Hugo Obermaier y el Colegio El Pilar

Anuncio
MUSEO DE CIENCIAS NATURALES “DON PEDRO RUIZ DE
AZÚA”. COLEGIO NTRA. SRA. DEL PILAR. MADRID
EL DR. HUGO OBERMAIER
Y EL COLEGIO NTRA. SRA. DEL PILAR
DE MADRID
MARIANO GAITE MAGDALENO
m g a ite m @ h o tm a il.c o m
RESUMEN
En este trabajo presentamos algunos rasgos de la biografía del Dr. Hugo
Obermaier y el origen de la relación que mantuvo durante más de 30 años
con el Colegio “Ntra. Sra. del Pilar” de Madrid.
Exponemos también la influencia que tuvo en el desarrollo del Gabinete de
Ciencias Naturales y en el planteamiento científico y experimental de la
enseñanza de las Ciencias en el Colegio.
ABSTRACT
In this work we present some relevant features of Dr. Hugo Obermaier
and the origin of the relationship he kept for more than 30 years with the
School “Ntra. Sra. del Pilar” de Madrid.
We also deal with the influence that he had in the development of the
Cabinet of Natural History and in the experimental teaching of Sciences
in the School.
D
urante el proceso de investigación que he llevado a cabo sobre
el origen de los materiales existentes en el Gabinete de Ciencias
Naturales “Don Pedro Ruiz de Azúa” y cuál es la razón por la
cual, el Colegio Ntra. Sra. del Pilar de Madrid disponía de un
material científico puntero para la época y su extraordinario
Gabinete de Ciencias Naturales, me he encontrado con unas
personas que han sido, creo yo, fundamentales para la creación y su
desarrollo. Tres de ellas diría que son “consustanciales” con el
propio Colegio por ser profesores del mismo y religiosos
pertenecientes a la Compañía de María, Marianistas, que son los que
sustentan la titularidad. Pero a su vez, nos hallamos con otro
protagonista, el Dr. Hugo Obermaier Grad, ante el cual, lo primero
que me he preguntrado es, cómo y por qué llegó el Dr. Hugo
Obermaier al Colegio y cuál fue la relación que mantuvo con él.
Pues bien, el objetivo de las siguientes líneas es, en primer lugar,
mostrar o recordar, fundamentalmente a todo el profesorado,
amigos y comunidad educativa del Colegio del Pilar, algunos de los
rasgos imprescindibles de la vida y trayectoria profesional del Dr.
Hugo Obermaier Grad publicados en diferentes obras relacionadas
con la Paleontología, y otros más “familiares” que son los que más
me preocupan en estos momentos, por estar relacionados
directamente con la vida del Colegio, lo cual para nosotros los hace
más interesantes. Quizás algunos de estos datos “familiares
nuestros” no sean del todo conocidos por los biógrafos oficiales del
Dr. Hugo Obermaier.
En segundo lugar, aclarar cómo fue el origen de la relación con el
Colegio y explicar de qué forma influyó la labor científica y
académica que desarrolló durante su vida en el planteamiento
científico y experimental de la educación en el Colegio el Pilar.
De la misma manera, quiero que este conocimiento que nos aporta el
Gabinete de Ciencias Naturales “D. Pedro Ruiz de Azúa” y por ende
el Colegio Ntra. Sra. del Pilar, sirva como recuerdo agradecido del
profesorado del Colegio a un hombre íntegro, Hugo Obermaier,
2
sacerdote, educador y paleontólogo, que dio todo su buen hacer
para que la educación científica en España y en el Colegio fuera un
hecho.
Sobre los datos biográficos me he basado, y quiero decirlo desde el
principio, en dos libros fundamentalmente: El primero es la
reproducción facsimilar del “Hombre Fósil”, editado en 1985 por
Ediciones Istmo, con presentaciones de los doctores José María
Gómez-Tabanera 1, Hans-Georg Bandi y Emiliano Aguirre, y el
segundo es “El hombre fósil” 80 años después: volumen
conmemorativo del 50 aniversario de la muerte del Dr. Hugo
Obermaier. Editado por La Universidad de Cantabria, Fundación
Botín e Instiute for Prehistoric Investigations. Editor: Alfonso
Moure Romanillo y varios autores más. Año 1996.
Sobre los datos más “familiares” han sido recopilados de las revistas
del colegio Ntra. Sra. del Pilar, fundamentalmente de “Recuerdos” y
“El Pilar”. También del Diario de D. Pedro Ruiz de Azúa y
publicaciones internas de la Sociedad de María como: “Petites
Biographies de Quelques Religieux de la Societé de Marie
(Marianistes)" Editado en Bélgica. Aux bureaux de « l’Apôtre de
Marie » 48, boulevard des Archers, Nivelles (Belgique), así como de
los diferentes trabajos publicados por D. Fidel Fuidio, entre ellos su
tesis doctoral “La Carpetania”.
También son importantes los datos minuciosos y rigurosos que
aparecen en la obra “Disquisitio super martyrio” realizada por el
Padre Enrique Torres S.M., para la causa de beatificación de Fidel
Fuidio. En ella nos proporciona numerosos datos de cómo era la
relación casi permanente entre Fidel Fuidio y Hugo Obermaier,
cómo influyó éste en su vocación por la Prehistoria, en el
seguimiento y en la orientación del trabajo que Fidel llevó a cabo
durante más de quince años.
Finalmente, creo que la relación que mantuvo Hugo Obermaier con
el profesorado y en general con la comunidad educativa del Colegio
fue una bendición, pues sin su figura como científico, como profesor
y como persona, quizás “el estilo” de enseñanza que hubiera tomado
el Colegio en los primeros treinta años de existencia hubiera sido
otro.
1
José María Gómez-Tabanera antiguo alumnos del Colegio del Pilar de la
Promoción 1945.
3
DATOS BIOGRÁFICOS
Hugo Max Joseph Obermaier Grad nació en Regensburg (Ratisbona.
Baviera) el 16 de enero 1877 y muere el 12 de noviembre de 1946 en
Freiburg (Friburgo. Suiza). Fue hijo de un maestro, Anton
Obermaier y de Josefa Grad.
Después de estudiar en las escuelas
de
Ratisbona
decide
hacerse
sacerdote católico, ordenándose en
1900.
Inmediatamente
comienza
sus
estudios de Prehistoria, quizás por
influencia de F. Birkner, que ejercía
como profesor de Prehistoria en
Munich.
Entre los años 1901 a 1904 estudia
geología, arqueología prehistórica,
geografía, paleontología, etnología,
filología
alemana
y
anatomía
humana en Viena.
En
1904
se
doctoró
en
la
Universidad de Viena con la tesis
“Breitäge
zur
Kenntnis
des
Quartärs
in
den
Pyrenäen”
(Contribuciones al conocimiento del
Cuaternario en los Pirineos), según
el Dr. Hans George Bandi 2, trabajo que nunca llegó a publicarse
completamente; o con este otro trabajo de tesis señalado por Alfonso
Moure Romanillo 3 sobre “Die Verbreitung des Menschen während
des Eiszeitaiters in Mitteleuropa” «La expansión de los hombres
durante la Edad de Hielo en Europa Central».
Para ampliar sus conocimientos el embajador francés en Austria le
recomienda ir a Francia y le pone en contacto con otro joven
sacerdote, Henri Breuil. Desde este momento no se puede hablar de
Obermaier sin hacer, al mismo tiempo, referencia a Breuil.
“Henri Breuil, trabajó codo con codo con Obermaier llegando a tener una
gran amistad que conservó durante toda su vida. Breuil le enseñó el
paleolítico francés y a la vez aprendió de él temas paralelos del centro
europeo. Ese mismo año (1904) viajan juntos a visitar los yacimientos del
valle del Somme, las cuevas de Les Combarelles, Les Eyzies, etc. También
le presentó a Emile Cartailhac que por entonces estaba investigando en las
El Dr. Hans-Georg Bandi fue discípulo de Obermaier. Prehistoriador y
Conservador-Director del Museo Histórico de Berna. Suiza. Publicado en su
artículo “El legado de H. Obermaier ante la ciencia de la Prehistorica europea:
en la reedición de “El Hombre Fósil” en 1985”.
2
Alfonso Moure Romanillo profesor de la Universidad de Cantabria en su
artículo “Hugo Obermaier, La Institucionalización de las Investigaciones y la
Integración de los Estudios de Prehistoria en la Universidad Española”,
publicado en “El Hombre Fósil 80 años después”.
3
4
terrazas del valle del Garona”, nos dice Alfonso Moure Romanillo en
“El hombre Fósil 80 años después”.
Estos estudios fueron para Obermaier una oportunidad, pues en
1908 volvió a la Universidad de Viena defendiendo el trabajo sobre
“Die Steingeräte des französischen Altpaläolithikums”, (Los
instrumentos líticos en el paleolítico inferior francés), lo cual le
sirvió para comenzar su actividad docente en esta universidad.
En 1905 Breuil y Obermaier entran en contacto con el Príncipe de
Mónaco Alberto I 4, durante el Congreso Internacional
de
Antropología y Arqueología Prehistórica celebrado en Mónaco, del
cual eran secretarios, y con el tiempo llegarían a tener una continua
relación y verdadera amistad.
En esta época la revista “Quelques religieux de la societé de Marie”, en
el capítulo referente a la biografía de Don Luis Heintz 5, parece dar a
entender que D. Luis, siendo profesor en el colegio Santamaría de
Vitoria (marianistas) y, por lo tanto, antes de fundarse el Colegio
del Pilar en 1907, tuvo ya contacto con Henri Breuil y Hugo
Obermaier. Dicha revista nos dice hablando de D. Luis Heintz:
« II avait une spéciale prédilection pour le mont Gorbea. M. Hidalgo 6,
professeur a l'Université de Madrid, le pria un jour de lui procurer
Alberto I de Mónaco nace en París en 1848 y muere también en París en 1922. Entró en la
Academia Naval Española de Cádiz a los 18 años, donde permaneció 4 años sirviendo en la
Marina de Guerra Española como capitán de navío. Cuando cumplió los años de formación
pasó a la "reserva" y regresó a Mónaco, pero continuó ascendiendo en la Armada española
llegando a ser Contralmirante. Realizó veintiocho expediciones marinas entre 1885 y 1922 con
sus propios barcos Hirondelle, Pincesse Alice, Hirondelle II y Princesse Alice II. Para ello, se
rodeó de los mejores científicos y dibujantes de la época que le acompañaban en sus
expediciones. En una de ellas exploró y cartografió las islas Svalbard, en varias estuvo en
Galicia, tres en Vigo y Santander. De esta afición surgió el sobrenombre de “El Príncipe
Navegante”. Fundó el Museo Oceanográfico de Mónaco y de París. Su conferencia en Madrid,
en la Real Sociedad Geográfica, en enero de 1912, a la que asistieron los Reyes de España,
Alfonso XIII y Victoria Eugenia, fue decisiva para la creación del Instituto Español de
Oceanografía en 1914 y la instauración en 1917 del Laboratorio Oceanográfico de Vigo, hoy
Centro Oceanográfico de Vigo. Además de su afición a los estudios oceanográficos, se interesó
por los orígenes del hombre, fundando en París el Instituto para la Paleontología Humana
(IPH). Los logros y el mecenazgo intelectual de Alberto fueron reconocidos internacionalmente
y 1909 fue nombrado miembro de la Academia Británica de Ciencias, concediéndole, también
en 1920, la medalla de oro por la Academia Americana de Ciencias. Dotó a Mónaco de la 1ª
Constitución.
4
5
Religioso Marianista nacido en Colmar en 1864 y primer director del Colegio Ntra. Sra. del
Pilar (Marianistas) de Madrid desde la fundación en 1907 hasta 1924 que regresa al colegio de
los marianistas de Vitoria. Doctor en Ciencias Naturales por la Universidad de Madrid.
6
Joaquín González-Hidalgo Rodríquez (1839-1923) madrileño, realizó sus estudios en el IES San
Isidro y posteriormente hizo medicina en la Universidad Central. En 1864 realiza un viaje de
estudio recogiendo moluscos e invertebrados acuáticos por diferentes costas españolas. En 1870
se licencia en Ciencias Naturales y posteriormente en 1874 saca el doctorado. Fue docente en la
Universidad Central de Mineralogía, Botánica y Zoología. A partir de 1897 fue profesor de
Mineralogía, Malacología y Animales Inferiores. Además fue conservador de malacología del
Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Fue discípulo de Mariano de la Paz Graells con el que
mantuvo una buena relación y socio fundador de la Real Sociedad de Historia Natural de la que
fue director desde 1910. Estudió los moluscos de la Península Ibérica Baleares y de ultramar.
5
quelques exemplaires d'un petit escargot vivant sur la partie rocheuse du
Gorbea appelée Altamira; c'est la que lui-même l'avait découvert, mais i1
en avait distribué tous les exemplaires a travers les musées d'Europe et
d'Amérique. Don Louis, avec quelques hommes de bonne volonté, se met
en marche pour le Gorbea; au retour, avec 70 kilomètres dans les jambes,
les excursionnistes avaient la fierté de pouvoir montrer une boite remplie
d' exemplaires de la précieuse bestiole. On s'empresse de l'envoyer á
Madrid. Deux jours s'étaient á peine écoulés que, par retour du courrier,
leur arrive une lettre qui fait tomber a l'eau leur triomphe: « Ce n'est pas
la bestiole désirée, y lisait-on. Si vous aviez grimpé quatre ou cinq mètres
plus haut, mon petit animal, le vrai, vous eût accueillis dans sa propre
maison» Homme des décisions rapides, Don Louis repartait le lendemain
pour le Gorbea et cette fois il réussissait à capturer le mollusque désiré.
Mais deux excursions de cette sorte à pied et en une semaine constituent
un record d'endurance et de volonté.
La promenade ou l'excursion idéale pour Don Louis était celle qui se
faisait sur un plan tout a fait scientifique, quand il pouvait accompagner
des sommités de la science botanique - l'abbé Gandauger 7, par exemple, ou des maîtres en préhistoire de renommée mondiale, - tels les abbés
Breuil et Obermaier. Ces deux derniers savants ont conservé puis lors,
avec Don Louis et en général avec les Marianistes, des relations d'amitié
profonde et cordiale.
Don Louis lui-même, plus tard, mettant à profit sa connaissance d'un
terrain inlassablement parcouru pas a pas, choisira, comme sujet de thèse
pour le doctorat ès sciences naturelles, l'étude des grottes d'Alava ».
Describió más de 80 especies nuevas en los numerosos trabajos publicados en medios
nacionales y extranjeros. Sus obras más importantes son: Catálogo de los moluscos marinos de
España. Portugal y Baleares. (1870-1890); Moluscos de Filipinas; Moluscos del viaje al Pacífico
(1870) que fue la recopilación de los moluscos recogidos en la expedición de naturalistas
españoles (Comisión Científica del Pacífico) de 1862-1865 que recorrieron las costas de América
del Sur, Central y costas de California. Es considerado como la figura más importante de la
malacología española.
7
Jean Michel Gandoger (no Gandauger como escribe el texto) nació en Arnas (Francia) en 1850
y murió en la misma ciudad en 1926. Hijo de un rico agricultor de viñedos, estudió medicina y a
los 26 años se ordenó de sacerdote. Su pasión desde muy joven fue la Botánica. Pronto comenzó
a realizar un herbario que luego lo fue enriqueciendo con la flora encontrada en sus numerosos
viajes llegando a tener un herbario con más de 25.000 especies. Fue un gran explorador de la
botánica de la cuenca del Mediterráneo. Su herbario se conserva en la Facultad de Ciencias de
Lyon. Realizó entre 1900 y 1905 varios viajes de estudio por toda la Península Ibérica. Realizó
herborizaciones por la provincia de Salamanca, en Béjar, Sierras del Trampal y Candelario,
Sierra de Francia y Gata inexploradas hasta ese momento. También en la Sierra de Gredos
donde dice en Notes sur la flore Espagnole publicado en el Bulletin de la Société de Botanique de France
págs. 438-463 “J’ai récolecté 228 espéces dans le vallée du Tormês, sois au Barco de Ávila, soit a
pied de l’Almanzor ou sour la sierra de Solana”. En Zamora, en la Sierra de Irta en Castellón, en
la provincia de Alicante, en la Sierra Mariola provincia de Valencia, en la Sierra de Ayora,
provincia de Albacete; en la Sierra de los Filabres y Sierra de Lúcar, provincia de Almería;
alrededores de Guadín, Sierra Nevada y cerro del Almirez, provincia de Granada; Sierra de
Gador en Almería; Sierra de Baza, Granada; Sierra de Magina y pico de Magina en Jaén;
alrededores de Úbeda y Sierra de Cazorla; en la Serrota y alrededores de Ávila; Peña de
Amboto en Guipúzcoa. De todos estos lugares hace una relación de las especies recogidas y los
nuevos descubrimientos que hace.
6
(Tenía una especial predilección por el monte Gorbea. El Sr. Hidalgo,
profesor en la Universidad de Madrid, le rogó un día conseguir algunos
ejemplares de un pequeño caracol que vive sobre la parte rocosa del Gorbea
llamada Altamira; es ahí donde él mismo lo había descubierto, pero había
distribuido todos los ejemplares a través de los museos de Europa y
América.
Don Luis, con algunos hombres de buena voluntad (sin duda religiosos
marianistas 8), se pone en marcha para el Gorbea; a la vuelta, con 70
kilómetros en las piernas, los excursionistas tenían el orgullo de poder
mostrar una caja llena de ejemplares del precioso bichito. Se apresura
enviarlo a Madrid. Apenas habían pasado dos días cuando, como
respuesta, les llega una carta que hace echar por tierra su triunfo: “No es
el bichito esperado, se podía leer. Si hubieran subido cuatro o cinco metros
más arriba, el pequeño animal, el verdadero, les habría acogido en su
propia casa”. Hombre de decisiones rápidas, Don Louis se marchaba al día
siguiente para el Gorbea y esta vez conseguía capturar el molusco deseado.
Pero dos excursiones de esta clase a pie y en una semana constituyen un
record de resistencia y voluntad…
El paseo o la excursión ideal para Don Luis era el que hacía a nivel
totalmente científico, cuando podía acompañar a figuras de la ciencia
botánica - el sacerdote Gandoger, por ejemplo, - o de los líderes en
prehistoria de renombre mundial, - como los sacerdotes Breuil y
Obermaier. Estos dos últimos científicos conservaron desde entonces, con
Don Luis y en general con los Marianistas, unas relaciones de amistad
profunda y cordial.
El mismo Don Louis, más tarde, sacando provecho de su conocimiento de
un terreno incansablemente recorrido paso a paso, elegirá, como tema de
tesis para el doctorado ciencias naturales, el estudio de las grutas de
Álava).
Si esto fuera así, creo que es la primera cita que tenemos de la
presencia de Hugo Obermaier en España y el primer contacto que
tuvo con Luis Heintz. Hay que señalar que Luis Heintz por esa
época estaba recorriendo los campos alaveses y el monte Gorbea
estudiando las cuevas descubiertas por él o bien otras que le
mostraban los pastores y ganaderos de toda esa zona, como
demuestra en su tesis doctoral 9 publicada en junio 1908.
Henri Breuil y Emile Cartailhac ya habían visitado las cuevas de
Cantabria e inclusive, éste último ya había publicado en la revista
de L’Antropologie (1902) el famoso artículo sobre Altamira titulado
“La grotte d' Altamira. Mea culpa d'un sceptique”10 (La cueva de Altamira. Mea culpa
de un escéptico), pero la presencia de Obermaier en España antes de
1907, no teníamos constancia.
8
Interpretación del traductor.
El título de esa tesis es: “Espeleología. La Espeleología en España. La Espeleología en Álava”.
Publicada el 11 de abril de 1908 en Madrid.
10
En este artículo Emile Cartailhard de alguna manera se disculpa de no haber creído lo
publicado en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola, descubridor de la Cueva de Altamira y sus
pinturas; y no solamente no haber creído, sino haber realizado afirmaciones como que esas
publicaciones eran fruto de la mente fantasiosa y clerical de los españoles. Esto no obstante, a
partir de este artículo cuando se reconoce científicamente el arte paleolítico y se demuestra que
el “hombre salvaje” no era tal.
9
7
Esto último es muy importante para el objetivo de nuestro estudio,
pues estamos contemplando el origen de la relación de Luis Heintz
con Obermaier y Breuil y esto puede explicarnos el por qué, cuando
años más tarde, Obermaier viene a Madrid, se queda en el Colegio
del Pilar donde está su amigo Luis Heintz de director. Lo mismo
hace H. Breuil en sus viajes frecuentes por la Península, el colegio
del Pilar es el punto de encuentro entre los tres viejos amigos y
donde, a veces, pasan dilatadas estancias completando sus trabajos
de investigación. “L’abbé Breuil trabaja en casa”, nos dice “El diario
de D. Pedro Ruiz de Azúa” 11 en el resumen que hace de los
acontecimientos del curso de 1915-16.
Estos encuentros con personas de la altura de Obermaier, Breuil,
Hidalgo, Gandauger y otros, son los que, sin duda influyen y van
conformando el pensamiento científico del joven D. Luis Heintz. No
es casualidad el hecho de elegir como objeto de su tesis doctoral el
estudio de las cavernas del Gorbea y de la provincia de Álava.
Probablemente fuera elegido, además de por sus propias
inquietudes y del conocimiento previo que tenía de la zona, por el
contacto frecuente o por la influencia de estos insignes
protagonistas.
En 1907 Breuil muestra a Obermaier varias cuevas pirenaicas y, algo
más tarde, se encontraron en Viena, donde Obermaier preparaba su
trabajo de habilitación universitaria.
En 1908, el Príncipe monegasco Alberto I, mientras realizaba
investigaciones oceanográficas en el Cantábrico, solicitó a ambos
que le enseñasen cuevas prehistóricas de la región cantábrica, a raíz
de lo cual realizan excavaciones en Hornos de la Peña y en otras
cavernas y visitaron otras cuevas como el Pindal, etc.
Durante estos viajes Alberto I va madurando la idea de fundar el
“Institut de Paléontologie Humaine (IPH). Finalmente se decide el 24
de julio de 1910 poniendo de director a Marcelin Boule que se hizo
cargo de la Paleontología y Antropología y colaboradores a los
sacerdotes Breuil para la cátedra de Etnología Prehistórica y
Obermaier para la Geología del Cuaternario. En este mismo año
Henri Breuil y Hugo Obermaier llegan a España bajo el patrocinio
del (IPH), donde visitan varias cuevas.
El trabajo más importante del IPH en ese momento, es la excavación
de la cueva de El Castillo, en Cantabria, juntamente con el alsaciano
Paul Wernet 12. Este yacimiento, descubierto por Hermilio Alcalde
11
D. Pedro Ruiz de Azúa, “nuestro cronista” Dr. en Ciencias Naturales por la Universidad de
Madrid, fundador del Gabinete de Ciencias Naturales del Colegio en el curso 1912-13 y amigo
también de Obermaier. Durante casi 50 años desarrolló brillantemente su actividad académica
en el Colegio Ntra. Sra. del Pilar distinguiéndose, además, como excelente educador y cronista
meticuloso de la vida colegial y de la comunidad marianista..
12
Importante antropólogo alemán que trabajó en numerosos yacimientos con Obermaier, José
Pérez Barradas y con Fidel Fuidio, entre otros.
8
del Río 13 en 1903, fue objeto de la primera misión del IPH de París,
después de haber firmado sendos contratos con su descubridor y
poniendo como director de la excavación a Hugo Obermaier.
Los resultados de las excavaciones de la Cueva del Castillo se hacen
muy famosos y comienzan las visitas de los más prestigiosos
paleontólogos del momento.
En 1911, les visitan en la excavación Marcelin Boule, Emile
Cartailhac, el profesor R.R. Schmitd de la Universidad de Tübinguen
y el profesor Birkner de Munich y Paul Wernet discípulo favorito de
Obermaier y que luego se quedaría trabajando con él. Estas visitas
dieron motivo a una excursión por las cuevas pirenaicas. En este
tiempo también descubren la cueva de La Pasiega cuyas pinturas
rupestres comenzó a copiarlas Breuil.
En 1913, mientras realizan las excavaciones de la cueva del Castillo
les siguen visitando multitud de arqueólogos, entre ellos el
arqueólogo inglés Miles C. Burkitt de la Universidad de Cambridge
quien en su libro “The Old Stone Age” escrito 20 años después habla
de la cueva del Castillo como el yacimiento en cueva más
importante de los conocidos hasta esa fecha; el padre Teilhard de
Chardin quien colaboraría en el estudio de los fosfatos aparecidos
en algunos sedimentos; M. Nelson del Museo de Historia Natural de
Nueva York, el profesor Henri Fairfield Osborn director del Museo
de Historia Natural de New York y muchos otros más.
Al mismo tiempo que realizan los trabajos en la cueva del Castillo,
también hacen estudios del arte paleolítico del levante
especialmente en Alpera (Albacete), Cuevas de Vera (Almería),
cueva de la Pileta (Málaga), Fuencaliente (Jaén), etc.
La excavación de la cueva de El Castillo se desarrolló desde 1910
hasta 1914.
La revista Recuerdos cuando habla del material adquirido para el
recién creado Gabinete de Ciencias Naturales en el curso 1912-13
dice lo siguiente: “Y eso que no digo nada de la colección de conchas
adquirida por puro lujo, ni de un riquísimo surtido de la fauna marina
que la Estación Biológica de Santander 14 se ha comprometido a
13
Ermilio Alcalde del Río era palentino de Villamediana, (1866-1947) Desde temprana edad se
trasladó a Torrelavega con su madre, viuda, y allí fundó y dirigió la Escuela de Artes y Oficios.
Comenzó su actividad arqueológica en 1902 y su actividad se prolongó hasta los años 20
descubriendo numerosas cuevas, entre ellas, El Pendo, Hornos de la Peña, El Pindal, El Castillo
donde realiza los trabajos en colaboración con Obermaier, Paul Wernet, etc. En 1906 publica un
libro titulado “Las pinturas de las cavernas de la provincia de Santander”. En 1911 publica con
Henri Breuil “Les cavernes de la région cantabrique (Espagne). Ermilio participó en la
fundación de la Real Sociedad de Historia Natural junto con Lorenzo Sierra y el sacerdote Jesús
Carvallo.
14
La primera Estación de Biología Marina de España fue fundada por profesor Augusto
González de Linares en Santander en el año 1886. Esta pionera Estación se sumaba a las pocas
existentes hasta aquella fecha localizadas en: Concarneau y Roskoff (Francia, 1872); Pennikese
(EE UU, 1873), y Nápoles (Italia, 1874). A partir de 1914, con la creación del Instituto
Ocenográfico Español, la estación pasa a formar parte del mismo. Los fines con que se
proyectaba la Estación biológica santanderina fueron los siguientes:
• El estudio y la enseñanza de la fauna y flora de nuestras costas y mares adyacentes.
• La aplicación de conocimientos al desarrollo de las industrias marítimas.
9
proporcionamos. ¡Nada de pufismo! ni hablemos de riquezas de nuestro
Museo antes de haberlas recibido”. Es cierto que entre los fines de la
estación estaban la creación de colecciones biológicas marinas para
la enseñanza de la flora y fauna en los centros de enseñanza; pero,
¿cómo llega D. Luis Heintz a tener conocimiento de la misma y
quién le animaría a pedir una colección para el recién creado
Gabinete de Ciencias Naturales del Colegio? Creo que lo más
probable sería la relación de Luis Heintz con Obermaier.
Probablemente éste algo comentaría a su amigo el Príncipe Alberto
I de Mónaco mecenas de dicha Estación. Por otra parte, ¿no estaría
D. Luis en la conferencia que pronunció el Príncipe Alberto I en la
Real Sociedad Geográfica Española donde propone la creación del
Instituto Oceanográfico Español?
En 1914, el inició de la Primera Guerra Mundial obligó a suspender
los trabajos del IPH y, Hugo Obermaier es acusado por su director
Emile Boule de su condición de ciudadano alemán y se le impide
seguir desarrollando su actividad investigadora en el IPH siendo su
casa de París saqueada durante los primeros meses de la contienda
con apenas tiempo para que su amigo Breuil pudiera recoger los
objetos más importantes de Obermaier. En estas condiciones y
aunque siguió contando con la amistad de H. Breuil y el Príncipe de
Mónaco, decide permanecer en España estudiando el arte
prehistórico de las cuevas de Cantabria y Asturias.
Es en este momento donde se inicia verdaderamente la etapa
española de Obermaier, ya que el Conde de la Vega del Sella 15 le
acoge en su palacio de Nueva, en Llanes, y le integra dentro de la
Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas,
(CIPP) 16, como “profesor agregado” y a su amigo Paul Wernert como
La preparación de colecciones científicas con destino a los museos y establecimientos de
enseñanza.
Augusto González de Linares era abogado y doctor en Ciencias Naturales. Participó en la
fundación de la ILE de la cual fue secretario desde la fundación 1876 a 1880. Fue el traductor y
el que introdujo en la universidad las ideas evolucionistas de Darwin, por lo que fue destituido
de su cátedra. Fue catedrático de Historia Natural de varios intitutos y de la Universidad de
Santiago de Compostela.
•
15
El conde de la Vega del Sella era abogado y como tantos otros no ejercieron su profesión y se
dedicó a los estudios paleontológicos. Se interesa sobre todo en los yacimientos prehistóricos de
Cantabria y Asturias, realizando excavaciones en la Cueva el Conde, Cueto La Mina, Cueto
Llera, Cueva de La Riera o Cueva de Ardín algunos de estos yacimientos descubiertos por él.
Estas investigaciones atraen a diferentes arqueólogos extranjeros que son recibidos e invitados a
su casa, así se puede destacar la presencia de Hugo Obermaier, Henri Breuil, P. Wernet, Boule o
Eduardo Hernández Pacheco. Cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914) acoge a
Obermaier en su casa.
Se dedicó a otras facetas científicas como la botánica creando en su residencia un extenso jardín
con diferentes variedades de árboles tanto autóctonos como foráneos.
En 1929 es nombrado presidente de la Real Sociedad Española de Historia Natural.
Es nombrado profesor honorario del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, museo al que
donó parte de su colección, ya que el resto, una vez fallecido, fue donado por su viuda al Museo
Arqueológico de Oviedo.
16
La Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (CIPP) fue creada por la Junta
para la Ampliación de Estudios (JAE) en 1912, como respuesta a las suspicacias habidas entre
10
“ayudante agregado” por lo que más tarde se trasladarán a Madrid,
al Museo de Ciencias Naturales.
Ya en Madrid, Obermaier se acoge a la hospitalidad del Colegio del
Ntra. Sra. del Pilar, cuyo director es su amigo Luis Heintz.
No obstante, la solidaridad científica de sus colegas españoles y la
hospitalidad de las instituciones españolas, los años de la guerra
fueron para Obermaier, especialmente incómodos, padeciendo la
acusación de francófilo por parte de sus compatriotas y el rechazo
de sus colegas franceses por su condición de ciudadano alemán.
Pese a los problemas personales y económicos, fue éste un período
de intensa producción científica como agregado a la comisión de
Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas en cuya colección de
monografías se publicó su principal obra “El Hombre Fósil”, en
1916.
A los pocos meses de su incorporación a la CIPP inició con Juan
Carandell, al que considera discípulo suyo, el estudio del
glaciarismo cuaternario en las montañas del centro y sur de la
Península, aunque la colaboración duró poco más o menos un año
(1915-16). Estos trabajos se pueden consultar en la obra: “El
glaciarismo Cuaternario de la Sierra de Guadarrama”, etc
Pero referente al objeto de nuestro trabajo, es en este período
cuando entran en contacto constante con el director del Colegio D.
Luis Heintz, el abate Breuil, Obermaier y Paul Wernert. El trato fue
muy asiduo sobretodo con Hugo Obermaier. La gran amistad con D.
Luis Heintz alsaciano, y director del Colegio Ntra. Sra. Del Pilar, le
permitió disponer de alojamiento y de un estipendio, adecuado para
poder vivir, por la misa diaria que decía en el Colegio. El Dr. José
Mª. Gómez-Tabanera “quiere recordar que esta situación continuaría
quince años después (mayo de 1936), cuando contando con nueve años de
edad fue preparado con otros pilaristas para la Primera Comunión por
Don Hugo” 17. Efectivamente, según el ya mencionado cronista del
Colegio del Pilar, fue el último año que se celebraron las
comuniones, ya que se interrumpieron hasta pasada la Guerra Civil
Española. El cronista señala como fechas de los diferentes grupos de
comuniones el 10, 17, 21 y 24 de mayo.
investigadores españoles y el trabajo que hacía el IPH y la política de publicaciones que llevaba
a cabo este Instituto a través de la revista L’Antropologie. El IPH era en estos momentos la
única institución científica dedicada a la investigación de la Prehistoria española y la sensación
de que la investigación en las cuevas estaba siendo monopolizada por extranjeros era patente
entre los investigadores españoles como muestran las desavenencias entre diversos
investigadores españoles con el IPH. Consecuencia de ello la JAE instala los primeros
laboratorios en la Residencia de Estudiantes vinculados al Museo de Ciencias Naturales. Al
frente de la CIPP estaba como director el Marqués de Cerralbo, como Jefe de Trabajos Eduardo
Hernández-Pacheco y comisario Juan Cabré.
La creación de la CIPP supuso en primer lugar, la creación del primer organismo público
español dedicado a la investigación prehistórica. En segundo lugar, la integración de la
Prehistoria en el campo de la Geología, la Antropología Física y la Paleontología y por lo tanto
la adscripción al Museo de Ciencias Naturales, y en tercer lugar presentaba un cambio
ideológico, una manera nueva de ver la Prehistoria. El hecho que en la CIPP estuviera integrada
por “eruditos neocatólicos que admitían la ciencia prehistórica” y próximos a la ILE, sirvió para
romper los prejuicios católicos más conservadores respecto al problema del origen del hombre.
17
El Hombre Fósil. Op. Cit. Edición de 1985. Pág. 11
11
Según otras fuentes internas de los marianistas, la misa la decía los
domingos a las ocho, para la colonia alemana residente en Madrid 18.
Pero su situación personal se fue resintiendo, según el P. Jesús
Carballo, tanto por las acusaciones ante su embajada de francófilo y
antipatriota que recibía por parte de algunos miembros la
comunidad alemana y sobretodo del equipo etnográfico alemán 19
residente y refugiado en España y que, como Obermaier, disfrutaba
del Gobierno Español y del laboratorio del Museo de Ciencias
Naturales, como por el deterioro de las relaciones con su director
Eduardo Hernández-Pacheco. Estos acontecimientos hicieron que
tanto Obermaier como Wernert fueran cesados en 1919 como
agregados a la CIPP.
Durante la presencia de Obermaier en el Colegio trabaja en la
publicación, entre otras, del “Hombre Fósil” y sin duda, estaba muy
al tanto de la labor académica que se desarrollaba en el mismo como
lo demuestran las continuas conversaciones que mantenía, en
alemán, con D. Luis Heintz, tanto en el centro, como cuando salían a
pasear por el Barrio Salamanca.
También con los profesores marianistas mantenía diálogos, sobre
todo con aquellos que impartían Ciencias Naturales e Historia, hasta
tal punto que surgió una gran afición entre algunos marianistas por
los estudios prehistóricos, destacándose entre ellos el beato Fidel
Fuidio y Rodríguez, desgraciadamente asesinado durante la Guerra
Civil, al que dirigió su
tesis
sobre
la
“La
Carpetania” (1932) y sin
duda, apoyó y orientó la
labor
arqueológica
“durante más de quince
años” 20 que Fidel realizaba
con sus alumnos y tenía
conocimiento puntual de
los hallazgos obtenidos en
las
excavaciones
realizadas, de hecho se
puede percibir, aunque la
foto es muy mala, en una foto publicada en junio de 1920, en el nº
16, de la revista Recuerdos 21 que asiste a las excavaciones que realiza
D. Fidel con sus alumnos en el yacimiento de San Isidro.
18
Según la nota enviada por el Padre Enrique Torres, S.M., sacada del Archivo Provincial de los
Marianistas de Madrid.
19
Este equipo fue rescatado por un buque de la Armada Española en las costas de Camerún y
luego se quedó en España trabajando en el Museo de Ciencias naturales..
20
Enrique Torres. S.M. Disquisitio super martirio del siervo de Dios Fidel Fuidio. Cap. III p. 67
21
“Recuerdos” era la primera revista oficial del Colegio Ntra. Sra. del Pilar era una revista de
pensamiento cristiano relacionado con la educación y una memoria, por esta razón se realizada
al final del curso. En ella se publicaban ideas sobre educación católica, concursos escolares de
literatura, arte, campeonatos deportivos y los acontecimientos más importantes realizados
durante el curso escolar. La publicación duró desde el curso 1912-1913 hasta año 1922 que
cambió el nombre por el de “El Pilar”. En esta época hubo otras revistas oficiosas, impresas o
multicopiadas en alcohol, como La Proyección, Los Alumnos, El Colegio, El CBDO (el cabreado), De
Todo un Poco, etc., estas revistas pueden consultarse en la Secretaría del Colegio y Secretaría de
Antiguos Alumnos.
12
Esto dice Fidel Fuidio en la publicación que hace en la dicha Revista
del Colegio:
“¿Qué relación tiene la prehistoria con los antiguos alumnos del Pilar?
Bastará fijar la vista en las fotografías que ilustran estas líneas para
recordar aquellas excursiones que hace diez u once años iniciamos a las
orillas del Manzanares.
El olfato Científico del Sr. Obermaier y del ingeniero Sr. Guinea acababan
de husmear los cortes del terreno situado en el que forman la vía de
Cáceres y la carretera de Andalucía, llamado Las Carolinas, y tuvieron el
acierto de descubrir lo que la revista Nuevo Mundo de 8 de febrero de
1918 titu1ó "La más antigua obra de arte madrileña", y ven reproducidas
entre estas líneas.
Siguiendo las huellas del gran maestro, hicimos nuestros primeros pinitos
en el ya agotado yacimiento de San Isidro, donde la máquina fotográfica
de nuestro malogrado discípulo y compañero Luis María Velasco nos
plasmó en el fondo de un corte de terreno, pasándonos a la prehistoria,
donde, como han podido ver en el número anterior de esta Revista, tengo
mi domicilio social y ustedes su casa.
Pasamos después a Las Carolinas, y más favorecidos por la suerte que en
San Isidro, volvimos a casa con los bolsillos llenos de piedras y trozos de
vasija (pero sin ciervos ni soles) 22, que entonces excitaron la hilaridad
socarrona de padres, hermanos y amigos y ahora están científicamente
expuestos en la vitrina del Museo de Historia Natural del Colegio.
Después de unos años hemos reanudado nuestras exploraciones,
consiguiendo sacar del olvido al primitivo madrileño paleolítico
musterreno, al neolítico y eneolítico. Dicho en lenguaje corriente,
teníamos en nuestras manos los instrumentos que labrara el primitivo que
vivía de la caza, con sus hachas, raspadores, buriles, del que más tarde
cultivó la tierra sin abandonar la caza, como se ve en los setenta molinos
de mano, unas veinticinco puntas de flecha y numerosos dientes de hoz,
con su cerámica característica,
y del hombre industrial del
cobre, cuyo ejemplar artístico
"en cerámica es la susodicha
ilustrada con incisiones y
figuras de ciervos y soles.
Puestos ya en la pista, hemos
recorrido
las
orillas
del
Manzanares
y
puntos
favorables para la vivienda
humana de aquellos tiempos, desde la Casa de Campo hasta Perales del
Río, logrando descubrir más de quinientos objetos de piedra, con huella
evidente de la mano del hombre, que hemos llamado cazador o paleolítico,
22
Grabados de la cerámica que caracterizaba al período campaniforme hispano típico del
yacimiento de Las Carolinas (Madrid) que son la regencia para el estudio del campaniforme
hispano. Obermaier fotografió y describió seis fragmentos. De los seis, sólo tres se conservan en
el Museo Nacional de Ciencias Naturales , el 1, 3 y 4. Los otros no localizados pertenecen a
restos de un cuenco y dos cazuelas.
13
pastor y agricultor o Eneolítico, e industrial de cerámica artística y cobre
o neolítico.
El primero y el último han sido estudiados en numerosísimas Memorias
por los señores H. Obermaier, P. Wernert y J. Pérez Barradas, que nos
honran con su amistad y lecciones; el segundo estaba completamente
desconocido hasta la última Exposición de Madrid Antiguo, la que
tuvimos el honor de completar con más de cien objetos característicos
Neolíticos.
Esto es, a grandes rasgos y al alcance del vulgo la labor que el Colegio ha
realizado en los diez últimos años.
El público que desee saber algo más con carácter científico le remitimos a
los artículos que aparecerán Dios mediante en la revista Biblioteca y
Archivo del Ayuntamiento a partir del primero de julio. En ellos se trata
de
quince
a
veinte
yacimientos
parciales, del gran yacimiento situado a
orillas del río indefinido hasta ahora.
El que esto escribe, llevado del gran
afecto que tuvo a sus antiguos alumnos,
se brinda a enseñar a los que lo deseen
alguno de estos yacimientos, con el fin
de darles nociones de cómo se
descubren, analizan y determinan,
indicándole el medio de proporcionarse
una Cartilla de Prehistoria 23 que el excelentísimo Ayuntamiento de
Madrid, por medio de D. José Pérez-Barradas, ha publicado y difundido
por toda la provincia. No hay duda que ésta, por ser el centro geográfico
de la Península, debió ser el foco etnográfico de población; díganlo si no
los numerosos yacimientos que con ocasión de la difusión de la susodicha
cartilla se han descubierto, y los miles de pedernales labrados, vasijas tipo
Cienpozuelos, molinos de mano, cuchillos, raspadores, puntas de flecha y
hachas que posee el Colegio, y el nuevo Museo Municipal establecido en el
magníficamente restaurado edificio del antiguo Hospicio”.
Las fotos que publica Fidel Fuidio en este artículo, ¿son suyas? o
¿prestadas por Obermaier?, o ¿Fidel tuvo acceso directo a estos
restos? Son preguntas que fácilmente surgen de la lectura de este
artículo. En todo caso, nos demuestra una vez más la fluidez de
información y trasvase de conocimientos entre profesor y alumno.
Mientras tanto, también el abate Henri Breuil vive y trabaja en el
Colegio, pero más esporádicamente.
Como hemos señalado anteriormente en 1916 publica en Madrid “El
Hombre Fósil”, ampliado en 1925 con una nueva edición 24.
.
23
Esta Cartilla era un formulario que se mandó a todos los Ayuntamientos de la provincia de
Madrid con la finalidad de tener un conocimiento de todos los yacimientos existentes en la
provincia y realizar de este modo un inventario.
24
En el Gabinete de Ciencias Naturales del Colegio existen dos ejemplares del “El hombre
Fósil” uno de la edición de 1916 y otro de 1925 ambos están dedicados por Obermaier a su
amigo Luis Heintz.
14
Durante los años 1916 y 1917 Obermaier siguió sufriendo duros
ataques por parte de españoles germanófilos y alemanes
pangermanistas acusándole de colaboracionista con Francia y falta
de lealtad a Alemania, solo por las visitas que le hacia su amigo
Breuil en Madrid y otros colegas franceses que impidieron la
confiscación de sus documentos científicos en París y se los hicieron
llegar a España.
En Marzo de 1916 la revista “Recuerdos” nos habla de una
conferencia sobre “Prehistoria”, “ilustrada con preciosas fotografías del
famoso Obermaier que aparecieron proyectadas en el lienzo blanco”. Y el
21 de Diciembre, Don Luis Heintz da una conferencia sobre
Prehistoria con 75 proyecciones de Obermaier, lo que nos indica una
vez más la estrecha relación que mantenían ambos personajes.
La misma revista de junio de 1917 informa lo siguiente: “30 de Enero
y 13 de Febrero de 1917. -Conferencias del Dr. Obermaier sobre el hombre
prehistórico. Tema viejísimo pero de inédita novedad, merced a la
competencia sin igual del sabio profesor”.
Un poco más adelante hace un pequeño resumen de las mismas en
estas palabras:
4ª y 5ª conferencias: Estado actual de la prehistoria.- El Sr.
Obermaier, que es un sabio de cuerpo entero, y especialista considerado
como eminencia en glaciarismo, y no menos como investigador
afortunadísimo de prehistoria, es también un hombre muy campechano y
muy simpático, y no desdeña poner sus grandes conocimientos al servicio
del modesto público de un Colegio. Esto no debe desacreditar su ciencia.
En dos conferencias, y prescindiendo de detalles inoportunos, supo
exponer con tal claridad, con tal sencillez, con tanto orden y con tan
hermosas proyecciones lo que se sabe actualmente acerca del hombre
prehistórico, que nos pareció la ciencia más fácil y más amena, y, sin
embargo, ¿quién es el valiente que arremete con un tratado de prehistoria?
Pudimos apreciar las costumbres, la vivienda, las ideas religiosas, las
relaciones comerciales, etc., del hombre primitivo, todo llano y natural, y
como si no tuviera mayor importancia”.
En este sencillo texto nos demuestra la capacidad de Obermaier
como profesor. Sabe adecuar perfectamente los contenidos al
público escuchante, utiliza un lenguaje correcto y además el texto
hace mención, al manejo de los medios audiovisuales de la época
para una adecuada y mejor comprensión de los contenidos que
quería exponer.
Mientras tanto, el prestigio de Obermaier en la comunidad científica
cada vez era mayor. En 1918 Obermaier y Uzquiano 25 imparten unas
25
“El general Enrique Uzquiano Leonard ingreso en la Academia de Infantería en 1898. Fue
agregado militar en la embajada Española en San Petersburgo, Rusia. El diario ABC en un
artículo publicado el 12 de diciembre de 1915 dice de Uzquiano que es un hombre
“competentísimo y de gran cultura”. “.Participó en el desembarco de Alhucemas como jefe de
operaciones. Inició en Valladolid, junto al general Saliquet, el Movimiento Nacional y tomó
parte a lo largo de la Cruzada (Guerra Civil Española) en importantes operaciones de la guerra.
Terminada la Cruzada ha ocupado entre otros cargos, Jefe de la casa militar de su Excelencia el
15
conferencias en el Colegio del Pilar, el cronista D. Pedro Ruiz de
Azúa dice sobre qué versaron esas conferencias; Obermaier el 30 de
enero habla sobre Prehistoria y continúa el 13 de febrero; mientras
que el Sr. Uzquiano, agregado militar en la embajada de San
Petersburgo, el 14 de abril habla sobre lo que vio en Rusia durante
la guerra y la revolución bolchevique y continúa el 23 de mayo con
una conferencia sobre Rusia.
En junio1918 Don Hugo trabajó en la excavación del dolmen de
Matarrubilla. Uno de los números de esta publicación está dedicada
por el autor a D. Luis Heintz. Este ejemplar lo conservamos también
en el Gabinete de Ciencias Naturales del Colegio.
Continúa D. Pedro Ruiz de Azúa: “Curso 1920-21 la Historia busca
una vitrina bastante elegante para albergar con los honores debidos a su
rango un soberbio regalo del doctor Obermaier; una cabeza de momia de
hombre y un pie de mujer, procedentes de las excavaciones de Tebas en
Egipto. Merced a la amabilidad del mismo Dr. Obermaier, la Prehistoria
cuenta ahora con una colección completa de sílex labrados de todas las
épocas cuidadosamente clasificados por el competentísimo donante”.
En el curso de 1922-23 regala al Colegio esqueletos 26 y en este mismo
curso Xavier Zubiri publica su primer artículo impreso donde versa
sobre “La Teoría de la Relatividad de A. Einstein”, según revela
nuestro cronista 27.
Como se ha dicho anteriormente H. Obermaier contó con grandes
enemigos y detractores, pero también con fuertes apoyos de
científicos y políticos relevantes como el Duque de Alba, Jacobo
Fitz-James Stuart 28, del que fue confesor, que con otras
Jefe del Estado, en la actualidad era vicepresidente de Cruz Roja Española y presidente
diocesano de los hombres de Acción Católica”, nos dice el ABC en la nota necrológica del 20 de
junio de 1954. También fue agregado militar en la embajada Española en San Petersburgo,
Rusia.
26
En el Gabinete del Colegio se conservan tres esqueletos. Uno de un gorila y dos humanos.
Probablemente cuando el cronista habla de esqueletos se refiera a los dos humanos.
27
“Nuestro cronista” se refiere a D. Pedro Ruiz de Azúa ya mencionado.
28
Jacobo Fitz-Stuart y Falcó nació en Madrid en 1878 y muere en Lausana en 1953. Fuel el XVII Duque
de Alba. Participó en los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920 en la competición de Polo obteniendo la
medalla de plata. Fue embajador de España en el Reino Unido. Ministro de Instrucción pública en el
16
personalidades influyentes como el Conde de la Vega del Sella y del
padre Jesús Carballo 29 le proponen para una cátedra nueva, dentro
de la facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad Central,
aprovechando la cátedra de Literatura Contemporánea de las
Lenguas Neolatinas que queda vacante con la muerte de Emilia
Pardo Bazán.
El 15 de marzo de 1922 se crea para él, de forma extraordinaria, la
cátedra de "Historia Primitiva del Hombre" en la Universidad
Central de Madrid y se le otorga una plaza en la Academia de la
Historia según lo previsto por la ley para notabilidades.
En Junio de 1923, nos dice el cronista mencionado, el buen amigo Dr.
Obermaier, ha enriquecido nuestro museo con una magnífica colección de
calaveras de mamíferos, juntamente con un esqueleto humano 30.
Este mismo año Obermaier publica en la recién estrenada revista “El
Pilar” del Colegio en su Año I Nº II, marzo de 1923 los siguientes
artículos:
LOS CELTAS
Tomado de la revista “El Pilar”. Año I Nº 1 Enero de 1923.
Hace aún cincuenta años escasos, el nombre de «Celta» representaba una
«incógnita» y se daba provisional mente la denominación de «céltico» a
bienio 1930-1931. Director de la Real Academia de la Historia. Tuvo una gran amistad con el rey Alfonso
XIII y con Don Juan de Borbón.
29
El padre Jesús Carballo nació en Santiago de Compostela en 1878 y muere en Santander en
1961. Sus restos reposan desde marzo de 2008 en el Panteón de Hombres Ilustres de la ciudad
de Santander.
Se ordenó sacerdote salesiano y luego pasó al clero secular. Se doctoró en Ciencias Naturales
por la Universidad de Madrid. Su actividad principal fue la arqueología. Una de sus principales
aportaciones culturales fue la creación del actual Museo Regional de Prehistoria y Arqueología
de Cantabria, inaugurado en 1926. Estudió diversas cuevas y yacimientos paleolíticos,
protohistóricos y romanos, y algunos yacimientos paleontológicos del Cuaternario,
principalmente de Cantabria. Son destacables sus actuaciones en la cueva de El Pendo con el
doctor Blas Larín. (En nuestro Gabinete se encuentra una caja con reproducciones de un bastón
de mando y otros objetos extraídos de esta cueva). En uno de sus viajes por motivos de salud
descubrió una serie de pinturas en la cueva de Ibeas (Sierra de Atapuerca, Burgos).
Fue miembro del Centro de Estudios Montañeses, comisario provincial de Excavaciones
Arqueológicas, director del Museo Provincial de Prehistoria y miembro de entidades
relacionadas con el patrimonio arqueológico, las ciencias y las artes. Firme defensor de los
arqueólogos españoles porque los extranjeros “campan a sus anchas” y de las publicaciones en
español porque si no están en francés parece que no tienen valor.
30
Nota del autor: El esqueleto se conserva en el Gabinete de Ciencias Naturales, pero las
calaveras a las que hace alusión, no se existen en dicho Gabinete. El autor se pregunta ¿cuál es la
procedencia de ese esqueleto? Será alguno de los encontrados en Altamira?, o el encontrado en
Las Carolinas?, o menos probable ¿de la Cueva del Castillo? ¿Formaban parte de los materiales
que Obermaier manejaba en el momento intempestivo de dejar la CIPP por las desavenencias
con EduardoHernández Pacheco? Sólo el análisis de un experto puede dilucidar el enigma. Lo
cierto es que algunos de los hallados en alguno de estos yacimientos no llegaron al Museo de
Ciencias Naturales y no se sabe su destino, según nos dice Concepción Blasco y Javier Baena
profesores de la Universidad Autónoma de Madrid en “El Hombre Fósil 80 años después” pág.
418 y ss.
17
todo lo que era prehistórico y a cuanto no se podía relacionar con los
pueblos de la aurora de la Historia. Conservan
Desde entonces acá, los conceptos han cambiado; hoy día, sabemos que los
verdaderos Celtas entraron en España hacia el año 600 antes de Jesucristo.
Salieron del Sur de Francia cediendo probablemente a la presión de otros
pueblos y entraron en nuestra Península por los inhospitalarios pasos de
los Pirineos occidentales, renunciando al camino más cómodo que se les
ofrecía a lo largo de la costa cantábrica. Esto nos revela que los habitantes
del país vasco estaban poco dispuestos a dejarse dominar y que eran lo
bastante poderosos para cerrar el paso a los invasores. Tampoco
descendieron los Celtas por el Alto Ebro, ocupado quizás por tribus bélicas
de origen ibérico, sino que cayeron sobre la alta cuenca del Duero. Desde
allí se les ofrecieron dos caminos posibles; el uno parece conducir del Alto
Duero a los ríos Jalón y Jiloca, corriéndose desde Soria y Guadalajara
hasta Cuenca y hasta la misma costa de Valencia.
El segundo debió seguir el curso del Duero hacia el Oeste, entrando en
Portugal por la parte de Salamanca y Ciudad- Rodrigo para pasar después
a la cuenca del Tajo y por otra parte a la región gallega.
La distribución geográfica de 105 Celtas del siglo VI al IV puede
establecerse con bastante precisión, gracias a los escritores clásicos
Avieno, Hecateo y Herodoto, siendo 1as tribus más citadas los berybraces,
cempsi y saefes.
Los textos colocan a los Berybraces en las montañas situadas al oeste de
las llanuras valencianas y los califican de pastores salvajes, que vivían
«por encima» de los Iberos, quienes quedaban expuestos a las peligrosas
correrías de vecinos tan molestos. Los Sempsos ocupaban la región
meridional y central de Portugal, y de los Sefes, dice Avieno que vivían en
el territorio de Ofiussa, donde arduos colles habent. Es de suponer que los
«ardui colles» son las quebradas y riscosas montañas del norte de
Portugal y de Galicia.
Hacia el año 200 antes de Cristo" prodúcense cambios considerables en la
situación de las tribus hispánicas. A Estrabón y Polibio debemos los datos
principales sobre estos cambios. Los ocasionan los movimientos de los
pobladores ibéricos del sur de Francia, que retroceden hacia Cataluña, y el
empuje de los Cartaginenses en Andalucía, que obligaron a los Iberos a
buscar compensaciones a sus pérdidas territoriales en las regiones
ocupadas por los Celtas. Así desaparecen las tribus célticas de la meseta
central, siendo los Iberos los que absorben a los Celtas y no viceversa, y
aparecen nombres nuevos de tribus ibéricas, como los Vacceos, Vetones,
Carpetanos, Oretanos, en el centro de la Península. Una de las tribus
ibéricas, los Lusitanos, ocupa hasta la parte central de Portugal, y quedan
los Celtas arrinconados, parte en el sur de Portugal y parte en el norte de
éste país y en Galicia. Los pobladores de esta última región llevan ya el
nombre de celtici (más tarde) gallaeci, y fueron finalmente romanizados
por los soldados del Imperio. Construcciones típicas de los Celtas de
Portugal y de Galicia son las citanias y los castros. Es una nota común a
unos y otros la aparición normal de fíbulas anulares y de botón, así como
de puñales de «herradura» de los mismos tipos que se encuentran en las
necrópolis de Castilla. La cerámica trabajada a mano ostenta estampados
motivos decorativos, sobre todo circulitos concéntricos.
Hace ya bastantes años que los arqueólogos portugueses empezaron a
descubrir conjuntos de numerosas viviendas que, en completa ruina, se
18
extendían por la parte alta de algunas serranías portuguesas, ya las que
dieron el nombre de citanias. Los estudios más concienzudos sobre estos
poblados célticos, se los debemos a] arqueólogo lusitano Martín Sarmento,
al sabio alemán Emil Hübner y al prehistoriador francés Emile Cartailhac.
La más importante «citania» de Galicia es la del Monte de Santa Tecla, en
la orilla derecha de la desembocadura del río Miño, en cuya exploración
trabaja con gran acierto la sociedad guardesa «Pro Monte SantaTecla»,
dando un hermoso ejemplo de amor a la tierra que los vio nacer .
Rodea a esta antigua población una muralla de bloques de piedra, cuya
principal finalidad era sostener el terreno oblicuo sobre que se edificaron
las casas. Las numerosas viviendas son casi exclusivamente circulares,
raras veces elipsoidales o cuadradas, con ángulos redondeados. (Cf.
figuras 1 y 2). La mayor altura de los cimientos de casa conservados es de
1,70 metros aproximadamente. La construcción de los muros es esmerada,
hasta sólida y elegante, pero sin, que en ella se utilice la argamasa .Los
muros tienen unos 35 a 40 centímetros de espesor; las jambas y dinteles de
las puertas están labradas por sus cuatro caras y, en su mayoría, sin
adornos. El suelo es, unas veces, la misma roca nativa; otras, un
conglomerado de casquijo muy duro. El techo era, al parecer, bajo, y el
tejado sería por el estilo de las cabañas rústicas del tipo de las «pallazas»,
tales como se ven aún hoy día en los pueblos de la montaña del Cébrero y
de Ancares. Fuera de las viviendas, hay un enlosado bien sentado, y las
calles son, en general, muy estrechas y, muchas veces meros pasadizos, lo
suficiente anchos para consentir el paso de una persona.
Hace pocos meses también se descubrieron ruinas de «citanias» idénticas
en la isla de Torralla, cerca; Vigo y cerca de Mondariz (ambos en la
provincia de Pontevedra), y en Estrino y en San Ciprián de Las (ambos en
la provincia de Orense).
Abundan extraordinariamente en
el antiguo reino de Galicia, otros
monumentos célticos, los castros, esto es: a recintos casrramentados, que
sirvieron principalmente de refugio en tiempos de guerra y de invasiones.
Es el castro una especie de colina, de ordinario natural, pero fortificada
artificialmente. Ofrece el aspecto de cono truncado y domina, vigila y
defiende cierta extensión de terreno ( Cf: figura 3). Suele constituirle una
planicie (plataforma o«croa») de forma circular u oval, que va siempre
rodeada de un parapeto de más o menos altura. Pero hay castros que
tienen dos cuerpos y hasta tres y cuatro, con sus respectivos fosos y
contrafosos, parapetos y «glacis», especial- mente en sitios en que eran
menores las condiciones naturales de defensa que la localidad ofrecía. Se
puede además presumir que los fosaos estuviesen primitivamente
destinados a ser guarnecidos con trampas de lobo o de cipos, y que en las
mesetas de los terraplenes se colocasen estos mismos cipos o caballos de
frisa, o simples abrojos que dificultarían seriamente el paso del enemigo.
El número de castros, que aun quedan en pie, es grande: pasan de tres mil
con toda seguridad y forman entre sí, a veces, un verdadero sistema
estratégico de fortificaciones, pues suelen estar relacionados los unos con
os otros, permitiendo, de esta manera, la dominación de toda una extensa
zona.
El apogeo de la cultivara de los «castros» es el período de los Celtas que,
desde luego, en muchos casos, habrán utilizado y perfeccionado
fortificaciones más antiguas. Que los mismos castros fueron, con
frecuencia utilizados de nuevo por romanos, godos y por gentes que huían
ante las irrupciones de moros y normandos, no admite el menor asomo de
19
duda castros Castros célticos forman, no pocas veces, el asiento de
castillos medioevales o de imponentes fortalezas señoriales, y tantos otros
vieron surgir en sus recintos fortificados, ermitas, iglesias y hasta
verdaderos «burgos» o pequeñas poblaciones.
DR. HUGO OBERMAIER
Y este otro artículo sobre los dólmenes:
LOS DÓLMENES.
Tomado de la revista “El Pilar”. Año I Nº 1 Enero de 1923.
Es creencia general de todos los pueblos y de todas las épocas que la
muerte no es fin del ser humano, sino que una parte de él, o sea el
espíritu, perdura, para gozar o sufrir, según sus acciones hayan sido
buenas o malas.
Con estos antecedentes no nos debe extrañar que el hombre haya venerado
a sus antepasados, ni que los haya enterrado levantado grandiosos
monumentos.
Ya en las lejanas épocas del paleolítico, en las primeras edades de la
humanidad, el hombre sepultó a sus muertos en las fosas excavadas en el
interior de las cuevas y colocó a su lado utensilios de piedra, trozos de
animales como ofrenda. Sin embargo, lo que más sorprende al hombre
moderno, lo que más
llama su atención, son las
vastas
construcciones
funerarias, conocidas con
el nombre de “dolmen” y
que fueron edificadas por
el hombre neolítico (40002000 a.d.J.C.), que gozaba
de una civilización más
adelantada
que
los
anteriores, pues si bien
sus instrumentos eran
todavía
de
piedra
pulimentada, conocía la
cerámica, el uso del tejido, los animales y la agricultura.
Estos hombres erigieron a sus muertos sepulcros gigantescos, constituidos
por varias losas gruesas de piedra, hincadas en el suelo y formando una
cámara cuadrangular o poligonal y cuyo techo lo formaban otras grandes
piedras. Todo este monumento quedaba resguardado con un montículo
artificial, de tierra y piedras menudas. (Fig. 1ª)
Los dólmenes eran sepulcros colectivos, en los que se depositaban
sucesivamente varios cadáveres, probablemente todos los pertenecientes a
un mismo linaje. Los cadáveres se colocaban, o echados en actitud supina,
o bien en cuclillas, arrimados a las paredes.
20
Como es de suponer, estas construcciones dolménicas han sido objeto de
leyendas y supersticiones, según las cuales estos sepulcros los
construyeron las hadas, demonios, gigantes o los “moros”. Estas
supersticiones existen desde tiempos remotísimos, pues en los primeros
concilios se trató ya de extirpar aquellas prácticas que perduraron hasta
hace poco tiempo, visitándose los dólmenes para averiguar el porvenir,
hacer
ofrendas
a
los
poderes
sobrenaturales o extraer tierra con que
se pretendía curar pequeñas o ciertas
enfermedades. Por esta razón se
procedió, a veces, a “cristianizar” los
dólmenes, edificando ermitas en su
proximidad, dándose también el caso
de que ambas construcciones estén
superpuestas.
Esto ocurre con el dolmen de la capilla
de Santa Cruz, cerca de Cangas de
Onís (Asturias). Dicha capilla está
construida
sobre
un
montículo
artificial,
en
cuyo
interior
se
encuentra un pequeño dolmen formado
por
cinco
losas
verticales
que
constituyen el recinto sepulcral, y
otras dos del arranque de la galería de
entrada. La losa central presenta una
serie de dibujos, ya grabados a pico en
la roca, ya pintados de rojo; dibujos
que forman un conjunto ornamental
de
gran
interés
científico
por
representar un ídolo funerario o la
figura
ideográfica
del
personaje
enterrado allí.
De grandísimo interés es el dolmen de
Menga, situado en las inmediaciones
de la ciudad de Antequera (Málaga), y
que pertenece al período culminante de
la arquitectura dolménica de la
Península Ibérica (la (2500-2000 a.
d.].C). Su corredor es pequeño en la
actualidad y tras él aparece una
cámara gigantesca, de 25 metros de
largo, por 6 de ancho, formada por
enormes losas de piedra calcárea, de
unos 3 metros de alto. Cuatro losas de
dimensiones verdaderamente ciclópeas
cubren la cámara, de base ovalada, en cuyo centro tres fuertes monolitos
sostienen el techo.
Rivalizan en importancia con este monumento dos dólmenes de las
proximidades de Sevilla, conocidos con los nombres de “Cueva de la
21
Pastora” y Dolmen de Matarrubilla, este último descubierto en 1918, por
quien esto escribe.
Debajo de una colina artificial de tierra se encuentra este monumento
formado por un corredor y una cámara circular.(fig.2ª.) Aquél tiene más
de 10 m, de longitud y está formado, así como la cámara, por muros de
mampostería construidos por capas alternantes de pequeñas losas de
piedra y de ladrillos de arcilla. En la cámara, las filas superiores van
sobresaliendo paulatina y ligeramente sobre las inferiores) originándose,
por tanto, una parábola (falsa bóveda) que a va estrechándose hacia arriba
y a la que t sirve de clave un gran bloque granítico.
El detalle más interesante del Dolmen
de Matarrubilla es la pila colocada en el
interior de la cámara. Es un monolito de
mármol tosco, con vetas negras y
blancas y mide 1,71 m. de largo, por
1,25 metros de ancho, y 0,50 metros de
alto, y servía para colocar encima, ya el
cuerpo del difunto, ya su ajuar fúnebre
(fig. 3ª). Es lástima que haya sufrido
nuestro dolmen suerte idéntica a la de
la gran mayoría ó de las construcciones
megalíticas: el haber sido saqueado ya
en la antigüedad.
Como habrá visto el lector, sólo hemos reseñado tres ejemplares típicos de
dólmenes españoles; pero no dejaremos de advertir que son muy
abundantes en la Península, especialmente en Andalucía, donde se
denominan “motillas” o “sepulturas de los gentiles”; en Extremadura,
donde los campesinos los designan con el nombre de las “garitas”; en
Portugal “orcas o antas”; en Galicia, donde se los conoce con los nombres
de “mámoa”, “mambla”, “montilla”, “madorra”, “medoña”, “arcas”; en
las provincias vascongadas, donde las gentes los llaman “sorguineche”
(casa de brujas), y en Cataluña “fossa de gegants”, o “balmadels moros”.
Los hay, además, en Francia, Islas Británicas, Holanda, Sur de
Escandinavia, Alemania del Norte y Polonia; fuera de Europa se conocen
en el África septentrional, Siria y Palestina, en el Cáucaso y en la India.
La repartición geográfica de los dólmenes parece indicar que su difusión se
debe probablemente a pueblos navegantes, pues se encuentran siempre en
regiones próximas al mar nunca en el interior de los continentes. En
cambio, se ha discutido mucho sobre la patria de origen de estos
monumentos y mientras unos suponen que proceden del Oriente clásico,
otros creen que se originaron en los países occidentales de Europa,
especialmente en la Península Ibérica, lo cual no deja de ser muy probable,
si se considera que en ésta es donde existe mayor variedad de formas y
donde puede seguirse la evolución dolménica desde el tipo más sencillo,
imitación de la cueva natural, hasta las construcciones complicadas de los
sepulcros de corredor y de cúpula primitiva.
Dr. H. OBERMAIER.
22
También su docencia estaba presente en las actividades que
desarrollaba el grupo de arqueología existente en el Colegio que
dirigía Don Fidel Fuidio con los alumnos mayores, como lo
demuestra estas pobres fotografías que acompañan el relato de una
de las salidas al yacimiento de San Isidro.
ESCURSIÓN AL YACIMIENTO DE SAN ISIDRO
De la revista “El Pilar” Año I Nº IV, junio de 1923
La falta de personalidad y carencia absoluta de patriotismo nos caracteriza
en la ciencia como en otras esferas de nuestra actividad. Los tratados de
Prehistoria están llenos de nombres de localidades y sabios extranjeros, y
relegan a segundo lugar o dejan en la sombra del olvido nombres de sabios
y localidades españolas que aunque no fuera más que por ésta
circunstancia debieran ocupar lugar preferente en nuestra admiración y
estudio.
Todos saben que las primitivas civilizaciones Chelense y Aehelense son
industrias tipos de Chelles (cantera cerca de París) y Saint Acheul
(arrabal de Amiens); pero pocos españoles saben que SAN ISIDRO
(Madrid), Torralba (Soria) y Castillo (Santander) son sus equivalentes en
España, y muchos menos son los que visitan el renombrado yacimiento
prehistórico de los desmontes de San Isidro, si no es en día de romería
para comer rosquillas del Santo y beber vino Pardillo.
Unos cuantos alumnos de 6° año A, llevados por el deseo de conocer lo
«nuestro» y por el franco y verdadero interés que ha despertado en
nosotros la Historia Natural, encaminamos nuestros pasos a San Isidro
dirigidos por nuestros profesores D. Pedro y D. Fidel y el bondadoso e
ilustrado catedrático de la Universidad Central Sr. Rodríguez López
Neira.
Serían las diez de la mañana cuando dejamos el tranvía en el Puente de
Toledo, y tomamos por unos caminos llenos de barro por las abundantes
23
lluvias de los días anteriores. Entretanto, en nuestras exaltadas juveniles
fantasías, pensábamos encontrar en tan renombrado lugar, guardador de
las civilizaciones primitivas, algún suntuoso monumento; mas cual sería
nuestra decepción, al verlo reducido a unos solitarios y vulgares
desmontes de arena. ¡La traidora realidad había empezado a deshojar la
flor de nuestra ilusión!
Ante el cuadro vivo de la naturaleza oímos la explicación de las diferentes
capas del terreno. Vimos las margas calizas, llamadas cayuelas, sobre las
que descansa el yacimiento, en el que se distinguen tres capas, una
inferior de cantos rodados, otra intermedia de greda, y la superior formada
por arenas de variado tamaño.
A continuación, y atendiendo a nuestros repetidos ruegos, contónos la
historia del yacimiento, que por considerarla de interés me permito
insertar. Al laborioso y entendido ingeniero de minas don Casiano del
Prado, cabe la gloria de haber sido el primer paladín del hombre fósil en
España. En 1850 ya había notado la existencia de sílex en los desmontes
que con fines muy ajenos a toda idea científica se llevaban a cabo en San
Isidro. En 1862 vino el eminente naturalista M. de Verneuil, que
mantenía con Prado relaciones de
fraternal amistad, y en la visita que
hicieron al Yacimiento quedó fijada la
extraordinaria importancia de éste. Más
tarde Vilanova y otros siguieron su
estudio.
La industria en él encontrada pertenece
a los dos primeros pisos del Paleolítico
inferior y consiste en hachas de sílex,
traído de Vallecas y Vicálvaro, en
forma de almendra, puntas toscas de
flecha, de lanza, discoidales, etc. Hay
también alguna de cuarcita, material
más duro que el pedernal y de más
difícil labrado.
En el terreno terciario se encontraron
restos de Mastodonte, y junto con los
de la industria humana, restos de
ciervo, buey, caballo, y elefante
antiguo.
Todo lo cual se encuentra en el Museo
Arqueológico, en el Antropológico, y en el de la Villa, siendo muy dignos
de estimación los que existen en la colección del Colegio.
Convirtiéndonos en émulos de aquellos insignes arqueólogos, quisimos
arrebatar a aquellas tierras los últimos vestigios de la civilización que
encierran, y allí era de ver a Rodríguez, Isasa, Terreros en fin, a todos,
cavar con afán, e ir alborozado, a consultar el valor de cada piedra
encontrada; pero el jurado de admisión era rígido y pocas fueron, con gran
desaliento nuestro, las que merecieron ingresar en nuestros bolsillos y ya
de vuelta para Madrid, subidos en el tranvía, disfrutando de las ventajas
que la civilización proporciona, no pudimos por menos de recordar y
24
compadecer a aquellos primitivos madrileños que vestidos de pieles se
veían obligados a labrar en piedra los utensilios para proveer a su
sustento y defensa. La vista del Guadarrama cubierto de nieve, nos hizo
pensar en las épocas glaciares, en las que el Mamut de enormes defensas
bajaba a beber a las aguas del entonces caudaloso Manzanares.
Segunda parte de esta excursión, y complemento de la primera, fue la
visita que hicimos al Museo Madrileño, situado en la Plaza Mayor. Allí
vimos una rica colección del terciario y cuaternario de Madrid,
destacándose una reconstitución del Mastodonte hallado en San Isidro,
dos interesantísimos trabajos sobre la estratigrafía del yacimiento, una
abundantísima colección de hachas chelenses, achelenses y neolíticas,
junto con otros objetos de épocas más recientes, relacionados con la
historia de Madrid. Todo ello nos interesó en extremo, siendo dicho Museo
muy digno de visitarse.
En resumen una agradable excursión, en la que tomaron parte la ciencia y
la alegría.
J. LLADÓ. (6º año A)
En 1924 obtiene la nacionalidad española y con ello se integra
plenamente en la comunidad científica del país consolidando su
posición con la entrada en la Real Academia de la Historia.
En estos años realiza la excavación de la cueva de Altamira bajo el
patrocinio del Duque de Alba. A pesar que Obermaier permanece
trabajando en Cantabria desde 1909 y sin duda visitaría Altamira
varias veces, no es hasta el verano 1924 cuando comienza la
excavación del vestíbulo de Altamira. La Investigación se realiza en
dos campañas. Una en el verano de 1924 y la otra en el verano de
1925. Durante estos años sigue con otros trabajos de investigación y
de campo. Al mismo tiempo, realiza una publicación sobre Altamira
en español, inglés, francés y alemán con mucho éxito a nivel
nacional e internacional.
Durante la campaña de 1925 se produce un hecho curioso: se envió
una carta, cuyo contenido es desconocido, al papa Pío XII firmada
por los sacerdotes Breuil y Obermaier y otros personajes de la
aristocracia española como el Duque de Alba y el Conde de la Vega
del Sella y el prehistoriador francés Conde de Begouën. Esta carta
tenía como finalidad detener el proceso de condena del
evolucionismo. El resultado fue que, según palabras de Breuil,
“Roma dio carpetazo al tema” gracias a la intervención del Cardenal
Mercier 31 a quien Breuil tenía al tanto del asunto propiciado p or “el
conciliábulo” de Altamira.
31
Cardenal y filósofo belga. Nació en Braine el 21 noviembre 1851, de una familia de abolengo
burgués. Después de cursar la enseñanza secundaria, ingresó en el seminario conciliar de
Malinas. En 1874 es ordenado sacerdote obteniendo la licenciatura en Teología en la
Universidad de Lovaina (1877). Enseñó Filosofía en el seminario de Malinas y más tarde en la
Universidad de la que fuera alumno. En contacto estrecho con el pensamiento y las ciencias de
su época, Mercier, ensanchó los horizontes de la neoescolástica hasta límites insospechados por
el propio Pontífice León XIII, abriéndole caminos referentes a los grandes problemas del
pensamiento y la ciencia de fines del S. XIX.
25
En este año, también imparte conferencias: en octubre en
Universidad de Santiago de Compostela, en la Residencia
Estudiantes en dos ocasiones en 1925 y 1930, en la Residencia
Señoritas, en la Universidad de Buenos Aires y La Plata y en
Institución Argentino-Germana en 1926.
la
de
de
la
Después de este viaje por Suramérica Obermaier, dice D. Pedro Ruiz
de Azúa, “viene cargado y regala al Colegio una serie de pieles de boas,
grandes caparazones de tortugas marinas y piedras preciosas”.
Este
hecho
demuestra,
sin
ambages, tres cosas: en primer
lugar el gran aprecio que H.
Obermaier tiene por el Colegio del
Pilar. En segundo lugar explica
que
en
su
mente
está
continuamente presente el Colegio
y
la labor educativa que se
desarrolla
en
él,
fundamentalmente en el campo de
las
Ciencias
Naturales
y
finalmente, la magnífica acogida y gran amistad que le unía con el
director D. Luis Heintz así como la implicación en su obra
educativa.
Fidel Fuidio comenta en su
tesis 32 la relación próxima
de Obermaier
con los
trabajos
que
realizaba
Fidel Fuidio y cómo estaba
al tanto del trabajo que
éste
hacía
con
sus
alumnos: “a propósito de la
“villa” romana descubierta por el mismo que escribe en Villaverde Bajo y
excavada por el Excemo. Ayuntamiento de Madrid bajo la dirección de
Pérez Barradas, trabajos alentados con señalado interés por Hugo
Obermaier”.
Esto nos hace pensar una vez más que su presencia no solo se
circunscribía a un momento determinado de grandes dificultades,
como señalan algunos biógrafos, sino que la relación era muy fluida
y continua desde que llega a Madrid como lo demuestran los regalos
Portavoz principal de la escuela filosófica de Lovaina. Después de ser nombrado cardenal fue
un firme colaborador de S. Pío X en su lucha contra el modernismo; no existió en realidad
ninguna faceta de la amplia catequesis abierta al catolicismo de comienzos de siglo en la que no
dejara oír su voz y tomar posiciones. Presidió la Unión Internacional de Estudios Sociales. Los
últimos años de su vida estuvieron llenos de afán ecumenista.
32
Fidel Fuidio y Rodríguez. “La Carpetania”. Madrid 1934. Página 214. Tesis dactilografiada.
Universidad Complutense de Madrid.
26
que año tras año viene haciendo al Gabinete de Ciencias Naturales y
las numerosas conferencias que impartió en el Colegio.
Esto viene confirmado, una vez más, por el homenaje que rinden, en
el año 1927, los antiguos alumnos del Colegio Ntra. Sra. del Pilar al
Dr. Hugo Obermaier:
DISTINCIÓN A HUGO HOBERMAIER
El Doctor Hugo Obermaier, ya conocido por los
lectores de esta modesta Revista, vuelve a honrar
con su retrato estas páginas como ya lo hizo en el
número primero con su firma. No pretendemos
hacer su presentación porque su nombre tiene
reputación mundial y porque no tenemos categoría
científica para semejante atrevimiento.
Pero el Doctor Obermaier es algo nuestro, y lo
decimos con disculpable orgullo, pues además de
estar
siempre
dispuesto
a
actuar
como
colaborador, es un entusiasta favorecedor de
cuanto representa cultura y educación, y como EL
PILAR no tiene más merecimiento que la
intención sana y decidida de laborar por la
formación de la juventud colegial, cuenta siempre con el apoyo y el
aplauso de sabio tan prestigioso.
El Instituto Antropológico de Gran Bretaña e Irlanda, premiando su
extensa y original labor en la ciencia prehistórica, acaba de nombrarle
socio honorario. Sus trabajos son harto conocidos fuera y dentro de
España.
Aquí particularmente su esfuerzo ha contribuido de un modo
extraordinario a esclarecer temas de gran interés para la ciencia patria.
Después de un estudio concienzudo del glaciarismo en la Península,
especialidad en que es maestro consumado, ha dedicado su actividad
científica incansable al estudio de la Prehistoria ibérica.
Sus publicaciones son numerosas y de primerísima calidad. Ya no se
estudia Prehistoria sin seguirle los pasos y sin citarlo como autoridad
indiscutible. La distinción de que ha sido objeto es, por tanto,
merecidísima; y si hubiéramos de hacer algún reparo, sería el que ha
llegado con algún retraso. Se lo merece, como sabio y como hombre
simpático, amable, decidor y de sana alegría.
¡Enhorabuena, Doctor Obermaier! Ha sido Vd. nuestro conferenciante en
ocasiones que se recuerdan con fruición; nuestro capellán benévolo y
complaciente; un eminente colaborador, y sobre todo un buen, simpático y
excelente amigo. Enhorabuena!
(Artículo tomado de la revista “Revista” Asociación de antiguos Alumnos
del Colegio Nuestra Sra. Del Pilar. Año III Nº 16 Junio de 1927.)
Desde el 31 de enero de 1928 goza de su nombramiento como
funcionario de número y pasa al escalafón de catedráticos con el
número que le correspondería si hubiera entrado en él por el
27
procedimiento ordinario. En 1931 es autorizado por la Real
Academia de la Historia para realizar estudios por museos
arqueológicos de Francia, Alemania Checoslovaquia y Austria.
Mientras tanto, nuestro cronista ya mencionado nos recuerda:
Curso escolar 1930-31. Donación del ilustre Profesor Hugo Obermmaier:
- núcleos y hachas acheulenses de Saint Acheul (Amiens)
- de Navalière en Coussay-les-Bois (Viene)
- de Oissel (Seine infre.), de Verlel
En
1936
estando
en
Oslo
representando a España en el II
Congreso
Internacional
de
Arqueología
Histórica
y
Protohistoria, se entera de la
sublevación militar, por lo que
decide no regresar a Madrid. No
llegó a interrumpir los contactos
formales con las instituciones ni
con
la
nueva
Administración
española, pero ya había decidido
no volver a la que consideraba su
patria y renuncia definitivamente
a su cátedra, a pesar de los
esfuerzos de sus amigos, en
especial el Duque de Alba. ¡Cómo
iba a volver a un ambiente
anticlerical donde
colegas y
amigos
suyos
habían
sido
asesinados por ser religiosos o
católicos Fidel Fuidio, el hijo del
Conde de la Vega del Sella… y
otros relegados de sus cátedras!
En 1939 declina la invitación para ocupar de nuevo su cátedra al
enterarse del ambiente enrarecido entorno a la misma y que estaba
siendo reclamada por uno de sus estudiantes más aventajados y
capaces, el arqueólogo y falangista Julio Martínez Santaolalla que
había ampliado estudios en Alemania bajo la dirección de G.
Kossina autor de cabecera de varios teóricos del nazismo y cuya
visión difusionista del pasado no tenía nada que ver con la
científico-natural de Obermaier.
Nuevamente la guerra, en este caso la de España, vino a truncar su
carrera profesional.
Acepta entonces, alegando razones de salud, una cátedra en la
universidad católica de Friburgo (Suiza), y tomará suiza como
residencia definitiva, debido al inicio de la II Guerra Mundial,
donde permanecerá hasta su muerte en 1946, después de haber
padecido una enfermedad de artrosis que al final le impedía
caminar y hablar.
El 9 de abril un telegrama del Ministerio de España en Berna
comunica a la Real Academia de la Historia Española lo siguiente:
“Profesor Obermaier padece arterioesclerosis. Pronóstico pesimista por
avanzada edad. No puede hablar ni andar. Habida cuenta de la vida
28
modesta y monacal que lleva, y dado que la Universidad de Friburgo
continuará pagándole medio sueldo, por lo menos durante medio semestre,
dicho profesor cuenta ahora con estrictos medios de subsistencia”.
Breuil y Wernet le visitaron por última vez el 26 abril de 1946 y
unos meses más tarde, el 14 de noviembre del mismo año, moría.
Obermaier a lo largo de su carrera profesional manifestó siempre su
vocación investigadora y docente, e incluso que la primera estuviera
en función de la enseñanza y de la difusión científica de sus
resultados.
El 23 de junio de 1951 se funda en la Universidad de Ratisbona la
"Sociedad Hugo Obermaier para el estudio de la Edad del Hielo y
sus culturas", la cual mantiene hasta la fecha sus actividades.
29
CONCLUSIONES GENERALES
- Con la llegada del IPH de París se sistematiza el estudio de la
Prehistoria en España y posteriormente con la CIPP se empieza a
estudiar sistemáticamente en las universidades españolas hasta
entonces dejada en el olvido por “el miedo al hombre-mono”, al
evolucionismo y a la herejía.
- Hugo Obermaier manifiesta en todo momento su vocación
investigadora y docente. El conocimiento científico lo pone al
servicio de la inteligencia humana para el propio conocimiento del
hombre. Los descubrimientos científicos son para enseñarlos, lo cual
hace palpable la gran generosidad que tenía.
- Hugo Obermaier tenía una gran capacidad de síntesis y una gran
cualidad para exponer sus argumentos claros y directos, como nos
demuestra en “El Hombre Fósil” donde nos resume los
conocimientos de toda una época que hace de él un “manual” de
Geología, Antropología, Paleontología y Arqueología” y también a
través de
las numerosas conferencias dadas a auditorios con
diferentes ámbitos de conocimiento.
- Hugo Obermaier crea escuela de investigación Prehistórica dentro
del Colegio del Pilar, como queda demostrado con la dedicación del
Dr. Fidel Fuidio a la Arqueología y la formación del grupo de
Arqueología con alumnos de los cursos superiores. Esto implica
dedicación, formación e investigación de campo que realiza en
ocasiones con ellos y sin duda estaba muy cerca de todas las
actividades que se derivan del trabajo de campo realizado.
- Hugo Obermaier fomenta el Gabinete de Ciencias Naturales
mediante la donación de numerosos ejemplares. Lo cual supone que
también estaba implicado en la formación y desarrollo del mismo y
al tanto de todas las actividades que se desarrollaban en él.
- Hugo Obermaier junto con D. Luis Heintz y D, Pedro Ruiz de
Azúa, son los impulsores del “estilo” de enseñanza de las ciencias
basado en el trabajo de campo, la observación y en la
experimentación muy al estilo de lo que propiciaba la ILE. Ellos son
los que transmiten y entusiasman con esta forma de trabajar a otros
profesores y éstos los ponen en práctica con sus alumnos.
Por todo ello nos parece que Hugo Obermaier fue un hombre
importante en la orientación del Colegio hacia la experimentación e
investigación científica y en consecuencia hacia el fomento del
Gabinete de Ciencias Naturales como medio para el estudio y
conocimiento de la Naturaleza y del hombre dentro de ella. Esta
orientación de trabajo en el Colegio no deja de ser un reflejo más de
su trabajo en la Universidad como investigador, pues él siempre
tenía como objetivo en su trabajo experimental poner todo su
conocimiento, todos sus hallazgos al servicio de la educación, de
darlo a conocer y no guardarse nada para sí.
30
Sin duda, junto con D. Luis Heintz, Fidel Fuidio y Pedro Ruiz de
Azúa, fue un gran animador de las continuas y atinadas
conferencias que año tras año se pronunciaban en el Colegio sobre
todos los temas de actualidad científica y educativa.
Y, finalmente, no podemos olvidar las grandes excursiones que se
realizaban a diferentes ciudades de la geografía española, a la
montaña, a yacimientos arqueológicos, etc., siempre con un ánimo
educativo como le gustaba a D. Luis Heintz desde su juventud en la
capital alavesa.
31
NOTA: Este trabajo forma parte de otro más amplio sobre la
Historia y Contenidos del Gabinete de Ciencias Naturales “D. Pedro
Ruiz de Azúa” del Colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid.
Calle Castelló 56. 28001 Madrid.
DEDICATORIAS DE HUGO OBERMAIER
Tomada de “El
Hombre Fósil” 1ª
Ed. de 1916.
Tomada del libro
“El Hombre Fósil”
2ª Ed. de 1925.
Tomada del libro
“Pinturas rupestres
del Barranco de
Valltorta”.
Tomada del libro
“El Dolmen del
Soto”.
T o m a d a d e l lib ro “ E l
D o lm e n d e
M a ta r r u b illa ”
32
BIBLIOGRAFÍA
- OBERMAIER, Hugo. El hombre Fósil. Ed. 1916.
- OBERMAIER, Hugo. El hombre Fósil. Ed. 1925.
- OBERMAIER, Hugo. Hombre Fósil, editado en 1985 por Ediciones
Istmo, con presentaciones de los doctores José María GómezTabanera, Hans-Georg Bandi y Emiliano Aguirre.
- MOURE ROMANILLO Y OTROS. “El hombre fósil” 80 años
después: volumen conmemorativo del 50 aniversario de la muerte
del Dr. Hugo Obermaier. Editado por La Universidad de Cantabria,
Fundación Botín e Instiute for Prehistoric Investigations. Año 1996.
- Revistas del colegio Ntra. Sra. del Pilar, fundamentalmente de
“Recuerdos” y “El Pilar”.
- TORRES ROJAS, Enrique S.M. Datos sobre el Colegio del Pilar
1907-1946. Diario de D. Pedro Ruiz de Azúa.
- Petites Biographies de Quelques Religieux de la Societé de Marie
(Marianistes)" Aux bureaux de « l’Apôtre de Marie » 48, boulevard
des Archers, Nivelles (Belgique).
- Diferentes trabajos publicados por D. Fidel Fuidio, entre ellos su
tesis de La Carpetania.
- TORRES, Enrique, S.M. “Disquisitio super martyrio” de Fidel
Fuidio.
- BARRADAS, José Pérez de. Études sur le terrain quaternaire de la
Vallée du Manzanares. Ed. Municipalité de Madrid. 1926.
- AYUNTAMIENTO DE MADRID. Anuario de Prehistoria Madrileña.
Volumen I. 1930
33
E l G a b in e te d e C ie n c ia s N a tu ra le s h o y d ía
X ilo p a lo , tu r q u e s a s , h a c h a d e l p a le o lític o y e s q u e le to s d o n a d o s p o r
O b e r m a ie r
34
Descargar