moción /27

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NOVIEMBRE DE 2011 // AÑO XXIII // N° 27
MOCIÓN /27
LA MIRADA DE LOS OTROS
E LOS OTROS
A.P.A Asociación Psicoanalítica Argentina
REVISTA DEL CLAUSTRO DE ANALISTAS EN
FORMACIÓN DEL INSTITUTO DR. ÁNGEL GARMA
A.P.A Asociación Psicoanalítica Argentina.
Rodriguez Peña 1674, C.A.B.A.
Teléfono // 4812 - 3518. Fax // 4814 - 0079
www.apa.org.ar // [email protected]
ISSN 1852 - 7469
COMITÉ EDITOR
Director //
Osvaldo Canosa
Miembros del Comité editor//
Susana Crespo
Gabriela Glozman
Carina Guterman
Claudia Muñiz Tapia
Juan Pinetta
GretelWindaus
_Imagen de tapa
Pintura sobre óleo. 60 x 50 cm.
Título: Escrutada
Autor: Juan Pinetta
2011
_Diseño y armado
Daniela Turnaturi.
Esta publicación es propiedad del Claustro
de Analistas en Formación de la Asociación
Psicoanalítica Argentina, Rodríguez Peña 1674,
(C1021ABJ) Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Queda prohibida, sin la autorización escrita del
Claustro de Analistas en Formación de APA,
la reproducción total o parcial de los artículos
publicados en la Revista Moción por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la
reprografía y el tratamiento informático.
_Impresión
Imprelom Gráfica
4231 - 3700 / 15 4993 5835
Autoridades del Claustro de
Analistas en Formación de APA
Presidenta //
Cecilia Moia
Secretario //
Diego Luparello
Secretaría científica //
Marcos de Soldati.
Secretaría de publicaciones //
Osvaldo Canosa
Secretaría de cultura//
Adrián Augspach
Secretaría interinstitucional//
Diego Luparello
Delegada ante el instituto //
Cecilia Moia
Delegado ante comisión de trabajos escritos //
Osvaldo Canosa
Coordinador del espacio de los viernes: //
Maximiliano Martínez Donaire
INDICE
PRÓLOGO
_ “Hasta la vista”. pág 10
Osvaldo Canosa
Capítulo 1. LA MIRADA DE LOS OTROS
_“La mirada de los otros”. pág 15
Osvaldo Canosa, Carina Guterman, Claudia Tapia Muñiz, Juan Pinetta, Gretel Windaus
_ “Tiempo, Estructura y Movimiento”. pág 29
Juan Pinetta.
Capítulo 2.. UNA MIRADA TEÓRICA
_“Alteridad y Pulsión”. pág 35
Marcos Castillo
_ “La mirada de los otros. De la introyección a la identificación”. pág 39
Jorge Catelli
Sibila Shammah
Tessa Zaefferer
Capítulo 3. EL OJO CLÍNICO
_ “Transmisión en la clínica”. pág 49
Maximiliano Martínez Donaire.
_ “Román, “Una migración temprana y sus posibles efectos en el soma”. pág 55
Interrogantes de una clínica de difícil abordaje.
Silvia Koval de Eliaschev
_“La mirada de los otros, la palabra convocada”. pág 61
Natalia Barrionuevo
Capítulo 4. ACTIVIDAD DEL CLAUSTRO
_“Secretaría interinstitucional” (reseña). pág 69
Diego Luparello.
_ “Secretaría Científica.” (reseña) pág 73
_“Espacio de los viernes.” (reseña). pág 77
Maximiliano Martínez Donaire.
_“Encuentro y creación. Entramado de historias”. pág 79
Cecilia Moia., Patricia Sacks.
Capítulo 5. MIRADAS CRUZADAS
_“Sobre el holocausto y la imposibilidad de su
interpretación psicoanalítica”. pág 85
Analy Werbin.
_“Elegirá tus huesos el manzano”. pág 91
Osvaldo Canosa.
_ “Algunas consideraciones de Foucault sobre el psicoanálisis”. pág 95
Diego Luparello.
_ La mirada de Franco Rella: el psicoanálisis, la modernidad y el
pensamiento de la crisis. pág 101
Patricia Latosinski.
_El cine que nos mira. Representaciones del psicoanálisis y del psicoanalista
en el cine clásico. pág 105
Roxana Meygide.
Capítulo 6. LA OTRA MIRADA (DEL ARTE)
_ Poesías. pág 115
Selección de Silvina Efron
Capítulo 7. LO QUE LA LITERATURA NOS INVITA A MIRAR.
_“La muerte como necesidad. La tragedia de Edipo en Colono”. pág 125
Roxana Ratinoff Arasanz
_“Un deseo encantado”. pág 131
Osvaldo Canosa.
Capítulo 8. MONOGRAFÍAS ESCOGIDAS
_“Duelo o melancolía: acerca de la incorporación oral y la identificación”.pág 139
2° Premio baranger-mom (2010). Jorge Catelli.
_ “La Pulsión y el Amor, en Andrè Gide: Historia de una monografía.” pág 145
3° Premio Baranger-Mom (2010). Mauricio Zulian.
_“Detrás de los síntomas: fantasías omnipotentes, creencias y certezas. pág 153
¿Porque el psiquismo se engaña a sí mismo? Mundo interno y realidad externa”
1° Mención baranger-mom (2010). Laura Morrison.
_ “Las identificaciones, su amalgama en la conformación del carácter y
su interminable análisis” pág 159
2° Mención baranger-mom (2010). Laura Yaser.
EPÍLOGO
_ “A modo de despedida”. pág 164
Cecilia Moia
“SEPARATA” Texto completo de las entrevistas realizadas. pág 169
El humor gráfico fue brindado con afecto y seriedad por
Natalia Mirza (Asociación Psicoanalítica Uruguaya).
PRÓLOGO
_Osvaldo Canosa / [email protected]
HASTA LA VISTA
Poder decir adiós
es crecer.
Gustavo Cerati
Contigo atrapé los sueños
que fueron clandestinos,
aquellos que aún no tienen dueño,
acaso el torbellino...
Y mantuvimos el empeño
de combatir molinos,
que la razón, sin el ensueño,
produce desatinos...
L.E.Aute
Mi idilio con esta revista es de hace unos años. La conocí cuando Moción era 23 y
buscaba escritos para poder poblar su cuerpo. Recuerdo que le regalé un diálogo ilusorio
(pero muy real en mí) entre Borges y Lacan. Después no supe más de ella. Mientras
tanto intenté relatar en un texto, cómo continuó en mí “La invención de Morel”, novela
increíble de Bioy Casares. También resultó increíble el destino de ese texto pues se
transformó en monografía con adhesiones, reparos y algún rechazo. Me quedé con las
adhesiones que me acercaron a la Mesa Coordinadora del Claustro, al espacio de los
viernes y a la creación del taller de escritura y psicoanálisis.
Ella, por su parte, me seguía invitando a habitar sus páginas con casos clínicos y algún
intento de amalgamar teoría y clínica.
Una vez, ella fue 24 y después 25; y, sin exagerar, puedo asegurar que estaba más linda.
Me di cuenta que le encantaba mostrarse porque lucía más atractiva, con más detalles y
cierto brillo.
Su sensibilidad me sorprendió al darse cuenta que la deseaba; y mi asombro no conoció
límites cuando me invitó a estar en ella.
Moción era toda una mujer cuando fue 26. Ganó color, pretensiones y se ofreció como
unidad a los ojos de sus lectores. “La transmisión entre pares” fue su divisa que aún
hoy no abandona. Siguió linda, como cuando era 24 o 25 y, además, ganó sensualidad y
belleza pública, y se convirtió en embajadora del Claustro.
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HASTA LA VISTA
Hoy ella es 27. Y me sigue enamorando. Se muestra amable y rigurosa. Madura y con
pretensiones de libro.
Hoy espera que la miren. Atrae a “La mirada de los otros” y con esa mirada construye
imágenes, palabras y sueños. Palabras, imágenes y sueños que transmuta en poesía.
Y yo la miro. Veo en ella la disposición y la ternura de Guillermo Roux, la amable
seriedad de Eugenio Zaffaroni, las desafiantes ocurrencias de Julio Chávez, el optimismo
juvenil de Héctor Fernández Álvarez, la paternal responsabilidad del Rabino Abraham
Skorka; ese pedacito de vida que nos regalaron Claudio, Rita, Cristina, Sylvia, Paula…
También veo que el resto de las colaboraciones no soslayaron la musa inspiradora de “la
mirada de los otros”. Entonces la Moción 27 está más linda que nunca, está más libro
que nunca.
Tal vez la 27 gane la calle, cruce montañas y ríos.
Quién sabe le guste presentarse solita en sociedad.
Quizás no quiera andar por ahí de mi mano; y quiera que la vea en otras páginas de otras
revistas.
La 27 nació en época de despedidas y de transición.
La revista Moción, en su edición número 27, transita por el cierre de un ciclo y se brinda
orgullosa a lo que adviene como faro y punto de partida.
Por mi parte, suelto su mano para culminar este ciclo de mi formación en otro lugar,
también poblado de textos, sueños e ilusiones.
Gracias Moción. Me ilusiona el reencuentro en un tiempo otro.
Hoy quisiera ser viejo y muy sabio y poderte decir
lo que aquí no he podido decirte,
hablar como un árbol
con mi sombra hacia ti.
Como un libro salvado en el mar,
como un muerto que aprende a besar,
para ti, para ti.
Silvio Rodríguez
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CAPÍTULO 1
LA MIRADA DE LOS OTROS
_Osvaldo Canosa / [email protected]
_Carina Guterman / [email protected]
_Claudia Tapia Muñiz / [email protected]
_Juan Pinetta / [email protected]
_Gretel Windaus. / [email protected]
LA MIRADA DE LOS OTROS
El título surgió de un modo repentino, con la fugacidad de un rayo. Segundos después
habitaba en nuestra voz.
¿Por qué la mirada de los otros?
¿Será porque es una mirada siempre necesaria? Esa mirada no es todo, pero sin ella… el
horizonte se oscurece.
Sabemos que “la mirada…” marca nuestro estar y no estar; lanza un primer esbozo de
nuestro ser y nuestro no ser. La “mirada…” marca, también, la primera mensura de
nuestro territorio y el del otro.
El territorio da cuenta del espacio, del área de influencia de nuestra corporeidad, de
nuestra voz. Es posible encontrar en el territorio un “adentro”, un “afuera” y una zona
“adentro-afuera”.
A ver… ensayemos una primera descripción de nuestro territorio.
Somos psicoanalistas. Pertenecemos a una institución (APA) que nuclea a profesionales
que estudian y ejercen el psicoanálisis. Pero no todos los psicoanalistas forman parte de
APA, sino sólo algunos. Por lo tanto el “territorio APA” está incluido en un territorio
más amplio, el “territorio del psicoanálisis”. Esto se complica; resulta que el psicoanálisis
es el “adentro” de APA, aunque también es el “afuera”. Pero, como nada resulta sencillo
en esta vida, esta suerte de muñecas rusas nos obliga a pensar que este territorio del
psicoanálisis se incluye en otro más amplio, la Ciudad de Buenos Aires. Sí, una de las
ciudades más grandes y más pobladas del planeta inunda esa zona adentro-afuera del
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OSVALDO CANOSA / CARINA GUTERMAN / CLAUDIA TAPIA MUÑIZ /JUAN PINETTA / GRETEL WINDAUS
psicoanálisis, que contiene a la APA y nos alberga a todos nosotros.
Practiquen en sus casas, a la hora de la soledad, cómo es el territorio de cada uno; en
cuál están afuera, en cuál adentro y cuánto tiempo pasan en el adentro-afuera de algún
territorio que todavía no conocen.
Lo cierto es que “la mirada…” fue para nosotros una manera de abordar lo que piensan
y sienten las personas de Buenos Aires acerca del psicoanálisis y de la actividad a la que
el psicoanálisis le da consistencia.
Comenzó, entonces, un cierto peregrinar por territorios frecuentados por quienes no
son psicoanalistas y algo saben del psicoanálisis. Al encontrarlos les propusimos tener
una charla alrededor de unas pocas preguntas que habíamos preestablecido:
También nos dimos cierta libertad para deslizar otras preguntas que se configuraban en
el transcurso del diálogo.
Todos se prestaron a la invitación sin saber muy bien de qué se trataba este convite.
Nosotros tampoco teníamos idea del rumbo que podían tomar las entrevistas.
Es así que nos sorprendió escuchar algunas definiciones y afirmaciones ante una
pregunta como:
¿Qué piensa usted del psicoanálisis?
“… te digo lo que pienso del psicoanálisis. Yo creo que los pacientes somos los dueños del psicoanálisis.”
Claudio
“Yo misma voy diciéndole a mi terapeuta, como si me estuviera escuchando a mí misma.”
Sylvina
“… el psicoanálisis no le pertenece a una ciencia, el psicoanálisis, me parece a mí, es una actividad del
pensamiento y le pertenece entonces a cualquier ser humano… es una actividad del pensamiento que
mientras haya un hombre que piense, el psicoanálisis va a estar.”
Julio Chávez
“…Es un psicólogo o un psiquiatra que vos vas y te hace sacar tus problemas”
Cristina
“Leí algunas cosas (del psicoanálisis) que me gustaron, pero me gustaron más como cuento que como
psicoanálisis. Como es muy lindo como están escritos, los leía como cuentos que me servían como cuento
Guillermo Roux
“No hay psicoanalista como uno mismo”.
Julio Chávez
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LA MIRADA DE LOS OTROS
“… el sentido se lo da uno. En este caso el sentido y el análisis lo hago yo. Si el analista escucha, el
paciente no necesita nada más. Nada más que ver qué hace con eso, y lo que hace con eso tiene que ver
con la pulsión que uno hace en su propia vida.”
Claudio
“Hay un peligro en psicologizar todo”.
Guillermo Roux
Compartir estas definiciones en la mesa de edición fue una experiencia particular, pues
algunos sentimientos de asombro y maravilla se veían interceptados por otros de una
avaricia también sorpresiva.
Adueñarse del psicoanálisis como lo sugieren estas frases por parte de los así llamados
pacientes o analizandos, habla muy bien de los procesos analíticos que emprendieron,
pero no tanto de nuestro sentimiento de posesión del psicoanálisis.
Parece que ellos lo prestan un ratito en cada sesión, pero después se lo llevan con ellos y
hacen uso de él con una libertad no calculada.
Todo bien, pero ¿a dónde lo vinieron a buscar cuando lo necesitaban?
Esta era una reacción de venganza, casi un ataque envidioso de unos pobres analistas que
descubrían que estaban trabajando con herramientas prestadas: no sólo se complicaban
con la mirada del otro, sino que descubrían que el discurso con el que trabajaban también
era el discurso del otro.
Nuestros entrevistados, lejos amilanarse, respondieron a la pregunta.
¿Cómo fue su encuentro con el psicoanálisis?
“… fue una búsqueda, un largo camino. Corté una relación muy patológica, muy poco sana, entonces
empecé a sentir mucha angustia. Y empecé a buscar. Busqué un gimnasio, iba dos o tres días, y después
decía “no, voy a otro lugar”. Hasta que llego a un lugar donde venden medias. Y la señora que estaba
atendiendo me escuchó, yo le conté lo que me pasaba. Y ella me dijo “yo conozco un lugar donde hacen
yoga, es una mezcla de cosas, por qué no probás?”. Entonces de comprar medias, fui a este sitio, y empecé
un trabajo con el cuerpo. Era una mezcla de cosas, tipo gestalt. Y ahí se me empezó a liberar una
angustia, que la tenía en el cuerpo! A veces somatizaba. Y me pregunté “y ahora qué hago con este bagaje
de angustia?”. Entonces gente que conocí ahí me recomendó “por qué no vas a hacer psicoanálisis?”. Yo
estaba medio reticente, porque no conocía qué era.”
Sylvina
“Llegué sin saber lo que era, llegué por recomendación, en un momento de crisis. Por un tema con mi
padre… bueno cosas de esas.”
Claudio
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OSVALDO CANOSA / CARINA GUTERMAN / CLAUDIA TAPIA MUÑIZ /JUAN PINETTA / GRETEL WINDAUS
“Fue hace mucho. Yo creo que uno preguntando, va llegando. Yo creo que es un camino que es bastante
común, por lo menos en la Argentina. Si tenés un problema o algo, preguntás a dos o tres personas y te
van llevando a ir a un psicólogo.”
Paula
“Hice 6 años de psicoanálisis en Italia, y me gustó, porque en un momento estaba muy angustiada,
muy mal.”
Rita
“…me habían dado un calmante porque me había agarrado una depresión y después yo dije basta, una
sola vez tomé y yo dije: “yo no estoy loca, nada más que mi mamá falleció y yo no quería vivir más”. Y
eso es como que me hacía mal y ya después no quise ir más.
Cuánto tiempo fuiste?
No me acuerdo, pero un par de sesiones nada más…”
Cristina
“Empecé a analizarme cuando tenía 12 años, en realidad empezó a analizarme alguien a mi cuando yo
tenía 12 años (…). Alguien advirtió en el colegio que yo no era de fácil conducción, entonces le sugirió a
mi madre y ella agarró la cartilla del policlínico y me mandó a una psicóloga que más que psicóloga era
una tejedora de crochet, que tampoco eso implica que uno vaya a tener una mala experiencia, yo no la
tuve buena, pero porque era una atorranta.”
Julio Chávez
“… fue como un descubrimiento, un juego extraordinario. Me divertía muchísimo. No veía la hora de
ir… porque tenía libertad absoluta para divagar y me llenaba de nuevas ideas y podía desarrollarlas.”
(…)
¿Y cómo llegó al diván?
Al venir a Buenos Aires… creo que mi mujer me dijo… o Mauricio Abadi, a quien yo conocía, me
recomendó una persona y fui a verla. Y ahí tuve la primera experiencia mía. Y fue en ese momento en
que di libertad a los cuentos. ¡A los cuentos míos! Ahora eran míos los cuentos. Me sentí libre de contar
miles de cuentos. Incluso cuentos reales y cuentos mentidos. Me sentí libre de mezclar ambas cosas, un
juego fantástico. Iba a un lugar a jugar. Y me sentía muy bien jugando, muy libre.”
Guillermo Roux
“Bueno, hace muchísimos años hice un curso de psiquiatría clínica, tradicional, al estilo clasificatorio,
en el viejo manicomio de La Castañeda, en México, y tuve dos años yendo dos clases semanales a
psiquiatría clínica. Y ahí empecé a leer psiquiatría, y había algunas cosas que me hacían ruido. Empecé
a leer un poco a Freud.
Pero nunca hizo análisis
No
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LA MIRADA DE LOS OTROS
…
[……..]
¿Cómo hace para conocerse a sí mismo?
¿Me conozco a mí mismo? es la pregunta (risas) No pienso mucho en mi por regla general. Es lo mejor,
por otra parte, porque, si pienso, es una visión tan catastrófica que… Aparte hay que empezar a pensar
para atrás ¡no! Mejor lo de atrás ya pasó. (…) Si fuera algo que perturba la actividad, bueno, ahí
sí habría que pensar en terapia, o entenderse con todo el mundo. Pero nunca he tenido ese tipo de…
Lo que no significa que no haya tenido errores de conducta, claro. Pero no así que me hayan sido un
inconveniente en la vida. Quizá por eso nunca me analicé, no. Tampoco tomo pastillas.
¿Vino tampoco?
¡de vez en cuando!”
(risas).
Eugenio Zaffaroni
“¿Tuvo alguna experiencia psicoanalítica?
Al principio. Brevísima. No podría decir que me psicoanalicé porque el acercamiento no me resultó. Me
oriente en búsqueda de otra forma de ayuda. Hice las entrevistas iniciales, el trabajo de instalación del
dispositivo y no… no me resultó.
¿Qué no le gustó en ese momento?
Sentía que era una manera de definir la relación en ese momento en términos muy distantes, impositivos.
No me sentía que yo colaboraba sino que era una experiencia de sometimiento ¡Entonces, no!
Era todo un estilo.
Si, eran los ’60. Era una modalidad. Porque era planteado como una exigencia, incluso formativa, que
no es lo mismo que una facilitación formativa.”
Héctor Fernández Álvarez
Los entrevistados jaquearon nuestros “a priori”; confirmaron unos y pusieron en
duda otros. Algunos entraron al mundo del análisis desde la angustia que generaba un
problema sin solución aparente. Otros lo hicieron desde la angustia que provoca la
curiosidad infantil. También hubieron quienes se sintieron angustiados por haber sido
mal recibidos. En fin, parece que angustia y análisis suelen ir de la mano, aunque no
siempre terminan en el diván.
Todo muy lindo pero esta gente, ¿qué responde frente a esta pregunta?
¿Para qué sirve el psicoanálisis?
“El psicoanálisis es un medio para resolver, yo lo veo desde el lado práctico, un lugar para ir resolviendo
problemas personales, o cosas que me fueron sucediendo a lo largo de mi vida.”
Paula
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OSVALDO CANOSA / CARINA GUTERMAN / CLAUDIA TAPIA MUÑIZ /JUAN PINETTA / GRETEL WINDAUS
“El psicoanálisis es un río más que va a formar parte de las psicoterapias”.
Héctor Fernández Álvarez.
“Tanto lo de psiquiatría como lo de psicoanálisis, me sirvió para calmarme un poco frente a ciertas cosas
que veo todos los días.”
Eugenio Zaffaroni
“(…) Pero cuando veo que (…) hay un torbellino que no quiero tocar, pero que lo puedo alcanzar y
percibir, y que puede llegar a ser muy problemático; entonces nosotros, en esta comunidad, tenemos un
gabinete psicológico donde me ayudan con aquellos casos donde veo que es bueno que toda esa experiencia
científica que tienen (son un conjunto de psicólogas) nos ayudan”
Rabino Skorka.
“Da la mirada de otro en el sentido de ser objetivo. Es como que me devuelve una mirada que en ese
momento no tengo, porque estoy metida en la situación que estoy viviendo y la situación me desborda. Me
dio herramientas para afrontar mis miedos y la ansiedad”
Sylvina.
Pero también pudimos escuchar que en el psicoanálisis se pueden encontrar otras
cualidades y se pueden plantear otras demandas.
“El que está afuera no lo puede entender, pero era una necesidad de empezar a despegarme, de
empezar a imponer mi personalidad. Imponerme en el sentido de que fui rompiendo con todas esas
estructuras de mandatos tan fuertes. Y era una lucha constante con mi familia “estás loca, estás loca!
desde que vas ahí estás loca! Fue una lucha conmigo misma y también con la familia. Hice cosas…
como revolucionarias en mi familia.”Sylvina.
“(el psicoanálisis es…) Un método para sanarse y un método para desarrollar y desplegar pensamientos.”
Rita.
“…el encuentro con un analista es la ayuda para mejorar u organizar el pensamiento o la confusión que
también puede traer ese intento de pensar”
Julio Chávez
“Comprendí que en realidad hay otro psicoanálisis que es el ser que se hace preguntas y se responde. Y
en ese sentido, ya la ciencia en todo caso será un organizador o un detectador o un acomodador de esa
experiencia o le agrega palabras que tal vez uno no podría”
Julio Chávez
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LA MIRADA DE LOS OTROS
“No, no somos inocentes, siempre es responsabilidad nuestra. Eso me lo hizo aprender el psicoanálisis a
mí. Pero no aprender como un librito, sino que entendí eso en el psicoanálisis”
Claudio
“…para mí fue una revelación donde descubrí una manera de ver el mundo, de ver las cosas. Me
parece un juego que me divertí mucho en los últimos tiempos y del cual saqué conclusiones y me amplió
enormemente la posibilidad de relacionarme con las cosas y con la vida.”
Guillermo Roux.
“Es algo muy tierno para mí el análisis, el hecho de ir a analizarse, y también algo muy infantil, la
ternura de hacerse preguntas como un niño que desconoce, mira al mundo y hay que ayudarlo a que arme
un lenguaje y que ese lenguaje es su vida.”
Julio Chávez
“(el psicoanálisis…) es caro, está destinado a un estrato social determinado. Creo que habría que
pensar cómo hacer para que no sea algo exclusivo de la clase media y que los otros se tengan que
arreglar con la caja de vino.”
Eugenio Zaffaroni
“Los psicoanalistas nos robaron la clientela un poco a nosotros, los rabinos.”
Rabino Skorka
También pensamos que los entrevistados afirmaban ideas y opiniones, que muchas veces
nuestra prudencia (¿!) nos impide expresar. O sea, ideas y opiniones que están adentro
nuestro pero no nos animamos a exponerlas en el afuera; es decir en APA, entre los
psicoanalistas, con los vecinos. Por Dios…qué mal que estamos!!!
¿Qué hace un psicoanalista?
Pero no crean que este era un ramillete de personas que solo piensa en sí mismo. Así
hablaban de nosotros.
“El analista lo que tiene que descubrir es la estructura, porque uno pone máscara, pero lo que no puede
disfrazar es la estructura”.
Guillermo Roux
“Si el analista escucha, el paciente no necesita nada más.”
Claudio.
” Para mí los que eran mis psicólogos eran mis hijos”.
Cristina
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“No hay psicoanalista como uno mismo”.
Julio Chávez
“Creo que la persona es más que la disciplina.”
Paula.
“(…) hacía revolver cosas y pensar en mamá fallecida… me hacía mal”.
Cristina.
“Las preguntas del psicoanalista me llevaron a mis respuestas.”
Rita.
“Me parece que todos los psicoterapeutas de alguna manera somos freudianos”.
Héctor Fernández Álvarez
“(la relación con mi analista)…es una amistad calificada y querida y necesaria… en este periodo de mi
vida sería una cosa así.”
Guillermo Roux.
Las teorías acerca del psicoanálisis.
Resumiendo hasta ahora. Se creen los dueños del psicoanálisis, saben para qué lo utilizan,
nos dicen qué tenemos que hacer y qué no hacer. Pero esto aquí no acaba, también
teorizan acerca de la disciplina que sienten propia, lean si no:
“Creo que es una de las corrientes de pensamiento--dejo de lado si ciencia o no ciencia, eso es una decisión
del poder--creo que es una de las corrientes de pensamiento más importante del siglo pasado y que se
proyecta hacia este siglo con perspectivas bastante importantes”.
Eugenio Zaffaroni.
“… es una civilización (la occidental) que no puede--debido a ese tiempo lineal--elaborar la muerte y
eso lleva a una acumulación indefinida de poder, de dinero, como forma de escaparse del final, de la
muerte… del límite. Bueno, creo que como no puede incorporar la muerte a la vida termina incorporando
la vida a la muerte. Y ahí el psicoanálisis tiene algo que hacer”.
Eugenio Zaffaroni.
“El sentido es una apariencia, el sentido puede moverse. Lo que cuenta es qué me quiere decir en el fondo.
¿Cómo es su estructura?... Después a eso lo disfrazo de sentido. Es decir, es una forma de camuflar, de
tapar.”
GuillermoRoux.
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LA MIRADA DE LOS OTROS
“…muchísimas cosas de Freud ya estaban en la biblia, por ejemplo la cuestión del Complejo de Edipo,
si yo lo saco del análisis freudiano y es uno de los mandamientos. El mandamiento que dice ‘Honrarás
a tu padre y a tu madre’ significa que la relación mamá, papá, hijos es una relación conflictiva, si no,
no debiera ser un mandamiento, para qué van a hacer un precepto si está totalmente sobre entendido”.
Rabino Skorka.
“La persona viene con una estructura propia de él, maravillosa, pero que de repente tiene pegoteada
estructuras del tío, del abuelo, de la mamá, que de repente no encajan ahí, en esa estructura. Ésa, con
mucho cuidado y después de conocer muy bien a la persona, uno puede hacer ver qué de esa estructura no
le pertenece, que está fuera de contexto.”
Guillermo Roux.
“…la ternura de hacerse preguntas como un niño que desconoce, mira al mundo y hay que ayudarlo a
que arme un lenguaje y que ese lenguaje es su vida”.
Julio Chávez.
“Me causa gracia cuando alguien habla de la ortodoxia freudiana porque creo que el más heterodoxo de
los freudianos era Freud mismo”.
Eugenio Zaffaroni
México si, tiene una tradición psicoanalítica importante. Después depende de cada país. Brasil tiene
una tradición junguiana, rarísima, muy adaptada a su cultura …América latina creo que tiene tres
polos que juegan; somos un mosaico de culturas que interaccionan, y con tres polos que son el juego con
límites metafísicos, por así decirlo.Un extraño juego con la muerte que es México y todo el eje andino,
un extraño juego con el ser que es toda la influencia afro del atlántico, y un extraño juego con la nada
que somos nosotros. Y creo que en esa interacción es que producimos todo lo sincrético de nuestra región,
cuya originalidad es esa.”
Eugenio Zaffaroni.
“Yo creo que la mirada y el ser están totalmente unidos, la mirada es el órgano del ser”.
Julio Chávez
Y volviendo a “la mirada de los otros”; estos otros que ya, al leerlos, son un poco
nuestros, también han mirado a nuestra institución (APA) y han hablado:
¿Conoce usted la Asociación Psicoanalítica Argentina?
“Tengo el recuerdo de que cuando subía las escaleras sonaban las maderas, una cosa muy intelectual.
Se armaban mesas y la gente hablaba y debatía, muy interesante (…)las personas que estaban en las
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reuniones eran personas que sabían, no improvisados. Se decía que era medio de elite, que era un grupo
cerrado, que no todos entran a ciertos estratos de la sociedad psicoanalítica”.
Sylvina
“No sé si corre el riesgo de sacralizar demasiado el pensamiento freudiano”.
Eugenio Zaffaroni
“…fui a un taller que tenía algo que ver con la escritura. Hace como 10 años… en realidad fui a ese
seminario porque conocía al escritor. Me gustó mucho cómo me trataron.”
Claudio.
“He escuchado que casi se transforma en el Museo Larreta, pero creo que eso no habla de la actividad
sino de la administración porque no puedo creer que una actividad como el psicoanálisis envejezca”.
Julio Chávez.
“Un foro de profesionales, y como todo foro de profesionales se intercambian experiencias (…)una cosa
es física teórica, otra cosa es ingeniería, otra cosa el biología y otra cosa es el psicoanálisis, pero hay un
denominador común; la seriedad, la honradez intelectual. Yo espero de APA esa honradez profesional,
cimentar bien cada teoría que expone… que se proyecta tiene que estar muy bien, muy cuidadosamente
ponderada. El psicoanálisis tiene un problema y una ventaja al mismo tiempo”.
Rabino Skorka
Jugar con fuego
A esta altura de las charlas, entrevistador y entrevistado habían llegado a un grado
de confianza y comodidad que dio lugar a otro tipo de comentarios, no relacionados
directamente con el psicoanálisis y sí con ellos, con sus recuerdos. Para decirlo de otra
manera, habían entrado en esa zona de territorios compartidos, en la zona del “adentroafuera”.
“No pienso mucho en mi por regla general” (…) “Hay problemas que en la vida se solucionan solos,
los soluciona el tiempo”.
Eugenio Zaffaroni.
“He querido ser un buen alumno y yo (ahora) quiero ser un buen paciente”.
Julio Chávez
“Acá tengo una relación un poco conflictual con la analista, es diferente. No me hace tanta pregunta, a
veces me da ella las respuestas, entonces me pongo un poco nerviosa con la psicoanalista de acá.”
Rita.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 24
LA MIRADA DE LOS OTROS
“…a mí el psicoanálisis como institución me fue duro, me fue muy difícil porque me trataron muy mal.
Informalmente, no. Pero en el ambiente de Buenos Aires no ser psicoanalista era una cosa muy mal
vista (…) Los conceptos eran bastante denigrantes, en el sentido de que lo que uno hacía era bastante
superficial. Que lo que uno hacía era poco relevante, con poca fundamentación, que era una anestesia
negativa incluso. Hasta llegar al escarnio en algunos casos. Me acuerdo un congreso de psicología del año
1986, en Córdoba, donde hice una presentación sobre la “Terapia Grupal de Abordaje Cognitiva”, en
el aula magna de la Universidad, y cientos de personas riéndose.”
Héctor Fernández Álvarez.
“… de hecho a mí me pasa con mis analistas lo mismo que me ha pasado con mis maestros (…)Son
personas que siempre he querido seducir, que me gusta producir interés, son personas que me hacen
sentir mucho menos solo, yo tengo algo de huérfano si bien nunca he sido huérfano,… bueno ahora
soy huérfano de padre.”
Julio Chávez.
“Mire, hay un libro… de alguien… creo que psicoanalista… que me impresionó mucho el libro porque
está muy bien escrito… para mí está muy bien escrito que se llama “las malas palabras” y lo que me
gustó fue… fue alguien que enseñó creo que psicología en Rosario y después en UBA y … me gustó
mucho porque después de explicar el sentido de las malas palabras es… cada capítulo analiza una mala
palabra y… por ej: te voy a romper el… después da toda una descripción rigurosa, la historia, muy
bien hecha… me muestra el comportamiento animal con respecto a qué significa… el azote en el traste
y todas esas cosas… este… en la relación entre monos… como cuando un mono se rinde en la pelea con
el otro le muestra…el trasero. Me gustó mucho, justamente, la pulcritud en la presentación de los temas.
Y así leí muchas cosas muy pulcras. Lo que me gusta es la pulcritud en la presentación de un tema, la
bibliografía y eso generalmente cierra con el sentido común.”
Rabino Scorka.
También hablaron de Buenos Aires, de sus trabajos, de sus familias, de la vida y de la
muerte.
“(…) en mi familia también hubo violencia, mi mamá me pegaba. No era una mamá golpeadora,
pero las cuestiones no las podía resolver desde la palabra. Entonces yo ahora veo a los chicos y a estas
familias… y hay una palabra.”
Sylvina.
“Después hubo un momento de un análisis más grupal. Y ya el país había cambiado, había cambiado
la realidad (…) Cuando vino la dictadura y las cosas empezaron a ponerse mal, las sesiones ya eran
otra cosa porque la gente que estaba en el grupo tenía problemas serios y no había espacio para fantasear
tanto. Era una cosa muy real y concreta.”
Guillermo Roux.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 25
OSVALDO CANOSA / CARINA GUTERMAN / CLAUDIA TAPIA MUÑIZ /JUAN PINETTA / GRETEL WINDAUS
“La sociedad de (la ciudad de) Buenos Aires reinventa el psicoanálisis”.
Héctor Fernández Álvarez
“Pero había una zona de trabajo que para mí era misteriosa, que era el inconsciente. Que yo no conocía,
o que se colaba en mi trabajo sin que yo me diera cuenta. El psicoanálisis me lo reveló. Como mecanismo
y como posibilidad.Fue un cambio importante.”
Guillermo Roux.
“Creo que todos los que estamos cerca del poder punitivo sufrimos un cierto grado de deterioro… Yo
quedé así,¿ no?(risas). En cada agencia el deterioro asume características particulares. No es lo mismo
el deterioro que sufre el policía, que el del juez, el del criminalizado, el del guardia cárcel. Pero creo que
todos sufrimos un cierto… Me ha servido para comprender un poco eso y las distintas reacciones frente
a situaciones.”
Eugenio Zaffaroni.
“… la paciencia de escucharse y de percibirse y de tratar de darle palabras a lo que uno le sucede, está
en íntima relación con lo que es cualquier expresión artística porque es muy difícil separar lo que es la
actividad del hombre en tanto constructor que separarlo de actividad artística y también separarlo de la
actividad del análisis”
Julio Chávez.
“…la venganza es venganza porque no puedo hacer que lo que fue no haya sido. Y una civilización
fundada en el tiempo lineal tiene esa consecuencia. Es una civilización que, debido a ese tiempo lineal,
tampoco puede elaborar la muerte y eso lleva a una acumulación indefinida de poder, de dinero, como
forma de escaparse del final de la muerte… del límite. Bueno, creo que como no puede incorporar a la
muerte, no puede incorporar la muerte a la vida termina incorporando la vida a la muerte. Y ahí el
psicoanálisis tiene algo que hacer.”
Eugenio Zaffaroni.
Contigo aprendí.
Leyendo las entrevistas nos ganó la noche y el momento de separarnos. Cada uno de
nosotros volvió a su soledad pero no al silencio. Seguíamos ocupados por las frases y
ocurrencias de los entrevistados y por nuestras ocurrencias y preguntas.
El psicoanálisis no habita sólo en los libros ni en la voz de algún psicoanalista.
El territorio del psicoanálisis parece ser “el entredicho”. Ese lugar que se prefigura entre
una pregunta y su respuesta, entre una demanda y su imposible satisfacción.
El psicoanálisis no es nuestro ni tampoco de ellos. Sabe sorprendernos con su aparición
sorpresiva en ese espacio ilusorio pero inevitable que es la intersubjetividad.
Tal vez por eso eran imprescindibles la mirada y la voz de los otros para poder hablar del
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 26
LA MIRADA DE LOS OTROS
psicoanálisis y de nosotros los analistas.
Nosotros creíamos que nuestro territorio era lo más parecido a un jardín con más
o menos flores.
Ellos nos contaron que nuestro jardín se parece más bien a un terreno baldío,
Ese que usan los chicos para jugar fuera de la mirada de los adultos,
El que usan los amantes para esconderse,
Ese por el que se escapan los ladrones,
El que nos da la oportunidad de conocer el patio del fondo de aquel vecino
Ese que, finalmente, nos muestra el atajo que nos lleva a la ciudad.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 27
_Juan Pinetta / [email protected]
TIEMPOS,
ESTRUCTURAS
Y MOVIMIENTOS
El sol de la mañana primaveral produce una afilada sombra bajo la aguja del reloj
pulsera que se mueve una vez cada segundo en la muñeca del brazo que sostiene el
volante del auto detenido por el semáforo en rojo. Las sombras de las agujas de las
horas y los minutos parecen quietas. Y el segundero girando, capturando la mirada
impávida de su portador circunstancial, ante la denuncia implacable del paso del
tiempo. Desde el origen hasta aquí. Origen inasible y futuro inalcanzable. En el medio
de esta linealidad, nosotros y los otros.
El paso del tiempo, preguntar como un niño, volver a ser niños, des/cubrir las estructuras
esenciales y re/vestirlas con materiales propios. Es Eugenio Zaffaroni hablando sobre
el infructuoso reclamo de justicia devenida venganza contra el tiempo perdido y lineal,
es Julio Chávez que privilegia el volver a hablar como un niño que busca su lenguaje,
es Guillermo Roux que habla de sacar lo inútil que encubre las estructuras esenciales
que imposibilitan la libertad del ser, niño olvidado; es el fotógrafo Claudio que reclama
poder usar el material propio para hacer su arte.
Material que tiene de lo propio y de lo mítico, filogenia mítica que se engarza en la
ontogenia. Y esto lo sabe el rabino Abraham Skorka, cuando des/vela que “muchísimas
cosas de Freud ya estaban en la Biblia”, como “el Complejo de Edipo”, que si se saca del
análisis freudiano aparece como “uno de los mandamientos: ‘Honrarás a tu padre y a tu
madre’ significa que la relación mamá, papá, hijos es una relación conflictiva, si no, no debiera ser un
mandamiento. ¿Para qué van a hacer un precepto si está totalmente sobreentendido?”.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 29
JUAN PINETTA
De qué se trata el psicoanálisis, sino de un intento de desovillar la lana para llegar al
centro… al origen de ese hilo que vamos haciendo al andar y que usamos para armar una
telaraña que detiene o que, al modo de Teseo, sirve como guía del camino liberador de lo
que sea que represente el Minotauro. Núcleo que se va envolviendo de diversas maneras,
enmascarándose de diversas formas, ciegamente las más de las veces, y a veces con ayuda
esa lana (“mi tela, mi material”) se “desteje y se teje un poco mejor”, al decir del fotógrafo.
Roux analizando-analista lo dice de otra manera, al hablar de sus alumnos: Alguno “viene
con una estructura propia de él, maravillosa, pero de repente tiene pegoteada estructuras del tío, del abuelo,
de la mamá, que no encajan ahí, en esa estructura. Con mucho cuidado y después de conocer muy bien a la
persona, uno puede hacer ver qué de esa estructura no le pertenece, qué está fuera de contexto”. Y la pintura
del ser se hace algo más auténtica, aunque al observador superficial le parezca un disparate:
“Si uno lo oye muchas veces, se da cuenta que hay un estilo propio”, remata.
Para destejer y tejer hay que efectuar un movimiento, y si lo hay es posible producir
pensamientos, porque hay energía que fluye. Movimiento como fenómeno que se define
como todo cambio de posición que se experimenta en el espacio, con respecto al tiempo
y a un punto de referencia, con variaciones respecto a ese punto referencia, y que describe
una trayectoria, una historia. Y para producir movimiento se necesita un intercambio de
energía que sobrepase un determinado umbral. Movimiento analítico, interrogación sin
respuesta garantizada.
Movimiento que hace pensar en el psicoanálisis como una trama viva, con un comienzo
mítico que es interrogado al pedir el auxilio de la mirada de los otros, reconociendo en
este movimiento que no hay mirada absoluta, que nos falta una parte de la mirada. Y que
como algo falta, hay espacio para circular. La pregunta no surgió de la Esfinge esta vez,
sino de Edipo. Y en vez de ser preguntados, salimos a preguntar a los terceros, los otros.
¿Che vuoi? Diría algún francés. Edipo niño, volviendo a ser niño, preguntando como
tal… creador entonces. Eterno retorno a un manantial originario.
Porque a diferencia de otras instituciones, y a esfuerzo de no esclerosarse para evitar la
interrogación, el psicoanálisis continúa siendo un movimiento mientras sus integrantes
mantengan vivos los pensamientos, ideas, producciones, como un enigma que se transmite
de generaciones en generaciones, con la posibilidad de cuestionarse. Pero es un trabajo,
como es un trabajo a veces azaroso el análisis que emprenden los pacientes. Como dice
Chávez, “un espacio de pensamiento, ejercicio de pensar en sesión […] que ayuda mucho en el arte, en el
trabajo”. Es la esencia freudiana, el estilo, ese continuar investigando y no quedarse con la letra muerta.
Parafraseando a Roux: si se “coarta esa estructura, lo que estoy haciendo es romper el estilo”.
Al preguntar a los otros sobre nosotros aceptamos que no hay omnipotencia, aceptamos
la circulación del tiempo lineal en nosotros, en nuestras estructuras vitales, y a la vez el
movimiento que nos permite utilizar los materiales del pensamiento en forma creativa, tal
como se intentó al escribir este texto a lo largo cientos de segundos, pero con la mirada
alejada de la hipnosis que produce la aguja segundera.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 30
CAPÍTULO 2
UNA MIRADA TEÓRICA
_Marcos Castillo / [email protected]
ALTERIDAD
Y PULSIÓN
Jorge Luis Borges, en un capítulo de “Otras inquisiciones” titulado “Sobre Chesterton”,
delinea el perfil del escritor británico sobre el trasfondo de las obras de Kafka y Poe. En
este ejercicio de literatura comparada encontramos un punto de articulación con el tercer
esquema de la división subjetiva que Lacan presenta en el Seminario 10; esquema que
utilizaremos, con la ayuda de Borges, para intentar dar luz a algunas de las teorizaciones
sobre alteridad y pulsión.
El primer piso.
Lacan coloca al goce en el primer piso de su esquema de la división del sujeto. Este piso
se sitúa en un plano mítico, que antecede a la introducción de la cadena significante. Allí
encontramos al sujeto del goce. Ese que está por fuera del orden simbólico, y resulta
el soporte de un goce que antecede la inscripción del significante fálico, en tanto no se
encuentra atravesado por la castración. A este sujeto mítico también lo podemos llamar
“lo viviente”: el representante abstracto del soma humano en un nivel pre-simbólico. Algo
vivo, un cuerpo, donde la palabra no ha producido un vaciamiento de goce ya que no se
ha alienado al campo del Otro. Cuando opera, el significante sustrae, resta goce al cuerpo.
Pero esta sustracción nunca es completa; siempre permanecen residuos de goce en el
cuerpo que Freud conceptualizó con el nombre de zonas erógenas, en torno a las cuales la
pulsión va a configurar su circuito.
En este piso situamos a Kafka y su obra “La metamorfosis”. Un simple viajante de
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 35
MARCOS CASTILLO
comercio, que representa el sometimiento anónimo al orden socio-simbólico, despierta
un día atrapado en un cuerpo extraño, monstruoso, incapaz de controlar, tal su extrema
ajenidad. Esta imagen nos sugiere la coagulación de la sustancia de goce previa a la entrada
del sujeto en el universo de discurso. Una satisfacción pulsional absoluta, desligada de toda
representación. En el protagonista kafkiano opera una transustanciación en su organismo
que nos remite a la radical alteridad de la pulsión. El cuerpo de Gregor Samsa representa
la materialización imposible de das Ding.
El segundo piso
Lacan ubica la angustia en el segundo piso de la operación subjetiva y, junto a ella,
coloca, además del matema del Otro barrado, al objeto “a”. Resto indialectizable de la
producción del sujeto. En los cuentos de Edgar Allan Poe vemos como estos “a”, estos
“objetos parciales” pululan estructurando la narrativa. Junto con Borges decimos que
Poe se propuso la creación de un mundo de espantos, es por ello que “es natural que
su obra sea pródiga en formas del horror”. De acuerdo a nuestra lectura de la prosa
de Poe, estas formas del horror que impregnan sus escenas pueden ser aisladas bajo
la forma del encuentro con objetos parciales terroríficos que retornan bajo formas
imposibles. La mirada viva en “El retrato oval”; el espectro felino en “El gato negro”;
el corazón delator que da nombre al cuento; en “El hombre de la multitud” el rostro
del anciano, y así podríamos prolongar la serie. Dichos ejemplos nos hablan de la
presencia del objeto “a” como un real, cuyo modo irreductible por el que se presenta
en nuestra experiencia, cuya única traducción subjetiva posible es la angustia. De allí
los climas que se imprimen en distintas obras de Edgar Allan Poe
Pero si hay un relato que sin duda nos acerca a la experiencia del encuentro con La Cosa
es “Un descenso al Maelstrom”. Allí Poe nos otorga en la imagen del enorme remolino
el vórtice de circulación pulsional, el turbulento flujo libidinal que constituye el núcleo
“ex–timo” del sujeto. Como si a través de la narración pudiésemos echar una mirada a lo
que permanece “tras” la represión primordial. Esto es aquello que en el cuento permanece
como inefable, lo que está imposibilitado en la transmisión vía la palabra. El narrador
confiesa que cualquier descripción:
“no puede dar la menor noción de la magnificencia o el horror de aquella escena, ni tampoco la perturbadora
sensación de novedad que confunde al espectador”(Poe, E. A., 1841)
Es esta ambigüedad radical de La Cosa la que nos fascina al tiempo que nos repele y
aterroriza. Quedamos absortos ante esa vacuidad en la que nos repele y aterroriza.
Quedamos absortos ante esa vacuidad en la que nos conmovemos porque nos parece
encontrar en ella algo perteneciente a lo más íntimo de nuestro ser. Algo de nosotros que
reconocemos allí pero no podemos significar, que solo aparece bajo la forma de un atisbo.
Es esta experiencia lo más cercano que podemos situarnos del irrealizable encuentro con
el “otro pre-histórico inolvidable a quien ninguno posterior iguala ya” que enunciara Freud.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 36
ALTERIDAD Y PULSIÓN
El tercer piso
Por último, al piso inferior del esquema Lacan le asigna el deseo, acompañado del sujeto
barrado. Es aquí donde nosotros ubicamos la obra de Chesterton. Borges rescata de sus
obras de ficción una serie de ejemplos que prueban que:
“Chesterton se defendió de ser Edgar Allan Poe y Franz Kafka, pero que algo en el barro de su yo
propendía a la pesadilla, algo secreto, ciego y central”(Borges, J. L., 1952)
Creemos que esta definición puede extrapolarse a la de sujeto en psicoanálisis. Este
“barro en el yo” que tiene algo pesadillesco nos remite a la definición del síntoma como
una astilla en el yo, “lo más lejano al yo que se encuentre en el interior del alma”, como
sostiene Freud en su “Conferencia 31”, donde el síntoma se impone como una tierra
extranjera en el interior. Un abismo abierto dentro del sujeto, donde lo más propio
en él aparece como lo radicalmente Otro. La Cosa constituye lo extraño ajeno a mí
estando empero en mi núcleo, el lugar donde coincide la máxima alienación del sujeto
con lo más propio de sí. Lacan plantea una relación de “ex–timidad” respecto a lo más
íntimo del sujeto. Lo que Borges califica como “ciego y central” es postulado por el
psicoanálisis como una exclusión interna, lo que estando en el centro/núcleo de mi ser
será formulado como exterior. Pero en esto el mismo Borges parecía estar advertido, ya
que sostiene que Chesterton: “Define lo cercano por lo lejano, y aun por lo atroz”.
BIBLIOGRAFIA
- Borges, J. L. (1952).Otras inquisiciones. Buenos Aires, Emecé Editores, 2005.
- Freud, S. (1896).Carta 52. Vol., I. Buenos Aires, Amorrortu Editores, 2004.
- Freud, S. (1932). Conferencia 31. Vol., XXII. Buenos Aires,Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2001.
- Kafka, F. (1915).La metamorfosis y otros relatos. Madrid, Editorial Edaf, 2003.
- Lacan, J. (1963). Seminario 10, La Angustia, Buenos Aires, Paidós, 2006.
- Lacan, J. (1969). Seminario 16, De un Otro al otro, Buenos Aires, Paidós, 2008.
- Poe, E. A. (1841). Cuentos, 1. España, Alianza Editorial, 2000.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 37
LA MIRADA DE LOS OTROS: DE LA INTROYECCIÓN A LA IDENTIFICACIÓN
_Jorge Catelli / [email protected]
_Sibila Shammah / [email protected]
_Teresa Zaefferer / [email protected]
LA MIRADA DE LOS OTROS:
DE LA INTROYECCIÓN A LA
IDENTIFICACIÓN
Consideramos que la mirada de los otros participa en los orígenes de la constitución del
aparato psíquico, en especial del yo y del superyó, así como de la relación entre ellos.
En esta constitución, el otro ha de ir apareciendo para el sujeto, tanto en calidad de
semejante, como de prójimo.
Como semejante, siguiendo a Freud, es a partir de ese otro que el ser humano aprende a
discernir, a establecer un juicio.
En “El Proyecto” Freud muestra este proceso que involucra el pensamiento con la
identificación.
[…] Cabe suponer que a tal fin (el interés por discernir) la imagen-percepción es sobreinvestida también
desde el yo […] Si la imagen-percepción no es absolutamente nueva (vale decir, que haya puntos de
coincidencia con la de la huella) ella ahora recordará, evocará una imagen-percepción-recuerdo con la
que coincida al menos en parte. Y entonces se repite con esta imagen-recuerdo el proceso de pensar
anterior […]Supongamos ahora que el objeto que brinda la percepción sea parecido al sujeto, a saber,
un prójimo. En este caso, el interés teórico se explica sin duda por el hecho de que un objeto como
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 39
JORGE CATELLI / SIBILA SHAMMAH / TERESA ZAEFFERER
este es simultáneamente el primer objeto-satisfacción y el primer objeto hostil, así como el único poder
auxiliador. Sobre el prójimo, entonces, aprende el ser humano a discernir. […] (p. 379) (los agregados
entre paréntesis son nuestros)
Desde una perspectiva, podemos rastrear al semejante en el “símil”, vale decir el similar, a
partir de la idea de igualdad, en que el yo reconoce al otro en sí y a su vez, se reconoce en
el otro, tal como está citado1 supra “complejo del semejante”, que según Valls, aparece ligado
ya al proceso secundario y se lo conoce como “identidad de pensamiento”. El “complejo
del semejante”, va a ser también precursor de la identificación, en la medida que consiste en
una suerte de reflexión acerca de los orígenes de la comprensión de los actos expresivos
ajenos (Cf. Valls, p. 152).
Diferenciamos al semejante del “prójimo”, en la línea de aquél que está cerca (próximo), tal
como ocurre con los vecinos, pero que a su vez, podrían devenir rivales. En la antigüedad,
los vecinos que se encontraban del otro lado del río (river) eran próximos, vicinos, Nachbarn,
neighbors2 (en los diversos idiomas se muestra claramente la idea de proximidad) pero sin
embargo, estaban enfrente y –del otro lado del river- los transformaba también en rivales.
La mirada de estos otros y la de nosotros mismos es de este modo, constitutiva del yo
como precipitado de identificaciones, esto es a partir del trabajo psíquico que plantea el
encuentro con aspectos semejantes y diferentes. Aunque también podemos hablar de otros
cuya mirada penetrante e incisiva se incrusta dentro del aparato psíquico y desde allí vigila
y somete sádicamente. La introyección es, según Jorge Winocur, el mecanismo que mejor
da cuenta de este proceso que precipita en la constitución de ese objeto interno sentido
como ajeno: el superyó.
Los padres también fueron esos otros que hablaron del yo, “voces externas”, efectivamente,
que dieron la recepción al sujeto y luego fueron interiorizándose en éste, con identificaciones
e introyecciones. Esas voces, en sus orígenes externas, fueron luego interiorizadas a modo
de instancia del aparato psíquico, pero que frente a un colapso del mismo, han de volver,
por regresión, a ser percibidas como provenientes del exterior, como en la alucinación de la
psicosis, pero también en las particulares preocupaciones del neurótico respecto de “cómo
es visto por los otros”
Por otro lado podemos pensar en la propia disposición del yo a partirse en una instancia
observadora y otra observada, una crítica y otra criticada, lo que llamamos “la disposición
melancólica”en la constitución del aparato, en la medida que el yo se va desdoblando y
1 - Catelli, 2010
2 - “Vecino” en español, “vicino” en italiano, “Nachbar” en alemán –nach próximo, bar adv-, de ahí
“neighbor”, en inglés.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 40
LA MIRADA DE LOS OTROS: DE LA INTROYECCIÓN A LA IDENTIFICACIÓN
mirando a sí mismo, como se muestra de modo grandilocuente en la melancolía, con los
autorreproches.
En el presente trabajo desarrollaremos estos dos modos de sentirse mirados por el otroy de
mirarse uno mismo:el de la identificación y el de la introyección. Siguiendo el pensamiento
de Freud, entendemos la identificación como la base de toda actividad de pensamiento, de
“interés teórico” que desencadena el proceso de conocimiento necesario como generador
de la autonomía del yo y constitución del mismo. La introyección, en cambio, como fantasía
de la incorporación del otro, muestra el fracaso de la identificación: una incrustación dentro
del mismo aparato psíquico, que simultáneamente es vivida como ajena y persecutoria.
LA VIDA DE LOS OTROS
Para desarrollar estos conceptos es que hemos elegido el film alemán “La Vida de
los otros”(2006, dirigido por Florian Henckel von Donnersmarck) centrándonos
fundamentalmente en el proceso que va sufriendo Gerd Weisler, su protagonista.
La película describe los últimos momentos de la Alemania oriental y está centrada en el
control que la policía secreta alemana (Stasi3) ejercía sobre los pensadores que suponía
como una amenaza al régimen. Gerd Weisler (agente HGW XX/7) debe vigilar al escritor
teatral Georg Dreyman y su noviala reconocida actriz Christa-Maria Sieland, quienes
fueron cuestionados como supuestos opositores al régimen, para ello cablea su casa,
instalando micrófonos y cámaras que le permiten monitorear desde el desván del edificio
minuciosamente la vida de ambos.
La primera parte de la película describe maravillosamente el sometimiento alienante del
vigilador al régimen, su vida entera está dedicada al ideal comunista y cree firmemente en
la todopoderosa policía secreta alemana. De este modo evita dudar detoda misión de
espionaje y control justificando así la implementación de cualquier medio que sea necesario.
Este es descripto como un personaje gélido, vacío de afectos, y ciertamente poco erotizado.
A medida que va ejecutando su trabajo, comienza en él a producirse un cambio. La mirada
de las escenas amorosas entre su vigilado y la esposa comienza a conmoverlo, se siente
atraído por ella, se inicia undeshielo. Este deshielo daría cuenta también de un proceso
psíquico de pensamiento que –tal como lo describe Freud en 18974 podríamos llamar
identificatorio.
Cabe destacar que tanto Gerd Weisler como Georg Dreyman y quizás también su novia,
3 - El Ministerio para la Seguridad del Estado (en alemánMinisterium für Staatssicherheit), más conocido por
su acrónimo Stasi, era el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA).
Creada el 8 de febrero de 1950, centraba sus operaciones en la capital, Berlín Oriental, donde tenía un
extenso complejo en Lichtenberg y otros menores dispersos por la ciudad. La Stasi fue reconocida en general
como uno de los servicios de inteligencia más efectivos del mundo. Fue disuelta en 1989.
4 - “Manuscrito N”, anexo a la carta 64, fechada en Viena el 31 de mayo de 1897, (p. 296)2 - “Vecino” en
español, “vicino” en italiano, “Nachbar” en alemán –nach próximo, bar adv-, de ahí “neighbor”, en inglés.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 41
JORGE CATELLI / SIBILA SHAMMAH / TERESA ZAEFFERER
van a lo largo de la película desenmascarando, sacándole el velo a la represión disfrazada
de protección y cuidado (“por tu propio bien”). Así se va desenvolviendo una trama en
la que vigilado y vigilador descubren al mismo tiempo, de a poco, las fuerzas represivas
ocultas, los ojos controladores del sistema que busca anular cualquier emergencia de libre
pensamiento, lo que terminaría con el poder que unos pocos ejercen de manera totalmente
impune sobre todos. Puede observarse en el desarrollo de la trama como paulatinamente
se van constituyendo dentro del personaje del vigilador , puntos de coincidencia con
los otros personajes vigilados en los que encuentra reflejos de sus propiosimpulsos
reprimidos –una vez más, la idea de este “proceso de pensamiento” que constituye a la
identificación como trabajo psíquico, en esa comparación y efecto de hallar similitudes
y diferencias. Se produce un efecto de levantamiento de la represión.Consigue empezar
a cuestionar el régimen superyoico al que es completamente sumiso y a quebrarse su
sometimiento y obediencia ciega
Es así como a medida que va descubriendo la intención del vigilado de escribir artículos
contrarios al régimen, decide ayudarlo. Al mismo tiempo que lo encubre también se destapa
para él un velo referido a las corrupciones mafiosas propias de aquel régimen que él solía
defender. Es así como le abre los ojos al escritor, quien hasta entonces, también había
negado maníacamente la destructividad del régimen mafioso.
Cuando la STASI descubre el encubrimiento aparta al vigilador de sus servicios confinándolo
por 20 años a una tarea nimia. Cae el muro de Berlín, el vigilado descubrea quien lo había
vigilado que luego al tiempo que se humanizaba también lo había protegido.Es interesante
cómo al rescatarlo se rescata a sí mismo. En ese momento el vigilado escribe su libro
“Sonata para un hombre solo” dedicándoselo en agradecimiento al vigilador. Cuando
éstese entera de la existencia del libro, decide comprarlo .Se desarrolla una última escena en
que el vendedor le pregunta si “es para regalo”.Él responde condensadamente: no, es PARA
MÍ. Ese libro representa la desalienación de los dos.
DEL TRIUNFO MANIACO A LA IDENTIFICACIÓN
La amenaza del superyó incita al abandono del objeto. Tal como Freud lo describe en
1923 (p. 32), “cuando el yo cobra los rasgos del objeto, por así decir, se impone él mismo
al ello como objeto de amor, busca repararle su pérdida diciéndole: ‘mira, puedes amarme
también a mi; soy tan parecido al objeto’.5
Desde las sombras de ese aparente “yo”, el superyó obliga al ello a abandonar los objetos,
al estilo de lo que Rosenfeld plantea como “organización narcisista mafiosa de la mente”.
La aceptación de la protección de la mafia tiene como precio el absoluto sometimiento a la
organización narcisista mafiosa ya que la amenaza es el surgimiento del terror.
Desde esa perspectiva, la mirada de los otros es la representante de ese poder mafioso
1 - El resaltado es nuestro. N de los A . Condición que supone la regresión narcisística.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 42
LA MIRADA DE LOS OTROS: DE LA INTROYECCIÓN A LA IDENTIFICACIÓN
que amenaza. La Stasi funciona a modo de este superyó “protector” –como a muchos en
el ambiente psicoanalítico les gusta decir-, exige la renuncia instintiva, el goce pregenital,
el abandono de las relaciones libidinosas. Ser un buen camarada implica por tanto el
sometimiento masoquista a ese ideal narcisista esperando ser reconocido y querido por él.
El orgullo del vigilador en un comienzo evidencia el triunfo maníaco, que siguiendo las ideas
de Garma,podemos entender como una negación de la realidad y el dolor, bajo el engaño
de quedar protegido por el ideal y sosteniendo la ficción del buen vivir, en la supuesta
independencia del mundo externo. En esto,los dos personajes en distinto gradiente
coinciden.Esta estructura narcisista caracterizada por defensas maníacas, desmentida,
idealización, indiscriminación, omnipotencia y negación puede desembocar en la total
enajenación del yo, sujeto al ideal.
Con un modo de funcionamiento refractario al estímulo, regido por el principio de
constancia, en el que el objeto pasa a ser representante del odiado mundo externo al modo
del aparato psíquico que Freud describe en la primera tópica:caldo de cultivo del instinto
de muerte que exige la renuncia pulsional.
El superyó mantiene una posición especial y espacial respecto del yo. Lo vigila desde el
desván y sabe todo lo que el yo hace y lo que el yo piensa.
Ahora bien, algo sucede en este personaje, el erotismo entra en escena. Aparece el placer
ligado a la pulsión escópica y a la curiosidad, desprendido de la mirada vigilante que no
dejaba ver. Comienza a aparecer el objeto libidinizado y reconocido como tal. Quiere saber.
Ese aparato refractario de la primera tópica comienza a dar paso a la avidez de estímulos y
objetos. Surge la tensión y el conflicto.
El mundo persecutorio de esos otros ajenos, anónimos, comienza a ceder.No son
ciertamente tan ajenos. Esos pedazos introyectados y ese lugar –el “desván/cabeza”- en
que él mismo se incrustaba dentro de la casa, siendo del afuera, comienza a dar lugar a cierto
proceso de identificación. Al mismo tiempo su propio erotismo deja de sersentido como
extranjero y enemigo. Esto da lugar al reconocimiento del otro como objeto amoroso,
como rival y como auxiliar. El vigilador comienza a identificarse con el vigilado.
Aquella voz y mirada incrustadas como las de un amo dentro de la propia cabeza-desván, que
bajo el imperativo categórico ordenan vigilar, condenar y castigar al considerado enemigo,
empiezan a perder vigor en la medida que comienzan a desarrollarse las identificaciones. Se
van ampliando los límites del yo, permitiendo de este modo la elaboración de los propios
procesos pulsionales, eróticos, vitales ya no sentidos como traumáticos.
A partir del duelo por una pérdida (la pertenencia alienante, des-subjetivante a esa ficción
narcisística representada por la Stasi) comienza el proceso que permite su constitución,
como singular en el universo humano (Cf. Catelli, 2010) Gerd Weisler y Georg Dreyman,
se rescatan mutuamente Esto es lo que permite la reparación, y el agradecimiento mutuo.
Septiembre de 2011
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 43
JORGE CATELLI / SIBILA SHAMMAH / TERESA ZAEFFERER
BIBLIOGRAFIA
- Catelli, J. (2010): “Duelo o melancolía: acerca de la incorporación oral y la identificación”, inédito
- Freud, S., (1923b): El yo y el ello. AE, 19.
- Freud, S (1950[1895]) “Proyecto de una psicología para neurólogos”, AE, 1
- Freud, S (1924) “El problema económico del masoquismo”; AE, 19
- Freud, S (1914) “Introducción del narcisismo”; AE, 14
- Garma; Á y Garma, E (1979) “Psicoanálisis de la manía y psicopatía”, Paidós.
- Rosenfeld Herbert, (1988) Impasse e Interpretacao -Imago. Río de Janeiro.
- Winocur, J y otras (1989), “La identificación y su discriminción de la incorporación y la introyección” Revista de
psicoanálisis T XLVI; numero 5.
- Winocur, J (1997), “El origen pulsional del super yo”, Revista de la escuela argentina de psicoterapia para
graduados, Numero 23
- Winocur, J (1996), “El narcisismo y la identificación narcisista” Revista de psicoanálisis, LIII
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 44
CAPÍTULO 3
EL OJO CLÍNICO
_Maximiliano Martínez Donaire / [email protected]
TRANSMISIÓN
DE LA CLÍNICA
(Trabajo presentado en el Symposium APA 2010,
Taller “Transmisión de la experiencia en psicoanálisis.
Psicoanálisis en extensión”, a cargo de Comisión para el
Interior del País y Centro de Estudios)
La transmisión de la experiencia clínica ocupa un lugar nuclear, ineludible, de los
intercambios entre analistas. Esto no significa que la pregunta “¿Por qué transmitir la
clínica?” tenga una respuesta unívoca, por el contrario, hay maneras muy distintas de
pensar la presentación de material clínico, tanto a nivel de sus objetivos como de su
modalidad y metodología. Pero lo que parece fuera de discusión es que los analistas
debemos dar cuenta de nuestra práctica ante otros, y en este punto nos preguntamos si
deberíamos esperar que allí se produzca un efecto de transmisión, y de ser así, de qué
depende que esto se produzca.
Podemos desdoblar el tema entre la cuestión referida a la clínica en sí (qué entendemos
por material clínico, motivaciones e implicancias de su presentación), y aquello referido a
la transmisión como vía de acceso a la verdad del inconsciente.
¿Qué entendemos por “material clínico”? Habitualmente se lo relaciona con un
“paciente”, es decir, con lo que produce un sujeto en su análisis. Sin embargo, pueden
trazarse distintas fronteras para circunscribir lo que es, o no, material clínico. Por ejemplo,
recordemos que dentro de los “historiales clínicos” de Freud, encontramos al “caso de
paranoia descrito autobiográficamente”, Schreber, quien no es un paciente en análisis.
Ahora bien, ¿podemos decir que la autobiografía de Schreber es un material clínico? Lo
que está claro es que Freud la trata y la analiza como si lo fuera. Y del mismo modo lo
hace con casi todas las producciones de sujeto que habitan la cultura: mitos, religión,
obras de arte, novelas, y hasta la vida cotidiana… en fin, aquello que se ha dado en llamar
“psicoanálisis aplicado”. ¿”La Gradiva”, es un material clínico? Aquí la respuesta pareciera
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 49
MAXIMILIANO MARTÍNEZ DONAIRE
ser más claramente que no, sin embargo Freud también la trata como si lo fuera. Al
respecto de esto, cito a Erik Porge1: “Los estudios de casos literarios publicados por Freud son
psicoanálisis en el mismo sentido que sus relatos clínicos”. Introduzco entonces en este punto una
referencia que da Janine Puget2,, quien dice que “material clínico es aquello que por su estructura
nos da acceso al Inconsciente”, (lo cual implica que debe haber una escucha analítica para que
una determinada manifestación subjetiva adquiera el estatus de material clínico)
En todo caso, me pregunto si el hecho de que Freud publicara las aplicaciones del
psicoanálisis en campos mucho más amplios que el de sus pacientes neuróticos, no estará
relacionado con su deseo de transmisión. Sabemos que Freud recurre constantemente a la
literatura para expresar sus ideas, y se me ocurre que allí está buscando trascender la mera
enunciación de un concepto, para lograr tocar al sujeto lector, es decir, alcanzar un efecto
de transmisión. ¿Y por qué lo lograría a través de la literatura? En palabras de Freud3, “…
a mí mismo me resulta singular que los historiales clínicos por mí escritos se lean como unas novelas breves,
y que de ellos esté ausente, por así decir, el sello de seriedad que lleva estampado lo científico. Por eso me
tengo que consolar diciendo que la responsable de ese resultado es la naturaleza misma del asunto…”
Entonces, retomando la cuestión acerca de lo que es “material clínico”, quizás hagamos
bien en restringirlo a lo que acontece dentro de un análisis, pero notemos que a la hora
de dar cuenta de ello, Freud se sale de las fronteras del consultorio y recurre a todos los
elementos que componen la cultura, y en especial al campo de la literatura, como medio
de transmisión. Por lo tanto se podría decir que la transmisión de la clínica trasciende al
relato de un caso.
Aún así, detengámonos en las vicisitudes de la presentación de un material clínico. Dentro
del psicoanálisis existen diversas maneras de concebir la presentación de un material. Por
ejemplo, algunas posiciones tienden hacia la búsqueda de la máxima objetivación posible,
proponiendo criterios estrictos para la formalización de las presentaciones, aplicando
el modelo de “hipótesis/contrastación”, en palabras de Gómez Cabal4 “someterse a
cánones científicos habituales”. Según esta perspectiva, se le adjudica al material el lugar de la
comprobación empírica de las teorías, tal como lo plantea E. Laverde Rubio5 “En la ciencia
el objetivo no es discutir, es presentar una idea (hipótesis) y sustentarla o refutarla”
1 - Porge, Eric, Transmitir la clínica psicoanalítica, Nueva Visión, (2007)
2 - Puget, Janine, “¿Qué es material clínico para el psicoanalista. ‘Los espacios psíquicos’”, en Psicoanálisis,
Vol. 10, Nº 3, APdeBA, (1988)
3 - Freud, Sigmund, Estudios sobre la histeria, “Elizabeth Von R.”, pg.174, Amorrortu editores.
4 - Gómez Cabal, “Presentando materiales clínicos”, en Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis,
Vol 22, nº 4 (1997)
5 - Laverde Rubio, E., “Presentación de material clínico: ¿creación o dispersión?” en Revista de la Sociedad
Colombiana de Psicoanálisis, Vol. 28, no. 2 (2003).
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 50
TRANSMISIÓN DE LA CLÍNICA
En otra dirección apuntan posiciones que admiten que la presentación de un caso lleva
las marcas indelebles de la subjetividad del analista. Daniel Wildlocher6 , siguiendo a
Spence, plantea que el relato que hace el analista de su trabajo con un paciente puede ser
considerado una “narrativa”. ¿Qué es lo que narra?: la historia de sus experiencias en sesión. La
idea de historizar un análisis pone de relieve el lugar del analista como construyendo un caso.
Creo que podría incluirse la noción de que aquello de lo que se intenta dar cuenta con un
material clínico es en verdad algo inasible; y que el relato de un caso es al análisis, lo que
el relato de un sueño al soñar.
Lo cierto es que los analistas debemos convivir entre paradojas, incertidumbres y
contrasentidos, y allí se aloja la tensión irresoluble entre los intentos de objetivación y
el lugar de lo singular. No podemos renunciar a establecer principios generales, teorías,
enunciados universales, justamente para dar cuenta de lo subjetivo, único e irrepetible. La
“teoría” y la “clínica” se imbrican y se suponen mutuamente. El relato de un caso entonces,
estará atravesado por estas dimensiones contrapuestas e inseparables, dimensiones a las
que le que yo le sumaría las de la “transmisión” y la “enseñanza”.
Porque, después de todo ¿qué entendemos por “transmisión”? Suele postularse
rápidamente cierta oposición con la idea de “enseñanza”, pero esta diferenciación suele
tomar un tono un tanto maniqueo, llegando a esa especie de lema “el psicoanálisis no se
enseña, se transmite”. Yo tiendo a pensar más bien que enseñanza y transmisión forman
parte de estas dimensiones que mencionábamos, distinguibles pero entrelazadas, como
objetivación/singularidad o teoría/clínica. Desde luego la distinción entre transmisión
y enseñanza es indispensable, quedando ésta última ligada a la intelección, racional y
conciente, de ciertos saberes. Lo cierto es que a la hora de formarnos como analistas no
podemos prescindir de enseñanzas, aunque no sean éstas las que nos vuelven analistas.
Cito a Freud7, enunciando uno de los objetivos de la creación del Instituto de Psicoanálisis
de Berlín: “crear un centro en el cual pudiera impartirse la enseñanza teórica del psicoanálisis y transmitir
la experiencia de los psicoanalistas más viejos…”. Surge de esta cita que la teoría se enseña, y que
lo que se transmite es la experiencia, camino singular recorrido por un sujeto y del que
solo podría dar cuenta él mismo.
Entonces, volviendo a la presentación de materiales clínicos, tenemos esta dimensión de
la objetivación, la cientificidad, la formalización, los postulados teóricos, la enseñanza, en
contrapunto indesligable de aquella otra, la de la experiencia singular, la construcción del
caso, el sujeto, la transmisión.
Creo que la transmisión solo puede ser pensada como efecto, no hay modo de garantizarla
a priori. Es un efecto producido en el sujeto a través del lenguaje, y la pondría emparentada
6 - Wildlocher, Daniel, “Un caso no es un hecho”, en Libro anual de Psicoanálisis, Vol 10, Escuta, (1994)
7 - Freud, Sigmund, Prólogo del Folleto «Décimo Aniversario del Instituto Psicoanalítico de Berlín» (1930)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 51
MAXIMILIANO MARTÍNEZ DONAIRE
con la serie que forman la interpretación, la metáfora literaria y el chiste, es decir, allí
donde el efecto se produce por una significación aludida, insinuada, pero nunca del todo
explicitada. “Explicar” una interpretación, una metáfora o un chiste, les quita su efectividad
como tales; la explicación quedaría del lado de la enseñanza.
La transmisión opera a nivel de la subjetividad, apelando a cierta develación de la verdad de
lo inconsciente. ¿Cómo lograr este efecto de transmisión a la hora de presentar un material
clínico? Como dijimos, no hay garantías. Freud decía en la cita que mencionábamos al
principio, que la “naturaleza del asunto” requiere de un trascender el discurso estrictamente
científico; también lo plantea en Consejos al Médico: “… unos protocolos exactos en un historial
clínico analítico rinden menos que lo que se esperaría de ellos. En rigor, se alinean con esa pseudo exactitud
de la que tantos ejemplos llamativos nos ofrece la psiquiatría ‘moderna’”8. Al respecto de esto, Eric
Porge9 plantea que en Freud la exactitud es sustituida por la veracidad o verdad. Este autor,
en su libro Transmitir la Clínica, analiza las modalidades que utilizan Freud y Lacan para dar
cuenta de la clínica psicoanalítica, afirmando de Freud que recurre a la “puesta en relato”
del caso, “novelizándolo” para alcanzar la verdad, abocándose a un trabajo de escritura con
una inevitable dimensión de ficción. Respecto a Lacan, destaca que éste no recurre al relato
del caso para transmitir la clínica, sino que pone el acento en el “estilo” de la transmisión.
La “clinicidad” en el estilo de Lacan daría cuenta de la clínica, a pesar de que no recurra a
la presentación de casos.
Para finalizar, cito unas palabras de Borges respecto a su lectura de Martin Buber, que si
bien mencionadas en otro contexto, creo que aluden a la transmisión: “Puede que yo aceptara
aquellos libros porque los acogí como poesía, como sugerencia o insinuación, a través de la música, de la
poesía, y no como razonamientos”10.
8 - Freud, Sigmund, Consejos al Médico sobre el Tratamiento Psicoanalítico (1912), Amorrortu Editores.
9 - Porge, Eric, Op. Cit
10 - Borges, J.L., Arte Poética, “Seis Conferencias”, Crítica, Barcelona (2001)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 52
TRANSMISIÓN DE LA CLÍNICA
BIBLIOGRAFIA
- Borges, J.L., Arte Poética, “Seis Conferencias”, Crítica, Barcelona (2001)
- Gómez Cabal, “Presentando materiales clínicos”, en Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, Vol
22, nº 4 (1997)
- Freud, Sigmund, Estudios sobre la histeria, “Elizabeth Von R.”, pg.174, Amorrortu editores.
- Freud, Sigmund, Consejos al Médico sobre el Tratamiento Psicoanalítico (1912), Amorrortu Editores.
- Freud, Sigmund, Prólogo del Folleto «Décimo Aniversario del Instituto Psicoanalítico de Berlín» (1930)
- Laverde Rubio, E., “Presentación de material clínico: ¿creación o dispersión?” en Revista de la Sociedad - Colombiana de Psicoanálisis, Vol. 28, no. 2 (2003).
- Porge , Eric, Transmitir la clínica psicoanalítica, Nueva Visión, (2007)
- Puget, Janine, “¿Qué es material clínico para el psicoanalista. ‘Los espacios psíquicos’”, en Psicoanálisis, Vol. 10,
Nº 3, APdeBA, (1988)
- Wildlocher, Daniel, “Un caso no es un hecho”, en Libro anual de Psicoanálisis, Vol 10, Escuta, (1994)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 53
_Silvia Koval de Eliaschev/ [email protected]
ROMÁN, “UNA MIGRACIÓN
TEMPRANA Y SUS POSIBLES
EFECTOS EN EL SOMA”.
Interrogantes de una clínica de
difícil abordaje
Introducción
Muchos fueron los interrogantes en relación a esta historia de vida que a fines del
año 2008 llegó a mi consulta. Para emprender este desafío resolví tomar dos ejes
de desarrollo teórico que a mi criterio están fuertemente involucrados en el devenir
histórico de este sujeto y que además servirán para organizar el trabajo.
Inicialmente creo que la migración forzada a la que se vio obligado “Román” (así es como
llamaré al paciente) en plena adolescencia, marca un hito en su desarrollo psíquico.
Tal como lo plantea León Grinberg cualquier migración lleva incluido en su experiencia
el concepto de trauma. Este término que Freud desarrolla en “Más allá del principio
de placer” se diferencia un poco del que tomara el autor y al que adscribo a la hora de
pensar acerca de Román.1
El segundo eje a investigar es la patología orgánica que entiendo puede hallarse ligada
a problemáticas en sus vínculos más tempranos.
Relatos del paciente acerca de la relación con su madre, una mujer muy desconectada
y desafectivizada me generaron muchas preguntas.
>
1 - “Creemos, entonces, que la migración en cuanto experiencia traumática, podría entrar en la categoría de los así
llamados traumatismos “acumulativos” y de “tensión”, con reacciones no siempre ruidosas y aparentes, pero de efectos
profundos y duraderos” (L.Grinberg “Migración y exilio” 1996)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 55
SILVIA KOVAL DE ELIASCHEV
Freud va a plantear que los contenidos iniciales de la conciencia son las impresiones
sensoriales y los afectos, la patología psicosomática se presenta como un disturbio de esta
conciencia inicial. Fallas a este nivel, o sea un mundo que no puede ser investido, donde
se sustituye la percepción que capta elementos diferenciales y cualitativos, por un apego
desconectado, producen una “estasis libidinal” o sea disturbios en la economía pulsional
de un sujeto que pueden comprometer la autoconservación.
David Maldavsky estudia y replantea estos cuestionamientos teniendo en cuenta lo que va
a denominar “estados tóxicos pulsionales”.
La afección psicosomática desde esta perspectiva se presenta como fallas a nivel arcaico o
sea dificultades muy tempranas al nivel del yo real primitivo.2
Intentaré entonces, hacer una presentación del paciente para una mejor comprensión
del caso.
> Román
Nuestro primer contacto fue como en la mayoría de los casos telefónico.
Román me llamó después de haber sido derivado por una medicina prepaga, en
condiciones de extrema vulnerabilidad ya que acababa de ser operado de un tumor
maligno en el cuello y debía comenzar con un tratamiento de radioterapia.
“Doctora me urge que me atienda, estoy realmente muy mal” me dijo casi al saludarme, necesito
“vomitarle” a alguien lo que me esta pasando…. Le di una cita para el día siguiente.
Román tiene 49 años, es casado y tiene dos hijos Mariana y Juan.
Es un profesional del área contable y trabaja en una institución del gobierno hace ya
20 años.
Actualmente vive con su mujer en una chacra que tiene en una localidad cercana a
la Capital y viaja todos los días. En esta chacra comenzó a desarrollar actividades
comerciales que según cuenta no son muy rentables pero le permiten mantener los
gastos y le resultan gratificantes.
Román no es porteño, nació y vivió hasta sus 16 en una provincia argentina.
Debió emigrar por cuestiones políticas ya que durante el proceso militar fue miembro
de una organización estudiantil de izquierda.
En aquellos años decidió retirarse de la organización y sus compañeros lo conminaron
a alejarse ya que temían pudiera “quebrarse y cantar” en caso de ser detenido.
El decidió acatar esta orden y le pidió a su padre que le consiguiera un trabajo en Bs
As. Román se traslado a Capital solo, dejando todos sus afectos.
Al mes su mejor amigo y compañero de la organización desapareció y fue encontrado
2- “Este nivel arcaico correspondiente al yo real primitivo, necesita para su estructuración un pasaje desde las cantidades
pulsionales a un principio de organización en términos de ritmos que constituyen un requisito para la cualificacion y
permiten el desarrollo de un sistema mental en que se van diferenciando los afectos y la conciencia primordial: conciencia
de los propios estados afectivos” (Roitman 1999).
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 56
ROMÁN, “UNA MIGRACIÓN TEMPRANA Y SUS POSIBLES EFECTOS EN EL SOMA”.
muerto. No pudo comunicarse con su familia por cuestiones de seguridad y esto fue
vivido con mucho dolor.
Román desarrolló su vida en Bs As, sólo volvió a su ciudad natal para hacer el servicio
militar y luego para atender a sus padres enfermos, ambos han fallecido como así
también su hermana el año pasado.
Terminó su educación secundaria, luego se casó y estudió en la Universidad al mismo
tiempo que trabajaba para mantener su familia.
Al fallecer su hermana se hizo cargo de sus sobrinos el menor, vive actualmente en el
campo con él.
> Desarrollo
y evolución en el primer año de tratamiento:
Nuestros primeros encuentros estuvieron inevitablemente atravesados por la amenaza
de muerte ligada a lo vivido recientemente. Algunos datos aportados por el paciente
daban cuenta de una realidad un poco desoladora, decía Román en una de las primeras
entrevistas “Comienzo a contarle… luego del diagnóstico fui operado del tumor en el cuello y el oncólogo
indico que el tratamiento era radioterapia por 45 días.
Lo que mas me preocupa es saber que el tumor que me sacaron no es el original sino una metástasis, el
otro lo buscaron pero nunca apareció “casi un misterio”… me asusta mucho… pero me estudiaron por
todos lados, de repente no aparezca nunca, el oncólogo me dijo que había muchos casos como el mío, no se…
Claramente esta realidad no ayudaba mucho a calmar la fantasía de muerte que lo
asediaba desde el mismo momento del diagnóstico, lo cual hacia muy difícil bajar el
nivel de angustia.
Sin embargo ya en la primera entrevista apareció el relato de una noviecita que había
tenido antes de emigrar y que había reaparecido un corto tiempo antes de que le dieran
el diagnóstico, transcribo parte de su relato:
“ Hay algo que todavía no le conté…la historia de Graciela… (hace un silencio y se le llenan los
ojos de lágrimas) fue una noviecita que tuve en aquellos tiempos…el amor de mi vida, la amaba con
locura, bah… creo que aún la amo. Un mes antes del diagnóstico reapareció, no sé… me buscó, que
loco no? treinta años después… algo del destino…”
En apariencia “Tánatos” no había podido apoderarse del todo de la situación. Román
intentaba a través del rescate de esta historia investiduras libidinales que le permitieran
conectarse con la esperanza, con la vida.
Por otro lado estaban presentes sentimientos vinculados a un fuerte montante de culpa
inconciente, relacionados quizás a ciertos pensamientos que ligaban a la enfermedad
con estos acontecimientos.
En los casos de enfermedades muy graves generalmente aparece la necesidad de
encontrar una explicación, a veces conciente, “me enfermó el stress” y en otros casos
aparecen defensas que dan cuenta que la explicación cursa muda, pero está y es
necesaria porque tranquiliza. Si hay una razón puntual se la puede atacar, evita la
angustia de lo desconocido. Román buscaba desesperadamente una explicación, una
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 57
SILVIA KOVAL DE ELIASCHEV
respuesta al porque de la enfermedad, necesitaba calmarse.
La idea era comenzar a rescatar, respetando los tiempos de Román, el rompecabezas
de su historia, saber mas acerca de la relación con su madre, mas de la historia de
¿migración o exilio? de los 16 años, de su hermana muerta… de sus pérdidas….
El reconstruir la historia permite pesquisar fallas en los primeros vínculos que dejan
su huella traumática que necesariamente y a través de la repetición se resignifica en la
actualidad.
En relación a su madre relataba “mi vieja era muy cariñosa pero siempre estaba colgada, nunca
sabia donde yo estaba, podía desaparecer por varios días que no me buscaban…
Mi vieja era así, me acuerdo las siestas que dormíamos juntos, todavía recuerdo su olor… A veces
pienso que me tuve que venir a Buenos Aires para hacerme hombre, al lado de mi madre jamás
hubiera logrado ser lo que soy…”
¿Un hombre a los 16 años? me preguntaba a la vez que pensaba en su terrible exigencia.
Durante gran parte de las sesiones de ese primer año, Román se debatía pensando
acerca de Graciela, de si era apropiado dejar todo por una mujer a quien casi no
conocía pero que rescataba esa parte de su historia, la de su adolescencia perdida…
Entretanto su mujer lo acompañaba de sol a sol, sus hijos vivían pendientes de él, de
su salud, Román no veía nada de esto, su encierro narcisístico era mas poderoso.
Su discurso delataba un dolor mudo, este hombre se defendía fuertemente mostrándose
duro no sólo en el discurso sino en su postura corporal y expresiones. Aparecía
siempre una sonrisa y aunque lo que relataba era muy triste en ningún momento
parecía quebrarse o acercarse a una situación más melancólica acorde a la realidad que
expresaban las palabras.
Era claro que a Román le costaba mucho tramitar la angustia, no aparecía un afecto
concordante que indicara la sensación de desarraigo que denotaban sus palabras.
Aparecía la necesidad de utilizar defensas que lo resguardaran de la posibilidad de
desorganizarse, la pulsión de muerte circulaba veladamente.
En cuanto a los primeros indicios en relación a lo transferencial, parecía comenzar
a tejerse una buena trama, “la rusita Graciela” era judía como el suponía lo era yo,
seguramente yo lo entendería como ella…comprendí que este aspecto iba a tener que
ser muy cuidado.
Con el correr de las sesiones y un nivel de angustia más controlable comenzaron a
aparecer en el discurso otros aspectos más neuróticos y por lo tanto más “sanos”.
Actualmente aunque el duelo de haber dejado su tierra todavía permanece algo así
como “coagulado” en la figura de la noviecita a la que supuestamente amó tipo
telenovela, aparece un cambio en la capacidad de escucha. Una escucha parecería más
abierta y que permite el despliegue de afectos consonantes con la realidad.
Román comienza a sentir que tiene que cuidarse y esto abarca el comenzar a pensarse,
o sea pasar de la “pura descarga” a la posibilidad de ligar representaciones que le
permitan salir del arrasamiento, del “trauma perdido” del no procesamiento a “ligar”
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 58
ROMÁN, “UNA MIGRACIÓN TEMPRANA Y SUS POSIBLES EFECTOS EN EL SOMA”.
para investir a Eros.
Esto incluye el haber descartado por completo la idea de abandonar a su familia para
ir detrás de aquella fantasía de la historia y el haber comenzado a valorar lo que tiene ,
lo que construyo a lo largo de muchos años y con mucho esfuerzo.
> Conclusiones:
Para entender un poco más a que se refiere Grinberg en su investigación acerca del
emigrar y su experiencia traumática, traigo a Masud Khan (1974) quien basado en
investigaciones clínicas y tomando las enseñanzas de Winnicott y Anna Freud acuña
un concepto al que llamará “Trauma acumulativo”.
Utiliza este término para explicar el fracaso del rol de la madre como protección
frente las excitaciones internas y externas que recibe el infante, que se hace visible solo
retrospectivamente como perturbación .Este concepto que desarrolla el autor, sirve
para identificar con mayor exactitud el tipo de deformación del Yo y de perturbación
del desarrollo psicosexual que se produce, cuando aparece un fracaso entre lo que
provee el ambiente y las necesidades anaclíticas del niño.3
Por otro lado resulta interesante la posibilidad de pensar en la conceptualizacion que
desarrolla A. Green (1993) acerca del “Complejo de la madre muerta” a la hora de
pensar en los duelos congelados de Román y en la fuerte dificultad par dar cuenta de
sus estados afectivos. ¿Desinvestidura del objeto materno?… ¿Identificación con la
madre muerta?...4
Muchos fueron los interrogantes. ¿Que había pasado con Román? ¿Estábamos
en presencia de un dolor sin cualificacion anímica?, ¿La migración forzada había
provocado tal situación de desamparo que había dejado al yo sin límites y expuesto a
una desorganización somática tantos años después?
Seguramente preguntas que no tendrán respuestas certeras, ya que no las hay.
Sin embargo a un año del comienzo del tratamiento entiendo que ha habido una
evolución. De la respuesta en acto que investía el cuerpo somático, Pedro pudo
comenzar a ponerle palabras a algunos dolores que permanecían mudos pero que
producían efectos.
Sus defensas fueron equilibrándose de otro modo. Del privilegio de defensas arcaicas
tendientes a sostenerlo frente a la posibilidad de desorganizarse, fueron apareciendo
3 - Quiero acentuar que lo que describo como fisura en el rol de la madre como protección contra las excitaciones son
cualitativa y cuantitativamente diferentes de las enormes intrusiones debidas a la aguda psicopatología de la madre que
han sido expuestas con frecuencia en nuestra literatura en relación con los niños esquizofrénicos o abiertamente hostiles…
(Masud Khan “La intimidad del sí mismo” 1974)
4 - “No es raro que el paciente cuente de manera espontánea una historia personal, frente a la cual el analista piensa,
para su fuero interno, que en ese momento habría debido, habría podido situarse una depresión en la infancia que el sujeto
no acusa” (André Green “Narcisismo de vida narcisismo de muerte” 1993)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 59
SILVIA KOVAL DE ELIASCHEV
más frecuentemente las defensas patognomónicas de la neurosis.
Poco a poco fue desapareciendo de la escena el fantasma de la posible muerte, como
algo que lo invadía y sumergía en una situación de desvalimiento psíquico.
Entiendo que es fundamental seguir trabajando desde el material que me acerca en
cada sesión, aquello ligado a los duelos que le resultan muy difíciles de elaborar.
Ponerle palabras a aquellos afectos que quedaron mudos y desde allí que resulte mas
fácil tramitar la angustia.
Privilegiar lo vital frente a lo mortífero. Mantener un encuadre conservado que facilite
una transferencia positiva que permita trabajar, así como también sostener la función
de “reverie” en la sesión analítica muy necesaria en este tipo de pacientes, en los que
la “reflexión “se corre, para dar lugar al acto.
Lo no dicho, lo que sigue doliendo a lo largo de años y ni siquiera puede ser pensado
¿hace acto en el cuerpo?….5
Preguntas que abren un campo que remite a la investigación, en aras de un mejor
manejo de la clínica.
BIBLIOGRAFIA
- S Freud (1917): “Duelo y melancolía” O. Completas tomo XIV Amorrortu editores. Buenos Aires
- M. Masud R Khan (1974): “La intimidad del si mismo” El concepto de trauma acumulativo. Editorial Saltés.
Madrid
- André Green (1993): “Narcisismo de vida narcisismo de muerte” La madre muerta. - Amorrortu editor Buenos
Aires
- León y Rebeca Grinberg (1996): “Migración y exilio Estudio Psicoanalítico” Biblioteca Nueva Madrid
- Pierre Marty (1998): “Pierre Marty y la psicosomática” Marta T. de Calatroni compiladora. Amorrortu
editores Buenos Aires
- Claudia Yelin (2003): “Emigrar en busca de un espacio de amparo” Ensayo Editorial Granica- Buenos Aires
- Clara Roitman (1999): “Los caminos detenidos” Del desarrollo psíquico a la defusión pulsional - Edit.
Nueva Vision- Buenos Aires
- David Maldavsky (1996): “Linajes abúlicos” Procesos tóxicos y traumáticos en estructuras vinculares- Edit PaidósBuenos Aires
5 - “La noción de éstasis y de inhibición están siempre presentes como consecuencia directa de la supresión ¿Cuáles
serán las vías de descarga de las tensiones para liberar las energías bloqueadas que puedan prevenir las consecuencias de
esa éstasis, en especial de los accidentes somáticos?” (Pierre Marty en “Pierre Marty y la psicosomática” Marta T. de
Calatroni compiladora Amorrortu Editores 1998)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 60
_Ma. Natalia Barrionuevo. Apc. / [email protected]
LA MIRADA DE LOS
OTROS, LA PALABRA
CONVOCADA.
Tan sugerente me ha sido este tema que los queridos Diego (Luparello) y Gretel
(Windaus) han logrado entusiasmarme una vez más y provocar este deseo de continuar
ligada a uds. y APA, aunque sea desde esta extranjería cercana llamada Docta.(Revista
de Psicoanálisis editada por APC)
Los analistas estamos acostumbrados a mirar y oír sobre muchas cuestiones más
allá de nuestros consultorios. Nos preguntan acerca de cómo miramos la cultura, los
adolescentes, la clínica de nuestro tiempo, la sexualidad, las tribus urbanas, hasta el
discurso presidencial ha tenido una mirada psicoanalítica. El arte, quizás más que
cualquier otra práctica, además de la propia, tuvo incontables interpretaciones de nuestro
oficio; la sociología y la filosofía, la literatura y la lingüística, quedan emparentadas y
conviven en congresos y en la experiencia cotidiana del trabajo analítico. Digamos que
el psicoanálisis sigue intentando, con la materia de esa escucha privilegiada y viciosa
que tenemos, la gesta de algo para decir.
Me impactó el tema de esta Moción, quedé impregnada de una sensación conocida y
desconocida a la vez. Sin sentirla ominosa, sino interpeladora, me obligó a interrogar
mi práctica, la experiencia del psicoanálisis en general, y hasta sobre nuestro lugar en
una ciudad, un país y una cultura determinadas.
Me pregunté sobre el por qué de esa premisa casi sensual y enigmática que implica “la
mirada de los otros” y pensé que más allá de la nuestra, más allá de los consultorios, y
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 61
MA. NATALIA BARRIONUEVO. APC.
más allá de los colegas, hay otros Otros.
En nuestra historia, hubo un mito que nos fundó, Freud, el Gran Padre del que
todos nacimos a veces se convierte en un Dios omnipresente, al cual en no pocas
oportunidades se le rinde una pleitesía que por exagerada raya con lo burdo, y que
consumida en sí misma termina por entregar en lo más íntimo la esencia de su
enseñanza. Quienes más ortodoxos se han mostrado, menos pueden leer a Freud, en
el sentido de su teoría y su clínica, así como en el de su experiencia con la creación
del psicoanálisis, no olvidemos que fue el mismo Freud quien lo cuestionó hasta sus
últimos días.
¿Qué implica cuestionarnos? ¿Es que el posible impasse sin un padre nos deja
huérfanos en una melancólica rememoración de tiempos perdidos?
Los post freudianos siguieron caminos diferentes, crearon escuelas, a veces dogmas;
unas no se movieron un ápice de su cómoda ortodoxia aunque durmieran con una
mortaja cubriéndolos, otras se revelaron hasta las últimas consecuencias perdiendo
posibilidades de un cuestionar fecundo, y teniendo que armar otras instituciones más
allá de IPA para sobrevivir.
Guerras, treguas, momentos de una pacificadora convivencia han sesgado también
nuestra historia, pero hay una constante que se presentifica en nuestros consultorios
cada día, nuestros analizantes siguen haciéndonos sentir que el psicoanálisis respira
profundo, y tamaña confianza en nuestra práctica no hace más que obligarnos a este
cuestionamiento.
El psicoanálisis no es una práctica cualquiera, rinde honor a la palabra, y con ella a la
subjetividad, al sentido único y singular que conquista en cada quien. Hacia allí camina
con tropiezos y caídas, aunque no haya nada por encontrar debajo del manto de lo
simbólico, sobre lo que podamos decir algo. No por ello dejamos de intentar apalabrar
esa nada, eso que insistiendo en repetirse pulsa y se hace irrupción traumática desde
lo real.
¿Entonces cómo no cuestionar esa práctica y las pleitesías enquistadas?
Es en este sentido que escudriñar la mirada y la palabra de los otros me inquieta en el
mejor de los sentidos, profundiza interrogantes, más allá de las convenciones, de los
reglamentos de la traditio que resultan estériles cuando se anquilosan hegemónicamente.
Pudiendo escuchar más allá de la jerga y del lenguaje que conocemos, más allá del
placer de “entender - nos.”
Buscando la posibilidad de una fecundidad por parte de otros, que tienen un decir
diferente y sesudo de la vida y de la angustia, ese terreno en el cual el psicoanálisis
reina, pero que, si se deja de cuestionar, reinará por su ausencia frente a los poderosos
laboratorios, o las propuestas cuasi mágicas de las “nuevas terapias.”
1 - Schmucler, Héctor. Entrevista en la Revista Ciudad X. La Voz del Interior. Centro Cultural España Córdoba.
Mayo 2011. Año 2 nº 11.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 62
LA MIRADA DE LOS OTROS, LA PALABRA CONVOCADA.
Héctor Shmucler1 mira el mundo desde la literatura, y dice maravillosamente de lo que
nos ocupamos: “Cada uno de nosotros está alegre, sufre, ama, odia, y esto ya lo han
hecho todos los hombres. Sin embargo cada vez que uno lo hace, es nuevo, es un tema
infinito... No habría que escabullirse de la angustia ... por que toda manera de conocer,
de vivir, de experimentar, pasa por la angustia ... hay que aceptarla y atravesarla ... Algo
que creo haber aprendido, es que del futuro casi no podemos decir nada, de lo único
que podemos hablar es del pasado, de la experiencia, ... y del presente.”
Sabemos que vamos a la zaga de cualquier expresión artística, años luz nos separan de
la riqueza plástica de un artista para definir la angustia, el síntoma, el dolor, el trauma,
la repetición y la intensidad de la vida que puja, y aunque siempre parturienta con un
hilo de aliento y cansada, aparece viva, respirando con el grito primero, dando batalla
frente a la nada que implican las preguntas irrepresentables con las que nacemos y
morimos.
Pues los analistas nos ocupamos de esto, de ir a la zaga, nunca adelantados, ni en la
conceptualización ni en la clínica más impecable deja de reinar el nachträlichkeit de
Freud, sólo en ese lugar podemos moldear un decir sobre lo que angustia, y bordear el
hueco de las preguntas sin respuestas, es allí entonces donde la labor analítica se hace
imponente, da cuenta más allá del tiempo cronológico y puede, tras las huellas de lo
humano, delinear en palabras (y en escuchas) un hablar de “eso” que quedó como el
tesoro perdido de Babel, de eso para lo cual la cobertura de la palabra se hace pobre
y escurridiza.
Algo de esto me hizo pensar en una paciente que en una sesión habla de algunos
síntomas (insomnio y dolor de estómago) frente a la separación de una pareja que fue
la primera de la cual se sintió enamorada. Frente al dolor ella pensó en refugiarse en su
familia aludiendo a que “solo la familia es incondicional” pero que algo distinto sintió
esta vez: “No me sentí bien... me doy cuenta ahora, que al final uno está solo, aunque
haya amores incondicionales nadie puede sentir el dolor, la angustia, y la soledad de
uno... capaz que por eso yo nunca me enamoré antes, por que no pensaba que había
algo que me haga bien fuera de mi familia.”
Esa verdad, de la que mi paciente empezaba a hablar, le permitía un corrimiento
doloroso de una familia que la había encerrado negándole el acceso a la subjetividad
por ser una traición desear más allá de esa familia, y tener una opinión propia. Ahora
ella podía armar un decir, pensar sobre una angustia sentida en el cuerpo, y en síntomas
que corroen su subjetividad. Ahora ella habla, el mutismo de lo real se comienza a
rodear, algo puede acotar el goce de seguir “encantando” a los padres, para empezar a
formular un deseo propio, no sin un doloroso duelo, no sin una caída.
La mirada implica algo inicial, sin la palabra aún que inaugura un decir sobre nosotros
mismos, algo de una imaginería necesaria pero de la cual debemos salir en algún
momento. Convocar la mirada de los otros en este caso fue con palabras, llamar
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 63
MA. NATALIA BARRIONUEVO. APC.
entonces a que otros hablen, digan sobre el psicoanálisis las cosas que se les ocurrían,
los clisés, los grandes temas, las razones y las sin razones intuidas desde un afuera que
no por desconocer los libros desconocen la esencia de la humanidad. Es entonces
cuando el convocar a hablar a los otros sobre un nosotros del que me siento parte me
genera esa sensación maravillosa y vital.
Convocar la mirada y la palabra de O - o -tros (en el sentido que Lacan le da a ambas
escrituras) puede ser más fundacional que el primero de los mitos en el sentido que
re - genera, re - vitaliza, interroga la placentera posición de estar entre nosotros.
Sabemos que la endogamia enloquece, en cualquier sitio donde se sostenga, y a través
de los diferentes recursos que pueda tener para perpetuarse. Feudos del psicoanálisis
pueden también esclavizar no permitiendo el pensamiento crítico, y la apertura que
asiente la receptividad de lo nuevo que ese pensamiento implica, las aperturas que
Freud tomaba del ajedrez amplían su sentido en nuestra práctica y en nuestro modo
de pensarnos cuando abrimos las grandes puertas de las sociedades psicoanalíticas y
dejamos que entre el aire fresco, de un afuera palpitante.
Yo misma soy parte de cierto afuera de APA, por pertenecer a otra institución, aunque
nos apadrine IPA a todos, y esta apertura que uds. muestran y llevan adelante implica
en mí entrar y salir de vuestra historia, compartir similitudes y diferencias, escuchar
y formular un decir entre nosotros. Es, sin querer, una muestra pequeña de que las
instituciones psicoanalíticas pueden ser mejores y que de los intercambios resultan
movimientos capitales que inscriben una marca no menos rica, por el mestizaje que
todo intercambio engendra.
En este sentido convocar la mirada y la palabra de otros amplia nuestro horizonte y
nos hace herederos de una renovada escucha.
Mariano Horenstein2 dijo, no hace mucho, algo con lo que concuerdo: “El del
psicoanalista quizás sea el último refugio de un saber clínico que aún en la medicina
tiende a desaparecer en el maremoto de la tecnología y la premura de los encuentros. Su
consultorio puede ser el último escondite de la posibilidad de escuchar, en desaparición.
Pero eso nos obliga a destaparnos los oídos... El psicoanalista como oidor, como
oficiante de una escucha paciente e inédita, como clínico, ... gozará de un futuro.
Claro que eso nos obliga a repensarnos constantemente, a formarnos, bebiendo desde
numerosas fuentes y evaluar a cada palmo de nuestro camino si estamos a la altura de
lo que nuestro oficio nos exige.”
Creo que a este beber y esta posibilidad de mirarnos críticamente han hecho honor
con esta Moción, ante la cual alzo mi brazo más convencida que nunca que la travesía
de ser psicoanalistas es solo con oídos abiertos más allá de Narciso, y a partir del
encuentro íntimo con otros bajo las coordenadas de la ética que nos secunda.
2 - Horenstein, Mariano. El Jarrón y las semillas de girasol. Apuntes para una tradición por venir. 2010.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 64
LA MIRADA DE LOS OTROS, LA PALABRA CONVOCADA.
BIBLIOGRAFIA
- Freud, Sigmund. “Más allá del principio del placer.” O. C. tomo XVIII. Amorrortu. 2001.
- Lacan, Jacques:
Seminario 5. Las Formaciones del Inconsciente. Paidós. 2010.
Seminario 11. Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis. Paidós. 2010.
Seminario 10. La Angustia. Paidós,
Seminario 7 La ética del psicoanálisis. Paidos,
- Horenstein, Mariano. “El Jarrón y las semillas de girasol. Apuntes para una tradición por venir”. Artículo para el
Congreso de Fepal 2012. Córdoba, 2010.
- Schmucler, Héctor. Entrevista en la Revista Ciudad X. La Voz del Interior y Centro Cultural España
Córdoba. Mayo 2011. Año 2 nº 11.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 65
CAPÍTULO 4
ACTIVIDAD DEL CLAUSTRO
_Diego Luparello/
Secretario Interinstitucional del Claustro de analistas en
formación de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
SECRETARÍA
INTERINSTITUCIONAL
(Reseña de la actividad 2011)
Escribo esta reseña con el envión que me ha dejado el segundo encuentro clínico
interinstitucional que realizamos en APA, el 2 de septiembre próximo pasado. Ha sido
una actividad intensa, y lo cálido del encuentro aún permanece en el aire.
Los encuentros clínicos que tradicionalmente se han realizado junto a los candidatos de
SAP y APdeBA se han ido transformando año tras año. Recuerdan que la modificación
que propusimos para el año 2010 consistió en elevar a los candidatos a la categoría de
comentadores. Dando, de este modo, la oportunidad a que los analistas en formación
testimonien su clínica.
En el inicio de este año propusimos otra variante, decidimos agregar un tercer
comentador en cada uno de los tres encuentros. Ese tercer comentador sería un
candidato invitado de algún claustro fuera de Buenos Aires. Los claustros de Rosario,
Córdoba, Mendoza y Montevideo fueron los primeros contactos que realizamos.
Por lo tanto, iniciamos la serie de encuentros el 4 de Junio de este año cuando los
candidatos de APdeBA nos recibieron en su sede, nos ofreció un material clínico
la Lic. Verónica Damonte, candidata anfitriona; comentó por SAP la Lic. Alejandra
Tejera y por APA nuestra estimada colega la Lic. Tesa Zaefferer.
La primera en darnos el placer de aceptar la novedosa invitación por fuera de Buenos
Aires fue nuestra colega Fernanda Bertúa, de la Organización de Candidatos de la
Asociación Psicoanalítica de Uruguay.
Dos cuestiones se desprenden de esta actividad:
La primera tiene que ver con el apoyo que nos brindó OCAL e IPSO, apoyo que se
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 69
DIEGO LUPARELLO
generó en las Jornadas OCAL Sur del 13 y 14 de mayo de 2011 en Montevideo.
Dichas Jornadas contaron con una excelente organización y nos brindaron un nivel de
intercambio y trabajo muy auspicioso. Buen número de candidatos de APA presentaron
trabajos; también tuvimos la oportunidad de que algunos de los nuestros pudieran
presentar material y participar como comentadores.
Junto a las autoridades de OCAL e IPSO llegamos a la conclusión de que cualquier
actividad que nucleara distintos claustros merecía contar con el apoyo de ambos
estamentos, mas allá de que no fuera organizada por ellos. Por lo tanto los encuentros
en Buenos Aires se convirtieron en encuentros regionales.
Y en este sentido quiero compartir una segunda observación al respecto. Sabido es
que la participación en las candidaturas de autoridades de OCAL e IPSO no siempre
cuentan con nuestra correspondiente participación. Distintos motivos llevan a esto:
el nivel de trabajo y compromiso que dichas funciones consumen, la intensidad de
trabajo que nuestra institución tiene y que resta necesidad de salir al “exterior” a
buscar intercambio, etc. No quiero detenerme en el análisis de los motivos de nuestra
intermitente presencia en los ámbitos institucionales internacionales, sería extenso y
complejo. Lo que quiero observar es que podemos articularnos con dichos estamentos
internacionales desde nuestro propio trabajo diario. La propia dinámica de nuestro
claustro nos convierte en una referencia en la región, y las actividades que podemos
ir generando (nuestra relación de trabajo con Montevideo, los encuentros clínicos en
Buenos Aires, etc.) ya son parte de la inserción regional.
En este sentido tenemos un canal abierto con la Lic. Sylvia Puppo, vicepresidenta de
IPSO, para consensuar pautas de trabajo conjunto. La articulación de los distintos
claustros no debe quedar sumida solo a los congresos internacionales.
El segundo encuentro al que hacía mención en el inicio de esta reseña se realizó el 2
de septiembre. APA ofició de anfitriona con un material clínico de nuestra estimada
colega María Angélica Pacheco, comentó por APdeBA la Lic. Verónica Díaz, por
SAP la Lic. Patricia Mirichnik de Abas. La tercera comentadora, “externa” a Bs. As.,
fue nuestra colega Natalia Barrionuevo, candidata de la Asociación Psicoanalítica de
Córdoba. Coordinó el encuentro nuestra amiga Natalia Mirza, de Montevideo.
Es de destacar que para esta oportunidad se acercaron cinco candidatas de Uruguay
que nos brindaron un cálido apoyo y mostraron el sostenido interés de articulación
y trabajo conjunto con Buenos Aires. También recibimos la visita de la colega Sylvia
Puppo, quien mostró nuevamente su compromiso, como vicepresidenta de IPSO, al
acercarse a los claustros que están generando espacios interinstitucionales.
Para finalizar quiero acercar una reflexión que me dejó esta última actividad en
APA. Creo que deberíamos ir pensando en dispositivos que nos permitan, además
del encuentro puntual, la posibilidad de generar procesos de trabajo conjunto. Los
intercambios que venimos realizando son intensos y auspiciosos pero muchas veces se
disuelven apenas se termina, cada cual aporta su comentario, el debate genera un cierto
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 70
SECRETARÍA INTERINSTITUCIONAL
nivel de interacción pero cada claustro se vuelve a cerrar en sus temas. Considero que
podríamos consensuar algunos ejes temáticos durante un período más prolongado,
quizás poniendo en sintonía los temas de nuestras respectivas secretarías científicas.
Apunto a llevar a las actividades interinstitucionales a un espacio que supere lo
protocolar o lo efímero de un encuentro puntual. Creo que podemos ir pensando
en consensuar temáticas regionales que hagan de cada encuentro un espacio de
intercambio, articulación y trabajo.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 71
Secretaría Científica del Claustro de Candidatos:
_Marcos de Soldati
_Maximiliano Martínez Donaire
_Teresa Zaefferer
_Germán Weisbrot
INTERPRETACIÓN
Y CAMBIO PSÍQUICO
Actividad de Secretaría Científica del Claustro de Candidatos – Año 2011
La actividad desarrollada por la SC a lo largo de este año, centrada en la propuesta
de pensar y trabajar la Interpretación y el Cambio Psíquico, se ha desplegado como una
profundización de las reflexiones surgidas a lo largo del año 2010 en derredor de dos
actividades principales, “¿Qué es material clínico en psicoanálisis?” y “La escucha del material
clínico”.
Entonces la elección de aquellos temas surgió de la inquietud que suscitaban los modos
de presentación de material clínico en las diferentes situaciones del ateneo clínico, el
trabajo escrito y la supervisión –particular o en la institución. En aquellos encuentros
del 2010 las discusiones se vieron enriquecidas por la generosidad intelectual de
la Dra. Adriana Sorrentini, la Dra. Mirta Goldstein, el Dr. Héctor Cothros, el Dr.
Abel Fainstein, el Lic. Diego Mosner y el Lic. Maximiliano Martínez Donaire. Se
pensaron las distintas maneras de considerar qué es material clínico –¿acaso aquellas
manifestaciones subjetivas que brindan acceso a lo inconsciente?, ¿todo acontecer
dentro de un análisis?, ¿o sólo algo de lo que ocurre en la sesión?–; se discutió la
tensión entre la dimensión objetivable y lo subjetivo en la presentación del material
clínico –los modos de registro de la sesión y las condiciones de la construcción del
caso clínico–; surgió también la controversia acerca de las implicancias institucionales
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 73
MARCOS DE SOLDATI / MAXIMILIANO MARTÍNEZ DONAIRE / TERESA ZAEFFERER / GERMÁN WEISBROT
de la presentación de un material clínico. También fue abordada la teoría de la escucha
del material clínico.
Un pequeño paso lógico nos llevó de ella al concepto de interpretación y su implicancia
con el cambio psíquico, temas de este 2011.
El objetivo este año fue trabajar los conceptos –y la experiencia– de interpretación
y cambio psíquico, tanto en dirección a las destrezas técnicas de nuestro arte como
a la importancia de las teorías que lo sustentan: dado que solemos prestarnos más
fácilmente a dar testimonio de la clínica pero somos algo reticentes –resistentes– a
pensar la metapsicología que fundamenta nuestra práctica es que consideramos que
estos conceptos, en la encrucijada clínico-teórica del psicoanálisis, eran propicios para
construir una propuesta científica en el Claustro de Candidatos.
Fue así que, con la intención de profundizar y dar continuidad a esta propuesta, este
año la SC se sumó formalmente al Espacio de los Viernes, dónde el trabajo de lectura
y discusión se enriqueció con la participación de más candidatos. El recorrido de
algunos textos clásicos de la literatura psicoanalítica (Freud, T. Reik, H. Racker, W.
Bion, W. Baranger, D. Anzieu, D. Liberman, J. Sandler, Lacan, A. Green) respecto de
la interpretación en una revisión histórica del concepto fue el punto de partida para
el intercambio de ideas. Las preguntas y discusiones que suscitaron estos encuentros
nutrieron la preparación de los encuentros de los martes de actividad científica
organizada por la Secretaría Científica de APA: el primero, “Interpretación y cambio
psíquico. Escuela inglesa: perspectivas kleiniana y bioniana”, con el Dr. Arnaldo Smola y el Dr.
Ricardo Spector y el segundo, también centrado en “Interpretación y cambio psíquico” con el Dr.
Norberto Marucco y el Dr. Alejandro Apter, por el Claustro de Candidatos.
Otra propuesta de trabajo surgida de ese laboratorio de reflexión psicoanalítica que
es la actividad del Espacio de los viernes es el diseño de un dispositivo de trabajo en
grupo que facilite una experiencia de pensamiento clínico-teórico. Tanto en los últimos
encuentros de este año como en el Symposium de APA en el mes de noviembre la SC
desarrollará un taller en el cual la actividad estará orientada por interrogantes como
los siguientes:
(a) La descripción del proceso psicológico mediante el cual, en un momento
determinado de la sesión, surge la interpretación dentro del terapeuta (previo
a la comunicación, o no, de la misma). (b) Las vivencias de sorpresa –o vivencias
similares al placer producido por un chiste– como señales de efecto interpretativo.
Las interpretaciones repetidas, pero percibidas diferentemente por el paciente a través
del prisma de la transferencia en los distintos momentos del proceso analítico. (c) Los
excesos o desvíos en las modalidades interpretativas. La implicancia de las posturas
teóricas que sustenten dichas interpretaciones.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 74
INTERPRETACIÓN Y CAMBIO PSÍQUICO
Asimismo, y en continuidad con los temas trabajados, el tema de las VI Jornadas
argentinas y OCAL Sur de analistas en formación 2012 –con sede en APA los días 29 y 30
de junio– será precisamente “La interpretación”, oportunidad en la cual esta labor previa
que venimos realizando podrá ser compartida y verse plasmada en el encuentro con
candidatos de APdeBA, SAP, Rosario, Córdoba y Mendoza, además de los participantes
invitados de OCAPU (Uruguay), de Brasil y de los representantes de asociaciones de
OCAL Sur. De este modo se completa el arco trazado por la propuesta científica de
estos dos años, 2010 y 2011, el de un proyecto que, en los espacios y actividades que se
han ido instituyendo y en la intensa participación de los analistas de nuestro Claustro,
podrá profundizarse creativamente en la tarea de formarnos como psicoanalistas.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 75
_Maximiliano Martínez Donaire/ Coordinador Espacio de los Viernes
Espacio de los
viernes 2011
Una vez más, y ya perdí la cuenta, me encuentro frente a un teclado tratando de contar
qué pasa en el espacio de los viernes. Intentando no repetirme, tanto, me dispongo
en vano a encontrar un modo diferente de trasmitir lo mismo. Es en esos devaneos,
que descubro que el ocioso doble clic me ha introducido en Internet. Entonces, la
serpiente me ofrece la manzana: googleo “espacio de los viernes”.
Un link llama mi atención, dice: “el viernes caerá chatarra del espacio”. La noticia se refiere
a un satélite en desuso que caerá a la tierra. Pero a mí me suena a otra cosa. Algo
que viene desde un más allá en calidad de desecho, despreciado y hasta vivido como
potencialmente peligroso, pero que en realidad no es otra cosa que el retorno de algo
que fue expulsado.
Será que el espacio, ese que está detrás del cielo, puede ser buena metáfora del
inconsciente. Infinito, misterioso, y en cierta medida, incognoscible. Será por eso
también, que los antiguos han construido sus mitologías mirando al espacio y las
configuraciones de los astros, esas pequeñas luminarias que emergen del vacío sideral.
Y nosotros también hemos construido nuestra mitología, el psicoanálisis, partiendo
de pequeños retoños que anuncian aquello velado, vacío en apariencia, detrás del cielo
consciente. De un modo similar a los astrólogos antiguos, reconocemos algo sagrado
allí; y a diferencia de los astrónomos modernos, no consideramos chatarra a lo que
retorna, sino lo más preciado.
¿Qué hacemos entonces los viernes? Sostenemos una búsqueda, a veces apasionada,
a veces fatigosa, de trasmitir entre pares la experiencia del inconsciente. Esta noción
alude a una dinámica de grupo donde prevalece la horizontalidad; donde la experiencia
de pensar con el otro, protagonizada por el intercambio y la participación, permite un
efecto de transmisión.
Así de simple es: tomen sus telescopios, apunten al cielo, y sondeen el espacio… de
los viernes.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 77
_Mariana Sedano/ Coordinadora
Colaboradores: Gretel Windaus, Sibila Shammah, Patricia Latosinski.
Diálogos Clínicos
Uno de los objetivos planteados es el de recrear (a través de una viñeta clínica sin
más datos que de los que de ella surjan), el campo analítico que se da en la intimidad
del consultorio, entre analista y paciente. La riqueza de este espacio está además,
en la asociación libre que despierta el material, los aspectos transferenciales y
contratransferenciales que se imponen ante la escucha.
_Alejandro Apter, Gabriela Hirschl./ Coordinadores
Colaboradores: Marcela Angió, Carina Gutterman, Patricia Sacks, Norma Remo.
La Cocina del Consultorio
La propuesta es compartir experiencias de nuestros consultorios, en un clima de
intercambio fluido y espontáneo, abordando diferentes temáticas y problemáticas
de nuestra práctica cotidiana. Los ejes de trabajo emergen mes a mes, de lo que
efectivamente nos va pasando como sujetos en nuestra función de analistas.
_Osvaldo Canosa, Diego Luparello/ Coordinadores
Escritura y Psicoanálisis
Luego de dos años de trabajo intenso y creativo, este espacio de Escritura y Psicoanálisis
continúa invitando a escribir y (este año) a re-escribir. Esta idea surge porque la re-escritura
en psicoanálisis tiene su historia y su desarrollo. Desde las re-inscripciones del manuscrito
K hasta las variadas re- lecturas de Klein, Lacan, Winnicott y (con perdón del paralelismo)
de nosotros mismos. Siempre estamos re-escribiendo lo que ellos escribieron, y bien vale
la pena re-escribir nuestros propios textos.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 78
_Cecilia Moia / [email protected]
_Patricia Saks / [email protected]
ENCUENTRO Y CREACIÓN.
ENTRAMADO DE HISTORIAS.
Dialogando con Antonio y Sandro Pujia
En el siguiente escrito intentaremos reflejar el
placentero proceso de construcción compartida de
este “Encuentro y Creación”
Bocetando el encuentro
Patricia Saks
Mi profundo agradecimiento a mi maestro Antonio Pujía
En el mes de enero de 2011, le propuse a Antonio Pujia, una nueva actividad en
Asociación Psicoanalítica Argentina. En el 2008, tuvimos un encuentro con él y nos
había hablado acerca del vínculo fecundo con sus maestros y del Homenaje a la Eterna
Mujer, muestra que estaba realizando ese año en el Museo Sívori
Con su anuencia fui “bocetando” esta actividad, ligada a la muestra que realizaría con
su hijo Sandro, y a la que dieron en llamar: Pujia x Pujía.
En el marco del “Bello Taller” de Antonio, a partir de los diálogos con el maestro y
su hijo se fueron entramando y entretejiendo diversas historias ligadas al nacimiento
de las obra de arte (esculturas y fotografías) que formaban parte de la muestra
compartida. Dentro de estas “historias y vínculos que hacen arte” evoco el relato
acerca del macramé -complejo tejido hecho de nudos- confeccionado por la madre
de Antonio y su molde luego fundido en bronce, usado como fondo para la escultura
- mural de la nieta, a la que Antonio se refería nombrándola como “astro luminoso”.
La escultura del triciclo de Sandro siendo niño, y las fotos tomadas por Sandro a sus
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 79
CECILIA MOIA / PATRICIA SAKS
hijos, van amalgamando temporalidades. Las fotografías se constituyen, entonces, en
modelos para nuevas creaciones.
Escuchando los “latidos de las obras”, ellos nos cuentan acerca de “vínculos
inspiradores” en los cuales lo cotidiano interjuega y se entrelaza con “recuerdos de
infancias” (la de Antonio, la de su hijo Sandro, la de sus nietos)
Evocamos juntos la exposición del Homenaje a la Eterna Mujer (2008); Antonio
modelando a su nieta en el jardín del Sívori, escultura inacabada que relanza y anuda
nuevas producciones y proyectos
Como parte de esta historia y generado desde el Claustro de Candidatos de la Asociación
Psicoanalítica Argentina acontece un nuevo encuentro entre el Psicoanalisis y el Arte.
En el inicio y como bienvenida visual y sonora, la proyección en imágenes de las
esculturas de Antonio y de las fotos de Sandro, al ritmo de la canción Acuarela de
Toquinho invitan al diálogo, para que podamos juntos hacer audible - compartible este
fecundo “Entramado de Historias”.
De este modo, el relato apasionado, pleno de afectos compartidos entre padre e hijo,
se continuaban luego con mi colega-amiga Cecilia Moia, dando forma y contenido a
este “Encuentro y Creación”.
Palabras modelantes
Cecilia Moia
Como en el año 2008 agradezco a Patricia Saks la posibilidad de compartir una vez más
un espacio de creatividad, amistad y psicoanálisis. Y digo una vez más porque son muchos
los momentos compartidos, pero en particular evoco en aquella oportunidad cuando el
maestro nos ofreció su retrospectiva en “Homenaje a la Eterna Mujer”. Hoy como ayer
rodeados de amigos, de familia, de colegas, se da cita el arte en nuestra institución
En esta oportunidad me pregunto, ¿qué del arte me convoca en Pujía x Pujía? De
inmediato pienso en lo transgeneracional. La muestra nos brinda la oportunidad de
compartir en directo el relato de quienes protagonizan una historia de vida hecha
arte, en el entrecruzamiento de una trama que, tejida en “macramé”, hace vigente un
pasado, lo actualiza cobrando la temporalidad y una dimensión diferente
En este juego de temporalidades pasado, presente y un futuro abierto se anudan.
Entonces, me permito evocar al maestro Antonio Pujía quien dijo en un reportaje
en referencia a sus 12 años: “…en cuanto toqué esa arcilla, su olor me supo a gloria,
porque era el mismo que olía en mi pueblo. Dentro de mí se produjo una especie de
iluminación y supe que ahí estaba mi vida…”
Hoy Sandro, su hijo, mantiene viva esa iluminación y la recrea ya que la luz es su pasión
y encuentra en la fotografía, su otra pasión, la forma de capturarla, de perpetuarla a
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 80
ENCUENTRO Y CREACIÓN. ENTRAMADO DE HISTORIAS.
modo de testimonio. Antonio modela con la arcilla, Sandro modela con la luz, Bianca
nieta/hija es la musa.
Las manos de Antonio, los ojos de Sandro prolongados en su lente son los intermediarios
entre lo invisible y lo visible, entre lo dicho y lo no dicho. El entramado de sus obras
tiene la propiedad de transportarnos a lo familiar y también a lo desconocido y, porqué
no, a lo familiarmente desconocido. Vemos en este sentido cómo el artista nos enfrenta
a algo que por alguna razón nos resuena en lo más íntimo, algún objeto de la intimidad
suele estar convocado en su obra.
Por eso me pregunto, ¿qué cosa es una obra de arte? Y más que responderme continúo
preguntándome o mejor aún me encuentro interrogando a la obra preguntándole qué
le puede enseñar el arte al psicoanálisis.
Y en este punto ubico un lugar de encuentro en donde pienso que en el arte o en el
psicoanálisis, no se evita ni se obtura: ambas prácticas intentan bordear el vacío central
de la Cosa. La palabra es la muerte de la cosa. Entonces donde nada había, donde sólo
se ve una piedra o un color, el artista hace emerger lo sublime, le da forma, lo modela,
lo nombra, lo da a ver.
Hay quienes son escultores con las palabras. Como psicoanalista, me gusta pensar así
a Freud. Hay quienes son escultores con arcilla, hay quienes son escultores con la luz,
finalmente hay quienes son escultores con las palabras y escuchan/escriben/modelan/
iluminan lo que ven, lo que oyen, lo que olfatean.
Celebrando el encuentro
Con las imágenes conmovedoras y las palabras que fueron modelando el encuentro,
hicimos un DVD, en el que quisimos dejar las huellas de lo vivido.
Nuestro Agradecimiento a:
Asociación Psicoanalítica Argentina
Claustro de candidatos
Guillermo Amor (armado técnico y presentación de power point )
Gastón Solari (filmación y edición)
Gonzalo Rosel (foto fija)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 81
CAPÍTULO 5
MIRADAS CRUZADAS
_Analy Werbin / [email protected]
SOBRE EL HOLOCAUSTO
Y LA IMPOSIBILIDAD DE
SU INTERPRETACION
PSICOANALITICA
“Hier es ist kein Warum” Primo Levi
(Sobreviviendo en Auschwitz)
“Hay indudablemente una obscenidad
absoluta en el proyecto de entender el
Holocausto” Claude Lanzmann (director de la
película Shoah, en “A propósito de la Shoah”)
El presente trabajo se centra en señalar que todo intento de explicar el Holocausto desde
un punto de vista psicoanalítico lleva a la conclusión de que o bien los perpetradores
pueden ser exculpados, o bien se finaliza culpando a la víctima.
El 20 de enero de 1942, poco después del ataque japonés a la base naval de Pearl
Harbor, 15 personas se reunieron a pedido del Mariscal Göring 1 alrededor de una mesa
en la Villa Wannsee en las afueras de Berlín, bajo la dirección del Teniente General de
la SS Rudolph Heydrich para discutir la “solución final del problema judío”.
La minuta de la reunión, que fue realizada por Heydrich y Eichmann, resumía en
apenas 15 páginas los esfuerzos realizados para “a) obligar a los judíos a salir de las
distintas áreas de la vida del pueblo alemán, b) obligar a los judíos a salir del espacio
vital [Lebensraum] del pueblo alemán… Durante la solución final, se deberá conducir
a los judíos al servicio de trabajo al Este. En grandes columnas de trabajo y separados
por sexo, se trasladará a esas zonas a los judíos capaces de trabajar, para que construyan
carreteras; no hay duda alguna de que se perderá a una gran proporción de ellos
como consecuencia de una selección natural… Primeramente, los judíos evacuados
serán trasladados por trenes hacia los denominados ghettos de tránsito, con el fin de
transportarlos luego al Este.” 2
Poco más de tres años después de la Conferencia de Wannsse, de los 8.861.800 judíos
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 85
ANALY WERBIN
que habitaban los países que fueron ocupados por Alemania, 5.933.900 (el 67%)
fueron exterminado en forma sistemática ya sea de hambre, por tifus, en fusilamientos
masivos o en cámaras de gas. 3
La breve carta de Göring a Heydrich y el protocolo de la Conferencia de Wannsee,
son los únicos documentos que han quedado para los investigadores e historiadores
sobre los aspectos burocráticos o formales de órdenes impartidas por la jerarquía
nazi que desencadenaron el exterminio de 6 millones de judíos europeos. Más allá
de la interpretación del algunas transformaciones semánticas (evacuación en lugar
de emigración) y algunos eufemismos (evacuación por deportación) y la realidad
(deportación seguida de exterminio), casi nada quedó para que los historiadores,
estudiosos del tema, psicohistoriadores, y otros investigadores, tuvieran un asidero
documental que permitiera entender cómo se inició todo, y de esa manera intentar
entender el por qué.
Desde la década del 50 hasta hoy, varios historiadores del Holocausto, divididos en las
denominadas corrientes intencionalista y funcionalista, intentaron explicar el por qué
del Holocausto. Según los intencionalistas “La solución final encuentra respuesta en
la retórica antisemita de Hitler que, en diferentes periodos de su carrera, materializa
en los judíos un objetivo constante. De esta forma, Hitler aparece como el motor de
la política antisemita nazi, manifestando en sus opiniones una línea de pensamiento
coherente. Hitler es, asimismo, considerado como el único estratega con suficiente
autoridad y determinación para llevar a cabo la realización de la solución final…
Desde esta perspectiva, la orden de exterminio en masa a escala europea, lanzada
a finales de la primavera o durante el verano de 1941, se deriva directamente de las
ideas de Hitler acerca de los judíos, ideas que ya había expresado en 1919”. 4 Los
funcionalistas tienen una visión distinta: “La decisión de exterminar en masa a los
judíos se produce en el otoño de 1941, como resultado de una conjunción de factores:
el fanatismo ideológico extremo (la condición necesaria), las divergencias de los
aparatos burocráticos, las pujanzas radicales resultantes y la anarquía de una situación
que los nazis no controlaban, a pesar de que ellos mismos la habían creado… En este
sistema, la función de Hitler, que está lejos de ser el dictador todopoderoso tantas
veces descrito, era la de garantizar la cohesión del sistema. Su voluntad personal era
un factor menos determinante que el mito del Führer, elaborado por una propaganda
eficaz y omnipresente. Este mito o esta mística tenían como objetivo movilizar las
energías, integrar a los diferentes estratos sociales (por el terror, la persuasión o la
exclusión) y legitimar un régimen cuyos mecanismos internos escapaban en parte a
sus dirigentes”. 5
La corriente intencionalista fue en general la elegida por los psicoanalistas para
interpretar el Holocausto… analizando a Hitler. Pero “después de 30 años de
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 86
SOBRE EL HOLOCAUSTO Y LA IMPOSIBILIDAD DE SU INTERPRETACION PSICOANALITICA
investigación basados en toneladas de documentos, quedó claro que la mayoría de los
investigadores del nazismo no pudieron entender adecuadamente a los criminales de
guerra nazi y sus crímenes” 6 Decenas de historiadores dieron distintas explicaciones:
desde la culpa la tiene Hitler (Trevor-Roper y Lucy Dawidowicz); hasta la culpa la tienen
los alemanes y su antisemitismo (Daniel Goldhagen) 7, pasando por las explicaciones
diversas de Emil Fackenheim, Yehuda Bauer, Chistopher Browning y Hyam Maccobi,
entre muchos otros. En cuanto a los psicohisotriadores, éstos intentaron profundizar
en el pensamiento de los criminales nazis, pero en definitiva la psicohistoria prometió
más de lo que pudo entregar. De hecho, esos estudios nunca fueron más allá de la
teoría y la especulación. Jamás pudo llegarse a concluir en la existencia de un patrón
psicológico que permitiera explicar desde la psicología o el psicoanálisis el porqué del
Holocausto, el porqué cientos de miles de alemanes se convirtieron en perpetradores
del exterminio de los judíos. Quizás por ello Freud jamás escribió nada al respecto,
ni aun habiendo vivido en Viena cuando una multitud en las calles de su ciudad
saludaban a las tropas alemanas que habían anexado Austria a Alemania, al grito
de “muerte a los judíos!” Sólo atinó a decir, en 1926, “Mi lengua es el alemán. Mi
cultura, mis logros, son alemanes. Me consideraba intelectualmente un alemán hasta
que noté el crecimiento del prejuicio antisemita en Alemania y la Austria Alemana.
Desde entonces, prefiero llamarme un Judío.” 8. Freud murió en 1939 y no supo del
Holocausto ni que su hermana Dolfi murió de hambre en Theresienstadt y sus tres
hermanas Mitzi, Rosa y Pauli fueron exterminadas en campos de concentración. De
haber vivido en ese entonces nada podría haber teorizado psicoanalíticamente, así
como no intentó encontrar una razón psicoanalítica al antisemitismo que lo llevó a
renunciar internamente a la cultura alemana.
Veamos algunas interpretaciones psicoanalíticas del Holocausto:
“Si el mal se define como el hacer daño en forma consciente, no puede decirse de
Hitler que haya sido conscientemente malvado ya que era prisionero de sus impulsos
inconscientes, de fuerzas oscuras no analizadas que lo condujeron a ser un asesino
de masas. Hitler era en sí una especie de víctima, un prisionero de sus impulsos
inconscientes; sólo una persona que hace conscientes sus impulsos inconscientes
puede elegir el mal libremente” 9
“Hitler era una víctima de su padre abusivo.. el origen del mal de Hitler debe ser
buscado en los castigos corporales que le infringía el padre…el abuelo de Hitler era
judío, y que por ello el antisemitismo de Hitler y su orden de exterminar a los judíos
fue una forma de auto laceración por su sangre judía. 10
“Fue su madre Klara, y no su padre Alois la catálisis de su neurosis. Hitler puede ser
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 87
ANALY WERBIN
explicado por su carácter necrófilo que postula un amor por la muerte y los cadáveres
y, consecuentemente, la inclinación a cometer asesinato en masa… El desarrollo
necrófilo de Hitler tiene sus orígenes en la incestuosidad maligna hacia su madre… las
fijaciones de Hitler, su odio por el veneno (sífilis y judíos) que amenaza a Alemania, es
en realidad el profundo y largamente reprimido deseo de destruir a su madre. 11
Hay varias teorías más intentando explicar a Hitler, pero después de citar a tan reputados
psicoanalistas como Loewenberg, Miller y Fromm ya no vale la pena continuar con la
interminable lista de teorías sobre su presunta locura producida por la encefalitis, o su
trauma sobre su presunta falta de un testículo, o que su deseo de destruir a los judíos se
debía a un deseo de venganza por había contraído sífilis a raíz de un encuentro sexual
con una prostituta judía.
Y si no se trata de interpretar a Hitler sino a los perpetradores, ¿qué explicación
psicoanalítica puede haber sobre semejante crimen que no termine en realidad
justificando a los perpetradores, que serían entonces meros peones de designios abstractos? ¿Se
diría qué la génesis del Holocausto, su por qué, se encuentra en que un pueblo entero,
el alemán, instrumentador de una venganza basada en una pulsión de muerte tal como
la define Freud en “Mas allá del placer”? ¿o se diría qué sucedió por qué un pueblo
entero, el alemán, enloqueció en razón de una abstracción, de una herencia arcaica
para matar a un padre primordial? Como dijo Primo Levi, Hier es ist kein Warum
(Aquí no hay ningún por qué).
Es ilustrativo cerrar este trabajo con una cita de Deborah Lipstadt en su brillante
libro donde desmitifica a Hanah Arendt y rebate sus erróneas apreciaciones sobre
Eichmann y la banalidad del mal: “Una tarde, en Yad Vashem, me encontré con
un sobreviviente del genocidio de Ruanda… me contó sobre sus experiencias en el
genocidio y su encuentro con sobrevivientes del Holocausto, y me dijo ‘Quiero contar
mi historia y ayudar a otros sobrevivientes de Ruanda a contar las suyas’ y luego escuché
decirme con voz apasionada lo mismo que que muchas veces había escuchado de los
sobrevivientes del Holocausto: ‘Las futuras generaciones, aquellos que no estuvieron
allí, deben recordar; y nosotros, que estuvimos, debemos contarles”. 12
Y de eso se trata, de recordar, ¿porque a quién se le ocurriría intentar explicar
psicoanalíticamente el porqué del genocidio de Ruanda? De intentar hacerlo se correría
el riesgo de caer en las terribles falacias de Bruno Bettelheim en su discurso de culpar a
la víctima [como culpó al padre de Ana Frank de su muerte, y a los judíos por “ir como
corderos al matadero” 13], corriendo el riesgo de actuar como él, que “trajo a su análisis del
comportamiento humano un espejo roto en lugar de una lente psicoanalítica” 14, liberando
de responsabilidad a los perpetradores y culpando a las víctimas.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 88
SOBRE EL HOLOCAUSTO Y LA IMPOSIBILIDAD DE SU INTERPRETACION PSICOANALITICA
NOTAS
. Carta de Göring a Heydrich del 31 de Julio de 1941, cuyo original se encuentra en el Museo-Casa de la
1
Conferencia de Wannsee, donde se usa el término “la solución final del problema judío”. En dicha carta Göring
le encarga, mediante la emigración o la evacuación, “que efectúe los preparativos necesarios relacionados con
la organización y los aspectos prácticos y materiales, con objeto de conseguir una solución global [Gesamtlösung]
de la cuestión judía en las esferas de influencia alemana de Europa” y que le “someta con rapidez un plan
global de las medidas prácticas materiales y de organización, para la ejecución de la deseada solución final
[Endloesung] de la cuestión judía.”
. Protocolo de la Conferencia de Wannsee, Museo-Casa de La Conferencia de Wannsee, Berlin.
2
. Lucy Dawidowicz, “The War Against The Jews”, Bantam Book, 1976, pg. 544
3
. Michael Marrus, en L’Holocaust dans l’Histoire, Eshel, 1990
4
. Henry Rousso, prefacio al libro de Norbert Frei, L’Etat hitlerian et la société allemande, Le Seuil, 1994
5
. Tom Segev, “Soldiers of Evil”, Domino Press, 1987, pgs. 215-216
6
. Hugh Trevor-Roper, The Last Days of Hitler, Chicago University Press, 1987; Lucy Dawidowicz, “The War
7
Against The Jews”, Bantam Book, 1976; Daniel Goldhagen, “Hitler’s Willing Executioners: Ordinary Germans
and the Holocaust”, Random House, 1997
. Entrevista a Freud en su casa de los Alpes Suizos por el periodista George Sylvester Viereck, publicada en
8
“”Psychoanalysis and the Future”, National Psychological Association For Psychoanalysis, Nueva York, 1957
. Peter Loewenberg, “The Psychological Origins of the Nazi Youth Cohort”, American Historical Review, vol.
9
76, 1971, pgs 457-1502
. Alice Miller, “For your own good”, Farrar, Strauss, Giuroux, 1983, pgs. 142-197
10
. Erich Fromm, “The Anatomy of Human Destructiveness”, Holt, Rinehart and Winston, 1973
11
. Deborah Lipstadt, “The Eichmann Trial”, Schocken Books, 2011, pgs. 202-203
12
. Bruno Bettelheim, “The Informed Heart”, 1960
13
. Nina Sutton, “Bettelheim: Life and Legacy”, Basic Books, 1996
14
BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL
15
. G.S. Graber, “History of the SS”, Robert Hale Publishing, 1978, pg. 154
16
. Simon Dubnov, “History of the Jews in Russia and Poland”, translated by I. Friedlander, Jewish
Publication Society, 1916
17
. Joseph Schultz, Judaism and the Gentile Faiths: comparative studies in religion, Fairleigh Dickinson
University Press, 1981, pg. 268
18
. Ron Rosenbaum, “Explaining Hitler, The Search for the Origins of his Evil”, Random House, 1998,
Introducción, xxiii
19
. Daniel Goldhagen, “Hitler’s Willing Executioners: Ordinary Germans and the Holocaust”, Random
House, 1997
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 89
_Osvaldo Canosa / [email protected]
ELEGIRÁ TUS
HUESOS EL
MANZANO…1
Si no escribo lo que siento
Me voy a morir por dentro
He de gritarle a los vientos hasta reventar
Aunque sólo quede tiempo en mi lugar
L. A. Spinetta
El texto de Analy es rotundo, sin vueltas. En una síntesis sumaria, puedo aventurar un
grito: ¡Basta, no nos mientan más!!
Resulta insensato querer explicar el Holocausto desde el psicoanálisis, sin arrogarse
una cierta verdad revelada contenida, por ejemplo, en el mito científico de “Tótem y
Tabú”. Todo parece explicarse, si aceptamos como verdad absoluta las diversas teorías
que dan cuenta de un necesario (¿?) aunque no demostrado origen de todas las cosas.
Pero, ¿por qué no se puede explicar la Shoah?
Me surge como tentación, decir que no se puede explicar lo que no se puede metaforizar.
Sin metáfora es en vano querer explicar algo, esa cosa, eso terrible.
No hay metáfora de la muerte, por lo tanto, no hay posibilidad de incluirla en un
universo simbólico en donde soporte alguna comparación o se convierta en una
alegoría de otra cosa. Lo mismo podemos decir del Holocausto.
Hay, sin embargo, otras preguntas que pueden surgir.
El Holocausto no requiere explicaciones, mucho menos justificaciones. Se resiste a
ser pensado. Tal vez la Shoah pueda promover preguntas y, sin más, adentrarnos en
1 - Un verso de “Elegía primera” Miguel Hernández en Homenaje a García Lorca.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 91
OSVALDO CANOSA
nuestra ignorancia.
Este drama de la humanidad y la forma en que lo expone Analy, convoca pasiones.
Podríamos pensarlas a partir de las tres pasiones del ser que Lacan formaliza.
El odio apasionado hacia los exterminadores.
El amor anhelante hacia los asesinados y hacia los sobrevivientes.
La ignorancia acerca de un por qué el Holocausto.
Amar y odiar son pasiones totalizadoras que dan consistencia a “las aspiraciones a ser”
del sujeto ($). En el registro imaginario, nada quieren saber esas pasiones de una falta
que denuncia el imposible borramiento del hueco que nos conforma.
Nada me falta. Amo y odio. Soy en el amor y en el odio.
La aparición de un tercero da cuenta de movimientos no calculados. Para ello Lacan
formaliza una tercera pasión del ser: La ignorancia.
Es la pasión que habilita a que se ponga en juego eso que no conozco y tal vez podría
ser conocido o, mejor dicho, podría generar una verdad.
El Holocausto en tanto causa de odio o de amor no puede generar una verdad, pues él es
la verdad (del odio o del amor). En cambio el Holocausto, en tanto causa de la pasión de
ignorancia, hace caer todo saber a priori y se abre hacia el posible encuentro de una verdad,
que como toda verdad es parcial, fragmentaria y prometedora de otras verdades.
El texto de Analy no admite claroscuros. Resiste al engaño de saberes previos.
Son letras salidas de las entrañas de Antígona, aquella que no cedió a razones de estado
que disimulaban y desmentían la ofensa.
Es un escrito que se abre “orgulloso” al “no-saber” y, entonces, puede dar lugar a
esa otra pasión que Freud evocó y Lacan formalizó. Esa pasión de ignorancia que se
despliega al deseo de una verdad.
Entonces la pregunta no sería ¿Por qué el Holocausto?
Creo que otra pregunta sería más propicia a un espacio de ignorancia.
¿Qué hacer con el Holocausto? ¿Qué hacer con algo que rebasa mis maneras
comprender?
Esta pregunta hizo que dejara de escribir por un rato y preferí distraerme. En
momentos como este, suelo elegir la tele y el control remoto para descomprimir el
estado de saturación mental que generan algunas preguntas. Una saturación que me
confina al no pensamiento, al vacío.
Me choqué con una película en blanco y negro, hablada en un idioma poco habitual
y en principio un poco absurda. Resistí la inercia del zapping y me quedé frente a
la pantalla pues alguna escena había despertado una sonrisa y me olvidé del texto
inconcluso.
Cuando la comedia se tornó en drama ya era tarde y no podía dejar de verla, no quería
dejar de verla. Más tarde supe que se llamaba “La tienda de la calle mayor”, película checa
de 1965, film que habla de la invasión nazi a Checoeslovaquia, de la reacción de los
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 92
ELEGIRÁ TUS HUESOS EL MANZANO…
habitantes de un pequeño pueblo que se veía obligado (tentado) a despojar a los judíos
(sus vecinos) de sus propiedades bajo el eufemismo “la arianización” del comercio.
Un simple carpintero acepta convertirse en arianizador sin saber muy bien qué cosa
implicaba ser un arianizador. La absurda secuencia de los hechos lo lleva a trabar una
amistad particular con una anciana judía dueña de una mercería que debía arianizar.
La comedia grotesca va trocando en tragedia y la dimensión de estos personajes cobra
una espesura que hace difícil soportar el final. Lo que puedo contar es que buena parte
de la trama gira alrededor de un engaño del carpintero para que la anciana no sepa lo
que pasa fuera de su mercería, mientras él va tomando conciencia de la gravedad de la
situación. El final resulta inevitable, esperado aunque (en parte) no deseado.
Conmovido y angustiado transité por mi memoria recorriendo otros relatos del cine
que acercaban el arte al horror.
“El tambor de hojalata” que cuenta la historia de un niño que decide, a los tres años,
dejar de crecer como protección y protesta frente a la acción de los adultos durante la
invasión nazi a Polonia.
“La vida es bella” que relata un intento fantástico y desesperado por oponer una realidad
otra a la horrorosa realidad de la persecución y el exterminio.
Con estas imágenes volví al texto.
¿Qué hicieron con el Holocausto estos artistas?
Parece evidente que no partieron de alguna verdad sabida de antemano. En las tres
obras los nazis son nazis y no necesitan justificación, los judíos son judíos y no reniegan
de ello, los que no saben, al enterarse comienzan a saber qué hacer sin que nadie les
explique nada.
En las tres, hay un engaño, una suerte de acción evasiva para evitar esa realidad
insoportable; una cierta desmentida (N. Marucco)2, que los personajes actúan
fallidamente en la trama, pero es exitosa con nosotros (espectadores). Porque es un
engaño que nos acerca al nudo en cuestión, a esa verdad que con ganas quisiéramos
evadir o desmentir. O sea que mostrándonos un engaño se impide que lo usemos
para activar el desconocimiento.
Tal vez eso sea el arte. Un muestrario de engaños, trucos, planes de evasión que
nos posibilitan acercarnos a una verdad desde la ignorancia.
Viene a mi mente en este instante el slongan de difusión de “El museo del holocausto”
“No es arte, es el museo…”
Ciertamente, un museo no es necesariamente arte.
También es cierto que la ciencia, con su discurso, no es camino allanado hacia el
encuentro con la verdad.
2 - “El placer en la fantasía y en la realidad; Acerca de la pulsionalidad de la fantasía”. Revista de
Psicoanálisis. APA. Vol. 57 Nº 1(2000) pág. 8-18
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 93
OSVALDO CANOSA
A veces el arte nos acerca más a una verdad que el relato minucioso de la ciencia.
Entonces, gracias Analy por ayudarme a pensar.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
-
Freud, Sigmund. ¿Por qué la guerra? (1933) Obras Completas. SE. Vol. 22. AE, Buenos Aires.
- Lacan, J. “La dirección de la cura y los principios de su poder”. Escritos 2.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 94
_Diego Luparello / [email protected]
ALGUNAS CONSIDERACIONES
DE FOUCAULT SOBRE EL
PSICOANÁLISIS.
“... yo no estoy de acuerdo con la democracia de las miradas,
la mirada no es algo democrático,
la mirada es algo que uno puede determinar...”
Julio Chávez (entrevista para Moción 27)
La honestidad de Julio Chávez me dejó pensando; es verdad, elegimos ciertos
interlocutores a los que le atribuimos agudeza en su mirada, los investimos del poder
discrecional de reflejarnos y, lo que esa mirada de otro testimonia, nos interesa.
¿Cuál otro?
En mi caso es Michel Foucault un pensador al que presto particular atención y
cuando tengo oportunidad, me detengo en los comentarios que desgrana sobre el
psicoanálisis. Los invito, entonces, a recortar algunas de las miradas de este pensador
singular que generalmente ha sostenido una posición crítica frente a nuestra disciplina.
Buena parte de este reparo en Foucault, está determinado por una intención ajena
a la lógica propia de la clínica psicoanalítica, sabido es que las temáticas referidas al
poder constituyeron la base de su obra. Sin embargo, más allá de esta divergencia
en las intenciones, considero que las observaciones de este filósofo se detienen en
zonas álgidas de nuestra construcción epistemológica. No pretenderé ser exhaustivo
con todo el abanico de referencias que Foucault ha hecho sobre el psicoanálisis,
pues lejos estoy aún de agotar su obra y más aún de poder ofrecer un panorama
lo suficientemente abarcativo y articulado. Mi intención se ajusta en tomar algunas
referencias que reflejan aspectos del psicoanálisis que me interrogan. Creo no aludir
al “reflejo” en vano, ya que es la reflexión en la mirada del otro, en tanto instancia
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 95
DIEGO LUPARELLO
especular, la que nos permite “vernos”.
Cabe aclarar que haré uso de las citas a mi antojo, con el respeto y cuidado de no
descontextualizarlas, pero con el atrevimiento de quién se apropia de los libros de su
biblioteca para graficar una idea.
Docta ignorancia
En el Congreso de Ocal, realizado en Montevideo en mayo de este año, tuve la oportunidad
de presentar un trabajo al que titulé “Reflexiones sobre cierta especificidad”, ya que
uno de los temas que se propusieron fue la cuestión del psicoanálisis latinoamericano.
¿Existe tal especificidad latinoamericana? ¿Podemos hablar de autores específicamente
latinoamericanos? En “Reflexiones...” me detuve en una singularidad del psicoanálisis
porteño que se presenta como una paradoja: la facilitada y masiva aceptación en el
imaginario colectivo de nuestra práctica ha hecho peligrar su especificidad, en tanto
que la incógnita de una verdad ha descubrir termina perdiendo terreno ante la oferta
de un saber establecido a priori. Cierto efecto de novedad que el discurso freudiano
aprovechó para su eficacia interpretativa peligra en nuestra práctica cuando aquello
a ser descubierto ya tiene, en apariencia, una aceptación previamente acordada. En
dicho artículo formulé que nuestro psicoanálisis se habría sostenido, excesivamente,
en el aporte de un “saber” que encuentra en la aceptación social un terreno fecundo.
Hordas de analistas interpretantes que ya “saben” y hordas de pacientes ávidos de ir
a confirmar lo que ya sospechan. Convirtiendo de este modo al encuentro analítico
en una relación intelectual de comprensión mutua, eficaz en su dimensión sugestiva y
normativa, pero quizás lejano a un psicoanálisis que acompañe a un sujeto a liberarse
del sometimiento al Otro.
Tres cuestiones enmarcan, a mi criterio, un terreno a explorar.
- Las vicisitudes del establecimiento de un saber,
- las condiciones de la emergencia de una verdad,
- y el modo en que el analista se posiciona y articula estos términos.
Propongo algunos comentarios de Foucault para alumbrar cierto sesgo.
¿Psicoanálisis como saber - poder?
En sus cursos de 1975 Foucault se detiene sobre el aspecto normativo del psicoanálisis
al definirlo como una “gran tecnología de corrección y normalización de la economía de los
instintos”. (M.Foucault, 2000a: pag.129)
Según el autor, el psicoanálisis, junto a la tecnología eugénica (herencia, depuración
racial, etc.), enmarcaron la ideología evolucionista de la psiquiatría a fines del siglo XIX.
El uso del término “tecnología” no es arbitrario, ya que implica el logos de una techné,
la formalización discursiva de una técnica. La constitución de este saber, el saber de los
instintos, deja al psicoanálisis en un lugar funcional al saber médico; y, según Foucault,
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 96
ALGUNAS CONSIDERACIONES DE FOUCAULT SOBRE EL PSICOANÁLISIS.
permite a la psiquiatría detentar un espacio de poder social. De algún modo quedarían
en secuencia los términos tecnología, saber y poder.
Lejos estamos de aquella época (¿si?), pero cerca de poder observar cómo distintas
instituciones psicoanalíticas funcionan bajo la misma lógica. La adhesión a un autor,
y la elevación de su obra al estatuto de verdad, buscan erigir cierta formalización
metapsicológica al estatuto de un saber completo, convirtiendo a la misma en un
discurso único. De allí a la trasmisión de esa “verdad” como el evangelio hay solo
un paso. El poder del predicador sin más podrá sostenerse en tanto el discurso
que trasmite sea un discurso único, de ese modo la formalización de una techné se
subordina al sostenimiento de un poder.
¿Psicoanálisis como saber científico?
“¿Qué tipos de saber quieren ustedes descalificar desde el momento en que se dicen una ciencia?¿Qué
sujeto hablante, qué sujeto que discurre, qué sujeto de experiencia y saber quieren aminorar desde
el momento en que dicen: ‘yo, que emito ese discurso, emito un discurso científico y soy un sabio’?”.
(M.Foucault, 2000b: pag.23) En 1976 Foucault se pregunta cuál es el motivo que lleva
a algunos cientificistas a intentar validar al psicoanálisis como ciencia. No cuestiona la
posibilidad de ciertas analogías formales y estructurales entre la ciencia y el psicoanálisis,
lo que cuestiona es el motivo de la ambición de acallar “todas las formas masivas, circulantes y
discontinuas de saber”, denominando a estos últimos como “saberes sometidos”.
Nuevamente aparece la advertencia sobre la constitución de Un saber que prevalece
por una dinámica de poder. El psicoanálisis nació de las entrañas del positivismo y se
discriminó y evolucionó en tanto fue el portavoz de la denuncia de un saber no sabido,
de aquello que pugna por retornar e insiste en emerger entre los intersticios del discurso
que se impone. Por lo tanto es un desafío particular la búsqueda de criterios formales
de circulación científica, ya que, aunque necesarios en términos interdisciplinarios,
no deberían desvirtuar la lógica singular que nuestra clínica propone. Lógica que
complejiza el estatuto del saber al cuestionar quién lo detenta; lógica que subvierte el
lugar de la verdad en tanto subvierte su genealogía; y lógica que establece un campo
de acción específico y único: la transferencia, cuya formulación y uso la diferencia de
cualquier otra experiencia intersubjetiva.
¿Psicoanálisis y espiritualidad?
En 1982, Foucault realiza una exhaustiva investigación histórica sobre las relaciones
entre la subjetividad y la verdad. Recorriendo el “Alcibíades” de Platón, se detiene
en la utilización que Platón hace de dos términos que no se han diferenciado con
precisión al recorrer los textos antiguos: gnothi seauton (“conócete a ti mismo”) y
epimeleia heautou (“inquietud de sí”). Se detiene en el análisis de estos dos postulados
planteando que la preeminencia del “conócete a ti mismo” en el pensamiento filosófico
moderno se debe a la impronta que el “momento cartesiano” dejó establecida al situar
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 97
DIEGO LUPARELLO
en el origen la evidencia, tal como se da efectivamente a la conciencia. Se establecen
de ese modo, las condiciones de acceso del sujeto a la verdad que se definen desde el
interior del conocimiento, “hubo un momento, en el que se rompió, creo que definitivamente, el
lazo entre el acceso a la verdad, convertido en desarrollo autónomo del conocimiento, y la exigencia
de una transformación del sujeto y del ser del sujeto por sí mismo.”.(M.Foucault, 2008: pag.39)
Sin embargo, Foucault rescata la “inquietud de sí” como un postulado que propone un
más allá del límite del acto pedagógico en tanto acceso al conocimiento. La “inquietud
de sí” está emparentada con las exigencias de la espiritualidad que Foucault define de
un solo trazo como “el conjunto de las búsquedas, prácticas y experiencias [...] que constituyen,
no para el conocimiento sino para el sujeto, para el ser mismo del sujeto, el precio a pagar por tener
acceso a la verdad.” (M.Foucault, 2008: pag.43).
Este conjunto de prácticas, a lo largo de la historia, formularon la implicación como
condición de la relación del sujeto y la verdad.
Foucault plantea, y esto es lo que nos interesa, que el psicoanálisis se podría relacionar
con estas prácticas regidas por el postulado de “la inquietud de sí”: “No digo para
nada que sean formas de espiritualidad. Me refiero a que volvemos a hallar, en esas formas de
saber, las cuestiones, las interrogaciones, las exigencias que, me parece, con las muy viejas, las muy
fundamentales cuestiones de la epimeleia heautou, y por lo tanto de la espiritualidad como condición
de acceso a la verdad”.(M.Foucault, 2008: pag.43)
Siguiendo con su lectura, Foucault postula que este aspecto del psicoanálisis, su
vertiente de implicancia en la relación sujeto y verdad, se verá lamentablemente
peligrado al quedar enmascarado detrás de la pretensión de las formas sociales: “la
pertenencia a un grupo, la pertenencia a una escuela, la iniciación, la formación del
analista”. La formalización institucional conlleva un riesgo: “el precio pagado por trasponer,
reducir esas cuestiones (entre) verdad y sujeto a problemas de pertenencia fue, desde luego, el olvido de
la cuestión de las relaciones entre verdad y sujeto”. (M.Foucault, 2008: pag.43)
De alguna manera la institucionalización del psicoanálisis lleva consigo el riesgo de
convertir nuestra disciplina en un saber establecido. Hasta allí un peligro que atañe a la
propia dinámica de las instituciones. Pero entiendo que hay una amenaza mayor cuando
esta dinámica se desplaza a la clínica cotidiana. No me sorprende que aquel que acude
a un análisis busque la revelación de un saber por parte de su analista. Justamente en
esa particular posición de sometimiento al discurso del Otro se causa su malestar. Mi
inquietud apunta al hecho de que el analista crea que su aporte es, precisamente, el de
un saber sobre ese sujeto. Seducido por el poder que esta posición otorga, el analista
olvidaría que “sabe” sobre la aplicación de un método de investigación, sobre un
conjunto de acciones que promueven la “inquietud de sí” en quién consulta, y es solo
en este campo en dónde su formación lo habilita.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 98
ALGUNAS CONSIDERACIONES DE FOUCAULT SOBRE EL PSICOANÁLISIS.
BIBLIOGRAFÍA
- Foucault, Michel, (2000 a), “Los anormales” Curso en el Collège de France (1974-1975), Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica de Argentina.
- ,(2000b), “Defender la sociedad” Curso en el
Collège de France (1975-1976), Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica de Argentina.
- ,(2008), “La hermenéutica de sujeto” Curso en el
Collége de France (1981-1982), Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica de Argentina.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 99
_Patricia Latosinski / [email protected]
LA MIRADA DE FRANCO RELLA:
EL PSICOANALISIS, LA
MODERNIDAD Y EL PENSAMIENTO
DE LA CRISIS.
Respondiendo a la convocatoria de esta edición de la revista Moción, dedicada a “la
mirada de los otros” hacia el psicoanálisis, este trabajo procura presentar un esbozo
del pensamiento de Franco Rella. Este filósofo italiano -tan interesante como poco
conocido en el “medio psi”- ha sido Profesor de literatura en el Instituto Universitario
de Arquitectura de Venecia, crítico literario y ensayista, especializándose en el estudio
de la modernidad. Su obra se inscribe en la corriente heterodoxa y renovadora del
pensamiento crítico, que emergió a fines de los años 70, representada por Máximo
Cacciari, Remo Bodei y el propio Rella entre otros. En los años 80 alcanzaron gran
reconocimiento y visibilidad, en parte, gracias al volumen colectivo “La crisis de la
razón” (Siglo XXI editores).
Como una primera aproximación al trabajo de F. Rella, a su originalidad, me gustaría
subrayar que la modernidad no es definida principalmente como un período histórico
sino como un modo de pensar. Otra cualidad singular es la enorme importancia que
otorga al Psicoanálisis, al pensamiento freudiano. Para este autor el psicoanálisis es
parte constitutiva de la modernidad, como emergencia y despliegue de una nueva
perspectiva, libertaria, acerca del sujeto, la cultura, la historia. (Estas son algunas de
las razones que me impulsaron a querer comentar y acercar a otros a este autor, cuya
mirada original y tan abierta al psicoanálisis contrasta con gran parte de los discursos
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 101
PATRICIA LATOSINSKI
dominantes en nuestra época).
La filosofía de Rella ha seguido un camino propio. En su reflexión se distancia de la
oposición “modernidad-posmodernidad”, ya que -entre otras cosas- el postmodernismo
en su intento de aligerar la experiencia contemporánea ha des-historizado el pasado
convirtiéndolo en un museo.
El pensamiento de la modernidad es no solo un pensamiento del límite (o frontera)
sino del umbral. Por eso combina los saberes de la literatura, de la filosofía, del
psicoanálisis. Rella teoriza sobre la idea de un saber que permite pensar juntas las
diferencias que el saber clásico ordena de modo jerárquico o excluye de si como
alteridad incomprensible. El saber que propone debe diferenciarse de la dialéctica
(hegeliana o marxista), ya que la dialéctica implica siempre una idea (y un ideal) de
síntesis. Debe diferenciarse también de la tradición del pensamiento místico, porque
este nuevo saber no lleva a la coincidencia, sino que exalta las diferencias en cuanto
tales. El pensamiento que propone el autor, quiere atender a la oscilación, a la realidad
de lo otro, a la alteridad irreductible que nos constituye, transitar sobre los discursos
contradictorios, hacer pensable la complejidad de lo real, pensar la diferencia sin
destruir la diferencia.
Lo moderno es una categoría que se define por oposición a lo clásico. En el contexto
de la investigación de Rella el “tema” (su objeto de estudio) es la crisis de la razón
clásica y la constitución de la modernidad como pensamiento de la crisis. Pero no en
el sentido limitado de constatación de las causas y consecuencias socio-históricas de la
crisis de la razón clásica, sino como emergencia y elaboración de una nueva perspectiva,
que hace de la crisis no sólo su tema sino una nueva matriz de pensamiento en cuyo
centro está el conflicto. De la crisis de la razón hace surgir una razón de la crisis:
un pensamiento crítico que renuncia a las totalizadoras ilusiones cartesianas, pero no
a la posibilidad de la elucidación, de la experiencia y de la creación de sentido. En
esto se juega también una diferencia decisiva con otra corriente moderna que ante la
imposibilidad de responder al desafío de dar voz y forma a la experiencia moderna
reivindica como opción el silencio: un silencio de duelo interminable que encarnaron
–padecieron y propiciaron- en su momento autores como Rilke, Wittgenstein o
Baudelaire y que se extendió por largo tiempo sobre el paisaje de la cultura. Rella,
interpreta en algunas manifestaciones literarias y filosóficas (Nietzsche, Rilke, Kafka)
una especie de “fascinación auratica del silencio y de la nada que acompaña y se contrapone a los
primeros y fatigosos intentos de atravesar la crisis del saber clásico, y de construir un saber de la crisis,
un saber que sepa dar razón de la crisis”. (RELLA, F. pg. 15).
Por todo esto para Rella el término “modernidad” es más que una categoría históricodescriptiva: se trata de una categoría hermenéutica-interpretativa, por lo tanto de una
forma de hacer pensable la experiencia para dar el paso siguiente que es construir con
los fragmentos constelaciones habitables, que permitan no resolver, pero regular el
conflicto y la contradicción, que restituyan la posibilidad de la acción.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 102
LA MIRADA DE FRANCO RELLA: EL PSICOANALISIS, LA MODERNIDAD Y EL PENSAMIENTO DE LA CRISIS.
Dentro de este contexto el autor se refiere a Freud, defendiendo la idea que quizá solo
con su obra se ha podido ir mas allá de la razón clásica, mas allá del silencio, mas allá
de la tragedia y del duelo. Solo con Freud se pudo buscar un camino hacia una nueva
relación representativa con la realidad y con el mundo. “La construcción freudiana del
conflicto sitúa definitivamente fuera de lugar todas las cuestiones sobre la solución de los conflictos en
la idea, en la gran unidad clásica: porque esta nueva lógica se demuestra productiva, y sus razones
cartesianamente más fuertes”. (RELLA, F. pg. 64) Para Rella, Freud al construir la lógica
del inconsciente donde el sujeto se constituye en el conflicto entiende que está también
construyendo la lógica del conflicto y subraya: que tanto la psique, cuanto la sociedad
son un juego de fuerzas entre tendencias opuestas entre sí. El sujeto freudiano está
lejos de ser un sujeto pleno. Está definido por la pluralidad y la contradicción. Es el
sujeto del saber crítico que puede encontrar palabras en su pasado histórico, dentro
del presente, abriéndose hacia el futuro. Este es para Rella el sujeto de la modernidad.
Cuando nuestro autor afirma que el psicoanálisis es la construcción de la verdad
histórica del pasado dentro del presente, lo relaciona con la escritura proustiana: “Es
una tarea que reorganiza pasado y presente para el futuro, es la construcción de un espacio en el cual
el trabajo en el “tiempo perdido” deviene una nueva representación del mundo, un mundo nuevo a
experimentarse en el interior de una diversa temporalidad subjetiva y colectiva.” (RELLA, F. pg.
78). Por tanto para lograr, dice Rella, todo este nuevo saber, considerando la lógica del
inconsciente y del conflicto, para generar nuevas palabras y nuevas representaciones
del mundo, hay que considerar también los tiempos de crisis. Es preciso enfrentar el
tiempo de la precariedad, del desarraigo, de las fracturas, de la transitoriedad.
En el ensayo sobre “La Transitoriedad” de 1915, Freud describe de modo brillante
y lucido esto que Rella quiere mostrar como el proceso de crisis, donde mismo con
la guerra, la destruición, la perdida, el desarraigo, es posible empezar todo otra vez y
reconstruir desde la experiencia vivida, el futuro. En la idea de la transitoriedad, donde
lo que se encuentra en continuo movimiento es el saber de la precariedad, lo que se
busca fundamentalmente es pensar lo que históricamente no había sido pensado: la
construcción del mundo distinta, posibilidades de sentidos distintos, transformar de
modo enfático los límites de la razón y de las legitimidades que tal razón establece.
Rella propone, en relación al texto del “Más allá del principio del placer” de Freud, una
especie de analogía entre el “principio del placer” con lo que denomina “principio
del hábito”. Porque el principio del placer que deriva del principio de constancia seria
para el una función del tiempo lineal, de la razón clásica. Y afirma que el “principio
de realidad” es solo una modificación del principio del placer, no siendo una
transformación radical. Para el autor son las experiencias traumáticas las que pueden
mover más allá de este principio, que cortan y ponen en duda toda la certeza, que
quebrantan la ley de la constancia y del hábito. Las experiencias traumáticas pertenecen
al espanto en lo siniestro y esto es lo que desarraiga del principio de constancia, de
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 103
PATRICIA LATOSINSKI
la confianza en la continuidad lineal del tiempo. El tiempo del “así fue” en el trabajo
analítico es de hecho despedazado; “…esta ruptura no es un hecho tranquilo, sino antes bien
un trauma y un desarraigo… Tarea del analista, que no puede ahorrar al paciente esta fase y esta
experiencia, es actuar de tal manera que la repetición de este tiempo perdido, estos fragmentos del
pasado, no se pierdan en el presente… Tarea del analista es, pues, no solo hacer revivir el tiempo
perdido, el pasado, sino construir este tiempo como recuerdo…” (RELLA, F. pg. 128). Para
Rella el tratamiento, el proceso analítico aunque sin serlo intencional se trata de una
experiencia traumática, puesto que el trauma irrumpe a pesar de una tapa protectora,
colocando el analizando frente a otra dimensión del tiempo. Los sueños, aunque con la
intervención de la censura onírica, sería un ejemplo, donde el retorno de lo reprimido
aparece sin atender al principio del placer, incluyendo lo que es displacentero, pero sí,
con la posibilidad de elaboración dentro del análisis.
Es fundamental la idea freudiana de pulsión de vida y pulsión de muerte que coexisten
en una tensión recíproca, no pasible de resolución y sí de equilibrio. La articulación y
el reconocimiento de la muerte dentro de la vida y de sus más variados aspectos, para
el autor es el reconocimiento de dos tiempos que no solo son contradictorios, sino que
se componen en búsqueda de una construcción. “Las dos temporalidades en conflicto deben
ser construidas en una formación de compromiso, para que su conflicto no opere solo destructivamente”
(RELLA, F. pg. 132).
Comprender la precariedad, la transitoriedad, la debilidad de nuestros equilibrios psíquicos,
culturales y sociales, y también comprender la muerte, sería la verdadera prevalencia del
saber crítico sobre la razón clásica, que prima por los decretos del “hábito”, por el
tiempo lineal, inactivo. El saber crítico se funda sobre el análisis, promoviendo la ruptura
de lo que es habitual y seguro. En el trabajo analítico, analista y paciente se depararán
con un vasto material fragmentado, compuesto por sueños, recuerdos, afectos, dudas,
conflictos cabiendo al analista construir con el paciente, dentro de una perspectiva
histórica y aceptando la transitoriedad y la crisis, algo nuevo.
Rella sostiene que en nuestro siglo quizás sea el pensamiento de Freud el que más haya
influido en todos los campos del saber y del conocimiento. Para él la obra freudiana es
la que expresa de manera más profunda y con mayor radicalidad la idea del nuevo saber
crítico y constructivo propio de la modernidad.
BIBLIOGRAFÍA
- Freud, S. (1916 [1915]): La Transitoriedad.A.E. XIV. Buenos Aires, Amorrortu, 2007.
- Rella, F. (1992): El Silencio y las Palabras – El pensamiento en tiempo de crisis.Buenos Aires, Paidós.
- Rella, F. (2010): Desde el exilio. La creación artística como testimonio.Buenos Aires, Ediciones La Cebra.
- VVAA. Crisis de la Razón. Ed. Siglo XXI.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 104
_ Roxana Meygide / [email protected]
EL CINE QUE NOS MIRA.
REPRESENTACIONES DEL
PSICOANÁLISIS Y DEL
PSICOANALISTA EN EL
CINE CLÁSICO
“El otro es quien hace posible nuestra mirada, y también
quien define, en un sentido profundo, nuestro horizonte
perceptivo. El otro no es un espejismo o un artificio, porque
ocupa un lugar en el mundo, digamos, porque pone un
mundo ante nosotros”.
D. Lizarazo 1.
Los comienzos
El cine y el psicoanálisis comparten un momento fundacional casi común. 18952 es el
año de publicación de los “estudios sobre la histeria” y del famoso sueño de Freud de la
inyección de Irma; es también el año en que los hermanos Lumière presentan en sociedad
el cinematógrafo: en diciembre de ese año estrenan al público “la salida de los obreros de
la fábrica” sobre la pantalla instalada en un café de París3
Desde aquel momento coinciden en un desarrollo sostenido, dando ambos frutos preciosos
y apreciados a la cultura y manteniendo su vigencia –mutatis mutandis- en constante
adaptación a los tiempos que les ha tocado acompañar. Jóvenes centenarios. .
Comparten también un interés común: indagar el alma humana, nos dice E. Morin “El
arte del cine, la industria de las películas no son más que partes emergidas de nuestra
conciencia de un fenómeno que debemos captar en su plenitud. Pero la parte sumergida,
esa evidencia oscura, se conf unde con nuestra propia sustancia humana, que es también
evidente y oscura”4
Un poco de historia
La relación entre ambos no fue fácil en los principios. Freud, recién a sus 53 años, en 1909,
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 105
ROXANA MEYGIDE
va al cine por primera vez en Nueva York acompañado por Ferenczi, durante su visita para
dictar las conferencias en la Clark University. Ante la experiencia, se manifestó tan sólo
“discretamente entretenido”5
Es bien sabido que Freud no fue admirador del cine como lo fue de otras artes, no veía en
él la posibilidad de representar o ver representadas las indagaciones y los hallazgos de la
nueva ciencia que había creado. .
En 1925 Samuel Goldwyn le propone que colabore en la puesta en imágenes de famosos
romances históricos (y le ofrece 100.000 dólares por su colaboración). El rechazo que
obtuvo Goldwyn, según un comentario atribuido a Sachs, causó en Nueva York más
revuelo que la publicación de “La interpretación de los sueños”6
Ese mismo año G.W.Pabst, importante figura del cine expresionista alemán, solicita
colaboración al grupo de Viena para la realización de “Misterios de un alma”. Freud fue
reticente también esta vez, le escribe a Abraham “el famoso proyecto no me agrada (…)
preferiría no tener nada que ver con esa película”. Pero le expresa que no puede impedir
que se haga. .
La película se estrena en 1926, contó con la colaboración de K. Abraham y H. Sachs como
asesores y se inicia advirtiéndonos de que está basada en las teorías freudianas. Relata la
historia de un profesor que sufre una neurosis que le provoca inhibiciones que afectan su
vida familiar, recurre a una terapia psicoanalítica que le permite revelar la existencia de una
conexión entre un trauma infantil y el acontecimiento actual; como producto del trabajo en
análisis logra curarse. Esta película es la primera en abordar, de una forma muy explicita, las
nuevas teorías del psicoanálisis cuando aún estaban vivos sus creadores.
Por otro lado es de destacar que 10 años antes de este estreno, en 1916, aparecen las
primeras teorías cinematográficas relevantes: The Photoplay. A Psychological Study. Su autor,
H. Münsterberg, considerado el primer teórico del cine, fue discipulo de Wundt y también
filósofo, asoció el cine y la experiencia cinematográfica a procesos mentales,7 por lo que
podríamos decir que la primera teoría sobre el cine fue una teoría psicológica. Es este autor
quien hace las primeras alusiones a los fenómenos de identificación y de proyección del
espectador, que más adelante tendrían gran importancia en las teorías cinematográficas.
Que ven cuando nos ven?
Una cosa es la intervención del saber psicoanalítico, más o menos velado, en la producción
de una película y otra, muy distinta, es cómo el cine muestra al psicoanálisis y a los
psicoanalistas.
Sobre el estudio de la representación que el terapeuta ha tenido en la pantalla no se puede
dejar de mencionar a Irving Schneider, quien publicó dos artículos pioneros en el American
Journal of Psychiatry. El primero en 1977 donde hace un repaso a la representación del
psiquiatra y el psicoanálista8. El segundo en 19879 donde hace alusión a los diferentes
estereotipos de terapeuta que aparecen a lo largo de la historia del cine agrupados en
tres categorías: el Dr. Chalado, el Dr. Maravilloso y el Dr. Diabólico. Posteriormente
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 106
EL CINE QUE NOS MIRA. REPRESENTACIONES DEL PSICOANÁLISIS Y DEL PSICOANALISTA EN EL CINE CLÁSICO.
Glen Gabbard10 ahondó y profundizó en los estereotipos citados por Schneider.
El cine hace exactamente eso: construye sus personajes, hace uso del psicoanálisis y los
psicoanalistas como un engranaje más del dispositivo narrativo, usando el “personaje
psicoanalista” en función de la trama dramática. Si vemos las producciones de Hollywood,
la mirada del cine está sesgada por la cultura americana y la maquinaria de la gran industria
cinematográfica, conformando las claves de género (y los estereotipos de personajes que
los llevan adelante). J. Baudrillard11 expresa al respecto que son productos citacionales,
prolijos, que cargan con su propia técnica, su propia escenografía, su propia cultura
cinematográfica. El uso de los estereotipos, entonces, es funcional a los requerimientos de
la industria.
Ahora bien, esa es la representación que se impone en buena parte del gran público sobre
lo que es (o deja de ser) el psicoanálisis y los psicoanalistas, impronta que perdura debido a
la enorme penetración que tiene el cine americano.
Como contracara, el cine nos da un material precioso en el que indagar sobre los conflictos
humanos, casi como si el discurso sostenido por la palabra, sesión a sesión, cobrara cuerpo
en imágenes que, lejos de clausurar los sentidos, permiten el despliegue de la asociación e
interpretación en un ejercicio en el que el dispositivo del cine (pantalla, oscuridad, imagen y
sonidos amplificados) es de tal verosimilitud que cobra status de material analítico. Genera
la ilusión de observación clínica, después de todo, allí están los conflictos encarnados,
vivos, plenos en su dinámica.
Pretender pasar revista a todas las apariciones del psicoanalista en el cine clásico reduciría
el presente el escrito sólo a la enumeración. Proponemos en cambio jalonar con algunos
ejemplos que nos permitan un tránsito que acerque la imagen que el cine clásico ha
construido del análisis y los psicoanalistas. Para ello se pondrá el foco ya sea en las épocas,
los autores o las películas.
“Talking cure” en el cine mudo
Más allá de la película de Pabst, cabe mencionar que ya en 1906 se estrena El sanatorio
del Dr Dippy en el cual aparece un psiquiatra / psicoanalista que está más loco que sus
pacientes12. Podemos inferir que el debut cinematográfico ha sido con un “terapeuta
ridículo”.
El analista diabólico o persecutorio aparece con cierta entidad en El gabinete del Dr.
Caligari (R. Wiene, 1920), pero fue Fritz Lang con El Dr. Mabuse (1922), quien desató una
polémica en la sociedad psicoanalítica. Un discípulo de Freud, Federn, incluso propuso
que se hiciera una protesta oficial sobre la película porque la encontraba maliciosa con la
profesión. Freud zanjó rápidamente la polémica “no queriendo saber nada del asunto”13.
Ahora ¡sonamos!
Con cine el sonoro, aparece la palabra y junto a ella el psicoanalista que la utiliza como
instrumento terapéutico. I. Schneider14 consiga que Fred Astaire en la película Amanda
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 107
ROXANA MEYGIDE
(Mark Sandrich, 1938) encarna al primer psicoanalista que aparece en el cine sonoro
americano, por lo tanto: psicoanalista, bailarín y cantante. Uno de los números musicales
de la película es un pasaje onírico, en cámara lenta, cantado y bailado por Fred Astaire y
soñado por Ginger Rogers.
La extraña pasajera (Irving Rapper ,1942) muestra una mujer en tratamiento, reprimida y
totalmente controlada por su dominante e insensible madre, y a su analista que toma la voz
de mando y recompone –de alguna manera- la vida de la protagonista. Vemos aquí a un
analista idealizado tras cuya intervención se superan los conflictos y es posible la felicidad.
De la misma época, una película de culto y por cierto remarcable, es La mujer pantera,
(Jacques Tourneur, 1942) llevada adelante por parte del equipo que hizo Ciudadano Kane
(Orson Welles, 1941). La protagonista aquí, asesina al analista durante la sesión, ya que
este le hace ver –aunque muy ambiguamente- la razón por la cual no puede asumir su
sexualidad. Es destacable como Tourneur trabaja, a partir de luces y sombras, el lugar de
encierro subjetivo en el que se encuentra la protagonista. Esta película es 2 años anterior a
Cuéntame tu vida, film de Hitchcock en el que todo el conflicto está expuesto; en cambio
en La mujer pantera el espectador tiene que poner lo suyo para desentrañarlo
Cuentame tu vida (1944) es considerada el primer thriller psicológico de la historia del
cine. Contiene todos los guiños del terapeuta idealizado, que ayuda a encontrar el
evento reprimido que generó el trauma, la cura y además el amor en feliz pareja entre el
analizado y la analista. Es interesante destacar que es a instancias del productor David
Selznick (fascinado con la técnica terapéutica de Freud que le permitió superar una
depresión), que Hitchcock incorpora el psicoanálisis y los trastornos de la mente en la
trama, temas que perfeccionaría luego en Vértigo, Psicósis, Falso culpable, Pacto siniestro y
Marnie. La terapeuta de Selznik era la asesora de la película y quien decidía qué escenas
debían aparecer o no. A su asesoramiento se debe que no pocas de las escenografías
de Dali fueran cortadas por encontrarlas “excesivamente fálicas”15.
Al morir la noche. (Cavalcanti, 1945) nos muestra un terapeuta desidealizado y ciertamente
ineficaz. Su producción fue casi simultanea a Cuéntame tu vida--si en ésta, aparecen los
psicoanalistas como personajes reparadores, que recomponen--en la de Cavalcanti,
aparece el desacierto sistemático; el terapeuta intenta dar explicaciones que no sólo
no convencen a nadie sino que, además, hacen que el personaje devenga víctima. Es
interesante porque son 2 producciones contemporáneas (1945) que están planteando
prácticamente lo opuesto. Se especula que Hitchcock se inspira en Al morir la noche para
lo que desarrollará luego en Psicosis, ya que algunas escenas muestran un parecido notable.
En Psicosis (1960), encontramos el analista como detective, con la facultad de desentrañar las
conductas más inexplicables, el que da la explicación final, espectacular, de los mecanismos
de la mente, en una actitud que Gabbard16 denomina “oracular”. La inversión temática de
Psicosis es Vestida para matar (Brian de Palma, 1980); nos encontramos aquí, con un analista
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 108
EL CINE QUE NOS MIRA. REPRESENTACIONES DEL PSICOANÁLISIS Y DEL PSICOANALISTA EN EL CINE CLÁSICO.
diabólico. De Palma la realiza como tributo a Hitchcock e incluso reescribe el asesinato de
la ducha y otras escenas emblemáticas.
Ingmar Bergman es un caso en el que la aparición del psicoanálisis y los terapeutas es mucho
más personal. Estos llegan en un momento en que el director sufre un desencanto con la
religión y sus interrogantes los va a desplazar hacia el campo del psicoanálisis. Bergman
pone el acento ya no en las sesiones analíticas sino en las lecturas de los profesionales a
partir de los hechos. Es interesante en este punto La vida de las marionetas (1980) en la que
nos muestra el estado emotivo del personaje y a la vez la construcción que los profesionales
están haciendo de ese sujeto que tienen adelante; esto podemos considerarlo un hallazgo.
Es destacable en esta película el uso del color y la escenografía como extensión del estado
de ánimo del personaje.
Con toda seguridad, no existe una filmografía que haya dedicado tanta atención al
psicoanálisis y a los psicoanalistas como la de Woody Allen (y merece un trabajo, ad hoc,
sólo para revisar los analistas que aparecen en su filmografía), pero podemos marcar que
es recurrente la aparición de personajes en tratamiento analítico, normalmente en tono de
comedia. La figura del analista se presenta como necesaria en un mundo en el que reina la
confusión y la falta de sentido, sin embargo, en términos generales, la terapia no se muestra
del todo eficaz para lograr la estabilidad emocional.
De acuerdo a este pequeño recorrido vemos que a la narrativa cinematográfica clásica
no le sirve mostrar el trabajo psicoanalítico tal cual es, podríamos decir que su dinámica
no es cinematográfica: es estática, está plagada de silencios, repeticiones, discurre
lentamente. Esto lleva a que la mostración del trabajo en sesión nunca es central, se la
instrumentaliza en función de algún personaje cuyo itinerario está enmarcado dentro
de los parámetros del cine de género, con lo cual cumple con toda una serie de roles y
funciones preestablecidas.
Si en la película se trata la relación de un paciente con su analista, en general se intenta
develar la vida interior “el secreto del alma” del analizante a modo de resolución de
un enigma. Ya en la señera película de Pabst podemos ver, no sólo éste, sino también
otros dos rasgos que confluyeron al estereotipo del trabajo psicoanalítico, y que
reaparecerán más o menos estables en las distintas representaciones, a saber: la catarsis,
si el paciente logra decirlo todo, o realizar una explosión afectiva masiva, el malestar va
a desaparecer; y por último que existe una única situación traumática y descubrirla implica
casi automáticamente la cura.
También la operatoria que se va llevar a cabo desde el argumento es previsible: el
psicoanalista bueno que colabora y ayuda al bienestar, comprensivo, amable y siempre
disponible; o la contracara: el psicoanalista malo, diabólico, incluso asesino; también el
psicoanalista “detective” ayudando a desentrañar situaciones y develar misteriosas razones
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 109
ROXANA MEYGIDE
ocultas; y en no pocas ocasiones la relación terapéutica culmina en enredo amoroso.
Podríamos concluir entonces que la representación de los psicoanalistas es “funcional”:
el cine usa el dispositivo analítico en función de lo que requiera la ficción, es decir, se lo
dispone depende del tipo de conflictiva que trabaje la película, sin respetar los límites ni las
recomendaciones que señaló Freud17.
El cine tiene sus propios límites y sus propias recomendaciones: el cine es,
fundamentalmente, acción. Tal vez llegados aquí tenemos que reconocer, una vez más,
que Freud tuvo prematuramente una visión acertada, en 1925 escribió a Abraham
respecto del cine: “Mi principal objeción sigue siendo que no pienso que sea posible en
absoluto la representación plástica satisfactoria de nuestras abstracciones”18.
BIBLIOGRAFÍA
1
- Lizarazo, D. (2005): “La imagen encantada. El desamparo de la mirada en la cultura contemporánea”
Mexico, UNAM, noviembre de 2005.
2
- Aunque la palabra psicoanálisis no aparece como tal en su obra hasta un año después en un trabajo
sobre “La herencia y la etiología de las neurosis”. (1896)
3
- Angosto, T. (2008): “El proceso de creación cinematográfica: Orson Welles y la pasión por los personajes
malvados”,Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria,vol.8, nº 1.
4
- Morin E. (2001): El cine o el hombre imaginario. Barcelona, Paidós, 2001.
5
-Jones E. (2001): Vida y obra de Sigmund Freud . Vol II: Los años de madurez 1901-1919. Barcelona,
Anagrama, [1959].
- Zimmerman D. (1996): “Freud y el cine” Conferencia. Escuela Freudiana de Buenos Aires, octubre de 1996.
6
7
- Aumont, J., et al. (2010): Estética del cine. Espacio fílmico, montaje, narración, lenguaje, Barcelona, Paidós
Comunicación, [1985].
8
-Scheneider, I.(1977),“Images of the mind: Psychiatry in the Commercial Film”, American Journal of
Psychiatry,nº 134.
- Scheneider, I.(1987): “The Theory and Practice of Movie Psychiatry”, American Journal of Psychiatry,vol. 144.
9
-G. Gabbard (2001): “Psychotherapy in Hollywood cinema”,Australasian Psychiatry, vol. 9, nº 4, pp. 365-369.
10
11
- Baudrillard, J. (2007): El complot del arte. Ilusión y desilusión estéticas. Buenos Aires: Amorrortu.
12
- Angosto, T. (2008): Op. Cit
13
- Bellido Torrejón J. (2011): “Presencia (y ausencia) de la figura del psicoanalista en el cine actual.
Madrid”, Temas De Psicoanálisis Núm. 2 – Julio 2011
14
- Scheneider, I.(1977): Op. cit
15
- Leonard J. Leff (Hitchcock and Selznick. The Rich and Strange Collaboration of Alfred Hitchcock and
David O. Selznick in Hollywood. California, UCP, 1999
16
- Gabbard. G. Psychiatry and the cinema, NY; American Psychiatric Press.
17
- Freud S.(1996): “Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico” en: Obras Completas, Vol.
XII, Buenos Aires, Amorrotu [1912].
18
- Freud-Abraham: Carta del 9 de julio de 1925, en: Correspondencia. Barcelona, Gedisa, 1967.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 110
CAPÍTULO 6
LA OTRA MIRADA (DEL ARTE)
54
R.Juarroz
La ventaja de los hombres planos
es que pueden vivir en casas planas
y pensar pensamientos planos,
que caben entre las hojas de los libros.
No necesitan pasos en la noche
ni ramas en los árboles.
No necesitan muchas habitaciones,
ni templos, ni caricias, ni candados.
Los hombres planos tapan las miradas
con tapones de corcho.
Y en sus casas no puede entrar la muerte
porque no encuentra espacio.
Los hombres planos siempre nos despistan,
aunque no tengan sombra.
La luna les va tejiendo corazones
y el tiempo les va tejiendo resultados.
Si les falta un candil, siempre arde alguna vela.
Si les falta la voz, el viento los disfraza.
Y les basta un perfil para ubicarse,
mientras llega su noche sin relieves.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 115
LA
CAIDA
Silvina Efron
El dolor tanto como el amor
cuando son genuinos
brutales
desgarradoramente verdaderos
desarman.
Desarman esquemas
desarman estrategias
reinventan nuestro mundo
caemos lentamente
o tal vez rápido
de nosotros en nosotros
de nuestro labio a nuestro cuello,
seguimos por el esternón
caemos por el ombligo
por las rodillas
llegamos a los tobillos
y aun estaríamos a tiempo de detener la caída:
algún recuerdo
una experiencia anterior
podrían detenernos!
Pero es inutil
inevitablemente llegamos al suelo
o lo que es igual,
al origen,a la raiz...
El dolor nos aplasta.
El amor nos pone de pie,
pero en otra parte.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 116
SINTESIS
Silvina Efron
Camino...
El tiempo araña mi rostro
inevitable.
Gran maestro el tiempo!
Enseña que para llegar a verlo todo
hay que sintetizar.
Que la belleza infinita
se encuentra en un punto…
un punto estratégicamente colocado.
El sonido de la lluvia
puede ser el mejor concierto.
La paz...hay que hacerla con uno mismo
para salvar al mundo
de nosotros.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 117
COMO
QUISIERA
Analy Werbin
Cómo quisiera ponerte a salvo de otro amor
Que te tendieses sobre mí a descansar
Que me dejaras tu cuerpo al partir
Que volvieras por él
Entrar en todos los rincones de tu boca
Apretar mis labios contra los tuyos
No hablar
Dejar que el invierno cayera
Blando y tenue sobre mi alma
Todos los poetas decimos lo mismo
No hablar
Perderme entre tus brazos
Perderme para siempre entre tus brazos
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 118
INSTRUCTIVO
Osvaldo Canosa
Anude pesadillas
Déjelas fluir hasta el centro
Anude relámpagos
Preferentemente aviesos
Déjelos en sucesivo desdén
Luego…
Luego calle.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 119
LA
PARTIDA
Osvaldo Canosa
Andrea lloraba
Sentada en el carro
Las piernas colgando
Las sombras también
Su llanto era suave
Y la luz de ese carro
Jugaba en su sombra
La noche también
Andrea lloraba
Y ya no miraba
Los ojos abiertos
Mi pena también
Su cuerpo era sombra
Y yo no escuchaba
La noche era densa
Mi ahogo también.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 120
AUTOPSICOGRAFIA
O. Pessoa
El poeta es un fingidor
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.
Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive,
Sino aquel que no han tenido.
Y así va por su camino,
Distrayendo la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 121
CAPÍTULO 7
LO QUE LA LITERATURA NOS
INVITA A MIRAR
_Roxana Ratinoff Arasanz / [email protected]
LA MUERTE COMO NECESIDAD.
La tragedia de Edipo en Colono
“…quedan unos cuantos libros de la verdadera biblioteca de Freud:
Heine, Schiller, Ibsen, los clásicos que le enseñaban la discreción,
el rigor y la humanitas indispensables para descender a los infiernos.”
Claudio Magris. Danubio
“La muerte, dice Clarice Lispector,
queda más allá de la medida del hombre.
Por ello me extraña la muerte.
No tengo conocimiento de su lenguaje mudo.
¿O acaso tiene una lengua que yo sea capaz de entender?”(1)
Tiene razón Clarice Lispector al sospechar que la muerte podría ser un lenguaje; un modo
particular de expresión. Desengañada, acierta en su diagnóstico, al comprender que lo
humano no admite pensarse sino en términos de significantes y descarta interrogar a la
muerte como objeto. No podemos preguntarle a la muerte qué es, o de qué se trata, sino
comprenderla como una experiencia que habla mediante quien vive.
Si cito las palabras de Lispector, es porque la literatura, amiga esclarecedora del
desciframiento de la complejidad humana, revela mediante la ficción la agobiante realidad,
excediendo casi siempre la fantasía.
Justamente, quien se anima a explorar distintas obras y personajes al crear el psicoanálisis,
es el propio Freud. En varias ocasiones, prefiere iluminar sus descripciones eludiendo “la
observación medica” y optando por las “figuras que grandes literatos han plasmado a partir
de su cabal conocimiento del alma humana” (2). Sin embargo, que notable Freud. Dedicó
gran parte de su interés científico al estudio del complejo de Edipo, fenómeno organizador
del aparato psíquico, más no posó su interés en la tragedia de Edipo en Colono; un segundo
tiempo del complejo que consuma a mi entender el ciclo edípico.
Absorto en los motivos de consulta de su tiempo, Freud se concentró más en estudiar el
complejo de Edipo y la sexualidad infantil como los procesos constitutivos de la subjetividad
que en los problemas de la vejez, la muerte y la inmortalidad. Tampoco pareció tener
personales aspiraciones de perpetuidad, ni siquiera en el final de su vida. Así lo expresa en
la conmovedora entrevista realizada por George Viereck: “Me satisface saber que la eterna
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 125
ROXANA RATINOFF ARASANZ
molestia de vivir llega finalmente a término. El deseo de prolongar la vida más allá de lo natural me
parece absurdo. (…) Es posible que la muerte misma pueda no ser una necesidad biológica. Quizás
morimos porque deseamos morir (…) toda vida combina el deseo de supervivencia con un ambivalente
deseo de aniquilación.” (3)
Esta “preferencia” por la muerte, no desde la resignación, sino desde una “aceptación
amigable del límite, de la castración” (4) hace posible pensar la vejez a la luz de cierta
pregunta ineludible, ¿Dónde estuve apoyado hasta ahora en mi vida? Por dolorosa que sea,
la pregunta sobre la deuda con lo inacabado y lo inacabable que el psicoanálisis planteará
en términos de falta, cuestionará la subjetividad en relación a la propia historia edípica y
narcisista, y la reformulación constante que como humanos hacemos de nuestra castración.
Entonces, ¿Qué somos después de elaborar el complejo de Edipo? ¿Qué consecuencias
estructurales tiene resolverlo?
Acaso convenga preguntarse si es posible vivir sin una interrogación sobre la propia muerte
y sus significantes. Y acaso, si existe respuesta, tan solo abra nuevos dilemas, dado que el
drama de nuestra muerte, solo se extinguirá con ella. Dice Santiago Kovadloff: “Cuando
la vejez se reformula como tarea, el pasado nos propone volver a pronunciarnos”. “Una vida vivida, nos
advierte el filósofo, no necesariamente es una vida recapitulada, pero una vida recapitulada siempre será una
vida plenamente vivida” (El enigma del sufrimiento, pag 241).
Tarea, entonces, la de resignificar la propia vida, concluida en términos materiales, pero
vigente en oportunas ofertas de reflexión. La vida concluida es una tarea y un drama a
la vez; se alcanza allí frecuentemente la lucidez en materia de reflexión, mientras se
asiste simultáneamente al fin del desarrollo vital. Sin embargo, es esperable que, indócil,
el narcisismo, quiera saber qué suerte correrá su anhelo de inmortalidad, ¿Qué mata la
muerte?
No es tan fácil, ya nos lo enseñó la literatura, muchos mueren con ansia de seguir viviendo.
“Mínima alma mía, tierna, flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a
esos parajes pálidos, rígidos, desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño.
Todavía un instante miremos juntos li as riberas familiares, los objetos que sin duda no
volveremos a ver…Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…”, reza el
emperador Adriano en su hora final, en la magistral obra de Yourcenar. (6) pag 117 Virgilio
Tampoco a Virgilio, la expiración le ahorra reflexiones, en la pluma de Herman Broch:
“Oh, ¿Quién prestaría ayuda, si ni el olvido siquiera podía ofrecerla? ¡¿Quién podría consolar aún de que lo
hecho no pudiera ser corregido ni recuperado lo no-realizado? ¿Qué esfuerzo sería preciso, para conseguir la
ayuda que libera y redime? Solo la perfección de sentido de la muerte brota el inmenso sentido de la vida.”(7)
Los dos tiempos del Complejo de Edipo
¿Arte de la despedida? ¿Aptitud para el balance? ¿Disposición para la aceptación del
propio final?
La muerte no sólo nos ocurre como un desenlace esperado y esperable, sino que es
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 126
LA MUERTE COMO NECESIDAD.
necesario que así suceda, porque lo trágico sobreviene al presumir posible una
inmortalidad real. “Nadie podría deducir de nuestro comportamiento que reconocemos a la muerte
como una necesidad, que tenemos la firme convicción de que cada uno de nosotros daba una muerte
a la naturaleza. Al contrario, cada vez encontramos una explicación que rebaja esta necesidad a la
categoría de casualidad”, asegura Freud. (8)
Planteado el tema en estos términos, mi propuesta es dialogar hoy con un personaje no
frecuentado por Freud, pero protagonista de un segundo tiempo fundamental del Complejo,
Edipo en Colono. Ciego, pero maduro ya, Edipo marcha de Tebas hasta Colono. Avanza
desde el principio de placer al principio de realidad; e interroga su relación con aquel Edipo
Rey soberbio, omnipotente y falaz que fuimos y seguiremos siendo hasta el final.
Lacan, en el seminario de la ética, aconseja “no olvidar en la historia de Edipo el tiempo que
transcurre entre el momento en que éste es ciego y el momento en que muere” (9). Edipo renuncia
a sus bienes, rompe con sus hijos, más no abdica a su dignidad. Algo parecido le sucede
al rey Lear, nos recuerda Lacan. Lear renuncia a su fortuna, repartiendo su legado en vida
entre sus tres hijas a cambio de perpetuarse como el más amado. La tragedia no tarda en
desatarse y todos los personajes caen en desgracia. Sin embargo, Lear y Edipo tienen un
punto en común. Ambos aspiran a morir después de haber verificado que su imagen será
redimida por un amor absoluto. Quieren irse de este mundo bajo la convicción de que han
significado algo excepcional. Y se interrogan sobre las posibilidades de forjar una buena
memoria de su nombre. “La única función del padre es ser un mito siempre y únicamente, el Nombredel-Padre, es decir nada más que el padre muerto, como Freud nos lo explica en Totem y Tabú(…) para
que esto sea plenamente desarrollado es necesario que la aventura humana, haya sido llevada hasta su
término, a saber, que la zona en la que avanza Edipo después de haberse desgarrado los ojos haya sido
explorada”, (9) advierte Lacan.
La zona es Colono. Metáfora y geografía donde los dos herederos del primer tiempo del
Edipo, complejo de castración y superyó, darán cuenta de su relación final con el límite.
Si Edipo Rey es una tragedia de desmesura, de hybris, de pulsión descarriada sin
simbolización, Edipo en Colono es la tragedia de desenlace; el pago del costo por el exceso.
Nada más conmovedor que el parlamento inicial de esta pieza, donde la piedad acompaña
de la mano a la miseria. Allí se ve a actuar a un Edipo transformado, desvalido, en un estado
primordial de abandono, falto de recursos, podríamos decir, en lenguaje psicoanalítico, un
estado similar al del infans. (11). Todos estaríamos de acuerdo en creer que esa condición de
desamparo es la que hace justamente del personaje un héroe indiscutido. En otras palabras:
con recursos, cualquiera “puede”, la cosa es probarse ante la adversidad desde la carencia
y dejar alguna marca en la historia. O sea, que la heroicidad se constituye en la condición
de ese estado primordial de desvalimiento, y la tragedia agrega que el héroe es un ser que
deberá poder tomar decisiones un poco a ciegas, dentro de cierto estado de ignorancia, ya
que los pronósticos del oráculo recién podrán ser significados a pres coup. (Peskin)
Es una evidencia que Edipo fue un héroe. Sobrepasó el alcance de lo normal de una vida
humana y además no tuvo como otros su complejo de Edipo, ya que él mismo lo fundó
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 127
ROXANA RATINOFF ARASANZ
con su penosa experiencia y en la tragedia vendrá a comunicarlo.
Quizás su máximo heroísmo fue fundar el psicoanálisis, haciéndonos ver que todos
tenemos algo de él. (Peskin)
Son infinitas las lecciones que Edipo en Colono, en quien el tiempo ya ha pasado y está
ante la necesidad de hacerle lugar a su propia muerte, tiene para darnos. Se trata de un
saber decir adiós con convicción pero no siempre el narcisismo es capaz de incluirse
en el proyecto.
Todos vamos a Colono
Es verdad que somos Narciso y Edipo, pero ¿llegaremos a ser Edipos en Colono? No
alcanza tan solo con emprender el pesado viaje. Conquistar Colono es adueñarse de
una metáfora simbólica que posibilita la superación de lo precariamente imaginario y
real “tebano”.
¿Y qué nos dice Sófocles?, con esta tragedia que escribe en el final de su vida. Nadie
sabe dónde Edipo está sepultado, pero todos sabemos lo que él significa. Un Edipo
sepultado pero inhallable, condición misma del complejo de Edipo como un fenómeno
inconsciente e irresoluble, del cual no sabemos pero sabemos lo que significa. A su
vez, Sófocles destina a Edipo un sepulcro secreto, quizás porque la muerte no admite
ser más que enigma.
A quien vio lo que jamás debe ser visto, el cuerpo “desnudo” de la madre y rompió
con toda genealogía temporal de un orden posible, dado que en su Tebas natal, Edipo
fue hijo, esposo, padre y hermano a la misma vez; frente a la desmesura, restan dos
destinos: la ceguera y el destierro. La ceguera admite una certeza. Quien vio lo prohibido
puede prescindir de sus propios ojos, pues nada ya hay por ver. “…al enceguecerse (…)
sólo quien escapa a las apariencias puede llegar a la verdad,” aclara Lacan (12). Auspicioso,
el destierro en Colono, es la esperanza de alcanzar una tierra prometida redentora. Si
Edipo en Tebas se consagró único, en Colono admitirá que es uno más. Encontrará
allí su dignidad. Revertirá su protagonismo como víctima si se convierte en una figura
de incidencia en el transcurso ulterior de la historia; si logra ser el conquistador de una
memoria con más peso que su existencia. La pregunta será entonces: ¿Qué inversión
se hizo durante la vida para capitalizar intereses provechosos al recuerdo?
A pesar de ser un hombre temperamental, a Edipo, una vez en Colono, no le va tan
mal. Alcanzada la ancianidad, se exculpa, pero no niega su responsabilidad y logra
reconciliarse con su propia mediocridad y su precariedad. Con valor, en el ocaso de su
existencia acepta: “No fui más que el que fui. Pero el dolor hizo de mi un visionario.”
Si vuelvo a la descripción del texto, la caída de Edipo Rey en Tebas es repudiada por
los ciudadanos, pero el valor de la consistencia del recuerdo, acontecerá en Colono
en la lucidez de su ceguera, como visionario. Edipo vio todo, al igual que Tiresias.
Transgredió todos los límites y conoció todos los goces. No es posible entonces no
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 128
LA MUERTE COMO NECESIDAD.
esconder el cuerpo del deseo, de la pulsión.
Si en el primer tiempo del Edipo se juega la compleja subjetivación del ser, en el
segundo tiempo, en Edipo en Colono, donde ya no queda tiempo, se juega la condición
de la trascendencia de dicha subjetivación. Será la elaboración del primer tiempo lo
que defina el diagnostico del segundo, como síntoma o simbolización de la memoria
del nombre propio.
Lacan explica: “…Edipo llega hasta el me phynai (Antes bien, no ser). Esta es la preferencia con
la que debe terminar una existencia humana, la de Edipo, tan perfectamente lograda que no muere
de la muerte de todos, a saber, de una muerte accidental, sino de la verdadera muerte, en la que el
mismo tacha su ser.” (13).Y es conmovedor palpitar la extraordinaria serenidad con que
asiste Edipo a la repatriación de su dignidad yendo en busca de su muerte, entendida
no como un suicidio, sino como una necesidad indispensable. Es notable lo que Edipo
nos dice allí: la fuente de la templanza en la vejez son los hijos. El orden natural por el
cual Antígona acompaña a su padre a morir, el hecho natural por el cual los hijos verán
morir a un padre y no a la inversa, ordena el universo simbólico en virtud de que no
se invierta jamás lo edípico: que los padres no sean victimas anticipadas en el orden de
los duelos; hijos forzosos de sus hijos.
Si la intención de la tragedia es mostrar que lo inexorable es la repetición. Si nuestro
primer destino inevitable es el narcisismo, nuestro último destino es Colono. Conviene
considerar que seremos muchas veces Edipo en Colono: ante diferentes culminaciones
en la vida, ante los posibles fines de análisis, ante duelos diversos. El insight jamás
es anticipado. Tarde pero a tiempo, Edipo anciano descubre una verdad que nos
pertenece: somos uno por única y última vez. Así descubre la paradoja bajo la cual
un sujeto persigue afanosamente su propia consagración narcisista, no sin el costo,
o la ganancia, de “pasar a mejor vida”. Edipo no teme el “Más Allá”, el reino de
Hades, pues él mismo ya está más allá. Las Erinias no lo aterrorizan, pues ya nada
puede aterrorizarlo. Sublimes, los griegos ilustraron a través de la figura siniestra de las
erinias el efecto de lo que para el psicoanálisis es el superyó sádico frente a las fantasías
parricidas e incestuosas.
Tiempo preciso en que lo siniestro se vuelve familiar en algún sentido, esto ya lo
teorizó Freud, las erinias que reciben a Edipo en el bosque sagrado de Colono, son
curiosamente amigables y piadosas; se han reconciliado con él. Se han eumenizado.
Las eumenides para los griegos, son unas criaturas cuya naturaleza es la redención;
de modo que cuando intervienen “eumenizan” a las erinias dando lugar al perdón,
el apaciguamiento y el olvido. A su manera, los griegos se adelantaron bastante al
psicoanálisis, no en su ciencia, sino en las claves simbólicas que Freud sensiblemente
supo interpretar.
Coherente con este discernimiento, Sófocles no se pierde en sentimentalismos de
escena. El mismo tiene un tiempo acotado a sus noventa años y cuenta con la ventaja
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 129
ROXANA RATINOFF ARASANZ
de una ancianidad que le permite ilustrar a un Edipo cuyo deseo es saber la clave del
deseo (14)
Quisiera soñar a Edipo y a Sófocles en Colono. Quisiera soñar ese encuentro. Si
contemplo la escena, convivo mejor con las oscuridades, con la precaria seguridad
de las respuestas. Quisiera soñar a Freud anciano unirse a ellos. Viendo la imagen,
quisiera retenerla. Tres abuelos de espalda, como si dijeran adiós. Sus voces hablan el
idioma pausado de la sabiduría, de la sencillez de la muerte. En sus miradas brilla la luz
lejana de lo que alguna vez supieron ser. Edipo extiende una mano y señala el camino.
Es bueno soñar así. Enamorarme de este sueño cada vez.
En el tenue resplandor del ocaso, los tres saben que nada fue en vano.
BIBLIOGRAFIA
1. Lispector Clarice, Un soplo de vida, Siruela, Madrid, 2003, pag. 145
2. Freud Sigmund, “Los que fracasan al triunfar”. Obras completas, Tomo XIV, Amorrortu Buenos Aires,
1989, pag. 325.
3. Viereck George, “Sigmund Freud”, Revista de Psicoanálisis LXVII, APA; Buenos Aires, 2010, pag. 825.
4. Bodni Osvaldo, “La existencia del doble y la clínica del legado”, Revista de Psicoanálisis, LXVII, APA;
Buenos Aires, 2010, pag. 719
5. Kovadloff Santiago, “El enigma del sufrimiento”, Emece, 2008, Buenos Aires, pag. 241.
6. Yourcenar Marguerite, “Memorias de Adriano”, Sudamericana, 1999, Buenos Aires, pag.290.
7. Broch Herman, “La muerte de Virgilio”, Alianza, 2007, Madrid, pag.489.
8. Freud Sigmund, “Nosotros y la muerte”, Revista de Psicoanálisis LXVII, APA; Buenos Aires, 2010, pag. 544.
9. Lacan Jaques, “La ética del Psicoanálisis”, Paidós, 2009, Buenos Aires, pag. 362, 363.
10. Ibídem, pag. 368.
11. Peskin Leonardo, “La tragedia como expresión universal del origen de la subjetividad”, Revista La Peste de
Tebas N° 45, Buenos Aires, 2009, pag.43.
12. Lacan Jaques, op.cit. pag.369.
13. Lacan Jaques, op.cit. pag. 364.
14. Lacan Jaques, op.cit. pag. 368.
OTRA BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Sófocles, Tragedias Completas, “Edipo en Colono”, Cátedra, Madrid, 2000.
Sófocles, Tragedias Completas, “Edipo Rey”, Cátedra, Madrid, 2000.
Sófocles, Tragedias Completas, “Antígona”, Cátedra, Madrid, 2000.
Freud Sigmund, “Duelo y Melancolía”, Obras Completas, Tomo XIV, Amorrortu, Buenos Aires 1989.
Shakespeare William, “Rey Lear”, Aguilar, Madrid, 1964.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 130
_Osvaldo Canosa / [email protected]
UN DESEO ENCANTADO
(La poética de Felisberto Hernández)
A modo de innecesaria aclaración:
Si un escrito requiere aclaración ya resulta promesa de
oscuridad, de embarazo. Para decirlo todo de una vez: este
escrito no habla desde el psicoanálisis; sí reclama con premura,
una lectura psicoanalítica acerca de los posibles e inevitables
aportes de los escritores latinoamericanos en la fatal misión
de comprender al ser humano en su incansable tarea de
diferenciarse de las bestias y buscar coincidencias en los Dioses;
la herencia de Ellos en cada uno nosotros.
Generalmente cuando escribimos lo hacemos por algún motivo que nos empuja a
ello. Queremos comunicar algo que nos parece absolutamente necesario. A veces lo
logramos y otras… no.
Las más de las veces empezamos describiendo un sentir; si alcanzamos capturarlo
con unas pocas palabras, un ímpetu de valentía nos arrebata y creemos poder explicar
por qué surge ese sentir. Suele pasar que un laberinto enmarañado de motivos nos
confunda y hasta encarcele nuestras manos de escritor. Resulta que ellos (los motivos)
pretenden un lugar de excepción; todos dicen ser el padre de la criatura, la causa última
de ese sentir. En ese momento, las palabras destinadas a ser escritas, se desbordan
como un manantial endemoniado.
Es, en ese instante, cuando creemos que no nos va a alcanzar nuestra corta vida para
poder escribir todo lo que surge en nuestra mente. Poco a poco los motivos de ese
sentir van perdiendo consistencia y son menos orgullosos y su vanidad se pierde
detrás de su sombra. Se deshilachan las explicaciones y nos quedamos con un misterio
pequeño que detiene nuestra lapicera como si se le hubiera acabado la tinta.
Así terminan la mayoría de nuestros escritos, y los de muchos escritores.
Sólo algunos se le animan al misterio, que después de un rato ya no es pequeño y ocupa
toda la hoja que pretendemos escribir.
A ese misterio, que es como la sombra de una sombra; a ese enigma le ofrendó sus
letras Felisberto Hernández.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 131
OSVALDO CANOSA
Solo empieza a ser conocido después de su muerte al ser elogiado fuera de su tierra
y por otros escritores: Cortázar, García Márquez, Calvino entre otros hablaron de un
talento impar en Felisberto. A partir de los 70 comienza a ser conocido por el público
en general y resulta ser materia de análisis en las Casas de Altos Estudios abocadas a
la Literatura.
Verdadero maestro del misterio cotidiano Felisberto descubrió que esa incomprensión
no solo está delante de nosotros; también supo que está detrás y ciertamente dentro
nuestro. Es ese misterio, una amalgama que nos enlaza al otro del amor y también a
ese otro que se esconde en las cosas aparentemente inanimadas.
“…el misterio de las sombras se transforma demasiado bruscamente en el misterio de lo fugaz.” 1.
El proyecto literario de Felisberto era -más que hablar acerca del misterio- hablar el
misterio. Su compromiso fue textual, no solo temático.
Sus textos iniciales fueron bitácoras de viaje, en los que hablaba acerca de su proyecto
narrativo.
Los textos posteriores, los de su época de escritor sin piano, ya muestran consumada
la misión: no explica, solo escribe y sus personajes actúan la maravilla de la vida: el
misterio.
Tal vez para Felisberto, el misterio no era tratar de conocer cómo es el espíritu,
cómo funciona, sino adentrarse en el misterio más grande: para qué funciona el
espíritu. Pregunta que lo alojaba en la metafísica pero él atinaba un atajo hacia una
metapsicología.
Sus personajes transitan las historias hechizados por ese misterio que siempre tratan
evitar, o lo que es lo mismo: siempre tratan de distraerse.
Pero, por qué distraerse es tan importante?
Por qué para Felisberto, algo del engaño, del simulacro es poco menos que indispensable?
Creo que hay engaños que nos protegen de otros engaños.
Si sostengo el misterio, si resisto la posibilidad de develarlo, me protejo de otro engaño,
tal vez fatal; el de creer que el misterio puede y debe ser develado.
Sería más o menos así: como tengo necesidad de darle sentido a mi vida, supongo que
todo lo demás tiene sentido. Pero resulta que el universo no tiene sentido, tiene inercia.
El sentido exige develar el misterio, la inercia lo ahonda.
En un texto breve de 1929, Felisberto ensaya una explicación posible para la despistada
condición humana. Se trata de “La piedra filosofal”, pequeño ensayo que trata de dar
cuenta de alguno de estos temas desde su contenido formal y también desde su estilo
1 - Hernández, Felisberto: “Los libros sin tapas”. 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de plata, 2010.
En “El Taxi” pág. 136
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 132
UN DESEO ENCANTADO
narrativo.
“Yo soy el otro extremo de las cosas [decía La Piedra Filosofal]… hay un extremo de cosas blandas,
y es el espíritu del hombre. Yo soy el extremo contrario; el de las cosas duras. Pero uno de los grandes
secretos es que no existen cosas duras y cosas blandas simplemente: existen entre ellas una progresión,
existen grados.”2.
Nos cuenta acerca de la Teoría de la Graduación. De los límites de los sentidos. De la
curiosidad y el placer.
“Los distintos sentidos les proporcionan placer a los hombres, pero les prohíben satisfacer la curiosidad
de la realidad objetiva: la graduación.”3
La curiosidad es esa particular característica humana, que no admite su realización sino
su satisfacción, a condición de ser incompleta para volver a surgir en tanto sentimiento
de insatisfacción. Otra vez el engaño, la paradoja que hace posible el transitar humano.
No conforme con esto, Felisberto, también arremete (amparado por la Teoría de la
Graduación) con el tema de la vida y la muerte. Todo parece ser una gradación. En el
polo de la vida parece que todo tiene que ver con la muerte y su dilucidación. En el
polo de la muerte la vida no interesa, ya no hay misterio, no hay curiosidad.
“Se ha hecho para los vivos y no para los muertos el porqué metafísico y las reflexiones sobre la
vida y la muerte, pero no les hace falta aclarar todo el misterio, les hace falta distraerse y soñar en
aclararlo.” 4
Volviendo a la Teoría, Felisberto supone una graduación en la línea que va de lo blando
(el espíritu, la pura vida) hasta lo duro (lo que no tiene vida, ni problema, ni cuestiones,
o sea la piedra filosofal).
En otro texto escrito en 1939 (Diario de pocos días o Almacén de ideas o Juan
Méndez) plantea con claridad que entre la opción de escribir un tratado de Psicología
y algo bello, no duda y se anima a escribir algo que de cuenta de las dos opciones.
O sea, no hay alternativa, solo se puede vislumbrar algún entendimiento acerca de
las manifestaciones del hombre si lo podemos expresar con rigurosidad y belleza. El
sentido estético le da sentido a lo humano; ese es el objetivo. No hay que develar el
misterio sino mostrarlo en su belleza radical.
2 - Hernández, Felisberto: “Los libros sin tapas”. 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de plata, 2010.
En “La Piedra Filosofal” pág. 58
3 - Op. Cit pág. 59
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 133
OSVALDO CANOSA
“…Empecé a meditar sobre el viento y tenía dos proyectos: uno, escribir lo que pensaba sobre la
impresión del viento en un tratado de psicología, y el otro, escribir sobre el viento en forma de cuento
[…] Y claro, aquí empezaría a pensar qué me enorgullecería más, si descubrir una verdad o hacer
una cosa bella; yo me quedaría con las dos cosas…” 5
Por ello el cuestionamiento y el cuidado hacia el estilo lo llevan a arremeter contra la
niña mimada de la vanguardia surrealista de la época: La metáfora.
No confía en la metáfora (en tanto palabra escrita) aunque sabe que no puede prescindir
de ella en la tarea.
El Taxi (supuesto capítulo de un libro jamás escrito “Filosofía de un gangster.” 1938)
es una metáfora de la metáfora. Las metáforas son como coches de alquiler que nos
llevan a donde le indicamos. A veces nos llevan con más velocidad que la deseada,
otras van muy lento y se detienen porque deben responder a las normas de tránsito. El
taxi no nos libera ni nos sorprende; el taxi sólo nos traslada.
“…tengo cierta ilusión en comprender […] sin saber bien lo que es ignorar, tal vez aspire a
ignorar artísticamente o graciosamente; tengo terror a ignorar con seguridades, quiero ignorar sin
seguridades, y lo que más me asusta es ignorar con una sola seguridad”6
La metáfora nos promete revelar el misterio en cuanto creamos en ella; no como
metáfora sino como la verdad más novedosa, como verdad última.
Si bien Felisberto siempre escribe acerca de la escritura; ella nunca está sola en sus
acordes literarios, siempre hay ojos para leerla u oídos para escucharla.
La implicancia del otro resulta inaugural e imprescindible
El otro en su escucha me define como hablante.
El otro en su habla me determina como escucha.
El otro. En fin, reservorio del misterio que yo también poseo en tanto otro de mí
mismo.
“[…] En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. […] Sin embargo
debo esperar un tiempo ignorado: […] solo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se
transforme en poesía si la miran ciertos ojos.” 7
Pero no todo es metáfora, también se puede leer y escuchar metonímicamente.
Felisberto plantea en varias oportunidades su encantado deseo de escuchar. Un deseo
4 - Op Cit pág. 61
5 - Hernández, Felisberto: “Los libros sin tapas”. 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de plata, 2010.
En “Juan Méndez o Almacén de ideas o Diario de pocos días” pág. 146-147
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 134
UN DESEO ENCANTADO
difícil, huidizo.
“Yo sabía que tenía gran dificultad en comprender a los demás. […] pero también sabía que iba a
tener pereza de seguir desconfiando. Entonces me entregué a la manera de mi egoísmo; cuando estaba
con ella esperaba, con buena voluntad y hasta con pereza cariñosa, que ella me dijera lo que se le
antojara y entrara cómodamente en mi comprensión. O si no, podría ocurrir, que mientras yo vivía
cerca de ella, con un descuido encantado, esa comprensión se formara despacio, en mí, y me rodeara
toda su persona.”) 8
Si escuchamos con la idea fija de la comprensión es muy probable que la tentación sea
escuchar metáforas que prometen una comprensión equivocada.
Felisberto descubre la eficacia de la escucha distraída, esa que ignora lo que va a
encontrar; es más, ni siquiera está a su búsqueda. Es una escucha metonímica, que se
deja trasladar de un tema a otro, de una frase a otra, de una palabra a otra. Confía en el
rumbo de la escucha sin suponer un destino (morada de la metáfora última).
Si el destino último es la muerte, qué sentido tendría buscar la comprensión de la
vida en esa ruta. Por eso Felisberto hace su homenaje al misterio de las cosas simples, a la
complejidad del hombre común que, en su desdicha o en su mirada enamorada, encuentra
lo que lo distingue de todo los demás; lo que lo hace único a él y a su soledad encantada.
“Entonces, he abierto la portezuela del taxi y me he perdido entre la multitud”.9
BIBLIOGRAFÍA
*- Hernández, Felisberto. “Cuentos selectos” 1° edición Buenos Aires. Corregidor. 2010.
*- Hernández, Felisberto: “Los libros sin tapas”. 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de plata, 2010.
*- Hernández, Felisberto. “Las Hortensias y otros relatos” 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de Plata, 2009.
*- Bayard, Pierre. “Se puede aplicar la literatura al Psicoanálisis? 1° edición. Buenos Aires. Paidos, 2009.
6 - Hernández, Felisberto: “Los libros sin tapas”. 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de plata, 2010.
En “El Taxi” pág.135
7 - Hernández, Felisberto. “Las Hortensias y otros relatos” 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de
Plata, 2009. En “Explicación falsa de mis cuentos” pág. 77
8 - Hernández, Felisberto. “Cuentos selectos” 1° edición Buenos Aires. Corregidor. 2010. En “La casa
inundada” pág. 275-276.
9 - Hernández, Felisberto: “Los libros sin tapas”. 1° edición. Buenos Aires. El Cuenco de plata, 2010.
En “El Taxi” pág. 137
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 135
CAPÍTULO 8
MONOGRAFÍAS ESCOGIDAS
_Jorge Catelli / [email protected]
Síntesis de la Monografía
“DUELO O MELANCOLÍA: ACERCA
DE LA INCORPORACIÓN ORAL Y
LA IDENTIFICACIÓN”
En este trabajo, galardonado con el segundo premio “Baranger-Mom” retomo
fundamentalmente el artículo de Duelo y Melancolía de S. Freud, a partir de las ideas
de Jorge Winocur para discriminar ambos cuadros en relación al eje de la identificación
y la incorporación oral, señalando luego el interjuego posible, que encuentro en estos
procesos.
Tal como puede verse en el título mismo, hice un cambio de la conjunción “y”, por la
disyunción “o”, respecto del texto original freudiano “Duelo y melancolía” (1917e [1915]),
como paráfrasis del mismo con el fin de acentuar algunas precisiones metapsicológicas
básicas entre estos dos términos, que a veces –y muy a pesar de los esfuerzos de Freud
en situarlas– quedan difusos y en algunos casos alterados, independientemente de las
apariciones mixtas y variadas que tales cuadros presentan en la clínica. Del mismo
modo, y fundamentalmente a partir de las formulaciones de Abraham, queda muchas
veces confundido el término de “identificación” con la idea de “incorporación oral” y
asimismo con el concepto de “introyección”, que incluso Laplanche y Pontalis en su
vocabulario sitúan a estas últimas como prototipos de la primera. Siguiendo las ideas
de Jorge Winocur, diferencio en mi trabajo cada uno de estos conceptos, a partir de la
letra freudiana.
Es la influencia de Abraham, apoyándose en una hipótesis de Róheim -según quien
los rituales del duelo, en su forma arcaica, consistían en la devoración del cadáverMOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 139
JORGE CATELLI
lo que considero que lleva a Freud a pensar la identificación originariamente oral o
canibálica, tal como señala en 1913, acerca del “acto de devoración del padre”, según el cual
los miembros de la horda primordial, “consumaban la identificación con él” (pp. 1434). O bien en 1915, (p. 247) cuando se refiere a la identificación como “la etapa previa
a la elección de objeto […] el primer modo […] como el yo distingue a un objeto”, agregando que
el yo “querría incorporárselo, en verdad, por la vía de la devoración, de acuerdo con la fase oral o
canibálica del desarrollo libidinal”, en lo que creo, es un intento de aunar, integrar las ideas
de ambos, aun un poco forzadamente.
Sin embargo, ya tempranamente, Freud había definido el concepto de identificación
como un “modo de pensar” del aparato psíquico, un modo espontáneo de
funcionamiento, que retomará después, a lo largo de su obra, marcando una clara
definición y pudiendo de esta manera, seguir una línea específica del pensamiento de
Freud, en esta dirección.
Luego continúo con un recorrido por las etimologías de estos términos en el idioma
en que Freud los escribió, en alemán, tomando a la traducción como un motivo de
interés para la teoría, ya que también Freud eligió qué palabras utilizaba para nominar
a uno u otro concepto, con la diversidad de términos que en alemán existen. Así
investigué entre otros, el término “Trauer”, tiene en idioma alemán como sinónimos
los términos “Gram” –que es dolor, pesar, aflicción, pena, así también como
figurativamente “podredumbre”– o “Kummer” –pesadez, preocupación, aflicción,
también figurativamente “podredumbre”– (¿Podría ser también la podredumbre de la
libido estancada en el yo?) Menos utilizado es el término “Betroffenheit” que describe
el estado de “impacto” de una situación; literalmente “betroffen” es estar “tomado”,
“tocado”, “preocupado” o “afectado” por una situación. La finalización “heit” da
cuenta de la sustantivación de ese ‘estado’. Freud elige la palabra “Trauer”. Esta
proviene del verbo “trauern”, que encuentra su origen en el siglo IX, (Kluge, p. 926)
en su raíz del “alemán clásico medio” –Mittelhochdeutsch– como “trüren” y a su vez
en el “alemán clásico antiguo” –Althochdeutsch– como “truren” que significa “bajar
los ojos”, como ademán de retracción y tristeza, y a su vez, la idea plástica del pesar,
en “bajar la mirada, bajar la cabeza”. Me resulta interesante la descripción plástica de
la retracción libidinal, propia del narcisismo, que surge del origen de la palabra que
damos en traducir por “duelo” en español. ‘Retraer la mirada’, ‘bajar los ojos’, ‘apartar
la vista del objeto’ o quizás –como lo que luego plantea Freud– ‘desasirse del objeto
y retraerse hacia sí mismo’, parecerían ser las ideas que evoca la mera etimología de la
“Trauer”.
“Duelo”, en español, de raíz latina tardía –aprox. de 1140–, encuentra su origen en
“dolus”, el –dolor– (Corominas, p. 219), dando lugar en el siglo XIII al término
“condolencia”, como sentimiento de ‘dolor compartido con otro’. Recién en 1565
o mediados del siglo XV, toma el sentido de “desafío, combate entre dos” por una
alteración de sentido, influido por “duo” –dos–, condensado con “duellum” –guerra–
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 140
“DUELO O MELANCOLÍA: ACERCA DE LA INCORPORACIÓN ORAL Y LA IDENTIFICACIÓN”
que en esta línea daría lugar a una “guerra entre dos”. (Ibíd. p. 221) Y me pregunto si a
su vez podría ser algo del ‘duelo’ entre el superyó y el yo, algo de esa guerra furibunda
y encarnizada entre ambas instancias, propia del duelo patológico1.
Luego desarrollo los elementos cruciales que Freud sitúa para diferenciar el duelo de la
melancolía, deteniéndome en particular en la concepción del antecedente “narcisista”
necesario para “hacer” una melancolía, a partir de lo cual es posible entender que no es un
objeto lo que se pierde, sino una parte del yo, y que esto determina la gravedad del cuadro.
De este modo, comprendo la “afrenta real o […] desengaño de parte de la persona amada” (AE, 14,
p. 246) como la injuria provocada por el descubrimiento de que el otro es efectivamente eso:
otro, un objeto, ‘no yo’, ‘no como yo’. Vemos entonces que la melancolía se desencadena
por la “aparición” del objeto, más que por su pérdida, que sería una pérdida del yo.
Entra ahí la “identificación” a cobrar un singular protagonismo en la configuración del
cuadro melancólico, particularmente la “identificación narcisista”, que por lábil, variable
y poco duradera, abre la puerta a la mencionada confusión del yo con el objeto y a los
planteos freudianos de la identificación.
Finalmente retomo las ideas freudianas acerca de la identificación, para situar la clara
diferencia entre procesos paralelos, como la incorporación oral y aquélla, o bien la
introyección, como un fracaso de la misma, por ejemplo en la ya célebre comida totémica,
en donde se puede colegir que la identificación –al menos parcialmente– era previa a
aquella devoración que la sucedería, los hijos querían ser como el padre: lo envidiaban
y le temían. Sin embargo parecería haber sido ésta una identificación fallida, fracasada,
creyendo entonces –siguiendo con la construcción mítica freudiana– que comiéndose al
padre, serían como él. Al estilo del hombre primitivo que devoraba al animal con el fin de
poseer sus cualidades2, o en el ritual de la ‘sagrada comunión’ cristiana, en que se incorpora
por medio de la hostia consagrada “el cuerpo de Cristo” –también bajo la égida de la
creencia compartida– y que “repite el sentido y el contenido del antiguo banquete totémico”. (Freud,
1939a [1934-38], p. 81) Pero que sin embargo, implica una identificación previa para poder
ofrecerle a esa incorporación alguna eficacia del orden simbólico.
La posición que sostengo en el trabajo, es la del interjuego entre estos elementos, tan
complejo que el psicoanálisis estudia, investiga y trata.
En las situaciones primarias del ser humano, encontramos la más probable simultaneidad
de las situaciones vitales remitidas por los conceptos desarrollados anteriormente, tales
como ‘la identificación del objeto’, ‘la identificación’ –en tanto proceso con el objeto y con los
contenidos representacionales inconscientes heredados–, ‘la confusión narcisista del yo con el
objeto’, ‘el dolor por su pérdida’, ‘la incipiente constitución del yo’, ‘la introyección’ y ‘la incorporación’.
Luego de haberlos distinguido –al estilo del proceso inicial de la identificación del objeto–
1 - Agradezco en este punto, la idea de la ‘contienda entre instancias’, que me sugiriera la Lic. Alicia
Carrica de Nicenboim, al comentarle el origen etimológico del término ‘duelo’.
2 - Cf. n. 6 de la sección III de “El yo y el Ello” (1923b), AE., 19, p. 31
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 141
JORGE CATELLI
y dirimiendo el alcance que van teniendo a lo largo de la producción freudiana, propongo
pensar la ‘oralidad’ (canibálica respecto del concepto rastreado), como matriz
simbólica potencial, de otros procesos psíquicos, en este caso, en un interjuego con la
identificación, tomado como movimiento tolerante de la paradoja. (Ver N. Canteros,
op. cit. p. 703).
Pienso este interjuego, coincidentemente con la propuesta de Noemí Canteros (2005,
p. 881), como “utilización de una lógica que trascienda el binarismo”, no sin puntualizar,
tal como hiciera anteriormente, las líneas de pensamiento a articular. De este modo,
entiendo a la “incorporación que intenta lograr la identificación”, como propia de los procesos
melancólicos, subsidiaria de la “identificación narcisista”, modo “maníaco” de ser el objeto
teniéndolo “in corpore” y producto más bien del fracaso de la identificación que de su logro.
La incorporación del alimento, en tanto elemento concreto del sustento de la
autoconservación del organismo, conlleva el germen de procesos psicológicos,
‘símbólicos’, en la medida que empuja al aparato psíquico del neonato, luego de largas
semanas de alimentación y oxigenación vía cordón umbilical e indiferenciada, respecto
de su madre, a organizar un encuentro princeps de alteridades, simultáneamente que el
cuerpo imita al inconsciente, o bien, intenta hacerlo. Entiendo esta potencialidad simbólica,
en la medida que es un momento inaugural, el encuentro con el otro –en todas sus
dimensiones– representante del isomorfismo psíquico del infans con ese sistema al
que adviene, para comenzar a ser desplegado. De este modo quedarán para el resto de
la vida, pequeños y grandes elementos recordatorios de esta situación (¿No es acaso el
beso, un mordisco atenuado? ¿No son los “Symposien”, banquetes?)
Me apoyo parcialmente, para pensar estas conclusiones, en las ideas de Meltzer (1990),
quien dice que Abraham describió desde un punto de vista corporal, un proceso
psíquico, refiriéndose a la identificación.
Entiendo que un interjuego de la ‘incorporación’ con la ‘identificación’, es posible en
ese encuentro originario del infans con el objeto alter. Ese otro es simultáneamente
objeto de satisfacción y dador de amor: quien lo salva de una muerte segura, producto
de su indefensión, siendo mecanismos diversos, tal como desarrollé supra, pero
inaugurales de otros procesos, que podría llamar en su inicio, “psico-corporales”. Es
en este sentido ‘incorporar’, introducción en el cuerpo del alimento y parte del otro
asistente, junto con sus palabras, el contacto de su piel, su olor, su mirada y sus gestos,
como condiciones para la subsistencia. Podría ser así, sustituto mismo –aún ese acto
concreto– de los procesos propios del desarrollo psíquico incipiente y no modo de
realización de la identificación. En este sentido, alguien que carezca de la “creencia
compartida” previa, por más que coma muchas hostias, no devendrá cristiano ni le
sobrevendrá el convencimiento de la idea de la resurrección, como tampoco será
más valiente por comer “corazón de león”. En tal caso la valentía pudo haber estado
previamente, si tuvo que cazarlo él mismo.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 142
“DUELO O MELANCOLÍA: ACERCA DE LA INCORPORACIÓN ORAL Y LA IDENTIFICACIÓN”
Siguiendo a Garma (1971), podría plantearse el modelo oral más que como realización de
la identificación, como paradigma de ésta, en la medida que sea tomado el primero como
“oral digestivo” (ver op. cit. p. 145). En este sentido, como paradigma, implica más que
la mera incorporación. En la metáfora digestiva, queda planteado de modo corporal, la
manera en que el organismo hace propios aspectos del objeto digerido, vía metabolización.
En el famoso grabado de Durero sobre la melancolía puede verse un gran bloque de piedra
facetada que, podemos tomar como representación plástica de esa situación pesada, “difícil
de digerir, como una piedra” (Garma, 1946).
La asimilación, en la medida que implica “hacer símil, semejante”, involucra ambos procesos
en la equivocidad misma del término, “que entraña las dos significaciones” (Winocur
1996, p. 233), tanto la material y concreta como la del trabajo psíquico identificatorio
desarrollado supra. Considero que ahí puede ubicarse un punto clave de la “paradoja” de
la identificación como trabajo psíquico, muchas veces confundida en su conceptualización
con la incorporación oral, pero que sin embargo en la idea de “asimilación” muestra una
cara concreta, propia del modelo digestivo y otra de clara especificidad psíquica.
En el desarrollo psíquico incipiente que mencionaba anteriormente, entiendo que es
posible encontrar un pensar originario concreto en el “incorporar el alimento”, que podrá
devenir en ‘modo melancólico’ de poseer al objeto, o bien precursor del ser, que llevará
adelante ese camino de elaboración rítmica de alejamiento y del reencuentro con el otro.
A partir de la pérdida original que el nacimiento impone al ser indefenso, se empieza a alejar
con dolor del narcisismo primordial, “desde muy temprano, se extraña del yo y se vuelve a los objetos”
(Freud, 1916a [1915]).
La historia de vivencias con el otro, ha de signar un camino significativo en el posicionamiento
subjetivo respecto del objeto, la pérdida de origen y el derrotero a seguir.
Comienza entonces un largo proceso, la vida, que es también, como el análisis, un camino
sinuoso para duelar una pérdida de origen, en que dependerá de ese otro que acuda a
responder al grito y de la cantidad de elementos propios de sus ‘series’, para constituirlo
singular en el universo humano.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Y REFERIDA
- Abraham, Karl, (1911): Sobre la exploración y el tratamiento psicoanalítico de la psicosis maníaco-depresiva
y estados análogos. Revista de Psicoanálisis, Asociación Psicoanalítica Argentina, T Año III, nº 2, 1945
_(1916): Investigaciones sobre la primera fase pregenital de la libido. Revista de Psicoanálisis,
Asociación Psicoanalítica Argentina, T Año III, nº 3, 1946
_(1924): Un breve estudio de la evolución de la libido, considerada a la luz de los trastornos
mentales, Ed. Hormé
- Catelli, Jorge E. et al. (1997): Qué padre en las adicciones o acerca de una iniciación imposible. En “El
padre y la mujer”. Atuel, Buenos Aires, 1997.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 143
JORGE CATELLI
_ (2009): Algunas consideraciones sobre el juicio adverso y las sobredeterminaciones inconscientes:
la „Verurteilung“ y la „Urteilsverwerfung“, inédito
- Corominas, Joan, (1961): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Gredos, Madrid, 2003.
- Freud, S., (1900a [1899]): La interpretación de los sueños. AE, 4 y 5.
_ (1900a [1899]): Die Traundeutung. SA II.
_ (1911b): Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico. AE, 12.
_ (1911b): Formulierungen über die zwei Prinzipien des psychischen Geschehens. SA, III.
_ (1912-13): Tótem y Tabú. AE, 13.
_ (1914c): Introducción del narcisismo. AE, 14.
_ (1914c): Zur Einführung des Narzismus. SA, III.
_(1915c): Pulsiones y destinos de pulsión. AE, 14.
_(1916a [1915]): La transitoriedad. AE, 14.
_ (1917e [1915]): Duelo y melancolía. AE, 14.
_ (1917e [1915]): Trauer und Melancholie. SA, III.
_(1917e [1915]): Mourning and Melancholia. SE, 19, Hogarth Press, London, 2003
_ (1921c): Psicología de las masas y análisis del yo. AE, 18.
_ (1921c): Massenpsychologie und Ich-Analyse. SA, IX.
_ (1923b): El yo y el ello. AE, 19.
_ (1923b): Das Ich und das Es, SA, III.
_ (1939a [1934-38]): Moisés y la religión monoteísta. AE, 23
_ (1939a [1934-38]) Der Mann Moses und die monotheistische Religion. SA, IX
_ (1950a [1887-1902]): Manuscrito G. Melancolía. AE, 1.
_(1950a [1887-1902]): Manuscrito E. ¿Cómo se genera la angustia? AE, 1
_ (1950a [1887-1902]): Manuscrito L. [Anotaciones I], AE, 1
_ (1950a [1887-1902]): Manuscrito N [Anotaciones III]. AE, 1
_ (1950a [1895]): Proyecto de psicología, AE, 1.
- Garma, Ángel, (1971): El psicoanálisis. Teoría, clínica y técnica. Paidós, Bs. As., 1971
- Kluge, Friedrich, (1883): Kluge Etymologisches Wörterbuch der deutschen Sprache. 24. Auflage, von
Elmar Seebold durchgesehen und erweitert. Walter de Gryter, 2003
- Laplanche, J. y Pontalis, J-B. (1968): Diccionario de psicoanálisis. Labor, 1971.
- Lustgarten de Canteros, Noemí (1999): Acerca de la angustia en Freud, Lacan y Winnicott. Revista de
Psicoanálisis, Asociación Psicoanalítica Argentina, T LVL, nº 3
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 144
_Mauricio Zulian. / [email protected]
LA PULSIÓN Y EL AMOR,
EN ANDRÈ GIDE:
Historia de una monografía
“Les enseño el sentido y la función de la acción de la
palabra, en tanto ella es el elemento de la interpretación.
Ella es el médium fundador de la relación intersubjetiva y
retroactivamente modifica a ambos sujetos. Es la palabra la
que, literalmente, crea lo que los instaura en esa dimensión del
ser que intento hacerles percibir” 1
Decía el Dr. Andrés Rascovsky en la apertura de la entrega de premios Baranger-Mom,
que en una monografía el autor, sin saberlo a veces, habla de él. Este es el recorrido
de las modificaciones que acompañaron las distintas presentaciones en las que se
retomó el material que componía la monografía, y trata también de los espacios que
permitieron el encuentro con cada una de las sorpresas que me llevaron a retomarla,
por lo cual agradezco a cada uno de ellos.
Las primeras modificaciones que sufre el material fueron producidas cuando necesité
resumirlo para su primera lectura. Allí quedaron afuera las cuestiones con las que se
introducía el discurso freudiano: el “Amor” como caridad cristiana. La forma en que
Freud leía a Darwin para separarse de él… y los problemas con las traducciones de
Strachey sobre la pulsión al inicio de Tres Ensayos…también las referencias filosóficas
a Descartes que decía “El amor es una emoción del alma provocada por el movimiento de los
espíritus que lo incita a unirse a voluntad con los objetos que parecen resultarle convenientes” 1
El texto freudiano seguía presente, por ejemplo: “La palabra «amar» se instala entonces,
cada vez más, en la esfera del puro vínculo de placer del yo con el objeto” 2.
En el afán de resumir el escrito hubo que cambiar párrafos extensos por frases que en
su interior tuvieran la información necesaria para entender la dirección del trabajo. En
1 - Lacan. Los Escritos Técnicos de Freud. Pág. 399
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 145
MAURICIO ZULIAN
este sentido se sustituyeron las descripciones de Gide respecto de la religiosidad de
su madre por dos versículos de la Biblia que explican los nombres de las novelas
autobiográficas de Gide.
“La puerta estrecha”
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición”.
Mateo 7:13-14
“Si la semilla no muere”
“Dice Jesús: En verdad les digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere da
mucho fruto. El que ama su vida la destruye, y el que desprecia su vida en este mundo la conserva para la
vida eterna”. San Juan. Versículo 12
Dirá Gide a Claudel al publicar La puerta estrecha “revelará esa infancia que pudo usted
creer oprimida, pero que lo fue tan sólo por la religión y la moral- digamos que preferiría usted, por
el protestantismo y no acierto a convencerme de que estoy libre de él” 3. Palabras que me siguen
confirmando lo sujetado que se encuentra el autor al discurso protestante.
Es a medida que se va conformando este texto que va siendo claro que lo que no fue
variando en mis distintas intervenciones fue el texto de Gide. Insisto en leer en él, las
conceptualizaciones freudianas. Freud tuvo la genialidad de ingresar en la cuenta a la
pulsión para que podamos leer sus consecuencias. Lacan haya, tal vez, hecho ropas mas
ceñidas, pero la pulsión no es sus teorías, la notamos en el discurso de un sujeto donde
entrelineas leemos al inconciente. Gide se muestra como un conocedor de ese inconciente,
aun sin tener teorías.
En algún momento pareció que el tema viraba en la pregunta por el Análisis aplicado,
cuestión que se esclareció cuando a partir de la preparación de un panel de Secretaría
Científica- subsecretaría de Formación Permanente sobre la Gradiva escribía… “Si se trata
de un discurso, el inconciente puede leerse allí”.
El amor
“No comprendí enseguida que estaba triste. Fue al sentir sus lágrimas en mis mejillas cuando se abrieron de
pronto mis ojos (…) sentía que en aquel pequeño ser que ya quería había una gran angustia, un pesar tal
que todo mi amor, toda mi vida no habría bastado para curarle de él” 4. En estas palabras con las que
Gide describe la constitución de su amor, ubicará Lacan el origen narcisista de todo amor.
Es en tanto ve en ella su propio desamparo que se enamora. Es allí que Lacan retoma una
escena de seducción padecida por la tía de Gide. Citaba entonces un párrafo de La Puerta
Estrecha. “Iba a retirarme de prisa y ella que, habitualmente, parecía no verme, me llamó: -¿Por qué te vas
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 146
LA PULSIÓN Y EL AMOR, EN ANDRÈ GIDE: Historia de una monografía
tan de prisa? Jérome, ¿Te doy miedo? (…) Qué mal te viste tu madre (…) dijo desabrochándome un botón
de la camisa (…) pasó alrededor de mi cuello su brazo desnudo, metió su mano en mi camisa entreabierta,
pregunto riendo si era cosquilloso, hundió mucho más su mano… Me sobresalte…”5. Estamos ante
un momento en el cual, despertada, la corriente sensual es rechazada de inmediato. Dirá
Lacan que en el rechazo de esa seducción, se produce la no aceptación de poder ser un
niño amado. En el lugar donde se tendría que haber despertado la corriente sensual se dará
primacía a la corriente tierna.
Otro de los escritos de Gide me llegó tiempo después de haber realizado la monografía.
De tal modo que las referencias al amor de transferencia que encabezó la presentación
primera, se ausentan para dejar que sea el mismo Gide quien tome la palabra.
“El amor es una invención completamente humana, el amor no existe en la naturaleza (…) lo que yo
pretendo es que ese famoso “instinto sexual” que empuja irresistiblemente un sexo hacia el otro es creación
de ellos, que ese instinto no existe” 6.
Es en este tiempo después, que podría agregar ahora, “La voluptuosidad, por consiguiente, es
buscada por ella misma, sin preocuparse de la fecundación. El animal no busca la fecundación, sino
simplemente la voluptuosidad” 7.
Cito un pasaje de la monografía: siendo ya adulto se encuentra con el objeto sexual muy
lejos de su mujer amada. Escribe Gide en su autobiografía: “Me dijo en voz baja:- Dear, ¿Quiere
usted al musiquito? ¡Oh, qué oscura estaba la callejuela! Creí que el corazón me fallaba. ¡Y cómo tuve que
endurecer mi coraje para responder “Si”, y con qué voz estrangulada! (…) Mi alegría fue tan inmensa y
tal que no la puedo imaginar más poema si se hubiese mezclado en ella el amor (…) ¿Pero cómo llamaré
entonces a mis delirios al estrechar en mis brazos desnudos a aquel perfecto cuerpecito salvaje, ardiente,
lascivo y tenebroso?...” 8 Entenderé este pasaje como el redescubrimiento de la pulsión sexual
por parte de Gide, ahora con un objeto sexual más claro: los muchachitos.
Dirá Freud de Leonardo que “los muchachos a quienes ama ahora, ya crecido, no son sino
personas sustitutivas y nuevas versiones de su propia persona infantil, y los ama como la
madre lo amó a él de niño. Gide deja a su mujer para ir con su amante Marc Allégret a
Londres. ¿Lo amaba? Sabemos que pasa con él el resto de su vida. En todo caso, insisto:
no hay fusión total de la corriente tierna y la corriente sensual. Digamos también que Freud
Llama <<amor sensual común>> a una “investidura de objeto de parte de las pulsiones sexuales
con el fin de alcanzar la satisfacción sexual directa” 9. Pero dónde por la espera de otra satisfacción
habrá de amarse aún en los intervalos (1921).
La pulsión
Hoy sigo pensando que a veces los analistas olvidamos aquello de lo que se trata en la
sexualidad humana, y sigo pensando que es Gide uno de quienes lo recuerdan cuando
procede a contar la metamorfosis de Griboubille10, que caído al río se va transformando
en la rama de un árbol, provocando en él la máxima perturbación. Cuento que él trata de
inmoral, como un pasaje de “Les Diners de Mademoiselle Justine” de Madame de Ségur,
en el que “Justine, que es cosquillosa, deja caer la pila y ¡patatrás! Toda la vajilla se rompe.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 147
MAURICIO ZULIAN
Dirá Gide “La destrucción me hacía desfallecer de gusto” 11. Dos pasajes que muestran no solo lo
errático del objeto de la pulsión, sino también su relación con la palabra.
Lacan se pregunta al hablar de Juanito ¿Para qué sirven los Mitos? Y se responde, “para
poder realizar la pura y simple introducción del instrumento significante en la cadena de
las cosas naturales”… en ese encuentro es donde nace la pulsión que quedará articulada a
la misma gramática que la constituye y no a un objeto.
Lacan se pregunta al hablar de Juanito ¿Para qué sirven los Mitos? Y se responde, “para poder
realizar la pura y simple introducción del instrumento significante en la cadena de las cosas naturales”…
en ese encuentro es donde nace la pulsión que quedará articulada a la misma gramática que
la constituye y no a un objeto.
El amor y el Thánatos
Fue en función del trabajo realizado en Secretaría Científica -Subcomisión de Formación
Permanente, que retomo la monografía en un pasaje donde aludía a la mística y su
relación con el superyó, para ubicar allí, la relación del Sujeto con el Otro.
La situación mística estaba presente a mí entender en las cartas que deja el personaje de
la novela La Puerta Estrecha llamado Alissa. El escrito que retomo es el siguiente: “Hasta
ahora me he contentado de huirle. Esta mañana he podido creer que Dios me daría la fuerza de vencer, y
que rehuir sin cesar la lucha no dejaba de ser una cobardía. ¿He triunfado? ¿Me quiere un poco menos,
Jérome? ¡Ah, lo que espero y temo a la vez! Nunca le he querido tanto. ¡Y si necesitas, Señor, para
salvarle de mí, que me pierda, hazlo…!” 12 Finalmente Alissa escapa de Jérome para morir
sola y alejada. Sus últimos escritos no son para Jérome, se dirige en ellos al Dios mismo.
Es la erotización de una relación mortuoria con Dios. Es estar tomado por la pulsión
thanática, y el superyó. Es en “El yo y el Ello” que Freud nos relaciona la pulsión de
muerte con el superyó.
Podríamos preguntarnos ¿qué es lo que permitió a Gide escapar del destino ofrecido a
Alissa? Podríamos decir que la seducción de su tía, lo salva de quedar en lugar de Alissa
que se encuentra identificada con el amor divino. Ella está entregada a Dios como él se
entrega a Madeleine (su esposa), pero entregando a Alissa, él se salva de entregarse a su
madre. Gide no se hace místico ni se deja morir en función de un imperativo superyoico.
Acá la mística no es sublimación. En Gide Arte y creación se permiten en tanto no hay
objeto instintivo para la pulsión. Pulsión que en el camino de la insatisfacción lleva a lo
humano a inventar el objeto de amor. El amor tiene la virtud de comunicar el más allá
con la letra, el amor no nos libra de la pulsión de muerte sino que la trae consigo.
Pienso ahora que algo en la escena de seducción introduce a la función fálica que lo salva
de no quedar atrapado en el todo goce de esa madre protestante que se relaciona solo
con un Dios absoluto.13
En tanto está la imposibilidad de lo absoluto, no todo podrá ser resuelto. Puedo pensar
entonces la situación mística de Alissa como un intento de unión con un absoluto,
equivalente a un intento de llegar a la completud infinita. Y es aquí que entonces se me
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 148
LA PULSIÓN Y EL AMOR, EN ANDRÈ GIDE: Historia de una monografía
presenta como posible, el pensar una función paterna que introduzca, no solo la función
fálica, sino también lo real como siendo la imposibilidad del absoluto que nos salva de
los fundamentalismos religiosos y las posiciones místicas. ¿Dónde habría encontrado
Gide dicha función?14 Es importante destacar, que cuando nuestro autor recuerda a
su padre, lo hace aludiendo a su amor por los libros. Si este padre que en un principio
pensé insuficiente, pudo transmitir algo del “no todo” que no podía transmitir su madre,
podría decir ahora que cumplió su función.
Lo pendiente
Terminaba cada una de las presentaciones de la monografía con la referencia a un cambio
en la escritura de Gide. Escribía entonces que siendo imposible la publicación de ciertos
escritos sin que su esposa se entere, ella toma conocimiento del material, y quema todas las
cartas que intercambió con Andrè. Hoy debo rectificar esta afirmación, pues encuentro
del mismo autor la explicación de que la quema de cartas se produce cuando él escapa
a Londres con Marc. Sí conservo la afirmación de que son fruto de esta pérdida “Si la
Semilla no Muere” y “Corydon”. Puedo seguir sosteniendo entonces que se produce allí
en Gide el nuevo ideal con un componente social, de lucha por el carenciado, más que
de amor o idolatría, más que detenerse en amar al que carece (caridad cristiana) lucha
Gide por darle dignidad, despojándolo de sus carencias, y proponiéndose así lo contrario
al cristianismo. No se trata acá de dar amor sino dignidad y derechos. Desde este lugar
escribe viaje al Congo. Donde denuncia el maltrato por parte de los colonizadores, o
escribe regreso a la URSS, donde critica fuertemente el régimen comunista con el que
acordaba. ¿De dónde viene entonces la energía para su escritura? Intentaba entonces
pensar que una hipótesis posible podría ser de la pulsión de muerte en tanto sublimada.
Decía anteriormente que habría que pensar no solo en sublimaciones sino en términos
de anudamientos distintos del goce.
Ahora debo incluir también la pérdida de esas cartas, pérdida que creo intervienen en
la puesta en marcha del deseo. O al menos eso percibo, cuando leo sobre las cartas de
amor con Madeleine.
“Magdalena ha destruido todas mis cartas… lo hizo inmediatamente después de mi partida para
Inglaterra. ¡Oh, muy bien sé que sufrió atrozmente por mi viaje con Marc!; pero por qué tenía que
vengarse en el pasado... Es lo mejor de mí que desaparece… Durante más de treinta años le había dado
yo, lo mejor de mí mismo…Sufro como si hubiera matado a nuestro a hijo… Tomo aspirina para tratar
de dormir. Pero el dolor me despierta en mitad de la noche y entonces creo enloquecer…” 15
Fue con motivo de obtener la primer mención en el concurso Baranger Moon que
nuevamente retomo los textos que conformaron la monografía. Pensando que decir de
ella un año después de su escritura. ¿Cómo dar cuenta de un trabajo que fue creciendo?
De a poco se fue restando lugar a la teorización sobre a la pulsión que gesto aquel
seminario coordinado por el Dr. Oscar Paulucci y fue cobrando más valor esa escritura
amorosa… Escritura perdida en esas cartas que quema la mujer.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 149
MAURICIO ZULIAN
Algo de todo esto intentaba trasmitir cuando al comentar el trabajo en la entrega de los
premios incluí estos conceptos de Lacan:
“Basta que en alguna parte la relación sexual cese de no escribirse, para que se establezca
contingencia (da lo mismo decir), para que un aliciente sea conquistado de lo que debe
determinarse al demostrar como imposible esa relación, es decir instituirla en lo real”16.
Y al costadito escribe él “el amor” ¿Nos está indicando que podemos pensar en el amor
ese aliciente, que allí algo se escribe? Hoy encuentro en un texto de Lacan “En el amor
se apunta al sujeto, al sujeto como tal, en cuanto se le supone a una frase articulada, a
algo que se ordena, o puede ordenarse, con toda una vida. Un sujeto, como tal, no tiene
mucho que ver con el goce. Pero, en cambio, su signo puede provocar el deseo. Es el
principio del amor. Los caminos que en las próximas veces trataremos de andar les
mostrarán dónde se juntan el amor y el goce sexual”17.
Prometiendo unir lo que en mi monografía tanto me costó haber separado. Pero este
camino está falto de andar, remite a pensar la escritura amorosa y al decir su relación
con el goce femenino, de algo que se juega particularmente allí en relación a lo real….Lo
escrito parecería ser lo que podemos tomar como signo. ¿En las cartas de amor? ¿Será por
eso que toda la novela La Puerta Estrecha toma la forma de cartas de amor? ¿Interpretaremos
la autobiografía de Gide y su diario como cartas de amor? ¿Cómo cartas de dolor?
Un místico goza y Lacan se pregunta ¿Y con qué goza? ¿Una respuesta posible es con el
amor? Las líneas surgidas de aquella monografía continúan ¿Amor también a una escritura?
BIBLIOGRAFÍA
- Badiou A. Lacan y lo Real, (1999) Revista acontecimiento N 18.
- Claudel-Gide. Correspondencia. (1952).EMECE Editores SA.
- Descartes R. Las pasiones del alma. (2010). Ed. Aguilar
- Freud S. Tres ensayos de teoría sexual. (1905) AE. V. VII. Ed. Amarrortu.
- Freud S. Pulsiones y destinos de pulsión. (1915). AE. V. XIV. Ed. Amarrortu
- Freud S. Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. (1910) AE .V. XI. Ed. Amarrortu
- Freud S. Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa. (1912). AE. V. XI. Ed. Amarrortu
- Freud S. Introducción del Narcisismo (1914). AE. V. XIV. Ed. Amarrortu
- Freud S. Psicología de las masas y análisis del yo, (1921).AE. V. XVIII. Ed. Amorrortu.
- Freud S. Dos artículos de enciclopedia: «Psicoanálisis» (1923 [1922]) AE. V. XVIII. Ed. Amarrortu.
- Freud S. El yo y el ello (1923). AE. V. XIX. Ed. Amarrortu.
- Freud S. El problema económico del masoquismo (1924). AE. V. XXII. Ed. Amarrortu.
- Gide Andrè. Corydon. (1938) Editorial Losada.
- Gide Andrè. La Puerta Estrecha. (1952). Editorial Poseidón.
- Gide André. Si la Semilla no Muere. (1969). Ed. Losada.
- Gide Andrè. Diario. (1963). Ed. Losada.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 150
LA PULSIÓN Y EL AMOR, EN ANDRÈ GIDE: Historia de una monografía
- Lacan J. Seminario Las formaciones del Inconciente. 2001 Ed. Paidós.
- Lacan J. Escritos dos. La juventud de Gide. (1975) Ed. Siglo veintiuno.
- Soler C. La Maldición Sobre el Sexo. (2008) Ed. Manantial.
1
- R. Descartes. Las pasiones del alma. Ed. Aguilar 2010. Pág. 171.
2
- S. Freud. Pulsiones y destinos de pulsión.(1915). AE. V. XIV. Pág. 132.
3
- Claudel-Gide. Correspondencia. EMECE Editores SA. 1952.
4
-Andrè Gide. Si la semilla no Muere… Editorial Losada. 1969. Pág. 93.
5
- Andrè Gide. La Puerta Estrecha. (1952). Editorial Poseidón. Pág. 32
6
-Andrè Gide. Corydon. Editorial Losada. 1938. Pág. 46.
7
-Andrè Gide. Corydon. Editorial Losada. 1938. Pág. 49.
8
-Andrè Gide. Si la semilla no Muere… Editorial Losada. 1969. Pág. 248.
9
-S. Freud. Psicología de las masas y análisis del yo, (1921). AE. V. XVIII. Ed. Amorrortu. Pág. 105.
10
-Personaje de novela de George Sand.
11
-André Gide. Si la Semilla no Muere. Ed. Losada (1969). Pág. 45.
12
-André Gide. La Puerta Estrecha. Editorial Poseidón Buenos Aires. Segunda Edición 1952. Pág. 170.
13
-Algunas de estas cuestiones van siendo trabajadas en el Espacio Lacan, con la coordinación de la
Dra. Mirta Goldstein, donde desde el año pasado venimos trabajando primero con el seminario 16 y
actualmente con un texto de Badiou, Lacan y lo real.
14
-Fue en una entrevista con quien coordinara aquella mesa de presentación de la monografía en el espacio
de lectura, La Dra. N. Cohen Levis de Aconcia, que ella me contara cuestiones que en mi investigación
no había llegado a poder ubicar, una de ellas era sobre el padre de Gide, que había podido sostener una
buena posición profesional y un buen lazo con su comunidad
15
-Pensar el efecto de esa pérdida, como causando un cambio en la posición subjetiva de Gide, revelado
en su escritura, implica ubicar conceptualmente ese dolor al que refiere, cuestiones que voy trabajando en
un espacio coordinado por la Lic. Liliana Denicola en el grupo de investigación “Freud, punto de origen
del pensamiento psicoanalítico, debate de conceptos fundamentales con autores posfreudeanos”, donde
a partir de un texto de M. Duras intentamos ubicar el lugar del “dolor” no solo en la clínica sino también
en la metapsicología, en tanto intenta decir de algo para lo cual no hay palabras.
16
-J Lacan Radiofonía y televisión. Pág. 127.
17
- Lacan J. Seminario 20, Aun. Ed. Paidós 1992pag 64.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 151
_Laura Morrison / [email protected]
“DETRÁS DE LOS SÍNTOMAS:
FANTASÍAS OMNIPOTENTES,
CREENCIAS Y CERTEZAS.
¿PORQUE EL PSIQUISMO SE ENGAÑA A SÍ MISMO?
MUNDO INTERNO Y REALIDAD EXTERNA”1
“Escribo porque no puedo dejar de hacerlo. Tal vez la escritura
forme parte también de la locura privada del analista. Puede
librarse en parte solo si escribe sobre las locuras privadas de otros,
a saber: sus analizantes…”André Green (3)
En primer lugar quisiera agradecer a la REVISTA MOCION por la continuidad y el
remozamiento de esta nueva sección destinada a las monografías premiadas, como
otro modo de revalorizar las producciones de las analistas realizadas durante la etapa
de la formación. Pienso que es un verdadero acierto instituir espacios como estos ya
que se trata, ni más ni menos, que de dar a conocer nuevas ideas que se están gestando
en el seno de la Institución.
En los cinco seminarios que cursé con Ricardo Spector tuve la oportunidad de
leer y profundizar sobre teorías, en este caso de la escuela inglesa, que no me han
transformado en una analista kleiniana, sino más bien han enriquecido paulatinamente
mi modo de intervenir en la clínica.
Y como suele suceder, cuando se incorporan ideas nuevas, se suele conmover el bagaje
intelectual y emocional. Esta movilización despertó en mí la “necesidad” de plasmar
las ideas en un escrito que finalmente devinieron en esta monografía.
1 - Lacan. Los Escritos Técnicos de Freud. Pág. 399
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 153
LAURA MORRISON
“El interjuego entre fantasía y realidad conforma nuestra visión
del mundo y nuestras personalidades. Influye en la percepción y en
la acción”. Hanna Segal (5)
>Hipótesis
teórica
La intención de la monografía es mostrar la utilidad clínica de analizar las fantasías
omnipotentes, las creencias tempranas y las convicciones que estarían sosteniendo los
síntomas y/o el sufrimiento del paciente.
Considero que constituye un recurso técnico altamente eficaz el descubrir y analizar,
conjuntamente paciente y analista, la línea fantasmatica que se esconde detrás de ellos.
La hipótesis es que el andamiaje defensivo suele estar al servicio de no abandonar
ciertas fantasías, convicciones, creencias mágicas que se mantienen intactas desde
tiempos tempranos y que el sujeto se resiste a duelar. Material psíquico (consciente o
inconsciente) que sostiene, de alguna manera, el narcisismo y la identidad del sujeto.
Ciertos modelos internos pueden distorsionar la percepción de la realidad actual y
definen el posicionamiento subjetivo, la personalidad y el comportamiento del individuo.
Sostengo que detrás de todo síntoma es posible buscar- hallar este tipo de fantasías
omnipotentes, convicciones erróneas y creencias falsas a las cuales el individuo
quedó fijado y que distorsiona la percepción y llevan a la acción compulsiva.
El yo se enfrentaría entonces con lo que más teme: su falta de unidad, de síntesis, su
finitud, la aceptación de las diferencias que amenazan fragmentar su ilusoria unicidad.
Mi experiencia clínica me ha demostrado que esta línea de abordaje suele encontrar en
los pacientes un efecto aliviador, de re-conocimiento, generador de sentimientos de
integridad y fortaleza yoica.
¿Por qué duele tanto la realidad? Por qué el psiquismo se engaña a sí mismo?
El reconocimiento de la realidad trae necesariamente aparejado un duelo por las
ilusiones perdidas.
El surgimiento del pensar se relaciona con la pérdida de la omnipotencia, con la experiencia
de la frustración y con el pasaje del principio del placer al principio de realidad.
El pensar pone límites a la omnipotencia de la fantasía.
Hay sujetos que se aferran a ciertas creencias mágicas e infantiles. No se resignan a
abandonarlas sino que éstas continúan vigentes en el inconsciente y con la misma
intensidad que entonces, teniendo efectos en la vida actual. Tal aferramiento va
delineando la identidad, la posición subjetiva, cierta lógica de pensamiento, su accionar
y el sufrimiento psíquico.
El sujeto desarrolla un andamiaje defensivo con el fin de evitar la posible decepciónfrustración-dolor que traería aparejada el chequeo de las mismas con la realidad.
Por lo tanto, podríamos inferir que cuanto menor es el chequeo de las fantasías
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 154
“DETRÁS DE LOS SÍNTOMAS: FANTASÍAS OMNIPOTENTES, CREENCIAS Y CERTEZAS.
con la realidad, mayor sería la patología.
Paradójicamente pareciera ser que el hombre de lo último que se despide es del
sufrimiento.
Es lo último que se resigna a perder, porque esto implicaría duelar parte del sí mismo.
Se es en el síntoma.
>Desarrollo
teórico
Tantos niños se consideran seguros en el trono que les levanta
el inconmovible amor de sus padres, y basta un solo azote para
arrojarlos de los cielos de su imaginaria omnipotencia!” Sigmund
Freud (14)
¿Por qué duele tanto la realidad?
La realidad externa confronta y pone a prueba la realidad psíquica interna.
Los avatares de la vida, el inevitable crecimiento madurativo, irán enfrentando al sujeto
con la realidad que le impone sucesivas frustraciones a su omnipotencia. La percepción
dolorosa es vivida como una “dura ofensa”, engaño y decepción.
Creencias infantiles, fantasías de omnipotencia mágicas, se ven una y otra vez
amenazadas, cuestionadas y confrontadas con el inevitable encuentro-choque con
la realidad.
El principio del placer da lugar al principio de realidad como organizador
significativo de la vida psíquica.
Cuando la fantasía permite alguna percepción de un objeto separado y de los sentimientos
de uno hacia él, allí hay una prueba de realidad.
Para lograr este reconocimiento, es necesario que se toleren los hiatos en la satisfacción,
la ambivalencia hacia el objeto deseado y reconocer la realidad interna de los propios
deseos y fantasías.
Elizabeth Bianchedi plantea que lo deseable es el cambio psíquico. Este lo relaciona con
el “crecimiento mental, es decir, crecimiento de las capacidades para pensar acerca de las experiencias
emocionales, permitiendo el desarrollo de ideas nuevas y la elaboración creativa de nuevos significados”.
Entiendo que las ideas que resultan dolorosas y difíciles de tolerar son representantes
de la castración: la ausencia del objeto, la dependencia del otro, la imposibilidad de
un conocimiento absoluto y definitivo de uno mismo y del otro, la aceptación de lo
incognoscible de ciertas situaciones, el origen, la finitud, la propia muerte. Se trata de
aceptar lo doloroso de los límites reales de lo posible y lo imposible.
Meltzer plantea que ante el miedo y la angustia ante las ideas nuevas, pueden despertarse
ansiedades catastróficas ya que se impone a la persona la tarea de reevaluar totalmente
todas sus nociones o conceptos previos. Momento de caos donde la angustia es tal que
desordena y altera las ideas.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 155
LAURA MORRISON
>Hipótesis
conceptual
Simplemente a modo hipotético y descriptivo, propongo la imagen de un segmento que va
de la salud a la enfermedad.
En un extremo utópico, se ubicaría la percepción objetiva de la realidad y en el otro
extremo el delirio psicótico, como creación de una otra realidad.
Entre ambos extremos, podríamos ubicar producciones psíquicas en función del
alejamiento, distorsión y chequeo de la realidad.
Tales producciones mentales podrían expresarse de la siguiente manera:
ilusiones, fantasías, convicciones, creencias, percepciones erróneas, fantasías
omnipotentes, creencias mágicas, certezas delirantes, Alucinaciones, delirio
psicótico.
A mayor fijeza y certeza de las ideas, a mayor alejamiento y distancia de la realidad,
mayor patología.
Asimismo, podríamos suponer otro segmento que expresaría diferentes modos de
repercusión afectiva a partir del chequeo del mundo interno con la realidad.
-Desilusión, desengaño, decepción, Frustración, ansiedad catastrófica, desesperanza,
desafectividad, indiferencia, Trauma, desestructuración psíquica.
Parecería ser que el hombre pivotea alternativamente en una zona intermedia,
entre la realidad externa y el mundo fantasmatico, en un interjuego permanente
de chequeo, ida y vuelta, entre mundo mental y el mundo externo. La tarea de la
aceptación de la realidad nunca queda terminada, ser humano alguno se encuentra libre de
la tensión de vincular la realidad interna con la exterior.
>El
análisis
La experiencia clínica me ha demostrado que al verbalizar, interpretar y hacer consciente
este material psíquico, el paciente expresa un cierto alivio, se reconoce en él, lo siente
familiar. Es como hablarle al niño que hay dentro de él. Despiertan asociaciones y recuerdos
infantiles que suelen confirmar dichas hipótesis.
Esto nos permite trabajar en la línea de ubicar el tiempo, el espacio y el contexto en el
que se fueron construyendo dichas creencias.
El conocimiento consciente construido en el seno del vínculo transferencial con el
analista enriquece la red de representaciones psíquicas, aumentando los recursos del yo
para discernir, pensar y resolver eficazmente los avatares de la vida.
Descubre que se trata entonces, de una realidad significada por su mente, que proyecta
significados, atribuyendo sentidos en función de dichas convicciones.
El sujeto está alertado del modo de funcionamiento de su propia mente.
>Observaciones
en la clínica
La convicción de que es posible “ser únicos para el otro” genera intensos sentimientos de celos
odio y sufrimiento.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 156
“DETRÁS DE LOS SÍNTOMAS: FANTASÍAS OMNIPOTENTES, CREENCIAS Y CERTEZAS.
Sol, de 17 años, siente a repetición fuertes mareos y malestares en el cuerpo que la
angustian y la obligan a retirarse antes de las salidas y debe volver a su hogar.
Suele quejarse: “¡Ninguna de mis amigas tiene estos problemas! Soy la única que siempre se siente
mal”. Detrás de esta florida sintomatología se encontraba la fantasía omnipotente de
ser “la única distinta” a cualquier costo. “Ser como las demás es ser mediocre” Se suponía
“mi paciente especial” porque “solo a ella le pasaban estas cosas raras y seguramente ninguna me
hablaba de estas cosas!”.
Al sentirse tan especial, bien vale la pena sostenerlo aunque esto traiga sufrimiento!
Parecería ser que uno se enamora de aquello que lo distingue...
Claudia es la menor de cuatro hermanos. Ha quedado excluida de múltiples vivencias
familiares. Antes de que ella naciera falleció un hermano. Todos conocieron a Juan
menos ella.
Actualmente sostiene la convicción de que “la vida le debe lo que le quitó”. Certeza que la
mantiene en una posición subjetiva de inmadurez, dependencia al objeto, resentimiento
y fijeza plagados de reproches y reclamos inagotables al otro, quedando a repetición con
la misma sensación de vacío emocional. Asimismo sufre de ideas persecutorias, siente a
repetición que se la excluye, “todos cuchichean cosas de mí y siempre me dejan afuera!”.
Mario, posee serias dificultades para concluir proyectos en su vida (secundaria,
trabajos etc.).
Descubrimos que sostenía la convicción arraigada desde la niñez de que “Crecer es morir”.
Dice “Cuando algo se termina… Es la muerte!!”.
Recordó, que detrás de esta convicción estaban casi intactos ciertos dichos de la madre que
aun repiquetean en su mente, con la misma intensidad que a sus 6 años “La vida es así…se
crece, se crece y después se muere. Ahora…si no me hacés caso… te vas a morir antes!”.
La muerte se le presentificó en una edad muy temprana, como algo real y terrorífico ya
que sufrió la muerte de un amiguito en la primaria por un accidente doméstico.
Este paciente quedó trabado con la idea herméticamente clausurada en su psiquismo
abrochada a la creencia acerca de que “el crecimiento, el alejamiento, la independencia llevan
a la muerte”,
La convicción de que “independizarse es peligroso” lo mantenía a Mario en un destino casi
automático donde se repetía la destrucción y/o el estancamiento de sus proyectos.
Entiendo las teorías como herramientas de trabajo del analista para ser utilizadas
eficazmente con nuestros pacientes.
Esta monografía tiene un interés teórico pero orientado especialmente a pensar acerca
de un otro modo de intervenir en la clínica.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 157
LAURA MORRISON
BIBLIOGRAFÍA
1. Segal Hanna “El Psicoanálisis y la libertad de pensamiento”
2. Freud Sigmund “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer Psíquico!(1911)”
3. André Green : “De Locuras privadas” 2001,Amorrortu, pg29
4. Segal Hanna “El psicoanálisis y la libertad de pensamiento”
5. Segal Hanna “ Fantasía Y Realidad”
6. Winnicott D “Realidad Y Juego”
7. Britton, Ronald Realidad Psíquica Y Realidad Inconsciente”
8. Bleichmar, Hugo Avances En Psicoterapia Psicoanalítica” Pg. 132
9. Donald Meltzer, El Modelo De La Mente Según Bion
10. Freud “Análisis Termínale Interminable”
11. Laplanche Y Pontalis, Diccionario De Psicoanálisis
12. Bianchedi Elizabeth Cambio Psíquico” El Devenir De Una Indagación”
13. Freud, Sigmund, “Pegan A Un Niño” Pg. 181 Tomo XVII Obras Completas Amorrortu Editores
14. Freud, Sigmund, “ Pegan A Un Niño” Tomo XVII Pg. 184 Obras Completas Amorrortu Editores
15. Ferratti Andrea Ficha “Aproximación Al Concepto De Identificación Proyectiva”, 2008
16. Meltzer Donald, El Modelo De La Mente Según Bion”,Pg. 82
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 158
_Laura Yaser / [email protected]
“LAS IDENTIFICACIONES,
SU AMALGAMA EN LA
CONFORMACIÓN DEL CARÁCTER
Y SU INTERMINABLE ANÁLISIS”
“Escribo porque no puedo dejar de hacerlo. Tal vez la escritura
forme parte también de la locura privada del analista. Puede
librarse en parte solo si escribe sobre las locuras privadas de otros,
a saber: sus analizantes…”André Green (3)
Aún cuando han transcurrido prácticamente dos años desde la presentación de la
monografía en el seminario “El sistema ideal yoico (Ideal del yo / Yo Ideal)”, el hecho
de haber resultado honrada con la 2º mención, coincidiendo casi con el egreso del
Instituto me resultan una oportunidad para algunas reflexiones y para expre-sar varios
reconocimientos.
La institución del Premio Baranger-Mom a la mejor monografía constituye sin duda
un estímulo para desplegar una búsqueda bibliográfica rigurosa, un estudio minucioso
y para ejercitar una redacción coherente. La tarea de los jurados, según se nos ha
explicado, es ardua, pero también lo es aquella que se desarrolla en la Dirección y en
las diversas comisiones del Instituto, como también entre los didactas que dictan los
seminarios y los otros partícipes del trípode formativo.
Su labor conjunta brinda las herramientas y orienta el proceso de elaboración en su
más cabal sentido, ya que la posibilidad de plasmar conceptos psicoanalíticos en un
escrito, requiere una cierta transformación en lo personal que se hace viable durante
la formación.
Al abordar la confección de la monografía, además de cumplir un requisito
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 159
LAURA YASER
institucional, intenté acercarme a un tema que me apasionaba, incluso antes de haber
tomado contacto con conceptos tales como el de las identificaciones alienantes, o lo
transgeneracional.
Apoyada conceptualmente en Freud advertía que por nuestros consultorios transitan
fantasmas o personajes que hablan no sólo a través de las palabras, los síntomas y
ciertos actos del paciente sino que en ciertas oportunidades, y con gran sorpresa,
aparecen en algunas intervenciones del analista.
El eje sobre el cual intenté trazar la monografía, fue desde la gestación y evolución
del concepto de identificación en la obra de Freud, para luego fundamentar cómo
la amalgama de las sucesivas identificaciones que se despliegan a lo largo de la vida
no sólo determina la conformación del carácter, sino que lo inagotable y diverso de
estas apariciones justifica la condición de interminable que caracteriza al proceso
psicoanalítico. Y en función de este carácter de interminable, derivó una reflexión
acerca de la construcción de la identidad analítica y del carácter de interminable del
análisis y la formación del analista.
Algo imprevisto, fue que el hecho de sumergirse en el nimbo de incógnitas, hipótesis y
abstracciones de la conceptualización Freudiana, trajo como recompensa una intensa
vivencia de entusiasmo que se despertó al descubrirme teorizando acerca de diferentes
modelos de estructuración y estratificación psíquica o buscando metáforas personales
que, ya fuera que resultaran aceptables para el lector o no, implicaban al menos un
intento creativo derivado de este estímulo.
Estas nociones fueron diseñando en mí un modelo de aparato psíquico inicialmente
compuesto por un ello y un yo incipiente que van configurando “estratos” o estructuras
muy primordiales, que incrementan progresivamente su complejidad por influencia
de investiduras que las pueden modificar o diferenciar, quedando absorbidas u
ocasionando el desarrollo de una nueva estructura como el ideal del yo, que representa
una formación reactiva.
Hubo otros conceptos que merecieron ser revisados con mayor cuidado. Entre ellos,
mencionaría la importancia de superar el concepto unívoco de la incorpora-ción como
paradigma de la identificación.
También resultó importante notar que la identificación no sólo se consuma tras la
pérdida del objeto, sino que resulta posible conservándolo, como sucede en el caso del
enamoramiento, entendiendo que en el primer caso, la identificación se consuma en el
yo, y en el segundo, en el ideal del yo.
La constitución del carácter
Otro punto de importancia fue definir la constitución del carácter como una sedimentación
de diversas investiduras de objeto resignadas que contiene la historia de las respuestas del
sujeto ante estas influencias.
Este concepto posibilita pensar la clínica no tanto en función del conflicto entre instancias
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 160
“LAS IDENTIFICACIONES, SU AMALGAMA EN LA CONFORMACIÓN DEL CARÁCTER Y SU INTERMINABLE ANÁLISIS”
sino entre personajes, habida cuenta que el superyó proviene de la identificación
originada por el vínculo parental, que el carácter del yo se conforma como producto
de la sedimentación de diversas identificaciones o de las defensas en su contra, e
incluso que el ello contiene el precipitado de yoes anteriores con toda la desmesura de
las pasiones y pulsiones de los personajes de la filogenia.
La identificación contiene la historia de la ligazón con el prójimo y sus conflictos,
apareciendo en entornos cambiantes los personajes sempiternos de los dramas
clásicamente conocidos. Cada quien realiza su singular montaje, su puesta en escena
en la vida de relación o en la fantasía, y éste se desarrollará de acuerdo a su carácter.
Como los personajes de Pirandello que buscan un director, actores, un autor y
hermeneuta que brinde las palabras en un idioma comprensible al presente; tras las
modalidades de carácter, tras los síntomas de la neurosis, podemos imaginar la operatoria
de fuerzas filogenéticas, personajes míticos, figuras de la imaginería popular, personajes
de leyendas, cuentos y folklore que transfieren su fuerza a través de representaciones
más ligadas a la vida del sujeto.
Estas imagos condicionan mecanismos de defensa que estructuran y modifican la
representación y la vivencia acerca del mundo, de las personas y de sí mismo que
determinan la conducta, lo cual a su vez influye sobre el devenir.
Racker ilustró cómo el carácter hace el destino. Manifestó que sería función del
Psicoanálisis vencer esta compulsión interna (eterno retorno de lo mismo) por medio
de un cambio en la percepción y la relación que se mantiene con el mundo, que trae
como consecuencia un cambio en el ser y el destino.
El análisis del carácter de un paciente es una empresa dificultosa. Sabemos que un
determinado proceso psicoanalítico puede tener una duración limitada, determinada
por resistencias y diferentes obstáculos. Pero el psicoanálisis como método no conoce
plazos. Si el inconsciente es ilimitado, las identificaciones, las representaciones, y con
ello los posibles síntomas que afloran a lo largo del trabajo analítico también lo son. Y
esto convierte al proceso en interminable.
El psicoanalista tiene como instrumento privilegiado su autoanálisis, su capacidad para
analizar su contratransferencia, lo cual le brinda una mayor facilitación para reconocer
sus propias identificaciones y vivencias, que le ayudarán a comprender los procesos
psicológicos del analizado.
En el campo de las transferencias recíprocas, el paciente aporta y propone para el
juego diversas identificaciones. El desafío para el analista consiste en precisar la
temática contenida en la escena (celos, envidia, amor erótico o filial) para intentar
determinar cuál es el rol en que está colocado el paciente y cuál le ha sido atribuido,
aún a conciencia que estos roles son fluctuantes y permutables, correspondientes a la
identificación con escenas y recuerdos infantiles. Esta interpretación de la transferencia
le permitiría mantenerse a salvo de “actuar” o posicionarse como algún personaje.
Imaginando un ejemplo, Otelo puede estar hablando a través de las palabras de una
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 161
LAURA YASER
paciente, Yago puede aparecer en la insidiosa actitud de una cuñada reflejada por el
relato, Casio puede estar contenido en “la muchacha”. Lo crucial radica en que el
analista también es visitado por sus personajes, y podría terminar siendo Yago, Casio o
hasta Desdémona. Lo esperable sería no “entrar” en el juego escénico, sino que como
hermeneuta, con el influjo de su palabras resulte el personaje inesperado que retire al
paciente de sus ataduras a los rayos de la rueda de Ixión, o aquel que retira su piedra
a Sísifo, o quien como Hércules consiga abatir al buitre que está devorando el hígado
de Prometeo.
A modo de conclusión: El análisis interminable del analista:
El Psicoanálisis como arte, se liga a la elaboración y la creación, lo que descarta un
aprendizaje al modo escolar. El analista en formación experimenta un proceso a
lo largo del cual se van amalgamando sus identificaciones previas con aquellas que
desarrolla con su analista, sus supervisores y los otros didactas que lo acompañan en
la Institución. Puede suceder que algunas de estas nuevas identificaciones entren en
conflicto con otras desarrolladas previamente, situación que lo coloca en la tarea de
desarrollar una elaboración y una nueva síntesis.
Esto hace imperioso que el análisis y el autoanálisis del analista sean un trabajo
perpetuo. Si, como se dijo, el Psicoanálisis como proceso es interminable, más aún
debe resultarlo el del analista, que deberá mantenerse alejado de la represión que
pueda enturbiar su percepción y su comprensión.
El analista a veces transita entre oscuridades, atraviesa escenarios escabrosos, y su
guía puede ser tanto la presencia como el legado del didacta, que como Virgilio a
Dante, ayuda a encontrar el sentido en medio de la tragedia. Naturalmente, se le dedica
agradecimiento, se lo idealiza y se lo toma como modelo.
El analista en formación, casi inevitablemente atraviesa un período en el cual, movilizado
por la transferencia idealizada con su analista podría encontrarse imitándolo en algún
rasgo puntual.
Pero un buen proceso permite aprender que de lo que se trata, es de lograr una
identificación con la función y no con la persona del didacta, esto es: “ser analista”, no
“hacerse el analista” ni “hacer como el analista”. Explorar auténticamente como llegar
a ser quien se es, sabiendo que -como el título de la novela de Pirandello se es a la vez
“uno, ninguno y cien mil”.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 162
EPILOGO
_Cecilia Moia / [email protected]
Presidente del Claustro de Candidatos de la
Asociación Psicoanalítica Argentina en el periodo 2008-2011
A MODO DE
DESPEDIDA
“Lo veo así: que cada uno ponga lo suyo.
Vamos.
Reúnanse, encólense juntos el tiempo que haga
falta para hacer algo, y luego disuélvanse para hacer otra
cosa” (Lacan) 1
Algunas cuestiones hicieron huella en mi historia.
Me inicié a principio de los 80”en el Hospital. Borda en donde descubrí que la locura,
como epicentro de prácticas y discursos, sostenía una lógica que asociaba la locura
de los sujetos con la locura de la Institución, institución cuya tarea primordial era,
justamente, tratar la locura. En ese contexto nuestra práctica aparecía dibujándose en
un campo de intersecciones dispares y confusas.
Algo nos convocaba a hacer, no era cualquier época. El valor de las ideas “entre
pares”, en transferencia de trabajo, nos ponía a pensar, pensar suponía –supone- un
acto subversivo de ruptura con lo totalizador de los discursos reinantes tanto en lo
político como en lo psiquiátrico-psicológico.
Nuestra labor clínica impregnada de ansiedades, miedos y discusiones tendía a la
dispersión, a la desintegración. Fue entonces que la letra de la experiencia de aquellos
que hicieron “marca” acudió al rescate. De la mano de Pichon Riviere descubrí que
1 - Lacan, Jaques, 1980, Carta de disolución, 5 de Enero de 1980,Seminario 27, Disolución
http://www.tuanalista.com/Jacques-Lacan/17303/Seminario-27-Disolucion.htm
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 164
“la tarea” en la conformación de “grupos operativos” consistía en la elaboración
de las ansiedades básicas; esto es, de la resistencia al cambio y fue con Bion, también
interesado por los procesos de cambio, que descubrí que en los grupos en forma
repetida y espontánea se manifiestan inconscientemente “supuestos básicos” como
modalidades de expresión regresiva, sobre todo si el dispositivo de trabajo no tiene
como finalidad una “tarea” específica que cumplir.
La noción de “tarea”, entonces, cobra un lugar relevante porque, fundamentalmente,
estructura un tercero. Las ideas de Bion y Pichon triangularizan la situación grupal
ofreciendo un destino diferente a la formación de masas.
Con esta experiencia previa aprendí de la eficacia de los grupos de trabajo como una
intersección, un encuentro polifónico de discursos que intentan mantener a la vez el
aspecto de alteridad, así como el de su identidad común.
Hoy, a la distancia, re-leo, en ese gesto inaugural de encuentro con la “tarea”, una
escena fundante que recorre estos casi cuatro años de trabajo en el Claustro de
Candidatos de la APA, como una travesía por ríos sinuosos, no sin dolor pero también
con momentos de júbilo, recreando cada vez el desafío de la transgresión que deviene
en acto instituyente.
En esta historia trabajar psicoanalíticamente los temas institucionales fue una idea primigenia
que hasta hoy me causa.
“La tarea entre pares convoca y provoca el deseo”, propuse. Convoca a que una agrupación
devenga en grupo de trabajo y provoca el deseo de hablar a otro, y esto es el fundamento
de la dialéctica de la palabra, entonces el lazo entre los significantes se hace lazo social,
donde la producción y la creación resultan una forma posible, de bordear el malestar.
Una existencia desanudada produce vacío, tejer lazos con “otros”, produce ligadura,
pulsión de vida, quiebra la ilusoria idea de lo único.
Fue así que pensar ciertas dificultades a la hora de poner en juego nuestro quehacer nos
situaba frente al interrogante de ¿qué hacer ante los síntomas inherentes a nuestra
formación? Descubrimos que pensar “entre pares” encendía las llamas del debate,
ponía en tensión lo diferente en mí con lo diferente del otro. Tras el debate latían
las dificultades hasta hoy presentes, en la escritura de un informe, la presentación
de materiales clínicos, la relación entre analistas; y como efecto de ello el deseo de
crear un espacio, donde lo singular transite entre los pliegues del discurso grupal. Así
surgieron los Espacios de los Viernes. Primero en uno, luego en todos los viernes de
cada mes fueron dándose cita diversas voces y miradas. Así comenzó a entre-tenernos
la idea de una nueva geografía en el ámbito institucional.
La figura del coordinador, en tales espacios, se pensó como desmarcado de la función
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 165
CECILIA MOIA
de amo, como uno más que piensa con… en todo caso habilitando una operatoria en
búsqueda de propiciar trama grupal y trazo singular.
En ese trazo singular se abrió paso la palabra escrita y le pusimos “el lomo” a la revista
Moción con el anhelo de “librar” como el verbo lo sugiere, nuestro compromiso de
que la escritura se transforme en libro…
Después, la expansión del grupo, el adentro y el afuera del Claustro, lo intra y lo inter, con
sus miradas, un borde que también transitamos y en ese acto tanto en intensión como en
extensión surge la condición ineludible: del no todo se puede, no todo puede hacerse, ni
decirse, siempre hay un resto que falta que queda inconcluso para el por venir
En ese terreno de movimiento institucional, me interrogo, ¿hay continuidad entre un
proyecto y otro? Siempre hay corte, siempre hay sutura, la legalidad de un grupo no
está en el proyecto de hacer sino en el hacer mismo. ¿Continuidad o disolución? Ser o
no ser esa es la cuestión. En todo caso plantearía una dialectización de ambos términos.
El grupo cambia continuamente de tarea. Va de la mano de la idea de discontinuidad.
Hoy el Claustro de Candidatos mantiene ese desafío.
Mi profundo agradecimiento a todos mis compañeros del Claustro, también a mis
maestros, de ambos he recibido marcas, las que propician, las que habilitan, me haré
cargo de esa herencia, avanzando, llevando lo recibido a su límite
Ya concluyendo, una idea va creciendo en mí: mirar un grupo es descubrir un deseo acerca
de la constitución del mismo. Hablar de esa mirada, significa “sonorizarla”, darle voz, y en
ese acto, intentar atrapar lo que de duradero tienen las palabras ¿será por eso que las
palabras hacen eco, perduran? Entre la temporalidad de la voz y la mirada, el recuerdo,
y nuevamente la idea acude. ahora en mi pero transformada: mirar un grupo es descubrir
mi deseo acerca de la realización del mismo ¿realización? ¿Del deseo o del grupo? Lo dejo
abierto, sin más. Me despido, el poeta dice lo demás:
Me iré despacio y sé que quizás te evoque triste doblando el faro.
Después la aldea quedará atrás, después el día será más claro.
J. M. Serrat2
2 - Serrat, Joan Manuel, 1970, Cuando me vaya del álbum “Mi Niñez”
http://www.cancioneros.com/nc/1873/0/cuando-me-vaya-joan-manuel-serrat
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 166
SEPARATA
ENTREVISTA a Claudio,
fotógrafo y director
(más fotógrafo que director)
¿Contame qué es para vos el psicoanálisis?
Qué pregunta tan difícil… bueno ehh, te digo lo que pienso del psicoanálisis. Yo creo
que los pacientes somos los dueños del psicoanálisis.
¿Cómo es eso?
Porque el psicoanálisis no tiene publicidad. La cadena del psicoanálisis funciona por el
paciente. Los analistas se conocen por los pacientes. Por eso digo que el psicoanálisis
es de los pacientes, ante todo. Yo soy un gran recomendador del psicoanálisis, entonces
me siento parte de ese mecanismo, de ese engranaje.
Entonces para vos es un engranaje, entre otras cosas, en el cual el paciente
tiene un lugar muy activo
Llegué sin saber lo que era, llegué por recomendación, en un momento de crisis. Por
un tema con mi padre… bueno cosas de esas. Pero si me hubieran dicho, “andá a hacer
Ashtanga a la India”, me iba! En ese momento en mi formación cultural, familiar no
existía el psicoanálisis. No sabía lo que era. No tenía ninguna llegada, era muy chico.
¿A qué edad empezaste?
Era muy chico, tenía 20 años. 30 años de análisis, sin parar. He ido 5 veces por semana
durante años, en etapas. Pero nunca dejé. Bajé, subí, pero nunca dejé.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 171
¿Y cómo te fue con la propuesta de analizarte?
Bueno… no podía ser de otra manera. No sé qué hubiera sido mi vida sin psicoanálisis,
eso no se puede saber, es una tontería preguntarse qué hubiera pasado. Lo que sí sé es
que lo sigo eligiendo... ya han pasado 30 años. Ahora cambié de formato, antes era un
psicoanálisis más freudiano, ahora estoy en un psicoanálisis más lacaniano, y me siento
mucho más protegido.
En realidad, si tengo que decir algo del psicoanálisis, más allá de enrolarme o
recomendar, lo que diría es que, por lo menos, lo que ahora estoy haciendo, que no sé
si realmente es estrictamente lacaniano, es que me siento mucho más protegido.
¿En qué sentido?
En el sentido de la salud mental del psicoanalista. Creo que el análisis va a la fisura
del discurso. Entonces, salir a la fisura del discurso es totalmente ajeno al cuentito
de que “lo que le pasó a tu mamá con tu papá…”. Esa es una asociación que puede
ser tendenciosa, puede ser errónea, aventurada. Ahora siento que vemos la tecla que
desafina. Que no importa lo que estás hablando, me parece mucho más objetivo. No
importa lo que estás hablando, lo que importa es qué dijiste. En ese sentido, me siento
ahora más protegido. Que no se meten con mi lana, que la destejo y la tejo un poco
mejor, pero es mi tela, mi material. El otro siempre llevaba una tendencia, a lo que yo
iba a decir. Sabía por qué lado lo iba a agarrar el psicoanalista. Esto es puro.
Evidentemente has tenido un largo recorrido. Por una lado se le otorgaba un
sentido a lo que decías, y por otro lado…
El sentido se lo da uno. En este caso el sentido y el análisis lo hago yo. Si el analista
escucha, el paciente no necesita nada más. Nada más que ver qué hace con eso, y lo que
hace con eso tiene que ver con la pulsión que uno hace en su propia vida.
¿Contame a qué te dedicas?
Soy fotógrafo y director. Ahora más fotógrafo que director, de documentales,
comerciales.
¿Y vos sentís o percibís que el psicoanálisis influyó de alguna manera en tu
trabajo?
Influyó como puede influir en cualquier aspecto en mi vida. En estar a la espera de
un hijo hoy, en todo. En mi relación con mi familia, en mi relación con mis amigos…
en todo, en todo. El psicoanálisis va a un lugar como estos engranajes de uno, que
después como que funcionan en la relación de cómo uno elige en general. Siempre
está relacionado todo. Precisamente hoy estaba hablando con un amigo, que estaba
quejándose. Y yo le digo, que somos exactamente lo que decidimos, lo que elegimos.
No somos inocentes de nada, no podemos decir, “este hijo de puta que no me consigue
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 172
ENTREVISTA A CLAUDIO
el laburo que me prometió”. No, no somos inocentes, siempre es responsabilidad
nuestra. Eso me lo hizo aprender el psicoanálisis a mí. Pero no aprender como un
librito, sino que entendí eso en el psicoanálisis.
¿Conoces la APA?
Sí, pero fui por otras cosas, fui a un taller que tenía algo que ver con la escritura. Hace
como 10 años… en realidad fui a ese seminario porque conocía al escritor. Me gustó
mucho cómo me trataron.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 173
ENTREVISTA al Dr. Eugenio R.
Zaffaroni. Profesor emérito de
derecho de UBA y juez de la
honorable corte suprema de
justicia de la nación
Bueno… ¿Qué es para usted el psicoanálisis?
Creo que es una de las corrientes de pensamiento (dejo de lado si ciencia o no ciencia,
eso es una decisión del poder), creo que es una de las corrientes de pensamiento
más importante del siglo pasado y que se proyecta hacia este siglo con perspectivas
bastante importantes. Estamos en un siglo que puede ser el final de la humanidad
también, ¿no?; y hay unas cuantas disyuntivas y creo que el psicoanálisis puede ayudar
a pensar un poco qué elementos de destructividad arrastra nuestra civilización.
¿Cómo cree que puede ayudar [el psicoanálisis] a comprender cuáles son esos
factores?
¿Qué es lo que pasa en nuestra civilización que indiscutiblemente basta abrir el diario, el
desarrollo tecnológico que va por un lado abriendo posibilidades muy buenas, pero por
otro aumenta una capacidad de destrucción? Sí, es cierto, es milenaria, pero que antes
desaparecía una ciudad, medio continente. Hoy se corre el riesgo de que desaparezcan
las condiciones de vida humana del planeta, el planeta no va a desaparecer, ni la vida
del planeta tampoco. Se tomará unos cuantos millones de años y fabricará otro bicho
inteligente, que por ahí sea más inteligente que nosotros y no se destruya. Bueno,
¿pero qué hay en el fondo de esta destructividad que dificulta una salida desde el punto
de vista racional, por así decirlo?
Teniendo en cuenta que es una mirada individual…
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 175
Es una mirada individual y claro, eso no lo podemos trasladar sin más a un fenómeno de
carácter colectivo social. Pero lo social no es más que la inter acción de individualidades,
entonces hay un puente de psicología social donde el psicoanálisis tiene algo que hacer y
mucho que decir. Estamos en una civilización neurótica, ¿qué pasa?
¿Cuál puede ser el inter juego entre el poder que integra y el psicoanálisis? ¿Cree
que puede haberlo?
Vamos, (lo que veo en el aspecto jurídico, digamos en lo que tiene que ver con la
práctica tribunalicia), reduciendo la capacidad de resolución de conflictos. Cada día
resolvemos menos conflictos y cada día realizamos más acciones verticales, de poder.
Creo que el psicoanálisis en lo que puede ayudar es a aumentar el número de soluciones
efectivas a los conflictos, por decirlo de alguna manera, o más claro, nuestros primitivos
contemporáneos, y lo que eran las culturas originarias nuestras, tenían una capacidad de
resolución horizontal de los conflictos por vía reparatoria, por vía terapéutica, por vía
conciliatoria. Nosotros hemos perdido esa capacidad. Ahora frente a cada conflicto hay
una decisión vertical del Estado, que no resuelve el conflicto. Si un tipo mata a otro, sí,
nos lo llevamos, [es una] decisión vertical del Estado. No es más que [la] canalización
de un impulso vindicativo en definitiva. Pero ¿hacemos algo por la víctima, por el que
quedó vivo, la viuda, los hijos? Nada. ¿No es preferible tenerlo a ese sujeto trabajando y
que le pase el sueldo a los deudos? Y, por ahí sí.
Algo del orden del perdón y de lo imperdonable, un inter juego que usted sugiere.
No, lo que sugiero es que se sigue trabajando [y] aumentan los medios masivos y aumenta
toda una creciente incentivación de los impulsos vindicativos. Y en la medida en que
canalizamos impulsos vindicativos pero no resolvemos el conflicto, lo que estamos
haciendo es ir llenando una olla a presión que un día revienta y revienta en masacres.
Y no es broma. Hemos cerrado un siglo donde los Estados se han echado en masacres
cien millones de personas, por lo menos. O sea dos de cada cien habitantes. Y no estoy
hablando de guerras, estoy hablando de masacre tipo genocidio. Y bueno… ¿qué vamos
a hacer? Eso pasó en el siglo pasado. El [siglo] XXI tiene una tecnología de destrucción
mucho mayor que va a ir potenciándose. Está bien, al mismo tiempo aumenta una
tecnología de comunicación pero la comunicación no ha impedido las masacres. Uno
dice, caramba, es cierto, la dictadura nuestra podía… hoy le resulta increíble a los pibes
decir: ¿cómo había gente que no se enteraba lo que estaba pasando? Bueno sí, porque
teníamos una radio a galeno, qué se yo, una radio a 7 mares con la que podíamos escuchar
onda corta. Hoy podemos hacer zapping y ver los canales de todo el mundo, pero eso
no evitó la masacre de Ruanda, Darfur-Sudán [conflicto militar por causa racial en curso
en la región de Darfur, en el oeste de Sudán], los daños colaterales de la guerra contra
el terrorismo.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 176
ENTREVISTA AL DR. EUGENIO R. ZAFFARONI.
Terminar…
Sí es posible? No lo va a producir solo, ni el psicoanálisis ni la criminología ni el derecho.
Creo que en el fondo de esto hay una actitud civilizatoria que está muy vinculada a la
idea de tiempo lineal. Nietsche decía que venganza era venganza contra el tiempo y
creo que estaba loco, pero en esto tenía razón. Terminó hablando con un caballo…
bueno, yo hablo con el perro, no importa. Me contesta, es lo más grave (risas). Pero
sí, es cierto, la venganza es venganza porque no puedo hacer que lo que fue no haya
sido. Y una civilización fundada en el tiempo lineal tiene esa consecuencia. Es una
civilización que, debido a ese tiempo lineal, tampoco puede elaborar la muerte y eso
lleva a una acumulación indefinida de poder, de dinero, como forma de escaparse del
final de la muerte… del límite. Bueno, creo que como no puede incorporar a la muerte,
no puede incorporar la muerte a la vida termina incorporando la vida a la muerte. Y ahí
el psicoanálisis tiene algo que hacer.
Sobre todo con la idea de sostener la dimensión conflictiva, porque si no es
siempre la una o la otra.
Es decir, es cierto, la cosa maniquea, sí perfecto. Todo eso es mediático, pero lo mediático
tiene que tener una base porque de lo contrario no enraizaría en la realidad. Para que lo
mediático sea una construcción de realidad que tenga eficacia tiene que tener una base.
Yo puedo hacer mediáticamente muchas cosas, puedo tener hasta el dominio total de los
medios y sin embargo, no. Hay algo que decía Perón: Cuando tenía todos los medios a
mi favor me derrocaron, ahora que los tengo todos en contra me votan (risas). Y bueno,
sí, es cierto. Para que lo mediático funcione, tenga eficacia, tiene que haber una base, una
semilla, sino la semilla cae en terreno estéril.
La semana pasada nos estaban comentando que ud. estaba viniendo de México.
¿Cómo ve el psicoanálisis y lo jurídico en otros países, están compenetrados? Acá
nos da la impresión que sí. Ud. es un hombre que ha escrito cosas que tienen que
ver con las leyes, el psicoanálisis. Cómo se ve afuera?
- México si, tiene una tradición psicoanalítica importante. Después depende de cada país.
Brasil tiene una tradición junguiana, rarísima. Muy adaptada a su cultura. América latina
creo que tiene tres polos que juegan, somos un mosaico de culturas que interaccionan, y
con tres polos que son el juego con límites metafísicos, por así decirlo, un extraño juego
con la muerte que es México y todo el eje andino, un extraño juego con el ser que es
toda la influencia afro del atlántico, y un extraño juego con la nada que somos nosotros.
Y creo que en esa interacción es que producimos todo lo sincrético de nuestra región,
cuya originalidad es esa. Poder sincretizar todas las culturas que el compañero Hegel en
su avance de la historia iba tirando al costado.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 177
Somos un daño colateral.
Digo la nada como límite metafísico, no. Quizás sea un poco existencial en esto.
¿Tuvo algún vínculo con el psicoanálisis a nivel personal?
No.
¿Y cómo fue el interés en la intercalación psi-jurídica?
Bueno, hace muchísimos años hice un curso de psiquiatría clínica, tradicional, al estilo
clasificatorio, en el viejo manicomio de La Castañeda [Manicomio General La Castañeda-Ciudad de México], en México, y tuve dos años yendo dos clases semanales a psiquiatría
clínica. Y ahí empecé a leer psiquiatría, y había algunas cosas que me hacían ruido.
Empecé a leer un poco a Freud.
Pero nunca hizo análisis
No
…
Me empecé a dar cuenta de que todos estos locos que estoy viendo acá, digo locos
así en general, había bases patológicas neurológicas, deteriorados, pero sobre todo los
psicóticos… me decía: ‘bueno, pero a estos tipos los veo en la calle, solo que no tan
pronunciados’, ¿no? Eso me llevó a decir, bueno, y yo también me reflejo un poco en
algo de eso, digo. ¿Qué pasa acá? ¿Es tan así como el cuadrito donde tengo alguien
adelante y lo tengo que meter en algún casillero? ¿O hay otra cosa? Un poco por ahí
vino, no.
Y esa otra cosa fue cuando empezó a leer algo de psicoanálisis.
Si.
¿Y qué sintió cuando empezó a leer textos freudianos?
Primero desconcierto. Porqué lógicamente Freud va cambiando de un texto a otro, hasta
que más o menos pude agarrar un cierto hilo. Darme cuenta que hay una dinámica ahí.
Me causa gracia cuando alguien habla de la ortodoxia freudiana porque creo que el más
heterodoxo de los freudianos era Freud mismo. Y sí. Por otra parte, científicamente, si
uno se queda siempre con lo mismo mejor, que agarre y tire la toalla y se dedique a la
jardinería. Me costó tomar el hilo de esa dinámica. Un Freud que sale de un positivismo
hasta llegar a esa dialéctica de Eros y Tánatos.
¿Y cómo cree que ha influido en la práctica jurídica el psicoanálisis y en la suya
personal?
En la mía personal me ha servido para, bueno, tanto lo de psiquiatría como lo de
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 178
ENTREVISTA AL DR. EUGENIO R. ZAFFARONI.
psicoanálisis, me sirvió para calmarme un poco frente a ciertas cosas que veo todos los
días (risas) y empezar a mirar, no digo con mirada psicoanalítica, a veces con mirada
clínica. Y darme cuenta de todo esto, sobre todo lo que hace al ejercicio del poder
punitivo, de todo lo que está rodeando al ejercicio del poder punitivo. Creo que todos
los que estamos cerca del poder punitivo sufrimos un cierto grado deterioro… Yo quedé
así. En cada agencia el deterioro asume características particulares. No es lo mismo el
deterioro que sufre el policía, que el del juez, el del criminalizado, el del guardia cárcel.
Pero creo que todos sufrimos un cierto… Me ha servido para comprender un poco eso
y las distintas reacciones frente a situaciones. Son condicionamientos muy negativos
frente a los cuales se reacciona de muy distinta manera.
¿Se pone en padre por el lugar que ocupa cuando tiene que dictar sentencia?
No… Creo que el derecho tiene una normalidad y una anormalidad. La anormalidad
es el derecho penal. Creo que es como pasa entre los médicos donde a los psiquiatras
los ven raros, a los penalistas también el resto de los juristas nos ven raros. Y [lo]
somos. Hay una anomalía. Entonces se puede hacer una teoría general del derecho y
con el derecho penal eso no cierra, pasa algo raro. Y lo que pasa de raro es que no se
puede legitimar la pena. No se puede legitimar racionalmente. Se pueden sostener mil
teorías de la pena, son menos, son muchas menos, y se vienen clasificando desde hace
doscientos años de la misma manera. Y todas son falsas. Son construcciones que se
hacen; dogmáticamente la pena debe servir para eso, eso me permite construir todo un
sistema que es absolutamente delirante porque se sigue manejando en el deber ser y el
ser funciona por otro lado. Esa es la anomalía que tiene el derecho penal. Pero si uno lo
piensa, bueno, supongamos que desaparecemos los jueces, los fiscales, los defensores,
etc., el poder punitivo… ¿desaparece? No, se ejercería sin límites. Entonces de ahí
deduzco que la función nuestra es contenerlo, dentro de límites que la vindicación
no genere una masacre. Desde ese punto de vista al abrir un expediente uno dice,
bueno, ¿cómo lo suelto? No, parece que no se puede. Cómo hago [para] que lo lleve
más aliviado. Bueno, dejó los diez dedos. Bueno, hay que empezarlo a leer al revés, no
cómo lo condeno sino cómo lo absuelvo. Y bueh, a veces no se puede. Es el control
de contención de un poder que, de lo contrario, se expande sin límites.
Lo decía por el sentido de un padre compasivo o tiránico…
Bueno, hay varias interpretaciones acerca de la función, el narcisismo del juez. No
niego que hay gente que reacciona de esa manera, pero no es lo general. Hay otros
que reaccionamos de otra forma. Sí, hay quienes tienen la sentencia y refuerzan sus
propias tendencias, eso es cierto. Y uno lo ve claro. Quizá haya un punto en que uno
tiene que conocerse también y saber qué es… El delito no existe, es una abstracción,
una teoría que hacemos nosotros, pero no tiene nada en común librar un cheque sin
fondos que violar a una mujer. Son dos cosas que lo único que tienen en común es que
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 179
están en el Código Penal, pero nada más. Pero hay algunos delitos que sí, cuidado que
deben tocar alguna fibra bastante sensible que produce esa reacción. Eso uno también
lo tiene que conocer.
Por ejemplo…
Uno tiene que conocerse y saber no!, cuidado que acá con esto me descontrolo un
poco.
Entonces sería recomendable que se analicen, ¿no?
Por lo menos cierto pastoreo psicológico para saber que hay algunas cosas que pueden
molestar demasiado.
Sería como establecer una función entre pares. Y usted dice que algunos en esa
situación algo les toca, les salta.
No la generalidad de las situaciones. Había una Sala de Cámara que la llamaban Carlos
Gardel porque 20 años no es nada (risas). Bueno, pero son casos excepcionales.
Pero uno tiene que conocerse cómo reacciona en ciertas situaciones que pueden
descontrolarme.
¿Cree que el aparto jurídico a influido en el psicoanálisis?
Sería lo mismo que decir si la ética ha influido en el psicoanálisis. Si. Es indiscutible.
Los valores influyen, no se puede permanecer al margen de eso. Uno puede ser muy
contra culturoso pero está dentro de una cultura. No puedo a la mañana empezar
a negar todo. Lustrarme el zapato con el café con leche, limpiarme la oreja con la
medialuna, subir al ómnibus y hablarle en guaraní al chofer. Me encierran. Por muy
contra cultural que sea hay pautas consolidadas.
¿Si tuviera que nombrar a algún psicoanalista argentino que haya influido en
usted?
Armando Bauleo me impresionó, conversábamos. Trabajó con Basaglia en Italia. Era
médico pero estudio con Marie Langer en México.
¿Qué percepción le causa la APA como institución hoy. Intuitivamente, no?
No tengo un contacto muy estrecho, pero así, intuitivamente, no sé si corre el riesgo
de sacralizar demasiado el pensamiento freudiano, es una sensación y puedo decir
una grosería total. No es una crítica, es una sensación térmica. Pero la estructura me
da la impresión de poder cortar una dinámica de pensamiento que es… creo que hay
que distinguir un poco como entre lo marciano y lo marxista, entre lo freudiano y lo
freudista. Una cosa es lo que dijo Freud otra cosa es lo que podemos seguir diciendo
a partir de Freud para adelante. Acá no se acaba la ciencia. Pero cuidado que esto que
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 180
ENTREVISTA AL DR. EUGENIO R. ZAFFARONI.
digo es una sensación a distancia.
¿Y lo psicoanalítico en la Argentina?
Si tuviese que evaluarlo diría que desde el punto de vista del psicoanálisis clínico, digamos,
me preocupa algo: es caro, está destinado a un estrato social determinado. Creo que
habría que pensar cómo hacer para que no sea algo exclusivo de la clase media y que los
otros se tengan que arreglar con la caja de vino.
¿Apunta a una democratización del psicoanálisis?
Sí, apunto a eso. Sí. Es algo reservado a un segmento social. Los de más arriba se arreglan
con pastillas, los de abajo pueden arreglarse con tetra brick. Y habría que buscar que se
arreglen de otra manera. Sería deseable.
¿Cómo hace para conocerse a sí mismo?
¿Me conozco a mi mismo? es la pregunta (risas) No pienso mucho en mi por regla general,
Es lo mejor por otra parte porque si pienso es una visión tan catastrófica que… Aparte
hay que empezar a pensar para atrás ¡no! Mejor lo de atrás ya pasó. Hay problemas que
en la vida se solucionan solos, los soluciona el tiempo, bueno. Si fuera algo que perturba
la actividad, bueno, ahí sí habría que pensar en terapia, o entenderse con todo el mundo.
Pero nunca he tenido ese tipo de… Lo que no significa que no haya tenido errores de
conducta, claro. Pero no así que me hayan sido un inconveniente en la vida. Quizá por
eso nunca me analicé, no. Tampoco tomo pastillas.
¿Vino tampoco?
¡de vez en cuando!
(risas)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 181
ENTREVISTA a Paula,
bailarina, Prof. de
danza y pilates
Para vos qué es el psicoanálisis?
Es medio difícil de explicar en palabras. Y más que nunca me puse a pensar desde un
lugar del concepto, mi acercamiento es desde mi terapia. Para mí el psicoanálisis es
un medio para resolver, yo lo veo desde el lado práctico, un lugar para ir resolviendo
problemas personales, o cosas que me fueron sucediendo a lo largo de mi vida. Me fue
dando herramientas como para ampliar un foco y poder resolverlo. Confiando en el
terapeuta, y también informándome un poco más sobre lo que es el psicoanálisis como
para llevarlo a mi favor.
Cómo informarte?
Yo creo que ya mismo en la terapia hay datos que uno se va dando cuenta, de cómo
funciona el psicoanálisis. Ya como el formato en la consulta, desde estar cara a cara
con el terapeuta hasta estar en el diván, como que son datos que te va dando la misma
situación de análisis sobre lo que es el psicoanálisis.
O sea que vos distinguís lo que es el psicoanálisis a partir de estos signos
Si, como esto del contacto visual con el terapeuta o el trato de él hacia mí, también
como que te dan datos sobre las diferencias entre terapias y terapias.
Hiciste otro tipo de terapias?
Si. Antes estaba con un psicoanalista y ahora estoy con otro psicoanalista pero que
también es danzaterapeuta, entonces me puedo dar cuenta de cómo va usando los
distintos recursos de acuerdo a las sesiones.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 183
Y cómo llegaste al psicoanálisis?
A analizarme con un psicoanalista? Fue hace mucho. Yo creo que uno preguntando,
va llegando. Yo creo que es un camino que es bastante común, por lo menos en la
Argentina. Si tenés un problema o algo, preguntás a dos o tres personas y te llevan a ir
a un psicólogo. Después, el modo de terapia, no sé… uno se va encontrando, va viendo
qué es lo que le funciona o no. Hace unos años atrás me ha funcionado el psicoanálisis
más lacaniano, y hoy en día no. Pero llegué por recomendación. Y después la elección
del psicólogo o el tipo de terapia la fui haciendo yo a medida que fueron pasando los
años y lo que fui necesitando a lo largo de mi vida.
Y vos elegiste de acuerdo a esa determinada orientación?
En ese momento me acerqué porque me dijeron “deberías hacer esto”. Y después
cuando llegué, busqué lo que más me gustaba. Creo que la persona es más que la
disciplina. Quién me podía ayudar o acompañar más en ese momento.
Y vos a qué te dedicas?
Yo doy clases de danza y de pilates, y soy bailarina.
Y vos sentís que el psicoanálisis tiene algún lugar o ha influido de alguna
manera en tu práctica?
Yo creo que sí, porque yo lo busqué para que me modifique. Lo busqué por una
necesidad de modificar algunas cosas mías recurrí al psicoanálisis, y me modificó como
persona, entonces hay un cambio en mi práctica o en mi carrera o lo que sea.
Conocés la APA?
No. Escuché el nombre, las siglas y me resuenan de haberlas escuchado. Sé que es una
asociación, pero no más que eso.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 184
ENTREVISTA a
Guillermo Roux,
(artista plástico)
¿Qué significa para usted el psicoanálisis?
En cada etapa ha significado una cosa diferente en mis largos 80 años. Podría definirlo
en 2 etapas. Cuando yo comencé, que tuve el 1er contacto [análisis] para mí fue una
revelación donde descubrí una manera de ver el mundo, de ver las cosas. Me parece
un juego que me divertí mucho en los últimos tiempos y del cual saqué conclusiones y
me amplió enormemente la posibilidad de relacionarme con las cosas y con la vida. Y
tuvo una gran influencia en mi trabajo. Después, con el tiempo, fui yendo a cuestiones
más específicas ya de la vida misma. Y sí, creo que ha sido un proceso que ha ido de
un momento de –para decirlo de alguna forma- de realidad, donde también se trataban
problemas concretos, pero de lo lírico, lo mágico, lo poético y lo metafórico [que
tenía] tenía un valor muy grande, ha ido una situación más realista, más concreta, más
puntual.
Como un diálogo lúdico que tiene que tener el analista
Desde el principio, siempre para mí ha sido así. Yo soy de la idea de que es tan
importante el psicoanalista como el que oye. Para poder oír al psicoanalista hay que
estar un poco bien. Hay que poder oír. No sé si todas las personas pueden.
¿Ha tenido diversas experiencias?
Sí. He practicado todo, grupos, diván, distintos psicoanalistas. Hoy voy a una
psicoanalista. Me ordena. Diría que es una amistad productiva. Que no es lo mismo
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 185
que una amistad común, es otra cosa. Diría que es una amistad calificada y querida
y necesaria, en este periodo de mi vida sería una cosa así. Y que esa amistad me es
necesaria.
¿Siempre psicoanálisis?
Sí. Empecé a los 40, 39 años, en Buenos Aires, hasta hoy. Pero dejando periodos sin
ir. No en continuidad.
¿Cómo fue la incursión en el psicoanálisis?
La primera parte fue como un descubrimiento, un juego extraordinario. Me divertía
muchísimo. No veía la hora de ir… porque tenía libertad absoluta para divagar y
me llenaba de nuevas ideas y podía desarrollarlas. Es un enfoque de la vida que me
permitió desarrollar toda una pintura y una forma de trabajar. En vez de mirar así,
mirá así, así, así, así… [gesticula diferentes movimientos]. Yo tuve una apertura muy
grande y me sentía muy libre.
Hay una diferencia entre decir lo que tiene que hacer y la posibilidad de
apertura.
A mí me dejaban decir lo que se me de la gana. Lo cual vale enormemente, y en
ese momento valió muchísimo. Para mí fue un descubrimiento que pudiera hacer
eso. Un descubrimiento ver que en mí había todo eso. Descubrí que en mí había esa
posibilidad. Me dio un método. Aprendí la riqueza de la asociación libre y la apliqué
a mi trabajo. Cuando estaba trancado en mi trabajo, aprendí a jugar con las ideas y a
auto interpretarlas dentro de mi trabajo. Aplique el método que en ese momento me
parecía muy novedoso.
¿Cómo influyó en el trabajo?
Pude empezar a mezclar el pasado con el presente. Hasta ese momento la vida para
mí era una cosa más lineal. Y lo que producía era más lineal dentro de una forma
de trabajo. Pero había una zona de trabajo que para mí era misteriosa, que era el
inconsciente. Que yo no conocía, o que se colaba en mi trabajo sin que yo me diera
cuenta. El psicoanálisis me lo reveló. Como mecanismo y como posibilidad. Fue un
cambio importante. Empecé con las acuarelas, las figuras fragmentadas, era una forma
de ver el mundo donde la realidad se mezclaba con la fantasía, donde todo se mezclaba,
buscando una unidad. Para mí la sesión en psicoanálisis era un material extraordinario
que descubría en mí y que yo utilizaba como mecanismo mío. Lo daba vuelta y lo
utilizaba como mecanismo.
¿Cuando pinta piensa, se deja llevar, las dos cosas…?
Combino las dos cosas. Después fui variando. Como las circunstancias de la vida. En
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 186
ENTREVISTA A GUILLERMO ROUX
cada periodo fui teniendo un psicoanalista diferente. Pero siempre tiene esa tónica un
poco. Pero la primera parte fue una revelación porque es como descubrir un tesoro
que no conocía.
¿Cuántas veces por semana?
Dos veces, tres veces por semana. Yo quería ir a cada rato.
¿Cómo se decidió?
- Ya ni recuerdo… Mi mujer me dijo, que tenía más experiencia. Uno… dos… tres,
cuatro y cinco (cuenta memorizando) fueron mis analistas.
¿Siempre por lo mismo?
Por diferentes momento de la vida. No volví con cada uno, pero tengo un gran
recuerdo de cada uno de ellos. Me llevé bien con todos.
¿Tiene contacto con cada uno de ellos?
En algunos casos sí. Pero en otros casos se fueron al extranjero, no los he visto. Pero
tengo un gran recuerdo de todos.
Hablaba de una primera parte en su acercamiento al psicoanálisis.
Toda la 1ª parte es cuando no iba al analista, es difícil definir, yo oí hablar amigos míos
que iban a una clínica de un gran psicoanalista que se llamaba XX, de esa época. Era
psicoanalista de pintores, de artistas. Muchos iban a verlo. Pero lo que me contaban de
XX no me gustaba. No me gustaba lo que decía. Pero yo oía lo que decían mis amigos
de XX. Y al mismo tiempo veía el resultado de lo que decía XX en mis amigos. No me
gustaba mucho la forma de cotidianeizar la interpretación. En aquella época uno no
podía decir ‘quiero sal’ porque saltaba uno a decir cualquier cosa. Eso no me gustaba.
Me aburría mucho. Y cuando el psicoanálisis se convierte en interpretar para qué lado
agarraste cuando saliste a la vereda… había como una interpretación constante. Y eso
también pasó a la pintura o a lo que hacían otros, como los actores. Porqué este color,
porqué esta figura, era una cosa complicadísima que a mí no me interesaba para nada.
Fines de cincuenta, los ’50 y pico.
Una sobre interpretación.
Cada cosa de la vida se interpretaba. Anoche me tropecé con el primer escalón
entonces… “tené cuidado” no sé con que cosa. ¡Tropecé con el escalón, chau! Uno
vivía acorralado por las interpretaciones, por el ‘qué estaré haciendo con mi vida’. Me
sentía aprisionado con eso.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 187
¿Y su encuentro fue así en la terapia psicoanalítica?
No. Fue todo lo contrario, todo al revés. La apertura.
Con XX fue el ingreso al mundo psicoanalítico.
Fue la primera vez que alguien me arrimó un libro de Freud. Leí algunas cosas que me
gustaron, pero me gustaron más como cuento que como psicoanálisis. Como es muy
lindo como están escritos los leía como cuentos que me servían como cuento… ¡ah!
Entonces puedo hacer tal cosa.
¿Cómo fue ese primer encuentro? ¿Cómo recibió esos contenidos freudianos?
¡Me parecieron fantaciencia! Fantasías, ciencia ficción. Una ficción maravillosa.
Pensaba, bueno, esto es una ficción y yo también puedo hacer una ficción con este
mecanismo, total. No era muy conciente de la parte que pueda haber científica, curativa
o como la quieran llamar. Pero tampoco me importaba mucho. Lo que me importaba
era leerlo como quién lee un gran libro de cuentos. Lo cual tuvo su parte buena porque
lo agarré por otro lado que también me sirvió.
¿Y cómo llegó al diván?
- Al venir a Buenos Aires… creo que mi mujer me dijo… o Mauricio Abadi, a quien
yo conocía, me recomendó una persona y fui a verla. Y ahí tuve la primera experiencia
mía. Y fue en ese momento en que di libertad a los cuentos. ¡A los cuentos míos! Ahora
eran míos los cuentos. Me sentí libre de contar miles de cuentos. Incluso cuentos
reales y cuentos mentidos. Me sentí libre de mezclar ambas cosas, un juego fantástico.
Iba a un lugar a jugar. Y me sentía muy bien jugando, muy libre.
Como un niño.
Sí, era un niño ¡Sigo siendo! Es lo que más me gusta. Si no, no sé qué haría. Pero en
ese momento era como que uno estaba ensimismado en su propio juego. Y supongo
que había alguien que decía algo. Ese alguien que decía algo no me lo puedo acordar
muy bien, pero sé que me fue útil. En algún momento decía una palabra, que orientaba
el juego, o que me ayudaba a mejorar el juego o me daba una solución que inquietaba
para seguir el juego. Pero me sentía muy libre de jugar. Después hubo un momento
de un análisis más grupal. Y ya el país había cambiado, había cambiado la realidad.
Estamos hablando de… también tiene que ver lo social, lo político, el periodo que
uno vive y la propia experiencia. Cuando hablo de esto es de los ’60, bastante antes
de la dictadura. Cuando vino la dictadura y las cosas empezaron a ponerse mal, las
sesiones ya eran otra cosa porque la gente que estaba en el grupo tenía problemas
serios y no había espacio para fantasear tanto. Era una cosa muy real y concreta. Lo
social, político, lo concreto, bueno, cosas en donde uno no puede empezar a decir
fantasías. Ya la fantasía se acota. Y esa fue otra experiencia. Después vinieron viajes al
extranjero, exposiciones en Europa y todo ese tipo de cosas. Ahí intervinieron otros
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 188
ENTREVISTA A GUILLERMO ROUX
factores, bueno, ‘¿me conviene estar en Europa?... ¿o no?’, en otro lado. Preguntas
concretas. Qué pasa con esto, con aquello. Ya el diálogo era más acotado a problemas
específicos. Y hoy es una mezcla… de no sé qué exactamente, sé que me hace bien.
Pasó por todas las experiencias, individual, grupal y ahora individual.
Vuelvo a una relación individual que no la califico, que me es propicia, que me hace
bien. Que puede tener algo de juego, que puede tener algo de realidad, de respuesta
concreta, de opinión, discutible o no. ‘¡Ah, sí!’, ‘usted opina esto’, ‘yo opino esto’. Es
un diálogo mucho más acotado y más puntual. Pero que me hace muy bien, no es lo
mismo que tendría con un amigo común un diálogo en esos términos. Es un tipo de
relación diferente donde la palabra tiene otro valor. Y donde la respuesta también tiene
otro valor.
¿Cree que el psicoanálisis influyó en la pintura?
Yo creo que sí.
¿Y de qué manera?
Bueno, hay un peligro en psicologizar todo. Es un peligro que también está en el arte.
Muchos se creen que por hacer cosas raritas están haciendo arte. Entonces bueno,
mezclemos imágenes como a mí se me pasan por la cabeza y vamos a ser surrealistas
o vamos a hacer cosas un poco raritas. No estoy muy de acuerdo con eso. No es así,
a mi juicio. El análisis no es hacer cosas raritas. Hay una estructura de fondo. Creo
que en ese sentido el psicoanálisis ha impregnado a la cultura argentina en muchos
aspectos. A veces positivos, a veces negativos. Cuando la apertura de la persona es
indiscriminada puede llevar a un “haga lo que quiere, lo que siente…” Bueno, no es
así, hay límites. Mal interpretado es que no hay límites, y cuando no hay límites viene
alguien y pone límites. Y en ciertos momentos el psicoanálisis abría las puertas a un ‘no
hay límites’, ‘hagan lo que quieran’. Al contrario. En esa época hubo una subversión
de valores. ¿Quién tiene el poder? ¿Está en manos de quién? ¿De los profesores o de
los alumnos, del director o de este y quién es usted para tener el poder? Las cosas se
empezaron a dar vuelta. Hubo un exceso de psicoanalización y falta de límites. ¡No!
Hay una estructura que es una estructura social dentro de la cual hay valores y hay
formas.
Se lo toma de una manera o de otra.
Por ejemplo, hubo una época que ustedes no conocían, en que estaba el famoso doctor
Spock, el pediatra, el que introdujo en la Argentina una cantidad de ideas y qué sé yo.
Hubo médicos que siguieron un poco esa tónica. Eso trajo nuevas ideas que tenían una
parte muy positiva, pero también una muy negativa. Los padres mismos se sintieron
avasallados por los hijos. No podían educar más a los hijos, ponerles más límites,
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 189
¿quién le ponía límites a su hijo?
O sea que hay que ser muy equilibrado
Y tener una gran información histórica de lenguaje, de idiomas, de giros gramaticales,
de épocas, de historia del arte, de historia de la música, tiene que abarcar una
cantidad de cosas… No digo que sea un especialista. Tiene que abarcar una cantidad
de conocimientos muy amplia. Creo que encuadrarse sólo dentro de una cuestión
psicológica no alcanza.
Una amplitud de mundo.
¿Y si no cómo interpreta? Porque en el fondo las cosas son. Bueno, esta es una teoría
platónica, pero yo podría decir que todo lo que existe en el mundo es geometría.
De hecho lo es. Las cosas no son, son formas, son triángulos, son cuadrados, son
redondeles, son rectas y son o no horizontales. Nada más. Después hay blanco y negro
y algunos tonos. Es decir, es muy poco, ese es nuestro mundo. Después nosotros
revestimos eso de significados. Un árbol es redonda la copa, tiene un palito abajo. A
eso lo llamamos árbol. Bueno, muy bien: el redondel de la copa está arriba y el palito
está abajo, para que sea árbol. Pero en el fondo es un redondel y un palito. O sea es una
esfera y un palito. ¿Y si pongo la esfera abajo y el palito arriba? ¿Será un árbol? ¿Por
qué ese es un árbol y el otro no, si las formas son las mismas? De hecho, uno puede
alterar el mundo completamente manteniendo en rigor la geometría pero cambiando
los sentidos. Eso es interesante en psicoanálisis. Muchas veces las personas tienen una
estructura que tiene una lógica. Lo que está cambiado es el sentido. Pero si uno pesca
la lógica profunda con la cual anuda su geometría, para decirlo de alguna forma, lo que
en realidad está cambiado son los significados. Pero dentro hay una lógica.
Usted puede ser psicoanalista.
No sé (risas). Entonces esa sería la diferencia entre las diferentes personalidades. Si
yo le encajo a una persona una estructura que no le corresponde en mi interpretación
de esa realidad yo estoy violentando su mecanismo. No estoy violentando su sentido,
porque en lo que a mí me importa, ¿dónde estaría el error? El error estaría en la falta
de coherencia entre estructura y sentido, dentro de su estilo, de su manera de ver la
realidad.
O sea que dentro de cada estilo pictórico hay una lógica que da sentido
Justamente. Es equivocado cuando estas componentes son contradictorias. El mejor
estilo no es el que responde a un ideal de la historia del arte, un ideal que sea de un
prejuicio, sino que responda a una coherencia en su estructura, más que en su sentido.
El sentido es una apariencia, el sentido puede moverse. Lo que cuenta es qué me quiere
decir en el fondo. ¿Cómo es su estructura?, ¿es coherente? ¿lleva a un fin? ¿tiene un
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 190
ENTREVISTA A GUILLERMO ROUX
discurso que es coherente, está bien armado y se repite como forma? Que se integra
con su personalidad, que es el reflejo de lo que es. Después a eso lo disfrazo de sentido.
Es decir, es una forma de camuflar, de tapar. El analista lo que tiene que descubrir es la
estructura, porque uno pone máscara, pero lo que no puede disfrazar es la estructura.
Como un saber escudriñar, mirar, escuchar.
Hay dos partes. Una que es maravillosa que es la parte estructural. Hay personas que
vienen, y uno lo puede ver en alumnos, en pintores, en muchísima gente, que tienen
una estructura, sigámosle llamando geométrica, de la vida, que uno dice ‘esto es un
disparate’. Si uno se apura es un disparate. Si uno lo oye muchas veces se da cuenta
que es un estilo. Hay una gran diferencia. Si yo coarto esa estructura, lo que estoy
haciendo es romper el estilo. Y lo que tengo que hacer es armar bien esa estructura,
ver bien dónde está la falla en la estructura y sacar el prejuicio, que es lo enemigo de la
estructura. El ‘esto puedo hacerlo, esto no puedo hacerlo’.
Usted está hablando del tiempo de espera.
El tiempo de espera para comprender cómo es la estructura de esta persona. No
imponerle la mía ni la del vecino, ni la de papá y mamá. Ahí está el error. La persona
viene con una estructura propia de él, maravillosa, pero que de repente tiene pegoteada
estructuras del tío, del abuelo, de la mamá, que de repente no encajan ahí, en esa
estructura. Ésa, con mucho cuidado y después de conocer muy bien a la persona, uno
puede hacer ver qué de esa estructura no le pertenece, que está fuera de contexto.
Después, cuando el lenguaje está armado como estructura lo puede revestir de
maravilla.
Usted parece hacer casi un trabajo psicoanalítico con sus alumnos.
¡Y bueh…! Yo hago mucho de eso. ¿Es lo básico!
O sea que cada uno encuentre su estilo.
Que cada uno tiene que encontrar la forma con que arma las cosas. Y que esa forma
es independiente de lo que las cosas representan. Las cosas representan después una
poética, que es otra cosa. En vez de ser árbol es mariposa. Bueno, qué me importa. En
vez de ser cielo es otra cosa. Los sentidos pueden cambiar y pueden despistar. Uno
puede decir ‘este está chiflado’. No, no está chiflado. Lo que tienen los sentidos, que
son tan novedosos, que a mí me hacen parecer que está chiflado, pero internamente hay
una coherencia que es maravillosa. ¡Como yo voy a tocar eso! Lo que tengo que hacer
es poner mejor ese sentido. Habrá 20 millones de idiotas que dirán ‘este está loco’.
Pero el camino de la libertad es ese, que cada uno encuentre su propia estructura, su
propia manera de armar la estructura de su propia vida. Y lo que hace más mal y lo que
es más pernicioso son los prejuicios. En esa estructura siempre uno encuentra que hay
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 191
una voz, un algo, que el quisiera introducir en esa estructura pero que hay alguien que
le dice no… la papá, la mamá, las costumbres, la crítica, la época, qué se yo. Infinidad
de gente que le dice que no a su intención de introducir algo a su estructura.
Como si el analista tuviera que tener amplia cultura, pero además sentido
común.
Para mí es importantísimo que el analista tenga un gran sentido común… que a veces
yo lo pierdo, tiendo a perderlo, y necesito alguien en esa estructura que me la ajuste un
poquito sin tocarla. Que me diga ‘mirá, me parece que estamos yendo para el diablo’.
El sentido común no es algo zonzo. Si cada uno es coherente en ese sentido común
no hay problema. En el fondo no somos muy diferentes. La sociedad se mueve con
muy pocos elementos. Es la combinación de esos elementos los que varían, pero los
elementos son los mismos… un rectángulo, un círculo, un triángulo… En Egipto decían
que habían siete formas, punto. Siete tipos de línea. Con ese número hicieron todo lo
que hicieron. Nosotros no tenemos tanto. Tenemos un triángulo, tenemos triángulo y
círculo combinado, rectas, horizontales, oblicuas, ángulo recto, un montón de cositas y
nada más, que no son tantas. Y eso estructura al mundo. Bueno, cambiémoslo de lugar.
¿Y qué pasa? Siguen siendo los mismos. El cambiarlo de lugar es cosa de cada uno de
nosotros, según como uno combina esos elementos. Y después, si uno quiere, disfraza,
porque en la vida el disfraz es lindo también, y disimula esa estructura descarnada con
adornos, cosas y qué se yo y entonces uno es una personalidad atractiva, exitosa, o que
trae novedades al mundo, qué se yo… ¡es un juego!
Se trata de la posibilidad que tuvo usted de des-normalizar su arte.
La libertad la tienen algunas personas, en el sentido que estamos hablando. En general
las personas son un poco pegotes de cosas que no les pertenecen y es ese el drama,
el desajuste. Pero si estamos hablando del artista en serio, aunque uno no lo entienda,
aunque uno diga ¿qué está haciendo?, ¿está loco?, pero si uno escarba se da cuenta que
hay un lenguaje, algo interno, estructurado, que configura la imagen. Claro que eso no
lo descubren en un día ni en dos, ni con una obra o dos o tres. Hay que meterse en
eso, ¿no?
¿Puede hablarse de surrealismo y psicoanálisis?
Sí, más o menos, pero muchas veces se cree que la cuestión es surrealista porque en
realidad lo que cambia… ¿qué cambia? Lo que cambia es el sentido. Por ejemplo si
hago entrar una locomotora acá soy surrealista, porque entra un elemento que no
pertenece a este lugar. En realidad lo que cambió es el lugar y la representación, que
es externa a la cosa. Pero el cuadro va a funcionar no porque haya hecho entrar la
locomotora en este ambiente, va a funcionar por sí el rectángulo de la locomotora está
bien encajado en el cuadrado del ambiente. Si eso está bien hecho, bien presentado,
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 192
ENTREVISTA A GUILLERMO ROUX
la estructura, puede poner lo que quiera. El buen arte surrealista es el que se asienta
sobre bases muy sólidas, lo que cambia es la apariencia.
Como un sueño.
Un sueño, que tiene una lógica, no es cualquier cosa. Es un relato perfecto si uno analiza
el propio sueño o el de los demás. Lo que cambia es el disparate de las imágenes, pero
no hay que dejarse seducir por el cambio maravilloso de imágenes, que es lindo en sí
mismo. A mí lo que me importa es la estructura del sueño, porque en la estructura del
sueño está la persona.
Usted es psicoanalista y tuvo muy buena relación parece con los analistas.
Psicoanalista no sé ¡qué sé yo! Siempre me enamoré, siempre quise muchísimo a mis
analistas. Me entregué mucho y los quise mucho. Forman parte de mi vida. Para mí
no es una persona ajena, para mí es una persona que forma parte de mi vida a quién
quiero mucho. Eso es un analista. Y de ahí donde saco el mayor beneficio. No voy al
psicoanalista para hacer un deber, voy a vivir (risas) a la casa de él. Es parte de mi vida.
¿Con el análisis, sintió más propias sus producciones?
Sí, hubo algún momento que sí, y en otros momento me aparté un poco de eso. Apartarme
de eso fue un poco un error para mí. Toda la primera parte fue muy importante para
mí. Este último momento que estoy viviendo tiene mucha importancia para mí. Pero
todo está relacionado con un mecanismo interno que es coherente conmigo mismo.
La primera parte en la relación con la pintura es cuando descubrí el mecanismo de la
libre asociación. De chico yo tenía problemas en que no me interesaban mucho las
partes del total sino las partes. Por diferentes razones. De las cosas, no de todas las
cosas, sino de algunas cosas de las cosas. Y por supuesto, a uno le enseñan a hacer toda
la cosa. Entonces esos pedazos cosas son pedazos de muchas cosas, que configuran
una imagen. Esos pedazos de muchas cosas son cosas reales, cosas imaginadas, cosas
soñadas, cosas dramáticas, cosas humorísticas… El otro camino es hacer una cosa
unitaria, pero esa cosa unitaria no abarca todas esas necesidades de pedazos unidos.
Bueno, eso me llevó mucho conflicto inicial, la ortodoxia de la época decía hay que
hacer esto así. Encontré entonces una persona que no fue juez en eso y me permitió
la vida. Cuarenta tenía cuando empecé el análisis. En el ’69. Encontré alguien frente a
quién podía decir cualquier cosa…
Un padre distinto.
Sí, y no pasaba nada. Y en ese decir de todo encontré que había una lógica. No es
cualquier libertad, ¡era una lógica! Para mayor asombro mío esa lógica tenía muchísimo
que ver conmigo y me daba mucho placer. A mí me sirvió. Vargas Llosa dijo que si se
analizaría perdería su creatividad. A mí me ayudó a abrir esa creatividad. Pero considero
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 193
que el psicoanálisis no le da talento al que no lo tiene. Tampoco el psicoanálisis
que busca el “tu puedes” me parece que ayuda, digo el psicoanálisis que busca la
autosuficiencia. Eso no. Comprendo que en todas las profesiones hay de todo y que
a veces es necesario empujar a alguien, en un momento, pero no cuando no hay. No
vamos a hacer más grande a uno que mide 1,6 para ser uno de 1,9.
Expresiones de Roux con micrófono apagado
¿Como debe ser un psicoanalista?
El psicoanalista debe tener una cultura general amplia, conocer de los símbolos, de
idioma, de historia, abarcar. Una cantidad de conocimientos muy grande.
Tiene que haber alguien que crea en vos, siempre. La mirada del otro.
El artista en general duda de si mismo, es un inseguro por naturaleza.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 194
ENTREVISTA a Rita,
terapeuta corporal
Contame, ¿para vos qué es el psicoanálisis?
Para mi es principalmente como un método. Un método, no sé si decir de cura,
porque no me gusta mucho la palabra cura. Un método para sanarse y un método para
desarrollar y desplegar pensamientos. Si, es una cosa que me salvó la vida en cierto
momento. Me dio mucho apoyo, apoyos… de dónde agarrarme.
Has tenido una experiencia intensa y directa con el psicoanálisis
Si. Hice 6 años de psicoanálisis en Italia, y me gustó, porque en un momento estaba muy
angustiada, muy mal. No sabía bien cómo salir de todo. Las preguntas del psicoanalista
me llevaron a mis respuestas.
O sea que te sirvió
Si, y me sigue sirviendo. Acá tengo una relación un poco conflictual con la analista, es
diferente. No me hace tanta pregunta, a veces me da ella las respuestas, entonces me
pongo un poco nerviosa con la psicoanalista de acá.
¿Y vos a qué te dedicás?
Yo soy terapeuta corporal, especialista en tercera edad, y ahora me especializo en
danza corporal. Ahora hago una terapia de grupo, y estoy estudiando.
¿Y vos pensás que el psicoanálisis que el psicoanálisis ha tenido alguna
influencia en tu quehacer?
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 195
De hecho que si, tuvo influencias en mi vida. En un momento me puse más paciente
como paciente, entonces en el lugar de terapeuta me puse más paciente con mis
pacientes, en el sentido de tener más paciencia. Y bueno, la escuela que estoy haciendo
tiene un método psicoanalítico. Y siento que con los pacientes le doy mucho lugar a la
palabra, al pensamiento y al discurso de los pacientes. De ahí vamos a trabajar con el
cuerpo, y desde ahí hacemos nacer otra palabra.
¿Conocés la APA?
No, no sé dónde está. Sólo sé que es la Asociación Psicoanalítica Argentina. Escuché
algo, y vi folletos a veces. Sé que es una escuela que da una formación bastante
académica, que forma psicoanalistas.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 196
ENTREVISTA
a Julio Chávez
(actor, director)
Qué es para vos el psicoanálisis?
( se queda pensativo)… yo tengo dos experiencias con esa palabra, una experiencia que
tiene que ver con médicos psicoanalistas, que sabían mucho de la psiquis, gente muy
formada que sabia más del ser humano que cualquier ser humano y que con ese saber
despierta a una persona y le dice todo lo que esa persona no sabía hasta que se toparon
con ellos. Como si fuese la ciencia o el pensamiento, yo diría más bien en este caso, la
ciencia informa al ser humano acerca de lo que al ser humano le pasa.
Y por otro lado entiendo al psicoanálisis desde la práctica. Yo ahora te diría como
psicoanalista, porque no hay psicoanalista como uno mismo. Comprendí que en
realidad hay otro psicoanálisis que es el ser que se hace preguntas y se responde. Y
en ese sentido, ya la ciencia en todo caso será un organizador o un detectador o un
acomodador de esa experiencia o le agrega palabras que tal vez uno no podría, pero creo
que si una persona se hace una pregunta, es posible que esa persona haga contacto con
el psicoanálisis de una manera muy directa. ¿Quién? ¿Cómo? Bueno, eso ya depende.
Si hace contacto con una mirada de otro psicoanalista también depende, porque tal
vez hace contacto con una manera de entender su experiencia que esta más en relación
con un análisis conductivista que a un análisis freudiano o lacaniano. No es mi tema,
así que yo no puedo hablar mucho de eso, pero el psicoanálisis no le pertenece a una
ciencia, el psicoanálisis, me parece a mí, es una actividad del pensamiento y le pertenece
entonces a cualquier ser humano. De manera que el que pueda hacer contacto con eso
es cualquiera y en cualquier momento de diferentes maneras. En todo caso para mí
el encuentro con un analista es la ayuda para mejorar u organizar el pensamiento o la
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 197
confusión que también puede traer ese intento de pensar. Entonces tal vez un otro, una
mirada, la escucha de un otro puede ayudar a que sueltes aquellos elementos del jardín
que no son importantes y que sigas atento a otros elementos que si son importantes
de acuerdo a la experiencia que ese ser tiene en los jardines, eso también es bastante
personal. Así que el psicoanálisis, para mí, ya no es una herramienta o una actividad
del pensamiento de unos pocos que son psicoanalistas, sino que es una actividad del
pensamiento que mientras haya un hombre que piense, el psicoanálisis va a estar.
¿Has tenido algún vínculo con el psicoanálisis?
Siempre. Empecé a analizarme cuando tenía 12 años, en realidad empezó a analizarme
alguien a mi cuando yo tenía 12 años. Me analizo, ahí está un poco lo que dije antes.
Alguien advirtió en el colegio que yo no era de fácil conducción, entonces le sugirió a
mi madre y ella agarró la cartilla del policlínico y me mandó a una psicóloga que más
que psicóloga era una tejedora de crochet, que tampoco eso implica que uno vaya a
tener una mala experiencia, yo no la tuve buena, pero porque era una atorranta. Así
que desde los 12 años el espacio del pensamiento, de reflexión o de preguntas o de
alguien que te escucha…después hice muchos años de terapia sistémica, después hice
lacaniana, muchos años, hice 6 años y últimamente estoy con un analista que ya no sé
lo que hace, yo diría que es post lacaniano-freudiano (risas).
¿En qué crees que te haya influido en tu quehacer personal o en el arte escénico?
Mirá….en todo, porque la paciencia de escucharse y de percibirse y de tratar de darle
palabras a lo que uno le sucede, esta en íntima relación con lo que es cualquier expresión
artística, porque es muy difícil separar lo que es la actividad del hombre en tanto
constructor que separarlo de la actividad artística y también separarlo de la actividad del
análisis, digamos. Lo que más me apasiona del análisis es el análisis que no se hace bajo la
presión de ningún problema concreto. Me parece que al análisis se cae por un problema,
pero lo mejor que a uno le puede pasar, para mi punto de vista, es que la actividad
del pensamiento o de la reflexión que sucede en el espacio del pensamiento de uno,
no sea utilitario para resolver un problema concreto. Me parece que sirve mucho para
eso, pero lo mejor es cuando pasó el problema y empezar a reflexionar sobre enormes
cuestiones que tienen que ver, a veces, con la existencia. Parece que cuando dejamos de
sufrir un problema la existencia es un mar hermoso y no me parece que así sea. A mí
me ha ayudado muchísimo sobre todo el espacio del pensamiento, mi ejercicio de pensar
en sesión, me ha ayudado mucho en el arte, en mi trabajo. Yo soy una persona muy
interesada en mi y eso me parece que es algo muy importante, a mi me interesa lo que
me pasa, no es que solamente me interesa cuando tengo un problema, no es que sé que
hay un motor y que me doy cuenta cuando el motor no arranca, pero sí entiendo que
ese puede ser el desencadenante de que muchos nos demos cuenta que hay un motor,
entonces, por suerte, de alguna manera alguno cae en tener que abrir ese capó y chequear
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 198
ENTREVISTA A JULIO CHÁVEZ
qué carajo pasa; generalmente es cuando el coche manifiesta un problema. Pero lo
mejor para mí es lo que pasa después; no, tener un problema sino hacerse de un
problema, que es diferente. Tener un problema es tener un problema que viene de
la vida y hacerse de un problema es hacerse de la pregunta, por eso a veces te dicen:
“¿pero a qué vas? ¿Para revolver?” (risas) “si, voy para revolver”, porque me gusta
meterme en el problema, indagar en lo que hay ahí adentro. Para mí está en absoluta
relación con lo que es el trabajo artístico, la gente a veces va a estudiar o va a entrenarse
con la finalidad de resolver problemas y a mí lo que más me interesa es hacerme de
problemas. Entender el problema en el que uno está y hacerse una pregunta es entrar
en un problema. Pregunta y problema están hilvanadas y no sé si no son lo mismo.
Nosotros somos analistas en formación, entonces nos parecía interesante
preguntarte si se puede hacer un paralelismo entre la relación analista-paciente
y maestro-alumno
Mirá, nunca me hubiera podido formar con una persona que no pusiese sobre la mesa
su subjetividad, donde yo pueda rápidamente comprender su mirada, que le afecta, que
no le afecta y donde su expresión forma parte del asunto. Estoy seguro que tiene que
haber un vínculo, de hecho a mí me pasa con mis analistas lo mismo que me ha pasado
con mis maestros, he querido ser un buen alumno y yo quiero ser un buen paciente. Para
mí la figura del maestro y la figura del analista se relacionan mucho porque son figuras
que yo ubico en un lugar de saber, de conocimiento y conquista y los utilizo como
remedios en los cuales confío que van a tener mucha inferencia en mi crecimiento y en
mi mejoría, mejoría en muchos sentidos. Son personas que siempre he querido seducir,
que me gusta producir interés, son personas que me hacen sentir mucho menos solo,
yo tengo algo de huérfano si bien nunca he sido huérfano, bueno ahora soy huérfano
de padre. Para mí creer que hay alguien que sabe, es muy importante. Digo creer que
hay alguien que sabe, no digo alguien que sepa. Es una condición que yo le pongo al
otro, el sabe y yo tengo que ir detrás de la esmeralda perdida, para mí el mensaje del
análisis es que tiene algo de mitológico también: el héroe que sale en búsqueda del
conocimiento, para mí también tiene algo de conquista, así que yo lo relaciono, el
maestro, el analista, bajo mi experiencia. A mi me gusta jugar a que soy un transgresor
en ambos lugares, lo he hecho con mis maestros, soy muy respetuoso y al mismo
tiempo soy impertinente en el interior del vínculo, nunca fuera. Agarrarle los lentes a
mi analista, levantarlos, limpiárselos y decirle: “¡esto está sucio, sos un atorrante!” (se
ríe) ese tipo de travesuras infantiles. Es algo muy tierno para mí el análisis, el hecho
de ir a analizarse, y también algo muy infantil, la ternura de hacerse preguntas como
un niño que desconoce, mira al mundo y hay que ayudarlo a que arme un lenguaje
y que ese lenguaje es su vida. Y nadie puede decir quién es un buen psicoanalista o
no, los psicoanalistas serán los que puedan juzgarse entre ellos, pero ese ya no es mi
tema. Ahora pienso que también uno puede ser un psicoanalista y entendido como un
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 199
mal psicoanalista, pero para los otros analistas, pero para la experiencia de tal o cual
paciente fue estupendo ¿por qué? Y porque no depende solamente del analista, hay un
vínculo ahí, hay un algo que ese atorrante que todos sabemos que es un atorrante, a
esa persona le hizo bien y también en esa relación con los maestros.
Ha acompañado también tu formación…
Todo el tiempo, porque yo no vengo con un temperamento fácil, soy sumamente
sensible, irritable, competitivo, tengo caballos complejos, medios raros, toda la vida he
necesitado de ese espacio.
¿Conoces la Asociación Psicoanalítica Argentina?
No conozco la institución por dentro, yo pertenezco a una generación donde existían
los Garma, los grandes del psicoanálisis, pero no conozco mucho la historia de la
Asociación. Debo decir que también he escuchado que casi se transforma en el Museo
Larreta, pero creo que eso no habla de la actividad sino de la administración porque no
puedo creer una actividad como el psicoanálisis envejezca, yo creo que si un espacio
de pensamiento envejeció no era un espacio de pensamiento, mientras haya un ser
humano que piense para mí el psicoanálisis existe, esa es mi mirada, porque si no ¿por
qué Freud se ocupó de analizar obras de arte? Me parece que él quería iluminar, que
ahí también había: hombre, pensamiento, construcción, pero no me voy a meter en
eso…
En relación al título que va a llevar la revista que es: “La mirada de los Otros”.
En lo personal o en lo artístico, ¿cómo es tu relación con la mirada de los Otros?
Para mí es un tema muy importante el tema de la mirada porque yo, todo el tiempo,
hablo de la mirada: la mirada tuya, cuál es tu mirada sobre tal o cual asunto, no hay
mirada. Yo creo que la mirada y el ser están totalmente unidos, la mirada es el órgano del
ser, no existiría el ser sin mirada. Cuando se termine el último ser que mire en la tierra,
cuando se apaguen sus ojitos, se termino la experiencia humana porque no hay nadie
que la mire, es fuerte, siempre hay alguien que ve por última vez algo. Es fundamental
para mí la palabra “la mirada”. Tengo una experiencia personal cuando yo era muy
chiquito, 4 o 5 años, recuerdo que mi gran preocupación era cuando mi madre dormía
porque yo pensaba que cuando mi madre dormía iba a otro lugar que yo no sabía cuál
era y me preguntaba si cuando se despertase de ahí y me mirase, me iba reconocer,
porque yo estaba ausente, no estaba presente en su sueño, entonces yo la despertaba
y cuando me miraba y me reconocía me quedaba profundamente tranquilo….así que
imaginate cuan importante es para mí la mirada del Otro. De hecho la elección de mi
profesión es en relación a esto, si no hay otro mirándote no existís, inclusive te podría
decir que el pintor cuando pinta, la mirada que existe es la propia, porque la obra está
ahí, entonces el mira la obra, entonces está la obra y la mirada. Pero los actores que
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 200
ENTREVISTA A JULIO CHÁVEZ
también tenemos mirada, dependemos mucho del “acto” y el acto tiene sentido si
hay alguien que lo mire. La mirada es fundamental para conquistarla, para tenerla y
para evitarla, porque hay varias miradas, no existe “una” mirada, existen “miradas” las
miradas de los Otros y la mirada de los Otros en diferentes circunstancias. Hay veces
que, para mí, hay que evitar la mirada del Otro. La mirada del Otro no puede ser algo
invasivo, yo no estoy de acuerdo con la democracia de las miradas, la mirada no es
algo democrático, la mirada es algo que uno puede determinar, subir, bajar, volverlo
anarquía, democracia, pero no necesariamente eso de todos la misma mirada, no, no,
todos la misma mirada, las pelotas…porque soy sumamente vulnerable a la mirada
del Otro, entonces yo no puedo joder, porque para mí es un tema serio. Ya está en el
título: “la mirada de los Otros” y cuando hay Otros, hay quilombo (se ríe a carcajadas)
eso te habla de mi espíritu belicoso. Yo siempre digo una frase que me parece genial,
como decía Seneca: “es imposible expresarse y al mismo tiempo estar de acuerdo”.
Hay que tomar una decisión, los acuerdos en la mirada es un problema enorme. Por
suerte me dedico a una actividad donde tengo muchas posibilidades de desarrollar mi
mirada y pienso pobrecitas las personas, que son muchas, que no tienen un espacio
donde desarrollar su mirada, que están constantemente en la democratización de las
miradas y te diría que hay miradas casi huérfanas, que nunca han podido hablar y eso
es una enfermedad social, tal vez algo que produce depresión.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 201
ENTREVISTA a Sylvina,
Maestra Jardinera.
Contame un poco de vos, ¿a qué te dedicas?
Soy Maestra Jardinera, trabajo con chicos. Con una población carenciada, en una
escuela de recuperación. Es una escuela que recibe niños que no pueden incluirse en
una escuela común, entonces son incorporados a esta escuela para que reciban los
contenidos con otra modalidad y distintos tiempos.
¿Y para vos qué es el psicoanálisis?
Para mí ha sido un espacio donde conocerme, y prestarle atención a lo que yo iba
percibiendo en la vida.
Vos has tenido contacto con el psicoanálisis?
Si, lo he tenido y hago análisis hace más de 10 años con la misma terapeuta. Y la verdad
puedo decir que he aprendido mucho y he avanzado mucho e las cuestiones de lo que
es aprender a poder valorar cuestiones de la vida, o aprendizajes que tengan que ver
con manejar los índices de angustia. Me parece que lo que me aporta es que la mirada
de otro, en el sentido de ser objetivo, es como que me devuelve una mirada que en ese
momento no tengo porque estoy metida en la situación que estoy viviendo, y la situación
me desborda. Me dio herramientas para afrontar mis miedos y la ansiedad. Todo lo que
tiene que ver con la represión, yo vivía las situaciones con temor, fue la posibilidad de
vivir las cosas de manera más distendida. A mi mes costaron mucho los cambios, por
períodos para lograr mis cambios se daban por el hartazgo, de padecimiento. Es ahí que
llegué a analizarme. Ahora puedo parar antes y no llegar a ese estado.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 203
¿Cómo elegiste analizarte?
En realidad fue una búsqueda, un largo camino. Corté una relación muy patológica,
muy poco sana, entonces empecé a sentir mucha angustia. Y empecé a buscar. Busqué
un gimnasio, iba dos o tres días, y después decía “no, voy a otro lugar”. Hasta que
llego a un lugar donde venden medias. Y la señora que estaba atendiendo me escuchó,
yo le conté lo que me pasaba. Y ella me dijo “yo conozco un lugar donde hacen yoga,
es una mezcla de cosas, por qué no probás?”. Entonces de comprar medias, fui a este
sitio, y empecé un trabajo con el cuerpo. Era una mezcla de cosas, tipo gestalt. Y ahí se
me empezó a liberar una angustia, que la tenía en el cuerpo! A veces somatizaba. Y me
pregunté “y ahora qué hago con este bagaje de angustia?”. Entonces gente que conocí
ahí me recomendó “por qué no vas a hacer psicoanálisis?”. Yo estaba medio reticente,
porque no conocía qué era.
O sea que los gestálticos te llevaron al psicoanálisis?
Si. A partir de poder ablandar todo lo que me pasaba en el cuerpo, paso a hablar con
la gente, y me encamine al psicoanálisis. Los procesos de cambio al principio fueron
difíciles, sobre todo con mi familia. Les costaba asumir la posibilidad de que yo fuera a
un terapeuta. Lo veían como que yo estaba loca… en esa época de los ´80. Y además,
después me fueron viendo como que me peleaba con todo el mundo. El que está
afuera no lo puede entender, pero era una necesidad de empezar a despegarme, de
empezar a imponer mi personalidad. Imponerme en el sentido de que fui rompiendo
con todas esas estructuras de mandatos tan fuertes. Y era una lucha constante con mi
familia “estás loca, estás loca! desde que vas ahí estás loca!”. Fue una lucha conmigo
misma y también con la familia. Hice cosas… como revolucionarias en mi familia.
Para vos fue revolucionario entrar en análisis
Fue revolucionario. Hubiera sido impensable transitar todo sin el análisis.
Vos sentís que el psicoanálisis ha tenido alguna influencia en tu quehacer?
Yo creo que influencia sí ha tenido. Yo creo que una va teniendo una forma de vida
con el psicoanálisis. Una va teniendo asociaciones en la vida a partir del análisis. Con
el tiempo ya hay cosas que me puedo ir dando cuenta yo sola, de mis formas de actuar,
de mis mecanismos. Yo misma voy diciéndole a mi terapeuta, como si me estuviera
escuchando a mí misma.
El psicoanálisis sí ha tenido presencia en mi trabajo, porque estos chicos han tenido
hogares muy violentos. Y en algún punto al principio me costaba. Y aún quizás hoy
me cuesta. No es sencillo brindarme afectivamente con ellos. Y en algún punto yo
sé que tiene que ver con mi historia personal, en mi familia también hubo violencia,
mi mamá me pegaba. No era una mamá golpeadora, pero las cuestiones no las podía
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 204
ENTREVISTA A SYLVINA
resolver desde la palabra. Entonces yo ahora veo a los chicos y a estas familias… y hay
una palabra.
Y vos conoces APA?
Si, conozco APA. Justamente porque trabajo con niños con discapacidad mental y me
interesa el tema, tuve una época en que vi algunas charlas o grupos que se hacían sobre
algunos temas específicos. Me parecían charlas absolutamente enriquecedoras. Tengo
el recuerdo de que cuando subía las escaleras sonaban las madreas. Una cosa muy
intelectual. Se armaban mesas y la gente hablaba y debatía, muy interesante.
Y cómo te enteraste de APA?
Por internet y por amigas psicólogas que siempre me comentaban sobre APA. Vos te
dabas cuenta que las personas que estaban en las reuniones eran personas que sabían,
no improvisados. Se decía que era medio de elite, que era un grupo cerrado, que no
que notos entran a ciertos estratos de la sociedad psicoanalítica.
Y por qué no se podía entrar?
Yo creo que era porque se decía que se manejaban con ortodoxia. Como una cosa que
no era para cualquiera. Quizás ahora son las flexibles. Yo le llamo ortodoxo a algo
rígido, que tenían una línea y no se movían de ahí… era en la primera época de mi
carrera. Me acuerdo que había amigas que no les interesaba, y otras que les encantaba.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 205
ENTREVISTA al Rabino
Abraham Skorka.
Rector del Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T.
Meyer” Rabino de la Comunidad “Benei Tikva”.
Qué opina usted del psicoanálisis?
Opinión acerca del psicoanálisis… Si entiendo por psicoanálisis como todo aquello
que se desarrolló en el estudio por la comprensión de lo humano, de Freud en adelante,
hasta me animaría a decir que tiene mucho de judío, empezando por Freud mismo.
Los ancestros de Freud fueron rabinos. Y no es raro que haya sido así porque una de
las preocupaciones básicas de la cultura judía es tratar de entender qué es el hombre
y quién es el hombre. El gran pensador…Joshua refiriéndose a la Biblia dijo: más
que un libro de teología escrito por el hombre es un libro de antropología escrito por
Dios. En la Biblia hay libros que tratan de bucear en lo más profundo del sentido de
la existencia. Un libro como Eclesiastés, como Job, las experiencias religiosas que se
describen en los salmos, el libro de los proverbios, cuál es la conducta correcta del
hombre, son manifestaciones de la búsqueda de la esencia de lo humano. Y a eso en la
biblia se llama la literatura sapiencial, la sapiencia. El tratar de saber cómo obrar, tratar
de descifrar el meollo de lo humano. Y después El talmud con todas las cuestiones
dialécticas que hay en el mismo, también gran parte del Talmud trata de entender qué
es el hombre y la esencia de toda la existencia.
Si Ud. Observa la famosa foto de Freud con el grupo que creó el psicoanálisis, Ferenszi
y compañía, todos menos uno eran judíos, menos Jung todos eran judíos. Y las malas
lenguas dicen que lo aceptaron a Jung para que no se vaya a decir que el psicoanálisis
es una ciencia judía. Esto, por supuesto, es un chiste.
Así que el psicoanálisis es muy cercano a nosotros, la actividad, la actitud de tratar
de hallar una senda que nos permita descifrar la esencia de lo humano a nivel de
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 207
sus angustias, a nivel de todo aquello a lo cual debemos dar respuesta a nuestra
existencia, de alguna u otra forma. Nuestra relación con los padres… fíjese usted que
cosa interesante, muchísimas cosas de Freud ya estaban en la biblia, por ejemplo la
cuestión del Complejo de Edipo, si yo lo saco del análisis freudiano y es uno de los
mandamientos. El mandamiento que dice “Honrarás a tu padre y a tu madre” significa
que la relación mamá, papá, hijos es una relación conflictiva, si no, no debiera ser un
mandamiento, para qué van a hacer un precepto si está totalmente sobre entendido.
El talmud así lo analiza y lo desarrolla. Ahora, lo que ocurre es que Freud trató de
estructurar, como él era un médico y no solamente un médico sino un científico,
significa que… no nos olvidemos la tesis de Freud fue una cuestión anatómica que
él estudió con respecto a las gónadas… de cierto pez que… ahora no recuerdo… la
primera actitud de él fue dedicarse a la ciencia
…Y que el psicoanálisis fuera aceptado como un discurso científico…
Exactamente… ahí quiero llegar. Después fue a estudiar con Charcot. O sea, dejó
la descripción anatómica para irse a París a estudiar con Charcot para ver acerca de
técnicas a aplicar sobre la mente; y después con toda esa actitud científica, justamente,
tratar de crear una unión entre la experiencia existencial y espiritual que aparece en
la biblia, el talmud y tantas obras con el pensamiento positivista de su tiempo. Por
supuesto… yendo a cómo considero al psicoanálisis humildemente, es un esfuerzo
intelectual muy grande. Las teorías, cuando alguien las lee con un criterio analítico
profundo, yo no sé si suscribir a las teorías freudianas, pero que algo de verdad hay en
ellas, es indudable. Y que hay una vasta experiencia en este campo… terapéutico que
debe tomarse con muchísima consideración, es totalmente indudable.
Por otro lado yo le podría decir que los psicoanalistas nos robaron la clientela un poco
a nosotros, los rabinos. En el siglo XVIII y XIX y anteriores, cuando alguien tenía un
problema iba de un rabino; después del positivismo este… fueron a los psicólogos.
Ahora hay muchos que vuelven a los rabinos.
En la actualidad, en su tarea concreta de rabino, las cuestiones del psicoanálisis
lo atraviesan? Las usa espontáneamente o no? Recomienda que haga terapia
a algún judío que viene a hablar con usted acerca de un problema y usted
considera que el psicoanálisis puede ser una alternativa?
Entre la gente que viene a pedirme consejo sobre un problema dado… evidentemente
cada uno actúa en base a una intuición, en base a una experiencia de trabajo, en base
a lo que está viendo a lo que la persona proyecta hacia afuera. Cuando veo que puedo
darle una respuesta a su angustia, que realmente lo sabe calmar, que realmente le da
una tranquilidad espiritual, por decirlo de alguna manera… bien, ahí termina la cosa.
Pero cuando veo que yo lo estoy calmando pero que hay un torbellino que no quiero
tocar, pero que lo puedo alcanzar y percibir, y que puede llegar a ser muy problemático;
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 208
ENTREVISTA AL RABINO ABRAHAM SKORKA.
entonces, nosotros en esta comunidad, tenemos un gabinete psicológico donde me
ayudan con aquellos casos donde veo que es bueno que toda esa experiencia científica
que tienen (son un conjunto de psicólogas) nos ayudan, que forman un gabinete que
están a disposición en un acto de piedad hacia todos aquellos que se nos acercan y
bueno… nos dan una mano con todos aquellos casos que vemos que necesitan una
orientación, porque mi conocimiento y mi fuerza espiritual puede llegar con estudios
y ejercicios espirituales puede llegar hasta cierto límite. Cuando veo que sería bueno,
cabe, que un profesional comience a abordar el problema porque ese problema me
supera y necesito un diagnóstico de ese problema espiritual de esa persona… y lo
espiritual … porque es tan difícil dar una definición de lo mental, prefiero hablar de la
mente y todo lo de alrededor de la misma… pues sí por supuesto que pido ayuda, es
muy importante.
Y Usted nota que hay alivio en esos espíritus?
Yo me quedo tranquilo porque sé que estamos haciendo lo máximo de aquello que
está a nuestro alcance. Yo puedo en base a lo que aprendí, estudié y vivencié dar
ciertas respuestas, pero a veces no son suficientes, se necesita toda una cuestión
complementaria. Eso significa ofrecerle al otro todo absolutamente lo que está en
nuestras manos. Si logramos un éxito total depende de la persona, del problema que
realmente tiene esa persona y, aparte,¿ cómo se vive ese éxito? Hay gente que se ve con
claridad que tiene problemas espirituales, que viene al templo y encuentra su lugar en
el templo; esa persona no está… si queremos de alguna manera no muy correcta, pero
sí es una descripción clara, no está totalmente psíquicamente equilibrada, pero haya
su remanso allí. Y ese ya es el éxito. No pensemos que podemos resolver todos los
problemas… de ninguna manera… tampoco conocemos todos los problemas, pero el
hecho que podamos darle un sosiego a una persona angustiada, en ese sentido sí que
hallamos respuestas. Y por supuesto el problema de toda su angustia, el meollo… la
gran mayoría cuando es un problema muy grande no podemos resolverlo.
Esta pregunta viene a cuento de su condición de porteño. ¿Cómo nota usted
que el psicoanálisis pudo haber influido en los porteños, en la ciudad; y la
ciudad en el psicoanálisis? Porque Buenos Aires es la ciudad más profusamente
habitada por psicoanalistas
- Indudablemente y, hasta diría paradójicamente, la ciudad de Buenos Aires es una
ciudad muy culta y el que… no sé hoy en día pero en la década del ’60 y del ’70
estaba muy de “moda” el psicoanálisis, porcentualmente hablando; y yo creo que
una manifestación de un ansia por conocerse cada uno un poquito más, de apaciguar
angustias y tensiones, de alguna manera, a través de, por así llamarlo, un buceo mental
dirigido y creo que influenció mucho si vamos a la literatura, yo creo que muchas obras
que aparecieron en nuestra literatura especialmente porteña, aunque algunas de ellas
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 209
hayan sido escritas en París, me refiero a Cortázar, yo creo que hay una … influencia
de “la cultura psicoanalítica”… esto es así… yo creo que influenció mucho en la
cultura porteña… indudable…indudable… el léxico está influido en un porcentaje
muy grande. En gente de clase media, un poco para abajo un poco para arriba, era
muy natural analizarse “¿Cómo, vos no te analizás? Esto te va ayudar mucho” La parte
de nuestra cultura aquí en Buenos Aires, entendiendo el concepto de cultura como el
modo de ser …
Y tal vez esta cultura, me pregunto, ¿Pudo haber influido en tener acá un grupo
de psicólogas trabajando?
Sin lugar a dudas, pero no fue el único punto determinante. Cuando uno de mis
maestros, el rabino Marshall Meyer, cuando yo estudiaba con él, nos daba todo tipo
de consejo; algo que me quedó muy grabado fue… “Haz de saber siempre tus límites,
cuando estás con una persona estás en función de rabino”… hay colegas míos que son
psicólogos, no en función de psicólogos; yo , por formación soy doctor en química…
y eso me quedó muy grabado, el sentido de no cometer errores, vulgarmente, no hacer
macanas con el que tengo adelante, lo puedo ayudar hasta cierto punto, pero no soy
omnipotente, en el momento que veo cierta problemática necesito la ayuda de un
psicólogo; si después tiene que pasar a un psiquiatra, neurólogo, lo que fuere… bueno
la primera aproximación la hace el psicólogo.
Es decir que hay rabinos psicólogos…
Si, si…
¿Se nota cierta diferencia, cierta influencia en ese bagaje de cultura general?
-No, no
¿Le gustaría comentar algo más acerca de este tema?
Es una rama del conocimiento muy especial que, por supuesto, merece una dedicación
superlativa. Tratar de entender al hombre y tratar de entender la problemática humana
para poder descomprimir un poco la terrible situación en la cual se halla gran parte
de la humanidad, No puedo hablar en nombre de toda la humanidad porque no sé
exactamente qué pasa en China, en Japón, en la India, pero sí sabemos lo que pasa en
Occidente (Europa, América) y cierta parte de Medio Oriente, para nosotros como
judíos, Israel y los vecinos de Israel. Y lo que vemos es una humanidad que está
buscando con desesperación el sentido de la vida. Yo comparo la humanidad hoy,
con aquella de los años cincuenta, yo nací en el cincuenta, incluso los sesenta. El
mensaje que me transmitían era un mensaje de optimismo, un mensaje de… bueno…
la segunda guerra mundial fue algo atroz, fue algo terrible, algo imposible de definir
el horror acaecido, pero la imagen que se me daba era… “no va a haber otro horror
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 210
ENTREVISTA AL RABINO ABRAHAM SKORKA.
de estas magnitudes y el mundo a través del progreso material va a lograr beneficiarse
tanto de ese desarrollo tecnológico, que vamos a vivir en algún tipo de panacea”.
Vemos que el desarrollo tecnológico, que sí tuvo lugar, no resolvió el viejo y perenne
problema del individuo: el sentido de su existencia. Es algo que requiere que todos los
individuos desarrollen una dimensión de sutileza, porque para leer a Víctor Frankl se
necesita un poquito de sutileza, un poco de una dimensión de espiritualidad. Después
de todo un camino tan largo que hizo V. F., o sea, Viena, Freud, todo el desarrollo,
Au… y salir de Au… y después volver a … bueno… el sentido de lo espiritual. Creo
que el desafío del psicoanálisis, de todas las ciencias en general, porque no puedo
apartarme de que el conocer cómo funciona fisiológicamente el cerebro, puede aportar
muchísima información; hoy una ciencia interactúa con la otra… el desafío de hoy es
tratar de dar respuestas para que el hombre no se evada en la droga, el alcohol y la
violencia. Para que la vida comience nuevamente a adquirir ciertas dimensiones de lo
sublime… que no todo dé lo mismo, que el hombre se dé cuenta de que es capaz de
pensar, que es capaz de conocerse a sí mismo y que tiene las habilidades, que tiene un
algo de Dios como para descifrar el sentido de su existencia.
El lío es que (el hombre) es capaz de hacer cosas terribles y esto es lo importante
a tener en cuenta.
-Ya sé. Por supuesto.
Para finalizar, Rabino Abraham. ¿Usted tiene conocimiento de la Asociación
Psicoanalítica Argentina?
Sí, sí. Nada más que someramente.
Con esa somera imagen ¿Qué piensa de ella?¿Qué cree que es?
… Un foro de profesionales, y como todo foro de profesionales se intercambian
experiencias… Se deben realizar eventos, congresos donde… se deben presentar… las
conclusiones de trabajos como toda asociación científica. No sé exactamente porque
no hice un seguimiento, pero deben tener los mismos cánones, el mismo rigor que…
aplicados, por supuesto a la dinámica de esa especialidad, de este campo, porque una
cosa es física teórica, otra cosa es ingeniería, otra cosa el biología y otra cosa es el
psicoanálisis, pero hay un denominador común; la seriedad, la honradez intelectual. Yo
espero de APA esa honradez profesional, cimentar bien cada teoría que expone… que
se proyecta tiene que estar muy bien, muy cuidadosamente ponderada. El psicoanálisis
tiene un problema y una ventaja al mismo tiempo. El problema a priori es que no es
como física teórica. En física uno puede crear una teoría y en el momento que presenta
la teoría inmediatamente tiene que decir… “bueno, aquí les muestro cierto resultado de
laboratorio, que son parciales, que me justifican parcialmente algunos aspectos de esta
teoría y de esa manera justifica en un laboratorio. Yo en ninguna de las otras ciencias
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 211
puedo decir lo que me viene en gana porque cada cosa que digo la tengo que probar; en
biología a través de experimentos físicos, químicos, fotografías. En cirugía tengo que
dar casos. Ahora ¿Qué pasa con psicoanálisis? Aquí está el punto. En psicoanálisis hay
que tener muchísimo cuidado, tal vez muchísimo más cuidado que en las otras ciencias,
porque no tengo una prueba directa. Tiene mucho de lo intuitivo, entonces al dar una
opinión sobre algo hay que ser muy cuidadoso y de alguna manera, hay que buscar de
una y mil formas “pruebas” que justifiquen esa teoría, actitudes, pero no solamente
un caso, dos sino muchos casos antes de lanzar una teoría. Cuando alguien… muy
famoso psicoanalista dijo que la circuncisión es… era…digamos una sublimación de la
castración del padre a su hijo, entonces…estee… yo me preguntaba… para nosotros,
usted sabe, que la circuncisión es importantísima, es un signo del judaísmo, es un
pacto entre Dios y Abraham… es importantísimo. Puede ser lo que fuere pero yo
no veo que en todos los judíos haya un problema dado por la circuncisión, yo no
veo algo que distinga a todos los judíos que por ser circuncidadas tengan un tipo de
complejo, de problema que justifique y que sustente esa opinión que determinó que
cierto porcentaje de judíos deje de circuncidar a sus hijos, cosa que a la postre le trajo
problemas a esos hijos. Por eso cada teoría… yo sostengo que tengo una mente amplia
y me gusta escuchar hipótesis pero… cuidado! Cada hipótesis debe ser muy probada.
En biología y en otras ciencias muchas veces tiran hipótesis que no están para nada
bien fundadas, pero las puedo refutar con laboratorio, tengo más elementos, lo que
pasa que hay un fárrago de información hoy en día que hay una micro especialización
en cada cosa y… bueno… se publican.
-Ya que usted nombraba a un psicoanalista que dijo tal cosa, ¿recuerda a algún
psicoanalista que lo haya impresionado por algo que dijo, por su posición como
intelectual?
… No… Me gustaron algunos que no recuerdo nombres en este momento pero que
he leído cosas sesudas, sí. Cosas profundas, sí. No quiero dar nombres porque no
quiero equivocarme. El que dijo eso (lo de la circuncisión) lo sé perfectamente. Mire,
hay un libro… de alguien… creo que psicoanalista… que me impresionó mucho el
libro porque está muy bien escrito… para mí está muy bien escrito que se llama “las
malas palabras” y lo que me gustó fue… fue alguien que enseñó creo que psicología
en Rosario y después en UBA y … me gustó mucho porque después de explicar el
sentido de las malas palabras es… cada capítulo analiza una mala palabra y… por ej:
te voy a romper el… después da toda una descripción rigurosa, la historia, muy bien
hecha… me muestra el comportamiento animal con respecto a qué significa… el azote
en el traste y todas esas cosas… este… en la relación entre monos… como cuando
un mono se rinde en la pelea con el otro le muestra…el trasero. Me gustó mucho,
justamente, la pulcritud en la presentación de los temas. Y así leí muchas cosas muy
pulcras. Lo que me gusta es la pulcritud en la presentación de un tema, la bibliografía
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 212
ENTREVISTA AL RABINO ABRAHAM SKORKA.
y eso generalmente cierra con el sentido común. Cuando se quieren hacer grandes
flashes y grandes boom no coinciden con el sentido común y, generalmente a la postre,
uno se da cuenta que lo que se hizo es un acto.
-Bueno, no lo vamos a molestar más y damos por terminada la entrevista.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 213
ENTREVISTA a Cristina,
empleada doméstica.
Qué es el psicoanálisis para vos?
Es un psicólogo o un psiquiatra que vos vas y te hace sacar tus problemas. Le vas
diciendo que es lo que te pasa y ellos te van diciendo cosas para que vos estés mejor.
Tuviste alguna experiencia con el psicoanálisis?
Una sola vez cuando mi mamá falleció.
Hace cuánto tiempo?
Y como 14 años…me habían dado un calmante porque me había agarrado una
depresión y después yo dije basta, una sola vez tomé y yo dije: “yo no estoy loca, nada
más que mi mamá falleció y yo no quería vivir más”. Y eso es como que me hacía mal
y ya después no quise ir más.
Cuánto tiempo fuiste?
No me acuerdo, pero un par de sesiones nada más…
Te hacía mal ir a terapia?
Claro, como que me hacía revolver cosas y pensar en mamá, porque me hacía hablar de
mi mamá y no es que me la olvidé, porque al contrario, pero me hacía mal. Para mí los
que era mis psicólogos eran mis hijos, me apoyé mucho en mis hijos, en mi familia, en
mi hermana, en mis sobrinas y eso es como que me hizo pensar un poco más en otras
cosas que estar pensando en mi mamá.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 215
Conoces alguna institución psicoanalítica?
No, ninguna.
Cómo llegaste a la persona que te atendió ese tiempito?
Era una doctora casi pariente del papá de mis hijos que ella me ayudó un poco a
pensar las cosas que pasé con mi mamá, pero no era una institución.
Fue una consulta privada…
Si, si, en el consultorio de ella.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 216
ENTREVISTA al Dr. Héctor
Fernández Álvarez
Psicoterapeuta de corriente psicológica
integrativa y director de la Fundación Aigle
- No tenía previsto estudiar psicología porque tenía previsto estudiar letras, que
fue mi primera elección como carrera. Ahí descubrí que había algo que se llamaba
psicología, deje la carrera pero no el interés por las letras ni la literatura. Ahí descubrí
no solo la psicología sino el psicoanálisis, porque era una carrera hegemónicamente
psicoanalítica. Tal vez no la carrera, sino el mundo psi de Buenos Aires lo era en aquel
entonces. Porque la carrera era en realidad un poco bicéfala. Por un lado el psicoanálisis
y por otro el grupo reflexológico de ¿eich eichenson? que fue mi primer mentor en la
psicología que pertenecía a la otra pata de la carrera. Lo cierto es que el psicoanálisis
era totalmente hegemónico en la clínica en ese entonces. Me interese por la otra línea,
la reflexología, y partir de allí empecé mi desarrollo profesional. Pero el psicoanálisis
en ese momento me pareció que era de una riqueza extraordinaria. Viéndolo 40
años para atrás, 40 años pasaron, me permito decir algunas cosas con respecto al
psicoanálisis como esta: me parece que todos los psicoterapeutas de alguna manera
somos freudianos, en el sentido que Freud instauró algunas definiciones respecto de lo
que es nuestra práctica que todos seguimos, más allá que esta haya sido una disciplina
que tuvo un estallido tan fenomenal desde el punto de vista meta teóricas, de las
cuestiones modelísticas, operativas, de la implementación. Pero hay algunas cosas que
todos los psicoterapeutas, cualquiera sea el modelo al cual respondan, creo que todos
somos freudianos en el sentido de la importancia que tiene la alianza terapéutica,
la importancia de la transferencia, de muchas cosas que todos los psicoterapeutas
respondemos. Cuando decimos que las psicoterapias tienen factores en común, esos
factores comunes enraízan en Freud. Así que lo primero que para mí es el psicoanálisis
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 217
es ese nudo germinal que ha dado lugar al desarrollo de esta disciplina que además es
una disciplina que no para de expandirse, de diseminarse, de multiplicarse. Pero me
parece que el psicoanálisis no es eso solamente, me parece que es algo que va mucho
más allá. Creo que Freud decía que era una weltanschauung, una cosmovisión. Y creo
que en ese sentido es una de las cosas más extraordinarias, ¿no?. Una de las cosas
más ricas y más valiosas. Entonces lo veo al psicoanálisis como algo que me sugiere
hoy por hoy una reflexión en dos niveles. Una en relación con la psicoterapia, en la
asociación con la psicoterapia, y otra en asociación con la producción cultural. No
digo dos niveles como cosas disociadas. Simplemente me vienen a la cabeza como dos
cuestiones diferentes. Con respecto a lo de la psicoterapia en particular, lo que veo del
psicoanálisis es que ha hecho una gran evolución en los últimos veinte, veinticinco
años. Han aparecido modelos como el de psicoanálisis interpersonal y muchas de las
creaciones más nuevas. Está en un proceso de renovación muy fuerte, y desde ese
punto de vista me parece que empiezan a aparecer algunos puntos de convergencia
con las psicoterapias en general y el psicoanálisis como modelo terapéutico, digamos.
Empieza a articularse, digamos, con el campo de las psicoterapias en el sentido más
vasto, mas lato. Acabo de descubrir que se ha publicado en Inglaterra un libro que
para mí es una novedad, de un autor que se llama Michael J. Miller (que no es Jean
Jaques, el yerno de Lacán), que está anunciado para este año y que ya lo quiero tener,
que se llama “Psicoterapia Lacaniana” (Lacanian Psychotherapy: Theory and Practical
Applications), ¡y es la primera vez que encuentro unidos esos dos conceptos entre
sí! Con lo cual aquello de que la psicoterapia es la ortopedia del Yo me parece que
ahora también lo estamos revisando desde ese punto de vista. Hay en ese sentido
un acercamiento que me parece muy bueno. Especialmente en mi caso en particular
porque cuando empecé a trabajar como psicoterapeuta, habiendo concluido la carrera
de psicología, especializándome en esta área de la disciplina, a mí el psicoanálisis
como institución me fue duro, me fue muy difícil porque me trataron muy mal.
Informalmente, ¿no?. Pero en el ambiente de Buenos Aires no ser psicoanalista era
una cosa muy mal vista.
¿En relación a la APA o en general?
En general. Los conceptos eran bastante denigrantes, en el sentido de que lo que
uno hacía era bastante superficial. Que lo que uno hacía era poco relevante, con poca
fundamentación, que era una anestesia negativa incluso. Hasta llegar al escarnio en
algunos casos. Me acuerdo un congreso de psicología del año 1986, en Córdoba,
donde hice una presentación sobre la “Terapia Grupal de Abordaje Cognitiva”, en el
aula magna de la Universidad, y cientos de personas riéndose. Ése era el clima que se
vivía en aquel entonces. Por eso a veces digo que en relación a esa situación me tocó
ser en algún momento marginal, después periférico y hace muchos años que me siento
muy bien con el psicoanálisis, porque realmente las cosas fueron cambiando porque
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 218
ENTREVISTA AL DR. HÉCTOR FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
hace muchos años no tengo ninguna de estas sensaciones.
¿Este clima cambió?
Para mí completamente. Me siento muy bien… Hace unos pocos años una organización
como la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) me invitó a un evento en el teatro
Coliseo a hablar acerca de lo que significa, de qué se trata la terapia cognitiva. O sea
que este tipo de diálogo ya se da. Y hoy disfruto de este intercambio con los colegas
psicoanalistas.
¿Lo trataron bien?
- Sí, sí. Muy bien. Hubo algunas intervenciones que fueron ríspidas y críticas. Pero
bueno, eso forma parte del debate y de la discusión que hay que mantener. Así que
en ese sentido hoy por hoy es un diálogo muy fructífero el que mantengo. Me parece
que realmente ha cambiado mucho. Hay un diálogo muy fructífero hoy. Como toda
percepción es subjetiva, lo que describo es lo que he vivido.
Habla más de un cambio en las personas más que de la teoría.
Puede ser, puede ser. La teoría indudablemente ha evolucionado de una manera
muy rica. Eso está claro. Pero es probable que tenga más que ver con personas, ni
siquiera con instituciones, formalmente hablando. Y después está el otro tema, el del
psicoanálisis como cultura que me parece fascinante. La producción psicoanalítica
como tal, la reflexión sobre la construcción de la subjetividad, los distintos pliegues
que tiene la construcción de la subjetividad en la cultura contemporánea, es algo de
una gran utilidad para aquellos que hacemos psicoterapia, para todos los que estamos
en el campo de las ciencias sociales. Hoy uno se nutre de la tradición psicoanalítica y
de lo que se produce en el campo de lo psicoanalítico. El aspecto de la interpretación
cultural me parece que es de una riqueza fantástica. En ese sentido creo que modelos
que a veces aparentemente pueden ser muy alejados, como el modelo cognitivo, creo
que es más aparente de lo que realmente son. El modelo cognitivo se nutre muchísimo
de pensamientos como el de los juegos del lenguaje de Wittgenstein hasta la elaboración
de los análisis estructurales que pueden surgir en el campo psicoanalítico me parece
que hay un puente directo.
O sea que el psicoanálisis ha influido de una manera importante en su desarrollo.
Y lo sigue haciendo. Basta con ver la biblioteca que tengo.
¿Tuvo alguna experiencia psicoanalítica?
Al principio. Brevísima. No podría decir que me psicoanalicé porque el acercamiento
no me resultó. Me orienté en búsqueda de otra forma de ayuda. Hice las entrevistas
iniciales, el trabajo de instalación del dispositivo y no, no me resultó.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 219
¿Qué no le gustó en ese momento?
Sentía que era una manera de definir la relación en ese momento en términos muy
distantes, impositivos. No me sentía que yo colaboraba sino que era una experiencia
de sometimiento ¡Entonces no!
Era todo un estilo.
Si, eran los ’60. Era una modalidad. Porque era planteado como una exigencia, incluso
formativa, que no es lo mismo que una facilitación formativa.
En APA sigue vigente como necesidad del análisis didáctico.
Bueno, si se plantea como una necesidad dentro de una facilitación es una historia.
Pero hay veces que eso mismo se puede prescribir con un tono que suena demasiado
impositivo. Entonces después eso se traduce después en la relación que tiene con el
psicoanalista.
Eso lo ahuyentó.
Si, si, francamente.
No los libros, veo.
Ni los libros, ni la producción de conocimiento ni la gente ni muchas otras cosas. Me
parece que era una manera de tratar el objeto.
Como un parapeto.
Sí, había toda una actitud.
Ustedes también comparten la necesidad de eliminar la toxicidad de la terapéutica.
Sí, si. Y la necesidad de que tengan un cuidado personal que incluye la necesidad de
recibir ayuda, asistencia psicológica.
Lo acerca al trípode freudiano.
Si.
Me llamó la atención un punto de paralelismo entre el psicoanálisis y su
pensamiento por lo menos, entre la psicoterapia integrativa y el budismo,
donde en el psicoanálisis también tiene algunos vínculos conceptuales con el
budismo. Pregunto esto por su intercambio con el Dalai Lama.
La última vez que estuve con Dalai Lama fue a un encuentro en La Rural, con 5000
personas, no estaba acostumbrado. Nos preparamos durante muchos meses con un
grupo de gente acerca de la venida de él. Y el día que tuvimos el encuentro estábamos
con un filósofo, un neurocientífico y un terapeuta, yo. Y estuvimos discutiendo
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 220
ENTREVISTA AL DR. HÉCTOR FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
sobre la raíz central de la espiritualidad y desarrollo de conciencia, de los procesos
emergentes, etc. Y fue muy interesante. Fue el resultado natural de una inquietud que
me acompañó siempre porque el tema de la práctica clínica y el tema de la psicoterapia
siempre estuvo asociado con una investigación acerca de cómo los factores espirituales
son pre-formadores fundamentales en el desarrollo de la persona. De modo tal que las
cuestiones existenciales fueron una matriz central del modelo que fui desarrollando a
través de los años. Me parecieron cuestiones fundamentales. La inquietud que hay en
el pensamiento oriental, budista por ejemplo, en algunas formas, es muy próximo a
la preocupación que tenemos nosotros en occidente cuando reflexionamos acerca de
cuestiones como la identidad, la permanencia, la constancia del ser y la necesidad de
trascendencia. En formatos diferentes pero con contenidos similares.
¿Y el psicoanálisis Ud. lo encontró como un obstáculo o como una posibilidad
de…?
- No, no. Me parece que el psicoanálisis, como lo entendí yo, a lo mejor hay otras
visiones, es una vía regia para explorar en todas estas cuestiones y por eso no es
para sorprenderse que haya muchos psicoanalistas que han abrevado en la unión con
el psicoanálisis en estos temas. Tengo amigos psicoanalistas que han hecho algunos
trabajos fantásticos en ese sentido. Moyer y misafrem en NY.
- A mí me sorprendió por esto de la etiqueta de positivista con que suele
denominarse a su escuela, como estrictamente científica, que lo trasciende.
Nosotros podemos derivar por el lado del principio de Nirvana y todas esas
cuestiones relacionadas con el budismo que usted encaró por otro lado pero
confluyendo, por lo menos en una cuestión no estrictamente científica.
Sí, no científico, pero sí lo es en un sentido hermenéutico, menos positivista.
Efectivamente. Pero que de todas maneras trata de ajustarse al máximo rigor posible
en los procedimientos.
¿Cree que el psicoanálisis puede seguir aportando o que ya llegó a un techo?
A nivel clínico el psicoanálisis hoy está irremediablemente atado, igual que los otros
modelos clásicos de psicoterapia, a una proyección, a mi modo de ver, modo de ver
dóxico, de total opinión personal aclaro, hay una tendencia irreversible a la unificación
de las psicoterapias. Las psicoterapias van confluyendo inevitablemente en el sentido
de conformar un campo en el que puede haber modos de aproximación diferenciales
pero que va constituyendo un campo unificado. En ese sentido el psicoanálisis es un
río más que va en esa dirección y todo lo que se produzca, desde esa perspectiva, será
seguramente fértil. Pero va a formar parte de las psicoterapias.
Como que las diferencias estarían para desplegar en otro lado y no ahí.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 221
Exactamente. En otro campo, y ahí volvemos a lo de la interpretación de la cultura,
me parece que ver la sociedad humana desde la perspectiva que puede ofrecer el
psicoanálisis como cualquier otro modo de interpretación, ahí va a haber diferencias y
va a tener su riqueza. Pero en el campo de lo estrictamente psicoterapéutico me parece
que se va a terminar amalgamando y se va a terminar amasando en una forma que
estamos muy cerca de verlo concretado. Nunca como ahora se ha escuchado hablar de
algo como de la unificación de las psicoterapias.
¿Y le parece bueno que sigan existiendo instituciones diferenciadas?
Creo que las instituciones diferenciadas son un mal irremediable por un tiempo, porque
responden a cuestiones corporativas, institucionales. Pero en el tiempo futuro podrían
desaparecer con toda tranquilidad y existir organizaciones de psicoterapia. Como uno
pensaría tal vez las escuelas de cirugía siglos atrás, que formaban distintos grupos
teóricos por decirlo de alguna manera. Y hoy uno podría reconocer las diferencias
que hay en la sociedad de cirujanos, pero uno tendería a pensar que la sociedad de
cirujanos bien merecería ser una sociedad única. Hay mucha distancia digamos, no
todas las comparaciones son malas digamos. Pero me parece que en el futuro va a
existir la psicoterapia digamos. Y todo lo que el psicoanálisis tenga de psicoterapia va
a estar dentro de eso.
O sea formar parte del patrimonio psicoterapia.
Pienso que sí, en lo clínico digo. Después, insisto, hay otra cuestión, que dentro del
mundo del psicoanálisis, y en otras corrientes también, es interesante, siempre hay ahí
una tensión de cuánto estará adentro y de cuánto estará afuera. Hay una cosa que en
ese sentido que siempre recuerdo, presente: en 1984, con la democracia, en el ámbito
del Ministerio de Educación se reúne una comisión en la que representantes de cada
una de las carreras de psicología se reunieron para trabajar en la ley de habilitación
profesional de psicología. Yo fui como profesor titular de la Universidad de Belgrano.
Elaboramos un dictamen que el Congreso Nacional después aprobó como ley. Fueron
las 10 famosas incumbencias de la psicología. Con 9 no hubo problemas. El problema
lo hubo cuando llegamos al campo de la terapia. Hubo una gran discusión que se saldó
muy positivamente acerca de si debía decir si habilitaba a los psicólogos al ejercicio
de la psicoterapia o se habilitaba a los psicólogos al ejercicio de la psicoterapia y del
psicoanálisis. Finalmente nos pusimos de acuerdo en lo primero, en línea con lo que
venía sucediendo en el mundo como concepto de práctica en psicoterapia. Como
concepto de unificación en la psicoterapia.
El complejo afectivo del complejo Edipo, la pulsión de muerte, ¿lo integraría?
Sí, sí. Lo que necesitamos debatir es el peso sustancial que eso puede tener en la
elaboración de un concepto primero, las pruebas empíricas que podríamos reunir a
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 222
ENTREVISTA AL DR. HÉCTOR FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
favor de la operatividad que puede tener o no. Cualquier concepto en ese sentido
puede ser…
En tanto modelo, aprobarlo.
- Lógico. Se trata de poner a prueba.
Ud. comentaba que 4 meses al año está por otros lados. Y uno de los temas de la
Feria del libro psicoanalítico que organiza APA es el impacto del psicoanálisis
en la sociedad, en este caso Buenos Aires y viceversa. Usted sale, vuelve. Quería
saber qué le genera este título.
Me parece interesantísimo. Las primeras veces que empecé a viajar para hacer
actividades académicas sistemáticas, hace unos 20 años, cuando iba a algunos lugares,
España por ejemplo, todos los años. Cuando llegaba y decía que era terapeuta tenía
que aclarar que no era psicoanalista porque la representación que tenían era que ser
psicoterapeuta era ser psicoanalista, porque era de Buenos Aires en particular. Empecé
a ver cómo era Buenos Aires respecto a todo esto desde allá. Porqué no pasaba esto
en México, o en Barcelona, para decir lugares que son relativamente porosos, para no
hablar de lugares más recalcitrantes, algunos lugares anglosajones, más duros respecto
a estas cosas. Pero México, Barcelona son ciudades relativamente accesibles para el
psicoanálisis para toda esta circunstancia que estamos examinando. Entonces empecé
a darme cuenta que nosotros tenemos una sociedad que debe impactar mucho sobre
el psicoanálisis en el sentido de ir formándolo. La sociedad de Buenos Aires reinventa
el psicoanálisis, digamos, porque tiene una serie de particularidades… Me acuerdo de
una investigadora noruega que había venido a investigar, con fondos europeos, acerca
de por qué Buenos Aires era el lugar que había pergeñado de manera tan profunda la
cultura del psicoanálisis en las calles, y no solamente en las instituciones, académicas. Y
tuvo un tiempo largo y me aportó una serie de ideas sobre cómo somos los porteños.
Creo que hemos reinventado el psicoanálisis en una cierta manera de relacionarnos,
de examinar los vínculos cotidianos, en un modo de reflexionar acerca de cuál es la
posición de cada uno en la interacción diaria. Tenemos una manera de psicoanalizarnos
cotidianamente, lo que está intrínsecamente vinculado a una estructura, me parece, a
una estructura social realmente muy peculiar. Basta pensar solamente que la visión que
uno inmediatamente percibe de Buenos Aires a cierta distancia, esto me pasa ahora muy
frecuentemente, estuve esta semana –como ejemplo- en seminarios en Ecuador, y uno
ve Buenos Aires desde allí y es un faro cultural. Uno puede verlo de muchas maneras,
pero eso es claro. Desde ahí Buenos Aires le imprime al psicoanálisis, lo convalida
permanentemente porque Buenos Aires está haciendo psicoanálisis siempre, lo hace
en el fútbol, en el cine… Tenemos una manera muy peculiar… nos psicoanalizamos
cotidianamente (risas)
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 223
El distinto punto de vista que se tiene en cuenta… Uno se pone permanentemente
en el lugar del otro. Cosa que hace que sean como psicoanalistas avant la letre.
Si, sí. Es extraordinario. Muchas cosas puede uno decir de Buenos Aires. Ha habido
épocas que estuvimos muy bien económicamente, otras mal. Tenemos esta ciclotimia
socioeconómica. Pero la cultura no para. No para.
Y una identidad muy movediza.
Si, con mucha traslación.
Tiene en cuenta algún psicoanalista argentino que por sus escritos, por su
teoría, le haya llamado la atención o lo tenga presente en forma frecuente?
- Sí, varios. El principal es Pichón Riviere. Y vuelvo y vuelvo muchas veces. Me parece
un creador, un hombre que acertó mucho a ver cosas con una sutileza notable desde
el punto de vista del análisis psicopatológico. Tal vez el mayor impacto lo tuvo desde
el punto de vista del desarrollo de los proyectos institucionales y lo que ya sabemos.
Pero lo que más valoro y lo que más vuelvo es lo que está en relación con lo que el
llamó enfermedad única. Y además cuando uno tiene en cuenta en qué momento
desarrolló eso se da cuenta de la capacidad anticipatoria. Liberman también en cuanto
a la comunicación patológica. Además Liberman hizo una cuestión meta teórica muy
seria, ¿no? La verdad que me ayudan un montón los aspectos psicoanalíticos.
Hasta tiene un “Premio Internacional Sigmund Freud para la Psicoterapia de
la Ciudad de Viena”.
Sí, que lo compartí con Hörst Kaechele en el año 2002.
¡Estuvo en la APA hace pocos días!
¡Ah! ¡Estuvo acá! Qué bueno. Lástima no haberlo sabido.
MOCIÓN 27/ La mirada de los otros // 224
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