seguido por cuatro lavados con 300 µL de una solución de DMEM con
ADNasa I al 0,01%. La disociación mecánica de las piezas del tejido se realizó en 250 µL de la misma solución mediante pipeteos sucesivos con pipetas Pasteur de diámetros internos decrecientes, hasta obtener la disociación
completa del tejido. La suspensión celular obtenida se centrifugó a 600 rpm
y 4 ºC durante 5 minutos y el precipitado celular se resuspendió en una solución de DMEM con 0,01% de ADNasa I. La viabilidad celular se determinó
mediante la técnica de exclusión con azul de tripano y el recuento celular se
realizó en una cámara de Neubauer. En todos los casos, la viabilidad celular
antes del trasplante fue mayor del 98% y la concentración celular de la suspensión a trasplantar se ajustó mediante dilución en una solución de DMEM
con 0,01% de ADNasa a 1,5 × 105 células/µL.
Las células se colocaron en el cuerpo estriado (CE) en dos implantes de
1 µL cada uno, en las siguientes coordenadas:
– Coordenada 1: AP, 1,1 mm por delante de Bregman; ML, 2,2 mm a la derecha de la línea media; DV, 5,5 mm por debajo de la duramadre.
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– Coordenada 2: AP, 0,8 mm por detrás de Bregman; ML, 4,0 mm a la derecha de la línea media; DV, 5,0 mm por debajo de la duramadre.
En ambos casos, la barra incisiva se mantuvo 2,4 mm por debajo de la línea
interaural.
El tiempo quirúrgico máximo empleado en las distintas sesiones de trabajo no excedió de 4 horas. Durante este tiempo las suspensiones celulares
se mantuvieron a 4 ºC. Antes de trasplantar las suspensiones celulares en las
distintas estructuras, se resuspendieron varias veces mediante pipeteo, para
garantizar la homogeneidad en la concentración celular en las distintas
inyecciones y evitar la formación de agregados celulares. Al finalizar cada
sesión de trabajo se midió nuevamente la viabilidad celular, y se encontró
que en todos los casos era superior al 80%.
Obtención y trasplante de células estromales de médula ósea
Obtención de células
Se aislaron a partir de fémur de rata, según describieron Woodnury et al [8].
Brevemente, las ratas se anestesiaron y eutanasiaron según las normas éticas que establece el cuidado de los animales; se extrajeron ambos fémures,
se lavaron en PBS, se cortaron sus epífisis y se perfundió medio de cultivo
α-MEM con una jeringuilla para extraer las células de la médula ósea. El
contenido extraído se centrifugó a 1.000 rpm durante 5 minutos. Las células
aisladas se sembraron en frascos de cultivo con α-MEM suplementado con
20% de suero fetal bovino, 2 mM de L-glutamina, 100 U/mL de estreptomicina y 0,25 µg/mL de anfotericina B.
Después de 24 h de cultivo, las células no adherentes se eliminaron
mediante un cambio de medio y se lavó el cultivo con medio α-MEM. El
medio se cambió cada 2-3 días hasta que el cultivo fue confluente.
Preparación de la suspensión celular:
24 horas antes de la fecha convenida para la realización del trasplante, se
añadió 1 µg/mL de bisbencimida a las células estromales en cultivo con el
objetivo de marcarlas. Los cultivos confluentes de células estromales marcadas con bisbencimida se trataron con tripsina al 0,25% con 1 mM de
EDTA para desagregar la monocapa o desprenderla. Las suspensiones celulares así obtenidas se centrifugaron a 1.000 rpm durante 5 min a 4 ºC. El
botón celular se resuspendió en medio de DMEM más suero fetal bovino al
10%. Se realizó el recuento del número de células en una cámara de Neubauer con azul de tripano y la concentración final de la suspensión se ajustó
a 8 × 104 células/µL. La viabilidad celular estuvo por encima del 90%.
Trasplante
Las ratas se anestesiaron con hidrato de cloral (420 mg/kg de peso, intraperitoneal) y se colocaron en el marco estereotáctico (David Kopf Instruments, USA). Se colocaron 2 µL de la suspensión celular distribuidos en el
estriado de las ratas en dos depósitos de 1 µL cada uno, según las siguientes
coordenadas: depósito 1: AP, 1,1 mm por delante de Bregman; L, 2,2 mm a
la derecha de la línea media; V, 5,5 mm por debajo de la duramadre, y depósito 2: AP, 0,8 mm por detrás de Bregman; L, 4,0 mm a la derecha de la
línea media; V, 5,0 mm por debajo de la duramadre. En ambos casos, la
barra incisiva se mantuvo 2,4 mm por debajo de la línea interaural.
El tiempo de cirugía máximo fue de 4 horas después de la preparación de
las suspensiones, y durante este tiempo las mismas se mantuvieron a 4 ºC.
Al finalizar la sesión de trasplante se determinó nuevamente la viabilidad
celular, y se encontró un valor superior al 80%.
Evaluación conductual posterior al trasplante
La actividad rotatoria inducida por la D-anfetamina (5 mg/kg de peso, intraperitoneal) se evaluó en todos los grupos experimentales, excepto el grupo
de ratas controles sanas, el primer mes, el segundo y el tercero tras la realización del trasplante de células dopaminérgicas. Las habilidades motoras de
las extremidades anteriores se evaluaron al finalizar la prueba de la conducta rotatoria inducida por D-anfetamina el tercer mes postrasplante. Se aplicó la PHM, según el mismo esquema realizado previo al trasplante.
Estudio morfológico
Al culminar la evaluación conductual, los animales se anestesiaron con
hidrato de cloral (700 mg/kg de peso corporal, intraperitoneal) y se perfundieron los cerebros. Las muestras se congelaron hasta su utilización.
Se realizaron cortes coronales de 20 µm de grosor tomados del área del
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TRASPLANTE DE CÉLULAS ESTROMALES
RESULTADOS
Lesión con 6-OHDA
La inyección estereotáctica con la neurotoxina 6-OHDA produjo la pérdida
casi completa de las células dopaminérgicas TH+ en la parte compacta de la
sustancia negra (SNPC) del hemisferio derecho –donde se inyectó– y la
desaparición de fibras inmunorreactivas en el CE, donde casi no se observaron células teñidas (Fig. 2).
Pruebas conductuales
Evaluación conductual anterior al trasplante
Figura 2. Sustancia negra denervada tras de la inyección de 6-OHDA. Se
observa la diferencia de inmunorreactividad entre el lado izquierdo (intacto) y el lado derecho, donde se inyectó la neurotoxina (10 ×).
La actividad rotatoria inducida por la D-anfetamina (5 mg/kg, intraperitoneal)
se evaluó un mes después de la inyección intracerebral de 6-OHDA en todos
los grupos experimentales, excepto en el grupo de controles sanas. Los animales a los que se les inyectó la neurotoxina no mostraron igual sensibilidad a ésta; un 60-70% de ellos mostraron actividad rotatoria inducida por
D-anfetamina acorde con nuestros criterios de inclusión (datos no mostrados). Sobre la base de los resultados obtenidos en estas pruebas, se seleccionaron 55 sujetos experimentales.
Seis semanas después de la fecha de la lesión se evaluaron las habilidades
motoras de las extremidades anteriores, mediante la aplicación de la PHM,
en una versión modificada de la prueba descrita
originalmente por Montoya et al [27], en los sujetos previamente seleccionados. Los animales
sanos fueron capaces de retirar prácticamente
todos los trozos a ambos lados de la escalerilla
–como promedio dejaron entre 0 y 4 de un total
de 14– y, al comparar el uso de ambas extremidades, no se encontraron diferencias significativas
entre ellas. Sin embargo, la pérdida unilateral de la
inervación dopaminérgica producida por la 6OHDA produjo un marcado déficit motor en la
extremidad contralateral a la lesión y todos los animales mostraron dificultad en alcanzar los alimentos, lo que se evidenció en la cantidad de trozos no
comidos –como promedio dejaron entre 8 y 10 de
un total de 14– (Fig. 3).
Evaluación conductual posterior al trasplante
Tras el primer mes de tratamiento, las ratas con
trasplante de células mesencefálicas fetales en el
CE (n = 15) mostraron una disminución significativa de la conducta de giro inducida por D-anfetamina (p < 0,001, prueba t para muestras pareadas). Esta disminución se mantuvo con pocos
cambios durante los dos meses siguientes de evaluación (Fig. 4).
El número de animales evaluados en el grupo experimental con trasplante
de células estromales, finalmente fue de 11; uno de ellos falleció por una causa no relacionada con el diseño experimental y otros tres se retiraron de los
análisis al no encontrarse evidencias de la presencia de células en la región
del trasplante. El análisis, en este grupo, de la conducta de giro inducida por
la D-anfetamina en los distintos períodos de evaluación postrasplante mostró
una disminución estadísticamente significativa en relación con el estado pretrasplante (p < 0,01, prueba t para muestras pareadas). Al igual que en el grupo con trasplante de células mesencefálicas fetales, esta disminución fue muy
evidente en el transcurso del primer mes, aunque se mantuvo una tendencia a
seguir y disminuyó en los meses posteriores en que se evaluó.
Al comparar los distintos grupos experimentales, se observó que los grupos de trasplantados muestran diferencias significativas en relación con los
grupos controles (lesionados y falsos trasplantados). Sin embargo, el grupo
con trasplante de células estromales también muestra diferencias significativas (p < 0,01) con respecto al grupo con trasplante de células fetales. El
tratamiento aplicado a este grupo fue capaz de inducir una mejoría en la
conducta de giro inducida por la D-anfetamina, si bien ésta no fue tan marcada como la que se halló con el trasplante de células fetales. Este grupo
ocupó una posición intermedia entre los animales lesionados y los trasplantados con células mesencefálicas fetales. Este último grupo experimental
fue el que mostró mayor beneficio (Fig. 4).
El grupo de control con falso trasplante no mostró cambios significativos
en la conducta de giro inducida por la D-anfetamina, con respecto al estado
Figura 3. Comparación del uso de la extremidad izquierda entre el grupo control sano y todos los grupos experimentales antes de realizar el trasplante de células. Se muestran los valores medios del
número de trozos de alimentos dejados en el lado izquierdo de la escalera. Los análisis estadísticos
confirmaron diferencias significativas (Kruskal-Wallis, combinada con una U de Mann-Whitney), entre
el grupo control sano y todos los grupos de animales lesionados antes del trasplante (p < 0,001).
trasplante en un criostato. Los cortes, procedentes de cerebros con trasplantes de células estromales marcadas con bisbenzimida, se visualizaron en un
microscopio óptico de fluorescencia (se empleó un filtro ultravioleta con
λ = 330-380 nm).
Por otro lado, los cortes de cerebro del grupo experimental con trasplante de células mesencefálicas fetales se procesaron para determinar las células que expresaban tirosina hidroxilasa (TH) mediante inmunohistoquímica.
Procedimiento estadístico
Con el objeto de conocer de manera general el comportamiento de los grupos, en las diferentes evaluaciones se realizó una estadística descriptiva y se
procesó la información recogida mediante el programa informático profesional Statistica para Windows, versión 4.0, (Statsoft, Inc. 1993).
Para conocer la efectividad del trasplante se compararon los resultados de
la actividad rotatoria inducida por D-anfetamina y de la PHM antes y después
del trasplante. En todos los casos se realizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para evaluar la normalidad de la distribución y la prueba de Levene para
determinar la homogeneidad de la varianza. Finalmente, los resultados de las
rotaciones inducidas por D-anfetaminas de los diferentes grupos se compararon a través de un ANOVA/MANOVA y se utilizó la prueba de intervalos
múltiples de Duncan para determinar la diferencia entre grupos. Para evaluar
la mejoría inducida por el tratamiento, dentro de los grupos, en esta conducta
se utilizó una prueba t para muestras pareadas. Para el estudio comparativo de
los resultados de la PHM entre los grupos experimentales, se realizó una
prueba de Kruskal-Wallis, seguida de una prueba U de Mann-Whitney.
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329
N. PAVÓN-FUENTES, ET AL
pretrasplante. La conducta de giro de este grupo,
en los distintos períodos evolutivos, no se diferenció de manera significativa de los resultados obtenidos en el grupo de control lesionado (datos no
mostrados).
Al finalizar el estudio de la conducta de giro
(tres meses después del trasplante), se evaluaron
nuevamente las habilidades motoras de las extremidades anteriores. Los trasplantes de células en
el CE, dopaminérgicas y estromales, no modificaron de manera importante el déficit motor inducido por la lesión, evaluado a través de la PHM. No
se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de trasplantes con los
distintos tipos celulares y el grupo de control lesionado.
Al comparar la cantidad de trozos dejados en
las escalerillas por la extremidad anterior izquierda (contralateral a la lesión) de los animales con
trasplantes en el CE, con relación al grupo control
sano, se observaron diferencias estadísticamente
significativas entre ellos (p < 0,001, KruskalWallis, combinada con una U de Mann Whithey
–Fig. 5–).
En ambos grupos trasplantados, a partir del tercer día de realización de la PHM, se observó una
disminución significativa en la cantidad de trozos
de alimentos no recogidos por los animales (datos
no mostrados). Este resultado podría relacionarse
con el hecho de que en la realización de esta prueba intervienen procesos de aprendizaje, que se
favorecen en la medida en que los animales se
familiarizan con la caja experimental.
Figura 4. Actividad rotatoria inducida por D-anfetamina. Los grupos con trasplantes de células
mesencefálicas fetales y estromales mostraron una disminución significativa en la conducta de
giro con relación con los grupos controles. (ANOVA/MANOVA: 1 mes, F (3,56) = 22,39 (p < 0,0000);
2 meses, F (3,56) = 39,97 (p < 0,0000); 3 meses, F (3,52) = 22,44 (p < 0,0000); prueba de intervalos múltiples de Duncan. Grado de significación: * p < 0,05; ** p < 0,001; *** p < 0,0001 (*: diferencias con los grupos controles: lesionados y falsos trasplantados; &: diferencias entre el grupo
con trasplante de células estromales y el grupo con trasplante de células fetales)
Trasplante de células dopaminérgicas fetales
y estromales en el cuerpo estriado
Cuatro meses después del trasplante, la supervivencia de las neuronas dopaminérgicas trasplantadas se estudió mediante técnicas inmunohistoquímicas que permitieron la visualizar las células
que expresaban TH, mientras que la supervivencia de las células estromales se estudió mediante
Figura 5. Evolución de las habilidades motoras de la extremidad anterior izquierda posterior al trasla visualización de células marcadas con bisbenplante de células mesencefálicas fetales. Se muestra valor promedio del número de trozos de alimencimida con el microscopio óptico de fluorescentos dejado en el lado izquierdo de la escalera. Se nota la incapacidad de todos los grupos trasplantacia. El grupo experimental que recibió trasplante
dos, que se lesionaron previamente, en alcanzar mejoría significativa en la realización de esta conducta.
de tejido mesencefálico mostró abundantes célu+
las TH y numerosas extensiones de fibras en el
implante. En la mayor parte de los sujetos experimentales, las neuronas se
células propias del tejido estriatal. Las células trasplantadas se dispusieron
agrupaban fundamentalmente en la periferia de los trasplantes, donde fue
en mayor abundancia y de manera agrupada en relación con las coordenaposible observar una gran densidad celular, a diferencia de la región central,
das del trasplante, y se dispersaron en el núcleo estriado a medida que se
que contenía pocos cuerpos celulares.
alejaban de dicho sitio. Se observaron células marcadas relacionadas con la
En el grupo experimental con trasplante de células estromales también
trayectoria de la aguja en la corteza y en el cuerpo calloso.
fue posible observar por fluorescencia la presencia de células de un color
azul intenso en las coordenadas del implante.
Trasplante de células dopaminérgicas fetales en el cuerpo estriado
Las células mesencefálicas fetales trasplantadas dentro del CE mostraron
una supervivencia notable. Los trasplantes intraestriatales se visualizaron
circunscritos a las áreas de los núcleos caudado-putamen. Se encontraron
escasas células en la corteza cerebral y el cuerpo calloso en el trayecto
seguido por la cánula de implante, en muy pocos sujetos. En todos los casos
se observó una gran cantidad de fibras asociadas al tejido implantado, que
penetraban en todas direcciones y se integraban en el tejido hospedador,
formando un halo de densa inmunorreactividad TH+ alrededor del trasplante (Fig. 6).
Trasplante de células estromales en el cuerpo estriado
Las células estromales dentro del CE mostraron una distribución homogénea, con buena supervivencia (Fig. 7). Se caracterizaron por presentar una
fluorescencia nuclear azul que las hizo perfectamente distinguibles de las
330
DISCUSIÓN
En los estudios dirigidos al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento de la EP, se usan diferentes modelos
experimentales que tratan de simular las características clínicas
de esta enfermedad del SNC. La inyección intracerebral, unilateral, de 6-OHDA se utiliza mucho para estudios de degeneración
y regeneración del sistema mesencefálico [29]. Esta neurotoxina
provoca la muerte selectiva de las neuronas dopaminérgicas, por
lo que su inyección intracerebral induce un déficit crónico y lateralizado en la conducta motora de los animales [30-32].
La EP comienza a manifestarse clínicamente cuando se ha
perdido alrededor del 80% de las neuronas dopaminérgicas de
la proyección negroestriatal y aproximadamente el 50% de las
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TRASPLANTE DE CÉLULAS ESTROMALES
Figura 6. Células mesencefálicas fetales trasplantadas en el estriado inmunorreactivas frente al anticuerpo anti-TH (40 ×).
neuronas de la SNPC. En el trabajo con modelos experimentales de hemiparkinsonismo, un animal se considera completamente lesionado cuando ha perdido más del 90% de la dopamina estriatal. Al igual que en la EP, no todas las fibras son igualmente sensibles a la destrucción; por tanto, con este método de
inducción de hemiparkinsonismo, se generan animales con
diferentes grados de déficit dopaminérgico [32].
Las rotaciones inducidas por la D-anfetamina se utilizaron
en nuestro trabajo como predictoras de la efectividad de la
lesión. De acuerdo con nuestro método de evaluación, la técnica de lesión empleada por nosotros dio lugar a diferentes grados de pérdida de dopamina estriatal. Un 60-70% de los animales a los que se les inyectó la neurotoxina mostraron una conducta de giro que cumplía con los criterios de inclusión establecidos para este estudio. La utilización como criterio de lesión completa de la vía negroestriatal de más de 630 vueltas
ipsilaterales al hemisferio lesionado, tras la inyección de D-anfetamina, está de acuerdo con lo recogido en la literatura en
relación con esta prueba conductual. Finalmente, al comprobar
histológicamente la lesión, se observó que todos los animales
seleccionados para incluirse en los grupos experimentales de
trasplante, así como los controles lesionados, mostraban una
extensa pérdida de neuronas dopaminérgicas en la SN, como se
observa en la figura 2.
Las pruebas que evalúan la conducta de giro inducida por
agonistas dopaminérgicos en el modelo de hemiparkinsonismo
en ratas no resultan suficientes para medir el grado de déficit
motor de estos animales. Varios autores han utilizado la PHM
para cuantificar el deterioro motor presente en este modelo
[27,32,33]. En nuestro caso, los animales lesionados seleccionados para formar parte de este estudio mostraron diferencias
significativas, en cuanto a su comportamiento, en la realización
de esta actividad motora, en relación con los sanos (Fig. 3). La
significativa disminución de las habilidades motoras en la extremidad contralateral al hemisferio lesionado observada en los
animales está en concordancia con los resultados de numerosos
estudios presentes en la literatura. Según nuestro criterio, este
impedimento se relaciona directamente con la presencia de un
defecto motor, aunque podría influir una incapacidad de los
sujetos experimentales para realizar ajustes posturales, tales
como mantener el equilibrio sobre la plataforma o una indiferencia hacia los estímulos sensoriales procedentes de ese lado.
REV NEUROL 2004; 39 (4): 326-334
La lesión unilateral de la SNPC derecha tiene un efecto moderado sobre la extremidad ipsilateral en esta prueba. La deficiencia motora en esta extremidad puede indicar un defecto
motor bilateral, consecuencia de un déficit dopaminérgico unilateral. Este defecto podría ser la expresión de la necesidad de
que las conductas de coordinación sensorimotora complejas
–como las evaluadas por esta prueba– se integren en los circuitos motores de ambos hemisferios. Por otra parte, la realización
de este tipo de actividad puede requerir la participación de áreas corticales –bilaterales o no–, que dejan de tener la integración necesaria al afectarse el funcionamiento de los núcleos grises de la base de los hemisferios cerebrales.
Las neuronas del SNC del adulto son células extremadamente diferenciadas que han perdido la capacidad de proliferar.
Aunque el SNC puede mitigar, al menos parcialmente, la pérdida neuronal en virtud de su plasticidad, las perturbaciones que
sobrepasen ciertos límites tolerables ocasionan deficiencias
funcionales irreversibles. Así, en la EP el cambio patológico
que probablemente desempeñe el papel principal en la sintomatología de la enfermedad es la muerte progresiva de las células
dopaminérgicas mesencefálicas situadas en la SN. Esta pérdida
ocasiona una intensa disminución en la concentración de dopamina en las áreas de proyección estriatal (caudado y putamen) y
se considera fundamental en la generación del defecto motor.
Desde la introducción del procedimiento de trasplante de
suspensiones celulares por Björklund et al en 1983 [34], se ha
desarrollado una gran cantidad de estudios de trasplantes celulares en estructuras profundas del SNC. Se han ensayado varios
tipos celulares, entre los que se encuentran: células del mesencéfalo ventral embrionario, células progenitoras dopaminérgicas, células no neuronales –generalmente fibroblastos o astrocitos– manipuladas genéticamente para secretar dopamina o factores neurotróficos, células de la médula adrenal –sintetizan de
manera natural dopamina– y células del cuerpo carotídeo epitelial, que también sintetizan dopamina [5].
Los estudios de trasplante en roedores han demostrado que
existen casos en los que hay reacción de rechazo al trasplante y
otros en los que no hay evidencias concretas de esta respuesta
inmune, a pesar de no haber utilizado ningún tratamiento inmunosupresor [35,36]. Esta variabilidad en los resultados parece
estar relacionada con las diferencias entre las especies donantes
y receptoras, los sitios de trasplante [37] y las técnicas de trasplante empleadas [28].
En nuestro trabajo, ambos grupos experimentales con trasplantes celulares mostraron una supervivencia celular notable
(Figs. 6 y 7). En los animales pertenecientes al grupo con células mesencefálicas fetales trasplantadas dentro del CE se observó una gran cantidad de fibras asociadas al tejido implantado,
que penetraban en todas direcciones y se integraban en el tejido
hospedador, formando un halo de densa inmunorreactividad TH+
alrededor del trasplante. Nuestros resultados concuerdan con
los obtenidos por otros autores, en los que se evidencia que el
trasplante con este tipo de célula muestra una buena integración
con el tejido hospedador.
La capacidad de las neuronas dopaminérgicas fetales trasplantadas dentro del CE de revertir la conducta rotatoria inducida por agonistas dopaminérgicos en ratas hemiparkinsonianas se
ha estudiado extensamente. Sin embargo, las bases fisiopatológicas que permiten explicar el gran impacto que tienen los trasplantes dopaminérgicos intraestriatales sobre esta conducta no se
han dilucidado totalmente. Normalmente, este efecto se ha atri-
331
N. PAVÓN-FUENTES, ET AL
buido a múltiples mecanismos, tales como: difusión y liberación
sináptica de la dopamina producida por las células trasplantadas
–la cual causa una disminución en la hipersensibilidad de los
receptores dopaminérgicos estriatales–, acción trófica del tejido
del hospedador y reconstrucción de neurocircuitos [2].
En nuestro diseño, el grupo con trasplante de células mesencefálicas fetales en el CE mostró una disminución significativa
en la conducta de giro inducida por la D-anfetamina, la cual se
mantuvo con pocos cambios durante los dos meses siguientes
de evaluación (Fig. 4). En el grupo con trasplante de células
estromales también fue posible observar, durante el primer mes
después del trasplante, una disminución significativa en las
rotaciones inducidas por la D-anfetamina (Fig. 4). A diferencia
del trasplante de células mesencefálicas fetales, el trasplante de
células estromales disminuyó la conducta de giro inducida por
D-anfetamina durante los meses sucesivos de evaluación. No
obstante, la mejoría inducida por los trasplantes de células
mesencefálicas fue significativamente mayor que la inducida
por los trasplantes de células estromales. Por el contrario, el
grupo de control con falso trasplante en el CE no mostró cambios significativos en esta conducta con respecto al estado pretrasplante, y mostró un comportamiento muy similar al grupo
de control lesionado (Fig. 4). Estos resultados nos permiten
afirmar que el efecto obtenido sobre la conducta de giro inducida por agonistas dopaminérgicos es consecuencia del trasplante
de células en el CE.
Numerosos trabajos demuestran el establecimiento de conexiones aferentes y eferentes entre las neuronas trasplantadas y
las del tejido hospedador. En general, se considera que la dopamina liberada por el trasplante dentro del CE es capaz de normalizar la hipersensibilidad de los receptores dopaminérgicos
presentes en este núcleo, después de la lesión de más del 90%
de las neuronas dopaminérgicas de la vía negroestriatal [5].
Los trasplantes de células (mesencefálicas fetales y estromales) en el CE no modificaron de manera importante el déficit
motor, evaluado a través de la PHM, presente en los animales
lesionados. No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos con trasplante y entre éstos y el grupo de control lesionado. Al comparar la cantidad de trozos de
alimentos dejados en las escalerillas por la extremidad anterior
izquierda (contralateral a la lesión) de los animales con trasplantes, con relación al grupo control sano, se observaron diferencias estadísticamente significativas entre ellos. Estas diferencias también se evidenciaron en la utilización de la extremidad anterior derecha (ipsilateral al trasplante).
A diferencia de las pruebas que exploran las rotaciones inducidas por agonistas dopaminérgicos, las cuales monitorizan conductas motoras simples y estereotipadas, que se producen por la
estimulación de receptores dopaminérgicos, la PHM involucra en
la exploración una secuencia de movimientos realmente compleja, que deben coordinarse muy bien para culminar en una conducta exitosa –la detección del alimento, su agarre, manipulación
para tomarlo y llevarlo a la boca sin que se caiga–. No todos los
trastornos que tienen en común un déficit dopaminérgico son
igualmente sensibles a modificarse por el trasplante de células.
Las publicaciones que aparecen en la literatura del efecto
del trasplante de células dopaminérgicas fetales en ratas hemiparkinsonianas sobre las habilidades manuales no resultan consistentes. Se ha publicado una serie de estudios previos en los
cuales sus autores no pueden demostrar ningún efecto beneficioso del trasplante de las células mesencefálicas fetales sobre
332
Figura 7. Células estromales trasplantadas en el estriado (31,25 ×).
esta conducta [26,27,33] y, sobre la base de estas observaciones, se ha sugerido que el trasplante ectópico de células dopaminérgicas en el CE es insuficiente para restaurar las habilidades motoras, dado que es incapaz de proveer aferencias con
capacidad reguladora fisiológicamente relevante [26,27].
Hasta el momento, no conocemos trabajos en la literatura en
los que se evalúe el efecto del trasplante de células estromales
sobre las habilidades motoras de las extremidades anteriores en
el modelo de hemiparkinsonismo en ratas. Con anterioridad a
este estudio existe un trabajo sobre trasplante de células estromales en un modelo de parkinsonismo en ratón por lesión con
MPTP [38]. En este trabajo utilizan células estromales modificadas genéticamente para que produzcan GDNF, y su objetivo fundamental es evaluar el efecto protector del GDNF sobre las neuronas dopaminérgicas expuestas a la neurotoxina MPTP. Aunque
no es posible contrastar nuestros resultados con los comunicados
por estos autores, ellos encuentran una buena supervivencia de
las células estromales al trasplantarse en el SNC.
Recientemente, se ha comunicado que las células estromales son capaces de inducir, in vitro, la diferenciación de células
madres embrionarias a neuronas dopaminérgicas [39]. Se ha
planteado que las células estromales tienen un papel crucial,
aunque desconocido, en la diferenciación y supervivencia de las
células dopaminérgicas [40]. Este efecto, probablemente, involucre la secreción de moléculas que parecen ser críticas para el
desarrollo del mesencéfalo ventral.
REV NEUROL 2004; 39 (4): 326-334
TRASPLANTE DE CÉLULAS ESTROMALES
Con anterioridad, nuestro grupo de trabajo demostró –datos
en prensa– que las células estromales contienen ARNm para el
NGF y el GDNF. Con este diseño, mostramos que cuando se
trasplantan al estriado de animales con lesión de la vía negroestriatal, son capaces de inducir una mejoría en la asimetría
motora. A la luz de los conocimientos actuales, existen varios
mecanismos que podrían explicar los efectos del trasplante de
estas células en ratas hemiparkinsonianas.
Las células estromales de la médula ósea constituyen una
población de células madre adultas que genera otros tipos celulares y una red reticular que apoya la formación de células sanguíneas [8]. En los últimos años, se han acumulado evidencias
que indican que la diferenciación potencial de estas células
estromales no está restringida sólo a los tipos de células que se
encuentran en los tejidos que ellas originan. Estudios in vitro
demuestran su capacidad de diferenciarse hacia tipos celulares
no mesenquimales que incluyen neuronas [7,8]. Las células estromales trasplantadas dentro del CE podrían diferenciarse
hacia fenotipos neurales y establecer conexiones con las neuronas del tejido hospedero. Esta reinervación del tejido pudiera
ser responsable, al menos en parte, de la recuperación parcial de
la asimetría motora vista en nuestro grupo experimental.
Por otro lado, la aplicación de factores neurotróficos promete ser un método efectivo para rescatar neuronas en vías de
degeneración. Estos factores potencian la supervivencia de las
neuronas, favorecen su diferenciación y funcionamiento e inducen la formación de sinapsis y la reinervación. Se han localiza-
do varios factores neurotróficos capaces de promover la supervivencia de neuronas dopaminérgicas mesencefálicas en cultivo
[6,13,41], tales como: el bFGF [15], el EGF [16], el TGF-α, el
IGF-I y II; las neurotrofinas: BDNF y NT4/5, los miembros de
la superfamilia del TGF-β, que incluye al TGF-β-2 y al TGF-β3, la subfamilia que incluye al GDNT, el NTN y PSP, etc. No
obstante, es el GDNF la proteína que muestra el efecto trófico
más potente sobre las neuronas dopaminérgicas negroestriatales
[42]. Esta proteína es capaz de rescatar y proteger neuronas
dopaminérgicas a partir de lesiones a las mismas, en modelos
animales de EP [42,43].
Existen artículos en la literatura en los que se demuestra que
las células estromales derivadas de la médula ósea son capaces
de producir factores neurotróficos como el BDNF [23], el IGF1 [24] y el NGF [23]. Nosotros observamos con anterioridad
(datos en prensa) que estas células contienen ARNm tanto para
el NGF como para el GDNF. La producción de factores tróficos
por las células estromales trasplantadas, por tanto, podría ser
otro mecanismo a través del cual estas células reviertan los
efectos de la lesión de la vía negroestriatal.
Sin duda, muchas variables pueden influir en que un tipo de
célula trasplantada dentro de las estructuras de los ganglios
basales pueda emplearse como tratamiento de la EP. Aunque
son muchos los interrogantes que quedan todavía por contestar,
las células estromales, actuando por alguno de los mecanismos
antes comentados, o por ambos, podrían constituir una opción
para el tratamiento neurorrestaurador en esta enfermedad.
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TRASPLANTE DE CÉLULAS ESTROMALES
EN EL MODELO DE LESIÓN POR 6-OHDA
Resumen. Introducción. En la actualidad, existe un cúmulo de evidencias de que el trasplante de tejido mesencefálico fetal puede producir un beneficio sintomático tanto en los pacientes con enfermedad de Parkinson como en los modelos de la enfermedad. Sin
embargo, las dificultades técnicas y éticas en la obtención de tejido
cerebral fetal apropiado y en cantidad suficiente ha dificultado su
aplicación. Las células estromales derivadas de médula ósea, debido a su potencialidad para generar diferentes tipos de células,
podrían ser una fuente ideal para la restauración celular en las
enfermedades neurodegenerativas. Objetivo. Evaluar el efecto del
trasplante de células estromales derivadas de médula ósea sobre la
conducta de ratas con lesión por 6-OHDA, cuando se realiza en el
estriado. Materiales y métodos. Se utilizaron ratas con lesión de la
sustancia negra inducida por la 6-OHDA, divididas en varios grupos experimentales. La actividad rotatoria inducida por D-anfetamina (5 mg/kg intraperitonialmente) se evaluó antes y en los tres
meses posteriores al trasplante en todos los grupos experimentales,
excepto en el grupo de controles sanas. Las ratas hemiparkinsonianas recibieron un total de 350.000 células de mesencéfalo ventral
fetal y 8 × 104 células estromales/µL, las cuales se implantaron en
el estriado. Resultados y conclusiones. Los animales con trasplante
de células estromales en el cuerpo estriado redujeron significativamente el número de vueltas inducidas por anfetamina (p < 0,05); sin
embargo, esta reducción no fue mayor que la inducida por los trasplantes de células mesencefálicas fetales. Por otro lado, no fue posible demostrar una mejoría significativa de las habilidades motoras
de las extremidades anteriores. [REV NEUROL 2004; 39: 326-34]
Palabras clave. Células estromales. Enfermedad de Parkinson. Ratas parkinsonianas. Trasplante intraestriatal. Trasplante neural.
TRANSPLANTE DE CÉLULAS ESTROMAIS
NO MODELO DE LESÃO POR 6-OHDA
Resumo. Introdução. Na actualidade, existe um cúmulo de evidência que o transplante de tecido mesencefálico fetal pode produzir
um benefício sintomático tanto nos pacientes como nos modelos
da doença. Contudo, as dificuldades técnicas e éticas na obtenção
de tecido cerebral fetal apropriado e em quantidade suficiente
têm dificultado a sua aplicação. As células estromais derivadas
de medula óssea, devido à sua potencialidade para gerar diferentes tipos de células, poderiam ser uma fonte ideal para a restauração celular em doenças neurodegenerativas. Objectivo. Avaliar o
efeito do transplante de células estromais derivadas de medula
óssea sobre a conduta de ratos fêmea 6-OHDA, quando o mesmo
se coloca no estriado. Materiais e métodos. Foram utilizados ratos com lesão da substância negra induzida pela 6-OHDA, divididos em vários grupos experimentais. A actividade rotatória induzida por D-anfetamina (5 mg/kg, via intra-peritoneal) foi avaliada antes e nos três meses posteriores ao transplante em todos os
grupos experimentais, excepto no grupo de controlo são. Os ratos
hemiparkinsonianos receberam um total de 350.000 células de
mesencéfalo ventral fetal e 8 × 104 células estromais/µL, as quais
se implantaram no estriado. Resultados e conclusões. Os animais
com transplante de células estromais no corpo estriado reduziram
significativamente o número de voltas induzidas por anfetamina
(p < 0,05); contudo, esta redução não foi maior que a induzida
pelos transplantes de células mesencefálicas fetais. Por outro lado, não foi possível demonstrar melhoria significativa das habilidades motoras das extremidades anteriores. [REV NEUROL 2004;
39: 326-34]
Palavras chave. Células estromais. Doença de Parkinson. Ratos fêmea parkinsonianos. Transplante intra-estriatal. Transplante neural.
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REV NEUROL 2004; 39 (4): 326-334
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