SHUTTERSTOCK.COM En el noroeste de Italia, la región de Piamonte, con sus denominaciones de origen Barolo y Barbaresco, constituye no sólo una de las más importantes de la península sino que una de las más bellas, diversas y de firmes tradiciones. Todo de la mano de la cepa emblema, el nebbiolo. TEXTO: ALEJANDRO JIMÉNEZ / FOTOGRAFÍAS ALEJANDRO JIMÉNEZ Y SHUTTERSTOCK. n la parte noroccidental de Italia se extiende una de las regiones más ricas del país, una de las principales exportadoras, cuya capital es Turín. El Piamonte es obviamente una zona montañosa, rodeada por tres lados por los cordones magníficos de Los Alpes y Los Apeninos. De allí nacen emblemáticos ríos, que marcan todo el territorio piamontés: el Po y el Tanaro. De Alessandria a Vercelli, pasando por Alba y su rival Asti, por Cuneo, Novara, Verbano, hasta Monferrato, las abruptas montañas se transforman 26 ENERO 2016 I E SPECIAL ITALIA en decenas de colinas, muchas veces coronadas por pequeños pueblos. Las colinas como “lenguas”, en la provincia de Cuneo, dan el nombre a la zona del Langhe, que se extiende al este y al sur del río Tanaro, y que concentra una ancestral y merecida fama por sus vinos, quesos y por la trufa blanca. En los primeros, dos son las zonas imprescindibles: Barolo y Barbaresco, dos de las denominaciones de origen más importantes de Italia. Hay que anotar, por cierto, que en la zona se elaboran fuera de las respectivas denominaciones decenas de vinos. ESP ECIA L ITA L IA I ENERO 2016 27 SHUTTERSTOCK.COM SHUTTERSTOCK.COM Roberto Voerzio y el enólogo Cesare Bussolo. Bodega Roberto Voerzio /Cerreto 7, La Morra SHUTTERSTOCK.COM El enólogo Cesare Bussolo se planta en viñedo, a un lado de la pequeña bodega (todas las bodegas son pequeñas en comparación a Chile), en un día seminublado en La Morra y explica que ese pedazo de tierra de la bodega Roberto Voerzio es tradicional y muy natural, con una agricultura simple. Voerzio es una viña grande, comparativamente, con sus 22 hectáreas. Fue fundada en 1986, y tiene una docena de vinos divididos en tres reserva y nueve de alto nivel (siete barolos, un barbera y un merlot), que se diferencian por el trabajo en el viñedo de carga y concentración del racimo. Respecto al suelo, Bussolo destaca las características propias, pero que se repiten en casi toda la zona: una alta composición de marga, es decir una roca compuesta de calcita y arcillas; mientras predomina la primera el suelo es más blanco variando hacia el gris en el caso de la segunda. Se descompone fácilmente. En la misma materia, el enólogo nos recuerda que en Langhe cae bastante agua y la ley no permite regar. Así también, la denominación BAROLO La zona de producción del Barolo fue delimitada oficialmente en 1966 con el reconocimiento de la Denominación de Origen Controlada. Contempla territorios de once comunas: Barolo, Castiglione Falletto y Serralunga de Alba, que se incluyen en su totalidad; mientras que solo en parte se reconocen zonas de Cherasco, Diano d’ Alba, Grinzane Cavour, La Morra, Monforte d’Alba, Novello, Roddi y Verduno. En 1980 se creó la Denominación de Origen Controlada y Garantizada (DOCG) que entre muchos requisitos, impone que los vinos deben provenir de 100 por ciento de la zona delimitada, exclusivamente de la cepa nebbiolo, con un máximo de producción de ocho toneladas por hectárea y con graduación mínima de 13% vol., con 38 meses de envejecimiento mínimo, 18 de los cuales deben ser en madera. No es fácil de comprender la nomenclatura de Barolo. Además de lo señalado existe la llamada Menzione Geografiche Aggiuntive (MGA), que divide una comuna o zona en pagos o “crus”, que pueden o no ser de un mismo propietario. Así, por 28 ENERO 2016 I E SPECIAL ITALIA ejemplo, La Morra tiene 39 MGA y 62 bodegas. Entonces, la mezcla podría ser Barolo (DOCG), La Morra (comuna) Brunate (MGA) de Roberto Voerzio (productor). La denominación de origen de Barolo tiene cerca de dos mil hectáreas plantadas. El nebbiolo es la principal y se dice que el nombre de la uva no proviene de una característica instrínseca de la cepa sino de la zona, proclive a permanecer nublada. Otros cepajes tintos importantes son la barbera y el dolcetto. Hoy en día, una hectárea de viña en Barolo se valoriza en un millón de euros. No siempre, sin embargo, sus vinos gozaron de tanta popularidad, hecho que detonó un cambio que fue empujado por algunos y resistido por otros, dando origen a varias historias de rivalidades. Hacia finales de la década del ’70 los vinos del Barolo atravesaron una crisis producto del cansancio de los consumidores. Hay que convenir que los Barolo no son fáciles de beber, debido a que necesitan una larga guarda para redondear tanino y acidez. Sin embargo, a esas peculiaridades, los tradicionales productores agregaban uso de grandes toneles de madera (botti) de roble esloveno heredados por décadas, muchos en estado deplorable; largas maceraciones, escaso control de temperaturas, sobre extracción de taninos, más las particularidades de cada bodega. Un grupo de productores, entonces jóvenes y hoy no tanto (Gaja, Voerzio, Altare, Sandrone, Scavino), optaron por desmarcarse de los tradicionalistas (Mascarello, Rinaldi, Vietti, Aldo y Giacomo Conterno) para optar por el uso de acero inoxidable, en algunos casos, y de barricas francesas, en otros, además de “modernizar” las vinificaciones. Parte de la historia de este cambio puede verse en el premiado documental Barolo Boys. Storia di una rivoluzione, de reciente factura. En razón de lo anterior, la diversidad que hoy muestra Barolo es todavía más interesante, en una permanente convivencia de “tradicionalistas”, “modernistas” y todos los demás, que mezclan banderas de unos y otros. Por lo tanto, en cualquier recorrido, es menester incluir a representantes de cada “bando” para tener una visión amplia de Barolo. de origen obliga a guardar en madera por dos años el Barolo, lo que para esta bodega es considerado el máximo. “No es importante la madera para nosotros; tratamos de usarla al mínimo y sólo como ayuda `para un vino difícil”, explica. El uso de la madera, sin embargo, revela el carácter modernista de Voerzio: solo usa madera francesa. En medio de la degustación propia de una visita, aparece el fundador Roberto Voerzio, quien no luce su habitual larga cabellera. Con el pelo corto y relajado, dice que no conoce Chile, y le causa curiosidad la diversidad geográfica y climática que podría encontrar en un país tan alargado en el mapa. Promete visita. Además de un Barolo Roche dell’Annunziata 2011 de La Morra (“inusualmente bebible para su año”), un par de ricos barbera y el clásico Sarmassa de Barolo 2004 (“señorial, perfumado, terso”) , exhibe un Merlot Langhe 2004 de los viñedos Fontanazza y Pissotta en La Morra, que se muestra demasiado verde para nuestro paladar. Los barolos, por lejos, marcan la pauta. Bodega Conterno Fantino /Ginestra 1, Monforte d Alba Conterno es un apellido muy común en la zona de Barolo, por lo que varias bodegas contienen esta nominación, casi todos emparentados entre sí. Conterno Fantino es la que se ubica en lo más alto de Monforte, a 420 metros de altura, y nació en 1982 fruto de una sociedad entre Guido Fantino y Claudio Conterno. Es considerada una bodega “modernista” porque promueve maceraciones cortas y uso de barricas francesas. Posee unas 27 hectáreas, una decena de las cuales están plantadas con nebbiolo, además de barbera, dolcetto, cabernet sauvignon y chardonnay. Produce unas 150 mil botellas al año. Fabio Fantino, a cargo de la bodega, junto con recibirnos con un particular chardonnay Prinsipi del Langhe (gran acidez en boca), habla de algunos desafíos del nebbiolo. Explica que con el auge de plantaciones de 1999, se plantó en varios lugares inapropiados para la cepa, aunque como se sabe la DOCG regula tanto la altura mínima como las laderas para los viñedos nuevos. Fabio conoce Chile, pues trabajó unas temporadas en estos lares, de los que guarda buenos recuerdos. Es bastante claro en sus preferencias, señalando que a su juicio el productor Giacomo Conterno es el número uno en seriedad y que los vinos de Gaja le recuerdan a Gaja y no a un barolo. Entre sus barolos nos pone enfrente dos Sorì Ginestra: un 2012 y un 2005; solo así es posible comprender la necesidad de evolución en botella en los barolos para que logren balancear sus componentes de gran carácter. Asmismo, la gran influencia del clima, diferenciándose claramente un año lluvioso respecto de uno más seco. Para qué hablar del 2002 cuando el granizo dejó a Barolo sin barolo. ESP ECIA L ITA L IA I ENERO 2016 29 Bodega Luciano Sandrone / Pugnane 4, Barolo El nombre de Luciano Sandrone generalmente se inscribe dentro del listado de los modernistas de Barolo, pero la verdad es que mantiene un pie entre los tradicionalistas. Ha sabido conjugar los avances técnicos con la impronta del conocimiento ancestral. Fue durante años el jefe de bodega de la más importante bodega de Barolo, Marchesi de Barolo. Se independizó en 1977 con unas pocas hectáreas para trabajar, las que han ido aumentado lentamente hasta 27 hectáreas que se vinifican hoy en su moderna y a la vez clásica bodega ubicada a los pies de Cannubbi. Su hija Bárbara es la encargada de mostrarnos las magníficas instalaciones, en las cuales, de pronto aparece Luciano para un breve saludo. Barbara se encarga de mostrar uno de los proyectos interesantes, llamado Sibi et Pausis, que consiste en que cada año un 10 a 15 por ciento de los vinos a base de nebbiolo –el famoso Cannubi Boschis, Le Vigne y el nebbiolo de Alba Valmaggiore– son guardados por cuatro años en su “cantina histórica” en las mejores condiciones de temperatura y humedad para prestar un servicio a sus clientes. Además de Barolo, Sandrone posee viñedos en Castiglione Falletto, Monforte d’Alba, Novello, Serralunga d’Alba y Vezza d’Alba. Su clave, como se mencionó, es el balance: en la bodega, entre tradición y modernidad; en el viñedo, buscado la armonía de la madurez correcta, selección específica y delicada vinificación. 30 ENERO 2016 I E SPECIAL ITALIA Bodega Giusseppe Rinaldi / Monforte 5, Barolo Pasando el bello pueblo de Barolo, en una saliente del camino se ingresa a esta pequeña bodega que mira recto a la torre de Castiglione Falletto. Son las 11 en punto de un día laboral en septiembre y la casabodega parece descansar. Hasta que de pronto un portón de madera rechina y la figura de un hombre delgado, mayor y con una especie de cigarro toscano colgando de los labios sale para empecinarse en conectar una bomba, sin prestar la menor atención al extraño. Nos acercamos para presentarnos y la respuesta, en italiano, más que una bienvenida es un llamado de atención: es un mal día para visitar la viña porque están cosechando el dolcetto, la cepa tinta que se vendimia primero. Le explico que he venido desde Chile y que Marta Rinaldi me ha citado para ese día y hora. Entonces, me dice que entre a la bodega y que la busque, por allí dentro. Recorro en solitario la dependencia hasta una especie de oficina, plagada de cuadros, fotos y botellas antiguas hasta que aparece Marta, la hija de Giusseppe, enóloga y quinta generación de los Rinaldi en Barolo. Su padre, Giusseppe, alias Citrico o Beppe, entrará varias veces para vociferar desde lejos algo sobre el dolcetto. Marta, en tanto, hará una especie de oídos sordos mientras recorremos cubas de acero y luego las tradicionales botti. Si bien Rinaldi es etiquetado como uno de los grandes “tradicionalistas” lo cierto es que mantiene una práctica de simpleza y de aprecio por el terroir y un desprecio patente por la introducción de elementos que considera foráneos, especialmente la barrica francesa. Sin embargo, el control de temperatura, maceraciones más cuidadas y mayor higiene en la bodega son elementos que se aprecian sin renunciar a la tradición ni a la rebeldía. De pronto, “Beppe” reaparece en persona para preguntarme si en Chile hay pinot noir. Ante la respuesta afirmativa la conversación fluye hacia estos es dif BARBARESCO Marta y Giusseppe Rinaldi. cepajes de clima frío de gran carácter, de clara manifestación de terroir. Y también pregunto por la foto de Mascarello que exhibe en una repisa junto al lema “ni barricas ni Berlusconi”. Dice que Bartolo Mascarello era su primo, una especie de último mohicano de Barolo y que también me convendría ver su propio lema: “las barricas para las barricadas” con la firma de Robespierre. Rinaldi tomó las riendas de la bodega a principios de los 90 tras la muerte de su padre, otro pro hombre de Barolo. Beppe es en verdad veterinario y le importa un bledo no ser enólogo, pues considera que ese trabajo lo puede hacer cualquiera que tenga suficiente seso. Su máxima expresión de tradicionalismo es que será imposible, mientras él viva, usar algún tipo de barrica francesa en su bodega, donde las botti de roble esloveno parecen indemnes al paso del tiempo. Sus dos más importantes vinos, el Barolo Brunate y el Barolo Cannubi-San Lorenzo-Ravera son dos ejemplares que ningún amante del vino puede dejar de probar. Bodega Gaja / Torino 18, Barbaresco En medio del típico pueblo de la colina de Barbaresco se encuentra Gaja, fundada en 1859 y que suma unas 100 hectáreas, siendo la más importante de Barbaresco y, probablemente, de todo el Piamonte. Al menos, la más famosa. En 1994 adquirió la viña Pieve S. Restituta en Montalcino y en 1996 creó Ca’Marcanda en Bolgheri, Toscana. A la cabeza se encuentra Angelo Gaja desde 1961, una verdadera personalidad del vino mundial, y quien representa mejor que nadie la modernización de los vinos de la zona, manteniendo su equilibrio con la tradición. Si se pudiera asimilar su caso, se parecería a la innovación que representó en Chile Miguel Torres en su momento. Según explica la hija de Angelo, Gaia Gaja, la empresa se ha caracterizado por su trabajo agronómico, especialmente preservando los antiguos viñedos con selecciones masales. Asimismo, han avanzado en fomentar la biodiversidad para el control de plagas sin uso de productos químicos. En cuanto a sus vinos, además de su clásico Barbaresco DOCG y de su Barolo Dragomis (Serralunga y La Morra), desde 1996 se caracterizan por hacer vinos con nebbiolo (mayoritariamente) mezclado con barbera, renunciando a las denominaciones Barbaresco y Barolo para para usar la DOC Langhe Nebbiolo, que permite esa mezcla. Allí se anotan grandes y característicos ejemplares como Conteisa, Sperss y Sorì San Lorenzo. También se caracteriza por el uso de cepas francesas con la apelación Langhe DOC, como Sito Moresco (nebbiolo, cabernet sauvignon, merlot) y Darmagi. inal: descr ibir la belle p a is Langh aje de za e en el las co P linas iamon causa del te. Com hay qu o dato e anot la zon de la ar que a de B el año arolo p decla a s y ado Barba radas resco Patrim f u Comit eron onio M é Perm undia anent l por merec e el de la U ida va nesco lorac , u ión pa na zonas ra una vitivin de las ícolas más b divers ellas as del y mundo . natur Si al vino de nebbiolo hecho en Barolo se le conoce como el vino de reyes, al nebbiolo de Barbaresco se le nombra como el vino de reinas. Está a unos 10 kilómetros de Barolo, bordeando el río Tanaro, y posee las zonas de Barbaresco, Neive, Treiso y la llamada fracción "San Rocco". Su origen histórico como denominación se debe a que los viñateros de Barolo se negaron a ampliar su denominación de origen. Produce nebbiolos más ligeros que Barolo, más perfumados y menos tánicos, tal vez por la mayor influencia marina. Su bodega icónica es Gaja. Nota f ícil de al del Gaia Gaja. ESP ECIA L ITA L IA I ENERO 2016 31