INSATISFACCION SEXUAL FEMENINA “ Hoy no, me duele la cabeza” Ana María Berlien Gómez Nice Cofré Oyarzún INTRODUCCION El presente trabajo dice relación con la intimidad de pareja, a l g u n o s f a c t o r e s qu e l a i n f l u e n c i a n , y m á s e s p e c í f i c a m e n t e , c ó m o la sexualidad femenina es vulnerable a sufrir cambios, algunas veces negativos. Para bien o para mal, lo cierto es que la mayoría de hombres y mujeres terminan formando parejas o matrimonios, lo que en sí mi s m o p u e d e d a r o r i g e n a d i f i c u l t a d e s d e o r d e n s e x u a l . A l t i e m p o que la novedad de primera hora se diluye en el proceso de aprender a convivir, respetando los hábitos y peculiaridades mutuos, la relación sexual tiende a ser menos gratificante para uno a par a los dos miembros de la pareja. Como reflejo de este hecho, en los primeros años de convivencia se aprecia un declive gradual en la frecuencia de la actividad sexual. ( 1 ) La intimidad en la pareja y más precisamente las relaciones s e x u a l e s , c o n s t i t u y en u n p r o c e s o v i t a l q u e s e d e s a r r o l l a a l o l a r g o de la existencia humana en distintos niveles. Su fin es preservar la especie y al mismo tiempo proporcionar una incomparable fuente de placer físico y psicológico. La relación sexual es algo más que una cópula mecánica, puesto que en ella intervienen sentimientos, deseos y actitudes expresados en la interrelación física. Tradicionalmente en nuestro país y en muchos otros países occidentales, el hombre ha sido considerado investigador y controlador de la ac tividad sexual. Al menos durante los últimos años la tarea de la mujer consistía en tenderse pasivamente, mientras que el hombre actuaba, por lo general, muy deprisa, dejándola frecuentemente insatisfecha, y a veces, con un sentimiento de degradación. El rol de la mujer ha cambiado considerablemente en los últimos tiempos, la transformación en el campo de usos sexuales es más lento que en otros. A pesar de la evolución que ha tenido la sociedad, en nuestro comportamiento quedan aun resabios de los valores y creencias que nuestra cultura nos ha legado y el comportamiento sexual no está ajeno a estas influencias. En este ensayo pretendemos analizar el comportamiento sexual del hombre y la mujer dentro de una relación estable y determinar cuáles a nuestro juicio son los factores que influyen en la insatisfacción sexual de la mujer. Consideramos que en Chile existe un alto porcentaje de mujeres insatisfechas sexualmente, lo cual no representa un problema que la mujer manifieste espontáneamente, sino que apar ece enmascarado en otras situaciones de salud las cuales han sido el motivo de consulta. DISCUSION El afecto se aprende durante la infancia y es allí donde se empieza a construir la sexualidad. La capacidad de amar que requiere ser s u j e t o d e a mo r , s e a p r e n d e d u r a n t e l o s p r i m e r o s a ñ o s d e l a v i d a y entonces se encuentra la prevención verdadera del problema. El niño que aprende a ser sujeto de amor desde que está en el vientre, aprenderá a quererse a sí mismo y a entregar cariño en la adultez. (2) Tanto hombres como mujeres somos personas humanas, nuestro sexo es diferente y también habilidades y destrezas no precisables. Toda persona humana tiene la capacidad de razonar, de decidir, de amar. Toda persona humana nace con un destino común: la f e licidad. Todos los seres humanos, cualquiera sea su sexo, pueden desarrollar valores de diversa índole y a ellos pueden y deben aspirar para desarrollarse, de acuerdo a su personalidad o a sus deseos y aspiraciones. Cuando una pareja se une, se ponen en contacto dos personas cuyas expectativas y deseos respecto a la vida familiar pueden ser, y de hecho a menudo lo son, diferentes. La necesidad de una consolidación económica, la llegada de los hijos , obliga a la pareja a asumir una serie de responsabilidades que pueden llegar a ser abrumadoras y repercutir en el plano de las relaciones interpersonales y también las sexuales. Desgano sexual, es en buena medida consecuencia de la intensa dedicación de tiempo y energías al trabajo, junto con una tensión continuada y constante de tipo emocional; es el resultado del tedio y de la saturación que produce el apego a una misma rutina sexual. En mayor grado que el aburrimiento puro y simple, que indudablemente puede ser uno de sus precursores, lo que car a c t e r i z a e l e c l i p s e s e x u a l e s l a s e n s a c i ó n d e a g o t a m i e n t o f í s i c o , vacuidad emocional y un concepto autoconfigurado muy negativo en lo que respecta al sexo. Atrapadas en la angustia de la desgana sexual, las parejas experimentan una sensación de inutilidad y desesperanza, como si nada pudiera reactivar ya la pasión y el placer eróticos.( 3 ) Hay que prestar atención en no confundir la desgana sexual con el desinterés sexual, que a menudo es inherente a los estados depresivos. La mayor parte de los hombres descubren jubilosamente su erotismo a partir de los 20 años, pero un número apreciable de mujeres despiertan tarde, o simplemente no lo han hecho, de su letargo sexual que la sociedad les ha programado. Teniendo en cuenta los límites que desde antaño se han impuesto a los sentimientos y conducta sexual de la mujer, y habida cuenta de la división tradicional de las responsabilidades matrimoniales ( ella, los hijos y los quehaceres domésticos; él, su trabajo), no puede extrañarnos q u e l a s c o s a s s ea n c o m o s o n . C o m o c o n s e c u e n c i a m u c h a s m u j e r e s pasan por un proceso de autodescubrimiento sexual, que en ocasiones involucra conocer el orgasmo por primera vez en sus vidas, hasta bien entradas en la vida adulta. Podemos deducir entonces que estas mujeres, durante varios años de convivencia con su pareja estuvieron sexualmente dormidas.( 3 ) Por su parte el hombre, como consecuencia de esto, empieza a poner en entredicho sus aptitudes sexuales, pudiendo originar una disfunción sexual, vuelven los ojos hacia otras compañeras, y otros desarrollan conductas socialmente inadecuadas como una manera de evadir la problemática sexual con su pareja. Ej: el alcohol. La intimidad suele caracterizarse como un sentimiento recíproco de aceptación, entrega, ternur a y confianza. Como componente, previo es importante que el individuo posea intimidad consigo mismo, que posea un firme sentimiento de su identidad, un conocimiento realista de sí, y un grado de aceptación razonable. La conciencia de la propia identidad facilita la identificación de nuestras necesidades y sentimientos y en consecuencia nos permite compartirlos con otros sujetos. La autoaceptación es también una parte importante en la cadena que compone la intimidad entre las personas, ya que permite ser uno mismo, sin necesidad de fingir ser otra cosa. Por otro lado los que no tienen una muy buena imagen de sí mismos o se avergüenzan de ser los que son, suelen tener graves problemas para afirmar y mantener la intimidad, pues concentran todos sus esfuerzos en tratar de probar o validarse frente a los demás o en obtener reconocimiento y respeto.(1) Las personas seguras en el aspecto emocional, que se sienten libres de culpa sexual y de vergüenza, están capacitadas para experimentar todo el espectro completo de la expresión sexual humana; lo que incluye, desde luego, las relaciones sexuales. Como resultado de ello, es muy posible que tales individuos gocen mucho más de su vida sexual que aquellas personas que se encuentran i n h i b i d a s y s e x u a l m e n t e o b s t a c u l i z a d a s . ( 1) Sin embargo las parejas deben cuidarse de no exagerar ni mostrar preocupación excesiva en el ¿cómo? de las relaciones sexuales mientras las ejecutan. De lo contrario, éstas pueden adquirir ribetes artificiales o mecánicos, que lo apartarían de la libertad y espontaneidad que caracterizan a este acercamiento entre los s e r e s h u m a n o s . (1 ) Las relaciones sexuales constituyen un acto mutuo de amor y de comprensión física y emocional y que deberá proporcionar a la p a r e j a u n p l a c e r mu t u o l o m á s i n t e n s o p o s i b l e , g o z a n d o c o n l a mayor libertad posible. Lo que a continuación mencionamos es el resultado de parte de nuestra experiencia profesional en un Consultorio de Atención P r i m a r i a y q u e a t i e n d e a u n a p o b l a c i ó n d e e s t r a t o s o c i o c ul t u r a l m e d i o- b a j o . Consideramos que en este tema influyen innumerables situaciones que podríamos englobarlas dentro de los factores socioculturales aprendidos y desarrollados a partir de modelos inadecuados. Por o t r a p a r t e t a m b i é n , f a c t o r e s e n m a r c a d os e n l o s o c i a l c o m o s o n l o s tipos de vivienda, tipos de familia, escolaridad, mujeres con trabajo remunerado, entre otros. Percibimos además que la mayoría de las mujeres sienten que en su hogar no son valoradas por el trabajo cotidiano realizado, el cual es fundamental para la funcionalidad familiar. Ellas piensan que la relación sexual forma parte de una descarga emocional individual y egoísta por parte del hombre, y no constituye un intercambio de sentimientos y emociones de ambos. Por otro la do el que la mujer tenga que asumir la responsabilidad de protegerse frente a un embarazo no deseado, siendo ésta una responsabilidad de ambos, le otorga al sexo una connotación negativa, por estar siempre la sombra de un embarazo no deseado. Que aun en un acto de estrecha intimidad el hombre no logre zafarse de lo que la sociedad le ha impuesto: ser fuerte y dominar, le quita a la mujer la posibilidad de explicitar sus demandas, situación que al ser repetitiva, sume a la mujer en un letargo sexual. Por otro lado será posible que la educación de los padres y los cánones religiosos muy rígidos que conciben la sexualidad de la mujer como algo meramente reproductivo, dejando de lado la posibilidad de la mujer de disfrutar y demostrar gozo frente a una r elación sexual, por ser algo pecaminoso, haya originado en la mujer una especie de frigidez social. Es difícil para una mujer saber que la medalla tiene otra cara cuando todos los que se han visto involucrados en su formación sólo le han mostrado una de ellas. De todas formas sabemos que a pesar de existir estas influencias negativas, la mujer por su rol histórico como madres, cuidadoras de la familia, ha desarrollado una sensibilidad especial que la diferencia del hombre y que a la hora de las relacio nes sexuales se manifieste en algunas mujeres como el deseo de algo más sublime que el placer carnal. Indudablemente que al respecto no podemos generalizar puesto que la mujer en la actualidad ha ido ganando terreno en múltiples escenarios y el lecho es otro de ellos. Lamentablemente o afortunadamente hay mucho que hacer al respecto aún. El hombre por su parte no ha sabido enfrentar este despertar de la mujer y se ha quedado algo atrás en el camino, o al menos ha a v a n z a d o m á s l e n t o , l o q u e h a h e c h o t am b i é n q u e s e e s t a b l e z c a n diferencias en el plano sexual. Otros factores que intervienen en la intimidad sexual Factores psicobiológicos Money (1988) ideó la teoría del mapa amoroso para explicar el desarrollo de la orientación erótica. Un mapa de amor es “una presentación o modelo evolutivo que tenemos en la mente y en el cerebro, que representa al amante ideal, la relación amorosa ideal y el programa ideal de actividades sexoeróticas proyectadas en la imaginación o desarrolladas en la práctica con ese amante”. Money cree que el mapa amoroso de una persona se forma durante la segunda infancia, entre los 5 y 8 años de edad. Además si el mapa amoroso se ve distorsionado por traumas como el incesto, el a b u s o f í s i c o , o m o d e l o s s e r i a m e n t e n e g a t i v o s h a c ia e l s e x o , p o d r í a conducir finalmente a patrones atípicos de conducta sexual.( 1 ) Factores socioculturales Para poder entender cómo estos factores influyen en la sexualidad de las personas no podemos dejar de mencionar la variable género que traspasa toda la estructura social y está presente en los lugares más íntimos y más públicos. No importando la clase social a la que pertenezcamos y la educación que hayamos recibido, el cargo que o c u p e m o s e n l a s o c i e d a d . (4 ) La asignación de lo femenino o masculino es una “construcción social”, es una “interpretación social” de lo biológico, o sea, es algo que no viene con nosotros cuando nacemos. El papel de género se forma con el conjunto de normas y prescripciones que la sociedad y la cultura dictan acerca del comportamiento femenino y masculino, aunque hay diferencias propias del status social, la etnia, la edad, etc., es posible hablar de un común denominador, una diferencia básica que corresponde a la división sexual del trabajo. Se puede establecer, y de hecho se establece, una correlación errónea que deduce que las mujeres son las que “tienen los hijos”, por tanto los cuidan, en consecuencia erróneamente se define que “lo femenino es lo maternal”, lo doméstico, contrapuesto a lo masculino que es lo público. Se implanta así la dicotomía entre lo femenino y lo masculino, se establecen rígidos estereotipos que condicionan los roles, limitan potencialidades humanas al suprimir o potenciar comportamientos, según sea o no adecuados al género. (4) Antes incluso del nacimiento, los padres adoptan ya actitudes diferentes sobre el sexo del niño. A menudo los padres especulan sobre el sexo del futuro hijo y llegan a elaborar planes minuciosos y acariciar ambiciosos objetivos concernientes a la vida de la criatura. Podemos decir entonces que desde que nacemos se va condicionando nuestro comportamiento de acuerdo a lo que la sociedad ha determinado que corresponde a nuestro sexo y esto es una tarea larga, lenta pero muy efectiva puesto que se inic ia en la familia, sigue en la educación formal, se justifica o se intenta justificar en las iglesias por medio de normas religiosas mal aplicadas y se acentúa constantemente en los medios de comunicación social. Es así como en materia sexual se ha determinado que la mujer debe servir dentro de una relación: la mujer quiere cariño y anhela expresar. El hombre es más pragmático, menos expresivo. Lo preocupante es que esta diferencia puede determinar insatisfacción por parte de la mujer, pudiendo llegar a ser una poderosa razón para llegar a la infidelidad o para transformarse en una disfunción patológica. ( 5 ) El desarrollo de conductas socialmente inadecuadas como por ejemplo el alcoholismo, la violencia intrafamiliar, confieren a la relación de pa reja y a la relación sexual un sentimiento de temor y a veces repulsión. La pobreza, entendiéndola como de recursos materiales y personales, también dificultan las relaciones íntimas. Por mencionar a l g u n a s : f a l t a d e p r i v a c i d a d p o r c o n d i c i ó n d e h a c i n a mi e n t o , l a escasa capacidad de negociación en el plano sexual. Para dar realce a nuestro trabajo hicimos una encuesta en un período de tres semanas a las mujeres que consultaron con matrona y que dentro de la consulta manifestaron espontáneamente desgano sexual. A ellas sólo se les preguntó qué querían o qué preferirían hacer en el momento en eran requeridas sexualmente por sus parejas y ellas no tenían ganas. A cada una de ellas también se les consultó los datos que a continuación exponemos: D e un u n i v e r s o d e 2 6 m u j e r e s e n t r e 2 5 y 4 5 a ñ o s , a l g u n a s d e características del grupo son: las ? ? Violencia intrafamiliar por parte del hombre en 6 de ellas. ? ? Alcoholismo en diferentes grados por parte del hombre en 8 de ellas. ? ? 2 m a r i d o s a u s e n t e s p o r t r ab a j o f u e r a d e l a c i u d a d . ?? 9 viviendas en condición de hacinamiento. ? ? 3 parejas hombres infieles. ?? 4 eyaculadores precoces (apreciación hecha por las propias mujeres). ? ? 13 hombres con trabajo ocasional o cesantes. ?? 8 mujeres con trabajo remunerado estable u ocasional. ESCOLARIDAD MUJERES HOMBRES Básica incompleta 4 3 Básica completa 9 6 Media incompleta 6 12 Media completa 5 4 Superior 2 1 De las mujeres que trabajan ninguna de ellas recibe ayuda de terceros en las labores de su propio hogar, y sus hijos son dejados en salas cuna, jardines, con algún pariente o simplemente solos si son algo más grandes. Estas mujeres por lo tanto cumplen una doble jornada de trabajo . Los resultados de la encuesta son los siguientes: El 15,4% (4) de las mujeres respondió “no sé” o “nada” El 34,6% (9) de las mujeres respondió “conversar” El 19,2% (5) de las mujeres respondió dormir o descansar” El 19,2% (5) de las mujeres respondió “que me ha ga cariño pero sin sexo” El 3,8% (1) de las mujeres respondió “que me deje tranquila, no soporto el olor a trago” El 7,7% (2) de las mujeres respondió “que se busque a otra”. Del total de las mujeres sexuales. el 81% finalmente accede a las relaciones Nos llamó la atención que la mayoría de las mujeres solicitara alguna solución para ellas pues se veían a sí mismas como las causantes del problema, demostrando así la tendencia culposa de algunas mujeres. De las respuestas obtenidas más de la mitad de las mujeres (53,8%) aun cuando no tengan interés en una relación sexual, sí al menos desean entablar algún tipo de relación con sus parejas. Tal vez se trate de aquellas parejas que no se encuentran tan dañadas y persisten aún los sentimientos que al comienzo los unieron. El 46,2% de las mujeres no desea ningún tipo de vínculo y podría tratarse de aquellas parejas en que el entorno sociocultural ha influido de manera tan contundente que ha determinando que la mujer considere la actividad sexual como algo definitivamente al margen de su vida. Al analizar el hecho de que el 81% de las mujeres accede igual a tener relaciones sexuales, con nuestra experiencia profesional, p o d e mo s d e d u c i r q u e l a s r a z o n e s son las que se exponen a continuación: Temor al abandono por la necesidad del sustento del grupo familiar en aquellas mujeres que no tienen trabajo remunerado. Evitar el maltrato por parte de su pareja. No ser culpadas de infidelidad. No estar solas y ser respetadas por los demás. El 19% restante de mujeres que no accede a la intimidad sexual con su pareja probablemente sean aquellas mujeres de mayor escolaridad, con parejas en similares condiciones y en las cuales puede ejercerse cierto grado de negociación sexual. Este grupo de mujeres no constituye una muestra por lo tanto no representa el total de la población. Esta encuesta fue hecha en nuestro lugar de trabajo, un consultorio de Atención Primaria, c uyos pacientes respecto a su situación previsional presentan un alto grado de indigencia, por lo que hemos caracterizado a un grupo de estrato cultural y socioeconómico m e d i o- b a j o . No hubo dedicación exclusiva para realizar la encuesta, puesto que fue hecha durante la atención diaria de rutina. La encuesta fue realizada en un período corto de tiempo por lo que puede no ser representativa. Las respuestas de las mujeres pueden estar muy subjetivizadas , por lo que cabe la duda aquí , al igual que en la historia del huevo y la gallina: ¿qué fue primero?. Tal vez todas las características negativas que las mujeres han descrito no sean más que una consecuencia a la escasa participación de la mujer en el plano sexual. E s m u y c o m p l i c a d o e s c u c h ar a m u j e r e s d e c i r q u e s ó l o t i e n e n relaciones sexuales por cumplir. Claro que esto tiene mucho que ver con lo femenino y masculino en este país. Lamentablemente lo femenino se ha construido en base a servir dentro de la relación: la mujer quiere cariño y anhela expresar. El hombre es más pragmático, menos expresivo. Lo preocupante es que la insatisfacción puede ser una poderosa razón para llegar a la infidelidad o para transformarse en una disfunción patológica. ( 5 ) CONCLUSIONES En una relación sexual la motivación para estar juntos puede ser el amor, aunque sabemos que esta aseveración no es absoluta ya que es perfectamente legítimo que un hombre o una mujer puedan tener sexo sólo por el placer físico que esto les brinda. Cuando la mujer empieza a no querer sexo es porque ya no lo pasa bien y si aun así accede es para que no la molesten o para que su pareja cambie de carácter. Cuando los hijos ya no requieren una atención tan constante y cercana por parte de sus padres, es cuando ellos vuelcan su a t en c i ó n u n o h a c i a e l o t r o y s e d a n c u e n t a q u e y a n o s o n l o s mismos, siendo este un factor negativo para la comunicación de pareja y por ende también en el plano sexual. Si el hombre perdiera el miedo a ser “más femenino”, a sentir más q u e a a c t u a r , a e s c u c ha r m á s q u e a a p r e m i a r , a p e n s a r e n d o s m á s que en sí mismo, sin duda que habría hombres y mujeres más felices, puesto que no nos cabe la menor duda de que los hombres tampoco la pasan bien con esta situación. C u a n d o e l h o m b r e a p r e n d a a v a l o r a r s e a s í m i s mo y n o e n comparación con otros, habrá menos diferencias entre hombres y mujeres, por lo tanto la relación entre ambos mejorará en todo nivel. A través de nuestra experiencia laboral como profesionales de la salud hemos percibido que el desgano sexual po r parte de la mujer históricamente no constituye motivo de consulta, pero sí forma parte de las inquietudes de al menos el 10% de las mujeres que demandan atención por otro motivo. A pesar de lo expuesto nos damos cuenta que tenemos una tarea que realiza r respecto a la actitud de la mujer en este plano. La mujer al manifestar su inapetencia sexual, aunque sea con nosotras como profesionales, ajenas a su intimidad, ya está manifestando el deseo de un cambio. Sólo debemos guiarlas para que este, en lo posible, sea compartido en pareja y ayudarlas a comprender que las culpas sólo son responsabilidades compartidas. La educación sexual es un proceso continuo que depende tanto de los modelos que los progenitores les proporcionen a los hijos y de cómo respondan ante el creciente desarrollo de la sexualidad del niño, como del suministro de información objetiva. La educación sexual impartida en el hogar es una forma muy importante de proporcionarles a los hijos una estructura válida que p u e d a c o n d u c i r l o s a u n c om p o r t a m i e n t o s e x u a l f u t u r o r e s p o n s a b l e . RECOMENDACIONES En materia sexual, no existen en nuestro país investigaciones respecto a este tema, por lo tanto, esto constituye un desafío importante para los equipos de salud y para el país. El abor daje de esta problemática probablemente sea el primer paso en la recuperación de algunos problemas de salud que enmascaran situaciones de insatisfacción sexual en algunas mujeres. Hace falta en nuestro país personas que se encarguen de elaborar p r o g r am a s e d u c a c i o n a l e s r e s p e c t o a l a s e x u a l i d a d , q u e s e a n desarrollados durante toda la enseñanza formal , integrando a la familia y a la comunidad, rescatando los valores de la pareja y la familia. Que estos programas sean evaluados continuamente y que los intereses de las personas primen por sobre los intereses políticos del país. De esta manera los niños, futuros adultos y parejas enfrentarán el tema sin miedo y probablemente problemáticas como la que hemos analizado ya no lo serán. BIBLIOGRAF IA 1 Master y Johnson, Sexualidad Humana, Nueva York, editorial Grijalbo, volumen 2, páginas 222,277, 288, 347. 1995 2 Diario La Tercera, revista de Mujer a Mujer, artículo sexo mujer, Santiago de Chile, 2001. 3 MacCary, Sexualidad humana, México, Moderno, volumen 1, pág. 172, 1996 4 Ferro Calabrese, Cora. Primeros pasos en la teoría sexo género. Género como categoría de análisis. Universidad de Barcelona P a g 1 a 1 9, 1 9 9 1 . 5 Sepúlveda, Eliana, Diario La Tercera, revista de Muj er a Mujer, artículo Insatisfacción sexual en la Mujer, Androsex, Santiago de Chile, 2002. Editorial Manual