337 monográfico: tumor de urotelio superior Arch. Esp. Urol., 57, 3 (337-347), 2004 INTERÉS DE LA TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES (PET) EN LOS TUMORES DEL UROTELIO. Ana Mª Jiménez Vicioso, Victoria Torres Isidro y José Luis Carreras Delgado. Dpto. de Radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico Universitario de San Carlos de Madrid. Instituto PET FOCUSCAN S.L. Madrid. España. Resumen.- OBJETIVO: Estudiar el estado actual y posibles aplicaciones de la PET en los tumores del urotelio. MÉTODO: Se introducen los aspectos básicos de la técnica PET, se realiza una búsqueda sistemática en la bibliografía sobre la utilización de la PET en estos tumores y se comenta la experiencia propia en este tema. RESULTADOS: La experiencia clínica de la PET en los tumores uroteliales aún es escasa. El principal interés de esta técnica apunta hacia la detección y localización de invasión ganglionar y a distancia. CONCLUSIONES: La PET puede ser de utilidad en la estadificación, reestadificación y recurrencia de los tumores uroteliales, evitando métodos de diagnósticos cruentos y tratamientos más agresivos, si bien se necesitan estudios clínicos más amplios que avalen estas indicaciones. Correspondencia Palabras clave: PET. FDG. Urotelio. Urología. Neoplasias. Tumor Urotelio Superior. Ana Jiménez Vicioso Instituto PET FOCUSCAN S.L. Avda. Nueva Zelanda, 44. 28035 Madrid (España). E-mail : [email protected] Summary.- OBJECTIVES: To study the state-of-the-art and potential applications of PET for urothelial tumors. METHODS: We introduce the basics of the PET technique and perform a systematic bibliographic review on the use of PET in these tumors. RESULTS: Clinical experience on PET in urothelial tumors is still limited. The main interest of this technique is detection and localization of lymph nodes and distant metastases. CONCLUSIONS: PET may be useful in staging, re-staging and for recurrences of upper urinary tract tumors, allowing avoiding more invasive diagnostic methods and more aggressive therapies; nevertheless more extensive clinical studies are necessary to support this indications. Keywords: PET. FDG. Urothelium. Urology. Neoplasias. Upper urinary tract urothelial tumor. INTRODUCCIÓN El desarrollo de las técnicas tomográficas ha permitido un gran avance en el diagnóstico y manejo de los tumores malignos. Los métodos convencionales utilizados en la estadificación de las neoplasias, como la ecografía, tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM) proporcionan una información fundamentalmente morfológica o estructural, mientras que las técnicas de la Medicina Nuclear aportan información funcional, bioquímica y molecular. La Tomografía por Emisión de Positrones (PET) es la 338 A. Mª Jiménez Vicioso, V. Torres Isidro, J. L. Carreras Delgado. modalidad diagnóstica más avanzada de la Medicina Nuclear, permite obtener tanto imágenes como mapas numéricos de la actividad metabólica de los tejidos sanos y patológicos, ofreciendo una información funcional in vivo imposible de alcanzar con otros procedimientos no invasivos. Por este motivo es capaz de detectar la enfermedad en un estadio precoz de su evolución, antes que cualquier otro método de imagen estructural. La PET permite estudiar visualizar y cuantificar múltiples procesos fisiológicos y bioquímicos in vivo, como son metabolismo de la glucosa, síntesis de proteínas, actividad enzimática, proliferación celular, expresión génica, densidad de receptores, consumo de oxígeno, flujo sanguíneo etc., o efectos de un fármaco en el organismo. Actualmente la PET con FDG se considera un instrumento imprescindible en el área de la oncología. Su utilidad ha sido demostrada ampliamente en la mayoría de los tumores malignos, sobre todo en los más frecuentes, y en diversas situaciones clínicas como son el diagnóstico diferencial benignidad vs malignidad de una lesión conocida, la detección y localización de una recurrencia sospechada, la estadificación, reestadificación, pronóstico y valoración de la respuesta a la terapia. No sólo resulta una técnica muy eficaz sino que además es costo-eficiente si se utiliza correctamente (1-2). En el campo de los tumores urológicos su utilización ha sido escasa y además controvertida. En este artículo, tras exponer brevemente los aspectos básicos de esta técnica, realizamos un resumen sobre el estado actual de la PET en el manejo de los tumores del urotelio, basándonos en la revisión de la literatura y nuestra propia experiencia clínica. ASPECTOS GENERALES La PET está basada en la administración de una molécula marcada con un isótopo emisor de positrones (e+) y la obtención de imágenes de su distribución espacial en el organismo, mediante un procedimiento de imagen tomográfica muy similar al utilizado por la TC y la RM. La información obtenida puede ser muy variable dependiendo de la molécula administrada. La cámara PET no detecta directamente positrones sino los fotones resultantes de la aniquilación de estos positrones. Así, cuando un positrón atraviesa el medio, después de un corto recorrido no mayor de 3 mm, es atraído por su antipartícula, el electrón (e-) y ambas partículas se destruyen convirtiéndose en energía pura, es decir, en un par de fotones llamados de aniquilación, siempre con la misma energía de 511 kev cada uno, que emergen simultáneamente en la misma dirección y en sentidos opuestos. La cámara de positrones detecta estos pares de fotones mediante detectores opuestos (detectores pareados) que actúan en coincidencia. La cámara consta de múltiples detectores de centelleo pareados dispuestos en anillo alrededor del paciente. Los detectores actúan en coincidencia detectando cuasi simultáneamente ambos fotones y se asume que la desintegración se localiza en la línea vista por ambos detectores. Esta detección en coincidencia es la principal característica que diferencia la PET de las demás técnicas de medicina nuclear. Debido a que la información posicional en PET se obtiene sin necesidad de los colimadores utilizados en medicina nuclear convencional, la eficiencia de detección intrínseca obtenida en la PET es mucho mayor y proporciona una superior resolución espacial, de hasta 4 mm. La detección en coincidencia permite una corrección de atenuación real de los fotones emitidos dentro del paciente, para medir esta autoatenuación se utiliza una fuente rotatoria ya sea de un emisor de positrones (68Ge) o de un emisor de fotón único de energía similar (137Cs), con la que se obtiene una imagen de la transmisión del sujeto a estudiar. Actualmente, también se están utilizando tubos de rayos-X como fuente emisora. Esta corrección de la atenuación permite realizar cuantificaciones de la distribución regional del radiotrazador (por ejemplo en µCi/mm3). Los emisores de positrones que se utilizan son isótopos de elementos biológicos comunes como el carbono (11C), oxígeno (15O) y nitrógeno (13N). Del hidrógeno no existe emisor de positrones y se emplea en su lugar el flúor (18F) que presenta un comportamiento químico similar. Con estos cuatro radionúclidos se puede marcar prácticamente cualquier molécula existente en el organismo, como por ejemplo H2O, CO2, aminoácidos, hormonas, análogos químicos como la fluordeoxiglucosa (FDG) o incluso fármacos como por ejemplo el diazepam. La mayoría de estos isótopos se producen en ciclotrones de uso médico, también llamados Baby Ciclotrons, de pequeño tamaño, baja energía y de manejo automatizado y sencillo. Posteriormente, la síntesis y marcaje de la molécula, así como los controles de calidad, se realizan en los laboratorios de radiofarmacia mediante módulos INTERÉS DE LA TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES (PET) EN LOS TUMORES DEL UROTELIO. automáticos de síntesis. En España a fecha de Noviembre de 2003 se dispone de 5 ciclotrones y 20 cámaras PET en funcionamiento. El radiotrazador que con más frecuencia se utiliza en la clínica y el único comercialmente disponible en la actualidad es un análogo de la glucosa, la fluoro-2-desoxi-D-glucosa marcada con flúor 18 (18FFDG ó FDG), que presenta un semiperiodo de 110 minutos. La utilización de la PET con FDG en oncología se basa en la diferente utilización de glucosa en los tejidos malignos y benignos (3). La mayoría de los tumores malignos muestran un incremento tanto en el flujo sanguíneo como en la actividad metabólica de los tejidos afectados (4), constituyendo este principio la base de la imagen PET. Estos cambios en la fisiología se presentan de forma más precoz que los cambios anatómicos, por lo que la PET-FDG permite detectar las alteraciones bioquímicas y fisiológicas ocasionadas por procesos tumorales cuando aún no se evidencian alteraciones con otras técnicas de diagnóstico por imagen (5). La FDG es captada por las células por un mecanismo de transporte facilitado, igual que la glucosa fisiológica. Una vez en el interior de la célula es fosforilada a FDG-6-fosfato por la hexoquinasa quedando atrapada en ella. A diferencia de la glucosa, la FDG no se reabsorbe por el túbulo renal y es excretada prácticamente sin modificaciones por la orina entre 3 y 24 horas después de su administración, excepto desde el tejido miocárdico, donde queda retenida hasta 96 horas antes de su eliminación. La concentración celular de FDG representa de forma muy directa la actividad glicolítica de esas células. Los tejidos tumorales malignos presentan una glicolisis acelerada y una disminución de la capacidad de generar energía de forma aerobia, que se ve facilitada por un incremento en la expresión de las moléculas transportadoras de glucosa, GLUT1 a GLUT5, en la superficie de estas células. Además, en ellas se observa un aumento en los niveles y actividad de la hexoquinasa y de otras enzimas de la glicolisis. Por otra parte, las células tumorales presentan niveles bajos o ausencia de la glucosa-6-fosfatasa, por lo que la desfosforilación tiene lugar de forma muy lenta comparada con las células no tumorales. Este diferente metabolismo existente entre el tejido normal y el maligno es lo que lleva al gran contraste en la captación del radiofármaco que se observa en estas imágenes. Sin embargo, aunque esto es lo que habitualmente sucede, la captación de FDG varía ampliamente entre los distintos tipos 339 de tumores. Así, se han descrito captaciones muy elevadas en tumores de alta agresividad tumoral, con niveles altos de GLUT1 y GLUT3, y de enzimas de la glicolisis como la hexoquinasa, la fosfofructoquinasa y la piruvato deshidrogenasa, mientras que en los linfomas no Hodgkin de bajo grado, en los carcinomas broncoalveolares y en cáncer de próstata puede no producirse captación de FDG, por lo que ocasionarían falsos negativos (FN) de esta técnica. Por el contrario, determinadas patologías benignas como procesos inflamatorios activos, fundamentalmente la tuberculosis, pero también abscesos y granulomas de otras etiologías pueden captar FDG, lo que conduce a resultados falsos positivos (FP) de la PET, y a disminuir la especificidad de esta técnica. La principal ventaja de la PET con FDG es la posibilidad de realizar estudios de cuerpo entero de forma no invasiva (sólo requiere la inyección intravenosa del radiotrazador), permitiendo estudiar los distintos órganos del cuerpo, de modo que no sólo se valora el tumor primario, sino también las eventuales metástasis a distancia ocasionadas por él. CONTRAINDICACIONES, LIMITACIONES Y TÉCNICA DE EXPLORACIÓN PET-FDG La única contraindicación que presenta este estudio es el embarazo al igual que sucede con el resto de las exploraciones que utilizan radiaciones ionizantes. En caso de mujer en periodo de lactancia, se recomienda suspender ésta durante las 24 horas posteriores al estudio. No se han descrito reacciones adversas ni interacciones medicamentosas con la administración de FDG. Como limitación relativa del estudio PET está la incapacidad de permanecer inmóvil durante la adquisición, como ocurre en afecciones generales graves o en niños menores de 8 años. En estos casos puede ser necesario utilizar sedación o anestesia. La preparación del paciente tiene por objeto conseguir la máxima captación del trazador en los tejidos malignos, reduciéndose al mínimo en el resto del organismo para obtener el mayor contraste tumor/fondo. Para ello el paciente debe guardar un ayuno de 4 a 6 horas previo al estudio, así se reducirá la utilización de la glucosa fisiológica. En caso de diabéticos se intentará normalizar la glucemia o al menos reducirla por debajo de 250 mg/dL. Previamente a la administración del trazador, para evitar contracturas musculares por estrés que podrían 340 A. Mª Jiménez Vicioso, V. Torres Isidro, J. L. Carreras Delgado. dar resultados falsos positivos, se administra un relajante muscular (por ejemplo diazepam o tetrazepam). El radiofármaco se administra mediante una inyección intravenosa con dosis de 150 a 500 MBq de FDG. Posteriormente el paciente debe permanecer en reposo y en decúbito supino durante 45-60 minutos antes de ser posicionado en la cámara PET (tiempo en el que se alcanza la tasa máxima de incorporación estable de FDG en el organismo). Transcurrido este tiempo se posiciona en la camilla y se inicia la toma de datos a través de la cámara PET que se prolonga aproximadamente 40 minutos en un estudio de cuerpo completo. Se procura una buena hidratación y el vaciado de la vejiga antes de la exploración para evitar artefactos de imagen debidos a una concentración radiactiva relativamente alta en los cálices de la pelvis renal y en la vejiga. Algunos grupos de trabajo recomiendan la administración de furosemida ( por ejemplo 0.25 mg/Kg) 20 minutos antes del comienzo de la exploración. Sin embargo, no se ha demostrado que este procedimiento aumente la capacidad diagnóstica de la exploración. Otros autores realizan sondaje y lavados vesicales continuos (6). Tras realizar corrección por atenuación para optimizar la calidad de las imágenes, el estudio se valora mediante análisis visual y de forma cuantitativa o semicuantitativa. Para el estudio semicuantitativo se utiliza el índice SUV (Standardized Uptake Value), que permite cuantificar la captación de FDG en el tumor, proporcionando un diagnóstico más exacto que el análisis visual. El SUV fue introducido por Haberkorn (7) y se define como el cociente entre la captación de FDG en la lesión y la captación media en el resto del organismo. Habitualmente se obtiene a partir de la actividad de radiofármaco inyectada y el peso corporal, la masa corporal no grasa (lean body mass) o la superficie del área corporal (body surface area). El valor umbral o cutoff más aceptado para diferenciar lesiones benignas de malignas (B/M) se sitúa en torno a 2.5-3.0 para tejidos blandos, y a 2.0 para lesiones óseas. A más alto grado de malignidad el SUV es más elevado, sin embargo, su interpretación debe realizarse con precaución, pues hay que tener en cuenta que el SUV es diferente en los distintos órganos y según factores individuales, así el valor normal en el sustancia gris cerebral está entre 10 y 15 según la edad, en el miocardio es muy variable, y en vías de excreción urinaria suele ser mayor de 10. Para calcular el SUV es indispensable un estudio de transmi- sión para realizar la corrección de la atenuación. APLICACIONES DE LA PET EN LOS TUMORES DEL UROTELIO La PET ha sido poco utilizada en tumores urológicos por múltiples razones: La eliminación urinaria de la FDG puede dificultar la visualización de los tumores de próstata, vejiga y riñón. Esta dificultad se puede ver incrementada por el pequeño tamaño y bajo grado de malignidad de muchos de estos tumores (8-12). En la revisión bibliográfica realizada por nuestro equipo hemos encontrado una serie de trabajos sobre las aplicaciones clínicas de la PET en el campo de la urología (13), principalmente en tumores renales y prostáticos. En lo que se refiere a tumores del urotelio propiamente dicho, son pocos los artículos publicados y tratan del cáncer de vejiga. Según nuestra opinión esto es debido a la poca frecuencia con que aparecen los tumores uroteliales de pelvis y uréter y a la dificultad para la visualización de lesiones primarias próximas a las vías de eliminación de la FDG. No obstante, a continuación exponemos los problemas diagnósticos que presentan estas neoplasias y las posibles aplicaciones de la PET-FDG en estos casos. DIAGNÓSTICO DEL TUMOR PRIMARIO Los tumores uroteliales están localizados a lo largo del tracto urinario, desde pelvis renal a uretra proximal, correspondiendo en un 90-95% a carcinomas transicionales, excepto los de uretra que suelen ser escamosos. La mayoría de todos ellos, alrededor del 90% , se originan en la vejiga urinaria. Los tumores del urotelio superior son raros, sólo un 8% de todos los tumores uroteliales. La característica fundamental de los tumores uroteliales es la multifocalidad y tendencia a la recidiva en un mismo lugar o en otras localizaciones del trayecto urinario. Los del tracto superior desarrollan en un 30% un tumor vesical a lo largo de su evolución, y en un 10-25% de los casos se diagnostican durante la evolución de un tumor vesical (14). En la mayoría de las ocasiones la hematuria es la forma de presentación inicial de las neoplasias del urotelio, tanto del tracto superior como de los tumores vesicales. En el diagnóstico inicial, además de la exploración clínica y citología urinaria, el primer INTERÉS DE LA TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES (PET) EN LOS TUMORES DEL UROTELIO. método de imagen a utilizar es la ecografía, por su inocuidad y gran rentabilidad diagnóstica. La urografía intravenosa se utiliza en los tumores del tracto superior o para conocer la repercusión urológica alta en los tumores vesicales. Cuando los datos aportados por estas técnicas no son suficientes se realizan cistoscopia y biopsias para confirmar el diagnóstico en caso de tumores vesicales, seguido de resección transuretral en caso de alta probabilidad de tumor maligno. En tumores del urotelio superior la ureterorrenoscopia con toma de biopsia ayuda al diagnóstico y en algunos casos constituyen el tratamiento definitivo. Con todo lo anterior se suele llegar al diagnóstico del tumor primario, lo cual explica que se hayan realizado pocas investigaciones con otras técnicas más novedosas como la PET. En cualquier caso hay que recordar que la FDG se elimina por vías urinarias y éstas presentan una alta actividad fisiológica que puede enmascarar las lesiones, por tanto si se realiza un estudio PET es indispensable conocer la anatomía de las vías excretoras, si existe o no obstrucción del sistema colector, derivaciones quirúrgicas, y en ocasiones realizar sondaje y lavados vesicales para evaluar la vejiga. Aún con todo esto, puede seguir siendo muy difícil la interpretación de la imagen PET-FDG en los tumores primarios de vías urinarias. El primer trabajo publicado en que se apunta la posibilidad de estudiar tumores urológicos con PETFDG data de 1988, en el que Kawamura y cols. (15 ) estudian a 5 pacientes. Posteriormente en 1991, Harney y cols. (16) visualizan con PET FDG tumores de vejiga transplantados en animales y recomiendan los lavados vesicales durante el estudio encontrando índices de captaciones tumor/vejiga normal de 3.8 a 13.1. Además realizan esta exploración en un paciente con sospecha de recurrencia local de cáncer vesical tratado con radioterapia (RT) en el que la TC era dudosa, confirmando la existencia de recurrencia mediante PET-FDG. Pocos meses después aparece una publicación de Wahl y cols. (17) en la que también utilizan esta técnica en animales con tumores renales humanos y además realiza la exploración a 5 pacientes con tumores renales. La PET-FDG visualizó mejor que la TC los 5 tumores primarios conocidos y además detectó todas las metástasis. Entre estos tumores se encontraba un carcinoma de células transicionales con extensión a vena renal, evidenciado con la PET-FDG. 341 DIAGNÓSTICO DE EXTENSIÓN Y RECURRENCIA El carcinoma transicional de vejiga urinaria es un tumor considerado de evolución local, sin embargo dos tercios de los tumores infiltrantes suelen desarrollar metástasis a distancia generalmente en los dos primeros años. En el momento del diagnóstico alrededor del 60% son superficiales, entre el 15-25% infiltrantes y localmente invasivos y del 5 al 10% son infiltrantes y diseminados. El problema principal de los tumores invasivos es que cuando aparece la sintomatología y se diagnostican, ya presentan metástasis. Se diseminan por vía directa en profundidad, vía linfática a ganglios regionales y más tardíamente a ganglios a distancia, y por vía hemática principalmente a pulmón, hígado y hueso. La exploración que se realiza habitualmente para el diagnóstico de extensión tumoral es la cirugía endoscópica con confirmación histopatológica en todos los casos. Cuando se trata de un carcinoma infiltrante sin sospecha clínica de metástasis a distancia, solo se aconseja RX de tórax y TC abdominopélvica . El grado de penetración del tumor en la pared vesical junto a su tamaño determinan la invasión linfática y empeoran el pronóstico. La invasión ganglionar de los carcinomas infiltrantes varía del 15-50% según las series. La TC presenta muy poca eficacia diagnóstica en la valoración de los ganglios linfáticos pélvicos, su exactitud diagnóstica es de alrededor de un 65% con un rango que varía entre el 55 y 92%, con tasas de falsos negativos de más del 40% (18-20). El tamaño de los ganglios es el criterio principal en que se basa la TC para sospechar la invasión neoplásica, se consideran patológicos los superiores a 10 mm en abdomen y pelvis. La afectación metastásica no suele alterar los valores de atenuación de los tejidos a no ser que presenten necrosis o calcificaciones secundarias al tratamiento. Sin embargo, pueden existir ganglios invadidos con menor tamaño o, por el contrario, estar agrandados sin ser malignos. En un trabajo publicado por Scolieri y cols. (20) sobre 37 pacientes con carcinoma del urotelio superior concluyen que la TC preoperatoria en pacientes sin sospecha de enfermedad avanzada es raramente útil y no influye en el manejo del paciente, por lo que no debe de hacerse más que en casos seleccionados. La RM considerada algo mejor que la TC, también falla en la identificación de los ganglios invadidos (18). La biopsia aspiración percutánea con aguja fina presenta mayor precisión diagnóstica pero su uso no está 342 A. Mª Jiménez Vicioso, V. Torres Isidro, J. L. Carreras Delgado. generalizado, pués es una técnica invasiva y en ocasiones las lesiones son inaccesibles. Cuando existe sospecha clínica de metástasis a distancia el estudio se completa con TC torácica y gammagrafía ósea. La PET-FDG está basada en criterios metabólicos y no anatómicos, cuando los ganglios están invadidos presentan un aumento del metabolismo y por tanto también de la captación de FDG, resultando una imagen con alto contraste tumor/fondo, no dependiendo directamente del aumento de tamaño de las lesiones. En este contexto, es de gran interés contar con esta técnica no invasiva capaz de detectar con un solo estudio tanto la afectación ganglionar como otras diseminaciones a distancia, si bien hay que tener en cuenta que, debido a la capacidad de resolución espacial del detector, falla en la detección de las micrometástasis al igual que en lesiones de bajo grado de malignidad con poca captación de FDG. La PET-FDG ha demostrado gran eficacia diagnóstica en la detección ganglionar y a distancia en otros tumores malignos (2), por lo que es de esperar su utilidad también en los tumores del urotelio. Sin embargo, en la revisión de la literatura hemos encontrado un número muy pequeño de trabajos a este respecto. Kosuda y cols. (21-22) son los primeros investigadores que publican la aplicación de la PET con FDG en una serie de pacientes con cáncer de vejiga. Estudian con PETFDG a 12 pacientes tras tratamiento quirúrgico y/o radioterápico para valoración de la extensión y localización de recurrencias o tumor residual. Detectan con PET-FDG 8 de 12 tumores localizados en vejiga (66.7%) y en uno de los casos además invasión directa en sigma que no se había visto por TC. Identifican 16 de 20 metástasis en diversos órganos (80%) y 2 de 3 afectaciones ganglionares. En dos pacientes la PET fue capaz de diferenciar recurrencia tumoral de alteraciones post radioterapia. Estos autores concluyen que, a pesar del inconveniente de la alta acumulación de FDG en orina, la PET puede ser útil en la detección de recurrencia perivesical y metástasis a distancia en los pacientes con cáncer de vejiga avanzado. El equipo de Bachor y cols. presenta las series con mayor número de casos de cáncer de vejiga estudiados con PET-FDG. En un estudio inicial (23) sobre 38 pacientes con cánceres urológicos, de los cuales 26 presentaban cáncer invasivo de vejiga, obtuvieron una especificidad (E) en la estadificación de ganglios linfáticos del 86% (18/21), resultando 3 falsos positi- vos en 3 pacientes, mientras que en 5 pacientes todos los ganglios afectados fueron vistos con la PET, además visualizaron el tumor vesical conocido en el 85% de los casos. En otro trabajo posterior (24) sobre 64 pacientes con cáncer de vejiga realizan PET para estadificación preterapeútica de las de metástasis linfáticas. Seguidamente realizan una linfadenectomía pélvica y estudio histológico. La PET identificó correctamente 14 casos de invasión linfática, con 7 falsos negativos. Se clasificaron como verdaderos negativos 37 pacientes, resultando 6 falsos positivos. La sensibilidad (S) obtenida fue del 67%, la E 86% y la Exactitud diagnóstica del 80%. Concluyen que la PET, a pesar de no identificar micrometástasis, presenta mejor eficacia diagnóstica que los métodos convencionales. Resultados muy similares encuentran Heicappell y cols. (25) en un estudio en 25 pacientes urológicos, de los cuales 8 tenían cáncer de vejiga. En este trabajo comparan los resultados de la PET en la detección de invasión ganglionar, con el estudio histológico postlinfadenectomía. La PET detectó afectación ganglionar en 2/3 pacientes, el tamaño mas pequeño de los ganglios detectados fue de 9 mm. Las micrometástasis no fueron detectadas. En este estudio no se encontró ningún falso positivo. Los autores concluyen que la PET-FDG puede ser una alternativa a la laparoscopia con disección ganglionar en la identificación de invasión ganglionar macroscópica no detectada mediante TC. FIGURA 1: Mujer de 57 años intervenida de riñon dcho. por urotelioma pielocalicial superior hace 3 meses. En la actualidad presenta dolor lumbar dcho. y TC normal. La PET muestra acúmulo de FDG en adenopatía precava (SUV 4,7). INTERÉS DE LA TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES (PET) EN LOS TUMORES DEL UROTELIO. EXPERIENCIA CLÍNICA DE NUESTRO EQUIPO Como sucede con otros autores, nuestra experiencia clínica en los tumores del urotelio superior es muy limitada y algo más extensa en los cánceres vesicales. Entre los años 1999 y 2003 hemos realizado un total de 7 estudios PET-FDG en 6 pacientes con cáncer del urotelio superior y 50 estudios en 42 pacientes con cáncer de vejiga. Actualmente estamos pendientes de la confirmación de los resultados de parte de los pacientes, por lo que hasta que no concluyamos nuestro estudio, sólo podemos adelantar algunos datos. En los 6 pacientes con tumores del urotelio superior se realizó el estudio PET-FDG por los siguientes motivos: En un caso para valorar la respuesta al tratamiento de una recurrencia pulmonar en la que la TC informó de buena respuesta, mientras que la PET detectó nuevos implantes pleurales y además afectación en adenopatías hiliares y mediastínicas. En los otros 5 casos, por sospecha de recurrencia clínica y/o en TC, RM y Gammagrafía ósea. En uno de ellos la TC era normal y la PET detectó una recurrencia ganglionar precava (Figura 1). En 2 pacientes con sospecha de metástasis óseas (uno por lesión sacroiliaca en la gammagrafía ósea y el otro por sospecha de lesio- FIGURA 2: Mujer de 71 años con nefrectomía y anexectomía izda. por urotelioma y tratada con QT hace 1 año. Actualmente masa pélvica en el TC. La PET muestra dos lesiones supravesicales ( SUV 15.6 y 20) y adenopatía paraaórtica dcha (SUV 4,8). 343 nes metastásicas en L2-L3 en RM y gammagrafía ósea) la PET fue normal. Se confirmó la benignidad de las lesiones vertebrales en un segundo estudio PET-FDG y posteriormente fueron diagnosticadas de colapsos vertebrales debido a la RT. En los 2 restantes casos la PET detectó las lesiones vistas en la TC y además otras lesiones ganglionares (Figura 2) . En los pacientes con cáncer de vejiga se solicitó PET-FDG para estudio de extensión postcirugía en 4 casos, y por sospecha de recurrencia en TC y/o RM y Gammagrafía ósea en los restantes 38 casos (16 pulmonares, 11 ganglionares, 7 partes blandas loco-regionales, 5 óseas, 1 hepática y 2 en SNC). En 8 de estos pacientes además se realizó un 2º estudio PET para valorar la respuesta al tratamiento tras la recurrencia, o para control de lesiones dudosas. De los 4 casos solicitados para estadificación inicial, solamente en 1 se detectó diseminación extravesical (una metástasis pulmonar). De los casos estudiados por sospecha de recurrencia, la PET resultó positiva en 31 estudios, negativa en 11 y dudosa en 3. En 12 casos detectó mayor número de lesiones que las pruebas convencionales (Figuras 3 a 6). FIGURA 3: Varón de 74 años intervenido en tres ocasiones de urotelioma de vejiga. En la TC muestra atelectasia pulmonar de LID, con PAAF negativo. En el estudio PET se observa múltiples acúmulos de FDG en peritoneo, linfáticos pélvicos, paraaortoiliacos bilaterales y mediastínicos (SUV máximo 8,6) En el estudio PET-FDG tras QT han desaparecido las lesiones abdominales, quedando restos de una adenopatía mediastínica. (B= bolsa colectora de orina) 344 A. Mª Jiménez Vicioso, V. Torres Isidro, J. L. Carreras Delgado. OTROS RADIOTRAZADORES La PET con FDG ha demostrado ser un excelente trazador en una gran variedad de neoplasias, sin embargo presenta limitaciones en la visualización de los tumores urológicos por su excreción renal y alta acumulación en vejiga. Con el fin de mejorar la eficacia diagnóstica de la PET en estos tumores, se ha investigado la utilización de otros trazadores oncófilos fundamentalmente aplicados a pacientes con cánceres de próstata y en menos ocasiones en cánceres de vejiga, que podrían también ser utilizados en otros tumores urológicos. Esos trazadores como la colina, metionina, prolina y el acetato, generalmente van marcados con 11C y más raramente con 18F. Los trazadores marcados con 11C tienen el inconveniente del bajo semiperiodo, de apenas 20 minutos, que hace necesario sintetizarlos inmediatamente antes de su utilización y requieren un ciclotrón situado en el centro donde se lleve a cabo el estudio por lo que su utilización queda restringida a unos pocos centros. En cambio el semiperiodo de 110 minutos del 18F permite su producción en ciclotrones alejados de las cámaras PET. FIGURA 4: Varón de 68 años intervenido en varias ocasiones con RTU y QT intravesical por urotelioma de vejiga. Actualmente presenta linfedema en pierna dcha. En la TC se observan adenopatías retroperitoneales e iliacas dchas. En la PET aparecen múltiples acúmulos de FDG en adenopatías retroperitoneales paraaorto-vaca, iliacas e inguinales bilaterales y en suprarrenal dcha. (SUV 2,5 a 4,7). Según nuestra opinión y coincidiendo con otros autores, hasta la fecha los resultados son alentadores en cuanto a la utilidad de la PET-FDG en la detección de recurrencia regional y a distancia en los tumores del urotelio, si bien no podemos hablar en términos de índices diagnósticos ni llegar a ninguna conclusión hasta confirmar los resultados de todos los pacientes. El mecanismo de acumulación de estos radiofármacos en las células tumorales sólo es en parte conocido. Se sabe que la colina es la base de un importante fosfolípido de la membrana celular y mediante RM por espectroscopia se ha demostrado un alto contenido de fosforilcolina en los tejidos malignos. La colina se integra en los fosfolípidos de la membrana mediante transporte activo y queda atrapada en la célula. La colina marcada con 11C (11C-Cho) presenta una alta captación tumoral, mientras que la actividad urinaria es despreciable. Hara y cols. (26), realizan PET con 11C-Cho en 10 pacientes con cáncer de próstata, para detección local y metastásica y lo compara con PET-FDG en los mismos pacientes. Obtiene mejores resultados con la 11C-Cho, pues la actividad urinaria con este trazador es mínima y se detectan fácilmente las lesiones locales y metastásicas con un SUV mayor de 3 en la mayoría de los casos. El inconveniente que presenta es el bajo semiperiodo del 11C. Con la idea de que el marcaje ideal es con 18F, se han desarrollado otros derivados de la colina marcados con este emisor de positrones la fluoroetilcolina (18F-FECh ) y la fluorometilcolina (18F-FMCh) (27-30). Así, posteriormente este mismo equipo (28) estudia con 18F-FECh a 16 pacientes con cáncer primario de INTERÉS DE LA TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES (PET) EN LOS TUMORES DEL UROTELIO. FIGURA 5: Varón de 62 años intervenido y tratado con QT por urotelioma vesical. En la TC actual presenta adenopatías iliacas dchas. En la PET aparecen acúmulos de FDG en adenopatías supraclavicular izda, paraaórticas bilaterales, iliaca dcha. (SUV 4,3- 7,6), y en vértice pulmonar izdo. (SUV 7,5). (B=bolsa colectora de orina) próstata sin encontrar diferencia en la captación respecto a la 11C-Cho, con una ligera mejora en la resolución espacial de las imágenes, pero necesitando sondajes y lavados vesicales para minimizar la actividad vesical pues presentan una mayor y más rápida excreción urinaria que la 11C-Cho. La 11C-metionina (MET) refleja el aumento del metabolismo y del transporte de aminoácidos en las células. La actividad vesical es mínima en comparación con la FDG. Núñez y cols. (31) comparan la eficacia diagnóstica de la MET con la de la FDG en el diagnóstico de extensión del cáncer de próstata. Estudian 12 pacientes con elevación del PSA o empeoramiento de las lesiones, utilizando como referencia las técnicas de imagen habituales (TC, RM y gammagrafía ósea). La S obtenida con la MET fue del 72% y con FDG del 48%. Un porcentaje significativo de lesiones no captaron ninguno de los dos trazadores. Llegan 345 FIGURA 6: Varón de 79 años intervenido en 5 ocasiones por urotelioma recidivante, y tratado con radioterapia por cáncer de próstata. Actualmente presenta lesión lítica en 2ª costilla dcha. En la PET se observa captación de FDG en 2ª costilla dcha. (SUV 9,7) y además en adenopatías retroperitoneales paraaórticas bilaterales (SUV máximo 5,2). Retención en sistema excretor dcho. a la conclusión de que en el cáncer de próstata avanzado puede existir una cascada metabólica, con captación inicial de MET en lesiones durmientes, seguido de captación de FDG durante progresión de la enfermedad. Por otra parte, Letocha y cols. (32) realizan 44 estudios PET con MET a 29 pacientes con carcinoma transicional de vejiga en diferentes estadios para valorar la respuesta a la terapia y compara el descenso de la captación de MET y del volumen tumoral con la respuesta clínica. Concluyen que aunque la PET no es útil para diagnóstico de cáncer de vejiga primario, es de gran utilidad para monitorizar la respuesta a la terapia. Posteriormente este mismo equipo (33) compara la FDG con MET en la estadificación del cáncer de vejiga en un grupo de 23 pacientes. Estos autores encuentran mejores resultados con la MET que con la 346 A. Mª Jiménez Vicioso, V. Torres Isidro, J. L. Carreras Delgado. FDG, la S obtenida fue del 78% (18/23), detectando tumores vesicales mayores de 1 cm. El 11C-Acetato es un trazador emisor de positrones que se utiliza para medir el metabolismo oxidativo del miocardio. El mecanismo de su alta acumulación en células tumorales, aunque no es del todo conocido, se sabe que es diferente al del miocardio. Parece ser que está causado por aumento de la síntesis de lípidos asociados a la membrana celular debido al crecimiento tumoral. Omaya y cols. (34) intentan demostrar la utilidad del 11C-Acetato en el diagnóstico de cáncer de próstata en 22 pacientes. A 18 de ellos además se les realiza estudio con FDG. Todos los pacientes mostraron captación de 11C-Acetato en las lesiones, mientras que la FDG fue positiva en 15 de los 18 pacientes. Concluyen que en pacientes con cáncer de próstata la PET con 11C-acetato presenta mayor sensibilidad que la PET que con FDG. duda diagnóstica. Algunos de los nuevos trazadores PET, como la MET y la 11C-Cho, debido a su baja eliminación renal evitan el principal problema de la FDG para la detección de lesiones próximas a vías urinarias. En el cáncer de próstata parecen aumentar la eficacia diagnóstica de la PET, y se describe su posible aplicación en la estadificación y monitorización de la respuesta a la terapia en los cánceres de vejiga. Consideramos de gran interés la realización de nuevos estudios con mayor número de pacientes que avalen estas indicaciones. BIBLIOGRAFIA: 1. La hidroxiprolina representa el principal constituyente de estructuras proteicas especialmente del colágeno. La prolina marcada con 18F, cis-Fprolina y trans-Fprolina son potenciales trazadores PET para tumores y síntesis anormales del colágeno. Se ha intentado aplicar esta molécula al estudio de tumores renales tras demostrar su acumulación en osteosarcoma en animales (35). Sin embargo en los tumores renales no se ha visto acumulación indicando que la afinidad de la cis-Fprolina es limitada y cuestionable como trazador tumoral (36). En un estudio anterior realizado por estos mismos autores se describió captación de cis-prolina en el cáncer renal, pero fue debido a una mala interpretación de la captación pancreática adyacente, como se reconoció en una posterior evaluación con la TC (37). 2. CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS FUTURAS 9. Actualmente, la experiencia de la Tomografía por Emisión de Positrones en los tumores del urotelio es limitada y su aplicación clínica no está definida. La PET-FDG no parece de utilidad en el diagnóstico inicial del tumor primario de pelvis renal, uréter o vejiga. Sin embargo, ha demostrado ser más eficaz que la TC en la estadificación/reestadificación y detección de recurrencias a distancia en los tumores malignos de vejiga. Presenta especial interés como complemento a las demás técnicas ante cualquier lesión que presente 3. 4. 5. 6. 7. 8. 10. 11. 12. 13. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS). Instituto de Salud Carlos III-Ministerio de Sanidad y Consumo. “Tomografía por Emisión de Positrones (PET) con 18FDG en oncología clínica (Revisión Sistemática)”.: AETS-Instituto de Salud Carlos III, Madrid Noviembre 2001. CARRERAS, J.L.; LAPEÑA L., ASENSIO, C.: “PET en Oncología 1ª edición”. Edit Nova Sidonia. Madrid 2002. HAWKINS, R.A.; HOH, C.K.: “PET-FDG studies in oncology”. Nucl Med Biol; 21:739, 1994. WARBURGM, O.: “The metabolism of tumors in the body”. In:Warburg O, Ed London: Constable and Co.; p. 75, 1930. 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