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Bol Med Hosp Infant Mex. 2014;71(5):315---322
www.elsevier.es/bmhim
TEMA PEDIÁTRICO
Tratamiento del síndrome nefrótico idiopático en niños
Luis Velásquez Jones
Departamento de Nefrología Dr. Gustavo Gordillo Paniagua, Hospital Infantil de México Federico Gómez, México D.F., México
Recibido el 14 de abril de 2014; aceptado el 10 de julio de 2014
Disponible en Internet el 12 de noviembre de 2014
PALABRAS CLAVE
Síndrome nefrótico
idiopático;
Síndrome nefrótico
sensible a
corticosteroides;
Síndrome nefrótico
resistente a
corticosteroides
KEYWORDS
Idiopathic nephrotic
syndrome;
Steroid-sensitive
nephrotic syndrome;
Steroid-resistant
nephrotic syndrome
Resumen La incidencia anual del síndrome nefrótico se ha estimado en 1-3 por cada 100,000
niños menores de 16 años de edad.
En niños, la causa más común del síndrome nefrótico es el síndrome nefrótico idiopático
(SNI), que se define por la presencia de proteinuria e hipoalbuminemia y es, por definición, una
enfermedad primaria. En el estudio de la biopsia renal se pueden encontrar alteraciones histológicas renales no específicas que incluyen lesiones mínimas, glomeruloesclerosis segmentaria
y focal y proliferación mesangial difusa.
En todos los pacientes con SNI se indica el tratamiento con corticosteroides, ya que, habitualmente, no se requiere de una biopsia renal antes de iniciar el tratamiento. La mayoría
de los pacientes (80-90%) responden a este tratamiento. Los niños con SNI que no presentan
remisión completa con el tratamiento con corticosteroides generalmente presentan glomeruloesclerosis segmentaria y focal, y requieren tratamiento con inhibidores de calcineurina
(ciclosporina o tacrolimus), mofetil micofenolato o rituximab, además del bloqueo del sistema
renina-angiotensina.
En este artículo se revisan las recomendaciones recientes aceptadas para el tratamiento de
los niños con SNI.
© 2014 Hospital Infantil de México Federico Gómez. Publicado por Masson Doyma México S.A.
Todos los derechos reservados.
Treatment of idiopathic nephrotic syndrome in children
Abstract The annual incidence of the nephrotic syndrome has been estimated to be 1-3 per
100,000 children < 16 year of age.
In children, the most common cause of nephrotic syndrome is idiopathic nephrotic syndrome
(INS). INS is defined by the presence of proteinuria and hypoalbuminemia and by definition is a
primary disease. Renal biopsy study shows non-specific histological abnormalities of the kidney
including minimal changes, focal and segmental glomerular sclerosis, and diffuse mesangial
proliferation.
Correo electrónico: [email protected]
http://dx.doi.org/10.1016/j.bmhimx.2014.07.002
1665-1146/© 2014 Hospital Infantil de México Federico Gómez. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados.
316
L. Velásquez Jones
Steroid therapy is applied in all cases of INS. Renal biopsy is usually not indicated before
starting corticosteroid therapy. The majority of patients (80-90%) are steroid-responsive. Children with INS who do not achieve a complete remission with corticosteroid therapy commonly
present focal and segmental glomerular sclerosis and require treatment with calcineurin inhibitors (cyclosporine or tacrolimus), mycophenolate mofetil or rituximab, plus renin-angiotensin
system blockade.
In this article we review the recent accepted recommendations for the treatment of children
with INS.
© 2014 Hospital Infantil de México Federico Gómez. Published by Masson Doyma México S.A. All
rights reserved.
1. Introducción
El síndrome nefrótico es una condición en la cual ocurre
pérdida de proteínas a través del filtrado glomerular. La proteinuria resultante se acompaña habitualmente de edema,
hipoproteinemia, hiperlipidemia y otros trastornos metabólicos. Se ha estimado que la incidencia anual del síndrome
nefrótico es de 1-3 por 100,000 niños menores de 16 años
de edad. El síndrome nefrótico se clasifica como idiopático
cuando se debe a glomerulopatías primarias, o puede ser
secundario a diversas afecciones1---3 .
El síndrome nefrótico idiopático (SNI) es la causa más
común de esta entidad en niños. La mayoría de los niños
con este síndrome presentan lesiones glomerulares mínimas
en el estudio histológico de la biopsia renal; con menor frecuencia se observan las otras dos lesiones características
del SNI: hipercelularidad o proliferación mesangial difusa y
glomeruloesclerosis segmentaria y focal (GESF).
Aproximadamente el 80-90% de los niños con SNI responden al tratamiento con corticosteroides2,3 , por lo que se ha
clasificado como SNI sensible a corticosteroides.
Habitualmente no se requiere realizar biopsia renal para
indicar el tratamiento inicial con corticosteroides en niños
con SNI. A este respecto, el Estudio Internacional de Enfermedades Renales en los Niños (ISKDC, por sus siglas en inglés,
International Study of Kidney Disease in Children) demostró
que hasta el 93% de los niños con SNI y lesiones glomerulares
mínimas respondieron al tratamiento inicial con corticosteroides. Por otro lado, el 25-50% de los niños con lesiones
histológicas renales de proliferación mesangial difusa o GESF
también respondieron al tratamiento inicial4 . En cuanto a los
pacientes que no responden al tratamiento, se han clasificado como SNI resistente a corticosteroides5 .
2. Síndrome nefrótico idiopático sensible
a corticosteroides
Se ha mencionado que la mayoría de los pacientes con SNI
sensible a corticosteroides presentan lesiones glomerulares mínimas. El síndrome nefrótico de lesiones glomerulares
mínimas se caracteriza por el hallazgo de histología glomerular normal en el estudio de microscopia óptica, ausencia
de depósito de inmunocomplejos en el estudio con inmunofluorescencia y fusión extensa de los pedicelos en el examen
con microscopio electrónico.
2.1. Manifestaciones clínicas
Hasta la tercera parte de los niños con SNI pueden presentar
el antecedente de una infección de vías aéreas superiores
u otros factores que preceden el inicio del desarrollo del
edema generalizado. Las infecciones mencionadas son habitualmente de etiología viral. Otros antecedentes incluyen
cuadros alérgicos (sensibilidad al polen, a la leche de vaca,
al polvo o por picadura de abejas), medicamentos (ampicilina, trimetadiona o antiinflamatorios no esteroideos) o
algunas inmunizaciones (vacuna de difteria, tos ferina y
tétanos). Estos antecedentes se consideran factores precipitantes del síndrome nefrótico aunque, al parecer, no tienen
una relación de causa-efecto1 .
La enfermedad se puede manifestar clínicamente por
edema, que al inicio es palpebral y posteriormente se generaliza. Generalmente depende de la fuerza de gravedad ya
que en posición vertical (de pie) es mayor en las extremidades inferiores y en posición horizontal (acostado) se ubica en
la espalda, cuello y cara. Cuando se desarrolla anasarca, se
presenta ascitis, edema de genitales y puede haber derrame
pleural uni- o bilateral1 .
2.2. Laboratorio
La presencia de proteinuria grave caracteriza el cuadro del
síndrome nefrótico. Habitualmente, la proteinuria es positiva en tres o cuatro cruces en el examen general de orina,
mayor de 1 g/l y de 40 mg/m2 /h cuando se determina en
colección nocturna de orina de 12 h. Como consecuencia de
la proteinuria masiva se observa reducción de los niveles
de albúmina en el suero, a < 2.5 g/dl (25 g/l) y con frecuencia < 1 g/dl (10 g/l). El estudio de la concentración de las
inmunoglobulinas (Ig) muestra una reducción importante de
la IgG en el suero, con menor disminución de IgA y aumento
de IgM1 .
En relación con el metabolismo de los lípidos, habitualmente se observa un aumento de la concentración
Tratamiento del síndrome nefrótico idiopático en niños
de colesterol en suero (valores superiores a 250 mg/dl o
6.4 mmol/l) y de triglicéridos (valores superiores al percentil
95 para la edad del paciente).
Los niveles de hemoglobina y hematocrito en sangre
pueden ser normales o estar aumentados en pacientes hipovolémicos. No hay modificación en las cifras y proporción de
los leucocitos, aunque las plaquetas pueden alcanzar niveles
mayores de 500,000/mm3 .
Casi no ocurre elevación de los niveles de creatinina en el
suero o se encuentran ligeramente elevados a consecuencia
de la contracción del volumen intravascular.
En el examen de orina, además de la proteinuria, puede
presentarse hematuria microscópica hasta en la quinta parte
de los casos. A diferencia de otras glomerulopatías, como la
nefropatía IgA o la púrpura de Henoch-Schönlein, la hematuria microscópica no es persistente y remite en las primeras
semanas de iniciado el tratamiento.
2.3. Tratamiento
2.3.1. Corticosteroides
El tratamiento con corticosteroides se indica después de
que se ha descartado la presencia de infecciones, o cuando
ya se realizó el tratamiento satisfactorio de las mismas si
estuvieron presentes.
Actualmente se indica el siguiente esquema de tratamiento corticosteroide1,3 en el Departamento de Nefrología
del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG):
1) Primero, prednisona a dosis de 60 mg/m2 /d o 2 mg/kg/d
en una sola toma diaria durante 6 semanas (máximo
60 mg)
2) A continuación, prednisona a dosis de 40 mg/m2 /d
o 1.5 mg/kg/d en una sola toma cada 48 h durante
6 semanas (máximo 40 mg).
En las últimas recomendaciones del Kidney Disease
Improving Global Outcomes (KDIGO), en el capítulo
Steroid-sensitive nephrotic syndrome se menciona que
el tratamiento diario puede ser administrado durante 46 semanas. Además se aconseja indicar el tratamiento en
días alternos durante un periodo de 2 a 5 meses, reduciendo
progresivamente la dosis3 . A este respecto, diversos estudios
han demostrado que la prolongación del tratamiento inicial
(es decir, la primera vez que el paciente recibe tratamiento
corticosteroide) del SNI en niños, durante periodos variables entre 3 y 7 meses, reduce significativamente el número
de recaídas por paciente por año y el número de niños que
presentan recaídas frecuentes1 .
Aproximadamente la tercera parte de los niños con SNI
presentarán un solo episodio del cuadro nefrótico y, después de responder al tratamiento con corticosteroides, no
tendrán nuevas recaídas1 . Se ha estimado que si un niño
no presenta recaídas después de 18-24 meses de la respuesta inicial, probablemente se mantendrá en remisión
permanente6 . El 10-20% de los pacientes tendrán recaídas
varios meses después del primer episodio que remitió con el
tratamiento inicial con corticosteroides y presentarán remisión permanente después de otras tres o cuatro recaídas
que responden a nuevos tratamientos con corticosteroides. Finalmente, aproximadamente la mitad de los niños
317
continuarán teniendo recaídas y serán calificados como de
recaídas frecuentes o corticodependientes.
Se califica a un paciente con síndrome nefrótico de
recaídas frecuentes cuando presenta dos o más recaídas
en 6 meses, o cuatro o más recaídas en un año; y corticodependiente cuando dos recaídas consecutivas ocurren
durante el tratamiento con corticosteroides en días alternos o dentro de las 2 semanas de haber suspendido el
tratamiento1 .
El esquema para tratar los episodios de recaídas consiste en administrar prednisona en dosis de 60 mg/m2 /d
o 2 mg/kg/d (máximo 60 mg) en una sola dosis, hasta
3 días después de que ha remitido la proteinuria,
seguido por 4 semanas de prednisona a 40 mg/m2 /d o
1.5 mg/kg/d (máximo 40 mg) en una sola toma, en días
alternos3,6,7 .
En los pacientes con SNI con recaídas frecuentes o
corticodependiente se ha propuesto un esquema de corticosteroides que consiste en administrar prednisona durante
cuatro a cinco días, en dosis de 40-60 mg/m2 /d, hasta que la
proteinuria remite; posteriormente, la prednisona se indica
en días alternos y la dosis se reduce a 15-20 mg/m2 /d, de
acuerdo con el nivel de prednisona con el cual ocurrió la
recaída previa. Este tratamiento se continúa durante 1218 meses, tratando de mantener la dosis de prednisona lo
más baja posible para minimizar sus efectos colaterales.
Con este esquema se ha observado que, aparentemente,
no se afecta la velocidad de crecimiento de los niños6 .
Si el tratamiento en días alternos no mantiene la remisión del síndrome nefrótico, se ha sugerido administrar la
prednisona diariamente en la dosis más baja posible para
mantener la remisión, por lo menos durante un periodo de
3 meses3 .
2.3.2. Ciclofosfamida y clorambucilo
La ciclofosfamida y el clorambucilo se han utilizado con
efecto favorable en niños con SNI de recaídas frecuentes
o corticodependiente, que desarrollan efectos colaterales
importantes con el tratamiento prolongado con corticosteroides. Se recomienda el tratamiento a dosis de 2 mg/kg/d
de ciclofosfamida, en una sola toma, durante 8-12 semanas,
con dosis acumulativa máxima de 168 mg/kg3 . La ciclofosfamida se inicia después de que se ha obtenido la remisión de
la proteinuria con el tratamiento con corticosteroides3 ; este
último se suspende progresivamente en los días siguientes.
El clorambucilo se indica en dosis de 0.1-0.2 mg/kg/d
durante 8 semanas, con dosis acumulativa máxima de
11.2 mg/kg3 .
La toxicidad de la ciclofosfamida incluye leucopenia,
cistitis hemorrágica y alopecia. Sin embargo, la toxicidad
a largo plazo puede manifestarse con neoplasias malignas, fibrosis pulmonar, fibrosis ovárica y esterilidad8 , esta
última de mayor riesgo en varones. Por lo anterior, en el
Departamento de Nefrología del HIMFG no se recomienda el
tratamiento con ciclofosfamida en niños con SNI de recaídas
frecuentes o corticodependiente. A este respecto debe puntualizarse que las guías recientes continúan recomendando
el tratamiento con ciclofosfamida o clorambucilo como la
primera elección en niños con SNI de recaídas frecuentes o
corticodependiente que requieren suspender el tratamiento
prolongado con corticosteroides3 .
318
2.3.3. Ciclosporina y tacrolimus
En diversos estudios se ha observado que la ciclosporina
puede reducir la incidencia de recaídas del 75 al 90% en
los pacientes con síndrome nefrótico de recaídas frecuentes
o corticodependiente.
El tratamiento recomendado incluye el uso de prednisona
a 30 mg/m2 /d durante 4 semanas y posteriormente la misma
dosis en días alternos durante 2-4 meses. Simultáneamente
se inicia el tratamiento con ciclosporina en dosis de 45 mg/kg/d (150 mg/m2 /d), dividida en dos tomas; en caso de
mantener una adecuada respuesta después de 4-6 meses, se
debe intentar la reducción de la dosis de ciclosporina hasta
3-4 mg/kg/d. El tratamiento se continúa durante 12 meses, y
se suspende al terminarlo. Se recomienda mantener niveles
séricos de ciclosporina entre 100 y 150 ng/ml1 .
En los pacientes con efectos cosméticos colaterales de la
ciclosporina, se puede utilizar el tacrolimus. Se administra
en dosis de 0.1 mg/kg/d dividida en tomas, cada 12 h. El
tacrolimus, además, presenta menor nefrotoxicidad.
En la última revisión KDIGO se recomienda que la ciclosporina o el tacrolimus se indiquen durante un periodo de
al menos 12 meses debido a la tendencia de presentarse
recaídas al suspender el tratamiento3 .
En los niños con SNI de recaídas frecuentes o corticodependiente es recomendable realizar biopsia renal. De esta
manera, además de definir el tipo de lesión glomerular, el
hallazgo de lesiones tubulointersticiales importantes puede
obligar a no utilizar el tratamiento con anticalcineurínicos y
decidir otro esquema de tratamiento.
2.3.4. Mofetil micofenolato
Se ha sugerido el uso de mofetil micofenolato en niños con
SNI de recaídas frecuentes y corticodependiente que requieren tratamiento con ciclosporina y/o prednisona a largo
plazo para mantener su remisión9---11 . La dosis recomendada
es de 1,200 mg/m2 /d en dos tomas cada 12 h durante un
periodo de al menos 12 meses, ya que también existe la tendencia a presentar recaídas al suspender el tratamiento3 ,
aunque en algunos estudios se ha observado disminución
importante en el número de recaídas por año12 . Se puede
utilizar también la otra presentación disponible de este
medicamento, el micofenolato sódico con cubierta entérica
en dosis de 900 mg/m2 /d, el cual se caracteriza por presentar menos efectos adversos gastrointestinales. Debido a que
las dosis de ambas presentaciones no pueden fraccionarse,
deberán ajustarse cuidadosamente a la superficie corporal
del paciente pediátrico.
2.3.5. Rituximab
El rituximab es un anticuerpo monoclonal murino-humano
dirigido contra el antígeno CD20 presente en los linfocitos
pre-B y B, que ha sido desarrollado principalmente para el
tratamiento de neoplasias hematológicas. Se han publicado
informes favorables de casos de pacientes con SNI corticodependiente que han obtenido remisión prolongada de la
proteinuria (más de 9 meses) con el tratamiento con rituximab conjuntamente con corticosteroides y tacrolimus13 .
En el estudio de Ravani y colaboradores, el tratamiento con
rituximab permitió suspender los corticosteroides e inhibidores de calcineurina dentro de los 45 d después de cada
infusión de rituximab. En este estudio, después de reducir
L. Velásquez Jones
progresivamente las dosis de prednisona y el inhibidor de
calcineurina, se indicó rituximab en dosis de 375 mg/m2 por
vía intravenosa en un promedio de 6 h. La infusión fue precedida por la administración de maleato de clorfeniramina,
metil prednisolona y paracetamol. En caso de recaída de
la proteinuria se indicó tratamiento con prednisona y, a la
semana, segunda dosis de rituximab. Los pacientes incluidos en este estudio recibieron entre una y cinco dosis de
rituximab14 .
Sin embargo, se ha comentado que el tratamiento con
rituximab no cura el síndrome nefrótico, además de que su
efecto es transitorio en la mayoría de los pacientes15 .
Por otro lado, se ha observado que el tratamiento
con rituximab puede asociarse con el desarrollo de
diversos efectos colaterales; algunos de ellos durante
la infusión intravenosa del medicamento (como hipotensión arterial, fiebre, erupción cutánea, diarrea y
broncospasmo). Asimismo, los pacientes pueden desarrollar
infecciones graves a consecuencia de la leucopenia y/o la
hipogammaglobulinemia15---17 . También se ha reportado que
un paciente con síndrome nefrótico falleció a consecuencia
del desarrollo de fibrosis pulmonar17 y otro requirió trasplante cardiaco debido a un cuadro de miocarditis grave18 .
2.3.6. Tratamiento de mantenimiento y sintomático
Durante el periodo nefrótico es recomendable restringir el
agregado de sal a los alimentos1 .
En los pacientes con edema grave, sobre todo con compromiso de la función ventilatoria pulmonar (por anasarca
y ascitis y derrames pleurales), se requiere la infusión de
albúmina al 20% en dosis de 1 g/kg en un periodo de 4 h
y la administración de furosemida por vía intravenosa en
dosis de 1-2 mg/kg al inicio y al final de la infusión de albúmina. Deberá vigilarse el probable desarrollo de hipokalemia
acentuada con este tratamiento1 .
2.4. Evolución y pronóstico
Rüth y colaboradores realizaron una evaluación a largo plazo
de 42 niños (26 del sexo masculino) con síndrome nefrótico
corticosensible en la niñez. Se les realizó un seguimiento de
22 años, en promedio, después del diagnóstico inicial8 . Los
pacientes evaluados tuvieron una edad media de 28 años
(de 18 a 47 años). Se observó que 14 pacientes (33%) habían
presentado recaídas del síndrome nefrótico en la edad
adulta y, en el momento de su último control, 5 pacientes
estaban recibiendo tratamiento (tres con ciclosporina, uno
con prednisona en días alternos y uno con un inhibidor
de la enzima convertidora de angiotensina). Los factores
identificados como predictores de nuevas recaídas en
la edad adulta incluyeron el mayor número de recaídas
durante la niñez y adolescencia y un curso complicado
(recaídas frecuentes o corticodependencia) que requirió
la administración de medicamentos como ciclofosfamida,
clorambucilo y ciclosporina. La talla final, el índice de masa
corporal y la función renal se encontraron dentro de los
límites normales en todos los pacientes y, de forma global,
la mortalidad general fue baja. De los 24 pacientes que recibieron tratamiento con ciclofosfamida solamente dos tenían
hijos, en comparación con 6 de 18 pacientes que no recibieron ciclofosfamida. También se observó que los pacientes
Tratamiento del síndrome nefrótico idiopático en niños
con dos o más ciclos de ciclofosfamida tuvieron mayor riesgo
de no tener hijos que los que recibieron un solo ciclo8 .
319
Tabla 1 Tratamiento con ciclosporina y prednisona en
niños con SNI resistente a corticosteroides
3. Síndrome nefrótico idiopático resistente
a corticosteroides
1. Prednisona
30 mg/m2 /d, durante 4 semanas
30 mg/m2 /d, cada 48 h (días alternos), durante 5 meses
Se recomienda que el paciente pediátrico reciba tratamiento inicial con corticosteroides durante un periodo de
8 semanas, para definir la presencia de corticorresistencia3 .
En los niños que no responden al tratamiento está indicada
una biopsia renal percutánea, para diagnosticar el tipo de
lesión histológica renal subyacente.
En los pacientes con SNI resistente al tratamiento con
corticosteroides es frecuente el hallazgo de GESF durante el
estudio histológico de la biopsia renal. La GESF es una lesión
glomerular también presente en pacientes con alteraciones
renales diferentes al SNI1 .
Los pacientes con SNI pueden presentar la lesión de
GESF como parte de un síndrome o limitada al riñón (no
sindrómica). Las mutaciones genéticas de las formas no síndrómicas incluyen genes que codifican proteínas del citoesqueleto basado en actina o en el diafragma de hendidura.
Las mutaciones en el gen NPHS2, que codifica la producción
de podocina, son las más frecuentemente encontradas en el
SNI con GESF de tipo genético. La herencia es de tipo autosómico recesivo. El gen se ubica en el cromosoma 1q25-31. Las
mutaciones del gen ACTN4, que codifica la alfa-actinina-4,
se han observado en pacientes con SNI con GESF de tipo familiar. En otros pacientes se han evidenciado mutaciones en el
gen CD2AP, el cual codifica las proteínas asociadas a CD21 .
Una característica distintiva es que estos pacientes habitualmente no responden al tratamiento con corticosteroides ni
otros medicamentos inmunosupresores19 .
2. Ciclosporina
5-6 mg/kg/día (o 150-200 mg/m2 /d), en dos dosis, durante
12 meses
Niveles séricos: 100-50 ng/ml
3.1. Manifestaciones clínicas y laboratorio
En algunos estudios se ha encontrado que los niños con
SNI y lesiones histológicas renales de GESF son de mayor
edad que los que no presentan esta lesión1 . En niños, el
cuadro clínico es semejante al observado en los pacientes
con SNI de lesiones glomerulares mínimas. En ocasiones se
observa mayor frecuencia de hipertensión arterial de grado
moderado (15-20% de los casos)20 y hematuria microscópica (40-50% al momento de su presentación inicial)20,21 .
Sin embargo, debido a que estas manifestaciones clínicas
también se encuentran en los niños con SNI de lesiones
glomerulares mínimas, no apoyan el diagnóstico diferencial
entre ambos cuadros clínicos.
3.2. Tratamiento
El tratamiento de los pacientes con SNI resistente a corticosteroides (habitualmente con lesiones histológicas renales
de GESF) incorpora los aspectos de manejo conservador
y diversos esquemas terapéuticos dirigidos a controlar la
proteinuria y preservar la función renal22,23 . Los estudios
de seguimiento a largo plazo tanto en adultos como en
niños han demostrado que la preservación de la función
renal se asocia directamente con el grado de control de la
proteinuria24---26 .
3. Inhibidor de enzima convertidora de angiotensina
3.2.1. Corticosteroides
Los estudios del ISKDC mostraron que aproximadamente el
30% de los niños con SNI y GESF responden al tratamiento
inicial con corticosteroides7 . Sin embargo, en una proporción importante se observan recaídas en los siguientes meses
después del tratamiento inicial. En otros casos, después de
una respuesta inicial favorable y de otras remisiones en
recaídas subsecuentes, algunos pacientes presentan falta de
respuesta a un nuevo tratamiento, por lo cual se ha denominado corticorresistencia tardía27,28 . Se ha descrito una
menor respuesta al tratamiento con corticosteroides en los
pacientes con mutaciones en el gen NPHS2 que codifica la
podocina de los podocitos29 .
En los pacientes con SNI con GESF que responden al tratamiento inicial con corticosteroides, se ha observado que
hasta el 50% puede mantenerse en remisión completa, el
25% presenta posteriormente remisión parcial y otro 25%
evoluciona con corticorresistencia tardía. La remisión completa en estos casos predice una evolución favorable a largo
plazo, casi comparable a la observada en pacientes con SNI
de lesiones glomerulares mínimas1 .
En los pacientes corticorresistentes, los corticosteroides continúan siendo un componente importante en los
diversos esquemas alternativos propuestos, y se indican
habitualmente en combinación con los otros medicamentos
utilizados como los inhibidores de calcineurina y los antiproliferativos.
3.2.2. Ciclosporina
En estudios realizados tanto en niños como en adultos, se
ha demostrado que el tratamiento con ciclosporina asociada
con prednisona tiene una eficacia mayor en la inducción de
la remisión que la ciclosporina sola30---32 .
El esquema utilizado en el Departamento de Nefrología
del HIMFG está basado en las recomendaciones de Niaudet
y Boyer6 y las normas KDIGO3 (tabla 1).
En un estudio previo, realizado en el Departamento de
Nefrología del HIMFG33 , se indicó tratamiento con ciclosporina y prednisona a 14 niños con SNI corticorresistente, con
edades entre 6 meses y 6 años. En 13 pacientes la biopsia
renal demostró GESF. En este estudio, 7 pacientes presentaron remisión completa del síndrome nefrótico; de ellos,
dos mantuvieron la remisión 3-4 años después de suspender
el tratamiento con ciclosporina, y uno recayó a los 2 años,
pero remitió con un nuevo tratamiento; los otros 4 pacientes
mantuvieron la remisión con la prolongación del tratamiento
con ciclosporina (tabla 2)33 .
320
L. Velásquez Jones
Tabla 2 Respuesta al tratamiento con prednisona y ciclosporina en niños con síndrome nefrótico corticorresistente
Número de pacientes
14
Respuesta al tratamiento
Remisión completa
Remisión parcial
No remisión
7
5
2
Tiempo de respuesta
Del primer al segundo mes
Del tercer al sexto mes
Séptimo mes
5
3
4
Fuente: Velásquez y colaboradores33 .
En los pacientes que presentan recaída del síndrome
nefrótico al suspender el tratamiento con ciclosporina (u
otro inmunosupresor), después de haber obtenido la remisión completa, se recomienda reiniciar el tratamiento con
corticosteroides, o repetir el tratamiento previo que indujo
la remisión, o indicar un agente inmunosupresor alternativo
para minimizar la potencial toxicidad acumulativa3 .
Se ha descrito el desarrollo de diversos efectos adversos del tratamiento con anticalcineurínicos en niños con SNI
corticorresistente. La frecuencia ha variado desde el 23%
del desarrollo de hipertensión arterial al 17% de disminución de la densidad mineral ósea, con frecuencia menor
del 6% de hipertricosis, cataratas e hipertrofia gingival32 .
Sin embargo, el efecto adverso más importante es el de
la potencial nefrotoxicidad (arteriolopatía, atrofia tubular y
fibrosis intersticial renales), que se observa principalmente
después de tratamientos prolongados (más de 24 meses). En
estas circunstancias, como ya se mencionó, deberá buscarse
preferentemente un esquema alternativo de tratamiento.
3.2.3. Tacrolimus
Se han publicado diversos estudios sobre la utilidad del
tacrolimus en niños con SNI resistente al tratamiento con
corticosteroides34,35 . El esquema de tratamiento es semejante al descrito con ciclosporina, es decir, asociado con
prednisona durante un periodo de 6 meses, y una dosis inicial de tacrolimus de 0.1 mg/kg/d, dividido en dos dosis, con
control de los niveles de tacrolimus, manteniendo niveles en
sangre entre 5 y 10 ng/ml. El tratamiento con tacrolimus se
prolonga hasta 12 meses.
3.2.4. Agentes alquilantes
La ciclofosfamida y el clorambucilo han sido utilizados
en el tratamiento de los pacientes con SNI corticorresistente desde la década de 1960. Asimismo, se ha usado la
mostaza nitrogenada36 . Como se ha descrito previamente,
la principal indicación de los agentes citotóxicos es en
el tratamiento de los pacientes con SNI de recaídas frecuentes o corticodependiente. Sin embargo, a pesar de
que se continúan publicando informes del probable efecto
favorable del tratamiento con ciclofosfamida en pacientes
con síndrome nefrótico corticorresistente37 , no se demostró la utilidad del tratamiento con ciclofosfamida a dosis
de 2.5 mg/kg/d durante 90 días en un estudio controlado publicado por el ISKDC38 . El tratamiento con bolos
de ciclofosfamida por vía intravenosa (dosis mensuales de
Tabla 3 Eficacia de la combinación ciclosporinaprednisona versus mofetil micofenolato-dexametasona
en niños con síndrome nefrótico corticorresistente
Número de pacientes
Remisión completa
Remisión parcial
Remisión completa
o parcial
Recaídas al suspender el
tratamiento
Mantuvieron remisión
a 78 sem
CyA-Pred
MMF-Dexa
72
14
19
33 (46%)
66
6
16
22 (33%)*
11 (33%)
4 (18%)
16 (48%)
17 (77%)
CyA-Pred:
ciclosporina-prednisona;
MMF-Dexa:
mofetil
micofenolato-dexametasona.
* Diferencia no estadísticamente significativa, p = 0.38. Modificada de Gipson y colaboradores41 .
500 mg/m2 durante 6-9 meses) tampoco ha tenido un efecto
favorable en la inducción de la remisión en pacientes con
SNI corticorresistente39,40 . Por lo anterior, actualmente no
se recomienda su uso en niños con síndrome nefrótico
corticorresistente3 .
3.2.5. Mofetil micofenolato
El mofetil micofenolato, un agente antiproliferativo, fue
introducido en la década de los 90 como un agente inmunosupresor en trasplante renal.
El estudio más importante respecto del tratamiento con
mofetil micofenolato en pacientes con síndrome nefrótico corticorresistente ha sido realizado por Gipson y
colaboradores41 . En el estudio se incluyeron 72 pacientes
en el grupo control que recibieron tratamiento con ciclosporina (5-6 mg/kg/d, máximo 250 mg/día) en dos dosis,
durante un año, manteniendo niveles en sangre entre
100-250 ng/ml. Los pacientes del grupo experimental (66
pacientes) recibieron mofetil micofenolato en dosis de 2536 mg/kg/d (máximo 2 g/d) durante un año y dexametasona
(0.9 mg/kg/dosis) 2 días de cada semana para un total de
46 dosis. En ambos grupos se indicó prednisona en dosis de
0.3 mg/kg/dosis (máximo 15 mg) cada 48 h durante 6 meses.
En la tabla 3 se indican los resultados del estudio. Se
observa que aunque los niños del grupo experimental presentaron menor frecuencia de remisión completa o parcial
(la diferencia no alcanzó significación estadística, p = 0.38),
tuvieron menor frecuencia de recaídas y mantuvieron en
mayor proporción el estado de remisión a las 78 semanas
de seguimiento41 .
Con base en los resultados anteriores, se recomienda
el tratamiento con mofetil micofenolato y dosis altas de
corticosteroides en niños con síndrome nefrótico corticorresistente que no han presentado remisión completa o parcial
al tratamiento con anticalcineurínicos y corticosteroides3 .
3.2.6. Rituximab
Gulati y colaboradores reportaron los resultados de un
estudio de 33 pacientes con edades entre 2 a 41 años
(promedio 12.7 años), en quienes la biopsia renal demostró
lesiones glomerulares mínimas (17 pacientes) y GESF
(16 pacientes)42 . Estos pacientes presentaron síndrome
Tratamiento del síndrome nefrótico idiopático en niños
nefrótico corticorresistente sin respuesta a otros tratamientos con inhibidores de calcineurina, mofetil micofenolato,
ciclofosfamida y otros agentes inmunosupresores. Se
indicó tratamiento con rituximab a dosis de 375 mg/m2
cada semana durante 4 semanas, más prednisona durante
10 semanas. Se observó remisión completa o parcial del síndrome nefrótico en 11 pacientes con lesiones glomerulares
mínimas (64%) y en 5 pacientes (30%) con GESF. Después de
un seguimiento, en promedio, de 21 meses, 15 pacientes
de ambos grupos mantenían la remisión completa
(7 pacientes) o parcial (8 pacientes)42 .
Sin embargo, hasta la fecha, las normas KDIGO3 no recomiendan el uso de rituximab en niños con síndrome nefrótico
corticorresistente hasta contar con los resultados de estudios controlados43,44 , y también debido al alto riesgo de
complicaciones asociadas con su uso16---18 .
3.2.7. Tratamiento conservador
El manejo de las alteraciones hidroelectrolíticas y el edema
grave es semejante al indicado en los pacientes con SNI y
lesiones glomerulares mínimas. Sin embargo, en los niños
con GESF, debido a la alta frecuencia de falta de respuesta
completa a los tratamientos instituidos y a la persistencia de
la proteinuria, se ha recomendado, además, el control
de la hiperlipidemia y la reducción de la proteinuria con
la utilización de inhibidores de la enzima convertidora de
angiotensina3,22,45 . Se ha recomendado en estos pacientes
el uso de enalapril en dosis de 0.2 hasta 0.6 mg/kg/d, con
respuesta dependiente de la dosis. Sin embargo, deberán
vigilarse estrechamente los potenciales efectos colaterales
que incluyen reducción de la velocidad de filtración glomerular y de la hemoglobina, hiperkalemia y, clínicamente, el
desarrollo de angioedema y tos persistente22 .
3.3. Evolución y pronóstico
La evolución de los niños con SNI corticorresistente, la mayoría de ellos con lesiones de GESF, depende de su respuesta
al tratamiento instituido. Los pacientes que se mantienen
en remisión de la proteinuria evolucionan habitualmente en
forma favorable, con conservación de la función renal25 .
En una serie de 92 niños con GESF (7 de ellos con proteinuria asintomática sin síndrome nefrótico), seguidos una
media de 8 años, Paik y colaboradores observaron remisión
completa en 36 niños (39%), remisión parcial en 14 (15%)
y síndrome nefrótico persistente en 13 (14%); 9 pacientes
(10%) presentaban insuficiencia renal y 20 insuficiencia renal
crónica terminal (21%). El promedio de tiempo de la presentación inicial al desarrollo de insuficiencia renal crónica
terminal fue de 67 ± 43 meses y la supervivencia renal a los
5, 10 y 15 años fue del 84, 64 y 53%, respectivamente21 .
Como conclusión, cabe mencionar que aproximadamente
el 30% de los pacientes con síndrome nefrótico y lesiones de
GESF presentarán recurrencia de la enfermedad después
de practicado un trasplante renal46 .
Conflicto de intereses
El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.
321
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