u verdad relicidsa - Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

MQUEO COIICERTflOO
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Maya de 1320
Núm. 5
U VERDAD RELICIDSA
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V i s t a g e n e r a l del Convento de Dominicos de S a í a m a n c
PADRES D O M I N I C O S . - S A L A M A N C A
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L—María, rosa m í s t i c a , V r . S. Florencio G o n z á l e z .
II.—San P í o V, F r . G e r m á n P. Rengel.
III.—/í m i madre (poesía), Fr . Manuel Fontenla.
\ V . — E/pelegrino curioso en la P e ñ a de Francia, Fr. E. Colunga.
V . — Cartas de los mártires Dominicos d e l J a p ó n .
V I . — La caneca, Fr Vidal Luis Gomara.
V i l . - Himno a ¡a Virgen de P e ñ a de Francia (poesía). Fray
J o s é L . Tascón.
VIH.—Función social de ¡a propiedad. Guerrero.
IX. - Crónica social.
X. —Sección de noticias.
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G R A B A D O S
Imagen de Nuestra Señora del Rosario, según se venera en la
iglesia de los PP. Dominicos de Q u e r é t a r o (Méjico).
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MENSUAL
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Año XII
La
M a y o de 1 9 2 0
Verdad
REVISTA MENSUAL
M a r í a ,
R o s a
Núm. 5
Religiosa
ILUSTRADA
m í s t i c a
Queriendo el pueblo cristiano simbolizar en M a r í a todas las gracias y todas las hermosuras, la llama Rosa
mística, porque la rosa es la reina de las flores por su singular hermosura y por el delicado aroma que despide y
M a r í a con los atractivos de su belleza y con el perfume
de sus virtudes aromatiza y embellece el ameno y frond o s í s i m o j a r d í n de la Iglesia.
M a r í a fué hermosa en cuerpo y alma. Cuenta un escritor de los primeros siglos del Cristianismo, que presentado a la V i r g e n San Dionisio el Areopagita, d e s c u b r i ó en
ella tanta belleza y tal c ú m u l o de perfecciones, que la h u biese c r e í d o el mismo Dios a no estar perfectamente instruido en las doctrinas de nuestra santa fe. Este relato se
armoniza maravillosamente, atendiendo a que la belleza
de los hijos se deriva de la belleza de las madres y M a r í a
c o n c i b i ó en sus virginales e n t r a ñ a s al V e r b o encarnado,
el m á s hermoso de los hijos de los hombres.
La hermosura del rostro de la V i r g e n irradiaba de su
alma incomparablemente m á s hermosa. Toda la gracia y
d i s t i n c i ó n del alma consiste en el ropaje nupcial de las
virtudes y carismas del E s p í r i t u Santo. Este es el celestial jardinero de las almas y a M a r í a S a n t í s i m a se c o m plació en colmar de la plenitud de dones que caben en
una criatura: el A r c á n g e l San Gabriel al saludarla en la
embajada de la A n u n c i a c i ó n , la llama « b e n d i t a entre las
m u j e r e s » y «llena de g r a c i a » .
-
130
-
El amor de Dios no se asemeja al de las criaturas, que
es m o v i d o y estimulado por la bondad de los seres, sino
que es de tal naturaleza, que amando las cosas crea en
ellas la bondad y la belleza, y por esta causa la grandeza espiritual de las almas e s t á en r a z ó n directa del amor
y p r e d i l e c c i ó n de Dios para con ellas. A la luz de este
principio podemos vislumbrar algo de la belleza de la
V i r g e n , pues tales encantos puso Dios en ella, que forma
las delicias de la B e a t í s i m a T r i n i d a d . E l Padre Eterno se
complace en mirar a esta su hija predilecta; el Hijo la
profesa el c a r i ñ o m á s acendrado, y el E s p í r i t u Santo se
recrea con tanta gracia y gentileza como ha depositado
en su esposa s a n t í s i m a y en el divino libro de los Cantares la designa con los nombres de « t o d a hermosa e i n maculada».
Los Santos Padres no se cansan de tributar a M a r í a
los mayores elogios. Dicen que ella es la aurora que precede al sol de justicia, Cristo J e s ú s , perla preciosa de toda la tierra, honor, gloria y firmamento de la Iglesia, beldad de la naturaleza humana, ornato de las mujeres y
medianera omnipotente para con su Hijo Jesucristo. ¿ C ó mo no h a b í a n de honrar a M a r í a con los m á s gloriosos títulos y m a g n í f i c a s invocaciones si es M a d r e de Dios, dignidad que sobrepuja casi infinitamente toda grandeza h u mana y a n g é l i c a ? Por esta r a z ó n el Doctor A n g é l i c o no
duda en afirmar que la V i r g e n S a n t í s i m a , en calidad de
M a d r e del Salvador, r e c i b i ó m á s dones y prerrogativas
que todos los á n g e l e s y hombres j u n t o s .
M a r í a como destinada para la d i g n i d a d m á s excelsa,
r e s p l a n d e c i ó en todos los dones de naturaleza y de gracia. Dios a g o t ó en ella los recursos infinitos de su bondad y de su s a b i d u r í a y la obra r e s u l t ó tan perfecta, que
la inteligencia se pierde contemplando tanta grandeza y
el c o r a z ó n se embriaga g u s t á n d o l a .
M a r í a no es tan solo embeleso de los bienaventurados
del cielo por su hermosura arrobadora, sino que verdade-
IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, SEGUN SE VENERA EN LA IGLESIA
DE LOS PP DOMINICOS DE QUERÉTARO (MÉJICO)
-
132 —
ra Rosa m í s t i c a es para toda la Iglesia un aroma tan suave que irresistiblemente atrae hacia sí todos los justos.
Jesucristo es el principal autor de nuestra r e d e n c i ó n y de
nuestra santificación; pero en sentir de los Santos, no comienza en los hombres obra tan excelsa sino por la interc e s i ó n de s u b e n d i t í s i m a M a d r e . Por eso los Santos la consideran como el apoyo de su justicia y los pecadores ven
en la V i r g e n a la Madre de Misericordia y un faro que les
denuncia la infinita bondad de Dios. A s í observamos que
cuando Dios quiere nacer en un alma dispone que nazca
primero en ella su divina M a d r e y no enriquece con sus
dones a sus escogidos mientras M a r í a no viva en ellos.
Tan honrada y favorecida por Dios la V i r g e n , forma
las delicias de los á n g e l e s y de los santos en la gloria, y
en la tierra es con el E s p í r i t u Santo cosantificadora de las
almas.
¿ Q u i é n como Maria es Rosa m í s t i c a p u l q u é r r i m a y
f r a g r a n t í s i m a en el gran j a r d í n de la Iglesia?
R e c r e é m o n o s con su belleza y aspiremos los suaves
perfumes que brotan de la c o n s i d e r a c i ó n de sus ejemplos
l u m i n o s í s i m o s . Estos en ninguna otra parte resplandecen
con destellos tan vivos como en los misterios del santo
Rosario. E n esta divina plegaria, M a r í a nos da ejemplos
asombrosos de las virtudes m á s sublimes. M a r í a y J e s ú s ,
inseparablemente unidos, son el modelo eterno de las almas amantes, de las almas humildes, de las almas obedientes y sobre todo de las almas h e r ó i c a s que sin desfallecimientos tienden su vuelo a la gloria por medio del
sacrificio. Este fué el troquel de los Santos, de las almas
queridas de Dios. A q u í se aquilata el oro de la caridad,
a q u í se purifican los escogidos y aprenden la soberana
ciencia del amor d i v i n o .
Contemplemos, pues, a M a r í a , Rosa m í s t i c a en los
misterios del S a n t í s i m o Rosario, r e c r e á n d o n o s con su
hermosura y aspirando el aroma de sus virtudes.
Fr. S. Florencio G O N Z Á L E Z .
T33
SAN
(DÍA
/
-
PÍO V
5
DE
MAYO)
A X T E S D E S E R PAPA.
San P í o V es el ú l t i m o Pontífice que ha sido elevado
« los altares, el ú l t i m o Papa canonizado. Por esta y otras
circunstancias bien merece que le dediquemos algunos
instantes; vistió nuestro mismo h á b i t o blanco, y por lo
mismo ha de acoger m á s favorablemente las s ú p l i c a s que
le dirijamos, particularmente en el día de su fiesta, en favor de la iglesia, de la O r d e n de Santo D o m i n g o y por
cada uno de nosotros.
E l m u n d o llama afortunados a los que triunfan y a los
que todo les sucede bien, aunque luego la justicia quede
por el suelo. San P í o fué a f o r t u n a d í s i m o , jahf, pero no
en el sentido m u n d a n o . Era la Providencia que le en-,
cumbraba para llevar a cabo grandes empresas.
F u é de familia h u m i l d í s i m a italiana. I n g r e s ó en la O r den de Santo D o m i n g o siendo m u y j o v e n . D e b í a estar dotado de las m á s brillantes cualidades, puesto que enseguida la O r d e n le confió todos sus cargos. N o fué Maestro General de toda ella, porque en edad bien temprana
ciñó las ínfulas episcopales. Y no p o d í a suceder de otra
manera a un hombre cuya sencillez, equidad y constan- í
te m o d e r a c i ó n en todo eran notorias: sólo para él pasaban desapercibidas cualidades que todos envidiamos.
Luego c o p i a r é a un historiador de entonces, haciendo
h i n c a p i é sobre esto.
A s í que luego se le vió gobernar dos d i ó c e s i s que exig í a n su presencia, fué Moderador Supremo de la Inquisic i ó n , P r e s b í t e r o Cardenal, Título de Santa M a r í a ad M i n e r v a m . Arzobispo de Monreal y , finalmente, sin espe-:
— 134
-
rarlo absolutamente nadie,—lo dice el Breviario y los historiadores de e n t o n c e s — f u é elegido Pontífice el 13 de
Enero de 1 5 6 6 . Nadie se imaginaba, en p ú b l i c o , que el
austero d o m i n i c o , el Moderador Supremo d é l a Inquisic i ó n , fuera el candidato secreto de todos los corazones.
Aquellos eran tiempos de luchas, de pasiones por el
pontificado: de San P í o no se pudo formular una baja
sospecha. jPocas veces veremos calumniados a los santos de ambiciosos!, jde otras cosas muchas vecesf
SAN PÍO V PONTÍFICE.
N o c o m p r e n d í a él, en su profunda h u m i l d a d , c ó m o
hubo quien reparara en su h u m i l d e persona para la dignidad m á s alta en este m u n d o y así se le vió perplejo y
confuso. Una vez decidido p e n s ó en serlo de v e r a s . . . y
fué V i c a r i o d i g n í s i m o de Cristo en la tierra. Place en extremo ver un Pontífice tan prudente, tan bueno y tan santo en tiempos tan borrascosos para el Pontificado. Suele
decirse que desde Inocencio I I I , no h a b í a subido al t r o n o
pontificio hombre semejante, y que su nombre puede escribirse m u y dignamente al lado del de este insigne Pontífice y del de San Gregorio M a g n o . U n autor de aquellos tiempos habla de él en estos t é r m i n o s : «Dió P í o V
tantas muestras de paciencia, liberalidad, de á n i m o tan
u n á n i m e y celo por la justicia y la religión que, si Dios le
concediera vida tan larga c o m o de su admirable sobriedad, podemos esperar, y como lo piden las necesidades
de la R e p ú b l i c a , que no faltarán ejemplos que imitar a
los que hayan de gobernar la Iglesia de Dios en los tiempos futuros; y los eruditos y los literatos t e n d r á n bien
donde emplear sus alabanzas, pues tales muestras va
dando de santidad, rectitud y buen g o b i e r n o » .
Haremos una e n u m e r a c i ó n r a p i d í s i m a de algunos hechos de su pontificado M a n d ó un legado a la Dieta que
p r e s i d i ó M a x i m i l i a n o I I , y ya que no c o n s i g u i ó lo que se
p r o p o n í a , logró muchas ventajas para los c a t ó l i c o s . O b l i -
— 135
-
g ó a la residencia a los Obispos bnjo severas penas, como acababa de disponer el Concilio de Trento. P r o m o v i ó
las misiones fuera de Europa, enviando a China y J a p ó n
miembros e s c o g i d í s i m o s de la C o m p a ñ í a de J e s ú s . E n
una epidemia que asolaba a R o m a , él p r o v e y ó para que
a nadie faltara lo necesario y e n c a r e c í a a los mismos m é dicos el cuidado espiritual de los enfermos. Una de las
cosas que m á s llaman la a t e n c i ó n es el afán y e m p e ñ o
que puso porque se cumplieran las ordenaciones del Concilio de Trento. Este Concilio era el dique que la Iglesia
o p o n í a al avance del protestantismo, esfuerzo frustrado
si se h a c í a papel mojado de las conclusiones del Concilio. Por esta r a z ó n compuso el Catecismo que lleva su
nombre, cuya r e d a c c i ó n e n c a r g ó a sus hermanos los dominicos.
A d e m á s p r o m u l g ó constituciones i n t e r e s a n t í s i m a s y
por eso se encuentra citado el nombre de San P í o en t o dos los tratados de disciplina e c l e s i á s t i c a y en las historias y documentos civiles y d i p l o m á t i c o s de entonces.
Tratar de enumerar esas constituciones sería t e m e r i d a d .
Versan sobre muchos asuntos de disciplina y costumbres. Su n ú m e r o es enorme. A él se debe la unidad del
Rito R o m a n o , e l i m i n a n d o la inmensa variedad de misales y breviarios que e x i s t í a n . E x t i n g u i ó los H u m i l l a d o s y
a p r o b ó y f a v o r e c i ó la de San Juan de Dios y a y u d ó extraordinariamente a los C l é r i g o s Regulares de Samasca.
El d e c l a r ó Doctor de la Iglesia a Santo T o m á s de A q u i n o .
R e f o r m ó la Curia Romana con una entereza que a
muchos p a r e c í a crueldad. ¡Los santos son crueles solamente consigo mismos, para los d e m á s son la misma
miel y suavidad! Nadie m á s agradecido, liberal y e s p l é n dido que él, s e g ú n testimonio de sus c o n t e m p o r á n e o s . Si
parecieran menudas estas cosas, r e c u é r d e s e la conducta
que o b s e r v ó respecto de A l e m a n i a , los P a í s e s Bajos, I n glaterra y Francia. La crítica puso reparos acerca de su
n t e r v e n c i ó n en estos p a í s e s pero... sin é x i t o .
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La ú l t i m a empresa de su vida fué la batalla de Lepant e H a b í a publicado la Bula I n Cena D o m i n i , y como pusieran resistencia Felipe I I y la R e p ú b l i c a de Venecia, les
a m e n a z ó tan eficazmente, que c o n s i g u i ó lo que q u e r í a :
que fueran con él a Lepanto, donde q u e d ó humillada la
soberbia mahometana « h a s t a e! día de h o y » . De la i m - '
portancia de este hecho no hay para q u é hablar a q u í : hoy
m i s m o lo recuerdan con orgullo los campesinos e s p a ñ o les. La Europa entera no o l v i d a r á a su bienhechor y l i bertador. Y con justicia, pues cuando el S u l t á n supo que
el Santo Pontífice ya estaba en el cielo, m a n d ó celebrar
tres d í a s regocijos p ú b l i c o s en Constantinopla, afirmando que t e m í a m á s al Papa que las armas de todos los
aliados j u n t o s .
Su muerte fué a los 6 8 a ñ o s de edad.
Por Santo le veneraba R o m a y el m u n d o c a t ó l i c o y,
r e p i t i é n d o s e los milagros, llegó a venerarle en los altares. Es el ú l t i m o Papa canonizado, gloria de la O r d e n d é
Santo D o m i n g o .
Este venerable convento de San Esteban le es acreedor a una d i s t i n c i ó n singular — entre otras gracias — : la
b e l l í s i m a imagen de Nuestra S e ñ o r a del Rosario es obsequio del inmortal Pontífice a este convento, en cuya L i p sanateca se conserva una pantufla que u s ó el mismo Santo. T a m b i é n a la U n i v e r s i d a d salmantina r e g a l ó una serpentina v a l i o s í s i m a , cuyo paradero ignoramos.
Fr. G e r m á n P. R E N G E L .
Salamanca, Abril de 1 9 2 0 .
137
A MI M A D R E
No te admire, madre m í a ,
si pocos mis cantos son;
yo llevo en el corazón,
no en los labios, la a r m o n í a .
Y no halles en ello agravio,
porque el- amor m á s divino
es el que ignera el camino
que hay del corazón al labio.
Yo, pues, de allí no lo quito;
que en la lengua de los hombres,
en vano buscara nombres
para expresar lo infinito.
Perdiera en vano la calma,
yendo de cantarte en pos,
un amor que es como Dios,
imagen fiel de tu alma.
Amor que darte querría
en himno eterno y profundo,
en cada palabra un mundo,
un torrente de a r m o n í a .
Pero es inútil tentarlo;
que una vez m á s tú al oirlo,
me vieras grande al sentirlo
y p e q u e ñ o al expresarlo.
N i ñ o , en tu regazo tierno,
me enseñaste cuidadosa
a amar lo inmenso, lo eterno...
sin palabra bulliciosa
Escuela donde a p r e n d í
a amar callando la vida;
fuente de amor escondida
que en ella siempre bebí.
¡Nadie su impotencia toca
como el poeta sin calma,
que mostrar no puede el alma
sino a través de la boca!...
Ya, pues, no te a s o m b r a r á s
cuando trovas no te mande;
que será mi amor m á s grande,
en cuanto enmudezca más!...
Fr. Manuel Fontenla.
Oviedo-IV-1920.
E L PELE6RIN0 CURIOSO EN LA PEÑA OE FRANCIA
La P e ñ a de Francia era antiguamente m u c h o m á s conocida en E s p a ñ a y Portugal y en todos sus vastos d o m i nios. De todos los puntos a c u d í a n devotos y peregrinos,
y en muchas partes e r i g í a n capillas y altares con el título de Nuestra S e ñ o r a de P e ñ a de Francia para consolarse de alguna manera en su imposibilidad de ver continuamente a la V i r g e n de sus amores. A s í n a c i ó el Santuario
del m i s m o título en V i l l a m a y o r (Portugal), el de Deva
(Gijón) y el de Nueva C á c e r e s en las Islas F i l i p i n a s . A l tares a Nuestra S e ñ o r a de P e ñ a de Francia los h a b í a en
M a d r i d , en V a l l a d o l i d , en Zamora y en O r á n , donde fué
proclamada Patrona en 1 6 8 8 y aun sigue s i é n d o l o .
Las alusiones a este Santuario son frecuentes en los
literatos, lo que prueba c u á n popular era el nombre y la
d e v o c i ó n a Nuestra S e ñ o r a de P e ñ a de Francia. Lope de
V e g a celebra esta d e v o c i ó n en sus comedias; Tirso de
M o l i n a compone una linda comedia con este título y el
i n m o r t a l Cervantes pone en boca de Sancho, cuando Don
Q u i j o t e se d i s p o n í a a bajar a la Cueva de Montesinos,
las siguientes palabras: «Dios te g u í e y la P e ñ a de Francia, j u n t o con la Trinidad de Gaeta, flor, nata y espuma
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de los caballeros a n d a n t e s » . Y como para dar i m p o r t a n cia a la i n v o c a c i ó n de Sancho, es esta una de las pocas
aventuras en que queda bien parado el Caballero de la
Triste Figura
Queremos dar una breve d e s c r i p c i ó n correspondiente
al a ñ o de 1573 que trae un personaje, m i t a d turista y m i tad peregrino, el cual, con el nombre de « E l Pelegrino
C u r i o s o » , r e c o r r i ó los principales Santuarios y sitios c é l e bres de E s p a ñ a y P o r t u g a l . H o m b r e valiente, atrevido y
amigo de ver, t o m ó el b o r d ó n de peregrino y bajo esa
apariencia h u m i l d e se d i ó el gusto de visitar tierras y estudiar p a í s e s (1). D e s p u é s de visitar a Guadalupe, se enc a m i n ó a Plasencia y por la A b a d í a , Lagunilla y Sotoserrano, fué a dar a la A l b e r c a .
Desde a q u í « p a r t i ó el Pelegrino para Nuestra S e ñ o r a
de la P e ñ a de Francia, casa d e v o t í s i m a , la cual e s t á dos
leguas de allí; y subiendo descalzo e x p e r i m e n t ó la gran
fragosidadde la m o n t a ñ a , que es a l t í s i m a y e n medio d é l a
cuesta hay una fuente. Llegado, pues, a su altura y sitio,
el cual es n o t a b i l í s i m o , luego el Pelegrino pidió licencia
y e n t r ó s e dentro. Es casa m u y antigua; f u n d ó s e en t i e m po del Rey Don Juan el primero, y aunque hay libro escrito e impreso, no por eso d e j a r é de ir apostillando su
historia b r e v e m e n t e » .
Sigue la historia del hallazgo por S i m ó n Vela y la fund a c i ó n de la casa por los dominicos y c o n t i n ú a : « H a y en
ella treinta frailes con ser casa p e q u e ñ a y frígidísima. E l
S i m ó n Vela vivió allí muchos a ñ o s y a la hora de la muerte dijo que se h a l l a r í a n cinco i m á g e n e s que con la M a d r e
de Dios s é h a b í a n allí enterrado. Han parecido las tres;
las dos a ú n no ha sido Dios servido que parezcan. Las
(1) E / Pelegrina Curioso y Grandezas de E s p a ñ a , por Bartholomé de Villalba y E s t a ñ a , Doncel de Xérica. Publícalo la Sociedad de
Bibliófilos E s p a ñ o l e s . Madrid, 1886.
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euales tres se tienen en mucha d e v o c i ó n , y particularmente es esta casa visitada de los estudiantes de Salamanca, que casi nadie deja d é verla. F r i s a en la devoción con Guadalupe, que dos veces ha sido la santa imagen trasladada a la casa de abajo, que estos padres tienen y miraculosamente se ha vuelto a subir, llevada por
muchos á n g e l e s .
T i e n e n en ella muchas reliquias, la cabeza de santa
M a r g a r i t a , un hueso de san Pablo y una Spina D o m i n i .
La imagen s a n t í s i m a es p e q u e ñ a , mas abultada y morena; y ante ella hav una l á m p a r a de plata g r a n d í s i m a , que
d i ó un conde de Benavente. E n la cual casa tienen m u y
venerado el lugar donde nuestra S e ñ o r a se a p a r e c i ó y
otras estaciones que andan los pelegrinos, los cuales benignamente son recibidos y acariciados; y el nuestro lofué aventajadamente'.en su refitorio y contados todos sus
misterios.
Y como de los estudiantes quedan allí tantos versos
buenos, quiso él t a m b i é n dejar los suyos, aunque no tales, y ya que se q u e r í a ir, puso estas redondillas enfrente de la puerta, con las cuales m o s t r ó bien lo que es la
santa casa:
Cristianos, los que os preciáis
de servir a Dios eterno,
los que g e m í s y lloráis
por no gozar del infierno
y eterno premio e s p e r á i s .
Hombres que estáis descuidados
de la hora de la muerte,
vanos hidalgos hinchados,
príncipes hombres de suerte,
y de todos los estados.
Todos juntos, pecadores.
pobres, tristes, afligidos,
cavadores, labradores,
si q u e r é i s ser socorridos
de trabajos y dolores;
si queréis ya descansar
y poner gran vigilancia
en vuestra alma salvar,
acudid sin m á s tardar
a esta Peña de Francia.
Que a los cojos sana luegor
a los muertos rusucita,
y del infierno ella quita
al que la invoca con ruego
y a los humildes imita.
Sanan a q u í los leprosos,
del alma y cuerpo juntado;
sanan a q u í los furiosos,
y los que con fe han llegado,
van alegres y gozosos.
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141
-
Puestos estos versos, fueron tan aceptos que aquellos padres en una tablilla los hicieron fijar. D e s p u é s de
haber c u m p l i d o con lo que es de esencia en la pelegrinación y haber tomado medidas de i m á g e n e s que allí d a n ,
el Pelegrino se d e s p i d i ó de aquellos padres, y particularmente de fray Juan de O ñ a t e , un v a r ó n s a p i e n t í s i m o y
de fray Juan R u í z ; que estos dos fueron m u y continuos
suyos; y b a j ó s e a nuestra S e ñ o r a de Gracia, casa de F r a n ciscos Recoletos, la cual es de e x t r a ñ í s i m a d e v o c i ó n » .
Esto nos dice el Pelegrino Curioso en su estilo o r i g i nal y candoroso. D e j é m o s l e seguir camino adelante en
su devota empresa y s í r v a n n o s sus palabras de aliento en
nuestros deseos de renovar los buenos tiempos del Santuario de Nuestra S e ñ o r a de P e ñ a de Francia.
Fr. E. C O L U N G A .
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142
Cartas de los Márti
XXVI
Del Beato Tomis del íspíritu Santo ai P. Provincial.
J e s ú s = : S e a en el alma de V . R. Por esta daremos a
V. R. r e l a c i ó n de lo que por estas tierras hay y ha acontecido. Lo primero, aunque el navio de Diego Jorge
l l e g ó al puerto sin contrastes en é l , lo tuvo m u y grande
de una furiosa tormenta que vino, donde d i ó a la costa, y
se p e r d i ó casi todo cuanto t e n í a ; y nosotros quedamos
bien escarmentados de no proceder adelante por este medio, porque a d e m á s que no se consigue el efecto, o cuando alguno se consigue, es por milagro bueno, tiene para
los religiosos m i l inquietudes y desasosiegos. Y cuando
estos tonos o s e ñ o r e s ven que para sus deseos, que todos
son de codicia, les viene bien, hacen cuanto se les pide,
y si no, luego cierran con todo. Bien es verdad que los
pobres, que no se hacen cristianos por respetos particulares, sino por su s a l v a c i ó n , duran en la fe. Y si nosotros pud i é s e m o s en J a p ó n tener a l g ú n pobre lugar para nuestro
v i v i r , sin que hubiera respetos a navios ni otra cosa, fuera
de g r a n d í s i m o consuelo, y que en nosotros no vieran m á s
de doctrina y amor, con que los t r a t á b a m o s , porque c o m o
son gente codiciosa, allí se pegan adonde ven que les
pueden ayudar a sus deseos. Y a s í , no se puede tener la
seguridad y confianza que se tuviera, cuando se hicieran
sin estas cosas. H a b r á diez o doce d í a s que nos dijertfh
que el c a p i t á n de un navio, que se h a b í a hecho cristiano
el a ñ o pasado a h í en Sto. D o m i n g o , antes que llegase de
vuelta a estos reinos [se] h a b í a vuelto o casi vuelto. Díjonoslo quien con él h a b í a v e n i d o . Y así es menester que
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V- R. sepa este natural que tienen, por si otra vez [se]
ofreciere otro tanto, que bien creo yo que si saben que
por hacerse cristianos h a b r á licencia para seda, etc., no
faltará quien se haga. Mas como digo, los que sin estos
respetos se hacen, s e r á n m u y buenos.
Salimos los dos del reino de Satzuma h a b r á cuarenta
d í a s , poco m á s , para buscar a l g ú n lugar donde podeitios
arrimar, porque lo de Satzuma faltará, si Dios no pone
su mano misericordiosa en ello, cuando falten de venir
navios; y para que vuelvan, quedan esta vez m u y escaldados los e s p a ñ o l e s , y así, q u i s i é r a m o s buscar ahora donde acogernos.Y aunque al principio nos h a b í a n dado buenas nuevas de las cosas de Meaco, d e s p u é s las vimos de
manera que nos p a r e c i ó entretenernos por algunos pueblos de cristianos hasta saber nuevas así de los Padres
de Satzuma como de un Padre francisco que h a b í a bajado de Meaco; y aunque en confuso, hemos o í d o que
ahora no está bueno, y estamos de partida para certificarnos y ver lo que podemos hacer. E n el entretanto que hemos andado esperando esto, f u é n o s necesario pasar por
un reino de cristianos, que s e g ú n nos dicen los Padres,
h a b r á entre chicos y grandes setenta m i l almas, y m á s ;
y h é m o s l o hallado m u y revuelto, y las iglesias cerradas
por mandamiento del T o n o , que se llama D . Sancho, señor de V o m u r a , cristiano desde su nacimiento, cuyo padre fué el que dio a los Padres a Nangasaqui, que desp u é s el Taico, h a b r á no s é c u á n t o s a ñ o s , lo t o m ó para s í ,
cuando m a n d ó que los Padres saliesen del J a p ó n . Ha
acontecido, pues, que en Nangasaqui estaba un gobernador cristiano, puesto por orden de los Padres de la C o m p a ñ í a , que se llama T o á n , al que han los Padres levantado del polvo de la tierra, y dice que él no hace nada sin
consejo de dichos Padres. Y como con la venida de la
nao ha crecido el pueblo, l e v a n t ó el Tono de V o m u r a ,
que es el D . Sancho bienhechor de los Padres, unas calles que caen en el mismo sitio de Nangasaqui, y llevaba
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144
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d e allí lo mejor de su renta. Mas como aquello y Nangasaqui tenía dos s e ñ o r e s , g o b e r n á b a s e m a l , por cuanto el
que h a c í a d a ñ o en una calle, dicen que se pasaba en
otra, y con aquello no h a b í a el remedio de los males que
c o n v e n í a . H a b r á dos a ñ o s que los Padres Vice-Provincial y el P. F r . Juan R o d r í g u e z , que es la lengua y el que
siempre negocia con el Emperador, aconsejaron ( s e g ú n
ellos mismos nos dijeron) al m i s m o T o n o , temiendo lo que
ahora hay, ciertos partidos honrosos para que estos desó r d e n e s cesasen, y el gobernador de Nangasaqui lo gobernase todo, Y d i j é r o n n o s los Padres que aunque ai principio h a b í a estado en ello, d e s p u é s no quiso.
Lo que ahora pasa es que el a ñ o pasado t r a t ó el Señ o r del imperio de q u i t á r s e l o , y é s t e le ha quitado aquellas calles que t e n í a en Nangasaqui, de que él e s t á m u y
sentido, y todos los de su tierra, porque todos a p e n d ó n
herido dicen que los Padres les han quitado sus rentas. Y
como ahora los ha de gobernar y regir el gobernador de
Nangasaqui, que no hace sino lo que los Padres quieren, todo es confirmarse m á s y m á s en ello, y el diablo
de su parte hace por donde todo esto se pierda; ya dicen
que el Tono ha dejado la fe, y muchos de los que a él se
llegan, que son los m á s principales y consejeros. Los
pobres tienen buenas e n t r a ñ a s , mas unos y otros, todos
echan la culpa a los Padres. Y nosotros pasamos por
aquel reino, y estuvimos en el pueblo principal, donde este S e ñ o r tiene su casa y fortaleza, con deseo de componerlos y volver por los Padres, por lo mucho que conviene para que aquella Cristiandad no se destruya, y tamb i é n porque esta m á c u l a procura el diablo que caiga, no
sobre Pedro ni Juan, sino sobre los Predicadores y Padres. Y aunque al T o n o no le pudimos hablar (por estar
ausente, y a ú n no ha vuelto hasta ahora a su tierra, porque está con el Emperador) hablamos a algunos principales, y entre ellos a un hermano del Tono y a un primo
suyo, que es el gran p r í n c i p e que fué a E s p a ñ a por orden
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T45 —
de los Padres de la C o m p a ñ í a ; que todo su estado y casa
y muebles y r a í c e s debe valer, echada buena cuenta, menos que nada, y e s t á ahora en su prosperidad, y t e n d r á
hasta quinientos ducados de renta cada a ñ o , y o b l i g a c i ó n
de servir con tantos soldados a su primo, que se la d a .
7 si se la quita, q u e d a r á en blanco; y para su plato le
debe quedar en l i m p i o cada a ñ o menos de doscientos
pesos. Y de é s t o s son los p r í n c i p e s que fueron a E s p a ñ a ,
y en quien el Papa y el Rey y Grandes mostraron su
poder, y los otros tres son hermanos de la C o m p a ñ í a ,
que si fueran seglares, tuvieran algo menos que é s t e .
Pues hablando con estos s e ñ o r e s y otros principales, procuramos con todas nuestras fuerzas defender a la Compañ í a , cortando muchas murmuraciones que de ellos hubiera sólo con que c o n s i n t i é r a m o s callando.
(Continuará).
146
LA
CANECA
E n un pueblo, que fué en tiempos mejores una villa,,
vivía y acaso viva hoy, una mujer, tipo singular de la gracia y desparpajo campesinos. Era O b d u l i a (que a s í se llamaba esta mujer) una j o v e n , ni alta ni baja, y m á s gruesa que delgada, pelo rubio, color algo tostado, de m u y
buen contentar, genio alegre y z u m b ó n , voz de á n g e l y
palabras, si no de demonio, de persona que muchos llam a r í a n endemoniada; graciosa en su charla, maliciosa
en los gestos, hábil en discurrir, y fresca y sincera en hablar; era O b d u l i a el tormento de algunas amigas forzosas, quienes la t e m í a n como a un nublado, porque se
daba m á s m a ñ a para pintarlas que ellas para pintarse;
una triste experiencia las c o n v e n c í a de que donde estuviera O b d u l i a eran ociosos los fingimientos, t e n í a que llamarse al pan, pan, y al vino, vino, y pobre y feo, lo que
no fuera de verdad rico ni hermoso
E n uno de los muchos d í a s de su vida, fué O b d u l i a a
una ciudad, donde vivían unas primas suyas, y se educaba p a s e ñ o r i t a una muchacha del m i s m o pueblo que, a l
decir de O b d u l i a , «era un alma de estopa m e t í a en un
cuerpo de e s p a r t o » . Ir a la ciudad y^no ver a la paisana,
no rezaba con la manera de ser de O b d u l i a , y al colegio
se fué en la tarde del m i s m o d í a que entraba en la ciud a d . La prima que iba con ella sufrió lo indecible durante la visita, y se riyó lo que no puede imaginarse cuando, al salir, c o m e n z ó O b d u l i a a cambiar sus impresiones,
porque las r e v e s t í a con una sátira tan fina, que, m á s que
aldeana, p o d í a llamarse un D i ó g e n e s hecho a c a d é m i c o y
vestido de mujer.
— « P e r o ¿ h a s visto tú, mujer, cosa m á s boba?—jComo
si no s u p i é r a m o s ya q u i é n e s í N o quisiera morir sin ver
el día en que vaya al pueblo esta chica, pa ver de q u é
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147
-
le sirve ese peinao, y esos lazos y esas palabras sin substancia". ¿Y a esto llaman una colegiala? P u é que piensen
que pa eso me hace falta a m í un colegio; si tuviera otra
cara, no se a r r e g l a r í a a s í . ¡ J e s ú s , n i ñ a í , y dice p a p á y
m a m á , como d e c í a yo cuando estaba t o d a v í a en m a n t i llas... jSí, te digo que se ven algunas cosas...! ¿ C r e e s tú?
Si esa t e n d r á que vivir d e s p u é s como toas, como no haya
a l g ú n gerifalte que e s t é tan en p a ñ a l e s como ella». Y por
a h í adelante s e g u í a nuestra aldeana poniendo como nueva a la infeliz paisana que, aunque educada en colegio,
distaba mucho de tener el ingenio, desenvoltura y gracia que la naturaleza h á b í a derramado a manos llenas sobre O b d u l i a . N o se crea por eso que ésta fuera mala; al
contrario, era un corazonazo; sólo que le s a b í a m u y m a l
ver que nadie quisiera pasar por lo que no era; y eso del
colegio tenía ella entre ceja y ceja, que no era m á s que
gana de figurar, y meter envidia a las que no p o d í a n darse ese lujo; y a ella, a la hija de su madre, no le h a c í a
falta eso para valer y figurar m á s que la primera. De lo
cual q u e d ó c o n v e n c i d í s i m a la prima que la a c o m p a ñ a b a
cuando a ú n no estaba a cien pasos del colegio. Porque
eso s í , colegiala no era O b d u l i a , pero no le q u e d a r í a
dentro ninguna cosa por no saber expresarla.
L l e g ó el verano, como llegan todas las cosas; y la colegiala volvió a su pueblo, m u y lejos de sospechar que
en él hubiera una sola persona que no se deshiciera en
alabanzas a su a p l i c a c i ó n , a su porte, sus notas y hasta...
a la elegancia y pulcritud de su manera de andar y de
vestir. E n el tiempo de colegio se le o l v i d ó que en su
pueblo, ni siquiera s a b í a n lo que eran esas cosas; de sus
amigas, la única que lo s a b r í a , era O b d u l i a , y é s t a , s e r í a ,
mejor para la colegiala no saberlo. Y fué é s t a de las primeras en saludarla; la a b r a z ó y la b e s ó con toda su alma,
d i c i é n d o l a mientras tanto: Pero q u é mona e s t á s , Luisita,
si tiene una miedo a deshacerte como un m a i m ó n .
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T48
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El primer día de fiesta hubo tertulia. La buena de L u i sa s e n t í a por O b d u l i a cierto c a r i ñ o , acaso porque su educ a c i ó n la dejara apreciar lo que valían la sinceridad y sencillez algo molestas de su amiga. Esta se honraba mucho
con esa preferencia, pero desde el primer día le supo m a l
que Luisa la hablara con tanta finura y delicadeza; pudiera decirse que, si la creyera m á s lista, lo h a c í a por
burlarse de ella; y lo que es de ella no se burlaba n i n g u na colegiala. T a r d ó . m u y poco en hablarle claro, y dejar
precisado el alcance de trato semejante.
—Pero d í m e , Luisa, ¿por q u é me hablas a s í , tan fino?
¿ N o ves que yo no soy ninguna s e ñ a maestra?
—-jJesús, O b d u l i a , q u é cosas tienes! ¿ T e h a b í a de parecer mal que te hable como me han e n s e ñ a d o en el colegio?
— N o es que me parezca m a l ; es que se me hace a m í
que lo h a r á s p'a que se vea que yo no soy colegiala,
— jPor Dios, O b d u l i a , no seas a s í ; no h a b í a pensado
en eso siquiera.
— Pues, mejor; pero yo quiero que me hables como
antes; y que te peines y te vistas como antes; te lo digo
porque te quiero. ¿ N o ves que con ese m o ñ o a s í , no puedes llevar un c á n t a r o a la cabeza?
— j L o l l e v a r é en el cuadril!
—¿Y si tienes que llevar dos?
— U n o a cada lado.
—¿Y c u á n d o sean tres?
— H a r é dos viajes.
— Q u i t a allá, mujer; ¿y un m o ñ o vale la pena de ir dos
veces a la fuente? N o t e n d r á s quien te mire a la cara en
toa tu v i d a .
Pero no era eso lo peor; lo que peor le sentaba a L u i sa era la precisión de beber por la caneca, especie de vaso de hoja de lata, por el que b e b í a n todos hasta acabar;
— 149
-
esto le repugnaba por d e m á s . O b d u l i a a d v i r t i ó m u y pronto esta repugnancia; y compadecida de ella, se d e c i d i ó
a q u i t á r s e l a de un modo m u y original.
— M i r a , la dijo, tienes que ir dejando esos remilgos,
porque en toa tu vida no h a r á s a los del pueblo beber de
otra manera; y que te saquen en tos los sitios una copa
p'a tí tampoco. Tienes que hacerte a t ó , como las d e m á s .
— Pero, mujer, si no puedo remediarlo.
— Pues mira, yo te d i r é ; cuando te den la caneca, te
haces la d i s t r a í d a , das media vuelta, a la mano, y bebes
por el m i s m o sitio del asa; por a h í no bebe nadie; mientras por la derecha del asa bebemos tos; por la izquierda,
beben los zurdos; y por el medio los que tienen que beber con las d e s á m a n o s .
Esto p a r e c i ó o p o r t u n í s i m o a la excolegiala. Unos meses m á s tarde, estaban las dos en una casa de toda confianza, y Luisa tuvo sed y pidió agua; pero recordando
el consejo de O b d u l i a , c o g i ó la caneca y disimuladamente a p l i c ó los labios por donde el asa. Nadie se a p e r c i b i ó
de ello, m á s que O b d u l i a , y una muchacha de la casa
que, por cierto, t e n í a la cara llena de postillas, y no eran
los labios los menos afortunados. Esta muchacha, no
bien vió el descuido de Luisa, dijo a su madre en voz
alta:
—-«jOy, madre, Luisa bebe por el m i s m o sitio que y o l »
La pobre Luisa se fijó en la que hablaba, y estuvo en
muy poco que no e c h ó el agua que h a b í a bebido. Poco
d e s p u é s la d e c í a O b d u l i a en confianza:
- « Y a ves, Luisa; a veces lo que m á s estorba, es la finura y la e d u c a c i ó n » .
Fr, V i d a l L U I S G O M A R A , O . P.
150
VIRGEN DE PENA DE FRANCIA
CORO G E N E R A L
Sobre ¡a cumbre audaz que a! ciclo toca
cantad d e l peregrino la c a n c i ó n :
¡ A I lado de la Virgen de la Roca
desfallecen la mente y c o r a z ó n !
En la cumbre risueña,
tocando al cielo ya,
¡oh! Virgen de la Peña,
tu regio trono está,
y allí cual deliciosa
visión de blanco t u l ,
te yergues bondadosa
en el radiante azul.
7 dulce y compasiva,
l l a m á n d o n o s a tí,
nos dices expresiva:
—Venid, venid a mí.
Yo calmo los dolores,
yo doy vida y salud
Yo otorgo mil favores,
yo inspiro la v i r t u d . —
Ganada ya la altura
con ansias y penar
m í r a n o s . Virgen pura,
en torno de tu altar.
De la á s p e r a pendiente
rendidas a ú n están
las plantas, y la frente
sudor da con afán .
D u l c í s i m a María
sé tú nuestro solaz;
devuelve la a l e g r í a ,
c o n c é d e n o s la paz.
¡Ah! sí que no hay pesares
en tu m a n s i ó n gentil,
y al pie de tus altares
se aspiran dichas m i l .
Se calman los tormentos
gozando de tu amor;
se ocultan las sangrientas
visiones del dolor.
¡Quién fuera tan dichoso
que en tu m a n s i ó n de paz
por siempre venturoso
mirara tu beldad!
Mas ¡oh! Reina adorada
de nuestro c o r a z ó n ,
sobre la cumbre amada
no oirás nuestra oración.
Aquí con m i l reflejos
tus ojos brillarán,
en tanto que allá lejos
tus hijos v a g a r á n .
Bendícelos María
piadosa desde a q u í ;
y en no lejano día
que vuelvan junto a tíD e nuevo, sí, a tu altura
v e n d r é m o s t e a adorar,
cantando. Virgen pura,
en torno de tu altar.
Fr. J o s é L . T A S C Ó N .
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151 —
Función social de la propiedad
P a r é c e m e estar viendo a muchos lectores de L A V E R DAD RELIGIOSA con este n ú m e r o en las manos h o j e á n d o l o ,
c u r i o s e á n d o l o , y andando, andando, llegar por fin a tropezar con el fatídico e p í g r a f e P u n c i ó n s o c i a l de la p r o piedad, anublar el gesto y pasar de largo ofrendando al
autor de t a m a ñ a o s a d í a con un g u i ñ o entre b u r l ó n y sarc á s t i c o . Yo desde luego no escribo para gentes que han
hecho del prejuicio el punto de apoyo, el j u i c i o de todos
sus razonamientos. Hablo con los que gustan de la disc u s i ó n serena y desapasionada; hablo con las inteligencias equilibradas que van tras la verdad por la verdad;
hablo, en fin, con los e s p í r i t u s generosos, que si es preciso, saben sacrificar su ideario en aras de otro ideario
m á s viable.
U n h o m b r e tan calificado en el campo social c a t ó l i c o
como el Sr. Osorio y Gallardo, el ilustre patrocinador del
« r a d i c a l i s m o c r i s t i a n o » , o s ó proferir por c e n t é s i m a vez en
su conferencia, primera de las organizadas por B I D e b a te, la frasecilla aludida, y muchos por c e n t é s i m a vez se
escandalizaron. Francamente, tales e s c á n d a l o s nos parecen pueriles e infundados; la frase aludida bien m i r a d a ,
nos parece m u y precisa y verdadera en el fondo y en la
forma; es nuestro p r o p ó s i t o hacer ver las razones.
La propiedad tiene respecto de la sociedad la m i s m a
función que el trabajo, porque toda propiedad supone el
trabajo. Si alguien lo dudara, p o d r í a p r e g u n t á r s e l e q u é es
la propiedad sino el capital sobre que ejerce racionalmenie su d o m i n i o el poseedor. (Tomamos a q u í la propiedad
en un sentido objetivo, esto es, considerando, no el derecho sobre la cosa, sino la cosa y el derecho j u n t a m e n te). Y como el capital es fruto del trabajo, necesariamen-
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152
-
te lo supone la propiedad. La lógica nos conduce a plantear antes sobre el trabajo el problema que acerca de la
propiedad nos hemos propuesto. ¿ T i e n e alguna función
social el trabajo? Porque si el trabajo, aparte de su función i n d i v i d u a l , tiene a d e m á s una función social, lo q u e
es un fruto e s p o n t á n e o , el capital, la propiedad necesariamente h a b r á de tenerla t a m b i é n .
M . de M u n en la C á m a r a francesa el 11 de Junio d e
1888, definía el trabajo diciendo: «Ei trabajo es para m í ,
no una m e r c a n c í a , sino una función social que crea entre
quienes la cumplen y la sociedad obligaciones r e c í p r o cas y cuyo ejercicio no debe quedar sometido s ó l o a la
ley de los intereses p a r t i c u l a r e s » . Para el Conde de M u n
el trabajo no solamente tiene una función social, sino que
es él m i s m o esencialmente una función social, hasta el
extremo de quedar vedados su r e g l a m e n t a c i ó n y ejercicio a los intereses particulares. Es este un extremo v i t a n do; es un error de no p e q u e ñ o calibre, afirmar que el trabajo no tiene función alguna i n d i v i d u a l . Primero, que
para la sociedad, las e n e r g í a s humanas han sido dadas
para la c o n s e r v a c i ó n i n d i v i d u a l ; y antes que a la vida social, de hecho el h o m b r e , no sin un gran sentido filosófico de la realidad, atiende a su propia v i d a , a sus propias
necesidades; y sólo d e s p u é s de satisfechas é s t a s le preocupa el bien social. La t e o r í a de la escuela de M u n nos
llevaría al extremo de ordenar el i n d i v i d u o a la sociedad
y no la sociedad al i n d i v i d u o ; a una especie de i d o l a t r í a
social, en la que el i n d i v i d u o hubiera de sacrificarse infinitas veces en aras de la sociedad; a tales consecuencias
nos llevaría el pretender socializar lo que tiene el h o m bre de m á s personal, ya que el trabajo es el medio de
proveer a lo que es al hombre m á s esencial, a su propia
existencia.
Pero ¿a esto ha de limitarse la finalidad del trabajo?
¿ T o d a su función ha de limitarse a proporcionar al i n d i v i d u o un menguado salario? Apreciamos la d i g n i d a d del
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153
-
trabajo lo suficiente para no asignarle en la c o m p l e j í s i m a
org-anización de la vida un papel que nos a t r e v e r í a m o s a
llamar mezquino. E l trabajo es t a m b i é n el medio de subvenir a la vida social; y es que es preciso convenir en
que existe una vida social que es para el i n d i v i d u o tan
trascendental como la suya propia, y a veces m á s a ú n
que la suya propia. Nace el hombre en el seno de una
sociedad, que le recibe con c a r i ñ o , que garantiza su existencia contra toda clase de peligros, que pone a su disp o s i c i ó n su p o d e r í o , sus bienes, que procura, en fin, por
los medios que e s t é n a su alcance, su perfeccionamiento
en ambos ó r d e n e s , material y m o r a l ; es decir, que la sociedad es para el hombre una c o n d i c i ó n esencial de su
ser y perfeccionamiento. Se cae de su peso que tantos
beneficios no ha de percibirlos el ciudadano gratuitamente, sino merced a sus sacrificios, a su trabajo personal.
L a sociedad no es n i n g ú n organismo que hace abstracción de los i n d i v i d u o s ; la sociedad la forman los i n d i v i duos, es el conjunto de todos los individuos; ni su sér ni
su vida ni su funcionamiento son algo desligado de los
i n d i v i d u o s ; de consiguiente, toda su e n e r g í a de los i n d i viduos viene y vuelve a ios individuos. De este m o d o por
un proceso que parece envolver una c o n t r a d i c c i ó n , los
ciudadanos son el s o s t é n de la sociedad y es la sociedad
el s o s t é n de los ciudadanos; é s t o s mediante sus sacrificios, su trabajo personal que, aparte su función i n d i v i dual, tiene eficacia sobrada para contribuir a las exigengencias de la vida de la sociedad; é s t a transformando el
trabajo del ciudadano en beneficios v a l i o s í s i m o s .
E n resumen: la justicia reclama imperiosamente de
todo ciudadano que, puesto que de la sociedad recibe su
perfeccionamiento, contribuyan con su trabajo al sosten i m i e n t o de la misma, que es lo m i s m o que decir que el
trabajo tiene entre otras una función social.
Del trabajo nace por g e n e r a c i ó n e s p o n t á n e a el capital
con el sello de p r o p i e d a d , merced al c a r á c t e r de perso-
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154
-
nalidad que informa al trabajo humano; y es claro que si
el trabajo tiene la doble función susodicha, esta misma
suerte ha de caber a la propiedad. ¿Cuál sería en realidad
la función social del trabajo si el capital no participara de
esta cualidad? Decir que el trabajo tiene una finalidad social, equivale a decir que los beneficios e c o n ó m i c o s del
m i s m o (el capital), deben ceder en parte, al menos, ea
bien de la sociedad.
Por eso hemos dicho que es imposible hablar de una
función social de la propiedad sin haber planteado la misma c u e s t i ó n respecto del trabajo.
Pero a d e m á s lo persuaden otras muchas razones. A q u í
sería oportuno traer a cuento la tan poco considerada teoría de Santo T o m á s , compendiada en aquella famosa dist i n c i ó n : i l s u s y facultas p r o c u r a n d i et dispensandi; la teoría que encarna un concepto m á s social de la propiedad.
Respecto del uso de los bienes, dice el Santo que no h a y
propiedad, o mejor dicho, sus verdaderos propietarios,
son los necesitados; por eso a ñ a d e que debe estar dispuesto el poseedor a desprenderse de ellos con facilidad.
Claro e:s que el Santo ha tenido en cuenta las necesidades del poseedor antes que las de otro alguno. ¿A q u é
obedece este comunismo tomista respecto del uso de los
bienes? Obedece al principio de que é s t o s no han sido
dados para medros e g o í s t a s , sino para el bien de la com u n i d a d . Los que evocan el trabajo personal como gar a n t í a de una propiedad caprichosa, debieran tener en
cuenta la doble función del trabajo, y sobre todo, que si
al trabajo se diera siempre lo que es suyo... h o l g a r í a n por
superfinas todas estas cuestiones.
Guerrero.
— 155
H a c i a la s i n d i c a c i ó r v c a t ó l i c o - l i b r e . — E r v la crónica anterior
se nos q u e d ó en el tintero una observación importantísima relativa
a la propaganda social-católica. 7 es la sanísima orientación que en
general lleva; pues en realidad nada s a c a r í a m o s de esa acción intensa de propaganda, si no fuera dirigida por rectos caminos. Pero,
hay que decirlo muy alto, esa propaganda de hoy ha dejado ya ¡os
antiguos temores que la impedían sindicar a los obreros en asocianes puramente obreras y los ha dejado de tal modo, que lo que antes constituía un manantial de temores y de vacilaciones, es hoy el
blanco y el h a l a g ü e ñ o ideal a que se aspira con ardor. N o se citará
en esas propagandas al hombre que a fuerza de sudores y de abnegación s e m b r ó en el campo social español la idea salvadora de la
sindicación pura, de la sindicación libre de ingerencias patronales,
no se h a r á mención del P. Gerard, pero sus doctrinas, que es lo que
m á s importa, van triunfando ya y van a p o d e r á n d o s e del campo social tan r á p i d a m e n t e , que un periódico tan importante como B l Z)ei6<9íe y un hombre de tanta nota como Severino Aznar, se han hecho
eco de esa idea y el primero en sus columnas y el segundo en a r t í culos de diversas publicaciones, manifiestan a España la necesidad
de la sindicación lib¡e y se esfuerzan y no en vano, porque todas
las propagandas sociales se encaucen por esas vías. 7 no se crea
que ePolvido del gran hombre, causa de esta evolución, sea un triunfo de sus enemigos, aunque ellos trabajen con ardor ese silencio y
ese olvido, no.
El P. Gerard está triunfando y confundiendo a sus enemigos
porque su idea triunfa de ellos y los confunde; pues no'ja idea por el
P. Gerard, sino el P Gerard por !a idea salvadora d e r r a m ó sudores,
prodigó sacrificios y consagró una vida entera para hacerla arraigar en el campo social español y recoger después de ella sus frutos
saludables; y pues estamos recogiendo esos frutos, estamos por consiguiente, gustando las delicias de la victoria del P. Gerard. Merece
sobre todo un aplauso de todo buen español la A - C N de P., no
sólo por su intensa, intensísima propaganda, sino por esa orientación sana que venimos aplaudiendo.
b o c i a l i s i n o s y s o c i a i i s m o s . —7a hastía tanta literatura sobre
temas que sin tener una importancia extraordinaria, carecen a d e m á s
de la dificultad y de la profundidad que a c o m p a ñ a n a otros, por desgracia menos estudiados El fin de todo estudio y de toda propaganda social es la formación de un programa que b a s á n d o s e todo él
en la justicia nos dé por resultado la paz y el bienestar. Claro está
que lo que m á s importa aquí es llegar cuanto antes a conclusiones
precisas, sin que nos detengamos en la puerilidad de discutir con
calor sus nombres. 7 hoy, por desgracia, se comete esa puerilidad,
y se entablan discusiones que, a juzgar por el fuego que respiran y
por la inutilidad de lo que se discute, nos hacen pensar que tales discusiones están mantenidas por la p a s i ó n . Lo que se ha discutido so-
— 15G —
bre e! nombre socinlismo es infinito, e infinitas son también las ne_
cedades que se han dicho en esas discusiones Hace veinte o trein"
ta años la acción católica en E s p a ñ a era casi nula y la poca que ha"
bía no iba francamente encaminada por los rectos caminos de la jus"
ticia Los temores de que hemos hablado arriba se lo impedían. Por
otra parte, la situación de la clase trabajadora era verdaderamente
calamitosa; m á s que calamitosa, era desesperante. Y como la sociedad española era oficialmente católica y por pueblos y ciudades
se hacía pública profesión de catolicismo, se creyó que aquel estado de cosas, aquel servilismo a que el obrero estaba sometido, aquel'
b á r b a r o liberalismo, causa de tanta injusticia, era fruto de las enseñanzas de la Iglesia católica, quien ayudaba, unida con los ricos, a
esquilmar al infeliz obrero. El socialismo, ese sistema e c o n ó m i c o politico^relig-ioso que se había apoderado ya de casi todos los proletarios del extranjeros vió la necesidad que el de España tenía de
las doctrinas que él defiende sobre todo en el prog rama económico
y en España se metió. Como por lo general el obrero español era
católico, dictaba la'prudencia que no se propalasen doctrinas que
chocasen con su conciencia, sino sólo aquellas otras que estando
dictadas por la.justicia fuesen favorables para ellos en el orden económico . Y así lo hicieron y en pocos a ñ o s el proletariado español de
la industria se vió socialista. No dudamos que el blanco del Socialismo era implantar en E s p a ñ a todo el sistema socialLsta empezando
por el económico Por eso eligieron para cabecillas a gente descreída y sin conciencia, por lo común Pero lo que el obrero español
abrazó por de pronto fué el programa económico, y mediante él l o g r ó salir de la esclavitud vergonzosa a que le tenían sujeto. Vieron
muchos católicos que la inmensa m a y o r í a de las conclusiones socialistas en economía eran muy justas y , por lo tanto, muy conformes
con el Evangelio, de aquí esas conferencias y esos artículos «Puntos
de coincidencia entre el catolicismo y el Socialismo», «¿Hay un socialismo cristiano?» y otros por el estiló Lo que no sabemos de donde vienen con esos e s c á n d a l o s y esos aspavientos de los que ponen el grito en el cielo al oír o leer esos artículos o conferencias.
Sabemos, por desgracia, a d ó n d e van, es decir, el resultado que
tienen, pues no es otro que el de separar al obrero de los propagandistas católicos Siendo una táctica muy prudente y muy lícita la de
hacer al obrero compaginables las mejoras económicas que ha adquirido, y otras a que tiene derecho, con su religión católióa, la que
llevan aún en sus conciencias m á s del QO por 100 de los obreros esp a ñ o l e s , esos tales espantadizos, so pretexto de celo, hacen un d a ñ o
inmenso a la causa de la acción social católica con sus escándalos;
porque impiden el fruto que de esa táctica se seguiría. 7 para confundir a esos que sostienen a capa y espada que el Socialismo está
condenado por la Iglesia, que es una herejía, etc., etc , nos content a r í a m o s con decirles que citen la pastoral o el documento donde
conste que ningún obispo de E s p a ñ a haya excomulgado a obrero
alguno por el mero hecho de estar sindicado en asociaciones socialistas; nos c o n t e n t a r í a m o s , digo, con esto si no tuviésemos a mano
unas palabras del ilustre P. Gafo que pueden dar la clave para distinguir entre socialismos y socialismos y ver al mismo tiempo un
calmante para los que se sobreexcitan al oir ciertas afirmaciones
acerca del socialismo.
Las palabras del P. Gafo son: «La afirmación: e l s o c i a ü s m o no es
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7 57
-
conciliable conel catolicismo, envuelven los mismos sofismas y confusiones que estas otras afirmaciones: el tradicionalismo es inconciliable con e l catolicismo; el aristolelismo es incompatible con el catolicismo, y cien m á s que se pudieran formular. Si es cierto que el
socialismo está condenado por la Iglesia, también lo es que el tradicionalismo tiene la misma condenación Luego no se podrá emplear
este término aunque sea para afirmar doctrinas distintas de las taxativamente condenadas en esa palabra.
Luego si se ha empleado y se emplea ese vocablo '"tradicionalismo,, por muchos católicos para significar otra acepción del concepto ^ / W / c / o n , , , es porque se distingue con muy buen acuerdo entre
tradicionalismo filosófico que es el condenado y tradicionalismo politico-relig-ioso que no está condenado, aunque el Papa no hiciese
esa distinción Luego también podemos y debemos distinguir entre
socialismo filosófico-mora] e irreligioso que es el condenado y socialismo meramente e c o n ó n i c o , que no está condenado porque no
hay dogma económico
El socialismo estatista, d e s p ó t i c o , que anula por completo la l i bertad individual, el socialismo que excluye toda manifestación de
vida que no sea la material y económica (materialismo roarxista);.
que se desentiende totalmente de los valores morales y religiosos,
está condenado y está bien condenado.
Pero el socialismo que es una doctrina o una teoría simplemente
e c o n ó m i c a sobre la organización de la propiedad para que todos
Jos hombres tengan asegurado el bienestar e c o n ó m i c o , que hoy es
sólo patrimonio de alg'unos individuos (individualismo); el sociaüs"
mo que aspira a que todos, absolutamente todos, sean piopietarios,
ya mediante la nueva p a r c e l a c i ó n o el reparto de tierras, etc., ya
mediante el derecho al dividendo de las propiedades colectiva o
cooperativas ¿en d ó n d e esté condenado? ¿En dónde está la incompatibilidad entre el socialismo y el catolicismo?*
U n a vuelta a los t i e m p o s de barbarie.—Aunque hablemos de
puntos de contacto entre el catolicismo y el socialismo y sostengamos que los hay, no podemos menos de condenar los actos de barbarie a que se entregan los obreros socialistas en algunas regiones
de la península. En general, es cierto que los propagandistas y cabecillas del socialismo han metido en las conciencias de los obreros,
algunos errores funestos en medio de sus aciertos económicos; y
como es muestra de esos aciertos el bienestar relativo de los obreros, es muestra también de los errores que llevan mezclados, el sistema brutal de la fuerza que han implantado en muchas partes; pero
es una fuerza tan irracional y tan injusta, que debiera bastar eso para
negarles la libertad de asociación, como se le negaría a un grupo
de matachines, que con intentos homicidas se prestaran mutua ayuda. 7 verdaderamente, en esto, en un grupo de criminales parece
que degensran algunos sindicatos socialistas. Sólo así se explican
las continuas huelgas que plantean, la mayor parte sin justo motivo,
huelgas que vienen desangrando a E s p a ñ a y que son el azote m á s
terrible que está sufriendo la sociedad española; y sólo así se explican esos atentados personales que se van repitiendo y que han producido dos muy sensibles víctimas: una en Madrid, el profesor ingeniero de minas y presidente de la Unión ciudadana D Ramón Pérez
Muñoz, y la otra en Moreda (Asturias), D . Camilo Madera, fervien-
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158 -
te católico y valeroso obrero, hermano del actual secretario del sindicato católico de Asturias, D Vicente Madera.
¡7 aún seguirán llamándose los defensores del obrero!
El P. T o m á s P e r a n c h o , O . P. El joven y entusiasta P. Perancho ha dado su primera conferencia social en Oviedo. Sus grandes
entusiasmos le han lanzado ya al^campo de batalla a pisar triquiñuelas y a romper viles intereses personales, que están haciendo un dañ o enorme en el campo social español.
Su primera conferencia obtuvo muy grande éxito. 7 aunque no
han faltado quienes por ella han querido morderle el calcaño, pero
esto lejos de ser para él humillante, le honra mucho: pues no ha habido hombre grande ni idea renovadora que no haya tenido contradictores.
L A V E R D A D R E L I G I O S A en agradecimiento a lo mucho que se vio
honrada con la pluma del P. Perancho, le envía el m á s sincero y ferviente aplauso y , por si algo vale, un consejo Y es que siga entusiasta luchando por la causa de la justicia, sin que le arredren las
contradicciones de los que e n g a ñ a d o s o por temores pueriles o lo que
es peor, por bajas pasiones, quieren oponerse al paso de la justicia.
O t r a c o n f e r e n c i a —También dió una notable conferencia, el renombrado P. Avellanosa, que versó acerca de la propiedad. El salón de la Real Sociedad Económica de amigos del País de Palencia,
estaba repleta de concurrentes que oyeron al P- Avellanosa con
avidez y le tributaron d e s p u é s entusiastas ovaciones. Nuestra entusiasta felicitación al sabio dominico.
SECCiON
b E NOTICIAS
SALAMANCA.
P r e d i c a c i ó n . —Predicaron en nuestra iglesia: el primer domingo del mes de A b r i l , el R. P. Angel Menéndez; el tercero, el reverendo P Manuel Cuervo El 2 2 del mismo mes e m p e z ó la novena a la
seráfica Virgen Santa Catalina de Sena, predicando los RR. PP M a nuel Hoyos, Benigno R o d r í g u e z , Luis A . Furones, Sabiniano Cuende, Angel M . R ú a , Alberto Asiaín, Marcelino Montero, José Iglesias,
y el p a n e g í r i c o , el M . R. P. Arturo Ortega. El Pr Justo Cuervo, predicó la Semana Santa en Zarza de Granadilla (Cáceres); el P. A r t u ro Ortega, en Pajares de la Lampriana (Zamora), y el.P. Prior, predicó en Buena Madre el 12 de A b r i l .
S a n t u a r i o d e P e ñ a F r a n c i a . A principios del mes de Mayo,
se abrirá al culto el Santuario de la Virgen de la Peña, y el 24 del
mismo mes, se celebrará la función solemne, con misa cantada; esperamos que los devotos de la Virgen acudan a visitarla en ese d í a .
P r e c i o s a i m a g e n de la V i r g e n d e l R o s a r i o . - E n el mes de
Octubre se s o r t e a r á una imagen de la Santísima Virgen del Rosario,
que podrán ver en la «Librería del Sagrado Corazón*, Rúa 5 I . Las
— 159 papeletas para el sorteo las p o d r á n adquirir, dirigiéndose al P. D i rector del Rosario Perpetuo del centro de Salamanca (San Esteban).
O b r a p r e m i a d a . La Real Academia de la Historia ha premiado la última obra del R. P. Justo Cuervo, O . P., ^pray Luis de Granada verdadero y único autor del Libro de la Otación,,, con el premio al «Talento», mil pesetas, fundación de D . F e r m í n Caballero.
Reciba el P. Justo Cuervo, nuestra enhorabuena.
P A L E N C 1 A : Kn e i c o n v e n t o de D o m i n i c a s . — E l día 21 de
Marzo se celebró con extraordinaria concurrencia de fieles, la hermosa y conmovedora ceremonia de la toma de h á b i t o de la postulante señorita Carmen Escotti Iglesias, que en la religión se llama
Sor María del Carmen del Sagrado C o r a z ó n .
La plática estuvo a cargo del M R P. Prior de los Dominicos,
y fué apadrinada por la señorita Celsa Aguado, alumna del Colegio
de las Angelinas de esta ciudad.
— En el mismo convento, se celebró el día 2 6 la fiesta de su excelsa Patrona la Virgen de la Piedad, predicando el R. P. Julián Fuente, que comentó la inspiradísima y tierna secuencia Stabat Mater
Dolorosa Por la tarde asistió el l i m o . Sr. Obispo de la diócesis y
ofició en la reserva el M . I . Sr. D Francisco Trapiello, Deán de la
Santa Iglesia Catedral.
La capilla de las religiosas ejecutó una misa a dos voces de Larroca y otras varias piezas con el gusto y afinación que son ya proverbiales en Falencia y que merecieron, frases de alabanza del ilustrísimo Sr. Obispo
El d í a Viernes Santo hubo s e r m ó n de la Soledad de la Virgen,
predicando el R. P. Agustín F Losada, comentando aquellas palabras de J e r e m í a s en sus lamentaciones:
«Por eso yo estoy llorando y mis ojos se han convertido en dos
fuentes de l á g r i m a s , porque m i consolador se ha apartado lejos de
mí». El templo es insuficiente para dar cabida al numeroso público
que asiste todos los años a este devoto ejercicio.
C o l e g i o de " B l Santo A n g e l , , . — Surgió por m i mente una idea
que hizo recordar mis primeras impresiones infantiles al tener noticia de un acto simpático y digno de elogiar, como es inaugurar una
«Asociación Antoniana» de s e ñ o r i t a s , que se dediquen a consagrar
actos de virtud en honor del gran Taumaturgo, San Antonio de
PaduaR e c o r d é con gran placer los días de m i infancia, aquellas gratas
impresiones pasadas en c o m p a ñ í a de mis queridas Hermanas y
alumnas; de esas Hermanas que guían de un modo admirable desde
p e q u e ñ a edad los corazones de unas tiernas plantas, niñas, inculcando en ellas los sentimientos tan nobles de piedad, c o m p a s i ó n ,
misericordia...
7 nosotras hemos de saber demostrar una inmensa gratitud y
agradecer a esas almas puras, los grandes sacrificios que se impusieran para formar en nosotras, así como ropaje de buenos sentimientos e ideales nobles... Por todo esto les debemos una inmensa
gratitud.
¿7 sabéis donde ellas c o n o c e r á n nuestra gratitud? Es sin duda, en
que todas sin exceptuar ninguna, nos acojamos bajo la protección
de San Antonio; ya que fuimos inspiradas para esta obra tan digna
que b r o t ó del interior de nuestros corazones y así unidas todas en el
colegio donde pasamos nuestra infancia y que el Santo Angel nos
— 160
-
guió por el camino de la virtud, volvamos a unirnos con vínculo i n separable y no olvidar lo que tenemos grabado en nuestros corazones, y así daremos una señal de gratitud a nuestra querida Madre
y Hermanas.
B I L B A O : En la E n c a r n a c i ó n . — C o n algo de retraso damos
cuenta de los cultos que este año dedicó a su Santo Patrono la «Asociación de San José », establecida en la iglesia de las Dominicas de
Bilbao y a la que pertenece la aristocracia bilbaína. El día de San
José hubo tres misas de comunión, recibiéndola m á s de m i l personas, y lá última celebró de medio pontifical el Obispo dimisionario
del Tonkin, Rvdmo. Fr Anicasio Arellano, O . P., y el panegírico
del Santo, estuvo a cargo del P. Director de la Asociación, reverendo P. Francisco F e r n á n d e z .
Su oración, breve, fué elocuente en extremo. Presentó a San José
como modelo a c a b a d í s i m o de humildad y perfección cristianas. Dedicó a la Asociación de San José muy justas alabanzas por la meritísima labor que viene desarrollando desde su fundación en defensa
del menesteroso y alentólas a que, sin desmayos, prosiguieran en
esa labor aunque alguna vez recibieran desprecios e insultos de los
propios socorridos.
AM1L (Pontevedra).— Víctima de traidora enfermedad, ha dejado de existir, el 2 de Marzo, la bondadosísima y muy virtuosa señora doña Josefa Ruibal Barros de Fontenla, a los 6 8 a ñ o s de edad,
persona que gozaba de grandes aprecios y simpatías. Su muerte ha
sido sentidísima entre sus relaciones y amistades. F u é modelo de
esposas, siendo su vida ejemplarísima, caritativa y afable con los
humildes.
Reciba su desconsolado esposo, D . Manuel, suscriptor de nuestra revista, nuestro m á s sentido p é s a m e , y muy especialmente su
afligido sobrino y ahijado único, P. Manuel Fontenla Ruibal, particular amigo, hermano nuestro y estimado colaborador en L A V E R DAD R E L I G I O S A
Rogamos a nuestros lectores que encomienden a Dios el alma de
la finada (q. e. p . d . )
O b r a n u e v a — S á g r a d a Orden de Piedicadores, por el P. A n tonio Cerrión, O . P. Para el mes de Junio ofrecemos a nuestros lectores esta obrita de propaganda dominicana, tan encarecidamente
pedida por Benedicto XV y por él bendecida.
Aviso.—Rogamos a nuestros suscriptores que se hallen en descubierto con esta Administración, del pago de la Revista, que p r o curen ponerse al corriente en este mes de Mayo.
S A L A M A N C A .— Imp. de Calatrava, a cargo de Manuel P. Criado.
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