El Nuevo Testamento y las fiestas santas de Dios Los "días santos" de la Biblia, ¿son acaso tradiciones del Antiguo Testamento, propias de los judíos pero que Jesús abolió en la cruz? Veamos qué días guardaban Cristo, los apóstoles y la "Iglesia primitiva. Por Leroy Neff R ecuerdo muy bien la primera vez que escuché al Sr. Herbert W. Armstrong. Era el mes de agosto de 1951. Mi esposa y yo asistíamos por vez primera a los servicios de la Iglesia de Dios, los cuales se celebraban en Portland, Oregón. En su sermón el Sr. Armstrong se refirió varias veces a ciertos días de fiesta como la Pascua, los Días de Panes sin Levadura, Pentecostés, la Fiesta de las Trompetas, el Día de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos. La mayoría de estos nombres me eran extraños. Había leído la Biblia desde mi niñez y, sin embargo, tales expresiones me sonaban como "jerigonza". Había oído hablar de Pentecostés y sabía que era importante, mas tenía dudas sobre si era un día o un acontecimiento. No sabía si ocurría una vez o muchas. Aquellos nombres no solamente sonaban extraños sino que correspondían, a mi parecer, a la historia antigua. Tales fiestas no podían ser cristianas. A mí me habían enseñado que todo eso estaba abolido, que se trataba de fiestas para judíos pero no para cristianos. Han pasado muchos años y he aprendido muchas cosas de la Biblia desde entonces, cosas que jamás soñé. Cuando me enteré de que el Sr. Armstrong y la Iglesia de Dios observaban aquellas "fiestas del Antiguo Testamento", resolví estudiarlas en la Biblia. ¡Grande fue mi sorpresa, especialmente al leer el Nuevo Testamento que yo creía conocer muy bien! En mi investigación también aprendí que la mayoría de los judíos no guardan estas fiestas, y si las guardan no suelen hacerlo a la manera de los primeros cristianos... y en algunos casos ni siquiera en el mismo día. Al comienzo de mi estudio me di cuenta de que la palabra "Navidad" no aparece en la Biblia, ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento. Tampoco encontré "Semana Santa" ni las fiestas de santo alguno. Sí encontré la Pascua, mas no se llamaba Pascua Florida ni Domingo de Resurrección. Ahondando más, comprendí que esta Pascua era la misma Pascha de los hebreos. Como las fiestas del cristianismo tradicional no aparecían en la Biblia, me pregunté qué fiestas había allí. El Nuevo Testamento hacía referencia a las mismas fiestas que el Sr. Armstrong había citado en su sermón. Volvamos a los mismos pasajes que yo "descubrí" en mi estudio hace más de 30 años. Tal vez usted también sentirá gran sorpresa, como yo, cuando vea lo que estas escrituras dicen. 1 ¿Qué fiestas observó Cristo? Es lógico comenzar al principio. Por lo tanto, empecé analizando cuidadosamente para ver qué fiestas guardaba Jesucristo. No hay ningún indicio de que celebrara aquellas fiestas tradicionales que mencioné arriba. Entonces, ¿cuáles guardaba? Leí que cuando Jesús tenía 1 2 años sus padres lo llevaron a Jerusalén para observar la Pascua: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta" (Lucas 2:41-42). Nótese que sus padres viajaban a Jerusalén cada año para celebrar esta fiesta. Por lo tanto, Jesús había estado allí varias veces. Como estaba sujeto a sus padres, seguía la misma práctica de ellos (versículo 51). Y no sólo se quedaron para la Pascua sino que permanecieron allí hasta "acabada la fiesta" (versículo 43), o sea los siete Días de Panes sin Levadura, los cuales se relacionaban con la Pascua (ver Levítico 23:4-6). ¿Por qué hacían esto sus padres? Porque eran judíos devotos que cumplían "todo lo prescrito en la ley del Señor" (Lucas 2:39). La mayoría de los judíos en esa época no eran realmente devotos en su culto, mas la pareja que Dios Padre escogió para criar a su propio Hijo ¡sí lo eran! Aproximadamente 1 8 años más tarde, cuando Jesús contaba con unos 30 años de edad, vemos que conservaba la costumbre de sus padres tal como se prescribe en la ley del Señor. Leamos Juan 2:13: "Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén". Algunos se preguntan por qué dice aquí "la pascua de los judíos" si es una de las fiestas de Dios (Levítico 23:2). Hay dos explicaciones posibles: 1) Eran días que sólo los judíos observaban, no así los gentiles, y 2) los judíos habían hecho algunos cambios en la observancia de esta fiesta desde la época de Moisés cuando Israel la había recibido. Vemos, pues, que Cristo, ya adulto y en la época de su ministerio que duró tres años y medio, iba a Jerusalén a guardar esta fiesta. Además de la Pascua, permaneció allí toda la "fiesta" (que incluía la Fiesta de los Panes sin Levadura: Levítico 23:6). Algunas personas que subieron de Galilea para celebrar la fiesta en Jerusalén recibieron a Jesús cuando Él regresó (Juan 4:45). Habían visto lo que Él había hecho en la fiesta (esto probablemente incluye todos los acontecimientos desde Juan 2:13 hasta 3:21). Juan 5:1 menciona otra fiesta, posiblemente una de las otoñales Jesús subió nuevamente a Jerusalén. Según lo narrado por Juan, parece que no se trata de la fiesta de la Pascua. En el siguiente capítulo, al narrarse hechos ocurridos después de esto, se menciona que la Pascua estaba cerca (Juan 6:4). Algún tiempo después (quizá dos o tres años) Jesús se preparó nuevamente para subir a la fiesta. Esta vez había amenazas contra su vida y Él se quedó en Galilea lo más que pudo. Esta era la gran Fiesta de los Tabernáculos: "Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (Juan 7:1-2). Aunque habían amenazado con hacerle violencia, Jesús subió a la fiesta. Allí enseñó en el templo (versículo 14) durante la fiesta y al final de la misma, en el octavo o último día (versículo 37). Durante aquella fiesta, Jesús explicó el significado espiritual de los días que estaban viviendo, y especialmente del Ultimo Gran Día (versículos 37-38). Más tarde, al acercarse el momento de su crucifixión, se preparó nuevamente para ir a Jerusalén. Muchos especulaban, preguntándose si vendría (Juan 1 1:55-56), pues sabían de las amenazas. 2 Jesús sabía muy bien lo que le sucedería esta vez en Jerusalén y se lo dijo claramente a sus discípulos (Mateo 20:17-19). Sabiéndolo, insistió en observar el mandato de la Pascua. La última Pascua de Jesucristo. Los evangelios narran esta última Pascua en gran detalle, por lo que no es necesario citar los cuatro relatos. No obstante, sí debemos analizar aquí ciertos puntos respecto de este momento culminante en el ministerio y la vida de Cristo. En Juan 12 leemos que Jesús fue a Betania seis días antes de la Pascua. Como Lázaro había vuelto a la vida (versículo 11), los sacerdotes querían matarlo a él también (versículos 10-11). Si pudieran matar a Lázaro desacreditarían a Jesucristo y sus milagros para así quitarle sus seguidores. Lucas nos dice cuan deseoso estaba Jesús de celebrar esta última Pascua con sus discípulos: "Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!" (Lucas 22:15). Los evangelios y algunos escritos de Pablo, como veremos mas adelante, narran en gran detalle los sucesos de esa noche. Para nuestro estudio, el punto que debemos señalar es que Jesús siguió observando este día en conformidad con "la ley del Señor". Es interesante notar que también observó la Pascua 24 horas antes que los judíos. En aquella misma fecha, en las horas diurnas, fue crucificado y murió por nuestros pecados. Hemos visto que Jesús guardaba la Pascua, los Días de Panes sin Levadura, la Fiesta de los Tabernáculos y el Ultimo Gran Día. . . ¿Se había dispuesto un cambio? Ahora nótese: Todo lo que fue "clavado en la cruz" fue clavado en ese momento. Si la cruz puso fin a algo, lo hizo en ese instante. ¿Clavados en la cruz? Y ahora, ¿qué? ¿Fueron las leyes cambiadas o abolidas, como creen tantos? ¿Acaso la gente se "salvaba" antes de ese momento obedeciendo la ley pero a partir de ese momento desobedeciéndola? Ya lo veremos. Hasta ahora hemos visto que Jesús guardaba la Pascua, los Días de Panes sin Levadura, la Fiesta de los Tabernáculos y el Ultimo Gran Día. Aunque las fiestas de Pentecostés, Trompetas y Expiación no se mencionan por sus nombres, es obvio que también las observaba. Todas estaban incluidas dentro de los siete días santos del año. 3 He aquí tres razones por las cuales Jesús observaba las siete fiestas santas del año: 1) Los judíos devotos que adoraban al Dios Creador lo hacían, y Él era un judío devoto. 2) La ley ordenaba la observancia de los días santos. El pecado es infracción de la ley (1 Juan 3:4), y Cristo nunca pecó (1 Pedro 2:22). 3) Cristo fue quien dio los días santos a Israel (Levítico 23), pues Él era el YHWH o Dios de Israel (1 Corintios 10:4) hecho hombre. Era el Verbo quien era Dios y se hizo carne (Juan 1:1-4, 14). Por lo tanto, estaba apenas cumpliendo lo que Él mismo había ordenado a Israel siglos antes. Y ahora, ¿qué? ¿Se había dispuesto un cambio? Los seguidores de Cristo, ¿habían de tener una religión nueva y guardar días diferentes que Él nunca guardó? Tomemos el hilo de esta fascinante historia en Mateo 28. Luego de crucificado y sepultado, Jesucristo resucitó después de tres días y tres noches tal como lo había anunciado. Durante los 40 días que siguieron, sus discípulos lo vieron en diversas circunstancias. Terminado ese lapso, les impartió sus instrucciones finales en el monte de los Olivos y luego ascendió al cielo en una nube. He aquí dichas instrucciones: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén" (versículos 18-20). El versículo 19 es bien conocido y muchos suelen citarlo, mas ahora queremos hacer énfasis en el versículo 20. Dijo que debían enseñar "a todas las naciones" (tanto a los judíos como a los gentiles) a observar las cosas que Él había mandado. En el Nuevo Testamento no encontramos una orden directa de Jesús en el sentido de guardar estos días. Sin embargo, es una orden que Él dio personalmente a toda Israel. Si agregamos a esto el ejemplo que Él mismo dio en su vida terrenal, el mandato es muy claro. Pero hay más, como veremos. Nótese nuevamente la palabra guarden. Algunos creen que todo lo que el cristiano necesita es "amor" (según su propia interpretación de esta palabra). Esto bien puede ser cierto si entendemos lo que es amor realmente, tal como la Biblia lo explica, y si tenemos ese amor. Tal amor incluye la obediencia a los mandamientos de Dios (1 Juan 5:3; 2:3-6). Debe ser obvio que la palabra "guardar" significa mucho más que "tener amor en el corazón". ¿Cómo se "guarda" el amor? Guardar ciertamente se refiere a lo que Cristo guardó; incluye guardar los días que Él guardó. Sigamos un paso más allá. 1 Juan 2:6 dice que debemos andar como Él anduvo. Esto significa vivir como Él vivió, en todos los aspectos religiosos. Pedro nos dice lo mismo en otras palabras: "Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas" (1 Pedro 2:21). En otras palabras, debemos vivir como Cristo vivió. Él nos dejó el ejemplo perfecto. Leyendo estos dos pasajes debemos comprender claramente que si Él observó los días santos, su Iglesia debe hacer lo mismo. Pablo también dijo algo parecido: "Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo" (1 Corintios 11:1). Si él no imitó a Cristo, nosotros no debemos imitarlo a él. Si la Iglesia primitiva no imitó a Cristo, nosotros no debemos imitarla a ella. Si los cristianos de origen gentil no imitaron a Cristo, nosotros tampoco debemos imitarlos a ellos. La Biblia así lo dice claramente. 4 Ahora veamos si en realidad la Iglesia imitó a Cristo en lo que respecta a la observancia de estos días. La verdad es reconfortante y firme para quienes realmente deseen aprender y seguir los caminos de Dios. ¿Imitó la Iglesia a Cristo? Las primeras frases del libro de los Hechos muestran claramente que la Iglesia sí siguió el ejemplo de Cristo. En el capítulo 2, versículo 1, la vemos guardando un día santo: Pentecostés. Este seguía siendo un día santo. Si tales días hubiesen sido clavados en la cruz, aquel ya no sería Pentecostés sino un día cualquiera de la semana laboral. Debemos vivir como Cristo vivió. El nos dejó el ejemplo perfecto. Leyendo estos pasajes debemos comprender claramente que si El observaba los días santos, su Iglesia debe hacer lo mismo. Si la Iglesia de Dios no se hubiese encontrado reunida en ese día santo anual, no habría recibido el don del Espíritu Santo. No habría estado unida ni habría sido de una misma mente. Unos 13 ó 14 años más tarde, durante los Días de Panes sin Levadura, el rey Herodes hizo matar al apóstol Jacobo (Hechos 12:1-2). Nótese que los Días de Panes sin Levadura existían todavía; aquí se mencionan para que el lector sepa en qué época del año fue asesinado uno de los apóstoles de Dios. El autor de este libro fue Lucas, quien probablemente era gentil. Lucas escribió para Teófilo (Hechos 1:1) y, por extensión, para todos los cristianos. Teófilo también era griego, según se considera. El libro, pues, era para los cristianos tanto judíos como griegos. Si los cristianos gentiles no hubiesen conocido los días santos, Lucas no se habría tomado el trabajo de contar que los sucesos habían ocurrido durante una de esas fiestas. Como veremos al revisar las Sagradas Escrituras, tanto los gentiles como los judíos estaban guardando esos días. Este pasaje de Hechos 12 menciona no sólo los Días de Panes sin Levadura sin también la Pascua, citada en el versículo 4. Pablo, apóstol a los gentiles, dijo: "Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene" (Hechos 18:21). Parece que se estaba refiriendo a la Fiesta de los Tabernáculos, y las personas a quienes se dirigía este texto probablemente eran en su mayoría cristianas de origen gentil (versículo 6). Este es el primero de muchos ejemplos donde vemos que también los apóstoles guardaban las fiestas de Dios. Este mismo apóstol y sus ayudantes se fueron de Filipos, en Grecia, tan pronto como terminaron los Días de Panes sin Levadura (Hechos 20:6), y es obvio que antes de 5 partir habían estado celebrando esos días. La Fiesta de los Panes sin Levadura aún existía en ese momento, un cuarto de siglo después de que todo había sido clavado en la cruz. Más tarde en el mismo capítulo vemos que Pablo se dio prisa para estar en Jerusalén unas semanas más tarde, a tiempo para Pentecostés (versículo 16). El siguiente pasaje que nos habla de una fiesta santa es Hechos 27:9: "Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba". Casi todos los estudiantes de la Biblia entienden que este día de ayuno se refiere al Día de la Expiación, y así lo afirman casi todos los comentarios bíblicos. El Día de la Expiación ocurre en otoño (en el hemisferio norte), época en que era peligroso navegar por el mar Mediterráneo. Es curioso ver a un gentil escribiendo a otro gentil 30 años después de la crucifixión y valiéndose de un día santo "judío" para indicar una época del año. Sin embargo, no fue extraño para Teófilo, aunque sí lo será hoy para muchas personas que creen estar imitando a Cristo pero que en realidad no lo imitan ni siguen su ejemplo en lo que atañe a las fiestas santas de Dios. Hemos visto siete referencias a los días santos de Dios en el libro de los Hechos únicamente. También hay, desde luego, referencias al sábado semanal que se observaba entonces y que sigue siendo un día santo para Dios (Levítico 23:2-3). Mas en el libro de los Hechos hay aun más referencias. Otros días santos. Leamos Hechos 13:14: "Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron". La expresión "día de reposo" en este pasaje es diferente de la empleada en otras partes del texto griego. La palabra para reposo no está en singular sino en plural. Este término se emplea solamente tres veces en la Biblia: aquí, en Lucas 4:16 y en Hechos 16:13. Es posible que se trate de un sábado solemne doble, o sea cuando un sábado anual coincide con el semanal. Sin embargo, es más probable que la frase se refiera a Pentecostés, fiesta que se celebra después de siete sábados o días de reposo. En todo caso, Pablo y sus amigos guardaron aquel día. Es curioso ver a un gentil escribiendo a otro gentil 30 años después de la crucifixión y valiéndose de un día santo "judío" para indicar una época del año. Todos estos pasajes en el libro de los Hechos indican claramente que los primeros cristianos, tanto judíos como gentiles, conocían y guardaban los días santos de Dios. Las instrucciones de Pablo. Pablo levantó la Iglesia en Corinto, como leemos en Hechos 18. Unos años más tarde, quizá alrededor del año 55 de nuestra era, envió la carta conocida como 1 Corintios. Esa Iglesia se componía de cristianos tanto gentiles como judíos, aunque quizá la mayoría eran 6 gentiles. Había problemas graves en esa iglesia, y Pablo habló de ellos en su misiva. Un problema era la inmoralidad de cierto individuo. El resto de la congregación conocía su pecado y lo toleraba. El capítulo 5 trata este problema. El hombre fue "excomulgado" y Pablo reprendió a los miembros de la iglesia por su mala actitud. Hay tres versículos en que les dice específicamente lo que deben hacer para erradicar esta "levadura" espiritual: "No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad" (1 Corintios 5:6-8). La levadura es símbolo del pecado. Si ponemos un poco dentro de una masa, la leudará toda. Así el pecado, si se dejaba allí, acabaría por llenar toda la Iglesia. Los siete Días de Panes sin Levadura son un tiempo en que se han de remover todos los productos leudados. Esta eliminación de la levadura nos recuerda las implicaciones espirituales del pecado y la manera como éste obra. Nótese que en el último pasaje citado el autor ordena a la iglesia limpiarse de esta levadura (pecado) "para que seáis nueva masa, sin levadura como sois" (versículo 7). No está indicando que los cristianos en Corinto estuvieran totalmente libres de levadura espiritual, pues el pasaje entero nos muestra lo contrario. ¿En qué sentido, pues, estaban "sin levadura"? Estaban sin levadura físicamente. Trascurrían los Días de Panes sin Levadura y los cristianos habían sacado la levadura de sus casas y habían dejado de comerla. Por lo tanto, físicamente estaban sin levadura y ahora tenían que limpiarse de ella en el sentido espiritual. Pablo prosigue diciendo que Cristo es nuestra Pascua, el "cordero" que fue sacrificado. Esta muerte se conmemora cada año al observarse la Pascua. Así pues, los corintios estaban libres de levadura física esos Días de Panes sin Levadura; pero más aún, Pablo les ordena: "Así que celebremos la fiesta" (versículo 8). Esta es una orden para los miembros de la Iglesia tanto judíos como gentiles que, como lo dice Pablo, deben guardar la fiesta. Si ésta hubiese sido clavada en la cruz 24 años antes, Pablo no habría escrito esas palabras. Unos capítulos más adelante el autor vuelve al tema de las fiestas de Dios. En el capítulo 11, versículos 17-34, explica en detalle la historia, el propósito y el modo de guardar la Pascua en el Nuevo Testamento. Ya no se trata de una cena con cordero asado (versículo 34) sino de una reunión celebrada al atardecer y que encierra un gran propósito y un importante significado simbólico. Nos recuerda el hecho de haber aceptado a Jesucristo como nuestro Cordero pascual, como nuestro Salvador y como aquél que, derramando su sangre, hizo posible el perdón de nuestros pecados y la curación de nuestras enfermedades físicas. Estos 18 versículos tratan exclusivamente de los detalles de esta fiesta. En 1 Corintios 16:8 Pablo se refiere de nuevo a la Fiesta de Pentecostés. En aquella ocasión pensaba quedarse en Efeso para guardarla allí en vez de Jerusalén, para luego proseguir sus viajes evangelísticos. Pentecostés se seguía celebrando cada año, y en ese momento, unos 24 años después de la crucifixión de Cristo, la fiesta existía aún. Paradójicamente, una de las "pruebas" que citan algunos para querer demostrar que el sábado y los días santos han sido abolidos es Colosenses 2:16. Este pasaje, tomado en su contexto, no demuestra que las fiestas fueran abolidas sino todo lo contrario: que ¡una iglesia de origen gentil (en Colosas) estaba guardando los días santos! Veamos los versículos claves: "Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo" (Colosenses 2:16-17). 7 Pablo no está diciendo aquí: "Dejen de guardar los días santos y los sábados". Sin embargo, muchas personas creen que eso es lo que está diciendo. Para empezar, les advierte que no se dejen juzgar en ciertos asuntos que luego les menciona. Si nadie había de juzgarlos en tales asuntos, entonces, ¿quién podía hacerlo? La respuesta está en el versículo 17, si bien una palabra agregada en la traducción, y que no está en el original, hace más difícil verla. La palabra fue agregada por los traductores con la intención de aclarar más el pasaje, pero no aparece en el griego original, y en vez de aclarar lo que hace es dificultar. La frase específica es: "pero el cuerpo es de Cristo". La palabra que sobra es la palabra es, y la frase debería rezar: "pero el cuerpo de Cristo". Lo que Pablo dice en estos dos versículos es, muy sencillamente: "No dejéis que ningún hombre os juzgue. . . pero que os juzgue el cuerpo de Cristo". En Colosenses 1:18 leemos que Cristo es cabeza del cuerpo y que el cuerpo es la Iglesia. Cristo, como cabeza de su Iglesia, juzgará estas cosas por medio de la Iglesia. Los de afuera juzgaban la Iglesia. Los asuntos que no debían ser juzgados por personas de afuera se referían a la comida y la bebida y lo que estas cosas tenían que ver con 1) un día santo, 2) la luna nueva, 3) el sábado. En otras palabras, lo que la gente coma y beba en estos días y lo que haga en ellos son asuntos que solamente la Iglesia y su cabeza, que es Jesucristo, pueden juzgar. Estas cosas son una sombra (una representación anticipada) de ciertos aspectos del plan de salvación que Dios tiene. Cada año, cuando el pueblo de Dios observa estos días, comprende más claramente dicho plan y cómo se está desarrollando. En la antigüedad Dios ordenó que se guardaran el sábado y los días santos, mas no así las lunas nuevas. La luna nueva ha sido observada por distintos pueblos en diversas épocas y de diferentes maneras; sin embargo, las Sagradas Escrituras jamás afirman que sean días de reposo. Si Pablo tuvo que tratar este asunto con los cristianos gentiles, fue obviamente porque alguien estaba juzgando lo que los colosenses comían, bebían y hacían como parte de su observancia de tales días. Estas personas no habían guardado las fiestas santas antes de convertirse al cristianismo sino que estaban acostumbradas a guardar los días paganos. Cuando empezaron a guardar las fiestas de Dios los maestros religiosos falsos las condenaron por la manera como las guardaban y por lo que hacían en esos días. Pablo y otros ministros verdaderos, siguiendo el ejemplo de Cristo, les mostraron por su propio ejemplo y citando las Escrituras cómo y cuándo debían guardar los días santos y el sábado. "Guardáis los días". Otro "texto de prueba" que supuestamente condena los días santos es Gálatas 4:10: "Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años". Apliquemos una lógica sencilla. Primero, ¿quiénes eran los gálatas? ¿Eran gentiles o judíos? Gálatas 2:7-8, 3:26 y 4:8 muestran que se trataba de gentiles. Según el capítulo 4, versículo 9, ellos habían vuelto de nuevo a "los días, los meses, los tiempos y los años" de antes. ¿Qué días, meses, tiempos y años habían estado observando antes de conocer la gloriosa verdad de Dios? La respuesta es: aquellos que solían guardar los miembros de las religiones paganas. Estos cristianos de origen gentil llegaron a conocer los días santos de Dios por medio de los apóstoles y la Iglesia verdadera. Luego de aceptarlos como fiestas ordenadas por Dios, habían vuelto atrás a los días, meses, tiempos y años de su vieja religión. 8 Dios jamás dispuso que fuese tenido por santo ningún mes, tiempo ni año. Solamente santificó ciertos días: el sábado semanal y siete días de reposo anuales. Más aún: Él condenó la observancia de las actividades religiosas de ordenamiento pagano en forma categórica y castigó a las naciones que de tal forma obraban. Al introducir a su pueblo santo a la Tierra Prometida les indicó a éstos categóricamente que no debían actuar y adoptar la religión pagana de los pueblos vecinos. Estos ritos que implicaba inclusos sacrificios de bebes a sus dioses, son para Dios una afrenta en contra de su creación. IDD Chile 9