LUIS ANTONIO DÍAZ ALMENGOR LA NECESIDAD DE BUSCAR LA TRASCENDENCIA en la obra “Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo” de Karl Jaspers Asesor: Lic. Harold Soberanis Universidad de San Carlos de Guatemala. FACULTAD DE HUMANIDADES. DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA. Guatemala, Marzo de 2007 1 Este estudio fue presentado por su autor como trabajo de tesis, requisito previo a su graduación de Licenciado en Filosofía. Guatemala, Marzo de 2007 2 INDICE Págs. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………..……4 CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA …………...................................................7 A. Escepticismo………………………………………………………..………12 B. Pesimismo ……………………………………………………………..…..14 C. Nihilismo ………………………………………………..………………...16 D. Desencantamiento del Mundo…………………………………………..….18 CAPÍTULO II RÉGIMEN EXISTENCIAL DE MASAS…………………………………….……22 A. La Masa…………………………………………………………………….25 B. Racionalización de la Vida y su Mecanización…………………………….27 C. Tensión entre el Régimen Existencial de Masas y el Mundo Humano Existencial………………………………………………………………….30 1. Tradición……………………..…………………………………………30 2. El Historicismo…………………………..……………………………..31 CAPÍTULO III A. MODOS DE JUSTIFICACIÓN DE UN RÉGIMEN EXISTENCIAL…….37 CAPÍTULO IV CRISIS DEL RÉGIMEN EXISTENCIAL ACTUAL…………………………..…43 A. Estado…………………….……………………………………………..….46 B. Educación………………………..…………………………………..……..49 C. Religión………………………………..……………………………..…….52 CAPÍTULO V LA NECESIDAD DE BUSCAR LA TRASCENDENCIA……………….……….56 3 A. La Creencia…………………………………………………..……………..57 1. La Creencia en Dios……………………………………………..….….60 2. La Creencia en el Hombre…………………………………………..….61 3. La Creencia en el Mundo…………………………………………….…62 4. La Creencia en el Futuro…………………………………………….....62 B. La Fe………………..…………………………………..………….……….65 A. La Fe Religiosa…………………………………………………………69 B. La Fe Filosófica………………………………………………….……..71 C. La Trascendencia……...................………………………………..……73 CONCLUSIONES………………………………………………………….………79 ANEXO……..…………………………………………….……….……………….83 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………..……….86 4 INTRODUCCIÓN La sociedad actual se caracteriza por la falta de una creencia sólida que garantice la convivencia y el actuar humano. La confianza que en el pasado los hombres depositaban en la autoridad –Dios, Estado, religión, ciencia-, se ha perdido en gran medida por el fracaso de la realización de sus grandes ideales y proyectos. Vivimos en una época en la que se hace casi imposible creer en algo que nos mueva a comprometernos en la realización de una creencia. Vemos que este mundo está plagado de problemas que hay que superar, pero nuestra desconfianza y falta de fe en el cambio es tan grande que nos impide hacer el intento de superarlos. Mientras el hombre no asuma la responsabilidad de transformar su mundo nunca podrá superar los problemas actuales. “La Necesidad de Buscar la Trascendencia”, tema de esta investigación, tiene por meta intentar derribar el escepticismo, pesimismo y nihilismo que prevalecen en la sociedad. A mi juicio, estos son el mayor obstáculo que no permite la realización de un mundo más justo y humano. La condición en que este mundo se nos presenta no es la única, existen otras formas posibles y más justas que podríamos crear si nos comprometiéramos en su realización. Es necesario recuperar la confianza perdida para lograrlo. Los objetivos de la presente investigación son: a) Determinar si es posible romper con el pensamiento negativo, o sea, el escepticismo, pesimismo y nihilismo. b) Determinar el papel que juega la educación dentro del marco de la filosofía de Jaspers. c) Determinar el papel que juega la pérdida de la fe en la situación actual del hombre. d) Determinar si la idea de Trascendencia de Jaspers, es realmente una solución a los problemas del mundo. 5 Este hecho me ha motivado a realizar esta investigación que es un acercamiento, desde el punto de vista de la filosofía, a los problemas de la actualidad y un intento de dar, al menos, una posible solución.. Esta investigación tendrá como referencia principal la filosofía de Karl Jaspers. Se expondrán de manera general sus ideas principales, tomando como hilo conductor su obra “Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo”. De esta obra me interesa resaltar la crítica que hace al mundo occidental del periodo intermedio entre la primera y la segunda guerra mundial. Esto no significa que deje de lado el resto de algunas de sus obras y las ideas de otros filósofos que me servirán de complemento a la exposición, pero me centraré principalmente en esta obra. Para el efecto, he estructurado este trabajo de la siguiente manera: En el primer capítulo se define lo que es el escepticismo, pesimismo y nihilismo. Se muestran sus causas y la necesidad de intentar superarlos. Se desarrolla el concepto de “desencantamiento del mundo” que sirve de base y descripción causal, para comprender la situación actual. En el capítulo dos se inicia propiamente el desarrollo de la filosofía de Karl Jaspers. Se define lo que es un régimen existencial de masas, como un régimen que está al servicio de la masa, en donde ella impone la norma de vida a seguir. Por masa hay que entender todo individuo que no decide por sí mismo, que vive sin responsabilidad y que permite que la mayoría decida por él. El capítulo tres muestra que este régimen de masas entra forzosamente en conflicto consigo mismo cuando amenaza destruir el mundo existencial del hombre (valores y normas universales). Para perpetuarse en el poder el régimen de masas crea sus propios mecanismos y entre estos encontramos lo que Jaspers llama, “la sofística moderna”, que no es más que el discurso creado por el régimen de masas para auto justificarse y satisfacer la demanda espiritual del hombre. En el capítulo cuatro se muestra que la crisis del régimen 6 existencial de masas surge de la falta de confianza del hombre en sí mismo, como consecuencia del desencantamiento del mundo por medio de la ciencia, y la pérdida de la fe en la “autoridad” de la tradición que vincula al hombre con su verdadero ser. Se encuentra una crítica al Estado, educación y religión de la sociedad de masas. Seguidamente se indica en el capítulo cinco, el camino que se debería seguir para liberar al hombre de la crisis en que vive. Se intentará mostrar que la Trascendencia nos brinda la posibilidad de volver a creer en nosotros mismos y así romper con el escepticismo, pesimismo y nihilismo. Finalmente, agrego un anexo que describe brevemente la biografía de Karl Jaspers y una bibliografía de sus principales obras traducidas al castellano, ya que considero importante conocer parte de su vida y la situación histórica en que surge su filosofía. 7 CAPITULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA La crítica de Jaspers a la situación actual tiene su raíz en el pensamiento cristiano. Él ve en la historia el proceso de separación del hombre con la Divinidad. En el pasado la vida del hombre estaba determinada y se explicaba por una concepción sobrenatural del mundo, que se justificaba por las ideas de pecado original, revelación y profecía. Esta era una concepción del mundo trascendente, ya que el hombre y el mundo se justificaban plenamente por la existencia de una Divinidad en la cual se podía confiar. El hombre poseía la seguridad de su salvación en la creencia de que el buen Dios no se podía equivocar. Fue la transmutación de esta concepción del mundo trascendente en una visión del mundo como movimiento inmanente, la que desarraigó al hombre con la Divinidad dejándolo en una completa angustia ante la nada.1 La idea de una visión del mundo inmanente significa para Jaspers que ahora ya no es Dios el que dirige el destino del hombre, por el contrario, es el hombre mismo el que se rige a sí mismo sin necesidad de buscar apoyo fuera de este mundo. Para ello no necesita nada más que su razón, su ciencia y su técnica. La manera como se dio esta transmutación es la siguiente: Jaspers dice que a partir del siglo XVI en el periodo del Renacimiento, se rompe la cadena que en el transcurso de las generaciones iba pasando, de un eslabón a otro, una concepción del mundo trascendente. Esto se revela en tres etapas, a saber: primero, en un humanismo que reconoce el “valor del hombre y la creencia de que la humanidad alcanzó su forma perfecta en la Antigüedad clásica.”2 Segundo, en una renovación religiosa que intenta “volver a una revelación originaria en la que se habrían inspirado los propios filósofos clásicos, tal como lo hace el platonismo 1 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Págs. 11-12. 2 Abbagnano, Nicola, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Fondo de Cultura Económica, Colombia, 1997, Pág. 1014. 8 (Nicolás de Cusa, Pico, Ficino), o también mediante la tentativa de regresar a las fuentes del cristianismo, descartando por completo la tradición medieval, como lo hace la reforma protestante.”3 El platonismo, por ejemplo, admitía un mundo del más allá (mundos intelligibilis) y, sobre todo, un Dios creador (Demiurgo). Esto se apega sino en su totalidad si en algún grado a las creencias cristianas. En el Renacimiento no se habla de un platonismo, sino más bien de un neoplatonismo que es fruto de las traducciones de Marcillo Ficino (muere en 1499). Ficino tradujo al latín los diálogos de Platón y las obras de Plotino, en sus traducciones se mezclan el platonismo con el sentimiento religioso. Pico de Mirandola que es un exponente del neoplatonismo renacentista, desarrolla una nueva concepción del hombre que es, la del hombre infinito. “En su escrito De dignitate hominis ve Pico la esencia y la grandeza del hombre en la capacidad que tiene para una ilimitada metamorfosis. El hombre debe crear siempre algo nuevo en un proceso infinito, y, mediante ello, realizarse a sí mismo.”4 La transmutación se da precisamente aquí, la infinitud, que antes era atributo exclusivo de la Divinidad, ahora pasa a ser atributo del hombre. Esto se da tanto en Pico de Mirandola como en Nicolás de Cusa. La tentativa de regresar a las fuentes del cristianismo se da en el siglo XVI por la reforma protestante. Esta pretende descartar la tradición medieval, promueve la negación de la tradición religiosa y, por lo tanto, de la Iglesia considerada como la depositaria e interprete de la palabra de Dios. La transmutación significa que ahora, ya no es la Iglesia, sino los hombres los que están en libertad de interpretar la palabra de Dios. 3 4 IDEM. Hirschberger, Johannes, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, tomo 1, Editorial Herder, Barcelona, Pág., 471. 9 Tercero, en una renovación de las concepciones políticas, al reconocer el origen natural de la sociedad y del Estado y en un naturalismo que se manifiesta por el interés de la indagación directa de la naturaleza. Para Jaspers esto abre un horizonte de descubrimientos: “en la tierra y en todos los mares, en el mundo astronómico, en las ciencias naturales, en la técnica, en la racionalización de la administración pública. Y con todo esto adviene una conciencia de progreso general que alcanza su culminación en el siglo XVIII. El camino que antes conducía al fin del mundo y al juicio final, parece tender ahora a la perfección de la civilización humana.”5 Ahora, en el centro de atención del hombre se encuentra él mismo, el mundo y la naturaleza. El proceso de transmutación de una concepción del mundo trascendente a una visión del mundo inmanente, continúa, según Jaspers, con otro momento histórico de capital importancia: La Revolución francesa del siglo XVIII. En el Renacimiento se habían creado, “las condiciones previas por las que pudo ser realidad el pensamiento de que en virtud de la razón humana la vida del hombre no necesitaba ser aceptada como había sido recibida, tal como era, sino que, obedeciendo a un plan, podía disponerse cómo debía ser.”6 La Revolución francesa fundándose en la razón del hombre, inicia la realización de un plan para gobernar el destino del hombre. Esto lo “logra” suprimiendo el régimen feudal, proclamando la libertad del hombre y del ciudadano. Francia se convierte en una república laica en la que se dicta la separación entre el Estado y la Iglesia. Y finalmente se desarrolla el liberalismo político basado en la Constitución, que garantiza los derechos de los ciudadanos. Es de hacer notar cómo se ha desplazado al plan de la Divinidad (concepción del mundo trascendente) y se abre el espacio para instaurar el plan del hombre (visión del mundo inmanente). 5 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Págs. 12. 6 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 13. 10 La Revolución francesa –dice Jaspers-, tomó un curso inesperado trocándose en lo contrario de su origen. La realización de la libertad humana desembocó en el terror, que destruyó toda libertad. Se inició destronando a la monarquía y se finalizó con Bonaparte como nuevo emperador. “Pero la Revolución, una vez concluida, dejó en los hombres una inquietud ante la vida toda, de la que son ellos mismos responsables, ya que ésta podría disponerse de la mejor manera y modificarse según un plan.”7 El hombre descubre que tiene la potestad para poder transformar su mundo. Un intento importante en la historia –para Jaspers- de unir la concepción trascendente del mundo con la inmanente, se da en el siglo XIX, con la dialéctica de Hegel. Para Hegel, “la dialéctica es el resultado de una previa identidad entre la realidad y la razón, identidad que hace del método dialéctico la misma forma en que se desenvuelve la realidad. Los momentos dialécticos de la tesis, la antítesis y la síntesis son así los momentos del desenvolvimiento de lo que es en sí hasta llegar, a través de su ser otro, al ser en y para sí mismo. Sólo por el proceso dialéctico del ser y del pensar puede lo concreto ser absorbido por la razón y constituir con ella un mismo y único ser.”8 Hegel intenta explicar la realidad de una forma total al asentar la identidad entre el ser (visión del mundo inmanente) y el pensar (concepción del mundo trascendente), según Jaspers. Hegel reconoce la importancia de los principios universales y teleológicos, pero se da cuenta que se quedan vacíos sin un contenido que provenga del mundo. “Se pretende que lo absoluto sea, no concebido, sino sentido e intuido, que lleven la voz cantante y sean expresados, no su concepto, sino su sentimiento y su intuición.”9 Así mismo, que el conocimiento del mundo y la naturaleza por sí solos no son capaces de justificarse. El hombre necesita para poder escapar de la incertidumbre 7 Id, 13-14 Ferrater Mora, José, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Editorial Atlante S. A., México, 1941, pág. 128. 9 Hegel, G. W. F., FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU, Fondo de Cultura Económica, México, 1998, pág. 10 8 11 del mundo, de un fundamento que forzosamente debe ser trascendente. “Actualmente, parece que hace falta lo contrario; que el sentido se halla tan fuertemente enraizado en lo terrenal, que se necesita la misma violencia para elevarlo de nuevo. El espíritu se revela tan pobre que, como el peregrino en el desierto, parece suspirar tan sólo por una gota de agua, por el tenue sentimiento de lo divino en general, que necesita para confortarse. Por esto, por lo que el espíritu necesita para contentarse, puede medirse la extensión de lo que ha perdido.”10 “La lógica de Hegel no es, como era lo usual, una repetición del Organon aristotélico, sino pretende ser la exposición del pensamiento puro, el método absoluto de conocer, ´es espíritu que piensa su ser´.”11 El pensamiento no es ahora tan sólo un reflejo de la realidad del mundo sino realización del Espíritu absoluto. “Si el ser divino no fuera el ser del hombre y el ser de la naturaleza, sería un ser que no sería nada.”12 La dialéctica de Hegel toma en cuenta la realidad del mundo y la realidad de la trascendencia. Para Jaspers esto significa intentar religar la concepción del mundo trascendente con la visión del mundo inmanente. Jaspers ve en el marxismo posteriormente otro nuevo momento de separación de la concepción del mundo trascendente y la inmanente, ya que éste reduce al ser a una visión unívoca y determinada de la historia humana. Lo valioso de Hegel, según Marx es el método y no el contenido, pues Hegel le da la primacía al Espíritu absoluto, mientras que Marx sostiene que la realidad fáctica es lo primero. Nuevamente se centra la atención del hombre en la inmanencia del mundo, de la cual no puede surgir una norma de vida universal. El hombre pierde la seguridad que poseía en el pasado cuando vivía unido a la Divinidad. Este es un presupuesto de Jaspers, el pensar que el hombre vivía en un principio con la seguridad de sí mismo, de su mundo y de la Divinidad. La 10 Id, 11. Hirschberger, Johannes, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, tomo 2, Editorial Herder, Barcelona, Pág., 268. 12 Id, 265. 11 12 obra de Jaspers Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo tiene como una de sus metas, devolver al hombre esta seguridad perdida. Lo contrario es para Jaspers vivir en la angustia de la nada, en donde el hombre no encuentra algo que le permita sobrellevar las dificultades de la vida para poder tomar verdaderas decisiones y realizar planes certeros. Según Jaspers, el hombre vive en desarraigo con la Divinidad y esa es la causa por la cual el hombre se entrega al escepticismo, pesimismo y nihilismo. A continuación, se mostrará la relación que existe entre el desencantamiento del mundo y el escepticismo, pesimismo y nihilismo. Esto servirá para comprender la situación actual y tomar consciencia de la necesidad de buscar la Trascendencia. A. Escepticismo. “El desinterés por la verdad, que domina las épocas de falta de tensión teórica, suele unirse en ellas a la desconfianza de la verdad, o sea el escepticismo”13 El escepticismo es la doctrina sostenida por los escépticos en virtud de una actitud adoptada ante el mundo y ante la vida que trasciende toda posición teórica acerca de la posibilidad del conocimiento. Su tesis central afirma que es imposible decidir acerca de la verdad o falsedad de una proposición. Su fundador es Pirrón de Elis (360-270 a.c.) “Ni una cosa ni la otra” fue su argumento más famoso. Este escepticismo nace de una duda radical acerca de la posibilidad de obtener un conocimiento cierto. La vida se presenta al hombre adversa e incierta y, para escapar de la incertidumbre, Pirrón recomienda poner en práctica la epoché, que no es más que la suspensión del juicio. Esta epoché se debe entender también como una actitud práctica que alienta “la esperanza en la 13 Marías, 1983, Pág. 92 Julián, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, Alianza Editorial, México, 13 inmutabilidad y dominio universal del Bien sobre las apariencias mudables de las cosas”14 La finalidad de la epoché es lograr el ideal de la imperturbabilidad o serenidad del alma, llamada ataraxia. Esta presupone el dominio de las pasiones o su extirpación, por lo que es fácil darse cuenta del sentido moral que subyace en este escepticismo pirrónico. El escepticismo “suele encontrar una de sus raíces en la pluralidad de opiniones: al tener consciencia de que se han creído muy diversas cosas acerca de cada cuestión, se pierde la confianza en que ninguna de las respuestas sea verdadera o que una nueva más lo sea”15 En nuestra sociedad lo encontramos en todas las esferas de la vida. Hemos tenido un sinnúmero de gobernantes, pero ninguno de ellos ha sido capaz de involucrar a la población para resolver los grandes problemas del país. El fracaso continuo de los gobernantes fomenta la desconfianza del ciudadano en que algún nuevo gobernante solucione algo. Cada nuevo gobierno trae consigo un nuevo proyecto educativo, sin embargo, los problemas de la educación persisten y como es natural se crea la duda en el ciudadano. Si los anteriores gobernantes han fallado, ¿por qué los siguientes no? El escepticismo es una actitud que está muy arraigada en la sociedad. Ya no se confía en nada y para tratar de olvidar lo adverso e incierto de la vida el hombre recurre siempre de una u otra forma al maravilloso “soma”16 14 Ferrater Mora, José, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Editorial Atlante S. A., México, 1941, pág. 152. 15 Marías, Julián, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, Alianza Editorial, México, 1983, Pág. 92-93 16 En la novela de Huxley, el soma no es más que una droga que proporciona la felicidad y aligera las penas de la vida. Hoy las drogas se utilizan para encontrar la “imperturbabilidad y serenidad” de la consciencia. En esta investigación utilizaré indistintamente los términos “soma” y “evasores de la realidad” que pueden ser drogas, sexo, alcohol, religión, entretenimiento, deportes, etc. Huxley, Aldous, UN MUNDO FELIZ, Editorial Diana, S. A., México, 1952, págs. 57-58, 62,113. 14 B. Pesimismo. Es la doctrina filosófica que sostiene el predominio del mal en el mundo. El pesimismo afirma que este es el peor de los mundos posibles. Su representante principal es Schopenhauer- (1788-1860), para quien toda vida es, en general, mal o dolor. “Todo esfuerzo o aspiración nace de una necesidad, de un descontento con el estado presente, y es, por lo tanto, un dolor mientras no se ve satisfecho. Pero la satisfacción verdadera no existe, puesto que es el punto de partida de un nuevo deseo, también dificultado, y origen de nuevos dolores. Jamás hay descanso final; por lo tanto, jamás hay límite ni término para el dolor.”17 En su obra principal El Mundo Como Voluntad y Representación (1819) Schopenhauer sostiene que todo conocimiento del mundo no es más que una representación subjetiva. Pero que la voluntad nos muestra el mundo como cosa en sí, ya que vivir es más esclarecedor que una intuición sensible o una representación. El dolor que sentimos es más fuerte que una representación de él. Nuestra voluntad se manifiesta en el querer, desear, llorar, reír, etc. “Schopenhauer transfiere a la realidad del mundo la idea de que cada individuo es vivencia y voluntad. La voluntad está en la base de todos los fenómenos del mundo y constituye el más íntimo ser de todos ellos, desde la fuerza de gravedad hasta la consciencia humana.18 Según Schopenhauer, nuestra voluntad es ciega. Yo quiero esto, yo quiero lo otro, pero nada me satisface. “Pero la base de todo querer es la falta de algo, la privación, el sufrimiento. Por su origen y por su esencia, la voluntad está condenada al dolor. Cuando ha satisfecho todas sus aspiraciones, siente un vacío aterrador, el tedio; es decir, 17 Fernández, S. I., LOS FILÓSOFOS MODERNOS, selección de textos, tomo 2, Biblioteca de Autores Cristianos, de EDICA, S. A., España,1976, Pág. 139. 18 Hirschberger, Johannes, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, tomo 2, Editorial Herder, Barcelona, Pág. 296. 15 en otros términos, que la existencia misma se convierte en una carga insoportable.”19 El mundo en su totalidad no es capaz de liberarme del deseo. La vida se convierte entonces en una tortura. En la cita anterior se muestra su pesimismo. Pero, “La voluntad en el hombre es, ciertamente, un constante afán de vivir, un perpetuo deseo de satisfacer los apetitos vitales; este afán convierte a la voluntad individual en egoísmo.”20 Por eso es necesario proteger al individuo de toda posible injusticia. El egoísmo se puede superar al reconocer que la realidad es una parte de todos los seres. Como todos los hombres somos idénticos, podemos sentir en nosotros mismos, con la misma intensidad, el dolor ajeno. Podemos sentir con el prójimo en el acto de la com-pasión. El dolor es siempre el mismo, pero se manifiesta y lo sentimos de diferente manera. “La compasión es ya casi la superación del dolor del mundo por la negación de la voluntad de vivir. Esta negación es, en realidad, el conocimiento perfecto de la servidumbre de la voluntad”21 Cuando la voluntad se reconoce como esclava de las pasiones, logra la perfecta consciencia de sí misma. La cura del hombre, entonces, estriba en la renuncia de la servidumbre de la voluntad. De esta forma nos encontramos en el terreno del ascetismo, en la búsqueda de la nada, entendida ésta como la aniquilación de las pasiones o la fuga del mundo. Sólo así, puede el sabio escapar de la tortura que significa estar vivo. El pesimismo es una actitud de vida que niega el progreso y destruye las ilusiones de los hombres. Con esta visión tan negativa del mundo, es imposible emprender cualquier proyecto sin estar condenado de antemano al fracaso. La desconfianza del ciudadano en cualquier proyecto político, social, educativo o económico presupone de una u otra 19 Fernández, S. I., LOS FILÓSOFOS MODERNOS, selección de textos, tomo 2, Biblioteca de Autores Cristianos, de EDICA, S. A., España,1976, Pág. 139. 20 Ferrater Mora, José, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Editorial Atlante S. A., México, 1941, pág. 492. 21 IDEM. 16 manera el pesimismo Por último, quiero hacer notar que el pesimismo actual también tiene como característica la renuncia al mundo, y con ella la negación a la posibilidad de encontrar una solución a los problemas que nos aquejan. Lo mismo que en el escepticismo moderno, esa renuncia se manifiesta en la búsqueda del buen “soma”. Ya que éste ofrece la “alternativa” de poder escapar de la tortura que significa estar vivo. C. Nihilismo. “La formula del nihilismo es: nada es verdad, todo es permitido. Dado que todas las aspiraciones y todos los ideales han perdido su significado, los hombres no pueden consagrarse a una causa: no tienen ningún futuro que desear.”22 Nietzsche afirma la muerte de Dios y con ella la negación de toda creencia y valor eterno. “¡Ante Dios! Pero ese Dios ha muerto. Ese Dios ha sido vuestro mayor peligro, hombres superiores… Dios ha muerto. Ahora nosotros queremos que viva el superhombre”23 Estas son las palabras de Nietzsche en Así Habló Zaratustra. Para desarrollar el tema del nihilismo tomaré como referencia el ensayo de Martín Heidegger, titulado La Frase de Nietzsche: “Dios ha muerto”. “¡Dios ha muerto! ¡Dios sigue muerto! ¡Y nosotros hemos matado! ¿Cómo nos consolaríamos, nosotros los peores de los asesinos? Lo sagrado y poderoso que hasta ahora poseyera el mundo, se ha desangrado bajo nuestros cuchillos… ¿quién borrará de nosotros esta sangre?”24 La muerte de Dios significa, que el mundo suprasensible (idealismo platónico) ha perdido toda fuerza operante sobre nosotros. Significa también la muerte de una concepción del mundo trascendente. “Si Dios como fundamento suprasensible y como fin de todo lo real está muerto, si el 22 Strauss, Leo y Cropsey, Joseph, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA, Fondo de Cultura Económica, México, 2000, Pág. 791. 23 Nietzsche, Friedrich, OBRAS SELECTAS, Edimat Libros, S. A., España, Pág. 218. 24 Extracto de LA CIENCIA JOCUNDA de Nietzsche hecho por Heidegger. Heidegger, Martín, Sendas Perdidas, Editorial Losada S. A., Argentina, 1960, Pág. 180. 17 mundo suprasensible de las ideas ha perdido su fuerza obligatoria y sobre todo despertadora y constructiva, ya no queda nada a que el hombre pueda atenerse y por lo tanto pueda guiarse”25 La muerte de Dios ocurre cuando los hombres se dan cuenta de que Dios es una creación humana. Significa la muerte de toda moral, no sólo de la cristiana. Y lo más importante, al morir la autoridad de Dios y de la Iglesia, nace la autoridad de la consciencia y de la razón que en la modernidad suplantarán a Dios. De esa cuenta, se reemplaza la fuga del mundo suprasensible por la idea de progreso que está sustentado por el desarrollo de la tecnología científica. Para Heidegger, el nihilismo es un movimiento histórico: “El nihilismo es el movimiento histórico universal de los pueblos de la tierra lanzados al ámbito de poder en la Edad moderna”26 El culto por la religión y la creación de Dios, es suplantado por el culto de la creación del hombre. Nihilismo también significa la imposibilidad de la fe en Dios y, por ende, la imposibilidad de la fe en un mundo auténtico. Recuérdese la descripción hecha por Platón del mundo sensible o de la apariencia como un mundo en donde no se encuentran verdades y valores universales, a diferencia del mundo de las ideas en donde se encuentran los principios universales que justifican y sostienen al mundo sensible. Este mundo sensible que antes se tomaba como el mundo de las apariencias, es pensado hoy, como el mundo auténtico. Lo que se debe resaltar es que se ha perdido la fe en la posibilidad de crear un mundo más justo y humano ya que este es el mundo auténtico.27 Ya no se cree que el mundo pueda mejorar, puesto que la confianza en el hombre también se ha perdido. 25 26 27 Id. 182. Id. 183. Véase en la pág. 29. 18 Creer en algo significa comprometerse en la realización de una creencia o proyecto. El fracaso de los proyectos hechos para resolver los problemas humanos, estriba precisamente en que no se cree que puedan resolver algo. El veneno del nihilismo ya ha invadido la voluntad de los hombres. La condición necesaria entre otras cosas para la realización de cualquier proyecto, es creer que se puede realizar. No tiene sentido que nos involucremos en algo, si de antemano ya se ha condenado al fracaso. Nihilismo es también la pérdida de la fe en nosotros mismos. D. Desencantamiento del Mundo. El desencantamiento del mundo vendría a ser una consecuencia de la transmutación de una concepción del mundo trascendente por una visión del mundo inmanente, en la que no se encuentran orientaciones normativas últimas para la vida del hombre, originando un politeísmo de valores característico de la modernidad. Lo que es importante hacer notar en este momento, es la íntima relación que existe entre el desencantamiento del mundo y el escepticismo, el pesimismo y el nihilismo. Sostengo como presupuesto, conjuntamente con Jaspers, que para poder vivir en un mundo más justo y humano, es necesario que exista una norma de vida universal que forzosamente debe de ser Trascendente. De ahí la importancia de buscar la Trascendencia y recuperar la fe que nos permite llegar a ella. En la antigüedad la Divinidad guardaba los secretos del mundo, del hombre, de la naturaleza y del universo, pero paulatinamente esos secretos fueron conociéndose debido al desarrollo de la racionalidad y la ciencia del hombre. Al ser desplazada la Divinidad del mundo, por la racionalización y la ciencia, automáticamente se eliminaron los valores normativos y teleológicos, que posibilitaban la dirección de vida 19 de los hombres.28 En su lugar se colocó al hombre como el garante de la existencia – ahora ya no era Dios- y, con ello los valores se relativizaron. El desencanto del mundo no es más que el resultado histórico del desarrollo de la racionalidad y de la ciencia. Como en el escepticismo moderno, la duda invade todo, los hombres se exoneran de buscar la verdad que forzosamente es Trascendente. Con Pirrón encontramos el intento de esa búsqueda en su epoché, que tiene por meta la ataraxia. Sólo la ataraxia permite al hombre escapar de este mundo de verdades aparentes. La ataraxia es el equivalente a una cura y a una búsqueda de lo Trascendente. Si se encuentra o no, no importa, lo que importa es que todavía se conserva la esperanza en la posibilidad de la Trascendencia o en la existencia de valores universales. La ataraxia también es una forma de escapar de la tortura para un filósofo como Schopenhauer. De esa cuenta, como el escéptico moderno se exonera de buscar la verdad –en un sentido teleológico-, acepta como una cosa dada de sí que “Dios ha muerto” y, su desencanto del mundo estriba en que no hay forma de escapar de la injusticia y del dolor que se encuentra en este mundo, porque ya no se cree en una justificación del mundo de tipo trascendente. El buen “soma” no es una salida, porque ayuda a evadir la realidad pero no es el motor que la transforma. Ejemplo, el alcoholismo no soluciona los problemas personales o económicos. El pesimismo tiene como presupuesto básico la creencia que este es el peor de los mundos posibles y que es muy difícil, sino imposible, lograr saciar los deseos de la voluntad. No hay nada en este mundo que me pueda liberar del dolor. Con Schopenhauer todavía encontramos el intento de una cura para salvar al hombre en la compasión. Cuando el hombre reconoce la servidumbre de la voluntad, afirma un 28 Esto se explica el capítulo II de esta investigación. 20 ascetismo que le permite escapar (Trascender) de las torturas del mundo. En términos platónicos podríamos decir, salir de la caverna del mundo de las apariencias. No es el caso del pesimismo actual, que renuncia al mundo y se entrega al delicioso “soma”. Puede el hombre evadirse de la realidad por un momento, pero tarde o temprano tendrá que despertar. Nunca escapará a la tortura de estar vivo. En conclusión, como vive el hombre evadiendo la realidad, la posibilidad de encontrar la Trascendencia o valores normativos teleológicos para la dirección de vida se ve frustrada. Tampoco encontramos un motor que nos impulse a transformar el mundo. Como dice Wilde: “En vez de arriesgarse a ser el héroe de su propia historia, se esfuerza en ser el espectador de su propia tragedia.”29 La relación entre el nihilismo y el desencanto del mundo, se encuentra fácilmente en la afirmación de “Dios ha muerto”. Al morir Dios se pierde el fundamento suprasensible que sostiene al hombre y la norma con la cual puede guiarse. Al morir Dios muere la Trascendencia y con ella la posibilidad de encontrar el encanto del mundo. Este encanto no se refiere a una cuestión del gusto, como cuando decimos “encantado de conocerlo”. Se refiere, a la magia que permite alcanzar la salvación como las palabras prodigiosas del hechicero, brujo o sacerdote que invoca a los espíritus y a los dioses para que el cielo derrame sobre el campo el agua que producirá la cosecha y que ha su vez alimentará a los hombres para que estos continúen en su lucha por la vida. En este sentido encontramos la importancia de la Trascendencia que no es la solución definitiva a los problemas de la existencia, pero nos permite continuar adelante con la esperanza de crear un mundo más justo y humano. La situación espiritual de nuestro tiempo es el resultado de ese desencantamiento del mundo que se refleja en la “pérdida de valores” de la que tanto se habla hoy. Con la 29 Wilde, Oscar, OBRAS SELECTAS, Edimat Libros, S. A., España. 21 muerte de Dios nace en la conducta humana el escepticismo, pesimismo y nihilismo. Estos son el obstáculo a vencer para transformar cualitativamente nuestro mundo. 22 CAPITULO II “Reconocer una situación es tanto como empezar a adueñarse de ella; enfrentársele es ya la voluntad que lucha por un ser.”30 Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo, es el intento hecho por Jaspers de adueñarnos de nuestra situación histórica. Sólo al hacernos conscientes de ella, surge la conducta o el motor que nos impulsa a enfrentarla y así, ganar la posibilidad de salvarnos y de ir en busca de nuestro verdadero ser. Reconocer la situación, equivale a conocer nuestro mundo, y por ende, a conocer sus posibilidades. La finalidad de esto es que el hombre pueda llegar a tomar verdaderas decisiones y realizar planes certeros para su realización. Iniciemos pues, el conocimiento del mundo y la particular filosofía de Karl Jaspers. RÉGIMEN EXISTENCIAL DE MASAS En Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo, Jaspers describe la “realidad” del mundo sujeta al dominio de la masa. Las masas han tomado el poder en la sociedad y han creado su propio régimen que podemos definirlo como la forma de gobierno encaminada a satisfacer las necesidades de las grandes masas de población. Se vale de la ciencia y la técnica para la producción de los artículos que satisfagan sus necesidades inmediatas. El peligro para el hombre, de prevalecer este régimen, es que toda la realidad humana se reduzca a la visión y punto de vista de la masa. “Su peculiar pasado cada caso ya le precede.”31 Lo que con estas palabras Heidegger quiere decir es que el hombre de una u otra forma ya está determinado por su pasado. Al respecto Jaspers dice lo siguiente: “Nuestra memoria del pasado está llena de lagunas; el futuro permanece en la sombra. Sólo el presente pudiera aparecérsenos con toda claridad, 30 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 24. 31 Heidegger, Martín, EL SER Y EL TIEMPO, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, Pág. 30 23 puesto que estamos en él por entero. Pero justamente por esta razón es opaco a nuestra mirada, pues únicamente podría hacerse claro si conociéramos plenamente el pasado, del que procede, y el futuro que late en su seno.”32 El hombre es un ser histórico y como tal únicamente se realiza en la historia, que no es únicamente pasado y presente sino futuro histórico por realizar. Los problemas y las situaciones en que el hombre se encuentra no surgen de la nada, son históricos y su posible solución tiene sus raíces en el pasado. Como ejemplo se puede mencionar la situación actual entre Israel y Palestina. Seguramente en la tradición de sus respectivas religiones se tiene un gran respeto por la vida, si los valores como el anterior predominaran sería un inicio de solución. El régimen existencial de masas tiene como una de sus características el rompimiento del gobierno con las ordenaciones y formas de consciencia trasmitidas desde tiempos inmemorables. Esto trae como consecuencia que las soluciones a los problemas sociales sean siempre a corto plazo, ya que es necesario satisfacer a la masa inmediatamente. Este régimen nunca ataca los problemas sociales de raíz, algunas veces recurre a los subsidios económicos para “resolver” un problema de forma inmediata. La masa a la que se debe y sirve no puede esperar.33 Otra característica de este régimen es que no se sabe cuál es el rumbo que lleva. Desde el momento que rompe con la tradición y la historia pierde la posibilidad de encontrar las señales que le muestren un posible camino a seguir. Es justo como dice Pascal: “Como yo no sé de dónde vengo, así también no se adónde voy…”34 32 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 168. Por eso dice Ortega y Gasset: “Cuando la masa actúa por sí misma, lo hace sólo de una manera, porque no tiene otra: lincha.” Ortega y Gasset, José, LA REBELIÓN DE LAS MASAS, EspasaCalpe, Argentina, 1946, pág. 133. 34 Pascal, Blaise, PENSAMIENTOS, EL HOMBRE SIN DIOS, Editorial Aguilar, Argentina, 1963, Pág. 152. 33 24 Por último, como el régimen sólo sirve a la masa se desliga por completo de reconocer la autoridad de los valores teleológicos y universales como la justicia, la paz, la libertad y la verdad que forman parte del anhelo siempre latente en el hombre. Este régimen se sostiene por la racionalización de la vida humana y su mecanización. Somete todo al conocimiento y al cálculo con la intensión de producir únicamente artículos que satisfagan sus necesidades. En esta sociedad los hombres que no produzcan o no estén al servicio del régimen, simplemente, no sirven. Ahora es la masa la que decide lo que es importante realizar. La sociedad al convertirse en una gran máquina productora convierte al hombre en una pequeña parte intercambiable y perfectamente sustituible. “Las masas de población no pueden vivir sin el gigantesco aparato productor, en el que ellas mismas participan, como ruedecitas, con su trabajo, para hacer posible su existencia.”35 En efecto, según afirma Jaspers: “El conjunto no es una economía de esclavos en que se puede disponer de los hombres como de animales, sino una economía de hombres cuya voluntad de cooperación, cada uno en su puesto, es condición para el funcionamiento total.”36 Este régimen sigue “la norma de la mayor felicidad del mayor número, es el sentido de la existencia humana el establecimiento económico de las mayores masas para la máxima satisfacción de las diversas necesidades.”37 La estructura política de este régimen será la “democracia”, que se caracterizará por la toma de medidas populares en sus decisiones. 35 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 33. 36 Id, 34. 37 Id, 70 25 A. La Masa. En una sociedad de masas, los individuos desaparecen como una consecuencia natural. Estos están llenos de necesidades que tienen que satisfacer, y para ello deben tomar la responsabilidad de transformar su mundo. Los individuos poseen siempre una voluntad y opinión propia, que les permite solventar las dificultades de la existencia. El individuo es aquel que se hace responsable de sus acciones. El estudiante, el profesor, el campesino, el diputado, etc. no son masa, cada uno de ellos es un posible individuo, pues en la filosofía de Jaspers el hombre o el individuo son siempre un ser posible por realizar. “Masa es el proletariado, el cuerpo médico, el profesorado de una universidad en cuanto para su carácter, actividad y decisiones, de la tónica, de hecho o expresamente, la mayoría como número.”38 En este caso el hombre ha sido rebajado a la condición de ser un número, un voto. Jaspers dice, que no hay una masa única de todos los hombres sino una diversidad de masas. Que está determinada por las situaciones históricas y sus necesidades. Otro filósofo que se ocupa del fenómeno de las masas es Ortega y Gasset. A continuación, veamos como la define y la contrapone al hombre selecto. “Delante de una sola persona podemos saber si es masa o no. Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo –en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente ´como todo el mundo´ y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demás.”39 En cambio, el hombre selecto es aquel “que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores.”40 Este hombre selecto vendría a ser el que hace suya la responsabilidad de mejorar su mundo. El que no gusta del delicioso “soma”. 38 Id, 36. Ortega y Gasset, José, LA REBELIÓN DE LAS MASAS, Espasa-Calpe, Argentina, 1946, pág. 46. 40 Id, 47 39 26 Para Ortega y Gasset la masa puede presentarse bajo la forma de público, en este caso, es un gran número de personas que opinan al unísono sin que nadie se haga responsable de la opinión. Se hecha de menos al individuo. Así nace la opinión pública, que pretende ser la de todos, pero en realidad no es de nadie. Como se suele decir, “se tira la piedra y se esconde la mano”. Jaspers diferencia al pueblo de la masa, pues para él “El pueblo está articulado en ordenaciones, es consciente de sí mismo en la manera de vivir y pensar, en la tradición. El pueblo es algo sustancial y cualitativo; existe una atmósfera en la comunidad; el individuo salido del pueblo tiene un carácter personal por virtud de la fuerza del pueblo que le sustenta y apoya.”41 Como ejemplo tenemos los pueblos indígenas del país que viven muy arraigados a su comunidad y sus tradiciones. Mientras que la masa vive inarticulada, sin consciencia de sí misma, uniforme y cuantitativa, sin casta y sin tradición, desarraigada de su suelo, vacía. Objeto de la propaganda y la sugestión, sin responsabilidad, vive en el nivel más bajo de consciencia.42 La masa también se diferencia del público, ya que éste es el paso intermedio en el proceso de transformación del pueblo en masa. “El público es el eco de la poesía, el arte, la literatura. Cuando el pueblo ya no vive ampliamente de su comunidad, se produce la multiplicidad de un público en cada caso, inaprensible como la masa, pero que de todos modos es una publicidad para las cosas espirituales en libre competencia.”43 Para acentuar el desarraigo en que empieza a vivir el público Jaspers dice, que el pueblo posee libros duraderos que acompañan su vida. El público cambia, carece de carácter puesto que responde a las modas. 41 42 43 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 171. IDEM. Id, 172. 27 Como ya se dijo al principio, la sociedad de masas desaparece y disuelve al individuo. Si el hombre es un ser posible, al ser masificado pierde la posibilidad de ser él mismo. Jaspers afirma que en la actualidad este régimen existencial ha absorbido casi por completo el verdadero mundo existencial humano. La consecuencia de esto es la muerte del espíritu del hombre. “Quien quiera vivir con una actividad del espíritu, sólo parece que ha de lograrlo si coopera a la satisfacción de alguna multitud.”44 La masa debe dar siempre su asentimiento de gusto y utilidad para que algo tenga sentido. Según Jaspers, a la masa le gusta ser conducida, pero de modo que parezca que es ella la que conduce. Así lo pide la voluntad popular. Vox populi, vox Dei45 Como la masa no puede ser responsable de sí misma, no quiere la libertad, porque esto supone tener que elegir. Pero sí que se la juzgue libre. B. Racionalización de la Vida Humana y su Mecanización. Siguiendo a Oakeshott46 diremos que el racionalismo se caracteriza por: a) Estar a favor de la independencia de la mente en todas las ocasiones, defiende el pensamiento libre de toda obligación frente a cualquier autoridad, excepto la autoridad de la “razón”. b) Es enemigo de la autoridad, del prejuicio y de lo tradicional. c) Es escéptico, porque no existe algo que sea tan firme o ampliamente sostenido que vacile en cuestionar y juzgar por lo que llama su “razón”. d) Es optimista, porque no duda del poder de su “razón” para extraer la verdad de la naturaleza. e) Sostiene la creencia de una “razón” común a toda la humanidad. f) Pretende ordenar racionalmente el caos del 44 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 38. 45 Voz del pueblo, voz de Dios. Adagio según el cual se establece la verdad de un hecho o la justicia de una cosa sobre el acuerdo unánime de las opiniones del vulgo. García-Pelayo y Gross, PEQUEÑO LAROUSSE EN COLOR, Ediciones Larousse, España, 1984, pág. XVI. 46 Oakeshott, Michael, EL RACIONALISMO EN LA POLÍTICA, Fondo de cultura Económica, México, 2000, pág. 21-22. 28 mundo, valiéndose de principios, leyes o fórmulas que lo expliquen. La razón por sí sola se convierte en una guía infalible de la actividad humana. Sólo ella es capaz de decirnos que ruta seguir y para ello se vale de la técnica. En su sentido más general, la técnica “comprende todo conjunto de reglas aptas para dirigir eficazmente una actividad cualquiera.”47 El siglo XIX se caracteriza por compartir el ideal baconiano de la ciencia y de la técnica. Para Bacon en el siglo XVII, “la totalidad de la ciencia actúa en vista del bienestar del hombre y se dirige a producir, en último análisis, inventos que hagan más fácil la vida del hombre sobre la tierra.”48 “Para el racionalista, la soberanía de la ´razón´ significa la soberanía de la técnica.”49 Ella se puede formular en reglas, principios, instrucciones y proposiciones que nos permiten el “dominio” de la naturaleza. La técnica nos brinda la ilusión de poder manipular la incertidumbre de la existencia. El médico, poniendo en práctica sus conocimientos técnicos es capaz de arrancar de la muerte a un hombre. Por eso dice Jaspers: “Lo que ningún Dios ha hecho en milenios para el hombre, hace éste por sí mismo.”50 La racionalización de la vida significa la organización, ordenación y sistematización de la vida del hombre con la finalidad de obtener un mayor rendimiento productivo. Recuérdese que el régimen existencial de masas, tiene la finalidad de producir artículos para satisfacer las necesidades de las grandes masas de población. Para ello recurre a la mecanización de la sociedad, en donde se sustituye a los hombres por máquinas que sean capaces de producir más artículos. Pero esta racionalización de la vida llevada al 47 Abbagnano, Nicola, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Fondo de Cultura Económica, 1997, Págs. 1117-1118. 48 Id, 1118. 49 Oakeshott, Michael, EL RACIONALISMO EN LA POLÍTICA, Fondo de cultura Económica, México, 2000, pág. 30. 50 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 22. 29 extremo –como es el caso del régimen existencial de masas- termina por convertir a los propios hombres en una parte más de la gran máquina social de producción. Así como el relojero organiza, ordena y sistematiza las partes de un reloj para cumplir una determinada función, el régimen existencial de masas también organiza y sistematiza las partes que componen la sociedad. Para llevar esto a cabo se le hace necesario que los hombres se conviertan en una parte más de la máquina social de producción, en donde cada hombre cumpla una función como las partes de un reloj. “La fe racionalista en la soberanía de la técnica es el supuesto de la noción de que es posible algún esquema global de control mecanizado y de los detalles de cada esquema que se ha proyectado hasta ahora: se entiende como un problema ´administrativo´.”51 El paso de la racionalización de la vida a su mecanización lo encontramos en la moderna administración. F. Tannenbaum define la administración como: “El empleo de la autoridad para organizar, dirigir, y controlar a subordinados responsables (y consiguientemente, a los grupos que ellos comandan), con el fin de que todos los servicios que se prestan sean debidamente coordinados en el logro del fin de la empresa.”52 Nótese que aquí ya no importa el hombre como un fin en sí mismo, sólo importa que desempeñe bien su función en la gran empresa social. Se ha convertido en una tuerca, un tornillo o una polea más del aparato productor. La mecanización de la vida significa entonces la anulación del hombre para convertirlo en una parte que cumple una función en el aparato social de producción, similar a las partes de una máquina. Cuando una máquina falla totalmente o una de sus partes, lo más práctico resulta cambiarla o desecharla. Lo mismo ocurre cuando un 51 Oakeshott, Michael, EL RACIONALISMO EN LA POLÍTICA, Fondo de cultura Económica, México, 2000, pág. 41. 52 Reyes Ponce, Agustín, ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS, Editorial Limusa, México, 1987, Págs. 16-17. 30 hombre no desempeña bien su función, simplemente se le desecha53 y se le sustituye por otro que rinda más. C. Tensión entre el Régimen Existencial de Masas y el Mundo Humano Existencial. El mundo humano existencial es para Jaspers, el lugar en donde vive el hombre, como él mismo. Este mundo le permite realizarse como futuro ser humano. En este mundo el hombre no vive aislado, vive con una familia, como padre, como amigo en comunicación con individuos, como un hombre que pertenece a un todo histórico. Sólo aquí el hombre llega a ser él mismo por una tradición y una historicidad que forma parte de su patrimonio. 1. Tradición. Según Jaspers, la verdad siempre existe en el hombre y para el hombre. Ésta se manifiesta por medio de un lenguaje. De aquí, nace la importancia de la tradición, sólo ella es capaz de transmitirnos la verdad bajo la forma de imágenes, signos, acciones e historias. Comprende mitos y revelaciones que responden a las preguntas fundamentales del hombre, además de dar una guía que permite su realización. Jaspers expresa lo anterior de la siguiente manera: “¿por qué la condición del hombre es así como se presenta? (la caída del pecado y los mitos de Prometeo responden y a la vez plantean el interrogante humano); ¿de qué manera puedo lograr la pureza de la vida, la liberación y el reposo en el ser? (El culto de los misterios, los ritos y las formas de conducta de la vida ofrecen la respuesta y señalan el camino a seguir.)”54 La tradición también nos descubre los principios constantes y universales de la naturaleza humana. 53 Los malos empleados son despedidos, los enfermos y los ancianos además de ser una carga no producen. 54 Jaspers, Karl, ESENCIA Y FORMAS DE LO TRÁGICO, Editorial Sur, S. R. L., Argentina, 1960, Pág. 10. 31 Jaspers concibe al hombre como un ser biológico e histórico. Lo biológico se encuentra en la herencia, lo histórico en la tradición. Nuestra herencia biológica es aparentemente estable en el tiempo a diferencia de la tradición que puede ser olvidada. En conclusión, la tradición cumple la función de asegurar nuestro mundo por medio de costumbres y creencias incuestionables, unifica a los hombres en sus relaciones y les da el soporte espiritual necesario para vivir. Las sociedades que han roto con la tradición se componen de hombres que al enfrentarse a la adversidad del mundo, al no tener de que sostenerse –tradición, creencia- recurren siempre al maravilloso “soma”. El régimen existencial de masas podrá crear los artículos que satisfagan las necesidades o caprichos de la masa, en el mejor de los casos; pero nunca, satisfacer las necesidades espirituales del hombre. 2. El Historicismo. Es “la doctrina que afirma que la realidad es histórica (o sea desarrollo, racionalidad y necesidad) y que todo conocimiento es histórico.”55 Para Jaspers, la historia es el camino que permite al hombre llegar a ser el ser que trasciende sobre sí mismo. Sólo en la historia puede el hombre llegar a realizarse él mismo. La verdad y el conocimiento son siempre manifestaciones de la historia. La verdad absoluta no la conocemos, sólo conocemos las verdades históricas. La realidad tampoco la conocemos, solamente conocemos sus construcciones, que son históricas. Jaspers sostiene que en la historia y en nosotros mismos se encuentra latente un origen, que se manifiesta de diferentes formas en todas las culturas de la humanidad. Definamos este origen como una realidad que nos afecta en nuestro ser, porque nos 55 Abbagnano, Nicola, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Fondo de Cultura Económica, Colombia,1997, Pág. 616. 32 informa de posibilidades que no hemos realizado y nos pone en contacto con un ser humano diferente, que no somos y, sin embargo, como posibilidad también somos y que es verdaderamente irrepresentable como existencia histórica.56 En Origen y Meta de la historia, Jaspers se propone una concepción filosófica total de la historia. Porque sólo ella nos puede aclarar la consciencia de la época actual. Esta concepción de la historia debe ser la que nos muestre las posibilidades perdidas del mundo humano existencial. En nuestra época, todos los intentos del hombre de ser un ser humano en su totalidad, se estrellan constantemente contra el régimen existencial de masas. La importancia de la tradición se nos revela en el hecho de ser el hilo que nos conduce a nuestro verdadero origen en donde se encuentran las posibilidades humanas que podrían hacer de este mundo un mundo más justo y humano. Anteriormente se dijo, que el hombre pertenece a un todo histórico en el que llega a ser él mismo por una tradición y una historicidad que forma parte de su patrimonio. Ya se explicó lo que es la tradición, ahora veamos lo que es la historicidad y cual es su importancia. La historicidad es el substrato originario de la historia, ella “incluye en sí lo excepcional, que está indisolublemente unido a lo universal.”57 Para Heidegger: “La determinación ´historicidad´ es anterior a lo que se llama historia (gestas de la historia). Historicidad quiere decir la ´estructura del ser´ del ´gestarse´ del ´ser ahí´ en cuanto tal, sobre la base del cual, antes que nada, es posible lo que se dice una ´historia mundial´ y pertenecer históricamente a la historia mundial.”58 56 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 100. Un mayor detalle de la historicidad se encuentra en esta obra. En este trabajo de tesis se desarrollará únicamente lo que considero vital para la exposición. 57 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Pág. 76. 58 Heidegger, Martín, EL SER Y EL TIEMPO, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, Pág. 30. 33 Se dijo que la verdad era histórica y esto pudo dar a entender que su conocimiento era relativo para Jaspers, lo que esto significa es que la verdad única y universal –que sí existe- se manifiesta para el hombre en forma histórica. Y la garantía de esa verdad histórica se encuentra en la historicidad porque en ella se halla la verdad universal originaria de la que surge. El hombre es siempre un ser histórico. Pero captar al hombre como historicidad significa penetrar en su surgimiento originario (origen) mediante un llegar a identificarlo con el hombre temporal concreto que aparece (hombre histórico).59 La importancia de la historicidad radica en que en ella se encuentran las posibilidades aún no realizadas de la existencia humana. En conclusión, la historicidad es el substrato que contiene la verdad originaria del hombre (humanidad) que se ha desarrollado o manifestado a través de los múltiples momentos históricos. Es el hilo conductor de lo que puede ser el hombre en la variedad de determinaciones históricas. El mundo humano existencial vendría a ser un anhelo de realización del ser humano total o de su humanidad. Luego de haber explicado lo que es el régimen existencial de masas y el mundo humano existencial del hombre, veamos cuál es la tensión en la que se encuentran. Así como los regimenes totalitarios crean sus propios aparatos de represión como la policía, la policía secreta, la guardia nacional y el ejercito para contener los ataques de la oposición que surgen dentro de la misma sociedad, el régimen de masas debe crear un aparato existencial universal que desvíe la atención de la solicitud existencial humana, reprimiendo ésta al darle acceso a esferas delimitadas que buscan inhibir la voluntad humana de realizarse. Este aparato existencial universal se apropia del derecho de 59 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Págs. 107-108. 34 satisfacer la totalidad de las solicitudes del hombre. Como un bebé hambriento el hombre succionará un chupete cuando el pecho no está a su disposición. Pero el hombre nunca se deja arrastrar totalmente por la máquina productora pues hay algo latente en él que lo impulsa a sublevarse. “Mas tan pronto como quiere su ser, se establece una tensión entre su propia existencia y su verdadero ser mismo.”60 El hombre al hacer uso de su voluntad para liberarse del régimen de masas, amenaza con destruirlo, pues el mundo humano existencial se opone al régimen de masas. Éste último convierte en irracionales las solicitudes humanas del hombre y, a la vez le permite el acceso en esferas delimitadas. Como ejemplos menciona Jaspers los siguientes: se despierta el interés en la erótica, en la aventura, en el deporte, en el juego; podemos decir también, en la diversión, en la política (cuando está al servicio de la masa); y en general, en lo que denominamos “soma”. El acceso a estas esferas delimitadas tiene por meta frustrar la solicitud existencial latente, desviando la voluntad del hombre. Desde el momento que el hombre se siente amenazado por el régimen de masas, nace en él, la angustia. Jaspers dice que la angustia es la siniestra compañera del hombre moderno, surge de la consciencia de la ruina del hombre. Cuando el régimen de masas amenaza con destruir el mundo existencial humano que vincula al hombre a su origen y pretende convertirlo en una función más del aparato, se apodera del hombre la angustia.61 La angustia es el miedo que siente el hombre de perderse él mismo en el noser. Distingue dos tipos de angustia, la primera impulsa al hombre a la evasión y desesperación, mientras que la segunda es una angustia consciente y viril que instala al hombre en la claridad de la propia finitud, 62 impulsa al hombre a realizar su humanidad. De estos dos tipos la que más prevalece es la angustia evasiva que se refugia en el 60 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 41. 61 Id, 57-58. 62 Chiodi, Prito, EL PENSAMIENTO EXISTENCIALISTA, Editorial Uteha, México, 1980. Pág. 92. 35 delicioso “soma”. Nietzsche lo expresa de esta manera: “Un poco de veneno de cuando en cuando; esto proporciona sueños agradables. Y mucho veneno, finalmente, para tener una muerte agradable.”63 La racionalización de la vida tiende a la uniformidad del hombre, como consecuencia de la idea de una razón común a todos. La razón se convierte en una autoridad que tiene el derecho de gobernar y reglamentar la existencia.64 Jaspers afirma que la razón, “al imponer la posibilidad de comprensión para todos, trae por consecuencia un lenguaje universal de todas las modalidades humanas de conducta. No sólo las modas sino las reglas de comportamiento, los ademanes, la manera de hablar, los estilos informativos son unificados. Se generaliza una ética transeúnte: sonrisa amable, tranquilidad, nada de impaciencia y apresuramiento, humor en situaciones tirantes, disposición propicia a la ayuda siempre que la contribución no parezca excesiva, ningún contacto de hombre a hombre en lo personal, donde las gentes se concentran en masas una autodisciplina ordenada… todo esto es práctico para la convivencia de muchos y se lleva a la realidad.”65 Cuando se convierte en función la solicitud existencial del individuo, 66 pierde las raíces originarias que antes latían en la forma de una tradición. El hombre es desarraigado de su verdadero ser y despojado de su continuidad histórica. Recuérdese 63 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 190. Véase en la Pág. 27 de esta investigación. La racionalización de la vida humana y su mecanización. 65 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Págs. 46-47. 66 Como una tuerca y un tornillo del aparato productor inhibiendo la necesidad del hombre de ser él mismo, se realiza la solicitud existencial de una forma “adecuada” y canalizada según los estándares del régimen de masas. Si los hombres quieren desahogarse de la frustración de no ver satisfechas sus necesidades espirituales y económicas pueden ir al estadio, a la Iglesia, a un concierto o simplemente tomar una pequeña dosis de “soma”. En lugar de manifestarse o rebelarse contra el régimen de masas opresor. 64 36 que para Jaspers el hombre es un ser en constante cambio, que anda en busca de sí mismo y, esa búsqueda se patentiza en los hallazgos que hace a lo largo de su historia. El mayor peligro que corre el hombre actual es que se olvide de su Ser, perdiéndose en el régimen existencial de masas. La amenaza consiste en que éste régimen rompe la continuidad histórica del hombre. 37 CAPÍTULO III MODOS DE JUSTIFICACIÓN DE UN RÉGIMEN EXISTENCIAL El capítulo anterior finalizó mostrando el peligro que corre el hombre de prevalecer el régimen existencial de masas. Ahí, señalamos que dicho régimen entra en tensión con el mundo humano existencial con la intensión de absorberlo e imponerle su norma de vida. El régimen existencial de masas pretende crear una situación estable para el hombre, pero esto para Jaspers, es imposible. La existencia, es siempre imperfecta y contingente, siempre tiende a formas nuevas. A pesar de esto el aparato técnico se empeña en la creación de un mundo estable para el hombre que se presenta bajo la forma de un mundo artificial. El mundo se convierte en una gran fábrica que está al servicio de las masas, la naturaleza pura y virgen desaparece para convertirse en la fuente de materia prima de producción. El hombre mismo es rebajado a la única actividad posible que es, producir. La creación de esta situación estable conlleva según Jaspers: el control de la natalidad para eliminar la sobrepoblación, la eugenesia y la higiene para mejorar la especie y acabar con las enfermedades. El control del tráfico para el ordenamiento del caos vehicular y en general todo se subordina a un plan. El plan y la técnica no crean un mundo perfectible sino que crea en el mundo, con cada paso que da, nuevas dificultades y nuevos problemas. Como ejemplos podemos mencionar: la contaminación ambiental, las armas de destrucción masiva y la pérdida de los recursos naturales no renovables que son clara consecuencia del desarrollo de la técnica científica que busca satisfacer las necesidades del hombre. 38 El crear una situación estable para el hombre supone para Jaspers, planificar la existencia como una consecuencia de la racionalización de la vida y su mecanización.67 Pero esta planificación es inútil ya que el hombre nunca entra totalmente en ella. Jaspers dice: “El hombre no puede perderse por completo, porque está creado a ´imagen de la Divinidad´, no es Dios, pero está ligado a él con lazos a menudo olvidados y siempre invisibles, pero en el fondo irrompibles. El hombre no puede dejar de ser hombre.”68 Vive en lucha consigo mismo y con los otros hombres y se manifiesta en las desavenencias entre Estado, partidos políticos y en las luchas de intereses económicos. La planificación amenaza con destruir al hombre creando un mundo artificial que no es el suyo. Para Jaspers la idea de una planificación total es imposible ya que: “Nunca conocemos la totalidad en general, sino que estamos siempre en ella… Puede planearse en la esfera de lo mecánico y racional, no en la esfera de lo vivo y espiritual.”69 La imposibilidad del régimen existencial de masas radica en la imposibilidad de crear un plan total que posibilite un mundo estable para el hombre. Este plan total presupone un conocimiento total de la realidad que tome en cuenta todas las contingencias posibles y esto es imposible para el hombre. Ya se ha mostrado la imposibilidad de un régimen existencial de masas, pero aun así se pretende que éste continúe en el poder. Este régimen es político, puesto que comprende un conjunto de instituciones estatales relacionadas con la administración y planificación de los asuntos públicos, el poder y la conducción de una sociedad hacia un fin proyectado. Que en este caso es satisfacer las necesidades de la masa. 67 Id, 67.“La existencia alcanza la claridad sólo por medio de la razón: la razón tiene un contenido sólo en virtud de la existencia.” Chiodi, Prieto, EL PENSAMIENTO EXISTENCIALISTA, Editorial Uteha, México, Pág., 74. La crítica de Jaspers a la racionalización de la vida y su mecanización, apunta a la “autoridad” de la razón que sostiene el racionalismo. Esta no necesita de nada más que de sí misma para justificarse y reglamentar la existencia. La existencia del hombre en este caso está en función de la razón. Mientras que para Jaspers, la razón se llena de contenido por la existencia y tiene la función de esclarecerla tomando en cuenta a la “autoridad” de la tradición. 68 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 195 69 Id, 240. 39 Así como los gobiernos totalitarios responden a los intereses de un grupo social determinado, el régimen existencial llevado a lo absoluto responde únicamente a los intereses de la masa. Llevar a lo absoluto al régimen de masas significa: subordinar la totalidad de la existencia humana a un plan que satisfaga todas las necesidades; significa que la totalidad de la espiritualidad del hombre es absorbida para crear y “fomentar la satisfacción de las necesidades y contribuir al mejoramiento de los métodos de trabajo, de la técnica y del aparato sociológico.”70 Significa que los hombres atribuyen su existencia sólo al servicio de la producción. El régimen existencial llevado a lo absoluto tiene como presupuestos la falsa creencia en la posibilidad de un arreglo definitivo del mundo –según el plan del régimen-, y la pérdida de la esperanza de realizar un mundo más humano en donde se cumplan o se realicen los valores universales. Como los valores universales, normativos y teleológicos se muestran irrealizables, caen en descrédito, esto da por resultado que se pierde la base espiritual que fundamenta la existencia de los hombres y el mundo. Esta sofística moderna no es más que el discurso creado por el régimen de masas para auto justificarse el mismo, al hombre y su existencia. Pero como ahora ya no existen principios que fundamenten una dirección de vida a que apelar, la apelación a la masa se convierte en un recurso sofístico para mantener con vida al régimen y conservar la propia existencia humana.71 Jaspers dice, que si se mantiene en lo absoluto el régimen existencial de abastecimiento de masas, se llega inevitablemente a una actitud espiritual, la sofística moderna. De esta apelación a la masa surge lo que Jaspers llama, la norma de la mayor felicidad del mayor número. 70 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 69. 71 La cita original es: “Pero si se mantiene en lo absoluto el régimen existencial de abastecimiento de masas, se llega inevitablemente a una actitud espiritual, la sofística moderna, que rebela la falta de base del espíritu en relación con esta realidad llevada a lo absoluto.” Id, 71. 40 En conclusión, esta sofística moderna presenta al régimen de masas como el único que puede satisfacer las necesidades de la masa, el sentido de la vida de los hombres es reducido a la producción de artículos y cualquier otra forma de vida alternativa es descalificada. En nuestro tiempo se denomina a esta situación “vivir en una sociedad de consumo”, en donde se cree que comprando los artículos del fabuloso mercado se puede alcanzar la “felicidad”. Como consecuencia de esta sociedad de consumo en la sociedad prevalece la idea de que cuanto más se tenga más se es, y mientras mayor éxito económico se alcance, mejor. La grandeza del hombre se mide cuantitativamente y no cualitativamente. Si se es una persona honesta, ¡no importa! Si no se tiene éxito económico. En mi opinión, este es el sentir oculto del mundo en general. Hipócritamente los valores de honestidad, justicia, lealtad, amor, etc. Se siguen manteniendo como necesarios en la vida, aunque se les da poca importancia. Con esto se nos muestra, como en un régimen existencial de masas los valores universales pierden vigencia y no encuentran un lugar en la sociedad. Este es el triunfo de la sofística moderna. La otra forma en que el régimen de masas llevado a lo absoluto se manifiesta, la denomina Jaspers, lenguaje del embozo. “Su norma es ´el máximo bienestar general´ considerado como asequible; su interés, la satisfacción de todos, que, con tranquilidad y orden, han de cumplir sus funciones. Ante los aspectos terribles de la existencia, tiene sus instancias tranquilizadoras.”72 Por ejemplo, se presenta a la globalización, como una oportunidad única de disminuir la brecha económica entre los países desarrollados y subdesarrollados. El cinismo de esto último es tan grande que, ahora las palabras “países subdesarrollados” conllevan una carga peyorativa, es más propio decir,”países 72 Id, 71. 41 en vías de desarrollo”. Cuando en realidad es la misma cosa para el bolsillo del ciudadano común. Todo con el fin de tranquilizar al espíritu insatisfecho del hombre. Contra esto surge en la sociedad lo que Jaspers denomina el lenguaje sedicioso.73 Este es el lenguaje propio del “rebelde” que pretende destruir o salirse del sistema, pero en todo caso nunca se atreve a tomar las decisiones importantes. Al no hacer frente abiertamente al sistema lo convierte en parte fundamental de él y así se cumple el dicho popular que reza, “el silencio otorga” En conclusión, la existencia y el hombre son posibilidad, pero cuando se lleva a lo absoluto al régimen de masas y se reduce al mundo a la visión de la masa, se pierde la oportunidad de realizar una vida auténtica. Tanto el lenguaje del embozo como el sedicioso impiden la realización del hombre, ya que ocultan también al verdadero ser del hombre. Hasta el mismo espíritu de la cultura se convierte en un medio puesto al servicio del régimen de masas. El régimen existencial de masas se diferencia del mundo existencial humano en que: el primero, anula las posibilidades de lo que el hombre puede llegar a ser, lo determina a ser un ente productor. Este régimen se caracteriza por no reconocer el valor de la tradición y por ende los valores universales, normativos y teleológicos que nos indican una dirección de vida, se convierte en una impostura de la realidad al promover únicamente lo que la masa exige. El segundo, representa para el hombre las posibilidades aun no realizadas de su mundo y de sí mismo. Le muestra que puede llegar a ser algo más que la determinación que es en el presente. Este mundo existencial humano se representa a sí mismo y al hombre por medio de la tradición que lo arraiga a su verdadero ser desenmascarando la impostura del régimen de masas. 73 Id, 72. 42 En otras palabras, el régimen de masas es una impostura al mundo humano existencial pues reduce al hombre a ser únicamente un ente productor. 43 CAPÍTULO IV En el capítulo anterior se mostró el peligro de llevar a lo absoluto al régimen de masas, ya que en él el hombre corre el riesgo de desaparecer. Ahora veremos que una consecuencia de esta absolutización del régimen es lo que Jaspers denomina una crisis. Primeramente se desarrollará lo que es una crisis en general, para luego pasar a analizarla de forma particular. Veremos como se manifiesta la crisis en el Estado, la educación y la religión. CRISIS DEL RÉGIMEN EXISTENCIAL ACTUAL “Siempre Jaspers usa la palabra alemana Durchbruch (rompimiento, irrupción) para designar la transformación radical del hombre y su existencia en el tiempo-eje. La hemos traducido por ‘crisis’, a la cual hay que quitar su corriente sentido peyorativo, pues es una ‘crisis’ para mejorar.”74 El tiempo-eje es para Jaspers un fermento y un origen que conduce a la humanidad a la conexión unitaria de la historia universal. Para él es la unidad de medida, la piedra de toque que nos sirve para aclarar la importancia y significación histórica que han tenido para el conjunto los diversos pueblos.75 El tiempo-eje es la estructura de la historia de la humanidad y significa el origen temporal de donde surgen todos los anhelos humanos.76 74 Nota del traductor. Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 29. 75 La cita original es: “El tiempo-eje es como un fermento que conduce a la humanidad a la conexión unitaria de la historia universal. Para nosotros es la unidad de medida, la piedra de toque que nos sirve para aclarar la importancia y significación histórica que han tenido para el conjunto los diversos pueblos.” Id, 79. 76 La cita original es: “Pero el eje no ha de concebirse como el elemento interior oculto… como algo a su vez intemporal que se extiende por todos los tiempos… Por el contrario, llamamos ´eje´ a una época, en el centro del último milenio antes de Jesucristo, respecto a la cual todo lo anterior puede parecer preparación, y a la que se refiere todo lo posterior, de hecho y a menudo con clara conciencia. La historia mundial del ser humano recibe de ahí su estructura. No es un eje del que se podría afirmar su carácter absoluto y único para siempre, sino que es el eje de la breve historia transcurrida hasta hoy, que en la conciencia de todos los hombres podría significar el fundamento de su unidad histórica reconocida solidariamente. Entonces ese tiempo-eje real sería la materialización del eje ideal a cuyo alrededor el ser 44 La forma que el hombre posee para vincularse al tiempo-eje es la tradición –ella expresa a lo largo de la historia la verdad originaria-, de aquí se desprende que una crisis es el rompimiento del hombre con los valores universales, normativos y teleológicos que únicamente provee la tradición. El régimen existencial de masas destruye la confianza del hombre que antes depositaba en la tradición.77 En su lugar sólo queda desconfianza, cuando “todo se somete al fin práctico de meros intereses existenciales, queda abolida la conciencia de la sustantividad de la totalidad.”78 Esto es lo que se quiso decir en el capítulo I de esta investigación, la crisis es una consecuencia de la transmutación de una concepción del mundo trascendente en una visión del mundo inmanente. Para Jaspers la decadencia del mundo tiene una causa espiritual, que es la pérdida de la confianza del hombre en la autoridad. Esta es para Jaspers “la forma de la verdad, en la que la verdad no es sólo ni un saber general, ni un mandato y petición externos, ni sólo la idea de un todo, sino todo ello al mismo tiempo. Y, por consiguiente, la autoridad viene precisamente como una exigencia y coacción desde fuera que, sin embargo, al mismo tiempo nos habla desde lo íntimo.”79 La importancia de la autoridad estriba en que posibilita la unión del hombre con la consciencia del Ser. Al romperse esta unión los hombres pierden el soporte existencial (valores universales, normativos y teleológicos) que los sostiene verdaderamente. Por eso dice Pascal: “Nada se detiene para nosotros. Este es el estado que nos es natural, y, sin embargo, el más contrario a del hombre se encontraría en su movimiento.” Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 337. 77 Véase lo dicho sobre el “pueblo” en la Pág. 25. Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 77. 79 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Pág. 77. 78 45 nuestra inclinación; nos abraza el deseo de hallar un firme asiento, y una base última constante para edificar allí una torre que se eleve al infinito; pero todo nuestro fundamento cruje, y la tierra se abre hacia los abismos.”80 Si la autoridad reclama y coacciona al hombre en la forma de una moralidad cristiana, ¿cómo es posible que el hombre se desentienda del dolor y la injusticia que hay en el mundo? Si como dice Jaspers la autoridad nos vincula a nuestra verdadera humanidad, ¿será posible que en las condiciones idóneas esto se realice? Y aún más, ¿existirá esa tal autoridad? O puede ser que el intento de Jaspers y el mío propio sea únicamente el deseo de construir una torre que se eleve al infinito. “!Es tan difícil `mantenerse en las costumbres en que el alma puede caminar´! Nuestros pensamientos pertenecen a la eternidad, pero nosotros nos movemos lentamente a través del tiempo.”81 Lo cierto es que ni Jaspers ni yo tenemos una certeza de lo anterior, aquí se presenta la disyuntiva de vivir en la creencia de que es posible cambiar al mundo cualitativamente o dejarse arrastrar por el pesimismo, escepticismo y nihilismo. Para el pensamiento de Jaspers todas las empresas humanas están condenadas a fracasar, ya que éstas nunca se realizarán en su totalidad de una forma óptima. La justicia en el mundo nunca se realizará y por lo tanto, esta empresa siempre naufraga y con ella el hombre. “De ningún modo tengo a mi disposición al ser, sino sólo siempre a un ser.”82 Nunca me encuentro al Ser en su totalidad, siempre tengo ante mí una cifra que no es más que un símbolo que me permite esclarecer la existencia, es sólo una pieza del rompecabezas por armar de la totalidad. Este naufragio en que vive el hombre no es un aniquilamiento, sino es la posibilidad máxima de encontrar la cifra de la eternidad. Sólo cuando se 80 Pascal, Blaise, PENSAMIENTOS, EL HOMBRE SIN DIOS, Editorial Aguilar, Argentina, 1963, Pág. 59. 81 Wilde, Oscar, OBRAS SELECTAS, Edimat Libros, S. A., España, Pág.266. 82 Chiodi, Prieto, EL PENSAMIENTO EXISTENCIALISTA, Editorial Uteha, México, 1980. Pág. 56. 46 lucha por no ahogarse en la desesperación de no encontrar algo a que aferrarse se aparece ante nosotros el verdadero ser de la Trascendencia. Quizá el sentido verdadero de las palabras anteriores lo expresa mejor Alejo Carpentier en su obra El Reino de Este Mundo.83 En conclusión, la crisis del mundo es una crisis del hombre cuando se olvida de su verdadero ser que se manifiesta en la tradición. Esta crisis del hombre se extiende y se manifiesta en todas sus creaciones humanas tales como el Estado, la educación y la religión entre otras. Al principio se dijo que la crisis nos brindaba una posibilidad de mejorar, o sea la oportunidad de transformar cualitativamente el mundo. A. Estado. “La voluntad del Estado es la voluntad del hombre sobre su destino que nunca tiene como individuo únicamente sino que sólo en su comunidad por la sucesión de las generaciones.”84 El Estado es únicamente un medio para la realización del destino humano. Es la concreción histórica del desarrollo espiritual del hombre. Debe ser el instrumento que favorezca la realización de los ideales del hombre. Esto lo hace por medio de planes racionales que conocemos con el nombre de políticas de estado. El punto central de la crítica al Estado en Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo, radica en que él se apropia muchas veces de una forma particular o unilateral del destino del hombre, cuando en realidad es únicamente un instrumento. El verdadero destino humano se encuentra cuando el hombre aprehende el ser de su existencia en la totalidad 83 “Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de Este Mundo.” Carpentier, Alejo, EL REINO DE ESTE MUNDO, Editorial Seix Barral, S. A., España, 1996, Pág. 143. 84 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág., 83. 47 y, no en la visión particular del Estado. El destino del hombre está marcado por el desarrollo de su humanidad. El destino sólo es allí donde el ser-mismo del hombre aprehende la existencia y por su acción se posesiona de ella, la realiza y se arriesga.85 El destino esta indisolublemente unido a la tradición. El hombre moderno se caracteriza por la desvinculación de las creencias de su pueblo, de las formas que dieron origen a su objetividad actual y de la fe de sus aspiraciones, rompe con su destino al romper con la tradición. Jaspers dice que el destino no se deja uncir a un ideal. El destino es algo concreto como las situaciones ocurridas en nuestra niñez que nos determinan de una u otra forma en el futuro. “Sólo se revela en la situación concreta histórica universal. Lo históricamente dado es una sustancia que desde la Revolución francesa el hombre pensó anular radicalmente.”86 Lo históricamente dado a que se refiere esta cita es la autoridad que se nos aparece en la forma de la tradición. En ella radica el plan (destino) que una Divinidad había trazado para el hombre. Recuérdese que este plan fue sustituido por un nuevo plan del hombre con la intención de mejorar y de modificar su mundo.87 Ahora el destino del hombre está en sus manos y se concretiza en el Estado. En el pasado el Estado era la manifestación de la autoridad Divina, de esta forma los hombres se sometían a sus designios en la confianza de que era la voluntad de Dios la que dirigía el destino de los hombres. Cuando surge lo que se denomina la desmitificación del mundo con el desarrollo de la ciencia, la espiritualidad del hombre pierde el contacto con la Divinidad y por ende con la posibilidad de realizar su ser y su 85 La cita original es: “Así, parece el destino político de todos la ausencia de destino; pues el destino sólo es allí donde el ser-mismo aprehende la existencia y por su actividad se posesiona de ella, la realiza y arriesga.” Id, 99. 86 Id, 109. 87 La relación entre la desmitificación del mundo y el desarrollo de la ciencia tiene su explicación en las Págs. 27-29 de esta investigación. 48 destino originario.88 Desde este momento la autoridad del Estado deja de sustentarse en la Divinidad y su accionar ya no responde al deber. Ahora, la autoridad del Estado responde a la voluntad popular y por ende en determinado momento a su capricho. Esto no quiere decir, que el Estado idóneo sea un Estado teocrático, simplemente debe estar en función del desarrollo de la humanidad. Pese a lo dicho anteriormente, el hombre puede retomar el camino correcto a través de la participación política. Pero el desencanto es tan grande en la sociedad, que Jaspers ve solamente fracaso en ello. Según él se dan dos posibilidades. En la primera, el hombre se excluye de la marcha de las cosas. Partiendo de los hechos deleznables que se ven en el mundo, el hombre se aparta de lo político y en general de los problemas del mundo. Dice Jaspers: “Se ven cosas injustas y absurdas. Pero se sufren como algo extraño, que no atañe a la propia responsabilidad.”89 En otras palabras, se evade la responsabilidad que tiene el hombre de la participación en la creación de un mejor mundo. La segunda posibilidad se manifiesta, cuando el hombre se entrega con fanatismo a un ciego querer político. Pero este entusiasmo que se despierta desaparece rápidamente ya que es incapaz de concretizar algo valioso. La crítica de Jaspers en relación a la política se resume de la siguiente manera: “Desde el momento que nadie puede actuar políticamente a largo plazo, sino que incluso el más poderoso sólo tiene su poder merced a una ocasional voluntad mayoritaria, con la cual desaparece, se actúa en vista del eco y de la atracción referida a futuras decisiones electorales, no como responsable ante Dios, sino ante la masa 88 89 Véase lo referente a la Revolución francesa en las Págs. 4-5 de esta investigación. Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág., 88. 49 inasible.”90 Cuando las decisiones políticas están condicionadas por la voluntad popular, las soluciones a los problemas sociales siempre serán a corto plazo puesto que la masa no puede esperar. Si alguien aspira al poder del Estado debe saber ganarse a la masa y para ello debe recurrir a la propaganda, la sugestión, el engaño, la mentira y la compra de voluntades ya que los electores en su mayoría no responden a un conocimiento fundado en sólidos principios. El peligro que corre la sociedad es que, de permanecer esta situación, jamás llegará al poder un verdadero gobernante ya que este no se prestaría al juego del régimen de masas. Es posible que para el surgimiento de un verdadero gobernante sean necesarias ciertas condiciones sociales que permitan su desarrollo, pero mientras esta situación persista el mundo humano existencial está condenado al abismo. B. Educación. Como ya se ha dicho la tradición es el hilo que nos conduce a nuestro verdadero origen en donde se encuentran las posibilidades humanas que podrían hacer de este mundo un mundo más justo y humano. En Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo la educación cumple la función de insertar a los hombres en el camino que les permita desarrollar su propia humanidad. Según Jaspers: “La educación lleva al individuo, a través de su propio ser, a la participación en el conocimiento de la totalidad. En vez de permanecer inmóvil adherido a su lugar, ingresa en el mundo, de modo que su existencia puede ser animada por todo en se angostura.”91 Jaspers es un filósofo que busca al Ser en su totalidad, porque él puede aclarar la consciencia de la época actual y mostrar las posibilidades perdidas del mundo humano existencial. Este conocimiento 90 91 Id, 100. Id, 101. 50 de la totalidad se inicia en el mundo y a su vez fracasa en él ya que todo conocimiento es siempre perspectiva del mundo. “Pues aquello de que no puedo, en ningún sentido, salir, no puede ser abarcado por mi visión como visto desde fuera.”92 Esta es la razón por la cual cualquier conocimiento que pretenda ser absoluto es inaceptable, ya que no es más que una imagen parcial absolutizada. Es una usurpación de la realidad. La totalidad en realidad no es negada ni afirmada por Jaspers, su búsqueda es simplemente un anhelo de justificar su mundo. “Una época que no se fía de sí misma, se preocupa de la educación, como si de la nada pudiera crearse algo nuevamente.”93 Como ya se ha dicho anteriormente, la solución consiste en apearse a la continuidad histórica retomando los valores que dieron origen a occidente. Síntoma de la decadencia educativa es la existencia de un sinnúmero de proyectos que no cuajan en ningún lado. “La Antigüedad ha echado los fundamentos, de hecho, a lo que en occidente podemos ser como hombres. En Grecia se ha realizado y concebido por primera vez el pensamiento de la cultura tal como, desde entonces, es válido para todos los que le comprenden. Todo auge considerable del ser humano en Occidente, advino por un contacto y confrontación con la Antigüedad. Donde se la olvidó, hizo su aparición la barbarie. Si lo que se desprende de su base a de vacilar necesariamente sin sostén, lo mismo nosotros con la pérdida de lo antiguo.”94 Con esta cita se muestra la importancia de la tradición y la cultura originaria en el pensamiento de Karl Jaspers. La decadencia de nuestra cultura se explica por el rompimiento con la cultura originaria. 92 93 Jaspers Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 28. Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Págs. 102-103. 94 Id, 114-115. 51 dice: “Somos occidentales por la correspondiente pertenencia a un pueblo que, por asimilación específica de la antigüedad, ha llegado a ser como es.”95 En el régimen existencial de masas la cultura sufre un recorte que la deja al nivel de las necesidades de la masa, dando como consecuencia que la alta cultura prácticamente desaparezca. Todo se convierte en educación técnica y trabajo rutinario. Pero, las grandes creaciones del espíritu brillan por su ausencia. Estas grandes creaciones podrían ser las grandes soluciones a nuestros problemas sociales, políticos y económicos. En lugar de eso, tenemos únicamente conatos de soluciones por parte de políticos y estadistas sedientos del voto popular. El futuro del hombre no está en la juventud y nuevas generaciones, como se suele decir. Está en los adultos del presente que tenemos la responsabilidad de crear las condiciones necesarias del desarrollo humano. Lo contrario, no es más que una forma de evadir nuestra responsabilidad delegándola en las nuevas generaciones. Se le exige a la juventud lo que los adultos no podemos o queremos hacer hoy. La educación puede ser el principio. Evadir la responsabilidad significa la no creación de proyectos con miras a su concreción en el futuro. Nuestra situación actual, es el resultado de la falta de proyectos a realizar por parte de las pasadas generaciones. No podemos seguir postergando nuestra responsabilidad con las nuevas generaciones. Por eso dice Ortega y Gasset: “No podrá extrañar que hoy el mundo parezca vaciado de proyectos, anticipaciones e ideales. Nadie se preocupó de prevenirlos. Tal ha sido la deserción de las minorías directoras, que se halla siempre al reverso de la rebelión de las masas.”96 Cuando la educación decae inevitablemente también decae el hombre. Cuando el Estado y la educación están al servicio de la masa ésta se limita a brindar únicamente 95 96 Id, 115. Ortega y Gasset, José, LA REBELIÓN DE LAS MASAS, Espasa-Calpe, Argentina, 1946, Pág. 73. 52 conocimientos prácticos, como se suele decir en la actualidad, “conocimientos aplicables y útiles para la vida”. La masa sólo busca solucionar sus problemas de forma inmediata y práctica, nunca busca una solución de fondo, he ahí porqué los problemas siempre son los mismos. Los problemas sociales son siempre históricos y su solución no es “práctica”, por el contrario, debe estar siempre en continuidad histórica. Por eso dice Jaspers: “si la educación ha de volver a ser lo que fue en sus mejores momentos, es decir, la posibilitación, en continuidad histórica, de llegar a ser humano en el ser-mismo, sólo ha de lograrlo por medio de la fe, que en rigor del estudio y la disciplina transmite, indirectamente, una sustancia espiritual.”97 La crisis de la educación la encontramos cuando se limita únicamente a la enseñanza técnica y práctica, dejando a un lado toda una gama de conocimientos espirituales que fundamentan nuestra vida. La crisis de la educación es el rompimiento con la tradición y el Humanismo que ha dado origen a Occidente. La pérdida de valores éticos de una sociedad es únicamente el resultado de una educación mutilada. C. Religión. “La religión como base histórica de la existencia humana puede decirse que se ha hecho invisible. La religión subsiste ciertamente, administrada por Iglesias y confesiones; pero, en la existencia de masas, a menudo únicamente como consuelo en el sufrimiento, como hábito de una conducta vital ordenada, y sólo raramente ya como efectiva energía vital.”98 La religión cumple la función de religar al hombre con Dios y esta es efectiva cuando no es únicamente consuelo o una evasión de la realidad, sino un 97 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 106. 98 Id. 139. 53 verdadero asidero espiritual que permita hacer de este mundo uno más justo y humano. La religión debe ser un llamamiento a la verdadera consciencia que nos vincula a la fe que se ha perdido, debe fundamentar la unidad en la comunidad para proveer a los hombres de un sustento que los apoya. Para que la religión goce de sentido debe despertar la esperanza de que este mundo sí sea susceptible de alguna transformación cualitativa. De lo contrario, no es más que una de las tantas formas en que se nos aparece el delicioso “soma”. La verdadera religión no ayuda a evadir la realidad, es el motor que nos impulsa a confrontarla. Para Jaspers la realidad del mundo se nos hace accesible por los sentidos, y la realidad de la Trascendencia a través de la fe filosófica y religiosa. La Trascendencia se nos muestra en la revelación que es histórica. Cuando la institución que históricamente ha sido la representante en el mundo de la Trascendencia y su revelación cae en el descrédito, es inevitable una pérdida de la fe. Por eso dice Jaspers: “Tampoco es posible ya, por parte de las masas, una confianza radical en las Iglesias; fueron demasiado impotentes cuando el mal triunfó.”99 Seguramente se refiere a los acontecimientos de las guerras mundiales. En el pasado la vida humana estaba sustentada por la religión. Los Estados se legitimaban por ella y el actuar humano se justificaba por la determinación religiosa. En la actualidad todo ha cambiado, las religiones se han multiplicado y con ellas las pretensiones de verdad. Esto trae como consecuencia el aparecimiento de la duda respecto a ellas. La multiplicación de las religiones es un síntoma de que las religiones tradicionales son incapaces de llenar las expectativas espirituales de los hombres. Para Jaspers: “Un número cada vez mayor de hombres va dejando de creer en las religiones tradicionales… La vida, de hecho anticristiana, de la mayor parte de los cristianos es 99 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985, Pág. 276. Véase el anexo de esta investigación. 54 una objeción que no se puede acallar.”100 Las pruebas de las aseveraciones anteriores las encontramos observando la conducta de la mayor parte de los hombres y mujeres que conforman la sociedad, vemos que los valores cristianos están muy lejos de prevalecer en el mundo. Y en contraposición, se está dispuesto a la conducta amoral por una nimiedad. La importancia de la religión, para Jaspers, estriba en que nos mueve forzosamente a ir en busca de la trascendencia. La pérdida de la confianza en la religión es sinónimo del olvido de los valores normativos, universales y teleológicos que proveen al hombre de una dirección de vida. Es también sinónimo de la ruptura con la tradición que nos transmite esos valores, la crisis reside en ello. La realización de estos valores conlleva un esfuerzo colosal en el hombre, esto no es algo que tenga que ver con el régimen existencial de masas y su incesante búsqueda de lo práctico, la crisis de la educación tiene sus raíces en ese rompimiento. Por eso dice Ortega y Gasset: “vivimos en un tiempo que se siente fabulosamente capaz para realizar; pero no sabe qué realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de sí mismo. Se siente perdido en su propia abundancia. Con más medios, más saber, más técnicas que nunca, resulta que el mundo actual va como el más desdichado que haya habido: puramente a la deriva.”101 Aquí radica la importancia de encontrar valores que nos permitan una dirección de vida. En conclusión, la crisis no es otra cosa que la ruptura del hombre actual con los valores normativos, universales y teleológicos que nos ofrecen el camino para la realización del ser humano. Es el rompimiento del hombre con la autoridad, esto se manifiesta cuando el Estado ya no responde a la necesidad de desarrollar el ser del hombre (humanidad), sino por el contrario, responde a la masa. En la educación se 100 101 72. Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Editorial Alianza, España, pág. 174. Ortega y Gasset, José, LA REBELIÓN DE LAS MASAS, Espasa-Calpe, Argentina, 1946, Pág. 55 muestra esa crisis cuando se radicaliza la enseñanza técnica y práctica, eliminando casi en su totalidad el conocimiento de las humanidades. La educación, en efecto, transforma a los hombres, pero en hombres aptos para el trabajo competitivo y no en personas portadoras de valores. La crisis de la religión se deja ver en la vida anticristiana que se manifiesta en la sociedad. Puesto que si los valores cristianos predominaran, este mundo seguramente sería más justo y humano. Crisis también significa la pérdida de la fe en la autoridad, esto trae como consecuencia el nacimiento del escepticismo, pesimismo y nihilismo. Esto a su vez elimina la confianza de los hombres de la posibilidad de transformar su mundo cualitativamente. Surge la consciencia del fracaso de la realización de nuevos proyectos. En la actualidad los hombres parece que se han acomodado y aceptado como una cosa natural la injusticia, el dolor, el hambre, la desigualdad social y la miseria en que vive buena parte de la población mundial. Como ya no se cree en una autoridad o principio que justifique y reglamente la existencia humana, la vida de los hombres cae en el desarraigo de lo que los sostiene y justifica. El pensamiento de los hombres en general podría expresarse así, “para qué intentar cambiar el mundo cualitativamente, si no se puede, muchos lo han intentado y han fracasado. Por qué un nuevo intento ha de ser diferente.” Como la finalidad de esta investigación es intentar derribar este pensamiento negativo, creo que es necesario que el hombre recupere la fe perdida en la creencia de que este mundo sí puede cambiar. Para ello es necesario, siguiendo a Jaspers, que el hombre se reencuentre con la Trascendencia. En el capítulo siguiente se aclarará lo que es para Jaspers una creencia, la fe y la Trascendencia. Estos tres conceptos son de vital importancia por encontrarse en ellos la posibilidad de modificar la situación actual. Cuando se reconoce la necesidad de un cambio, la crisis ha llenado su cometido. 56 CAPITULO V LA NECESIDAD DE BUSCAR LA TRASCENDENCIA La tarea de los últimos dos capítulos de Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo es, encontrar una solución a la crisis del régimen existencial. Me he permitido en esta investigación hacer más referencias a las otras obras de Jaspers por considerar que esclarecen más este trabajo. Esto desde luego, no significa que deje de lado la obra anteriormente citada. Jaspers define la filosofía de la existencia como “el pensar que utiliza, pero rebasa, todos los conocimientos específicos, y por el cual el hombre quisiera llegar a ser él mismo. Este pensar no conoce objetos, sino que elucida y hace efectivo al mismo tiempo el ser de aquel que de tal manera piensa.”102 Como la propia existencia del hombre está filosofía no puede adquirir una forma acabada y definitiva. En la introducción de esta investigación he dicho que el hombre ha perdido la confianza en la autoridad –Dios, Estado y religión-, que vivimos en una época en la que se hace casi imposible creer en algo que nos mueva a comprometernos en la realización de algún proyecto. Vivimos en un mundo lleno de problemas que hay que superar, pero nuestra desconfianza y falta de fe en el cambio es tan grande que nos impide hacer el intento de superarlos. En este capítulo se expondrá la posible solución que Jaspers da a este problema, solución que se expresa con el título de esta investigación. Pero está solución no puede ser objetivada, pues eso significaría determinar el futuro del hombre. Y, de lo que se trata, es de liberarnos de las determinaciones que hemos hecho y hemos recibido de un 102 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 159. 57 régimen de masas. La finalidad es lograr realizar eso que podemos ser y que todavía no somos. A. Creencia. En el pensamiento de Jaspers cuando el hombre ha perdido la confianza en la autoridad que lo sustenta, se hace necesario, si quiere seguir viviendo como ser humano reencontrar la confianza en el origen de todo. Para ello es necesario que el hombre vuelva a creer. Jaspers define la creencia de la siguiente manera: “Creencia no es un contenido definido, no es un dogma. El dogma puede ser la expresión de una forma histórica de la creencia, pero también puede ser engañoso. Creencia es lo que llena el fondo del hombre y se mueve en él, en aquello que el hombre, trascendiendo de sí mismo, se enlaza con el origen del Ser.”103 La verdad puede mostrarse algunas veces en la historia a través de dogmas. Estos hay que entenderlos como verdades parciales ya que son sólo una parte de la totalidad de la verdad que se realiza en el transcurso de la historia. La creencia que toma los dogmas como absolutos se convierte en intolerante. Y el resultado es la incapacidad de los hombres de resolver sus diferencias en el mundo. Siguiendo a Jaspers diremos que la creencia se nos hace evidente y cobra realidad únicamente en formas históricas. La creencia nos muestra siempre algún aspecto del Ser, pero nunca al Ser en su totalidad. Una creencia no debe tomarse como la única y exclusiva verdad para todos los hombres pues se hace intolerante y al mismo tiempo falsa. Todos los hombres necesitamos siempre creer en algo, la creencia nos da seguridad, confianza y nos permite vivir en un mundo que se nos presenta inseguro. La creencia nos permite la “certeza”de una realidad no confirmada. Cuando una persona abandona la “seguridad” de su casa y se dirige al trabajo o a cualquier otra actividad, lo hace con 103 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Editorial Alianza, España, 1985, pág. 277. 58 la confianza que le ofrece su creencia de que volverá a salvo. Cuando se compra un aparato eléctrico subyace en esta acción la creencia de que funcionará perfectamente y nos prestará cierta utilidad. Cuando dos personas deciden unir sus vidas en el matrimonio lo hacen en la confianza que brinda la creencia de que de alguna forma alcanzarán algún grado de felicidad. Si no existe la creencia en estos casos no tiene sentido ninguna de estas acciones. Con estos ejemplos intento mostrar que la creencia es un motor que nos permite actuar con cierta seguridad. La creencia es una forma de trascender de una situación particular a otra aún no realizada. Y lo que creo más importante, la creencia le da sentido a nuestra vida. Una vida sin creencia es una vida sin sentido y fundamento. La antípoda de la creencia es el nihilismo. El hombre es un ser que cree, no puede vivir enteramente de sus instintos, como una especie animal, de lo inmediato.104 La creencia no es lo inmediato es lo lejano por realizar. Lo inmediato es aquí y ahora no necesita de la creencia. Por eso la masa no cree en algo substancial pues vive arraigada al aquí y ahora, a sus instintos. Y el régimen existencial de masas es el indicado para satisfacer esas necesidades instintivas. Pero el hombre no puede vivir únicamente de sus instintos. El hombre es un ser que constantemente se trasciende a sí mismo. “No queda nunca agotado por lo que es como objeto de la fisiología, la psicología, la sociología. El hombre puede participar en una trascendencia que lo envuelva, por virtud de la cual solamente llega a ser él mismo auténticamente. Esto lo llamamos idea, en cuanto que el hombre es espíritu; lo llamamos creencia, en cuanto que es ´existencia´”105 104 La cita original es: “El nihilismo es la caída en la incredulidad, puede parecer que el hombre podría vivir por sus instintos, como una especie animal, de lo inmediato. Pero no puede. Como decía Aristóteles, sólo puede ser más o ser menos que un animal.” Id, 278. 105 IDEM 59 La situación actual se caracteriza por la falta de una creencia sólida que posibilite la existencia humana. La sólida creencia hoy se ha transformado en ilusión. Si la creencia nos vincula a una verdad originaria, la ilusión nos hace tomar las apariencias por realidades. ¿Pero cómo saber distinguir verdaderamente entre la creencia y la ilusión? ¿No será qué no existe una creencia sólida o qué toda ilusión se presenta bajo la forma de una creencia? En la medida que se pueda justificar la creencia se podrá derribar al pensamiento negativo. Si la creencia nos permite la certeza de una realidad no confirmada, significa que sí puede haber un criterio para decidir acerca de la verdad o falsedad de una proposición (lo contrario es sostenido por el escepticismo). La creencia nos ayuda a sostener que este no es el peor de los mundos posibles, pues nos permite creer en la posibilidad de mejorarlo (lo contrario es sostenido por el pesimismo). Y por último, la creencia nos permite sostener una realidad trascendente que puede convertirse en una norma de vida para todos (lo contrario es sostenido por el nihilismo). Como ya se dijo -siguiendo a Jaspers-, la creencia nos vincula a una verdad originaria que forzosamente es histórica, en esta se manifiesta el hombre en sus múltiples manifestaciones y se enlaza con el fundamento de su Ser. Este último es el que sostiene al hombre finalmente. Pero surgen de nuevo las preguntas, ¿no será este Ser una ilusión? ¿Cómo poder creer en su existencia? La respuesta de Jaspers es la siguiente: “Cambiad las representaciones, los pensamientos y las lenguas en que nos certificamos de lo eterno. Pero esto, lo eterno, no cambia. Existe, es. Pero nadie lo conoce como tal. Si intentamos ahora representarnos la creencia eterna, nos damos cuenta de que tales abstracciones son indicaciones casi vacías y de que incluso estas formulaciones abstractas siguen siendo una vestidura histórica.”106 La respuesta de Jaspers es tajante, el Ser existe, es. Esta otra cita corrobora lo anterior: “Jaspers regresa 106 Id, 282-283. 60 a Jeremías, quien responde a su discípulo Baruch, desesperado porque el Estado, el pueblo e incluso la fe en Dios de los últimos judíos, se había perdido: ´Así habla Jahvé: en verdad, lo que construí, lo derrumbo; lo que planté, lo arranco; y tú, ¿reclamas para ti algo grande? ¡No reclames¡…´ Jaspers interpreta: que Dios es, eso es suficiente. Gracias a este horizonte último, el absoluto (el imperativo categórico) nunca es abolido y nunca podrá serlo. Es la transhistoria la que da a la historia su historicidad, y a la unicidad de cada presente, hic et nunc (aquí y ahora), su peso absoluto.”107 En conclusión, la creencia nos permite la “certeza” de una realidad no confirmada, le da sentido a nuestra vida. Pero la creencia únicamente tiene sentido por la realidad del Ser, lo Eterno, Dios. Y esta realidad última no la conocemos totalmente, sólo tenemos acceso a ella a través de sus representaciones históricas. Aquí encontramos la raíz de la importancia de la tradición ya que es ella la que vincula al hombre a través de esas representaciones con el Ser originario. O lo que es lo mismo, con los valores normativos, universales y teleológicos que nos permiten una dirección de vida. Queda todavía una pregunta por responder, ¿cómo lograr la certeza de la existencia de ese Ser? Para esto no hay una respuesta definitiva sólo nos queda la fe que nos permite creer, aun sin comprender lo Eterno. El tema de la fe se desarrollará en el siguiente subcapítulo. A continuación se presentan las categorías fundamentales de la creencia, según Jaspers. 1. La Creencia en Dios. Jaspers sostiene que sobre Dios lo único que tenemos son puras representaciones históricas y, por lo tanto, son siempre inadecuadas. Lo anterior no significa que estas representaciones o símbolos sean un obstáculo para obtener la 107 Canto-Sperber, Monique, DICCIONARIO DE ÉTICA Y DE FILOSOFÍA MORAL, tomo 1, Fondo de Cultura Económica, México, Pág. 841. La cita hecha aquí se encuentra en Jeremías, capítulo XLV, versículos del 1 al 5. Lo que está entre paréntesis es mío. 61 verdadera consciencia de la Divinidad. Por el contrario, sólo a través de estos símbolos podemos acercarnos a la trascendencia, o para decirlo de otra forma, podemos acercarnos a Dios. En un régimen existencial de masas en donde el nihilismo ya se encuentre arraigado, dice Jaspers, “No hay Dios, grita el clamor henchido de las masas, y con ello queda el hombre desvalorizado, asesinado a placer, reducido a la nada.”108 2. La Creencia en el Hombre. Para Jaspers creer en el hombre es creer en la posibilidad de la libertad. Creer en el hombre es creer en la realización de sus posibilidades. La creencia en el hombre presupone la creencia en Dios. “Sin creencia en la divinidad, la creencia en el hombre acaba en desprecio del hombre, en la pérdida de respeto ante el hombre como hombre, con la consecuencia última de tratar la vida ajena con indiferencia, abuso y negación.”109 Puesto que se pierde una norma de vida teleológica. Creer en el hombre no es divinizarlo. Es creer en la realización de sus posibilidades, es creer que el mundo puede ser mejorado cualitativamente por medio de la acción humana. “El hombre siempre es más de lo que sabe de sí mismo. No es lo que es una vez para siempre: es camino; no una existencia que hay que fijar, como duración, sino dentro de ella, posibilidad por libertad, con lo que en su actividad factible decide lo que es.”110 Este camino puede ser uno de laxitud –como dice Jaspers-, pero también puede definirse como uno de enajenación en donde el hombre se olvida de sí mismo y se pierde en el régimen existencial de masas. El otro camino es el de la Trascendencia, en 108 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Editorial Alianza, España, 1985, pág. 144. Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Editorial Alianza, España, 1985, pág. 284. 110 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 146. 109 62 donde el hombre busca superarse a sí mismo. Si se reconoce la necesidad de esto y de superar nuestra situación actual se justifica la necesidad de buscar la Trascendencia. Pese a lo anterior, Jaspers afirma, “El hombre no es perfectible; para ser, como tal, ha de transformarse en el tiempo dentro de un destino nuevo siempre. Cada una de sus formas en el mundo por él creado, lleva en su seno desde el principio el germen de la ruina.”111 En lo anterior se encuentra precisamente la grandeza del hombre, pues sabiendo que siempre va a fracasar, no se entrega al maravilloso “soma” y, por el contrario, lucha desesperadamente por realizarse. 3. La Creencia en el Mundo. “Mundo es el repertorio de nuestras posibilidades vitales. No es, pues, algo aparte y ajeno a nuestra vida, sino que es su auténtica periferia. Representa lo que podemos ser; por tanto, nuestra potencialidad vital.”112 Ortega y Gasset dice, “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo.”113 Lo que intento mostrar es la necesidad de volver a creer en la posibilidad de un cambio cualitativo del mundo. “Creencia en el mundo no significa creer en él como ser que es suficiente en sí mismo, sino aferrarse vivazmente al enigma fundamental de encontrarse en el mundo con tareas, problemas y posibilidades.”114 El mundo no es algo cerrado, por el contrario, es posibilidad de cambio cualitativo. Creer en el mundo significa aceptar las tareas y problemas de este, junto con el compromiso de transformarlo y la certeza de que se puede hacer. 111 Id, 195. Ortega y Gasset, José, LA REBELIÓN DE LAS MASAS, Espasa-Calpe, Argentina, 1946, Págs. 68-69. 113 Ortega y Gasset, José, EL TEMA DE NUESTRO TIEMPO, Alianza Editorial, España, 1987. Pág.51. 112 114 Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Editorial Alianza, España, 1985, pág. 284. 63 4. La Creencia en el Futuro. Es quizá la más difícil de formular debido a la situación del mundo actual. Al hacerse la pregunta, ¿la vida será mejor en el futuro?, la gran mayoría de las personas respondería negativamente. En todo caso Jaspers se juega sus cartas en la comunicación y unificación de la humanidad. Respecto a la comunicación nos dice: “Es cierto que no podemos auxiliarnos decisivamente unos a otros en la creencia, sino tan solo encontrarnos. Si la trascendencia ayuda, es sólo al individuo a través de su mismidad. Pero en el diálogo podemos estimularnos y desarrollarnos partiendo de aquello que cada individuo lleva en sí mismo.”115 Jaspers ve que en el mundo todo se está cerrando. Todo lo que pasa en cualquier parte del mundo nos atañe. “Todos los problemas esenciales son problemas mundiales, la situación, una situación de la humanidad entera.”116 Si la vida humana ha de perdurar, forzosamente la comunicación y el diálogo verdadero se deben realizar. Si todos los problemas esenciales del mundo nos atañen, nuestro destino está en las manos de todos los hombres. Si queremos sobrevivir debemos inclinarnos, tarde o temprano a lo que Jaspers llama la unificación de la humanidad. Lo que los hombres “no admitan no tiene grandes posibilidades de perdurar. Como en todo tiempo será aristocrático el elevado desarrollo, la creación. Pero el fundamento de esto y lo simple a lo que es referido todo lo que el espíritu produce, debe llegar a tener existencia efectiva en la consciencia de los más, o debe avanzar como inexpresado deseo.”117 Esto es quizá lo más difícil en la tarea del futuro, involucrar a la masa en la realización de nuestro destino auténtico. 115 116 117 Id, 288. Id, 169 Id, 288-289 64 Jaspers sostiene que el hombre ha roto la confianza que en algún momento depositó en la ciencia. La ciencia se convertiría conforme su progreso en la panacea de los males del mundo. Es lo que Jaspers llama una ilustración falsificada. La pérdida de la confianza surge en la utilización de la ciencia en las guerras mundiales, ya que esta puede servir a la vida y a la muerte. La ciencia en manos equivocadas puede llegar a destruir el mundo con el avance de la tecnología. El humanismo y sus valores de gran estima en occidente caen en un terrible descrédito, a raíz de los campos de exterminio creados por los nazis. ¿Cómo confiar de nuevo en los hombres, si en determinado momento podemos actuar peor que las bestias? Aún así la ciencia, humanismo e Iglesia son indispensables para el desarrollo de las posibilidades de la totalidad del hombre. La fe juega un papel importante en la lucha contra el mal del mundo, ya que esta es la guía y el motor de la primera condición del cambio, que no es más que pensar que se puede mejorar el mundo. De lo contrario caemos en el pensamiento negativo. El futuro del hombre es algo que no podemos conocer, Jaspers dice: “He de conformarme con ser quien conoce. Pues no soy lo que conozco, ni no conozco lo que soy. En vez de conocer mi existencia, sólo puedo incoar el proceso de elucidación.”118 Y en la parte final de Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo, dice: “Ninguna respuesta obligada nos dice lo que ha de acaecer: por su ser ha de decirlo el hombre, que vive. El pronóstico incitante de lo posible sólo puede tener por misión hacer que el hombre se acuerde de sí mismo.”119 118 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 161. 119 Id, 207. 65 Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo, intentó primeramente mostrar la situación del hombre del periodo intermedio entre la primera y segunda guerras mundiales. Describe el surgimiento de un nuevo tipo de sociedad y expone el peligro que corre el hombre de prevalecer el régimen existencial de masas. Este peligro significa la pérdida de las posibilidades del hombre aún no desarrolladas. La intención última de la obra citada es hacer que el hombre tome consciencia de la pérdida, de incitarlo a rebasar las determinaciones que le impone el régimen. Pero, la dirección o la ruta a seguir no la podemos determinar, pues eso significaría anular la libertad del hombre. Libertad que únicamente es posible en el Ser de lo indeterminado. Por último, dice Jaspers, que lo que ha de ser el futuro del hombre sólo él puede decidirlo. B. Fe. Se intentará dar respuesta a la última pregunta del subcapítulo anterior que era, ¿cómo lograr la certeza de la existencia de ese Ser que le da sentido a la creencia? La respuesta no ofrece nada novedoso. Es la misma respuesta que se ha dado siempre, la fe. Veamos que significa fe y que es la fe religiosa y filosófica en el pensamiento de Karl Jaspers. Fe es la confianza en la palabra revelada, “la fe es el compromiso en relación con una noción que se considera revelada o testimoniada por la divinidad.”120 San Agustín dice, la “fe no es lo que se cree, sino por lo que se cree.”121 En el capítulo anterior se dijo que la creencia es una forma de trascender de una situación particular a otra no realizada, 120 Abbagnano, Nicola, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Fondo de Cultura Económica, Colombia, 1997, Pág. 524. 121 Fernández, S. I.., Clemente, LOS FILÓSOFOS ANTIGUOS, Selección de Textos, tomo II, Biblioteca de Autores Cristianos, España, 1974, Pág. 1194. 66 ahora se puede decir que la seguridad de realizar esa otra situación no realizada únicamente la ofrece la fe. Según Jaspers la verdad del Ser se experimenta en la fe. “Donde no me es dado ningún efecto verificable de una verdad pragmática, ninguna certeza experimentable de la conciencia intelectual, ninguna oculta totalidad del espíritu, allí llego a la verdad en cuanto franqueo toda inmanencia del mundo, para volver de nuevo al mundo después de la experiencia de la trascendencia, bien al mundo exterior, bien a mí mismo.”122 La fe nos permite romper con la injusticia y el dolor que hay en el mundo al darnos la esperanza de que este mundo pueda cambiar. La fe nos impulsa a dar el salto que es para Jaspers, la desición que nos lleva desde la totalidad de la inmanencia hacia la Trascendencia. El salto nos lleva desde lo “que somos como existente, como conciencia, como espíritu, a lo abarcador que podemos ser…”123 La totalidad de la inmanencia significa la reducción de la realidad y la verdad a la experiencia posible124 a puros fenómenos fácticos de consciencia, que se limitan a admitir conocimientos que superen la experiencia, o sea la Trascendencia. “La inmanencia se impone como el ser mismo porque sólo ella es cognoscible. Únicamente la inmanencia puede convertirse en objeto de conocimiento –del mismo modo que todo lo sabido se refiere sólo a lo inmanente-“125 Pero esta inmanencia es nada si pierde el contacto con lo otro que se encuentra en la Trascendencia. Estas determinaciones del pensamiento inmanente son sólo apariencias o ilusiones que esconden al verdadero Ser de lo abarcador.126 122 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Págs. 56-57 123 Id, 51 Esta experiencia se presenta en la actualidad bajo la forma que denomino, pensamiento negativo. 125 Id, 115. 126 Lo abarcador es el ser mismo que retrocede siempre ante nosotros cuando se manifiestan los fenómenos que nos salen al encuentro. No es el horizonte de nuestro saber particular, sino lo que no se hace visible como horizonte; más bien es aquello de lo que surge todo nuevo horizonte. Id, 42. 124 67 Cuando estas determinaciones se imponen sobre la Realidad y tomamos por tales el contenido de la consciencia inmanente, se elimina la posibilidad de descubrir y realizar un mundo más justo y humano. Cuando estas determinaciones del pensamiento se toman por verdaderas surge en el mundo el pensamiento negativo. El escepticismo es una consecuencia de lo anterior, mantiene una duda radical acerca de la posibilidad de obtener un conocimiento cierto, ya que se ha eliminado la posibilidad de encontrar un criterio trascendente que justifique la verdad. El pesimismo afirma que este es el peor de los mundos posibles y se justifica por las determinaciones del pensamiento inmanente que sostienen –como ya se indicó en el capítulo 1-, que la satisfacción verdadera no existe pues siempre estamos deseando y nuestro deseo nunca es satisfecho, este es el origen del dolor. La consciencia inmanente siempre nos remite a buscar una salida en el mundo que por naturaleza es siempre contingente y elimina la posibilidad de encontrar la paz que únicamente se encuentra en la Trascendencia. Esta paz la alcanza el hombre según Jaspers, únicamente en el Ser que es la realidad misma. Dice Jaspers: “Pero entonces se trata de saber qué es. La realidad no es perceptible en la quietud vacía de la indiferencia del ser-así, sino en la paz lograda después de haber superado la perplejidad del ser-así, es decir: en la paz conquistada y completa.”127 El ser-así es precisamente el que vive y reina en el espacio del pensamiento inmanente, es la apariencia que se encuentra detrás del régimen existencial de masas; el ser-así nos determina cuando predomina a ver este mundo como el mejor o el peor de los mundos posibles. El pesimismo cuando afirma que este es el peor de los mundos posibles se cierra a la otra realidad de lo abarcador. 127 Id,114. 68 Cuando la consciencia inmanente toma por verdaderas las determinaciones del pensamiento surge también el nihilismo. Esta consciencia expresa estas determinaciones diciendo –nada es verdad, todo está permitido-, se expresa también cuando afirma la muerte de Dios y la negación de todo valor Eterno. La muerte de Dios se nos presenta aquí como la aceptación incondicional del ser-así que habita en la consciencia, la verdad del Ser de lo abarcador es suplantada por la verdad inmanente del ser así. Los valores y las creencias se relativizan entonces, y desaparece el compromiso que es tan necesario para realizarlos ya que no hay una “garantía”. Esta garantía estriba en la creencia de poder encontrar la verdad, de poder transformar este mundo en uno más justo y humano, en poder encontrar valores universales y realizarlos en el mundo. Esto únicamente se encuentra en el ser de lo abarcador. Anteriormente se dijo que la fe nos impulsa a dar el salto que nos lleva desde lo que somos como existente (consciencia inmanente) a lo abarcador que podemos ser. Ya se ha definido lo que es la consciencia inmanente o el pensamiento inmanente, ahora veamos lo que es lo abarcador que podemos ser. Para Jaspers: “Lo abarcador es lo que siempre se anuncia –en los objetos presentes y en el horizonte-, pero que nunca deviene objeto. Es lo que nunca se presenta en sí mismo, más a la vez aquello en lo cual se nos presenta todo lo demás. Al mismo tiempo es aquello por lo que todas las cosas no son sólo lo que parecen inmediatamente, sino por lo que quedan transparentes.”128 Con lo abarcador nos liberamos de las determinaciones del pensamiento. Jaspers piensa que el salto lleva al hombre a la completa libertad, porque por medio de él se libera de las ilusiones y apariencias de todo saber determinado del pensamiento inmanente. “Aquí, en este salto a la Trascendencia se captan en pensamientos, por tanto, las decisiones fundamentales de mi esencia 128 Id, 42. 69 misma, las decisiones fundamentales de su realidad.”129 El salto también significa el abandono del pensamiento negativo hacia la creencia de que este mundo sí puede cambiar cualitativamente. El salto, entendido como salto de fe; nos muestra la inmensidad de lo abarcador que se nos oculta en la existencia –en la forma de posibilidades no desarrolladas-, estas son las que nos sostienen en la esperanza de que hay algo mejor que este mundo incierto y que ese algo mejor puede llegar a realizarse en el mundo. La fe se convierte entonces en la antípoda del pensamiento negativo. En este momento puedo decir que este no es el peor de los mundos posibles, pero tampoco es el mejor de los mundos posibles130, simplemente mi optimismo descansa en que este mundo puede llegar a ser el mejor de los mundo posibles. Y nuestra tarea histórica consiste en realizar esas posibilidades perdidas en la inmanencia en que vive el régimen existencial de masas. Es un esfuerzo muy grande y la masa sólo quiere lo inmediato, no está calificada. “Si se pregunta hoy desesperadamente qué es lo que todavía queda en este mundo, es la respuesta para todos: lo que tú eres, porque puedes. La situación espiritual impone hoy la lucha consciente del hombre, cada uno por su propia esencia.”131 Lo importante es recuperar la fe perdida en nosotros mismos para intentar realizar eso que todavía no somos, el camino principalmente es el del individualismo.132 El del individuo que busca su ser auténtico. “Las masas sólo se 129 Id, 52 El pesimismo de Schopenhauer sostiene lo primero –que este es el peor de los mundos posibles- y el optimismo de Leibniz sostiene lo segundo. 131 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 177. 132 Al respecto la siguiente cita: “No es el hombre como ejemplar existencial, sino el hombre como posible existencia lo que es digno de aprecio: en cada uno su nobleza posible… El campo de lucha espiritual se sitúa aquí en el individuo, mientras no esté paralizado definitivamente.” Id, 194. 130 70 ponen en movimiento por medio de un caudillo que las hace saber lo que quieren; las minorías hacen la Historia.”133 1. Fe Religiosa. La realidad del mundo es accesible a los sentidos, la realidad de la Trascendencia lo es a la fe, sostiene Jaspers. Únicamente podemos captar la Realidad –no la realidad inmanente sino la realidad trascendente- por la percepción de la creencia, de la experiencia de la fe. “Ella está presente, pero sólo cuando el ser-mismo puede percibirla mediante la propia realización.”134 La cita anterior significa, que nosotros solo tenemos acceso a la realidad trascendente de la fe por medio de representaciones, como imágenes religiosas, textos o grandes edificaciones. Pero estas representaciones son únicamente formas sensibles en que se muestra la realidad trascendente. Estas representaciones nos muestran esa realidad en la forma de una intuición sin concepto, nos muestran que hay algo más allá de la representación. Como ya se indicó al principio de este subcapítulo, la fe religiosa es la confianza en la palabra revelada al hombre por la Divinidad. La fe religiosa acepta esta palabra dentro de la institución tradicional de la iglesia como visibilidad sensible de lo abarcador. La autoridad de la revelación es absoluta y establece: a) Que debo creer en un libro del pasado, como en el único libro en que Dios se ha revelado directamente, y creo en ese libro porque la iglesia, presente como garantía visible, lo ha declarado único libro santo. b) Debo considerar falsas todas las demás formas de la fe histórica, aunque se acepta que en algún grado se encuentra en ellas algún contenido de verdad. Esta fe histórica hay que entenderla como las diversas manifestaciones en que la fe religiosa se 133 Id, 192. Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Pág. 121. 134 71 ha manifestado a lo largo de la historia, bajo la forma de un sinnúmero de religiones y mitos. c) No existe para mí ni para ningún otro hombre salvación fuera de la única y verdadera iglesia. Esta iglesia por supuesto es una Iglesia universal (abstracta) de la que viven los fieles de todas las iglesias que se han concretizado en la historia.135 Jaspers dice: que la religión está testimoniada por el heroísmo y el sufrimiento, por las creaciones del arte y la poesía, por un pensar excepcional que se formula como teología. La realidad de la Trascendencia se muestra en cada una de estas determinaciones. 2. Fe Filosófica. “La fe filosófica es la sustancia de una vida personal; es la realidad del filósofo en su fundamento histórico, en la que él se es dado a sí mismo.”136 Jaspers dice, que en la filosofía se experimenta la realidad de la trascendencia, sin mediación, mediante mí mismo, con lo que yo no soy pero puedo llegar a ser. Mediante esta fe filosófica se experimenta en la comunicación la unión permanente de la consciencia en general137 y lo abarcador. En ella le sale al encuentro al hombre su ser verdadero, se le muestra el hombre auténtico que puede llegar a ser, se le muestra la finalidad de su existencia. Y por último, se le muestra al hombre la norma de vida universal y teleológica que fundamenta su existencia. Esta norma de vida se le presenta como una indicación no como algo objetivo, es una especie de intuición que podemos sentir en una situación determinada. Pese a que el ser siempre es un ser para la consciencia, no por ello es un ser subjetivo ni vive encerrado en la consciencia, el ser 135 Los incisos son un resumen de las páginas 125-126 de la obra citada. Id, 127. 137 El contenido de la consciencia en general es empírico y de validez lógica, comprende también el conocimiento de las ciencias y el espacio en donde se hacen claros los juicios. Pero la verdad aquí, surge de lo abarcador. Id, 62-63. La consciencia en general es nuestro límite para alcanzar la verdad Eterna es nuestra última frontera. En este límite que es la consciencia en general nos habla otro serverdad desde lo abarcador. 136 72 únicamente se puede realizar en comunicación con otro ser que también sea el mismo. La comunicación cobra importancia porque actualiza al ser inmanente en su relación con el ser Trascendente. Por eso dice Jaspers: “Todo modo de la verdad se caracteriza por aquello que a veces habla de él. Con lo abarcador, con lo que estamos en comunicación, nos es dado también el modo de la verdad.”138 La fe filosófica no se concreta a ninguna institución como la religiosa, vive en comunicación con los grandes filósofos de la historia que son exponentes de la fhilosophia perennis, filosofía de la que todos podemos participar. “La fe filosófica es el surgimiento originario indispensable de todo recto filosofar.”139 Jaspers dice, que la filosofía no puede reducirse a ser un pensamiento científico, ella exige otro pensar que no es más que el surgimiento originario filosófico de las antiguas tradiciones. En este surgimiento originario se encuentra el punto de partida histórico de nuestro filosofar, en él se encuentran las posibilidades aún no desarrolladas del pensamiento filosófico y en él desarrollamos el pensamiento estudiándolo, porque este despierta en comunicación con los filósofos antiguos la verdad del ser. De nuevo sale a relucir la importancia de conservar la tradición, en ella se encuentra la verdad originaria de la cual parte el desarrollo de nuestra cultura occidental. La fe filosófica en la que se aprehende la realidad, no es una fe dogmática. El pensamiento para la fe filosófica únicamente es un paso más que se da para esclarecer la realidad. La fe filosófica es la certeza de la existencia de la verdad. Por eso dice Jaspers: “La nobleza del ser humano podría llamarse vida filosófica. Se ennoblece quien se sitúa en la verdad de una fe, quien abandona a la autoridad lo que sólo él 138 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Pág. 67. 139 Id, 127. 73 mismo puede ser, pierde esta nobleza; pero no la pierde quien se confía a la Divinidad…”140 Lo contrario se da en el régimen existencial de masas.141 3. La Trascendencia. El primer objetivo de esta investigación era determinar si era posible romper con el pensamiento negativo. En lo que va de esta investigación se ha mostrado que cuando prevalece en el hombre el arraigo al mundo y por ende al pensamiento inmanente (concepción del mundo inmanente) no se encuentra por ninguna parte, un asidero espiritual que sostenga al hombre y le indique una norma de vida universal y teleológica. Cuando prevalece una concepción del mundo inmanente y el hombre se arraiga a ella ya no es posible encontrar un verdadero asidero espiritual, ya que todo conocimiento y todo principio se relativiza desde su origen, y la consecuencia inmediata de esto es que no hay forma de escapar de la incertidumbre de la existencia. Es como decir que la vida del hombre está determinada completamente a no alcanzar nunca ninguna seguridad. A lo anterior se lo ha denominado desencantamiento del mundo, que ha sido definido en el primer capítulo como la transmutación de una concepción del mundo trascendente por una visión del mundo inmanente. Pienso que cuando prevalece una concepción del mundo inmanente es imposible que se desarrolle el ser humano que podemos llegar a ser y la razón de esto se encuentra en que toda nuestra atención se centra en satisfacer nuestras necesidades inmediatas que definitivamente están condicionadas por nuestros intereses particulares. Y dentro de 140 Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 194. 141 “En el mundo el éxito se evidencia por la cantidad de aprobación pública, por la vigencia de aquello de que se habla, por la conquista de posiciones privilegiadas, por la ganancia de dinero.” Id, 170. 74 estos intereses no necesariamente se encuentra –como es en la mayoría de los casos-, el deseo de construir un mundo más justo y humano. Lo contrario se da en la Trascendencia, pues ella nos muestra las posibilidades aún no realizadas del mundo y del hombre. Solo ella es capaz de mostrarnos ese mundo más justo y humano que debemos realizar. La Trascendencia es una esperanza de poder lograrlo. El régimen existencial de masas en el cual vivimos es únicamente el reflejo del hombre actual, que es la antípoda de lo que debería ser. Si en algún momento la filosofía se convirtió en sirvienta de la teología, ahora los regímenes de gobierno se han convertido en sirvientes de la población masificada. La Trascendencia se presenta en la filosofía de Jaspers como la única opción de romper con el dolor y la injusticia del mundo. El mundo en que vivimos está determinado por la inmanencia de la consciencia del hombre y, como hemos visto, de está inmanencia de la consciencia surge el pensamiento negativo que se fundamenta en la creencia de la no existencia de valores universales y teleológicos. La necesidad de buscar la trascendencia se justifica en este momento, porque solo la trascendencia es capaz de mostrarnos las posibilidades del hombre aún no realizadas. Estas posibilidades no están en el mundo, ya que todo lo que está en el mundo, es. Pensemos en la Justicia, por ejemplo, efectivamente conocemos grados de justicia en el mundo, pero la Justicia no está en el mundo forzosamente está en la Trascendencia. Eso si, debemos intentar realizarla en el mundo. Luego del anterior preámbulo que considero necesario a la intención de esta investigación veamos lo que es para Jaspers, la Trascendencia. Lo anónimo es para Jaspers el verdadero Ser. “Lo anónimo es aquello con lo cual me elevo al identificarme y es aquello contra lo cual he de luchar en mi busca del ser.”142 Esto significa que es Ser es anónimo pues no es algo determinado. Y, el 142 Id, 174. 75 hombre, que vive en un régimen de masas es también anónimo, pues no es nada y es una expresión del no-ser. Para el hombre masa salir del anonimato significa entregarse a la realización o búsqueda de su ser auténtico. En el pensamiento de Jaspers cualquier exposición sobre la Trascendencia forzosamente inicia con la del Ser o viceversa. “Todo aquello que se hace mi objeto emerge, por así decir, del fondo obscuro del ser. Todo objeto es un ser determinado que está delante de mí en la separación entre sujeto y objeto; pero no es nunca todo el ser. Ningún ser conocido de este mundo, esto es, objetivamente, es el ser”143 De lo anterior se desprende que el Ser no puede ser objetivado porque no es un objeto del mundo. Cuando tratamos de objetivarlo cualquier definición nos queda corta, por eso dice Jaspers, que el Ser es el Envolvente o el Abarcador. Es el horizonte que todo lo abraza y como todo horizonte es siempre inalcanzable. Entonces, si el Ser no es un objeto dado forzosamente es lo que nos trasciende. “Si quiero saber lo que es el ser, sucede que, cuanto más incesantemente prolongo la indagación y cuanto menos me dejo engañar de alguna apariencia construida por el ser, tanto más se me revela la dilaceración del ser para mi”144 El Ser nunca me es dado directamente ya que siempre será un ser para mi consciencia inmanente. Aun así, el Ser no se nos oculta totalmente, se nos muestra en el mundo como una cifra. Y esta no es más que el lenguaje de la Trascendencia, es el símbolo que nos permite esclarecer la existencia. El ser del mundo se oculta a la razón, el mundo es una paradoja y nuestro conocimiento un rompecabezas de él. Leemos siempre en cifra, jamás leemos la totalidad o la unidad de la realidad del Ser. Es por eso que las verdades absolutas son inaceptables para Jaspers, lo único que nos queda es la actitud de la voluntad dirigida a 143 144 Chiodi, Prieto, EL PENSAMIENTO EXISTENCIALISTA, Editorial Uteha, México, pág, 55. Id, 56. 76 la búsqueda de la verdad y del Ser. La cifra se convierte en una usurpación de la verdad cuando se la toma por absoluta. No es la realidad. Acabo de mencionar que jamás leemos la totalidad de la realidad o de la unidad, pero Jaspers afirma, que esa totalidad existe, sólo en la Trascendencia. “Desde allí puede captarse en el mundo; el Dios único que se nos hace sensible mediante la absoluta, exclusiva unidad de la realización de nuestra vida. La unidad es, en el trascender sobre todo unidad inmanente, la realidad misma. Y en la trascendencia está la verdadera unidad variable en el mundo; es la unidad como prototipo de toda unidad que nos es visible y que refleja su mismo prototipo.”145 Se afirma que la unidad existe como prototipo, esta es una forma de decir que la Justicia, el Amor, la Libertad, Dios y todos esos valores caídos en descrédito, existen. Pero no existen como las cosas que están en el mundo o a la mano –como diría Heidegger-, existen como posibilidad de ser realizados. Este es un punto muy importante, porque la Trascendencia y la verdad que nos muestra no tienen ningún sentido sino se realizan en el mundo. Como ya se ha dicho, la verdad forzosamente es histórica. Jaspers se pregunta como cualquier persona que tiene un pensamiento crítico, ¿no será que la Trascendencia es una ficción o una ilusión? Si la respuesta es afirmativa significa que está determinada por la consciencia inmanente. Pero esta es frágil y únicamente nos muestra las apariencias del mundo. “Permanece en la desesperación de una lucha por la existencia, lucha velada que acaba en la nada.”146 De esta forma los valores mencionados anteriormente pierden su fuerza. No podemos confiar en las determinaciones de la consciencia inmanente. 145 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958, Pág. 111. 146 Id, 115-116. 77 La Trascendencia dice Jaspers, “es la potencia por la que yo soy yo mismo: existo, en la realidad, cuando soy verdaderamente libre por su causa. Su lenguaje más claro se expresa a través de mi misma libertad.”147 Siguiendo estas palabras de Jaspers, -puedo decir-, que la Trascendencia no es una ilusión porque yo me percibo y percibo al mundo como algo más que las determinaciones de mi consciencia inmanente. Cuando yo afirmo que soy perfectible y que el mundo lo es también, estoy afirmando la Existencia de otro que no soy yo y el mundo. Ese otro al que me refiero forzosamente me lo muestra la Trascendencia. Y para esto es necesario liberarse de las determinaciones que he hecho de mí y el mundo. Por eso dice Jaspers que la Trascendencia es la realidad en la ruptura de todo existente. Por otro lado, la Trascendencia no es una negación del mundo, por el contrario es la promesa de la perfectibilidad de éste como posibilidad en el mundo. Cualquier conocimiento que tengamos de la Trascendencia forzosamente es a través de sus manifestaciones históricas (tradición), pero su existencia no depende de estas manifestaciones, por el contrario, depende de la Fe. Esta fe en la Trascendencia nos da la seguridad de que este mundo sí puede cambiar cualitativamente y de que sí existen los valores normativos, universales y teleológicos que nos indican una dirección de vida. Nuestra Tarea es entonces realizar la Trascendencia en el mundo. Por eso dice Jaspers, “Cuando la trascendencia se oculta, el hombre sólo puede llegar a ella por sí mismo.”148 Siendo optimistas podemos pensar que es posible hacer de este mundo un lugar más justo y humano; que el futuro puede ser mejor que el presente y que basta con dar el 147 148 Id, 116. Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona, Pág. 145. 78 salto para la realización de los proyectos sociales que son necesarios. Con todo esto, no hay que olvidar las palabras de Pascal. Él se pregunta respecto a un hombre que está afligido por la muerte de su mujer y su único hijo. ¿Cómo es posible que en este momento no esté triste y se le vea tan despreocupado? No hay que extrañarse –dice Pascal- acaba de empezar el juego de pelota y es necesario ganar. ¿Cómo queréis que piense en sus asuntos teniendo este otro asunto entre manos? “Ese hombre, nacido para conocer el universo, para juzgar de todas las cosas, para regir todo un Estado, he ahí ocupado y todo lleno de cuidado por coger una liebre… a fin de cuentas, es decir, capaz de poco y de mucho, de todo y de nada; no es ni ángel, ni bestia, sino hombre.”149 Tenemos lo necesario para hacer de este mundo más justo y humano, pero no lo hacemos o por lo menos lo intentamos. Pareciera ser que la humanidad se inclina fácilmente en esta época por el delicioso “soma”. “Los hombres se ocupan de seguir una pelota y una liebre; es el placer de los mismos reyes.”150 Cuando en realidad no nos hemos dado cuenta que ¡nacimos para cosas grandes! -Y esto es sorprendente-. El dolor de las personas ya no nos conmueve. Nos hemos acostumbrado a él, todos los días lo vemos aquí y allá, por todas partes. “Mas ¿en qué piensa el mundo? Jamás en eso; sino en danzar, tocar el laúd, cantar, hacer versos, correr la sortija, etc., batirse, hacerse rey, sin pensar en lo que es ser rey y ser hombre.”151 149 Pascal, Blaise, PENSAMIENTOS, EL HOMBRE SIN DIOS, Editorial Aguilar, Argentina, 1963, Pág. 93. 150 151 IDEM. IDEM. 79 CONCLUSIONES Después de haber expuesto siguiendo el pensamiento de Jaspers, lo que creo es la situación espiritual del hombre actual, sólo resta concluir e intentar dar respuesta a los objetivos trazados desde el inicio. En primer lugar creo necesario tomar consciencia que el escepticismo, pesimismo y nihilismo se sustenta en la creencia de que no existe o no podemos conocer una realidad que sea Trascendente. El proceso por el cual el hombre se fue desarraigando de la Divinidad y la Trascendencia es denominado por Jaspers, desencantamiento del mundo. La situación del hombre actual no es más que el resultado de ese desencantamiento que se muestra en la falta de valores normativos y teleológicos. Comparto el criterio de Jaspers, en lo referente al régimen existencial de masas. La sociedad actual vive y responde a la satisfacción de sus deseos más inmediatos. Los valores que prevalecen en el mundo son los valores de la masa, en este mundo no se hace nada que no cuente con su beneplácito. La investigación científica, el gobierno de los pueblos, los medios de comunicación masiva, las guerras, la política, etc. siempre están en función de la masa. Cuando la masa determina la realidad, reduce al mismo hombre a ser un ente productor de artículos que satisfagan su necesidad. Pero creo que en última instancia la necesidad más urgente es espiritual y no de artículos, claro, siempre que no se esté en una situación de hambruna, por ejemplo. Schopenhauer afirmaba que el hombre está marcado por la carencia de satisfacciones. Y puesto que siempre vive insatisfecho es necesario creer que se puede satisfacer de alguna forma, pero esta creencia no viene del mundo sino viene de la Trascendencia. El mundo siempre nos muestra que es imposible solventar la insatisfacción. 80 Cuando el régimen de masas es llevado a lo absoluto pretende hacernos creer que es el único que puede satisfacer al hombre. Le impone al mundo y al hombre la idea de ser la panacea universal de los problemas actuales –producir, producir y producir- Pero un verdadero cambio cualitativo de la situación del hombre es impensable. Este régimen vive del pensamiento negativo pues de lo contrario se buscarían soluciones más originales y radicales a los problemas. El mayor peligro que corre el hombre en un régimen de masas, es el desaparecer. Puesto que el hombre es siempre un ser posible por realizarse y el régimen de masas lo determina a ser un ente productor. La crisis del régimen existencial en que vivimos, no es otra cosa que la ruptura del hombre con los valores normativos, universales y teleológicos que nos indican el camino para la realización del ser humano. El Estado ya no responde al desarrollo del ser humano. La educación se convierte en un adiestramiento para crear hombres aptos para el trabajo competitivo. Y la crisis de la religión se deja ver en la vida anticristiana que se manifiesta en el mundo. Si los valores religiosos predominaran, este mundo seguramente sería más justo y humano. La crisis es la pérdida de la fe de la posibilidad de que nuestra vida pueda cambiar cualitativamente. Es la falta de una creencia sólida que nos permita seguir adelante con cierta seguridad. Mientras esto no se supere la posibilidad de realizar un mundo mejor estará vedada para nosotros. Luego de esta breve recapitulación procederé a dar respuesta a los objetivos que se han trazado en la investigación. Romper con el pensamiento negativo me parece posible. Siempre y cuando se encuentre una ruta que nos religue a los valores normativos, universales y teleológicos. Este pensamiento nace de la incapacidad de la consciencia inmanente de brindar al hombre esa ruta que sólo la Trascendencia nos puede mostrar. 81 Indiscutiblemente la educación juega un papel primordial en el pensamiento de Jaspers. Él ve que la tradición cumple la función de asegurar nuestro mundo por medio de costumbres y creencias incuestionables, pues unifica a los hombres en sus relaciones y les da el soporte espiritual (valores normativos, universales y teleológicos) necesario para vivir. La tradición nos sitúa a esa esfera de valores. Y la educación debe cumplir la función de iniciar a los hombres en el cultivo de esos valores que forman parte de la tradición y han dado origen a Occidente. Entiendo por esto, iniciar e involucrar a los hombres en la realización en el mundo de esos valores. Se ha afirmado en esta investigación que la crisis espiritual de la sociedad, no es otra cosa que la ruptura del hombre con los valores teleológicos que nos indican el camino para la realización del ser humano. Crisis es la falta de una creencia sólida que garantice la convivencia y la realización de los proyectos necesarios para hacer de este mundo más justo y humano. Para transformar nuestro mundo cualitativamente es necesario creer que se puede. La creencia nos permite la “certeza” de una realidad no confirmada que en este caso es el cambio cualitativo. Y la única certeza de que este cambio pueda realizarse nos la ofrece la fe. Esta nos impulsa a dar el salto desde lo que es nuestro mundo actual a lo que podría ser un mundo más justo y humano. Pero cuando el pensamiento negativo se impone desaparece la posibilidad de realizar lo anterior. Creo que la historia nos muestra el desarrollo y la realización de lo que en otras épocas era considerado imposible. La llegada del hombre a la luna, el reconocimiento de los derechos del niño y de la mujer, la cura de ciertas enfermedades, etc. En mi opinión la primera condición del cambio es creer que se puede cambiar, Jaspers dice, que sólo quien quiere lo imposible puede alcanzar lo posible. 82 En la medida que el hombre reconozca la necesidad de que su existencia deba estar en función de los valores normativos, universales y teleológicos, la idea de Trascendencia de Jaspers será una solución a los problemas del mundo. Como ya se dijo, la Trascendencia no es una negación del mundo, por el contrario es la promesa de la perfectibilidad de éste como posibilidad en el mundo. La Trascendencia nos muestra que estos valores existen y nuestra Tarea consiste en realizarlos. El futuro del hombre está en sus manos, ¿aceptará su Tarea o correrá tras una liebre? 83 ANEXO Karl Jaspers nace el 23 de febrero de 1883 en Oldenburgo. Junto con Martín Heidegger, es el fundador de la filosofía existencial alemana. Estudió unos semestres Jurisprudencia y luego pasó a la Facultad de Medicina, en la que obtuvo el doctorado y una especialización en Psiquiatría. En 1913 publicó la obra Psicopatología General, en la que se vale del método fenomenológico para estudiar los fenómenos psicopatológicos. Pronto abandona la fenomenología, pues repudia la pretensión de reducir la filosofía a ciencia. En 1919 publicó la Psicopatología de las Concepciones del Mundo. Indudablemente los acontecimientos de la primera guerra mundial, determinaron su vida y pensamiento para su acercamiento a la filosofía. Se cambia a la enseñanza de la filosofía en 1921. La cátedra de filosofía le es retirada en 1937 por el gobierno nazi y devuelta en 1945 con el consentimiento de las autoridades estadounidenses de ocupación. Una muestra del momento histórico y la situación personal en la que se encontraba Jaspers por aquellos años, se presenta en la siguiente cita: “Las conferencias las escribí en las semanas siguientes a mi destitución como profesor (destitución debida a que mi mujer era judía, no a causa de mis desconocidas opiniones políticas o de mi no interesante filosofía)… El estado de ánimo de este escrito responde al momento en que surgió, y, por eso, en el texto se encuentran alusiones y huellas de cosas indelebles… Mi voz debía excitar los recuerdos. Se movía en la filosofía, de la que procede, para los seres racionales, todo lo que tiene virtud de confirmar y posee consistencia y fundamento cuando no sostiene la fe eclesiástico-religiosa. Pero no contenía alusiones directas a los aspectos del nacionalsocialismo. Esto hubiera sido mortal… Había que hacerse el ingenuo, mostrarse ajeno al mundo, mantener una dignidad natural (que ampara en muchas situaciones), y en caso necesario mentir sin reparos… Lo personal 84 era un reflejo del desastre alemán. El estado de ánimo reflejaba la conciencia de que se estaba destruyendo el alma y el espíritu alemán… En estas lecciones dije lo que se podía decir sin peligro: hablé sólo de filosofía. Esto fué posible porque los nacionalsocialistas, desde el jefe más alto al ayudante más modesto, eran de una estupidez casi increíble respecto al espíritu… Lo que dije en estas lecciones no estaba dirigido al momento, pero fué formulado como reflejo de la falta de salida del momento. En mis pensamientos late algo de aquel trasfondo.”152 Considero importantes las palabras citadas de Jaspers para la comprensión de su filosofía. Pero, también creo firmemente que su filosofía no está absolutamente determinada por la situación histórica en que surgió, ya que muchas de sus ideas siguen siendo válidas en nuestro tiempo. En 1933 rompe con el gobierno de Hitler y, aparece la obra Situación Espiritual de Nuestro Tiempo que es un claro reflejo del momento histórico en que vive. Casado con una judía –como ya se mencionó- sufre terriblemente, ya que vive bajo amenaza de deportación y muerte. Primero es excluido de la administración de la Universidad, luego de la enseñanza y, por último, del derecho de publicar. Al ser restituido de su cátedra en 1945, su primer curso lleva por tema “la culpa alemana”. Esto explica su acercamiento al pensamiento político y la importancia que le da en su filosofía. Jaspers no tuvo una formación religiosa sólida. Creía firmemente en lo que él llamaba la “fe filosófica” que tenía por meta lo absoluto y la Trascendencia. Muere en Basilea a los 86 años en 1969. Entre sus principales obras filosóficas traducidas al castellano tenemos: Filosofía, 1932; Razón y Existencia, 1935; Filosofía de la Existencia, 1938; De la Verdad, 1947; La Fe Filosófica, 1948; Origen y Meta de la Historia, 1949; La Filosofía Desde el Punto 152 Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Ediciones Aguilar, Madrid, 1958, Págs. 139142. Se encuentra en el epílogo a la segunda edición de la citada obra. 85 de Vista de la Existencia, 1950; Ambiente Espiritual de Nuestro Tiempo, 1933; Esencia y Formas de lo Trágico, 1952. 86 BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA 1. Canto-Sperber, Monique, DICCIONARIO DE ÉTICA Y DE FILOSOFÍA MORAL, TOMOS 1 Y 2, Fondo de Cultura Económica, México 2. Chiodi, Prito, EL PENSAMIENTO EXISTENCIALISTA, Editorial Uteha, México, 1980. 3. Jaspers, Karl, AMBIENTE ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO, Editorial Labor S. A., Barcelona. 4. Jaspers, Karl, ESENCIA Y FORMAS DE LO TRÁGICO, Editorial Sur, S. R. L., Argentina, 1960. 5. Jaspers, Karl, FILOSOFÍA DE LA EXISTENCIA, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid, 1958. 6. Jaspers, Karl, ORIGEN Y META DE LA HISTORIA, Alianza Editorial, Madrid, 1985. 7. Oakeshott, Michael, EL RACIONALISMO EN LA POLÍTICA, Fondo de Cultura Económica, México, 2000. 8. Ortega y Gasset, José, EL TEMA DE NUESTRO TIEMPO, Alianza Editorial, España, 1987. 9. Ortega y Gasset, José, LA REBELIÓN DE LAS MASAS, Espasa-Calpe, Argentina, 1946. 10. Pascal, Blaise, PENSAMIENTOS, EL HOMBRE SIN DIOS, Editorial Aguilar, Argentina, 1963. BIBLIOGRAFÍA GENERAL 1. Abbagnano, Nicola, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Fondo de Cultura Económica, Colombia, 1997. 2. Baena, Guillermina-Montero, Sergio, TESIS EN 30 DÍAS, Editores Mexicanos Unidos, S. A., México, 1991. 3. Carpentier, Alejo, EL REINO DE ESTE MUNDO, Editorial Seix Barral, S. A., España, 1996. 4. Fernández, S. I., LOS FILÓSOFOS MODERNOS, selección de textos, tomo 2, Biblioteca de Autores Cristianos, de EDICA, S. A., España,1976. 87 5. Ferrater Mora, José, DICCIONARIO DE FILOSOFÍA, Editorial Atlante S. A., México, 1941. 6. Fouillée, Alfredo, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, Ediciones Anaconda, Argentina. 7. García-Pelayo y Gross, PEQUEÑO LAROUSSE EN COLOR, Ediciones Larousse, España, 1984. 8. Hegel, G. W. F., FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU, Fondo de Cultura Económica, México, 1998. 9. Heidegger, Martín, ¿QUÉ ES FILOSOFÍA?, Nancea S. A. de Ediciones, España, 1985. 10. Heidegger, Martín, EL SER Y EL TIEMPO, Fondo de Cultura Económica, México, 1993. 11. Heidegger, Martín, SENDAS PERDIDAS, Editorial Losada S. A., Argentina, 1960. 12. Hirschberger, Johannes, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, tomos 1 y 2, Editorial Herder, Barcelona. 13. Horkheimer, Max, TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRÍTICA, Ediciones Paidós, España, 1998. 14. Huxley, Aldous, UN MUNDO FELIZ, Editorial Diana S. A., México, 1952. 15. Kierkegaard, Sören, EL CONCEPTO DE LA ANGUSTIA, Espasa-Calpe S. A., Madrid, 1967. 16. Kierkegaard, Sören, TEMOR Y TEMBLOR, Editorial Losada, Argentina, 1991. 17. Litton, Gaston, LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA, Bowker Editores Argentina S. A., Argentina, 1971. 18. Marcase, Popper, Horkheimer, A LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO, Ediciones Sígueme, España, 1998. 19. Marías, Julián, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, Alianza Editorial, México, 1983. 20. Nietzsche, Friedrich, OBRAS SELECTAS, Edimat Libros, S. A., España. 21. Stiner, George, HEIDEGGER, Fondo de Cultura Económica, México 22. Strauss, Leo y Cropsey, Joseph, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA, Fondo de Cultura Económica, México, 2000. 88 23. Weber, Max, LA ÉTICA PROTESTANTE Y EL ESPÍRITU DEL CAPITALISMO, Fondo de Cultura Económica, México, 2003.