Encuentros 11 - Asociación Cultural Humboldt

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Año 5
1991
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11
Encuentros
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Revista publicada por la
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2
E ncuentros
11
1991
Obituario
Con hondo pesar recibimos la participación del deceso de
la Baronesa Felicitas von Humboldt-Dachroeden, esposa
de nuestro amigo Barón Bernardo von Humboldt,
descendiente directo del Barón Guillermo von Humboldt
y sobrino del sabio Alejandro von Humboldt, ocurridao en
Alemania el 3 de Junio de 1991.
La infausta noticia nos causó una dolorosa sorpresa, pues
los esposos Humboldt han gozado siempre de gran
aprecio entre nosotros por su gran calidad humana, su
carácter franco, su espíritu cordial y actitud amistosa para
con los venezolanos.
En la celebración del cuatricentenario de la ciudad de
Caracas estuvieron presentes, invitados por la Asociación
Cultural Humboldt en 1967. El 8 de agosto el Barón von
Humboldt pronunció una conferencia en el Colegio
Humboldt y en la antigua sede de Campo Alegre se
efectuó un agasajo en su honor, en el que le fue obsequiado
a la Señora Hum boldt un mapa de la Caracas
cuatricentenaria, como grato recuerdo de su estancia
entre nosotros y al Barón de Humboldt el diploma de
Miembro Honorario. En 1989 estuvieron nuevamente en
Venezuela para la inauguración de nuestra sede actual.
Al reseñar tan lamentable suceso expresamos nuestras
palabras de condolencia al Barón von Humboldt y demás
familiares.
Paz a sus restos!
Luisa Castillo, Junta Directiva de la ACH
Los alemanes en Venezuela
Intereses económicos
de los Welser en el
Nuevo Mundo
Walter Grosshaupt
La elección del Habsburgo español
Carlos I., apoyada por los Fugger y
Welser con aprox. 687.000 florines (1),
no significó sólo pérdidas para los ale­
manes. La ganancia se relacionaba con
la doble circunstancia de que por una
parte los Habsburgo se constituían en
dueños y señores sobre la minería de
Europa Central, sobre los Paises Bajos
y sobre las islas y países americanos
recién descubiertos, y por la otra que la
administración financiera de los nuevos
regentes aún no estaba en condiciones
de ofrecer el crédito rápido que estos
banqueros si podían dar. (2) Las oportu­
nidades que se les ofrecían a éstos con
las nuevas circunstancias eran variadas
y atrayentes y fueron utilizadas. (3)
Las relaciones comerciales de los
Welser con la península hispana no son,
sin embargo, consecuencia inmediata
del ascenso de los Habsburgo al trono
español, pues en general las relaciones
comerciales y culturales alemanas-es­
pañolas tienen una tradición mucho más
antigua. (4)
Los Welser, que habían alcanzado
grandes éxitos con el comercio de espe­
cias, habían reaccionado rápidamente
al descubrimiento de ambas Indias y a
la nueva situación producida por éste.
Ya en 1502 agentes de los Welser se
encaminaban a Lisboa para firmar, el
13 de Febrero de 1503 un acuerdo con
el rey portugués, que posibilitaba su
participación en los próximos viajes de
los portugueses. (5) En el legado de
Konrad Peutinger, cuñado de Bartholomeus Welser, se encuentran cartas e
informes sobre los primeros viajes ha­
cia América y la India. (6) La exactitud
de los informes sobre los acontecimien­
tos en la península ibérica es sorpren­
dente, y confirma la eficiencia de estos
servicios de información comercial.
Pero los Welser no se limitaban al
creciente imperio colonial portugués.
El 10 de Enero de 1513 la Reina Juana
de España confirmaba las posesiones
de los Welser en las Islas Canarias. (7)
En La Palma, cerca de Tazacorte, los
Welser tenían propiedades y mantenían
un molino de azúcar. Lukas Rem, un
agente importante de los Welser, visitó
“la tierra maldita que el nombrado Egelhoff compró para nuestra empresa”.
(8) En Marzo de 1513 los comerciantes
de Colonia Jakob Groenenberg y Johann Byse adquirieron las propiedades
de los Welser por 11.000 florines. (9)
Sin embargo, todavía los Welser no
estaban participando directamente en el
tan lucrativo negocio americano. Pero
el monopolio real español dificultaba el
desarrolloy abastecimiento de las pose­
siones en ultramar. Por ello se imponía
E ncuentros
11
1991
3
Los alemanes en Venezuela
la participación paulatina de capital ex­
tranjero en el desarrollo de las colonias.
Los primeros privilegios y posibilida­
des dadas por los Reyes Católicos eran
sobre todo para genoveses (10), resi­
denciados hace tiempo en Sevilla. Para
los Welser esta apertura aún no tenía
consecuencia alguna. Sólo en 1525,
bajo el gobierno común de la Casa de
Austria, se legalizó el comercio y la
emigración hacia América, incluyendo
los residentes de las otras partes del
imperio. Todavía se establecían condi­
ciones para esta em igración,
condiciones que se eliminaron un año
más tarde. (12) Así, también para los
alemanes se abría la posibilidad de co­
merciar con la fuente de la riqueza
española. Pero la nueva tolerancia ha­
cia los extranjeros en las colonias espa­
ñolas fue muy criticada. Aún en los
años 40 del siglo XVI. las Cortes de
Valladolid exigían la anulación de las
resoluciones de apertura. (13) La gene­
ral reserva de los españoles frente a los
extranjeros en las colonias se reflejaba
también en las disposiciones de Carlos
I. para las oficinas oficiales en Sevilla
que otorgaban los permisos. Carlos I.
exigía en estas disposiciones, que se
pusieran dificultades a los extranjeros
en la consecusión de los permisos. (14)
Aún así, los Welser aprovecharon
pronto las nuevas posibilidades. Al
mismo tiempo, además del tradicional
comercio exterior de los Welser en Es­
paña, aumenta su participación en el
presupuesto estatal español. Aparte del
dinero para las elecciones, el primer
acuerdo sobre ingresos en España se
realizó en 1520. A finales de Diciembre
de ese año se menciona un préstamo de
los Welser por 58.829 florines. En No­
viembre se firma un acuerdo por 103.000
florines, donde se incluye un adelanto
por 50.000 florines y deudas más vie­
jas. (15) De 1527 a 1532 Bartholomeus
Welser le había dado al gobernante
español préstamos por280.000 florines
y, junto a los Fugger y otros comercian­
tes, un adelanto de 1.580.000 florines.
(16) En comparación, el primer viaje de
Colón había costado unos 3.500 flori­
nes. (17)
Los primeros pasos de los Welser
en el N uevo Mundo son sus inversiones
en los viajes a las Molucas. Ya en 1523
Heinrich Ehinger, uno de los principa­
les representantes de los Welser en Es­
paña, había comprado gran parte de la
carga en especias de Magallanes. (18)
4
E ncuentros
11
1991
Después de este viaje se habían organi­
zado en España varias expediciones
más, que siempre tenían como meta a
las Molucas, el país mágico de los co­
merciantes de especias.
En el viaje de García de Loaisa los
Welser habían invertido 2.010 florines,
los Fugger 8.720. (19) Con ello, la
participación alemana en el financiamiento de los costos totales del viaje
ascendía a más de un 24%. Pero la
expedición, que partió el 25 de Julio de
1525, fue un fracaso completo.
Un año después se realizaba otro
intento de viajar hacia las llamadas Islas
de las Especias. Esta vez los Fugger y
los Welser actuaron con mayor cuida­
do. La mayor parte de los costos del
viaje de Sebastián Caboto fue pagada
por españoles y genoveses. Sólo Lazarus Nümberger y Ambrosius Talfinger,
el que más tarde fuera gobernador de
los Welser en Venezuela, participaron
con pequeñas sumas. (20) Tampoco
este viaje tuvo el éxito deseado.
Es significativo del talento comer­
cial de los Welser, que escogieran como
representante de sus intereses en Sevi­
lla, centro del comercio con América, a
un hombre muy reconocido en esa ciu­
dad. Lazarus Nümberger realizó posi­
blemente todos las gestiones oficiales
para el establecimiento de las factorías
de los Welser en Santo Domingo. (21)
Nümberger había llegado a Sevilla
por el año 1520. Poco después se casó
con Catalina Cronberger, hija del im­
presor alemán Jakob Cronberger. (22)
Este se había establecido hacia princi­
pios de siglo en Sevilla. En 1511 Cron­
berger compró una casa en una calle
que pronto fue llamada Calle de la
Imprenta, en honor al conocido impre­
sor alemán. (23) Lazarus Nümberger,
quien luego compró la casa vecina, es
nombrado allí aún en 1533. (24) Junto
con su suegro Nümberger participaba
activamente en el comercio. Yaen 1523
ambos enviaron a Diego de Mendieta
con mercancías por valor de más de
1.000 florines hacia América. (25) Pero
Mendieta murió poco después de llegar
al Nuevo Mundo sin dejar testamento,
por lo cual Cronberger y Nümberger
tuvieron dificultades para recuperar sus
mercancías. (26) Diego de Mendieta
viajaba en el barco ‘Santiago’, cuyos
propietarios eran hasta el 12 de Sep­
tiembre de 1525, cuando aún se
mencionan como tales, ambos impre­
sores alemanes. (27)
Jakob Cronberger debe haberse
muerto hacia finales del año 1528. Dejó
casi 12.000 florines. (28)
Para esta época los Welser tenían en
Heinrich GeBler un representante
permanente en Sevilla. (29)
El establecimiento de la factoría de
los Welser en Santo Domingo sucedió
en 1526. El 31 de Agosto de ese año
Nümberger recibió el permiso para
mantener tres o cuatro factorías en San­
to Domingo. (30) Los dos encargados
de las factorías, Ambrosius Talfinger y
Jorg Ehinger, habían abandonado Sevi­
lla rumbo a América ya en Junio del
mismo año. (31) La factoría de Nüm­
berger en Santo Domingo se encontra­
ba en una de las calles comerciales
cercanas a la factoría de los Welser.
Sin embargo, en la Isla Hispaniola
los descubrimientos ya no eran tan
frecuentes después de 1510. La
explotación del oro fue sustituida lenta­
mente por la producción de azúcar y la
cría de ganado. Hasta el año 1525 los
españoles habían podido hacerse de
casi 30 toneladas de oro en el Nuevo
Mundo. Casi el 80% de ello procedía de
la isla. (32)
Pero la técnica minera en América
era muy deficiente. Básicamente, la ex­
tracción de oro se limitaba al lavado de
arenas de río.
Para enfrentar la escasez de este
metal se eliminaron las restricciones
que regían su explotación. El 9 de Di­
ciembre se liberaron los derechos de
extracción del oro en América. (33)
Esta apertura fue aprovechada por los
Welser para introducirse en la minería
americana.
Y a desde el siglo XV. la extracción
y comercialización de metales signifi­
caba una importante fuente de riqueza
para los Welser. Tenían propiedades en
las montañas del Erzgebirge y en Bohe­
mia (34), y disponían de las técnicas
que faltaban en América. Pero también
poseían la mano de obra necesaria para
la minería. En las resoluciones de Gra­
nada del 17 de Noviembre de 1526
Carlos V. había prohibido la utilización
de indígenas en las minas. (35) La mano
de obra faltante se trató de compensar
con la importación de esclavos negros.
El 12deFebrerode 1528 los Welser
se comprometieron con la Corona espa­
ñola a suministrar 4.000 esclavos ne­
gros para América. (36) El contrato
contiene indicios sobre un compromiso
anterior de los Welser de llevar a
Los alemanes en Venezuela
ultramar 50 mineros desde Alemania.
(37) No se sabe cuándo y cómo se firmó
realmente este contrato, o si fue simple­
mente un acuerdo oral. En todo caso,
los Welser intentaron con ello hacerse
un buen nombre entre los residentes del
Nuevo Mundo, incluyendo al rey, quien
ganaba mucho con cada mina funcio­
nante.
La técnica minera alemana era fa­
mosa en la Europa del siglo XVI. Por
1550, en el Tirol y en Joachimsthal, se
podía bajar hasta400 metros de profun­
didad con ayuda de un sistema de bom­
bas movidas por agua. (38) Mineros
alemanes eran considerados especialis­
tas en todas partes, y no sólo los Welser
intentaron sacar provecho de ellos. Por
ejemplo, en 1528 fracasó el proyecto de
Joachim Hóchstetter de Augsburgo, que
había sido nombrado por la Corona
inglesa como supervisor superior de
todas las minas en Inglaterra e Irlanda.
Junto con seis empresarios alemanes y
aprox. 1.000 mineros alemanes, intentó
poner a funcionar las minas en estos
países. (39)
A los Welser tampoco les resultó el
negocio esperado con el traslado de
mineros alemanes a América Después
de ocho meses casi todos los mineros
abandonaron nuevamente el país que
consideraban inhumano por el calor
excesivo. (40) Además, los Welser al
parecer no cumplieron con ciertas res­
ponsabilidades contractuales para con
ellos. El juicio que intentaron estos
mineros contra los Welser se alargó
hasta 1534. (41)
Durante este proceso Sebastian
Rentz declaró que el costo de traslado
de los mineros le había costado a la
empresa de los Welser 2.033 pesos.
(42) Se supone que los Welser llevaron
unos 80 mineros a América. (43) De
ellos se conocen por sus nombres 53,
provenientes en gran parte de Joa­
chimsthal, Annaberg y Schnecberg, pe­
ro también se encuentra en la lista un
tirolés de Schwaz. (44)
A pesar de que los Welser no sólo
obtuvieron ganancias de estos nego­
cios, es posible que hayan mandado
nuevamente mineros alemanes a ultra­
mar unos años más tarde. En 1536 el
comerciante portugués Ruy Mendes
llevó alemanes a las ricas minas de
cobre en Angola, donde estaban traba­
jando aún en 1539 para la Corona por­
tuguesa. (45) No está claro si el trans­
porte fue organizado por los Welser.
Pero es seguro que los Welser equipa­
ban barcos para Africa junto con Men­
des y que éste llevaba esclavos negros
al Brasil. El cobre de Angola tenía
mucha fama en la época.
El otro compromiso de los Welser
en relación a la minería en América era
el mencionado comercio con esclavos
negros. En el citado contrato del 12 de
Febrero de 1528 se comprometían a
llevar 4.000 esclavos negros a Améri­
ca. Es sorprendente que los Welser
hayan aceptado tal compromiso, pues
seguro estaban informados por sus fac­
torías de las dificultades que acarreaba
tal empresa
Una primera licencia de este tipo
fue concedida por el joven Carlos a su
favorito borgoñón Laurent de Gorrevod (46), quien de inmediato la vendió
a un consorcio español-genovés. (47)
En lo sucesivo siempre se dieron quejas
y reclamos de los colonos por fallas en
la ejecución de esta licencia. Las licen­
cias esclavistas se convirtieron pronto
en un negocio del siglo XVI, con el cual
se lograban buenas ganancias.
La validez de las licencias de Gorrevod expiraba en 1527 y en América se
contaba con la liberación del comercio
de esclavos. La frustración fue grande
cuando el rey le otorgó a los Welser el
permiso para llevar4.000 esclavos. Los
banqueros alemanes habían acordado
con el rey de Portugal la entrega de
estos 4.000 esclavos y calculaban con
una ganancia de 80.000 florines. (48)
Carlos V le había dado extremadamen­
te buenas condiciones a los Welser, por
lo que se supuso que la iniciativa del
negocio venía del Habsburgo. (49) En
vez del común impuesto de importa­
ción y los pagos obligatorios de la licen­
cia que había introducido Femando el
Católico, los Welser sólo debían pagar
una suma global de 20.000 florines.
(50) Esto era evidentemente mucho
menos de lo usual en estos negocios.
Además de esta licencia general, los
Welser obtuvieron en 1534 el permiso
de llevar 800 esclavos negros a Vene­
zuela, que debían ser utilizados en las
minas de la región (51), a pesar de que
se dieron quejas masivas por la escasa
utilidad de los esclavos importados (52)
y por la distribución de éstos en Améri­
ca. (53)
Pero los intereses de los Welser en
la minería americana no se limitaban
sólo al suministro de técnicas y mano de
obra. Algunos días después de firmar
los contratos de Venezuela, el 27 de
Marzo de 1528 se estableció un acuerdo
con García de Lcrma (54) ratificado por
la corona española. (55) Allí Lerma le
cedía a los Welser amplias poderes en
su provincia. Heinrich Ehinger se había
comprometido, después de la toma de
gobierno de Lerma en la provincia de
Santa Marta en Diciembre de 1527, a
comprar tres barcos para el nuevo
gobernador y traer 300 hombres de
Andalucía. (56) Los costos totales para
los Welser en esta empresa no debían
superar los 6.000 florines. García de
Lerma gozaba de la simpada del empe­
rador, pero no disponía de hombres
suficientes para poblar una colonia.
Desde 1519 era el supervisor real de la
Costa de Perlas en el norte de Suramérica. (57) Por ello conocía perfectamen­
te la situación en Venezuela y Santa
Marta.
Por mucho tiempo la región de la
costa norte no era demasiado atractiva
para los españoles. (58) Exceptuando
breves intentos misioneros, Venezuela
era conocida sólo por cazadores de es­
clavos y comerciantes de perlas. Esto
cambió repenúnamente cuando en 1527
el gobernador de la provincia vecina de
Santa Marta, Rodrigo de Bastidas, en­
contró en Taybo la primera fundición
indígena de oro de Suramérica, además
de grandes cantidades del preciado
metal. (59) A raíz de este descubrimiento
se produjeron disturbios en la provin­
cia, en los que Bastidas fue herido tan
gravemente, que murió el 28 de Julio de
1527 en Cuba, hacia donde había huido.
(60)
El 20 de Diciembre de 1527 García
de Lerma se hizo cargo de la provincia
abandonada, (61) y le permiüó a los
Welser en el citado acuerdo utilizar
negros esclavos y mineros alemanes en
Santa Marta. (62) Las ganancias perte­
necerían exclusivamente a los Welser.
Con esta disposición los Welser contro­
laban prácticamente dos provincias es­
pañolas. Si los esperados descubri­
mientos de oro en Venezuela no se
dieran, los alemanes podrían compen­
sar sus pérdidas con la minería en Santa
Marta
Los Welser deben de haber tenido
grandes esperanzas en estas ganancias,
pues el 16 de Abril de 1528 adquirieron
los U'tulos y derechos de inspectores de
pesos y medidas así como de inspectores
de moneda, que le garantizaban un 1%
de todos los metales fundidos. (63)
E ncuentros
11
1991
5
Los alemanes en Venezuela
Francisco de los Cobos, el privilegiado
secretario de Carlos V, detentaba estos
títulos para toda América por favor
imperial (64) y los arrendaba a otros. El
arrendamiento de estos derechos por
los Welser no se limitaba a su provincia,
sino que se extendía a Santa Marta,
entrando ésta dentro de sus planes
mineros.
De Francisco de los Cobos adqui­
rieron también el derecho para explotar
la sal (65), derecho que también poseía
éste para toda América. (66) Pero este
derecho se restringía sólo a Venezuela
y no para la provincia vecina. Es posible
que los Welser trajeran especialistas en
la explotación de sal a América. De una
carta de la reina se desprende que en
América existían algunos alemanes que
sabían cómo encontrar y extraer la sal;
en ella se dice que las personas que
habían aprendido de los alemanes estas
habilidades debían gozar de privilegios
en el futuro. (67)
El 10 de Mayo de 1531 los Welser
fueron liberados de los impuestos de
aduana para la importación de instru­
mentos y utensilios de trabajo necesarios
para mantener las minas venezolanas.
(68) Tal liberación era válida por cinco
años.
Del mismo día data el privilegio de
entregar al rey sólo una décima parte, y
no la normal quinta, de todo el oro
encontrado. (69) Es significativo que
en este contrato se expresa la esperanza
de encontrar ricos yacimientos, por lo
cual las entradas reales aumentarían
considerablemente. (70)
Este indicio coincide con los es­
fuerzos que los Welser realizaban para
abrir y desarrollar su colonia. Sólo en el
corto período entre el 28 de Febrero de
1529 y el 20 de Noviembre de 1532
trece barcos atracaron en Coro, de los
cuales siete llegaban directamente de
España. (71) Las mercancías introduci­
das con estos barcos tenían un valor
aprox. de 47.500 florines. (72) Hasta el
año 1538 los Welser habían traído 525
personas a Venezuela, con lo cual casi
habían cumplido su compromiso de
residenciar 600 personas en el país. De
estas 525 personas sólo 266 vivían aún
en 1538. (73)
Otra posible motivación para ad­
quirir la provincia de Venezuela era el
comercio de especias. Los conocimien­
tos geográficos del siglo XVI sobre
Suramérica eran muy escasos. Sobre
todo de la extensión del nuevo conti­
6
E ncuentros
11
1991
nente se tenía sólo una idea muy vaga.
Mucho tiempo se creía que Suramérica
era un archipiélago, por lo cual por
mucho tiempo se buscó el paso hacia el
Mar del Sur. (74) Ya Alonso de Ojeda
había supuesto que este paso estaba en
el Lago de Maracaibo y pidió esta re­
gión como feudo. (75) Pero su búsque­
da fue inútil y su plan se olvidó hasta
que el viaje de Magallanes despertó
nuevamente el interés.
En 1525, cuando se intentaba desde
España llegar a las Molucas, Diego
Caballero se hizo confirmar sus dere­
chos sobre la región de Maracaibo. (76)
En este contrato se menciona directa­
mente el esperado camino hacia el Mar
del Sur. (77) Al mismo tiempo, Vene­
zuela había adquirido importancia co­
mo punto intermedio en el comercio de
especias de las Molucas. Como Diego
Caballero no pudo cumplir con las con­
diciones de su contrato, la provincia se
le dio al geógrafo Martín Fernández de
Enciso. (78) El contrato con éste no se
conservó, pero es mencionado en va­
rios otros de la misma época. De allí se
desprende que la región de la colonia de
los Welser correspondía a la adjudicaba
a Enciso. (79) Es de suponer que éste no
disponía de los medios económicos co­
mo para tomar posesión realmente de la
colonia.
El 27 de Marzo de 1528 los Welser
reciben la capitulación para la
administración de la gobernación de
Venezucla. (80) Un año más tarde, el 22
de Abril de 1529, Carlos V. vendía los
derechos sobre las Molucas a Portugal.
Esta venta disminuyó el interés español
por el paso al Mar del Sur, pero también
pudo ser esü'mulo para acrecentar la
producción americana de especias.
En el mismo año Bartholomeus
Welser, cuyos éxitos más notables se
basaban en el comercio de especias,
firmaba un contrato con el rey portu­
gués sobre grandes cantidades de espe­
cias. Un año más tarde sus éxitos evi­
dentes en este negocio le acarrearon
una demanda contra monopolio. (82)
Una de esas especias que en el siglo
XVI. curaba supuestamente todas las
heridas y molestias era el bálsamo. Su
efecto era legendario, por lo cual es
muy comprensible que los comercian­
tes se interesaran por él. El 22 de Abril
de 1528 Antonio de Villasante obtenía
el monopolio sobre el bálsamo. (83)
Pero los Welser habían enviado abier­
tamente bálsamo de Venezuela, por
Santo Domingo, a España rompiendo
así el monopolio de Villasante. Este
exigió por ello la confiscación de todas
las propiedades de los Welser en Amé­
rica, España y Alemania, practica co­
mún como penalización contra larutura
de monopolios según la legislación es­
pañola del momento. Por considera­
ción a sus banqueros Carlos V paró el
proceso, aún cuando participaba como
persona privada en el negocio de Villa­
sante. (84) Algunos años después de la
demanda los Welser adquirieron el de­
recho para sembrar y comerciar bálsa­
mo en Venezuela (85)
Por la demanda que Juan de Ulate
introdujo contra ellos se sabe que los
Welser ya cultivaban y comerciaban
bálsamo. En 1530 Ambrosius Talfinger encargó a Juan de Ulate y al religio­
so alemán G uillermo Riquel que busca­
ran bálsamo en las selvas venezolanas.
Cuando los Welser suspendieron la
búsqueda de esta especia en su provin­
cia, alrededor de 1533, se negaron a
pagar a Ulate. El proceso llegó hasta el
Consejo de Indias, donde jamás se deci­
dió. (86)
Otro monopolio muy preciado de la
época era aquel sobre el índigo que se
utilizaba como colorante azul. Heinrich
Ehinger y Alberto Cuon firmaron un
contrato con Carlos V, el 27 de Marzo
de 1535, sobre el cultivo y la comercia­
lización de índigo y azafrán en Améri­
ca. (87) Poco tiempo después, el 30 de
Mayo de 1535, Ehinger y Cuon reci­
bían el privilegio de introducir 200 es­
clavos negros libres de impuestos en
América, como compensación por su
contrato de azafrán. (88) Ya para el 21
de Junio de 1535 Ehinger y Cuon ha­
bían vendido la licencia a Juan Gal va­
tro. Pero la participación de los Welser
en este contrato es poco probable, aun
cuando tanto Ehinger como Cuon tra­
bajaron largo tiempo para ellos. En los
años 30 del siglo XVI su relación labo­
ral ya no es tan clara. De Cuon se
conocen varios negocios en esa época,
que realizó junto con Antón Meuting,
Francisco de Burgos y Heinrich Ehin­
ger. (89) El representante de Cuon y
Ehinger en América era Alonso de He­
rrera, quien por su parte había firmado
un contrato para la producción de cer­
veza en México. (90) En lo que respecta
a la producción de azafrán, el contrato
resultó poco exitoso.
Mientras tanto los Welser habían
logrado introducirse en la floreciente
Los alemanes en Venezuela
industria azucarera en Hispaniola. Ha­
bían podido reunir experiencias en este
campo en las Islas Canarias. Sebastian
Rentz pudo adquirir la mitad de uno de
los 20 molinos de azúcar en la isla. (91)
La industria en expansión del azú­
car requería de grandes cantidades de
cobre para la construcción de calderas.
Cuando se encontraron importantes ya­
cimientos de cobre en Cotoy en la His­
paniola, fueron los Welser quienes
crearon una sociedad para la explota­
ción de las minas, junto con empresa­
rios locales y mineros alemanes. (92)
También se sabe de entregas de
perlas a los Welser procedentes del
Nuevo Mundo, pero en este campo los
superó Lazarus Nümberger (93), quien
comerciaba con perlas de Cubagua des­
de 1526. Entre sus clientes estaban los
Fugger, que entre 1549 y 1550 recibie­
ron grandes cantidades de perlas
procedentes del Cabo de la Vela, a
través de su factoría en Sevilla. (94)
Gonzalo Fernández de Oviedo, experto
en el comercio de perlas, le vendió a los
Welser una especialmente bella en for­
ma de pera. (95)
El 12 de Diciembre de 1528 se le
permitió a Hieronymus Sailer mandar
tres barcos directamente de la Hispa­
niola a Flandes. (96) Ningún privilegio
tuvo repercusiones tan negativas para
los Welser como este. Los comercian­
tes del Nuevo Mundo siempre habían
pedido la eliminación del monopolio de
Sevilla, pero sin éxito. El permiso de los
Welser para evadir el monopolio fue la
única excepción en la primera mitad del
siglo XVI. (97) Los recelos y sospe­
chas, de que los Welser estuviesen uti­
lizando sus permisos para viajes contra­
bandistas, llegaron hasta las institucio­
nes oficiales en Santo Domingo. Posi­
blemente por ello los Welser equiparon
un sólo barco. Su carga consistía en
diferentes tipos de azúcar, seguramente
producidos en sus propios molinos, Pa­
lo Santo y Cañafístula, por el valor de
4.271 pesos. (96)
Los Welsercumplieron sólo en par­
te con el compromiso de poblar su
colonia, pero tal circunstancia no era
extraordinaria en el imperio colonial
español de principios del siglo XVI.
Venezuela no ofrecía a los pobladores y
aventureros tales riquezas como Méxi­
co o Perú. Sin embargo, fue de seguro
esta motivación irracional de la búsque­
da de tesoros y la conquista la que
movió la gran mayoría de los conquis­
tadores contratados por los Welser. Pa­
ra comerciantes, como eran los Welser
desde generaciones atrás, la concepción
económica más ampliaeraposiblemente
más determinante.
Los productos que según planes de
los Welser debían comercializarse en
este negocio se nombran en la licencia
del 4 de Abril de 1531. (99) Se le
permitía a los Welser vender productos
de su colonia en América, la exporta­
ción a Europa podría realizarse a través
de Sevilla. Allí se mencionan todos los
tipos de metal, además de yeguas, espe­
cias, cañafístula, todos los tipos de dro­
ga, algodón y frutas.
Notas:
1.- Manuel Fernández Alvarez, La Es­
paña del emperador Carlos V., Ma­
drid 1982, p. 178.
2.- Hermann Kellenbenz ,Neue und alte
Welt, en: Lateinam erika-Studien,
Nürnberg 1 (1976), p. 12.
3.- H. Kellenbenz, Die Rolle der Ver­
bindungsplätze zwischen Spanien und
Augsburg im Unternehmen Anton Fug­
gers, en: VS WG, Wiesbaden 65 (1978),
p.4.
4.- Hektor Ammann, Deutsch-spanis­
che Wirtschaftsbeziehungen bis zum
Ende des 15. Jahrhunderts, en: H. Ke­
llenbenz (ed.), Fremde Kaufieute auf
der iberischen Halbinsel, Köln 1970,
p. 132-155; Johannes Vincke, Zu den
Anfängen der deutsch-spanischen Kul­
tur- und Wirtschaftsbeziehungen, en:
SFG, München 14 (1959), p. 111-182.
5.- Lukas Rem, Tagebuch aus den Jah­
ren 1494-1541, en: Jahresbericht des
histo risch en K re isv erein s von
Schwaben und Neuburg, Augsburg
26, (1861), p. 8.
6.- En: Jahresbericht..., p. 112-172.
7.- Felipe Femández-Armesto, The
Canary Islands after the conquest,
Oxford 1982, p. 219 y sig.
8.- Lukas Rem, Tagebuch..., p. 13.
9.- Gertrud Susanna Gramulla, Han­
delsbeziehungen Kölner Kaufieute
zwischen 1500 und 1650, Köln/Wien
1972, p. 327.
10.- Richard Konetzke, Legislación
sobre inmigración de extranjeros en
América durante la época colonial, en:
Revista internacional de Sociología,
Madrid III, 11/12(1945).
11.- Ramón Carande, Fortaleza y
mercado, Sevilla 1982, p. 70 y sig.
12.- Enrique Olte, Die Welser in Santo
Domingo, en: Homenaje a Johannes
Vincke, Madrid 2 (1962/63), p. 476.
13.- Número 76 de las Cortes de Valla­
dolid: ... que los extranjeros no contra­
ten en las Indias, ni se les de carta de
naturaleza para ello y si algunas se han
dado,que se revoquen... (EmstSchäfcr,
El Consejo Real Supremo de las In­
dias, Sevilla 1935, p. 62.
14.- Ramón Carande, Los banqueros
de Carlos V., Madrid (1943), p. 319.
15.- Ramón Carande, Carlos V. y sus
banqueros. Los caminos del oro y de
la plata, Madrid 1967, p. 126.
16.- H. Kellenbenz, Die Konkurrenten
der Fugger als Bankiers der spanischen
Krone, en: Zeitschrift für Unternehmensgeschich te, Wiesbaden 24, (1979/
3), p. 82.
17.- H. Kellenbenz, Die Finanzierung
der spanischen Entdeckungen, en:
VSWG, Wiesbaden 69 (1982), p. 157.
18.- Juan Friede, Los Welser en la
conquista de Venezuela, Caracas/
Madrid 1961, p. 136.
19.- Francisco de Solano, Navios y
mercaderes en la ruta occidental dejas
especies (1519-1563), en: A. Texeira
da Mota (ed.), A viagem de Fernao de
Lisboa, 1975, p. 594.
20.- Nürnberger 680 florines; Talfinger: 408 florines. (Demetrio Ramos
Pérez, Audacia, negocios y política en
los viajes de descubrimiento y resca­
te, Valladolid 1981, p. 384.)
21.- Enrique Otte, Jakob und llans
Cromberger und Lazarus Nürnberger,
die Begründer des deutschen Amerika­
handels, en: MVGN, Nürnberg 52
(1963/64), p. 131.
22.- Joaquín Hazañas y la Rúa, La im­
prenta en Sevilla, Sevilla 1 (1945), p.
155 y sig.
23.- José María de Mena, Las calles de
Sevilla, Sevilla 1973, p. 183.
24.- Archivo Municipal de Sevilla, Sec.
la, Carp. 125, Padrón de Sevilla de
1533.; Ruth Pike, Aristócratas y co­
merciantes, Barcelona 1978, p. 22 y
sig. (allí equivocadamente 1534).
25.- Catálogo de los fondos america­
nos del archivo de protocolos de Sevi­
lla, Sevilla 5 (1935), No. 551 del 6 de
Marzo de 1525.
26.- Las dificultades con el legado de
Mendieta continuaron hasta el año 1533.
Ver: AGI Sevilla, Justicia 1005, No. 3,
Ramo 2.
27.- Catálogo, 5, No. 758.
28.- Aurora Domínguez Guzmán, El
libro sevillano durante la primera
Encuentros
11
1991
7
Los alemanes en Venezuela
mitad del siglo XVI, Sevilla (1975), p.
22 (=4.490.155 maravedís.)
29.- En el contrato de García de Lerma
con Ehinger y Sailer del 22 de Abril de
1528 se menciona como representante
de los últimos a ‘Enrrique Quisler,
alemán’. (Cédulas Reales relativas a
Venezuela. 1500-1550. Compilación y
estudio preliminar por Enrique Otte,
Caracas 1963, p. 277.)
30.- Cédulas, p. 175 y sig.
31.- El 16 de Junio de 1526. Cristóbal
Bermúdez Plata, Catálogo de Pasaje­
ros a Indias durante los siglos XVI,
XVII, X V in, Sevilla 1 (1940): No.
2860: Ambrosio de Olfinger, No. 2861:
Jorge Hinguer. Jörg Koch, que tenía
permiso de salida, no viajó.
32.- Perre Chaunu, Sevilla y América,
siglos XVI y XVD, Sevilla 1983, p. 75.
33.- Demetrio Ramos Pérez, Minería y
comercio interprovincial en Hispa­
noamérica, Valladolid 1970, p. 30 y
sig.
34.- Johann Michael von Welser, Die
Welser, Nürnberg 1 (1917), p. 42,69 y
sig;
35.- Richard Konetzke, Colección de
documentos para la historia de la
formación social de Hispanoaméri­
ca, 1493-1810, Madrid 1 (1953), p. 94:
...Otrosi mandamos que los dichos ca­
pitanes ni otras gentes no puedan apre­
miar ni compeler a los dichos indios a
que vayan a las dichas minas de oro ni
otros metales ni a pesquerías de perlas
ni otras granjerias suyas propias, so
pena de perdimiento de sus oficios y
bienes para la nuestra Cámara;...
36.- Cédulas, p. 241-243.
37.-... vos aveis encargado de traer a
vuestra costa cinquenta alemanes de
Alemania, maestros mineros... (Cé­
dulas, p. 241).
38.- H. Kellenbenz, Deutsche Wirts­
chaftsgeschichte, München 1977,
p.243.
Theodor Gustav Werner,Europäisches
Kapital in iberoamerikanischen Mon­
tanunternehmungen des 16. Jahrhundem,en:VSWG,Wiesbaden48(1961),
p. 28.
40.-... en donde el calor es tan grande,
que los aborígenes andan desnudos sin
sentir vergüenza, y ningún natural de
Alemania puede exponerse al sol des­
pués de las nueve de la mañana sin
desfallecer. (Juan Friede, Los Welser,
p. 118.)
41.- H. Koch, Sächsische Bergleute in
Venezuela. Anno 1559, en: Südameri­
8
E ncuentros
11
1991
ka, Buenos Aires VI, 2 (1955), p. 112118.
42.- Konrad Haebler, Die überseeis­
chen Unternehmungen der Welser
und ihrer Gesellschafter, Leipzig
1903, p. 69.
43.- DemetrioRamosPérez, Minería...,
p. 47.
44.- ver apéndice 1.
45.- Theodor Gustav Werner, Eu­
ropäisches Kapital..., p. 49.
46.- El 18 de Agosto de 1518.
47.- Enrique Otte, Die Negersklavenli­
zenzen des Laurent de Gorrevod, en:
SFG, Münster 22 (1965), p. 308.
48.- Richard Konetzke, Süd- und Mit­
telamerika I. Die Indianerkulturen
Altamerikas und die spanisch-portuguiesische Kolonialherrschaft,
Frankfurt 1965, p. 77.
49.- Enrique Otte, Die Welser..., p.492.
50.- D. Ramos Pérez, El genocidio ne­
grero de los Welser y sus habilidades
monopolistas, en: Revista de Historia
de América, México 81 (1976),p.481.
5 1 .-... para que trabajen en las dichas
minas e en otras cosas que fuere prove­
cho e beneficio a la dicha tierra... (Cedularios de la Monarquía Española
relativos a la provincia de Venezuela
(1529-1552). Estudio preliminar de
Enrique Otte, Caracas 1 (1959), p. 159.
52.- Ven AGI Sevilla, Justicia 1169,
No. l.R am o 2.
54.- El 1 de Abril de 1520.
55.- E l22 de Abril de 1528, Cédulas...,
p. 275-283.
56.- Enrique Otte, Las Perlas del Ca­
ribe: Nueva Cádiz de Cubagua, Ca­
racas 1977, p. 282.
57.- Desde el 20 de Marzo de 1519,
Guillermo Morón, Breve Historia de
Venezuela, Madrid 1979, p. 96.
58.- Kenneth R. Andrews, The Spanish Caribbean, Trade and Plunder
1530-1630, New Haven/London 1978,
p. 25.
59.-TestimoniodeGonzaloPérez.(Juan
Friede, Documentos inéditos para la
Historia de Colombia, Bogotá/Ma­
drid 1958, p. 260 y sig.)
60.- José Joaquín Real Díaz, El sevi­
llano Rodrigo de Bastidas, en: Archivo
Hispalense, Sevilla 111/112 (1962), p.
80.
61.-JuanFriede,Documentos...,p.248252.
62.- Cédulas..., p. 281.
63.- Ramón Garande, El atrayente y
ambicioso Francisco de los Cobos
(1470-1547), en: Siete Estudios de
Historia de España, Barcelona 1976,
p. 100.
64.- Hayward Keniston, Francisco de
los Cobos, Secretario de Carlos V.
Madrid 1980, p. 101.
65.- Konrad Haebler, Welser..., p. 57.
66.- Cédulas..., p. 313 y sig. El 19 de
Septiembre de 1528.
67.-... yo vos mando que favorezcays
ayudeys a las personas que por los
dichos alemanes entendieron en el co­
ger, vender e beneficiar de la dicha sal,
... (Cedularios 1, p. 48,17 de Febrero
de 1531.)
68.- Cedularios 1, p. 97-99.
69.- Cedularios 1, p. 90 y sig.
70.-... se espera ganar e descubrir cada
día mas, de que nos seremos seruidos e
nuestras rentas acrecentadas...
(Cedularios 1, p. 90._
71.- Eduardo Arcila Farías, El primer
libro de Hacienda pública colonial en
Venezuela, 1529-1538, Caracas 1979,
p. 30.
72.- E. Arcila Farías,..., p. 31.
73.- Ibid., p. 85.
74.- Juan Friede, Geographical Ideas
and the Conquest ofVenezuela, en: The
Americas, Washington XVI, 2 (1959),
p. 157.
75.- Cédulas, p. 7-9. El 10 de Junio de
1501.; Cédulas, p. 39-48. El 30 de Sep­
tiembre de 1504.
76.- Cédulas, p. 153 y sig.
77.-... de que podra resultar descubrirse
muchos secretos en aquella tierra y la
otra mar del Sur e ser yo muy servido
por estar en parage de la navegación de
la especería... (Cédulas, p. 154).
78.- María Teresa Zubiri Marín, Enciso...,p. 455.
80.- Cédulas, p. 244-252.
81.- P. Marino, Tratados internacio­
nales de España. Carlos V. Vol. 1
España-Portugal,Madrid 1978,p. 280
y sig.
82.- Johannes Michael von W elser,...,
p. 105.
83.- D. R. Pérez, Estudios de Historia
Venezolana, Caracas 1976, p. 217.
84.- Enrique Otte, Die Expedition des
Diego Ingenios zur Perleninsel, 1528,
en: SFG, Münster 14 (1959),p. 54 y sig.
85.- Cedularios, 2, p. 49. El 19 de
Enero de 1537.
86.- Juan Friede, Los Welser..., p. 430.
87.- Jean-Pierre Berthe, El cultivo del
'pastel' en Nueva España, en: Historia
Mexicana, México 9 (1960), p. 344 y
sig.
88.- Ver apéndice 2.
Los alemanes en Venezuela
89.- H. Kellenbenz, Alberto Cuon. A uf
den Spuren eines N ürnberger
Kaufmanns in Valladolid, en: Norica.
Festschrift für F. Bock, Nürnberg
1961, p. 22.
90.- J.P. Berthe..., p. 348.
91.-EnriqueOtte,Welser...,p. 513-516.
El 10 de Noviembre de 1530.
92.- K. Haebler, Welser..., p. 65.
93.- E. Otte, Las perlas..., p 420 y sig.
94.- Ibid., p. 75.
95.- Ibid., p. 20.
96.- Cédulas, p. 315 y sig.
97.- E. Otte, Welser..., p. 483.
98.- Ibid., p. 483.
99.- Cedularios 1, p. 74-76.
Apéndice 1:
Memoria de los nombres de los mineros
alemanes que fueron en la primera ar­
mada/
jua: trompold vezino del Valle de
Joachim
Valentín landhans vezino de zigenhals,
Sigmundo gebhart vezinode vueilhalm,
jorge vngeleb v°: de suuatz,
Sisto enderlin v9: de pottmas,
Lope diettich v°: de freyberg,
Martin hofman va: de aldenberg,
Lope gegg vezino de kirchberg
Melchor rais vezino de la sierra de sant
Ana,
Nicolas taig vezino de conbach,
Cristoual richter vezino de neuen statt,
Mauricio butzler vezino de kirchberg,
Vrbano behem vezino déla sierra de
sant Ana,
Jua: castel vezino délasierradesantAna
Burcardo vnsorg vezino de geyr,
Jua: schick vezino de siberth,
Tomas vogel vezino de.
Jua: schenckel vezino de.
Franco kursner vezino de.
Joachim vuulner vezino de.
Baltasar foglener.
Cristoual kerer.
Cristian vnsorg,
Jorge, coler,
Jacome schmid.
Jua: vuerman vezino de geir
Memoria délos mineros Alemanes que
fueron en la segunda armada
Cristoval schiz vezino de geir,
Jorge langer vezino de schneberg,
Valentin vuendel vezino de lesnitz
Fadrique schafhousner vezino de paren
Cristoval ber vezino del valle de Joachim
Jordan fleck vezino de schneberg.
Valentin stubner vezino de aldenberg,
Antonio sarer vezino del valle de
Joachim
Lorencio hantsch vezino de hoenstain,
Jua: hengel vezino de halminster,
Jerónimo lequer vezino de la sierra de
santAna
Martin lope vezino de geir,
Vurbano maquel vezino de strige,
Jua: vuildersee de zuuickau,
Jua; opisch del valle de Joachim,
Andrea berckman vezino de schneberg,
Valentín hard déla sierra de sant ana,
Jerónimo richter vezino de freiberg
Miguel bruner vezino déla glashuten,
Juan craus vezino de schneberg,
Jacobo vuatzman vezino déla sierra de
sant Anna
Gaspar schefler de leuuenhain,
Ambrosio behem vezino de thomb,
Sebastian vueinman vezino de freiberg,
Phelipe hess vezino de spanberg,
Jaca: yleis vezino de.
(Archivo General de Indias, Sevilla justicia 992)
Apéndice 2:
El Rey
por quanto en la capitulación e asiento
q mandamos tomar con vos enrrique
eynguercauallero de la orden de santiago
y gentil hombre de nra casa y alberto
cuon alemanes sobre el beneficio hazer
criar e grangear en la nueva espana
pastel y acafran para lo destribuyr y
gastar en estos nros reynos de españa y
fuera dellos ay vn capitulo de thenor
siguiente/
Yten que vos daré licencia y facultad
como por la pesente vos la doy para q
destos nros reynos e señoríos o del
reyno de portugal o yslas de cabo verde
o guineapodais pasar y paseys vos otros
o quien vro poder o de qualquier de vos
para ello oviere a las nras yndias yslas e
térra fírme del mar océano dozientos
esclauos negros libres de todos derechos
asy délos dos ducados de la licencia de
cada vno dellos como de otros
qualesquier derechos q dellos nos
puedan pertenecer y para ello vos
mandare dar desde luego nra cédula o
prousion en forma con tanto q si dentro
de seys anos después de la data desde
capitulación no oviere efeto en todo o
en parte dello la dha granjeria en lo vno
o en lo otro por no entender vos otros en
elle o por no ser la térra aparejada para
el efeto dello en tal caso seay s obligados
a pagar por las dhas dozientas licencias
y derechos della myll ducados/
por ende guardando e cumpliendo la
dha capitulación e capitulo q de suso va
encorporada por la presente vos doy
licencia e facultad para que destos nros
reynos e señoríos o del reyno de portugal
o yslas de cabo verde e guinea podáis
pasar e paseys vos otros a quien vro
poder e de cualquier de vos oviere a las
nras yndias yslas e térra firme del mar
océano dozientos esclauos negros libres
de todos derechos asy de los dos ducados
de la licencia de cada vno dellos como
de otros qualesquier q dellos nos puedan
pertenecer con tanto que si dentro de
seys anos pimeros siguientes q corran
se quenten desde veynte e siete dias del
mes de marco próximo pasado deste
presente ano no houiere efeto la dha
granjeria en todo o en parte en lo vno o
en lo otro por no entender vos otros en
ello o por no ser la térra aparejada para
ello en tal caso seays obligados a nos
pagar por las dhas dozientas licencias y
por los derechos dellas myll ducdaos de
oro/
fecha en (barcelona) a xxx dias del mes
de mayo de myll e quis9e treynta e cinco
anos.
(Archivo General de Indias, Sevilla,
Contratación 5009; + Contratación
5760, Libro 2 fol. 146.)
Traducción: Verónica Jaffé
E ncuentros
11
1991
9
Los alemanes en Venezuela
Los alemanes y el comercio
con Venezuela en el siglo XVI
Fabricio Vivas
Grabado de la Carta Soderini de Amerigo Vespucci, Estrasburgo, 1509.
Rumbo a Las Indias
El descubrim iento de la ruta
portuguesa hacia China, doblando el
Cabo de Buena Esperanza, y el de las
Indias Occidentales por los castella­
nos, que abría nuevas perspectivas
hacia las especias, hicieron de ellas
una comunicación mucho más econó­
mica para el transporte de productos.
Esta situación hizo que la Península, a
partir de entonces tomara una mayor
im portancia com ercial, en cuyos
puertos al momento de partir y llegar
las naves, se concentraran los comer­
ciantes que traficaban con diversos
artículos orientales.
10
E ncuentros
11
1991
Preocupada la Corona por la ruta
hacia la especiería, se acordó en 1508
la necesidad de fundar nuevos estable­
cimientos en Tierra Firme con el obje­
to de buscar el codiciado paso. Desde
Santo Domingo, en contacto con la
Península a través de una frecuente
navegación y el centro económicopolítico más importante de las Indias,
se emprendió la exploración intensa
no sólo para la búsqueda de un pasaje
que condujera a los españoles hacia el
país de las especias, sino también para
exploraciones mineras y pasajes co­
merciales.
Por esta razón, agentes de las gran­
des casas mercantiles y banqueras eu­
ropeas, entre ellos los Welser, comen­
zaron a desplazarse hacia los nuevos
emporios mercantiles en la Península,
con la intención de penetrar en todas
las ciudades; pues desde aquí comen­
zó a desarrollarse una fuerte compe­
tencia entre estos sectores por el con­
trol del tráfico de las especias y el
comercio en general, lo cual se expre­
só en el financiamiento de algunos
viajes emprendidos tanto por españo­
les como por portugueses.
Esta política mercantil llevó a los
Welser, desde comienzos del siglo
XVI, a mantener agentes permanentes
en Portugal, dadas las importantes asumas que habían arriesgado en el
comercio de las especias, traídas de
lejanas tierras por comerciantes lusi­
tanos. Pero tal procedimiento lo ex­
tendieron a otras ciudades mercantiles
de la Corona española, pues ya en
1509 tenían una sucursal permanente
en Zaragoza dirigida por un socio de la
familia, vinculada directamente a la
compra de azafrán, y años más tarde
también abrieron factorías en Sevilla
y Valencia.
El éxito del viaje de Magallanes,
que abrió la posibilidad de una nueva
ruta hacia Oriente, y la elección de
Carlos V al trono del Sacro Imperio
Romano, fueron sucesos que favore­
cían las relaciones comerciales entre
los diferentes reinos. Para la casa de
los Welser, financistas del Empera­
dor, administradores de rentas, adua­
nas y arrendatarios de minas, entre
otras, también fue el momento para
ampliar sus perspectivas comerciales
con las Indias y lanzarse hacia la con­
quista de aquellas nuevas posibilida­
des, que el Rey estaba dispuesto a
conceder. Para ello, en noviembre de
1525, Carlos V tuvo que conceder una
apertura a la dispuesta desde los Reyes
Los alemanes en Venezuela
Católicos en relación al comercio y
establecimiento en el Nuevo Mundo:
permitidos primero sólo a los habitan­
tes de Castilla y luego extendido a
todos los españoles.
La reforma, que ahora amparaba a
todos los súbditos de la Corona Impe­
rial, les permitió ‘pasar a las Indias y
estar y contratar en ellas según y como
lo hacían los naturales de la Corona de
Castilla y León’. Por tanto, fue ésta la
oportunidad que aprovecharon desde
un primer momento genoveses, italia­
nos, flamencos y alemanes para desa­
rrollar la actividad comercial con las
Indias. A diferencia de los Fugger,
quienes participaron en el tráfico de
las especias con las Molucas, por la
vía del Estrecho de Magallanes, desde
1522, los Welser no lo hicieron hasta
1525, cuando se concluyó con el Em­
perador un pacto comercial para esta­
blecer empresas en las Indias, en vir­
tud del cual se creó primero la factoría
en Sevilla, de la cual fue encargado
Ambrosio Alfinger, y posteriormente
en la ciudad de Santo Domingo.
El establecimiento en Santo
Domingo
Equiparados los alemanes a los
comerciantes españoles en las Indias
Occidentales, los Welser de Augsburgo, a través de sus factores, iniciaron
de inmediato el trato comercial con las
nuevas Tierras y en especial con el
principal puerto en La Española, que
servía de almacén del Caribe y donde
todas las armadas montadas para ‘el
rescate’ de indígenas, captura de es­
clavos y empresas de exploración y
conquista se abastecían de armas,
esclavos, ganado y soldados experi­
mentados, recibiendo además mante­
nimiento. Paralelamente participaban
junto a comerciantes portugueses, ita­
lianos y españoles, en el apresto de
flotas como las de Loaisa, Caboto y
Elcano con destino a las Molucas,
siendo las dos primeras un fracaso.
El auge de la actividad mercantil
los estimuló a concretar su ambiciona­
do proyecto: establecer lo más pronto
posible la factoría en la ciudad de
Santo Domingo y, desde allí, partici­
par tanto en la búsqueda de un paso
hacia el Mar del Sur, y con ello un
camino más corto para la ruta de la
especiería, como consolidar el domi­
nio y expansión de la actividad minera
y comercial, lo que significaba impul­
sar la introducción de mercancías, he­
rramientas y bastimentos y la extrac­
ción de algunos ‘frutos de la tierra’,
sobre todo azúcar, comercializables
en Europa.
En junio de 1526 Jorge Ambrosio
Alfinger y otro mercader alemán, acompañados de dos españoles, consi­
guieron licencia para viajar a la Amé­
rica Días más tarde Enrique Ehinger,
en representación de los intereses de
los Welser, obtuvo en la Corte una
primera merced para su representante
en Sevilla, Lázaro Nuremberger, con
lo cual podía enviar un factor alemán
a Santo Domingo, y meses después
consiguió una extensión de ella para
enviar hasta tres o cuatro apoderados.
En virtud del pacto, para julio del
mismo año, Lázaro Nuremberger re­
mitió desde la factoría sevillana el
primer cargamento para el factor Al­
finger en Santo Domingo, quien junto
a Jorge Ehinger estableció la casa co­
mercial de los Welser y sus socios en
la isla. En adelante el creciente volu­
men de los negocios y la navegación
en barcos de la propia casa amplió
considerablemente su tradicional ac­
tividad comercial europea con la ul­
tramarina, cubriéndose aquella trave­
sía con cargamentos de diversos pro­
ductos para abastecer tanto las necesi­
dades de la isla y los territorios recien­
temente poblados como para abaste­
cer las continuas empresas de con­
quista.
Desde el Nuevo Mundo llegaban
diariamente a la metrópoli diversas
noticias que estimulaban la codicia de
los mercaderes europeos. Y a través
de los factores alemanes en Santo Do­
mingo y Sevilla los Welser estaban
mejor informados sobre los últimos
acontecimientos en Indias que la mis­
ma Corte.
Tal posición permitió a los miem­
bros de la casa comercial en Alemania
a conocer de las nuevas empresas ex­
ploradoras, pues los informes de los
factores solicitaban en lo posible la
pronta remisión de mercancías nece­
sarias para abastecer tales campañas,
por ellos también conocían los rum­
bos de la conquista, los más recientes
descubrimientos, los centros más im­
portantes para el rescate de oro, esme­
raldas y de la extracción perlífera.
En lo particular, Alfinger ya sabía
de las posibilidades económicas y el
trato con algunas regiones de las cos­
tas de Tierra Firme,muy convenientes
a los intereses de la compañía: las
perlas de Cubagua, los esclavos cap­
turados en las costas del oriente y
centro de Tierra Firme, las riquezas
que proporcionaba la región limítrofe
con Santa Marta, donde Ampies tenía
un establecimiento para la extracción
del palo de brasil, el cual podía servir
de base para operaciones hacia el inte­
rior del territorio; cerca de allí estaba
Castilla del Oro, y por algún lugar
cercano la ruta que podía llevarlos al
Mar del Sur, la obsesión de todos los
buscadores de riquezas. Todo esto
mantuvo a Alfinger a la expectativa,
esperando sólo la oportunidad para
entrar también en la tentadora empre­
sa de la conquista. No obstante, la
compañía participaba en las explora­
ciones mineras de cobre en la misma
isla y en las de plata en Zultepec,
Nueva España. Igualmente tomaba
parte en la navegación expedicionaria
de Pedro de Mendoza, descubridor del
Río de la Plata.
La gobernación de Venezuela
El levantamiento y atentado, en
mayode 1527, contra Rodrigo de Bas­
tidas, gobernador de Santa Marta, por
parte de sus soldados y su posterior
muerte en la Española, junto a los
convulsionados sucesos que conti­
nuaron a ésto, fueron el momento que
tanto habían esperado los factores de
los Welser en Santo Domingo para
establecerse en Tierra Firme.
Para sustituir la vacante de Basti­
das, en diciembre de 1527, el rey de­
signó a García de Lerma, comerciante
de Burgos, quien fuera llamado ante el
Consejo de Indias para recibir el titulo
como tal gobernador. Mientras inver­
tía su hacienda y se endeudaba con
diversas casas comerciales en Casti­
lla, para la organización de una arma­
da con destino a Santa Marta, los agentes Enrique Ehinger y Jerónimo
Sayler, estando en la Corte y cono­
ciendo la decisión real, aprovecharon
la coyuntura para ofrecerle sus buenos
oficios a Lerma. Le propusieron el
financiamiento de una flota bien ar­
mada y provista durante un año para
pacificar a Santa Marta, posterior­
mente pasarían a conquistar las tierras
adyacentes que solicitarían al Rey,
tierras que gobernarían y colonizarían
E ncuentros
11
1991
11
Los alemanes en Venezuela
conjuntamente.
Concluido el acuerdo con García
de Lerma, los factores alemanes ex­
pusieron al Rey la posibilidad de cola­
borar en la difícil situación financiera
en que se encontraba el gobernador
entrante, restablecer el orden en Santa
Marta y servir en la conquista y paci­
ficación de las tierras que confinaban
con la gobernación, donde habíanse
descubierto algunas minas. Tal acuer­
do, ratificado por una disposición real,
convino en que los Welser debían ayu­
dar a García de Lerma a pacificar la
tierra y castigar a los culpables del
levantamiento y la muerte de Basti­
das. Si al llegar la expedición armada
de los Welser a Santo Domingo reina­
se tranquilidad en Santa Marta y Gar­
cía de Lerma hubiese sido aceptado
como gobernador, éstos podían pasar
a la Gobernación de Venezuela en las
co n d icio n es señaladas por la
capitulación.
En general, la concesión a los co­
merciantes alemanes se hizo en los
términos corrientes en aquellos años,
como lo muestran los contratos esta­
blecidos con anteriores conquistado­
res. Si bien la capitulación la consi­
guieran probablemente por los apuros
financieros del rey, ello también res­
pondía a los procedimientos seguidos
por la C orona en relación a la
pacificación y poblamiento de sus te­
rritorios sin gastos para el erario real,
además de reflejar la política econó­
mica que la compañía implementara
hacia las Indias, pues “los Welser, al
interesarse por Venezuela, siguen el
ejemplo de otros gobernadores-em­
presarios que, tras organizar armadas
a tierras inexploradas, desean afian­
zarse definitivamente en las regiones
conquistadas o a conquistar para con­
seguir el ensanchamiento y la mono­
polización de sus actividades mercan­
tiles.” (1)
Entre febrero y abril de 1528, En­
rique Ehinger y Jerónimo Sayler, en
nombre de la casa Welser, firmaron
varios convenios con Carlos V: llevar
50 mineros alemanes para las minas
descubiertas y por descubrir, la
introducción de 4.000 esclavos, la
concesión para administrar la gober­
nación de Venezuela, el uso de las
atarazanas y depósitos de Sevilla du­
rante 6 años para reparar las embarca­
ciones y guardar las mercancías, y
finalmente el derecho del 1% sobre los
12
E ncuentros
11
1991
valores de las minas y una contribu­
ción por la extracción del sal, concer­
tado con el secretario Francisco de
Cobos.
Dichos convenios comprendían la
exención de todos los derechos adua­
neros y de productos para el consumo
personal, gastos de puertos y de alma­
cenaje en Sevilla y Santo Domingo,
además de la concesión para esclavi­
zar los indios rebeldes y comprar es­
clavos indígenas que tuvieran los ca­
cique por tales, y la disminución en los
derechos de explotación minera. Para
septiembre del mismo año de 1528
consiguen la merced para navegar en­
tre Castilla y las Indias en forma direc­
ta y no sujetos a ir en conserva de
flotas, dos meses después obtienen
una nueva merced para navegar a
Flandes u otras partes sin ser obliga­
dos a ir a Sevilla. Tan importantes
acuerdos para la casa comercial sólo
fueron “... consecuencia de las rela­
ciones comerciales que la compañía
sostenía ya hacía años en España y en
el Nuevo Mundo, las cuales se fueron
extendiendo al compás y a medida que
se ampliaban las posibilidades econó­
micas de los Welser.” (2)
Por la capitulación para la con­
quista y población de Venezuela, rati­
ficada en marzo de 1528, Alfinger fue
nombrado primer gobernador y capi­
tán general para regir y administrar el
territorio comprendido entre el Cabo
de la Vela y Maracapana, con todas las
islas de la costa excepto las encomen­
dadas a Juan de Ampies.
La flota, compuesta de tres navios
y una carabela con 300 hombres, bien
provista de víveres para el viaje y
establecimiento en la colonia durante
un año, se hizo totalmente a costa de la
compañía Welser, por lo cual García
de Lerma quedó como deudor a pagar
una primera parte al llegar a Santo
Domingo y la otra en Santa Marta. La
armada, que zarpó de Sevilla el 7 de
octubre de 1528 a cargo de García de
Lerma, hizo escala en santo Domingo
en enero de 1529, donde Alfinger to­
mó el título de gobernador y el mando
de la flota. La noticia sobre el resta­
blecimiento de la paz en Santa Marta
permitió el necesario reabastecimien­
to y luego que Alfinger obtiene licen­
cia de la Real Audiencia para navegar
con la armada hacia su destino, llegó a
Venezuela el 28 de febrero de 1529.
Desde un comienzo el gobernador
marchó hacia Occidente, rumbo al sur
del golfo, en la afanosa búsqueda de
una comunicación con el Mar del S ur,
que supuestamente era la ruta a la
especiería y que tanto interesaba a los
comerciantes y mercaderes alemanes,
por septiembre de 1529, luego de cru­
zar el estrecho que une el lago con el
golfo y de establecer el poblado que
llamó Maracaibo, regresó sin resulta­
dos. El 9 de julio de 1531 Alfinger
parte nuevamente de Coro con destino
a Maracaibo, para intentar encontrar
por última vez la ansiada comunica­
ción con el Mar del Sur.
Las condiciones productivas de la
antigua gobernación de Venezuela no
fueron significativas para las activida­
des económicas de la compañía ale­
mana, por el contrario, pero represen­
tó para la colonia su incorporación a la
influencia comercial que dirigía la
factoría sevillana que manejaba las
escasas actividades mercantiles de in­
troducción y extracción en condicio­
nes monopólicas.
Durante los primeros tres años de
hecho los factores de los Welser logra­
ron mantener este monopolio, pero a
partir de 1531, cuando la Corona lla­
mó a todos los mercaderes de sus
reinos a participar en el comercio con
Venezuela, el resultado para la com­
pañía fue negativo, pues la colonia era
considerada como una de las menos
ricas del imperio. En estas condicio­
nes y durante este período los agentes
alemanes realizaron un importante
comercio de abastecimiento. El trato
se expresó en dos circuitos comercia­
les; uno directo con Sevilla a raíz de
los primeros viajes, y con otros puer­
tos europeos posteriormente, que pro­
veía mercaderías europeas, manteni­
miento y esclavos, pero constituía un
negocio demasiado irregular; otro re­
gional, vinculado con su factoría en
Santo Domingo, que manejaba mer­
caderías redistribuidas de las flotas,
además de diversos frutos de la región
como azúcar, ganado y carne salada.
En cuanto a las extracciones, éstas se
componían principalmente de oro, es­
clavos indios y algún bálsamo y palo
de brasil.
Los alemanes en Venezuela
Notas
1 Otte, Enrique, Cedulariosde la Mo­
narquía Española relativos a la Pro­
vincia de Venezuela (1529-1552), Ca­
racas, Fundación John Boul ton y Fun­
dación Mendoza, 1959, T. 1, p. XXII.
2.-Panhorst, Carlos, Los Alemanes en
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drid, Editorial Voluntad, 1927, p. 81.
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Venezuela, 1973.
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10-. Humbert, Jules. La ocupación
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Cartas.
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orígenes históricos de Venezuela.
Madrid, Concejo Superior de
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13-. Otte, Enrique. Cédulas
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Caracas, Fundación John BoultonFundación Eugenio Mendoza, 1963.
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de Monarquía Española relativos
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Caracas, Fundación John BoultonFundación Eugenio Mendoza, 1959,
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15-. _________________. Las perlas
del Caribe: Nueva Cádiz de
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16-.Panhorst, Carlos. Los alemanes
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Madrid, Editorial Voluntad, 1927.
17-. Walter, Rolf. Los alemanes en
Venezuela.
Caracas, Asociación Cultural
Humbolt, 1985.
... klassisch e D e n km u ster neu d e fin ie re n:
eberhard verlag
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CONSTANTIN VON
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Kultur E
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E ncuentros
11
1991
13
Los alemanes en Venezuela
Las relaciones de Venezuela
y los Estados Alemanes
en las primeras décadas
del siglo XIX
Catalina Banko
Desde finales del siglo XVIII algu­
nas naciones europeas, entre las cuales
sobresale Inglaterra como potencia económica, se encuentran en pleno pro­
ceso de desarrollo de sus actividades
industriales y experimentan en conse­
cuencia la imperiosa necesidad de am­
pliar sus mercados para colocar el exce­
dente de su producción manufacturera.
En tal sentido, las colonias españolas en
América se constituyen en una de las
principales áreas para la expansión del
comercio europeo. Sin embargo, toda
posibilidad de intercambio directo con
dichos territorios coloniales se ve obs­
taculizada por el monopolio comercial
impuesto por la Corona Española. En el
caso de los Estados alemanes se realiza­
ba un intenso tráfico con España desde
finales del siglo XVIII, a través del
puerto de Hamburgo, hacia donde se
introducía un gran volumen de produc­
tos provenientes de Latinoamérica, a la
vez quedesde allí salían diversas manu­
facturas, entre ellas los lienzos de Westfalia y Silesia, con destino al nuevo
continente.
En este contexto, Prusia demuestra
gran interés por el tráfico directo con
Latinoamérica, hecho que se veía favo­
recido por su carácter de nación neutral,
ya que desde 1797 España se vio obli­
gada a conceder el libre comercio de sus
colonias con estados ‘amigos’ o ‘neu­
trales’, debido a la imposibilidad de
abastecer la demanda de sus posesio­
nes. (1) Por otra parte, hacia fines del
siglo XVIII, los comerciantes silesianos habían establecido ‘factorías’ en
Norteamérica, país que también era
considerado neutral, para la venta de
telas en las colonias españolas. (2)
greuii&fiÇAftëv £aiti>cl0=
©cOífffaftis^críntg
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unterjeidm et 31t dav acaó am 2 7 . SDÎat) 1837.
©ic SKatifícaticncn beé 2¡3cetrac]o jltib am 19. DJíáis i83.s 311 tTaracaé
auíi]cu,'crf)fclt werben.
’J íad) bem a iitlje n tifrÍK ii S e n
in
S p iu iifc b e r m ib g ra n jó fifitc i- ,
n e t'll beígcfúgtcr tlcöeifcßi'.ng in © e titfrfie r 0 p ra d )e .
Jn a 111 b ¡1 r 9
18
3 8.
Ö etm icf: bei 3 of). î l u i j . I B îc i |i u c t , t f. jpctfciCI. n i* J je d ü v . Diatlte «Suràbrucfcr.
Portada del Tratado Alemán-Venezolano de Amistad, Comercio y Navegación
del 27 de Marzo de 1837
14
E ncuentros
11
1991
Los alemanes en Venezuela
Una vez que estallan los movimien­
tos emancipadores en Latinoamérica se
multiplican las iniciativas de Hamburgo, Bremen y Lübeck (Ciudades Hanseáticas) para ampliar su red comercial,
aunque las nuevas políticas europeas
que se habían establecido tras la derrota
napoleónica constituirían un freno para
sus objetivos de expansión económica.
Nos referimos concretamente a la crea­
ción de la Santa Alianza, promovida
por Austria, Prusia, Inglaterra y Rusia,
la cual reconocía la legitimidad de las
posesiones españolas en América, al­
gunas de ellas ya independizadas de
hecho y otras en plena lucha por su
emancipación.
En consecuencia, la Santa Alianza,
imbuida de los tradicionales principios
absolutistas, se convierte en un serio
obstáculo para entablar relaciones di­
plomáticas con los nuevos Estados lati­
noamericanos. Pese a las ataduras que
representan los compromisos asumi­
dos por los miembros de la Santa Alian­
za, son numerosos los comerciantes
británicos, alemanes y franceses que
por su cuenta y riesgo se habían trasla­
dado a América para establecer allí sus
casas mercantiles, aún cuando carecían
de la protección oficial de sus respecti­
vas naciones de origen. (3)
El interés de Prusia en el tráfico
ultramarino se observa claramente en la
formación de la Compañía RenanaWestfálica de Comercio Marítimo, que
tenía ya listo en 1821 un gran carga­
mento de mercancías para ser enviadas
a las ‘Indias Occidentales’, utilizando
para ello el puerto de Hamburgo, según
lo indica la nota dirigida por el Ministro
de Relaciones Exteriores de Prusia al
Ministro de Comercio en 1821. (4)
En el año 1822 la Diputación Co­
mercial de Hamburgo se refiere, en una
resolución adoptada por la misma, a las
inmensas posibilidades económicasque
se abrirían en el caso de lograrse efec­
tuar el comercio directo con las repúbli­
cas sudamericanas, hacia donde llega­
ban anteriormente los lienzos y otras
manufacturas alemanas a través de los
puertos españoles. (5)
En el juego de las relaciones políti­
cas europeas tiene gran influencia la
iniciativa de los Estados Unidos de
Norteamérica para reconocer a los Es­
tados latinoamericanos, ya que esta na­
ción no estaba comprometida por nin­
gún tipo de lazos con los principios y
objetivos políticos sustentados por la
Santa Alianza. Paralelamente tiene gran
repercusión, tal como lo destaca el co­
nocido historiador Manfred Kossok, el
planteamiento formulado por Francis­
co Antonio Zea, Ministro Plenipoten­
ciario de laRepúblicadeColombia ante
las cortes europeas, quien en un docu­
mento fechado en París el 8 de abril de
1822, manifiesta claramente que la emancipación de América es un hecho
irreversible y que en este continente ha
terminado para siempre la dominación
colonial. Asimismo Zea señala que Co­
lombia adoptará la política de abrir sus
puertas al extranjero, siempre que ello
se asiente sobre la base de la reciproci­
dad y enfatiza que “sería difícil conce­
bir relaciones duraderas, ventajosas y
tales como las reclama el interés del
comercio entre Estados cuyos gobier­
nos no se reconocerían recíprocamente.”(6) El Ministro expresa que las auto­
ridades de Colombia no admitirán la
presencia en sus puertos y territorios de
súbditos de aquellos Estados que no
hayan reconocido dicha República. Aún más, concluye afirmando que “serán
tomadas medidas por el gobierno de
Colombia para prohibir cualquier mer­
cadería proveniente de los países cuyos
gobiernos se rehusaran y dilataran di­
cho reconocimiento.” (7)
El pronunciamiento de Francisco
Antonio Zea causa honda preocupa­
ción en los medios mercantiles alema­
nes, ya que ello significa una seria ame­
naza a sus intereses económicos en uno
de los importantes mercados para sus
productos. Como ejemplo podemos ci­
tar las palabras del Conde Münster,
Ministro del Reino de Hannover, quien
considera que la política adoptada por
Colombia afectará las exportaciones de
telas, artículo que era muy conocido en
Sudamérica, al punto que algunos tex­
tiles ingleses “para hacerles competen­
cia,llevan lafalsa marca ‘D’Osnaburgh
Linnens’”. Por ello el Conde Münster
formula una serie de reflexiones con
respecto a la facultad que le asiste al
Reino de Hannover para establecer re­
laciones con Colombia, sobre la base de
sus propios derechos de soberanía, aún
cuando forma parte de la Liga Germá­
nica. Recomienda que se envíe una
respuesta al Ministro Zea, en la cual el
Reino de Hannover, para evitar conflic­
tos con las potencias aliadas, se limita­
ría a proponer un “reconocimiento del
hecho del establecimiento de la inde­
pendencia de la República de Colom­
bia, y del deseo de cultivar con ella
relaciones de buena armonía.” (8)
El Jefe del Gobierno de Hannover
responde a las consideraciones de
Münster, expresando que el reconoci­
miento de la independencia de Colom­
bia reportaría importantes ventajas al
comercio del Estado. Pero al mismo
tiempo manifiesta su temor de que los
barcos de Frisia oriental que se encuen­
tran en puertos españoles puedan ser
confiscados con sus cargamentos por el
Gobierno de esta nación, en el caso de
proclamarse dicho reconocimiento.
Recomienda, en consecuencia, demo­
rar toda resolución al respecto y recabar
información al cónsul competente, “in­
vitando eventualmente a nuestros bar­
cos que se hallan en puertos españoles
a abandonarlos inmediatamente” para
evitar cualquier tipo de represalias. (9)
Igual preocupación se observa en
Hamburgo, donde 41 comerciantes
suscriben un petitorio dirigido a la Di­
putación para solicitar que se estudie la
futura política a seguir, por considerar
que próximamente “se habrá producido
el reconocimiento de las repúblicas su­
damericanas por parte del gobierno
norteamericano, y que todas las apa­
riencias indican que Inglaterra seguirá
pronto este ejemplo para asegurarse las
ventajas que los nuevos gobiernos, par­
ticularmente el de Colombia, prometen
dejar disfrutar a aquellos que primero
los reconozcan.” Por lo tanto someten
al Senado la siguiente proposición: en
el caso que no se desee formalizar el
reconocimiento por medio del nombra­
miento de cónsules por consideración
al gobierno español, sería conveniente
que se haga llegar a los Ministros de
Relaciones Exteriores de los Estados
latinoamericanos una información
conf dencial departe de Hamburgo, por
intermedio de los comerciantes allí es­
tablecidos, con la finalidad de ofrecerá
aquellos gobiernos un tratamiento igual
al dispensado a otros Estados amigos e
iniciar así “vinculaciones comerciales
en beneficio mutuo.” (10)
La Diputación de Comercio de
Hamburgo responde al mencionado pe­
titorio reafirmando la importancia de
establecer relaciones económicas di­
rectas con América, ya que anterior­
mente los lienzos y otras manufacturas
alemanas se dirigían a dicho continente
a través de España, tráfico que ahora se
ha interrumpido totalmente. Admiteque
los planteamientos de Francisco Anto­
E ncuentros
11
1991
15
Los alemanes en Venezuela
nio Zea son legítimos, pero señala que
en el caso de adoptarse esta política se
podría correr el riesgo de provocar con­
flictos con las potencias europeas y en
particular con España. Para evitar estos
problemas, la Diputación de Comercio
de Hamburgo considera la posibilidad
de enviar agentes que no ejerzan una
representación oficial, es decir , “sin
carácter público como ya lo hicieron
América e Inglaterra.” Con tal finalidad
podrían utilizarse los servicios de co­
merciantes que estén residiendo en te­
rritorio sudamericano, quienes se de­
sempeñarían como ‘agentes’ de Ham­
burgo, sin que ello signifique ningún
tipo de compromiso que altere las rela­
ciones con los aliados europeos. (11)
La respuesta del Senado de Ham­
burgo al petitorio de los comerciantes
es sumamente cautelosa, ya que si bien
comparte el criterio de la necesidad de
impulsar el tráfico ultramarino, conclu­
ye manifestando que no deben tomarse
medidas apresuradas hasta conocer con
exactitud la verdadera situación interna
de los Estados sudamericanos, con la
finalidad de evitar que los comerciantes
emprendan actividades “inseguras y
llenas de peligro.” (12)
También es significativo señalar que
el objetivo de ampliar el comercio ale­
mán constituye motivo de preocupa­
ción para muchos negociantes ingleses,
lo cual se evidencia en un artículo publi­
cado en la Gaceta de Londres del año
1822, en el que se enfatiza la importan­
cia de estrechar relaciones con Sudamérica por medio de la instalación de
casas de comercio en este continente
para enfrentar la competencia alemana.
En el artículo se hace referencia concre­
ta a la organización de una compañía
especialmente orientada a promover el
tráfico alemán con los nuevos Estados
latinoamericanos: “Una compañía
mercantil se ha formado ya en Alema­
nia para la introducción de mercancías
en la América del Sur, la compañía se
llama la Compañía del Rheno de las
Indias Occidentales, y el Cónsul Pru­
siano está a la cabeza. Bajo tales cir­
cunstancias seguramente los negocian­
tes y fabricantes de la Gran Bretaña
deben de ser particularmente vigilan­
tes.” (13)
A esta altura de los acontecimientos
ya la República de Colombia había
puesto en práctica ciertas restricciones
a las actividades mercantiles de los ex­
tranjeros. El Congreso de dicha nación
16
E ncuentros
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sanciona el 22 de febrero de 18221aLey
de Consignaciones Mercantiles, esti­
pulando que todo extranjero que pre­
tendiese establecer actividades comer­
ciales en el país, debía consignarse en
personas nacionales, bajo cuyo nombre
giraría el negocio. Esta Ley estaba des­
tinada a presionar a los gobiernos ex­
tranjeros para que éstos reconocieran
formalmente a la República, ya que de
esta manera se obstaculizaba la realiza­
ción de negocios en forma directa por
parte de los capitalistas foráneos. Rápi­
damente los extranjeros buscan salida a
esta difícil situación por medio de su
naturalización, como puede apreciarse
en las largas listas publicadas en la
Gaceta de Colombia, con lo cual se
desvanece la finalidad de la Ley, por­
que los extranjeros, al obtener la nacio­
nalidad colombiana, se igualan en posi­
bilidades a los criollos. Por ejemplo,
entre septiembre de 1822 y octubre de
1824 se verifican 114 casos de natura­
lización, indicando así el gran interés
que tenían por continuar ejerciendo
normalmente sus transacciones comer­
ciales. (14)
En 1823 el bloque europeo de la
Santa Alianza comienza a resquebra­
jarse, ya que Inglaterra se muestra cada
vez más dispuesta a romper sus com­
promisos con aquélla para tener liber­
tad en su acción diplomática con las
repúblicas sudamericanas. Paralela­
mente se levanta la amenaza de la hege­
monía de los Estados Unidos en el
continente, particularmente tras el fa­
moso manifiesto del Presidente James
Monroe, en el cual se proclama que
Europa carece de derechos para inmis­
cuirse en la política americana. Al res­
pecto es necesario recordar que los Es­
tados Unidos habían establecido estre­
chos lazos comerciales con el resto de
América ya desde fines del siglo XVIII,
gracias a su condición de país neutral.
Asimismo era irrefutable el hecho de
que Gran Bretaña había propiciado los
movimientos emancipadores, y en el
caso de Venezuela, los comerciantes
ingleses cumplieron una acción funda­
mental desde 1817 mediante el aprovi­
sionamiento del ejército patriota a tra­
vés del puerto de Angostura. Tanto
Estados Unidos como Inglaterra habían
ido estructurando las bases fundamen­
tales para el comercio con los Estados
latinoamericanos, aún cuando desde el
punto de vista estrictamente diplomáti­
co no se hubieran formalizado acuerdos
concretos. Estos últimos no se harían
esperar. La República de Colombia fir­
ma su primer tratado con un país extran­
jero en el año 1824: se trata de los
Estados Unidos. Al año siguiente se
suscribe un tratado semejante con In­
glaterra. Los Estados alemanes habían
quedado rezagados en su política de
relaciones diplomáticas con América,
como consecuencia de la persistencia
de sus vínculos con las potencias alia­
das.
Precisamente en el año 1824 es que
el gobierno colombiano adopta la reso­
lución de derogar la Ley de Consigna­
ciones Mercantiles del año 22, bajo la
consideración que la República ha de­
cidido abrir sus puertas al comercio de
todas las “naciones amigas y neutra­
les”, pudiendo así los extranjeros insta­
lar almacenes en Colombia por su cuen­
ta y ejercer “cualquiera clase de indus­
tria”. Con el reconocimiento por parte
de los Estados Unidos e Inglaterra ya no
era necesario que se continuaran apli­
cando restricciones a las actividades de
los extranjeros. (15)
Sin embargo, los Estados alemanes
continúan preocupados por las dificul­
tades aún vigentes para establecer trata­
dos con Latinoamérica. En el año 1825
el gobierno de la Provincia de Silesia
dirige un informe al Ministro de Interior
de Prusia, expresando su preocupación
por el porvenir de las fábricas textiles,
debido principalmente a la fuerte com­
petencia norteamericana e inglesa en el
comercio con América. El problema
radica, según dicho informe, en la tar­
danza en oficializar las relaciones con
Sudamérica, lo cual significa que los
lienzos de Silesia sufrirán un recargo en
los derechos de aduana mayor que los
aplicados a las naciones que ya han
reconocido a los Estados del nuevo
continente. Al respecto se afirma: “No
puede pues el Estado prusiano, si ha de
seguir floreciendo, quedar expulsado y
excluido con sus productos y manufac­
turas de los Estados extranjeros, y par­
ticularmente también de los nuevos Es­
tados sudamericanos por la culpa de
compromisos firmes de carácter oficial
o por el hecho que al Estado no está
permitido intervenir en forma favora­
ble para fomentar el comercio con el
exterior.” (16)
En esta nueva etapa las Ciudades
Hanseáticas intensificaron sus esfuer­
zos para adquirir los mismos privile­
gios de que gozaban naciones como los
Los alemanes en Venezuela
Estados Unidos e Inglaterra. Finalmen­
te en 1827 aquellos Estados logran sus­
cribir un tratado con México. (17) Igual
empresa es intentada con Colombia,
aunque sin éxito. Por el momento sólo
prospera la iniciativa de nombrar cón­
sules en los principales puertos de la
República. En el caso específico de La
Guaira el comerciante Georg Gramlich
es designado en 1827 como primer cón­
sul general de Hamburgo. En el mismo
año Bremen otorga iguales funciones a
Johann Friedrich Strohm en dicho
puerto. (18)
A partir de los años treinta el comer­
cio de Venezuela con Hamburgo y B re­
men crece en forma constante y logra
asentarse sobre sólidas bases con la
firma del tan esperado Tratado de Co­
mercio y Navegación en el año 1837.
De esta manera las relaciones económi­
cas con Alemania se fortalecen y desde
los años cuarenta las firmas proceden­
tes de Hamburgo y Bremen se convier­
ten en las predominantes en el comercio
exterior venezolano. Este control lo ejercerán en los principales puertos del
país: La Guaira, Maracaibo y Puerto
Cabello, limitándose no sólo al tráfico
con su país de origen, sino también con
Gran Bretaña y los Estados Unidos. La
preponderancia alemana en el comer­
cio venezolano se extenderá hasta las
primeras décadas del siglo XX, mien­
tras el café continúa siendo el primer
rubro de las exportaciones del país.
Notas y referencias bibliográficas
1.- Manfred Kossok, Historia de la
Santa Alianza y la emancipación de
América Latina, Buenos Aires, Edicio­
nes Sílaba, 1968, pp. 17-18.
2.- Ibidem, p. 18.
3.- Ibidem, p. 40. Cf.: Catalina Banko,
El capital comercial en La Guaira y
Caracas 1821-1848, Caracas, Acade­
mia Nacional de la Historia, 1990. Des­
de 1821 se encuentran en La Guaira
numerosos comerciantes europeos que
instalan allí sus casas para dedicarse al
negocio de la importación y exporta­
ción.
4.- Ministro de Relaciones Exteriores
Bernstoff al Ministro de Comercio Bullow, Berlín, abril 1821, en: Karl Wil­
helm Körner (Introducción, selección y
traducción): La independencia de la
América española y la diplomacia ale­
mana, Buenos Aires, Universidad de
Buenos Aires, Facultad de Filosofía y
Letras, 1968, pp. 229-230.
5.- “Resoluciones de la Diputación Co­
mercial de Hamburgo”,junio 1822, en:
Ibidem, pp. 238-239.
6.- Francisco Antonio Zea, “Nota cir­
cular”, Paris, 8 de abril de 1822, en:
Ibidem, p. 233.
7.- Ibidem, pp. 233-234.
8.- Ministro del Reino de Hannover
Conde Münster, Londres, abril 1822,
en: Ibidem, pp. 235-236.
9.- Despacho del Jefe del Gobierno de
Hannover, 9 de mayo de 1822, en:
Ibidem, p. 237.
10.- “Petitorio dirigido a la Diputación
de Comercio de Hamburgo por 41 co­
merciantes”, Hamburgo, 6 de junio de
1822, en: Ibidem, pp. 237-238.
11.- Diputación Comercial, Hambur­
go, 26 de junio de 1822, en: Ibidem, pp.
239-240.
12.- “Resolución del Senado de Ham­
burgo, 13 de noviembre 1822, en: Ibi­
dem, pp. 240-241.
13.- Gaceta, Londres, 1822, en: Correo
del Orinoco, Angostura, no. 128,23 de
marzo de 1822.
14.- Francisco de Paula Santander, Bo­
gotá, 27 de febrero de 1822, “Decreto
de Gobierno”, Gaceta de Colombia,
No. 23, 24 de marzo de 1822. Cf.:
Gaceta de Colombia, “Naturalización
de extranjeros”, No. 49,22 de septiem­
bre de 1822; no. 66, 14 de enero de
1823; no. 87, 15 de junio de 1823; no.
114,21 de diciembre de 1823; no. 137,
30 de mayo de 1824; no. 159, 31 de
octubre de 1824 y no. 234,9 de abril de
1826.
15.- República de Colombia, “Ley de
30 de julio extinguiendo las consigna­
ciones de mercaderías...”, en: Materiales
para el estudio de la cuestión agraria.
Leyes y decretos de la República de
Colombia, T.I, Caracas, Universidad
Central de Venezuela, 1961, pp. 243244.
16.- “Informe del Gobierno de la Pro­
vincia de Silesia al Ministro del Interior
de Prusia”, Breslau, 29 de noviembre
de 1825, en: K.W. Körner..., ob.eit., p.
254.
17.- Manfred Kossok, ob.eit., p.191.
18.- Catalina Banko, ob.cita., pp. 402 y
412.
Para el estudio de los problemas econó­
micos de Venezuela en el siglo XIX
pueden consultarse las siguientes obras:
Benjamin Frankel: Venezuela y los EstadosUnidos1810-1888, Caracas 1977.
Venezuela, Secretaría de Hacienda,
Memoria, años 1830-1900.
George Carl: First Among Equals:
Great Britain and Venezuela 18101900, Michigan, SyracuseUniv. 1980.
Federico Brito Figueroa: Historia económicay social deVenezuela, Tomos 1
y 2, Caracas, UCV, 1975.ManuelPérez
Vila y otros autores: Política y econo­
mía en Venezuela 1810-1975, Caracas,
Fundación John Boulton, 1976.
Johann Ch. Gutsmuths: Vollständiges
Handbuch des Staates Colombia,
Weimar, Geographisches Institut, 1830.
Materiales para el estudio de la cues­
tión agraria en Venezuela 1821-1827,
Caracas, UCV, 1961.
Rolf Walter: Los alemanes en Vene­
zuela desde Colón hasta Guzmán Blan­
co, Caracas, 1985. Del mismo autor
Venezuela undDeulschland 1815-1870,
Wiesbaden, 1983.
Encuentros
11
1991
17
Los alemanes en Venezuela
Las casas comerciales
alemanas en Puerto Cabello,
1830-1890
Yolanda Pacheco
La rada de Puerto Cabello, siglo XIX
Las condiciones políticas y econó­
micas existentes en Venezuela propi­
ciaron el establecimiento de estrechos
vínculos con Inglaterra, cuya expan­
sión económica se hacía sentir con ím­
petu en las primeras décadas del siglo
XIX. La necesidad de establecer nue­
vos y accesibles mercados para la colo­
cación del flujo de productos elabora­
dos llevó a que también otros, como
18
Encuentros
11
1991
Francia y Alemania, aprovecharan las
condiciones favorables que ofrecía
nuestro país para establecer nexos eco­
nómicos y comerciales.
La reciente independencia política
abría las posibilidades de intercambio
comercial, pero las condiciones políti­
cas y económicas en el país propiciaron
no sólo el establecimiento de estrechos
vínculos con Inglaterra, sino que éstos,
por compromisos económicos y aún
políticos, manifestaban caracteres de
dependencia.
Al incrementarse las actividades co­
merciales, comerciantes de diversa
procedencia afluyeron al país, surgien­
do así las primeras casas comerciales
que se asentaban en las principales ciu­
dades y puertos nacionales. Caracas, La
Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo,
Ciudad Bolívar, Carúpano constituye­
ron los focos comerciales de más im­
portancia. No hay duda que su ubica­
ción geográfica en relación a los hin­
terland económicos y sus facilidades
de acceso por vía fluvial o marítima
resultaran factores geoeconómicos
propicios para que los comerciantes las
prefiriesen. Entre las casa comerciales
se destacan las inglesas, las norteameri­
canas y las de origen francés. La vitali­
dad que fue adquiriendo el comercio
alemán en Venezuela se acentuó hacia
mediados de los años 50, máxime que el
comercio inglés había manifestado un
decaimiento hacia los años 40.
La ingerencia del comercio alemán
en Puerto Cabello comenzó a sentirse
en la década del 40; la firma C. A. Ruhs
y Co., por ejemplo, inició sus operacio­
nes hacia 1840. Cari Ruhs era jefe de la
firma y se desempeñó también como
Cónsul de Puerto Cabello. (1)
Es de notar que las casas alemanas
comerciaban no sólo con productos
procedentes de las Ciudades Hanseáticas, sino también incluían mercancías
de procedencia distinta, especialmente
británica; esto Ies permitía ofrecer al
mercado una variedad de artículos más
amplia y adaptada a las necesidades
existentes.
Un factor importante que contribu­
yó con el fortalecimiento del tráfico
comercial fue el proceso de cambio que
experimentó Alemania hacia los años
60, dando como resultado el despegue
de su industria. La prosperidad de la
Noticias
y
programa
de la
ACH,
Caracas .
Noticias
Maurlce Hasson
En Julio d e este año se presentó el conocido violinista venezolano de
origen francés y residenciado en Londres. Respetado en el m undo
entero com o violinista y docente, habló co n em oción d e su
Instrumento: "El violín es el instrumento que más sé a ce rca a la voz y
la voz es precisamente el instrumento más bello. El violín transmite
emociones, deja hablar el alm a y uno com o músico puede hacerlo
hablar y hasta llorar. La gente busca sentir emociones y es por eso
que la técnica por sí sola es una deform ación .' En la sala de
conciertos d e la ACH, Hasson preseentó un concierto d e d ica d o a los
maestros alemanes Mozart, Beethoven y Brahms a co m p a ñ a d o de la
planista Mariela Guillén.
Danza
En Agosto se presentó por primera vez en Venezuela la Compañía de
Danza de la Universidad de Costa Rica, dirigida por Rogelio López. La
Compañía, que lleva trece años de actividades, cuenta con el
patriclnlo del Instituto G oethe y ofreció varias coreografías. Entre ellas,
los críticos destacaron la llam ada 'M ujeres' de la bailarina y
coreógrafo alem ana Susana Llnke, tam bién directora del Folkwang
Tanzstudio de Essen, pues esta conocida pieza “sobre la alienación y
la soledad a p a re ce co n una vitalidad distinta. No son ya tas secas y
agobiadas muejeres, vlrtualmente aniquiladas por una vida carente
d e sentido. Ahora son seres inconformes en medio d e su pasividad,
que gritan su angustiante realidad y vociferan su desolación. Inclusive
desde un humor trágico y mordaz." En la presentación de este grupo
se demostró que el expresionismo en danza, la danza-teatro puede
usarse convincentem ente para expresar la cotidiana tragedia de la
Latinoamérica actual.
Un anuncio Importante: para Marzo de 1992 la Asociación Cultural
Humboldt organizando una gran exposición del famoso Joseph Beuys
en el Museo de Arte C ontem poráneo d e Caracas, 'Sofía Imber'. Será
tod o un acontenclm lento para el m undo artístico venezolano.
Octubre 1991
Hasta el sá bado 5.10
Programa
Exposición - ERICH SALOMON - FOTOGRAFIAS 1928-1938
C uarenta fotografías docum entales d e una d é c a d a decisiva en la historia d e l mundo.
Sala de Exposiciones, ACH
N acido en 1886, este hijo d e banqueros berlineses com enzó su carrera d e fotógrafo co m o
publicista d e la editorial Ullstein, propietaria de d e un d e los periódicos más conocidos de
la ép o ca. Y es así. co m o reportero gráfico que Salomon im pone su minada crítica sobre
los personajes famosos d e su tiem po. Políticos, científicos, actores y cantantes, todas esas
figuras q ue m anejan la im agen pública de nuestra sociedad son desenmascarados por la
cá m a ra d e Salomon al c a p ta r los breves Instantes en q u e se abre un p o co el telón y la
fa ch a d a habitual. Salomon es considerado uno d e los más Importantes pioneros d e la
fotografía periodística. La exposición reúne ejemplos d e sus im ágenes tom adas entre 1928
y 1938. Salomon huyó en 1933 d e la Alem ania nazi a Holanda pero fue d e p o rta d o en 1940
y murió en Auschwitz en 1944.
Hasta el dom ingo 3.10
Exposición - MICHAEL SCHMIDT: LA TREGUA
La situación a c tu a l d e Berfn en fotografías.
Sala Siemens, ACH
Jueves 3
GRAN FERIA CULTURAL
Con m otivo d e l Primer Aniversario d e l Día de la Unificación d e Alem ania la ACH
celebrará con baile, exposiciones. películas y videos sobre este país.
Sede de la ACH / A partir d e las 4:00 p.m.
Viernes 4
Concierto - VICTOR CUICA Y TODO SU JAZZ
Teatro Alexander von Humboldt. ACH / 8:00 p.m. Entradas: Bs. 80,00 - Estudiantes: Bs.
30.00.
Sábado 5 y dom ingo 6
Danza-Teatro - BOHEMIO DANZA-TEATRO: “CANTO A LOS NIÑOS” y “OKAME - CUANDO EL
VIENTO PASA"
Dirección y coreografía: Mercedes Baldó
Teatro Alexander von Humboldt. ACH / Sábado: 7:00p.m. - Dom ingo 5:00 p.m.
Del dom ingo 6 al jueves 24
Exposición de Fotografías - IMAGENES DE UN MUNDO PERDIDO - La Colonia Tovar de Juan
Liscano
Sala de Exposiciones, ACH - Inauguración: Domingo 6 /1 1 :0 0 a.m. Se ofrecerá brindis.
Del lunes 7 al viernes 11
Conferencias y Foros - ‘ LA IMAGEN DE LOS VENEZOLANOS SOBRE VENEZUELA"
dictados p o r e l Dr. Roberto de Vries y el Prof. Santiago G uevara (Universidad de
Carabobo).
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m. - Para m ayor inform ación ver prensa.
Jueves 10
Cine - BUEN VIAJE
Director: Norbert Bartnik y Wilfried Dotzel. 1982, colores. 69'
Divertida co m e d ia y sátira genial sobre los reglamentos, leyes y normas alemanes.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Domingo 13
Concierto - JOVENES TALENTOS MUSICALES DE VENEZUELA
Ignacio Ornés. guitarra, Héctor Rodríguez, tenor, Pedro Angel, guitarra,
Huáscar Barradas, flauta, entre otros.
Teatro Alexander von Humboldt / 5:00 p.m.
Jueves 17 y viernes 18
Concierto de gala -LES ADIEUX
Mozart en instrumentos originales.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Jueves 24
Cine • LA FERDINANDA
Director: R ebecca Hora 1981, colores, 90’
Enfrentamiento a la opulencia arfística y exquisitez artificial d e un grupo d e excéntricos.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Viernes 25 - estreno
sábado 26 y dom ingo 27
Opera de Cámara - W. A. MOZART: “BASTIAN Y BASTIANA”
En co la boración co n Fundarte y C avenai
Teatro Alexander von Humboldt, ACH - Viernes y sábado: 7:00 p.m. - Dom ingo: 5:00 p.m.
Del viernes 25 al jueves 31
Exposición - GOBELINOS
Bordados y tapices realizados por el artista venezolano y com unicador social Pablo
Zuloaga.
basados en la té cn ica y en motivos d e la é p o ca d e Mozart.
Sala d e Exposiciones, ACH
Inauguración: Viernes 25 (ver horario en prensa). Se ofrecerá brindis.
Jueves 31
Cine - DELITO (FREVEL)
Director: Peter Fleischmann. 1983, colores, 98'
La terrible atra cció n entre las fuerzas del m a l y d e lo prohibido.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Noviembre 1991
Sábado 2 y dom ingo 3
Teatro - GRUPO DE TEATRO N.A.D.A. (Francia): “UBU”
Una presentación d e la Alianza Francesa en cooperación con la ACH.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / Sábado: 7:00 p.m. - Domingo: 5:00 p.m.
Del dom ingo 3 al sábado 16
Exposición - UNA CALLE COLONIAL
Rescate y recuperación parcial del casco histórico de Calabozo.
Docum entación y proyectos d e un seminario d e la Facultad d e Arquitectura de la
U.S.B.dictado p o r el Arq. Josef Bonn d e Alemania.
La exposición estará a co m p a ñ a d a por un foro (ver prensa).
Sala d e Exposiciones, ACH - Inauguración: Domingo 3 /1 1 :0 0 a.m. Se ofrecerá brindis.
Jueves 7
Cine - WODZECK, basada en el revolucionario dram a d e G eorg Buechner.
Director: Oliver Herbrich. 1983/4, colores, 82'
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Del viernes 8 al jueves 14
Exposición - LERNORT BETRIEB (La Formación Profesional en la República Federal de
Alemania: El Sistema Dual)
IV Exposición Industrial d e C ooperación Venezolano - Alem ana - Poliedro d e Caracas Pabellón Central
Lunes- viernes: 4:00 p.m. -10:00 p.m.. sábados y domingos: 11:00a.m. -10:00 p.m.
Vier. 8 - sáb. 9 - dom . 10
Vier. 15 - sáb. 16. - dom . 17
Vier. 22 - sáb. 23 - dom . 24
Teatro - J. W. GOETHE: “TORCUATO TASSO”
Dirección: Ugo Ulive - El clásico conflicto entre e l arte y la sociedad.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / Viernes y Sábados: 7:00 p.m. - Domingos: 5:00 p.m.
Jueves 14
Cine - EGMONT, basada en e l d tam a heroico d e Johann W olfgang von Goethe.
Director: Hans Gottschalk y Franz Peter Wirth. 1982, colores, 118'
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Del dom ingo 17.12 al dom ingo 8.12
Exposición - LOS ALEMANES EN VENEZUELA
En el m arco d e los 500 años d e intercam bio cultural entre Europa y Latinoamérica.
C o n ce p to d e la Asociación Cultural Hum boldt y Rolf Walter. Con m otivo de la
presentación del segundo tom o del libro del Prof. Rolf Walter, Los Alemanes en Venezuela.
¡870-1914 se organiza esta exposición con imágenes y docum entos que ilustran tas
relaciones políticas económ icas, sociales, científicas y artísticas entre los dos países.
Sala d e Exposiciones, ACH - Inauguración: Dom ingo 17/11:00 a.m. Se ofrecerá brindis.
Jueves 21
Cine - MARIA MAGDALENA, basada en la trágica obra burguesa! d e Friedrich Hebbel.
Director: Franz Xaver Kroetz. 1973, colores, 70'
Teatro Alexander von Humboldt. ACH / 7:00 p.m.
Del sábado 23. 11 al dom ingo 8.12
Exposición de Fotografías - IMAGENES DE UN MUNDO PERDIDO - La Colonia Tovar de Juan
Liscano
En la Colonia Tovar - Para m ayor inform ación ver prensa.
Jueves 28
Cine - DANTON. a d a p ta ció n libre de la obra subjetiva d e Georg Buechner
Director: Dimitri Buchowetzki. 1921, b/n, m uda. 50'
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Finales d e noviembre
(ver prensa)
Concierto - LOS HERMANOS STENZL
Concierto d e pia n o p a ra cuatro manos.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Viernes 29
Concierto de Adviento - HEIDELBERGER KAMMERORCHESTER
Com o introducción a las celebraciones navideñas.
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Diciembre 1991
Continúa hasta el dom ingo 8
Exposición - LOS ALEMANES EN VENEZUELA
En e l m arco d e los 500 años d e intercam bio cultural entre Europa y Latinoamérica.
C o n ce p to d e la Asociación Cultural Hum boldt y Rolf Walter.
Sala d e Exposiciones, ACH
Jueves 5
Cine - EL SNOB, a d a p ta ció n d e la irónica y desm itificadora o b ra d e Cari Sternheim.
Director: W olfgang Staudte. 1983, colores, 91'
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Del dom ingo 8.12
hasta finales d e febrero
Exposición - FERDINAND BELLERMANN
Una presentación d e la Galería d e Arte Nacional b a jo el patrocinio d e la Ve b a OH A.G. y
la Em bajada d e Alem ania en Venezuela y en cola b o ra ció n co n la Asociación Cultural
Humboldt.
Obras traídas d e la Galería N acional d e Berlín, Museos Estatales d e Berlín.
Galería d e Arte Nacional
Miércoles 11
FIESTA DE FIN DE AÑO p a ra los estudiantes d e la ACH
A C H /8:00 p.m.
Juevesl2
Cine - EL HACHA DE WANDSBECK. según la obra d e Arnold Zwelg, analizando el
oportunismo d e l fascismo.
Director: Horst Kónlgsten y Heinrich Breloer. 1981, b /n y colores, 149'
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
Domingo 15
Teatro de Títeres - LOS HERMANOS MERLIN: “GENOVEVA”
La em ocionante leyenda d e la bella y piadosa Genoveva.
Con entretenimiento para los niños - ACH / 4:00 p.m.
Jueves 19
Cine - LOS APASIONADOS, inspirada en la excitante y a u tén tica o b ra ('W e rth e r') d e
Johann W olfgang von Goethe.
Director: Thomas Kórfer. 1981, colores, 111’
Teatro Alexander von Humboldt, ACH / 7:00 p.m.
HORARIO DE EXPOSICIONES
Lunes a viernes:
8:00 a.m. - 6:00 p.m.
Sábados
9:00 a.m. -12:00 m.
3:00 p.m. - 5:00 p.m.
Domingos:
11:00 a.m. -14:00 p.m.
BIBLIOTECA - MEDIOTECA
Horario: 9:00 a.m. -12:00 m
2:00 p.m. - 6:00 p.m.
Jueves: hasta las 6:30 p.m.
Viernes: hasta las 12:00 m
CHARLAS LITERARIAS con la
Prof. Lieselotte Vareschi
Discusión y análisis de obras literarias
alemanas. Incluyendo autores
como Raabe. Tucholsky, Laube, entre
otros.
Los lunes 14 y 28 d e octubre, 11 y 25 de
noviembre y 9 d e diciem bre
Sala Alexander von Humboldt, ACH / 8:00
p.m.
Los alemanes en Venezuela
industria alemana favoreció la coloca­
ción de sus productos en el país, contri­
buyendo a robustecer las relaciones co­
merciales ya existentes con Venezuela.
El predominio del los alemanes se
acentuó en el sector comercial de Puer­
to Cabello durante los años 60; como
testimonio de ello, Edward Eastwick en
sus apuntes de viaje dejó registrado
para 1864 un cierto número de casas
comerciales de Puerto Cabello, todas
ellas de origen alemán: Ruete Rohl &
Co., A.G. Schimel & Co., T. Schmith y
Schrocder, Edward Gathman, y otros. (3) Había cambiado la situa­
ción de las primeras décadas del
siglo cuando prevalecían comer­
ciantes norteamericanos e ingleses.
Así como en Puerto Cabello, los
alemanes constituyeron un sector
dominante del comercio en La Guai­
ra, Maracaibo y Ciudad Bolívar.
Karl Ferdinand Appun, en su vi­
sita a Puerto Cabello acota lo si­
guiente:
“La mayoría de las casas de la
calle principal son bodegas y pulpe­
rías, las primeras son alemanas y
expenden al mayor y al detai todos
los víveres usados allí, mercancía
criolla e importada como hierro, vi­
no, ron, etc.; los segundos tienen las
mismas cosas limitándose, sin em­
bargo, a la venta al detal.” (4)
En la década del 70 la dinámica
comercial venezolana se intensifica,
estimulada por las nuevas políticas del
gobierno de Guzmán Blanco. La nece­
sidad de reafirmar los mercados cauti­
vos y de captar nuevas zonas de influen­
cia, que manifiestan los países de Euro­
pa Occidental y los Estados Unidos
especialmente, se constituyó en un fac­
tor propiciador del proyecto modemizador de Guzmán Blanco.
Las inversiones en la construcción
de ferrocarriles, por ejemplo, fueron
notables, destacándose las inglesas y
norteamericanas. Para fines de siglo,
cinco de las catorce líneas ferroviarias
existentes habían sido construidas con
el apoyo del capital inglés. La vía que
unía a Caracas con Valencia fue cons­
truida con capital alemán.
El auge comercial de estos años 70
se manifestó en el incremento de las
exportaciones y en el repunte del volu­
men y monto de las importaciones. De
acuerdo a las cifras estadísticas, a través
de Puerto Cabello salían los mayores
volúmenes de exportación, siguiéndole
tiles en Puerto Cabello se hallaban en
manos de los alemanes, no obstante
existían también algunas firmas de ori­
gen francés, inglés y español, tal como
lo refiere Leontine P. de Roncajolo en
sus “Recuerdos”, donde señala que el
comercio de Puerto Cabello era de
“bastante importancia y está represen­
tado predominantemente por firmas alemanas; no hay sino unas pocas fran­
cesas y españolas. El comercio al detal
se encuentra enteramente en manos de
los nativos...” (6)
Las firmas comerciales realiza­
ban todas las funciones relaciona­
Estadísticas para el año 1867
das con el comercio importadorexportador; además de fungir co­
Im portación %
Exportación %
mo agentes de crédito mercantil,
concediendo préstamos a los pro­
Gran B retaña
3.3
4.2
ductores y a otras casas de comer­
C iu dades
39
19,3
H anseáticos
cio de menor envergadura. La oneFrancia
17
28,8
rosidad de estas condiciones esta­
ba vinculada a la escasez de la
Estados
10.7
12,3
Unidos
oferta de capital, a las exigencias
Dinam arca
10
4.0
de los medios de pago e intercam­
Holanda
3.6
0.2
bio con que operaban los comer­
9.6
España
3.6
ciantes en el exterior y al riesgo que
corrían los capitales invertidos en
Italia
0.4
estas actividades.
Varios países
0.9
Es interesante señalar que los
acuerdos comerciales entre las ca­
sas y los beneficiarios del crédito
Tomado de: Veloz Goltlcoa, Nicolás: Venezuela
solían en oportunidades ser respal­
1905. Imprenta Bolívar, Caracas, p. 307
dadas por hipotecas como garan­
tías económicas de mayor solidez.
do es cerrada la aduana de Maracaibo Como ejemplo anotamos un párrafo del
por decreto presidencial de Guzmán documento sobre una hipoteca que con­
Blanco.
trae el comerciante Christian StuderCuando observamos las cifras esta­ mann de Puerto Cabello, quien declara
dísticas correspondientes a las exporta­ que debe a:
ciones tomando en cuenta los países de
“Los señores J. Sievers & Co. en
destino vemos que es Alemania la que liquidación del comercio de esta ciudad
recibía los mayores volúmenes, segui­ por saldo de mayor cantidad que en
da por los Estados Unidos, Francia y las dinero efectivo me prestaron a interés,
Colonias Holandesas.
la suma de dos mil seiscientos veintiséis
El comercio entre Alemania y Vene- bolívares treinta i seis céntimos”. Stuzuela creció tanto en la década del 70, dermann se comprometió a pagar a los
que las ventas efectuadas a Alemania señores Chifams Co., liquidadores de J.
llegaron a representar ‘más de un tercio Sievers, la suma “en tres partes iguales”
del total de las exportaciones del país’. y garantizaba “el pago de la suma i de
los intereses que devengue a la rata de
(5)
A su vez, Alemania ocupa dentro de uno por ciento mensual, con la hipoteca
los países proveedores un lugar preemi­ de mi hacienda de café situada en el
nente junto a los Estados Unidos y las vecino valle de San Esteban.” (7)
Colonias Holandesas, lo que denota un
De manera que con este proceso
aumento notable hacia las décadas fina­ mercantil se fortalecían algunas casas
les del siglo XIX.
comerciales y se extinguían otras, am­
Las casas comerciales en estos años pliando aquellas su acción en el mundo
recibieron evidentemente los efectos de mercantil del Puerto y proyectando sus
este auge.
actividades a las sucursales de la firma
Ya la mayoría de las firmas mercan­ establecidas en otras ciudades del país.
el puerto de La Guaira Acerca del
destino de esta producción puede decir­
se que el café, rubro que encabeza los
productos exportados, se enviaba ma­
yormente al puerto de Hamburgo, que
comerciaba el 50% de la producción,
siguiéndole Liverpool, Nueva York,
Burdeos, Marsella y Filadelfia.
En lo que respecta a las importacio­
nes los mayores volúmenes se recibían
por el puerto de La Guaira. Le seguían
Puerto Cabello y Maracaibo. Esta situa­
ción cambiaría después de 1874, cuan-
E ncuentros
11
1991
19
Los alemanes en Venezuela
Las casas se interrelacionaban a través
de poderes que otorgaban las firmas a
algún comerciante de la localidad, don­
de era de interés establecer la relación
comercial. (8)
Por otra parte, la expansión de las
firmas comerciales se produjo a través
de la adhesión de nuevos socios por
relaciones comerciales o por uniones
matrimoniales, lo cual se traducía en un
fortalecimiento de la empresa; factores
éstos que contribuyeron a que se trans­
formase la naturaleza de los vínculos
con el capital extranjero, tomándose así
las casas comerciales en entes más in­
dependientes.
Para el año de 1878 recogemos
algunas razones sociales bajo las cuales
funcionaban en Puerto Cabello las si­
guientes firmas de origen alemán:
Blohm & Cia; Lesseur Romer & Cía.;
Gruner & Co.; Meyer & Co.; Rivas y
Brasch; H. Ascher y Co.; Mestem &
Co.; L. Seidel & Co., etc.
La influencia extranjera en Puerto
Cabello se sintió en el comportamiento
social y cultural de la población porteña. Las aficciones y gustos cosmopoli­
tas adoptados se manifestaban en he­
chos como el interés por la construc­
ción del Teatro Guzmán Blanco'. Para
su conclusión el sector comercial con­
tribuyó con la suma de cuarenta mil
bolívares en calidad de préstamo con
intereses del 1%. Entre las firmas co­
merciales que aportaron dinero figuran
“Blohm y Co., Bs. 6.000,oo; Boulton y
Co. 6.000,oo; Lesseur Romer y Co., Bs.
4.000.00; A. Lohenhelm y Co., Bs.
4.000.00, Eduardo y Oscar Baasch, Bs.
2.000.00; M. Frey, Bs. 10.000,oo ...”
(9)
La tendencia a un consumo sofisti­
cado de productos alimenticios es un
indicador interesante de los gustos de
una población con amplio sector de
extranjeros; tal como se aprecia en los
anuncios comerciales que aparecen en
la prensa local, donde leemos por ejem­
plo:
"Aviso: Cooperativa Porteña
Tenemos el gusto de anunciar que
acabamos de recibir por los buques
‘Alemania’, ‘Rocket’, ‘Thctis’, y ‘Ve­
nezolana’ los siguientes artículos:
lenguas ahumadas, carne de familia,
quesitos verdes, quesitosdeFlandes, de
Patogras, de Gruyere, de Parmesan, de
Chester, de Rochefort, jamones de Ba­
yona, jamones americanos, jamón de
Westphalia, sardinas sin espinas, en
mantequilla, dátiles en cajitas de 1 Ib.,
aceite Duret, arenques ahumados, galleticas finas, té Pecko, perfumería, sal­
chichones de Aries y otras clases, frutas
en almíbar, almendras cubiertas, jale­
as..., licores, champagne Cliquot y otras marcas.” (10)
Así pues, las casas comerciales ex­
tranjeras existentes en el país en el siglo
pasado y en las primeras décadas de
éste, al constituirse en pilares de la
actividad comercial del país, contribu­
yeron con su presencia y actuación a
generar y adoptar una serie de patrones
sociales y culturales. Razón por la cual
no podemos seg uir considerándolas co­
mo instituciones relacionadas funda­
mentalmente con el exterior y aisladas
del contexto interno, sino como empre­
sas comerciales con un nivel de integra­
ción notable en la vida social y cultural
de las ciudades.
Notas:
1.- Walter, Rolf: Los alemanes en
Venezuela, ACH, Caracas, 1985.
2.- Eastwick, Edward B.: Venezue­
la. Apuntes sobre la vida en una repú­
blica sudamericana, BCV, Venezuela,
1958.
3.- Appun, Karl Ferdinand: En los
trópicos. Ediciones de la Biblioteca,
UCV, 1961, p. 49.
4.- Carl,George: First amongequals.
Great Britain and Venezuela 18101910. Syracuse Univ., 1980, p. 132.
5.- Perignon de Roncajolo, Lcontine: Recuerdos. Trad. Marisa Vanini de
G. Fac. de Humanidades, Maracaibo,
1968, p. 31.
6.- Registro principal de Valencia.
Puerto Cabello, año 1811, segundo tri­
mestre, protocolo primero, F. 26-26
vto, 21-21 vto.
7.- Ilustración de ello leemos en el
siguiente documento: “Jacobo Meyer,
(...) vecino comerciante en esta ciudad
en su solo nombre i como socio-gerente
de la casa mercantil que gira en esta
plaza, bajo la razón de Meyer Cohén i
Cia. ha conferido con esta fecha poder
general a los señores Minios Brewer i
Cia del comercio de Maracaibo para
que lo representen i representen a la
firma de que es socio (...) en los Estados
Zulia, Guzmán, Trujillo i Táchira de la
Unión Venezolana i el de Santander
con la vecina Unión Colombiana (...) de
Puerto Cabello...”. En: Registro Mer­
cantil, Puerto Cabello, año 1876, N° 35,
Fol. 19 Vto.- 20.
8.- Dao, Migúele: Crónicas porteñas, Col. temas y Autores Porteños, Ns
1, Caracas, p. 99.
9.- Puerto Cabello, La Prensa Libre,
31 de julio de 1877.
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20
E ncuentros
11
1991
Los alemanes en Venezuela
Orígenes del comercio alemán
en Maracaibo, siglo XIX.
Germán Cardozo
Trapiche. Litografía de J.M. Rugendas: Voyage pittoresque, 1835.
La red de relaciones comerciales,
resultante de la apropiación y explota­
ción agropecuaria de la cuenca lacustre
y de la formación de un mercado inter­
no, condicionó, a lo largo del proceso,
la extensión y fronteras de la Región
histórica marabina, calificable de este
modo por el papel decisivo que desde el
siglo XVI tuvo el Lago de Maracaibo,
cuya cuenca hidrográfica acercó y sir­
vió de eje vial a la actividad productiva
y al comercio, y por el hecho indiscuti­
ble de haberse convertido la ciudad de
Maracaibo en su principal centro regio­
nal.
Los límites de los actuales Estados
Zulia, Trujillo, Mérida y Táchira y de
las fronterizas jurisdicciones del De­
partamento Norte de Santander (Co­
lombia) constituyeron los confines aproximados del circuito interno agroexportador. La dirección de los flujos
mercantiles internos definió el compor­
tamiento nodal de la región.
Maracaibo, donde se había residen­
ciado una poderosa minoría de extran­
jeros, socios y representantes de los
capitales europeos y norteamericanos,
agregó a su condición de emporio co­
mercial la de centro financiero de pri­
mer orden, y se constituyó, después de
la Capital de la República, Caracas, en
la localidad venezolana que mayores
transformaciones y un más rápido cre­
cimiento urbano y sociocultural experi­
mentara en la segunda mitad del siglo
XIX.
Estos cambios, ocurridos en un lap­
so relativamente breve, fueron produc­
to de la expansión, desarrollo y conso­
lidación del Circuito agroexportador
marabino. En este proceso, que permi­
tió a Maracaibo y su región una mayor
definición y especificidad históricas
dentro del territorio venezolano, tuvie­
ron significativa participación, además
de algunas prominentes personalidades
criollas, un selecto número de inmi­
grantes británicos, franceses, italianos,
norteamericanos y alemanes, en su ma­
yoría comerciantes y hombres de nego­
cios, quienes inyectaron a la comuni­
dad mercantil dinamismo, capitales
privados o de firmas del exterior y
excelente experiencia y relaciones en
los mercados internacionales.
Los alemanes desde Maracaibo con­
trolan el comercio
A principio de la década de 1840,
los alemanes se hicieron presentes en el
Circuito agroexportador marabino.
Desde los años de la República de Co­
lombia, representantes diplomáticos,
hombres de negocio y comerciantes
germánicos se habían establecido exi­
tosamente en otros puertos y ciudades
venezolanas -La Guaira y Puerto Cabe­
llo en particular.
El arribo aMaracaibo de los adelan­
tados de este dinámico y emprendedor
grupo, cuya influencia se haría sentir de
inmediato y de modo creciente por el
resto del siglo XIX y principios del XX,
ocurrió en los primeros meses de 1842.
Según un “Registro de pasaportes”,
en marzo de 1842 desembarcó H.E.
Schmilinsky (1). En fecha cercana de­
bieron llegar Theodor Fr.W. Schón y
Hinrich Willink, pues sus nombres jun­
to al de Schmilinsky encabezaron la
lista del “Registro de Patentes de Indus­
tria” para el año económico de 1843 a
1844, figurando aquellos bajo la razón
de “Schón Willink y Cía.” como co­
merciantes de Primera Clase, al lado de
Frcdcrick Harris, inglés; H.E. Schmi­
linsky y Cía. como único comerciante
de Segunda Clase y en la tercera se
registraba al francés Alexandre Boyer
(2). De acuerdo con la legislación del
momento correspondía pagar en cada
una de estas clasificaciones 500,400 y
300 pesos anuales por concepto de Pa­
tente (3), impuestos municipales que se
calculaban tomando en cuenta el giro
anual de capitales de cien, ochenta y
cincuenta mil pesos, respectivamente
(4).
Las dos primeras firmas alemanas
mencionadas que iniciaron sus opera­
ciones en Maracaibo se colocaron de
inmediato a la par del comerciante has­
ta entonces más sólido, Frederick Hanris, y desplazaron al resto de las extran­
jeras y marabinas que durante la ante­
rior década y hasta comienzos de 1840
habían controlado la actividad mercan-
E ncuentros
11
1991
21
Los alemanes en Venezuela
til del Circuito (5).
La competencia, en principio, se
observó en el manejo del comercio con
el exterior; los registros conservados
sobre introducción de frutos provenien­
tes de los Andes y costas lacustres al
puerto de Maracaibo, revelan cómo las
operaciones de las firmas alemanas no
superaban a las de comerciantes locales
como Telésforo Angulo, Manuel Aranguren, Pascual Casaux, José A. Montovio, José V. Urdaneta, etc. Pero en
menos de una década, según el “Regis­
tro de introducción de frutos” correspondientealañoeconómico 1850-1851,
las firmas alemanas pioneras, asocia­
das para esta fecha bajo la razón comer­
cial “Graf y Schön y “Schmilinsky Fahrenholtz y Cía.” habían igualado y aún
superado a las demás en operaciones
con las áreas productivas de la Región
marabina, salvo en el caso de José A.
Montovio (6).
La “Clasificación de industriales”
de 1854 constituye un buen indicador
de los cambios que introdujo la sólida
incursión alemana en el Circuito agroexportador marabino (7). Las firmas
"Schmilinsky Fahrenholtz y Cía.", "Graf
y Schön" y "Montovio Minios y Cía."
(resultante esta última de la asociación
del prusiano Emil Minios con el prós­
pero italiano José A. Montovio) enca­
bezaban como comerciantes de Prime­
ra Clase, junto a "Swift Penny y Cía" y
"Roncajolo Hermanos"; en la Segunda
Clase figuraban también alemanes co­
mo "Ellingius y Jurgensen" y "Groux
Furhop Ochoa y Hermanos"; a la Ter­
cera Clase había descendido "Federico
Harris" junto a "Perdomo Lots y Cía"; y
a la Cuarta "Manuel Aranguren" y "Jor­
ge W. Johnston”. De este modo, las
firmas alemanas asumieron el lideraz­
go del comercio marabino, en algunos
casos asociados con firmas locales de
raigambre como Montovio y Ochoa,
quienes intuyendo el avasallador avan­
ce alemán eligieron la opción de unir
capitales antes de verse desplazados o
fenecer como ocurrió con la mayoría.
En los siguientes años nuevas fir­
mas alemanas se establecieron en Ma­
racaibo y monopolizaron, fundamen­
talmente, el comercio del café: desde el
financiamiento de la cosecha hasta su
extracción a los principales mercados
europeos y norteamericanos. Para el
primer semestre de 1872, las casas
"Minios Breuer y Cía.", "Schmilinsky y
Cía.", "Blohm Mecklenburg y Cía.",
22
E ncuentros
11
1991
"Schön Willson y Cía" y "Riedel Bomhorst y Cía.", en este mismo orden de
mayor a menor en importancia, expor­
taron el 77% del café que salió por el
puerto de Maracaibo: 4.134.710 kg;
otros trece exportadores el restante (8).
Aunque se carece de fuentes apro­
piadas para precisar la procedencia y
cuantía de los capitales de que dispusie­
ron estas primeras firmas alemanas en
el inicio de sus operaciones (las inves­
tigaciones que adelanta Rolf Walter en
los archivos alemanes aportarán mayor
claridad en este punto), es de suponer
que al contrario de los comerciantes
ingleses, franceses e italianos de la pri­
mera oleada migratoria, quienes habían
partido prácticamente de cero con la
ayuda de pequeños créditos mercanti­
les, los alemanes que se establecieron
en Maracaibo estuvieron respaldados
por firmas de Hamburgo y Bremen,
principalmente, algunas de ellas ya
consolidadas en La Guaira y Puerto
Cabello como en el caso de Georg
Blohm quien, en 1854, abrió en Mara­
caibo la mencionada casa "Blohm
Mecklenburg y Cía". No de otro modo
se explicaría el inmediato control del
Circuito agroexportador marabino, y
el pase a un segundo plano de las firmas
que habían prosperado en las décadas
anteriores.
El señuelo, que sin lugar a dudas
atrajo a los alemanes hacia Maracaibo,
fue la noticia de un sensible incremento
en la producción de café en las áreas
andinas y las perspectivas de mejores
precios en el mercado exterior.
A pesar de las escasas fuentes loca­
lizadas sobre la comercialización de
este producto a través del puerto de
Maracaibo, las que se conocen consti­
tuyen una muestra válida para funda­
mentar directa o indirectamente el ante­
rior aserto. De 246.744 kg de café intro­
ducidos en Maracaibo en el año econó­
mico de 1836-1837, tal volumen pasó a
2.549.504 kg en tan sólo el primer se­
mestre del año 1851, de manera que
para aquel año económico 1850-1851
la producción pudo haber sobrepasado
los cinco millones de kg (9). Idéntica
apreciación refleja el valor de los capi­
tales exportados por la Aduana de Ma­
racaibo, correspondiente en su casi to­
talidad al rubro del café: de 356.581
pesos en el año económico 1834-1835
aquel ascendióa676.011 en 1839-1840,
816.274 en 1850-1851, 1.076.891 en
1854-1855 y 2.280.365 en 1859-1860
( 10).
La llegada del capital alemán, la
secular experiencia organizativa de es­
te grupo en los negocios mercantiles y
finanzas y crecientes condiciones posi­
tivas en el mercado internacional del
café, contribuyeron evidentemente a la
definitiva expansión del Circuito agroexportador marabino, y a preparar
su consolidación a fines del siglo XIX.
Síntomas de antigermanismo
La presencia extranjera en Maracaibo y en el resto de los principales
puertos y ciudades de la región, y su
sobresaliente participación y control de
la economía habían sido asimilados, sin
mayores traumas ni tropiezos, por los
sectores dirigentes locales y por la co­
munidad en general, produciéndose
frecuentes enlaces matrimoniales y asociaciones mercantiles entre criollos y
extranjeros.
Cuando se produjo la inmigración
alemana, otros fueron el sentir y la
reacción, al menos de un sector de la
población marabina; aquel que se vio
afectado por el rápido ascenso de su
comercio acusó el impacto del nuevo
estilo en la organización y conducción
de los negocios de aquella “aristocracia
de mostrador” que descollaba y aún
deslumbraba en su apariencia externa.
Sobresalían por su sistema de ope­
rar en los negocios: eran quienes mejor
conocían las necesidades del mercado
en el interior de la Región marabina,
cultivaban excelentes relaciones con
los líderes locales, se esmeraban en
hablar un fluido castellano; dentro de
las casas comerciales observaban un
rígido mecanismo de promoción del
personal, de manera que los jóvenes
empleados alemanes ascendían metó­
dicamente de un puesto a otro hasta
convertirse en socios en la firma, luego
jefes, y finalmente regresaban a Ham­
burgo o Bremen donde asumían la res­
ponsabilidad del contacto comercial y
financiero con Maracaibo (11).
La oportunidad de hacer pública
esta inquietante realidad la brindó el
motín antijudío en Coro, del 4 de febre­
ro de 1855, que culminó con la expul­
sión de los comerciantes hebreos de
aquella Provincia. Firmado por “Unos
maracaiberos verdaderos amantes del
país”,el lódem arzodeese mismo año,
de la Imprenta de J. Trinidad Arria salió
en forma de hoja volante un Manifiesto
o Pasquín bajo el título “AL PUEBLO,
Los alemanes en Venezuela
A L GOBIERNO, AL CONGRESO, A
LOS CORLANOS Y A LA TURBA
ALEMANA” (12).
Hasta el arribo de los alemanes, el
crédito con que operaban el comercio
mayor y menor de Maracaibo provino
de modestos capitales acumulados
principalmente en el cobro de comisio­
nes a los cosecheros andinos para hacer
llegar sus productos a Maracaibo.
Esta nueva situación obligó a los
comerciantes locales, según el parecer
de los autores del Pasquín, a depender
de los alemanes, a “mendigar” de ellos
el crédito para sus operaciones,
“que muchas veces conceden -así lo
denunciaban- de un modo capcioso pa­
ra anular más adelante al hombre que
descuella. Sus altos precios, en compe­
tencia con los que ellos se reservan en
suspropias transacciones,perforan hasta
la más remota posibilidad de que pro­
grese y sostenga el infeliz venezolano:
esperanza es ésta que nadie mantiene;
hasta la idea se ha extinguido. A tal
punto llega el monopolio y mancomu­
nidad de intereses de los alemanes esta­
blecidos en el país, que el individuo que
más confianza les merece en él es desa­
creditado fuera, por aquello de no con­
venirles que la baratura que se alcanza
allá asuma una competencia para ellos.”
Si grave era la acusación no menos
la acusación de que el Gobierno vene­
zolano a la final era el culpable de estos
hechos por haber creado las condicio­
nes para que se favoreciera el rápido y
fácil enriquecimiento de los extranjeros
y la mina de los locales. Tal error radicó
en la firma de “Tratados de Navega­
ción, Amistad y Comercio”, redactados
por Venezuela para “ensayarse en las
vías del progreso, tentando innovacio­
nes cuya trascendencia no alcanzó, so
color de darse el aspecto de nación.”
Es interesante y de notar en este
juicio de los autores del Pasquín sobre
los motivos que, claro está entre otros,
tuvo Venezuela para promover tales
Tratados con el extranjero, la abierta
crítica a la conducción gubernamental
durante las primeras décadas de la Re­
pública, el develamiento de la falsa
presunción de que se administraba un
territorio consolidado como Estado y
Nación, que podía relacionarse de tú a
tú con Inglaterra, los principados ger­
manos o los Estados Unidos de Norte­
américa.
“...Semejantes Tratados -seafirma-
ba en el Pasquín- adolecen de todo el
ridículo que se encontraría entre aquel
que celebrasen el amo y el esclavo: las
ventajas del último se quedarían escri­
tas, las cargas que en él se establecieron
también se harían efectivas para éste.
Venezuela es el esclavo, el extranjero el
amo; de parte de uno estuvo la expe­
riencia, de la otra hubo un niño a quien
engañaron con un dulce.”
Estas reflexiones condujeron a los
autores del Pasquín a otras no menos
sorprendentes por lo temprano de su
enunciado, adelantándose en un siglo a
las consideraciones teóricas e historiográficas sobre la dependencia, el neocolonialismo y la pérdida de identidad
cultural consiguiente:
“...Al favor de estos Tratados ini­
cuos, hemos cambiado de Señor; y en
vez de españoles que éramos y debía­
mos ser por derecho, somos hoy por el
hecho colonos de los alemanes, que
obligan al hijo del país a buscar en los
lugares más recónditos del interior una
subsistencia que le es imposible conse­
guir en ninguno de aquellos puntos en
que el monopolio extranjero, o sea los
cosacos mercantiles, han sentado sus
Reales y escogido para su residencia.”
A pesar del subido tono de estas
consideraciones, que alcanzaron el cli­
max de su crescendo en un “No hay otra
alternativa: o se quedan los alemanes
dueños de nuestro país y nosotros emi­
gramos o nos quedamos nosotros y
ellos se van en una noche de San Barto­
lomé”, los autores del Pasquín dejaban
abierta la posibilidad de una comunica­
ción con las potencias extemas pero
sustentadas en diáfanas reglas del jue­
go:
“... Queremos relaciones de acuer­
do y en relación con la situación, nece­
sidades y condición del país. Las quere­
mos y deseamos, basadas en la equidad,
la razón y la justicia, sin olvidamos
nunca de que carecemos de cañones
con que hacer valer ya no nuestros
caprichos, pero ni aún nuestros más
claros deseos. Que ganen con su indus­
tria, enhorabuena, pero no abusen de un
Tratado inconsulto, autorizado por un
Gobierno niño, indigno de regir una
sociedad niña también, que necesitó y
necesita de todos los ciudadanos, de un
padre avisado y celoso de su porvenir...
Nosotros no necesitamos de extran­
jeros de bufetes, mucho menos de ma­
rineros de bufetes. Lo que realmente
necesitamos es una inmigración agri-
cultora, minera, fabril, que cultive la
tierra, que explote nuestras minas, que
teja nuestros algodones; de lo demás
nos sobra, y no es posible tolerar que
por ser más conocidos fuera del país
ellos que nosotros nos vengan cargados
de trapos, que podríamos vender noso­
tros mismos, sin duda más baratos, lle­
vando para comprarlos nuestros pro­
ductos o nuestro dinero.”
De ningún modo se deben interpre­
tar las expresiones antigermánicas con­
tenidas en el Pasquín como manifesta­
ción de una xenofobia a ultranza, sino
más bien como la reacción normal de
una pequeña comunidad, unida por in­
tereses comerciales, que de pronto se
vio amenazada por el arrollador empuje
del nuevo grupo que hacía su aparición
en el escenario donde aquella anterior­
mente campeaba.
“... Echad una ojeada y os conven­
cereis de que el comercio alemán, judío
en sus principios y egoísta en sus fines,
ataca la existencia de todo otros comer­
cio. Ved cómo han desaparecido no ya
las casas nacionales, pero hasta las in­
glesas y francesas, modelos de buena fe
las unas y escuelas de cortesía y buena
educación las otras, que por fortuna
para el país y con mucho gusto nuestro
parecían aclimatarse en este suelo en
que más luego secó toda planta la apa­
rición del codicioso alemán.”
La integración alemana a la sociedad
m arabina
En las siguientes décadas y hasta las
primeras del siglo XX, el comercio
alemán se afianzaría cada vez más en
Maracaibo y en todo el Circuito agroexportador. Nuevos hechos y circuns­
tancias produjeron un acercamiento ca­
da vez mayor entre aquel y el local.
El siguiente texto, tomado del Bo­
letín Mercantil de El Mensajero, de
estos mismos años, revela cómo se ha­
bía modificado la imagen pública de los
alemanes en Maracaibo. Su autor salía
al paso de algunas acusaciones lanza­
das por la prensa del Yaracuy contra los
comerciantes alemanes residenciados
en el país, bastante similares a las difun­
didas en 1855 por el Pasquín ya citado
y comentado:
“En Venezuela hay muchos alema­
nes honorables bajo todos los concep­
tos; varios de ellos enlazados con fami­
lias venezolanas y sus hijos crecen amando como suya la patria de Bolívar.
Muchos se han enriquecido, es verdad,
E ncuentros
11
1991
23
Los alemanes en Venezuela
en nuestro país; pero en general esas
riquezas reconocen un origen moral,
porque son el fruto de la constancia en
el trabajo y del cumplimiento de sus
deberes como hombres de negocios.”
Posteriores testimonios, escritos en
momentos en que Alemania se veía
envuelta en los albores y desarrollo de
la PrimeraGuerra Mundial, dieron fede
la importancia que había tenido para la
consolidación de la economía comer­
cial marabina la llegada e integración
de los alemanes, una vez resueltas las
iniciales situaciones de conflicto y en­
frentamiento:
“...los colonos alemanes, al implan­
tar en nuestra comarca sus factorías y
negocios, han enseñado a nuestros na­
turales, a nuestros jóvenes, los sistemas
alemanes de trabajo, sus métodos, y le
han comunicado al nativo sus hábitos
de disciplina y el estímulo de sus gran­
des energías laboriosas.”
La ascendiente posición alemana
en el comercio venezolano y marabino
en particular, además de obedecer al
dinamismo de sus representantes, se
había visto favorecida por la declinante
participación de la Gran Bretaña:
Aunque la documentación conoci­
da no permitíahacerle un seguimiento y
diferenciar cuánto y en qué progresión
se hizo alemán, las estadísticas oficiales
venezolanas son claras en señalar el
crecimiento constante de la moviliza­
ción mercantil entre Maracaibo y uno
de los puertos alemanes, Hamburgo.
Los valores exportados hacia este puer­
to aumentaron de 15.694 pesos en el
año económico 1844-1845, a 265.803
pesos en el correspondiente de 18591860; y los importados de 6.971 para
1843-1844 a 186.295 pesos en 18591869 (13).
Con el impulso del capital y nego­
cios alemanes, notorio y predominante
desde principios de la década de 1850,
la actividad comercial del Circuito agroexportador marabino se incremen­
tó sensiblemente: la Aduana de Mara­
caibo pasó, entre 1830 y 1860, de un
cuarto rango al segundo, multiplicando
por ocho el valor de los capitales movi­
lizados; mientras, durante el mismo
lapso, el resto de las principales adua­
nas del país, La Guaira y Puerto Cabe­
llo, se mantuvieron dentro de paráme­
tros relativamente constan tes, según las
estadísticas publicadas en las Memo­
rias de Hacienda.
Igualmente, como efecto de la pre­
24
Encuentros
11
1991
sencia alemana, para fines de la década
de 1850 se habían producido significa­
tivas variaciones en la dirección del
comercio tanto de importación como de
exportación que se realizaba a través de
Maracaibo. Anteriormente, diversidad
de puertos en el exterior, haciendo tam­
bién uso de las islas antillenses de Cu­
razao y Santo Tomás, movilizaban las
mercancías y frutos desde y hacia la
Región marabina; en forma directa por
el puerto de Hamburgo, e indirecta­
mente por Nueva York, los alemanes
absorbieron las más importantes tran­
sacciones con Maracaibo.
En lo referente a sus vínculos con
otros comerciantes del país, durante
este período, los alemanes actuaron en
forma aislada e independiente, enten­
diéndose directamente con sus pares en
la Región marabina y el exterior, como
ocurría con los demás comerciantes
marabinos. Sólo una firma del área norcentral (La Guaira-Puerto Cabello), la
de "Blohm y Cía", abrió en 1854 filial
en Maracaibo.
Tal comportamiento del ramo mer­
cantil, constatable también en las de­
más regiones venezolanas, niega la existencia, por lo menos hasta las últi­
mas décadas del siglo XIX, de un mer­
cado interno de importancia; argumen­
ta, más bien, a favor de la visión de un
país débilmente integrado a causa de la
presencia histórica de espacios regio­
nales económicamente autónomos, en
cuya consolidación tuvieron papel protagónico minorías extranjeras como las
alemanas.
Notas:
1.- Archivo Histórico del Zulia (en ade­
lante AHZ), año 1831, tomo 4, legajo
22
2.- AHZ, año 1843, Ll4, leg. 1
3.- AHZ, año 1842,1 15, leg. 8
4.- AHZ, año 1850,1 17, leg. 26
5.- AHZ, alo 1843, t. 14, leg. 1; año
1854, L 14, leg. 22
6.- AHZ, año 1850, t.12, leg. 23
7.- AHZ, año 1854, L 14, leg, 22
8.- AHZ, año 1872, L 5, leg. 6
9.- AHZ, año 1837, L 1, leg. 1
10.- Memorias de Hacienda
11.- Holger H. Herwig, Germany’s Vi­
sion of Empire in Venezuela 18711914,PrincetonUniversity Press, 1986,
p. 24-25.
12.- Archivo General de la Nación,
Sección de Interior y Justicia, año 1855,
tomo DLIV, folios 3-4.
13.- Memorias de Hacienda.
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Los alemanes en Venezuela
Los Alemanes en Venezuela,
1870-1914
Rolf Walter
des y pronto formaron una oligarquía
que difícilmente puede considerarse
‘alemana’. La situación en Maracaibo
fue parecida. (6)
Una partida de bolos, foto tomada del album: Un domingo en el hato de la familia
Gross, 'La Ranchería', en Maracaibo, Abril 1893, y publicado en: Elizabeth Gross:
Vida alemana en la lejanía, edición de la ACH et al., Caracas 1989.
Prólogo (1)
Como pude mostrar en algunos de
mis anteriores trabajos (2) el capital y
las inversiones y actividades de los co­
merciantes y banqueros alemanes fue­
ron adquiriendo un papel cada vez más
importante en el desarrollo económico
de Venezuela. Continuando estos estu­
dios, investigué, en el período entre
1870 hasta la I. Guerra Mundial, los
siguientes temas: las relaciones comer­
ciales venezolano-alemanas, inversio­
nes alemanas en Venezuela, en particu­
lar el 'Gran Ferrocarril de Venezuela'
(financiado exclusivamente con capital
alemán, así como el problema de los
tied loans. El estudio que sigue recoge
algunos puntos esenciales que son tra­
tados en extenso en mi libro, en prensa;
aquí sólo quiero dar un panorama del
desarrollo general, que se amplía en los
artículos de mis colegas.
1. Sobre el concepto de ‘lo alemán’
Detrás del concepto de lo alemán se
oculta un conjunto muy heterogéneo de
individuos, familias y subgrupos, por
los cual parece difícil dar una especifi­
cación más precisa de un tipo colectivo
o individual del ‘alemán’. Junto a per­
sonas que abandonaron Alemania para
siempre, estaban aquellos para quienes
desde un principio la permanencia era
limitada. Conocemos casos donde los
niños, o sea la segunda generación,
constituían los verdaderos inmigrantes,
mientras que sus padres regresaban a
Alemania por razones climáticas, eco­
nómicas o sociales.
La conducta grupal de los inmi­
grantes era muy diversa. (3) Algunos se
radicaban como grupo cerrado en una
localidad construida por ellos mismos,
como los tovarenses en 1843, conser­
vándose en este caso las particularida­
des alemanas, la lengua, la cultura, las
costumbres, por un tiempo bastante lar­
go. (4) Otros se encontraban en un
puerto y se asentaban juntos en las
cercanías, como los comerciantes de
San Esteban de Puerto Cabello. (5) Re­
presentaban una forma de comunidad
de intereses, que vivía en buena vecin­
dad y trabajaba comercialmente según
principios de repartición de trabajo, o
mejor, de mercado. Se abrían a la pobla­
ción venezolana o de otras nacionalida­
2. Relaciones familiares y preferen­
cias matrimoniales
Según puedo apreciar, una cantidad
considerable de alemanes de la primera
generación en Venezuela se casó con
mujeres del lugar. (7) Al parecer la
tendencia de los alemanes a buscar con­
sortes locales era mayor que en el caso
de los ingleses o franceses, por ejemplo.
En Maracaibo, por citar un caso, sólo
existió un cónsul alemán que, en el
período estudiado, no se casó con una
latinoamericana (Heinrich Bomhorst).
La formación de una burguesía media
venezolano-alemana o de una olgarquía venezolano-alemana se realizó aquí
sin mayores obstáculos. En Caracas la
situación fue muy parecida. También
allí se efectuó una integración de los
alemanes en estructuras familiares ve­
nezolanas.
Muchos alemanes se casaron tam­
bién con daneses, holandeses o españo­
les, lo cual se explica con la cercanía
geográfica de las posesiones caribeñas
de los europeos (SL Thomas y Trinidad
eran importantes para Ciudad Bolívar,
Curasao lo era para Maracaibo y Puerto
Cabello, etc.).
3. La formación de un ‘ambiente’
alemán
En todos los lugares donde se asen­
taron los alemanes formaban un ‘am­
biente’ alemán parecido al natal. A ésto
se cuenta en primer lugar formas de
gupos u organizaciones independientes
como bandas musicales, clubs de remo,
grupos de bomberos, clubs alemanes,
cámaras de industria o comercio, coros
o comunidades religiosas, (8) motiva­
das frecentemente por razones nacio­
nalistas o misionarías. Sin embargo,
estas motivaciones no deben sobrestimarse demasiado y, por lo contrario
E ncuentros
11
1991
25
Los alemanes en Venezuela
debe recordarse que muchos de los ale­
manes residenciados desde hace mu­
cho tiempo en Venezuela rechazaban
toda ingerencia del Reich en sus asun­
tos. Tal circunstancia se olvida con
frecuencia en los estudios norteameri­
canos. (9)
4. Negocios alemanes en Venezuela
4.1. Su estructura
Es difícil precisar concentraciones
resaltantes sobre campos específicos
de actividad que puedan ser tomadas
como típicas expresiones de la vida
económica alemana, ante la variedad de
actividades y profesiones de éstos en
Venezuela. Puede notarse una fuerte
concentración en el campo del comer­
cio de importación y exportación, que
fue diversificado y ampliado vertical­
mente, q.d., después de haber institu­
cionalizado el comercio, se le añadie­
ron servicios como bancos, seguros y
transporte. (10) Los comerciantes ale­
manes reaccionaban elásticamente a los
requerimientos del mercado y de la
clientela en Venezuela y se adaptaban a
ello asimilándose rápidamente, lo cual
suponía, en primer lugar, un dominio de
la lengua. Esta ‘vieja clase de comer­
ciantes’ se diferenciaba mucho de la
posición de aquellos que venían al país
sólo como encargados de grandes em­
presas alemanas para trabajar en la eje­
cución de proyectos como la construc­
ción de ferrocarriles o edificaciones.
Sin tomar en cuenta esta diferencia im­
portante no puede juzgarse correcta­
mente ‘lo alemán’ en Venezuela. Des­
pués de 1870 el número de los últimos
creció y con ello se dió una cierta ‘poli­
tización’, del comercio, pues estos
newcomers tenían estrechos contactos
con grupos de intereses políticos y con
la lobby industrial en Berlín. (11)
4.2. Sociedades ‘mixtas’
En el período observado no existie­
ron muchos casos de sociedades co­
merciales venezolano-alemanas. (12)
Entre las más conocidas están Federico
Brandt y Francisco Ribas en Caracas,
Schmilinsky, Montovio y luego Montovio & Minios en Maracaibo, Fehlson
& Ri vas en Curasao así como H. Mónch
& Alegría en Ciudad Bolívar. El co­
merciante de Hannover Brandis se aso­
ció con Eraso en la empresa Eraso,
Brandis & Co. (luego Rothe, Eraso &
Co.) en Caracas, tratándose de una so­
ciedad en comandita, en la cual Domin­
26
E ncuentros
11
1991
go Eraso era comanditista con un aporte
de 150.000 pesos y Rothe, Brandis,
Luis y Henrique Eraso formaban el
grupo de los complementarios.
5. Relaciones comerciales venezola­
no-alemanas (13)
En 1875/76 Alemania recibió el
31,2% de todas las exportaciones ve­
nezolanas, seguida de los USA con un
30,1 % y Francia (sin sus colonias) con
un 18,3%. Sólo un 3,7% iba a puertos
ingleses. Treinta y seis años más tarde,
en el año comercial 1911/12, ya los
USA eran el principal destinatario de
los productos venezolanos con una par­
ticipación de un 32,5% sobre Francia
conun20,6%y Alemania con un 16,9%.
Una mirada sobre las importaciones
venezolanas muestra que Inglaterra, que
en 1875/76 aún jugaba un papel domi­
nante con un 30,1% (USA 18,8%), per­
dió su primer puesto a los USA, que en
1911/12 realizó un 30,6% (Inglaterra
25,7%) de todas las importaciones ve­
nezolanas. La participación alemana
bajó de un 19,3% a un 15,4% y la de
Francia de un 16,3% a un 13,2%- (14)
En resumen, puede decirse que Alema­
nia fue el único país entre los cuatro
citados que perdió importancia tanto en
el campo de la importación como de la
exportación, mientras que los USA au­
mentaron su participación en ambos
campos.
6. Inversiones alemanas en Venezue­
la (15)
Primero hay que notar aquí, que el
volumen de las inversiones directas de
Alemania en Latinoamérica, en el períodoentre 1898y 1914,eramayor que
aquel invertido en Norteamérica. (16)
Mientras la participación latinoa­
mericana en las inversiones alemanas
en el extranjero era de un 33,1% en el
año 1898, los USA participaban sólo
con un 20,9%. En 1904 la relación era
de 38,2% contra 32,5% y en 1914 hasta
de un 39,5 frente a un 26,4%. Además
hay que notar que la participación de los
US A en la emisión de valores extranje­
ros en Alemania en los años 1897-1906
era de un 28% (1907-1914: 5,2%)
mientras que la participación latinoa­
mericana era de un 6,8% y en el segun­
do período de un 15,4%. (17) ¿Cómo
puede explicarse ésto? Primero, los in­
tereses de los papeles latinoamericanos
eran más altos que los de otros valores
extranjeros. Después, las expectativas
de ganancia de los círculos inversores
alemanes para el extranjero menos de­
sarrollado eran mayores. De especial
importancia, sin embargo, parece el he­
cho de que las inversiones en Latinoa­
mérica, en comparación con países de­
sarrollados, producían considerables
efectos sustentativos, q.d., efectos mul­
tiplicadores en la economía alemana
por medio de contratos que contribuían
al aprovechamiento más integral de las
capacidades productivas alemana y
sustentaban de esta forma la coyuntura
económica. Las mercancías industria­
les semiterminadas o terminadas sólo
podían exportarse a Inglaterra o los
USA en pequeñas cantidades, pues es­
tos países también las producían. Sobre
esta base debe verse la cuestión de los
intereses económicos en Latinoaméri­
ca y la expresión más específica de la
política exterior y económica alemana,
así como también la cuestión del impe­
rialismo económico, sobre el cual cayó
luego la larga sombra de la doctrina
Monroe.
No sabemos con exactitud cuánto
capital directo alemán entró a la eco­
nomía venezolana, pero sí aproximada­
mente. La suma se encontraba por los
200 millones de marcos de oro, de los
cuales 80 millones correspondían sólo
a la construcción del ferrocarril, otros
50 a 80 millones al comercio y los
bancos (sectores que no pueden sepa­
rarse) y una suma parecida a los crédi­
tos. (19) Entre 14 y 20 millones se
invirtieron en propiedades agropecua­
rias así como en sectores más pequeños
como cervecerías, fábricas de sombre­
ros y tenerías. Fuentes inglesas hablan
de 160-173 millones de marcos de oro
(200-216 millones de bolívares). En
comparación, las inversiones inglesas
(1903) en Venezuela llegaban a unos
300 millones de marcos y las francesas
(1903) a 150 millones de marcos. (20)
Si se compara el capital alemán
invertido en Venezuela con aquel in­
vertido en Argentina, la suma parece
poco importante. En la Argentina se
invirtieron 575-888 millones de mar­
cos, en Brasil 350 y en Chile 270-300
millones. (21) Sin embargo, hay que
decir que de los 400.000 alemanes que
vivían en 1896 en Latinoamérica, sólo
917 (1891; en 1881: 1.171; en 1904:
612 alemanes del Reich) estaban en
Venezuela. (22) En promedio, en 1873/
74 un 6% de todos los extranjeros en
Venezuela eran alemanes. (23) Las in­
Los alemanes en Venezuela
AE. Möller & Co.
En el año 1900 círculos interesados
de Hamburgo y el Banco Cambiario de
Hamburgo fundaron la 'Compañía de
6.1. Inversiones alemanas en el sector Asfalto del Orinoco' (Orinoco-AsphaltGesellschaft), una sociedad de respon­
primario y secundario (24)
De los 200 millones de capital di­ sabilidad limitada con un capital inicial
recto alemán invertido en Venezuela, de 1,05 millones de marcos. La empre­
un 10% correspondía al sector agrario. sa, sucesora de la 'Manoa-Company', se
Por desgracia tenemos pocos ejemplos instaló en la Isla Pedernales en el Delta
y casos en este campo, pero sabemos del Orinoco y tenía el mismo gerente de
que empresarios importantes como la 'Deutsch-Venezolanische SchwefelGustavoJ. Vollmer, Carlos Förste, Juan Gruben AG', el mencionado Scharffe­
T.B. Siegert y muchos comerciantes en north. La administración de la firma se
Maracaibo poseían extensas plantacio­ encontraba en Puerto España/Trinidad.
Otro campo importantede inversio­
nes de café y latifundios. Otros partici­
paban en la ‘Compañía de plantaciones nes en el sector secundario era el cerve­
de Venezuela’, que se fundó en 1897 en cero. A finales de siglo las participacio­
Hamburgo. A la compañía pertenecían nes alemanes en cervecerías de Vene­
siete haciendas cerca de La Guaira, zuela ascendían a 1.5 millones de mar­
donde se sembraba café, pero también cos. En 1896 se fundó la 'Cervecería
se tenía ganado, cabras y ovejas y se Puerto Cabello & Valencia' (Brauerei
producía azúcar y brandy. Hugo Valen- Puerto Cabello & Valencia AG), que
tiner, fabricante y comerciante de papel fue comprada cinco años más tarde por
en Caracas, pertenecía a esta compañía. la 'Cervecería Nacional' en Caracas.
Otra empresa agraria, organizada jurí­ Esta última tenía un capital inicial de
dicamente en forma de una sociedad de 1,2 millones de marcos (1,5 millones de
responsabilidad limitada, era la ‘Socie­ bolívares), de los caules un 20% perte­
dad de plantaciones Mariara’ en las necía a alemanes.
cercanías de Carabobo, que fue funda­
da en 1899 en Hamburgo con un capital 6.2. Capital alemán e inversiones en
de 800.000 marcos. Entre sus partici­ el sector terciario (25)
No hay duda que el comercio con­
pantes se encuentran nombres conoci­
dos: Adolph von Hausemann, M.M. formara la fuente de ingresos más
Warburg, Max von Schinkel, Adolph importante para los alemanes en Vene­
Woermann, el Gran Ferrocarril de Ve­ zuela. Les garantizaba a los pioneros un
nezuela' así como la Disconto-Ge- mínimo de subsistencia y una base ini­
sellschafL El director era F.H. A. Ruete. cial estable para mayores compromi­
La sociedad se dedicaba a la siembra de sos.
café en 8.000 hectáreas. Junto a estas
Los comerciantes alemanes esta­
compañías agrarias existían muchas blecieron temprano una red de contac­
empresas individuales como por ejem­ tos comerciales en el país y controlaron
plo John Röhl con su hacienda L a Hon­ un amplio segmento del mercado, fre­
cuentemente los mercados agrarios y
donada'.
Otras empresas del sector primario de manufacturas fueron oligopolizados
se dedicaban a la explotación de recur­ por ellos. Además, daban en considera­
sos. Aquí se cuenta la 'Compañía Ale­ bles cantidades financiamientos inter­
mana de Azúfrales' (Deutsch-Venezo­ medios o puentes y créditos a los pro­
lanische Schwefel-Gruben-Aktien- pietarios de las plantaciones. En épocas
Gesellschaft) que se fundó en diciem­ de mala cosecha, cuando los propieta­
bre de 1899 en Colonia con un capital rios de haciendas y productores de café
de 2 millones de marcos. Participaban no podían afrontar el pago de los crédi­
conocidas empresas y familias renanas, tos, a veces este pago consistía, no en
como por ejemplo el grupo bancario de dinero, sino en tierras, así sucedió en
Schaafhausen, Feite & Guilleaume y F. San Cristóbal a finales de siglo, después
Pohlig. Alfred Scharffenorth, quien ha­ de la crisis de aquellos años.
bía entrado por matrimonio al clan
Como los otros comerciantes ex­
Guzmán Blanco-Matos, era gerente de tranjeros también, los alemanes am­
la empresa, que se declaró insolvente en pliaron su campo de actividades sobre
1903. Otra empresa en el sector del la base del comercio de importación y
azufre fue la llamada Los Azúfrales' de exportación dominado por ellos, en­
versiones alemanas per cápita fueron
posiblemente las más altas en toda La­
tinoamérica.
trando al negocio de los seguros y fun­
dando compañías de transporte, por
ejemplo, la Empresa de Transportes
Fluviales ‘Bodegas Alemanas’ de Ma­
racaibo' o particparon en ellas como en
la Empresa de Navegación en el Lago
de Maracaibo y el Río Catatumbo'.
Además, fungían como agentes de las
conocidas líneas navieras alemanas de
ultramar, como la HAPAG o la Línea
Hamburgo-América'.
Por otra parte, el concepto de tied
loan sirve para describir las estrechas
relaciones entre créditos e inversiones,
en el sentido que los créditos alemanes
se daban sólo contra encargos de mer­
cancías alemanas. El mejor ejemplo
para ello es el 'Gran Ferrocarril de Ve­
nezuela' que se financió exclusivamen­
te con capital alemán (Disconto-Gesellschaft y Norddeutsche Bank), y cu­
yo material fue suministrado casi ex­
clusivamente por empresas alemanas,
empezando por los rieles, el carbón, las
locomotoras y vagones hasta los traba­
jadores e ingenieros del ferrocarril. (26)
Notas
1. El presente artículo representa una
versión ampliada de un manuscrito que se
presentó el 8 de Julio de 1991 en el Congre­
so de Americanistas enNew Orleans/US A.
2. W alter, Rolf: Venezuela und
Deutschland (1815-1870), (=Beiträge zur
Wirtschafts- und Sozialgeschichte, Bd. 22),
Wiesbaden 1983; el mismo: Los alemanes
en Venezuela, Tomo I: Desde Colón hasta
Guzmán Blanco, Caracas 1985; el mismo:
Die wirtschaftliche Entwicklung Venezue­
las und die venezolanisch- deutschen Han­
delsbeziehungen in der ersten Hälfte des
19. Jahrhunderts, en: Venezuela-Kolumbien-Ekuador. Wirtschaft, Gesellschaft und
Geschichte. Referate des 3. interdiszi­
plinären Kolloquiums der Sektion Lateina­
merika des Zentralinstituts 06 (=Lateinamerika-Studien 7), München 1980, p. 51108, en especial p. 62 y sig y 86 y sig.
3. El ejemplo italiano ha sido mejor
estudiado; comp. Bafile T azzi, Mauro: Los
hijos de los inmigrantes y el modelo econó­
mico venezolano: el caso de los italo-venezolanos (=Academia Nacional de Ciencias
Económicas, serie Tesis, 2), Caracas 1990.
4. Comp. en especial Koch, Conrad: La
Colonia Tovar. Geschichte und Kultur ei­
ner alemannischen Siedlung in Venezuela
(=Basler Beiträge zur Etnologie, Band 5),
Basel 1969.
5. Comp, el artículo de Yolanda Pache­
co en este número.
6. Comp. los artículos de Germán Cardozo y de Ebelio Espinóla en este número.
Además, del primero su obra: Maracaibo y
su región histórica. El circuito agroexporE ncuentros
11
1991
27
Los alemanes en Venezuela
tador 1830-1860, Maracaibo 1991.
Mérida 1970, p. 202; comp. Anuario Esta­ cas, cuyos resultados se publicarán en 1992
7. Sobre ésto intenté dar un primer dístico de los Estados Unidos de Venezuela en la serie de la Academia Nacional de la
panorama en el último capítulo de mi nuevo 1891, ed. por la Dirección General de Esta­ Historia.
libro. Los alemanes en Venezuela, Torno 11 dística, Caracas 1901, p. 166 y sig.; Archivo
16.
Mostrado así por Ragnhild Fiebig(1870-1914), Caracas 1991, para abrir así General, Mmisterio de Relaciones Exterio- von-Hase: Konfliktherd, tomo I, p. 104un nuevo campo de estudio.
113, revisando de esta mane­
8. Comp. por ej., Nagel von
ra la concepción de Holger
Jess, Kurt: El elemento alemán
Herwig.
Exportaciones venezolanas
en M aracaibo, 1818-1939,
17. R. Fiebig-von-Hase,
Maracaibo 1987, p. 34 y sig.
Konfliktherd, tomo I, p. 111,
40,0% ■_
9. Comp. por ej., Herwig,
basada en David, Hans: Das
1875/76
1911/12
Holger: Germany's visión o f
deutsche Auslandskapital und
empire in Venezuela, 1871seine Wiederherstellung nach
1914, Princeton, New Jersey
30,0%
dem Kriege, en: Weltwirts1986, sobre todo p. 47 y sig.
chafliches Archiv 1 4 ,1919,p.
10. Este proceso de diferen­
31-70, aquip. 38.
ciación fue estudiado para la
18. Ibid. (Fiebig-von-Ha«[
20.0% primera mitad del siglo XIX en
se), p. 115.
el caso de La Guaira y Caracas
19. O. Bürger: Venezue­
por Banko, Catalina: El capital
la, p. 254; R. Fiebig-von-Ha10,0% comercial enLa Guairay Cara­
se: Konfliktherd, tomo I. p.
cas (=Biblioteca de la Acade­
109, basada en: Die deuts­
mia Nacional de la Historia, 47),
chen K apitalanlagen in
Caracas 1990, passim, y por
Überseeischen Ländern, reu­
0 ,0 %
Harwich Vallenilla, Nikita:
nidos en el Reichs-MarineFormación y crisis de un siste­
Amt, Sten. Ber. RT, 10. Leg.
1 Alem ania, 2 USA, 3 Francia, 4 GB,
ma financiero nacional. Banca
Per., I. Sess., Anlageband VII,
5 USA, 6 Francia, 7 Alem ania
y Estado en Venezuela (1830Reichsdrucksache Nr. 836,
1940), Caracas 1986, passim.
Anlage D, 22.5.1900, p. 39.
Comp. también mis trabajos ci­
20. Sporn, Norbert: Die
tados en 2.
Venezuela-Krise von 190211. Estas motivaciones se
03. Überlegungenzurstaatli­
estudian muy bien en Fiebigchen und nationalen Ent­
von-Hase, Ragnhild: Lateina­
wicklung Venezuelas im 19.
merika als Konfliktherd der
Jahrhundert. Diss. phil. Er­
Im portaciones venezolanas
deutsch-amerikanischen Bezie­
langen-Nürnberg (maq.), sin
hungen! 890-1913 ^Schriften­
año., p. 251 y sig., basado en
40,0% -i
reihe der Historischen Kom­
Sullivan, William M.: Therimission bei der Bayerischen Ase o f despotism in Venezuela,
1911/12
kademie der Wissenschaften,
Cipriano Castro, 1899-1908,
•o
30,0% ■
B and 27), 2 tomos. Vom Beginn
Diss. University of New Me­
der Panamerikapolitik bis zur
xico 1974, p. 457.
Venezuelakrise von 1902/03,
21. R. Fiebig-von-Hase:
Göttingen 1986, Tomo I, p. 84 y
Konfliktherd, tomo I. p. 110.
20 ,0 %
sig y passim.
22. H. Herwig: Vision, p.
12. Comp. R. Walter: Los
58; O. Bürger: Venezuela, p.
alemanes, tomo II, passim, y
252cuentall70(1881)y600
8
io,o%
para el ejemplo de La Guaira:
‘Alemanes del Reich’ (1912);
8.
Banko, Catalina: Los comer­
M. Izard, Series, p. 63 cuenta
ciantes alemanes en La Guaira
917 (1891) y 962 (1894).
0,0%
1821-1848, en: Jahrbuch für
23. Cifras propias según
GeschichtevonStaat, Wirtschaft
datos de Perazzo, Nicolás:
und Gesellschaft Lateinameri­
Historia de la inmigración en
kas, Band 25, Köln/Wien 1988,
Venezuela, 1850-1900, y do­
1 GB, 2 USA, 3 Alem ania, 4 Francia,
p. 61-81, aquí p. 68.
5 GB, 6 USA, 7 Alem ania, 8 Francia
cumentos anexos, tomo II,
13. Cifras según cálculos
Caracas 1982, p. 57 y passim.
propios en R. Walter: Los ale­
24.Comp. R. Walter: Los
manes, Tomo II y las fuentes y
alemanes II, en prensa.
notas allí citadas.
25. Ibid.
14. Cifras según Carrillo
26. Comp. sobre todo R.
Batalla, Tomás Enrique: Historia de lasf i ­ res (AGMRE), Caracas, tomo II, vol. 28, Fiebig-von-Hase, Konfliktherd, tomo I, p.
nanzas públicas en Venezuela, vol. 26, to­ fol. 29 y sig.
97 y sig. y passim.
mo X-C, Caracas 1981, p. 187 y sig.; Bür­
15.
Las inversiones extranjeras en Ve­
Traducción: Verónica Jaffé
ger, Otto: Venezuela. Ein Führer durch das nezuela en el siglo XIX y comienzos del
Land und seine Wirtschaft, Leipzig 1922, XX fueron estudiadas sistemáticamente en
p. 209 y sig.; comp. Izard, Miguel: Series un proyecto de investigación dirigido por el
estadísticas para la Historia de Venezuela,
Prof. Nikita Harwich Vallenilla en Cara­
28
E ncuentros
11
1991
Los alemanes en Venezuela
Alemania en el bloqueo
a Venezuela de 1902
Manuel Rodríguez Campos
El 9 de diciembre de 1902, buques
de guerra pertenecientes a las armadas
alemana y británica coaligados, se
desplegaron en zafarrancho de com­
bate frente al puerto de La Guaira y
tomaron por asalto las unidades allí
ancladas de lo que pomposamente Ve­
nezuela presentaba como su flota de
guerra, algunas de las cuales, después
de ser remolcadas mar adentro, fueron
cañoneadas por sus captores para hun­
dirlas. Pocas horas más tarde, en ope­
raciones separadas, desembarcó parte
de la dotación de infantería de ambas
escuadras, cuyos efectivos asegura­
ron posiciones en los muelles y atrave­
saron la ciudad para rescatar a sus
respectivos cónsules.
Era una acción de fuerza puesta en
práctica para respaldar sendos ultimata presentados el día anterior por los
embajadores de aquellas potencias
como gestión perentoria de cobro a
nombre de súbditos suyos tenedores
de bonos de la deuda pública externa
venezolana, hacerles pagar a otros
antiguos y recientes reclamaciones
pendientes por daños y confiscacio­
nes sufridas con motivo de nuestras
frecuentes guerras civiles de finales
del siglo XIX y, finalmente, exigir
reparaciones varias originadas en su­
puestas y reales ofensas a sus bande­
ras. En virtud de estas circunstancias y
a pesar de no haber mediado una pre­
via declaración de guerra que iniciara
el estadio de conflicto armado, ambas
escuadras se mantuvieron en nuestras
costas y las recorrieron de un extremo
a otro ejerciendo actos de violencia e
imponiendo su poderío en puertos y
alta mar.
El 13 de diciembre los acorazados
Viñeta, alemán y Charybdis, inglés,
bombardearon el Castillo Libertador
y el Fortín Solano de Puerto Cabello,
los ocuparon y tomaron prisioneros,
en represalia por lo que consideraron
una ofensa a la bandera británica del
carguero Topace anclado en puerto y
maltratos de autoridades venezolanas
a su tripulación.
El 17 del mismo mes el cañonero
Panther y el Viñeta, al mando del te­
niente-comandante Eckermann, in­
tentaron cruzar la Barra del Lago de
Maracaibo para asaltar la fortaleza de
San Carlos que la custodiaba y el puerto
capital del estado Zulia; pero el cam­
biante lecho arenoso del acceso, de
escasa profundidad, limitaba extre­
madamente su capacidad de manio­
bra, lo que fue aprovechado por el
comandante de la fortaleza para ini­
ciar un desigual duelo de artillería con
aquellas unidades alemanas, las que
salieron mejor libradas por el mayor
alcance y superioridad numérica de
sus cañones, aunque tuvieron que reti­
rarse a aguas más profundas sin haber
podido pasar al lago.
Siete días después de los hechos
iniciales, en sincronía con disposicio­
nes inglesas de igual índole, el conde
Paul Wolff-Mettemich, embajador de
Alemania en Londres, comunicó las
siguientes instrucciones al comodoro
Georg Scheder, comandante en jefe
de la armada germana en aguas territo­
riales venezolanas: “El Emperador or­
dena el bloqueo de Maracaibo y Puer­
to Cabello. (*) Tan pronto como las
dos escuadras estén listas el alemán
comenzará al mismo tiempo que el
Almirante británico (**)... Nuestro
Comodoro ha sido informado que es
un bloqueo beligerante, con todas sus
consecuencias, y que se establecerá
un Tribunal de Presa alemán”. (1)
No está en discusión, por la inne­
gable evidencia de sus procedimien­
tos, que el bloqueo fue una agresión
militar consumada desde el 9 de di­
ciembre. Lo que se pretendía con las
instrucciones giradas el día 16 -y en el
mismo sentido actuaron los inglesesera formalizar el hecho bélico a fin de
dar carácter diplomático a la situación
para hacer valer la condición de país
beligerante en las gestiones de aveni­
miento que ya se empezaban a promo­
ver desde los estados Unidos. Esa po­
sición permitiría a las potencias bloqueadoras alegar los privilegios de la
iniciativa ante las comisiones media­
doras que se constituyeran, a fin de
participar con ventajas sobre otros acreedores que se aprestaban a presen­
tar sus reclamaciones pendientes para
conseguir el arreglo global de todas
las obligaciones venezolanas y obte­
ner así su parte.
Encuentros
11
1991
29
Los alemanes en Venezuela
En acatamiento de las instruccio­
nes recibidas, el 22 de diciembre el
jefe de la escuadra alemana dirigió el
siguiente despacho a los comandantes
de las fortalezas de Puerto Cabello y
San Carlos:
“Según ordenanzas de Su Majes­
tad el Emperador de Alemania declaro
por la presente el bloqueo de los puer­
tos venezolanos de Puerto Cabello y
Maracaibo. El bloqueo para Puerto
Cabello empezará el 22 de diciembre
y el de Maracaibo el 24 de diciembre
de 1902 en todo su rigor.” (Firmado:
Scheder)” (2)
Las acciones emprendidas contra
Venezuela fueron explicadas por Ale­
mania y Gran Bretaña con las argu­
mentaciones generales anteriormente
expuestas, como medidas coercitivas
para obligar al gobierno de Cipriano
Castro a pagar. Se trataba de esa ma­
nera de aquietar a su opinión pública y
parlamentaria. Así mismo, ellas cons­
tituyeron los alegatos de fondo dirigi­
dos al Departamento de Estado y al
Presidente de los Estados Unidos con
el propósito de lograr su neutralidad
en el conflicto; pero hubo otras moti­
vaciones, basadas en ambiciosos pen­
samientos geo-políticos cuya existen­
cia se pretendió encubrir con el cobro
acorazado de las cuentas que Vene­
zuela mantenía en estado de insolven­
cia. Veamos cómo se descomponían
los dos aspectos del problema.
Las motivaciones publicables
Excepto, por supuesto, en el áni­
mo de los venezolanos, así como en el
de unos pocos núcleos de opinión lati­
noamericanos, para el entendimiento
de quienes apreciaban el problema
desde la sola perspectiva de las justifi­
caciones esgrimidas por Alemania e
Inglaterra, el recurso de la presión
armada se comprendía medianamen­
te. Aunque a simple vista parecieran
muy drásticos los procedimientos em­
pleados. Es cierto que Venezuela era
deudora morosa de prestamistas ale­
manes e ingleses; es igualmente cierto
que el gobierno de Castro se negaba a
admitir reclamaciones interpuestas por
súbditos de varios países -entre ellos
naturales de las potencias antes men­
cionadas- porque sus demandas de
indemnización eran muy exageradas
y los reclamantes no recurrían a los
órganos ordinarios de la justicia vene­
zolana competentes para procesarlas,
30
E ncuentros
11
1991
sino que las habían consignado al co­
bro por la vía diplomática. Los emba­
jadores de aquellas potencias presio­
naban a fin de conseguir la satisfac­
ción de estos asuntos y por órdenes de
sus cancillerías habían desconocido
varias veces el derecho venezolano a
legislar sobre la materia. (3) En más de
una ocasión amenazaron con la fuerza
para obtener el pago de las acreencias
que representaban.
La deuda externa venezolana, a la
fecha del bloqueo, era de Bs. 119,3
millones, una enormidad para un país
que sufría los embates de la crisis
económica mundial desatada desde
1899 sobre su economía y si la compa­
ramos con el monto de los ingresos
fiscales recaudados en 1902, de Bs.
24,9 millones que incluían Bs. 4,7
millones de ingresos extraordinarios.
(4) Las reclamaciones extranjeras eran
estimadas en Bs. 180,0 millones. De
estas últimas Alemania representaba
Bs. 7,3 millones, de los cuales le fue­
ron reconocidos solamente dos por las
comisiones mixtas nombradas después
del bloqueo para examinar su justeza.
De la deuda, Bs. 46,2 millones corres­
pondían al Empréstito Venezolano de
1896, negociado con el DiskontoGesellschaft de Berlín (5) y además
existía una deuda flotante interna por
Bs. 820.000 con el ingeniero Karl
Henkel, relativa a la construcción del
matadero de Caracas, financiada por
el Aktiengesellschqft fü r Beton-undMonierbau de Berlín. (6)
Se debe considerar, adicional­
mente, que importantes inversiones
alemanas se habían radicado en el país
y controlaban partes de la economía
regional allí donde se las encontraba.
Una, la más destacada, era el Gran
Ferrocarril Alemán, cuyo trazado cu­
bría la ruta Caracas-Valencia; otra,
múltiple, estaba representada por ca­
sas de comercio con sede en Maracai­
bo y el Táchira, las que tomaron para
sí una porción significativa del comer­
cio exterior de la región lacustre y
andina, incluida la exportación de su
casi único producto, el café, y desem­
peñaban algunas funciones ¿anearías
debido a la inexistencia de institucio­
nes de esta naturaleza en la región.
Otras inversiones, de menos impor­
tancia que las anteriores, se localiza­
ban en Puerto Cabello, Valencia y
Caracas. También se contaban gana­
deros y hacendados alemanes (o sus
descendientes directos), dueños de
plantaciones de café, cacao y caña de
azúcar, con lo que se completaba el
universo inversionista de ese origen.
El mismo comportó la presencia de
una reducida, aunque notable colonia
alemana cuyos integrantes evidencia­
ban un sólido sentido de su nacionali­
dad y mantenían estrechas relaciones
con la representación diplomática del
Imperio en Caracas.
Con motivo de nuestras guerras
civiles, hacendados y comerciantes
alemanes sufrían requisas de ganado,
de productos para bagages de las tro­
pas gubernamentales o de los insu­
rrectos; se les imponían pequeños em­
préstitos forzosos y a veces eran atro­
pellados por uno u otro bando. El Gran
Ferrocarril Alemán, quisiéralo o no,
debía transportar las tropas, material
bélico y demás implementos, estacio­
nar trenes a las órdenes de éstas y el
gobierno retardaba excesivamente el
pago de las facturas o las objetaba, lo
que introducía elementos de discordia
con los administradores de la empresa
y excusas sin fundamentos presenta­
das por la gerencia para no prestar el
servicio (entre otras, averías en las
máquinas o derrumbes en la vía, algu­
nos de ellos intencionales según recla­
maba el gobierno). Estos eran los orí­
genes de las reclamaciones alemanas,
a las que se añadían hechos que la
embajada de esa potencia consideraba
ofensivos al honor imperial.
El empréstito del Diskonto, con­
tratado en 1896 por Bs. 50,0 millones,
estuvo destinado a rescatar la garantía
ofrecida por el Estado venezolano a
los ferrocarriles de una ganancia míni­
ma del 7% sobre los capitales inverti­
dos. Entre ellos se encontraba el Gran
Ferrocarril Alemán que era controla­
do por el Diskonto y lo representaba
ante el gobierno venezolano como
prestamista.
El pago de esta deuda había sido
bastante irregular y oficialmente el
presidente Castro había comunicado
meses atrás la suspensión del servicio
de todas las deudas nacionales sin
indicar cuándo sería reanudado. Este
era el problema de la deuda que acercó
a Inglaterra y Alemania con el objeti­
vo de mancomunar iniciativas para
hacer reconocer las reclamaciones y
obligar a Venezuela a pagar.
Esos serán también los motivos
expuestos por el embajador de Aleina-
Los alemanes en Venezuela
nia al Departamento de Estado en
Washington el 11 de diciembre de
1901 en solicitud de la anuencia norte­
americana para realizar una expedi­
ción punitiva contra Venezuela. En el
documento cursado decía:
“... consideramos de importancia,
primero que todo, hacer saber al go­
bierno de los Estados Unidos nuestro
propósito para poder demostrar que
no tenemos otra intención que la de
ayudar a nuestros ciudadanos quienes
han sufrido daños, y tomaremos pri­
mero en consideración sólo los recla­
mos de aquellos ciudadanos alemanes
que han sufrido la guerra civil [...] Si el
gobierno venezolano nos obliga a la
aplicación de medidas coercitivas,
tendremos que considerar además si
en tal ocasión deberemos solicitar
también una mayor garantía para el
cumplimiento de los reclamos de la
Compañía de Descuento de Berlín.”
(7)
Las motivaciones secretas
Los bloqueadores decidieron rea­
lizar sus acciones cuando el senti­
miento imperialista estaba ya maduro,
incluso como expresión de naciona­
lismo entre las masas alemanas, ingle­
sas y francesas. Alemania tendía a
racionalizarlo con el reclamo de ‘un
lugar bajo el sol’, un ‘espacio vital’
para su expansión industrial en buena
parte cercada por la apropiación de
vastos territorios en manos de Inglate­
rra y Francia sobre los continentes
asiático y africano. Las industrias ale­
mana y norteamericana avanzaban a
un ritmo mucho más acelerado que las
otras de Europa, debido a la circuns­
tancia de haberse incorporado a la
producción masiva años después que
Francia e Inglaterra. Esto les facilitó la
construcción de fábricas movidas por
energía eléctrica, de mayor capacidad
productiva y mucho más rentables,
que decretaron la obsolencia de gran
cantidad de sus competidores. Esa
producción necesitaba fuentes de ma­
teria prima y mercados, a los que sus
oponentes europeos tenían más fácil
acceso gracias a los resultados de su
política colonial. El otro competidor,
Estados Unidos, expandía su área de
influencia política y mercantil en el
continente americano; su expedición
a Japón de 1853 y la reciente toma de
las islas Filipinas, Hawai y Guam ex­
tendía sus tentáculos muy lejos de
cuantos podían considerarse sus mer­
cados naturales. Además, el control de
Cuba y Puerto Rico y la próxima cons­
trucción del canal de Panamá, junto
con la salida norteamericana al extre­
mo oriente, rompían el concepto euro­
peo de equilibrio de poder, celosa­
mente defendido precisamente por In­
glaterra y Alemania y del cual el Can­
ciller Bismarck había sido uno de los
principales artífices. Esa alteración del
equilibrio afectaba a Alemania en mu­
cho mayor medida que a Inglaterra y
Francia.
Desde mediados de 1901 el Almi­
rantazgo alemán recomendabaque.de
realizarse el bloqueo a Venezuela, se
extremaran los cuidados para evitar
que los Estados Unidos sospecharan
otras intenciones que no fueran las
declaradas en el párrafo anteriormen­
te transcrito. Sin embargo, en el
documento del cual fue tomado hay
una salvedad:
“...Si esta medida [el bloqueo] no
parece eficiente, tendremos que con­
siderar la ocupación temporal de dife­
rentes puertos venezolanos y el cobro
de impuestos en esos sitios.” (8)
La declaración de transitoriedad
no era garantía suficiente, sobre todo
si la relacionamos con la presencia de
un crucero alemán en aguas de la isla
de Margarita que en 1901 fue visto
haciendo sondeos en el litoral insular
y la compra acelerada de terrenos cos­
teros de esa isla por súbditos alema­
nes. Por otro lado, una expresión atri­
buida al Kaiser Wilhelm II en 1903
cuando se habría informado que los
Estados Unidos podrían tolerar la existencia de una colonia alemana en
América Latina, lo habría hecho ex­
clamar que eso era una impertinencia
norteamericana, porque dicho país
nada tenía que ver con esa parte del
continente. Se afirma que dijo: “cen­
tenares de miles de alemanes viven en
Suramérica y es nuestro deber mante­
ner contacto con ellos y protegerlos...”
(9)
Alemania tenía especial interés en
poner a prueba la doctrina Monroe
para incluir los resultados en sus pla­
nes geo-políticos. Ya que los Estados
Unidos se aventuraban tan lejos de las
costas incluidas en la protección que
esa doctrina significaba, era conve­
niente averiguar hasta dónde toleraría
de verdad una incursión europea en
territorio latinoamericano, donde por
añadidura Inglaterra poseía colonias.
Si Alemania era una gran potencia,
estaría en sus privilegios tentar la si­
tuación para conocer las posibilidades
de aprovechar cualquier debilidad
norteamericana.
Una evidencia más de que tales
intenciones existieron, se encuentra
cuando los actos del bloqueo a Vene­
zuela caldearon un tanto los ánimos
políticos y se alegó la doctrina Mon­
roe como el obstáculo que podía hacer
desvanecer las esperanzas de instalar
un dominio alemán en esta parte del
continente americano. El almirante von
Tirpitz aconsejó ser muy evasivo en
las respuestas que debían darse a cua­
lesquiera preguntas que pudieran for­
mularse al respecto, de manera de no
agotar las expectativas mantenidas con
ese motivo.
Los Estados Unidos se mostraron
firmes en sostenimiento de los princi­
pios monroistas y el propio presidente
Teodoro Roosevelt conminó a Ale­
mania por intermedio de su embajador
en Washington para que aceptara una
fórmula de avenimiento mediante la
cual cesara el bloqueo. Roosevelt hizo
saber al gobierno del Kaiser que si en
un tiempo prudencial no se llegaba a
un arreglo ordenaría a la flota nortea­
mericana atacar a la alemana, esto
hace pensar que en los altos círculos
de poder norteamericano se temía por
la eventualidad de una adquisición
territorial del Imperio y al menos en
las palabras de Roosevelt se mostra­
ron dispuestos a rechazarla hasta por
la fuerza. Alemania no podía llegar a
ese extremo con los Estados Unidos,
de una parte porque desataría la guerra
contra una potencia muy poderosa, en
ascenso, que probablemente contaría
con el respaldo del resto de los países
americanos y de la misma Inglaterra;
en segundo lugar, porque la condición
continental y el control de unas cuan­
tas bases en el Caribe le aseguraba
amplias ventajas bélicas a los Estados
Unidos, mientras que Alemania ten­
dría que depender de líneas de abaste­
cimiento muy largas y por eso mismo
extremadamente vulnerables.
La solución definitiva del conflic­
to desatado con el bloqueo de Vene­
zuela terminó entonces deslindando
las áreas de influencia de las grandes
potencias, con lo que los Estados Uni­
dos conquistaron la hegemonía defi­
nitiva sobre América Latina.
Encuentros
11
1991
31
Los alemanes en Venezuela
Notas
(*) En la práctica, toda la costa occi­ nich), pp. 518-519.
dental del país y el cierre de los puertos por
(2) Boletín del Archivo Histórico de
donde se realizaba más de la mitad del Miraflores, No. 38, pp. 86-87.
comercio exterior venezolano, incluida La
(3) Como ejemplo de una conducta
Vela de Coro.
semejante se pueden ver cartas dirigidas
(**) A quien correspondió bloquear la por Schmidt-Leda en nombre del Imperio
costa centro-oriental, desde La Guairahasta Alemán al Ministro de Relaciones Exte­
el delta del río Orinoco, y con ello impedir riores venezolano los días 8 y 24 de marzo
el resto del comercio exterior.
de 1901. c/f. Funres, op.cit., pp. 352-354.
(1)
Funres, Documentos británicos (4) c/f. Manuel Rodríguez Campos,
relacionados con el bloqueo de las costas Venezuela 1902, la crisis fiscal y el blo­
venezolanas (papeles del conde Metterqueo, p. 88. Tómese en cuenta que se trata
de magnitudes monetarias no compara­
bles conlas actuales y de poder adquisitivo
distintos.
(5) Ibidem, p. 220.
(6) Holger H. Herwig y J. León Holguera, Alemania y el bloqueo internacio­
nal de Venezuela 1902-1903, p. 83.
(7) Funres, op.cit., pp. 360-363.
(8) Funres, Idem.
(9) Holger H. Herwig y J. León Holguera, op.cit., p. 110.
Los comerciantes alemanes
y la influencia norteamericana
en Maracaibo: 1910-1925
Ebelío Espinóla
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32
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—
E ncuentros
11
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1991
L
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Maracaibo, en las primeras décadas
del siglo XX, continúa siendo el centro
de la actividad comercial de la región,
punto obligado de encuentro para la
importación y exportación de un terri­
torio de 840.000 habitantes, que están
distribuidos de la siguiente manera, se­
gún las cifras oficiales de 1908: Estado
Zulia 178.388,Estado Trujillo 189.275,
Estado Mérida 126.051, Estado Táchira 142.515, Departamento Santander
del Norte, Colombia, 204.351. (1)
Un testigo de la época, José María
Rivas, nos confirma en su libro El Co­
mercio deMaracaibo,escrito entre 1912
y 1913, la importancia y trascendencia
de Maracaibo para el intercambio co­
mercial de esta extensa área, que hoy
conocemos como región marabina:
“Aunque son pocos los vínculos de
esta naturaleza que unen al comercio de
Maracaibo con el resto de la República,
son de gran importancia, en cambio, las
relaciones que sostiene con varios esta­
dos, y muy especialmente con los andi­
nos: esto se explica por los cuantiosos
negocios que celebran nuestros expor­
tadores para obtener los productos, y
muy especialmente café, de aquellas
feraces regiones. Además, los importa­
dores de aquí surten en buena parte las
plazas de allá de mercancías proceden­
tes de Europa y los Estados Unidos de
América. Agregúese a esto que los con­
signatarios de Maracaibo reciben cons­
tantemente los frutos de los Andes, ya
para su venta en este puerto, ya para
exportarlos por cuenta del remitente;
Los alemanes en Venezuela
reciben a la vez mercancías que llegan
para los importadores andinos y, previo
el desalojo aduanero, las remiten a su
destino por los buques de vapor que
hacen la navegación del Lago y de los
ríos Catatumbo y Escalante usando los
ferrocarriles de La Ceiba y del Táchira.
Iguales relaciones existen con la impor­
tante plaza de San José de Cúcuta, en los
Estados Unidos de Colombia; movi­
miento de tránsito que contribuye a la
importancia de la Aduana de Maracai­
bo.” (2)
La participación de ciudadanos ale­
manes en el intercambio mercantil del
Puerto de Maracaibo fue decisiva desde
el siglo pasado. Comerciantes proce­
dentes de Hamburgo, Bremen y Lü­
beck se habían consolidado en la activi­
dad de exportación de frutos del país,
especialmente café. Así también la im­
portación de mercancías desde los
puertos europeos y norteamericanos
estaba en gran parte bajo el control de
firmas alemanas.
Un criterio para determinar la pre­
ponderancia de estas firmas alemanas
en el comercio marabino para estos
años lo constituyen los impuestos men­
suales por ‘patentes de industria’ paga­
dos por las casas comerciales de Mara­
caibo.
En el siguiente cuadro sobre ‘Im­
puestos Mensuales por Patentes de In­
dustrias pagados por las casas comer­
ciales de Maracaibo’ podemos visuali­
zar la clasificación en orden de impor­
tancia de las 15 primeras firmas de un
total de más de 40 casas comerciales de
Maracaibo.
Observemos que de estas 15 princi­
pales casas comerciales de Maracaibo
(sobre un total de más de 40 firmas)
ocho son alemanas, tres criollas, dos
italianas y dos de ascendencia inglesa.
Las ocho firmas alemanas se ubican
entre los once primeros lugares de la
lista (4). Se destacan entre ellas Breuer,
Móller y Co. y Blohm & Co. como las
dos poderosas casas importadoras y
exportadores de Maracaibo, firmas que
funcionaban también como institucio­
nes financieras en todo el hinterland
marabino.
Las dos firmas italianas, Oliva, Riboli & Co. y Fossi & Co., crecerán
significativamente durante la Primera
Guerra Mundial como casas exporta­
doras de café. H.L. Boulton & Co. y A.
Cook & Hno. son entidades comercia­
les de ascendencia inglesa, pero la pri­
mera funcionaba en Maracaibo bajo
conducción de socios y apoderados ale­
manes. Finalmente las tres firmas crio­
llas son Juan E. París & Co., Eduardo
Vargas y París & Núñez.
Pero el estallido de la Primera Gue­
rra Mundial comienza a resquebrajar el
control de los alemanes sobre el comer­
cio marabino, sobre todo cuando los
Estados Unidos entran a participar acti­
vamente al lado de los aliados en Abril
de 1917 y ponen en vigencia la llamada
‘lista negra’ que prohibía el intercam­
bio comercial entre los puertos nortea­
mericanos y las firmas sospechosas de
colaborar con el gobierno alemán. La
inmensa mayoría de las casas alemanas
de Maracaibo fueron incluidas en la
‘lista negra’ norteamericana. La impor­
Casas Com erciales
1911
1912
1913
1914
Breuer, Moller & Co.
Blohm & Co.
Steinvorth & Co.
H.L. Boulton Jr. & Co.
Beckmann & Co.
Van Dissel, Rhode & Co.
Christem, Zlngg & Co.
Julio A. Añez & Co.
Oliva, Riboli & Co.
Juan E. Paris & Co.
Rayher & Firnhaber
Fossi & Co
A. Cook & Hno.
Eduardo Vargas
Paris & Núñez
650
475
360
360
300
250
200
180
180
180
170
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110
110
110
—
Para 1911, Christern, Zingg & Co. tenia por razón social Christem & Co. y Oüva,
Riboli & Co. se llamaba Dall'Orso & Co.
Fuente" Gaceta Oficial del Estado Zulia, Maracaibo, 7/11/1911 ; 28/12/1911; 4 /1 /
1914.
tación de mercancías disminuyó signi­
ficativamente durante el desarrollo del
conflicto bélico, sobre todo de las fir­
mas alemanas. Pero es la exportación
del café por parte de las casas alemanas
la que presenta mayores dificultades.
Aparecen otras firmas extranjeras, so­
bre todo italianas, que crecen rápida­
mente duran te los años de vigencia de la
‘lista negra’ (abril de 1971-mayo de
1919) como Oüva, Riboli & Co. y Fossi
& Co.
Sin embargo, entre 1921 y 1922 las
casas alemanas recuperaron su hege­
monía en la importación de mercancías
y en la comercialización del café, toda­
vía el principal producto de exportación
para estos años.
La irrupción de unanueva actividad
económica, la explotación y exporta­
ción del petróleo por parte de ciudada­
nos ingleses y norteamericanos, ame­
naza nuevamente el control ejercido
por los alemanes sobre la actividad
económica de Maracaibo y su hinter­
land. Ingleses y norteamericanos no
disimulan sus intenciones:
“Los alemanes ven ahora el fantas­
ma de la dominación política y comer­
cial de los americanos... Ellos natural­
mente se lamentan de la importancia
pordominar la marea. Respetuosamen­
te sugiero que dinero americano, inver­
tido cuidadosamente en empresas mer­
cantiles aquí sería negocio rentable,
particularmente con una colonia britá­
nica y americana de más de mil.” (5)
Esta sugerencia del Cónsul nortea­
mericano, hecha en 1925 al Departa­
mento de Estado tras varios años dé
haber concluido la Primera Guerra
Mundial, prueba que la confrontación
por el control de las áreas comerciales
del mundo, y en este caso de la región
marabina en particular, está aún en ple­
na vigencia. “Las casas más grandes
están todas bajo el control alemán” in­
forma con preocupación el Cónsul Al­
bert N. Gorberich. Pero también enu­
mera las casas de importación que “to­
davía son independientes de la influen­
cia alemana”: Fossi & Co., Felipe S.
Toledo & Co., H.L. Boulton Jr. & Co.,
Juan E. París & Co. y A. Dubuc & Co.:
“Estas fueron originalmente controla­
das por ciudadanos italianos, venezola­
nos, franceses y británicos”. El Cónsul
norteamericano termina señalando que
estas últimas firmas son las más influenciables por el capital norteameri­
cano y señala la vía:
E ncuentros
11
1991
33
Los alemanes en Venezuela
“Es posible que una encuesta dis­
creta pueda revelar una disposición por
parte de algunos de los dueños de estas
firmas para admitir capital americano o
vender totalmente. La firma Fossi & Co
(cuyo jefe murió hace algunas sema­
nas) podría estar particularmente dis­
puesta a ofertas en esta época; y existe
otra vieja firma italiana,Riboli, Abbo &
Co., que parece haber perdido en años
recientes su posición en el comercio del
café y que podría considerar ofertas.”
(6)
Durante el año 1925 el petróleo
pasa a ocupar el primer lugar entre los
productos exportados por el país, des­
plazando al café, que desde hace un
siglo era la principal fuente de acumu­
lación de capital.
La exportación del café está mayoritariamente en manos de los comer­
ciantes alemanes y la producción y ex­
portación de petróleo en las de nortea­
mericanos e ingleses.
Este conflicto económico entre ale­
manes y norteamericanos llega incluso
a los clubes de la ciudad: el Club de
Comercio y el Golf y Country Club. El
primero de ellos fue fundado en 1891
por comercian tes alemanes y venezola­
nos. Para 1925 los norteamericanos e
ingleses ya formaban parte del Club
Comercio, calificado como ‘el mejor
club de la ciudad’. El Golf y Country
Club, en cambio, fue fundado en Enero
de 1925 por los residentes norteameri­
canos y británicos, y cuando los alema­
nes solicitaron su inscripción, la actitud
fue muy distinta; el revuelofue grande,
“tanto que se convocó a una Asamblea
General para decidir si era conveniente
cambiar los estatutos del club para pro­
hibir la entrada de alemanes.” (7) Esta
proposición no contó con la aprobación
de la mayoría de la asamblea, que incluía
amuchos venezolanos prominentes. Sin
embargo, la misma discusión sobre la
admisión o no de los alemanes al Golf y
Country Club evidenciaba un marcado
sentimiento anti-alemán entre los
miembros norteamericanos e ingleses
de este Club. Ante la situación los
alemanes decidieron retirar inmediata­
mente sus solicitudes de ingreso.
El 20 de noviembre de 1925 se
llevaron a cabo las elecciones del Club
Comercio. En más de una ocasión se
habían presentado dos planchas, pero
hasta ahora siempre había resultado electa la plancha propuesta concertada­
mente por alemanes y venezolanos en
34
E ncuentros
11
1991
la Junta Directiva saliente, evidente­
mente motivados por la ofensa causada
por la agitación en su contra en el Golf
y Country Club, presentaron una plan­
cha unilateralmente alemana. Esta vez
la plancha de oposición estaba encabe­
zada por el eminente ingeniero venezo­
lano, Dr. Pedro José Rojas. Los alema­
nes se equivocaron en su estrategia al
excluir a los venezolanos de su pro­
puesta electoral, cuando éstos no habían
sido quienes levantaron el sentimiento
anti-alemán en el Golfy Country Club,
y la sensibilidad venezolana fue herida
aún más cuando el presidente saliente,
ciudadano alemán, intentó inhabilitar
al ingeniero Pedro José Rojas por no ser
comerciante ni industrial. Los miem­
bros norteamericanos e ingleses apro­
vecharon la coyuntura para golpear a la
colonia alemana, votando en pleno a
favor de la plancha criolla, que obtuvo
un rotundo triunfo con 104 votos contra
39 de los alemanes: por primera vez una
plancha de oposición derrotaba a la
presentada por la Junta Directiva sa­
liente en el Club Comercio.
Este hecho es destacado por el Cón­
sul norteamericano, Alexander K. Sloan, en su informe del 23 de noviembre
de 1925 al Departamento de Estado de
los Estados Unidos:
“En el presente el sentimiento de los
venezolanos es de alegría y el hecho de
que el control alemán del club Comer­
cio se haya roto es causa de júbilo.
Estos hechos pueden parecer pe­
queños y sin consecuencias, pero cuan­
do se considera que muchos miembros
de la colonia alemana se han casado con
venezolanos(as) de alta posición social
y riqueza, que muchas industrias son
controladas por capital alemán, que hasta
hace poco se pensó que los alemanes
controlaban la vida comercial de la
ciudad, la reciente agitación del Golf y
Country Club y especialmente las elec­
ciones en el Club Comercio adquieren
una importancia mucho mayor.” (8)
El júbilo del Cónsul norteamerica­
no en Maracaiboes aún mayor que el de
los venezolanos, cuando informa inme­
diatamente al Secretario de Estado de
los Estados Unidos que estos hechos
son indicadores de que “la influencia
alemana en Maracaibo está decayen­
do”.
El conflicto entre alemanes y norte­
americanos continuará por algunos años más -en Maracaibo y en otras partes
del mundo- hasta que el desenlace de la
Segunda Guerra Mundial definirá la
situación a favor de quienes regentaban
la industria petrolera en Venezuela.
Notas:
1.- Ray, John A.: Informe Anual de
Comercio para 1912, en: General
Correspondence of American Con­
sulate of M aracaibo 1912-1927, Ar­
chivo del Departamento de Estado de
los Estados Unidos, copia microfilmada en la sección de Publicaciones Ofi­
ciales de la Biblioteca Nacional, Cara­
cas.
2.-Rivas, José María: El Comercio
de M aracaibo, Maracaibo, ediciones
del Banco de Maracaibo, 1982, p. 99.
3.- Ley de Rentas del Estado, en:
Gaceta Oficial del Estado Zulia, No.
562, Maracaibo, 13/5/1910.
4.- A pesar de que uno de los socios
de la firma Van Dissel, Rode & Co.
tiene un apellido de origen holandés,
esta casa comercial funcionaba como
alemana en Maracaibo. Así lo conside­
ran todas las fuentes bibliográficas, hemerográficas y documentales. Asimis­
mo Julio A. Núñez & Co. era conside­
rada como alemana no sólo porque su
socio comanditario era Breuer, Móller
& Co., sino porque el mismo socio
solidario Julio A. Añez tenía una for­
mación cultural y lingüística alemana.
5.-Gorberich, Albert: CartaalDpto.
de Estado, 11 de marzo de 1925, Ge­
neral Correspondence of American
Consulate of M aracaibo 1912-1927,
op.cit.
6.- Idem. eEfectivamente Riboli,
Abbo & Co. había descendido al 4to.
lugar entre los exportadores de café en
el año 1924.
7.- Sloan, Alexander K.: Carta al
Secretario de Estado, 23 de noviembre
de 1925, en: General Corresponden­
ce..., op.cit.
8.- Idem.
En torno al programa de la AC H
Ferdinand Bellermann
La Pastora en Caracas
En 1983 se organizó una exposi­
ción con motivo del Bicentenario del
Libertador donde se presentaron 25
obras de un pintor alemán poco cono­
cido en los medios artísticos naciona­
les: Ferdinand Bellermann. Este ale­
mán, quien vivió más de tres años en
Venezuela recorriendo su geografía
pincel en mano, es uno de aquellos
seguidores de Humboldt que com par­
tieron el entusiasmo y la fascinación
por el paisaje tropical del sabio y con
ello pretenece a ese grupo de euro­
peos que cambiaron y ampliaron la
visión que el viejo continente tenía
sobre estas tierras.
La mirada detallista, precisa y cu­
riosa sobre formaciones y vegetacio­
nes, gentes y construcciones engloba
mucho más que aquella visión espan­
tada del conquistador sobre lo nuevo y
desconocido, el viajero mira ahora con
otro interés y otra perspectiva: la del
científico embrujado por las maravillas
que descubre.
Los cuadros y dibujos de Beller­
mann muestran esa curiosidad entu­
siasta y, en su exacta reproducción de
lo visto, se expresa no sólo su form a­
ción academisista, sino el sincero inte­
rés por el objeto representado. De su
estilo dice B o u lto n :"... salta a la vista
una técnica pictórica libre y espontá­
nea, rica y pastosa, abundante, asen­
tada con brío y seguridad, detallando
rasgos del follaje, expresados con v¡-
gor y buscando, cuando se trataba de
una referencia botánica, la mayor fide­
lidad en la reproducción de los más
pequeños detalles, reseñándolos con
veracidad notable y sorprendentes es­
fuerzos de imitación. En algunos ca­
sos se observa como si más bien el
artista hubiese sido botánico doblado
en pintor.” (tomado de: Alfredo Boul­
ton, F. Bellermann en Venezuela, para
el catálogo de la exposición en laGAN,
1991.) Y en efecto, Bellermann venía a
Venezuela sobre todo por recomenda­
ción expresa de Humboldt con una
beca del rey para dibujar la vegetación
exhuberante de estas tierras y facilitar
con sus pinturas el estudio de aquella
en las academias europeas. Pero el
entusiasmo lo gana en la contem pla­
ción del paisaje, y así sucede que “la
espontaneidad del rasgo en estas pe­
queñas obras dan una especial expre­
sión pictórica que parecería anticipar,
en varios años, ciertos rasgos que
habrían luego de encontrarse, tiempo
después, en los impresionistas france­
ses", como opina Boulton, recordando
de paso las vistas de Camile Pissarro
sobre La Guaira.
La exposición que ahora se pre­
senta en la Galería de Arte Nacional,
con la colaboración de la Asociación
Cultural Humboldt y el patrocinio de
Veba Oil AG y la Embajada de Alema­
nia en Venezuela, reúne más de cien
obras de este pintor guardadas hasta
hace poco en los depósitos de la Gale­
ría Nacional de Berlín de la Ex-Alema­
nia Oriental y de los Museos Estatales
de Berlín. La curadora alemana, Prof.
Helga W eissgarber, se ocupó asim is­
mo de buscar obras pertenecientes a
los descendientes del pintor y de orga­
nizar y presentar el material.
Es la primera vez que el público
caraqueño podrá apreciar estas apaci­
bles vistas de una Venezuela ya des­
conocida de hace más de un siglo. Una
Venezuelaqueem ergíade lasguerras
de independencia depauperada y rui­
nosa, pero también en todo el esplen­
dor de una naturaleza casi intocada.
Para el espectador venezolano la ex­
posición tiene así otro valor, además
del específicamente plástico: enfren­
tarse a una visión muy precisa, pero
también amable, de su pasado no tan
remoto. Esa Venezuela ruraly tranquila,
inmersa en la tropicalidad plena de
formas y colores, se muestra también,
a través del relato pictórico que realiza
Bellermann, con sus heridas y mise­
rias. De tal manera, el viajero pintor,
que llegara en 1842 al país, ofrece al
público actual una mirada muy intere­
sante sobre lo que fuera este país, esa
combinación fascinante de naturaleza
indomable y pequeñez feudal.
La exposición se presenta en la
Galería de Arte Nacional a partir del
domingo 8 de diciembre hasta finales
de febrero de 1992.
E ncuentros
11
1991
35
E n torno al programa de la AC H
Principio Collage
Wolfgang Schmidt, "Opéra-Collage La femm e 100 têtes" (Max Ernst/George Antheil), 1979.
E118 de Agosto de 1991 se inaugu­
ró una exposición montada por el IfA
(Institut für Auslandsbeziehungen), Alemania, en el Museo de Arte Alejan­
dro Otero, anteriormente Museo de La
Rinconada. La exposición fue presen­
tada y patrocinada por la Asociación
Cultural Humboldt para mostrar una
extensa nómina de creadores sobre
todo alemanes de todas las generacio­
nes dedicados a este técnica. Entre
ellos figuraron los nombres de Joseph
Beuys, Karl F. Borneff, Jürgen Brodwolf, Cari Buchheister, Wolfgang Ehehalt, Jochen Gerz, Matthias Gessinger, Heinz E. Hirscher, Gerhard Hoehme, Alfonso Hüppi, Angélica Janz/Uwe Meier-Weitmar, Herbert Kaufmann,
Fritz Klemm, Reinhold Koehler, Fritz
Kóthe, Jiri Kolar, W erner Kreuzhage,
Franz Mon, Miriam Munsky, Georg Karl
P fahler.U lf R ungenhagen, Michael
Schenk, Johannes Schreiter, Bernard
Schultze, Max Sóllner, Peter Sorge,
Fred Thieler, Wolf Vostell. Pero tam ­
bién estaba la venezolano-alem ana
Luisa Richter, por ejemplo, mostrando
36
E ncuentros
11
1991
junto a los otros la vitalidad de una
técnica de larga tradición en las artes
occidentales.
Como explica Dietrich Mahlow en
el catálogo para esta exposición, el
collage ocupaba en los años 20 el
centro del acontecer artístico con algu­
nos artistas alemanes a la cabeza,
Kurt Schwitters, por ejemplo, o M a x '
Ernst y Hannah Hóch. Luego vinieron
los años 50 y 60, cuando artistas como
Rauschenberg o John Cage empeza­
ron a com binar libremente ‘el material
y el lenguaje, la información y la músi­
ca, la imagen y el objeto, el formato, el
marco y el contenido’, postulando así
que ‘el mismo ser humano es un colla­
ge’. Hoy en día ‘el collage como posibi­
lidad de unir cosas dispares de manera
tal que se encienden súbitamente nue­
vas formas de mirar, pensar y -sobre
todo- vivir el arte’, el método ya gene­
ralizado del collage es utilizado por
una multitud de artistas, pues ‘involu­
cra al observador en el acontecer pic­
tórico mucho más que otras obras de
arte. El collage, que no constituye un
estilo en sí, toca todas las corrientes
artísticas.’
Esta exposición, que asume un ca­
rácter didáctico, fue dividida en dos
partes. La primera está formada por
una documentación internacional que
introduce la evolución del collage, in­
cluyendo también assamblages, colla­
ge pop, environment, happening o co­
llage teatro e incluso grabaciones
magnetofónicas con poesías fonéti­
cas. La segunda agrupa las obras ori­
ginales de los artistas contem poráne­
os participantes con sus ensamblajes,
decollages, combinaciones surrealis­
tas, collages de escritura, pintura y
fotografía, etc. Además, como activi­
dades complementarias, se realizaron
talleres infantiles, un concierto llama­
do "El collage en música” y una charla
del crítico Perán Erminy sobre “El co­
llage, su evolución e importancia en las
artes plásticas del siglo X X ”.
Colaboradores en este número
Catalina Banco
Magister en Historia de la Univ. Santa María, profesora en el postgrado de Historia de la misma universidad y en la Escuela de Economía de
la UCV, ha publicado: Poder político y conflictos sociales en la república oligárquica 1830-48, Caracas, Univ. Santa María 1986, El
capital comercial en La Guaira y Caracas 1821-1848, Caracas Academia Nacional de Historia 1990, Los alemanes en La Guaira,
artículo publicado en Jahrbuch 25, Köln, 1988.
Germán Cardoso Galué
Nació en Maracaibo, doctorado en el Colegio de México, es profesor e investigador en la Universidad del Zulia y del Boletín del Archivo
Histórico de la misma universidad, publicó Maracaibo y su región histórica. El cirquito agroexportador 1830-1860, Maracaibo, LUZ,
1991, Maracaibo y su puerto en ios primeros años de la República, Maracaibo, LUZ 1985, realizó una Bibliografía Zuliana,
Maracaibo, LUZ, 1987, y coautor de una Historia Regional, Caracas, Edit. Tropikos, 1986
Ebelio Espinola Benítez
Venezolano, profesor del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, es Magister en Historia de la Universidad Santa María, trabaja actualmente
sobre la formación y desarrollo de la empresa Gustavo Zingg y Co.
Walter Grosshaupt
Nació en 1957 y estudió Historia en la Universidad de Graz, Austria, donde recibió el Magister en Humanidades. Su trabajo de maestría se
tituló Los Welser en Portugal en tiempos de Maximiliano I. En su trabajo de doctorado, presentado en la misma universidad, estudió el
tema de Bartolomäus Welser (1484-1561). Características de sus empresas en España y Ultramar. Trabaja actualmente como maestro
en la educación austríaca.
Yolanda Pacheco Troconis
Venezolana, profesora de la UNELLEZ, especialista en Historia Económica y Social de Venezuela de la Universidad Santa María, trabaja
sobre el comercio en Puerto Cabello a finales del siglo XIX.
Manuel Rodríguez Campos
Profesor Titular Jubilado del Instituto de Estudios Hispanoamericanos de la Universidad Central de Venezuela. Licenciado en Contaduría
Pública, Magister Scientiarum en Historia. Ex-Director del Instituto de Estudios Hispanoamericanos, de la Biblioteca de la Universidad
Central de Venezuela y de la Coordinación Académica de la Facultad de Humanidades. Entres sus publicaciones más importantes:
Venezuela 1902: la crisis fiscal y el bloqueo. Caracas, Facultad de Humanidades, 1977,1983; Pérez Jiménez y la dinámica del poder.
Caracas, El Dorado, 1991; La libranza del sudor. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1990. Colaborador de las revistas Angos­
tura, Tierra Firme y Extramuros.
Fabricio Vivas Ramírez
Licenciado en Historia, investigador del Instituto de Antropología e Historia de la Universidad Central de Venezuela, adscrito al proyecto
“Hacienda Colonial de Venezuela”.
Rolf Walter
Nació en 1953, estudió Economía e Historia en la Universidad de Erlangen-Nümberg, doctorándose con una tesis sobre Venezuela y
Alemania, 1815-1870, trabajo que luego publica en forma ampliada con el título Los Alemanes en Venezuela. Desde Colón hasta
Guzmán Blanco. El segundo tomo de este trabajo, Los Alemanes en Venezuela, 1870-1914, se encuentra en imprenta. Es cofundador de
la Sociedad Venezolano-Alemana (Deutsch-Venezolanische Gesellschaft) en 1983 y coedidtor de las Nachrichten der DVG y de esta
revista. Actualmente es profesor de Historia Económica y Social en la Universidad Friedrich-Schiller en Jena.
Asociación Cultural Humboldt
con la colaboración docente del
Instituto Goethe, M unich
Cursos
Alemán/Castellano
Trimestre
Inscripciones: 23.09. al 27.09.91
Duración: 30.09. - 14.12.91
Las inscripciones para el I. trimestre 1992 se realizarán a partir del 7 de enero
Av. Jorge Washington, cruce con Av. Juan Germán Roscio
San Bernardino, Caracas
Tel. 526445 - 527634 - 529467
Horario de oficina:
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