1 Impacto real del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos

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Impacto real del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en el sector avícola
colombiano
María Gómez Guerrero
Juan José Osorio Meñaca
Colegio de Estudios Superiores de Administración –CESABogotá
2015
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Impacto real del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en el sector avícola
colombiano
María Gómez Guerrero
Juan José Osorio Meñaca
Director:
Andrés Forero
Experto agrícola de la oficina comercial de Colombia en Washington
Colegio de Estudios Superiores de Administración –CESABogotá, 2015
2015
TABLA DE CONTENIDO
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….………...4
2. HISTORIA Y ANTECEDENTES DEL SECTOR ………………..………………....6
2.1 Historia del sector…………………………………………………………………....7
2.2 Situación antes de la entrada en vigor del TLC ………………….......................8
3. El sector avícola en las negociaciones del TLC con Estados Unidos …............10
3.1 Análisis de las negociaciones y su relación con el sector avícola …...…..……10
3.2 Reacciones del sector frente al TLC …………….………………………………..11
4. ANÁLISIS E IMPLICACIONES DEL TLC PARA EL SECTOR AVÍCOLA……...13
5. CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………21
3
ÍNDICE DE TABLAS
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Valor de las importaciones de pollo provenientes de Estados Unidos……………………..……16
Toneladas de pollo importadas desde Estados Unidos…………………………………………..17
Valor del contingente y proyección……………………………………………………………...18
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1. Introducción
El comercio ha estado presente en las civilizaciones como método para mejorar las
condiciones de vida de los individuos que las integran. Desde el siglo XIX A.C. hay registros de
colonias intercambiando bienes agrícolas en Asia, los egipcios importaban especias, los romanos
establecieron rutas de intercambio con la India. Fue precisamente ese intercambio de bienes una
de las principales razones para que las mencionadas civilizaciones se desarrollaran
económicamente.
En el siglo XVI Adam Smith y David Ricardo hablaron de libre cambio al mismo tiempo que
lanzaban fuertes críticas al mercantilismo, doctrina económica dominante en la Edad Moderna,
que suponía un fuerte proteccionismo e intervención por parte del Estado.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial se crearon el GATT (Acuerdo General sobre
Aranceles Aduaneros y Comercio) y la WTO (Organización Mundial del Comercio) por sus
siglas en inglés. Fue en ese momento donde el libre cambio se convirtió en una prioridad en las
agendas de los líderes de las potencias mundiales.
Colombia tiene acuerdos formales de libre cambio desde hace más de 30 años, principalmente
con países de la región Andina. Existen también acuerdos con países como Argentina, México y
Chile.
Desde hace más de diez años, en el gobierno de Álvaro Uribe, Colombia empezó
negociaciones para un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. En el 2011 el tratado fue
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aprobado por el Congreso de Estados Unidos y entró en vigor el 15 de mayo de 2012. El
presidente Juan Manuel Santos se refirió al acuerdo como “el más importante tratado firmado en
nuestra historia”.
A raíz de la firma y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos,
se han presentado diferentes situaciones de inconformidad en el país. Dentro de estas situaciones
están los enfrentamientos entre los defensores del tratado y sus detractores. Algunos buenos
ejemplos de ellas son las complejas discusiones en el Congreso de la República protagonizadas
por los principales congresistas opositores del tratado o los dos paros agrícolas que han tenido
lugar en el país en el último año.
A pesar de las oportunidades y beneficios que brinda un tratado de libre comercio para el país
y las empresas nacionales, los representantes de los principales sectores económicos han
mostrado su preocupación por la llegada al país de productos e insumos a un menor costo que los
producidos localmente.
Los empresarios del sector agropecuario colombiano han demostrado ser los más sensibles y
muchos se resisten a lo negociado en el TLC con Estados Unidos. Desde el inicio de las
negociaciones, el sector avícola colombiano manifestó su oposición al tratado argumentando los
riesgos que tendría el sector ante la llegada de productos o empresas norteamericanas. Este sector
de la economía nacional, teme desaparecer con el paso de los años, debido a la llegada de pollo,
particularmente cuartos traseros (piernas, perniles y rabadillas), a un menor precio del producido
a nivel nacional.
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Actualmente, el sector avícola colombiano está conformado por aproximadamente con 3.000
granjas con 30.000 galpones que desarrollan esta actividad que alcanzó una producción de 1,2
millones de toneladas de pollo en el 2013. Genera más 1.200.000 y tiene un valor de $8 billones
de pesos. En el 2012 representó el 10,3% del PIB pecuario del país y en el 2013, el sector tuvo
un crecimiento del 11%.
2. Historia y antecedentes del sector avícola colombiano
2.1 Historia del sector
Los inicios del sector avícola colombiano orientado a la producción, están marcados por las
primeras importaciones de aves que datan de 1920. A partir de esta fecha, el gobierno empezó a
demostrar interés en la avicultura estableciéndola como una actividad importante para la
economía del país y reglamentándola para incrementar la producción de aves en los diferentes
departamentos. Con estas medidas, fue creciendo el interés de la población colombiana por la
avicultura y para 1950, se estimaba que había 18 millones de aves en el país, en su mayoría
criollas. En este mismo año, llegó al país el virus de Newcastle que produjo la muerte de 12
millones de aves, reduciendo de manera muy significativa la producción de huevo para el
consumo nacional.
En consecuencia de la crisis, el Sector Avícola Colombiano empezó su desarrollo e
industrialización, en los años 60. Así, nacieron tres asociaciones (Propollo, Asohuevo, Incubar),
que en 1983 se unieron para conformar lo que hoy en día se conoce como La Federación
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Nacional de Avicultores de Colombia (FENAVI). Ya conformado y fortalecido como un gremio,
el sector avícola logró algunas medidas de protección con el gobierno que contribuyeron a un
mejor desarrollo de éste. Con la apertura económica, se facilitó la importación de materias
primas como el azúcar y el maíz, logrando un crecimiento en el consumo nacional de pollo. Esto
se tradujo en la ley 177 de 1994 para el fomento avícola y en la creación de FONAV (Fondo
Nacional Avícola) con el objetivo de promover el desarrollo y la tecnificación del sector.
Durante la segunda mitad de la década de los 90, los productores avícolas enfrentaron
numerosas obstáculos entre los cuales se destacaron algunas epidemias y políticas regionales
desfavorables como lo fue el Sistema Andino de Franja de Precios. Este último fue un
mecanismo concertado entre los miembros de la comunidad andina para evitar que la volatilidad
en los precios internacionales de los productos del sector agropecuario llevara a los sectores
productores nacionales a la quiebra debido a las importaciones temporales de excedentes
agrícolas a precios excesivamente bajos. Así, cuando el precio de las importaciones era menor al
establecido por la franja, el arancel subía y cuando el precio era mayor, el arancel bajaba.
Este sistema resulta, como para muchos sectores, una espada de doble filo debido a que
cuando se trata de proteger el producto terminado, la franja juega a favor del productor nacional,
elevando el precio de importación. Sin embargo, dado que la mayoría de los sectores en una
economía globalizada, requieren importar insumos a bajo costo para mantener su competitividad,
el sistema de franja de precios termina encareciendo el precio de importación de esas materias
primas necesarias para el desarrollo del sector. Con esta medida, el sector avícola colombiano
perdió competitividad elevando el precio final de los productos.
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A pesar de lo anterior, entre 1991 y el año 2000, la producción nacional de pollo creció un
81.6% y la de huevos un 58.2% y en el año 2002, el primer censo avícola nacional arrojó que en
Colombia existían 3.010 granjas avícolas. A partir del 2003, el sector avícola colombiano
empezó a preocuparse por el posible TLC con los Estados Unidos y demás tratados que
permitieran abrir aún más la economía del país. El Tratado de Libre Comercio con EE.UU se
firmó en el 2006, fue aprobado por el congreso de ese país en el 2011, pero sólo entraría en vigor
hasta mayo del 2012.
2.2 Situación antes de la entrada en vigor del TLC
A finales del 2006, se logró que el gobierno otorgara una suma presupuestal significativa para
el fortalecimiento de la capacidad de atención de la actividad avícola, mediante un convenio
entre el Ministerio de Agricultura y el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Con este
fortalecimiento y crecimiento del sector, se hicieron evidentes algunas oportunidades para la
exportación de pollos y huevos hacia países como Japón, China y Rusia entre otros, pero para
ello se requería alcanzar estándares sanitarios internacionales, marcados principalmente por la
erradicación absoluta del virus de Newcastle.
El Plan Nacional de Desarrollo (2006-2010) que bajo los pilares de la seguridad democrática,
reactivación de la economía, reactivación social y renovación de la administración pública,
pretendía un desarrollo económico sostenible que garantizara la competitividad, productividad y
la construcción de una sociedad estable para el país, aportó algunos avances para los diferentes
sectores económicos que servirían para suavizar los impactos del TLC pactado con Estados
10
Unidos. Concretamente en el sector avícola, era necesario una reducción de costos para ser
competitivos frente a futuras importaciones de pollo provenientes de los EE.UU. El PND
prometía un desarrollo de la infraestructura de transporte, lo cual se traduciría inmediatamente en
una reducción de los costos de producción.
Ante la futura entrada en vigor del TLC, el sector avícola estableció las medidas que se
debían tomar para una preparación adecuada de la industria. Principalmente, las medidas giraron
en torno a alcanzar altos estándares de calidad y así, poder satisfacer el mercado interno bajo los
mismos estándares del mercado externo, un sistema eficiente de vigilancia para la detección y el
control de las enfermedades y normas adecuadas para las plantas de producción que garanticen
las buenas prácticas y procesos adecuados en términos sanitarios, de inocuidad y de bienestar
animal. Lo anterior, permitiría la búsqueda de nuevos mercados y un desarrollo óptimo de la
industria y de este modo, mejorar su eficiencia, tecnología y competitividad.
Según FENAVI, para el año 2009 el sector avícola colombiano contaba con una serie de
ventajas comparativas y competitivas:
Entre las ventajas comparativas de la avicultura nacional se pueden mencionar: Estratégica
ubicación geográfica para acceder a mercados de exportación, fuentes de aprovisionamiento
de materias primas a bajo costo, disponibilidad de tierras en lugares estratégicos para
proyectos avícolas, desarrollo del Know How en la producción y la capacidad potencial para
la producción de materias primas. (Revista Agricultores 2009)
Por su parte, las ventajas competitivas más importantes son: El emprendimiento empresarial,
la productividad de la mano de obra, la productividad en huevo y pollo que supera estándares
internacionales, la existencia de empresas que producen con el formato global, la
actualización de la tecnología del sector y la capacidad de respuesta de la industria de la
genética. (Revista Agricultores 2009)
11
3. El sector avícola en las negociaciones del TLC con Estados Unidos
3.1 Análisis de las negociaciones y su relación con el sector avícola
En su intención fortalecer su relación comercial con Estados Unidos y de
internacionalizar la economía colombiana, el gobierno nacional decidió iniciar
negociaciones para un Tratado de Libre Comercio en el año 2003. La eliminación de
aranceles y cuotas representaba grandes oportunidades para los productos colombianos en el
mercado americano.
Sin embargo, hubo sectores que levantaron la mano y se opusieron a la firma del tratado
desde el inicio de las negociaciones. Para los bienes producidos en ambos países se generaba
una incertidumbre sobre la verdadera conveniencia del tratado por los subsidios e incentivos
que el gobierno americano da a los agricultores.
El sector avícola colombiano siempre tuvo una sonora resistencia a la firma del tratado.
En Estados Unidos los cuartos traseros del pollo (pierna, pernil y rabadilla) son considerados
desperdicio puesto que su consumo es muy bajo y por esta razón, llegarían a Colombia,
incluyendo los costos logísticos, a un costo inferior del producido nacionalmente. También
hay que tener en cuenta, argumenta FENAVI, que la materia prima para la comida de los
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animales, parte importante en la estructura de costos, es mucho más económica en Estados
Unidos.
En el caso de los cuartos traseros de pollo, el TLC establece un plazo de 18 años para el
desmonte total de los aranceles y cuotas de importación. Un tiempo superior al de otros
productos como el maíz y lácteos y solo superado por el arroz que tendrá 19 años antes del
desmonte total de aranceles y cuotas.
3.2 Reacciones del sector frente al TLC
FENAVI siempre resaltó el riesgo que corría el sector avícola colombiano por la entrada en
vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos con especial preocupación por el
precio al que llegarían los cuartos traseros de pollo, los problemas sanitarios que impactarían la
producción nacional y la deficiente infraestructura existente en Colombia para la exportación.
Los contingentes y plazos que define el tratado para un desmonte final de los gravámenes a la
importación de pollo no fueron suficientes para los empresarios colombianos que insisten en que
se está poniendo en peligro la industria que a 2012 representaba el 27% del PIB agrícola del país.
Los altos subsidios que el gobierno americano da a los productores de maíz amarillo hacen
que los costos de las empresas avícolas se reduzcan. Los cuartos traseros de pollo llegarían a
Colombia a un costo cerca del 42% inferior a los producidos nacionalmente.
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Otra de las preocupaciones de los empresarios avícolas colombianos son las prácticas
desleales de comercio en las que se puedan ver involucradas algunas empresas norteamericanas.
Rusia decidió prohibir la importación de algunos alimentos de Estados Unidos, incluido el pollo.
Ese 40% de su excedente de pollo que Estados Unidos le vendía a Rusia ahora se lo tiene que
vender a otros países y América Latina parece ser su mercado objetivo.
La Comisión de Comercio Exterior de México COCEX confirmó dumping en la importación
de pollo de Estados Unidos en 2012. Los exportadores estadounidenses están vendiendo a
México los cuartos traseros por debajo del costo de producción y esto ha traído grandes
problemas a la industria mexicana. México le compra anualmente a Estados Unidos 260.000
toneladas de cuartos traseros mientras que en el 2012 Colombia importó solo las 27.000
toneladas que establece el contingente.
El Tratado de Libre Comercio además de eliminar aranceles y cuotas de importación y en su
objetivo de mejorar las condiciones para el intercambio comercial entre los dos países, también
hace más fluidos los procesos y trámites fito y zoosanitarios para el acceso a los diferentes
mercados.
Los brotes de influenza aviar en Estados Unidos son otra de las grandes preocupaciones de los
empresarios colombianos ante la entrada en vigor del TLC. Andrés Fernando Moncada, antiguo
presidente de FENAVI, manifestó públicamente que “la preocupación en este punto se basa en la
influenza aviar, una enfermedad presente en varios distritos de Estados Unidos donde hay una
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importante producción avícola. Si se importa producto proveniente de esas regiones el país se
podría contagiar y sería un riesgo para nuestro patrimonio, por eso se debe trabajar a toda luz
para que se respeten los procedimientos.”
Históricamente uno de los grandes obstáculos que ha tenido Colombia en términos de
competitividad ha sido su deficiente infraestructura para las exportaciones. Las condiciones
geográficas hacen difícil el transporte terrestre a pesar de las grandes obras de carreteras que han
tenido lugar en los últimos años. Hay quienes afirman que la firma del Tratado de Libre
Comercio fue apresurada dadas las dificultades logísticas que tienen las empresas colombianas
para las exportaciones. Más del 50% de las exportaciones a Estados Unidos se hacen vía
marítima, sin embargo el flete al puerto en Colombia es muchas veces más costoso que el flete a
Estados Unidos.
4.
Análisis e implicaciones del TLC para el sector avícola
Después de analizar el contexto histórico y actual del sector, de examinar sus fortalezas y
debilidades y de analizar el contenido de las reacciones despertadas en contra del Tratado de
Libre Comercio con los Estados Unidos, nos parece entonces importante evaluar cuál ha sido el
impacto real de este tratado en la avicultura colombiana. Para ello, es necesario analizar
diferentes variables como lo son cantidades importadas, precio y los gustos del consumidor
nacional.
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Como se mencionó anteriormente, el TLC estableció la importación de pollo proveniente de
EE.UU. bajo un contingente diseñado para no afectar a la industria nacional. De esta manera, el
contingente establece que durante el primer año de vigencia del TLC solo estaba permitido el
ingreso de 27.000 toneladas desde Estados Unidos, y esta cantidad iría aumentando un 5% cada
año. Como lo explicaba el entonces Ministro de Comercio, Industria y Turismo Sergio DiazGranados, la realidad es que estas 27.000 toneladas iniciales sólo representan el 2,5% de la
producción nacional de pollo y para importar una cantidad de cuartos traseros de pollo superior a
ésta se debe pagar un arancel del 164% durante los primeros cinco años de vigencia del tratado.
A partir de entonces, se empezará a desmontar gradualmente el arancel en un plazo de 18 años,
momento en el cual el arancel para la importación de pollo será 0%. Por ello, en términos de
volúmenes importados, se puede inferir que inicialmente el TLC no representa una gran amenaza
para la producción nacional.
La gráfica a continuación refleja el valor de la cantidad de pollo estadounidense importado
por Colombia desde el 2002 hasta la fecha. Si bien es evidente que ha existido un crecimiento
importante de las importaciones, esto no se debe únicamente al TLC. Como se puede apreciar,
entre el 2002 y el 2013, las importaciones de pollo desde los Estados Unidos crecieron 423%.
Entre el 2002 y el 2006 (año en que se terminaron las negociaciones del tratado), las
exportaciones registraron un decrecimiento del 75%. En el periodo comprendido entre el 2006 y
el 2012, que puede considerarse el tiempo de preparación del sector para hacer frente a la entrada
en vigor del TLC en Mayo de 2012, el crecimiento alcanzado fue el más alto con 1.696%.
Después de un año y medio de vigencia del TLC, del 2012 al 2013, el incremento de las
importaciones fue sólo del 16%, y finalmente, en el periodo entre enero y octubre del 2013 al
2014, las importaciones aumentaron un 6%.
16
6%
16%
423%
1.696%
-75%
Fuente: Foreign Agricultural Service – United States Department of Agriculture (2014). Elaboración y cálculos por
María Gómez G. y Juan José Osorio M.
Al examinar las cifras de las importaciones de pollo medidas en toneladas, se encuentran
diferencias en las tendencias para algunos periodos. Como lo evidencia la siguiente gráfica, entre
las similitudes de tendencia están los cambios registrados entre el 2002 y el 2013 (83%), entre el
2002 y el 2006, (-87%) y entre el 2006 y el 2012, un crecimiento pronunciado de 1.440%. Por el
contrario, después de un año y medio de vigencia del TLC, entre el 2012 y el 2013, las toneladas
importadas disminuyeron un 7% y entre Enero y Octubre del 2013 y 2014, decrecieron 1%.
17
Fuente: Foreign Agricultural Service – United States Department of Agriculture (2014). Elaboración y cálculos por
María Gómez G. y Juan José Osorio M.
Con estos datos, se puede comprobar que los mayores crecimientos de las importaciones no se
produjeron a raíz de la implementación del TLC con los Estados Unidos. Por el contrario, el
periodo de mayor crecimiento se dio una vez pactado el Tratado pero sin haber entrado en vigor.
También es importante resaltar que aunque desde el año 2012 el valor de las importaciones
aumentó, en realidad las toneladas importadas no lo hicieron. Esto significa que la creencia de
que las importaciones de pollo han aumentado a partir del Tratado de Libre Comercio, no es
válida.
Adicionalmente, se realizó una proyección para 18 años (momento en el cual se desmontará
por completo el arancel) del volumen de las importaciones de pollo provenientes de los Estados
Unidos. El crecimiento se hizo tomando en cuenta el porcentaje anual en el que se debería
desmontar el contingente según lo establecido en el tratado y asumiendo que éste sería llenado en
su totalidad durante todos los años. Así mismo, la tabla refleja una proyección de la producción
nacional realizada tomando el crecimiento promedio de los últimos cinco años. Esto se hizo con
el fin de establecer el porcentaje de representación que tendrá el volumen de las importaciones
una vez vencido el plazo de los 18 años para desmontar el contingente. Según estos cálculos, en
el año 2030, las importaciones de pollo provenientes de EE.UU. sólo representarán el 2,3% de la
producción nacional.
CRECIMIENTO DEL CONTINGENTE Y PROYECCIÓN (Toneladas)
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2012
2013
2014*
2015
2016
Valor
Contingente
27,000
28,350
29,768
31,256
32,819
34,460
36,183
37,992
39,891
41,886
43,980
46,179
Contingente
Llenado
27,301
25,504
25,270
31,256
32,819
34,460
36,183
37,992
39,891
41,886
43,980
Porcentaje
Contingente
Llenado
101%
90%
85%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
18
2025
2026
2027
2028
2029
2030
48,488
50,913
53,458
56,131
58,938
61,884
64,979
46,179
48,488
50,913
53,458
56,131
58,938
61,884
64,979
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
Producción
1,112,246 1,275,515 1,337,827 1,403,183 1,471,732 1,543,630 1,619,040 1,698,134 1,781,092 1,868,102 1,959,363 2,055,083 2,155,479 2,260,779 2,371,224 2,487,064 2,608,563 2,735,997 2,869,657
Nacional
Contingente
como %
Producción
Nacional
2.5%
2.0%
1.9%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.2%
2.3%
2.3%
2.3%
2.3%
2.3%
2.3%
Fuente: FENAVI (2012). Elaboración y cálculos por María Gómez G. y Juan José Osorio M.
El valor de las importaciones no ha logrado siquiera llenar el contingente previsto en los
acuerdos. El contingente representa tan sólo el 2,5 por ciento de la producción colombiana en el
2013. El comportamiento de los primeros dos años permitiría concluir que, a medida que se
incremente el monto que puede ser importado (+5%/anual), es de prever que los despachos a
Colombia aumenten. Pero dado que la base inicial del contingente es muy baja (27000 toneladas),
aún en el final del proceso de transición arancelaria sólo representará unas 65.000 toneladas de la
producción nacional si estimamos un comportamiento hacia el futuro similar al que ha tenido la
industria en los últimos años.
En términos de precios, es evidente que la avicultura en Colombia tiene problemas de
competitividad si se compara con la avicultura estadounidense. Estos problemas están ligados a
retrasos en la infraestructura vial y de comunicaciones, la baja eficiencia y los elevados costos de
producción. Los altos costos de producción están relacionados principalmente a la necesidad de
importar materias primas como el maíz que a pesar de que provienen de países de Mercosur, con
19
bajos aranceles, terminan siendo costosas debido a la carencia de una infraestructura logística
nacional y de los problemas de tiempo y costos del transporte. Por estos motivos, el pollo
proveniente de Estados Unidos tendría un precio aproximado de $2.650 pesos, mientras que el
pollo producido en Colombia se vende cerca de los $4.500 pesos. (FENAVI, 2012).
En la actualidad, la diferencia de precios entre el producto importado y el nacional no es
visible para el consumidor pues el contingente es muy bajo. Los intermediarios del mercado se
quedan con el margen sin transferirlo al producto a la venta. Pero en un futuro, si no se realizan
los ajustes necesarios, el sector tendrá dificultades en mantener su presencia en el mercado
doméstico.
Por otro lado, hay que resaltar que el tema de los gustos de los consumidores colombianos es
de gran importancia. Tradicionalmente, los colombianos han consumido diferentes partes del
pollo: cuartos traseros (pierna, pernil, rabadilla), alas y pechuga, siempre frescos. Las
importaciones de pollo provenientes de EE.UU. estarían constituidas en su mayoría por los
cuartos traseros de pollo congelados. Sin embargo, según Felipe Villegas Mejía, accionista de
Huevos Santa Anita, “los consumidores colombianos prefieren los productos frescos, el pollo
congelado no les llama la atención, pierda sabor”.
Esta fase de transición es entonces suficiente para organizar un programa sectorial que
identifique con precisión las áreas en las cuales es necesario invertir para poder reducir la ventaja
comparativa que el sector productor americano tiene en la actualidad. Especial importancia tiene
el tema de costos de producción que es una de las falencias de nuestro sector agropecuario. Los
insumos requeridos (alimento, vacunas, medicamentos, complementos nutricionales, etc.) tienen
costos elevados en Colombia. A eso se suman los problemas estructurales de nuestra economía y
20
que afectan al conjunto de los sectores productivos. Uno de los más importantes es el retraso en
la infraestructura física que encarece los costos de transporte. Del mismo modo, las elevadas
primas de seguros relacionadas con la inseguridad que aún afecta al país. El tercer factor
estructural es el relacionado con la incorporación de tecnología. El país adolece de buenas líneas
de investigación en el sector agropecuario que son indispensables para adecuar la producción a
las particularidades climáticas, agronómicas, zootécnicas y biológicas. Las líneas de
investigación aplicada no son lo suficientemente fuertes como para representar ventajas
competitivas. Finalmente están los temas comerciales en los cuáles la innovación es siempre
necesaria. La industria nacional no debe descuidar posibilidades que permitan mejorar sus
márgenes desarrollando nuevos mercados y productos que incrementen el consumo nacional.
También hay posibilidades de formulas asociación, cooperación o integración vertical que
podrían generar ventajas adicionales para enfrentar la competencia internacional.
5.
Conclusión
21
La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos plantea retos
importantes para la industria colombiana en especial para el sector avícola. Sin embargo, al
evaluar el impacto real del tratado en el sector, podemos establecer que el efecto es mínimo en
los primeros años debido a las medidas salvaguardias adoptadas y al desmonte gradual del
contingente a través de los años. Dados los elevados niveles de protección que deberían asumir
los importadores de pollo si desean ingresar volúmenes por encima del contingente, es poco
probable que ello suceda. Por este motivo, puede suponerse que durante los 18 años que dura la
fase de transición, el sector avícola colombiano tendrá una adecuada protección para poder
realizar los ajustes en productividad que le permitan enfrentar la competencia internacional.
La protección obtenida en la mesa de negociaciones debe servir para comprar el tiempo
necesario para realizar los ajustes sectoriales y estructurales necesarios para que se cierren las
brechas de competitividad que actualmente existen.
A largo plazo estas medidas le brindan al sector la posibilidad de adaptarse y efectuar los
cambios necesarios en términos de infraestructura, costos, eficiencia, competitividad y
tecnología para prepararse para cuando se desmonten los aranceles y cuotas de importación.
En los primeros años de aplicación del TLC entre EE.UU y Colombia puede decirse que el
sector avícola nacional no se ha visto perjudicado por la apertura. Los niveles de contingentes
son lo suficientemente bajos como para impedir que hasta el momento el mercado doméstico
haya sido invadido por producto estadounidense. Es una señal de alarma que no debe ser
desconocida que las importaciones avícolas de Colombia sólo provengan de EE.UU lo que
22
confirma que existe un problema estructural de competitividad. La diferencia de precios es
considerable.
Estamos convencidos de que el TLC representa una oportunidad para el desarrollo y
tecnificación del sector avícola el cual debe maximizar sus ventajas comparativas y competitivas
aprovechando el tiempo negociado para el desmonte gradual de los aranceles.
Por esta razón el sector debe trabajar de la mano del gobierno en la implementación de
políticas y prácticas que garanticen un óptimo desarrollo de la industria para que sea competitiva
en el momento en que el pollo se importe a Colombia sin arancel. Además, una adecuada
preparación que implique cambios positivos, le podría permitir explorar oportunidades en
mercados internacionales.
VI. BIBLIOGRAFÍA
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