MÉTODOS DE CONSERVACIÓN Y TIPOS DE LECHE1 Manuel Jiménez Suárez Programa Estilo de Vida y Salud. Enero, 2011 La leche es un alimento muy delicado y se estropea con facilidad, siendo muy sensible a la acción de los gérmenes y otros agentes ambientales como la luz y el calor. ¿Qué le ha ocurrido a usted cuando se le ha olvidado la leche fuera de la nevera? La leche fresca es preciso someterla a algún proceso que garantice su conservación y su valor nutritivo. Según el proceso de conservación al que se someta la leche para su conservación podemos hablar de leche fresca, hervida, pasteurizada, esterilizada, evaporada, condensada, en polvo, descremada (desnatada y semidesnatada) y fermentada. - Leche fresca: es la leche recién ordeñada de la vaca. Hace años era una costumbre muy arraigada en nuestra tierra tomar una taza de leche recién ordeñada, calentita y con gofio. Ahora, esta costumbre es desaconsejada porque la leche se puede contaminar, en el mismo lugar del ordeño o en los alrededores, con bacterias o gérmenes perjudiciales para la salud, o porque puede transmitir alguna enfermedad del propio animal. - Leche hervida: se trata de leche fresca que se calienta hasta su punto de ebullición, cercano a los 100 grados centígrados. La ebullición no debe confundirse con la “subida” de la leche al calentarla en el caldero, hecho que ocurre antes de que la temperatura alcance los 100 grados. Por eso se dice que “la leche debe hervir tres veces” para garantizar que ha alcanzado el punto de ebullición. Se destruyen así algunas vitaminas pero se garantiza que no contiene gérmenes ni bacterias. - Leche pasteurizada: es el proceso consistente en calentar la leche rápidamente hasta una temperatura comprendida entre los 70º y 75º y, posteriormente, enfriarla rápidamente. En las centrales lecheras, las temperaturas de 75º durante 16 segundos es la que se utiliza más usualmente. Este tratamiento destruye los gérmenes que pudieran resultar perjudiciales para la salud, siendo el procedimiento que menos altera el sabor y valor nutritivo de la leche. El inconveniente está en que el período de conservación es sólo de dos o tres días, debiéndose conservar en el frigorífico y consumirla en el plazo señalado. Tiene la consideración de leche fresca con todos sus nutrientes. - Leche esterilizada: consiste en someter a la leche a altas temperaturas de 105º a 120º durante 15 ó 20 minutos. Este tratamiento destruye todos microorganismos existentes en la leche y algunos de sus nutrientes. El calor, además, produce una caramelización de la lactosa (carbohidrato de la leche), por lo que la leche presenta un color más tostado y un sabor más dulce. Una variante de este procedimiento es el sistema de esterilización UHT,2 consistente en calentar la leche a temperaturas de 130º/140º durante un corto tiempo (1 a 3 1 Extraído del Curso ALIMENTACIÓN Y COCINA SALUDABLES. Radio Ecca, 2003, producido por quien suscribe. Modificado. 2 Las siglas UHT derivan de palabras inglesas que traducidas significan temperatura ultra-alta. segundos). Mediante este tratamiento se consigue una alteración mínima del contenido nutritivo y del sabor, al mismo tiempo que se consigue una buena conservación (su duración puede ser de meses sin necesidad de mantenerla en el frigorífico, estando el envase cerrado). A esta leche también se le llama uperizada3: se trata de leche esterilizada por un procedimiento ultra rápido. - Leche evaporada o concentrada: se trata de leche esterilizada (temperaturas de 115º y más) a la que se le ha quitado parte de su contenido en agua (en torno al 50%). Por tanto, para reconstituirla, debe añadirse a una determinada cantidad de leche, igual volumen de agua. - Leche condensada: es leche pasteurizada o esterilizada a la que se le ha quitado parte de su contenido en agua y se le ha añadido igual peso de azúcar. La resultante es que se alarga el período de conservación y proporcionalmente tiene mayor cantidad de proteínas y grasas, además de los carbohidratos de absorción rápida añadidos. - Leche en polvo: es la resultante de someter a la leche a un proceso casi completo de evaporación de su contenido en agua. Puede obtenerse a partir de la leche entera (leche con toda su grasa) o a partir de leche descremada total o parcialmente. Para reconstituirla se añaden algo más de tres partes de agua por una de leche en polvo (no olvide que el porcentaje de agua de la leche es de un 88%). - Leche descremada: es la leche a la que se ha sometido a un proceso de esterilización (temperaturas de 115º y más) y, además, se le ha quitado parcialmente la grasa (leche semidesnatada o semidescremada); o totalmente (leche desnatada o descremada), perdiendo las vitaminas liposolubles: vitaminas A y D, junto a las pequeñas existencias de vitaminas E y K. - Leche fermentada: se trata de leches ácidas como consecuencia de la transformación de la lactosa en ácido láctico por la acción de ciertas bacterias. 4 Se consideran derivados lácteos. La característica más importante de las leches ácidas (yogur y kéfir) es que mejoran su digestibilidad manteniendo un equivalente valor nutritivo. El yogur lo encontramos en el mercado con distintos sabores, dependiendo de su contenido en frutas. Su valor nutritivo es prácticamente igual al de la misma cantidad en leche. Al comprar yogur compruebe en la etiqueta dice YOGUR: ¡no se fíe de la forma del envase! Muchas veces se vende preparados lácteos que llevan leche en polvo, nata y otras grasas añadidas, en envases muy parecidos a los habituales del yogur. 3 Su nombre se debe a la persona que descubrió el método: el suizo Uper. La bacteria lactobacillus adidophilus para la producción del yogur y el lactobacillus caucasicus para la obtención del kéfir. 4 En Canarias, además, son muy conocidos y consumidos los preparados lácteos5: se trata de leche pasteurizada o esterilizada a la que se le ha extraído total o parcialmente la grasa y se ha sustituido por grasa vegetal. Estos preparados lácteos pueden tener mejor o peor valor nutritivo dependiendo del tipo de grasas vegetales añadidas. No son recomendables los preparados lácteos con grasas hidrogenadas ni de palma o de coco 6. Estas particularidades deben estar señaladas en el etiquetado, indicando la proporción y el tipo de grasas añadidas. Compruébelo usted antes de comprarlos y absténgase de hacerlo si no se indica. 5 En torno al 20% de la población consume preparados lácteos en los que se ha sustituido la grasa de la leche por grasas vegetales. 6 Estas grasas resultan perjudiciales para la salud por su elevado contenido en ácidos grasos saturados.